Propuesta de Investigacion

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD

ELABORACION DE UN PLAN DE ACCION


PARA LA Concientización SOBRE LA
VIOLENCIA DE GENERO EN EL SECTOR
LA COMUNIDAD.

AUTOR:

JEISON LEONARDO ÑAÑEZ GONZALEZ

V-.19.634.540
Propuesta de investigacion.

La mujer ha tomado socialmente una figura primordial como sujeto de derecho,


deslastrándose de subordinaciones y discriminaciones de la figura masculina dominante
que la limitaba culturalmente a la figura doméstica. En este siglo la actuación de la
mujer ha tenido un progreso participativo en el área social, educativo, político, laboral
que genera en ella un gran desarrollo personal, siempre en la búsqueda de la
reivindicación de sus derechos inspirada en los principios de igualdad y justicia social
ante los hombres. Este avance fortalece la figura femenina cada vez más comprometida
a la lucha, a la participación social activa evidenciando roles relevantes y significativos.
Sin embargo, es en situaciones de violencia social, la mujer quien es la víctima más
vulnerable, la que se encuentra más propensa a diversos tipos de agresión, esto conlleva
a que la violencia de género se manifieste como un grave problema de salud pública y
de violación de los derechos humanos.

Los derechos humanos de las mujeres en materia de violencia basada en género son
afectados significativamente en un inicio por las concepciones jurídicas tradicionales
con paradigmas positivistas y sexistas, y es en el siglo XX donde se reconoce que sus
causas están en las características estructurales de la sociedad. Es entonces cuando el
Estado como garante de los derechos humanos inició el desarrollo de previsiones
constitucionales para evitar mantener y reproducir el poder patriarcal sobre mujeres,
para descalificarlas, y ante ese poder negarse el goce, disfrute y el ejercicio de sus
derechos. La violencia de género es una situación que se presenta a nivel mundial;
adoptando formas diversas, incluidos la violencia en el hogar; actos lascivos, irrespeto
al ser humano; trata de mujeres y niñas; prostitución forzada; asesinatos, violaciones
sistemáticas, esclavitud sexual, embarazo forzado, mutilación de órganos genitales,
sufrimiento, maltrato físico y psicológico, así como otras prácticas y tradiciones
perjudiciales en detrimento del sexo femenino.

La declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer en el año 1993, adoptada por
la Asamblea General de las Naciones Unidas, demuestra el reconocimiento y la comprensión
internacional de que la violencia de género es una transgresión de los derechos humanos y una
forma de discriminación contra la mujer, caracterizándola como toda violencia física, sexual y
psicológica que producida en el ámbito familiar y en la comunidad, incluyendo los malos tratos,
el abuso sexual a menores, violencia relacionada con el aspecto económico, violencia por parte
del marido o del cónyuge, y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer, declara y
enfatiza que los estados deben condenar la violencia contra la mujer independientemente de las
costumbres, tradiciones o consideraciones religiosas y que estas no pueden ser invocadas para
eludir responsabilidades en los hechos de violencia.

En la Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing para el año 1995, quedó
claramente expresada que la violencia contra la mujer impide que se logren los
objetivos de igualdad de desarrollo y paz, con lo cual se menoscaba el cumplimiento de
los deberes y el disfrute de los derechos fundamentales de las personas, razón por la
cual se instó a que los Estados adoptaran medidas que prevengan y eliminen esta forma
de violencia. En esta Conferencia se definió violencia como: "La intención de utilizar
la fuerza física o verbal para alcanzar un objetivo durante un conflicto. La
violencia en sí misma es una acción devastadora que puede manifestarse de forma
psicológica, verbal, física o sexual". Definición que sentó las bases para la tipificación
del delito de violencia contra la mujer tomando en consideración los cuatro (4) tipos de
agresión especificados.

En Venezuela en el año 2000 se crea el Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER),


Gaceta Nº. 5398 de fecha 26-10-99, decreto 428, organismo que se dirige al logro pleno
de la igualdad de derecho y de hecho entre venezolanas y venezolanos. Su misión es
lograr que se tomen en cuenta y se llevan a cabo dentro del poder ejecutivo los
lineamientos de las políticas públicas que, a favor de las mujeres se establezcan a nivel
nacional. Acotó Ruíz, que INAMUJER queda establecido como órgano permanente de
definición, ejecución, dirección, coordinación, supervisión y evaluación de las políticas
y asuntos relacionados con la condición y situación de la mujer. Más tarde en el 2007 en
Venezuela entró en vigencia la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia, constituyéndose en la normativa legal que permite sancionar el
delito de maltrato a la mujer, en concordancia con la Constitución vigente, como
respuesta a la sociedad, para la búsqueda de la solución a la discriminación de género,
donde el sexo femenino sigue siendo objeto de abuso y víctima de violencia. Esta ley
tiene por objeto prevenir, controlar, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer en
cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, así como asistir a las víctimas de los
hechos de violencia previstos en la misma. La idea de promulgar esta ley fue mantener
el respeto a la dignidad e integridad física, psicológica y sexual de la mujer; igualdad de
los derechos ante el hombre y protección a la familia y cada uno de sus miembros.

Son muchos los esfuerzos que el Estado venezolano ha realizado para garantizar que la
mujer goce de los mismos derechos que tienen los hombres sin sentir que su dignidad e
integridad sean perjudicadas y mucho menos maltratadas por sus parejas vulnerando sus
derechos, evadiendo las leyes que se han creado al respecto. Sin embargo, se puede
apreciar que constantemente se presentan denuncias sobre violencia contra la mujer,
siendo Venezuela uno de los países donde existe un alto índice de este problema entre la
población femenina.

Tomando en consideración lo antes expuesto, motiva el desarrollo de esta investigación


con el fin de analizar la violencia de género en Venezuela, describiendo las causas que
generan una reproducción de la conducta violenta hacia el género femenino y las
consecuencias que estas acciones traen a la sociedad y determinando la importancia de
la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

El presente trabajo está realizado bajo la modalidad de la sistematización donde se


describe el perfil comunitario de esta institución , se realiza el planteamiento del
problema, los antecedentes , las bases teóricas , fundamentos legales , la descripción de
la experiencia , preguntas o interrogantes de la investigación, objetivo general y
objetivos específicos , recorridos metodológico , el plan de acción , la ejecución y el
análisis, aspectos aprendidos, conclusiones y recomendaciones , referencias consultadas
y anexos .

La violencia de genero dejo de ser un problema de cuatro paredes para convertirse en un


verdadero problema de salud pública debido a la gran cantidad de mujeres violentadas y
victimadas a manos de sus parejas, presentándose en los distintos sectores económicos,
sociales y culturales. A partir de los años setentas empezaron a denunciarse
públicamente y hacerse evidente que debía darse respuesta a este grave problema social.
Desde entonces, se han venido sumando esfuerzos a nivel internacional para su
prevención, atención y erradicación. Reflejo de ello ha sido la elaboración de
instrumentos internacionales que obligan a los gobiernos adheridos a tener una
actuación sólida y firme frente a la violencia. Venezuela, no ha estado ajeno a esto,
muestra de ello es la creación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia, aprobada en 2006.
La violencia hacia las mujeres es fundamentalmente parte de una situación de género
que requiere de una mirada diferente, una mirada que identifique las situaciones de
poder y de inequidad hacia las mencionadas. De la misma forma se necesitan
conocimientos específicos sobre las situaciones complejas que llevan a las crisis de
diferentes magnitudes. El presente curso surge de la necesidad de abordar de manera
clara y precisa los lineamientos para la atención a mujeres en situación de violencia
actuando de manera coordinada, integral y con perspectiva de género.

Pretende ser una herramienta útil de trabajo y consulta para las y los profesionales que
intervengan en la atención a las mismas en situaciones de violencia. Partiendo de la idea
de que el conocimiento de la problemática permitirá optimizar la respuesta y adecuar la
atención para que dispongan de los medios necesarios que les permitan poner fin a la
situación de violencia en la que se encuentran.

Planteamiento del problema

Antes de analizar la violencia de género, es importante definir doctrinariamente el


significado de violencia. De acuerdo con Grosman, es la acción ejercida por una o
varias personas donde se somete de manera intencional al maltrato, presión sufrimiento,
manipulación u otra acción atentando contra la integridad física, psicológica y moral de
cualquier persona o grupo de personas. Esto afirma, que la violencia es la presión
síquica o abuso de la fuerza ejercida contra una persona con el propósito de obtener
fines contra la voluntad de la víctima, sometiéndola en consecuencia, a sus designios.
La Organización Mundial de Salud en el año 2005, en su informe mundial de
prevención de la violencia la define como, el uso deliberado de la fuerza física o el
poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un grupo
o comunidad, que cause o tenga muchas posibilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. Esta violencia ejercida
específicamente sobre la mujer, se define como violencia de género; de allí que para
Fernández la conducta violenta sobre la mujer se produce como patrones aprendidos,
transmitidos de padres a hijos; transmisión que se origina en los ámbitos de relación y
por medio de los agentes de socialización primarios como son la familia, la escuela y el
grupo de iguales donde se desenvuelven.
De igual forma, la Organización Mundial de la Salud define Violencia de género como
todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño
físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública
como en la privada. Esta forma de Violencia sobre la mujer afecta a muchos países del
mundo en menor o mayor grado, indistintamente a clases sociales, niveles educativos y
manifestaciones culturales, señalando así la conducta violenta de la pareja y
evidenciando la desaprobación hacia tales hechos, exponiéndolo públicamente a la
sociedad para mostrar la necesaria intervención externa del estado ante los miembros
que lo generan, considerando que no es un asunto de esfera intima de la pareja. Es
cuando la violencia de género, deslastrada como un hecho privado, se muestra no solo
como algo propio de quien la sufre. Muy al contrario, es un atentado contra los derechos
humanos de las mujeres y, por consiguiente, es una cuestión pública. Afecta a todos
desde el momento mismo en que socavan los cimientos de la sociedad y, además,
genera grandes costos económicos y sociales a los paises. Con base a lo anterior, se
llama violencia a la mujer o violencia de género a los actos violentos donde el sujeto
pasivo es de sexo femenino, aunque generalmente se utiliza para englobar únicamente a
aquellos donde el sujeto activo es el hombre, y más concretamente si es su pareja
sentimental o únicamente para abarcar aquellos actos violentos contra la mujer
realizados por motivos discriminatorios sexistas, donde la mujer es objeto de
sufrimiento físico y psicológico, entre otros. La violencia de género o contra la mujer ha
sido definida por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en el
artículo 1º de la "Declaración para la eliminación de la violencia contra la mujer" de la
siguiente manera:

Artículo 1: A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer"


se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que
tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida
privada.

La expresión del daño o sufrimiento sexual y psicológico de la mujer se relaciona


íntimamente con la violencia doméstica, ésta presenta un panorama mundial de tal
magnitud que ha llevado a una mayor conciencia de la gravedad del problema. De
acuerdo a lo señalado en el informe mundial de la OMS la prevención de la violencia
surge en el año 2004. La Alianza para la Prevención de Violencia (VPA), como una red
mundial de organizaciones que trabajan para prevenir la violencia, liderado por los
esfuerzos de organizaciones internacionales y nacionales que ofrece la oportunidad de
unir a grupos de todos los sectores, gubernamentales, no gubernamentales y privados de
muchos países, para producir iniciativas que coadyuven a solventar la problemática
existente en casi todos los niveles de la sociedad mundial. El fenómeno de la violencia
contra la mujer es un asunto que preocupa no solo a la población mundial, también
Venezuela no escapa de ellos, por ser un país donde se enfoca la cultura hacia el
machismo y tiene poca consideración hacia la mujer. La preocupación por el aumento
de la violencia en el seno familiar que afecta a las personas de ambos sexos,
especialmente a mujeres y niños, reconoce las graves consecuencias inmediatas y
futuras que la violencia tiene para la salud, el desarrollo psicológico y social de los
integrantes del grupo familiar lo cual hace imprescindible que la familia reciba la
protección y la asistencia necesaria, convencidos más aún de que la familia es
fundamental para el desarrollo de la sociedad y medio natural para el crecimiento y
bienestar de todos sus miembros, requiere protección y asistencia que les permita
asumir plenamente dentro de la comunidad y de la sociedad, sus responsabilidades. Lo
anteriormente mencionado avala la creación de un sistema normativo especial tendente
no sólo a prevenir, controlar, sancionar y erradicar la violencia contra los integrantes del
grupo familiar, como también a asistir y proteger a las víctimas de los hechos de
violencia en Venezuela. En tal sentido, la Asamblea Nacional diseñó y sancionó la Ley
sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y el Ministerio de
Asuntos para la Mujer (LDMVLV) quien a través del Instituto Nacional de la Mujer
(INAMUJER), suman esfuerzos para definir, ejecutar, dirigir, coordinar, supervisar y
evaluar las políticas que protejan los derechos de la mujeres víctimas de violencia. La
entrada en vigencia de la LDMVLV5 como reguladora de este complejo problema
social en el área doméstica mayormente, llega como una luz de esperanza para aquellas
personas víctimas de ésta; sin embargo, la experiencia ha demostrado que esta ley por sí
sola es letra muerta; sólo uniendo voluntades y esfuerzos tanto de la ciudadanía como de
organismos públicos y privados, incluyendo por supuesto a las instituciones dedicadas a
la investigación jurídica, se puede lograr la efectividad de la aplicación de la ley, a
través de su vigilancia, supervisión y una constante evaluación, tomando en cuenta los
factores que intervienen en este tipo de problemática. Es imprescindible orientar a la
población en general de que todo acto de violencia es contrario a la ley, y por
consiguiente, es factor fundamental para entorpecer el completo y armónico desarrollo
del ser humano; por lo tanto, es necesario generar conciencia en las personas para que
reconozcan que las actuaciones violentas repercuten en el sano crecimiento social
ocasionando consecuencias nefastas para su población, que se manifiestan luego como
rabia, inseguridad, egoísmo y todos estos factores producen efectos negativos que
impiden su avance individual en la sociedad; y más aún, que la mujer es parte integral
de ésta, por lo tanto, debe ser tratada con amor, respeto, consideración y no debe ser
subyugada, ni permitir que sus derechos humanos sean vulnerados por ningún concepto.
La violencia de género manifestada en sus múltiples formas, ha sido categorizada por
muchos autores de diversas maneras entre ellos, el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de Argentina y en Venezuela a tráves de la Ley Nº 26.485.

Violencia Física

Es aquella que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo
de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad
física. Este tipo de violencia es el más visible sobre el cuerpo humano y puede ser
percibida objetivamente por otros, generada habitualmente deja huellas, lo que genera el
reconocimiento social y por tanto jurídico, para rechazar estas acciones. Abarca
cualquier acto no accidental causado con las manos, algún objeto o arma produciendo
moretones, heridas, cortes, fracturas, dolores entre otros.

Violencia Psicológica

La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el


pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones,
comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento,
restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o aislamiento.

Violencia Sexual

Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso
genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o
reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación,
incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de
parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres. Se produce siempre con la
imposición sobre la mujer para la relación de intimidad contra su voluntad. Abuso y uso
de su cuerpo con la imposición de una acción no deseada.

Violencia Económica y patrimonial

La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales


de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus
bienes, pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos,
instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos
patrimoniales. Mediante esta violencia el agresor busca controlar el acceso de la víctima
al dinero y se manifiesta claramente en la retención del ingreso, destrucción de sus
bienes, negación del derecho al trabajo remunerado, quitar sus ingresos económicos.

El Centro de Estudios de la mujer (CEM) en Venezuela para el año 2008, presentó una
serie de datos como una aproximación al análisis estadístico de algunas cifras de la
Violencia contra las Mujeres en el país. El total de casos considerados (enero-octubre)
fue de 8.520 mujeres. Al reportar por tipo se totalizaron 4.437 respuestas (tabla 1) en las
cuales destacaron la violencia psicológica con 42,75% y la violencia física con 37,61%.
La naturaleza de la violencia contra la mujer manifestada en sus distintos tipos dentro
del ámbito familiar ha propiciado comparaciones con la tortura.

Las agresiones están destinadas a lesionar la salud psicológica de la mujer al igual que
su cuerpo, y suelen ir acompañadas de violencia física, económica o sexual. Al igual
que la tortura, las agresiones son impredecibles y guardan poca relación con el
comportamiento de la mujer. Finalmente, las agresiones pueden sucederse una semana
tras otra, durante muchos años. De manera que la violencia en la familia ocurre
principalmente por falta de valores éticos y morales en el seno de sus integrantes, y se
puede presentar en cualquier familia o clase social.

Ciclos de la violencia de genero.

La violencia de género no comienza de forma abrupta, ya que, si fuera así,


prácticamente todas las mujeres saldrían rápidamente de esas relaciones; en
cambio, comienza de forma sutil.
establece cuatro etapas que funcionan en forma de círculo vicioso, enredando a la
víctima entre éstas, siéndole muy complicado, salir de él.

1. Etapa de acumulación de tensión.

El agresor se muestra constantemente irritable y, cualquier cosa que hace la víctima, se


percibe como una provocación. Los episodios de ira o molestia cada vez son
más frecuentes, y la victima comienza a temer las reacciones del hombre, intentando
siempre evitar cualquier problema o discusión que pueda detonar la ira de su pareja.
El agresor culpabiliza a la mujer de todo lo que pasa e intenta imponer sus ideas y sus
razonamientos, y ella acaba aceptando y dudando de su propio criterio.

2. Etapa de explosión o estallido de la violencia.

El agresor termina explotando, pierde el control, y agrede a la mujer: verbal,


físicamente, o ambas; también amenaza, y trata de dañar (y controlar) a la víctima
a través de objetos que ella aprecia. La víctima no se defiende, ya que, a través de
la fase anterior ha aprendido que no puede hacer nada para evitarlo. El agresor
trata de aleccionar a la mujer a través del maltrato. Generalmente, tras el episodio
de violencia, aunque el agresor puede reconocer lo desmedido de todo lo ocurrido,
suele justificarlo en base al comportamiento de su pareja.

3. Etapa de distanciamiento.

Esta fase sirve de puente entre la anterior y la siguiente. La víctima siente rechazo
hacia el agresor por las agresiones recibidas, y es en este momento cuando más
probable es la ruptura o salida de la relación, ya que, de alguna forma, es posible
que la víctima retome fuerzas y decida buscar ayuda.

4. Etapa de reconciliación o de “luna de miel”

Llega cuando el agresor se muestra arrepentido de su conducta y actitud, y se


disculpa, prometiendo cambiar y asegurando que no volverá a suceder nada
parecido; se esfuerza en tener detalles, ser más cariñoso de lo que ha sido nunca,
no muestra sus conductas inadecuadas, haciéndole creer a la víctima que el cambio
es real e inmediato, e incluso cede a algunas de las peticiones de la mujer. Esta,
termina creyendo que realmente no volverá a ocurrir, que su pareja es buena y que
el amor que siente por ella, puede cambiarle. Se produce la reconciliación.
Cuando el agresor se siente seguro y realmente perdonado, vuelve a dar comienzo
al ciclo. En las sucesivas vueltas, cada vez, la fase de luna de miel se va dando
con menos frecuencia y durante menos tiempo, y la del estallido de la violencia,
cada vez está más presente.

La mujer, sin darse cuenta, se hace cada vez más dependiente, se siente más
aislada, y tiene menos fuerza para luchar.

Como hemos visto, el primer paso para romper el ciclo de la violencia es buscar
ayuda, ya que la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran estas mujeres
(y sus hijos, si los tienen), les hace estar tremendamente asustadas. La denuncia es
imprescindible para iniciar el camino de separarse del agresor. Debemos proteger a
la víctima no solo de manera judicial, sino psicológica, para que comprenda este
ciclo de violencia, y pueda interiorizar que el único culpable es el agresor y no
ella. Por eso, como familiares o amigos/as, es muy importante detectar las
señales o los indicios, ya que es posible que la víctima se haya separado de su
círculo íntimo, o se haya aislado socialmente, resultándole más difícil la petición
de ayuda.

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