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PETER AKKERMANS AND GLENN SCHWARTZ: ASPECTOS DE LA CULTURA MATERIAL

Aspecto de la cultura material: en el Neolítico tardío la gente poseía ricos conjuntos de vasijas, herramientas y
ornamentos. La materia prima para la manufactura era o localmente disponible u obtenida de lugares a veces sorprendentemente
distantes -docenas o incluso cientos de kilómetros. Muchos artefactos eran hechos de piedra, pero también se usaban arcilla,
hueso y otros materiales. . La producción textil está indicada por grandes cantidades de torteras y ponderas hechas en arcilla en
muchos sitios, así como por las estatuillas que llevan marcas de haber estado vestidas y ornamentadas.
Una variedad de herramientas líticas era de uso diario. La gente tenía grandes losas de basalto y pequeños morteros y paletas
para la molienda de cereales y otros productos alimenticios y pigmentos. Manos de mortero y molinos manuales venían en
diferentes tamaños y formas, de acuerdo con su utilidad en diferentes circunstancias. En muchos sitios había también pequeños
cuencos, copas y platos hechos de toda clase de piedra. Las estrías naturales de algunas materias primas parecen haberlas hecho
atractivas por sus efectos decorativos. Estos objetos atractivos fueron producidos frecuentemente con un alto grado de artesanía,
como lo ejemplifican los coloridos jarrones de cuatro pies.
Las puntas proyectiles caen en frecuencia durante el Neolítico Tardío, y están completamente ausentes en muchos conjuntos.
Una explicación posible para este patrón es el desplazamiento del arco y la flecha por la honda (se han encontrado abundantes
municiones de arcilla secada al sol en sitios del Neolítico Tardío); otra es que las puntas se hacían con material perecedero.
Arqueros semidesnudos con arcos en sus manos y carcaj en sus espaldas son reproducidos en fragmentos cerámicos del sexto
milenio.
Las cantidades de cobre usadas fueron muy bajas a lo largo del periodo Neolítico tardío, y las habilidades de los metalúrgicos
fueron muy básicas hasta por lo menos el cuarto milenio. El metal no fue vital para la subsistencia, ni valioso aún como bien de
prestigio.
Otras dos innovaciones parecen haber sido mucho más decisivas en la formación de las comunidades del Neolítico tardío y de
aquellas de los siguientes milenios. Una es el comienzo de la alfarería, que vino a afectar todos los dominios de la sociedad, y la
otra es el desarrollo de un ampliamente aceptado y estandarizado sistema de administración en la forma de sellos y sellados.
La cerámica fue una novedad de primer orden introducida en Siria en c. 6.800 a.C., apareciendo por vez primera en sitios a lo
largo del Éufrates y el Balikh. Las primeras vasijas fueron productos toscos con abundante inclusión de paja y una textura
quebradiza; la mayoría estaban bruñidas, y algunas tenían restos de pintura roja. En este periodo temprano la producción
cerámica siguió las líneas domésticas, y pueden observarse considerables diferencias entre sitios, incluso entre asentamientos
cercanos. Poco después, c. 6.500 a.C., encontramos no sólo una mucho mayor abundancia de cerámica, sino una
significativamente mayor variedad de texturas, formas, tamaños y decoraciones. En la primera mitad del sexto milenio a.C.
hubo una creciente necesidad de cerámica decorada, vista en la creciente proporción de jarrones pintados.
La alfarería tenía una amplia gama de usos prácticos. Muchos recipientes servían para presentar y consumir comida y bebida,
mientras otros eran usados para el almacenamiento y la preparación de la comida. Con respecto al último factor, el uso de
cerámica en el proceso de fabricación de cerveza ha sido citado como uno de los principales incentivos para su adopción. El uso
de recipientes cerámicos para cocinar tuvo un considerable impacto en la dieta, ya que la carne y los vegetales podían cocerse
totalmente y ablandarse.
En la segunda mitad del séptimo milenio, los jarrones fueron colocados también en sepulturas de adultos y niños como
obsequios que acompañaban al muerto en su viaje al más allá, o como parte del ritual funerario. Pero la alfarería pudo haber
tenido una significación incluso más amplia, sirviendo en redes sociales como regalos o parte de las dotes, o adoptada como
emblema de identidad y lealtad local.
Iconos de Propiedad: Sellos y Sellados
En la segunda mitad del séptimo milenio, la gente en Siria comenzó a usar piedra, arcilla, madera, hueso y conchas para la
manufactura de sellos de estampa en muchas formas y dimensiones. Usualmente, las superficies planas de los sellos eran
grabadas con diseños geométricos, pero animales y plantas fueron también representados. La superficie grabada se imprimía
sobre grumos de arcilla fresca o yeso colocados en el cierre de cestas, vasijas, ánforas de piedra, sacos y otros recipientes o
cubriendo toda su apertura. De esta manera, los sellos ayudaban a definir la propiedad individual y asegurar que los recipientes
no fueran abiertos por agentes no autorizados, una herramienta útil en la organización del almacenamiento y en el control de las
redes de intercambio. Ese sistema, comprehensible para todos, era de eficiencia y flexibilidad tan simples que permaneció en
uso por miles de años. El desarrollo de dispositivos administrativos, que trascendían el mantenimiento de los registros por
memoria, puede haber estado asociado con un creciente sentido de la identidad familiar y la propiedad privada en el Neolítico
tardío, y con un cambio en las relaciones de producción y almacenamiento. Los productos sellados no estaban disponibles para
todos los miembros de la comunidad, sino sólo para aquellos quienes, por el acto del sellado, se los habían apropiado.
las prácticas mortuorias del Neolítico tardío varían mucho: hubo inhumaciones simples de pozo, enterramientos en masa,
sepulturas en ánforas, sepulturas de cráneos y cremaciones. Incluso dentro de cada categoría de sepultura hubo variación
substancial en su construcción, en la posición y orientación del cuerpo y en el número y tipo de los ajuares funerarios. El ritual
mortuorio era complejo, definido por las creencias y circunstancias culturales que pueden haber variado de caso en caso, quizás
en relación con edad, género, etnicidad, estatus o causa de la muerte.
Las inhumaciones primarias en pozos simples fueron características del Neolítico tardío, con un solo individuo puesto de lado
en posición agachada. Ocasionalmente una severa contracción sugiere que los cuerpos eran atados antes de ser enterrados. A
veces se usaba esterilla para envolver al muerto, y se esparcía ocre o carbón sobre el cuerpo. Al muerto se le proveía
frecuentemente de bienes que consistían principalmente de cerámica, pero podían también incluir recipientes, hachas, collares y
otros ornamentos de piedra. Estos objetos pudieron haber sido pertenencias personales, pero los recipientes pueden haber
contenido alimento y bebida, real o simbólica, para el viaje al más allá.
Dimensiones Sociales
Parece razonable asegurar que las pequeñas comunidades del Neolítico tardío, frecuentemente visibles entre ellas, mantenían
regulares contactos personales, intercambiaban socios matrimoniales y participaban en las actividades sociales de los otros, tales
como funerales, iniciaciones y otros eventos ceremoniales. Ellas podían también haber asistido a las vecinas en tiempos de
guerra o en desastres económicos y epidemias. Ciertamente hubo un regular intercambio, si bien de pequeña escala, de ítems de
cultura material como la cerámica, la obsidiana, el pedernal, el basalto, el cobre, las conchas marinas, el bitumen y la madera.
La movilidad fue importante en el Neolítico tardío. Aunque no siempre es fácil interpretar las secuencias de ocupación, muchos
sitios parecen haber sido lugares para visitas transitorias de corta o larga duración, donde pequeños grupos de gente seguían un
patrón de subsistencia variado y flexible. Criaban animales y cultivaban cereales, pero también se involucraban en la caza y en
la recolección de alimento vegetal. Los énfasis y las estrategias diferían de región en región y de sitio en sitio, como lo
demuestran las diferentes proporciones y la variedad de restos de plantas y animales. Mientras algunas comunidades se basaban
por completo en cultivos mixtos, otros se concentraban en la caza o la cría, y otros más trataban de tomar lo mejor de ambos
mundos, con cultivadores y pastoralistas involucrados en una relación íntima, simbiótica. La gente podía decidir moverse sólo a
corta distancia y construir sus nuevas moradas en el campo visual de la casa ancestral, o podía decidir entrar en áreas remotas
previamente desconocidas. En general, las vinculaciones con, o reclamos de larga data por, lugares y tierras parecen haber sido
de poca relevancia.
No todas las ocupaciones eran usadas intermitentemente o de manera estacional. En casi todas partes la movilidad se practicó en
un paisaje que incluía unos pocos grandes asentamientos permanentes, con producción extensiva y espacios de almacenamiento,
y tal vez centros de culto y lugares de encuentro. La gente se quedaba con frecuencia por un tiempo prolongado en estos sitios
“de anclaje”, que estaban probablemente investidos de considerable significado social y ritual. En un mosaico regional en
cambio constante, caracterizado por ocupaciones tan rápidamente fundadas como abandonadas, estos sitios eran puntos fijos de
referencia que pudieron haber crecido hasta 10-15 ha a finales del periodo.
Es seguro concluir que hay poca o ninguna evidencia de que las comunidades locales fueran presididas por autoridades centrales
o estuvieran socialmente estratificadas. El liderazgo era probablemente temporario y situacional, otorgado a individuos con
diferentes papeles sociales, cambiando rutinariamente de un papel a otro en la medida en que cambiaban las circunstancias
diarias. Las pequeñas aldeas esparcidas por el campo estaban habitadas por unas pocas docenas de individuos en el mejor de los
casos -principalmente parientes que vivían juntos, con hombres mayores a la cabeza. Esta gente, diferenciada por edad, podía
congregarse en un consejo tribal o de aldea en tiempos de necesidad y retornar a las actividades domésticas apenas diferentes de
las desempeñadas por otros miembros de la comunidad. En principio, el acceso a las más altas posiciones, determinado por
edad, habría estado eventualmente abierto para todos. Una fuerte ética igualitaria estaba operando, en la que amplias redes
socioeconómicas y políticas se fundamentaban en alianzas fluidas, en el reconocimiento de la unidad cultural y un sentido de
historia compartida, facilitada por los vínculos de parentesco y siglos de matrimonios e intercambio intergrupales.
Aunque los rápidos refugios de madera y pieles estaban probablemente en uso en los campamentos temporarios, estructuras más
durables de piedra, tierra pisada o ladrillos de barro eran construidas donde se anticipara una estadía de una o más generaciones.
En muchas partes de Siria a fines del séptimo milenio y durante el sexto milenio la gente escogía cada vez más vivir en casas
circulares dispuestas alrededor de uno o más almacenes rectangulares. Estos eran asentamientos aún basados en tamaños
pequeños de grupo y esfuerzos corporativos: las casas circulares estaban destinadas a albergar a una sola persona o una pequeña
unidad doméstica, mientras que los edificios de almacenamiento eran para beneficio de todo el grupo, tanto si la comunidad era
una sola unidad doméstica o varias. Los asentamientos no se construían para durar por siempre, ya que sus habitantes se
mudaban frecuentemente después de una o dos generaciones. En algunos casos, el grupo entero levantaba sus cosas y construía
una nueva morada en otro lugar; en otros casos, hay evidencia de un gradual abandono de los asentamientos, con casas o
caseríos desiertos uno después del otro.
Continuidad y Cambio en el Sexto Milenio Tardío y el Quinto Milenio a.
La expansión Ubaid entraña un conjunto de profundos cambios en la cultura material y la vida comunitaria de Siria a finales del
sexto milenio. Se introdujeron nuevos tipos de cerámica pintada y no pintada, diferentes en estilo y tecnología a las usadas
antes. Los tholoi, tan característicos del Neolítico tardío, fueron reemplazados por edificios rectangulares de múltiples
habitaciones. Los estilos de vida pastoralistas móviles fueron abandonados en gran medida en favor de ocupaciones
permanentes en lugares específicos.
Mientras aún no está claro qué sucedió en la transición del Neolítico tardío al periodo Ubaid, la evidencia de cambio lento y
gradual a lo largo de varios siglos sugiere que debe haber existido una mejora de los sistemas sociales existentes en vez de un
quiebre radical con el pasado. La gente permaneció en pequeñas aldeas dispersas, practicando la agricultura, la cría de ganado y
la caza para ganarse el sustento. Hay pocos datos para marcadores de estatus o una diferenciada distribución de la riqueza,
sugiriendo que la anterior ética igualitaria y un sentido de la identidad comunitaria colectiva todavía eran mantenidos. Pero de
maneras que pudieron no haber sido previstas en un comienzo, la gente se animó cada vez más a permanecer por periodos más
largos en lugares específicos. El temprano énfasis en la movilidad se fue debilitando en favor de un creciente apego al lugar y a
la creación de una nueva red de identidades regionales y locales en lugares fijos. En asociación con este cambio en el patrón de
asentamiento fue que se redefinió el hogar.
Patrones de Asentamiento y Planta de las Casas
Los grupos Ubaid claramente privilegiaban las fértiles tierras bien irrigadas en regiones convenientes para la agricultura de
secano, ocupando sólo unos pocos asentamientos en las áreas marginales más allá de la zona alimentada por las lluvias. El
desierto interior había sido ya abandonado en el sexto milenio, y las comunidades Ubaid parecen haber evitado la región
también.
Los edificios circulares -una característica principal del asentamiento más temprano- cayeron en desuso a finales del sexto
milenio. Su desaparición se asocia con un cambio en la definición del papel de la casa: en vez de basarse en la dispersión de la
unidad doméstica por muchas pequeñas estructuras circulares de una sola habitación, la gente tornó a usar grandes edificios
rectangulares de habitaciones múltiples, de suficiente capacidad como para albergar a una familia entera y una amplia gama de
actividades bajo techo. Se ha sugerido que el control interno del espacio y el movimiento que implica la compartimentación en
los edificios estaba asociado con un deseo de privacidad y la segregación de los sexos, lo que creaba una nueva ética social y del
trabajo. En esta perspectiva, las tareas domésticas se realizaban en relativo aislamiento en específicos sectores, incrementando la
cantidad de tiempo pasado en la casa y separando a las mujeres del total de la vida de aldea. El cambio organizativo
probablemente no implicó una reducción en la diversidad de las tareas llevadas a cabo por las mujeres, pero transfirió la labor
femenina del nivel comunitario al dominio doméstico.
La arquitectura Ubaid varió ampliamente en forma y tamaño, desde pequeños edificios de una sola habitación y aglomeraciones
irregulares de habitaciones de tamaños diferentes a casas tripartitas bien diseñadas de 50-200 m 2 de superficie, con un gran salón
central flanqueado a ambos lados largos por hileras paralelas de habitaciones más pequeñas. En general, las casas eran
cuadradas o rectangulares, con muros de adobe o ladrillos, a veces con cimientos de piedra. La recurrente división de los
edificios en muchas pequeñas habitaciones servía una amplia variedad de propósitos. Ciertas áreas estuvieron probablemente
asociadas con la preparación y consumo de alimentos y bebidas, la crianza de los niños y el descanso, mientras otras
habitaciones se relacionaban con asuntos como la hospitalidad, la producción doméstica y el almacenamiento. Las disposiciones
pudieron haber variado con las estaciones o con los cambios en la composición de las unidades domésticas. Frecuentemente se
encuentra un fogón central en la mayor habitación, la que pudo haber sido el foco del encuentro familiar y donde los huéspedes
eran recibidos y entretenidos. Había mucho espacio de almacenamiento en y alrededor de estos edificios; cientos de recipientes
cerámicos fueron encontrados en una sola habitación, mientras que cereales quemados sugieren que otras habitaciones eran
usadas para almacenar alimento. El volumen de depósito también probablemente incluyó agua, heno, paja y leña. En varios
sitios había edificios con una estructura de bajos muros paralelos de ladrillos levantados a intervalos cortos, probablemente con
la intención de soportar una plataforma, con aire circulando por debajo. Usualmente interpretadas como graneros o instalaciones
para secar cereales, están frecuentemente asociadas con una casa cercana, lo que sugiere que cada unidad doméstica tenía su
propio granero.
Cultura Material
La gente de los asentamientos Ubaid usaba una gran variedad de herramientas para diferentes propósitos, desde la procura y
procesamiento del alimento a la manufactura de textiles y cerámica. Hubo mucha uniformidad en los métodos de producción e
implementos de un área a otra, lo que sugiere que en todas partes la gente se involucró con un similar conjunto básico de
actividades domésticas diarias. Mucho esfuerzo se invertía en la agricultura, algo revelado por las azadas y azuelas de piedra
usadas para desmalezar y labrar, y las pequeñas hojas de hoces de pedernal para la cosecha, que llevaban restos de bitumen para
la inserción en herramientas compuestas de recolección. También se usaban hoces de terracota con forma de medialuna, hechas
de una sola pieza -una común herramienta diagnóstica del periodo Ubaid. Grandes losas y morteros se utilizaron en la molienda
y la machaca de plantas. La talla de piedra se concentró principalmente en la producción de pequeñas hojas de hoces y una
variedad de herramientas basadas en lajas que frecuentemente delatan signos de pobre artesanía. Una técnica común implicaba
golpear un nódulo de esquisto con una roca más pesada y así obtener muchas piezas más pequeñas, irregulares. Cuchillitas y
segmentos de obsidiana aparecen en pequeñas cantidades en muchos asentamientos, sugiriendo que las viejas rutas de
intercambio todavía estaban activas; una explicación alternativa es que la obsidiana se recolectaba en sitios abandonados y se
reusaba.
Las puntas de flecha de pedernal ya habían desaparecido en el sexto milenio, y la caza, ampliamente practicada todavía en los
milenios quinto y cuarto, debe haber empleado otras armas como la honda.
Fragmentos muy pequeños de herramientas u ornamentos de cobre se encontraron, lo que sugiere que la gente de allí extraía
metales de las montañas en una escala restringida; unos pocos prendedores, anillos y hachas de cobre puro derivaban también de
ocupaciones y residuos de cobre cerca de un horno. No obstante, piedra y arcilla cocida eran aún los medios más importantes
para fabricar herramientas y armas en las comunidades prehistóricas de Siria y Mesopotamia.
La cerámica se usó con abundancia. Cuencos, jarrones y jarras se encontraron sobre el piso de las viviendas o junto a fogones y
hornos, donde ellos eran empleados para la preparación de alimento, su cocina, la ingesta y la bebida. Las cerámicas también se
usaban para almacenar, y se colocaban en las sepulturas como ofrendas para el muerto.
Pero el cambio en producción de cerámica tuvo también una razón económica, con modificaciones tecnológicas que enfatizan la
producción cerámica en gran escala y con bajos costos. La mayor parte de la cerámica se hacía aún a mano, pero ahora se
empleaba un torno lento para regular y acelerar la producción. El uso masivo de paja para templar permitió reducir el tiempo de
cocción al fuego y ahorrar combustible, ya que las mismas inclusiones de plantas actuaban como combustible dentro del
recipiente. El templado con paja dio también a los recipientes una mayor resistencia al shock térmico, debido a un mayor
tamaño de los poros, y se requería una menor supervisión durante la cocción. Pero el uso de inclusiones vegetales resultó
también en recipientes más gruesos y ásperos, poco adecuados para una pintura sutil u otra decoración. Esta cerámica del Ubaid
tardío se volvió menos atractiva desde un punto de vista estético.
En gran medida, las comunidades eran independientes y autosuficientes, pero esta autonomía no debe ser confundida con
aislamiento.
Entierros: Iguales Ante la Muerte
Se han encontrado sepulturas de adultos y niños en muchos sitios localizados en las áreas abiertas de los bordes del
asentamiento o en las ruinas de los edificios por mucho tiempo abandonados. A veces los enterramientos se han reportado
debajo de los pisos de las casas, pero frecuentemente no es claro si los edificios aún estaban en uso al momento del entierro.
Extensos campos de enterramiento conteniendo muchos individuos han también sido encontrados. Aunque tales cementerios
comunitarios aparecen por primera vez en el Neolítico tardío, se vuelven una característica principal del periodo Ubaid y
podrían enfatizar conceptos de identidad de grupo y territorialidad. Muchos muertos eran provistos de ajuares, usualmente
cerámica pintada o sin decoración, pero a veces también ornamentos o artefactos de piedra.
El Paisaje Social: ¿Igualdad o Poder de Jefatura?
en el mundo Ubaid precedente, la evidencia arqueológica es frecuentemente ambigua y abierta a diferentes interpretaciones. Un
enfoque -favorecido aquí- es que las comunidades Ubaid fueron en gran medida igualitarias y sin estratificación hasta
comienzos del cuarto milenio. No había autoridades centrales; el liderazgo era temporario y estaba en manos de los mayores,
como había sido en los asentamientos del Neolítico tardío. El modelo de jefatura ciertamente tiene sus méritos a finales del
periodo Ubaid, cuando el énfasis parece haber mudado gradualmente de la comunidad al individuo, resultando en la explícita
exposición de diferenciación social y desigualdad en varios sitios.

GUILLERMO ALGASE: EL DEPEGUE DEL URBANISMO MESOPOTAMICO: PORQUE?


Las condiciones ambientales de la baja Mesopotamia les dieron importantes ventajas comparativas respecto de sus
competidores, contaban con muchos recursos que le permitían acumular y comerciar, había pescado disecados,
caprinos, vacas, aves de corral, ovejas, textiles, hortalizas, frutas, ambos ríos tenían un caudal muy superior al que
conocemos, formaban una red de canales, que en el periodo Uruk lo hacía muy superior al resto de las zonas. La
falta de algunos materiales, como madera metales básico y exóticos, minerales semi preciosos, hicieron que las
elites del sur recurrieran al comercio, que además les daba una situación favorable respecto de sus vecinos por
tener un transporte barato gracias a las vías fluviales. La construcción de barcos, botes, canoas con los mas diversos
materiales les permitían el transporte aun en ríos de poco caudal. La sociedad Sumeria poseía la tecnología
necesaria para explotar eficazmente el las ventajas del transporte inherentes al medio en que vivían. Las
comunidades alejadas de los ríos dependían del transporte terrestre menos eficaces, lento y costoso.
En los finales del V milenio y principios del IV, las ventajas comparativas las podemos clasificar en: 1) lana en rama,
telas y paños teñidos, productos hechos a base de pelo de cabra, ítems de cuero, grasas lácteas y otros recursos
ganaderos distribuidos por las comunidades situadas en los márgenes de las zonas mejor regadas de la llanura
aluvial, producido por grupo de pastores y nómades que producían esos bienes; 2) paños de lino, productos
hortícolas, y cereales producidos por las comunidades del norte de la llanura aluvial donde el caudal del Éufrates y el
Tigris, favorecían la agricultura de regadío; y 3) pescado desecado, salado, ahumado, varias aves domésticas, juncos
y otros recursos costeros y fluviales producido por las comunidades próximas a la costa del golfo Pérsico.
Una segunda fase se inicia durante el Uruk medio y habría estado marcada por una incipiente conciencia por parte
de la elite de las implicaciones sociales del modelo comercial intrarregional. Con la incorporación de tecnología
explotan los nichos especializados, y con el excedente sustituyen importaciones de centros vecinos e incluso
foráneos.
La tercera fase es en los periodos de Uruk medio y reciente, se habría caracterizado por una competencia aun mayor
entre las comunidades aluvionales, que para la época ya disponían de capacidades productivas similares.
Dos factores fueron importantes para el despegue sumerio, uno el desarrollo de las industrias que originalmente
estaban para el consumo local que se adaptaron al mercado de exportación, ejemplo los tejidos de lana, pieles de
animales, frutos secos, pescado salado y ahumado, productos procesados ganaderos y agrícolas, productos
transportados en vasos cerámicos de 4 asas y ánforas piriformes. El segundo factor importante fue la domesticación
del burro hacia mediados del IV milenio, lo que permitió ampliar los limites y adquirir un mayor conocimiento,
además de permitirle exportar bienes aluviales en grandes cantidades a regiones foráneas, también permitió el
contacto con culturas lejanas.
Este desarrollo comercial estableció diferentes bases o puestos comerciales exteriores en puntos estratégicos de
toda la periferia mesopotámica, algunos pequeños habitados por colonos de Uruk que compartían con centros
indígenas preexistentes, y otros grandes instalados en zonas vírgenes que reproducían las formas urbanas y sociales
mesopotámicas.
Habuba es de los mas importantes, tenía un diseño planificado, era una ciudad fortificada, con un estudiado diseño
de calles y barrios residenciales, administrativos e industriales, perfectamente diferenciados.
Con el paso del tiempo en el Uruk reciente las comunidades del sur dejan de ser solo consumidoras y empiezan a ser
productoras de metales. Otro hecho relevante es el textil a partir de la sustitución de las prendas de lino por las de
lana, esto genero una industria textil con miles de personas ocupadas sobre todo mujeres, organizado por el estado.
Los asentamientos del sur crecieron durante todo el milenio, los del norte se fueron aplacando con el paso del
tiempo, el sur privilegiado por recibir información de un amplio territorio foráneo, del cual copio tecnología, las mas
importante es la tecnología del intelecto, que le permitió en estas ciudades con poblaciones numerosas a las elites
organizarlas, y contar con trabajo esclavo y trabajadores endeudados.

GWENDOLYN LEICK: MESOPOTAMIA LA INVENCION DE LA CIUDAD


ERIDU: según el dios babilónico Marduk, el creador del mundo, todas las tierras eran mar, y ahí se construyó Eridu,
geográficamente estaba en tres entornos distintos la llanura aluvial, el desierto y los pantanos, lo que implica tres
modelos de subsistencia, la agricultura, el pastoreo nómada y la pesca.
El origen de la vida es la confluencia de agua dulce y agua salada, por debajo y por arriba hay agua, el cielo es una
bóveda impermeable que en ciertas épocas y lugares caía en forma de lluvia. Eridu era el centro del culto al dios o a
la diosa del agua dulce, el origen de la ciudad es un santuario, los templos tenían ladrillos, y cuando el paso del
tiempo lo destruían se volvían a edificar en el mismo lugar, con superficies ampliadas.
Tenían una amplia variedad de vajilla muy delicada muy fina, usada por las comunidades sedentarias, los
arqueólogos inducen que esto es una forma de jerarquías.
Cerca del templo estaba el cementerio de Eridu, el proceso de enterramiento suponía un esfuerzo y una planificación
considerables. Las tumbas debían estar señalizadas en la superficie para permitir los entierros posteriores del cónyuge o el hijo.
Los muertos debían acompañarse de bienes adecuados, ornamentos y cerámica decorada. Asimismo, parece que ciertas
vasijas se elaboraron específicamente para los rituales funerarios y las libaciones. Pedazos de carne y, en el caso de niños,
pequeños animales demuestran que las ofrendas de alimentos también formaban parte de las exequias.

En conjunto, las tumbas de Eridu indican que las personas allí enterradas eran, en cierto modo, especiales.

Con el paso del tiempo se visualiza el declive de Eridu, que durante algunos siglos continúo existiendo básicamente como
centro ceremonial o religiosos.

Marduk crea otros dioses 7 en total, cada uno tiene su templo en distintas urbes.

A lo largo de diferentes épocas, la tradición mesopotámica identificó Eridu con la más antigua de las ciudades, como un lugar
sagrado, el mismo emplazamiento de la creación. Las nociones mesopotámicas de la ciudad poco tenían que ver con el
tamaño, la densidad demográfica o el status político. No fue un centro de poder político durante ninguno de los períodos
históricos; tampoco fue importante ni económica ni estratégicamente. La importancia de Eridu era, sobre todo, simbólica. Era
el enlace de Mesopotamia con los inicios del mundo, la prueba de la sorprendente longevidad de su civilización. También era
un lugar sumamente sagrado. Las características del paisaje, sobre todo la gran superficie de agua dulce, una especie de lago
en medio del desierto, se interpretaban como manifestaciones de divinidad. Una vez la especial naturaleza del lugar se vio
definida y asentada, repetidamente, en un esfuerzo continuo de miles de años, acabó acumulando la suficiente credibilidad
para retener su status de importancia, a pesar de su reducido tamaño y de los largos períodos de descuido y deterioro físico.

URUK: no se limita a la Baja Mesopotamia, es cada vez más evidente que la cultura Uruk está presente en un área geográfica
muy amplia que se extiende más allá del corazón de Mesopotamia, desde el sudoeste de Irán hasta Siria septentrional y el sur
de Anatolia. Los objetos y edificios del período Uruk se reconocen de inmediato: la cerámica posee unos rasgos estilísticos
claramente definidos, la arquitectura se caracteriza por sus edificios multifuncionales y monumentales y, sobre todo, cabe
destacar los sellos cilíndricos y las tablillas en las que encontramos una forma rudimentaria de escritura cuneiforme. La pieza
de cerámica más característica de Uruk, encontrada en grandes cantidades en cualquier yacimiento de esta cultura, es un
cuenco deforme y pesado, un recipiente producido en serie para usar y tirar, conocido como cuenco de borde biselado.
Algunos signos arcaicos asocian este cuenco con alimentos; se ha sugerido que con él se distribuían raciones de grano o tal vez
alimentos cocinados a los trabajadores. El éxito global de Uruk como principal centro de distribución dependía de la eficacia
administrativa del sistema de intercambio económico; para lograrla se pusieron en práctica dos estrategias cruciales que
transformaron ideas ya existentes en herramientas mucho más versátiles: el sello y la escritura.

El tipo de sociedad que tenia Uruk, genera controversias entre los investigadores:

Hans Nissen: plantea que la mayor densidad de población y la abundante riqueza natural, para evitar conflictos estimuló la
necesidad de «establecer reglas que permitiesen la convivencia de las personas o las comunidades», lo que «es mucho más
importante para fomentar el alto desarrollo de la civilización que la necesidad de crear estructuras administrativas».

Guillermo Algaze: Para este autor, la cultura Uruk representa la primera expansión imperialista de Oriente Próximo, que hizo de
las regiones montañosas y las tierras bajas, los llanos orientales y las montañas de Anatolia una red interrelacionada dominada
y administrada por la élite de Uruk.

Petr Chavart: plantea que la sociedad de Uruk era esencialmente igualitaria, incluso una especie de primitivo «Estado del
bienestar» caracterizado por «un trabajo corporativo y un consumo corporativo», lo que significa que un conjunto de personas
responsables tomaba las decisiones en nombre de una comunidad más amplia y se encargaba de la distribución de bienes
materiales y alimentos dentro de la «corporación» de Uruk.

Susan Pollock: caracteriza la sociedad del cuarto milenio como una serie de unidades familiares, por lo general autosuficientes,
que coexistían con organizaciones que «controlaban una fuerza de trabajo numerosa, organizada jerárquicamente y
especializada, que producía artículos cotidianos y de lujo.

Marc Van De Mieroop: Primera Parte: Las Ciudades-Estado. Orígenes: el Fenómeno Uruk

El cuarto milenio fue un momento crucial en la historia de la humanidad. Durante este periodo vemos la culminación de varios
procesos culturales que conducen a la formación del estados, ciudades y escritura, todo lo cual revela la existencia de una
sociedad compleja organizada por una jerarquía y con fuerza de trabajo especializada. Mientras estos desarrollos ocurrían en el
sur de Mesopotamia, su influencia tuvo considerables efectos por todo el Cercano Oriente.
Un indicio de esto es la aparición de un nuevo estilo de cerámica, platos, cuencos y jarras toscas sin decoración, hechos en
tornos de alfareros con fines utilitarios, mas gente junta necesito de mas cerámica y esta se produjo en masa, para satisfacer esa
demanda.
Los Orígenes de las Ciudades
Por todo el Cercano Oriente, el final del periodo Ubaid se caracterizó por una regresión en el número de los asentamientos, y
algunos de los sitios prominentes fueron destruidos y abandonados. Pero en la primera mitad del cuarto milenio, con el
comienzo del periodo Uruk, el número y tamaño de los sitios se incrementaron ampliamente en el sur un solo asentamiento
dominaba, con dimensiones de unas 70 hectáreas: Uruk. El rápido incremento de población asentada en ese momento no puede
explicarse con certeza. El tamaño dominante de Uruk en toda la región, que sobrepasa por lejos el de otros asentamientos, indica
que era un centro regional y una verdadera ciudad.
Uruk estaba localizada en los bordes de los pantanos del Golfo Pérsico. Su agricultura descansaba en las aguas de irrigación
aportadas por un brazo o brazos del Éufrates, que permitieron abundantes cultivos de cereales y frutales, especialmente palmeras
datileras. En medio de las áreas irrigadas estaba la estepa, donde la cría de cabras y ovejas se practicaba junto a la caza. Cerca se
encontraban los pantanos, con un abundante suministro de pescado y aves acuáticas, y donde los búfalos de agua fueron criados
por su leche. La gran diferenciación del alimento aportado por cada nicho ecológico condujo a una especialización de la mano
de obra entre los productores: pescadores, agricultores, horticultores y jardineros, cazadores y criadores eran más productivos si
dedicaban la mayor parte de su tiempo al cuidado de los recursos disponibles para ellos. Ciertos desarrollos tecnológicos
pudieron también haber hecho más deseable la especialización. Así, la invención de la sembradora, instrumento que deposita
semillas en el surco que se va abriendo, puede haber hecho que la agricultura fuera algo más difícil y requiriese de la mano de
un experto. La gente que se especializó en la producción de un recurso ya no era autosuficiente, y se necesitó de un sistema de
intercambio que los abasteciera. Ese servicio fue provisto por el centro de la región, la ciudad de Uruk.
Un pequeño segmento de la sociedad urbana comenzó a especializarse en tareas no agrícolas como resultado del nuevo papel de
la ciudad, como centro de su entorno geográfico. Dentro del sector productivo, hubo un crecimiento de una variedad de
artesanos especialistas.
En el periodo Uruk Tardío apareció por primera vez un tipo de objeto que siguió siendo característico de Mesopotamia a través
de toda su historia: el sello cilíndrico. Éste era un pequeño cilindro, usualmente de no más de 3 cm de alto y 2 cm de diámetro,
de concha, hueso, loza o piedras variadas (cornalina, lapislázuli, cristal), sobre el que se grababa una escena en espejo. Cuando
se deslizaba sobre un material blando, preferentemente arcilla, la escena aparecería en un número indefinido de veces en relieve,
fácilmente legible. El sello cilíndrico era un dispositivo administrativo importante. El conocimiento tecnológico necesitado para
grabarlo era muy superior al de los sellos de estampa, que había surgido a comienzos del Neolítico. Desde la primera aparición
de los sellos cilíndricos, las escenas grabadas podían ser altamente elaboradas y refinadas, indicativas del trabajo de canteros
especialistas. De manera similar, el periodo Uruk Tardío muestra el primer arte monumental, en relieve y en estatuaria, realizado
con un grado tal de maestría que sólo un profesional pudo haberlo producido.
La especialización de la labor productiva creó la necesidad de una autoridad que organice el intercambio de bienes, porque las
familias individuales ya no eran autosuficientes. Esta autoridad requería de una base ideológica compartida por todos los
participantes del sistema para hacer que fuese aceptable contribuir parte de su producción a cambio de algo a ser otorgado en el
futuro. En la Mesopotamia del periodo Uruk, esa ideología fue aportada por la religión: los bienes eran recibidos por el dios de
la ciudad y luego redistribuidos entre la gente. El templo, casa del dios, fue la institución central que hizo funcionar al sistema.
El papel del templo en la recolección y redistribución de bienes creó la necesidad de una completamente nueva clase de
especialista -el administrador. La economía se hizo tan compleja que los mecanismos de contabilidad eran necesarios para
registrar bienes ingresando y saliendo de la organización central. Esto requirió de las habilidades de gente capaz de trabajar con
las herramientas y técnicas de una burocracia. Medidas estandarizadas para cantidades de bienes secos y líquidos, para tierra,
trabajo y tiempo estuvieron en uso, y la escritura, tecnología para registrarlos para futuras consultas, tuvo su origen allí.
La especialización del trabajo que caracterizó el establecimiento de la vida urbana en el sur de Mesopotamia causó una
fundamental reestructuración de la sociedad. El proceso de diferenciación social culminó en la existencia de una sociedad
estratificada en la que la ocupación profesional determinaba el rango del individuo en la jerarquía. La gran mayoría de la gente
aún era agricultora, pescadora, ganadera, etc., viviendo en comunidades con poca diferenciación social por fuera de la familia
individual. Estas comunidades se encontraban probablemente en una relación tributaria con la ciudad y proveían parte de sus
ingresos a ella, pero en lo demás permanecían socialmente libres y poseían la tierra que trabajaban. Muchos de los residentes en
la ciudad formaban parte de la organización del templo, cuyos miembros eran totalmente dependientes de los primeros para su
supervivencia. Estaban organizados por estrictas líneas jerárquicas. El más indicativo de la jerarquía urbana es el texto llamado
“Lista Estándar de Profesiones”. Apareció por primera vez a finales del periodo Uruk Tardío.
. El templo, localizado en la ciudad, era un punto focal de todo y, a través de su recolección de tributo, integraba toda la región.
Un estado, si bien pequeño, se había desarrollado en las áreas en que la ciudad mantenía controles organizativos hacia el tardío
cuarto milenio.
El Desarrollo de la Escritura y la Administración:
La contabilidad provee de dos conjuntos de datos: un registro de cantidades y una identificación de la persona u oficio
involucrada en la transacción como participante o supervisor. El segundo elemento puede estar indicado con técnicas diferentes
a la escritura, como el uso de sellos. A mediados del periodo Uruk la estampa fue reemplazada por el sello cilíndrico, que
permitía un más veloz recorrido por superficies mayores. Cada sello pertenecía a un oficial o a una oficina administrativa; su
identidad podía reconocerse por el diseño. La profusión de sellos distinguibles demuestra la presencia de una clase de oficiales
en la ciudad de Uruk que supervisaba las transacciones y garantizaba su legitimidad mediante el agregado de su marca de
autoridad.
La escritura en el sistema Uruk contenía dos tipos de signo para indicar números y palabras. La existencia de un sistema de
signos numéricos fue fundamentalmente importante, ya que 85% de las tablillas proto cuneiformes eran contabilidades. Debían
registrarse números de bienes, animales, humanos y tiempo

Anne Porter: Introducción

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