Clase 6
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CONCEPTO DE CONSTITUCION
El término constitución, en su sentido más general y extensivo, designa la esencia y las
calidades de algo o de alguien, diferenciándolas de las demás especies. Todo lo imaginable
tiene una constitución: Los Hombres, Los Animales, Los Objetos Inanimados.
Para poder determinar su sentido con referencia al Estado y poder diferenciarlo de las demás
significaciones del término constituciones, inclusive las referidas al Estado mismo (constitución
económica, constitución social, etc.), debe asignársele el atributo político correspondiente y
entenderse como: CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO.
El concepto de Constitución no es sinónimo de Derecho Constitucional. Generalmente, y
debido a la aplicación excluyente del enfoque jurídico, el concepto de constitución suele ser
identificado con el concepto de Derecho Constitucional. Sin embargo, y a pesar de tratarse de
vocablos que están estrechamente vinculados entre sí, ellos definen universos diferentes.
En Sentido Genérico, una constitución es el acto formativo o fundacional de un Estado, que
define las reglas de juego bajo cuya vigencia se desarrollarán las relaciones del poder político y
la convivencia social. La constitución es la unidad orgánica del Estado y el modo en que operará
su funcionamiento. En cambio, en Sentido Específico, la constitución es el fundamento
axiológico del Estado, plasmado en los grandes fines asignados a él.
Ambos sentidos implican otorgar varios significados al concepto de constitución que no pueden
ser soslayados al tipificar el marco de la realidad política. Así, vocablo "constitución" lo
entenderemos como: “El conjunto de las normas jurídicas fundamentales que regulan el Estado,
la organización del poder para la concreción de los fines de la sociedad, el ejercicio y garantía
de los derechos y libertades dentro de él, así como los elementos de interrelación que
determinan la creación, la subsistencia y el desarrollo de una comunidad política”.
Ello permite que la constitución sea concebida como: Un Documento Jurídico Fundamental, Un
Instrumento de Gobierno y Un Símbolo de la Unión Social o de la Comunidad Nacional. La
fusión de estos conceptos determina, en la realidad política, la presencia efectiva de una
constitución con el sentido y la fuerza que le asigna la ciencia política. Manifestación que se
hace efectiva tanto en un sistema político democrático como en uno autoritario, aunque sus
contenidos varíen.
Como Documento Jurídico Fundamental, la constitución consiste en la regulación normativa
básica de la cual emana la validez de todo el ordenamiento jurídico de una sociedad política.
Esa regulación normativa no es todo el ordenamiento jurídico, sino solamente el que prescribe:
Los lineamientos para la organización y El ejercicio del poder, así como las instrucciones sobre
la forma en que deberán ser encauzadas las relaciones sociales.
Es la unidad orgánica que determina las modalidades: Con las que deberá ser estructurada la
sociedad política y La forma bajo la cual deberá desenvolverse la convivencia social. El
desarrollo de esos lineamientos está a cargo de normas jurídicas de jerarquía inferior que no
integran el concepto de constitución.
La constitución como Instrumento de Gobierno prescribe de manera concreta: Cuál es la
finalidad de la organización política, y Cuáles son los caminos que se deberán seguir para
alcanzarla. Con este significado, en la constitución están expresados jurídicamente los grandes
fines políticos de la sociedad y los procedimientos articulados para su concreción.
En este sentido político, la constitución es un auténtico plan o programa de gobierno, al cual
deberá ceñirse el comportamiento social para realizar los objetivos determinantes de la creación
de una organización política global. La constitución refleja el cómo y el para qué fue establecida
esa organización, al tiempo que indica el curso de acción que deberán seguir los detentadores
del poder y los mecanismos que habrán de aplicar para el logro de la finalidad constitutiva de la
sociedad.
Una constitución también es un Símbolo De La Unión Nacional o de la Comunidad Nacional.
En este sentido, el concepto de constitución está integrado por un elemento que no se presenta
en otros ordenamientos normativos: Es un símbolo de la nacionalidad que refleja el sentimiento
del elemento humano de la organización política global y que interpreta en forma concreta su
manera de ser y de sentir.
La aceptación de ese carácter simbólico le asigna legitimidad a una constitución. Esto último,
generalmente, acontece: Cuando se sanciona una nueva constitución para satisfacer una intensa
demanda social en tal sentido, o Cuando con motivo de su perdurabilidad es conocida y
respetada por el hombre común, quien acepta su vigencia con todas sus ventajas y desventajas.
CLASIFICACION DE LAS CONSTITUCIONES
La clasificación de las Constituciones persiguen la finalidad de agruparlas en determinadas
categorías para facilitar su tipificación y estudio permitir su análisis empírico y estudio
comparativo. Así la podemos subdividir en: Constituciones Escritas y No Escritas;
Constituciones codificadas y dispersas; Constituciones rígidas, flexibles y pétreas;
Constituciones monárquicas y republicanas; Constituciones originarias y derivadas;
Constituciones personalistas, transpersonalistas y neutras; Constituciones normativas, nominales
y semánticas.
CONSTITUCIONES ESCRITAS Y NO ESCRITAS: Es la clasificación más tradicional y
difundida. Constituciones Escritas son aquellas cuyas disposiciones están contenidas en una o
varias leyes que cumplen con las formalidades impuestas a ellas, y cuyo carácter fundamental
deriva, entre otras circunstancias, de haber sido formuladas con el carácter de normas rectoras
que condicionan la validez y vigencia de las restantes disposiciones normativas desprovistas de
aquella fundamentalidad.
En cambio, las Constituciones No Escritas son aquellas cuyos contenidos resultan de la
costumbre y de actos de poder, sin que su carácter fundamental esté condicionado por la
formulación escrita. Es posible que sus disposiciones, en algún momento, sean volcadas en un
texto escrito, pero su calidad de normas constitucionales no dependerá de esa formalidad sino de
su aceptación social consolidada por la legitimidad histórica y ética.
La distinción entre Constituciones Escritas y No Escritas fue gestada por el movimiento
constitucionalista cuando, a fines del siglo XVIII, fueron redactadas las primeras constituciones
modernas. Se consideró, bajo la influencia del Contractualismo y del Iusnaturalismo, que era
necesario documentar orgánicamente los mecanismos de limitación y control del poder para
preservar la libertad y dignidad del ser humano.
Solamente mediante la forma escrita se podía afianzar la estabilidad del sistema y tornar
perdurable la seguridad jurídica. Por otra parte, la concepción de la constitución escrita también
fue importante para expresar doctrinariamente una de las técnicas elementales forjadas por el
movimiento constitucionalista. Se trata de la distinción científica entre el poder constituyente y
los poderes constituidos, como mecanismo indispensable para dotar de estabilidad formal al
orden constitucional.
CONSTITUCIONES CODIFICADAS Y DISPERSAS: Resulta mucho más práctica y
realista la distinción entre Constituciones Codificadas y Dispersas que, hasta cierto punto, es un
desarrollo de la clasificación anterior. La Constitución Codificada es una especie de
constitución escrita cuyos contenidos están sistematizados y consignados de manera orgánica en
un documento jurídico único. Responde a una concepción mecanicista que contribuye a la
seguridad jurídica y a la eficiencia del sistema constitucional, bajo la condición de que sus
normas sean generales y flexibles.
En cambio, las Constituciones Dispersas son aquellas cuyos contenidos aparecen expuestos en
una pluralidad de documentos jurídicos y costumbres carentes de organicidad, y que responden
a una concepción evolutiva del sistema constitucional. El ejemplo más relevante de una
constitución dispersa es la Constitución inglesa que, erróneamente, es a veces calificada como
constitución no escrita. En realidad, la Constitución de Inglaterra es parcialmente no escrita y
parcialmente escrita.
Son varias las razones que condujeron a la mayoría de las organizaciones políticas globales a
sancionar constituciones codificadas. Una de ellas, de raíz histórica, fue la necesidad de
asegurar la exteriorización jurídica de una nueva idea política dominante en la sociedad, y
ponerla de este modo a resguardo de sus adversarios.
Asimismo, cuando el surgimiento de aquellas organizaciones fue consecuencia de la unión
operada entre sociedades políticamente independientes, se consideró que su perdurabilidad
requería de un documento estable y fundamental a cuya luz pudieran ser fácilmente resueltas las
controversias que se presentaran. Es así que, en los Estados federales, como por ejemplo los
Estados Unidos, Suiza, Argentina, Canadá y Australia, el nacimiento de la federación fue
documentado en constituciones codificadas.
CONSTITUCIONES RÍGIDAS, FLEXIBLES Y PÉTREAS: La diferencia entre ellas reside
en el mayor o menor grado de dificultad para proceder a su reforma. Constituciones Rígidas son
aquellas en las cuales está claramente expresada la distinción entre el Poder Constituyente y Los
Poderes Constituidos. Su reforma solamente puede concretarse por obra de un órgano
extraordinario y diferente al que tiene a su cargo el ejercicio de la función legislativa ordinaria,
o mediante un procedimiento distinto y más complejo que el empleado por el órgano legislativo
para la sanción de la legislación ordinaria.
Constituciones flexibles son aquellas donde no aparece expresada la distinción entre el poder
constituyente y los poderes constituidos. Los poderes se confunden en la práctica jurídica. La
reforma de las constituciones flexibles es realizada por el órgano legislativo ordinario, para lo
que se aplican los mismos procedimientos y formalidades que para la sanción de las leyes
ordinarias. Esto no significa que todas las normas tengan carácter constitucional y supremo, sino
solo aquellas que reciban esa calidad del órgano legislador.
Una constitución pétrea es aquella cuyas disposiciones no pueden ser reformadas jurídicamente,
en cuyo caso la petrificación puede ser absoluta, relativa o temporal. La petrificación es
absoluta cuando está prohibida la reforma de la constitución en todas y cada una de sus partes.
Se trata de una especie inexistente en la práctica y, de manifestarse, estaría destinada a sucumbir
frente al dinamismo de la vida social.
Su manifestación sólo sería viable en sociedades teocráticas donde el origen divino atribuido a
las normas constitucionales tornara inaceptable su modificación por la acción humana.
CLÁUSULAS PÉTREAS.- La petrificación es relativa cuando está prohibida la reforma de
alguna o algunas cláusulas de la constitución. En tal sentido, el art. V de la Constitución de los
Estados Unidos dispone que ningún Estado, sin su consentimiento, podrá ser privado de la
igualdad de voto en el Senado.
Por su parte, la Constitución de Francia de 1958 establece que la forma republicana de gobierno
no podrá ser objeto de reforma constitucional (art. 89), en tanto la Constitución de Italia de 1947
prescribe que la forma republicana no puede ser revisada constitucionalmente (art. 139).
Cuando la petrificación es relativa, se suele hacer referencia a las cláusulas constitucionales
pétreas, que pueden, a su vez, ser absolutas o relativas.
Cláusulas Pétreas Absolutas son aquellos contenidos constitucionales cuya reforma está
prohibida. Toda modificación que se pretenda introducir a ellas será manifiestamente nula, por
alterar el compromiso político que otorga legalidad y legitimidad de origen al sistema político
que estructura la constitución. Cláusulas Pétreas Relativas, por su parte, son aquellas que
prohíben su modificación total o parcial durante un lapso determinado, o hasta que se cumplan
determinadas condiciones de carácter suspensivo a los fines de la reforma.
Las cláusulas pétreas, ya sean absolutas o relativas, son clasificadas en expresas y tácitas. Las
primeras son aquellas en las que la prohibición de la reforma emana explícitamente del texto
constitucional, en tanto las segundas están integradas por los principios y bases esenciales de la
estructuración política, cuya modificación importará alterar los fundamentos históricos que
motivaron su establecimiento. La petrificación es temporal cuando está prohibida la reforma de
la constitución durante un lapso determinado o hasta que se cumplan determinadas condiciones.
CONSTITUCIONES MONÁRQUICAS Y REPUBLICANAS
Se trata de una clasificación forjada en el siglo XIX que se basa sobre la forma de gobierno
impuesta por la constitución. La distinción respondió a una motivación política fruto de un
proceso de transición de los sistemas transpersonalistas a los personalistas. La paulatina
sustitución de las monarquías por las repúblicas estaba acompañada por textos constitucionales
en los cuales, y respecto de estas últimas, se hallaban más acentuadas las características del
movimiento constitucionalista.
Sin embargo, la desaparición de las monarquías absolutas y el surgimiento de monarquías
constitucionales en las cuales se restringía sensiblemente la autoridad de la corona disiparon la
utilidad que podía presentar esta clasificación. En la actualidad, el carácter distintivo no reside
en la forma de gobierno sino en el sistema político imperante. Entre las constituciones
monárquicas europeas no existen diferencias sustanciales en orden a sus objetivos teleológicos
con las constituciones republicanas vigentes en Francia, Italia o Alemania.
En cambio, sí se presentan diferencias sustanciales entre aquellas constituciones monárquicas
propias de los sistemas políticos democráticos y las de igual tipo que regulan el funcionamiento
de ciertos regímenes monárquicos en África y Asia.
CONSTITUCIONES ORIGINARIAS Y DERIVADAS
Constitución Originaria es aquella cuyos contenidos son novedosos, sin que aparezcan
expuestos en otros textos constitucionales. Constituciones Derivadas son las que se nutren de
las cláusulas contenidas en otros documentos similares. No conocemos constituciones que, en
su totalidad, puedan ser calificadas como novedosas u originarias.
Si algunas de sus cláusulas, como las referentes al presidencialismo y a la forma federal para
organizar la estructura estatal que contiene la Constitución de los Estados Unidos; o el gobierno
de asamblea que consagraba la Constitución francesa de 1793. Las constituciones son derivadas
generalmente. Todas ellas han incorporado instituciones propias de otras formas
constitucionales o de procesos políticos ajenos, aunque procuraron adecuarlas a las modalidades y
realidad política locales.
Constituciones Transpersonalistas son aquellas que, también en función de la idea política local
dominante, imponen una organización para la cual, en la cúspide de la escala axiológica, no se encuentran
la libertad y la dignidad de las personas, sino otros valores que se consideran superiores, tales como la
grandeza de la nación o el Estado, la superioridad de una raza o clase social, la vigencia de una
concepción religiosa, o la subordinación a una personalidad carismática. Son constituciones propias de los
sistemas políticos autoritarios o autocráticos.
Las Constituciones Neutras son las que están desprovistas de un contenido ideológico. Se limitan a
describir la conformación de la organización política global, al tiempo que carecen de toda referencia
axiológica a los derechos fundamentales, tanto de índole individual o social como a la finalidad que tiene
aquélla.
A través de un análisis ontológico constitucional, que en vez de estudiar la esencia y contenido de las
constituciones concentra la investigación en verificar la concordancia entre las normas
constitucionales y la realidad política, entre el orden constitucional y el orden político, a la luz de los
grandes principios forjados por el movimiento constitucionalista, se arriba a la conclusión de que un
texto constitucional no funciona necesariamente de la manera en que él mismo lo prescribe, sino de la
forma en que los gobernantes y gobernados lo ponen en funcionamiento. La práctica constitucional puede
o no coincidir con las disposiciones del texto constitucional.
Pero, además de semejante estructuración formal, ella está integrada por un contenido sustancial que
permite verificar que es efectivamente observada por gobernantes y gobernados, quienes adecuan sus
comportamientos a los imperativos de las normas constitucionales. Una Constitución Normativa no es
aquella que simplemente tiene validez en un sentido jurídico, sino que además es cumplida lealmente, al
forjar una unidad conceptual entre la norma y las conductas acordes con la vigencia de la libertad y
dignidad del ser humano.
Una Constitución Nominal es aquella que, si bien su texto responde formalmente a los fines del
movimiento constitucionalista, dista de ser cumplida fielmente en la práctica. Se trata de una constitución
propia de aquellos sistemas políticos en transición entre la democracia y el autoritarismo. Una
Constitución Semántica es aquella cuya estructura y finalidad no responden a los requerimientos del
movimiento constitucionalista, sino a una visión en la cual la libertad y dignidad del ser humano no son
fines, sino medios para alcanzar objetivos considerados axiológicamente más trascendentes.
No es una constitución que se preocupe por controlar el ejercicio del poder y evitar sus abusos, sino que
apunta a organizar la relación del poder político en la forma necesaria para consolidar a los detentadores
del poder. Sus normas, al igual que las de una constitución normativa, se adecuan a la realidad y son
plenamente aplicadas. Pero ontológicamente responden a motivaciones diametralmente opuestas.