Las Emociones

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Emoción

Te explicamos qué es una emoción, su función y cuáles son las


principales y secundarias. Además, diferencias con los sentimientos.

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3 min. de lectura

Las emociones son fenómenos psicológicos y fisiológicos.


¿Qué es una emoción?
Llamamos emoción a cierto tipo de fenómenos psicológicos y fisiológicos que se
manifiestan en nuestra conducta, nuestras percepciones corporales y
nuestra conciencia, como reacción adaptativa ante un estímulo importante. Dicho
de otro modo, se trata de reacciones tanto mentales como corporales a un
estímulo determinado o un conjunto de ellos, integradas a nuestros sistemas
primarios de conducta.

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Las emociones son complejas y diversas, al punto tal que solemos hablar de la
“vida emocional” o de nuestro “costado emocional”, dado que en ocasiones
pueden contrariar o escapar al control de la conciencia. Pero no debemos
confundirlas con los sentimientos: estos últimos son más duraderos en el tiempo
y son justamente la consecuencia, la exteriorización, de las emociones.

Las emociones forman parte de quienes somos y son comunes a todos los seres
humanos, e incluso a muchos animales superiores. Aunque tradicionalmente se
les ha contrapuesto la razón, partiendo del punto de que debemos operar siempre
guiados por ésta y no dejándonos llevar por las emociones, lo cierto es que
tampoco es posible negarlas.

Ver además: Inteligencia emocional

Tipos de emociones
Existen dos tipos de emociones, de acuerdo a los especialistas:

Las emociones básicas o primarias son universales a todas las culturas y parecen
estar inscriptas biológicamente en nuestros cuerpos:

 Alegría, como un niño al recibir un obsequio en Navidad.


 Enfado, como una persona que es insultada en público.
 Miedo, como alguien a quien persigue un perro enorme y rabioso.
 Tristeza, como una persona que pierde a un ser querido.
 Sorpresa, como a quien asombran con un truco de magia.
 Asco, como alguien que prueba una fruta podrida.

A partir de estas seis emociones, se compone un verdadero panorama de


emociones secundarias, en las que se combinan diferentes aspectos de las
primarias y que se manifiestan de acuerdo a códigos sociales, culturales y
personales aprendidos, aunque en ellas siempre habrá vestigios de las emociones
primarias que les dieron nacimiento.

De acuerdo a algunos puntos de vista, las emociones secundarias pueden


comprenderse como sentimientos. Son emociones más complejas y refinadas
intelectualmente, poseen un importante componente cultural y tradicional, de
modo que pueden cambiar significativamente de expresión dependiendo de
la persona o del grupo humano.

Algunas emociones secundarias son:

 Culpa, como quien ha lastimado a un amigo sin intención de hacerlo.


 Desconfianza, como a quien le ofrecen un trato muy bueno para ser
verdad.
 Aburrimiento, como un niño obligado a estar sin distracciones en la
oficina de papá.
 Amor, como el que sentimos por nuestros familiares o por nuestras
parejas.
 Melancolía, como la “felicidad triste” que nos da observar viejas
fotos.
 Serenidad, como la que siente una persona que vacaciona en un sitio
apacible.
 Satisfacción, como el que nos brinda cumplir con una meta
largamente deseada.

¿Para qué sirven las emociones?


Las emociones son respuestas intensas y breves para estímulos agradables o
desagradables que experimentamos en nuestras vidas. Su rol es adaptativo, es
decir, nos ayudan a lidiar, con mayor o menor éxito, con todo aquello que ocurre
a nuestro alrededor y que nos afecta. A grandes rasgos, su propósito puede
resumirse en:

 Reaccionar ante un estímulo externo. Las emociones nos disponen


rápidamente para hacer frente a las experiencias que nos afectan
profundamente. Esto es fácil de percibir con el miedo, por ejemplo,
que nos alerta de un posible peligro; o la rabia, que nos alista para
responder con violencia a una agresión. Ambas inciden en el ritmo
cardíaco, en la oxigenación sanguínea y nos preparan para defendernos
o para huir.
 Comunicar socialmente lo vivido. Dado que es imposible saber lo
que piensan los demás, las expresiones físicas y conductuales de las
emociones nos dan una pista útil respecto de cómo se sienten, y eso
nos permite empatizar y comunicarnos mejor. De hecho, emociones
como la tristeza se manifiestan en lágrimas y gestos faciales
rápidamente reconocibles por otros, y que los mueven hacia
la empatía, la compasión y pueden invitarlos a ayudar.
 Motivar una conducta provechosa. De manera similar, las
emociones placenteras nos refuerzan a nosotros y a quienes conforman
nuestro entorno social determinadas conductas o acciones. La alegría,
por ejemplo, es una emoción que buscamos activamente, y con la que
nos recompensamos cuando cumplimos una meta o logramos algo que
nos habíamos propuesto. La tristeza, en ese mismo sentido, puede
servir para desmotivar una conducta “inapropiada”.

Emociones y sentimientos
Deben diferenciarse las emociones y los sentimientos, a pesar de que ambas
palabras suelen usarse como sinónimos en el lenguaje coloquial. De hecho, se
trata de las dos caras de una misma moneda.

Sin embargo, por un lado, las emociones son reacciones profundas y transitorias,
que alteran no sólo nuestra psique, sino que también desencadenan respuestas
fisiológicas del organismo. Por su parte, los sentimientos son el fruto de la
percepción racional de las emociones, o sea, ocurren cuando cobramos
conciencia de nuestras emociones, y por lo tanto son más duraderos y
complejos.

Por ejemplo, podemos identificar la rabia como una emoción primaria muy
poderosa: fluye rápido, impacta en nuestro cuerpo y en nuestra conducta, y tan
pronto como el estímulo que la disparó queda atrás en el tiempo, desaparece.
Entonces suele aparecer la culpa, al cobrar conciencia de lo que hicimos o
dijimos durante el momento en que la rabia nos poseía. La culpa vendría a ser así
un sentimiento, ya que está implicado en ello la racionalidad.

Reacciones emocionales
Llamamos reacciones emocionales, como su nombre lo sugiere, a aquel tipo
de reacciones que van de la mano de las emociones, especialmente las
primarias. Las emociones, como hemos visto, nos invitan siempre a actuar: ya
sea física, social o conductualmente, nos movilizan, y eso que hacemos para
exteriorizarlas son, justamente, las reacciones emocionales.

Las reacciones de este tipo pueden ser violentas, apasionadas y poco racionales, o
justamente pueden filtrarse a través del tamiz de la conciencia, para hacerlas más
manejables y socialmente correctas.

Por ejemplo, la rabia es afín a todos los seres humanos, pero no todos vamos y
agredimos físicamente a quien nos la hizo sentir, sino que podemos -hasta cierto
punto- modular nuestras reacciones y expresar la rabia a través de otros procesos
que, a la larga, no nos traigan tantas complicaciones y malestares.

Fuente: https://concepto.de/emocion/#ixzz8eUPGMQJ0

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