Huther-Script (1) Entusiasmar en Vez de Espantar...

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Gerald Hüther: “Entusiasmar en vez de espantar”

Traducción de una entrevista con el neurólogo alemán Prof. Gerald Hüther,


publicada en https://www.youtube.com/watch?v=K0nud8EA0Ew

Werner Huemer (entrevistador): Profesor Hüther, según la idea general,


nuestras acciones son precedidas por pensamientos, y lo que hacemos es
moldeado por ideas e imágenes interiores. ¿Cómo surgen estas ideas e
imágenes, desde el punto de vista del neurólogo?

Prof. Gerald Hüther: Cada vez que uno quiere efectuar una acción, tiene que
edificar primero un patrón mental. Por ejemplo, no puedo simplemente mover
mi pulgar sin activar primero en mi cerebro las áreas y redes necesarias para
este movimiento. No podemos simplemente "pensar" algo, siempre está
relacionado con una acción; y a menudo el pensamiento está también
relacionado con la emoción. Cuando entramos al campo de las imaginaciones,
nos damos cuenta de que no podemos pensar así no más. Estas imaginaciones
que tenemos acerca de algún asunto importante, acerca de nosotros mismos, o
de cómo deberían ser las otras personas, son siempre unidas a un montón de
emociones. Y estas emociones definen cómo tratamos a los demás.

¿Es correcto que usted ve toda actividad mental como relacionada con
emociones; no existen pensamientos sin emociones?

Estoy bastante seguro de que eso no existe; pero que uno puede aprenderlo. En
nuestra cultura tenemos esa idea de que se puede pensar sin sentir emociones; o
de que se puede percibir algo de nuestro entorno sin que eso cause una
emoción. Neurológicamente, eso es casi imposible - excepto si uno lo entrena.
Es que podemos entrenar casi todo; podemos adquirir cualquier tontería; y uno
de estos logros culturales que nos enseñamos constantemente los unos a los
otros y a nuestros niños, es la separación entre pensar y sentir. Aunque en la
práctica eso es imposible, porque nos ahogaríamos en el diluvio de las
percepciones sensoriales, tan solamente en todo lo que se podría percibir en
este ambiente, si no fuéramos capaces de otorgar un significado a algunas de
estas percepciones. Y ¿cuándo se vuelve una cosa significativa para nosotros? -
Cuando adquiere una carga emocional, o sea, cuando viene asociado a una
emoción. Y entonces, lo que veo por aquí se vuelve más importante que
aquéllo, porque con ésto yo asocio alguna emoción.

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Hoy en día se discute mucho acerca de la pregunta de si existe el libre
albedrío. Existe una idea de que en cierta manera el cerebro decide por
nosotros. Según su opinión, ¿es justificada esta discusión?

Una cosa se puede decir definitivamente acerca de esta discusción acerca del
libre albedrío: Es una discusión muy fuertemente cargada con emociones.
Quienes discuten eso, son personas que no solamente piensan algo, sino que
asocian toda su cosmovisión y sus conceptos de lo que es el hombre, con esta
cuestión de si existe el libre albedrío. Biológicamente, eso es relativamente
sencillo: Cuando las personas están en necesidad, cuando les falta comida,
cuando sufren, cuando están mal, cuando están traumados, entonces tienen que
intentar primeramente salir de esa necesidad, y en esa situación no se puede
exigir de ellos que sean capaces de desear muchas otras cosas que también
serían posibles.
Los neurólogos hicieron una observación particular en este contexto, y es que
aproximadamente 300 milisegundos antes de efectuar una acción, ya sucede un
proceso de activación en el cerebro. Eso es algo bastante banal, usted siempre
necesita un proceso de activación antes de poder hacer algo. En los
experimentos donde solamente hay que apretar un botón, eso no es tan obvio;
pero imagínese por ejemplo que yo le pediría pararse sobre sus manos o hacer
una voltereta. Usted tiene que pararse, y entonces ¿en qué momento hace usted
la decisión? Usted no puede hacer la voltereta antes de estar seguro interior-
mente de que usted realmente domina todo este movimiento; o usted podría
fracturarse la nuca. O sea, no podemos exigir de alguien que efectúe una acción
antes de haber construido todo el patrón mental necesario para eso. Eso sería
como exigir de alguien que decida hacer algo que no puede hacer. Eso es
imposible.

¿Cuál es su concepto personal acerca del hombre? Hay una idea de que
tenemos el cuerpo físico, además el alma que no es física, y algunos hablan
también del espíritu. ¿Existe esta separación entre cuerpo, alma y espíritu,
desde su punto de vista?

Es muy difícil expresar un concepto acerca del hombre en pocas palabras; y es


muy difícil separar estas antiguas categorías acerca de lo que es el alma, lo que
es el espíritu, y lo que es el cerebro. Algo que es muy importante para mí, es
que veo al hombre como un ser que está en una búsqueda; y entonces hay que
responder la pregunta: ¿qué está buscando? - Desde mi punto de vista, la
respuesta es relativamente fácil, porque el hombre, o todos los seres vivos,

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pueden buscar solamente lo que conocen porque proceden de allí. En el
transcurso de su vida, todo ser vivo hace experiencias; estas experiencias se
convierten en estructuras internas - eso es como cuando se levanta un sistema
administrativo (por ejemplo) en Austria: Primero se organiza el sistema
administrativo, pero con el tiempo este sistema adquiere una estructura propia,
y esta estructura define mucho acerca del rumbo futuro del estado de Austria.
Así también en el cerebro humano, las experiencias se convierten en
estructuras de redes en el cerebro, y después estas estructuras definen nuestras
acciones. O sea, el cerebro convierte cosas inmateriales, experiencias, en
estructuras. Después activa a su vez estas estructuras para producir algo
inmaterial: Pensamientos, palabras, ideas.
Por eso pienso que no llegaremos lejos con la antigua separación entre lo físico
y lo mental. Los físicos nos enseñaron eso ya hace tiempo. Posiblemente
tampoco llegaremos lejos con el concepto de "causa y efecto", porque los
humanos no somos máquinas. Somos seres que se organizan a sí mismos. (...)
Este proceso de organizarse a sí mismo tiene a su vez un componente que
podría estar relacionado con lo que antiguamente se entendía con el "alma": la
intencionalidad. Un sistema puede organizarse a sí mismo solamente cuando
tiene una intención, una meta. Incluso un pedazo de levadura que puedo tomar
y meterlo en una masa de leche y azúcar y harina, y entonces se hincha, incluso
este pedazo de levadura, si pudiera preguntarlo: "¿Qué deseas?", me diría:
"Quiero crecer, quiero tener suficiente calor, y quiero tener suficiente
alimento." Todo lo que vive, automáticamente tiene intenciones. Eso es lo que
quiero decir cuando digo que el ser humano es alguien que se encuentra en una
búsqueda.
También busca soluciones; y busca formas de convivencia que coinciden con
sus experiencias que hizo ya al inicio de su vida. Éstas son dos experiencias
básicas: La primera es la unión (con su madre) que experimenta ya antes de
nacer, durante nueve meses; y la otra experiencia básica es el crecimiento. Eso
incluye la adquisición de competencias, y un proceso hacia una mayor
autonomía y libertad. Por eso, los hombres buscan algo que es muy difícil de
encontrar: Una situación y una relación donde están unidos y a la vez libres.

En una entrevista usted dijo que nuestro cerebro se vuelve tal como lo
usamos. Pero por el otro lado, usted critica la idea de que se pudiera
entrenar el cerebro como un músculo, y dice que mas bien lo importante es
el entusiasmo. ¿Por qué es tan importante el entusiasmo por lo que
hacemos?

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En el siglo anterior se creía que el cerebro humano no cambia, y que se
construye únicamente mediante programas genéticos. Esa es una idea
maquinal, como en una fábrica de carros: Uno tiene unas piezas que se juntan
según un plan, o un programa genético; y el producto es un carro hecho, o un
cerebro hecho. Uno lo usa por un tiempo, y con el tiempo se desgasta y puede
malograrse, y finalmente el carro termina en el basurero y el hombre en el asilo
de ancianos. Esa es una idea muy lineal, y las cosas no funcionan así.
Y efectivamente, hacia el fin del siglo pasado los neurólogos encontraron
muchos hallazgos, con nuevos métodos, que demostraron que el cerebro
humano puede cambiar hasta una edad muy avanzada. Cuando uno hace algo
nuevo, se forman nuevas redes. Usted puede aprender a hacer malabares, o a
tocar un instrumento musical, y medio año después resulta que se formaron
nuevas conexiones neuronales. Pero en la obsesión de aquel tiempo, lo llamo
"la sociedad del rendimiento", uno empezó a creer que el cerebro es como un
músculo, que solamente hay que usarlo intensamente y entonces crecerá bien
gordo. Y entonces a todos se les recetó el entrenamiento para el cerebro, y la
gente creía que solamente tenían que esforzarse mucho para que su cerebro
mejore. Y eso también estaba equivocado.
El cerebro no es una máquina, pero tampoco es un músculo. No se lo puede
entrenar como pensaba la sociedad del rendimiento. El cerebro es un órgano
especial que me cuida para que yo esté bien. Y por eso tiene una especie de
"sensor de importancia" que detecta lo que es realmente importante, y tiene que
ser importante para mí, no para los demás. Y entonces el cerebro cambia. Si
algo es importante, percibimos que nos emociona, nos entusiasma, nos
interesa, nos concierne. Y cada vez que eso sucede, se activan ciertos centros
emocionales en el cerebro medio, que se encuentra por abajo bien adentro.
Esos centros emocionales tienen unas prolongaciones bien largas, y cada vez
que se activan porque nos emocionamos, los extremos de esas prolongaciones
segregan esos transmisores neuroplásticos, y esos actúan como fertilizantes
para la red neuronal que se usó intensamente en el estado de entusiasmo, por
ejemplo para solucionar un problema, para ganar un partido de tenis, o para
crear una obra de arte especial.
Por eso, cada vez que hacemos algo con entusiasmo, mejoramos mucho en
poco tiempo. Por eso también recordamos muchos mejor lo que nos emociona.
Y por eso es tan importante que este mensaje llegue también a nuestro sistema
escolar y a nuestro sistema educativo: No sirve esforzarse. Podemos
esforzarnos tanto como queremos con memorizar y con hacer tareas en casa:
eso entra por aquí y sale por allí, porque no entra a profundidad, y porque no
está siendo fertilizado. Eso significa que deberíamos desarrollar una cultura

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donde ya no nos espantamos unos a otros todo el tiempo, sino donde nos
entusiasmamos unos a otros. Deberíamos animarnos e inspirarnos para hacer
cosas que nos emocionan.

Prof. Hüther, usted es conocido por llevar los resultados de la neurología a


aplicaciones prácticas. ¿Puede resumir cómo llegó a este camino? ¿Tuvo
usted mismo unos momentos en el transcurso de sus investigaciones donde
entendió repentinamente el significado y las posibilidades del ser humano?

Sinceramente, nunca creí que se pudiera hacer ciencia solamente por el


beneficio de la ciencia. Hasta hoy, me parece algo absurdo y horripilante que
existan personas que hacen ciencia solamente por la ciencia, o artistas que
produzcan arte solamente por el arte. Yo creo que somos seres sociales, y lo
seremos por toda la vida, mientras no tengamos la mala suerte de ser
expulsados de las comunidades sociales. Puede haber artistas que se volvieron
muy solitarios porque nadie ya los quería, y porque ya no se les permitió
"pertenecer"; y pueden haber existido científicos en el pasado que se retrajeron
a la ciencia porque ya no querían tener trato con los hombres; pero yo diría que
en este caso también los resultados de tal trabajo científico o artístico serían
cuestionables.
Somos seres organizados socialmente en un mayor grado de lo que admitimos.
En realidad no existimos en singular. Un hombre solitario, creciendo de manera
completamente aislada, no podría hacer nada. No podría ni siquiera hablar; no
sabría usar su mímica y gestos; ni siquiera aprenderíamos a caminar sobre dos
pies sin que alguna persona nos diera el ejemplo de cómo funciona eso; sin
poder imitar a nuestros padres o a alguna otra persona que ya está caminando
erguido. Entonces, parece que nos hemos equivocado mucho con las ideas
individualistas del siglo pasado, y en realidad no podemos existir como seres
aislados.
Sin embargo, cada uno de nosotros es un ser social único. Eso es lo especial en
nosotros los humanos, que no somos como las hormigas donde todas son
iguales y necesitan una reina encima de ellas; sino que hemos desarrollado algo
a través de toda la evolución que probablemente nos ha dado también la
posibilidad de desarrollar todas nuestras maravillosas capacidades mentales en
nuestro cerebro; y es lo que se llama la comunidad individualizada. Eso no es
como un rebaño donde todos corren detrás del búfalo líder; y tampoco es como
un estado de hormigas o un enjambre de abejas donde mediante sustancias
transmisoras todas son atadas unas a otras de tal manera que reaccionan como
un solo organismo. Comunidad individualizada significa que cada uno es

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importante. Cuando uno descubre algo, lo puede comunicar a todos los demás;
y a la vez ninguno puede sobrevivir por sí solo. Nos hemos imaginado que
podemos estar solos, y así hemos desarrollado una cosmovisión egocéntrica, y
los resultados de este proceso deplorable podemos ver hoy por el mundo
entero. Así no podremos sobrevivir por mucho más tiempo.

¿Qué se podría hacer entonces para desarrollar los potenciales existentes;


qué cosas tendrían que cambiar en nuestra sociedad?

La ciencia nunca puede decir "cómo hay que hacerlo"; la ciencia puede
solamente ayudar a la gente a entender qué podría ser importante. Y lo que ha
resaltado la neurología en los últimos años, es que probablemente será
importante cambiar nuestro trato los unos con los otros; que será importante
desarrollar una nueva cultura relacional. Y sobre todo, que deberíamos dejar de
tratarnos mutuamente como si fuéramos recursos. Eso es lo que nos sucedió
porque en el pasado hemos usado todas las cosas en nuestro alrededor como
objetos, y las hemos explotado como recursos. Eso sucedió no solamente con
los minerales, también con las plantas y los animales que estamos criando y
procesando como fuente de alimento, y aun con las personas, hemos convertido
a las personas en recursos. Eso sucedió ya hace mucho tiempo, los esclavos
eran recursos, y algunas personas convierten a sus propios hijos en objetos de
sus métodos educativos.
Cuando una persona experimenta que se la convierte en un objeto, por ejemplo
un obrero cuyo único propósito es aumentar la ganancia de la empresa, o un
alumno que únicamente tiene que cumplir sus obligaciones como alumno,
entonces deja de ser una personalidad, y es solamente un objeto con un rótulo
que indica la función que debe cumplir dentro del sistema. De esta manera
nadie puede desarrollar su potencial; solamente le queda conformarse, si quiere
sobrevivir en un tal sistema. Y a medida que me conformo, dejo de querer algo
por mí mismo. Comienzo a pensar como todos los demás, adquiero los mismos
conocimientos como todos los demás, y así me convierto en una parte de esa
masa colectiva, conformista. Y la sociedad intenta constantemente jalar a la
siguiente generación dentro de esa masa colectiva, porque eso es lo que
conocen y que promete un poco de estabilidad. Y eso se hace, conformando a
los objetos - los niños y jóvenes - mediante recompensas y castigos, hasta que
ellos empiezan a hacer lo mismo con sus propios hijos. Eso es una sociedad de
explotación de recursos.
Creo que llegó el tiempo donde esta forma de trato mutuo llegará a su fin. Eso
es necesario, porque no podremos explotar los recursos del mundo

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infinitamente; en algún momento se acabarán. Por eso vivimos ahora una
transición desde una cultura dominante hasta ahora, la cultura de la explotación
de recursos que necesita jerarquías bien organizadas, sistemas funcionales,
órdenes desde arriba hacia abajo ... esta cultura esta ahora pereciendo y está
siendo sustituida poco a poco por una cultura donde la gente comienza a hacer
lo más hermoso que los seres humanos pueden hacer: ayudarse mutuamente a
desarrollar el potencial de cada uno.

Una vez usted dijo: "Plantar limoneros, en vez de exprimir limones."

Si buscamos una parábola que describe esta nueva cultura, eso es apropiado.
En el pasado se usó esa máquina de exprimir limones, y se optimizó el proceso
de exprimirlos. Por todo el mundo compraron los recursos disponibles y
produjeron jugo de limón. Pero ahora empiezan a darse cuenta de que en el
mundo entero no existen tantos limones como se necesitarían para seguir
produciendo jugo. Entonces llega el momento donde debemos empezar a
plantar limoneros, para que vuelvan a crecer limones.
Eso es el desarrollo de potenciales: Una cultura diferente que no se desarrolla
desde arriba hacia abajo, y que nadie puede imponer. Para que otras personas
desarrollen sus potenciales, solamente podemos invitarlos y animarlos, y
proveerles oportunidades para que ellos mismos experimenten lo que hay
dentro de ellos. Eso será una cultura amorosa donde uno ya no vive y se define
a expensas de otros. Ahora tenemos una cultura donde ya los niños se definen
como "yo soy el que sabe hacer eso y aquello mejor que los demás". En el
futuro eso será diferente. En el futuro se dirá: "Yo soy el que con este talento
particular y con estas capacidades particulares y con estos conocimientos
particulares contribuye de esta manera particular a lo que hacemos todos
juntos: conservar esta tierra."

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