Informesdeinvestigacion
Informesdeinvestigacion
Informesdeinvestigacion
Quien necesita elaborar el informe de una investigación en Psicología debe conocer sus claves.
Buena parte de ellas están expuestas en el Manual de Publicaciones, editado por la American
Pychological Association (APA), de cuya sexta y hasta ahora última versión existe una versión
en castellano (American Pychological Association, 2009/2010). También aparecen en un
amplio número de textos, como los seleccionados por la Biblioteca de la Universidad de Sevilla
(2014) para los trabajos de fin de Grado, los orientados a tesis doctorales (Godoy, 2011), y
otros que abarcan a una amplia gama de textos en Psicología (León, 2011). Todos ellos pueden
dar respuesta a casi todas las dudas referidas a la tarea aquí considerada.
¿Por qué entonces este documento? Referido especialmente a informes de
investigaciones en las que se hayan recogido datos, está hecho para destacar aspectos que no
deben olvidarse, añadir otros nada o poco mencionados en las obras arriba citadas, y avisar de
errores encontrados repetidamente en los muchos informes de muy diversos tipos que hemos
corregido a lo largo de varios años.
Para favorecer su asimilación, esos aspectos y avisos están estructurados a tres
niveles: las secciones que debe tener todo informe, los párrafos que las conforman, y las
palabras usadas en ellos.
En esos tres niveles, lo que debe y no debe hacerse viene dado por las tres
propiedades definitorias de la validez científica, las mismas que han debido regir la realización
de la investigación de la que se informa: Precisión que permita entender de manera estable lo
expresado, diferenciación entre los elementos considerados distintos, y ajuste de todo ello al
objetivo pretendido de comunicar de manera contrastable lo hecho y obtenido.
Además de las razones profesionales, cumplir con tales criterios debe tener una
motivación psicológica. Quienes elaboramos informes hemos de favorecer que quienes lo lean
lo hagan con la mejor disposición. Y podemos facilitarla ofreciendo un producto claro, sin
solapamientos y ajustado, resultado de un esfuerzo no despreciable. Por el contrario, un
producto poco cuidado indispone con bastante probabilidad hacia él, promoviendo en quien lo
lea dudas como las que siguen: “Si el autor no ha hecho el esfuerzo suficiente para presentar
su trabajo de manera adecuada, ¿he de hacerlo yo al leerlo?”, o “Si el informe no está
suficientemente cuidado, ¿no le ocurrirá algo similar a la propia investigación que narra”.
Lo que sigue concreta cómo facilitar las tres propiedades en los diferentes niveles de
los informes, cuyo logro podrás evaluarlo con la lista de comprobación que aparece en el
Anexo de este documento.
Conforme a las normas APA, las secciones que debes incluir son las siguientes: Titulo y autoría;
Resumen; Introducción; Método, con sus tres subsecciones de Participantes, Instrumentos y
Procedimiento; Resultados; Discusión; y Referencias bibliográficas. Por ello necesitas conocer
1
Aspectos de los informes de investigación
el sentido de cada sección y ajustarte a él para decidir qué incluir o no en cada lugar, y facilitar
a quien lea el trabajo encontrar lo que busque.
En el título del informe debes expresar de manera clara y ajustada el objetivo
abordado, permitiendo diferenciarlo de otros. Si es unitario, señala las variables estudiadas. Si
es relacional, déjalo claro y señala sus términos de modo que pueda entenderse si la relación
es uni o multivariable o de interacción. No incluyas expresiones obvias como “Un estudio de” o
“Una investigación sobre”, ni tampoco abreviaturas ya que pueden no ser entendidas. Como
regla general, no uses más de 12 palabras y escríbelo centrado en la mitad superior de la
página. Con esa misma posición, coloca algo más abajo tu nombre y dos apellidos, y algún dato
adicional para tu identificación si resulta conveniente. Cuando sea preciso indica en la misma
página la razón del informe, es decir si es un trabajo fin de grado, de máster o cualquier otra
finalidad.
En una nueva página, expón el Resumen del trabajo. Su finalidad es comunicar de
manera breve pero clara lo investigado y su porqué, de lo encontrado, de su significación y de
posibles consecuencias para el problema de partida. Por tanto, debe tener el mismo esquema
que el informe aunque sin títulos de secciones y conviene elaborarlo una vez hecho lo que
resume.
En otra página, debe aparecer la Introducción, aunque sin ese título porque su
ubicación ya indica que lo es. Escríbela ajustándote a su finalidad y estructura de la manera
siguiente: Comienza exponiendo el problema abordado, la carencia o contradicción que dio
origen a la investigación de la que informas. A continuación señala los datos y conceptos cuyas
lagunas o contradicciones dan lugar y justifican al problema y su estudio. Cita trabajos que
ofrezcan esos datos y conceptos. Termina la Introducción exponiendo el o los objetivos
derivados de todo lo anterior. No es necesario que los presentes como hipótesis. Hazlo
únicamente si tienes base para suponer qué puede encontrarse al hacer el estudio. Enmarca
los objetivos con la mención de características de sujetos, de medio e investigativos que
conformen el contexto en el que te planteaste el estudio.
Para conseguir Introducciones ajustadas a su finalidad debes tener en cuenta también
lo siguiente: Esa sección debe formar un conjunto integrado y sin solapamiento ni
repeticiones. Los objetivos han de estar claramente derivados de los antecedentes expuestos y
éstos a su vez deben justificar el problema. Asimismo, debe incluir lo necesario y sólo lo
necesario, evitando información adicional. Cuando tengas duda sobre si incluir una idea,
pregúntate si suprimirla impide entender el problema. Todo ello resulta más fácil en la medida
en que estén expresadas con claridad las ideas que incluyas. Al igual que en el título del
trabajo, debes precisar la estructura unitaria o relacional de los objetivos.
En cuanto al Método, el conjunto de sus tres subsecciones debe expresar cómo se ha
hecho el estudio. Mientras que la Introducción del informe debe exponer y justificar lo
planteado, el “qué” pretendías estudiar y su “por qué”, en Método debes describir “cómo” lo
has hecho. Es fundamental que diferencies ambos polos de las investigaciones, pues sólo así
podrás compararlos para evaluar al final del informe la validez de lo hecho respecto a lo
planteado. Esta sección de Método resultará adecuada en la medida en que esté escrita con la
suficiente claridad para permitir la replicación del estudio, y además evite incluir lo
innecesario, repetir contenidos y ubicar a éstos donde no les corresponda solapando las tres
subsecciones.
En la primera de ellas, la de Participantes, has de describir la muestra de sujetos
estudiados. Enumera aquellas de sus características y las de su medio que como variables
extrañas pueden influir en el objeto de estudio. Ten en cuenta que ellas delimitarán en gran
medida el tipo de sujetos a los que podrás generalizar los resultados, contando también con el
procedimiento de muestreo realizado que deberás señalar en una subsección posterior.
2
Aspectos de los informes de investigación
3
Aspectos de los informes de investigación
No olvides que además de los resultados sobre los objetivos estudiados, en muchos
casos deberás tener otros referidos a las propiedades de validez: Por ejemplo, la fiabilidad de
cuestionarios utilizados, la concordancia entre distintos observadores o algún otro elemento
de replicación, y el cumplimiento o no de los supuestos de las pruebas utilizadas como en
algunas son la normalidad de los datos y la homogeneidad de varianzas. Deberías exponerlos al
inicio de la sección, pues tanto si son adecuados como si no lo son deben condicionar las
conclusiones que extraigas de los resultados referidos a los objetivos.
Justamente la siguiente sección, titulada con un término como Conclusiones, Discusión
o Comentarios, debe señalar tus evaluaciones o interpretaciones de los resultados
previamente descritos. Por ello, no solapes los contenidos de las secciones de Resultados y
Conclusiones. La primera ha de describir lo obtenido, y la segunda ha de evaluarlo.
Esta sección debe comenzar señalando si se ha contestado a cada objetivo, y de qué
manera o en qué medida se ha hecho. Pero no olvides que ello debe ir en relación a las
posibilidades y limitaciones de lo hecho y analizado respecto a las tres propiedades de validez.
Eso incluye explicitar la base de fiabilidad o precisión que se considere en la recogida de datos
y su análisis, la posibilidad o certeza de confusiones entre variables, y el alcance o generalidad
de lo obtenido en función de lo hecho. Evita expresiones que afirmen más de lo que permitan
lo hecho y estudiado. Y recuerda también que en ciencia no puede asegurarse nada, pues
siempre cabe la posibilidad de error. Evita por tanto afirmaciones tajantes y poco prudentes
sobre lo encontrado.
Por otra parte, no olvides que, en la medida que hayan sido obtenidos y analizados con
la suficiente validez, todos los datos son de interés tanto si son los esperados como si no lo
son. No dejes de mencionar resultados nulos, ni los que contradigan hipótesis que tuvieras
planteadas. No es ético ocultar ni tergiversar información en los informes.
Termina la sección conectando los resultados ya evaluados con la literatura
mencionada en la Introducción, interpretando qué pueden aportar al estado de la cuestión
revisada. También es útil plantear nuevos problemas derivados del estudio realizado. Evita en
todo caso la obviedad de señalar de modo genérico que se necesita más investigación. En lugar
de ello, especifica en qué aspecto o cómo podría hacerse. En todo este apartado, recuerda de
nuevo que la claridad, el ajuste y falta de solapamientos deben ser los criterios que rijan tus
decisiones sobre qué escribir.
La sección final es la lista de Referencias bibliográficas, en la que por orden alfabético
del primer apellido de los autores has de mencionar todos los elementos identificativos de
cada trabajo mencionado en tu informe. Se trata de facilitar que quien lo lea pueda comprobar
lo que afirmas de esos trabajos. Por eso este apartado es diferente a una Bibliografía,
consistente en la enumeración de textos recomendados sobre un tema. No confundas ambas
cosas ni sus respectivas denominaciones.
Para permitir la identificación de cada trabajo, las normas APA especifican cómo citar
cada trabajo en el cuerpo del informe, y cómo indicar en la sección de Referencias sus
elementos identificativos. Estos cambian según que el trabajo sea libro, capítulo de libro,
artículo de una publicación periódica o cualquier otro tipo de la amplia variedad existente
incluyendo los cada vez más frecuentes ubicados en Internet. Las páginas de la 169 a la 224 del
manual citado te indican con claridad todos esos casos y algunos más.
Pon especial cuidado entre otras cosas en las referencias de varias citas en el texto de
un mismo documento, de varios trabajos con uno o más autores coincidentes, y también si son
del mismo año, de cuando son menos o más de seis los varios autores, o si el año de
publicación de la edición consultada no es el de la original. También es importante que revises
la correspondencia entre los trabajos referidos en esta sección y las citas señaladas en el
informe. No debe sobrar ni faltar ninguna en ninguno de ambos lugares.
4
Aspectos de los informes de investigación
b) Ajusta cada párrafo a lo que le corresponde expresar del conjunto, haciéndolo con
claridad y sin solapamientos en sus contenidos ni con los de otros párrafos
Un párrafo es el texto comprendido entre dos puntos y aparte, y que expresa una idea o
argumento. Normalmente está compuesto por varias oraciones, que son las unidades
sintácticas más pequeñas con sentido completo.
Al escribir cada párrafo ten en cuenta también las tres propiedades de validez. Además
de ajustar su contenido a lo que te indique el esquema del informe en su conjunto, evita
párrafos largos pues dificultan la claridad. Cuando uses citas textuales o parafraseadas de otros
autores, sigue las normas APA (pp. 170-173), que diferencian cómo hacerlo según que tales
citas tengan menos o más de 40 palabras. No olvides señalar la cita como tal, pues el caso
contrario supone plagio.
Debes cuidar también la redacción de las oraciones de cada párrafo. Exprésate con
claridad utilizando una sintaxis sencilla con el orden usual de sujeto, verbo y complementos si
usas la voz activa, o de verbo y predicado en la pasiva. En general, opta por la voz activa frente
a la pasiva. Utiliza ésta únicamente cuando quieras resaltar quién o qué recibe la acción del
verbo, como en la expresión “se analizaron los cuestionarios”. Las licencias estilísticas que
introduzcas en aras a la variedad no deben oscurecer en ningún caso la claridad de la
expresión. Evita también escribir varias subordinadas en una misma expresión. La extensión
máxima de cada oración no debería superar las 35 palabras, aunque puedes introducir algunas
excepciones si la ves conveniente. Tampoco es recomendable escribir únicamente oraciones
muy cortas porque en general dan como resultado un texto árido de leer. La variedad de
5
Aspectos de los informes de investigación
longitudes es una buena solución. En cualquier caso, cuida de no dejar oraciones incompletas,
sin sentido.
Un defecto frecuente en quienes escribimos informes es el uso de expresiones
innecesariamente largas. Recuerda una vez más que el ajuste además de por defecto puede
perderse por exceso, en este caso de palabras. Los que siguen son ejemplos de excesos
evitables. En lugar de “Respecto al determinismo, decir que se refiere a” es preferible “El
determinismo refiere”; en lugar de “Es por esto que” escribe “Por esto”; en lugar de “Una vez
se creó el primer borrador, éste se sometió a un juicio de expertos, concretamente lo
examinaron cuatro jueces” es preferible “Se sometió el primer borrador al juicio de cuatro
expertos”; o en lugar de “Sobre la base del hecho de que” escribe “A partir de”. También
clarificas el texto si evitas palabras innecesarias como “abajo”, “breve” y “previamente” en las
siguientes redundancias: “Bajar abajo”, “breve resumen” o “ha sido previamente encontrado”.
Otra cosa a evitar es el uso de entradas a oraciones cuando no sean necesarias porque
el propio texto ya indique el matiz que pretendes indicar. Nos referimos a expresiones como
“Por otra parte”, “Asimismo” o “Con todo”. Úsalos únicamente cuando sean útiles, lo que
puedes decidir si comparas cómo queda la expresión con o sin ellos. Evita también expresiones
del tipo “como señalaremos más adelante” que generalmente son indicios de que no está bien
construido el hilo expositivo. Suelen ser innecesarias si cada contenido está en su lugar.
Al redactar ten en cuenta el uso de los diferentes niveles de contenido que acotan los
distintos signos de puntuación como el punto y aparte, el punto y seguido, el punto y coma, la
coma y los dos puntos. Puedes encontrar orientaciones precisas en las páginas 86 a 94 del ya
citado manual de la APA, además de en diversas webs como la entrada correspondiente de
Wikipedia (s.f.). Te destacamos algunas de las orientaciones referidas a las comas, cuyos
incumplimientos observamos abundantemente. Úsalas sólo cuando sean convenientes (pp. 87-
88). No separes con ellas el sujeto y el verbo de una oración. Y en general ten en cuenta que
un mal uso de las comas puede cambiar el sentido de la frase. Analiza el siguiente ejemplo,
atribuido al escritor Julio Cortázar: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer
andaría a cuatro patas en su búsqueda”. Comprueba que puede cambiar el entendimiento de
quien se habla según se coloque la necesaria coma tras “tiene” o tras “mujer”.
Asimismo, procura evitar acotaciones entre paréntesis y guiones pues suelen dar
pesadez al texto. Es preferible incluir ese contenido en el texto, en otra oración si hace falta.
Como norma general, si hay dos cosas que decir, escribe primero una y después otra en lugar
de las dos a la vez.
Cuida también los espacios entre palabras. Incluye un espacio tras cada punto y
seguido, coma, y punto y coma, además de los obvios entre palabras. En cualquiera de esos
casos, evita dejar dos o más espacios, que suelen ser producto inadvertido de cortar y pegar
bloques de textos. Puedes buscarlos automáticamente introduciendo dos espacios con la barra
espaciadora en la función de búsqueda que suelen tener los procesadores de texto, y
señalando que los sustituya por un solo espacio. Para evitar errores indeseados en ese
procedimiento, te aconsejamos que lo apliques caso a caso y no conjuntamente a todos ellos,
y especialmente a la versión final del informe.
c) Usa palabras ajustadas a lo que requieras, que resulten precisas y que eviten
solapamientos de significados
El cuidado en la redacción de los párrafos debe incluir a las palabras que los componen.
También en ese nivel procura las tres propiedades de validez.
En primer lugar, usa palabras ajustadas a lo que deseas expresar. Ten en cuenta que
muchas del lenguaje ordinario tienen diversos significados, y que van a entenderse con uno u
otro según el resto de oración en la que aparezca. Si buscas sinónimos de una palabra,
6
Aspectos de los informes de investigación
asegúrate que lo son en el sentido que deseas. Ten en cuenta que no todos los que aparecen
como tales en los diccionarios al uso, como por ejemplo el de la Real Academia de la Lengua
(s.f.), son intercambiables. Debes poner especial cuidado en los sinónimos de términos claves
en la investigación, especialmente en el nombre de las variables. Si usas sinónimos, explicítalos
como tales para evitar que parezcan referirse a referentes distintos. En todo caso, para evitar
confusiones es muy importante usar una misma y única denominación para cada variable a lo
largo de todo el informe.
En cada palabra utilizada evita errores tipográficos y faltas de ortografía, en las que se
incluyen el uso incorrecto de tildes. Presta especial atención a las palabras que llevan
diptongos, y a las que su significado cambie según lleven o no tilde. Algunas que se confunden
frecuentemente son las siguientes: Pronombres admirativos e interrogativos, como “qué”,
“cómo” o “cuándo”, llevan tilde para diferenciarlos de cuando no tienen esas funciones; “aún”
significa “todavía” mientras que “aun” es sinónimo de “incluso”; “deber de” indica posibilidad,
y “deber” obligación; “por qué” es interrogación, “porqué” un sustantivo que indica causa, y
“porque” es conjunción causativa; “a sí mismo” es una expresión reflexiva, mientras que “así
mismo” y “asimismo”, con tilde la primera y sin ella la segunda, son sinónimos de “también”;
“ay” es una interjección, “hay” es presente del verbo haber, y “ahí” adverbio de lugar; y “a
parte de” refiere porción de algo mientras que “aparte de” según las ocasiones significa
“diferente” o “en otro lugar”. En páginas web, como la de Reglas de ortografía (s.f.a), puedes
encontrar otros muchos casos a diferenciar.
Aprovecha el revisor ortográfico del procesador de tu texto, pero ten en cuenta que no
va a detectar todos los fallos. Por eso y si lo necesitas, es más conveniente que repases o
aprendas definitivamente las normas ortográficas para poder aplicarlas de manera autónoma.
En Internet hay multitud de páginas, como la de Reglas de ortografía (s.f.b), que puedes
consultar en este sentido. En caso de duda, puedes consultar e incluso hacer preguntas en la
web de la Real Academia de la Lengua (s.f.).
Procura evitar palabras o expresiones de idiomas distintos al del informe,
especialmente si existe su correspondencia en el de éste. Así por ejemplo en lugar del
galicismo “remarcable” puedes usar “destacable” o “digno de mención”, o en lugar del
anglicismo muy común “en base a” escribe “a partir de” o “sobre la base de”. Evita también el
ampersand sajón (&) que con frecuencia aparecen en las citas y referencias tomadas de
trabajos en inglés antecediendo al último autor de los dos o más de un trabajo. Si tu informe
está escrito en castellano, sustituye ese signo por la conjunción “y”.
Si usas palabras extranjeras, porque no encuentres su homóloga o porque así se han
acuñado en la temática que trates, señálalas con cursivas. Pero recuerda que esto debe ser
muy rara excepción. Evita usar también palabras que traducen mal el original. Por ejemplo,
cuando te refieras a la noción “tema de discusión” no te bases en el correspondiente término
inglés “topic” para usar la palabra “tópico”, porque ésta en castellano significa “perteneciente
a algún lugar” o “una expresión trivial”.
Cuida también que las palabras que uses como sujetos y verbos, o como referencias y
referentes, han de concordar en género y número. Cuando utilices pronombres demostrativos,
como “éste”, “éste”, o “aquél”, asegúrate que queda claro a qué palabra se refieren y
sustituyen. Para ello y cuando sea posible es útil servirse del género y número que
correspondan y sean diferentes de otros con los que se podrían confundir, así como ubicar
ambos elementos lo más cercanos posible. En cambio, separa en la frase palabras que por
tener el mismo sonido e ir próximas pudieran producir cacofonías no agradables.
En cuanto a los tiempos verbales, usa los adecuados a lo que narres, lo que suele ir
asociado a las secciones del informe. En la Introducción podrán aparecer el presente o pasado
en función de lo que desees expresar en cada ocasión. El pasado es el más frecuente en
Método y en Resultados al describir lo que se hizo y encontró. Ten en cuenta que en castellano
7
Aspectos de los informes de investigación
existen varios tiempos pasados, diferentes en uso. El pretérito indefinido señala acciones ya
concluidas, el pretérito perfecto lo que comenzó en el pasado y aún continúa, y el imperfecto
acciones pasadas habituales o sin especificar si han terminado o no. En las conclusiones es más
frecuente el uso del presente, debiendo aparecer el futuro cuando sea adecuado. Evita que en
tus informes aparezcan indebidamente verbos en futuro en lugar de en pasado por provenir de
párrafos escritos cuando la investigación era un proyecto.
Otras cuestiones a tener en cuenta con las palabras son las siguientes. Los términos
coloquiales no se ajustan a un informe profesional, obviamente salvo que sean necesarios por
alguna razón específica. Tampoco uses palabras despectivas hacia algún colectivo o ser
humano. El manual de la APA varias veces citado anteriormente orienta sobre otros temas de
las palabras como el uso de las cursivas en castellano (pp. 104-106), las mayúsculas para las
letras iniciales de palabras (pp. 100-104), y las abreviaturas (pp. 106-112). De éstas destacamos
la “etc.”, que sólo debes usar cuando la lista en la que sustituye a determinados elementos sea
bien conocida. Cuando no sea el caso, comienza la serie con “como” o terminarla con “entre
otros”.
Como todos los que escribimos informes, debes hacerte a la idea de que prácticamente nunca
vas a lograr de entrada redacciones suficientemente claras, ajustadas y sin solapamientos. Por
ello, deberás revisar lo escrito tantas veces como sea necesario. Ello supone sucesivas pruebas
de replicación que resultarán satisfactorias en la medida que el texto quede semejante, sin
cambios relevantes, en sucesivas lecturas de una misma persona o de varias. En la medida en
que no hagas esas revisiones, el informe presentará errores y dificultades.
Las siguientes son indicaciones que suelen ser útiles para tales revisiones:
Hazlas tratando de encontrar incumplimientos de los aspectos señalados hasta aquí en
los tres niveles considerados, y utiliza las tres propiedades de validez como criterios
para decidir qué cambiar y qué dejar.
Deja pasar algunos días entre cada introducción de modificaciones y su revisión. Si no
lo haces, es probable que el recuerdo de lo que hayas escrito te impida detectar
problemas.
No leas siempre el informe de manera completa y en el orden usual. Lo leído al final
suele hacerse menos estrictamente por razones de cansancio, por lo que en esa parte
pueden permanecer más errores.
Hay a quienes una lectura en voz alta les ayuda a detectar problemas. Prueba si es tu
caso.
Si tienes la posibilidad, da a leer el informe o alguna de sus partes a colegas que te
puedan señalar problemas o errores.
Una vez te los señalen, evalúa la razonabilidad de lo que te dicen y no te sientas mal si
son muchas las cosas a modificar. Los humanos aprendemos por ensayo y error, y de
lo que estamos hablando es otro ejemplo de ello. No tenemos otra.
Evita, por tanto, expectativas no fundadas de que vas a lograr la versión deseada en
una determinada revisión. No olvides que elaborar un informe implica generar lo que
no existía como tal, y eso no es poca cosa.
En todo caso, ten en cuenta que mientras más atención pongas en cumplir con los
aspectos que te señalamos en este documento, menos revisiones tendrá que hacer
después.
8
Aspectos de los informes de investigación
El uso que te hemos recomendado de las claves guías señaladas en este documento te
facilitará esa labor. Préstales atención y síguelas. De entrada te podrá parecer que te
hacen perder tiempo, pero a corto y medio plazo te van a ahorrar esfuerzos.
La reiteración de esa práctica atenta y guiada hará que cada vez te cueste menos
esfuerzo elaborar informes.
Para organizarte con las sucesivas revisiones, te recomendamos que conserves las
distintas versiones que elabores y las conserve cada una en archivos independientes.
Así podrás consultar e incluso revisar lo que desechaste y que en un momento
posterior puede ser de utilidad.
Numera consecutivamente tanto las sucesivas versiones del sistema como los
correspondientes archivos. Por si llegas a definir más de nueve versiones, pon un cero
delante de las nueve primeras. De esa forma podrás ordenar los ficheros por su
antigüedad aunque por alguna razón cambie la fecha de su grabación.
Por último, te aconsejamos que no entiendas el cuándo vas a terminar el informe
como el único o mayor disfrute que te puede reportar su elaboración. Aunque a veces te
resulte exigente, trata de disfrutar el propio proceso. En él vas a aprender cosas que forman
parte importante de la profesión y que podrás realizar con mayor soltura en ocasiones futuras
en que así lo requieras. Se disfrutan mucho más cosas que se aprenden a hacer que aquellas
realizadas únicamente para liberarse de ellas. No lo olvides en esta y otras tareas de tu
profesión.
Referencias
9
Aspectos de los informes de investigación
Notas propias:
10