La Enseñanza Final de Jesús Al Irse (Juan 16)
La Enseñanza Final de Jesús Al Irse (Juan 16)
La Enseñanza Final de Jesús Al Irse (Juan 16)
7. (Juan 16:33) La conclusión triunfante del discurso de despedida de Jesús a Sus discípulos sobre Sus
enseñanzas antes de la cruz.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo
he vencido al mundo.
A. Para que en mí tengáis paz: Con esto, Jesús ofrece a sus seguidores paz. Él hizo este ofrecimiento en
circunstancias adversas. En ese mismo momento, Judas estaba con Sus adversarios tramando,
conspirando para Su arresto. Jesús sabía que sería arrestado, abandonado, rechazado, mofado,
humillado, torturado y ejecutado antes de que terminara el día siguiente. Pensaríamos que los
discípulos deberían haberlo confortado – sin embargo, Jesús tiene paz, y suficiente para dar a otros.
Jesús no prometió paz, pero la ofreció. Él dijo, “que en mí tengáis paz.” Una persona puede
seguir a Jesús, sin embargo, negarse a sí mismo esa paz. Ganamos la paz que Jesús ofrece
encontrándola en Él. Jesús dijo, “Para que en mí tengáis paz.” No encontraremos paz verdadera
en ningún otro lugar aparte de Jesús.
Jesús abrió el camino a la paz con Dios. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con
Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1)
Jesús abrió el camino a la paz con otros. “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo
uno, derribando la pared intermedia de separación.” (Efesios 2:14)
B. En el mundo tendréis aflicción: Con esto, Jesús da la promesa de aflicción. La paz se nos ofrece,
¡pero la aflicción se nos promete! Cuando nos hacemos cristianos puede que atraigamos menos
problemas a nosotros mismos, pero definitivamente los tendremos.
Entender esto elimina una falsa esperanza. Los Cristianos que luchan, seguido esperan el día en
que se reirán de las tentaciones y tendrán una victoria tras otra sin ningún esfuerzo. Se nos han
prometido luchas mientras permanezcamos en este mundo; sin embargo, hay paz en Jesús.
Tu área de lucha podrá algún día quedar atrás, pero después de eso habrá nuevo territorio que
conquistar para Dios.
C. Pero confiad, yo he vencido al mundo: Con esto, Jesús proclama la verdad de Su victoria. Es una
maravillosa declaración de un hombre que está a punto de ser arrestado, abandonado, rechazado,
mofado, torturado y ejecutado. Judas, las autoridades religiosas, Pilato, las multitudes, los soldados,
ni siquiera la muerte ni la tumba pueden vencerlo. En lugar de eso, Jesús verdaderamente puede
decir, “Yo he vencido al mundo.”
“Esta declaración hecha tal cual, a la sombra de la cruz, es audaz…. Él va a la cruz no en temor
ni en tristeza, sino como un conquistador.”
Sabiendo que Jesús ha vencido el mundo nos trae confianza. Es el fundamento de nuestra paz
en Él. Vemos que Jesús está en control; vemos que, aunque se va, no abandona; vemos que
ama y que la victoria es Suya. Podemos, ciertamente, tener confianza.