Hora Santa SJB
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GUPIA: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
TODOS: Amén.
GUÍA: En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado…
TODOS: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
• Jesús, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman.
• Jesús, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman.
• Jesús, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman.
GUÍA: Iniciemos nuestra adoración reconociendo nuestra fragilidad humana, pidiendo perdón
por alejarnos de Cristo que nos pide que sigamos buscando nuestra conversión, la renovación
de nuestro corazón para vivir con más entusiasmo nuestra fe.
TODOS: Yo confieso, ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso
ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que
intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. Amén
REFLEXIÓN: ORIGEN DE LA SOLEMNIDAD
GUÍA: La Iglesia celebra normalmente la fiesta de los santos en el día de su nacimiento a la vida
eterna, que es el día de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace una excepción y
se celebra el día de su nacimiento. San Juan, el Bautista, fue santificado en el vientre de su
madre cuando la Virgen María, embarazada de Jesús, visita a su prima Isabel, según el
Evangelio.
Esta fiesta conmemora el nacimiento "terrenal" del Precursor. Es digno de celebrarse el
nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegría, para todos los hombres, tener a
quien corre delante para anunciar y preparar la próxima llegada del Mesías, o sea, de Jesús. Fue
una de las primeras fiestas religiosas y, en ella, la Iglesia nos invita a recordar y a aplicar el
mensaje de Juan.
DIÓCESIS DE TABASCO
DECANATO SANTA MARÍA DE GUADALUPE
PARROQUIA SEÑOR DE TAMULTÉ Y GRAN PODER
GUÍA: Escuchemos ahora las palabras de la Sagrada Escritura que nos revelan la misión y el
testimonio de San Juan Bautista.
• Lectura del Evangelio según San Lucas 3, 1-18 (El ministerio de Juan Bautista)
Era el año quince del reinado del emperador Tiberio. Poncio Pilato era gobernador de
Judea, Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Filipo en Iturea y Traconítide, y
Lisanias en Abilene; Anás y Caifás eran los jefes de los sacerdotes. En este tiempo la
palabra de Dios le fue dirigida a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto.
Juan empezó a recorrer toda la región del río Jordán, predicando bautismo y conversión,
para obtener el perdón de los pecados. Esto ya estaba escrito en el libro del profeta
Isaías: Oigan ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus
senderos. Las quebradas serán rellenadas y los montes y cerros allanados. Lo torcido
será enderezado, y serán suavizadas las asperezas de los caminos. Todo mortal
entonces verá la salvación de Dios.
Juan decía a las muchedumbres que venían a él de todas partes para que las bautizara:
«Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se acerca?
Produzcan los frutos de una sincera conversión, pues no es el momento de decir:
"Nosotros somos hijos de Abraham". Yo les aseguro que Dios puede sacar hijos de
Abraham también de estas piedras. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y
todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.»
La gente le preguntaba: «¿Qué debemos hacer?» Él les contestaba: «El que tenga dos
capas, que dé una al que no tiene, y el que tenga de comer, haga lo mismo.»
Vinieron también cobradores de impuestos para que Juan los bautizara. Le dijeron:
«Maestro, ¿qué tenemos que hacer?» Respondió Juan: «No cobren más de lo
establecido.» A su vez, unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos
hacer?» Juan les contestó: «No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y
conténtense con su sueldo.»
El pueblo estaba en la duda, y todos se preguntaban interiormente si Juan no sería el
Mesías, por lo que Juan hizo a todos esta declaración: «Yo les bautizo con agua, pero
está para llegar uno con más poder que yo, y yo no soy digno de desatar las correas
de su sandalia. El los bautizará con el Espíritu Santo y el fuego. Tiene la pala en sus
manos para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus graneros, mientras
que la paja la quemará en el fuego que no se apaga.»
Con estas instrucciones y muchas otras, Juan anunciaba la Buena Nueva al pueblo.
GUÍA: San Juan Bautista fue un profeta valiente que anunció la venida del Salvador y llamó al
arrepentimiento. ¿Cómo podemos imitar su valentía y su dedicación en nuestra vida diaria?
MOMENTO DE SILENCIO PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL.
GUÍA: Oremos ahora con fervor, adorando al Señor y pidiendo la intercesión de San Juan
Bautista por nuestras necesidades y las de todo el mundo.
(SE PUEDEN RECITAR ORACIONES DE ADORACIÓN Y PETICIONES, SEGUIDAS
DE UN MOMENTO DE SILENCIO PARA LA INTERCESIÓN
PERSONAL).
CANTO Y REFLEXIÓN
GUÍA: La vida Juan el Bautista, os enseña a cumplir con nuestra misión que adquirimos el día de
nuestro bautismo: ser testigos de Cristo viviendo en la verdad de su palabra; transmitir esta
verdad a quien no la tiene, por medio de nuestra palabra y ejemplo de vida; a ser piedras vivas de
la Iglesia, así como era el Papa Juan Pablo II.
Nos enseña a reconocer a Jesús como lo más importante y como la verdad que debemos
seguir. Nosotros lo podemos recibir en la Eucaristía todos los días. Nos hace ver la importancia
del arrepentimiento de los pecados y cómo debemos acudir con frecuencia al sacramento de la
confesión.
GUÍA: Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda
sobre nosotros y nos fortalezca en nuestra fe y nuestro testimonio cristiano.
TODOS: Amén.
GUÍA: San Juan Bautista, intercede por nosotros, para que sepamos anunciar con valentía y
humildad el Evangelio de Cristo.
TODOS: Amén.