Qué Es La Violencia Escolar

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¿Qué es la violencia escolar?

La violencia escolar es un fenómeno relacional, cultural y multicausal. Se trata de


aquellos modos de relación que se caracterizan por el uso ilegítimo de la fuerza y
el poder, y que tienen como consecuencia el daño a la otra persona, a nivel físico o
psicológico. Al ser un hecho cultural, se entiende que la violencia es transmitida y
aprendida, lo que abre también la posibilidad de enseñar otras formas de relación
que sean pacíficas y de prevenir su aparición o uso en la convivencia. Es un
fenómeno que puede tener diferentes causas y sobre el cual influyen múltiples
factores. En el ámbito escolar, los conflictos resueltos inadecuadamente, o que no
son abordados a tiempo, o la agresividad descontrolada son motivos que pueden
llevar al uso de la violencia como un modo de relación aprendido.

¿Cómo se puede prevenir la violencia escolar?

Fuente:https://
convivenciaparaciudadania.mineduc.cl/wp-
Convivencia escolar

Convivir en la escuela es una experiencia de aprendizaje, ya que la escuela y el liceo


son el lugar en el que se aprende a convivir con otros y otras fuera del espacio
familiar. Por ello, el que existan buenos climas de convivencia no solo mejora los
aprendizajes, sino que desarrolla en todos los actores de la comunidad educativa la
capacidad de vivir y participar en comunidad. La convivencia es, por tanto, un
aprendizaje para la vida.

Dada la importancia de la convivencia, en cada establecimiento educacional existe


un Plan de Gestión de la Convivencia Escolar, que regula las relaciones entre los
miembros de la comunidad educativa, contempla las medidas pedagógicas y los
protocolos de actuación ante situaciones de conflicto. Este Plan es elaborado con la
participación activa del Consejo Escolar, y es implementado en conjunto con
el encargado de Convivencia Escolar que es acompañado y asesorado por un equipo
de gestión de la Convivencia Escolar.

La convivencia escolar, tanto como una faceta formativa como una expresión
del clima en la escuela, constituye un aspecto crítico en el proceso de inculcar
valores educativos y representa un desafío compartido por la familia, la
institución educativa, el gobierno y la sociedad en general. Esta iniciativa,
orientada hacia el reconocimiento y la aceptación mutua en un ambiente
cultural diverso, requiere ser aplicada en entornos educativos diseñados
específicamente para promover la convivencia pacífica y democrática. En
términos coloquiales, existe una sutil asociación entre "convivir" y "vivir con",
pero no se pueden pasar por alto las distinciones significativas en el uso de
ambos términos, como lo evidencia la pregunta: "¿Con quién convives?". Es
decir, convivo con mi familia, amigos, miembros de clubes o asociaciones,
ciudadanos, vecinos, entre otros. Sin embargo, en cada uno de estos grupos se
llevan a cabo ciertas acciones y no otras. De ahí que pueda prestarle una
chaqueta a un amigo, pero no a cualquier compañero de clase. No obstante,
"vivir con" no es exactamente igual que "convivir". La Pedagogía explora estas
diferencias y la escuela educa en un ambiente de cohabitación. Es necesario
especificar la convivencia, ya que cada espacio establece sus propias
condiciones, como lo evidencian los entornos escolares que están
cuidadosamente diseñados para esta convivencia. Además, es esencial
calificar la convivencia, ya que la clave en la formación para la convivencia
radica en lo que estamos dispuestos a aceptar. Los conocimientos culturales,
por sí solos, no garantizan una mejor comprensión del otro ni una mejor
relación interpersonal. Por lo tanto, es crucial calificar la convivencia para evitar
estrategias educativas erróneas que vinculen erróneamente la convivencia y la
violencia como si tuvieran una relación inversa. Entender que la convivencia,
sin ningún tipo de calificación, guarda una relación inversa con la violencia,
implica atribuir erróneamente una conexión conceptual a una conexión
empírica entre dos conceptos. Aunque es cierto que la violencia ocurre en
espacios donde la convivencia es común, también es innegable que grupos
étnicos, ideológicos o sociales manifiestan una fuerte convivencia y solidaridad
interna, pero al mismo tiempo actúan violentamente en entornos compartidos
con otros grupos. Esto indica que la convivencia y la violencia pueden coexistir,
pero no necesariamente de manera inversa. Todos tenemos evidencia de
comportamientos violentos entre grupos de amigos, familias, grupos religiosos,
étnicos, deportivos, políticos, entre otros. En todos estos casos, se observa
convivencia dentro del grupo y una sólida solidaridad entre sus miembros,
motivada por el sentido de pertenencia o las metas compartidas. Sin embargo,
esta solidaridad no implica igualdad ni un valor compartido fuera del grupo. La
ausencia de reconocimiento del otro y la percepción negativa de lo diferente a
menudo resultan en respuestas violentas de diversos tipos y grados. La
conexión entre convivencia y violencia es empírica, no conceptual. No
obstante, el enfoque excesivo en la voluntad individual para resolver este
problema no debe hacernos olvidar que es un problema tanto de legalidad
como, prioritariamente, de legitimidad. La propuesta educativa para la
convivencia afecta a cada individuo, y la decisión del individuo se convierte así
en una cuestión de derechos, valores éticos y compromiso. En este sentido, es
fundamental reconocer que la violencia ocurre en contextos de convivencia, y
ningún contexto está exento de conflictos y amenazas de violencia. Por esta
razón, la educación debe formar para la convivencia y enseñar a resolver
conflictos de manera constructiva. El conflicto surge cuando hay actividades,
intereses o necesidades incompatibles, y puede volverse destructivo si no se
maneja adecuadamente.

Fuentes: file:///D:/ABEL%20GONZALES/Downloads/Dialnet-
ViolenciaConvivenciaYEducacion-4729421%20(3).pdf

Opiniones acerca del tema


La violencia y la convivencia son dos palabras que, a lo largo de esta
investigación, me he dado cuenta de lo relacionadas que están, sin embargo,
no siempre o, mejor dicho, no debería ser así, pues cada palabra tiene un
significa muy diferente apartado del mal aspecto que puede llegar a tener el
otro, es decir, si apartamos la palabra convivencia sería lindo hablar de ello,
más si juntamos la palabra “violencia” todo da un giro en nuestro contexto al
entender la magnitud de su lamentable impacto en la sociedad.
En la anterior información sobre “la violencia y convivencia” podemos
rescatar que, en un ámbito escolar, quien debe velar por la seguridad y quien
representa a los estudiantes es el mismo consejo estudiantil del mismo
colegio, me pareció importante dar un mensaje desde la responsabilidad que
a mí mismo se me encargó y empatizar con la magnitud de este caso al
proponer que en nuestra alcaldía haremos todo lo posible para erradicar
cualquier clase de violencia en nuestra I.E para poder tener una convivencia
pacífica y armoniosa, una legítima donde el respeto y estima nos refleje
como personas dignas de nuestros privilegios estudiantiles.

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