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FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TITULO DE INFORME ACADÉMICO:


Medidas Cautelares

AUTOR(ES):
Diaz Celiz, Oscar Sebastian (https://orcid.org/ 0000-0002-2152-0289)
Salas Barahona Jeffer Esleyter (https://orcid.org/ 0000-0001-7507-765X)
Salas Torres Ángel Nicolás (https://orcid.org/0000-0002-2354-7426)
Ruiz Lazo, Juan Marcial (https://orcid.org/ 0000-0003-2673-3221)
Vargas Vargas, Analy (https://orcid.org/0000-0003-4033-5860)

ASESOR:
Dr. Tuesta López, Ricardo (https://orcid.org/0009-0002-3898-4503)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

LÍNEA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA:


Derecho Público

Moyobamba – Perú

2024
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN:
II. DESARROLLO:
III. PODER CAUTELAR GENERAL
IV. REQUISITOS Y CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES
V. EFECTOS Y FINALIDAD DEL LAS MEDIDAS CAUTELARES
VI. JUEZ COMPETENTE
VII. CARACTERISTICAS
VIII. REQUISITOS DE LA DEMANDA CAUTELAR
IX. AFECTACIÓN CON MEDIDA CAUTELAR SOBRE BIEN DE UN TERCERO
X. CONCLUSIONES:

REFERENCIAS:

ANEXOS:
I. INTRODUCCIÓN:

El objetivo de este informe es hacer una examinación rigurosa pero concisa de


sus variantes y como el mecanismo funciona bajo la codificación nacional y bajo
las seis características importantes recogidas en el TUO. Ciñéndonos la definición
del civilista Ramón Huapaya Tapia, entendemos a las medidas cautelares (que
son conocidas también como tutelas) como un modo de impedir que un proceso
se vea frustrado por factores fuera de control que puedan suceder bajo el
proceso. Esperando que sea muestra del estudio que pretendemos dar y el
entendimiento que hemos llegado a este elemento de vital importancia para el
proceso contencioso administrativo.

En el ámbito judicial, las medidas cautelares representan un instrumento


fundamental para garantizar la eficacia de la administración de justicia y la
protección de los derechos de las partes en un proceso legal. Estas medidas,
también conocidas como medidas provisionales o precautorias, se adoptan con el
fin de evitar que se cause un perjuicio irreparable a una de las partes durante el
desarrollo de un proceso judicial.

Las medidas cautelares pueden ser de diversa índole, dependiendo de la


naturaleza del asunto y de las circunstancias del caso. Algunas de las medidas
más comunes incluyen la prohibición de realizar ciertas acciones, como la
enajenación de bienes, la prestación de garantías económicas o el aseguramiento
de bienes o documentos relevantes para el proceso.

La adopción de medidas cautelares requiere de una valoración cuidadosa por


parte del juez, quien debe evaluar si existe un riesgo cierto de que se produzca un
daño irreparable si no se adopta la medida. Es importante destacar que estas
medidas tienen un carácter provisional y están sujetas a la evolución del proceso
judicial, pudiendo ser modificadas o levantadas en función de las circunstancias
del caso.

Las medidas cautelares son un instrumento jurídico de vital importancia para


garantizar la protección de los derechos de las partes en un proceso judicial,
contribuyendo así a la efectividad y la equidad de la administración de justicia.
También se hablará de temas como la contra cautela que debe ser
proporcionada al posible daño que pueda causar la medida cautelar y debe ser
fijada por el juez o tribunal competente al momento de dictar la medida cautelar.
El incumplimiento de la contra cautela puede dar lugar a la revocación o
modificación de la medida cautelar, así como a la imposición de sanciones a la
parte que la solicitó, la cual es un mecanismo que busca equilibrar el derecho de
una parte a solicitar una medida cautelar con el derecho de la contraparte a no
sufrir daños injustificados como consecuencia de dicha medida. Es una garantía
que debe ofrecer la parte solicitante para proteger los derechos de la parte
afectada por la medida cautelar.

Así mismo la contra cautela se relaciona con la protección del interés público al
equilibrar la defensa de los derechos individuales en un proceso judicial con la
salvaguarda de los intereses generales de la sociedad. Las medidas de innovar y
no innovar, que son tipos específicos de medidas cautelares, pueden tener un
impacto en el interés público, por lo que es importante asegurar que su adopción
esté justificada y que se establezcan las garantías necesarias para proteger a las
partes involucradas y a la sociedad en su conjunto.

En el caso de las medidas de innovar, que implican ordenar acciones como el


restablecimiento de una situación anterior a un acto ilegal, es esencial contar con
una contra cautela adecuada para compensar posibles daños derivados de la
medida. Esto se debe a que la innovación puede afectar a terceros y al interés
público, por lo que es necesario tomar precauciones para mitigar cualquier efecto
negativo.

Por otro lado, las medidas de no innovar, que buscan mantener una situación
existente sin cambios hasta que se resuelva un proceso judicial, también pueden
afectar al interés público si impiden la adopción de medidas necesarias para
protegerlo. En estos casos, la contra cautela puede servir como un mecanismo
para equilibrar la protección de los derechos individuales con la necesidad de
garantizar que el interés público no se vea perjudicado.

La contra cautela se relaciona con la protección del interés público en el contexto


de las medidas de innovar y no innovar al asegurar que se adopten estas medidas
de manera equilibrada, protegiendo tanto los derechos individuales como el
interés general de la sociedad.

En este informe, además de explorar la función y la importancia de las medidas


cautelares en el ámbito judicial, nos adentraremos en aspectos cruciales como la
contra cautela. Esta última, de suma relevancia, actúa como un contrapeso
necesario para salvaguardar los derechos de todas las partes involucradas,
mitigando los posibles daños injustificados que puedan surgir como resultado de
la aplicación de una medida cautelar. En este sentido, nos enfocaremos en
comprender cómo la contra cautela no solo protege los intereses individuales,
sino que también juega un papel fundamental en la preservación del interés
público, asegurando un equilibrio justo entre la defensa de los derechos
particulares y la salvaguardia de los intereses colectivos de la sociedad. Además,
exploraremos detalladamente el impacto de las medidas de innovar y no innovar,
examinando cómo estas medidas específicas pueden influir en el interés público y
cómo la contra cautela se erige como un mecanismo esencial para garantizar que
su adopción sea equitativa y que se minimicen los potenciales efectos adversos
tanto para las partes involucradas como para la sociedad en su conjunto.
II. DESARROLLO:

PODER CAUTELAR GENERAL

El poder cautelar general es la facultad que tienen los jueces para ordenar
medidas provisionales con el fin de prevenir posibles daños o perjuicios mientras
se resuelve un caso. Esta potestad les permite tomar decisiones sobre los hechos
del caso y valorar las pruebas presentadas, sin estar limitados por disposiciones
legales específicas, guiándose por su buen criterio y razonamiento. Existe un
principio reconocido que establece que cuando la ley le otorga al juez la
posibilidad de "poder" actuar de cierta manera, se entiende que lo habilita a
proceder según su prudente arbitrio, buscando la solución más justa y razonable.
En esencia, el poder cautelar general es una facultad que honra la noble labor del
juez, permitiéndole aplicar su razón y conciencia al servicio de la justicia.

PODER CAUTELAR DEL JUEZ


Basándose en las normas legales aplicables, se infiere que el juez está facultado
constitucionalmente para ordenar cualquier medida cautelar que se requiera en
un caso específico, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de los derechos
y evitar que la ejecución de la sentencia definitiva sea ineficaz. De hecho, el poder
cautelar del juez abarca la potestad de decretar medidas cautelares de oficio,
cuando las circunstancias particulares del caso así lo justifiquen, es decir, cuando
en el proceso se presenten elementos que satisfagan los requisitos legales para
proceder con tales medidas.

REQUISITO Y CLASES DE MEDIDAS CAUTELAR

Las medidas cautelares se solicitarán junto con la demanda principal.


Sin embargo, también es posible solicitar medidas cautelares antes de la
demanda si quien las pide en ese momento alega y demuestra razones de
urgencia o necesidad.
En este último caso, las medidas acordadas quedarán sin efecto si la demanda no
se presenta ante el mismo tribunal que conoció la solicitud de medidas cautelares
dentro de los 20 días siguientes a su adopción. El tribunal, de oficio, ordenará
revocar o levantar las acciones realizadas para cumplir las medidas, condenará al
solicitante al pago de costas y declarará que es responsable por los daños y
perjuicios causados al sujeto respecto del cual se adoptaron las medidas.
El requisito de presentar la demanda en 20 días no aplicará en casos de
formalización judicial del arbitraje o arbitraje institucional. En esos casos, para
mantener la medida cautelar, bastará con que la parte beneficiada realice las
actuaciones necesarias para iniciar el procedimiento arbitral.
Después de presentada la demanda o durante la tramitación de un recurso, sólo
se podrá solicitar la adopción de medidas cautelares si la petición se basa en
hechos y circunstancias que justifiquen la solicitud en esos momentos procesales.

CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES.

Están previstas en el artículo 588 del CPC, y se agrupan en cuatro tipos, a saber:

a) El embargo de bienes muebles: Es una medida cautelar decretada por la


autoridad judicial para asegurar el resultado de un proceso judicial, mediante la
cual se impide la disposición de ciertos bienes muebles específicos.
b) El secuestro de bienes determinados: El secuestro consiste en el depósito
de bienes muebles o inmuebles objeto de un litigio, en manos de terceros y con
fines preventivos y de conservación, realizado por las partes interesadas o
decretado por el Tribunal.

c) La prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles: Esta medida no


afecta ni perturba de manera inmediata al afectado, sino que constituye una
limitación al derecho de propiedad y, por lo tanto, su interpretación debe ser
siempre restrictiva y no puede aplicarse por analogía.

d) Medidas cautelares innominadas: Establecidas en el Parágrafo Primero del


Artículo 588 del Código de Procedimiento Civil, la redacción es bastante genérica,
ya que sería difícil enumerar todos los casos en los que se podrían solicitar estas
medidas cautelares. Sin embargo, es indudable que, para acordarlas, el Juez
deberá vigilar estrictamente los requisitos del fumus boni iuris (apariencia de buen
derecho) y el periculum in mora (peligro por la demora procesal).
EFECTOS Y FINALIDAD DEL LAS MEDIDAS CAUTELARES

EFECTOS

● MEDIDAS PARA ASEGURAR BIENES

Existen medidas cautelares que tienden a asegurar la ejecución forzada,


como el embargo preventivo, la intervención sustitutiva del embargo, el
secuestro y la inhibición general de bienes.
Otras medidas cautelares buscan mantener un statu quo, como la
prohibición de innovar y de contratar, la anotación de la litis y la
intervención de mera vigilancia.

● MEDIDAS PARA ASEGURAR PERSONAS

Algunas medidas tienden a la guarda provisional de personas, como la


prisión preventiva, entre otras. Otras buscan satisfacer necesidades
urgentes, como los alimentos provisionales.

● FINALIDAD DE LAS PROVIDENCIAS CAUTELARES:

La providencia cautelar nace al servicio de una providencia


definitiva, más que para hacer justicia, contribuye a garantizar
el eficaz funcionamiento de la justicia. Surge como una
auténtica garantía para obtener la tutela efectiva y definitiva de
los derechos sustanciales. Es decir, está al servicio de la
persona y no sólo del poder judicial.

JUEZ COMPETENTE
Artículo 608.- Juez competente, oportunidad y finalidad
El juez competente para dictar medidas cautelares es aquel que se encuentra
facultado para conocer las pretensiones de la demanda. El juez puede, a pedido
de parte, ordenar una medida cautelar antes de iniciado el proceso o dentro de
éste, salvo disposición distinta establecida en el Código Procesal.
Todas las medidas cautelares previas al proceso, destinadas a asegurar la
eficacia de una misma pretensión, deben solicitarse ante el mismo juez, bajo
sanción de nulidad de las resoluciones cautelares dictadas. El solicitante debe
expresar claramente la pretensión que planea demandar.

Es evidente que el juez competente para dictar medidas cautelares es el


competente para conocer las pretensiones de la demanda, cuya efectividad, en
caso de ser amparadas en la sentencia, se desea asegurar a través de esas
medidas cautelares.

Así, la regla que asigna el conocimiento de las medidas cautelares al juez


competente para la demanda, es una consecuencia lógica de la instrumentalidad
de las medidas cautelares respecto a la tutela principal.

En la medida que la tutela cautelar es instrumental para la efectividad de la tutela


principal, entonces el juez competente para otorgarla debe serlo también para
conocer las pretensiones de la demanda.

En primer lugar, debe existir un juez competente para conocer las pretensiones de
determinada demanda, y en segundo lugar, ese mismo juez podrá dictar las
medidas cautelares que aseguren la efectividad de las pretensiones de una de las
partes, observando ciertos requisitos y características.

El aseguramiento se caracteriza por mantener o constituir una situación adecuada


para que, cuando jurídicamente puedan desarrollarse los efectos de la sentencia
principal, efectivamente puedan hacerlo sin obstáculos difíciles de superar y con
toda plenitud.

El aseguramiento no produce una satisfacción directa de la pretensión deducida


en el proceso principal, sino la afectación de determinados bienes para la futura
ejecución forzada y una cierta preferencia a percibir el producto resultante de su
realización.

En otras palabras, las medidas cautelares se dictan para asegurar la satisfacción


del interés de la parte que las ha solicitado, interés que radica en la pretensión de
quien requirió la medida cautelar y que por el paso del tiempo podría verse
perjudicado indefinidamente.

CARACTERISTICAS

Las medidas cautelares tienen tres características principales, que se encuentran


estrechamente vinculadas entre sí: provisionalidad, instrumentalidad y
variabilidad.
Artículo 612.- Características de la medida cautelar: Toda medida cautelar
importa un prejuzgamiento y es provisoria, instrumental y variable.

Provisionalidad: En efecto, las medidas cautelares tienen una vida limitada en el


tiempo, que culminará cuando sobrevenga un evento jurisdiccional sucesivo, que
consiste en la tutela definitiva. Por lo tanto, se puede concluir que la
provisionalidad de las medidas cautelares es una consecuencia de su carácter
instrumental.
Instrumentalidad: Así como el proceso es un instrumento para hacer efectivos
los derechos sustanciales, la tutela cautelar es un instrumento para garantizar la
eficacia del proceso, por lo que las medidas cautelares son un instrumento del
instrumento (Calamandrei) o, visto desde otro ángulo, son una garantía de la
garantía (garantizan la eficacia del proceso que a su vez garantiza la efectividad
de los derechos sustanciales).

Calamandrei explicó claramente que en las medidas cautelares, más que la


finalidad de actuar el derecho, hay la finalidad inmediata de asegurar la eficacia
práctica de la providencia definitiva que servirá para actuar el derecho. La tutela
cautelar es, en relación al derecho sustancial, una tutela mediata: más que hacer
justicia contribuye a garantizar el eficaz funcionamiento de la justicia.

Así pues, la instrumentalidad de la medida cautelar se sostiene en que nace al


servicio del proceso principal, subordinada siempre a sus resultas. Si se declara
fundada la pretensión, la medida deja de ser cautelar y se convierte en medida de
ejecución; si termina con sentencia desestimatoria, se cancela la medida. Lo
mismo ocurre con otras formas de conclusión del proceso. Por ello, debe existir
un proceso principal pendiente simultánea o posteriormente. Entonces la
instrumentalidad es el límite temporal de toda medida cautelar.

La instrumentalidad determina que la tutela cautelar garantice la eficacia de la


tutela jurisdiccional solicitada para la situación sustancial en el proceso.

Variabilidad: Al conceder o denegar una medida, el juez evaluó determinadas


circunstancias que en ese momento constituían, a su juicio, la apariencia de
fundabilidad de la pretensión, el peligro de la demora y la razonabilidad de la
medida para garantizar su eficacia. Pero es posible que durante el proceso estas
circunstancias varíen, lo cual está previsto al proveer la tutela cautelar de
variabilidad.

REQUISITOS DE LA DEMANDA CAUTELAR

Artículo 610.- Requisitos de la solicitud


El que pide la medida debe:
1.- Exponer los fundamentos de su pretensión cautelar.
2.- Señalar la forma de ésta.
3.- Indicar, si fuera el caso, los bienes sobre los que debe recaer la medida y el
monto de su afectación.
4.- Ofrecer contra cautela.

5.- Designar el órgano de auxilio judicial correspondiente, si fuera el caso.


Cuando se trate de persona natural, se acreditará su identificación anexando
copia legalizada de su documento de identidad personal.

a) Exponer los fundamentos de la pretensión cautelar: Al exigir la exposición


de los fundamentos, se refiere a la argumentación que debe realizarse respecto a
si la medida solicitada reúne los presupuestos, especialmente la verosimilitud del
derecho y el peligro en la demora, ya que para demostrar su existencia en el caso
concreto tienen que ser expresados, fundamentados y motivados.
b) Señalar la forma de la medida: El peticionante debe indicar de manera
expresa la clase de medida cautelar, su modalidad y forma; por ejemplo, si es
para futura ejecución forzada, indicar si es embargo o secuestro y, si es embargo,
especificar su forma (retención, depósito, inscripción, intervención en
recaudación, etc.).

c) Indicar bienes y monto de afectación: Si la medida cautelar protege


derechos extrapatrimoniales (sobre la persona), no es necesario indicar bienes.
Pero si garantiza obligaciones dinerarias, sí se deben señalar e identificar los
bienes sobre los que recaerá y el monto de su afectación.

d) Ofrecer contra cautela: La contra cautela es un requisito de procedencia, no


de ejecución, de las medidas cautelares. Su finalidad es asegurar la
indemnización por los daños y perjuicios que pueda causar la ejecución de una
medida cautelar innecesaria o temeraria.

e) Designar órgano de auxilio judicial: El órgano de auxilio será la persona


natural o jurídica que contribuya a la ejecución de la medida cautelar específica
(custodio, depositario, institución bancaria, etc.), según lo requiera su tipo y forma
de ejecución.

AFECTACIÓN CON MEDIDA CAUTELAR SOBRE BIEN DE UN TERCERO

-Como primera premisa, una medida cautelar puede recaer sobre bienes de un
tercero cuando se acredite su relación o interés con la pretensión principal, con la
salvedad de que el tercero haya sido previamente notificado con la demanda (Art.
623 CPC). Es decir, no podrá afectarse con medida cautelar los bienes de un
tercero que, a pesar de tener relación o interés con la pretensión demandada, no
ha sido debidamente emplazado, ni tampoco los bienes de aquel tercero que no
tiene relación ni interés con dicha pretensión.

-Por ello, cuando se ejecuta una medida cautelar sobre bienes propiedad de un
tercero sin relación o interés con la pretensión demandada, o teniéndolo no ha
sido emplazado, este tercero se encuentra legitimado para intervenir en el
proceso (principal o cautelar) a fin de que se reconozca su derecho de propiedad
frente al peticionante de la medida y el demandado, y lograr la desafectación de
sus bienes, invocando su interés legítimo y aportando medios probatorios como el
título de propiedad registrado (Arts. 100, 101 y 539 CPC).

-Cuando quede fehacientemente acreditado que los bienes afectados son


propiedad de un tercero que no es el demandado y que además no tiene relación
ni interés con la pretensión o no ha sido emplazado, el juez debe disponer la
inmediata desafectación de esos bienes indebidamente afectados, aun cuando la
medida no se haya formalizado o ejecutado (Art. 624 CPC). Pero la intervención
procesal del tercero afectado no está permitida taxativamente cuando la medida
no ha sido ejecutada.

-Como resarcimiento por la indebida afectación, el juez indemnizará


discrecionalmente al tercero con la contracautela ofrecida por quien pidió la
medida, sin perjuicio de la indemnización a que tenga derecho el tercero.
Además, se impondrán costas, costos y multa al peticionante, y se oficiará al
Ministerio Público si se acredita su mala fe.

- Como segunda premisa, la contra cautela tiene carácter indemnizatorio,


buscando asegurar que el afectado con una medida indebida o innecesaria
obtenga el resarcimiento por los daños y perjuicios de su ejecución (Art. 613
CPC). Corresponde al juez aceptar la contra cautela ofrecida en cuanto a
naturaleza (real o personal) y monto, pudiendo graduarla, modificarla o cambiarla
según las circunstancias.

- Se plantea un ejemplo donde el ejecutante pide una medida cautelar de


inscripción sobre un bien que creía propiedad del ejecutado, ofreciendo caución
juratoria como contra cautela. Pero cuando el registrador va a inscribir la medida,
advierte que el bien ahora pertenece a un tercero, quien pierde una oferta de
compraventa por la anotación registral de la medida, pese a que esta no llegó a
ejecutarse. Ante ello, se analiza que pese a no haberse ejecutado la medida, el
tercero estaría facultado para intervenir y solicitar se le indemnice, limitándose a
lograr la desafectación de sus bienes. Y dado que la caución juratoria haría
inviable cobrar la indemnización, el tercero al intervenir deberá solicitar que el juez
varíe la contra cautela por una que permita hacer efectivo el cobro indemnizatorio.

XI. CONCLUSIONES:

Las medidas cautelares juegan un papel crucial en los sistemas judiciales al


permitir los derechos e intereses durante el transcurso de un proceso legal,
siendo estas una herramienta fundamental en el ámbito judicial y administrativo
diseñadas para garantizar que las decisiones sean efectivas.

Siendo su objetivo principal empleadas proteger y asegurar que las decisiones


judiciales no sean obstaculizadas por las acciones de las partes involucradas,
llevándose a acabo de manera transparente para asegurar la eficacia durante el
debido proceso de la decisión final para así prevenir los daños irreparables que
pueden causar.

Incluyendo diversas formas, como embargos, restricciones de actos o mandatos


de distancia, según las particularidades de cada caso. Siendo estas temporales
ajustándose de acuerdo al avance de cada proceso legal.

La eficacia de las medidas cautelares reside en su implementación rápida y en su


capacidad para prevenir daños irreparables. Al imponer medidas cautelares, los
tribunales deben aplicar el principio de proporcionalidad, asegurando que la
medida sea necesaria para alcanzar el objetivo deseado y que no cause un
perjuicio desproporcionado a la parte afectada.
Asimismo, las medidas cautelares pueden ser revisadas a lo largo del proceso
judicial y conforme cambien las circunstancias o se presente nueva evidencia,
garantizando que estas sean justas y proporcionales en todo momento.

REFERENCIAS:

MARTINEZ BOTOS, Raul. Medidas cautelares. Editorial Universidad

Bs. As. 1.994.p. 6.

VELÁSQUEZ, Juan Guillermo. Los procesos y las medidas cautelares.Temis.


2.004. p. 387-457.

Palacio Lino Enrique, “La venerable antigüedad de la Medida Cautelar

Innovativa”, en Medidas Cautelares T.1, Rev. De Derecho Procesal, Ed.

Rubinzal –Culzoni, 1998.

Perrachione Mario C., K Medidas Cautelares, Ed. Mediterranea, año 2006,

pág. 16

ANEXOS:

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