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MONUMENTOS FÚNEBRES
Torso del guerrero de La Alcudia, Elche (siglo IV a.C.): aparece muy cerca de la
Dama de Elche, junto a otras esculturas, por lo que es una escultura reutilizada.
Está hecha con piedra de la misma cantera que la figura mencionada, por lo que
se entiende que es del mismo taller, lo que se reafirma por su calidad. Solo se
conserva el torso, aunque se cree que el rostro también podía mostrar el Ethos
griego por el que la otra destaca. Se desconoce exactamente su función aunque
se cree que pudo decorar una tumba pues, aunque también podía ser una
escultura pública, hipótesis que normalmente se descarta debida la ausencia de
precedentes de esta tipología. No se sabe a quién representa pero lleva la
armadura típica ibera (cardiothorax): un disco que protege el pecho (ese disco será decorado por los más ricos).
En este caso, presenta un símbolo muy importante para el mundo ibérico: un lobo. Heredar o transformarse en
bestias contra las que luchar imparte miedo contra los enemigos y aumenta la autoestima y la fiereza del
guerrero. El lobo es la fiera por excelencia en el Mediterráneo, sobre todo en Iberia. La calidad técnica de La
Alcudia es difícil de encontrar fuera de ese poblado.
o Lo menciona el doctor Raimon Raells i Febrat de la Universidad de Alicante en su conferencia
“La decoración de las armaduras mediterráneas antiguas (ss. VII-III a.C.): Transformar, adoptar
y heredar” en el III Congreso Internacional Arte y Arqueología en el Mundo Antiguo. Mencionar
o La montaña en la que apareció todo esto es Cerrillo Blanco,
cerca de la ciudad de Porcuna en Jaén. Se cree que pudo haber
sido conocida como Ipolca en la Antigüedad pero no es seguro.
Hace unos años apareció en la zona todo un conjunto de
esculturas datadas, probablemente, del siglo IV a.C. Muchas de
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Relieves de un monumento de Osuna (Urso), Sevilla, siglo II a.C. en esta ciudad, se construyeron murallas
republicanas reutilizando monumentos ibéricos, lo que ha facilitado su conservación. Estos coincidirían en el
tiempo casi con la invasión romana. En uno de ellos aparece un personaje en un contexto, creemos que bélico,
tocando una especie de trompeta. Otro de ellos es una especie de saltimbanque del que se desconoce su accion
y funcion. No obstante, el más destacado es un altorrelieve de un hombre vestido típicamente como un ibero
pero con el escudo propio del siglo II a.C.. destaca en este relieve que lleva el pelo largo, que usaban con aceite
y tenso bajo la túnica a modo de defensa contra el filo de las falcatas. Otro de los relieves muestra un soldado
caido contra otro con grebas, este lleva el escudo redondo típico ibero.
SANTUARIOS
Santuario de la Luz, La Alberca (siglo V a.C.): de este templo solo se conservan restos como las antefijas y
diferentes esculturas. Sin embargo, lo más destacado de este yacimiento son depósitos de exvotos de bronce
realizado a través de la técnica de la cera perdida. Todo el santuario estaba protegido por unas murallas
monumentales. EXVOTOS DESARROLLADOS EN EL APARTADO DEL MAM.
Posible diosa del santuario de La Luz, se sabe que es greco-itálica, por lo que se cree que pudo
ser Deméter, diosa de la agricultura.
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Guerrero de Mogente: Bastón de mando. Bastida de las Alcuzas, Valencia S.IV a.C. No es un exvoto,
en la Bastida se han encontrado dos iguales, lo que quiere decir que son coronaciones de bastones
de mando. Lleva un casco hispano-calcídico con penacho, porta una falcata, va a caballo se
pensaba que era símbolo de distinción aristócrata, pero se han encontrado bocados de caballo en
numerosas casas y frontales, por lo tanto, sí que era posible concebir que los ejércitos ibéricos
tuviesen caballería.
El Cigarralejo (Mula), V-IV a.C. Los exvotos de este santuario son muy
originales, es un poblado que se mantuvo un siglo después de la invasión
romana, se fue romanizando poco a poco. Los vestigios del santuario y el
cementerio son muchísimos (excavado por Emeterio Cuadrado). Son santuarios
muy rudimentarios, se encuentran en la cima de la colina y los cimientos son
parecidos a los de una casa. A la última sala, donde se encuentran los exvotos,
solo se puede acceder por unas escaleras superiores. La mayoría de los exvotos
son caballos, de piedra caliza, muy realista. Hay una sala entera de exvotos de caballos.
Santuario del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo, Albacete VI-IV a.C. Es el principal santuario del
mundo ibérico, porque estaba en un cruce de caminos, en Albacete, en Montealegre del Castillo. Había un
santuario que no estaba monumentalizado donde se estaban depositando exvotos desde época muy temprana.
en el siglo iv había un taller de escultura en Verdolay (taller del Valle del Segura) que había sido muy importante
y activo en la zona de Murcia, Jumilla, Alcantarilla…En la segunda mitad del siglo iv este taller empieza a caer en
decadencia porque la gente no quiere escultura monumental, por lo que el taller se traslada a Montealegre del
Castillo y se especializa en la creación de esculturas votivas: por lo que los exvotos pasan a ser esculturas de gran
tamaño de piedra caliza, cuando alguien iba de camino por la meseta castellana compraban una escultura votiva
(o un hombre o una mujer, que suelen llevar un vaso votivo con su indumentaria), la comprueban y la dejaban
en ese santuario. Cuando llegaron los romanos, construyeron un templo dedicado a Júpiter. En el siglo xix en
Yecla, había un cura que expolia algunas esculturas. Un relojero de Yecla, se entera de lo del cura y se hace
anticuario y le pide al dueño de la finca llevarse esculturas, se las vende al MAN. El relojero empieza a hacer
esculturas nuevas y le añade cosas a las más deterioradas, por lo que se declaran todas las figuras falsas.
Posteriormente se separan las falsas de las auténticas. Se ha colocado un monolito moderno.
o La dama oferente del Cerro de los santos, es del mismo taller, lleva la indumentaria de las demás damas
y está ofreciendo algo, por lo que llevaría perfumes, o ungüentos, este esquema se repite en numerosas
ocasiones.
o Dama sedente del cerro de los santos, al estilo de la dama de baza
o Sacerdotes con gorros cónicos
o Cabezas masculinas (guerreros), parecidas a las de Coimbra del Barranco ancho.
La cerámica pintada más antigua es de finales del siglo IV, hay un tipo de decoración
geométrica, pero a finales del IV en Mula y Verdolay (La Alberca), empezó a hacerse una
cerámica figurativa.
Vaso del Cigarralejo IV a.C, aparece un personaje tocando el aulos (flauta doble), otro
de ellos lleva un instrumento de cuerda y en la cara llevan máscaras. El tercero, lleva un
escudo, por lo que entendemos que es un guerrero. Parece un desfile/procesión con
algún significado religioso o fúnebre (lo desconocemos).
Vaso de los guerreros de Uria (Edeta) III-II a.C. Museo de Prehistoria de Valencia, era
un leves (ofrenda votiva de un santuario de la ciudad de Edeta) que representaba una
batalla en el momento en el que la caballería (protegidos con un tipo de cuero
acolchado) y en la mano derecha portan un arma arrojadiza (jabalina o soliferro). Unos
están siendo perseguidos y otros huyen, los que huyen se protegen con el escudo
cuadrado, y el otro porta una falcata, es el momento final de la batalla. Este tipo de
iconografía militar, se da en esta época porque se está dando en el contexto de la
Segunda Guerra Púnica, en la cual utilizan a los íberos para la batalla, eran
mercenarios remunerados, pagaban con monedas (tesorillos).
Batalla Naval de Liria (Edeta), II a.C. Es un leve, aparece un barco cargado con
personajes con escudos, abajo peces y enfrente otro barco, por lo que es una batalla
naval (única en el mundo ibérico). Aparece una frase que se puede leer, pero
desconocemos el significado, se pensaba que ponía “Vamos a la Guerra", pero se
desmintió.
Vaso de la Serreta, Alcoy, III-II a.C; es parecido iconográficamente al de Liria: es
un gigante con arma arrojadiza, pero que está matando a un lobo, por lo que
entendemos que esto podría ser la lucha contra el lobo, una iconografías que no
es realista sino que representa diferentes mitos del mundo ibérico. Luego
tenemos una lucha entre dos soldados, monomaquia (aparece bastante en los
vasos ibéricos) aparece uno con la caetra y otro con el escudo rectangular.
Vaso de Verdolay, s.III- II a.C MAM; un jinete le clava una lanza a un soldado con la caetra y la falcata. Se ha
llegado a proponer que el vaso viniera de valencia y se enterrara con un íbero de Verdolay
Guttus-pyxide de Bolvax (Cieza, s. III a.C.): una de las hipótesis planteadas es que cada
uno de los símbolos mostrados especificase la función de cada uno de los jinetes
representados. Mientras que en el Pilar estela de Coimbra de Barranco ancho la
lectura es de derecha a izquierda, mostrándose como una procesión del mundo de los
muertos; aquí la procesión es de izquierda a derecha, en una procesión de caballería
e incluso aristocracia (se podían permitir tener un caballo): uno de ellos tiene una
lancha (guerrero), otro una rapaz (cazador), pues es probable que los iberos
practicasen la cetrería (caza en la que se emplean animales para la labor), lo que es
propio de los iberos en el mundo antiguo.
As de Sekaisa (Zaragoza): la representación del jinete viene de las monedas griegas
sicilianas. Esto se da cuando los griegos les obligan a acuñar monedas. Sin embargo,
el jinete aparece con una rapaz y un palo en la mano, apoyado en su hombro. En un
principio se pensó que podía ser un estandarte al estilo romano pero se puede ver
claramente que se trata de un hombre cazando.
Kalathos de El Castelillo (Teruel): muestra a un jinete con palma (palma de la victoria) en la mano izquierda. En
la mano derecha lleva el mismo palo que el anterior, del que una rapaz se ha levantado en vuelo por encima de
su cabeza. Justo en frente encontramos, probablemente a la misma rapaz en dos momentos diferentes, cayendo
sobre un conejo, y el perro en persecución. La aparición de la rapaz y el perro apoya la teoría de Coimbra de que
los usaban para cazar perdices y conejos.
o En otra de las escenas del kalathos aparece la escena de caza de un venado y otro siendo acosado por
una rapaz. Entrenar un ave rapaz lleva muchos meses, por lo que era algo muy preciado. Es probable
que se hubiera querido hacer una síntesis de las herramientas de caza o que sí que usaran rapaces de
gran tamaño para la caza de algunos mamíferos más grandes. En otra de las escenas aparece un corzo
o cervatillo acosado por un perro.
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MUSEO ARQUEOLÓGICO
León de Coy: una de las piezas destacadas del MAM, expuesta con los restos conservador del gran
pilar-estela de la Fuente del Tío Carrulo, en Coy. Se trata de monumentos funerarios
característicos del mundo ibérico, cuya estructura consta de un zócalo escalonado, pilares de
piedra, que se decoraban con relieves escultóricos, y un coronamiento arquitectónico, que se
remataban con una serie de esculturas de bulto redondo y de complicada simbología. Aparecen
unas esculturas exentas de animales de considerable tamaño como símbolo defensor o guardián
de la paz, el orden y la custodia de un lugar sagrado.
o La escultura del león es en bulto redondo, de la que se conserva la mitad delantera sin los brazos.
Quedan restos de la boca entreabierta, dejando ver los dientes. La zona facial está surcada por
incisiones curvas y paralelas que surgen del tabique nasal. Los ojos son ovalados, situándose en el
resalte que da lugar a la frente. El inicio del cuello queda señalado por un nuevo resalte, en cuyo lateral
se han realizado surcos para indicar la melena. Las orejas son acorazonadas y están pegadas a la cabeza.
El arranque del brazo se marca de forma esquemática, señalándose las costillas por profundos surcos.
Se apoya en una nacela, a veces decorada con volutas, presentado una visión frontal.
o El carácter monumental de estas sepulturas, propio del s. IV a.C., irá desapareciendo a finales de siglo
para dejar paso a enterramientos más sencillos.
La diosa de los caballos: es una de las piezas más antiguas del MAM, del yacimiento del
Llano de la Consolación (Albacete), donada por su cura antes de 1893. Consiste en un
bloque rectangular con reborde superior y laterales salientes. En el mismo se representa
a un personaje central rodeado de caballos. La figura principal, supuestamente femenina,
tiene una cabeza grande y circular de la que no se conservan restos anatómicos notables.
Un estrecho cuello da paso al tronco, levantándose dos brazos en ángulo recto para tocar
con las manos los belfos de los caballos superiores. Las piernas se abren sobre los laterales del asiento. La figura
no presenta restos de vestimenta. La silla es un taburete rectangular con dos elementos horizontales unidos por
varillas verticales. Además, hay un total de cuatro caballos, dos en cada lado del personaje. El sudeste de la
Península es una zona donde los cultos relacionados con los caballos están muy representados. Hay infinidad de
exvotos de ellos, con jinete o sin él. Podría tratarse de una trasposición de los cultos helenísticos de la “pothia
hippon”: diosa que doma a las fuerzas desatadas de la naturaleza, representadas por estos animales.
La dama del espejo: hallada en las cercanías de Cehegín, y adquirida por el MAM en los años 70 del
siglo XX, este bajorrelieve sobre un bloque prismático de arenisca, ha sido objeto de grandes
debates. Primeramente, se consideró como un producto de la baja época ibérica (siglo III-II a.C.),
pero actualmente se ha reinterpretado como un ejemplar tosco de un taller local, bastante poco
romanizado, dado que su iconografía parece vinculada a representaciones del mundo funerario
durante el Imperio romano del siglo III d.C. Representa una figura femenina, de cabeza redondeada.
El rostro queda enmarcado por la tosca melena larga y hacia atrás, realizada por líneas incisas. El
rostro, los ojos y la nariz quedan en relieve. La boca está conseguida mediante una incisión, los ojos
almendrados. Parece llevar collares. El brazo derecho cuelga a lo largo del cuerpo y lleva un vaso en la mano, el
brazo izquierdo se flexiona sobre la cintura, y la mano sujeta un espejo. Los pies asoman a través de la túnica.
Exvotos del santuario de la luz: a lo largo de los años 90 del siglo XX y primeros años
de este siglo, se retomaron las actuaciones arqueológicas en el Santuario de la Luz,
(Santo Ángel-Murcia, con campañas sistemáticas dirigidas desde la UMU por el
profesor Pedro Lillo Carpio. En este santuario nos encontramos ante los restos de
una estructura de un templo de inspiración greco-itálica, construido en el tránsito de
los siglos III al II a.C, tras la ocupación romana de toda la zona. El lugar elegido para
su ubicación habría sido en lo alto de la colina que presidía el Santuario ibérico, una
pequeña cima rocosa a 17 metros sobre el área de santuario y en la que en épocas posteriores sólo debió haber
un pequeño altar hecho como simple montículo de piedras trabadas con barro pero con un gran valor cultual.
Desde los primeros momentos de existencia, hasta su destrucción, unos cincuenta años después de la
construcción del templo, parece pervivir un culto asociado a las divinidades Deméter, Perséfone y Hécate, en
torno al ciclo anual de la fertilidad cultural. Desde los rituales a los objetos materiales de tipo litúrgico, ofrendas
o envases cerámicos, contamos con una considerable base de materiales que ofrecen un testimonio fiable de la
existencia de constantes contactos culturales con la Hélade y la Magna Grecia desde fechas anteriores al siglo V
a.C. El templo y su entorno inmediato (el templo, las terrazas y los caminos deambulatorios), representan
además el último capítulo de la dilatada existencia de un importante centro de devoción en época ibérica,
claramente vinculado en un principio a los influjos de las corrientes mediterráneas.
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INTRODUCCIÓN
No tenemos claro que hablasen el mismo idioma pero es cierto que la cultura material
puede identificarse con idiomas de raíces celtas, aunque este idioma no se ha
conseguido descifrar.
El termino celtibero se usa en época romana y hace referencia a que los celtas de la
zona central de la península, tenían más influencia de los iberos, aunque no se sabe si
eran una entidad como tal pues son los romanos los que hablan de ellos. En la zona
del norte (Galicia (tierra de Galos), Portugal…), hacían referencia a ellos como galos. Ellos además, tenían
torques, que aparecen como cultura material de los pueblos celtas alemanes, franceses, incluso extremeños (allí
también hubo galos). Ejemplo de ello son los torques de museo arqueológico del castillo de San Antón, en A
Coruña. Son de la misma tipología que los del Gálata Moribundo (s. III a.C.).
CASTROS
Los castros galaicos son parecidos a los demás. Ejemplo de ello es el Castro de Santa Tecla (s. I a.C.), en
Pontevedra. Se trata de casas circulares de piedra y adobe cubiertas por un tejado de cañas. El poblado estaría
rodeado por una muralla defensiva. Una de las casas que se han encontrado era más grande que el resto, por lo
que se interpreta que podía ser una especie de parlamento.
o El castro de Baroña (s. I a.C.) se encuentra en A Coruña. Se sabe que tenían comercio con los fenicios
hasta que llegaron los romanos.
En el centro de la meseta las murallas son, más bien rectangulares. Ejemplo de ello es el castro de la Mesa de
Miranda. A veces remarcaban las tumbas más destacadas con pilares casi de tipología neolítica.
NECRÓPOLIS
Tienen necrópolis, que en alguna ocasión la señalan con un pilar, una piedra. Algo muy diferente al mundo
íbero, que hacían esculturas monumentales más elaboradas.
ESCULTURA
Donde mejor desplegaban las habilidades esculturas es en las representaciones figurativas de los verracos. No
se sabe si son machos de jabalí, toros… se encuentran principalmente en el centro de la Meseta (Ávila,
Extremadura…). Son de granito. Aparecen descontextualizados, por lo que no se sabe si servían como mojones
que delimitaban los límites de los pueblos, si indicaban la ruta de
trashumancia, si eran símbolos religiosos… no hay fuentes que aclaren
esta incógnita.
o Toros de Guisando: sabemos que son toros. Puede que fueran un
símbolo religioso o de sacrificio. Puede que fueran incluso el
equivalente a un santuario.
o Verraco del palacio de los Verdugo, Ávila (s. V a.C.).
o Verraco del puente romano de Salamanca
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CASCOS DE GUERRA
Cascos de Aranda de Moncayo, ss. IV-II a.C. (Museo de Zaragoza): fueron expoliados y vendidos a un
coleccionista alemán que los restauró y fueron vendidos tras su muerte. Actualmente, han sido recuperados y
expuestos en el Museo de Zaragoza. Se habla del casco celta de Ciumestis, en Rumanía, lo que nos indica la
elaboración cuidada de cascos iberos, muy desarrollados y con animales o elementos zoomorfos para atemorizar
al enemigo. No se sabe si eran cascos ornamentales o verdaderamente dedicados a la guerra. Muchos de los
romanos que se enfrentaron a ellos reciben sus motes de estos elementos (Corvino, Torcuato…).
CERAMICA CELTA
Cerámica numantina: es una oinochoe al estilo celta en la que aparece un
guerrero con armadura, probablemente ya cota de malla. Aquí ya aparece
la influencia romana.
Guerreros de Numancia: en esta cerámica vemos ya influencia helenística.
Aparecen dos guerreros, uno con penacho en el casco y otro con un casco
con cuervo como el de Ciumestis.