Love Sea W2B

WORDS2BLAST LOVE SEA_MAME
Si este archivo llegó a ti, estamos seguras que es porque tienes muy buenos contactos, buenos amigos,
sabes leer las letras pequeñas o el barrio del BL te respalda. Las gracias a la bella Tamy por la donación
de la novela para que ustedes puedan leer y a K que se rifó con toda la traducción completita. Hacemos
énfasis en que nada es con fines de lucro.
¡Gracias Totales y nos vemos en la próxima lectura!
Prólogo
El amor es una gran molestia, y aquellos que están enamorados son los más irritantes
de todos.
Es muy aburrido.
"Connor, lavaré los platos yo mismo".
"Oh, cariño. Tú cocinas, yo limpio. No te preocupes por eso".
Irritante.
"Khom, creo que has perdido más peso. Mira, tu cintura es aún más pequeña".
"Creo que se te ocurrió una excusa para abrazarme. Déjame ir, Rak está aquí".
"Que se joda. No fue invitado de todos modos. Khom, hueles tan bien".
¡Muack!
Eso es muy molesto.
"Connor, basta. Ya es suficiente. Te dije que no lo hicieras".
"Estás loco Farang".
Cuando los tortolitos se acomodaban en medio del lujoso condominio, hurgando

debajo de cada una de sus camisas, no pudieron escapar de la mirada aburrida del
hombre que había estado dormido en el sofá durante una hora. Rak levantó la cabeza
para maldecir a su rubio amigo de ojos verdes, que no dejaba de abrazar a su joven
novio.
Y eso hizo que el sureño de rasgos afilados, ahora con las mejillas sonrojadas,
rápidamente agarrara la gran mano que se escondía debajo de su camisa, deteniéndolo
con urgencia.
"Connor, suéltame."
Pero ¿qué estaba haciendo Connor Warrington? Miró a su compañero a los ojos como
si quisiera obedecer, sólo para decir: "No".
"¡Connor!"
Después de esa breve protesta, Connor enterró su rostro en la nuca de su amante,

presionando sus labios fuertemente sobre la piel suave y oscura, provocando una ola
de protestas de Khom, que fueron ignoradas. Cuanto más intentaba Khom escapar,
más atacaba Connor sus puntos sensibles, dejando a la otra persona en la habitación
sintiéndose invisible.
Y esa persona no dudó en confrontar a Connor.
"Desvergonzado."
"Si desvergonzado es alguien que viene sin ser invitado, no ayuda a limpiar después
de comer, se tumba en medio de la casa sin permiso y no puede ser ahuyentado, creo
que un tailandés como tú debería saber exactamente quién es el desvergonzado".
Tan pronto como el joven sentado en el sofá escupió sus palabras, el canadiense, que no
podía dejar de jugar con su novio, replicó con una voz melodiosa, contrastando las
duras palabras que se entendían perfectamente en tailandés. Entonces, Connor levantó
la vista, sus brillantes ojos verdes llenos de amor mientras miraba a su desconcertado
compañero, terminando con un intenso beso en la frente.
"Mira esa cara, qué adorable".

Si Khom no hubiera escuchado la frase anterior, podría haber sido tímido, pero todo lo
que pudo hacer fue mirar a la persona en el sofá con una sonrisa irónica.
"¡Connor!" El único huésped en la casa de repente se levantó con expresión molesta.
Pero pronto, mostró una dulce sonrisa, sabiendo que enojarse no ayudaría en nada.
"¡Tú, Farang, psicópata, mocoso malcriado, imbécil, maldita sea!"
"Vaya, creo que lo último es cómo describirte a ti mismo, Rak", respondió el dueño
de la casa con una sonrisa igualmente radiante.
La encantadora sonrisa que intercambiaron contrastaba marcadamente con el brillo

combativo en sus ojos, indicando que ninguno estaba dispuesto a dar marcha atrás.
Esto llevó a Khom a concluir que... ambos eran tan malos como el otro.
Después de conocerlos durante más de seis meses, Khomgrich sabía que no debía
meterse en medio de dos mejores amigos en su enfrentamiento verbal porque...
"Si yo fuera tú, Khom, rompería con este psicópata".
...Él también podría terminar involucrado en la discusión.
En ese momento, Rak, o Tongrak, se volvió para mirar al hombre sureño, una década
más joven, con una atractiva sonrisa. A Khom no le sorprendió que tantos hombres y
mujeres jóvenes quisieran llevar a Tongrak a la cama. Más allá de su hermoso y bien
parecido rostro, su piel era tan clara que parecía brillar, y cuando se combinaba con su
cuerpo bien formado, que era más delgado que voluminoso, el atractivo de este
hombre era difícil de resistir. Con esos atrevidos ojos color miel, la gente estaba
dispuesta a darle lo que quería.
Khom podría ser uno de ellos, pero no en este caso.

Ese pensamiento hizo que Khom mirara a la persona que abrazaba su cintura y dijera
tímidamente: "No lo haré".
"¿Escuchaste eso? No importa cuánto lo intentes, Khom no romperá conmigo",

Connor no perdió la oportunidad de levantarle una ceja a su amigo. Sus brazos
rodearon aún más fuerte la cintura de Rak, casi enterrándolo en su pecho, a diferencia
de Tongrak, quien hizo un puchero.
Khom continuó con una sonrisa: "¿Porque quién pagaría mi matrícula?"
"Espera, ¿qué? ¡Baby!"
Tongrak se echó a reír. Especialmente cuando vio a su amigo, que solía ser demasiado
orgulloso para inclinarse ante nadie, ahora mirando al niño con ojos de cachorro. La
vista era demasiado divertida y la tristeza que había estado presente antes comenzó a
disiparse poco a poco. Tenía que admitir que realmente le gustaba este niño.
Hace aproximadamente un año, cuando su amigo cercano, Connor, lo llamó para

pedirle que buscara una universidad privada y un condominio, Tongrak pensó en
broma que su amigo adoptaría un niño. Le costaba creer que no mucho tiempo
después, Connor terminó manteniendo a Khom, no sólo temporalmente sino de por
vida. Incluso llegó a tatuarse el nombre de Khom sobre el tatuaje de tigre en su
espalda. Esto hizo que Tongrak sintiera curiosidad por saber qué tenía de especial
Khom.
(Del: A Connor no le llegó el memo de que uno no se tatua el nombre de ninguna pareja… uno
nunca sabe O.o)
Cuando finalmente conoció a Khom, lo entendió. Khom tenía una inocencia y pureza
que ni él ni Connor poseían.
Tongrak admitió que estaba encantado, pero eso fue todo. No era del tipo que le roba el
amante a un amigo. Además...
"¿Crees que lo único para lo que sirvo es para pagar tu matrícula, Khom?" El tono
quejoso del canadiense era francamente horroroso. "Incluso cuando te amo tanto".
Connor estaba tan obsesionado con su novio.
Tongrak miró al otro joven, cuyas mejillas estaban sonrojadas, como si estuviera a
punto de replicarle, lo que provocó que Tongrak interviniera rápidamente.
"Suficiente, ya es suficiente. No puedo escuchar más. Me rindo, ¿de acuerdo? Vayan

a toquetearse en otro lugar. Eso es tan nauseabundo".
Le daría urticaria si tuviera que seguir escuchándolos estar enamorados.
"Deberías irte ahora", dijo el canadiense con desdén, a lo que el oyente solo sonrió, y
luego…
¡Ruido sordo!
"No."
Tongrak se recostó en el lujoso sofá, se puso una almohada debajo de la cabeza y
abrazó a otra, indicando que incluso si el dueño de la habitación lo echara, no se iría.
Sus mejillas se hincharon de una manera que su compañero de cama nunca vería
mientras usaba sus hermosos ojos para escudriñar a su mejor amigo.
Antes de que Connor tuviera a Khom, este loco Farang no era muy diferente de él: el
amor era una tontería y la diversión era lo más importante. Y tal vez Connor era
incluso peor que él. Había hecho llorar a muchas personas innumerables veces. Pero
míralo ahora.
Su amigo había cambiado mucho.

De un playboy despreocupado que solía llevar a quien quería a su habitación, ahora se

encontró con ojos solo para una persona: un amor tan tonto o loco, pero de alguna
manera... era entrañable.
Aquí vamos de nuevo.
Fue en ese momento que los ojos verde esmeralda se encontraron con los suyos, lo que
le hizo desviar la mirada sin darse cuenta.
"Khom, ¿podrías revisar mi equipaje para ver si ya empaqué los regalos?" Connor
empujó suavemente la espalda de su novio, sonriendo suavemente.
"Claro."
Después de que el niño de hermosa piel desapareciera en el dormitorio principal, un

silencio nubló la habitación por un breve momento hasta que Rak se sentó
abruptamente, solo para ser superado por Connor, quien se acercó y colocó una mano
en su cabeza más rápidamente.
"¿Te sientes solo?"
"Ya te lo dije antes, no me despeines el pelo", dijo Rak, sacudiendo la mano del otro.
Su voz estaba teñida de irritación.
Connor no se sintió ofendido en lo más mínimo. No sólo no le importó, sino que

también se dejó caer a su lado y casualmente pasó un brazo sobre el hombro de su
mejor amigo, con los ojos brillando de comprensión.
"Si te sientes solo, busca a alguien que te haga compañía".
"No veo la necesidad", replicó obstinadamente Rak.

"Ahora estoy en una relación, Rak. No puedo sentarme y escucharte quejarte tres
veces al día después de las comidas".
"No soy una pastilla para después de la cena, y no tienes que pretender ser amable.
En estos días, de todos modos, me cuelgas después de tres minutos", hizo un puchero
Rak.
"Y también soy la almohada en la que te apoyas cuando no puedes escribir tus
novelas", continuó Connor en broma.
"Por eso te dije que no pretendas ser amable. No has sido mi almohada desde hace
medio año", Rak no pudo ocultar el dolor en su voz. No era que estuviera celoso de su
querido amigo. Fue solo...
"Ya no soy tu juguete".
Sí, Rak era como un niño al que le habían quitado su juguete favorito.
Conocía a Connor desde que estudiaron en el extranjero, atraído tanto por su

apariencia como por su personalidad de espíritu libre. Podía decir con seguridad que
Connor era un amigo importante, sólo un amigo, un verdadero amigo con el que nunca
había tenido una relación física y quizás el único amigo al que le contaba todo.
Cuando ese amigo decidió sentar cabeza con alguien, lo único que sintió fue una
sensación de estar a la deriva, sin propósito. No sentía la más mínima envidia.
No porque Connor tuviera una pareja. De nada.
"Si estás celoso, ¿por qué no buscas a alguien para ti?" Connor dijo en un tono que
era mitad broma y mitad serio.
"Nunca dije que estaba celoso de ti."

"No quieres un novio. No quieres a nadie. Simplemente te sientes solO, ¿eh?"
"Sabes demasiado."
"Bueno, ¿hace cuántos años nos conocemos?"
Tongrak giró la cara antes de que una sonrisa astuta apareciera en sus labios.
¡Snap!
"Así es, ¿cuántos años han pasado? ¿Crees que Khom pueda competir conmigo?"
Bromeó Tongrak, envolviendo su brazo cómodamente alrededor de la cintura de
Connor, apoyando su cabeza contra su ancho hombro, pero sus ojos estaban puestos en
el joven aferrado al marco de la puerta. Luego volvió a mirar a su mejor amigo, que no
se había movido ni un centímetro.
Ugh, estos tipos son tan aburridos.
¿Por qué pensaba que eran aburridos?
"No estoy compitiendo contigo, Rak. Llegué más tarde, y además... sé que eres el
mejor amigo de Connor. Tú siempre eres lo primero", respondió Khom con seriedad,
pero hizo reír a Tongrak a carcajadas.
¿Cómo podría no encontrar atractivo a este niño? El niño se estaba tomando todo muy
en serio.
Quizás él fue el primero, pero aun así era solo un amigo.
"¿Ya le has preguntado a este tipo? ¿Yo vine primero, dices? ¿Cuántas veces me ha
abandonado desde que te conoció? No me hagas contar cuántas veces me colgó,
abandonó nuestros planes e incluso me tuvo reservando boletos de avión para él.
Pero ten la seguridad de que, incluso si me pagara, no lo aceptaría como marido,
sería horrible", Tongrak se apartó del fuerte abrazo, dejando espacio para que Khom se
sentara donde él había estado, y luego extendió la mano para pellizcar la mejilla del
niño con picardía.
"Preferiría tener a alguien como Khom".
"Tongrak", los ojos verdes de Connor se oscurecieron.
"¿Qué? Ni siquiera dije que querría a tu chico. Quiero saber si hay más tipos como él
en la isla. Preséntame a alguien, ¿quieres? Pero prefiero a alguien razonable. Estoy
cansado de aquellos que viven del dinero de sus padres." Dijo el orador mientras
tiraba juguetonamente de la mejilla de Khom, pensando que podría ser hora de
recargar colágeno para mantener el brillo juvenil de estos niños de rostro fresco.
Este año cumplo 31, ¿eh?
Tongrak frunció el ceño ante la idea y su mano instintivamente tocó su propia mejilla.
¿Mis mejillas se ven caídas?
"¿Mi amigo?" Preguntó Khom, un poco confundido, a lo que Tongrak asintió.
"Sí, preséntame a alguien", dijo su bello majestad, todavía trazando las líneas de su
mejilla. Se estaba volviendo inseguro, especialmente al ver de cerca la piel suave y
color miel de Khom.
Será mejor que llame al médico para programar una cita mañana.
"Oye, y en cuanto a hacer las maletas, ¿adónde van?"
Connor probablemente estaría dirigiéndose a la playa otra vez, como siempre...
"Visitando a mis padres."

Esta vez, Tongrak hizo una pausa y se volvió bruscamente para mirar a su mejor amigo
como diciendo: "¿Qué?"
Mientras que Connor se rió de buena gana y declaró claramente: "Sí. Me llevaré a
Khom a Canadá por un mes".
"¡¿Un mes?!"
"No te mueras de soledad antes de que regrese, ¿de acuerdo?"

La voz de Connor era demasiado comprensiva. Le dio unas palmaditas en la cabeza a
Tongrak como si consolara a un niño de tres años.
"Si te sientes demasiado solo, busca a alguien que te haga compañía. Puedes cuidar
de él y correrá detrás de ti, jaja".
En este momento, Tongrak sólo podía pensar...
No soy ese tipo de persona, tu amigo de mierda.
El sol del mediodía brillaba intensamente sobre las aguas azules. La brisa llevaba el
aroma del mar y el sonido de las olas rompiendo contra el casco del barco era como
una relajante sinfonía. La playa de arena blanca se extendía hasta el horizonte.
Una visión de un paraíso sureño.
Sí, eso sería lo que la mayoría de la gente podría pensar.
"Esto es el infierno."
Pero, desgraciadamente, Tongrak no era como la mayoría de la gente.

(Del: Tongrak es yo llegando a cualquier playa en temporada de mucho calor)
En ese momento, en el muelle de aguas profundas con un puente que se extendía hacia
el mar azul, se destacaba un gran barco de pasajeros en el que se había embarcado
Tongrak, atrayendo la atención de los lugareños que habían venido a pescar. Los
pasajeros normales habrían embarcado en el muelle principal de la isla. Alquilar un
barco así de grande para uno solo significaba una cosa... riqueza.
(Del: Y seguro Mut ya lo tiene en la mira desde este punto xD)
El hombre rico en cuestión no prestaba atención a las miradas de los demás. Su

hermosa mano se quitó un par de gafas de sol de marca, revelando su hermoso rostro,
retorcido y contorsionado por la frustración.
"Debería haberlo sabido mejor".
Y si alguien escuchara atentamente, oiría a Tongrak rechinar los dientes con irritación.
Había sido engañado y cometido un error, pero lo que realmente le dolió fue ser
superado por su propio amigo.
"Mientras estoy fuera, ve y descansa. Yo me encargaré de todo. Tu nuevo proyecto es

sobre la playa, ¿no?"
De hecho, Tongrak era un escritor, y no un escritor cualquiera, sino uno popular con
múltiples seudónimos. Sus obras habían sido adaptadas a series de televisión y
traducidas a idiomas extranjeros. Esta vez estaba a punto de terminar el manuscrito de
su última historia sobre un hermoso mar. Al principio estaba preocupado porque si su
amigo no estaba presente, la ayuda que necesitaba para completar el trabajo podría
desaparecer. Entonces, cuando escuchó la oferta mientras estaba de mal humor, aceptó
sin darse cuenta. ¡Pero quién hubiera pensado que después de volar durante horas,
todavía tendría que soportar más de dos horas en un barco!
Dos horas de barco balanceándose de un lado a otro, nada menos.

Ya no tenía poco más de veinte años, como cuando fue a bucear con tiburones con
Connor.
Tongrak tenía treinta años, rozaba los treinta y uno, y era un hombre de treinta y tantos
que se quedaba despierto hasta tarde, se despertaba por la tarde, no podía vivir sin
cafeína y consideraba que beber alcohol era un pasatiempo. Entonces, con falta de
sueño y una ligera resaca, encontrarse algo como esto era suficiente para que su estado
de ánimo se volviera amargo.
Por no hablar del calor sofocante del clima sureño.

(Del: Veeeeen? Uno aquí TeamFrio también)
¿Cuándo vendrán a recogerme?
El apuesto hombre escaneó el área pero no vio a nadie que le pareciera familiar.
Tongrak solo quería darse una ducha y meterse en la cama.
¡Vroom!
En ese momento, el sonido de un motor se hizo tan fuerte que tuvo que mirar hacia
arriba, y allí vio una motocicleta acelerando por el puente, lo que le hizo suspirar.
No era su problema.
Eso es lo que pensó Tongrak, pero mientras buscaba el vehículo que vendría a
recogerlo, esa misma motocicleta se detuvo justo frente a él, lo que le hizo entrecerrar
los ojos con sospecha.
“¿Ah, yeh Rak, señor?”
El ceño de Tongrak se frunció bruscamente.

No fue el fuerte acento sureño lo que fue difícil de entender, sino más bien el momento
en que el hombre frente a él se puso de pie, revelando una figura imponente y
corpulenta que lo eclipsaba casi por completo, con el cabello desordenado, pantalones
gastados y una camisa en un color descolorido que le hizo comprobar que no había
oído mal.
"¿Eres tú quien me recoge?"
Tan pronto como el otro hombre asintió, Tongrak automáticamente miró hacia la
motocicleta.
"¿Estás loco? ¿Cómo se supone que voy a cargar mis cosas en tu motocicleta?"
El hombre de piel clara protestó, señalando sus dos grandes y costosas maletas
valoradas en casi cien mil baht. Luego volvió a mirar el pequeño vehículo.
El oyente inclinó la cabeza, reflexionó un momento y luego levantó la mano como

diciendo: "Un momento".
Luego, el más grande se acercó a un anciano que pescaba, le dio unas palmaditas en el
hombro y dijo algo mientras le señalaba, lo que hizo que Tongrak quisiera subirse a un
barco y regresar a Bangkok en ese mismo momento.
Su instinto le decía que esto no iba a ser bueno.
Demonios, no.
Pero antes de que el hombre con resaca, que ni siquiera había tomado su dosis de
cafeína, pudiera decidir qué hacer, el hombre corpulento regresó con una amplia
sonrisa.
"No se preocupe, señor, lo tengo solucionado", dijo y luego señaló hacia... un triciclo.
Sí, un triciclo motorizado con sidecar, contando perfectamente con tres ruedas, era lo
que se conocía como motocicleta de carga.
Y como si eso no fuera suficiente, tuvo el descaro de mostrar una amplia sonrisa,
revelando dientes blancos cuidadosamente alineados, haciendo que Tongrak apretara
la mandíbula.
Connor, si alguna vez regresas a Tailandia... ¡Estás muerto!
El más fino tesoro de la isla
Mientras los rayos del sol se extendían por la superficie del agua, proyectando un
brillo resplandeciente, una brisa fresca llevaba el refrescante aroma del mar. El aroma
del frondoso bosque envolvía la isla, quizás creando una atmósfera que podría hacer
sonreír a cualquier chico de ciudad que huyera del caos de la capital.
Sí, a cualquier chico de ciudad que busque refugio del bullicio seguro que le
encantaría.
¿En realidad? ¿Seguro?
Bueno, si todavía lo piensas después de mirar el rostro de Tongrak, que era demasiado
bonito para ser un hombre.
El chico guapo con un cuerpo bien formado, su rostro adornado con líneas perfectas,
estaba ahora… sentado abrazando una gran bolsa de viaje en el sidecar de una
motocicleta.
¡Ajá, Tongrak estaba sentado abrazando una bolsa en una motocicleta de carga!
Mientras la motocicleta de carga de tres ruedas, ni nueva ni vieja, avanzaba por la

carretera principal de la isla, atravesando a ambos lados la exuberante vegetación que
recientemente había sido azotada por una gran tormenta, hoy el aire era más fresco de
lo habitual. Pero eso no significaba que el sol en Tailandia no fuera abrasador, y en ese
momento, brillaba directamente sobre la cabeza de un hombre privado de sueño, lo
que hizo que el joven se preguntara… ¡¿qué diablos estaba haciendo aquí?!
¡Desde el barco hasta el vehículo, no había más que árboles, bosques y árboles!
¿Dónde está la belleza, maldito imbécil?

(Del: Veeeeen, uno en los treintas solo quiere comodidad, yo entiendo perfecto a Rak, al rato le
va a doler la espalda o la rodilla seguro)
En realidad, cuando ese tipo grande al azar señaló ese vehículo loco, alguien como
Tongrak debería haber dado media vuelta y abordado el barco sin mirarlo dos veces.
Habría hecho precisamente eso si no fuera por el hecho de que cuando regresó, el barco
privado que Connor había reservado ya regresaba como si tuviera prisa por morir.
Cuando miró a su alrededor buscando otro vehículo que no fuera esta loca motocicleta,
todo lo que vio fueron motocicletas, motocicletas y más motocicletas llenando el
muelle que se adentraba en el agua.
Entonces, ¿qué iba a hacer?
Si alguien pensó que Tongrak se rendiría fácilmente y se subiría a un vehículo que

arruinaría su imagen de por vida, estaba profundamente equivocado. El joven
continuó luchando, volteándose para preguntar a los lugareños, solo para obtener
respuestas simples como...
"Debería ir con él, señor. El complejo está cerca".
"Por aquí todo son motos".
"Ir con Mut es seguro. No volcará la motocicleta."
¿A quién le importaba la seguridad? ¡Solo ver su cara me dan ganas de darle un puñetazo en el
estómago!
Tongrak pensó enojado, y su irritación creció mientras luchaba por encontrar una
salida para sí mismo mientras el tipo grande subía sin esfuerzo su bolso a la
motocicletay señalaba hacia el estrecho asiento como si estuviera conduciendo un
carruaje real.
"No..."
Tongrak estaba a punto de replicar, pero fue en ese momento que finalmente miró bien
al hombre que había venido a recogerlo. Tuvo que inclinar la cabeza hacia atrás para
mirar hacia arriba.
Con una altura de 175 centímetros, Tongrak nunca se consideró bajo, pero se encontró
mirando al hombre alto y de piel oscura que tenía delante. Aunque su cabello estaba
revuelto por la brisa del mar, no podía ocultar sus ojos agudos e intensos. Sin
mencionar sus cejas pobladas que hacían juego con su nariz prominente. Y por su
físico.....
Sus ojos color miel casi vagaban en agradecimiento, pero captó el brillo de diversión en
los ojos del otro y tuvo que levantar la barbilla desafiante para argumentar que no iría.
Él no quería y quería irse a casa.
No le agradaba en absoluto este tipo.
"¡Ey!"
Y tal como lo habían predicho sus instintos, el hombre de vista aguda lo subió
fácilmente a la motocicleta, aprovechando la momentánea falta de preparación de
Tongrak y así arrancar el motor, lo que obligó al escritor a agarrarse del costado del
accesorio de carga de la motocicleta y sostener con fuerza su hermoso bolso.
No era el bolso lo que le preocupaba; ¡Fue todo el trabajo y las noches de insomnio que
había invertido en la computadora portátil que había dentro!
(Del: No hay forma de que uno no se ría de este pobre niño rico jajaja)
"¿No se va a bajar, señor?"
Fue entonces cuando la voz áspera con acento sureño, mezclada con una risa
reprimida, devolvió a Tongrak al presente.
¿Desde cuándo la motocicleta de carga que olía a aceite estaba detenida en medio del
estacionamiento? El joven se volvió bruscamente para mirar al orador. Incluso notó
que el hombretón intentaba contener la risa.
¿Y de quién más se reiría si no de él?

¡Wow!
Así, el hombre de fina figura se levantó rápidamente, tomó su teléfono del bolso y
llamó al maldito amigo que lo había metido en esta ridícula situación.
"¡Me voy a casa!"
Tan pronto como la voz profunda al otro lado de la línea lo reconoció, Tongrak
retrocedió instantáneamente, sus piernas se alejaron de la persona cuyo discurso era
incomprensible.
No es que intimidara a nadie, pero no podía entender una palabra.
[Oye, ¿qué quieres decir con volver a casa? ¿No acabas de llegar?]
"Sí, es cierto. ¿Y sabes lo que me encontré? Dijiste que obtendría ideas de trabajo si
viniera aquí, pero… Maldita sea, Connor, ni siquiera he dormido todavía. Tengo
resaca y estoy muy mareado. ¿Y luego envías a un loco a recogerme? No puedo
entenderlo, ni siquiera puedo escucharlo. ¿Y sabes qué me hizo montar este tipo?
¡Una motocicleta de carga!"
[¿Qué?]
Maldita sea, ¿ahora tengo que perder el tiempo explicándole al loco extranjero sobre el
transporte en Tailandia?
Pensó Tongrak con irritación, preparándose para arremeter contra su pseudo-amigo

que lo había engañado... sí, era cierto, lo había engañado y obligado a visitar esta isla
loca. Él no entendía su obsesión. Claro, sabía que Connor podría encontrar un novio en
esta isla, pero ¿qué tenía eso que ver con él?
"Tal vez conozcas a alguien allí como lo hice yo".

¡Nadie pidió eso!
"No me importa. Tomaré el primer barco de vuelta a casa. Y si no hay uno, llamaré y
reservaré el barco yo mismo. Dame el contacto ahora... ¡Oh, oye!"
En ese momento, Tongrak gritó cuando una mano grande se extendió y le arrebató el
teléfono, lo que lo hizo girar con todo y una mirada confrontiva.
Ahora otra vez. Captó un fugaz atisbo de burla en esos ojos oscuros, y la calidez que lo
presionaba indicaba cuán cerca estaba el más grande.
En circunstancias normales, Tongrak habría examinado la situación y decidido si

llevaría a este gran hombre a la cama. Pero en su mal humor actual, todo lo que podía
hacer era fruncir los labios y mirar hacia arriba con molestia, sin darse cuenta de lo
atractiva que era su expresión... con sus ojos muy abiertos y brillantes y sus labios rojos
y haciendo pucheros.
"Devuélveme mi teléfono".
Pero en lugar de obedecer, el lugareño se llevó el último modelo de teléfono inteligente

a la oreja y, con voz profunda y agradable, pronunció una frase que dejó a Tongrak sin
palabras.
"Señor Connor, soy Mahasamut".
No, esa frase no fue nada especial. Pero la otra parte habló en un lenguaje central claro
y alto, lo que hizo que Tongrak parpadeara rápidamente y su mente regresara al
incidente anterior.
No entendió una palabra de lo que dijo.
Había dejado claro que no entendía.

¡Pero entonces!
"¿¡No tienes acento!?"
Tongrak gritó, incapaz de contenerse, pero la otra parte solo levantó una ceja, fingiendo
inocencia como si no entendiera por qué Tongrak estaba tan enojado, y luego se giró
para seguir hablando con Connor.
"No hay ningún problema, señor. Cuidaré bien del Sr. Tongrak... Sí, lo sé".
Entonces, esos ojos penetrantes lo miraron y esos labios bien formados se curvaron en
una sonrisa encantadora que Tongrak encontró completamente irritante.
Tenía el presentimiento de que esa sonrisa se debía a él.
Ahí estaba otra vez esa burla.
"Es muy travieso".
¿Qué? ¿Qué acaba de decir este tipo?
La boca de Tongrak se abrió ligeramente y luego Khom se mordió el labio inferior,

esparciendo un rubor rojo por sus labios húmedos y dulces.
Extendió la mano con la intención de recuperar el teléfono móvil, pero el hombre más
grande fue más rápido y llevándolo hacia el lado contrario.
"Puedo manejarlo, señor Connor. No hay necesidad de preocuparse... Sí, parece un

gatito".
¿¡Un gatito!?
Maldita sea, ¿cuánto debe gustarle a Connor este tipo para que se ría a carcajadas de
esa manera, dejando que Tongrak lo escuche?
"No se preocupe, señor. Yo me ocuparé del señor Tongrak. Vaya a divertirse con
Khom".
Tongrak, que estaba a punto de maldecir, se detuvo en seco cuando escuchó el nombre
de su amigo Rak salir de la boca del hombre frente a él. Esto le hizo preguntarse si
todos se conocían o si él estaba al margen de todo, pero tan pronto como el hombre se
volvió para mirarlo a los ojos habiendo colgado ya la llamada, Tongrak recuperó la
compostura.
¡Arrebatar!
Su hermosa mano agarró el teléfono, sus labios se fruncieron con extrema irritación,
sus grandes ojos brillaron con molestia, y luego giró sobre sus talones y se alejó de él.
Se pondría de pie y discutiría hasta ganar si fuera una situación normal, pero ahora
mismo, la única manera de ganar contra su maldito amigo y este tipo, que lo estaba
provocando deliberadamente, debía salir de esta isla...
Pensó Tongrak mientras aceleraba el paso y se dirigía directamente a la recepción del

resort para reservar el primer barco que saliera de aquí.
“¡...!”
¿Pero quién hubiera pensado que sería él quien estaría aquí, completamente aturdido?
Tan pronto como cruzó la pasarela del complejo, lo único que pudo ver fue... el paraíso
en la tierra.
Como había salido antes directamente al muelle, no lo había notado y durante todo el
viaje no vio nada más que bosque y más bosque. ¿Quién hubiera imaginado que el mar
aquí sería tan increíblemente hermoso?
El agua era tan clara que podía ver la playa de arena blanca debajo, con un hermoso
gradiente de colores desde el cielo pálido hasta el mar verde esmeralda que se
encontraba con el horizonte azul brillante. Era más hermoso que un costoso cóctel
brillante, más impresionante que una pintura de un artista famoso y más magnífico
que cualquier cosa que hubiera visto en la pantalla de un teléfono.
La vista ante él era tan hermosa que sólo pudo quedarse quieto, dejando que la brisa
fresca golpeara su cuerpo, permitiendo que el sonido de las olas borrara su fatiga. Y
fue entonces cuando escuchó pasos detrás, acompañados de una voz profunda pero
agradable que decía: "Khun Tongrak, bienvenido a nuestra isla".
Tongrak se giró para encontrarse con los ojos penetrantes que brillaban con una
intensidad innegable.
En este juego, él fue quien perdió.
Molesto.
Irritado.
¡Maldita sea, exasperante!
Si preguntaras cómo se siente Tongrak en este momento, sería... solo eso.
"¿Por qué seguir el mismo compás? No eres alguien que baila tan fácilmente al ritmo
de otra persona".
Tongrak estaba desempacando su maleta cuando se dio cuenta de que su respiración

era rápida, su pulso se aceleraba y tenía las manos apretadas. Sería genial si pudiera
golpear a alguien cara para liberar su ira. Luego se obligó a respirar profundamente y
recordarse a sí mismo que no era alguien que se cayera fácilmente en el juego de otra
persona.
Incluso si alguien viniera a meterse con él, simplemente le daría una sonrisa fría y lo
ahuyentaría.
"¡Pero ese tipo no se irá!"
Tongrak, que estaba tratando de mantener la calma, arrojó su camisa nuevamente

dentro de la maleta y se pasó la mano por el cabello negro azabache, revelando una
piel suave y un hermoso rostro que... claramente podía decir que su estado de ánimo
no era feliz.
Tongrak recordó la primera vez que subió sus pertenencias a la habitación.
Normalmente, la persona que lleva el equipaje a la habitación debería ser un empleado

del hotel, ¿verdad? Ese suele ser el caso, pero lo que sucedió resultó ser que el hombre
que sostenía las llaves, llevaba el equipaje y lo conducía a la habitación era un tipo
llamado... Mahasamut.
¡Era el imbécil de No-Sé-Cómo-Connor-Dio-Con-Él!
Y cuando estaba a punto de ahuyentar a la otra parte...
"¿Necesita algo más de mi parte, señor Tongrak?"
"No.”
Pero ese "no" no fue una negativa o una petición de que lo dejaran en paz. Fue un "¡No
entiendo ni una sola palabra de lo que acabas de decir, maldita sea!".
Esta fue otra razón por la que Tongrak estaba irritado. En primer lugar. cuando no
sabía que Mahasamut podía hablar tailandés con un acento normal, podía tolerarlo
porque nunca menospreciaba a nadie que hablara un dialecto regional. Simplemente
no le gustaba no entender. Pero tan pronto como lo escuchó hablar con un acento
normal con Connor, supo de inmediato que este hombre sureño lo estaba molestando
intencionalmente.
"No te entiendo."
Y en lugar de hablar tailandés central después de decir eso, lo que hizo Mahasamut
fue...
"Le dije: ¿necesita-algo-más-de-mí, señor Tongrak?"
Lo repitió con acento sureño pero… más lento.
Eso fue todo. El señor Tongrak estaba tan furioso que empujó al hombre fuera de la
habitación y le cerró la puerta en la cara.
"Wow. Sr. Tongrak, es usted tan insensible. Dicen que la gente bonita es cruel, y parece
ser cierto".
Aún así, siguió gritando desde afuera de la puerta, haciendo que Tongrak quisiera
abrirla y gritarle. Pero en el fondo, sabía que eso sólo lo motivaría más, así que
retrocedió para mirar su maleta.
Toc, toc, toc... toc, toc... toc, toc, toc...
"¡Vete!"
Siguió golpeando rítmicamente como el tambor de un día de deportes hasta que

Tongrak no pudo soportarlo más y gritó a todo pulmón.
"Solo quería decir... si necesita algo, llámeme. Mi número está junto a la cama".
¡SLAM!
¡Whoosh!
Al principio, estaba confundido acerca de lo que significaba, pero una vez que
comenzó a captar la esencia de algunas palabras, se acercó a la cama. En el momento
en que vio los números cuidadosamente ordenados, hizo una bola con el papel y,
enojado, lo arrojó contra la puerta con frustración. ¡Es por razones que se preguntaba a
él mismo cómo diablos llegó Connor a conocer a alguien así!
"¡Maldita sea!"
Cuanto más pensaba en ello, más se enojaba Tongrak, queriendo estrangular a su

amigo por completo. Pero tendría que esperar casi un mes para regresar a Tailandia
con esa sonrisa engreída sólo para él. Y si Connor supiera que la persona que contrató
lo estaba volviendo tan loco, probablemente estaría muy feliz, haciendo que Tongrak se
preguntara por qué había elegido ser amigo de alguien así.
Debe ser algún karma pasado.

(Del: Jajajajajajaja que habrás hecho en tu vida pasada, pero no te preocupes… Mut me frustra
hasta a mi)
Una vez más, Tongrak respiró hondo y se dijo a sí mismo que necesitaba controlar sus
emociones. La irritación no le llevaría a ninguna parte.
Ese pensamiento hizo que el joven mirara su maleta, tomara algunas prendas y entrara
al baño.
Sí, necesitaba un cambio de humor, especialmente ahora que había llegado a esta isla
paradisíaca.
….
Debía ser así.
Mientras el manto crepuscular se extendía por el cielo, convirtiendo el mar azul

profundo en un tono índigo, y las luces suaves se encendían por todas partes, el
apuesto hombre con rasgos faciales sorprendentemente bellos se dirigió al bar y
restaurante del resort. Sus ojos color miel recorrieron todo con satisfacción.
El bar junto al mar era tan hermoso como las críticas que había leído antes de salir de
su habitación.
Al principio, Tongrak no esperaba gran cosa. Solo estaba buscando información antes
de salir de su habitación sobre dónde sentarse y tomar una copa para relajarse. Y era
increíble que el resort en el que se alojaba tuviera todo lo que quería.
El bar fue diseñado con niveles escalonados, cada uno lo suficientemente ancho como
para acomodar una mesa de madera de calidad combinada con limpios cojines blancos
y adornados con almohadas de colores. En el centro de cada mesa había una hermosa
lámpara, cuya luz daba un ambiente romántico al ambiente. En medio del bar había
una gran piscina, ahora ocupada por varios clientes extranjeros en traje de baño, pero
Tongrak no les prestó atención. Al contrario, lo que cautivó su mirada fue el sonido de
las olas rompiendo en la playa al fondo del bar.
Swoosh... Swoosh...
¿Quién hubiera pensado que este sonido podría brindarle una relajación tan profunda?
Ese es el pensamiento de alguien que cerró los ojos y respiró hondo, inhalando el
aroma fresco y limpio que era difícil de conseguir en Bangkok.
Sí, Tongrak se quedó allí con los ojos cerrados por un momento, pero la vista atrajo
irresistiblemente la atención de muchos espectadores.
Tongrak era un hombre apuesto, a veces descrito por los lectores como hermoso. Su tez
clara era tan llamativa que muchos se referían a ella como piel clara. Sus ojos grandes y
encantadores, especialmente de cerca, revelaban iris de color miel que recordaban al
ámbar. Y Tongrak sabía cómo vestirse para destacar, con un rostro atractivo a la altura.
En ese momento, el joven vestía una elegante camisa negra con un profundo escote en
V que revelaba su hermosa piel, combinada con pantalones negros de cintura alta que
acentuaban sus delgadas piernas y cintura. Alrededor de su cuello llevaba dos collares,
uno largo y otro bien ajustado. Una oreja estaba adornada con un pequeño arete de
diamantes, completando el look perfecto.
Cada paso que daba atraía la mirada de los espectadores.
Cada movimiento que hacía era tentador.
Y Tongrak... lo sabía bien.
Sólo un hombre vestido con ropa modesta entrando en este bar podría atraer más
atención que una hermosa mujer en bikini junto a la piscina.
La camisa negra sólo hacía que su piel clara resaltara aún más.
Y con sólo una ligera curva hacia arriba en la comisura de su boca, Tongrak supo de
inmediato que él era el centro de atención.
Esto fue suficiente para levantarle el ánimo.
Pensó Tongrak mientras caminaba hacia el punto más alto de la barra, eligiendo una
mesa que le permitiera inspeccionar todo el establecimiento. Si él podía verlo todo,
todo el bar también podría verlo a él.
"Quiero un gin martini", el joven pidió su bebida junto con dos aperitivos.
¿Asiático o blanco?
No la comida, sino los hombres.
Tongrak sonrió para sí mismo, sus ojos observaron que a un par de pasos de distancia,
había un grupo de turistas (no estaba seguro si eran coreanos o japoneses) mirándolo.
También notó que, al otro lado, un extranjero de raza blanca y cabello oscuro lo miraba
fijamente. Si le preguntabas sus preferencias personales, prefería a los asiáticos, pero de
vez en cuando, un hombre blanco no era tan malo.
Tenía que ser así de interesante, a diferencia de...
"¡Mahasamut!"
Sólo pensar en el joven hizo que Tongrak dejara escapar un gruñido involuntario en su
garganta. Sus labios se curvaron hacia abajo instantáneamente, y era exasperante que
solo pensar en el nombre le recordara la burla que brillaba en esos ojos oscuros.
"Eres el invitado de Mut."
Fue entonces cuando una voz alegre sonó sobre él, lo que le hizo levantar la vista y vio
a un joven que le dirigía una sonrisa con los ojos entrecerrados.
"Aquí está la bebida que pidió, señor". La bebida fue colocada frente a él, pero en
lugar de que el camarero se alejara para continuar, mientras terminaba su trabajo, se
arrodilló junto al asiento en el que estaba sentado Tongrak, con los ojos brillantes.
"¿Hay algo que necesites?"
"Oh, señor, usted estaba hablando de Mut, ¿verdad?"

"¿Y si así fuera qué?" Quería olvidar que accidentalmente había gruñido el nombre de
ese hombre.
"Es un bonito nombre, ¿no es así, señor?"
Uf, estaba molesto, pero como escritor, no podía negar que el nombre Mahasamut tenía
cierto atractivo.
"Sí, supongo que sí", respondió Tongrak sin comprometerse, levantando su vaso para
tomar un sorbo. Pero parecía que su respuesta hizo que el servidor frunciera el ceño.
"Oh, ¿eso es todo? ¿Sabe, señor? Si fuera cualquier otro invitado, tan pronto como
abriera la boca, todos querrían saber sobre Mut".
"¿A quién le importa eso?" Tongrak replicó al instante.
Eso fue todo. El joven camarero se rascó la cabeza confundido.
"Mucha gente. Mut es bastante famoso en esta isla. Todo el mundo dice que Mut es
guapo. Recientemente, un grupo de chicas japonesas estaban chillando sobre lo sexy
que es Mut. Probablemente les gustan los chicos de piel morena, ¿eh? Ah, y no son
sólo las chicas", el niño hablador parecía ansioso por chismorrear, inclinándose más
cerca y susurrando suavemente.
(Del: Jajajaja yo soy TeamRak, y a mi qué? xD)
"Mut batea para ambos lados, ¿sabes?"

(Del: En término para todos, que dice que es bisexual. xD)
Tongrak frunció el ceño. No tenía ningún interés en escuchar esto. Quién se junta con
quién no era asunto suyo. Pero parecía que el niño frente a él no estaba satisfecho,
señalando con el dedo a un extranjero de raza blanca y cabello oscuro que lo había
estado mirando antes y susurrando emocionado: "Ese tipo de allí se quedó por culpa
de Mut".
¡¿Qué?!
(Del: Jajajajajaj que busques otra víctima porque no te van a hacer caso)
El oyente quedó desconcertado y se volvió para mirar al joven, quien asintió

emocionado.
¿Estaba a punto de recibir las sobras de ese tipo?
¡El solo pensamiento hizo que su estado de ánimo cayera en picada!
"¿Porqué me estas diciendo esto?" Preguntó Tongrak con severidad, indicando que la
conversación podría terminar ahí mismo. el no tenia interés en la celebridad local, y
eso hizo que el chico hablador sonriera ampliamente.
"Por si acaso estás interesado."
"¡No lo estoy!" Tongrak alzó la voz de inmediato.
¿Quién querría a ese tipo grande? Y maldita sea; Tenía que culpar a su propia
naturaleza observadora por notar que debajo de esas ropas aburridas había un pecho
bien formado, sin mencionar esa voz profunda que hablaba en un incomprensible
dialecto sureño, que imaginó sería bastante seductor si susurraba en el tono correcto.
¡Pero no había manera de que se llevara a la cama al tipo que le dejó andar en una
motocicleta de carga!
El comportamiento disgustado de Tongrak pareció hacer que el joven se diera cuenta

de su error, ofreciéndole una sonrisa forzada y murmurando acerca de haber juzgado
mal la situación, lo que llevó a Tongrak a despedirlo.
"Espera", pero antes de que el joven pudiera desaparecer, el escritor gritó, haciendo
que el niño se volviera con una sonrisa radiante.
"¿Estás interesado ahora?"
"No."
El oyente hizo un puchero.
Eso no se puede llamar lindo, ¿sabes?
"¿Por qué crees que estaría interesado en Mut, precisamente?"
Tongrak se preguntaba por qué ese niño loco había venido a decirle esto. ¿Había
mostrado alguna señal de interés en ese tipo? Tendría que asegurarse de no volver a
hacerlo. Y ese pensamiento hizo que el niño mostrara una amplia sonrisa que casi le
llegaba a los oídos, sacudiera la cabeza enérgicamente y dijera...
"No sé si estás interesado o no, pero yo sólo..."
"¿Tu sólo?"
"Sólo quería que todos supieran que Mahasamut es el tesoro de nuestra isla".
(Del: Bwajajajajaja estamos jodidos. Nada como que el tesoro preciado local sea aquel que vendió
a su mejor amigo a Connor)
Y así, regresó a su trabajo, dejando a Tongrak sentado quieto, reflexionando sobre la

extraña razón por la que no importa cómo lo mires...
¿Era este tipo un tesoro local o algo así?
¿Ese tipo? ¿El que tocó la puerta al ritmo de un tambor de jornada deportiva? ¿¡Un
tesoro!?
Tongrak se mordió el labio con tanta fuerza que le dolió, sintiéndose irritado.
Bueno, recuerda esto: ¡no hay forma de que se lleve el tesoro local a casa! ¡De ninguna manera!
Pensó el joven mientras bebía su martini de un solo trago, vaciando el vaso. Su ánimo
de encontrar una aventura de una noche esta noche se había ido. Porque si lo mejor
que este lugar tenía para ofrecer era ese tipo, entonces el resto probablemente no valía
la pena.
Capítulo 1
El más fino tesoro de la isla
Mientras los rayos del sol se extendían por la superficie del agua, proyectando un
brillo resplandeciente, una brisa fresca llevaba el refrescante aroma del mar. El aroma
del frondoso bosque envolvía la isla, quizás creando una atmósfera que podría hacer
sonreír a cualquier chico de ciudad que huyera del caos de la capital.
Sí, a cualquier chico de ciudad que busque refugio del bullicio seguro que le
encantaría.
¿En realidad? ¿Seguro?
Bueno, si todavía lo piensas después de mirar el rostro de Tongrak, que era demasiado
bonito para ser un hombre.
El chico guapo con un cuerpo bien formado, su rostro adornado con líneas perfectas,
estaba ahora… sentado abrazando una gran bolsa de viaje en el sidecar de una
motocicleta.
¡Ajá, Tongrak estaba sentado abrazando una bolsa en una motocicleta de carga!
Mientras la motocicleta de carga de tres ruedas, ni nueva ni vieja, avanzaba por la

carretera principal de la isla, atravesando a ambos lados la exuberante vegetación que
recientemente había sido azotada por una gran tormenta, hoy el aire era más fresco de
lo habitual. Pero eso no significaba que el sol en Tailandia no fuera abrasador, y en ese
momento, brillaba directamente sobre la cabeza de un hombre privado de sueño, lo
que hizo que el joven se preguntara… ¡¿qué diablos estaba haciendo aquí?!
¡Desde el barco hasta el vehículo, no había más que árboles, bosques y árboles!
¿Dónde está la belleza, maldito imbécil?

(Del: Veeeeen, uno en los treintas solo quiere comodidad, yo entiendo perfecto a Rak, al rato le
va a doler la espalda o la rodilla seguro)
En realidad, cuando ese tipo grande al azar señaló ese vehículo loco, alguien como
Tongrak debería haber dado media vuelta y abordado el barco sin mirarlo dos veces.
Habría hecho precisamente eso si no fuera por el hecho de que cuando regresó, el barco
privado que Connor había reservado ya regresaba como si tuviera prisa por morir.
Cuando miró a su alrededor buscando otro vehículo que no fuera esta loca motocicleta,
todo lo que vio fueron motocicletas, motocicletas y más motocicletas llenando el
muelle que se adentraba en el agua.
Entonces, ¿qué iba a hacer?
Si alguien pensó que Tongrak se rendiría fácilmente y se subiría a un vehículo que

arruinaría su imagen de por vida, estaba profundamente equivocado. El joven
continuó luchando, volteándose para preguntar a los lugareños, solo para obtener
respuestas simples como...
"Debería ir con él, señor. El complejo está cerca".
"Por aquí todo son motos".
"Ir con Mut es seguro. No volcará la motocicleta."
¿A quién le importaba la seguridad? ¡Solo ver su cara me dan ganas de darle un puñetazo en el
estómago!
Tongrak pensó enojado, y su irritación creció mientras luchaba por encontrar una
salida para sí mismo mientras el tipo grande subía sin esfuerzo su bolso a la
motocicletay señalaba hacia el estrecho asiento como si estuviera conduciendo un
carruaje real.
"No..."
Tongrak estaba a punto de replicar, pero fue en ese momento que finalmente miró bien
al hombre que había venido a recogerlo. Tuvo que inclinar la cabeza hacia atrás para
mirar hacia arriba.
Con una altura de 175 centímetros, Tongrak nunca se consideró bajo, pero se encontró
mirando al hombre alto y de piel oscura que tenía delante. Aunque su cabello estaba
revuelto por la brisa del mar, no podía ocultar sus ojos agudos e intensos. Sin
mencionar sus cejas pobladas que hacían juego con su nariz prominente. Y por su
físico.....
Sus ojos color miel casi vagaban en agradecimiento, pero captó el brillo de diversión en
los ojos del otro y tuvo que levantar la barbilla desafiante para argumentar que no iría.
Él no quería y quería irse a casa.
No le agradaba en absoluto este tipo.
"¡Ey!"
Y tal como lo habían predicho sus instintos, el hombre de vista aguda lo subió
fácilmente a la motocicleta, aprovechando la momentánea falta de preparación de
Tongrak y así arrancar el motor, lo que obligó al escritor a agarrarse del costado del
accesorio de carga de la motocicleta y sostener con fuerza su hermoso bolso.
No era el bolso lo que le preocupaba; ¡Fue todo el trabajo y las noches de insomnio que
había invertido en la computadora portátil que había dentro!
(Del: No hay forma de que uno no se ría de este pobre niño rico jajaja)
"¿No se va a bajar, señor?"

Fue entonces cuando la voz áspera con acento sureño, mezclada con una risa
reprimida, devolvió a Tongrak al presente.
¿Desde cuándo la motocicleta de carga que olía a aceite estaba detenida en medio del
estacionamiento? El joven se volvió bruscamente para mirar al orador. Incluso notó
que el hombretón intentaba contener la risa.
¿Y de quién más se reiría si no de él?
¡Wow!
Así, el hombre de fina figura se levantó rápidamente, tomó su teléfono del bolso y
llamó al maldito amigo que lo había metido en esta ridícula situación.
"¡Me voy a casa!"
Tan pronto como la voz profunda al otro lado de la línea lo reconoció, Tongrak
retrocedió instantáneamente, sus piernas se alejaron de la persona cuyo discurso era
incomprensible.
No es que intimidara a nadie, pero no podía entender una palabra.
[Oye, ¿qué quieres decir con volver a casa? ¿No acabas de llegar?]
"Sí, es cierto. ¿Y sabes lo que me encontré? Dijiste que obtendría ideas de trabajo si
viniera aquí, pero… Maldita sea, Connor, ni siquiera he dormido todavía. Tengo
resaca y estoy muy mareado. ¿Y luego envías a un loco a recogerme? No puedo
entenderlo, ni siquiera puedo escucharlo. ¿Y sabes qué me hizo montar este tipo?
¡Una motocicleta de carga!"
[¿Qué?]
Maldita sea, ¿ahora tengo que perder el tiempo explicándole al loco extranjero sobre el
transporte en Tailandia?
Pensó Tongrak con irritación, preparándose para arremeter contra su pseudo-amigo

que lo había engañado... sí, era cierto, lo había engañado y obligado a visitar esta isla
loca. Él no entendía su obsesión. Claro, sabía que Connor podría encontrar un novio en
esta isla, pero ¿qué tenía eso que ver con él?
"Tal vez conozcas a alguien allí como lo hice yo".
¡Nadie pidió eso!
"No me importa. Tomaré el primer barco de vuelta a casa. Y si no hay uno, llamaré y
reservaré el barco yo mismo. Dame el contacto ahora... ¡Oh, oye!"
En ese momento, Tongrak gritó cuando una mano grande se extendió y le arrebató el
teléfono, lo que lo hizo girar con todo y una mirada confrontiva.
Ahora otra vez. Captó un fugaz atisbo de burla en esos ojos oscuros, y la calidez que lo
presionaba indicaba cuán cerca estaba el más grande.
En circunstancias normales, Tongrak habría examinado la situación y decidido si

llevaría a este gran hombre a la cama. Pero en su mal humor actual, todo lo que podía
hacer era fruncir los labios y mirar hacia arriba con molestia, sin darse cuenta de lo
atractiva que era su expresión... con sus ojos muy abiertos y brillantes y sus labios rojos
y haciendo pucheros.
"Devuélveme mi teléfono".
Pero en lugar de obedecer, el lugareño se llevó el último modelo de teléfono inteligente

a la oreja y, con voz profunda y agradable, pronunció una frase que dejó a Tongrak sin
palabras.
"Señor Connor, soy Mahasamut".
No, esa frase no fue nada especial. Pero la otra parte habló en un lenguaje central claro
y alto, lo que hizo que Tongrak parpadeara rápidamente y su mente regresara al
incidente anterior.
No entendió una palabra de lo que dijo.
Había dejado claro que no entendía.
¡Pero entonces!
"¿¡No tienes acento!?"
Tongrak gritó, incapaz de contenerse, pero la otra parte solo levantó una ceja, fingiendo
inocencia como si no entendiera por qué Tongrak estaba tan enojado, y luego se giró
para seguir hablando con Connor.
"No hay ningún problema, señor. Cuidaré bien del Sr. Tongrak... Sí, lo sé".
Entonces, esos ojos penetrantes lo miraron y esos labios bien formados se curvaron en
una sonrisa encantadora que Tongrak encontró completamente irritante.
Tenía el presentimiento de que esa sonrisa se debía a él.
Ahí estaba otra vez esa burla.
"Es muy travieso".
¿Qué? ¿Qué acaba de decir este tipo?
La boca de Tongrak se abrió ligeramente y luego Khom se mordió el labio inferior,

esparciendo un rubor rojo por sus labios húmedos y dulces.
Extendió la mano con la intención de recuperar el teléfono móvil, pero el hombre más
grande fue más rápido y llevándolo hacia el lado contrario.
"Puedo manejarlo, señor Connor. No hay necesidad de preocuparse... Sí, parece un

gatito".
¿¡Un gatito!?
Maldita sea, ¿cuánto debe gustarle a Connor este tipo para que se ría a carcajadas de
esa manera, dejando que Tongrak lo escuche?
"No se preocupe, señor. Yo me ocuparé del señor Tongrak. Vaya a divertirse con
Khom".
Tongrak, que estaba a punto de maldecir, se detuvo en seco cuando escuchó el nombre
de su amigo Rak salir de la boca del hombre frente a él. Esto le hizo preguntarse si
todos se conocían o si él estaba al margen de todo, pero tan pronto como el hombre se
volvió para mirarlo a los ojos habiendo colgado ya la llamada, Tongrak recuperó la
compostura.
¡Arrebatar!
Su hermosa mano agarró el teléfono, sus labios se fruncieron con extrema irritación,
sus grandes ojos brillaron con molestia, y luego giró sobre sus talones y se alejó de él.
Se pondría de pie y discutiría hasta ganar si fuera una situación normal, pero ahora
mismo, la única manera de ganar contra su maldito amigo y este tipo, que lo estaba
provocando deliberadamente, debía salir de esta isla...
Pensó Tongrak mientras aceleraba el paso y se dirigía directamente a la recepción del

resort para reservar el primer barco que saliera de aquí.
“¡...!”
¿Pero quién hubiera pensado que sería él quien estaría aquí, completamente aturdido?
Tan pronto como cruzó la pasarela del complejo, lo único que pudo ver fue... el paraíso
en la tierra.
Como había salido antes directamente al muelle, no lo había notado y durante todo el
viaje no vio nada más que bosque y más bosque. ¿Quién hubiera imaginado que el mar
aquí sería tan increíblemente hermoso?
El agua era tan clara que podía ver la playa de arena blanca debajo, con un hermoso
gradiente de colores desde el cielo pálido hasta el mar verde esmeralda que se
encontraba con el horizonte azul brillante. Era más hermoso que un costoso cóctel
brillante, más impresionante que una pintura de un artista famoso y más magnífico
que cualquier cosa que hubiera visto en la pantalla de un teléfono.
La vista ante él era tan hermosa que sólo pudo quedarse quieto, dejando que la brisa
fresca golpeara su cuerpo, permitiendo que el sonido de las olas borrara su fatiga. Y
fue entonces cuando escuchó pasos detrás, acompañados de una voz profunda pero
agradable que decía: "Khun Tongrak, bienvenido a nuestra isla".
Tongrak se giró para encontrarse con los ojos penetrantes que brillaban con una
intensidad innegable.
En este juego, él fue quien perdió.
Molesto.
Irritado.
¡Maldita sea, exasperante!

Si preguntaras cómo se siente Tongrak en este momento, sería... solo eso.
"¿Por qué seguir el mismo compás? No eres alguien que baila tan fácilmente al ritmo
de otra persona".
Tongrak estaba desempacando su maleta cuando se dio cuenta de que su respiración

era rápida, su pulso se aceleraba y tenía las manos apretadas. Sería genial si pudiera
golpear a alguien cara para liberar su ira. Luego se obligó a respirar profundamente y
recordarse a sí mismo que no era alguien que se cayera fácilmente en el juego de otra
persona.
Incluso si alguien viniera a meterse con él, simplemente le daría una sonrisa fría y lo
ahuyentaría.
"¡Pero ese tipo no se irá!"
Tongrak, que estaba tratando de mantener la calma, arrojó su camisa nuevamente

dentro de la maleta y se pasó la mano por el cabello negro azabache, revelando una
piel suave y un hermoso rostro que... claramente podía decir que su estado de ánimo
no era feliz.
Tongrak recordó la primera vez que subió sus pertenencias a la habitación.
Normalmente, la persona que lleva el equipaje a la habitación debería ser un empleado

del hotel, ¿verdad? Ese suele ser el caso, pero lo que sucedió resultó ser que el hombre
que sostenía las llaves, llevaba el equipaje y lo conducía a la habitación era un tipo
llamado... Mahasamut.
¡Era el imbécil de No-Sé-Cómo-Connor-Dio-Con-Él!
Y cuando estaba a punto de ahuyentar a la otra parte...
"¿Necesita algo más de mi parte, señor Tongrak?"

"No.”
Pero ese "no" no fue una negativa o una petición de que lo dejaran en paz. Fue un "¡No
entiendo ni una sola palabra de lo que acabas de decir, maldita sea!".
Esta fue otra razón por la que Tongrak estaba irritado. En primer lugar. cuando no
sabía que Mahasamut podía hablar tailandés con un acento normal, podía tolerarlo
porque nunca menospreciaba a nadie que hablara un dialecto regional. Simplemente
no le gustaba no entender. Pero tan pronto como lo escuchó hablar con un acento
normal con Connor, supo de inmediato que este hombre sureño lo estaba molestando
intencionalmente.
"No te entiendo."
Y en lugar de hablar tailandés central después de decir eso, lo que hizo Mahasamut
fue...
"Le dije: ¿necesita-algo-más-de-mí, señor Tongrak?"
Lo repitió con acento sureño pero… más lento.
Eso fue todo. El señor Tongrak estaba tan furioso que empujó al hombre fuera de la
habitación y le cerró la puerta en la cara.
"Wow. Sr. Tongrak, es usted tan insensible. Dicen que la gente bonita es cruel, y parece
ser cierto".
Aún así, siguió gritando desde afuera de la puerta, haciendo que Tongrak quisiera
abrirla y gritarle. Pero en el fondo, sabía que eso sólo lo motivaría más, así que
retrocedió para mirar su maleta.
Toc, toc, toc... toc, toc... toc, toc, toc...
"¡Vete!"
Siguió golpeando rítmicamente como el tambor de un día de deportes hasta que

Tongrak no pudo soportarlo más y gritó a todo pulmón.
"Solo quería decir... si necesita algo, llámeme. Mi número está junto a la cama".
¡SLAM!
¡Whoosh!
Al principio, estaba confundido acerca de lo que significaba, pero una vez que
comenzó a captar la esencia de algunas palabras, se acercó a la cama. En el momento
en que vio los números cuidadosamente ordenados, hizo una bola con el papel y,
enojado, lo arrojó contra la puerta con frustración. ¡Es por razones que se preguntaba a
él mismo cómo diablos llegó Connor a conocer a alguien así!
"¡Maldita sea!"
Cuanto más pensaba en ello, más se enojaba Tongrak, queriendo estrangular a su

amigo por completo. Pero tendría que esperar casi un mes para regresar a Tailandia
con esa sonrisa engreída sólo para él. Y si Connor supiera que la persona que contrató
lo estaba volviendo tan loco, probablemente estaría muy feliz, haciendo que Tongrak se
preguntara por qué había elegido ser amigo de alguien así.
Debe ser algún karma pasado.

(Del: Jajajajajajaja que habrás hecho en tu vida pasada, pero no te preocupes… Mut me frustra
hasta a mi)
Una vez más, Tongrak respiró hondo y se dijo a sí mismo que necesitaba controlar sus
emociones. La irritación no le llevaría a ninguna parte.
Ese pensamiento hizo que el joven mirara su maleta, tomara algunas prendas y entrara
al baño.
Sí, necesitaba un cambio de humor, especialmente ahora que había llegado a esta isla
paradisíaca.
….
Debía ser así.
Mientras el manto crepuscular se extendía por el cielo, convirtiendo el mar azul

profundo en un tono índigo, y las luces suaves se encendían por todas partes, el
apuesto hombre con rasgos faciales sorprendentemente bellos se dirigió al bar y
restaurante del resort. Sus ojos color miel recorrieron todo con satisfacción.
El bar junto al mar era tan hermoso como las críticas que había leído antes de salir de
su habitación.
Al principio, Tongrak no esperaba gran cosa. Solo estaba buscando información antes
de salir de su habitación sobre dónde sentarse y tomar una copa para relajarse. Y era
increíble que el resort en el que se alojaba tuviera todo lo que quería.
El bar fue diseñado con niveles escalonados, cada uno lo suficientemente ancho como
para acomodar una mesa de madera de calidad combinada con limpios cojines blancos
y adornados con almohadas de colores. En el centro de cada mesa había una hermosa
lámpara, cuya luz daba un ambiente romántico al ambiente. En medio del bar había
una gran piscina, ahora ocupada por varios clientes extranjeros en traje de baño, pero
Tongrak no les prestó atención. Al contrario, lo que cautivó su mirada fue el sonido de
las olas rompiendo en la playa al fondo del bar.
Swoosh... Swoosh...
¿Quién hubiera pensado que este sonido podría brindarle una relajación tan profunda?
Ese es el pensamiento de alguien que cerró los ojos y respiró hondo, inhalando el
aroma fresco y limpio que era difícil de conseguir en Bangkok.
Sí, Tongrak se quedó allí con los ojos cerrados por un momento, pero la vista atrajo
irresistiblemente la atención de muchos espectadores.
Tongrak era un hombre apuesto, a veces descrito por los lectores como hermoso. Su tez
clara era tan llamativa que muchos se referían a ella como piel clara. Sus ojos grandes y
encantadores, especialmente de cerca, revelaban iris de color miel que recordaban al
ámbar. Y Tongrak sabía cómo vestirse para destacar, con un rostro atractivo a la altura.
En ese momento, el joven vestía una elegante camisa negra con un profundo escote en
V que revelaba su hermosa piel, combinada con pantalones negros de cintura alta que
acentuaban sus delgadas piernas y cintura. Alrededor de su cuello llevaba dos collares,
uno largo y otro bien ajustado. Una oreja estaba adornada con un pequeño arete de
diamantes, completando el look perfecto.
Cada paso que daba atraía la mirada de los espectadores.
Cada movimiento que hacía era tentador.
Y Tongrak... lo sabía bien.
Sólo un hombre vestido con ropa modesta entrando en este bar podría atraer más
atención que una hermosa mujer en bikini junto a la piscina.
La camisa negra sólo hacía que su piel clara resaltara aún más.
Y con sólo una ligera curva hacia arriba en la comisura de su boca, Tongrak supo de
inmediato que él era el centro de atención.
Esto fue suficiente para levantarle el ánimo.
Pensó Tongrak mientras caminaba hacia el punto más alto de la barra, eligiendo una
mesa que le permitiera inspeccionar todo el establecimiento. Si él podía verlo todo,
todo el bar también podría verlo a él.
"Quiero un gin martini", el joven pidió su bebida junto con dos aperitivos.
¿Asiático o blanco?
No la comida, sino los hombres.
Tongrak sonrió para sí mismo, sus ojos observaron que a un par de pasos de distancia,
había un grupo de turistas (no estaba seguro si eran coreanos o japoneses) mirándolo.
También notó que, al otro lado, un extranjero de raza blanca y cabello oscuro lo miraba
fijamente. Si le preguntabas sus preferencias personales, prefería a los asiáticos, pero de
vez en cuando, un hombre blanco no era tan malo.
Tenía que ser así de interesante, a diferencia de...
"¡Mahasamut!"
Sólo pensar en el joven hizo que Tongrak dejara escapar un gruñido involuntario en su
garganta. Sus labios se curvaron hacia abajo instantáneamente, y era exasperante que
solo pensar en el nombre le recordara la burla que brillaba en esos ojos oscuros.
"Eres el invitado de Mut."
Fue entonces cuando una voz alegre sonó sobre él, lo que le hizo levantar la vista y vio
a un joven que le dirigía una sonrisa con los ojos entrecerrados.
"Aquí está la bebida que pidió, señor". La bebida fue colocada frente a él, pero en
lugar de que el camarero se alejara para continuar, mientras terminaba su trabajo, se
arrodilló junto al asiento en el que estaba sentado Tongrak, con los ojos brillantes.
"¿Hay algo que necesites?"
"Oh, señor, usted estaba hablando de Mut, ¿verdad?"
"¿Y si así fuera qué?" Quería olvidar que accidentalmente había gruñido el nombre de
ese hombre.
"Es un bonito nombre, ¿no es así, señor?"
Uf, estaba molesto, pero como escritor, no podía negar que el nombre Mahasamut tenía
cierto atractivo.
"Sí, supongo que sí", respondió Tongrak sin comprometerse, levantando su vaso para
tomar un sorbo. Pero parecía que su respuesta hizo que el servidor frunciera el ceño.
"Oh, ¿eso es todo? ¿Sabe, señor? Si fuera cualquier otro invitado, tan pronto como
abriera la boca, todos querrían saber sobre Mut".
"¿A quién le importa eso?" Tongrak replicó al instante.
Eso fue todo. El joven camarero se rascó la cabeza confundido.
"Mucha gente. Mut es bastante famoso en esta isla. Todo el mundo dice que Mut es
guapo. Recientemente, un grupo de chicas japonesas estaban chillando sobre lo sexy
que es Mut. Probablemente les gustan los chicos de piel morena, ¿eh? Ah, y no son
sólo las chicas", el niño hablador parecía ansioso por chismorrear, inclinándose más
cerca y susurrando suavemente.
(Del: Jajajaja yo soy TeamRak, y a mi qué? xD)
"Mut batea para ambos lados, ¿sabes?"

(Del: En término para todos, que dice que es bisexual. xD)
Tongrak frunció el ceño. No tenía ningún interés en escuchar esto. Quién se junta con
quién no era asunto suyo. Pero parecía que el niño frente a él no estaba satisfecho,
señalando con el dedo a un extranjero de raza blanca y cabello oscuro que lo había
estado mirando antes y susurrando emocionado: "Ese tipo de allí se quedó por culpa
de Mut".
¡¿Qué?!
(Del: Jajajajajaj que busques otra víctima porque no te van a hacer caso)
El oyente quedó desconcertado y se volvió para mirar al joven, quien asintió

emocionado.
¿Estaba a punto de recibir las sobras de ese tipo?
¡El solo pensamiento hizo que su estado de ánimo cayera en picada!
"¿Porqué me estas diciendo esto?" Preguntó Tongrak con severidad, indicando que la
conversación podría terminar ahí mismo. el no tenia interés en la celebridad local, y
eso hizo que el chico hablador sonriera ampliamente.
"Por si acaso estás interesado."
"¡No lo estoy!" Tongrak alzó la voz de inmediato.
¿Quién querría a ese tipo grande? Y maldita sea; Tenía que culpar a su propia
naturaleza observadora por notar que debajo de esas ropas aburridas había un pecho
bien formado, sin mencionar esa voz profunda que hablaba en un incomprensible
dialecto sureño, que imaginó sería bastante seductor si susurraba en el tono correcto.
¡Pero no había manera de que se llevara a la cama al tipo que le dejó andar en una
motocicleta de carga!
El comportamiento disgustado de Tongrak pareció hacer que el joven se diera cuenta

de su error, ofreciéndole una sonrisa forzada y murmurando acerca de haber juzgado
mal la situación, lo que llevó a Tongrak a despedirlo.
"Espera", pero antes de que el joven pudiera desaparecer, el escritor gritó, haciendo
que el niño se volviera con una sonrisa radiante.
"¿Estás interesado ahora?"
"No."
El oyente hizo un puchero.
Eso no se puede llamar lindo, ¿sabes?
"¿Por qué crees que estaría interesado en Mut, precisamente?"
Tongrak se preguntaba por qué ese niño loco había venido a decirle esto. ¿Había
mostrado alguna señal de interés en ese tipo? Tendría que asegurarse de no volver a
hacerlo. Y ese pensamiento hizo que el niño mostrara una amplia sonrisa que casi le
llegaba a los oídos, sacudiera la cabeza enérgicamente y dijera...
"No sé si estás interesado o no, pero yo sólo..."
"¿Tu sólo?"
"Sólo quería que todos supieran que Mahasamut es el tesoro de nuestra isla".
(Del: Bwajajajajaja estamos jodidos. Nada como que el tesoro preciado local sea aquel que vendió
a su mejor amigo a Connor)
Y así, regresó a su trabajo, dejando a Tongrak sentado quieto, reflexionando sobre la

extraña razón por la que no importa cómo lo mires...
¿Era este tipo un tesoro local o algo así?
¿Ese tipo? ¿El que tocó la puerta al ritmo de un tambor de jornada deportiva? ¿¡Un
tesoro!?
Tongrak se mordió el labio con tanta fuerza que le dolió, sintiéndose irritado.
Bueno, recuerda esto: ¡no hay forma de que se lleve el tesoro local a casa! ¡De ninguna manera!
Pensó el joven mientras bebía su martini de un solo trago, vaciando el vaso. Su ánimo
de encontrar una aventura de una noche esta noche se había ido. Porque si lo mejor
que este lugar tenía para ofrecer era ese tipo, entonces el resto probablemente no valía
la pena.
Capítulo 2
Estoy a la venta, ¿interesado?
"¡Hola Mut, qué pasa!"
"Oye, ¿ocupado?"
"No precisamente."
"Hola Mut, los invitados preguntan sobre el buceo, ¿te animas?"
"Ya tengo reservas para las próximas dos semanas, ya le dije a Ann".
"Mut, anoche algunos invitados preguntaban por ti".
"¡Ja! No puedo evitarlo cuando soy encantador."
Aunque era temporada baja, el ajetreo en el famoso complejo, que recibe huéspedes
durante todo el año, seguía siendo el mismo. Pero la conmoción se detiene cuando
aparece una figura muy conocida de la isla, lo que hace que todos dejen lo que estaban
haciendo y lo saluden calurosamente. Después de todo, aunque Mahasamut no era un
empleado aquí, siempre estaba yendo y viniendo.
¿Pero por qué esta aquí? Lo contrataron para llevar a los turistas a bucear y ver los
arrecifes de coral.
Además, la mayoría del personal aquí era local y se conocían desde que estaban en el
jardín de infantes.
No era extraño para él conocer a todo el mundo, y un tipo como Mut era amigable con
todo el mundo. Dondequiera que hubiera un evento, estaba Mut. Incluso se decía que
Mut era inteligente y que se las arregló para dejar los folletos de su propio barco en el
famoso resort.
Bueno, si quieres ganar dinero, tienes que ser un poco descarado.
El joven pensó y se rió para sí mismo, saludando alegremente al personal que pasaba.
Su estado de ánimo mejoró aún más cuando miró lo que tenía en la mano... una tarjeta
de acceso.
No lo robó ni utilizó ningún truco para conseguirlo. El propio señor Rak se lo dio.
Ayer, después de abrir la habitación, insertar la tarjeta de acceso y dejar su número de

teléfono en la mesita de noche, tenía la intención de devolver la tarjeta de acceso de
repuesto. Pero ya sea que fuera intencional o no, hacer que la otra parte se acercara en
una bicicleta de carga, la hermosa cara lo fulminó con la mirada, empujándolo y
sacándolo de la habitación. Mut. siendo un caballero, simplemente se dejó empujar
fácilmente (con ese pequeño cuerpo, el Sr. Rak ni siquiera podía hacerlo moverse).
Cuando vio que el señor Rak no quería hablar, se fue sin hacer ningún escándalo y se
guardó la tarjeta de acceso en el bolsillo.
¿Ven? No robó nada, pero Tongrak se la dio.
El grandulón lo pensó y luego se echó a reír, recordando el incidente de hace

aproximadamente una semana.
[Necesito que cuides a un amigo durante un par de semanas.]
Cuando Connor Warrington, el supuesto cuñado, llamó a Mahasamut, no pudo evitar

preguntarse si le estaban pidiendo que cuidara a un perro o a un gato. Más allá de la
risa en su voz, sus palabras no fueron diferentes de... "Oye, ocúpate de esto por mí,
¿quieres?" Fue tan casual que Mahasamut tuvo que preguntar a quién se suponía que
debía cuidar exactamente.
[Es mi amigo. Es terco y obstinado, pero se siente solo fácilmente. Estaré fuera por
un mes y es posible que él simplemente se marchite antes de que yo regrese.]
Mahasamut no pudo evitar preguntar, bromeando. "¿Estamos hablando aquí de una
persona o de un perro?"
En el otro lado, la risa sonó lo suficientemente fuerte como para poder escuchar a
Khom tratando de calmar las cosas junto a Connor. Pero en lugar de enojarse, Connor
simplemente aceptó.
[En realidad, es más como un gato.]
[¿Qué Gato? Si Rak fuera un animal, sería un tigre.]
[Oh, cariño, ese tipo no es un tigre. Es claramente un gatito. No confíes en lo que te

dicen tus ojos.]
Incluso mientras la pareja del otro lado discutía entre ellos, Mahasamut se sintió cada
vez más intrigado.
"Entonces, ¿es un tigre o un gato?"
[Lo verás cuando lo conozcas.]
"Haces que parezca como si ya hubiera aceptado cuidar de él".
Mahasamut sonrió con picardía, sabiendo muy bien que Connor entendía sus
implicaciones.
[Te transferiré los fondos de atención.]

Eso me gusta más. Cuando haya recibido el dinero, considéralo hecho.- ese siempre ha sido
su lema.
"¿Alguna restricción que deba saber?"
[Ninguna. Simplemente no dejes que muera de soledad. Es muy propenso a eso.]
Una vez más, la voz al otro lado de la línea insistió en lo sola que estaba la criatura a la
que le confiaba, pero no dejó de advertirle una cosa.
[Sólo ten cuidado de no arañarte.]
¿Y cómo respondió Mahasamut?
"Nunca dejo que nadie me arañe gratis".
Con eso, el alegre Farang se rió de buena gana, ya sea por alivio de descargar un peso o
por preocupación por la persona a quien estaba confiando, Mahasamut no estaba
seguro. Pero eso lo hizo aún más ansioso por conocer al "gato" de Connor.
Una criatura tan solitaria necesitaría ser bien cuidada.

"¡Ja ja!"
Cada vez que Mahasamut pensaba en la conversación de hace dos semanas, no podía
evitar reírse. Su gran mano sacó su teléfono para abrir las fotos que le había enviado su
cuñado. Sus dedos se deslizaron con placer sobre las tres imágenes.
"Qué gatito tan pequeño", murmuró con voz profunda.
La primera foto que envió Connor mostraba a un joven apuesto con una camiseta,
jeans y una chaqueta, de pie en el escenario de un evento. Su rostro de piel clara
parecía molesto, como si lo hubieran obligado a hablar, y sus grandes ojos brillaban de
irritación a pesar de que mostraba una pequeña sonrisa.
La siguiente foto hizo sonreír a Mahasamut porque el mismo hombre con el ceño
fruncido ahora estaba vestido con una camisa roja y pantalones de cintura alta
adornados con varios collares de cuero en medio de una multitud en un bar elegante.
Su bonito rostro parecía atractivo, sus ojos brillaban con un brillo obstinado pero
apasionado.
Pero fue la última foto la que hizo que Mahasamut se congelara.
Una foto de... un gatito.
¿Quién iba a creer que el mismo hombre de las dos primeras fotos llevaría una
camiseta de gran tamaño y pantalones holgados, acurrucado en un sofá, y encajando
con la descripción que Connor le había dado de un gato altivo?
La primera vez que lo vio, Mut se echó a reír. Nunca imaginó que esta persona pudiera
tener personajes tan variados, por lo que estaba ansioso por conocerlo en persona. No
era que quisiera burlarse del chico, pero una vez que descubrió que el chico era como
un gato, quiso verlo silbar e hincharse. Y cuando la otra parte se quejó de la bolsa, él
solo tuvo que bromear un poco.
Y maldita sea, cuando el gato puso esa cara altiva, Mut no pudo evitar preguntarse si
no se le cansaría la mandíbula.
Mut era un chico de campo con una voz fuerte. Era bullicioso y alegre, se reía de los
chistes y sonreía cuando estaba feliz. Pero miró a esta hermosa persona, sonriendo sin
sinceridad y riendo a medias. ¿Por qué la pretensión? Entonces, quería ver qué pasaría
si esa fachada se desmoronara.
La respuesta fue que lo encontró absolutamente gracioso.
Así que ahora Mahasamut se había fijado un nuevo objetivo para estas dos semanas:
hacer que Tongrak dejara de actuar. La vida es corta y si no disfrutas vivirla es un
desperdicio, ¿verdad?
Y si le preguntas si tenía miedo de que Tongrak pudiera escapar, la respuesta fue... en

lo más mínimo.
¿Por qué debería tener miedo? El Sr. Connor lo contrató para cuidar de un gato (ups,
una persona) y Connor dijo que podía cuidarlo o cuidarlo de la forma que quisiera. Por
eso Mut quería cuidar de él a su manera.
"Muy bien, revisemos al gatito".
Es hora de abrir la jaula.
Para un escritor que vivía más de noche que de día. La luz del sol a las siete de la
mañana no se diferenciaba de un enemigo formidable. Tongrak no se olvidó de cerrar
todas las cortinas, sumergiendo la lujosa habitación en completa oscuridad, mientras
su esbelta figura estaba acurrucada bajo una pesada manta en una habitación enfriada
por un excesivo aire acondicionado.
Debería haber permanecido así hasta las once, pero...
Bip.
Una luz verde brillante se iluminó por un momento en el panel de pantalla negro junto
a la cerradura de la puerta, y luego la gruesa puerta de madera se abrió
silenciosamente.
El intruso entró silenciosamente en la habitación.
Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad por un momento antes de mirar su reloj de

aguas profundas que brilla en la oscuridad.
Él todavía está dormido.
Ese pensamiento hizo que Mahasamut sonriera en la comisura de su boca, y caminó

hacia el dormitorio interior, mirando el bulto bien envuelto sobre la suave cama y
sonriendo aún más. Entonces...
"Dios mío, señor Rak", dijo Mahasamut en un saludo juguetón mientras abría las
cortinas de par en par. La luz del sol fluía sobre la cama y brillaba sobre el rostro
pacíficamente dormido del hermoso hombre, haciendo que sus delicadas cejas se
fruncieran con molestia, incluso mientras dormía. Hizo un gruñido que sonó irritado
y… se giró hacia el otro lado.
Por supuesto, Tongrak también se cubrió la cabeza con la manta.
Es muy divertido.
Mahasamut contuvo una risa y se acercó al borde de la cama.

"Es hora de despertarse, Sr. Rak. Es de mañana y el clima es agradable, perfecto para
salir".
"...Vete."
Escuchó un gruñido ahogado debajo de la manta, por lo que se inclinó más cerca.
"¿Qué dice? No puedo oirlo".
En lugar de permitir que Tongrak hablara más alto, Mahasamut subió el volumen
varios niveles, casi gritándole a la persona que aún dormía bajo las sábanas. La
persona debajo de la manta se tapó las orejas y se hizo un ovillo aún más apretado.
"Que te vayas."
Una vez más, se escuchó una voz apagada desde debajo de la manta, sonando muy
enojada, pero eso no iba a hacer que el alegre Mahasamut dejara de sonreír.
"¿Qué es? ¡No puedo oírle!"
Esta vez, Mahasamut gritó a todo pulmón, luego contuvo una sonrisa, esperando.
¡Vaya!
"¡Vete al infierno!"
No pasó mucho tiempo antes de que se quitara la manta y, en el mismo momento, una
hermosa persona se enderezó, gritando en voz alta, con el rostro contraído por la ira,
los ojos rojos e hinchados por la falta de sueño, el cabello completamente desordenado
y una mirada que podría matar a alguien.
Y ese alguien era Mahasamut.
"Buenos días", dijo el hombre sureño con una amplia sonrisa.
"¿De qué diablos estás hablando y cómo llegaste aquí? ¡Sal de mi habitación!"
Tongrak, sin ninguna pretensión, parecía estar a punto de arrojarle una almohada al
intruso, pero en su lugar se encontró con una sonrisa inocente.
"Oh, porque tengo una tarjeta de acceso".
Mahasamut levantó la tarjeta de acceso para que Tongrak la viera, y eso dejó a Tongrak
sin palabras.
"¿Cómo conseguiste mi tarjeta de acceso?"
"Oh, vamos, me la dió".
"¿Cuando lo tomaste?" Realmente no entendió lo que dijo el hombre, sólo sabía que
tenía que preguntar algo.
Mientras la sonrisa de Mahasamut se hacía más amplia, sus ojos brillaban más y su voz
se hacía aún más alegre.
"La recibí ayer, ¿recuerda? Cuando me echó de la habitación. Parecía que no la
quería, así que la guardé. Solo estaba siendo amable".
Luego mostró una sonrisa tan brillante que podría eclipsar al sol.
"¡Estás loco!"
"Llamar locos a otros significa que también está loco, sabe".
¡Por el amor de Dios! ¡Rak no podía entender una palabra!
Sin embargo, tal respuesta pareció ser el colmo para la paciencia de Tongrak. Con
algunas maldiciones murmuradas, la figura más pequeña se abalanzó hacia adelante,
con la intención de arrebatarle la tarjeta de la mano a Mahasamut.
"¡Ay!"
Mahasamut, que ya estaba en guardia, retrocedió varios pasos, luchando por contener
la risa cuando la bella persona tropezó con la manta. En lugar de abalanzarse sobre el
hombre más grande, él... cayó de bruces sobre la suave cama.
Mahasamut estuvo a punto de morir de risa reprimida.

La persona que había caído boca abajo estaba temblando.
"¡Estúpida manta!"
Si no se equivocaba, la orgullosa belleza parecía estar... avergonzada.
El señor escritor intentó quitarse la manta de una patada mientras sus mejillas se
ponían de un rojo intenso que se extendía hasta las orejas. Sus ojos normalmente
desafiantes temblaban y sus manos empujaban y empujaban, tratando de liberarse de
la trampa de manta tendida la noche anterior. Cuando lo logró, estaba jadeando y no le
importaba en lo más mínimo su estado actual.
"Oh mamá mía, ¿esta piel es toda de seda?"

Tongrak frunció el ceño y miró confundido a la persona que había pronunciado las
palabras, luego lentamente se miró a sí mismo.
Lo había olvidado por completo.
Tenía esta cosa... donde dormía con solo una camisa.
Y así, el talentoso escritor ahora solo vestía un suave camisón que se había
desabotonado durante la lucha con la manta, dejando al descubierto una piel suave,
tan perfecta como la seda, a excepción de un pequeño lunar debajo del pezón derecho,
adornado con una tierna punta rosada que se erguía por el frío del aire acondicionado.
Un estómago plano conducía a una zona suave, de color claro, que se hundía
ligeramente con la gravedad y piernas largas y suaves sin pelo fino que cubriera
alguna parte.
Todo esto, combinado con el cabello revuelto, el rostro sonrojado y los ojos
temblorosos, hacía que Tongrak pareciera... apetitoso.
Del tipo que si alguien más viera a Tongrak en este estado, podría abrir las piernas del
joven y jugar con esa área hasta que estuviera resbaladiza y húmeda.
"Eh."
Si esto le sucediera a otra persona, podría sentirse tan avergonzada que querría
hundirse en el suelo y desaparecer. Pero Tongrak era diferente. Comparado con la
vergüenza de estar acostado boca abajo en la cama hace un momento, su estado actual
era mucho más digno, lo que provocó un pensamiento que pasó rápidamente por su
cerebro.
¡Esto significaba guerra!
Crees que esto fue divertido, ¿eh? ¡Pues ya veremos!

"¿Quieres ver?"
Tongrak se sentó lentamente, estirando intencionalmente las piernas, su camisa apenas

cubría sus largos y delgados muslos. Preguntó en una voz ronca, afortunado de recién
haber despertado, haciendo que su voz fuera aún más baja y sexy. Su mano apartó el
cabello de su rostro, haciendo que la camisa ondeara provocativamente en el borde de
su pecho.
A pesar de que estaba irritado con este loco, Tongrak no tuvo el menor reparo en
mostrar su cuerpo, del cual estaba bastante orgulloso. Especialmente si pudiera
convertir esa amplia y loca sonrisa del chico en una mirada de deseo por él, sería aún
mejor. Pero tan pronto como la otra persona hacía un movimiento hacia él, Tongrak
tomaba el teléfono y llamaba a recepción.
Y si el tipo no era quisquilloso, Tongrak confiaba en que no perdería contra nadie.
Entonces, lo que el joven miró fue el teléfono al lado de la cama.
¡Lo mandaría a la cárcel por perturbarle el sueño!
"Quiere que yo vea, ¿eh? Bueno, me encantaría eso".
¡¿Eh?!
Pero entonces Tongrak saltó cuando, de la nada, el hombre del sur se acercó a la cama
y... se agachó.
Eso no fue todo. ¡Incluso se acarició la barbilla, como si estuviera contemplando algo!
"Su piel es tan blanca, muy clara, pensé que estaba decolorada".
En lugar de abalanzarse sobre él o subirse a la cama, el hombre sureño lo escudriñó

minuciosamente con la mirada.
"Ooh, sin pelo, ¿eh? ¿Lo quitó con láser o lo afeita? ¿No le pica cuando vuelve a
crecer, Tongrak? Me pica mucho. ¿Puedo tener un honor, Sr. Tongrak?"
Tongrak se estremeció cuando de repente le agarraron la muñeca y la levantaron en

alto, dejando al descubierto sus suaves axilas.
"Ey, sí, como una pera asiática pelada".
¿Qué? ¿Una pera asiática pelada?
"Tiene calor, ¿eh? Su cara está toda roja, Señor. ¿Quiere un poco de medicina?"
¡Golpe!
Eso fue todo lo que necesitó Tongrak para agarrar una almohada cercana y arrojarla
directamente a la cara del hombre del sur. La esbelta figura se levantó furiosa, sus
mejillas se sonrojaron aún más con una mezcla de rabia y vergüenza. Sus manos se
apretaron y temblaron ligeramente, la necesidad de devolverle el golpe a la cara del
imbécil lo abrumaba.
¡En sus treinta años de vida, nunca se había encontrado con un hombre así!
Este era Tongrak, el hombre que hizo que otros le suplicaran compartir cama con él. A
menudo se encontraba en el centro de la atención de todos, confiado en su apariencia y
seguro de que podía volverse contra cualquiera con solo una mirada. Este era el
hombre que esperaba que su mirada sacara lo peor de los demás, pero en cambio, este
fue el resultado.
¡Eso fue tan vergonzoso!
¿No era para nada sexy? ¿Ni siquiera un poquito?

Tongrak nunca antes había perdido la confianza de esta manera. Pero mientras
contemplaba cómo echar al hombre, el tipo corpulento se quitó la almohada de la cara
y preguntó con tono burlón.
"¿Por qué está enojado, Sr. Tongrak?"
Entonces, Mahasamut se acercó y sus ojos se encontraron con la mirada color miel,
haciendo que el corazón de Tongrak se acelerara. Luego vino la mano grande que
agarró su muñeca, con las yemas de los dedos presionando la piel suave, un toque con
el que Tongrak estaba muy familiarizado, lo que le hizo levantar la vista, listo para
devolver una mirada desafiante.
Ve, ¿quién podría resistirse a él?
¡Espera!
Pero en el momento en que sus miradas se encontraron, Mut simplemente... se rió a

carcajadas.
"Está muy flaco. ¿Debería bañarle? Sí, vamos a limpiarle y luego lo llevaré a comer
algo delicioso".
¿Bañarme?
Tongrak se repitió a sí mismo, seguro de no haber oído mal. Incluso con el desafiante
acento sureño, entendió de inmediato lo que significaba esa mirada. Era como si lo
estuvieran viendo... como una mascota.
¿Desde cuándo era su mascota?
"Vamos, venga, vamos a darnos un baño".

Mientras lo conducían de la mano hacia el baño, los labios de Tongrak se fruncieron

hasta adquirir un color blanco pálido, y luego...
¡Bam!
Agarró la almohada más cercana y la golpeó en la cabeza del hombre grande. Luego,
con las manos agarrando la camisa con suma vergüenza, rápidamente caminó hacia el
baño mientras gritaba a todo pulmón, sin dejar rastro del sereno Tongrak.
"¡Vete a la mierda!"
¡Estallido!
Seguido por el fuerte sonido de la puerta del baño cerrándose de golpe, pero no antes...
"Jaja. ¿Está seguro, no quiere que le ayude a bañarse?"
"¡Cállate la boca!"
La risa del exterior hizo que Tongrak respondiera, incapaz de contener su frustración.
Esto fue una locura. Nunca en su vida se había encontrado con alguien así antes.
La respiración del hombre enojado se aceleró, su pecho palpitaba de rabia. Quería

agarrar una canasta con ropa y tirársela al rostro que reía. Sus hermosos ojos miraron
su propio reflejo en el espejo, y ver su estado desaliñado solo alimentó su ira.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que estaba tan furioso?
Incluso si él me quisiera, no me rendiré. De ninguna manera.
"¡No lo elegiría ni siquiera si fuera la última persona viva!"
Tongrak se juró a sí mismo en ese mismo momento que no importaba lo desesperado o

sediento que estuviera, no llevaría a ese hombre molesto a la cama, nunca.
Si Mahasamut escuchara esto, probablemente miraría con picardía y preguntaría...

¿Ah, sí?
No me dejas entrar en tu cama, pero soy excelente acariciando gatos. ¿Quieres

intentarlo?
Si Tongrak oyera eso, las venas de su cerebro podrían estallar.
"No me molestes."
"¿Está seguro de eso? Me contrataron para cuidar de usted".

"No te entiendo. ¿No oyes que no-entiendo-lo-que-estás-diciendo?"
Quería deshacerse de este loco, pero primero necesitaba descubrir cómo comunicarse
con él.
Tongrak nunca pensó que el dialecto del sur fuera difícil de entender, tal vez porque
nunca tuvo amigos del sur. Incluso Khom hablaba el dialecto central. Así que esta era
la primera vez que tenía que escuchar el acento sureño, que era rápido, difícil de
entender y tenía una pronunciación que le daba ganas de exclamar con sorpresa. Y el
tipo frente a él no cooperaba en lo más mínimo.
Si no pudiera hablar el dialecto central, eso sería una cosa, pero podía. Simplemente se
negó a hablarlo con él.
"¿Es así de difícil, eh? Vamos, busquemos algo para comer".
Tongrak quería quejarse, tener un ataque, gritarle a la otra persona, pero los
acontecimientos de la mañana le enseñaron que incluso si lo hiciera, no lo sacudiría,
pero probablemente solo sonreiría de placer. Y cuando logró recomponerse y salir del
baño, fingiendo no inmutarse por lo sucedido, ya había pasado bastante tiempo.
Entonces Tongrak se dijo a sí mismo que debía mantener la calma, estar tranquilo y,
eventualmente, podría ahuyentarlo.
Solo tal vez.
"No me gustan las gachas".
Tan pronto como se sentó en la sala del desayuno, Tongrak se cruzó de brazos, levantó
la barbilla y ordenó con voz firme.
Bien, ¿tanto quieres cuidarme? Veamos cuánto tiempo puedes seguir así.
Mahasamut, que estaba a punto de colocar un plato de gachas de arroz frente a él, se
detuvo un momento y luego se encogió de hombros. Pero el grandulón no dijo nada.
Simplemente dejó el cuenco allí y se alejó de nuevo.
"No quiero huevos fritos con salchicha".
Una vez más, antes de que el plato pudiera ser colocado frente a él, Tongrak habló en
un tono uniforme y volvió la cara.
"No como arroz por la mañana. Es demasiado pesado".
Tan pronto como el arroz al vapor cubierto con verduras salteadas agridulces y pollo y
pollo con albahaca sagrada estuvo a punto de ser colocado, Tongrak sonrió fríamente,
sus ojos redondos brillaban con desafío.
Déjelo desafiar su temperamento.

Quisquilloso, exigente, egocéntrico... podría ser todo eso y más.
"¿Qué tal una ensalada entonces?"
Cuando le pusieron un plato grande de ensalada frente a él, Tongrak lo miró

brevemente, luego tomó un tenedor y pinchó un tomate pequeño.
"Le gusta...?"
"Estoy lleno."
Tongrak ni siquiera dejó que el grandulón terminara sus palabras. Tongrak levantó la
cara desafiante y simplemente empujó el plato de ensalada hacia atrás, sin tener en
cuenta el hecho de que todavía quedaban platos como gachas de arroz, salchichas fritas
con huevos y arroz al curry intacto.
Entonces el hombre de piel clara se cruzó de brazos y sonrió: "Ya que te pagan por
cuidarme, también podrías acabar con las sobras".
Quería ver una pizca de molestia en el rostro del hombre que tenía delante, pero en
lugar de eso...
"¡Oh, qué delicia! Sr. Tongrak, es tan bondadoso, verdaderamente magnífico. ¿Cómo
supo que tenía hambre?" Si era debido a que habían pasado un día completo juntos y
había logrado entender la esencia de las cosas, Tongrak frunció el ceño bruscamente,
mirando al hombre que con entusiasmo acercaba el plato de arroz hacia él, sin dejar de
elogiar la bondad de Tongrak sin fin.
"Además de ser bonito, es de buen corazón. No solo su piel es clara, sino que su
corazón también es puro. Soy realmente afortunado de poder cuidarlo, Sr. Tongrak...
¡Ups!"
"¡¿Puedes bajar la voz?!"
Los elogios son una cosa, pero ¿por qué gritas como un loco?
Ahora, más de la mitad de las personas en el comedor se volvieron para mirarlos.

Tongrak no podía entender cada palabra, pero los lugareños seguramente sí lo
entendían. Entonces, cuando captó un indicio de algo sobre ser de piel clara, lo fulminó
con la mirada, pero el chico no se detuvo, por lo que tuvo que taparle la boca con una
mano.
"¡¿Cuánto tengo que pagar para que dejes de molestarme, eh?!" El hombre de piel
clara todavía lo miraba fijamente, hablando con tono irritado.
¡Beso!
En ese momento, la esbelta figura se estremeció cuando algo suave presionó contra el
centro de su palma. Cuando la cálida palma agarró su muñeca y se apartó, reveló los
hermosos labios que acababan de tocar el centro de su mano y… los ojos profundos y
agudos, tan profundos como el corazón del océano.
"Un centavo no es suficiente para comprarme, señor", se transmitió un susurro ronco

cuando el dueño de la voz se acercó.
"Si no es suficiente, esto es".
A Tongrak se le puso la piel de gallina, lo que le llevó a retirar la mano rápidamente.

Sus ojos redondos se desviaron sin darse cuenta, sin comprender su propia reacción. Su
corazón latía salvajemente, una sensación que sabía que no era un aleteo de atracción,
ni era un momento de enamoramiento. Pero el breve atisbo de salvajismo en esos ojos
había enviado una ola de calor a través de su cuerpo, que no había sido liberada
durante días, haciendo que su muñeca capturada ardiese.
Tongrak no estaba ciego.
Puede que no le hubiera gustado Mahasamut desde su primer encuentro, pero eso fue
porque estaba irritado en ese momento. Sin embargo, no podía negar que la apariencia
de este hombre era un tesoro de la isla.
Ya fuera su físico robusto, su rico tono de piel que era perfecto o sus rasgos faciales
afilados enmarcados por cejas pobladas, este hombre no emitía la vibra de esos
caballeros en los gimnasios con los que Tongrak se encontraba regularmente. Esta
persona se ganó su constitución a través del trabajo duro, exudando una sensación de
fuerza, crudeza y salvajismo.
Este tipo de hombre era difícil de encontrar.
Y ahora este hombre le estaba diciendo... que podía meter al tipo en su cama usando
suficiente dinero... ¿verdad?
Sólo págale y será tuyo.
Dos pares de ojos se encontraron, uno desafiante, el otro vacilante.
"¿Cuál es tu número?"
De repente, Tongrak cambió abruptamente de tema de una manera que ni siquiera

Mahasamut esperaba. El hombre más prominente lo soltó voluntariamente y le dio su
número de teléfono, que sabía bien que Tongrak había arrugado y desechado el día
anterior.
"Aw, qué pena. Ya le di mi número, pero simplemente ignoró mi nota..."

¡Timbre!
De repente, el teléfono de Mahasamut sonó con una notificación de mensaje, pero antes
de que el hombre bronceado pudiera comprobar la pantalla, repicó el sonido.
"¿Cinco mil son suficientes?"
"¿Sí?"
"Para cambiar la forma en que me hablas".

Preguntó Tongrak con voz agradable mientras su mirada se posaba en la aplicación

bancaria de su teléfono. Acababa de transferir dinero a través de PromptPay al hombre
que tenía delante. Sin esperar respuesta, continuó hablando.
"Siete mil, ¿de acuerdo?"
¡Timbre!
Otros dos mil baht cayeron en la cuenta de Mahasamut.
"O... diez mil."
¡Timbre!
Otros tres mil baht cayeron en la cuenta de Mahasamut y la transferencia se realizó sin
esperar respuesta. Luego, una dulce sonrisa adornó el rostro demasiado bonito para un
hombre, sus dedos se movieron para ingresar otra cantidad.
"¿O tal vez quince mil?"
Si afirma que el dinero no puede comprarlo a menos que sea suficiente, ¿cuánto sería?
Tongrak todavía lucía una dulce sonrisa. Observó al hombre frente a él, que
permaneció inexpresivo, esperando el momento en que estallara en protesta. ¿Quién
podría seguir sonriendo después de haber sido insultado así?
¡Chasquido!
"¿Por qué no es suficiente?"
Tongrak levantó la vista y preguntó con su encantadora voz mientras una gran mano
se acercaba para cubrir la pantalla de su teléfono. Estaba esperando ver la reacción del
hombre que lo había estado avergonzando desde que se conocieron.
El hombre que estaba sonriendo... espera, ¿sonriendo?
Y luego dijo con voz suave...

"Me tiene desde cinco mil, señor".
Y sí, ¡habló con acento normal!
Tongrak quedó desconcertado y miró fijamente al hombre que ahora sonreía

ampliamente, lo que le hizo preguntar en tono desconcertado.
"¿No te sientes insultado en absoluto?"
"¿Por qué habría?" Mahasamut preguntó en broma antes de levantar su teléfono y

agitarlo de un lado a otro.
"Gracias por comprarme, Sr. Tongrak. De ahora en adelante, lo atenderé atentamente

y nunca le quitaré los ojos de encima".
Terminó con una amplia sonrisa que seguramente pondría nervioso a Tongrak.
¡Este tipo debe estar loco!

Capítulo 3
¡No te elegiría, ni siquiera como la última persona viva!
"¿Realmente no vas a comprarme?"
"Vamos, sólo cinco mil más y lo aceptaré".
"Mis servicios siempre dejan a la gente con ganas de más".
Tongrak, que intentaba escapar por la suave arena de playa, se detuvo en seco, incapaz
de contener su frustración, y se giró para enfrentarse al persistente imbécil que lo
seguía, con sus ojos color miel brillando con provocación.
¡¿Cómo puede este tipo ser tan descarado?!
El joven tuvo que admitir que fue él quien huyó. Tan pronto como Mahasamut aceptó
hablar con normalidad, soltó que no quería tener nada que ver con él. ¿Y qué dijo
Mahasamut a eso?
"No puedo, señor. Ya tomé el dinero. Connor es mi cliente habitual, no un transeúnte.

No importa cómo lo mires, tengo que priorizar a mis clientes habituales... ¿verdad?"
La última frase se planteó como una pregunta como diciendo: ¿por qué no puedes
entender algo tan simple? Esto dejó a Tongrak perdido, lo que lo impulsó a levantarse
de su asiento, sin querer seguir conversando. ¡Si Mahasamut no se va, él lo hará!
Pero en lugar de escapar a la tranquilidad, el imbécil que debería haberse contentado

con sus sobras corrió tras él, convirtiendo la playa en un escenario de persecución. Y
como si Tongrak no estuviera lo suficientemente irritado, el hombre más grande
continuó publicitándose.
"El primer paso para vender algo es hacer que la gente sienta que lo necesita".
"Cierto."
"Y nadie te quiere aquí, así que piérdete".
Respondió Tongrak, mirando al hombre más alto. Se sintió molesto por verse eclipsado
físicamente y se preguntó si alguna vez se había sentido inferior en su vida. Incluso
con Connor, que era tan grande como un gigante, nunca había tenido miedo. Entonces,
¿por qué sentía tanto frío y calor bajo la mirada de este hombre común y corriente que
lo miraba con una sonrisa?
"¿No estás cansado?" Mahasamut respondió a la pregunta con otra pregunta.
Tongrak, con una mirada fría y aguda, frunció el ceño, sin entender lo que quería decir.
Mahasamut se rió suavemente, su voz profunda resonó. La figura alta se acercó un

paso más a Tongrak, el fresco aroma del mar flotando hasta la punta de su nariz.
Este hombre olía igual que su nombre, el océano.
"Quiero decir, con la cabeza tan alta, ¿no se te cansa el cuello?"
“¡!”
¿Cómo podría Tongrak no sorprenderse cuando una mano grande de repente tocó con
un dedo... su mejilla?
Ahora tenía treinta años. Nadie lo había tratado como a un niño en tanto tiempo. Y
entonces el chico se atrevió a preguntar: '¿Te duele el cuello de verte tan altivo?
¡Smack!
"No es asunto tuyo."

"Oh, vamos. Sólo estoy preocupado. Desde que te conocí, sólo te he visto con dos
expresiones", dijo Mahasamut, levantando la mano para contar con los dedos.
"Orgullo y timidez".
"¡Quién es tímido!" Eso fue todo lo que necesitó Tongrak para soltar sin pensar.
"Ah, tres. Furioso también. Si siempre estás haciendo muecas de enojo, es posible
que te quedes estancado así. Así que ten cuidado".
"Es mi asunto."
Tongrak no pudo evitar tocarse la mejilla.
"¿Y bien? Tu asunto también es mi asunto. Estoy cuidándote -ups, cuidándote

mientras estás aquí. Tengo que prestar atención a tu estado de ánimo. Solo me
preocupaba que pudieras lastimarte el cuello. No te hagas una idea equivocada.
Pobre Mut, tenía buenas intenciones, pero crees que lo ha hecho con malas
intenciones. ¡Rayos!" El hombre más grande suspiró deliberadamente y sacudió la
cabeza como si fuera el chivo expiatorio.
Su comportamiento era tan molesto que irritó a Tongrak.
¿Por qué no entendió lo que el tipo decía incluso cuando Mahasamut hablaba en
dialecto normal?
"Muy bien, por el bien de tu precioso cuello, lo explicaré en términos simples..."
"¡No lo hagas!" No, no actuó como un niño, pero simplemente no pudo soportarlo
más.
"Maldita sea, eres tan terco", suspiró Mahasamut de nuevo, mirando a Tongrak como
si tuviera tres años. Tongrak abrió la boca para replicar, pero fue interrumpido.
"Estás aquí para trabajar, ¿verdad?"
"¿Y?"
"Te llevaré a todos los lugares donde necesites información, ya sea en el agua, en
tierra o en cualquier lugar de esta isla. Lo haré. Es mejor que tengas un local contigo,
¿verdad?"
"No…"
"Y como sabes, tu amigo Connor me contrató para cuidarte. Ya me pagaron y creo en
el 'dinero ganado', trabajo hecho. Si no me dejas hacer mi trabajo, tendré que
devolverte el dinero a Connor. Pero ya les dije a todos que estoy contratado por dos
semanas, ya todos han contratado a alguien más. ¿No puedes simpatizar con un
hombre que apenas se las arregla?”
Si bien Tongrak quiso discutir desde la primera frase, empezó a guardar silencio.
Si alguien quisiera tener lástima de ese loco, que lo haga. Pero no él.
"Pero lo importante es: ¿conduces una motocicleta?"
“...”
La expresión de Tongrak probablemente respondió a la pregunta mejor que las

palabras.
Eso fue todo lo que hizo falta para que Mahasamut pareciera aún más comprensivo.
"¿Te das cuenta de que aquí no hay autos para alquilar, solo motocicletas? Vaya,
parece que si no viajas conmigo, no podrás ir a ningún lado".
¿No podría ya darle un puñetazo a esa cara engreída?
El hombre de piel clara apretó los puños, tratando de pensar en algún insulto que
hiciera sentir algo a este imbécil, pero antes de que pudiera…
El hombre más grande se acercó un paso más, sus rostros casi se tocaban, una risa
brillando en sus profundos ojos negros como el mar en la noche. Mahasumut se
inclinó, acompañado por una voz profunda que decía:
"¿Quién dice que nadie está buscando mis servicios aquí? Tengo un montón de
servicios bajo la manga, sabes".
Maldita sea, ¿por qué su corazón dio un vuelco?
Definitivamente se había estado descuidando durante demasiado tiempo.
Tongrak se tranquilizó, manteniendo el contacto visual, aunque sabía que la persona

frente a él estaba observando su reacción, desde la punta de la nariz hasta los labios y
luego nuevamente hasta los ojos.
Sabía lo que significaba esa mirada.
¿Debería seguir el juego?
Una parte de él vaciló, pero su cuerpo se movió primero. Su mano estaba a punto de
descansar sobre el amplio pecho cuando…
"Oh, ahora quieres comprarme, ¿eh?"
Mahasamut se acercó y bromeó con un susurro mezclado con una risa.

Eso fue todo lo que hizo falta para que el calor subiera al rostro de Tongrak. No era
timidez ni nerviosismo sino vergüenza por haber bajado la guardia por un momento. Y
mira al chico, con esos ojos brillantes que suplicaban ser sacados y ese tono burlón
como si supiera que Tongrak estaba a punto de ser barrido. Hizo que Tongrak fuera
derrotado una vez más.
Y fue suficiente para que Tongrak empujara a Mahasamut con todas sus fuerzas.
Entonces, Tongrak, con el rostro sonrojado, habló alto y claro: "¡Incluso si fueras el
último hombre en la Tierra, no te aceptaría!".
Después de eso, Tongrak se dio la vuelta y se alejó, queriendo alejarse lo más posible
de ese hombre exasperante. Sin embargo, sus oídos todavía captaban los ecos de la risa
que lo seguían, sacudiendo su corazón.
"Recordaré esto".
¡Sí, haz eso!
"Oye, si caminas así te vas a caer"
"¡No seas entrometido!"
Era asunto suyo. No es necesario que nadie más intervenga...
¡Ruido sordo!
Cuando se giró para alejarse, su pierna maldita se enredó en el dobladillo de sus

pantalones, enviando al apuesto hombre de cara al suelo arenoso antes de que pudiera
terminar el pensamiento en su cabeza.
El silencio envolvió toda la playa, tan profundo que si un pez hubiera saltado, Tongrak
lo habría oído con ambos oídos...
"Jaja, esa caída fue otra cosa, ¿eh?"
Qué vergüenza, con las risas resonando por toda la playa, haciendo que el rostro del
hombre caído ardiese de vergüenza, todo su cuerpo temblara y sus orejas se pusieran
rojas. Sabía que debía estar tan rojo como un camarón hervido.
Piernas estúpidas, ¿¡qué diablos ahora!?
Tongrak pensó con irritación, pero no esperó a que el grandulón se lo frotara. Se

levantó rápidamente, sin importarle la arena que lo cubría, y salió disparado en la
dirección opuesta.
"Oh, ¿estás huyendo de tu vergüenza?"
¿Quién está avergonzado? ¡Solo estaba tratando de caminar!
Por supuesto, Tongrak no pensó en retroceder y responder. Sus piernas se movieron

más rápido, dejando sus mejillas rojas y sus ojos brillando de frustración.
Incluso después de que Tongrak desapareciera de la vista, el hombre que había

observado la figura nerviosa no pudo evitar soltar otra gran carcajada, mientras su
gran mano se apartaba el pelo oscuro de la cara.
"Eso fue increíblemente lindo."
Ya fueran sus mejillas hinchadas, sus labios rojos o sus ojos húmedos, parecía un niño
tratando de contener las lágrimas.
Khom le había dicho que Tongrak era tan bueno, tan capaz, tan respetable y tan adulto.
Pero hasta el momento no había visto nada de eso. Todo lo que vio fue un gato
malhumorado que seguía siseando.
Y le gustaban los gatos que daban pelea.
Ese fue el pensamiento del hombre que regresó al comedor para continuar su comida
sin prisas.
Considerémoslo dándole a la belleza la oportunidad de recuperar la compostura. Él era un buen

tipo de todos modos, je.
¡BAM!
"Estas piernas torpes, ¿por qué no pueden tropezar en otro lado?"
Tan pronto como entró en la habitación, levantó la mano para cubrirse la cara y se la
frotó vigorosamente, completamente avergonzado. La sensación de su rostro
golpeando el suelo arenoso era inconfundible, e incluso tenía en su mente una
repetición del incidente a cámara lenta, como si fuera una escena filmada a cincuenta
fotogramas por segundo.
"¡¿Por qué tuve que caer delante de ese hombre?!"
Tongrak gimió y se sentó en el suelo.
"Basta, Rak. Déjalo ir. Lo hecho, hecho está..."
"Ja ja…"
Si tan solo no hubiera el sonido de una risa burlona resonando en sus pensamientos.
"Suficiente, Rak. Deja de pensar en eso. Trabaja. Canaliza tu frustración en tu

trabajo". Después de intentar convencerse a sí mismo de que no se había caído, fallado
o se habían reído de él, Tongrak se sentó en la mesa y encendió su computadora
portátil, con la intención de ajustar su estado de ánimo con el trabajo porque tenía un
nuevo villano en su historia.
El tipo imbécil que merecía ser cebo para tiburones.
Pensó Tongrak, listo para desatar su ira sobre el teclado. Pero tan pronto como abrió el
documento que había dejado sin terminar, el fuego de venganza en sus ojos se apagó
instantáneamente porque lo había olvidado...
"Es la escena de amor, ¿eh?"
Sí, estaba atrapado en la escena de amor.
Un pensamiento que hizo que Tongrak suspirara con cansancio.
Allá vamos de nuevo, otra escena como esta.
"¿Debemos pedir una tregua, señor Tongrak?"
Pasaron dos días después de la caída en la playa. Durante estos dos días, Mahasamut
encontró diversión y cariño en Tongrak, quien se esforzó con todas sus fuerzas en
ignorar su existencia.
No importa lo cerca que Mahasamut intentara estar con él, el hombre apuesto, a quien
Mut definió como bonito, ni siquiera miraba en su dirección, como diciendo:
"Adelante, sigue haciéndolo si puedes, pero no esperes que el señor Tongrak te
preste atención.” Y ahora, el tipo grande estaba sentado con los brazos cruzados en la
misma mesa del comedor, observando a la belleza que estaba absorta en su

computadora portátil personal.
Ni siquiera una mirada, maldita sea.
Parece que todavía estaba tímido por la caída.
"¡Señor Tongrak, hey! Señor Tongrak, señor, ¿puede oírme?"
Aunque Mut podía ser un imbécil molesto con mala boca, eso no significaba que
interferiría con alguien que estaba concentrado en su trabajo. Al principio, cuando vio
a Tongrak cargando una computadora portátil para sentarse en el comedor con vista a
la playa, pensó que la otra parte estaba trabajando. Pero más allá de mirar la pantalla y
leer, podía contar con una mano la cantidad de veces que esos delgados y hermosos
dedos tocaron el teclado.
Pensó y miró al hombre que tenía delante...
Así que ésta era la belleza que Khom había elogiado tanto.
No era sólo la estructura facial bien definida o la figura esbelta lo que era un placer
para la vista.
Los ojos de Mahasamut se posaron en el cuello blanco que mantenía en alto incluso
mientras trabajaba, el cabello despeinado que le rozaba el rostro y las elegantes gafas
que combinaban con la tez suave y clara. Sus ojos agudos continuaron siguiendo hasta
la tentadora clavícula. Vio esos delgados dedos descansando sobre el teclado.
¿Estaría mal si sintiera la necesidad de besar esas hermosas yemas de los dedos sólo
una vez? Ah, y tal vez también los mordisquee un par de veces.
Sin embargo, incluso cuando Mahasamut hizo un sonido, la belleza, todavía mirando
la pantalla, no mostró ninguna reacción. Sólo las delgadas cejas se fruncieron y los
dientes mordieron el labio inferior hasta que el tono rojo se extendió por los labios.
Tongrak parecía molesto por algo, y Mahasamut no se engañó pensando que no era
por su culpa.
Y eso hizo que el observador desviara descaradamente su mirada hacia la pantalla…
…Los ojos penetrantes miraban fijamente las lágrimas que corrían por las mejillas
sonrojadas, sintiendo un dolor agudo en el pecho sin motivo alguno. No entendía por
qué le dolía, por qué quería extender la mano y abrazar a la pequeña figura, por qué no
podía soportar las lágrimas. No entendió nada...
Mahasamut leyó el último párrafo que Tongrak había dejado sin terminar.
Sus agudos ojos se volvieron hacia el escritor, que seguía sentado inmóvil como
perdido en un pensamiento lejano.
"¿Qué es exactamente el amor?" murmuró para sí mismo.
Esa fue la última frase del texto.
Su encantador rostro estaba teñido de frustración, sus ojos color miel miraban
distraídamente la pantalla como si estuviera perdido en sus propios pensamientos.
¡Golpe!
En el momento en que alguien cerró abruptamente la pantalla que tenía delante,

Tongrak se sobresaltó ligeramente como si acabara de despertar de un sueño. Sus ojos
color miel parpadearon rápidamente sorprendidos. Se giró para ver quién se atrevía a
interrumpirlo mientras trabajaba, y eso hizo que el chico lindo se detuviera.
¿Por qué estaba poniendo esa cara?
Sus ojos penetrantes... mostraban preocupación.
Pero fue sólo por un segundo antes de que una irritante sonrisa apareciera en su rostro
una vez más, y su voz profunda, mezclada con burlas, regresó.
"Se me resbaló la mano."
Tongrak parpadeó para recuperar la compostura, dándose cuenta de que debería estar
enojado por esta intrusión durante su trabajo.
Pero él... no pudo reunir la ira.
"¿Nunca nadie te ha dicho que no molestes a alguien cuando se está concentrando?

Ni siquiera sabes acerca de los modales básicos".
¿Y el oyente parecía avergonzado? Para nada. En cambio, respondió con una amplia
sonrisa.
"Solo soy un chico de campo. ¿A quién le importan los modales? Además, ni

siquiera estás prestando atención a lo que digo. Eres malo".
Fue entonces cuando Tongrak se dio cuenta de que había estado ignorando a este
hombre molesto.
La idea hizo que Tongrak quisiera volver a subir la pantalla del portátil, pero...
Una mano grande presionó la suya, impidiéndole trabajar, e hizo que la ceja de
Tongrak se moviera.
"Suéltame. ¡Necesito trabajar!"

"¿Qué trabajo? Simplemente estás dejando la pantalla encendida, desperdiciando

electricidad".
"Ese es mi problema."
Dijo pero se detuvo cuando vio al hombre frente a él mirándolo como si buscara algo.
Su mirada pareció leer su mente, haciendo que Tongrak desviara la mirada

involuntariamente.
"Necesitas tomar un descanso".
“...”
No hay necesidad de preocuparse, no hay necesidad de responder. Al final se aburriría.
Mahasamut simplemente se encogió de hombros con indiferencia.
"Salgamos en su lugar".
Sólo decir que no sería suficiente para Mahasamut. El joven se levantó y levantó a
Tongrak sin esperar a que protestara. Mahasamut rápidamente agarró su computadora
portátil.
"¡Devuélveme eso!"
"Te dije que necesitas un descanso. Vamos, te llevaré a ver algo grandioso".
No solo estaba diciendo, ya que el hombre corpulento rápidamente sacó al escritor a

rastras. Mahasamut era muy consciente del motivo de tal acción.
Simplemente no le gustaba la expresión de dolor en los ojos del hombre mientras

miraba la pantalla.
Si estaba atormentado por lo que estaba haciendo, hubiera sido mejor para él encontrar
otra cosa que hacer.
Si bien Tongrak estaba enojado e irritado, era extraño que no se resistiera e incluso
sintiera una sensación de alivio de que alguien tan molesto estuviera a su lado.
Quizás fue por esa frase.
Una frase que él mismo había escrito.
'¿Qué es exactamente el amor?'
Era absolutamente lamentable que un novelista como él todavía no tuviera una

respuesta.
Tongrak llegó a esta isla por dos motivos.
Uno... por supuesto, fue engañado por un amigo.
Dos... tenía la intención de encontrar inspiración para su última novela.
El joven admitió que no esperaba gran cosa. El mar era sólo el mar. Incluso si fueran las
Maldivas, todavía era solo el mar, y él no era alguien a quien le encantaría el océano
como su amigo cercano. Por lo tanto, estaba molesto por haber sido arrojado a un bote
(sí, ese tipo realmente lo arrojó a un bote) hasta que sus bellos rasgos se torcieron con
irritación, esperando el momento para regañar a la persona que lo trajo aquí,
preguntándose si esto era todo lo que había que hacer. Había visto mares más bellos y
estaba cansado de ellos.
Sin embargo, cada maldición y cada insulto fueron tragados cuando un barco de
tamaño mediano zarpó rápidamente del puerto pesquero, cortando el agua tan clara
como el cristal, revelando los arrecifes de coral debajo. La brisa fresca, fragante con el
olor del mar, trajo una sensación refrescante que increíblemente eliminó la irritación de
su corazón.
La vista del vasto océano encontrándose con el brillante horizonte azul era hermosa.
Tan hermosa que las comisuras de su boca se curvaron involuntariamente hacia arriba.
Era extraño cómo sólo el viento que soplaba en su rostro podía hacerlo sentir tan
inesperadamente bien.
"Quédate quieto, ¿quieres? El barco no es grande. Intenta mantener el equilibrio".
Acababa de asomarse para mirar el mar por un momento cuando el barquero le gritó,
lo que hizo que volviera a agacharse. Si no fuera por el hecho de que estaban solos en
medio del mar, habría sacudido el barco.
Tongrak decidió permanecer en silencio, tal como lo había hecho durante los últimos
días. Simplemente se giró para contemplar el mar, con los ojos cerrados, dando la
bienvenida a la brisa fresca que improbablemente levantó su espíritu.
Para cualquier espectador, su sonrisa era evidente.

Se veía mucho mejor que cuando estaba frente a la pantalla de su computadora.
Pensó Mahasamut. Quería burlarse de Rak, pero considerando la pequeña sonrisa que
adornaba los labios de Rak, pensó que no estaría de más disfrutar la vista un poco más.
Por ahora, podría postergar cualquier confrontación.
Rrrr
En ese momento, sonó el teléfono de Rak, sobresaltándolo. Rápidamente lo tomó para

revisar la pantalla, con el ceño fruncido.
"¿Qué pasa, Mook?"
¿Quién es ese?
No quería ser entrometido, pero casualmente escuchó su conversación.
"¿Qué? No puedo oírte. La señal es terrible. Di eso de nuevo", dijo Rak, tratando de
moverse en busca de una mejor señal, pero la voz al otro lado de la línea permaneció
confusa y luego se cortó por completo mientras se dirigía a la proa del barco.
"No hay señal en ninguna parte, ¿sabes? Estamos en medio del mar".
"Solo ocúpate de tus propios asuntos", murmuró Rak con una mirada.
"Vamos, sólo estoy tratando de ayudar".
"¿Quién quiere hablar contigo?"
"Bien para mí." Mahasamut se encogió de hombros y cerró la boca, observando cómo
la otra persona seguía buscando una señal en vano hasta que la llamada se cortó y se
volvió a marcar varias veces.
La atención de Rak estaba tan concentrada en su teléfono que no se dio cuenta de que
el barco se había detenido en medio del mar.
¡Splash!
Fue entonces cuando un sonido como el de algo grande cayendo al agua llamó la
atención de Rak, y sus ojos se abrieron en estado de shock. La persona que debería
haber estado al mando se había sumergido en el agua fría. Rápidamente guardó el
teléfono en su bolsillo y se apresuró a ir a la parte trasera del barco, pero todo lo que
vio fueron las burbujas en la superficie.
¿Mahasamut cayó al agua?
"Maldita sea. No hay manera", Rak sintió una oleada de ansiedad brotando dentro de
él.
Aunque una parte de él pensaba que Mahasamut era como un hijo del mar, y se jactaba
con tanta confianza de que era hábil y conocía cada lugar del mar, ¿cómo podría esa
persona caer al mar? Un pensamiento pasa por la mente de Rak, preguntándose si lo
han dejado aquí a propósito.
El joven intentó mantener la calma, pero un solo minuto le pareció una eternidad.
¿Había pasado sólo un minuto o varios minutos?
"Mahasamut, esto no es gracioso."
Tongrak se asomó por la borda del barco, pero no pudo ver ni rastro del hombre
grande. Su voz clara comenzó a temblar notablemente.
Sus piernas lo llevaron apresuradamente a la popa del bote, tratando de mirar hacia
afuera y ver hacia dónde había desaparecido el gran hombre, incluso cuando su
corazón se hundió.
Aquí no había señal. ¿A quién podría llamar para pedir ayuda?
Tongrak escaneó los alrededores y no vio nada más que mar, océano y más agua hasta
que su corazón tembló rápidamente.
"No seas así", Tongrak se muerde el labio.

“¿Dónde estás?”
“¡Mahasamut! ¡Mut!”
Esta sea probablemente la primera vez que había llamado el nombre del molesto
hombre en voz alta.
Sin importar cuánto le desagradara, no quería ver a este hombre ahogarse.
A su izquierda, todo lo que había era el mar. A su derecha, todo lo que había era mar
tambien, su ansiedad se condensó en… lágrimas.
Ssh… Ssh…
Pero solo el silencio respondió a su llamado, mezclándose con el sonido de las olas en
sus oídos.
“¡Mahasamut, sal de ahí ahora!”
Splash
Fui ahí cuando Tongrak escuchó el sonido del agua en el otro lado del bote. Se
apresuró hacia ahí, sin importarle el movimiento del bote, esperando solo ver al
molesto hombre salir del agua.
“¿Alguna vez has comido erizos de mar en medio del oceano?”
Y allí estaba él, el mismo hombre todavía ofreciendo una sonrisa burlona, sosteniendo
sobre el agua una bolsa de red llena de varios erizos de mar.
Pero Tongrak no respondió. Sólo el silencio respondió a esa pregunta porque...
"¿Estás llorando?"
La imagen de un joven apuesto con ojos brillando con lágrimas claras hizo que el tipo
que se lanzaba en busca de pilluelos se detuviera en seco. Mahasamut arrojó
rápidamente su bolso hacia arriba y luego su alto cuerpo se agarró a la borda del barco
y salió del agua. Movió las piernas hacia el interior del barco con rápida agilidad.
Splash...
El agua de mar fría que empapó a Mahasamut salpicó la cubierta del barco, y algunas
gotas incluso cayeron sobre Tongrak. Pero en ese momento a nadie le importó porque
las claras lágrimas en sus ojos llamaron toda la atención.
Empezó a darse cuenta de algo.
"Oh, ¿estabas preocupado por mí? Te vi al teléfono, así que no quise interrumpir. De
lo contrario, podrías decir que no tengo buenos modales." Mahasamut trató de
bromear como lo había hecho en los últimos días. Sin embargo, esos ojos color miel
todavía lo miraban fijamente, los labios apretados con fuerza, pálidos de preocupación,
haciendo que el hombre del sur se diera cuenta.
Su voz profunda se suavizó.
"¿Te asusté?"
“...”
"Estoy bien."
“...”
"Mira, estoy perfectamente bien".
“...”
Cuando Tongrak no respondió, Mahasamut habló aún más suavemente.
"Lo siento. Por favor, no llores".
Eso fue lo que hizo que Tongrak se diera cuenta de que estaba al borde de las lágrimas.
"Déjame secarte las lágrimas".
Mahasamut se acercó para hacer precisamente eso, pero en ese momento….
¡Slap!
Una palma blanca golpeó el rostro de Mahasamut con toda su fuerza, acompañada de
un grito.
"¡Pensé que te habías ahogado! Pensé que no volverías a salir. Pensé que estabas...
muerto", Tongrak soltó la última palabra, el miedo de ese momento recorrió su pecho.
"¿Este tipo de broma es realmente tan divertida para ti? Incluso si te odio a muerte,
no significa que quiera verte muerto. ¿Y quieres verme morir de un ataque al
corazón, eh? Estás loco". ¡No me abraces, maldita sea, déjame ir! Tongrak, que había
estado gritando, comenzó a luchar cuando Mahasamut de repente lo abrazó. Dos
brazos rodearon con fuerza su esbelta cintura mientras otro presionaba la parte
posterior de su cabeza sobre un hombro húmedo.
"Lo siento, estaba equivocado."
No le importaba si Mahasamut se enojaría por haber sido abofeteado, ni tampoco le

importaba la posibilidad de que le devolvieran el golpe. Sólo quería desahogar su ira
contra esta persona que había hecho algo tan tonto. Pero la respuesta del hombre más
grande no fue más que una voz profunda que claramente transmitía un sentimiento de
culpa susurrándole al oído,
"Lo siento, Sr. Tongrak."
Y eso transformó la lucha en nada más que un cuerpo debilitado apoyado contra un
amplio pecho, acompañado de la voz profunda que seguía susurrando.
"Todo es culpa mía. Por favor, perdóneme".
En medio de las agitadas olas del mar, Tongrak se permitió caer en los brazos del
hombre que había jurado que nunca aceptaría, incluso si ese hombre fuera la última
persona en la tierra.
Capítulo 4
Maneras deliciosas de cenar
"¿Está preocupado por mí?"
"No, no lo estoy."
"¿En serio? Pero estabas llorando."
"¿Quién estaba llorando? Yo no."
Después de dejar que el gran hombre lo abrazara y lo consolara en medio del bote
durante bastante tiempo, Tongrak se dio cuenta de que no solo había llorado
fácilmente, sino que también estaba abrazado por su adversario. Esto le hizo alejar
rápidamente su cuerpo húmedo un paso atrás para sentarse tranquilamente en la parte
delantera del barco. Se cruzó de brazos y giró la cara, tratando de ocultar sus mejillas,
que ardían de vergüenza.
¡No podía creer que llorara así!
Estaba tan asustado que abofeteó al hombre con toda su fuerza.
Ese fue el pensamiento que tuvo mientras miraba a Mahasamut, pero esos ojos agudos
lo habían estado observando todo el tiempo, lo que hizo que Tongrak rápidamente
desviara su mirada una vez más.
Fue tomado completamente por sorpresa.
Y entonces ahí estaba él... diciendo: 'Lo siento, me equivoqué...'

En los pocos días desde que se conocieron, esta era la primera vez que escuchaba un
tono de voz suyo que no era provocativo, molesto o que intentaba hacerle hervir la
sangre. Era una voz suave y profunda, teñida de genuino remordimiento, que
lentamente disolvió su ira.
Mahasamut se equivocó, pero también se equivocó al abofetearlo así.
Y también con toda su fuerza.
El hombre de comportamiento orgulloso lanzó otra mirada a la mejilla del hombre

sureño. Una disculpa estaba atascada en su garganta, a pesar de que se decía a sí
mismo desesperadamente que no se había equivocado en absoluto y que no necesitaba
disculparse. ¿Quién estaba jugando a un juego tan infantil que lo asustaba tanto?
Incluso esto tuvo muy pocas consecuencias.
Pero si preguntara, este tipo seguramente se quejaría de lo mucho que le dolía.
Y afortunadamente, en ese momento, Mahasamut no estaba usando ese tono

reconfortante de antes. Estaba agradecido de que el otro hombre hubiera vuelto a su
tono burlón y molesto, incluso añadiendo un poco de
bromas juguetonas, que le dieron el coraje para replicar en lugar de sentirse
mortificado. Pero no es que tuviera que estarle agradecido al chico.
"Sí, señor Tongrak, el hombre capaz no desperdiciaría lágrimas en un chico de

campo como yo, ¿verdad?"
"Deberías saber eso."
"Eso es tan cruel".
Maldita sea, Mahasamut alzó la voz como si fuera un niño que acaba de llegar a la
pubertad.
¿Debería abofetearlo otra vez?
“¡!”
"¡¿Por qué te quitas la camisa?!"
Y en el momento en que el señor escritor estaba decidiendo si dar algunos golpes más,
Tongrak dejó escapar un fuerte grito cuando de repente el hombre sureño de piel
oscura se quitó casualmente su camiseta empapada, revelando un físico bien definido.
Mientras la camiseta mojada se pegaba a su musculoso cuerpo, Tongrak podía

imaginar lo que había debajo de la tela. El estrecho contacto con el abrazo de
Mahasamut le dijo mucho sobre la fuerza de sus músculos y el calor que transformaba
el agua fresca del mar en una sensación reconfortante.
Lo sabía y lo sentía, pero fingía que no le importaba.
Pero este momento fue diferente.
Tongrak observó cómo unas manos grandes agarraron el dobladillo de la camisa y se la

quitaron fácilmente, revelando un cuerpo fuerte con un pecho amplio, músculos
bellamente definidos y brazos fuertes con contornos visibles. La piel oscura acentuaba
su masculinidad, y sus ojos color miel no pudieron evitar vagar hasta su estrecha
cintura, deteniéndose en las profundas líneas en V que desaparecían en los pantalones
caídos en las caderas. Incluso notó el cabello oscuro, lo que lo tentó a jugar con él.
¿Qué está mal contigo, Rak?
Tongrak quería darse una bofetada muy fuerte.
Sus hermosos ojos recorrieron el prominente bulto debajo de los pantalones y luego
rápidamente regresaron hacia arriba.
Y ahí estaba él.
Mahasamut lo estaba mirando.
Ahora los ojos de Mahasamut brillaban con tan buen humor que las mejillas de
Tongrak se sonrojaron de calor.
"Mi camisa estaba toda mojada".
No sólo sus ojos eran tan inocentes que era obvio que estaba fingiendo, sino que su voz
profunda era tan inocente que resultaba exasperante.
¡Definitivamente sabía lo que estaba pensando Tongrak!
"¿Y quién te pidió que te tiraras al agua?" Murmuró Tongrak, evitando el contacto
visual.
Tongrak se sintió molesto. Tuvo su primera relación sexual con un hombre en la

escuela secundaria y, en la última década, había visto y estado con todo tipo de chicos,
incluidos los de constitución fuerte.
Había conocido a tantos hombres bien formados que se aburría.
Incluso mientras se reprendía a sí mismo, Tongrak conocía bien sus propias razones...
Le preocupaba poder estar viendo a la otra parte como algo más que un simple
conocido casual.
Después de haber declarado que incluso si fuera el último hombre en la tierra, Tongrak
nunca se llevaría a Mahasamut a la cama, solo habían pasado unos días, y ¿quién
habría dejado que este loco se burlara así de él?
Tongrak no quería admitir que un físico como ese merecía ser el representante OTOP
de la isla.
"Te dije que te mostraría algo bueno".
"Erizos de mar, ¿eh? Estoy harto de ellos".
"¿Alguna vez los has comido frescos del mar? Si fueran más frescos, tendrías que
sumergirte y comértelos allí mismo, ¿sabes?", Bromeó Mahasamut, luciendo
complacido al ver las mejillas del otro sonrojarse.
"No tengo hambre", pero aun así, el testarudo no quería admitir su derrota.
"Oh, vamos. Sólo has tomado una taza de café desde la mañana. Por eso no estás
creciendo".
"Oye, dije que no tengo hamb..."
¡Gruñido!
Tongrak tenía muchas ganas de saltar al agua.
Tenía que culpar a su cuerpo por ser demasiado honesto, gritando que una sola taza de
café no era suficiente para discutir con este hombre bromista. Tan pronto como su
estómago gruñó, un fuerte estallido de risa resonó en el agua azul brillante,
reflejándose en la superficie y resonando en la cabeza de Rak.
¿Cuántas veces lo habían tomado por sorpresa desde que llegó aquí?
"Ahí, ahí, te lastimarás el cuello. Cada vez que te avergüenzas, levantas la barbilla
muy alto, ¿sabes?"
"¡No seas entrometido!" Tongrak se tocó el cuello y se volvió para mirar a Mahasamut
con irritación.
¿Qué es tan gracioso?
Pensó de mal humor el hombre bonito, mirando a Mahasamut, quien seguía riendo
alegremente mientras reiniciaba el motor del barco, provocando que sus delgadas cejas
se fruncieran sin darse cuenta.
Mahasamut debió haber notado la mirada de perplejidad cuando la voz del joven se
suavizó.
"Iremos a una playa cercana. No estás acostumbrado al mar. Me preocupa que te

marees".
Tongrak estaba casi listo para mirar al hombre del sur con un poco más de favor si no
fuera por la siguiente frase….
"No quiero limpiar tu desorden".
"Boca inteligente." El joven escritor apretó los dientes.
¿Y cómo respondió el molesto?
"Boca inteligente con cara bonita, todo el paquete".
Maldita sea, ¿cómo puede estar tan lleno de sí mismo?
Al ver que discutir no lo llevaba a ninguna parte y sintiendo la derrota, Tongrak giró la
cara para indicar que la conversación había terminado. Y una vez más, escuchó la risa
llegar a sus oídos.
¿Qué es tan gracioso?
Se preguntó, escuchando el motor del barco zumbando junto con el sonido del mar.
Observó cómo el barco surcaba las olas, dejando un rastro de espuma blanca, y dejó
que la brisa fresca le golpeara la cara. No pudo evitar sentir que estar en el barco en
movimiento era mejor que simplemente flotar sin rumbo en medio del mar.
Su mirada se dirigió una vez más al hombre que dirigía el barco.
El tipo grande, vestido solo con un par de pantalones cortos, mostró la parte superior
de su cuerpo, lo que podría distraer a muchos. Pero Tongrak
estaba más interesado en la mirada seria en los ojos del hombre cuando no estaba
bromeando, enfocado al frente.
Mahasamut tenía una vibra áspera e indómita que exudaba masculinidad por cada
poro. Fue suficiente para que Tongrak se sintiera extrañamente atraído por este
hombre.
Cuando se abrazaron fue sólo por curiosidad.
Sólo tenía curiosidad sobre... cómo se sentiría tener sexo con este hombre.
¿Sería salado como el mar que se queda en la punta de la lengua, o muy caliente que
deja el cuerpo aturdido?
Tongrak sólo tenía curiosidad... eso es todo.
"Abre la boca", dijo.
"No lo comeré. Está sucio".
"Eso es duro. Fui a lavarme las manos".
"Si por lavar se entiende sumergirlos en el mar, ¡eso no se llama lavar!"
"Vamos, el agua salada es antiséptica".

Una vez más, Tongrak deseó poder borrar sus pensamientos anteriores... que realmente
se preguntaba cómo sería el sexo con este loco, ¡uf! ¿De verdad?
Este loco lo llevó a una playa de arena desierta, donde ni siquiera se veía un pájaro,
sólo pequeños cangrejos fantasma correteando por la arena.
Era cierto que estar en tierra era menos vertiginoso que estar en medio del mar, pero
¿qué pasaba con él sacando un cuchillo y unas tijeras para cortar las espinas afiladas de
un erizo de mar, arrancando la carne amarilla cremosa que solo había comido en
restaurantes elegantes, y se lo lleva a los labios, seguido de la excusa más absurda.
"Olvidé traer una cuchara o palillos".
¡Pero él trajo un cuchillo y unas tijeras!
"Vamos, come un poco. Bajé hasta lo profundo para traértelo".
"¿Pero, quién te pidió que hicieras eso?"
"Lo hice yo solo. Inténtalo. Te garantizo que olvidarás todo el erizo importado que
hayas probado".
Tongrak estuvo a punto de negarse nuevamente, pero no tuvo la oportunidad.
"¿No tienes hambre?" Esos ojos penetrantes que lo miraban con complicidad hicieron
que el hombre hambriento frunciera los labios.
"Te lo ruego. Tómalo por mí, por favor."
Realmente no quería comer.
Pero justo cuando Tongrak estaba a punto de extender la mano y tomarlo, una mano
grande se apartó y los dedos de punta amarilla con el erizo colgaron hacia sus labios.
"¿Por qué ensuciarse las manos?"
Había un millón de razones que Tongrak podría haber dado para explicar por qué
debería ensuciarse las manos, pero por alguna razón, sus hermosos labios rojos se
abrieron, permitiendo que los dedos de Mahasamut se acercaran. Tal vez fue por esos
ojos penetrantes que tenía delante, o tal vez por su curiosidad por saber a qué sabía.
No el erizo, sino... este hombre.
Tongrak tenía la intención de simplemente mordisquear el erizo de mar, pero...
El dedo largo empujó hacia adelante, rozando sus labios. La carne de color amarillo
cremoso tocó su lengua, extendiendo el sabor salado del mar por toda su boca. Luego,
una dulce jugosidad aplicada a todas sus papilas gustativas. Sin embargo, su delicia no
era tan intrigante como... los dedos jugando con su boca.
El dedo grande permaneció allí mientras los ojos color miel se movían para encontrarse
con su mirada.
Toda una vida de experiencia le dijo lo que significaba esa mirada.
Este hombre lo quería.
Debajo de esos ojos intensos, Tongrak vio pasar un destello de deseo. Esos ojos estaban
fijos en su boca, todavía como esperando ver su reacción, haciéndole pensar en un
depredador esperando a su presa. Y, por extraño que parezca, el cazador que había en
él se sentía como si lo estuvieran cazando.
La falta de respuesta de Tongrak fue tan buena como el consentimiento que el otro
estaba esperando.
Sólo quería saber. Simplemente quería saber qué pasaría después.

Ese fue el pensamiento del hombre que le devolvió una mirada desafiante, sin
importar lo que estuviera haciendo su pulgar, jugando con los labios regordetes. Al
principio, fue una suave caricia, como una mariposa batiendo sus alas, antes de que la
presión del amasamiento profundizara más entre los labios, obligándolos a separarse
ligeramente, permitiendo a Mahasamut sentir la cálida humedad dentro de la boca.
"¿Sabes lo que quería hacer la primera vez que te vi?"
"Supongo que ponerme de los nervios", bromeó Tongrak, mordiéndose el dedo en

respuesta.
"No", dijo la voz ronca.
Curiosamente, esta voz provocó escalofríos de excitación por todo el cuerpo de

Tongrak.
"Quería saber a qué sabe… esta boca ruidosa".
"¡Oh!"
Tongrak estaba a punto de replicar si no fuera por el pulgar que presionó su labio
superior, desplazándose hacia el otro lado, silenciando cualquier sonido que pudiera
escapar. Luego, el pulgar se deslizó hasta el labio inferior, tirando de él hacia abajo
para revelar la carne roja, cálida y húmeda del interior.
La alta figura se acercó, al igual que el cálido aliento que acarició su mejilla.
En medio de la desierta playa de arena, Tongrak se encontró en una situación que
nunca antes había encontrado, y eso... encendió un calor que lo recorrió de la cabeza a
los pies.
Fue emocionante, emocionante y nuevo. Quería probarlo.

Pensó el joven escritor mientras miraba esos ojos penetrantes y luego sus labios,
sintiendo un intenso impulso.
Le gustaba este tipo de emoción; fue apasionante.
"¿Quieres saber?" Preguntó Tongrak, una acción tan buena como dar su permiso.
Tongrak observó cómo la criatura salvaje sin amo se acercaba, sintiendo el calor que se
extendía y tocaba su piel, haciéndole querer estirar la mano y tocar, apretar su cuerpo
cerca, dejando que el instinto lo guiara hasta que estuvo casi loco de deseo.
El rostro de Mahasamut se acercó, su aliento caliente acariciando la punta de su nariz,

burlonamente cerca, pero Mahasamut todavía no hizo ningún movimiento como para
volver loco de deseo al otro.
Y Tongrak no pudo soportarlo.
Tongrak agarró a Mahasamut por el cuello, buscando la respuesta a su pregunta. Su

otra mano se presionó contra la playa arenosa para sostenerse, pero…
"¡Ay!"
Mientras su mano presionaba la arena, un dolor agudo recorrió su palma. El breve

momento en que sus labios se tocaron fue destrozado por un grito que rompió por
completo la atmósfera íntima.
Fue suficiente para llamar la atención de Mahasamut sobre su mano herida.
"Déjame ver."
Tongrak hizo una mueca de dolor cuando retiraron su mano y luego vio... gotas
oscuras de sangre.
¡¿Tenía que suceder ahora?!
La herida del caparazón no era profunda, pero fue suficiente para dejar que la sangre
roja brillante se filtrara sobre su piel pálida.
"Eres tan torpe".
"Ay, sé gentil", hizo un puchero Tongrak, haciendo una mueca cuando le apretaron la
mano.
Pero el dolor rápidamente se convirtió en irritación cuando...
"Parece que tendré que encontrar mis respuestas la próxima vez".

El sabor de los labios quejosos de este hombre tendría que esperar hasta entonces.
Pensó Mahasamut.
Pero esa declaración hizo que Tongrak volviera a la realidad de que casi se retractó de
sus palabras, lo que lo llevó a afirmar con firmeza: "No habrá una próxima vez".
Mahasamut no discutió, simplemente mostró una sonrisa engreída que era casi
dolorosa de ver, luego caminó de regreso a través del agua hasta el bote, dejando al
hombre herido sentado inmóvil en la playa de arena, maldiciéndose.
Quieres saberlo, ¿no, Rak? Incluso si no has tenido sexo en toda la semana, pero con este chico...
"Parece que tendré que encontrar a alguien esta noche".
Debe estar demasiado solo. Sí, demasiado solo.
¡Está bien, me vestiré elegante, iré a la barra y llevaré a alguien a mi habitación esta
noche!
"Eres bueno hablando contigo mismo".

Mientras Tongrak refunfuñaba para sí mismo, Mahasamut regresó con una botella de
agua y una caja de tiritas. La figura alta volvió a sentarse fácilmente en la arena,
hablando en un tono burlón que hizo que el oyente girara la cara, tratando de ignorar
que le están atendiendo la mano.
Fue culpa de Mahasamut que se lastimara, así que es su trabajo arreglarlo.
El señor escritor decidió ignorar el hecho de que estaba tan emocionado que hundió las
manos en la arena y el caparazón lo cortó. Siempre alguien más tuvo la culpa, y esta
vez, fue culpa de este loco.
"Ay, duele. Hazlo rápido".
Cuando la presión en su mano obligó a que la sangre fluyera, desalojando cualquier

grano de arena que pudiera haber estado incrustado en la herida, Tongrak se
estremeció. Estuvo a punto de alejarse, pero el hombre grande lo sujetó con firmeza,
rápidamente destapó una botella de agua y la vertió sobre el corte mientras se reía
entre dientes.
"Espera, ¿quieres? No tengo suministros de primeros auxilios. Limpiémoslo y

pongamos una venda por ahora".
Tongrak no pudo evitar la sensación de que este tipo apenas estaba conteniendo la risa.
"Duele, ¿sabes?"
"Ya está todo limpio. Ya, ya, estarás bien".
"No soy un niño; no necesitas mimarme".
"Hace apenas un minuto, gritabas de dolor: '¡Ay, duele!' Es sólo un pequeño

rasguño".
Incapaz de contener su irritación, Tongrak golpeó el ancho hombro del hombre. Míralo,
burlándose de él con ese tono. En lugar de enojarse, el chico se echó a reír. Pero lo que
detuvo el puño levantado de Tongrak fue... la mirada entrañable en los ojos del
hombre.
Tongrak estaba seguro de que era mayor que este tipo, pero de repente se sintió mucho
más joven bajo esa mirada.
Hacía mucho tiempo que nadie lo miraba de esa manera.
Después de aplicar el vendaje, las yemas de los dedos del hombre se quedaron,
rodeando la venda como para ofrecer consuelo, y su voz profunda se suavizó.
"¿Quieres que lance un hechizo para que el dolor desaparezca?"
"Que..."
La protesta de Tongrak fue interrumpida cuando Mahasamut descendió en picado y le

dio un beso sobre el vendaje. Incluso con la barrera, la calidez del toque se extendió
por el corazón de Tongrak, haciendo que su cuerpo se tensara y sus hermosos labios se
separaran para objetar.
"Está sucio."
"No hay nada sucio en ti."
El hombre de mala actitud no sólo estaba hablando. Sus cálidos labios se movieron
hacia la muñeca de Tongrak, plantando un beso antes de que sus dientes mordieran
suavemente, no lo suficiente como para causar un dolor agudo, pero sí lo suficiente
como para dejar pequeñas marcas en la piel que se contraía al tacto hambriento.
Estaba a punto de ser devorado por el tipo.

Entonces, ¿por qué diría que no? Si un tipo como yo, Rak, quiere algo, lo conseguirá.
Cuando su último fragmento de conciencia estaba a punto de desaparecer, Tongrak

intentó racionalizar sus siguientes acciones, convenciéndose de que no había hecho
nada malo. Especialmente cuando la lengua de Mahasamut trazó la marca de la
mordida, tanto el cuerpo como la mente estaban de acuerdo: ¿por qué resistirse cuando
anhelaba saborear a este hombre, entrelazar sus lenguas con este hombre indómito?
"Yo... no te llevaré a la cama", logró decir Tongrak, aunque su suave voz temblaba
notablemente.
Esa declaración llamó la atención de Mahasamut, provocando un susurro bajo y ronco

como respuesta.
"Esto no es una cama".
“...”
“...”
Sus ojos se encontraron, sus respiraciones temblaban y sus pechos ardía como si
estuvieran en llamas, y eso fue lo último de lo que Tongrak fue consciente.
Con un movimiento repentino, Tongrak agarró el cabello oscuro y le dio un beso feroz
y ardiente en los labios al hombre burlón. Siguió adelante, chupando esos labios que lo
habían avergonzado innumerables veces antes. Su tierna lengua se movió y exigió un
toque ardiente, haciendo que valiera la pena olvidar sus propias palabras.
"¡Ummm!"
Inicialmente, Tongrak podría haber iniciado el beso, pero momentos después, una
mano fuerte tiró de su esbelta cintura, atrayéndolo contra un amplio pecho. Los labios
provocadores se apretaron, no permitiendo que el hombre de piel clara controlara el

juego. La otra mano acunó la parte posterior de la cabeza de Tongrak, asegurándose de
que probara lo que le había causado curiosidad.
El beso de Mahasamut fue agresivo, cruel, directo y ferozmente apasionado.
Tongrak comenzó empujando su lengua hacia adelante, pero no pasó mucho tiempo
antes de que la dinámica de poder cambiara. La suave lengua de Mahasamut entró,
tirando con fuerza, saboreando la dulce humedad que estaban intercambiando. En solo
un momento, el hombre más grande tomó el control, su lengua caliente se movía sobre
la carne suave y brillante, succionando con fuerza como para extraer el alma mientras
recorría toda la boca, enredándose y frotando hasta que Tongrak gimió roncamente en
su garganta.
"Abre la boca."
Un susurro bajo y ronco ordenó, y fue suficiente para que el oyente obedeciera
incondicionalmente.
"¡Ugh!"
Tongrak gimió profundamente en su garganta cuando Mahasamut deslizó su lengua

dentro. La mano gruesa que una vez había acunado su nuca ahora estaba apretada
para empujar a Tongrak a aceptar un toque más intenso.
Una vez más, sintió que lo estaban devorando.
Tongrak gimió con una voz temblorosa que parecía suplicar, pero eso sólo hizo que
Mahasamut lo persiguiera más agresivamente hasta que un líquido claro se filtró hasta
la comisura de su boca. Sin embargo, en este momento a nadie le importaba. Sólo el
beso feroz continuó.
"Ja, ah."
En el momento en que el cuerpo más grande se alejó, Tongrak jadeó, pero no quiso
detenerse. Quería más.
Pero parecía que había alguien que había pensado aún más.
"Ahh."
El punto sensible de Tongrak no eran sus orejas sino... su nuez de Adán.
Y ahora Mahasamut atacó precisamente ese lugar. Cuando la mano grande agarró el
cabello de Tongrak para inclinar su rostro hacia arriba, sus dientes mordieron el cuello
donde estaba centrada la nuez de Adán. La punta caliente de la lengua lamió de abajo
hacia arriba, haciendo que los ojos de Tongrak se abrieran en estado de shock. Antes de
darse cuenta, se había desplomado en el suelo arenoso seguido por el hombre grande.
"No lamas... ahí... ah..."
"Te gusta, ¿no?"
"No… en realidad no."
"Pero todo tu cuerpo está temblando".
Tongrak no sabía por qué estaba temblando, pero tan pronto como la punta de la
lengua se movió hacia su cuello, acariciando toda su sensible garganta, y luego mordió
la punta de su barbilla, tembló aún más. Su esbelto cuerpo se estremeció violentamente
cuando la gran palma se deslizó para rozar el pezón.
Mahasamut parecía saber exactamente dónde Tongrak era vulnerable al tacto.
"Ah... ugh," un gemido tembloroso escapó de los delgados labios cuando el hombre
grande no sólo jugueteó con la punta de sus dedos en el punto sensible sino que
también siguió con su cálida boca para chupar y tirar del otro pezón, lamiendo hasta
que la camisa estaba empapada y pegada a la carne.
"¿Te gusta?"
Tongrak giró la cara y levantó la mano para cubrirse la cara porque no quería dar una
respuesta derrotada.
"Ah", pero su cuerpo respondió muy bien a la pregunta.
No importaba cómo Mahasamut mordiera o mordisqueara los pezones, Tongrak no

podía evitar girar su cuerpo de placer, disfrutando de la sensación de unos dientes
afilados mordiendo con fuerza ante una lengua húmeda.
Siguió, lamiendo y chupando vigorosamente hasta que los picos que estaban siendo
devorados se pusieron erguidos.
Le gustaba la forma en que este loco lo devoraba.
Y al momento siguiente, el que estaba siendo devorado abrió mucho los ojos en estado
de shock cuando la gran figura se alejó momentáneamente para... bajarle los
pantalones a Tongrak.
La extracción fue rápida cuando Mahasamut agarró la cintura y tiró, bajando tanto los
pantalones suaves y cómodos como la pequeña ropa interior hasta los tobillos con un
movimiento suave. Y entonces... el hombretón levantó las piernas de Tongrak,
colocándolas sobre sus anchos hombros para quitarle rápidamente los pantalones de
los tobillos.
Todo sucedió con facilidad, sin vergüenza, y ahora los tobillos del hombre bonito
descansaban firmemente sobre unos hombros fuertes, revelando las partes sensibles
que ahora eran resbaladizas y duras a la mirada del hombre sureño.
Tongrak no debería sentirse avergonzado, pero estaba... avergonzado.
Tal vez porque ambos estaban en medio de una playa de arena a plena luz del día, y
solo él estaba desnudo de cintura para abajo, con las piernas colgando sobre los
hombros del otro, con las mejillas ardiendo. Quería apartar la cara, pero no podía
apartar los ojos de lo que tenía delante.
La imagen de un cazador feroz, con las venas palpitando en su cuello como si tuviera
un deseo intenso.
Tongrak vio el bulto prominente y quiso tocarlo.
Mahasamut también estaba duro.
"No es su turno, señor."
Justo cuando Tongrak extendió la mano, pensando en acariciar la dureza con dulzura,
Mahasamut tomó su mano y la presionó contra la arena. Un rostro feroz adornado con
una sonrisa engreída, y el que estaba igual de excitado… agarró los tobillos de
Tongrak… y los separó.
¡Una postura que permitió a Mahasamut ver todo al descubierto ante él!
Ya fuera la carne reluciente hinchada de deseo o la entrada dulce y apretada que

palpitaba ansiosamente con anticipación, el hombretón logró colocar los pantalones de
Tongrak debajo de sus caderas y luego…
"Es... espera un minuto..."
Las piernas de Tongrak fueron empujadas hacia arriba hasta que sus muslos casi
tocaron su estómago, la posición expuso y ensanchó su área más íntima justo en frente
de Mahasamut, quien estaba arrodillado a la altura perfecta.
Las lágrimas brotaron de los ojos de Tongrak.
No era miedo ni vergüenza, sino un deseo abrumador.
Confiado en su propio cuerpo, Tongrak podría haber estado abierto en una posición
vulnerable, pero entre la vergüenza de tener a un hombre grande acurrucado entre sus
piernas y preguntarse cuándo el hombre del sur finalmente tomaría medidas, Tongrak
elegiría saber esto último.
¿Por qué simplemente miras? ¡Solo haz un movimiento ya!
¡Mhhhm!
El hermoso hombre se estremeció cuando un cálido aliento acarició su punto dulce.

Ahora, sus entrañas se retorcían y ardían con el anhelo de algo que lo llenara.
"¿Delante o detrás?"
Entonces, una voz ronca gruñó cerca de su carne.
"¿Dónde quieres que lama?"
No se necesitaban más explicaciones; Tongrak entendió perfectamente la pregunta.
'¿Quieres que use mi lengua en el frente o en la parte posterior?'
"No he... ah... limpiado allí todavía", respondió Tongrak, pero sin responder
directamente a la pregunta.
"Entonces, atrás será".
"¡Ah!"
Tongrak ya no sabía qué era qué. Ni siquiera sabía que había dicho que no se había
limpiado la espalda para negarse o indicar que era donde quería que lo lamieran. Tan
pronto como Mahasamut terminó su frase, una lengua caliente lamió audazmente su
apretada entrada sin disgusto. Sólo un ligero roce en el área sensible hizo que Tongrak
gritara en su garganta de placer mientras la sensación se extendía por todo su cuerpo.
Muchos lo habían lamido antes, pero no así.
No como lo hizo Mahasamut, sin darle la oportunidad de prepararse.
"Ah, ah, ja, ahí mismo... Está bien... oh... tan bueno..."
Tan pronto como la punta de la lengua sondeó su apretada entrada, todo su cuerpo se
sacudió y sus caderas se movieron de placer. Sus manos agarraron y tiraron del cabello
de Mahasamut, exigiendo más de ese toque... y luego, la lengua caliente penetró más
profundamente.
El tembloroso placer hizo que Tongrak echara la cabeza hacia atrás aturdido.
Cada vez que su lengua profundizaba, una cálida oleada llenaba el vientre de Tongrak.
Con cada movimiento de su lengua, el deseo de Tongrak se volvió salvaje, hasta el
punto que la parte endurecida de él estaba húmeda y resbaladiza. Fue otro momento
en el que Tongrak sintió que lo estaban devorando.
"Oh... oh, eso es bueno, Mahasamut... más fuerte, más profundo".
Su gran mano agarró ese punto dulce y se movió al ritmo de la lengua, haciendo que
Tongrak gimiera más fuerte, sintiéndose tan bien que sus caderas se movían
involuntariamente. Ya no le importaba quién le hacía sentir así; lo único que sabía era
que la palma y la punta de la lengua estaban a punto de llevarlo al cielo.
Fue entonces cuando la mano de Mahasamut se movió más rápido y más fuerte hasta
que Tongrak arqueó su espalda contra el suelo arenoso, sus caderas se movieron
rápidamente para encontrar el toque mientras el deseo reprimido alcanzaba su punto

máximo.
"Voy a… me voy a correr… ¡oh… oh!"
Y con sólo unos cuantos movimientos más de la lengua jugando con su entrada trasera,
el cuerpo de Tongrak se sacudió, su espalda arqueó mientras soltaba cada gota en la
gran palma, algunas salpicando su propio pecho.
Increíble... eso fue increíble.
Tongrak estaba jadeando por aire, su cuerpo todavía se movía ligeramente antes de
caer de nuevo sobre la arena. Mientras pensaba en la mano y la lengua que lo habían
llevado a un clímax como nadie lo había hecho en años, esa misma lengua lamía con
avidez el punto tenso y tembloroso, haciéndolo gemir con voz temblorosa, la sensación
era tan intensa que las lágrimas brotaron de sus ojos.
Acababa de terminar y este loco todavía estaba jugando con él.
"Ah, para, basta, espera un minuto."
No es que no le gustara; al contrario, lo hizo. Pero cuando la lengua malvada volvió a

provocarlo, su cuerpo se sacudió y empujó y empujó contra los anchos hombros.
"¿Por qué? Parece que disfrutas que te laman después de correrte".
Sí, Tongrak se dio cuenta en ese momento de que tenía un lado salvaje y disfrutaba de
las burlas posteriores al clímax.
Se sintió tan bien que casi lo olvidó todo, pero...
Tongrak empujó a Mahasamut hasta que se miraron a los ojos, su voz era clara pero
temblorosa.
"Necesito regresar a la isla. ¡Ahora mismo! ¡Ahora mismo, Mahasamut!"
A pesar de que su cuerpo gritaba con una necesidad tan intensa que le hizo llorar, la
mirada seria en los ojos de Tongrak no era una broma, dejando a Mahasamut sin
palabras.
Capítulo 5
El precio que pagué
Al final de la tarde, cuando el sol comenzó a ponerse, el único sonido que atravesó el
zumbido del aire acondicionado en la lujosa habitación fue el continuo golpeteo en un
teclado. Esto había estado sucediendo durante la última hora hasta que el joven
sentado con la barbilla en la mano en una silla de mimbre junto a la ventana dejó
escapar un suspiro.
¿He empeorado en esto?
Se preguntó Mahasamut, levantando los pies para descansar sobre las rodillas mientras
sus agudos ojos se centraban en la fuente del sonido del golpeteo.
Sr. Tongrak.
Después de lo sucedido en la playa, uno pensaría que los dos tendrían que continuar
donde lo dejaron. Pero la realidad fue más cruel que eso. Tan pronto como el hombre
lindo entró en su habitación, se dirigió directamente hacia la mesa que se había
convertido en un espacio de trabajo.
Su hermosa mano encendió la computadora portátil y sus pies tamborilearon con

impaciencia mientras esperaba que se iniciara. Tan pronto como la computadora
portátil estuvo lista, abrió el documento en el que había estado trabajando y colocó sus
manos sobre el teclado.
Uh, y ha estado así durante una hora.
Esto dejó a Mahasamut, que lo había seguido, completamente sin palabras.

No tenía tanta confianza en sí mismo, pero hasta ahora, nadie podía ignorar fácilmente
sus insinuaciones sexuales. Generalmente pedían más. Pero ahora, no sólo Tongrak no
tenía ningún interés en él, sino que ni siquiera le dirigió una sola mirada.
Debería haber sido algo irritante.
Pero... él no se sentía así.
Mahasamut miró su propia parte dentro de sus pantalones, que ahora estaba tranquila,
y no pudo evitar reírse. Aunque no lo habían liberado y lo apresuraron a regresar a la
isla, y aunque la otra persona no mostró ningún interés, no estaba irritado en absoluto.
Podría estar excitado o tranquilo; un hombre paciente como él podría manejarlo.
Además... Estaba mucho mejor que esta mañana.
Se refería al Sr. Tongrak, que ahora miraba la pantalla con una mirada emocionada en
comparación con antes.
El hombre que antes se quedaba sentado durante horas sin trabajar, en realidad
disfrutaba hasta este punto de su trabajo.
¿Cómo supo que Tongrak lo estaba disfrutando?
Bueno, nadie tendría esa ligera curvatura en la comisura de la boca mientras trabaja si
no fuera así.
No sólo su sonrisa, sino sus ojos una vez vacíos ahora brillaban con vida. Su expresión
mejoró notablemente desde la mañana, como si fuera una persona completamente
diferente. Luego, se oyó el rápido golpeteo de sus dedos sobre el teclado, sin apenas
detenerse, indicando a Mahasamut que Tongrak estaba disfrutando muchísimo de su
trabajo.
Khom le había enseñado que Tongrak era escritor.

Normalmente, a Mahasamut no le importaban mucho los invitados que venían a

bucear, pero tres fotografías despertaron su curiosidad, lo que lo llevó a buscar
casualmente "Un escritor llamado Tongrak". No habría profundizado más si no hubiera
encontrado nada, pero con solo unas pocas palabras, apareció mucha información en
su pantalla.
Había titulares que elogiaban al apuesto y prometedor escritor que todas las chicas
seguían, noticias sobre la adaptación de su última novela a una serie y fotografías de
Tongrak con un director famoso.
Además, hubo reseñas de sus novelas y debates entre los lectores sobre su querido
autor.
Después de leer unos pocos titulares y darse cuenta de que Tongrak era un autor
famoso de varios géneros, Mahasamut cerró el navegador. No es que no quisiera saber
más sobre este huésped adinerado, sino que no le gustaban las imágenes que no se
parecían en nada al gato altivo acurrucado en el sofá.
Cada imagen en Internet mostraba a un hombre guapo, a veces incluso hermoso,

confiado y un poco arrogante, pero no del todo genuino.
Su conducta nerviosa era mucho más entrañable.
Mahasamut no pudo evitar preguntarse cómo alguien así podía manejar el delicado
trabajo de transformar la imaginación en historias escritas. Y descubrió que Tongrak
efectivamente podía hacerlo, con tal concentración que ni siquiera le prestó atención a
Mahasamut.
"Jaja", Mahasamut no pudo evitar reírse.
Se sentía loco viendo a alguien trabajar, especialmente porque esa persona ni siquiera
lo reconocía.
Le di un servicio maravilloso y ni siquiera le gustó. Eso fue doloroso.

Mahasamut pensó y se rió a carcajadas.
"Silencio, estoy trabajando".
Pero entonces, el hombre que había estado en silencio durante tanto tiempo habló con
calma sin siquiera girarse para mirarlo. El sonido del teclado continuó, lo que provocó
que Mahasamut se detuviera en mitad de la risa, incluso cuando sus labios se curvaron
en una amplia sonrisa.
Era bastante encantador en su modo de trabajo.
El comportamiento tranquilo y solemne y el enfoque que parecía pertenecer a una

persona completamente diferente solo despertaron aún más su interés, haciéndolo
querer ver más de las emociones de Tongrak. Pero pensó que probablemente debería
quedarse callado si no quería que lo echaran de la habitación.
La idea hizo que sus agudos ojos se fijaran en el hermoso cuello enrojecido por las
quemaduras solares, la clara piel manchada con arena de la playa. Pero al hombre
mismo no parecía importarle. Quizás sólo que no pudo evitar pensar en cómo quería
morder el cuello de ese hombre, y el sabor que había saboreado antes confirmó cuán
dulce era esa piel clara.
Puede que seguir mirándole no sea una buena idea.
Parecía que su invitado VIP estaba bien. Tenía prisa por volver al trabajo y dejar que su
amiguito se marchitara. Mahasamut se encogió de hombros y miró su propio cuerpo,
que inicialmente estaba empapado de agua de mar pero ahora estaba casi seco, a
excepción de la arena que lo cubría. Decidió levantarse y dirigirse al baño.
Sólo un enjuague rápido. Al dueño de la habitación probablemente no le importaría.

Mahasamut apenas había desaparecido en el baño cuando resonó el sonido del agua
golpeando el suelo de baldosas. Sin embargo, lo que devolvió a la realidad al hombre
frente a la pantalla no fue el sonido del agua sino la última frase que escribió para
terminar el capítulo que había dejado.
Había resuelto el primer problema de cómo describir el amor en esta historia.
"Uf", y con eso, Tongrak dejó escapar un suspiro de alivio.
Mientras que el famoso escritor Tongrak tuvo muchas obras románticas. pocos sabían
que le costaba escribir escenas de amor, y su
La solución al problema era... tener relaciones sexuales.
A veces, se puede solucionar con sólo un cálido abrazo.
Pero la mayoría de las veces, eso no fue muy efectivo. Connor fue una de las personas
cuyo abrazo le pareció cálido a Tongrak, pero el problema era que ya tenía novio.
Cuando estaba estancado o cuando no podía captar el concepto de calidez o amor,
simplemente iba con su mejor amigo, se acurrucaba en su abrazo y algunas ideas
comenzaban a fluir. Pero ahora esa ya no era una opción.
Y sí, una de las razones por las que aceptó ir a esta isla fue porque… estaba cansado de
los hombres de la ciudad.
Era tan aburrido que pensó en cambiar el escenario de su trabajo.
Y luego conoció...
Tongrak se volvió para mirar la puerta del baño entreabierta.
Después de ignorar por completo a la otra persona en la habitación, Tongrak guardó su

trabajo y apagó su computadora portátil. De pasos lentos, su paso se aceleró. Empujó
la puerta del baño con fuerza y vio una figura robusta y desnuda de pie bajo el agua. El
pelo espeso y húmedo se pegaba a sus mejillas, y una mano se apoyaba contra la pared
mientras la otra acunaba... su eje de tamaño considerable.
Cuando esos ojos agudos e intensos se encontraron con él, la cascada de agua hizo que
el hombre pareciera aún más peligroso, magnificando su peligroso atractivo.
La expresión del hombre pasó de feroz a su habitual sonrisa burlona.
A Mahasamut ni siquiera le importaba que Tongrak estuviera ahora inspeccionando su

impresionante mitad inferior.
Tongrak secretamente pensaba que el chico estaba bien dotado, pero no esperaba que
fuera tan impresionante.
Ya fuera el tamaño o la forma, las venas que sobresalían por la excitación, todo era algo
que quería mirar.
"Si sigues mirando así, voy a empezar a atacar", dijo la voz burlona, atrayendo sus
ojos color miel para encontrarse con su mirada.
Mahasamut no tuvo reparos en mostrar su cuerpo.
El tipo estaba tan seguro que casi resultaba repugnante.
"Por lo general, cuando tienes el dinero, puedes considerarlo hecho. Ya te di un

servicio y, sin embargo, aquí estás, observando mi cuerpo gratis. Estoy perdiendo
aquí..."
¡Ruido sordo!
Tongrak no esperó a que el hombre terminara de hablar. Su delgado cuerpo empujó el

amplio pecho hasta que golpeó la pared, metiéndose también bajo la ducha. La esbelta
figura se presionó cerca del amplio pecho, permitiendo que la parte sensible debajo de
sus pantalones presionara contra la carne caliente, sintiendo el calor entre ellos, y
luego…
Tongrak rápidamente capturó el cuello de Mahasamut y lo besó ferozmente.
Una lengua se movía provocativamente sobre los irritantes labios. Tongrak se mordió
el labio inferior con tanta fuerza que casi saboreó la sangre. Después de eso, el bonito
se apartó para mirarlo directo a los ojos.
"¿Cuánto?"
Mahasamut permaneció en silencio. El único sonido era el de las gotas de agua

golpeando el suelo de baldosas.
"¿Cuánto por dejarme ver tu cuerpo justo ahora?"
“..”
"¿Y cuánto dormir contigo?"
“...”
"¿Cuánto costaría que me tomaras?"
“...”
Tongrak luego hizo la pregunta final.
"Entonces, ¿cuál es tu precio si quiero comprarte?"
Sus miradas se cruzaron, ninguno de los dos estaba dispuesto a dar marcha atrás.
Curiosamente, esta vez, Tongrak no tenía ni una pizca de su habitual comportamiento

quejoso. Sólo había una mirada seria en sus ojos, como la de un hombre de negocios
haciendo un trato.
Sin embargo, esta seriedad era... sexy.
El hombre alguna vez arrogante ahora buscaba ansiosamente una respuesta sobre
cuánto le costaría ser "tomado".
"...No soy barato, ¿sabes?", respondió finalmente Mahasamut después de una larga
mirada, y eso convirtió al serio hombre de negocios en un hombre apasionado.
"El dinero no es problema."
Ante las palabras de Tongrak, no fue solo uno de ellos quien se movió primero, sino
que ambos acortaron la distancia como si hubieran estado esperando este momento
todo el tiempo.
Labios aplastados y apretados uno contra el otro.
Los cuerpos se acercaron, sin dejar espacio entre ellos.
Las manos se entrelazaron, se frotaron y acariciaron sin freno.
Fue el turno de Mahasamut de voltear el cuerpo de Tongrak, presionandolo contra la

pared mientras su boca caliente continuaba chupando y mordisqueando con avidez. Su
lengua invadió profundamente, atormentando al otro sin pausa para respirar,
barriendo y persiguiendo, atacando y presionando hasta que un líquido transparente
se filtró y untó las comisuras de sus bocas. El sonido de su dulce intercambio resonó
con fuerza.
El hombretón se alejó brevemente para quitarle la camisa a Tongrak mientras el propio

Tongrak rápidamente se quitaba los pantalones con un rápido movimiento.
"Ah, ja... oh, eso es bueno... muy bueno..."
Con solo una mano grande levantando la pierna pálida para acercar la parte inferior de
sus cuerpos, Tongrak gimió de satisfacción. Disfrutó la sensación de sus partes
sensibles frotándose contra el área más grande y caliente, el calor abrasador casi
quemaba su carne en la parte inferior del abdomen. Le gustó tanto que quiso meterse
esa parte grande en la boca.
Pero hoy Mahasamut tenía otras ideas.
"Sostén esto por mi."
Mahasamut agarró la mano de Tongrak y tiró de ella para sujetar la carne caliente que
palpitaba entre ellos. Tognrak obedeció fácilmente, pero una sola mano no fue
suficiente para contenerlo. Ambas manos trabajaron juntas para juntar sus partes
húmedas, presionando su parte contra la parte visiblemente más grande y larga de
Mahasamut. Su cadera se movió con deseo, sus alientos calientes tocaron el amplio
pecho.
Los ojos muy abiertos brillaron de emoción y la piel pasó de pálida a un rojo extendido
que llegaba hasta las orejas. Ahora, una lengua caliente trazó y mordisqueó la piel
clara.
"Ah, realmente te gusta morder, ¿eh? ¿Eras un perro en una vida pasada o algo así?"
Fue entonces cuando el hombre más grande usó su mano libre para agarrar el delgado
cuello, inclinando el rostro sonrojado hacia arriba, permitiéndole enterrar su rostro en
la curva de un hermoso cuello. Lamió las marcas dejadas por mordiscos anteriores,
provocando un gemido ronco de Tongrak, quien no pudo evitar preguntar, incluso
cuando estaba casi delirando de... emoción.
Le gustaba cuando Mahasamut le hacía esto, lo mordía así, lo mordisqueaba así.

No fue tan violento como para doler, pero fue suficiente para hacer que su cuerpo
gritara de placer.
La mirada de Mahasamut vaciló por un momento y Tongrak estuvo seguro de haber

visto una sonrisa en la comisura de su boca. Entonces...
"Guau."
El gran hombre dejó escapar un sonido que debería haber sido entrañable, pero hizo
que Tongrak gritara con una sensación de hormigueo.
El perro gigante, hundiendo su rostro contra el esbelto pecho con la cantidad justa de
músculo, lamió el tierno pezón que se mantenía erguido con un movimiento rápido de
su lengua como si saboreara un delicioso dulce.
Mahasamut alternó entre morder y calmar con lamidas, repitiendo el movimiento

hasta que el área se sintió entumecida e hinchada, y los pezones se pusieron de un rojo
brillante. La voz se hizo más aguda con cada gemido, las caderas se movían, pidiendo
que sus carnes se frotaran.
Ahora era imposible saber de quién era el fluido resbaladizo que llenaba la palma de la
mano.
"Mahasamut, chupa, chupa más, uf, ah, eso es bueno".
Si ya se había rendido, ¿por qué seguir ocultando sus deseos?

Cuando Tongrak jugaba consigo mismo, disfrutaba jugueteando con fuerza sus
pezones mientras deslizaba la punta de un dedo por su trasero, estimulando tanto
arriba como abajo. Aunque era extremadamente raro para él estar sin pareja, lo que
realmente disfrutaba era la forma en que Mahasamut chupaba y tiraba incesantemente
de sus pezones como si fuera insaciable.
Fue un tormento delicioso, casi enloquecedoramente bueno.

Mientras tanto, una mano grande acarició su espalda, masajeando la suave carne hasta
que las yemas de los dedos se hundieron en la suave piel, un toque que hizo que el
hombre más prominente quisiera apretar aún más fuerte.
"Ah..."
Si se tratara sólo de pensamientos, no sería Mahasamut. Tan pronto como esos ojos
penetrantes vieron a la persona en su abrazo empujando su cuerpo contra él, el
adorable cuerpo tratando de molerlo como un animal en celo, el hermoso rostro
enrojecido, respirando pesadamente, el sudor brillando en la frente, él también movió
la mano que no estaba ocupada cerró el agua y volvió a apretar firmemente las nalgas
redondas.
Fue suficiente para hacer gemir a Tongrak con voz temblorosa.
"Juega con mi interior... hazlo..."
Sólo el toque de la punta de un dedo provocando el tierno pasaje con el que había
estado jugando antes hizo que se apretara, y la persona en su abrazo suplicó con voz
temblorosa, con los ojos húmedos mientras lo miraban hasta que…
"Uhh..." Sus labios se encontraron con un calor preciso.
Un beso ferviente que elevó la pasión al máximo mientras la adorable persona frente a
él suplicaba aún más.
"Uh..."
Mahasamut sintió el gemido tembloroso en la boca del otro tan pronto como la punta
de su dedo jugueteó con el dulce pasaje. La succión que parecía invitarlo a entrar casi
lo volvió loco, incapaz de resistir hasta...
Su dedo medio se deslizó hacia adentro cuando la persona en su abrazo abrió mucho
los ojos, retorciéndose, jadeando por aire cerca de sus labios.
Ahora, Mahasamut no sólo estaba gruñendo sino rugiendo.
¿Quién le dio permiso a su cuerpo para ser tan sexy, señor escritor?
Ahora las suaves paredes se apretaban alrededor de su largo dedo, el calor abrasador
lo apretaba con fuerza, succionando ansiosamente como la persona en su abrazo,
mientras el dedo largo se curvaba hacia adentro, buscando el punto que hacía que la
persona más pequeña en sus brazos se contrajera.
"Ah, ahh, uhh, uf..."
Tan pronto como sus labios estuvieron libres, Tongrak dejó escapar un gemido
tembloroso, con los ojos bien cerrados, permitiéndose la sensación del toque
inquisitivo que entraba y salía de su pasaje.
Al ver que Tongrak podía manejarlo, pronto le siguió un segundo dedo.
"Eres realmente extraordinario", gruñó Mahasamut.
"¿Por qué, soy... sexy... o algo así...?"
El sexy entrecerró los ojos y se lamió los labios con fervor, entrecerrando la mirada,
pero sólo por un momento, mientras los dos largos dedos que se movían dentro de él y
que inicialmente estaban muy juntos ahora eran… separados.
"Ah, ah, no, no-Mahasamut-ah, ¡ah!"
¡Maldita sea!
Hubo algunas ocasiones en las que Mahasamut perdió la paciencia, especialmente

cuando el lindo hombre que tenía delante, mordiéndose los labios y gimiendo
ininteligiblemente, le apretaba los dedos, obligándolo a que sacara su mano de ese
suave canal con un movimiento rápido. Giró el suave cuerpo para mirar hacia la pared,
sus fuertes rodillas empujaron las delgadas piernas para que se extendieran.
"¡Ponlo adentro!"
Mientras tanto, el pequeño cuerpo gritaba apasionadamente por la pérdida de la parte

caliente, disgustándose por el repentino vacío.
Le gustaba cómo Mahasamut extendía los dedos, le gustaba la excitante incomodidad,

le gustaba la tensión que casi lo partía, le gustaban los largos dedos que llegaban a
lugares que él mismo no podía alcanzar. Fue suficiente para hacerle rogar a la otra
persona que se burlara de su sensible pasaje una vez más.
“¡!”
Pero al oír su súplica, Mahasamut empujaba con fuerza tres dedos a la vez. Era feroz,
crudo, despiadado hasta el punto de dejarlo sin aliento. Le temblaban las piernas, tenía
las manos apoyadas contra la pared y respiraba entrecortadamente, incapaz de
contener el deseo creciente que lo llevaba al borde.
"¡Ah, ah!"
Los largos dedos se retiraron casi por completo, luego… volvieron a entrar.
Cada vez, golpeaban insistentemente ese punto sensible, acercándolo al borde, su parte
sensible liberaba obstinadamente gotas de líquido sin cesar.
Mahasamut tampoco pudo soportarlo más.
Tenía tantas ganas de meterse en ese dulce y atractivo agujero.

"Condón."
"Ja... en la bolsa.
No hay necesidad de más preguntas. Se entendieron bien y luego...
Mahasamut tiró del brazo de Tongrak, empujándolo de regreso al dormitorio,

empujando el suave cuerpo para que cayera sobre la cama mientras él mismo
caminaba hacia la maleta abierta.
"Al frente", gritó Tongrak con voz temblorosa.
La figura alta tardó sólo unos segundos en encontrar la caja de condones que tenía...
todos los tamaños imaginables.
Mahasamut rápidamente agarró uno que le quedaba bien, pero tan pronto como se
giró...
Sintió la necesidad de azotar un cuerpo pequeño.

¿Quién hubiera pensado que el Señor Perfecto, como Tongrak, estaría a cuatro patas en
la cama, con las piernas abiertas y las manos apoyadas contra el suave colchón,
exponiendo cada centímetro de su cuerpo desnudo, incluso la tirantez que esperaba
ansiosamente?
"Date prisa, Mahasamut, date prisa", instó la esbelta figura con voz temblorosa y
entrecortada, con las piernas aún más abiertas.
¡Nalgada!
"¿Acabas de azotar... Ahhh!"
Tongrak estaba a punto de maldecir en estado de shock cuando, de repente, una mano
grande golpeó sus suaves nalgas. Pero antes de que pudiera terminar la frase, el
escozor de la nalgada no fue nada comparado con el intenso calor que lo empujaba,
haciéndolo sentir insoportablemente lleno, casi estallando hasta su centro.
"¡¡Espera!! ¡Espera! Eres demasiado grande, tú... ¡uf!"
La profunda penetración hizo que se le llenaran los ojos de lágrimas. Sus hermosas
manos alcanzaron los fuertes muslos en un intento de contenerse, pero eso solo
impulsó al hombre más grande a empujar más profundamente, causando que Tongrak
se agarrara a las sábanas, sus pies se hundieran en el suave colchón y su respiración
resonara por toda la habitación.
Estaba tan apretado.
"¿Puedes aguantarlo?"
"No lo sé, Mahasamut, no lo sé, ah."
En ese momento, no sabía nada, su mente estaba completamente en blanco.
Pero cuando Mahasamut se movió...
“¡!”
Un grito salió de la garganta de Tongrak a todo volumen.
El dolor inicial por el tamaño fue inmenso, pero también significó que no quedaba ni
un centímetro sin tocar, ni un espacio sin llenar. Cada antojo, cada sensación de
hormigueo se disparó directamente a su pecho con cada empujón caliente... profundo...
en la parte más profunda.
"Ah, ugh, huuuh."

Ahora, dentro de la lujosa habitación, sólo se oían los gemidos y gruñidos bajos de dos
hombres, mezclándose con el sonido crudo de carne contra carne en un fuerte ritmo.
La temperatura en la habitación se disparó, inutilizando el aire acondicionado, pero
¿por qué le importaría a Mahasamut cuando la vista que tenía ante él era mucho más
cautivadora?
La inhóspita y blanca extensión de la espalda de un hombre apuesto se extendía ante

él, gotas de sudor goteaban hasta que el pelo de la nuca estuvo húmedo contra su
suave piel. Grandes manos presionaron esa espalda, instando al otro a dejarse caer
contra la cama, con solo el hermoso arco de sus caderas elevado, permitiéndole
satisfacer sus deseos.
Era tan tentador que Mahasamut se inclinó para lamer el sudor de ese suave cuello,
algo que había anhelado hacer.
"¡Uff!"
"¡Eh, uf!"
Mientras las caderas recibían cada empuje con toda su fuerza, las suaves nalgas
presionaban fuertemente contra su abdomen. Podía sentir los intensos espasmos de la
persona debajo de él, que se sacudía violentamente. Manos hermosas se extendieron
para agarrar sus muslos y se aferraron con fuerza, las caderas se inclinaron más arriba,
mientras una mano grande se apoyaba contra la cabecera, la otra alcanzaba para
acunar la hermosa y empapada parte que indicaba que Tongrak... ya había llegado al
clímax.
"Ah, ah."
La persona en su abrazo jadeó, su cuerpo temblaba como si la conciencia se estuviera

perdiendo después de alcanzar el cielo.
Entonces, un rostro sonrojado se giró para mirarlo entre lágrimas, con los ojos todavía
perdidos en el feliz momento. Esto lo impulsó a no molestar a Tongrak con un:
"Terminaste tan fácilmente, ¿no?". En cambio, lo besó para calmarlo y consolarlo.
Parecía que el propio Tongrak no esperaba terminar tan fácilmente.
"Ah, uf."
Los labios cálidos presionaron un beso suave y reconfortante, contrastando con los
movimientos de la parte inferior del cuerpo que se aceleraron, instándolos a igualar el
ritmo de la belleza que había alcanzado el clímax antes que él. Y eso le enseñó al
hombre del sur algo nuevo.
Con una cara contorsionada de placer, una garganta llena de gemidos y un cuerpo
retorciéndose debajo, esta persona disfrutó de su inmersión profunda incluso después
de llegar al clímax.
¡Maldición!
El hombre más grande gruñó por lo bajo, con los ojos brillando de pasión. Esto era casi
enloquecedor, pero el descubrimiento sólo hizo que su curiosidad aumentara.
¿Cómo besar y tocar para que esa persona se derrita en su abrazo?
Ese era el pensamiento del que empujaba su cuerpo con fuerza, sus manos ahora
moviéndose para cerrar los hombros de Tongrak, acercándolo, escuchando los dulces
gemidos susurrados cerca de su mejilla, y eso...
Mahasamut sintió la tensión, sus manos apretadas con fuerza, su cuerpo tenso por la
tensión, y luego... se soltó.
Mahasamut cerró los ojos y abandonó la sensación de felicidad que acababa de

experimentar. Cuando los abrió de nuevo, tenía la intención de dejar un beso en esos
labios de hermosos colores.
"Si ya terminaste, sácalo".
Pero antes de que pudiera cumplir su deseo, Tongrak levantó una mano para cubrirse
la boca, jadeando levemente pero… con un tono frío en su voz.
"Necesito volver al trabajo. Si terminaste, entonces saca esa cosa ya".
El gesto hizo que Mahasamut quisiera abofetear al hombre mayor una o dos veces.
Maldita sea... hace apenas unos momentos, prácticamente estaba rogando por él, y ahora que se
acabó, lo están echando a patadas.
Una parte de él quería bromear un poco, pero tal vez porque ya había obtenido más de
lo que esperaba hoy, la figura alta apretó los dientes y lentamente se alejó, mirando el
rostro tembloroso que aún estaba afectado por la fricción que había ocurrido.
"Como usted ordene."
¿Qué más podía decir cuando su patrón había dado la orden?
"¿Tengo que irme ahora mismo?"
"Sí, ¿por qué te quedarías después de haber terminado? Puedes irte ahora".
"Echarme justo después de que hayamos terminado, ¿eh?" El gran hombre se rió
A Tongrak no pareció importarle. Tan pronto como se desplomó en la cama, se cubrió

con la manta y ordenó: "Toma el condón y tíralo afuera, luego cierra la puerta".
"¿Sin abrazo de despedida?"
"¡Vete!"
Cuando se burlaron de él, Tongrak levantó la vista con voz severa, haciendo que el otro
riera suavemente. Se vistió con su ropa llena de arena del baño y regresó con la
evidencia de su encuentro. Sus ojos penetrantes miraron al hombre que yacía en medio
de la cama, pero antes de irse…
"¿Quieres que limpie? Tengo dedos largos, ¿sabes?"
Fue entonces cuando Tongrak le arrojó una almohada, todavía sin levantar la cabeza de
la gruesa manta.
"¡Te dije que te fueras!"
"Está bien, está bien, nos vemos mañana."
Mahasamut salió voluntariamente de la habitación, asegurándose de cerrar la puerta

con llave.
Cuando escuchó que la puerta se cerraba y la cerradura hacía clic, la persona en la

cama volvió a levantar la cabeza, revelando un rostro sonrojado, ojos húmedos y un
cabello desordenado que solo podía describirse como sexy. Y el apuesto hombre se
maldijo a sí mismo...
"Maldita sea, Rak, ¡¿cómo pudiste dejarle hacer algo así?!"
Cuando sus sentidos regresaron, recordó todo lo que había dicho, y más importante...
"Eso estuvo malditamente bueno."

Esta vez el sexo fue excepcional y se ubicó fácilmente entre las tres mejores
experiencias de su vida. Era tan bueno que casi muere ahogado tratando de reprimir el
deseo de otra ronda.
Pensando en lo que había sucedido, levantó las manos para cubrirse la cara.
Creo que estoy en problemas.
Mientras tanto, el tipo grande que salía de la habitación se reía alegremente. Claro, lo
habían expulsado, pero recordando las adorables travesuras del otro... ¿Quién podría
permanecer molesto?
"Me echó como si fuera un perro callejero", se rió para sí.
"Oye, Mut, ¿qué haces hablando solo aquí? Ah, claro, saliendo de la habitación de
invitados, ¿eh?"
En ese momento, un joven con uniforme de personal de bar se acercó, bromeando con
complicidad, haciendo que el tipo grande estallara en carcajadas mientras jugueteaba
con el cabello del joven.
"Sabes demasiado."
"¿Cómo no iba a hacerlo? Fui yo quien le habló de ti", dijo el niño, hinchado de
orgullo, y Mahasamut lo abrazó con un brazo.
"Sí, sí, buen chico. Te daré algo de dinero más tarde".
"Asegúrate de que esta vez sea real; no me vuelvas a engañar nunca más".
"Yo no soy un mentiroso."
Palm lanzó una mirada inquisitiva que parecía decir: '¿En serio?' Esto le valió un golpe
en la cabeza por saber demasiado.
"Estoy de buen humor hoy. Te invitaré a una bebida".
"Oye, pero todavía no salgo del trabajo".
"Esperaré hasta que termines. ¿Vienes o no?"
"Claro, hermano, no diré que no a un obsequio, especialmente de parte tuya, Mut".
Mahasamut logró cambiar de tema y Palm se olvidó por completo de cómo acababa de
salir de la habitación de invitados. Este niño era el mismo que vendía los mejores
productos de la isla a todos los huéspedes.
Bueno, ese es Mut, mi hermano.

Capítulo 6
Soy el indicado
Desde que Tongrak llegó a esta isla, esta mañana (no, casi mediodía) fue cuando se
sintió más renovado. Tal vez fue porque Tongrak durmió toda la noche sin ningún
imbécil cerca, o que finalmente dejó salir el deseo reprimido que había estado
reteniendo durante días, o tal vez fue por... la bandeja de comida que fue entregada
anoche.
Tongrak se secó el pelo mientras salía del baño. Sus hermosos ojos miraron fijamente la
bandeja de comida ahora vacía de la que se había encargado la noche anterior, y se
preguntó cómo había llegado allí.
Sinceramente, no tenía ni idea.
Ayer, después de que Mahasamut se hubiera ido durante aproximadamente una hora,
el personal llamó a la puerta con un juego de fragante comida tailandesa que casi hizo
babear a alguien que apenas había comido nada más que café y algunos bocados de
erizo y había estado haciendo ejercicio intenso. Pero se contuvo justo a tiempo.
"La comida que ordenó, señor."
"No, no pedí nada".
"Oh, pero Mahasamut dijo que sí, señor. Lo vi hablar con el personal de la cocina para
acelerar su pedido".
Sabiendo quién lo había pedido porque ese tipo sabía que tenía hambre, una parte de
él quería maldecirlo por ser un entrometido, pero otra parte se sentía muy bien.
Después de sopesar sus opciones, Tongrak dejó que ganara su hambre. Aceptó la
comida y se la terminó toda.
Esa podría haber sido otra razón por la que durmió tan profundamente.
No por la amabilidad de ese imbécil que era bueno en la cama.
Para nada.
Puede que Tongrak no se hubiera dado cuenta de que estaba sonriendo. Sus hermosos
ojos se volvieron hacia el cielo y el clima le pareció tan hermoso que no quiso quedarse
encerrado en su habitación.
No quería saber, ni un poquito, dónde había ido ese hombre despertador.
Para nada.
Tongrak no tardó mucho en encontrar a Mahasamut. No destacaba particularmente, ni

era ruidoso, pero el chico estaba sentado en la misma mesa donde a Tongrak a menudo
le gustaba trabajar y disfrutar de la brisa. Sin embargo, lo que hizo que Tongrak
frunciera el ceño podría ser... el grupo de chicas que lo rodeaban.
Tres chicas asiáticas que, a juzgar por su complexión, no parecían tailandesas.
No estaba seguro de qué estaban hablando, pero como algún bocazas ya estaba
haciendo un escándalo, pudo captar algunas palabras en inglés. Si el grupo de chicas
entendió o no, no podía decirlo. Lo único que sabía era que estaban chillando entre
ellos, atrayendo miradas molestas de él.
¿Cómo puede gustarte alguien con esa piel oscura?

Tongrak hizo un puchero, sin importarle si el pensamiento podría incluirlo a él

también. En realidad, ese tipo no le agradaba ni un poco. Mahasamut era sólo un chico
de complexión grande, fuerte, con mucha energía y deseo sexual...
Se detuvo a mitad de sus pensamientos.
Tongrak decidió no ir allí. Aunque habían dormido juntos, eso no significaba que se
pertenecían el uno al otro. Él era sólo un cliente, y Mahasamut era sólo un vendedor. Si
alguien más quería comprarle algo, no le correspondía detenerlo.
No tuvo nada que ver con él.
"¡Ja ja!"
Tongrak estaba a punto de darse la vuelta cuando una fuerte carcajada lo alcanzó,
irritándolo un poco. Entonces, una pregunta apareció en su cabeza.
¿Cómo podía dejar que su perro se frotara las piernas de otra persona después de
haberlo comprado?
No le gustaba compartir sus juguetes con los demás.
Ese pensamiento hizo que una sonrisa traviesa apareciera en sus labios, y Tongrak sacó
su teléfono móvil y abrió la aplicación bancaria. Calculó mentalmente cuánto debería
pagar por el servicio tanto en la playa como en la habitación de ayer, decidiendo
agregar un poco más al precio ya que Mahasamut había dicho que su servicio era
bastante caro.
No pagaba por un compañero de juego con la suficiente frecuencia como para conocer
las tarifas generales. No era de los que pagaban por ese tipo de servicio, pero su mejor
amigo lo hacía con frecuencia.
¿Quién, preguntas? Bueno... Era Connor antes de que tuviera novio.

Tongrak transfirió el dinero y esperó hasta que el hombre, con una carcajada, revisó su
teléfono en busca de la notificación.
Observó cómo el rostro severo del hombre se frunció en confusión, luego levantó la
vista para encontrarse con su mirada.
El señor escritor saludó y... le devolvió la sonrisa.
Sabía que era guapo. Sabía que era un tipo que todo el mundo encontraba. Y sabía que
su sonrisa hacía sonrojar a esas chicas.
Tongrak se metió justo en medio de la conversación.
"¡Hola chicas!" El joven las saludó calurosamente y dirigió una sonrisa encantadora a
todas las chicas.
Es posible que estas mujeres quisieran conocer a un hombre de piel oscura y rasgos
afilados que fuera diferente a los de su propio país, pero Tongrak no creía que fuera
menos que Mahasamut, ni siquiera un poco. Sabía que las chicas le devolvían sonrisas
amistosas, pero sus ojos aún se detenían en el hombre del sur sentado quieto como si
esperara ver qué haría a continuación.
Luego habló en voz baja: "Tengo algo que decirles..."
Y señaló con el pulgar al perro grande que tenía atado con una correa.
"El es mío."
“¡!”
Había pagado por este hombre, así que ahora era suyo.
Tongrak mostró otra hermosa sonrisa, ignorando las miradas de asombro de las chicas,
y le dio un codazo a Mahasamut para que lo siguiera.
¡Ese es mi chico!
El orgulloso escritor sonrió con la satisfacción de la victoria.
Pero a quién había vencido era... otra historia.
Mientras tanto, Mahasamut quedó momentáneamente aturdido. Quedó confundido

cuando vio el dinero transferido a su cuenta. La cantidad no era pequeña y no
recordaba haber participado en ninguna inversión. Entonces, sólo podía pensar en una
cosa... el trabajo que acababa de hacer.
Le arrojaron dinero y lo menospreciaron, lo cual al joven no le importó. Pero ésta era la
primera vez que alguien le arrojaba dinero y le gustó.
Y eso hizo que el gran hombre se despidiera de ese grupo de chicas y siguiera
felizmente a Tongrak.
Hasta que pasaron esa zona.
"Jaja", se echó a reír Mahasamut.
"¿Te has vuelto loco por el dinero?"
Mahasamut se rió aún más fuerte, mirando el rostro retorcido del hombre que acababa
de sonreír generosamente a las chicas, lo que lo hizo reír aún más. Cuando dejó de reír,
Tongrak ya se estaba irritando.
"Jaja, no puedo estar loco, ¿sabes?"

"Pero en este momento estás actuando como tal", dijo el otro, cruzándose de brazos y
entrecerrando los ojos.
Esta vez, el joven le dio una mirada astuta y se acercó para susurrar: "Realmente no
puedo serlo. Porque... mi amo no querría acostarse con un loco".
“...”
Le gustó que Tongrak evitara su mirada, se quedara sin palabras y no supiera qué
hacer. Le gustó que Tongrak mostrara posesividad hacia él mientras disfrutaba estar
atado.
"Bueno... deberías saber eso."
El hombre bonito murmuró suavemente, obligando a Mahasamut a cambiar de tema

de conversación, a pesar de que se moría por bromear sobre ese asunto en ese
momento.
Está tan enganchado a mí que no quiere dejar de lado algo bueno, ¿verdad, señor Tongrak?
"Y ahora tengo hambre. Estoy cansado de la comida del resort y aquí no hay Grab.
Además, no sé conducir una motocicleta", dijo el señor escritor en un suspiro, luego
volvió la cara.
Lo que quiso decir...
"Conozco un buen lugar. Te llevaré allí".
El gatito quería que lo llevaran a comer, ¿eh?
Así, el hombre con el ceño fruncido sonrió satisfecho, sus ojos brillaban, las comisuras
de su boca se curvaban hacia arriba, su buen humor era claramente visible, lo que
alivió a Mahasamut.
Menos mal que contuve mis palabras burlonas justo a tiempo.
Si se burlaba de Tongrak, el escritor se daría la vuelta y lo maldeciría sin parar. Y...
"Gracias."
"¿Por qué?"
"Por la comida de anoche... ¿y en cuál montaremos hoy? ¡Date prisa, que tengo
hambre!"
Mahasamut tuvo que reprimir otra sonrisa cuando el bonito murmuró en voz baja,
sintiéndose agradecido pero incapaz de expresarlo adecuadamente. Dijo sus palabras
rápidamente, se alejó y luego se giró para atacarlo con una cara arrogante y esas
mejillas sonrojadas...
Maldita sea, eso es adorable.
"Oh, sobre la comida de anoche, la pedí, pero pagaste ya que comiste", tuvo que
aclarar de antemano. Cuando se trata de ser tacaño, Mahasamut era insuperable.
"Eso ya lo sé. Es mi comida, la pagaré yo mismo. No tienes que decirme qué hacer",
respondió Tongrak, sin entender por qué el tipo tenía que decirle eso. Era una verdad
simple: comía, pagaba. ¿Por qué preguntar así?
La indiferencia de Tongrak ante su tacañería hizo que el hombretón sonriera
ampliamente, y le gustó la expresión de desconcierto en el rostro de Tongrak.
Maldita sea, era demasiado lindo. Sólo quiero follarlo aquí y ahora.
Qué suerte que Tongrak no pudiera leer la mente. De lo contrario, Mahasamut podría
haber perdido esta oportunidad.
¿Qué? ¿Enojado? ¿Por qué? Tongrak también lo quería. De lo contrario, ¿por qué
pagaría por el servicio?
Vroom...
En medio del sol abrasador del mediodía, una motocicleta, ni vieja ni nueva, se detuvo
hábilmente en el pequeño estacionamiento del muelle. Cuando la brisa marina que
llevaba el refrescante aroma del océano llegó a la punta de la nariz, no era el mal olor
del pescado sino algo vigorizante.
Pero...
¡Golpe!
"¿Por qué me pegaste?"
Cuando el ciclista apagó el motor y cerró la bicicleta, una palma blanca de repente
golpeó su ancho hombro, dejando al hombre confiado confundido. No había hecho
nada que irritara a la belleza durante el viaje. Sus ojos penetrantes miraron hacia atrás
para ver a Tongrak... con el rostro sonrojado.
"¿Hace demasiado calor?"
No era ideal para ellos cabalgar bajo el sol del mediodía, pero la brisa fresca que les
acariciaba la cara hacía que el calor fuera soportable.
O tal vez era sólo él quien no sentía el calor.

La figura alta frunció el ceño, sin entender por qué la persona detrás de él estaba
poniendo cara de enojo y luego golpeando su hombro.
¿Qué hice mal esta vez?
¿Fue un error que el Sr. Tongrak viajara en la motocicleta?
Mahasamut podía imaginar que la persona detrás de él probablemente no estaba

acostumbrada a andar en motocicleta. En la ciudad, probablemente tenía un auto de
lujo para su tiempo libre, ya sea por la forma incómoda en que levantaba el pie para
subirse a la parte trasera, la forma en que intentaba mantener el equilibrio o cómo
intentaba mantener la distancia cuando la bicicleta iba cuesta abajo, estaba claro que no
estaba familiarizado con eso. Una vez pasada la pendiente, incluso se alejaría
rebotando a la defensiva.
El señor Tongrak no se dio cuenta de que lo había estado observando por el espejo
retrovisor todo el tiempo.
Al principio estaba de buen humor.
Preguntó adónde íbamos, conversó sobre la abundancia de bosques aquí y señaló las
cosas con curiosidad, preguntando qué eran.
Como un niño curioso.
El tipo grande admitió que tenía debilidad por un Tongrak alegre, pero a mitad del
viaje, cuando el pasajero detrás de él se calmó, pensó que podría estar aburrido.
Continuó conduciendo en silencio, permitiendo al Sr. Tongrak disfrutar del paisaje
inusual que no se podía encontrar en la bulliciosa ciudad.
Pero... ¿por qué me golpeó?
Mahasamut todavía no podía encontrar una respuesta a eso.

"¿No te vas a bajar?" Pero cuando bajó de la moto, el apuesto pasajero permaneció
sentado, inmóvil.
No le importaría si al chico realmente le gustara sentarse en la parte trasera de una
motocicleta. Incluso se ofrecería a pasear por la isla, pero la luz directa del sol que los
golpeaba le hizo preocuparse por la persona cuyas mejillas estaban sonrojadas en un
hermoso tono rojo.
Temía que Tongrak probablemente sufriera un golpe de calor.
“...”
"¿Y bien?"
El apuesto hombre en el que a Mahasamut le gustaba pensar como el Sr. Ternura

fruncía los labios, giraba la cara y luego separaba esos hermosos labios que ya había
probado y los cerraba con fuerza de nuevo, con los ojos llenos de irritación.
"¿Eh? ¿Qué dijiste?" La figura alta se inclinó.
"...Duele."
"¿Qué?"
¿Qué estaba doliendo de nuevo?
Él era del tipo que hablaba en voz alta, así que preguntó más alto, y eso…
Lo hice enojar de nuevo.
La bonita cara se volvió con una expresión medio irritada y medio avergonzada.
Levantó su suave mano, con la intención de golpearlo de nuevo, pero esta vez, el
hombre más grande estaba preparado y agarró la delicada muñeca antes de que el
puño pudiera golpearlo, como si temiera que Tongrak pudiera lastimarse.
Golpear a otros sólo para lastimarte la mano, ¿sabes?
"¿Por qué estás enojado conmigo?" Preguntó Mahasamut, suavizando su tono por
temor a que el chico de la ciudad se desmayara por el calor antes de poder burlarse de
él. Se inclinó para encontrar la mirada del otro, sus labios se curvaron en una leve
sonrisa como para consolar a un niño de tres años.
Y eso hizo que las otras defensas se suavizaran.
El que tenía la cabeza inclinada, tratando de retirar su mano con un suave giro como
para mostrar un poco de resistencia, luego habló con una voz tan suave que apenas era
audible.
"Duele."
"¿Qué duele?"
El oyente se agachó rápidamente para comprobar si las suaves piernas habían rozado
el tubo de escape o si habían sido golpeadas por una piedra voladora en el camino.
Estaba a punto de agacharse para comprobar exactamente dónde estaba herido

Tongrak en su pierna, pero la mano blanca que inicialmente había intentado alejarse
ahora dio un suave tirón, obligándolos a mirarse a los ojos una vez más.
Ahora, el chico lindo con la cara sonrojada y los labios rojos brillantes por morder
lentamente emitió un gemido.
"Me duele el trasero".

Sus ojos brillaban, con un brillo tímido y avergonzado. Su comportamiento tembloroso

lo hizo hablar de mala gana, y sus lindos labios continuaron moviéndose vacilantes.
"Es por tu culpa."
El recuerdo de la noche anterior pasó por su mente.
"¿Por qué no me dijiste que sentarte así dolería y que el camino estaba lleno de
baches?"
Oh, entonces no fue culpa del sexo duro de ayer sino de no advertir que ir en la parte trasera de
una motocicleta podría lastimarte el trasero, ¿eh?
Dáme un respiro.
"¡¿Por qué me besaste?! ¿Disfrutas verme sufrir? Eres un psicópata loco, tú..."
Otro beso rápido de Mahasamut presionó esos delgados labios, y eso hizo que la
persona que maldecía se detuviera en seco. Sus ojos color miel brillaron con irritación
mezclada con confusión.
"Eres demasiado lindo".
"¿?"
El dialecto sureño tomó a Tongrak con la guardia baja, dejándolo aún más confundido.
La expresión de asombro del chico lindo era tan adorable que Mahasamut quiso
besarlo nuevamente, pero como el sudor ya comenzaba a gotear y correr por ese rostro
suave, decidió cambiar de tema.
"Toma, déjame ayudarte. Lo siento, no me di cuenta de que estabas adolorido".

El hombretón guió la mano de Tongrak para que descansara sobre su hombro mientras
su otro brazo rodeaba la cintura para estabilizar a Tongrak mientras se bajaba de la
motocicleta. Tongrak, que estaba dolorido por estar sentado con las piernas abiertas
durante demasiado tiempo y tener que lidiar con las carreteras impredecibles de la isla,
aceptó de buena gana la ayuda.
"¿No tienes miedo de que la gente te vea abrazando a un hombre?" Tongrak parecía
tener curiosidad por otra cosa.
Bueno, justo al lado del aparcamiento había una hilera de casas de pescadores.
"Bueno, ¿tu lo tienes?" replicó.
Tongrak se limitó a encogerse de hombros.
"No, ya muestro mi preferencia desde el principio. Pero espera un segundo, soy yo

quien pregunta, ya sabes. ¿Es este tu vecindario?"
Tongrak estaba a punto de decir eso; Al final, los aldeanos hablarían de él, ¿verdad? El
joven simplemente se encogió de hombros en respuesta.
"No me importa lo que piensen los demás".
Tongrak todavía no parecía convencido, lo que provocó una burla de Mahasamut.
"Oh, ¿estás interesado en mis asuntos ahora?"
"¡A quién le importa!"
Eso fue todo. El joven amo, que había logrado ponerse de pie nuevamente, soltó su
hombro y rápidamente entró en la sombra para escapar del calor. Sus orejas enrojecidas
delataron su vergüenza al que lo seguía con una sonrisa. Entonces, el protagonista se
volvió una vez más.
"¿Qué dijiste hace un momento?"
Tongrak parecía ansioso por entender cada vez que hablaba en dialecto sureño, y
Mahasamut se inclinó para susurrarle al oído.
"Dije... seré suave contigo esta noche".
Después de hablar, dio un paso atrás para ver la reacción, y fue la esperada.
Su rostro se sonrojó, sus ojos brillaron intensamente y sus labios se apretaron.
La gente debe decirle a menudo que es sexy.
Mahasamut había estado con muchos hombres, pero a ninguno lo definiría tan sexy
como éste, el que era tan arrogante y discutidor.
"No hay necesidad."
No fue un rechazo a la oferta, sino más bien...
"Puedo manejarlo."
Me gustó duro.
Y así sin más, el sureño estalló en una carcajada fuerte y cordial, mirando al lindo que,
habiendo terminado de hablar, se alejó rápidamente, aunque ni siquiera sabía dónde
estaba el restaurante. Él, un lugareño, lo vio partir con una mezcla de diversión y
cariño. No podía creer que fuera la misma persona sobre la que había ido a recopilar
información.
¿Y qué dijo exactamente el joven antes?
Bueno... eras demasiado lindo...
Era tan lindo que Mahasamut quiso rascarle la barbilla como lo hace con un gatito.
….
Mientras Tongrak discutía con el hombre que le causaba dolor en el trasero, en el

vestíbulo de un lujoso condominio en Bangkok, una mujer de pelo corto y cara linda se
levantaba inquieta y se sentaba en el sofá, casi mordiéndose las uñas por la ansiedad.
Sus dulces y redondos ojos miraban fijamente la pantalla del teléfono, que había estado
en silencio desde ayer.
¿Por qué Rak no contestó mi llamada telefónica?
Mook, el secretario y asistente de Tongrak, gritó internamente.
Desde ayer intenta ponerse en contacto con su jefe y su hermano mayor, a quienes
respeta aunque no sean parientes consanguíneos. Pero no importa cuántas veces
intentó llamar, era como si la señal al otro lado de la línea fuera terrible. Cuando ella
llamó por la noche, él no respondió y ahora no podía comunicarse con él en absoluto.
Se preguntó si había activado el modo No molestar o algo así, pero cada vez que Rak
desaparecía para escribir su trabajo, ¡siempre era así!
No debería esperar encontrarlo fácilmente si él no la llamaba primero.
Que la editorial se pusiera en contacto con ellos para contratar sus servicios de
redacción no fue gran cosa. Rak se negaría si no quisiera hacerlo. La solicitud para que
apareciera en una feria del libro tampoco fue un problema, ya que aceptaría si estaba
de humor. Y que el equipo de la nueva serie le informara de la ceremonia de bendición
de la nueva serie adaptada de su novela, eso dependía de si él también tenía ganas de
ir.
"Debería ir y recibir ataques en las redes sociales. Es divertido".
A veces, la gente decía que Rak era demasiado molesto, pero cuanto más hablaban,
más se mostraba. Lo consideraba una bondad hacia aquellos que no tenían nada mejor
que hacer que criticar a los demás. Pero eso fue todo. A veces, puede que sea
demasiado sensible y no quiera lidiar con todos ellos.
Pero ninguna de esas era la razón por la que intentaba llamar a Rak.
"¡Uf, por qué no me responde!"
Más allá de su conocida carrera como escritor, la mayoría de la gente no sabía que
Tongrak también poseía varias propiedades inmobiliarias, en su mayoría condominios
en varios lugares, muchas de las cuales heredó de su madre y ahora las alquilaba. A
veces, alquilaba incluso las habitaciones más lujosas por poco dinero para aquellos que
eran sus amigos cercanos, como el condominio en el que se hospedaba Connor. Rak le
alquiló a un precio que hizo que Farang sonriera de oreja a oreja.
Era como si alquilar estos lugares fuera su hobby.
¿Y ella? Ella no era sólo su secretaria personal que manejaba su agenda y se

comunicaba con editores, productoras de dramas, equipos de producción de series o
administraba documentos de derechos de autor. Ella también tuvo que cuidar estas
propiedades.
Y después de todo este tiempo, esta persona nunca se había acercado. ¿Por qué
contactarla ahora cuando Rak ni siquiera estaba aquí?
Mook volvió a mirar el historial de llamadas.
Vi...
La estrella en ascenso del año.

Una actriz talentosa.
Una mujer bella y encantadora que todos los hombres adoran.
La belleza que ascendió de rango al estar cerca de un escritor.
¿Y qué más se podía decir de esta mujer?
Mook suspiró profundamente una vez más e intentó llamar a Rak nuevamente, solo
para descubrir que su teléfono estaba apagado.
"Está bien, es tu responsabilidad, Mook. Rak no va a contestar tu llamada de todos

modos", se animó la joven, sabiendo muy bien que si Rak estuviera aquí, le daría una
mirada severa.
¿Y la razón por la que ella estaba aquí? Pues fue porque una inquilina importante, que
casualmente era la actriz del año, llamó hace unos días para denunciar un problema en
su habitación. A pesar de haber vivido allí durante medio año sin problemas, de
repente se encontró con un problema y le dijo que viniera a solucionarlo urgentemente.
Y sí, era su responsabilidad, ya que era la secretaria de Rak.
Pero...
Sí, siempre hubo un pero.
¡Uf, Rak, sabes muy bien que no me llevo bien con esta mujer!
De todos modos, posponerlo no serviría de nada. Eventualmente debe subir allí.
Esa era la idea de alguien mirando desesperadamente el elegante ascensor porque su

jefe no era confiable.
Qué encantador.
En la pasarela elevada de hormigón sobre el nivel del mar, varias casas se destacan
sobre la superficie del agua, cada una sostenida por grandes pilares de hormigón o
madera, y cada casa se extiende hacia el mar. El camino sinuoso fue construido para
conectar cada casa. A lo largo de los muelles de construcción propia atracan barcos de
varios tamaños, incluidos barcos de pesca, barcos de cola larga y barcos turísticos,
mezclado con jaulas para peces que contienen peces de varios tamaños nadando en su
interior. Este lugar era realmente un pueblo de pescadores.
En una de las pasarelas de cemento, Tongrak estaba inclinado sobre una jaula para
peces, observando cómo un pez grande y de aspecto feroz subía a tomar aire antes de
desaparecer de nuevo, y sus labios se curvaban en una sonrisa encantadora.
Entonces, sus hermosos ojos miran en otra dirección.
"¿Dónde te has escondido estos últimos días, eh? Vuelve a casa de vez en cuando,
¿quieres? Necesito un amigo para beber".
"Oye, tómatelo con calma, viejo amigo. Beber cada día te enviará a una tumba
prematura".
"Esa boca tuya, Mut".
El hombretón estaba hablando ahora con un anciano que parecía tener nada menos que
setenta años. Hablaban en un dialecto sureño fuerte y rápido que Tongrak no podía
entender, y había sido así todo el camino desde que caminaron por estos pasillos de
concreto.
Mahasamut dijo que el lugar no estaba lejos de aquí.
Probablemente no estaría muy lejos si no fuera por Mahasamut, que parecía conocer a
todo el mundo.
No fue sólo Mahasamut quien saludó a todos, sino que todos conocían a Mahasamut.
Incluso un niño que aún no había cumplido un año se acercaba a él para que lo
recogiera, lo que hacía que Tongrak caminara y luego se detuviera de forma
intermitente. Pero, curiosamente, no estaba molesto ni irritado, ni tenía ganas de darse
la vuelta y maldecir a Mahasamut porque se estaba muriendo de hambre.
Tal vez fue porque el tiempo aquí transcurrió más lento de lo habitual.
Tal vez sabía que la gente de aquí no quería hacer daño.
Simplemente se sintió a gusto con este sentimiento hogareño, por lo que se giró y
sonrió en respuesta a los saludos. Se referían a él como "guapo" o "invitado de Mut" y
añadían muchas otras palabras de saludo que él en parte entendía y en parte no.
Cuando llegó a la casa de este anciano que no dejaba ir a Mahasamut fácilmente, se
quedó de pie y observó los peces en el estanque.
Tongrak se agachó para observar el pez cuando el grandulón regresó con una sonrisa.
"Vamos."
"¿Terminaste de hablar?" Tongrak levantó la vista.
"Sí, lo siento, hablé durante bastante tiempo".
"¿Estás seguro de que has terminado?" Tongrak asintió hacia el anciano, todavía
saludando perezosamente con una amplia sonrisa que mostraba los dientes que le
faltaban.
"Está bien. Volveré a verlo más tarde. Está solo. Su familia se mudó. Iré y charlaré
con él cuando esté libre. Pero si fuera más, te morirías de hambre".
Tongrak quiso decir que realmente podía esperar, pero luego pensó: ¿por qué debería
hacer eso? Así que simplemente le restó importancia.
Pero cuando estaba a punto de levantarse, una gran mano se extendió frente a él y le
hizo mirar hacia arriba.
"Déjame ayudarte. Estás adolorido, ¿verdad?" —bromeó la voz profunda, haciéndolo

mirar fijamente.
Casi apartó la mano, pero la mirada sincera en esos ojos penetrantes le hizo extender la
mano, permitiendo que lo jalaran hacia atrás hasta ponerse de pie, tal como...
"¡Mut! ¡Mi hermano!"
Una vez más, estaban llamando a Mahasamut, lo que hizo que Tongrak considerara
volver a observar los peces si no fuera por la cara familiar del niño que gritaba el
nombre de Mahasamut.
Gritó el niño con una sonrisa radiante desde lejos. Tongrak entrecerró los ojos porque
pensó que había visto a alguien así de alegre y hablador hace apenas unos días. El niño
casi saltó y abrazó a Mahasamut si no fuera porque ese niño se dio vuelta y lo vio
primero, lo que le hizo gritar fuerte.
"¡Oye, hermano guapo! ¿Te acuerdas de mí?"
Tongrak frunció el ceño, centrándose en el joven de rostro brillante que le sonreía

ampliamente, y que...
"¡Ey!" dijo el escritor, señalando con el dedo la cara del niño. "¡El tesoro de la isla!"
Era el chico que anunciaba a Mahasamut.
El niño molesto y hablador que decía tonterías.
"Sí, ese soy yo, el que le habló del tesoro de la isla. Oh, parece que también hice una
buena venta. Ustedes están tomados de la mano". Palm miró la mano de Tongrak, que
todavía estaba atrapada en el agarre más grande, lo que obligó a Tongrak a liberarse
rápidamente, pero el agarre de Mahasamut era firme.
A Palm no le importó, sino que infló su pecho con orgullo y dio un fuerte aplauso.
"Actúas desinteresadamente, pero ¿qué tal eso? Valió la pena la charla, ¿verdad?"
¿Estaría mal si de repente quisiera empujar a este niño fuera de la pasarela?
Tongrak se puso rígido y miró a Mahasamut, quien pareció darse cuenta demasiado
rápido cuando los ojos agudos comenzaron a brillar, lo que le hizo querer sacárselos.
No te atrevas a intentar resolverlo todo. Simplemente no lo hagas.
Tongrak oró internamente, no queriendo perder la cara por creer en el persuasivo

anuncio del niño, pero sus oraciones quedaron sin respuesta.
"Creo que yo también soy bastante bueno. ¿Qué dices?" Mahasamut terminó de
hablar y arqueó las cejas sugestivamente.
¡Odiaba a este imbécil tanto como odiaba a este niño!
Pensó Tongrak, con las mejillas sonrojadas hasta las orejas.

Capítulo 7
No necesito tu empatía
En el interior de un pintoresco restaurante costero que se adentra en el océano, en la

parte trasera del establecimiento, dos jóvenes han reclamado una mesa justo al lado del
agua de mar más clara y chispeante. Una suave brisa entra, llevando el refrescante
aroma de la sal y haciendo que su cabello se agite ligeramente. Mientras un hombre
miraba más allá del restaurante, el otro hacía lo mismo... pero estaba mirando las
mejillas sonrojadas de alguien que acababa de pasar vergüenza.
"Je."
"¿Por qué? ¿Qué es tan gracioso?"
"Eres gracioso. Estamos sentados aquí solos. Obviamente, no me reiría de los peces
en el mar".
Tongrak se mordió el labio inferior con fuerza, sintiendo el escozor mientras miraba al
hombre burlón sentado frente a él. Luego, con un movimiento de cabeza, se volvió
para mirar hacia el mar, con las mejillas ardiendo de vergüenza.
En verdad, debería estar enojado. Sentía como si un par de estafadores lo hubieran

engañado. Uno había puesto el anzuelo y el otro había tirado del sedal. Y para
empeorar las cosas, cuanto más escuchaba, más se daba cuenta de que lo habían
engañado, sobre todo porque ese chico, Palm, incluso había logrado conseguir dinero
de Mahasamut. Sí, debería estar enojado, pero en el fondo, sabía que nadie lo había
obligado a gastar su dinero en esta cosa... y la 'cosa' era...
El joven miró a la persona frente a él, quien levantó una ceja en respuesta.
Bueno, el tipo era bastante bueno. No, fue más que bueno: fue el mejor trato jamás
realizado.
No era una exageración... Mahasamut era realmente uno de los tesoros de la isla.
¡Tongrak no pudo evitar sentirse un poco tonto con ese pensamiento!
Había insistido repetidamente en que no estaba interesado, que no compraría el

servicio del tipo y que no lo quería. ¿Y ahora qué?
Cuanto más pensaba Tongrak en ello, más se encontraba aislado en el mar.
No quería ver la cara de ese hombre molesto.
"En caso de que tengas curiosidad..."
"No la tengo."
Pero cuando una voz profunda y risueña respondió, él replicó instantáneamente,

llevándose la mano a la barbilla y mirando los barcos de pesca en la orilla opuesta.
"Pero quiero decírtelo".
"No quiero oírlo".
"¿Quizá sólo un poco?"
"No."
Escuchó la risa estruendosa del hombre frente a él, con tantas ganas de replicar: '¿Qué
fue tan gracioso?' Y Mahasamut no era diferente de lo que Tongrak le había maldecido
internamente.
"Lo digo por si te hace sentir mejor".
Mahasamut no estaba escuchando a Tongrak ni un poco.
Entonces Tongrak permaneció en silencio, indicando que no estaba escuchando y que

no quería nada de él. Realmente no se estaba concentrando en lo que estaba mirando,
sin embargo. Sus oídos podían oír todo, incluso el sonido de las campanillas de viento
que colgaban frente al restaurante.
Entonces la voz profunda, ahora más suave, continuó hablando.
"Le di dinero a Palm para anunciar mi servicio a los huéspedes que se hospedaban
en el resort".
"¡Lo sabía! Le diré al gerente que tú y ese niño se ganan la vida con los huéspedes..."
"Pero sólo le pedí que vendiera el programa de buceo".
En ese momento, Tongrak, que se había vuelto burlón, rápidamente cerró la boca. Su
mirada se encontró con el brillo divertido en los ojos penetrantes. Y notó los hombros
temblorosos, el cuerpo que se balanceaba, las comisuras de la boca que se contraían.
"Pero, pero..."
"Ajá, nunca dejé que me vendiera. No me estoy vendiendo a mí mismo, en

absoluto".
"Pero escuché..."
"Eso fue todo lo que habló. Dijo que estaba orgulloso de mí".
“...”
Tongrak se quedó sin palabras, mirando al hombre que podía hablar tan
descaradamente. ¿Quién más se atrevería a decir que eran tan excelentes que otros se
enorgullecen de ellos? ¿Podría ser eso realmente cierto? Pero Mahasamut era esa
persona y continuó explicando con actitud tranquila.
"¿Crees que un programa de una pequeña tienda de buceo estaría incluido en los
paquetes principales que vende el hotel? No es tan simple, ¿sabes? ¿Qué ejecutivo
de hotel escucharía a alguien como yo? Al principio, contraté a niños locales o les
pregunté a amigos que trabajan en centros turísticos para hacer correr la voz de una
persona a otra. Lo hice durante años, y algunos lugares incluso me echaron, pero
recientemente, a medida que las profesiones locales han ganado más importancia,
varios centros turísticos, incluido el que te hospedas, han comenzado a apoyar a los
lugareños. No es sólo mi programa de buceo".
Aunque Mahasamut habló casualmente, el oyente no pudo evitar sentir que había algo
más.
A juzgar por el rostro del hombre que tenía delante, Mahasamut debía tener poco más
de veinte años y dijo que había estado haciendo esto durante años.
“¿Y por qué no mencionas que eres líder en materia de trabajo local?”
En ese momento, el personal del restaurante trajo el primer plato de la comida,
sumándose a la conversación iniciada por el hombre más grande.
"Verás, Mut es como el líder principal por aquí. Al principio, nadie lo escuchaba. ¿Te
imaginas? Sólo un niño sin sentido, diciendo que tenemos que impulsar a nuestra
comunidad y que tenemos que ayudarnos unos a otros. Bueno, todo el mundo
simplemente se rió de él. Pero míralo ahora, hablando inglés como un profesional.
Incluso los grandes del resort están dispuestos a hablar con él. Esta tienda también
le debe una", dijo la mujer, que parecía ser la dueña de este lugar, con una actitud
orgullosa.
Tongrak, por otro lado, no estaba realmente interesado. Simplemente escuchó porque
alguien estaba contando la historia.
"¿En qué te ayudé, tía?"
"Oye, mocoso, ¿no es porque trajiste turistas a mi tienda? Una vez que la gente lo
supo, empezaron a venir". La tía regañó a Mahasamut y luego habló con Tongrak:
"Verá, señor, este lugar solía estar bastante vacío. Era sólo un lugar para estacionar
botes. Pero él trajo turistas aquí. Cuando la gente tiene hambre, quiere comida, y así
es cómo sobrevivió mi tienda. Y como la tienda sobrevivió, podía permitirme
comprar pescado a los pescadores a un precio más alto que el del mercado,
ayudándonos unos a otros, ¿sabes?”
"Esas cosas de comprar y vender son todas ideas tuyas, tía. ¿Cuándo ayudé con eso?
No me eches eso encima".
"Te estoy haciendo un cumplido y ni siquiera lo quieres, ¿eh?"
"Jaja", se rió de nuevo el hombretón, todavía bromeando con la dueña de la tienda,

ignorando cualquier elogio que ella intentara darle, hasta que la mujer de mediana
edad se fue furiosa, murmurando... "Ese pequeño mocoso".
"¿Por qué a todos les gusta llamarme mocoso o pequeño mocoso?" preguntó el gran
hombre con una sonrisa.
Mientras tanto, Tongrak no podía quitar los ojos del hombre frente a él, sintiendo nada
más que sinceridad, buena voluntad y tal vez respeto por la fuerte risa, sin importar
cuán molesto pudiera ser. Sin embargo, sentía una autenticidad que rara vez sentía en
los demás.
Mahasamut parecía tan alegre que no pudo evitar... pero mirar fijamente.
Una vez más, esos ojos penetrantes se encontraron con los suyos, una sonrisa
adornando los labios, revelando tal sinceridad que no pudo evitar... pero sentir su
corazón palpitar.
"Mirándome así, ¿te has enamorado de mi buena apariencia?"
Pero todo eso se detuvo cuando Mahasamut volvió a hablar.
Eso fue todo. Las delgadas cejas de Tongrak se fruncieron bruscamente, labios
fruncidos, ojos color miel brillando con desdén.
"¿Esto es lo que llamas guapo?"
"Pero soy el tesoro de la isla; eso no cambiará".
En ese momento, Mahasamut volvió al mismo tema, haciendo que las mejillas de
Tongrak ardieran de calor. Quería discutir, pero se quedó sin palabras, ya que sin darse
cuenta había probado el "tesoro" que mencionó. Tongrak, que había aprendido en los
últimos días que no era rival para este imbécil, decidió girar la cara.
"Entonces, lo que escuchaste de Palm fue que estaba diciendo tonterías. Pero ahora,
realmente quiero saber qué te contó el chico".
El grandulón se acercó más.
"¿Qué dijo sobre mí?"
“...”
Tongrak apretó con más fuerza los dientes sobre el labio inferior. Sus ojos estaban fijos
en un barco pesquero como si fuera la cosa más interesante del mundo. Tenía las
manos apretadas en puños, diciéndose a sí mismo que no debía mirar accidentalmente
al otro y darle ventaja y no involucrarse en una batalla verbal que sabía que finalmente
perdería. A pesar de no aceptar fácilmente la derrota, no podía entender cómo había

perdido ante este hombre.
No podía simplemente decir que le habían vendido la idea de que este tipo era un
producto de primera calidad que tanto mujeres como hombres encontraban irresistible.
Tendría que admitir que fue un engaño al consumidor, y luego se le preguntaría dónde
reside exactamente el engaño. Y no podría discutirlo porque los acontecimientos de
anoche habían demostrado que no era una exageración en absoluto.
Entonces... Tongrak, mantén la boca cerrada.
"Je."
Realmente odiaba la risa de ese hombre.
Tongrak se quedó paralizado cuando el hombre frente a él extendió la mano y le

acarició suavemente la boca con el pulgar.
"No muerdas, ¿quieres? ¿No duele?"
El pulgar rodeó suavemente sus labios hasta que Tongrak soltó el agarre de sus
dientes, dejando solo el pulgar descansando allí. Sus ojos color miel se encontraron con
unos ojos penetrantes.
"No es tu asunto."
"Sí, no es asunto mío. Pero cuando te muerdes los labios... quiero besarte".
“...”
Sus ojos se encontraron, uno revelaba abiertamente todo, el otro vacilaba

inadvertidamente, lo que hizo que Tongrak apartara la mirada.
Debe estar ablandándose, dejando que la atmósfera costera lo afecte. De ninguna

manera fue él quien fue sacudido.
Se dijo Tongrak, mirando hacia el mismo barco pesquero, pero esta vez, su
concentración era tan nítida que algo llamó su atención.
"Ese barco tiene el mismo nombre que tú."
Admitió que tenía la intención de cambiar de tema e incluso hizo una mueca para
evitarlo porque confrontar a la otra parte aquí y ahora, ciertamente no sería bueno. El
nombre del barco pesquero escrito en el costado del barco, Mahasamut, parecía un buen
tema al que pasar.
Esa palabra hizo que Mahasamut mirara hacia allí por un momento.
"Ese es el barco de mi padre", respondió el hombre corpulento, extendiendo la mano

para servir un poco de sopa tom yum fragante en el plato de Tongrak.
"¿Eh?" Pero la historia que acababa de escuchar era más interesante.
Tongrak se volvió para mirar el barco una vez más.
"Ese es un barco de pesca, ¿verdad?"
"Sí, es para pescar, pero ese es el barco de mi papá, no el mío".
"Es lo mismo, ¿no?"
"En realidad no, ya que mi papá me repudió hace mucho tiempo".
Tongrak parecía confundido. Al principio, pensó que este tipo solo estaba bromeando y
en cualquier momento diría que era solo un barco con el mismo nombre. Pero por la
mirada seria en sus ojos, supuso que esto no era sólo otra de sus bromas.
El hombre que le había entregado el plato de tom yum continuó su historia.
"No me he llevado bien con mi padre desde que tengo uso de razón. Cuando me
echó de la casa, simplemente me escapé y nunca volví".
"Estás bromeando, ¿verdad?"
"No. Pregúntale a cualquiera por aquí. Ellos lo saben".
Tongrak parecía incrédulo.
"Tenía quince años, supongo."
"¿Qué, quince? ¿Cómo sobreviviste?" Tongrak, que nació con una cuchara de plata en
la boca, no podía imaginar cómo un chico de quince años, que recién debería haber
comenzado la escuela secundaria, podía vivir solo.
Sí, él mismo vivía solo en otro sentido, pero nunca le faltó dinero.
Mahasamut continuó su historia con una actitud relajada, como si no se tratara de él.
"Me quedé con mi tía e hice todos los trabajos que pude encontrar. No lo creerías,
pero he hecho todos los trabajos que hay en esta isla. En cualquier cosa que generara
dinero, estuve en ello". Por lo general, Mahasamut tenía un comportamiento irritante,
pero esta podría ser una de las pocas veces que vio esos ojos ponerse serios. Como si
estuviera reflexionando sobre aquellos tiempos.
Tongrak no pudo evitar preguntar: "Entonces, ¿por qué no volviste a casa?"
"Mi papá es un hombre de palabra. Quizás eso sea lo único que tenemos en común".
“...”
Se encogió de hombros e incluso se rió también, a diferencia del oyente, que no

entendía por qué se sentía tan incómodo con un asunto que realmente era ajeno.
Quizás fue porque a la gente no le gustaba escuchar historias angustiosas o terribles
sobre los demás. Es más… Tongrak no sabía cómo reaccionar.
No fingiría entender algo que realmente no entendía.
Su comportamiento serio, tan diferente de su habitual rostro orgulloso y hermoso,

llevó al espectador a tomar la mano de Tongrak.
"¿Te parezco lamentable?"
Era una pregunta que Tongrak no podía responder, del mismo modo que no apartaba
la mano.
Miró fijamente a Mahasamut, quien le dedicó una sonrisa.
"Si crees que soy lamentable, entonces lo soy. Pero si no, entonces no lo soy. Y... lo
que quiero decirte es... que nunca me he compadecido de mí mismo", dijo
Mahasamut, empujando una cuchara en la mano suave que nunca había hecho un
trabajo duro con una sonrisa encantadora y luego sosteniéndola sintiendo la calidez
que le gustaba.
"¿Y tú? ¿Crees que soy lamentable?"
"...No."
Puede que Tongrak no hubiera respondido de inmediato, pero tuvo una respuesta que
le vino a la mente.
Mahasamut no parecía lamentable en absoluto.

Este hombre puede ser simplemente un niño que estaba tan enojado con su padre que
se escapó de casa, tenía mal genio, se negó a regresar a casa y tenía el orgullo de vivir
solo. Pero el hombre que ahora le ofrecía una cuchara y le sonreía no daba lástima en
absoluto. Por el contrario, Tongrak podía sentir la fuerza que poseía este hombre.
Un hombre que conocía a toda la gente de su comunidad.
Un hombre querido por la comunidad.
Un hombre que era el orgullo de todos.
¿Había algo lamentable en este hombre?
A diferencia de él, que no tenía nada parecido a lo que tenía Mahasamut.

El hombre frente a él sonrió y luego le soltó la mano, lo que extrañamente todavía
dejaba un calor en el área que había sido retenida.
"Y tú, ¿por qué te hiciste escritor?"
Porque quería escapar....
Tongrak sabía que Mahasamut estaba tratando de cambiar de tema, pero esta pregunta
inesperadamente trajo a su mente una respuesta que no le gustó del todo. Le hizo
estirar la mano y sacar el plato de tom yum, tomando la sopa para dejar que la punta
de su lengua probara la fragancia, la dulzura, la salinidad, la acidez, seguida por el
picante que indicaba lo delicioso que estaba este plato de mariscos Tom Yum, dándose
tiempo para pensar en una respuesta.
"Es divertido, supongo."
"¿Eso es todo?"
"Sí. Aunque al principio."

"¿Y ahora?"
Tongrak no entendía muy bien por qué estaba dispuesto a compartir sus historias
personales con alguien a quien sólo conocía desde hacía unos días, pero no pudo
evitarlo. Él sólo... quería hablar, tal vez.
O tal vez fue por esos ojos que lo miraban.
"A veces es frustrante. Cuando comencé a escribir, solo quería compartir historias
que disfrutaba con otras personas que sentían lo mismo. Pero a medida que más
gente leía mi trabajo y me volví más famoso, hubo quienes criticaron todo. '¿Por qué
el personaje hace esto? Eso no es lógico. '¿Por qué no refleja la sociedad real?' '¿Por
qué no les enseña a los niños lo que deben o no deben hacer?' Realmente quiero
preguntar si estas personas alguna vez han escrito algo o han contribuido a la
sociedad. No, simplemente disfrutan criticando a los demás. ¿Alguien ha dicho
alguna vez que un escritor sólo debe escribir para enseñar algo a la sociedad,
siempre y cuando sea una sola persona? Para mí, mientras una persona disfrute mi
escritura, eso es suficiente para que me llamen escritor".
Para él, la crítica debía ser constructiva y no limitarse a encontrar fallos.
Escuchaba las opiniones de los demás pero no las de aquellos que pasaban sus días
buscando problemas. A veces se preguntaba si aquella gente no tendría nada mejor
que hacer porque él no perdería el tiempo insultando a desconocidos. Sus días valieron
más que eso. Además, si tuviera algo que decirle a alguien, se lo diría a la cara, no se
escondería detrás de un teclado,
Tongrak suspiró. Esto ni siquiera incluyó a aquellos en las redes sociales que lo
acusaron de ser demasiado molesto.
"¿Estás feliz con lo que estás haciendo?"

Una vez más, Tongrak se detuvo para encontrar una respuesta a esta pregunta, lo que
levantó las comisuras de su boca.
"Si no estuviera feliz con mi trabajo, ya no existirá un escritor llamado Tongrak".
Tongrak disfrutó la sensación de la gran mano extendiéndose para apretar la suya

antes de soltarla. Aunque el toque no tenía ningún significado sexual, a Tongrak le
gustó el calor que permanecía en su mano.
"La vida es así, ¿no?"
Mahasamut ofreció una sonrisa sincera.
Curiosamente, Tongrak sintió que esa noche podría escribir la escena de amor
pendiente que había dejado intacta.
"¿A dónde se fué?"
Después de terminar su comida, Tongrak no pudo evitar caminar y mirar hacia el

estanque donde había visto los peces antes mientras esperaba que Mahasamut se
despidiera del anciano de antes. Pero por mucho que mirara, el pez de aspecto peculiar
no resurgió.
Mahasamut se unió a él poco después.
"¿Qué estás buscando?"
"El pez que vi antes. Era enorme", señaló con las manos para mostrar el tamaño.
Pero el hombre más grande se limitó a reír de buena gana, lo que provocó que Tongrak
frunciera el ceño en respuesta.
"Viste adónde fue".
"¿Qué? ¿dónde?"
"En el tom yum que acabas de comer."
“...”
Con eso, los ojos color miel de Tongrak se abrieron tan grandes como huevos de
gallina, mirando al hombre más grande para confirmar una vez más, y Mahasamut
asintió con firmeza mientras intentaba reprimir la risa.
"Dijiste que también estaba delicioso". No pudo resistirse a añadir otra frase.
Después de terminar su broma, Mahasamut caminó hacia la motocicleta, dejando a

Tongrak mirando la jaula de peces con ojos de disculpa.
La escena de amor que había planeado escribir... temía que en su lugar tuviera un
sentido de suspenso.
...Rak, eres cruel...
...Rak, ¿por qué no contestas mis llamadas?...
...Rak, llámame...
Tu amiga me está tomando el pelo...
La que es más cruel que tú es Vi...

Tongrak acababa de salir del baño secándose el cabello cuando tomó su teléfono para
revisar los mensajes. No le sorprendió demasiado ver una avalancha de ellos, ya que
había desactivado las notificaciones desde que llegó a la isla, una práctica común
cuando necesitaba espacio para trabajar. Pero lo que llamó su atención fue el mensaje
quejumbroso de su secretaria personal y junior de sus días escolares.
La persona que le envió todas las pegatinas malas disponibles en el dispositivo.
En lugar de devolverle la llamada, Tongrak simplemente se encogió de hombros y

decidió llamar a otra persona.
Vi....
[Oye, ¿cuántos capítulos has escrito?]
"¿Eres mi editor o qué?"
[Estoy preguntando en su nombre, obviamente. Probablemente esté gritando y

llorando ahora mismo. El Sr. Tongrak aún no ha enviado el primer borrador.]
A pesar de que la voz al otro lado de la línea era irritante, Tongrak simplemente se rió
entre dientes y se secó el cabello.
"Estás tan estresado que estás molestando a un niño".
[...]
Esta vez, la persona al otro lado de la línea se quedó en silencio, lo que provocó una
amplia sonrisa por parte de Tongrak.
"¿Cuáles son los últimos chismes ahora?"
[...Dicen que me acosté con el director para conseguir el papel principal.]

Al escuchar eso, Tongrak no pudo evitar estallar en carcajadas. imaginándose a su

mejor amiga, sin duda furiosa y lista para estrangular a alguien.
Vi, conocida en la industria como Vivy Vorapapha, la estrella en ascenso con una serie
de dramas exitosos y un flujo interminable de eventos, era la misma persona que se
rumoreaba que tenía un temperamento desagradable, una actitud malcriada y una
vena egocéntrica que dejó a todos a su alrededor exasperados. Todo lo que hacía era
examinado y fácilmente se convertía en la comidilla de la ciudad. También era la
misma persona que había sido amiga íntima de Tongrak desde la secundaria.
Eran tan cercanos que a menudo se encontraban en situaciones similares,

entendiéndose completamente.
Mientras él era escritor, ella era actriz y el trabajo que hizo famosa a Vi se basó en una
historia que Tongrak había escrito. Hubo un momento en el que se rumoreaba que
había conseguido el papel debido a su relación con Tongrak, lo que los llevó a
encontrarse en un bar, levantar sus copas y tomarse una selfie para mostrársela a esos
chismosos.
Si la gente quisiera pensar de esa manera, les darían algo en qué pensar.
Mientras que Connor encontró toda la situación divertida y lo mantuvo entretenido

durante semanas.
Porque Tongrak era gay. ¡Repito! ¡Era gay!
Tongrak nunca ocultó sus preferencias sexuales. Si alguien frecuentaba bares, pubs o
discotecas famosas, a menudo lo veían con un hombre. Profundice un poco más y
todos sabrán la verdad, pero aún así, este rumor logró causarle problemas a Vi. En
lugar de enojarse, lo encontró divertido e incluso avivó las llamas, haciendo que
pareciera que había una relación real entre ellos.
Le encantaba ser así de sarcástica, razón por la cual la prensa se divertía con sus
historias.
Esta vez debería ser lo mismo, pero la víctima de sus cambios de humor resultó ser su
secretaria más cercana.
"Frost, ¿eh?"
[Sí.]
"Es gracioso. Escuché que ahora está saliendo con alguien más joven".
[Sí, perdidamente enamorado. Tiene a su pequeño compañero haciendo prácticas en

el set, y en cada descanso, desaparece con el pasante.]
Vi contó riendo, lo que obligó a Tongrak a encauzar la conversación.
"¿Qué le hiciste a Mook?"
[No hice nada.]
"¿Qué le hiciste para que me enviara spam con stickers como este?"
Tongrak puso los ojos en blanco ante el sonido de la risa de su amiga, ya adivinando lo
que vendría antes de la confesión.
[Solo estoy cansada. Me daba pereza levantarme, así que le dije que me sirviera un
poco de agua. Luego tuve hambre pero no quería pedir comida yo misma, así que le
pedí a ella que se encargara. Y no dormí porque estuvimos filmando toda la noche,
así que le dije que limpiara un poco. Sólo un par de cestos de ropa sucia y algunos
platos. ¿Ella fue a quejarse contigo?]
"Dudo que fueran sólo un par de cestas y algunos platos".

Inmediatamente se dio cuenta de que el lugar debía haber estado hecho un desastre
durante semanas, y ella llamó a su secretaria para burlarse de ella
y calmar el estrés.
[Me conoces tan bien.]
Eran similares en muchos aspectos, excepto que esta táctica no funcionó tan bien con la
gente de por aquí.
[Entonces, ¿estás llamando para regañarme?]
"No, haz lo que quieras".
[Tu secretaria probablemente ya esté llorando.]
Tongrak se rió, imaginándose a Mook con las mejillas hinchadas en un puchero,

mirándolo y diciendo: 'Rak, no me estás ayudando en absoluto. ¿Todavía me
consideras tu hermana pequeña? Él se rió entre dientes, entendiendo por qué a su
amiga le gustaba burlarse de la pobre niña.
"Simplemente no la presiones hasta el punto de renunciar".
[Cierto, olvidé que mi amigo no puede hacer nada sin una secretaria, tu agenda sería
un desastre… ¿A cuántos te has follado ahora?]
De repente, su amiga cercana cambió de tema, lo que provocó que Tongrak terminara
la conversación con solo...
"Ahora tengo sueño, adiós".
Colgó sin esperar respuesta, avergonzado de admitirle a su amiga que… la respuesta

era solo uno.
Desde que llegó aquí, solo tuvo relaciones sexuales con una persona y no había señales
de una segunda persona a la vista.
Si el primero era la calidad, ¿por qué molestarse en buscar cantidad?
"¿Y por qué debería siquiera poner excusas?"
¿Exactamente por qué debería encontrar una razón para su acción?
Tongrak inclinó la cabeza, dejando que la toalla cayera y cubriera sus mejillas
intensamente sonrojadas.
Mahasamut caminó por el sendero de cemento que conducía al mar, pasando por el
restaurante donde había llevado a Tongrak a comer ese mismo día. Después de doblar
un par de esquinas, el joven pasó por encima de una tabla de madera que se extendía
hacia una de las casas de madera, abrió la puerta y entró en la destartalada casa de
madera.
El año pasado, Mahasamut había reservado una pequeña habitación para guardar el
equipo de buceo y utilizaba el segundo piso como lugar de descanso. Pero hace unos
meses, aceptó iniciar un negocio con un amigo japonés.
Aunque lo llamaba amigo, este amigo tenía casi el doble de su edad. Se conocieron
porque estos últimos venían a sumergirse en la zona todos los años, permaneciendo
durante meses. Sus conversaciones evolucionaron hasta convertirse en una amistad
intergeneracional, y fue el año pasado cuando se mencionó la idea de abrir una tienda
de buceo y le preguntaron si estaba interesado en unirse.
Por supuesto, no tenía dinero y lo dejó claro.
Quizás fue su franqueza o algo más lo que atrajo a la otra parte, pero aceptó trabajar
juntos. El amigo dijo que no se preocupara por las finanzas; él financiaría el negocio,
mientras que Mahasamut contribuiría con su trabajo. Mahasamut tardó menos de un
día en decidirse y aceptar.
A lo largo de su vida, había aprendido que las oportunidades no aparecían con

frecuencia, por lo que, aunque no sabía lo que le deparaba el futuro, estaba decidido a
aprovechar todo lo que se le presentara.
Mahasamut era codicioso y lo sabía bien.
Ahora, se había mudado a vivir cerca del pueblo porque los barcos y el muelle estaban
aquí. Pero a pesar de que se llamaba casa, no era diferente del lugar donde solía dormir
por las noches.
En el interior de la casa apenas había muebles grandes. La cama era sólo un colchón
colocado en un rincón. Al otro lado, había un armario con sólo unas pocas prendas de
uso habitual y un gabinete de almacenamiento con sólo unas pocas cosas.
Mahasamut dejó las llaves de su motocicleta en el estante y entró en la ducha. No pasó

mucho tiempo antes de que emergiera el joven de complexión grande, vestido sólo con
pantalones de pijama holgados. Su mano distraídamente revolvió su cabello húmedo.
Luego se acercó y se desplomó sobre el colchón, agarró su teléfono y revisó sus
mensajes.
Como era de esperarse, no hubo mensajes de ese lindo hombre, como siempre.
Pero el joven ya lo sabía. Simplemente abrió la aplicación de mensajería para enviarle

un mensaje de texto a su mejor amigo.
…Khom…
Pensó que había más cuando habló sobre el trabajo con Tongrak.
Su intuición le dijo que podría haber algo.
...¿Sabes si el señor Tongrak tiene problemas laborales?...
Después de enviar el mensaje, arrojó el teléfono a un lado, sin esperar una respuesta
inmediata. Pero justo cuando estaba a punto de acostarse...
¡Ding!
Su gran mano volvió a coger el teléfono.
...No estoy seguro, pero Connor dijo que no hay nada de qué preocuparse por las cosas
del trabajo...
Fue lo suficientemente intrigante como para hacer que el grandulón se incorporara.
…¿Qué quieres decir?...
No tuvo que esperar mucho para recibir una respuesta.
…Connor dijo que el Sr. Rak tiene todo el trabajo bajo control...
…Pero son las cosas emocionales las que son más preocupantes...
...Yo tampoco lo entendí...
...Ya le pregunté a Connor pero no obtuve respuesta...
…Connor dijo que tendrás que resolverlo tú mismo...

Mahasamut escribió un rápido agradecimiento a su amigo en Canadá antes de volver a

tumbarse, con la mente detenida en el rostro sorprendentemente bonito que lo había
cautivado.
No era sólo el rostro en el que estaba obsesionado. Era todo lo relacionado con el Sr.
Tongrak lo que le despertaba la curiosidad.
Quería saberlo todo: cómo se vería su cara si lo abrazara, cómo reaccionaría ante las
burlas, si se sonrojaría ante palabras dulces, si escucharía sus historias, cómo tomarlo
desprevenido otra vez, y por qué... lloró.
La imagen de aquel rostro manchado de lágrimas todavía estaba grabada en su mente.
La gente común podría sorprenderse por su repentina desaparición bajo el agua, pero
no romperían a llorar de esa manera, lo que lo hizo aún más ansioso por descubrir por
qué las lágrimas, especialmente porque tantas...
Tendré que encontrar las respuestas yo mismo.
Al final, Mahasamut se dijo precisamente eso, incluso cuando todavía podía ver a la
persona altiva con las mejillas sonrojadas detrás de los párpados cerrados. Esto hizo
que las comisuras de los labios del hombre más grande se curvaran hacia arriba
involuntariamente.
Parecía que esta noche tendría dulces sueños.

Capítulo 8
El amor es una ilusión
El mar era tan hermoso, con el agua tan clara que se podían ver los peces nadando.
El aire era fresco y claro, con una suave brisa que soplaba suavemente.
Pequeñas olas golpeaban la orilla creando espuma blanca.
Todos los elementos estaban perfectamente alineados para una escapada junto al mar.
Sí, Tongrak estaba aquí de vacaciones junto al mar, por lo que era razonable suponer
que debería estar de muy buen humor.
"¿Por qué viene este niño?"
Mientras el clima era perfecto para zarpar, un hombre musculoso vestido con
pantalones cortos y una camiseta oscura, mostrando sus fuertes brazos, estaba tirando
del ancla del barco. Pero su acción fue interrumpida por una mano blanca y suave que
agarró su brazo, seguida de un rostro con el ceño fruncido y un tono molesto que lo
hizo girarse para mirarlo a los ojos.
El chico lindo no estaba de buen humor.
“¿Vamos a bucear?"
Cuando Mahasamut lo invitó ayer, Tongrak fingió desinterés y apenas reprimió una
sonrisa, aunque sus ojos brillaban de emoción. Mahasamut se había burlado un poco
de él, diciéndole que uno no debería quedarse en su habitación cuando está de
vacaciones. Después de algunas quejas sobre el calor y un par de murmullos sobre el
buceo, aceptó fácilmente ir.
Y… se despertó temprano sin necesidad de que lo despertaran.
Por lo general, Mahasamut tenía que ir a despertar a Tongrak a su habitación, pero hoy,
el chico lindo estaba desayunando sin ningún tipo de persuasión. El rostro detrás de
elegantes gafas de sol, tomando café en la playa, no era algo que pasara desapercibido.
Cualquiera podía ver que Tongrak estaba bastante emocionado, pero...
Incluso con un puchero, todavía se ve adorable.
Mahasamut se rió en silencio, observando el hermoso rostro que se convirtió en un

puchero, sus ojos fijos y su cuello arqueado hacia atrás en su habitual inclinación
orgullosa. La mano suave se aferró a su brazo, negándose a soltarlo, pero la mirada
hacia otra persona que ya había subido al barco hizo que el hombretón reprimiera una
risa.
"Hola, hermano guapo, hoy estoy aquí contigo, así que por favor cuídame".
La causa de todo esto probablemente fue este niño.
El joven que ya había subido a bordo para ayudar con el amarre ahora saludaba y
sonreía, mostrándole todos los dientes al "hermano guapo". El que estaba siendo
elogiado, sin embargo, simplemente frunció el ceño aún más, mirando al niño con
irritación.
Parece que todavía estaba avergonzado por el incidente del tesoro de la isla.
El tipo grande sonrió y tomó la suave mano, acariciándola suavemente como para
consolarla.
"Cuando voy a bucear, necesito un asistente. De lo contrario, ¿quién vigilará el barco

cuando lleve a los invitados a bucear?" Una voz profunda explicó pacientemente,
mirándolo a unos ojos que se suavizaron pero que aún le daban una pequeña queja.
"¿Y por qué tiene que ser este chico?"
"Palm trabaja conmigo, pero le gusta trabajar en bares por la noche. Normalmente,
durante la temporada alta, está conmigo todo el tiempo".
Muchos otros se marchaban a hacer otros trabajos durante la temporada baja y luego
volvían a trabajar con él durante la temporada turística.
El oyente empezó a relajarse y el agarre del brazo se aflojó.
Le gustaba cuando el corazón de la belleza se ablandaba.
Pero antes de que Tongrak le soltara la mano, Mahasamut la deslizó entre las yemas de
los dedos y la sujetó. Su rostro se inclinó para susurrarle al oído al otro.
"¿O tienes tantas ganas de hacer algo más conmigo que no quieres que Palm te
acompañe?" Le gustó cómo reaccionó el chico lindo de ojos grandes, nervioso y
tratando de quitarse la mano. Tongrak parecía querer maldecirlo en voz alta, pero no
pudo porque el niño estaba escuchando a escondidas, y eso provocó que... se mordiera
el labio.
Era tan adorable que quería burlarse de él un poco más.
"En el barco también podría ser interesante, pero te mareas, ¿no?"
¡Golpe!
Mahasamut fingió un gemido cuando fue golpeado con toda su fuerza, soltando
voluntariamente la mano que había estado sosteniendo. Él observó las mejillas blancas
volverse rojas y los ojos que claramente mostraban emoción cuando mencionó 'en el
barco'.
¿Quién dice que el escritor llamado Tongrak era sereno y digno? Sólo vi a un hombre juguetón y
sexy con ganas de probar cosas nuevas.
Mahasamut notó en su mente la idea de "en el barco".
"¿A quién le importa eso?" La persona murmuró para sí mismo en voz baja, lo que
resultó muy divertido para Mahasamut.
"¿En serio?"
Finalmente, Mahasamut dejó de molestar a Tongrak mientras su gran mano acariciaba

la suave piel de la muñeca de Tongrak. Observó a la persona estremecerse levemente y
comenzó a reconsiderar el plan de buceo.
No habían tenido relaciones sexuales desde ese día.
"Oigan, ¿no vienen ustedes? Hace calor por la tarde, ¿sabes, verdad?"
¿O debería cambiar de asistente?
Mahasamut puso los ojos en blanco en secreto cuando Palm gritó de una manera tan
inocente que Mahasamut tuvo que dejar de hacer lo que estaba haciendo. En cambio,
arrojó la pequeña ancla al barco con más fuerza de la necesaria, haciendo que Palm se
sobresaltara. Palm se volvió como si quisiera preguntar: '¿Qué hice mal?' Pero
Mahasamut simplemente sacudió la cabeza y se giró para ayudar al chico bonito a
subir al barco.
Una vez que Tongrak estuvo a bordo, Mahasamut se levantó tras él.
"Hace calor allí", le gritó a Tongrak, que se había sentado en la parte delantera del
barco.
"No seas entrometido", dijo bruscamente la persona que se giró para responder, pero
se adentró un poco en la sombra y comenzó a aplicarse protector solar en la piel.
Su comportamiento obstinado, pero finalmente sumiso, hizo que Mahasamut sonriera

con cariño, hasta el punto de que incluso Palm le susurró: "¿A qué le sonríes, Mut?"
¡Golpe!
"¡Ay, hermano, eso duele!"
Mahasamut golpeó a Palm en la cabeza, ignorando sus quejas, y lo envió a empujar el

bote hasta un punto donde pudieran arrancar el motor. Mientras tanto, Mahasamut no
podía evitar echar miradas furtivas al bonito rostro, complacido por la expresión
relajada que había vuelto al buen humor, provocando una sonrisa en él también.
Prefería Tongrak cuando sonreía así.
Los gatos eran más lindos cuando se estiran que cuando silbaban e hinchaban su
pelaje, pero si les preguntabas si un silbido. El gato hinchado era lindo, Mahasamut
todavía diría que lo era.
"Aquí está tu chaleco salvavidas".
“...”
Tongrak miró el chaleco salvavidas reflectante de color naranja que Mahasamut tenía
en la mano, luego sus ojos oscuros y se negó a cogerlo hasta que prácticamente se lo
metió en las manos. El hombretón, que últimamente parecía haber descubierto a
Tongrak, le sonrió y regresó para hablar con Palm, sin notar la sonrisa engreída en el
rostro de Tongrak mientras se colocaba el chaleco salvavidas, se ponía las aletas de
natación, el snorkel y entonces...
"¡¡¡Ey!!!"
Incluso con el sonido del agua chapoteando y las burbujas del movimiento vigoroso en
sus oídos, Tongrak pudo escuchar el fuerte grito del hombre grande y vio la figura alta
lanzándose hacia el costado del bote, lo que lo impulsó a surgir sobre el agua y saludar.
"¿Por qué debería escucharte?" Tongrak gritó antes de volver a ponerse el snorkel y
luego sumergirse en el mundo submarino.
El fresco abrazo del agua lo envolvió, refrescando cada poro de su piel con un
escalofrío reconfortante. Los ruidos del mundo se desvanecieron como si estuviera
separado de otro reino. Vio los peces vibrantes saltando entre los corales, despertando
viejas sensaciones en su interior.
¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que buceó?
La respuesta probablemente fue años.
Al principio, Tongrak sólo se había preguntado por qué Connor era tan apasionado por
el mar y aprovechaba cada oportunidad para bucear. Finalmente, Tongrak tomó un
curso de buceo profundo, obtuvo la certificación y se unió a Connor en varias
inmersiones. Estar bajo el agua se sentía bien, pero no era adicto como su amigo. La
idea de bucear con tanta frecuencia era demasiado: su piel sufría, su cabello se dañaría
y finalmente dejó de hacerlo.
Sin embargo, volver a visitar una actividad abandonada hace mucho tiempo me trajo
un tipo diferente de alegría.
O tal vez fue porque había estado rodeado de gente durante tanto tiempo que había
olvidado este tipo de tranquilidad.
Nadie podía molestarlo, nadie podía criticar sus acciones, nadie podía señalar sus
defectos. Ahora, era solo él, algunos equipos y la belleza que tenía ante él.
Quizás simplemente me estoy haciendo viejo.
En el pasado, le gustaba estar rodeado de mucha gente para enmascarar su soledad.

Odiaba estar solo en su casa grande y asfixiante. Le gustaba salir con amigos y buscaba
entretenimiento de todo tipo. Eso fue hasta que Tongrak descubrió, escribiendo
novelas, que en realidad le gustaba estar solo, aunque sólo mientras trabajaba. Cuando
dejó de escribir, el silencio lo empujaría a buscar a alguien que aliviara su soledad. Pero
este viaje le hizo darse cuenta de algo... había un cierto placer en la soledad.
Como ahora, se sentía en paz.
De repente. Tongrak dejó de patear las piernas, permitiendo que su cuerpo flotara en el
mar. Al contemplar el vasto y hermoso mundo que tenía ante él, sintió un vacío
vertiginoso. Algo dentro de su corazón se expandió, como cada vez que el ruido se
apagaba, y recordó por qué había dejado de bucear.
Estaba demasiado tranquilo. Demasiado vasto. Fue....
De repente, un toque cálido agarró su palma, sacándolo del silencio de regreso al

sonido de las olas rompiendo.
Levantó el rostro por encima del agua.
"No vayas por ese camino. La corriente te arrastrará".

El hombre grande gritó por encima del sonido de las olas, su otra gran mano señalaba
que Tongrak se estaba desviando de la zona segura. Esto hizo que parpadeara
rápidamente bajo su máscara, mirando la figura cada vez más severa.
"La próxima vez que quieras meterte en el agua, primero tienes que decírmelo.
¡¿Entendido?!"
Normalmente, habría respondido: '¿Y tú? La última vez saltaste sin decir una palabra,
¿verdad? Pero permaneció en silencio, simplemente mirando al hombre, quien se
ablandó en los momentos siguientes y le ajustó suavemente el snorkel.
"Sígueme."
Eso fue todo lo que dijo Mahasamut antes de meterse el tubo de aire en la boca y
empezar a nadar. Condujo a Tongrak de regreso a la zona segura sin soltar su mano
como si temiera que Tongrak fuera arrastrado nuevamente.
Curiosamente, una vez que su rostro estuvo sumergido, el vasto mundo submarino
quedó tan silencioso e inmenso como siempre, pero el calor que apretaba su palma
hizo que Tongrak sintiera menos miedo que antes.
No se atrevía a compartir su miedo con nadie, pero se desvanecía cuando alguien

estaba a su lado.
Mahasamut sacó una botella de agua de la hielera y caminó hacia donde había alguien
envuelto en una toalla grande. Los ojos penetrantes, que habían sido feroces cuando
notó que Tongrak salía de la zona segura, ahora solo mostraban cariño por el hombre
frente a él. Tongrak se jactaba de que sabía nadar con aletas y que no necesitaba chaleco
salvavidas, pero ahora temblaba incontrolablemente con un charco de agua de mar a

sus pies.
Connor le había dicho que Tongrak tenía una licencia de buceo profundo, pero eso no
significaba que permitiría que cualquiera saltara al agua sin decir una palabra.
Pero aún así... no podía seguir enojado.
"Toma."
La cara bonita levantó la vista, sorprendentemente no quejosa, ni irritada, ni

discutidora, simplemente tomó la botella de agua y la abrió para beber, lo que provocó
que Mahasamut se sentara a su lado.
"¿Ya estás cansado?"
"Sí, estoy cansado", respondió Tongrak, luego se volvió para mirar el océano.
"Es pacífico, ¿no?"
"Con las olas tan fuertes, ¿estás sordo?" No pudo resistirse a bromear y le gustó cómo
el bonito lo regañaría a cambio.
"Está bien, sé que te refieres a bajo el mar. Me gusta, ¿y a ti?"
Tongrak disfrutó del silencio bajo el mar, la forma en que lo envolvían las frescas aguas
y la belleza que deseaba preservar.
"...Es demasiado tranquilo."
Pero entonces, el oyente hizo una pausa, mirando el rostro que brevemente reveló un
atisbo de soledad antes de desaparecer rápidamente. Fue suficiente para despertar la
curiosidad de una persona observadora como Mahasamut. Sin embargo, en lugar de
preguntar más, decidió reír.
"¿Quieres que baje y te moleste?"
"¿Cómo puedes hablar bajo el agua? Usa tu cerebro".
A Mahasamut le gustó la respuesta de Tongrak.
"Estás actuando como si nunca hubieras aprendido las señales submarinas", hizo un
gesto Mahasamut con las manos, y Tongrak simplemente giró la cara y murmuró para
sí mismo.
"Me he olvidado por completo."
"¿Quieres que te enseñe otra vez? Mis tarifas son razonables".
"Eres entrometido".
"Sí, lo soy."
El gran hombre volvió a reír mientras unos ojos color miel lo miraban fijamente, y
luego Tongrak se dio la vuelta, derrotado. Cierto, Mahasamut era descarado. Que lo
llamaran entrometido no lo sacudió. Incluso que lo llamaran entrometido no lo
desconcertó. Si no fuera entrometido no estaría sentado allí, haciendo que Palm
preparara un almuerzo para la persona bonita que tenía delante.
Mahasamut no podía negar que le gustaba el rostro de esta persona.
El que, una vez derrotado, se sentaba abrazado a sus rodillas, alejándose de él,
moviendo la cabeza hacia un lado para indicar que no quería hablar.
Nunca entendió a los niños del vecindario que gritaban a las celebridades, llamaban así
a los hombres hermosos y decían algo así como que esas celebridades masculinas eran
sus hijas, a pesar de que esos niños eran más jóvenes. Y cuando preguntó, le
argumentaron que la maternidad era una cuestión del corazón, no de la edad, dejando
sin palabras incluso a una persona conversadora como él. Pero ahora creía comprender
sus sentimientos.
El hombre frente a él era innegablemente guapo pero también increíblemente hermoso

de una manera inesperada. Alguien que parecía temperamental y egocéntrico pero que
tenía muchas cualidades inesperadamente entrañables.
Al principio, sólo quería ver que su indicador de orgullo bajara un poco, pero ahora
quería saber todo sobre él, incluyendo la mirada solitaria en sus ojos cuando se sentó
solo antes.
"¿Por qué te llamas Mahasamut? Es extraño".
"¿Y por qué te llamas Tongrak? Eso también es bastante raro".
Cuando el que estaba en silencio preguntó algo, el grandulón no pudo evitar burlarse
de él nuevamente con una pregunta, haciendo que el lindo se volviera y lo mirara con
una mirada molesta.
"Te pregunté primero."
Bueno, eso es correcto.
Mahasamut respondió mentalmente, luego se acercó a Tongrak y extendió la mano

para quitarle el cabello húmedo de la cara. Le gustó que el otro no apartara su mano.
Sus ojos penetrantes se encontraron con unos ojos hermosos que exigían una respuesta,
lo que le llevó a hablar de otra cosa.
"Tal vez porque nuestros nombres están destinados a estar vinculados".
"¿Reprobaste tu idioma tailandés o algo así? No hay nada que estos dos nombres
suenen igual". El Sr. escritor discutió con el ceño fruncido, lo que provocó que el
hombre más grande se alisara el cabello y se acercara lentamente sin asustarlo. Luego,
señaló a Tongrak.
"Bueno, Tongrak significa amor innegable". Y luego se señaló a sí mismo.
"Mahasamut significa océano".
TongrakMahasamut significa el amor innegable por el océano.
Mahasamut observó cómo las rubias mejillas, heladas por el frío, comenzaban a
sonrojarse de calidez mientras Tongrak, que afirmaba ser más competente en tailandés
que un chico sureño como él, absorbía lentamente el significado de sus palabras.
Mahasamut significaba la palabra 'Tongrak' en forma verbal, que significaba: "Tienes

que amar a Mahasamut".
"Eso es una tontería", dijo la voz clara y temblorosa.
Parecía que tenía que enfatizarlo una vez más.
"TongrakMahasamut significa un amor innegable por el océano... o, para ser

precisos, por mí".
No el gran océano que tenían delante, sino el gran hombre llamado Mahasamut que
estaba justo aquí.
Bromeó, esperando ver al escritor morderse el labio en señal de derrota o gruñirle con
ira por pasar de ser solo un guía turístico y un compañero de cama temporal a algo
más. Él esperaba ver una mirada de desdén porque alguien como él nunca podría
convertirse en el amante de esta persona. Pero no...
"¿Sabes que el amor es algo que simplemente inventamos en nuestras cabezas?"

La mano suave lo apartó y la esbelta figura se puso de pie y dijo rotundamente: "Ahora
tengo hambre".
Dicho esto, Tongrak caminó rápidamente hacia la parte trasera del barco, donde Palm
estaba preparando pollo asado y arroz pegajoso en platos.
"Adelante, cómelo mientras aún está caliente. Oye, Rak, ¿alguna vez has comido
ostras frescas directamente del mar? Me sumergiré y te conseguiré algunas. Te lo
aseguro, si las quieres más frescas, ¡Será mejor que vayas a comerlos tú mismo al
mar! Palm se rió a carcajadas desde la parte trasera del barco, utilizando la misma línea
que había utilizado Mahasamut. Pero esta vez, Tongrak no reaccionó con nada más que
aceptar el plato y sentarse a comer tranquilamente.
Mahasamut sólo podía mirar, mientras la respuesta a esa pregunta todavía resonaba en
su cabeza.
Fue su culpa que hiciera que Tongrak pareciera que estaba a punto de llorar.
Habló sin pensar.
Un joven se aferraba a la esperanza de que algún día esos ojos se volvieran a mirarlo, esos labios
pronunciaran su nombre y esos brazos ofrecieran un cálido abrazo a su cuerpo. Esperaba
desesperadamente recibir amor de este hombre, dispuesto a todo...
Cualquier cosa...
Tongrak miró fríamente la última frase que había dejado sin terminar. Lo borró y lo
reescribió muchas veces, pero todavía se sentía mal, sin saber si era insatisfacción o un
malentendido.
Un escritor debe comprender los sentimientos de cada personaje y saber lo que

necesita. Pero una vez más, Tongrak se encontró atrapado en el mismo problema que
aún tenía que resolver.
¿Por qué la gente hacía todo lo posible para conseguir el amor de una sola persona?
"Es gracioso."
No eran las acciones de sus personajes las que eran divertidas, sino él mismo. Como un
escritor que podía elaborar oraciones e historias. No podía entender una palabra de lo
que ese hombre había dicho.
TongrakMahasamut.
¿Por qué se sintió conmocionado con sólo juntar dos nombres? Fue solo una frase sin
sentido. ¿Por qué hizo que la historia que fluía en su cabeza se detuviera
abruptamente?
Tongrak levantó la mano para frotarse los ojos, apartando la mirada de la pantalla, sólo
para descubrir... estaba lloviendo.
"Va a llover esta noche. No duermas con el aire acondicionado demasiado frío".
De repente, la voz profunda de un hombre corpulento resonó en su cabeza.
El joven se levantó para mirar por la ventana y vio que un fuerte aguacero avanzaba
hacia la isla. Los árboles se balanceaban y doblaban con la fuerza del viento, a pesar de
que no había habido señales de tormenta más temprano ese día, y el pronóstico del
tiempo incluso había pronosticado cielos despejados para la noche.
Pensó en ese grandulón otra vez.
"Esto es estresante", murmuró Tongrak para sí mismo, sin saber si se estaba

maldiciendo a sí mismo o al tipo que podía predecir el clima.
RRRRRrrrrrr
Tongrak se estremeció levemente y se volvió hacia el sonido de su teléfono. Sólo unas

pocas personas podían llamarlo cuando configuraba su teléfono en modo No molestar,
e incluso su secretaria personal no tenía este privilegio.
...Khwan...
El nombre que apareció en la pantalla sorprendió a Tongrak, pero respondió de

inmediato.
"¿Hola?"
[¿Dónde estás ahora, Rak? Llegué a tu casa y no había nadie.]
"Estoy de vacaciones para escribir mi novela. ¿Por qué?"
La voz al otro lado de la línea era la de su única hermana mayor, y si no se equivocaba,

su tono sonaba ansioso, dándole una premonición de que algo andaba mal.
Mientras Khwan guardó silencio por un momento, luego preguntó en voz baja.
[¿Papá ha intentado contactarte?]
“...”
Esta vez, fue Tongrak quien guardó silencio y apretó con más fuerza el teléfono.
Papá... una sola palabra que desató un torrente de emociones en su interior.
"No, ¿se puso en contacto contigo?"

[No, pero Meena me dijo que vio a su abuelo cerca de la escuela.]
Los labios de Tongrak se apretaron y palidecieron cuando su hermana mencionó a su

única sobrina.
"Ella podría haberse equivocado."
[¿Podría ser realmente cierto, Rak? Papá no intentó reunirse con Meena, ¿verdad?
¿Por qué tendría que hacer eso? ¿Por qué no se puso en contacto conmigo o contigo?
Y si realmente quisiera reunirse con Meena, ¿qué voy a hacer?]
"¡Khwan! ¡Cálmate!"
Mientras su hermana expresaba sus preocupaciones, Tongrak gritó con un tono agudo
que la hizo guardar silencio. Respiró hondo, sabiendo muy bien con qué facilidad su
hermana podía agitarse y que el asunto de su padre no sólo afectaba a Khwan. Incluso
él, que intentaba ser un pilar de apoyo para su hermana, no se sentía diferente.
"Si papá te contacta, dile que me llame. Si quiere dinero, dile que me llame. No
dejes que se involucre con Meena".
[¿Debería llamar a mamá?]
"¿Le importará?"
[...]
El silencio cayó de inmediato, y si no se equivocaba… escuchó el sonido de su hermana

reprimiendo sus lágrimas.
Tongrak se pasó la mano por el cabello con brusquedad y dijo en voz más suave: "No
tienes que preocuparte por nada. Si eres débil, ¿qué pasa con Meena? Dile a tu hija
que si vuelve a ver al abuelo, debería intentar huir. Que no hable con él; que sólo me
llame a mí o a ti inmediatamente. “
[Eh, está bien.]
Consoló a su hermana con algunas palabras más antes de colgar.
"Uf", suspiró el joven, dejándose caer en su asiento y agarrando el teléfono con fuerza
en sus manos.
Si Mahasamut era su debilidad, la palabra "papá" era un desafío que él y su hermana

habían enfrentado sin éxito en innumerables ocasiones.
Lo único que ese hombre les dio a él y a su hermana fue su nacimiento, pero era tanto
lo que quería de su familia que ni siquiera quería contar. Su padre no era diferente de
un demonio que carcomía sus vidas, desapareciendo una vez que conseguía lo que
quería, sólo para regresar y perseguirlos una y otra vez justo cuando empezaban a
sentir que podían vivir una vida normal.
Tongrak... Era un nombre que a Mahasamut le resultaba extraño, pero su origen lo era
aún más.
Su madre lo llamó así porque quería que ese hombre la amara, hasta el punto de llamar
a su propio hijo Tongrak. No era sólo un deseo de ser amada sino una exigencia de que
él debía amarla, y destrozó a su familia sin posibilidad de reparación.
Una vez más, Tongrak se preguntó por qué la gente anhela el amor.
"El amor es simplemente algo que inventamos en nuestras mentes".
Tongrak regresó a su computadora portátil, tomó su teléfono para enviarle un mensaje

a alguien y luego reanudó su trabajo con una expresión gélida.
El amor en las novelas era mucho más hermoso que la dura realidad del mundo.
Shwaaaaaa, Shwaaaaa...
Mahasamut entró corriendo en la casa y cerró la puerta con fuerza. Sus gruesas manos
revolvieron su cabello empapado mientras lo sacudía vigorosamente, enviando gotas
de agua esparcidas por toda la casa.
"Maldita sea, llegué justo a tiempo."
No se trataba de escapar por los pelos a la casa para evitar la lluvia, sino de asegurar
todo el equipo antes de que la tormenta llegara a la isla. Además de sacar el barco, otro
equipo llevaba turistas al otro lado de la isla. Tan pronto como dejó al Sr. Tongrak en el
resort, se apresuró a regresar para ayudar a guardar el equipo y asegurar los botes.
Aunque estaba más interesado en los sentimientos de otra persona.
Mahasamut se revolvió el pelo con rudeza.
La imagen del Sr. Escritor todavía estaba viva en su mente, junto con las palabras que
inesperadamente habían tocado una fibra sensible. Sin mencionar lo que Khom le
había dicho anteriormente, que esta persona tenía problemas emocionales, y hoy,
Mahasamut podía sentir que efectivamente había problemas reales.
¡Ding!
El sonido de notificación en su teléfono llamó su atención y lo levantó para

comprobarlo.
...Estaré trabajando en mi novela mañana, así que no vengas...

Mahasamut suspiró profundamente, arrojó el teléfono sobre la cama y entró al baño.
Simplemente había dado un paso más hacia el Sr. Tongrak, y luego el hombre se había
alejado tres pasos de él.
Mahasamut sacudió la cabeza y abrió el grifo del agua fría para ducharse, pero aún
podía ver el rostro de esa otra persona y suspiró de nuevo. Estaba empezando a darse
cuenta de que estaba bastante afectado. No era como si nunca se hubiera acostado con
un huésped en el resort, pero nunca había estado tan preocupado como esta vez. A
pesar de que obtuvo tanto dinero como sexo, todavía sentía una extraña sensación de
preocupación.
"Oh, jódeme". Murmuró para sí mismo.
Mientras pensaba en ello, algo debajo comenzó a hincharse, haciéndolo querer

maldecirse a sí mismo. Después de todo, a su edad, era un hombre joven con una
libido alta. Pero Mahasamut había estado trabajando duro, persiguiendo dinero para
vivir su vida, sin pensar casi nunca en sus deseos sexuales. Los encuentros pasados
habían sucedido porque se los ofrecieron. Ni siquiera necesitaba cuidarse a sí mismo.
Pero durante la semana pasada, tuvo que liberarse varias veces por culpa de ese
hombre lindo.
El joven suspiró de nuevo antes de agarrarse a sí mismo y cerrar sus agudos ojos.
Pensó en las suaves mejillas contra las que quería presionar sus labios, el suave cuello
sobre el que quería pasar su lengua, el suave cuerpo que cedería a su tacto, la figura
receptiva y los sexys gemidos que aún resonaban en sus oídos.
Maldita sea.
La mano grande se movió más fuerte y más rápido, el sudor goteaba alrededor de su
rostro y se lavaba en el agua fría.
"Mut, date prisa."
"Cógeme".
Apretó la mandíbula. Su rostro estaba tenso y solemne, con vasos sanguíneos

abultados a un lado de su cuello. Su mano se movió más rápido y luego soltó una nube
de líquido blanco en su palma.
Mahasamut se miró a sí mismo y cerró los ojos.
Ya había terminado.
Él... era adicto al Sr. Tongrak.

Capítulo 9
Sr. Delulu
Para Mahasamut, el mundo submarino no era diferente de un segundo hogar. Había

estado buceando desde que tenía uso de razón y nunca había sucumbido al mareo o al
balanceo desorientador de un barco. Apreciaba las aguas cristalinas, los arrecifes de
coral que aún prosperaban y el tranquilo silencio roto sólo por el burbujeante escape de
oxígeno de su tanque, acompañado por la impresionante belleza de la naturaleza.
Su madre dijo que era un error llamarlo así, porque su amor por el océano era tan
profundo que a menudo le llevaba a discusiones con su padre.
El joven dejó vaciar su mente, dejándose llevar por los peces del mar pero sin olvidarse
nunca de recoger las bolsas de plástico y los restos enredados en los corales.
"Guau, Mut, les tomó bastante tiempo salir a la superficie. ¿Cuánto oxígeno queda
en el tanque?"
Tan pronto como Mahasamut salió a la superficie del agua, la voz burlona de Palm
golpeó sus oídos, haciéndolo poner los ojos en blanco. Nadó hasta el costado del bote y
entregó a su tripulación la basura que había reunido en una bolsa de malla.
"Lo suficiente como para golpearte en la cabeza."
"Eso es tan salvaje".
Mahasamut ignoró la burla y se quitó el equipo antes de salir del agua para recuperar
el aliento.
"¿Dónde está mi teléfono?" fué lo primero que preguntó.

"Oh, mírate, ahora pegado a tu teléfono", bromeó Palm, sin entregarle el teléfono
inteligente de inmediato hasta que Mahasamut se giró para darle una amplia sonrisa.
"Si no acepto trabajos, tú no tendrás trabajo, entonces no tendrás dinero ni sueldo

mío..."
"Aquí tienes, Phi", Palm rápidamente le entregó el teléfono inteligente y una toalla a
su amado hermano para que se secara el cabello, luego se alejó, fingiendo estar
ocupado con el equipo de buceo, dejando a Mahasamut reír a carcajadas antes de
revisar si había algún mensaje.
A decir verdad, sólo estaba esperando a una persona.
No tienes que venir mañana, estoy ocupado...
"Copia y pega, ¿eh?" murmuró el joven, sus dedos recorriendo mensajes anteriores que
significaban exactamente lo mismo. ¿Y quién los envió? Como Palm había señalado,
últimamente estaba enganchado a su teléfono... debido a Tongrak.
Durante tres días seguidos, el mensaje había sido el mismo: estoy ocupado, así que no
vengas.
Si fuera otra persona, probablemente ya estaría sonriendo tranquilamente,

descansando en casa. En lugar de tener que trabajar, no lo necesitarían y aun así
recibirían el pago completo. Pero no esta persona. Porque Mahasamut, conocido por su
comportamiento tranquilo, estaba perdiendo la paciencia. El primer día lo dejó pasar
porque notó algo extraño. El segundo día, pensó que todavía estaba bien ya que la
condición de su belleza aún no había mejorado. Pero ahora, al tercer día, cuando se
tomó un tiempo libre para bucear y recoger basura por diversión, todavía encontró
mensajes como este.
Me siento con ganas de darle una buena bofetada a alguien para darle una lección.
Sus cejas oscuras se fruncieron. No había olvidado cuándo estaba previsto que el señor
Tongrak regresara a Bangkok.
"Palm, regresa a la orilla".
"De inmediato, Phi. Estaba a punto de decir, si no regresamos ahora, no llegaremos a

tiempo al trabajo".
Mahasamut se quitó rápidamente el traje de buceo y tomó su lugar al timón,

dirigiendo el pequeño bote de regreso a la orilla, con la esperanza de jugar al gato y al
ratón con el remitente del mensaje.
No le gustaba ni un poco la idea de que Tongrak volviera a casa.
"¿A dónde me llevas? ¡Suéltame!"
Mientras el sol se hundía en el horizonte y el cielo se volvía de un azul marino intenso,

el capaz Sr. Tongrak se retorcía en las garras de un hombre salvaje que lo arrastraba
hasta el estacionamiento. ¿Alguien iba a ayudar? No, porque el hombre que arrastraba
no era otro que el joven familiar, Mahasamut.
Tongrak estaba irritado. Forcejeó, gritó, ordenó que lo soltaran, pero este loco no lo
soltó. Además, ese tipo irrumpió en su habitación, presuntuosamente guardó su
trabajo, cerró de golpe la computadora portátil con un fuerte chasquido y lo arrastró
así.
"No", dijo el hombre, quien se giró para enfatizar su respuesta una vez más, luego
mostró una sonrisa molesta y continuó arrastrando.
"Te dije que tengo que trabajar".
"Yo también te lo dije, no."
Tongrak quería rugir lo suficientemente fuerte como para sacudir el complejo. ¿Cómo
podría olvidar lo obstinado que era este loco? ¿Recuerdas cuando lo arrojó a la bicicleta
de carga?
Finalmente, el escritor, que apenas hacía ejercicio, empezó a jadear mientras se

arrastraban uno al otro hasta la familiar motocicleta. Tongrak intentó anclar sus pies al
suelo con todas sus fuerzas.
"Súbete a la motocicleta."
"¡¿Ay, estás loco ?!"
Tongrak planeó aprovechar el momento en que la otra parte se acercó para montar su
motocicleta y escapar, pero con solo un paso hacia adelante, el hombre más grande se
giró y tiró de su brazo con tanta fuerza que casi se cae sobre él, lo que obligó a Tongrak
a mirarlo a los ojos con irritación. Si bien esa mirada podría haber hecho que muchos
otros se retiraran apresuradamente, no funcionó en Mahasamut.
"Mirar demasiado hará que te duelan los ojos, ¿sabes?", advirtió.
La ira de Tongrak estaba hirviendo ahora.
Sus labios se fruncieron y su mirada hirvió. Mahasamut vio su mirada y se dio cuenta
de algo, por lo que suavizó su tono.
"Sube a la motocicleta, por favor".
"Ya te lo dije, no me llevo bien. Tengo trabajo que hacer".

"¿Y estás logrando algún progreso con ese trabajo?"
Era como si Mahasamut estuviera sentado allí mismo en la habitación porque Tongrak
había estado escribiendo y borrando su trabajo durante tres días seguidos.
Probablemente Mahasamut siguió hablando, pero debió darse cuenta cuando Tongrak
hizo una pausa.
¿Adivina qué hizo Mahasamut cuando se dio cuenta?
"Ah, has sufrido un bloqueo del escritor".
La ira de Tongrak estalló de nuevo. Estuvo a punto de echar a Mahasamut de la

motocicleta si no fuera por la mano que pasó de agarrar su brazo a entrelazar sus
dedos.
"Cambiemos de escenario y te prometo que te dejaré volver al trabajo después".
El oyente vaciló.
"¿Qué pasa si digo que no?"
"Entonces podemos jugar un juego de miradas hasta que salga el sol. De todos
modos, mañana estaré libre".
Tongrak quería aceptar el desafío sólo para terminar de una vez, pero la mirada seria
en esos ojos le dijo que el otro estaba listo para soportar las picaduras de mosquitos
juntos. Al darse cuenta de que discutir era inútil y mirar fijamente era una pérdida de
tiempo, Tongrak apartó la mano y de mala gana se subió a la parte trasera de la
motocicleta.
Después de todo, fue solo un cambio de escenario para ayudarlo a regresar al trabajo.
Sí, esa fue la única razón por la que aceptó ir.
Tongrak se dijo eso a sí mismo, pero no pudo resistirse a darle a Mahasamut un fuerte
golpe en la espalda.
"No me pegues, por favor."
"¿Por qué? ¿Duele?"
"No, podrías lastimarte la mano. La necesitas para trabajar".
Tongrak, que estaba a punto de volver a levantar la mano, la bajó y se mordió el labio
con tanta fuerza que le dolió. No esperaba que Mahasamut hablara con tanta...
preocupación.
Sólo estaba cuidando sus propias manos, eso es todo. Por eso agarró silenciosamente la
camisa de Mahasamut y subió con él sin decir una palabra más.
Cuando la luz del sol se desvanece, el mar por la noche se vuelve tan aterrador como
un vasto y vacío abismo que se extiende hasta donde alcanza la vista. Y Tongrak nunca
habría puesto un pie en la suave playa de arena a esta hora si no fuera por el firme
agarre de una gran mano que sostenía la suya y lo guiaba a lo largo de la costa
iluminada sólo por escasas luces espaciadas lo suficiente para iluminar el camino.
Las luces del complejo detrás de ellos se hacían más débiles con cada paso.
"¿A dónde vamos?" el joven escritor empezó a sentir miedo.
Al principio, podría haberse jactado, instando a su guía a darse prisa para poder
regresar rápidamente, pero sólo ahora se le ocurrió que conocía a este hombre desde
hacía poco más de una semana. ¿Por qué confiaba en él lo suficiente como para
seguirlo a esta playa desierta tan lejos de los demás?
"Sólo un poco más. Si no hubiéramos llegado hasta aquí, no lo verías", dijo

Mahasamut, abriendo el camino.
Tongrak miró la mano que sostenía la suya, queriendo quitársela de encima, pero
descubrió que no podía.
Sus ojos color miel se volvieron hacia el mar, un negro sólido con olas rompiendo en la
orilla. Fue... aterrador.
"Aquí estamos."
Rápidamente se dio la vuelta, pero todo lo que vio fue una playa oscura y vacía que se
extendía a lo lejos, lo que le hizo fruncir el ceño confundido. Estuvo a punto de
maldecir, de preguntar si realmente era eso lo que Mahasamut quería arrastrarlo a ver,
pero se detuvo en seco cuando el hombre más grande sacó algo de la bolsa que había
traído.
Mahasamut extendió una tela en la playa y luego sacó una pequeña linterna y la colocó
junto a ellos.
"Vamos", dijo el hombretón, sentándose primero y dando palmaditas en el espacio

junto a él, lo que hizo que Tongrak dudara.
"Confía en mí sólo por esta vez, ¿quieres? No te estoy engañando".
El oyente vaciló un momento antes de aceptar sentarse.
"¡Ey!" Pero tan pronto como se agachó para sentarse, una fuerza tremenda lo empujó a
acostarse, lo que le hizo gritar. Sin embargo, la vista ante él silenció sus labios y sus
quejas murmuradas bajaron por su garganta.
El mar de noche podía ser aterrador, pero nadie le había dicho que el cielo nocturno
podía ser tan hermoso.
Tongrak no se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado desde la última vez que vio
algo así, o tal vez nunca lo había visto excepto en documentales. En medio del cielo
negro como boca de lobo, vio muchas estrellas esparcidas arriba, brillando como los
diamantes más brillantes.
"¿Aún no confías en mí que te llevaré a ver algo increíble?"
Quería discutir y bromear, pero la voz profunda que susurraba cerca de su oído hizo
que su corazón se acelerara. Todo lo que pudo hacer fue volverse para encontrarse con
los agudos ojos que reflejaban la luz de la linterna, brillando tan intensamente como las
estrellas de arriba, y se vio obligado a apartar la mirada.
Mahasamut sonrió para sí y luego su fuerte brazo se deslizó bajo el cuello de Tongrak,
atrayéndolo hacia un abrazo firme y cálido.
"Es mejor si apoyas la cabeza en mi brazo para no tener rigidez en el cuello".
No era sólo el cálido cuerpo que lo abrazaba; la voz suave y profunda todavía resonaba
en su oído, y el aroma limpio mezclado con la fragancia del mar le hacía cosquillas en
la nariz. Aunque a Tongrak le gustaban los perfumes y poseía innumerables frascos de
marcas famosas, ninguno de ellos lo hacía sentir tan sonrojado ni hacía que su corazón
latiera tan rápido como este. Sus labios se apretaron.
Puede que no haya sido por el olor del perfume sino por este hombre.
Rápidamente descartó el ridículo pensamiento y se centró únicamente en las estrellas

frente a él.
"Nunca antes había observado las estrellas".
"¿Ni siquiera una vez? Te lo estás perdiendo".
"Supongo que sí."

Mahasamut pareció sorprendido por su respuesta, lo que hizo que Tongrak sonriera.
"¿Por qué? ¿No me crees?"
Esos profundos ojos negros le devolvieron la mirada. Una mano grande se extendió
para acariciar su mejilla, enviando calidez a través del suave toque.
"Te ves tan guapo cuando sonríes así".
“...”
Tongrak hizo una pausa, desconcertado por el repentino cumplido, luego trató de
mostrarse desafiante, incluso cuando sus mejillas ardían.
"¿Eso es todo lo que tienes? Estoy cansado de que me halaguen".
Una vez más, Mahasamut ofreció una sonrisa.
"Sí, soy bastante simple, así que eso es todo lo que puedo decir".
"¿Qué te hace tan simple entonces?"
"Porque es verdad. Eres hermoso cuando sonríes".
Era extraño, a pesar de que Tongrak había recibido numerosos elogios -desde 'Eres tan
guapo' hasta 'Eres tan lindo' y '¿Por qué eres tan hermoso?'-y muchos otros
comentarios sobre su apariencia exterior, esta vez alguien como él se sintió tímido. Se
sentía tímido ante las simples palabras de una persona común hasta el punto de evitar
el contacto visual.
Mahasamut no se burló más de él; simplemente lo abrazó con más fuerza que antes.
Los dos simplemente se quedaron allí en silencio mirando las estrellas, sin
conversación entre ellos, solo el silbido de la brisa del mar en sus oídos y el toque
cálido que se extendió por sus corazones. A Tongrak le bastó susurrar en voz muy baja:
"¿Sabes? Me daban celos cuando mis amigos hablaban de viajar con sus familias,
acampar, observar las estrellas y bucear". De repente, compartió, sin saber por qué
estaba sacando a relucir viejos recuerdos, pero Tongrak simplemente sintió ganas de
compartir.
"Nunca tuve recuerdos como ese."
Los pensamientos de Tongrak se remontaron a cuando era niño. Solo podía recordar
imágenes de su madre llorando de frustración, viendo a su padre a quien sólo le
importaba el dinero, presenciando a la persona que estaba dispuesta a pagar por amor
y viendo a su hermana mayor buscando desesperadamente el amor de alguien hasta
quedar embarazada cuando aún estaba en el colegio.
"Mi familia no era como las demás. Mi mamá usaba dinero para comprar hombres y
mi papá se quedó por el dinero que mamá le había traído. Mi mamá estaba tan
obsesionada con ese hombre que llamó a mi hermana 'Khongkhwan', que significa
un regalo. Ella sola fantaseaba como una loca que mi hermana era un regalo que él le
hizo y luego mi mamá me tuvo cuando todo empeoraba. La gente dice que mi
nombre es hermoso, pero en realidad es solo un mensaje que le envió mi mamá a ese
hombre, diciéndole que tenía que regresar y amarla... Entonces, no tengo ningún
recuerdo de haber ido de viaje con mi familia".
Vio personas que adoraban el amor toda su vida y nunca vio que terminara bien. En el
fondo, por mucho que Tongrak deseara felicidad a sus amigos, pensaba que
probablemente algún día romperían de todos modos.
El joven se giró para mirar a los ojos de la persona que escuchaba atentamente cada
palabra que decía, y luego sonrió.
"¿Por qué te cuento todo esto?"
La expresión de Mahasamut era tranquila e ilegible, lo que hizo que Tongrak se diera la
vuelta.
Debe ser... lamentable, supuso.
"No sonrías así", una mano grande tocó suavemente la mejilla de Tongrak.
"¿No dijiste que soy hermoso?" Tongrak intentó reprimir el temblor de su voz. La
herida que pensaba estaba bien sellada y que solo dejaría una cicatriz, en realidad tal
vez nunca sanará por completo.
Si bien Mahasamut no dijo nada y Tongrak no pudo leer la expresión en esos ojos, se
inclinó más cerca.
Tongrak se sentía vulnerable y necesitaba el calor de alguien, y Mahasamut estaba allí.

Entonces cerró los ojos, permitiendo que este hombre hiciera lo que quisiera.
Era mejor que pasar otra noche fría solo.
Pero la persona que pensó que besaría sus labios le dio un suave beso en la frente.
Abrió los ojos y vio un par de ojos tan cerca que estaban a su alcance.
"Dijiste que el amor es sólo una ilusión".
"Sí, sólo una mierda inventada", asintió Tongrak en voz baja, a pesar de que su
corazón dio un vuelco.
Mahasamut volvió a sonreírle con voz agradable y dijo una vez más.
"Da la casualidad de que soy un chico lleno de amor".

“...”
De repente, Tongrak se estremeció. No le gustaba este sentimiento en absoluto. Era

algo que nunca había sabido y nunca había querido saber en toda su vida. Quería huir,
pero los fuertes brazos que aún lo rodeaban le impidieron escapar. El dueño de esas
armas enfatizó los mismos sentimientos de los que Tongrak quería huir.
"¿Por qué no darle una oportunidad?"
"No."
"Sólo mientras estás aquí."
"...No."
Su respuesta se hizo cada vez más débil.
Él nunca había querido amor, nunca lo había deseado. Pero un susurro en su cabeza
preguntó suavemente... '¿En serio? ¿Nunca has sentido envidia de amigos que estaban
enamorados?’
‘¿Pero por qué buscas a un hombre que utiliza dinero como éste?’
Otra voz respondió y, para sorpresa de Tongrak, le trajo consuelo.
Sí, todo esto lo había comprado con dinero.
"Ja, ¿quieres que compre amor?" Tongrak se sintió lo suficientemente cómodo como
para preguntar con la barbilla levantada, mirándolo con una mirada superior,
imponiendo la idea de que lo sucedido entre ellos no era más que una transacción
entre comprador y vendedor. Por lo tanto, no necesitaba esperar nada en absoluto. Una
vez terminado este viaje, su relación terminaría igual.
Mientras Mahasamut permanecía en silencio hasta que Tongrak dio una sonrisa
burlona, a punto de zafarse del abrazo, pero…
"¿Por qué no intentas comprarme primero?"
El hombre desvergonzado expresó audazmente su propuesta.
"¿Lo intentamos entonces?"
Mahasamut preguntó y se inclinó más cerca, no solo su cuerpo presionándolo, sino

también sus ojos penetrantes atrapándolo sin escapatoria.
"Y... ¿por qué debería intentarlo?"
El otro hombre se rió suavemente, plantó un beso en la mejilla de Tongrak y luego le

susurró al oído.
"¿O tienes miedo?"
Tongrak se mordió el labio. ¿A qué podía temer? Todo siguió igual, con el único
cambio que su estatus fue elevado de guía personal a su hombre durante su estadía en
esta isla. De todos modos, unos días no lo cambiarían, y lo que más importaba era que
se sintiera más cómodo con este arreglo.
Tongrak restó importancia a la verdad de que "sólo quedaban unos pocos días", lo que
le provocó una punzada en el corazón.
"¿Cuánto sería?" Levantó la barbilla, aceptando el desafío innecesariamente.
Eso fue lo que hizo que el hombretón se acercara, sus labios rozando los suyos hasta su
mejilla, luego acariciando dulcemente su nariz hasta que su corazón se aceleró.
Y él respondió con voz agradable.
"Cualquier cantidad, depende de ti".
“...”
Dos pares de ojos se encontraron, uno intenso e intimidante, mientras que el otro
albergaba miedo a lo desconocido. Eso empujó a Tongrak a darse la vuelta, tomando el
control sobre el hombre más grande, acunando sus mejillas para acercar su rostro lo
suficiente como para compartir un suspiro.
"Puedes empezar a trabajar ahora mismo".
Esta fue la familiaridad que lo tranquilizó.
Y así...
"Si tú lo dices."
Mahasamut se levantó para presionar sus labios contra los suaves y adorables. Su gran
mano se extendió, agarrando la nuca de Tongrak, atrayéndolos hacia el beso
apasionado que se estaba desarrollando. La cálida punta de su lengua lamió los
delgados labios, y con solo eso, la persona en su abrazo tembló. Las manos que
acunaban sus mejillas ahora rodeaban firmemente el cuello de Mahasamut.
Tongrak estaba emocionado por este beso, tal vez porque se estaban besando bajo la
luz de las estrellas en una playa de arena desierta. Sus delgados labios se separaron,
dando la bienvenida al toque cálido y húmedo que sondeó profundamente, haciéndolo
retroceder en respuesta. Escuchó un gruñido profundo y grave vibrando en la
garganta, igual que el suyo. Antes de darse cuenta, estaba gimiendo contra la boca del
otro.
El acalorado beso continuó, volviéndose más intenso con cada momento. Aunque
Tongrak estaba en la cima, sentía como si lo persiguieran. No importa cómo intentó
responder, la otra persona siguió empujando su lengua dentro de su boca, pasando por
sus dientes y rozando el paladar hasta que Tongrak tembló aún más.
Quería frotarse algo más alrededor de la boca ahora mismo.
En ese momento, el calor convergió en la parte inferior de sus cuerpos.
"Ah..."
El joven escritor gimió cuando el hombre más grande levantó su rodilla, frotándola
contra el frente de sus pantalones, haciendo que sus caderas se movieran en respuesta,
empujando aún más la parte dura de sus pantalones contra la pierna de Mahasamut.
La gran mano que abrazaba sus caderas se deslizó profundamente en su delgada

camisa, y luego la palma áspera y varonil acarició sus caderas, presionando la suave
piel, deslizándose hacia ambos lados hasta que Tongrak tembló con un hormigueo de
placer. Mientras tanto, el hombre más grande se negó a dejar libre la boca de Tongrak
ni siquiera por un segundo.
"Espera, quiero probar tu pecho".
Mahasamut subió la fina camisa hasta el pecho de Tongrak y luego metió los faldones
de la camisa en la sonrojada y roja boca.
Tongrak no quería obedecer, pero sólo el pensamiento de esta boca tocando sus
pezones, esta lengua provocando las protuberancias en su pecho, hizo que sus labios
húmedos se separaran fácilmente para morder la falda de la camisa, y luego levantó la
vista expectante.
"Oh."
El adorable gesto de Mahasamut simplemente soplando un cálido aliento sobre las

lindas partes elevadas hizo que el pequeño hombre se estremeciera con un escalofrío
en su abrazo. Los brazos que rodeaban su cuello ahora se aferraban a su hombro.
"¿De verdad deseas tanto que te lama?"
Ojos brillantes le devolvieron la mirada, lo que llevó a Mahasamut a besar la mejilla y

arrastrar su lengua hasta la barbilla.
"¿Qué dices?"
Las yemas de los dedos rodearon la carne pero se abstuvieron de tocarla, empujando a
la persona cuyas caderas estaban presionadas contra los muslos musculosos a asentir
vigorosamente con voz temblorosa.
Tongrak quería que lo lamiera, chupara y mordiera con fuerza.
"Uh Huh..."
Satisfecho con la respuesta, las yemas de los dedos de Mahasamut apuntaron al pezón
de color dulce... y lo provocaron con una uña.
La visión de la belleza temblando en la cintura, arqueándose hacia adelante para dejar

paso, hizo que el espectador apretara los dientes. La carne de sus pantalones palpitaba
dolorosamente, casi estallando, pero Mahasamut mantuvo la calma, provocando con
las yemas de los dedos, empujando y amasando suavemente, persuadiendo al cuerpo
sensible para que se acercara más.
"¡¡¡Ah!!!"
Sólo un golpe de lengua de abajo hacia arriba sobre el dulce pezón hizo que Tongrak
gimiera en su garganta. La camisa que había estado mordiendo ahora estaba
empapada de saliva, sus manos apretando el espeso cabello con fuerza, exigiendo más
tacto hasta que Mahasamut mordió la carne y luego lamió las marcas de las
mordeduras con hambre voraz. Su mano grande se deslizó para bajar los pantalones
cortos de la persona más pequeña lo suficiente como para deslizar su mano entre las
nalgas redondas, frotando los dedos contra la entrada apretada y nerviosa.
Tongrak era sexy. Lo sabía bien, pero era aún más sexy cuando su esbelta cintura se
retorcía atormentada.
Y no quiso esperar más.
Entonces Mahasamut giró el cuerpo de Tongrak hacia abajo para arrancar los
pantalones cortos de las suaves caderas, arrojándolos al suelo arenoso sin paciencia,
luego abrió las piernas para revelar la carne brillante, ansiosa de deseo. La hermosa
entrada se apretó en respuesta a cada toque burlón de sus dedos.
El joven buscó el bolsillo trasero de sus jeans y sacó un paquete de gel lubricante. Lo
abrió con los dientes y lo vertió en el estrecho espacio, mirando la pequeña figura que
se estremeció debajo de él, un rostro sonrojado de belleza y enrojecido por emoción.
"¡Eh, ah!"
Largos dedos sondearon más profundamente para allanar el camino, sintiendo el calor
de las suaves paredes que se apretaban con cada empujón. La voz clara gimió
temblorosamente, soltando sin darse cuenta el dobladillo de la camisa de entre sus
labios.
El hombre más grande se inclinó para besar a Tongrak, empujando sus dedos más
profundamente en el cálido y húmedo pasaje de calor.
Curvó las puntas de sus dedos para girar, buscando el punto que hacía que la persona
en su abrazo se sacudiera, y luego empujó con fuerza, provocando un gemido agudo y
tembloroso que vibró en su boca.
"Me gusta escuchar tu voz, pero hoy no", susurró Mahasamut, empujando sus dedos
con más fuerza y observando a la persona debajo de él moverse en un abrazo
sorprendido. Los labios se separaron, gimiendo en silencio hasta que Mahasamut dio
un intenso beso en los labios regordetes.
En ese momento, era poco probable que alguien más estuviera paseando por la playa
como ellos, pero no era imposible.
"Tú... hazlo más rápido... date prisa", jadeó Tongrak, frotando con su mano el gran
bulto en los pantalones de Mahasamut.
"Sácalo ya".
"Cálmate."
A pesar de que las venas del orador estaban hinchadas de emoción en su cuello,
Mahasamut aún le dio un fuerte beso en la mejilla caliente, calmando al que era
exigente. Labios suaves rogaron cerca de sus labios. La pequeña lengua de Tongrak
lamió sus labios hasta que se humedeció, pero cuando el hombre más grande no actuó,
Tongrak, tendido debajo, perdió la paciencia y se giró para montarse a horcajadas sobre
él nuevamente. Sus manos sacaron ansiosamente el eje caliente de los pantalones de
Mahasamut, su lengua roja brillante lamió sus propios labios con sed.
Tongrak quería agacharse y usar su boca sobre él.

Pero ahora mismo, lo deseaba aún más dentro de él.
"¿Dónde está el condón?"
"¿Cómo supiste que traje uno?"
Tongrak no prestó atención a las burlas porque si este tipo tenía un paquete de
lubricante, ¿por qué no tendría un condón? Su mano rápidamente agarró el paquete de
condones que Mahasamut le entregó y lo abrió, mientras su otra mano ya acariciaba y

apretaba firmemente la parte de Mahasamut, sintiendo el calor que disfrutaba.
Le gustaba cómo este loco jadeaba, sus ojos se oscurecían y su rostro se tensaba por la
extrema emoción.
"Si lo haces bien, la próxima vez usaré mi boca", dijo Tongrak, haciendo rodar
hábilmente el condón con la mano sobre el calor abrasador.
"Incluso si no lo hago bien, igual querrás darme una mamada de todos modos".
El oyente respondió con una mirada.
"¿No es eso cierto?"
Con eso, Tongrak presionó ferozmente sus labios contra la boca jactanciosa, y luego
gimió cuando esos largos dedos lo penetraron profundamente una vez más,
presionando hasta que los sonidos húmedos fueron audibles. Sus piernas se abrieron
aún más, sus caderas giraban para encontrar el toque tentador que lo estaba volviendo
loco.
Le gustaba cómo Mahasamut jugaba con su agujero, ya sea sacándo o empujándo con
toda su fuerza, estirándolo hasta que parecía que casi se estaba desgarrando.
"Levanta las caderas".
Una mano grande golpeó fuertemente sus pálidas nalgas y luego apretó con fuerza.
Sin necesitar más instrucciones, Tongrak levantó su trasero tembloroso, abriendo el

camino para que el calor ardiente rozara su profunda grieta, empujando hacia atrás
para recibir la lenta... lenta penetración...
En ese momento, su rostro se inclinó hacia atrás con intenso placer, los ojos muy
abiertos, una gota de sudor cayendo, los labios entreabiertos para emitir un gemido
silencioso, la respiración entrecortada cuando la carne caliente empujó poco a poco
hace un momento, simplemente empujó de una vez, frotándose contra las paredes
interiores que habían sido descuidadas durante días hasta que las lágrimas brotaron.
Le dolía y era incómodo, pero se sentía tan bien que tuvo que moverse lentamente.
Ni siquiera se dio cuenta cuando Mahasamut había tomado su mano, sólo que se
estaba acostumbrando al gran tamaño que le causaba el malestar, y luego la empujó
nuevamente, haciendo que la punta de su parte caliente se hinchara de líquido.
"Ah, ah, mmm"
Intentó ahogar sus sonidos, pero no pudo.
Mahasamut se sumergió en la curva de su cuello, lamiéndolo, haciendo que Tongrak se

sacudiera. Cuanto más intentaba reprimir sus gritos, más parecían volver loco a
Mahasamut. Fue gentil como para dejar respirar, pero el ritmo se volvió cada vez más
contundente con cada momento.
Mahasamut se retiró, luego empujó con fuerza y su gran mano... presionó su estómago.
"¡¡Uf, eh!!"
Tongrak enterró su rostro en el cuello de Mahasamut, sintiendo como si sus sentidos

flotaran muy lejos. Lo asaltó una sensación de hormigueo de pies a cabeza. Dentro de
su estómago, se sentía como una llama ardiente. Una mano se apoyó contra el suelo
arenoso, agarrándolo con fuerza.
"No... no... no presiones ahí..."
"Te gusta."
"No...ah…"
Cada vez que la gran mano presionaba su estómago, cada embestida sacudía su cuerpo
más intensamente. La tensión se hizo más vigorosa hasta que Mahasamut sintió que
cada vez que se retiraba, Tongrak lo apretaba y lo agarraba con firmeza, retorciéndose
hasta que tuvo que apoyarse bajo las redondas nalgas. Y luego...
"Eh, eh, Mahasamut... Mahasamut, ¡ah, ah!"
Luchando por contener sus gritos, Tongrak mordió la grieta del cuello del hombretón.
Sin embargo, Mahasamut ignoró el dolor que surgió. La gran mano de Mahasamut se
deslizó para acariciar la hermosa parte de la persona en su abrazo, moviéndose al
unísono.
La parte que penetró en el cálido pasaje de humedad emitió un sonido crudo y

chapoteando, pero en ese momento a nadie le importó. Sus cuerpos se movían y se
frotaban uno contra el otro al mismo ritmo.
En ese momento, el hermoso rostro de Tongrak estaba torcido por la emoción, sus
caderas temblaban como un cervatillo recién nacido, pero se balanceaban
seductoramente sin parar. Su cuerpo estaba empapado de gotas de sudor mientras la
lengua de Mahasamut lamía su blanca garganta. Abajo estaba empapado. Tongrak
gimió incesantemente hasta que Mahasamut tuvo que empujar un dedo entre sus
labios, provocando su lengua húmeda.
"¡Ah, um!"
Cuando Mahasamut empujó su dedo más profundamente en la boca de Tongrak, los

labios del hombre más pequeño se aferraron con más fuerza, deslizándose a lo largo
del dedo hasta que necesitó curvar el dedo para frotar contra el paladar. Sintiendo el tic
debajo, empujó su cuerpo más rápido y más fuerte, escuchando los gemidos ahogados
en la boca del que estaba siendo empujado al límite.
"Ja, ja, uf, ack, espera-uf, ¡es demasiado...!"
La persona en su abrazo se liberó completamente sobre la camisa de Mahasamut,

desplomándose sobre la arena, donde Mahasamut no dudó en penetrar
profundamente una vez más... y otra vez, abrazando el cuerpo tembloroso que
respondía a cada embestida, confirmando su creencia.
A Tongrak le gustaba que lo llenaran continuamente, incluso después de llegar al

clímax.
Eso fue muy lascivo.
Este pensamiento estimuló al hombre más grande como una bestia salvaje, sus
movimientos se aceleraron, sus ojos feroces y brillantes, sus brazos tensos hasta el
punto donde las venas eran visibles, sosteniendo la esbelta cintura con fuerza para
impulsar sus caderas más profundamente.
"Espera-ah, me acabo de... venir... ¡ah, uf!"
Al ver debilitada a la persona en sus brazos, Mahasamut volvió a bajar el esbelto

cuerpo, levantando las piernas sobre sus hombros, despejando el camino para que su
gran eje abriera el estrecho pasaje, escuchando los gritos del que no podía contenerse
más y tuvo que morderse la mano.
"Todavía no he terminado."
"Uf, ah, es tan profundo."
La noche aún era joven.
Con ojos feroces y decididos, Mahasamut se inclinó para mordisquear el suave lóbulo
de la oreja y dijo...
"La próxima vez, ja, me vas a dar una mamada".
'Si lo haces bien, la próxima vez usaré mi boca...'
"E, ¿estás seguro-ugh, haah... que eres lo suficientemente bueno?" El jactancioso aún
logró levantar la cara, con la voz temblorosa, incluso cuando sus caderas temblaban
incontrolablemente.
Y eso hizo que el oyente se inclinara para darle un beso rápido presionando los labios
rojos.
"Con sólo ver tu cara, ya lo puedo decir".
El hombre más grande miró a Tongrak con ojos profundos y enamorados. El cuerpo de
Tongrak estaba resbaladizo por el sudor y otros fluidos, los pezones hinchados y sexys,
lo que obligó a Mahasamut a empujar con fuerza, haciendo que el que estaba en sus
brazos jadeara en estado de shock.
Parecía que realmente me había vuelto adicto a esto.

Capítulo 10
El agua fría se encuentra con un cuerpo caliente
"No puedo... ah, simplemente no puedo..."
"No te alejes".
"¡Hack, jaja, uf!"
Tongrak siempre había pensado que este chico más joven era como una bestia salvaje
que nadie podía controlar, y lo que estaba sucediendo ahora sólo confirmaba que tenía
razón.
¿Cuántas veces se lo había llevado Mahasamut?
Era una pregunta que él mismo no podía responder. Su mente estaba aturdida y
confundida por lo que estaba sucediendo porque cada vez que esa enorme vara se
clavaba, lo único que podía hacer era gemir con voz temblorosa, sin poder resistir.
Como ahora, cuando Tongrak ni siquiera sabía cuando lo habían volteado para gatear a
cuatro patas sobre las sábanas arrugadas o cuando esas manos fuertes como
abrazaderas de hierro le habían bloqueado las muñecas por encima de la cabeza para
impedirle escapar. ¿Y cuántas veces Mahasamut lo había empujado hasta que sintió
que iba a desgarrarse?
"¡Ah!" Esa fue otra vez los ojos de Tongrak se abrieron en estado de shock cuando sus
caderas se levantaron, sus manos gruesas separaron su suave trasero y luego…
metieron todo en su agujero.
La carne larga y gruesa penetró tan profundamente que gritó en el dorso de su mano.
No había podido reprimir sus gritos durante mucho tiempo.
No era el dolor lo que hacía que le doliera el cuerpo, sino la estrechez, la presión y el
tormento asfixiante que hacía que las lágrimas corrieran por su rostro. La implacable
pieza liberó un fluido que ahora parecía más claro sobre la arena.
Este sexo era tan bueno que estaba más allá de las palabras.
Tongrak giró su rostro empapado de sudor y vio... a un hombre de belleza salvaje e

indómita.
Tongrak no quería admitir que este hombre era guapo, pero en medio de la visión
borrosa a través de las lágrimas, vio un cuerpo fuerte y musculoso que lo había tomado
durante horas y horas. Un cuerpo formidable y empapado, un rostro feroz, ojos
llameantes y marcas de garras claramente visibles en el pecho hacían a este hombre
aún más sexy en muchos grados.
Mahasamut era hábil y el tipo lo atormentó hasta que le suplicó más.
"Ja, ah."
Una vez más, largos dedos se deslizaron dentro de su boca, provocando la suave
lengua con sonidos húmedos que resonaban por todas partes, empujando
profundamente su garganta, y luego…
"Ah, ahh..."
La boca de Tongrak se abrió en un grito casi silencioso, la parte inferior de su cuerpo se

contrajo y se tensó mientras lo elevaba. Estaba gritando a todo pulmón contra la fuerza
con la que el otro hombre lo empujaba, el sonido de un fuerte abdomen golpeando sus
nalgas resonaba. Su mente estaba nublada, un cosquilleo entumecido se extendió por
todo su cuerpo hasta que comenzó a temblar incontrolablemente. Todo su cuerpo
tembló, lágrimas nacidas de una intensa emoción corrieron por su rostro, nublando su
visión.
¿No se acababa de correr?
Ése fue el único pensamiento que pudo tener el joven escritor.
El esbelto cuerpo no se dio cuenta cuando se desplomó, jadeando por respirar como si
saliera a la superficie del agua, ni cuando el hombre más grande se había desplomado
encima de él. Todo lo que llenó su cabeza fue el zumbido y la respiración agitada de
Mahasamut cerca de su oído, ajeno al hecho de que sus cuerpos estaban manchados de
un fluido blanco.
¿Qué era esto? ¡¿Qué le estaba pasando?!
"¡Uff!"
Sólo el fuerte brazo que abrazaba a Tongrak fue suficiente para hacerlo estremecerse de
nuevo.
Si bien Mahasamut podía sentir el cuerpo terriblemente sensible en sus brazos,

reprimió una maldición nacida de un intenso clímax, sosteniendo la esbelta figura sin
apretar y cerrando los ojos para regular su respiración entrecortada. Su gran mano
acarició suavemente el suave abdomen, incluso mientras se preguntaba sorprendido.
Tongrak pareció llegar nuevamente al clímax.
Las cálidas y suaves paredes que lo rodeaban se lo decían.
Mahasamut esperó hasta que el cuerpo que tenía en brazos dejó de temblar y luego se
retiró lentamente.
"¡Ah!"
Tongrak se sobresaltó de nuevo, ahogando un grito, sin darse cuenta de que esta
reacción casi estaba volviendo loco a Mahasamut.
Mientras se quitaba el tercer condón de su parte caliente, sus ojos penetrantes aún se
detenían en la entrada bellamente hinchada y reluciente. Todavía estaba dilatado y a
punto de contraerse, lo que le hizo querer deslizar los dedos, sentir y acariciar la
tensión que lo había estado agarrando implacablemente.
La pequeña y húmeda abertura estaba empapada de gel y fluidos, lo que hizo que
Mahasamut se lamiera los labios.
"Eso es suficiente."
Tongrak se había girado para mirarlo en algún momento, pero su hermosa mano se
levantó para bloquear esa hermosa vista, lo que obligó a Mahasamut a desviar su
mirada hacia el rostro enrojecido.
"¿Cuánto tiempo vas a mirar?"
"¿Y quién se veía tan adorable que no pude evitar mirarlo?"
Se burló de él extendiendo la mano y acariciando sus hermosas caderas hasta que lo

golpeó.
"No. Estoy cansado", dijo, pero el guapo no lo regañó como de costumbre. Ni siquiera
parecía enojado, pero estaba... lloriqueando.
Por lo general, a Tongrak le gustaba usar un tono condescendiente. alardeando de su

superioridad, pero ahora estaba dando miradas dulces, haciendo pucheros sin darse
cuenta, usando una voz quejumbrosa como la de un niño, con sus labios rojos
regordetes, luciendo tan adorable que el espectador tenía que acariciar suavemente
esos labios rojos hinchados.
"Sí, estás cansado, ¿no?"
"Estoy cansado."
Era tan lindo que Mahasamut tuvo que darle un fuerte beso. Miró a la persona que
hacía ruidos y continuó quejándose.
"¿Quién dijo que podías besarme?"
"Bueno, eres tú quien hace ese puchero."
La persona que acababa de darse cuenta de que estaba haciendo pucheros

inmediatamente se tapó la boca, lo que provocó que Mahasamut se riera.
"No te rías; ahora estoy todo pegajoso", dijo Tongrak, mirando su camisa manchada
con un líquido tan espeso que no podía decir de quién era. Luego lanzó una mirada
que decía: "Todo es culpa tuya".
Iba a culpar a este tipo… culparlo por todo.
Lástima que Tongrak tardó en captar la mirada astuta en los ojos de Mahasamut.
"Entonces te llevaré a lavarte".
"¡Ey!"
Tongrak gritó sorprendido cuando de repente la persona que lo había agotado se

levantó y sin esfuerzo lo levantó como si no pesara nada, a pesar de que era un hombre
adulto. Mientras tanto, sus manos se agitaban para abrazar el cuello del otro por miedo
a caer.
"¿A qué estás jugando? Oye, Mahasamut, basta".

"Vamos, sólo te llevaré a lavarte".
"¿Con agua de mar? ¡Te dije que me soltaras!"
Una vez que se dio cuenta a dónde lo llevaba el grandulón, trató de alejarse, gritando y
protestando porque el otro estaba... caminando hacia el mar.
"¿De verdad quieres que te suelte?"
Ahora, el agua del mar les había llegado hasta las espinillas y Tongrak se aferró con
más fuerza al cuello de Mahasamut, mirando el agua del mar con aprensión.
Si como tierra allí, podría romperme un hueso.
Ese pensamiento le hizo mirar a Mahasamut con irritación.
"¿Te estás divirtiendo burlándote de mí?"
"Si no fuera divertido, ¿por qué iba a burlarme de ti?"
Tongrak tenía muchas ganas de estrangular al imbécil hasta que no pudiera respirar.
Ahora el agua de mar había subido hasta la cintura de Mahasamut y estaba salpicando
hasta la espalda de Tongrak, haciéndolo decir con urgencia...
"Si me sueltas, me enojaré".
Tongrak se imaginó a Mahasamut arrojándolo al mar, como cuando lo subió a la

bicicleta de carga. Habiéndose conocido desde hacía varios días, Tongrak descubrió
que este hombre era realmente atrevido, por lo que presionó su cuerpo más cerca del
pecho caliente, lanzando una mirada cautelosa al agua clara que brillaba como vidrio.
"Entonces te dejaré pararte correctamente."
Mahasamut estuvo tentado de intentarlo, de ver el rostro molesto de la persona que

probablemente vendría tras él, pero recordó que acababa de desgastar al guapo,
dejando a Tongrak sin energía. Luego, el hombre grande soltó su agarre para dejar al
otro quedarse en el mar.
"¡Ah!"
El suave suelo arenoso hizo que la persona de piernas inestables tropezara con el
abrazo de Mahasamut mientras las grandes manos automáticamente envolvían la
esbelta cintura.
Aunque el mar estaba en calma por la noche, el calor de la palma se extendió desde la
espalda y empapó todo el cuerpo, haciendo que Tongrak levantara lentamente los ojos
para encontrarse con la intensa mirada fija en él.
Cuando Mahasamut lo miró con esa intensidad, lo debilitó.
Que no pudo resistirse al hombre.
En medio de las estrellas titilantes en el cielo, los ojos oscuros de Mahasamut eran aún
más hermosos. Capturaron la mirada de Tongrak hasta que lentamente cerró los
párpados y abrió los labios anticipando el tierno toque.
Pero justo en ese momento, cuando sólo pequeñas olas llegaban a sus pechos, una gran
ola surgida de la nada se estrelló sobre ellos, empapándolos hasta la cabeza. Tongrak se
sobresaltó y abrió mucho los ojos con sorpresa. Sus manos blancas se limpiaron
apresuradamente la cara por temor a que el agua salada le entrara en los ojos,
destruyendo instantáneamente la atmósfera romántica.
"¿En serio? Se me metió en los ojos."

"¡Jajaja!"
Y en lugar de ayudar, Mahasamut simplemente se rió entre dientes. Tongrak, que

intentaba abrir los ojos, escuchó esa risa y tuvo que empujar su pecho con ira.
"¿Qué es tan gracioso? Estoy completamente empapado".
"Yo también."
Tongrak se obligó a abrir los ojos para mirar a la persona que había retrocedido un
paso por el empujón... la persona que casualmente se pasaba las manos por el cabello,
pero... era tan cautivador.
Mahasamut estaba empapado hasta los huesos, tan empapado que incluso sus
pestañas rozaron sus mejillas mientras inclinaba la cabeza. Tongrak podía ver las venas
en las grandes palmas del hombre mientras pasaba los dedos por su cabello mojado, lo
cual era un gesto simple. Era solo un hombre común y corriente frente a él, pero
Tongrak no podía apartar la mirada como si estuviera atrapado en una poderosa
atracción gravitacional.
Tongrak había visto hombres más atractivos, mejores y más altos que este tipo.
¿Qué te pasa, Rak?
El joven escritor se cuestionó, sólo para sobresaltarse cuando una mano fría tocó su
mejilla, acariciando su frente para quitarle los mechones de cabello húmedos de los
ojos.
"¿Te sientes renovado?"
“...”
"¿Ves? Te sientes completamente limpio ahora."

“...”
"El mar durante la noche tiene su encanto, ¿no?"
“...”
"¿Señor Tongrak?"
“...”
Tongrak permaneció en silencio durante el interrogatorio del hombre, permaneciendo

quieto, observando cómo la alegre sonrisa se convertía en sorpresa. Observó al hombre
que se acercaba y notó su falta de respuesta. Sin embargo, el rostro agudo todavía
mostraba una sonrisa.
"¿Me estás engañando para que hable solo?"
“...”
Tongrak se mordió ligeramente el labio, de repente demasiado tímido para preguntar.
¿Era enserio lo que dijiste antes... sobre intentarlo?
"Si no hablas, te besaré".
El oyente quedó desconcertado y levantó la cara para ver al otro inclinándose como si
esperara permiso. Entonces Tongrak preguntó: "¿Por qué... me besarías?".
La pregunta fue respondida con una sonrisa afectuosa.
"Porque ahora soy tu hombre".

Porque dijiste que me compraste.
Tongrak entendió de inmediato lo que el hombre estaba insinuando, pero en lugar de

sentirse tranquilo, apartó la cara de la mano grande, confundido por su reacción.
Pero...
"Y yo quiero besarte."
Fue entonces cuando Tongrak fue empujado hacia atrás para encontrarse con esos ojos
penetrantes una vez más, los ojos que transmitían algo que no entendía. Lo único que
sabía era que su cuerpo temblaba, y no era por el frío del agua que los envolvía.
Una cosa que Tongrak sabía... no podía escapar de las uvas de este hombre.
Un aliento cálido acarició su mejilla, los ojos penetrantes se acercaron peligrosamente y
los labios se acercaron.
No pudo escapar.
Mahasamut volvió a besarlo.
El suave toque aterrizó en sus labios, el sabor salado del agua de mar se extendió en la
punta de su lengua, y fue... dulce.
El frío cortante se transformó en un calor que subió directamente al centro de su pecho,

y el mar por la noche ya no parecía aterrador.
No era sólo Mahasamut quien quería besar a Tongrak. El propio Tongrak tenía tantas
ganas de besar a Mahasamut.
En medio de una noche estrellada, con olas rompiendo rítmicamente contra la orilla y
el ambiente atemporal de una isla envolviéndolos, dos hombres se encontraron... más
cerca que nunca.
"¿Vienes a mi cuarto?"
"Maldita sea, Rak, ¿por qué lo invitaste?"
Dentro del baño, Tongrak miró fijamente su reflejo en el espejo, preguntándose qué
fantasma lo había poseído para invitar a Mahasamut a su habitación, pero sentía lo
contrario. ¿Por qué tenía las mejillas tan sonrojadas? ¿Por qué tenía la boca baja? ¡¿Y
qué locura le hizo reprimir una sonrisa?!
Fue culpa del mar. Sí, fue por el mar.
Había oído que la gente baja la guardia cuando viaja. Tongrak debe haberse sentido
atraído por el ambiente del mar y hacer algo fuera de lo normal.
Invitar a alguien a su habitación era común, pero ¿solo para acurrucarse hasta dormir?
Eso era completamente nuevo.
Acababa de tener relaciones sexuales con Mahasamut hasta el punto de sentir dolor en
todo el cuerpo, incluso allí. Entonces, si alguien pensara en volver a meter esa cosa
dentro de él, incluso si fuera el propio Tongrak, no lo querría. Eso lo llevó a
preguntarse, 'Entonces, ¿por qué invité a ese tipo en primer lugar?'
Aparte de sus amigos cercanos, no planeaba simplemente abrazar a nadie.
Pero Tongrak lo había hecho.
Había invitado a un hombre a su habitación sin ninguna intención de tener relaciones

sexuales. Más importante aún, se cuestionó cómo debía vestirse, lo cual era absurdo.
Normalmente, Tongrak simplemente usaría una camisa suave para dormir, pero podría
ser demasiado delgada para esta situación. Sin embargo, si se arreglara...
"Eso sería demasiado."
Mahasamut sabía, tras despertarlo varias veces, qué se ponía para acostarse. No quería
vestirse formalmente por miedo a que se burlara de él, pero tampoco quería vestirse
como de costumbre por miedo a que se burlara de él por ser provocativo. Entonces,
simplemente caminó un rato por el baño.
Tongrak se mordió el labio y miró su reflejo una vez más.
¡Qué pasa con las mejillas rojas, maldita sea!
"Olvídalo."
Finalmente, el joven agarró sus boxers y se los puso, cubriéndolos con su habitual
camisa de dormir. Respiró hondo y salió del baño.
"Mahasamut."
Dentro de la habitación vacía, su corazón se hundió, pero sus ojos color miel
vislumbraron a alguien en el balcón. Sus piernas lo impulsaron apresuradamente hacia
adelante y rápidamente abrió la puerta del balcón.
"Mahasamut", dijo el nombre de nuevo.
Sabía muy bien que estaba claro que tenía miedo.
Por supuesto, la figura alta también conocía este hecho.

"Oye, no olvides venir mañana", dijo el alto. Todavía estaba hablando por teléfono
cuando sus ojos penetrantes miraron al hombre de piel clara. Su mirada recorrió de la
cabeza a los pies, haciendo que el observador sintiera como si lo estuvieran
desnudando.
Tongrak casi se cruzó de brazos a la defensiva, pero se detuvo justo a tiempo.
"Eso es todo", Mahasamut colgó el teléfono, su mirada penetrante se detuvo alrededor

de la clavícula del Tongrak.
"¿Qué estás mirando?"
"¿Duele?" El alto respondió a la pregunta con otra pregunta. Su gran mano se extendió
como para tocar a Tongrak pero no hizo contacto, lo que provocó que el oyente mirara
hacia abajo, siguiendo la mirada, notando las fuertes marcas de mordiscos a lo largo de
su pecho.
"Si digo que duele, ¿dejarás de morder y chupar?" el hermoso rostro se inclinó hacia
arriba.
Mientras la figura alta simplemente sonrió ampliamente y respondió con confianza:
"No."
De nuevo, alguien se mordía el labio.
"Tu piel es demasiado suave. Me dan ganas de morderte".
"Actúas como un perro, ¿verdad?"
"Guau."
Tongrak hizo una pausa, miró al hombre que hacía el ladrido burlón y no pudo evitar
sonreír.
"Muerdes fuerte e incluso ladras fuerte".
Observó a Mahasamut reírse y la figura alta que aún no se había duchado se acercó un
paso.
"Y también soy un perro pegajoso, en caso de que no lo sepas... ¿Tienes miedo de
que desaparezca?"
“...”
¿Quién admitiría eso y perdería la cara?
Entonces Tongrak permaneció en silencio, fingiendo mirar la vista del mar, escuchando
las risas detrás de él, que parecían menos molestas.
"Creo que iré a darme una ducha".
No estoy seguro si fue porque estaba en silencio, dijo el alto y pasó junto a Tongrak.
Pero antes de desaparecer en la habitación, la nariz prominente presionó
inesperadamente contra la sien de Tongrak.
"Volveré para abrazarte en la cama".
Mahasamut entró en la habitación, pero Tongrak, que levantó la mano para tocarse la
sien, recuperó la compostura y le gritó.
"¿Quién te lo pidió?"
Escuchó la risa mientras tocaba sus cálidas mejillas.

¿Quién quería abrazarte? Ni un alma.
Mahasamut salió del baño muy animado. Pensando en la cara bonita con las mejillas
sonrojadas, y no pudo evitar sonreír para sí mismo. Esperaba ver al orgulloso gato
acurrucado en una bola, enterrado en una pila de mantas o tirado sobre la cama, sin
dejarle espacio. Pero no había previsto volver a ver al joven escritor frente al portátil.
Tongrak miró brevemente a Mahasamut y luego volvió a escribir.
Mahasamut se acomodó a los pies de la cama, levantando una rodilla y apoyando el

rostro en la mano que tenía colocada sobre esa rodilla.
"¿Tienes prisa con tu trabajo?"
"No, acordé con el editor que el manuscrito no tiene fecha límite. Lo terminaré
cuando esté terminado", explicó la linda persona.
"Si no tienes prisa, ¿por qué no duermes primero?"
"No quiero."
Una vez que Tongrak dijo eso, Mahasamut simplemente se sentó y observó, pensando
que podría hacerlo toda la noche si fuera necesario.
"Tú duerme primero", los ojos color miel detrás de las gafas miraron.
"¿Cómo puedo dormir antes que el dueño de la habitación?" Pero parecía que alguien
no estaba de acuerdo.
"Estaré trabajando por un tiempo más."
"Aún no tengo sueño", dijo Mahasamut con una sonrisa.
Entonces, alguien volvió a hacer pucheros.
"Solo ve a dormir."
"¿Por qué me presionas tanto para que duerma?" preguntó el joven con curiosidad,
mirando a la persona que volteó a mirarlo y luego rápidamente se giró para esconderse
detrás de la pantalla, a pesar de que la voz era agitada.
"Lo estás pensando demasiado".
"No me parece."
“...”
El que no pudo discutir simplemente guardó silencio.
Como nadie lo detenía, Mahasamut siguió mirando pero no pudo evitar notar que las
orejas de Tongrak se ponían rojas. Una sonrisa apareció en el rostro de Mahasamut
cuando las manos que escribían se detuvieron
Tongrak respiró hondo y miró a Mahasamut, diciendo con irritación: "No puedo
trabajar contigo mirándote así".
"La última vez te las arreglaste muy bien. Te prometo que estaré tan callado como un
susurro, ni siquiera haré un chillido para molestarte".
Tongrak lo fulminó con la mirada y dijo: "Si no te vas a dormir, te enviaré a casa".
Mahasamut miró esos hermosos ojos y recordó el momento en que fue

sorprendentemente invitado. Sin embargo, el comportamiento severo que lo ahuyentó
a la cama fue aún más sorprendente. Incluso si pudiera encontrar una razón para
quedarse en esta habitación, solo haría que Tongrak se retirara después de que lograra
acercarse solo un paso. Esta vez, el hombre del sur simplemente sonrió tímidamente.
"Será mejor que me vaya a dormir".
Después de todo, el cachorro debe obedecer a su amo.
Mahasamut observó con fascinación la sonrisa de satisfacción. Se acostó en la cama sin

más bromas, temeroso de gastar sus puntos de buen karma. Sin embargo, sus ojos
agudos que continuaron observando hicieron que el joven escritor entrecerrara los ojos
y emitiera una orden como si le dijera a un perro que trajera un palo.
"Cierra los ojos y duerme", ordenó Tongrak.
Parecía que en Bangkok nadie se atrevía a desafiarlo.
Mahasamut pensó divertido, pero era demasiado vago para provocar problemas.
Entonces, obedeció, cerró los ojos y escuchó el sonido de la ropa crujiendo, lo que
indicaba que Tongrak debía haber vuelto a su trabajo. Después de un rato, el golpeteo
de los dedos en el teclado continuó, tan relajante como una canción de cuna.
En verdad, el día de Mahasamut había sido bastante largo. Se levantó temprano para
llamar a los aldeanos sobre las actividades previstas para el día siguiente. A última
hora de la mañana, tuvo una reunión por videollamada con Ken, su socio comercial
japonés, para planificar la próxima temporada alta en los próximos meses. Ken estaba
interesado en organizar excursiones para que los turistas japoneses visitaran los mares
tailandeses. Después de la reunión, almorzó tarde, alrededor de las dos de la tarde,
revisó el equipo de buceo para asegurarse de que estuviera siempre listo para usar y
luego arrastró a Palm para bucear y revisar los arrecifes de coral.
Como todo el mundo sabía, al anochecer se había esforzado hasta el punto de

empaparse de sudor.
Ahora era un nuevo día. Es posible que otros ya se hayan quedado dormidos, pero
Mahasamut no.
El joven podría haber cerrado los ojos, pero en su mente estaba organizando las tareas
para el día siguiente, incluidos los planes que acababa de discutir con su compañero.
No es que fuera particularmente meticuloso, pero la vida lo había obligado a ser así
desde que se escapó de casa.
Había aprendido a planificar, a preguntarse qué comería si no trabajaba mañana.
La tía de Mahasamut podría haberle proporcionado un lugar para dormir, pero no

tenían suficiente para sustentar fácilmente a otro niño en crecimiento.
Afortunadamente, aprendió a trabajar desde muy joven y en ese momento no podía
darse el lujo de elegir. Aceptó cualquier trabajo que pudo encontrar, sin preocuparse
nunca por el trabajo. Hizo planes para recorrer la isla y preguntó,"Tío, ¿tienes algún
trabajo para mí hoy?". o "¿Hay algo en lo que pueda ayudar hoy?" Se convirtió en un
hábito reflexionar sobre sí mismo antes de irse a dormir.
La vida ahora no era tan mala como entonces. Tenía un trabajo, podía ganarse la vida y
podía perseguir sus sueños de infancia.
Mucha gente pensaba que simplemente vivía el día a día, pero Mahasamut conocía
bien sus propios objetivos. Sólo tenía que seguir adelante.
Si viniera un grupo grande de turistas, los barcos que teníamos podrían no ser suficientes.
Quizás tengamos que alquilar más. Y sobre el trabajador por eso...
¿Eh?
La figura alta todavía estaba pensando en trabajar cuando el cálido cuerpo de alguien
se acurrucó contra su espalda, lo que le hizo fruncir el ceño. No se había dado cuenta
cuando el sonido de la escritura se detuvo ni cuando la persona de piel clara se acercó
a la cama. Antes de que se diera cuenta, alguien estaba tratando de meterse debajo de
la misma manta, acercándose lo suficiente como para que casi dejara escapar una
sonrisa.
"Mahasamut"
“...”
Mahasamut permaneció en silencio, escuchando la voz teñida de incertidumbre sobre

él.
"Estás dormido, ¿no?"
“...”
Ya que no respondió. Tongrak debió pensar que estaba dormido.
"Es tan cálido."
¡Esta vez, no fue sólo un acurrucarse sino un abrazo!
Mahasamut también se quedó paralizado, sin esperar que alguien murmurara con
satisfacción, estirándose y abrazando su cintura tan íntimamente.
¿Es Tongrak?
Parecía algo muy familiar, tan familiar que Mahasamut intentó recordarlo con
dificultad.
Fue entonces cuando Mahasamut se dio cuenta.
"Je."
"¡No estás dormido!"
Al darse cuenta de esto, se rió entre dientes, lo que provocó que la persona que estaba
acurrucada junto a él se sobresaltara y saltara, lo que le hizo darse la vuelta con una
amplia sonrisa.
Sí. Era como un gato que quería mimos cuando su dueño no estaba prestando atención.
Mientras que el gato en cuestión se sonrojó profundamente, aún intentando fingir
molestia para disimularlo.
"No estás dormido", repitió Tongrak.
"Todavía no", respondió.
Mahasamut no pudo evitar reírse de nuevo. Al mirar el rostro sonrojado del hombre
avergonzado, sintió la necesidad de pellizcarle las mejillas.
"¡Voy a dormir ahora!" El que fue atrapado declaró en voz alta, rápidamente se subió
la manta hasta las mejillas y se dio la vuelta. Mahasamut se acercó lentamente, como
un depredador a punto de abalanzarse sobre su presa, su gran mano deslizándose
alrededor de la cintura, sintiendo la resistencia de quien intentaba liberarse. Luego
pronunció las palabras que pusieron fin al juego.
"No estoy dormido todavía, pero planeas abrazarme después de que me quede
dormido, ¿eh?"
"Disparates."
Pero el que dijo tonterías se tapó los oídos, indicando que no estaba escuchando; No
había necesidad de hablar sobre este asunto.
Mahasamut supuso que tenía razón.

Parecía que alguien quería un abrazo pero tenía miedo de perder su orgullosa
compostura.
Mahasamut podía bromear más, seguir preguntando hasta que el otro cediera, pero
verlo tan tímido, temblando, cubriéndose con la manta, tapándose los oídos, cerrando
los ojos con fuerza, era tan adorable que pensó que sería mejor no bromear.
De lo contrario, el gato podría simplemente huir.
"Creo que has puesto el aire acondicionado demasiado frío", Mahasamut cambió de
tema.
"Entonces ve a arreglarlo", dijo una voz apagada desde debajo de la manta.
"No", respondió Mahasamut suavemente, acercando la esbelta cintura a su abrazo

hasta que la espalda de Tongrak quedó presionada contra su pecho.
"Abrazarte es lo suficientemente cálido".
El joven sintió una ligera resistencia antes de que Tongrak se derritiera en su abrazo.
Entonces, Mahasamut deslizó sus piernas más cerca, acurrucándolas contra las
delgadas.
Hoy aprendió algo... A Tongrak le gustaba que lo abrazaran.
"¿Quién dijo que se podía abrazar?"
"Quería hacerlo, y no tiene nada que ver contigo", Mahasamut encontró con tanto
cariño la voz apagada de Tongrak. A veces olvidaba que este hombre era mucho mayor
que él, casi una década.
Tongrak se dejó abrazar en silencio hasta que Mahasamut apretó su cálido abrazo.
Enterró la nariz en la nuca, inhaló el aroma fresco y probablemente se quedó dormido
así sin más si no fuera por la voz apagada que se alzó de nuevo.
"¿A dónde irás mañana?"
Parecía que alguien sentía curiosidad por su conversación telefónica anterior.
Una vez más, Mahasamut miró a Tongrak con cariño, pero en lugar de explicar, lo
invitó: "¿Qué tal si vienes conmigo mañana?"
El bonito rostro de Tongrak emergió de mala gana de debajo de las sábanas y lo miró.
Mahasamut luego empleó su habilidad de ojos de cachorrito, suplicando en silencio en
lugar de bromear.
"Por favor", dijo en voz baja.
Los ojos color miel temblaron levemente.
Con eso, pensó para sí mismo que hoy la suerte estaba de su lado.
Capítulo 11
El hombre más afortunado del mundo
...¿Sabes algo de tu amigo, Rak?...
...Vi está siendo tan cruel conmigo...
…Solo piensa en ello...
...De repente me dijo que fuera a buscar algo de su habitación y lo llevara a su lugar de trabajo...
...¡Y está en Nakhon Pathom!...
…Sabes que no soy un buen conductor...
...Conducir en la ciudad ya es bastante difícil, y mucho menos esquivar camiones en otra

provincia...
...¿Y por qué tengo que hacerlo de todos modos?...
...Claro, entiendo que soy el único que tiene una tarjeta de acceso de repuesto...
...Pero trabajo para ti, Rak, no para Vi...
…Me entiendes, ¿verdad?...
...¿Cierto?...
No.
El joven escritor solía acurrucarse en un mullido edredón a las nueve de la mañana.

Aún así, hoy, sus ojos color miel escaneaban la pantalla del teléfono móvil,
comprobando el aluvión de mensajes dejados por su secretaria la noche anterior. Una
sonrisa tiró de la comisura de su boca, adivinando lo que pasó, pero si le preguntas si
la entendió...
No, si tuviera que elegir entre los dos, elegiría... Vi, por supuesto.
Era del tipo que da órdenes en lugar de ensuciarse las manos.
Su amigo hizo lo correcto. Cuando nos olvidamos de llevar algo al trabajo, ¿quién más
debería recuperarlo, sino la persona que tiene la tarjeta de acceso y el código de la
habitación? La persona no era él, así que Mook tuvo que ir a buscarlo y enviárselo a Vi.
¿Qué estaba mal con eso?
Si Mook escuchara sus pensamientos, probablemente lloraría como un río. Después de

revisar los mensajes, el que normalmente se levanta tarde levantó la vista para
preguntarse por qué tenía que levantarse temprano hoy.
Tongrak conocía el término "servicio comunitario", pero en sus treinta años en este
planeta, nunca lo había experimentado realmente, ni siquiera en sus novelas centradas
en la ciudad. Incluso durante sus días escolares, nunca participó en ningún
campamento de voluntariado ni actividad de desarrollo comunitario. Estaba
estudiando en Canadá y sólo estaba familiarizado con ir a los bares después de clase.
Así que ahora mismo, Mook nunca creería dónde estaba.
Estaba en la oficina administrativa local de la isla.
De hecho, Tongrak estaba ahora sentado en la última fila de la pequeña sala de

conferencias, donde una mujer con una presencia enérgica explicaba diapositivas en
una pantalla en el frente. Esparcidos por toda la sala había lugareños jóvenes y
mayores tomando asientos y escuchando atentamente la presentación del funcionario

del Departamento de Recursos Marinos y Costeros.
"...así que, espero que todos entiendan por qué no deberíamos sacar fragmentos de
coral del mar y sacarlos a la superficie. Ni siquiera brevemente, no es aconsejable
porque el estrés puede hacer que se vuelvan vulnerables y mueran, ya que son
organismos vivos del mundo submarino."
La mujer del departamento explicó, y un hombre parado a su lado para supervisar la

presentación intervino en broma.
"¿Puedes entender la información, tía? Ella está diciendo que no los saques del mar".
Mahasamut bromeó con una mujer mayor sentada en la primera fila, quien
rápidamente se giró para replicar.
"Oye, ¿por qué me molestas? Hay mucha gente aquí".
Tongrak pensó que había estado aquí el tiempo suficiente como para comenzar a
aprender el dialecto del sur con seguridad. Entendió que Mahasamut estaba
bromeando sobre la tía que solía hacer recuerdos con fragmentos de coral. Aunque
había dejado de hacerlo, todavía se burlaban de ella hasta el día de hoy. Y eso convirtió
lo que debería haber sido un tema aburrido en uno entretenido, con los aldeanos
bromeando de un lado a otro.
La atmósfera no se parecía en nada a los seminarios académicos y sesiones de

formación a los que había asistido antes.
Tongrak tampoco sabía por qué había accedido a levantarse a las seis de la mañana y
montar en la motocicleta de cierta persona para prepararse para el evento cuando no
tenía nada que hacer. Ni siquiera sabía de qué se trataba el entrenamiento hasta que
comenzó. Todo lo que podía hacer era sentarse allí, observando al hombre corpulento
moverse de un lado a otro,
saludar a los lugareños, dar la bienvenida a la gente del departamento y, finalmente,

darse cuenta de que Mahasamut era uno de los voluntarios involucrados en la
conservación costera y marina de la zona.
Y una cosa sabía con certeza... Mahasamut trabajó duro.
El joven no pudo evitar seguir la amplia sonrisa del hombre corpulento que
constantemente energizaba a todos a su alrededor.
"¿Estás aburrido, Phi?" En ese momento, un susurro sonó junto al oído de Tongrak, lo
que lo sobresaltó.
Se giró para mirar con una mirada penetrante que hizo que el chico bromista
retrocediera.
"Ejem, solo soy yo, Palm. Vamos, aquí todos somos amigos. No me regañes todavía,
guapo". Palm dijo rápidamente, tratando de elogiar a Tongrak.
El oyente simplemente se cruzó de brazos y preguntó en tono uniforme, "¿Qué

quieres?"
"Uh, nada. Simplemente no quería que te aburrieras", dijo Palm con una sonrisa
aduladora.
"Y si estoy aburrido, ¿tienes alguna manera de hacer que desaparezca o algo así?"
Preguntó Tongrak con una sonrisa, haciendo que el niño se rascara la cabeza con
torpeza.
"Bueno... Oh, oh, espera. Si estás aburrido, ¿qué tal si te hablo de Mahasamut, Phi?"
Tongrak hizo una pausa. Casi dijo que no estaba interesado, pero se detuvo justo a
tiempo.
Sí, estaba muy interesado en el chico.
No estaba seguro de si el niño entendía su lenguaje corporal porque comenzó a soltar

palabras rápidamente, casi demasiado rápido para entenderlas.
"Bueno, Mahasamut es el hombre principal que protege el mar por aquí. Siempre
dice: 'No hay mar, no hay nosotros. Y luego, los mayores lo regañan por decir
tonterías, pero no se rinde fácilmente. Fue a hablar con el jefe de la aldea y se puso
en contacto con varios departamentos, pero la gente tardó mucho en escucharlo; fue
apenas el año pasado, antes de eso, solo podía ofrecerse como voluntario para
recoger basura en el mar o inspeccionar los arrecifes de coral alrededor de la isla. A
veces, él sabe más que las personas que son enviadas aquí”.
"¿Y por qué no lo deja en manos de los departamentos o lo que sea?"
¿Por qué Mahasamut tuvo que encargarse él mismo de ello?
"¿Verdad? Todo el mundo dice eso. Hay tantos departamentos creados para este
asunto. ¿Por qué molestarse con ellos? ¿Y sabes lo que dijo Mahasamut cuando se le
preguntó?"
Si lo supiera, ¿seguiría escuchando aquí?
Tongrak quiso replicar, pero se limitó a sacudir la cabeza y observó al niño chasquear
los dedos con un pop.
"Si los dueños de la casa no saben nada sobre cómo cuidar su propia casa, ¿qué se
puede esperar de los de afuera? Lo siguiente que sabes es que no tienes un hogar al
que regresar", dijo Palm con orgullo, y luego agregó, "Mi hermano es muy inteligente.
¿No es así?"
“...”
"Pero es más fácil decirlo que hacerlo, hermano. Me ha estado arrastrando por años,
soportando descaradamente todos los insultos. Todavía me pregunto por qué nos
molestamos..." El niño continuó contando sus experiencias, sin mostrar signos de
terminar con su historia mientras estaba visiblemente agitado por los recuerdos de
haber sido regañado.
Tongrak se encontró escuchando con más atención de lo que había anticipado, sus ojos
se abrieron cuando se giró para mirar al hombre más grande y más joven. Entonces, de
repente, le asaltó la pregunta:
¿Qué puede hacer realmente esta persona?
O mejor dicho, ¿qué no puede hacer?
Si fuera él, no sería capaz de manejarlo. Lo que más odiaba Tongrak era que lo
menospreciaran o le faltaran el respeto. Pero parecía que a Mahasamut no le
importaba. Y entonces se dio cuenta: si le preguntaran si Mahasamut tenía algún
orgullo, ¿cómo respondería este hombre? "¿El orgullo le llena el estómago, señor?"
Se dio cuenta de que se preocupaba más por la otra persona sin siquiera darse cuenta.
Fue entonces cuando los agudos ojos se volvieron para encontrarse con los de Tongrak,
y Mahasamut le sonrió.
Fue una simple sonrisa, pero Tongrak se encontró mirando hacia otro lado, fingiendo
no estar interesado.
Mahasamut observó esta reacción divertido, sin decir nada porque el simple hecho de
que la persona aceptara sentarse con él durante horas ya superaba sus expectativas.
Ni siquiera se dio cuenta de que su simple sonrisa hacía que las mejillas del talentoso
escritor ardieran de calidez.
"¿Está caliente?"
"¿Crees que me veo caliente?"
Mahasamut no pudo evitar reírse ante la respuesta. A pesar de que la fina camisa que
llevaba estaba empapada y pegada a su espalda, con grandes gotas de sudor
formándose alrededor de su rostro, Tongrak no se quejó de querer regresar al frescor
de su habitación. Se sentaba en silencio, charlaba ocasionalmente con Palm, respondía
preguntas de los aldeanos y no le importaba compartir el almuerzo comunitario que
todos habían preparado.
Parecía que la suerte estaba realmente de su lado últimamente.
Apuesto a que el señor Tongrak nunca antes había hecho algo así. Sólo pensar que era
el primer hombre, y tal vez el único, en arrastrar a Tongrak a una actividad como esta
hizo que Mahasamut se sintiera eufórico. Cada vez que sus miradas se encontraban, él
apenas podía contener su sonrisa, temiendo que alguien dijera que estaba loco.
¿Quién le dijo a Tongrak que fuera tan bonito y lindo?

Mahasamut miró fijamente a la persona que se abanicaba la camisa para refrescarse.

Sus ojos trazaron la línea de la clavícula de Tongrak, siguiendo el sudor que corría por
su cabello hasta las sienes y luego caía sobre su cuello. Tuvo la necesidad de inclinarse
y lamerlo con la lengua. Cada vez que Tongrak movía su mano, la vista de su pecho
agitado llamaba su atención, y tenía que...
"¿Qué estás haciendo? Hace calor".
La gran mano de Mahasamut se estiró para agarrar el cuello de la camisa de Tongrak y

abrochar el botón superior, ignorando las protestas de la persona que lo miraba con los
ojos oscurecidos, tratando de apartar la gran mano para desabrocharla nuevamente.
Mahasamut tuvo que sostener firmemente su suave mano, sus ojos penetrantes
mostraban una intención seria.
"No puedes."
"¿Por qué no?"
Le gustaba cuando Tongrak se quejaba, pero este tipo testarudo seguiría haciendo lo
mismo si no se le ocurría una razón.
"¿Quieres que todos sepan lo que hicimos anoche?"
Observó cómo Tongrak se quedó paralizado y luego se inclinó cerca de su oreja.
"Tienes marcas de mordiscos en todo el cuello".

Eso fue todo lo que necesitó Tongrak para agarrar el cuello de su camisa y apretarla,
luciendo nervioso.
"No es de extrañar."
"¿No es de extrañar qué?"

"No es tu asunto."
El oyente se rió entre dientes, viendo cómo Tongrak apretaba con más fuerza el cuello
de su camisa y se giraba, sólo entonces notando algo.
Las miradas de complicidad vinieron de todas direcciones.
Oh hombre, ¿hasta dónde han adivinado ya?
Tal como estaban las cosas, no sería sólo una suposición. Sabía que no pasarían más de
tres días hasta que la isla bulliera de chismes candentes. Pero no había necesidad de
decirle a la belleza que se preocupara. Además, Tongrak se marcharía pasado mañana.
Ese pensamiento borró lentamente la sonrisa del rostro del grandulón.
Es esto lo más lejos que puedo llegar, ¿eh?
"¿Por qué esa mirada?"
Parecía que lo hizo demasiado obvio porque alguien miraba a Mahasamut con
curiosidad. El grandulón rápidamente ajustó su expresión, poniendo una sonrisa como
fachada.
No es necesario que Tongrak sepa lo que tenía en mente.
Entonces Mahasamut se llevó la mano a la barbilla y preguntó inocentemente.
"Bueno, ¿te refieres a mi atractivo aspecto?"
Y allí estaba, esa familiar mirada desdeñosa del señor Tongrak.

"Oh, vamos, sé que no soy tan guapo como esos chicos de Bangkok, pero mirarme
así todavía duele, ¿sabes?".
"¿Sientes algo?"
"Por supuesto que sí. Si vas a insultarme, hazlo. No te andes con rodeos. Dime que
soy un descarado".
Tongrak lo miró molesto.
"Eres un descarado, un mentiroso y tienes mala boca".
"¡Jajaja!"
Esta vez, Mahasamut no sólo fue insultado con una sola palabra sino con un paquete
completo de ellas, lo que le hizo reír a carcajadas. No pasó mucho tiempo antes de que
el propio Tongrak no pudiera evitar sonreír y reír junto con él.
"Eres realmente algo, ¿lo sabías?"
Si ser así significaba recibir a cambio una sonrisa tan amplia, entonces valió la pena.
La figura alta observó la sonrisa en el rostro frente a él por un momento antes de

cambiar de tema y mirar su reloj.
"Ya es más del mediodía. ¿A dónde deberíamos ir?"
"¿Terminaste con el trabajo?"
"Ya terminé por hoy", respondió Mahasamut porque hoy tenía que coordinarse sólo
con el departamento para brindar conocimientos a los miembros de la comunidad.
Después de eso, no tenía nada más planeado.
Al ver que la persona frente a él se quedó en silencio, sin saber a dónde ir, le ofreció
una idea.
"¿Quizás volver al trabajo? ¿Qué tal si traes tu computadora portátil y trabajas en la

playa como te gusta?"
Y me sentaré y veré cómo trabajas.
"No", pero hoy, alguien no estaba comprando la idea.
"Oh, si es así, ¿a dónde quieres ir? ¿Qué tal una cascada? Hay una en la isla, y es
agradable jugar en el agua en esta temporada..."
"Vamos a tu casa."
Mahasamut se quedó paralizado a mitad de la frase y miró a Tongrak con incredulidad

antes de volver a preguntar.
"¿Disculpa?"
Mientras los ojos color miel se giraban para encontrarse con los suyos, una voz suave y
suplicante dijo:
"Quiero ir a tu casa. Llévame allí, ¿quieres?"
Aunque Mahasamut podía predecir el tiempo y decir cuándo iba a llover, no pudo
pronosticar el estado de ánimo del escritor porque no tenía idea de por qué Tongrak
quería ir a su casa.
"¿Nunca has estado en su casa? Oh, pensé que ustedes dos eran cercanos. Sólo pensé que ya
habían estado allí".
La conversación con Palm aún persistía en su cabeza, aunque se decía a sí mismo que
no era necesario que le importara. Pero por alguna razón, cuando la otra parte dijo que
eran cercanos, Tongrak se preguntó: "Bien, somos cercanos, ¿no?" Entonces, ¿por qué
nunca me ha llevado allí? Por el amor de Dios, conocían incluso los lunares del cuerpo
de cada uno.
Tongrak no podía entender por qué se sintió tan irritado cuando lo escuchó.
Él simplemente... no entendía la sensación de querer conocer mejor a alguien.
"Mi casa no se parece a nada en lo que hayas vivido antes".
Mientras ambos caminaban juntos por el puente de cemento, Mahasamut se giró para
advertirle, pero Tongrak insistió en ir. Observó el rostro que se encontró con su mirada
con tanta seriedad que tuvo que aceptar continuar caminando por el sendero de tablas
de madera que conducía a una antigua casa de madera. Los ojos de Tongrak se
abrieron con curiosidad mientras inspeccionaba el lugar.
"¿Quieres cambiar de opinión?"
"¿Por qué lo haría?" Tongrak no entendió, solo se quedó mirando al chico, quien se rió
en respuesta.
"Está bien", dijo la figura alta, luego abrió la puerta y lo condujo adentro.
Bien.
Tongrak murmuró para sí mismo. Esto no se parecía a nada que hubiera visto jamás.
Incluso las habitaciones del campamento de verano eran mejores que esta.
La casa de Mahasamut parecía más un lugar para dormir que para vivir. Un colchón
individual, un pequeño armario, un mueble de almacenamiento, un ventilador roto y
sólo un baño... eso era todo.
Aunque la casa era sólo esto, sus ojos redondos todavía vagaban con curiosidad.
"¿Estás buscando inspiración para tu novela?" Una voz profunda se rió desde atrás, a
lo que Tongrak respondió en su garganta.
Sólo tengo curiosidad, eso es todo.
Ninguno de los personajes sobre los que escribió vivía en un lugar como este.
"Sí. ¿Por qué decidiste ser voluntario?" Preguntó de repente Tongrak, girándose para
mirar al hombre corpulento que estaba colocando las llaves de su casa y de su
motocicleta.
"Porque amo el mar."
"¿Eso es todo?"
"¿Qué otra razón necesito? Amo mi ciudad natal y el mar. Oh, los amo lo suficiente
como para que mi padre los repudie".
Mahasamut narró casualmente, riéndose, sin pensar demasiado, a pesar de que la

última frase despertó el interés de Tongrak.
La figura alta se quitó la camisa empapada de sudor.
"Mi padre y yo no estamos de acuerdo. Él sólo piensa en pescar para ganar dinero.
No le importa si la naturaleza se destruye, si la vida acuática muere o si habrá peces
para pescar en el océano en el futuro. Sólo sabe que quiere pescar todo lo que pueda
hoy; cuanto más, mejor…”
“¡!”
Tongrak observó al hombre girarse para abrir el armario, su mirada recorriendo la

ancha espalda, los omóplatos moviéndose maravillosamente con cada movimiento,
mientras la voz profunda parecía pasar por su oído izquierdo y salir por el derecho.
Antes de que su cerebro pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, se encontró
lanzándose hacia adelante para agarrar al hombre sureño por el cuello y presionar sus
labios firmemente contra los suyos.
No sabía por qué, pero sólo... quería besar.
El hombre más grande se sorprendió al principio, pero no pasó mucho tiempo antes de
que unos brazos sólidos rodearan la esbelta cintura de Tongrak, juntando sus cuerpos
hasta que no hubo espacio entre ellos. Los feroces labios chuparon los de Tongrak a
cambio. Mahasamut le mordió el labio inferior, una lengua caliente se movió y luego
invadió la cálida caverna de su boca.
Tongrak respondió separando los labios, sin preocuparse de que la saliva clara se
filtrara hasta el borde de su boca. Sólo quería besar a Mahasamut, ofrecerse y que el
otro hombre le quitara aún más.
Le gustó este beso.
"Aah... ah... ah..."
Se besaron quién sabe cuánto tiempo, pero fue suficiente para dejar sus labios
hinchados y rojos, sus respiraciones cortas y rápidas, la saliva clara los conectaba
mientras se separaban para tomar aire.
"Parece que hoy la suerte está de mi lado", un susurro ronco rozó sus labios suaves y
regordetes. E hizo que Tongrak apretara aún más sus cuerpos.
"Tienes una suerte indescriptible", Tongrak inclinó la cabeza hacia atrás, permitiendo
que Mahasamut acariciara la curva de su suave cuello.
Luego susurró...
"Cógeme".
Tongrak sintió la tensión en los brazos que lo rodeaban, y la gran mano que acariciaba
su cadera se deslizó dentro de sus pantalones, amasando la suave carne antes de que
los dedos exploraran la entrada que se apretaba de placer.
"Aún está hinchado", susurró Mahasamut, su cálido aliento rodeó la mandíbula de

Tongrak antes de mordisquearlo suavemente, provocando un escalofrío en Tongrak.
"Estoy listo", confirmó Tongrak.

Conocía su cuerpo lo suficientemente bien como para girarse y morder la oreja del
hombre más grande.
"Será fácil entrar, ¡ah!"
Tongrak se retorció cuando un dedo largo se deslizó en su estrecha entrada en el

momento en que terminó de hablar. Sus manos agarraron firmemente los hombros de
Mahasamut, sintiendo la tensión y la emoción creciendo en su interior.
"Ah... eh."
Disfrutó la forma en que el hombretón curvó su dedo y comenzó a jugar con su

entrada, presionando y empujando lentamente hacia adentro y hacia afuera hasta que
casi se volvió loco.
"Tienes razón", gruñó Mahasamut con los dientes apretados en respuesta.
Y eso hizo que Tongrak lo mirara.
Ahora su corazón latía con tanta fuerza que parecía que iba a estallar.
Le gustó la expresión intensa y concentrada en el rostro afilado, que revelaba lo

excitado que estaba el hombre. Quería los ojos oscuros y ardientes que parecían
quemarlo, los labios mordiéndose para contener un deseo abrumador y el cuerpo
caliente presionando contra su piel, haciéndolo querer frotar su carne desnuda contra
ella. A él le gustaron las grandes manos que intentaban calmarlo incluso cuando
estaban tensas. Le gustaba la forma en que este hombre intentaba contenerse para no
hacer algo demasiado brusco.
Pero...
"Hazlo. Adelante".
Eso hizo que lo deseara aún más.
"¡Uff!"
Tan pronto como escuchó el permiso, el dedo largo que había estado trabajando para
estirarlo empujó de una vez hacia lo más profundo, seguido por un segundo y un
tercer dedo. Una mano grande al otro lado bajó los pantalones de Tongrak hasta los
tobillos mientras una boca caliente reclamaba sus labios provocadores, besando y
mordiendo hasta que Tongrak gimió con voz ronca.
Al mismo tiempo, unas manos rubias intentaron quitarle los pantalones a Mahasamut
rápidamente, ansiosas por agarrar el gran y largo eje en su palma.
"E...espera un minuto."
"Lo siento, no puedo parar ahora".
Tongrak acababa de tocar la suave dureza cuando Mahasamut lo agarró y lo hizo girar
para mirar hacia otro lado empujando la parte superior de su cuerpo contra un
gabinete de almacenamiento mientras se arrodillaba. Separó la suave carne a ambos
lados y presionó sus labios contra la tentadora entrada, devorándola con avidez.
El hormigueo de placer que recorrió todo el cuerpo de Tongrak lo hizo gritar, con los
ojos muy abiertos por la sorpresa.
Con sólo un movimiento rápido de la lengua de Mahasamut, su cuerpo gritó que era
demasiado.
El grandulón actuó como si fuera la comida más deliciosa, su lengua caliente lamía, sus
dientes afilados mordisqueaban la carne suave, y luego invadió con sus dedos,
penetrando su agujero. Los dedos largos nunca dejaron de estimular, golpeando
deliberadamente el punto sensible del interior hasta que brotó un líquido claro que
rebosó en sus ojos. La visión ante él se volvió borrosa, y sólo sus caderas se vieron
obligadas a arquearse hacia arriba, abriéndose a una invasión que lo dejó casi sin
aliento.
"Ah, ah, ja, Maha... ¡Mahasamut, uf!"
Tongrak escuchó los sonidos húmedos de su propia violación, mezclándose con sus
gemidos y quejas.
"Ya basta... ya basta... basta, uf..." tartamudeó la provocación porque si Mahasamut no

dejaba de usar su lengua en él, alcanzaría el clímax en cualquier momento.
Pero parecía que cuanto más protestaba, más incitaba a Mahasamut mientras la
malvada lengua se adentraba más profundamente en el estrecho espacio,
atormentando a Tongrak, quien se retorcía y se resistía casi sin aliento.
Estaba cerca, tan cerca... iba a-
"¡Ahh!"
Tongrak se sobresaltó cuando la presión dentro de él se liberó, derramando su deseo

sobre el gabinete de almacenamiento. Aún así, tembló aún más mientras la lengua
caliente continuaba su asalto, largos dedos presionando hasta que gimió con voz
temblorosa, sus piernas temblando.
"Espera... no lo hagas. Es demasiado sensible allí... Sólo un momento, ah... ugh."
Tongrak casi enterró su rostro en su propio brazo cuando los largos dedos se retiraron,
su respiración resonó por toda la pequeña casa.
Su paso ardía, el calor llegaba profundamente a su vientre, todavía sintiendo la lengua

y los dedos que lo habían estado agitando.
Y luego...
"¡¡¡Uhh!!!"
Fue entonces cuando los ojos de Tongrak se abrieron, sus labios se separaron en un
grito silencioso mientras la dureza caliente no solo entraba sino que lo golpeaba de una
vez, llenándolo por completo, dejándolo sin aliento e incapaz de gritar, las lágrimas
corrían justo cuando estaba a punto de protestar porque acababa de llegar al clímax,
pero… alguien ya había dicho que era demasiado tarde para detenerse.
"Maldita sea, tu agujero me está apretando fuerte."
"¡¡¡Uhhh!!!
Tongrak se estremeció cuando una mano grande golpeó su cadera antes de apretar su
cintura, presionando con los dedos la suave carne. Entonces el hombre grande lo
empujó profundamente, dejándolo casi sin aliento. Se sentía ahogado, sentía dolor,
pero sobre todo, una intensa excitación corría por sus venas.
"Ah... ahh..."
Sus caderas temblaron, pero mientras intentaba huir, las grandes manos sólo lo
agarraron con más fuerza, para empujarlo y golpearlo una vez más... y otra vez.
"Ah...ahh...espera, espera, no vayas allí...ahh, está tan caliente por dentro...está

apretado...ahhh, justo ahí, ohh..."
Los gritos de Tongrak fueron casi desgarradores. Se estaba volviendo loco.
¿Por qué Mahasamut sabía exactamente dónde le gustaba? ¿Cómo sabía cómo empujar
para hacerlo gritar? ¿Por qué podía hacer que alguien como él temblara
incontrolablemente, indefenso?
En ese momento, el aire caliente no se podía comparar con el calor de sus cuerpos
entrelazados. El sudor goteaba y manchaba su piel, mezclándose con otros fluidos,
mientras el sonido de la carne golpeando la carne resonaba a su alrededor. Empujando,
presionando, empujando, enfatizando el mismo punto una y otra vez hasta que las
lágrimas corrían y los dedos de los pies se curvaban con cada poderoso empujón que
nublaba su mente.
"Joder, estás tan apretado".
En medio de la visión borrosa, escuchó los gruñidos de maldiciones del hombre detrás
de él, el que empujó sus caderas hacia afuera cuando la carne estaba casi
completamente arrancada, y luego tiró de él hacia adentro con un fuerte empujón.
"¡¡¡Uf!!!... -más despacio, más despacio..."
Trató de suplicar, pero la bestia salvaje detrás de él ni siquiera lo escuchó.
Tongrak estaba a punto de colapsar.
"¡Ahh!"
Y luego todo su cuerpo se sacudió cuando la gran mano se metió debajo de su muslo
derecho, levantándolo para dejar espacio para que el eje caliente y abrasador penetrara
aún más profundamente, haciendo que Tongrak agarrara desesperadamente el cuello
del hombre detrás de él, mordiéndose el labio con dolor mientras la presión en su
abdomen casi lo vuelve loco.
Una vez más, Tongrak gimió fuertemente, recibiendo los implacables golpes de
Mahasamut, quien no mostraba signos de cansarse fácilmente.
"No puedo soportar... mucho más... ugh...ahh, ahh..."
"Sólo un poco más... ya casi llego..."
"No, no. Me... voy a correr. Voy a-uf, otra vez no. ¡Ah, uf!"
Los ojos de Tongrak se abrieron en shock mientras arqueaba su espalda y presionaba

su rostro contra el ancho hombro detrás de él, liberando un chorro turbio que una vez
más ensució el gabinete de almacenamiento.
No pudo soportarlo más.
Tongrak jadeó por aire, "Uf, ja... ja... espera, acabo de terminar".
"Ja, lo siento."
El joven escritor tartamudeó entre sollozos, las lágrimas corrían por su rostro,
deseando por un momento recuperar el aliento. Pero ya era demasiado tarde para
reaccionar ante el otro hombre que le dio la vuelta, lo levantó por las caderas y lo
empujó contra el armario de almacenamiento. Un profundo gruñido resonó en su oído
y luego la carne caliente lo invadió hasta lo más profundo una vez más.
"Lo lamento."
Siguió estocada tras estocada.
"¡Oh, ah, aa, ahh!"
Mientras la voz profunda continuaba susurrando disculpas, el gran cuerpo invadió

implacable y salvajemente, obligando a Tongrak a sollozar y aferrarse al fuerte cuello,
enterrando su rostro en el ancho hombro, respondiendo al feroz asalto que lo estaba
llevando al borde de la locura.
"Bésame, dame un beso".
La petición fue recibida con un beso rápido y ardiente, las lenguas se deslizaron una
contra la otra justo fuera de los labios, provocando que el líquido transparente se
derramara. Mientras tanto, los cuerpos desnudos de ambos hombres continuaron
moviéndose al ritmo, y Tongrak aprendió una cosa...
Este hombre lo llenó hasta rebosar
"¿De dónde sacaste toda esta energía reprimida?"
"¿Quién te hizo tan irresistible?"
Cuando el acalorado encuentro llegó a su fin, Mahasamut agradeció una vez más a su
buena estrella por tener a un hombre tan hermoso descansando en sus brazos, ese que
condenaba su salvajismo y se sonrojaba locamente cuando volvía sus palabras hacia él.
Era tan cautivador que Mahasamut quiso plantar un beso en aquellas suaves mejillas.
"Si fuera otra persona, probablemente ya estaría llorando".
"Tú también lloraste, bastante."
"Tsk."
Cuando Mahasamut señaló la verdad, el chico dio una pequeña protesta y luego se dio
la vuelta, con el rostro sonrojado. Esto impulsó al hombre más grande a seguirlo y
rodear con sus brazos la esbelta cintura, enterrando su nariz en la curva del suave
cuello.
"No puedo soportarlo más, para que lo sepas", dijo Tongrak con voz débil.
Aunque Mahasamut quería volver a hacerlo, se conformó con sujetar con fuerza la
esbelta cintura.
"Parece que he agotado toda mi suerte en la vida".
"¿Eh?"
La persona abrazada se volvió para mirar con curiosidad, lo que provocó que
Mahasamut le ofreciera una sonrisa y levantara suavemente la mano para acariciar el
cabello de Tongrak.
"Quiero decir, ¿cómo podría alguien como yo soñar alguna vez que tendría a alguien
como tú en mi casa, en mis brazos, en mi cama? Si se lo dijera a alguien,
probablemente no me creerían".
"¿No traes a nadie a casa?"
A Mahasamut le gustó la mirada inquisitiva en los ojos de esta persona porque

Tongrak sentía curiosidad por "él".
"¿Cómo podría traer a alguien a casa?"
Esta vez, Tongrak sonrió ampliamente, luego rápidamente reprimió la sonrisa y volvió
la cara una vez más.
"Sí, tienes suerte. Nunca volverás a tener tanta suerte en tu vida, para que lo sepas".
Al afortunado le bastaba con presionar con fuerza la nariz contra la suave mejilla,
bromeando y pidiendo en broma una recompensa.
"Dijiste que si lo hacía bien, la próxima vez me harías una mamada".
Mahasamut tenía la intención de bromear, pero una vez que terminó de hablar, él
mismo se quedó en silencio debido a la palabra... la próxima vez.
¿Cuándo sería eso?
Mientras que la persona abrazada probablemente pensaba lo mismo, el rostro de

Tongrak se giró para encontrarse con su mirada, hablando en voz baja.
"Regresaré mañana".
“...”
“...”
El silencio envolvió la habitación, aunque hace unos momentos estaban riendo y

jugando. Pero ahora, Mahasamut, el desvergonzado que nunca tuvo preocupaciones en
el mundo, no podía encontrar la risa. Todo lo que pudo hacer fue tocar suavemente con
el dorso de su mano la mejilla clara.
"Sí, el barco llega por la mañana".
"... El tiempo vuela, ¿no?"
Y la habitación volvió a quedar en silencio.
Estaba tan silencioso que se podía escuchar el sonido del ventilador moviéndose hacia
adelante y hacia atrás, el sonido del colchón crujiendo mientras se movían.
El grandulón vio a la persona abrazada mordiéndose el labio y algo lo inspiró a hablar:

"¿Puedes quedarte un poco más?".
Incluso él se sorprendió por sus propias palabras. ¿Por qué estaba rogando por algo
imposible?
Desde pequeño, Mahasamut había aprendido a no pedir nada a nadie, sabiendo que
todo implicaba siempre un intercambio. Hacía tiempo que había dejado de preguntar
porque si quería algo tenía que trabajar para conseguirlo. Pero aquí estaba él, haciendo
algo que nunca pensó que haría, suplicándole a esta persona... que no se fuera.
¿Cómo podría atreverme a preguntarle eso?
Se sintió disgustado consigo mismo.
"Estoy bromeando..."
"Pídemelo."
Pero entonces, la persona que estaba a punto de levantarse vaciló cuando un susurro
ronco sonó suavemente, lo que provocó una rápida mirada hacia atrás.
Tongrak lo miró y repitió la frase.
"Pídemelo."
Capítulo 12
¿No es como estaba previsto? Entonces, elabora un nuevo plan
"Intenta pedirmelo".
Tongrak no se entendía a sí mismo ni por qué pronunció esa frase. Pero tan pronto
como escuchó las palabras... ¿Puedes quedarte un poco más?... su corazón latía con tanta
fuerza que temió que el joven pudiera escucharlo. Dudó aunque no debería hacerlo.
Sintió cosas que no debería porque finalmente había llegado el momento de volver a
casa, con sus amigos, con las luces y los colores que amaba. No necesitaba quedarse
atrapado en una isla sólo con el mar y este hombre. Pero por qué... cuando miró al
hombre a la cara, se preguntó:
¿Qué estaba esperando?
El joven escritor apretó los labios con fuerza, disgustado por el comportamiento
derrotado de Mahasamut.
No era como si conociera bien a este tipo. No se conocían desde hacía ni dos semanas.
Pero al mirar esos ojos confiados y atrevidos, esos ojos penetrantes que nunca temieron
las consecuencias, ahora alejándose de él, alegando que todo era una broma para reírse,
quiso decir:
Entonces pídelo. Pregúntame si puedo quedarme.
"¿Realmente puedo decirlo?"
¿Por qué no podrías?
Tongrak quiso gritar la pregunta. Este hombre tuvo el coraje de irrumpir en su

habitación, tomar su tarjeta de acceso, arrojarlo a un bote, subirlo a una motocicleta,
subirlo a una bicicleta de carga e incluso hacerlo llorar. El hombre que lo invitó a
eventos comunitarios, a bucear, a contemplar las estrellas, a hacer tantas cosas. ¿Pero
por qué no podía pedirle que se quedara?
"Intenta pedirmelo con tu segunda voz".
Siempre fue tan atrevido y bromista, entonces ¿por qué no podía usar su juventud
como excusa para preguntarle a alguien mayor como él?
Tongrak se sintió molesto al mirar al joven alto y silencioso con la boca cerrada.
Estaba impaciente.
"Si me lo pides, tal vez ceda", se encontró Tongrak, incitando a Mahasamut a hablar.
Porque ya no tenía excusa para quedarse más en la isla.
Los pensamientos de los dos hombres, que iban en direcciones opuestas, llenaron de
silencio la vieja casa. Tongrak miró esos ojos profundos con una mirada temblorosa.
No vas a preguntar, ¿eh?
¿Estaba a punto de esfumarse un momento que nunca antes había experimentado en la

vida?
Tongrak apretó los labios con fuerza. De repente, recordó su horario. Si se negara a
subir al escenario en el evento del libro y pidiera enviar el manuscrito cuando estuviera
terminado sin una fecha límite, si le dijera a Khaimook que informara a todos los
editores que no tenía nuevos espacios disponibles, si no tenía que acudir a cualquier
casting para aumentar el rating con su fama de escritor, ¿podría encontrar una excusa
para visitar esta isla nuevamente?
¿O tendría que esperar a que Khom regresara de Canadá y luego decir que quería
visitar el mar cerca de su casa?
El joven escritor reflexionó sobre todo lo que tenía en la cabeza, sin comprender por
qué sentía tanta urgencia.
Pero antes de que pudiera decidir algo, una mano cálida tocó su cuello y acarició su
hombro.
"Me dijiste que intentara pedirlo, ¿no?"
"...Sí."
Adelante, pide.
Tongrak miró a los ojos del hombre juguetón, que ahora parecía serio y severo.
"Sé que pedir algo a alguien suele venir con un intercambio, y hace mucho que no
me atrevo a pedirle nada gratis a nadie. No tengo nada que ofrecerte..."
"No quiero nada."
Dijo Tongrak y se quedó en silencio cuando largos dedos tocaron sus labios rojos e
hinchados, resultado de la mordida. Entonces Mahasamut continuó.
"Ni siquiera me atrevo a pedirles nada a mis propios padres, así que quiero hacerte
saber que no quiero hacerte sentir culpable. Pero si te lo pido y no me lo das, es
posible que nunca mas me atreva a preguntarle a alguien así", dijo Mahasamut con
seriedad, y luego su gran mano acercó la mano de Tongrak a su áspera mejilla.
El hombre corpulento que hacía sentir a Tongrak que podía hacer cualquier cosa estaba
frotando su mejilla contra la mano de Tongrak, con sus ojos penetrantes mirando hacia
arriba, suplicando.
"¿Podrías, por favor, no volver todavía a Bangkok?"
“...”
"Después de esto, no te molestaré."
“...”
"No te molestaré cuando estés trabajando".
“...”
"No te despertaré por la mañana y te dejaré de mal humor".
“...”
"Haré lo que digas."
“...”
Mahasamut levantó la mano de Tongrak para besarla.
"Quédate conmigo."
Pum-pum. Pum-pum.
Tongrak no estaba seguro de quién era el latido del corazón, ya que estaban demasiado
cerca el uno del otro. La mano que tocaba su mejilla podía sentir el pulso frenético
mientras su corazón temblaba violentamente como un pequeño barco en medio de una
tormenta. Todo su cuerpo tembló con esas palabras, con esta mirada, pero Tongrak no
podía apartar la mirada.
"No."
Tongrak miró los ojos apagados y la mano que aflojaba su agarre antes de continuar.
"Si no me estuvieras tomando el pelo, entonces ese no eres tú. ¿Cuándo me

levantaría a trabajar si no me despertaras? No serías diferente de un perro
domesticado si hicieras todo lo que te digo. Porque tú eres Mahasamut, lo
suficientemente atrevido para tratar conmigo, lo suficientemente valiente como para
llevarme a esta casa destartalada con una cama tan estrecha, me rindo. Nunca dije
que tenías que ser bueno".
Observó cómo la sonrisa regresaba a Mahasamut, gustándole lo amplio que podía

sonreír este loco, pero luego levantó la barbilla y dijo en un tono arrogante.
"Es porque me suplicaste, por eso me quedé".
Tongrak casi gritó cuando de repente lo abrazaron firmemente. Quería regañar: ‘Ya
hace mucho calor". ¿Por qué me estás abrazando ahora mismo?’ Pero un latido cerca de
su oído le hizo tragarse todo eso.
¿Por qué tengo que ceder ante este imbécil? Maldita sea.
Tongrak hizo un puchero, escuchando la voz profunda reírse.
"¿Quién es el verdadero psicópata aquí? Te gusta que se burlen de ti pero no lo

admites".
"¡¿Quién llama psicópata a quién ?!" Tongrak se alejó para enfrentarlo.
Los ojos color miel se abrieron cuando lo besaron… mirando a la persona que reía de
buena gana con satisfacción.
"Después de esto, si te trato más duro, no me culpes".

Tongrak quería discutir, pero si lo hacía y este tipo dejaba de ser duro con él, sería una
pérdida, ¿no? Así que permaneció en silencio, incluso permitiendo que lo tiraran hacia
abajo para abrazarlo en la estrecha cama. A pesar del calor y el sudor que los
empapaba, con sólo un ventilador en toda la casa, Tongrak todavía yacía allí.
Sólo porque estaba cansado, por eso.
"Hola, Mahasamut"
De repente, Tongrak rompió el silencio.
"¿Sí?"
"Continúa la historia".
El hombre del sur levantó una ceja en señal de interrogación y Tongrak continuó.
"Acerca de tu padre."
Simplemente sintió que Mahasamut no había terminado de contar su historia, eso es

todo.
La pregunta hizo que el hombretón se congelara. Luego levantó la mano para apoyarla
debajo de su cabeza a modo de almohada. La otra mano sobre la que descansaba
Tongrak también se levantó para rodear el hombro de Tongrak.
"Como ya te dije, amo demasiado el mar y estaba demasiado en desacuerdo con mi

padre", Mahasamut miró el viejo techo de madera.
"Desde que era niño, mi padre me llevaba a menudo en el barco a pescar con él. Me
gustaba y no pensaba mucho en ello porque era la profesión de mi padre que
sustentaba a toda nuestra familia. Pero cuanto más tiempo pasaba en el barco, más
veía lo que se podría llamar... descuido", su voz profunda se detuvo por un momento
antes de continuar. "A mi padre no le importaba si alguien moría. No le importaba lo

que le pasara al mar. Cuando los peces no tenían precio, mi padre los arrojaba de
nuevo al mar, dejándolos flotar y pudrirse. Yo no podía soportar cuando tiraba de
regreso a las tortugas que quedaban atrapadas en las redes de pesca sin ayudar a
cortarles las redes y los anzuelos de la boca. Le dije a mi padre que las ayudara
porque las redes les estaban cortando las patas, impidiéndoles nadar. Todo lo que mi
padre dijo fue que era una pérdida de tiempo".
Mahasamut se rió, aunque sus ojos estaban tan quietos que daba miedo.
"Nos peleamos. Me regañó diciendo: 'Crees que eres tan educado, ¿eh? Es porque
hago esto que tú y tu hermano tienen comida para comer. Si tanto quieres ayudar a
esas malditas criaturas, valete por ti mismo. No vuelvas a comer en mi mesa. Eso es
lo que él dijo."
Mahasamut apretó el puño con fuerza, recordando lo que su padre le hizo después... su
padre lo arrojó al mar.
Su padre probablemente pensó que pediría ayuda, pero la tripulación de su padre no

pudo soportarlo, así que ayudaron al niño flaco a subir al barco. Cuando llegó a casa,
su padre continuó criticándolo por lo que había dicho: "Si tanto quieres ayudar a esas
malditas criaturas, intenta ayudarte a ti mismo primero". Entonces él respondió:
"Está bien, lo haré".
Eso fue todo. Su padre estaba tan enojado que lo ahuyentó como a un perro callejero.
A partir de ese día nunca volvió a casa.
Quienes conocían la historia dijeron que era demasiado orgulloso. Sólo quería
conquistar a su padre y pedirle disculpas. Pero no regresaría a menos que pudiera
demostrarle a esa persona que podía hacer más que cuidar de sí mismo y de quienes lo
rodeaban.
"Mi madre nunca fue alguien que tuviera voz y voto, y al final, me encontré sin
hogar a la edad de quince años. Mi hermano menor, siempre obediente a nuestro
padre, ya había sido enviado a la universidad. Supongo que mi padre me quería
para ver cuán diferentes podrían ser nuestros futuros... Esa es más o menos mi
historia", concluyó Mahasamut, luego se volvió para mirar a Tongrak.
Sus dedos tocaron suavemente el rabillo del ojo de Tongrak.
"¿Me tienes lástima?" preguntó.
"¿Qué pasaría si te dijera que te tengo lástima?" Tongrak respondió suavemente.
Tongrak no supo cómo responder. No fingiría entender algo que no entendía, y aunque
la historia de este hombre le hizo reflexionar sobre la suya propia, no eran lo mismo.
Tongrak tampoco sabía si tener un padre con quien discutir o un padre que sólo
extorsionaba por dinero era la mejor opción.
Una parte de su mente temía hacer sentir mal a este hombre.
Bueno, ¿por qué debería importarme?
Él se preguntó.
Pero...
"Está bien, ten más lástima de mí. De esa manera, te encariñarás conmigo", dijo
alegremente el hombre que recordaba el pasado, lo que provocó que Tongrak se
burlara.
"¿Qué es tan entrañable sobre tí?"
A menudo olvidaba que este chico era incluso más joven que él.
Cuando terminó de hablar, las yemas de los dedos del hombre más grande, que habían
tocado el rabillo del ojo, bajaron hasta su mejilla y terminaron en la comisura de su
boca, sus ojos oscuros miraban fijamente con... una mirada fascinante.
"Gracias", dijo Mahasamut, haciendo que Tongrak frunciera el ceño.
"¿Qué hice para merecer tu agradecimiento?"
"Por escuchar mi historia".
Tongrak se quedó en silencio porque si fuera la historia de otra persona, se habría

negado y habría dicho que no quería escuchar. Pero aquí estaba él, después de haber
escuchado atentamente durante tanto tiempo. Al mirar esos ojos profundos, de repente
sintió la necesidad de consolarlo.
"¿Intercambiamos entonces?"
"¿Intercambiamos qué?"
"Me cuentas tu historia y yo te contaré la mía".
Tongrak se giró para tumbarse sobre el pecho de Mahasamut, permitiendo que el

hombre le acariciara la cintura y la espalda.
"Continúa, dímelo".
"Tengo un secreto. ¿Quieres saber cuál es?" El joven miró al otro, quien asintió. Con
una sonrisa traviesa, sus dedos rozaron el pecho juguetonamente, luego se acercó al
oído y susurró.
"No puedo escribir a menos que tenga relaciones sexuales".

“¡¡!!”
El joven escritor miró esos ojos penetrantes que se habían agrandado inesperadamente
y luego se echó a reír. Encontró divertida la expresión de incredulidad en el rostro de
este loco y ahora entendía por qué a Mahasamut le gustaba tanto burlarse de él. Al ver
esa mirada, no pudo evitar reírse, lo que hizo que el hombre más grande frunciera el
ceño y hundiera la cara en la curva de su cuello, haciéndolo retroceder para evitar la
sensación de cosquillas.
"¿Me estás engañando?"
"Jaja, lo digo en serio. Espera, hace cosquillas".
Tongrak continuó riéndose encima de Mahasamut, incluso cuando sintió unas manos
grandes apretando firmemente su trasero redondeado.
"Jaja, realmente no puedo escribir escenas de amor si no tengo sexo. No puedo

escribir escenas dulces si no tengo sexo; simplemente no entiendo el amor. También
se considera amor, ¿no?". Tongrak explicó entre risas antes de que su voz se convirtiera
en un gemido jadeante cuando sus largos dedos volvieron a jugar burlonamente en su
reducido espacio.
Le gustó tanto... cuando esos dedos exploraron el interior, salieron y luego presionaron
de nuevo.
"Entonces eso significa que me amas, ¿verdad?"
"Uh", Tongrak no confirmó verbalmente, pero gimió en respuesta a los implacables

dedos burlones.
"Porque estás haciendo el amor conmigo".
Tongrak apoyó la mejilla de Mahasamut y susurró cerca de sus labios.

"No sé."
Él sonrió, luego plantó un beso provocativo en esos labios provocativos, gimiendo

temblorosamente mientras Mahasamut movía su mano con más fuerza, los sonidos
húmedos se volvieron audibles.
Y sí, Tongrak decía la verdad.
Le estaba revelando a Mahasamut un secreto que sólo unas pocas personas en el

mundo conocían.
"Lo digo en serio, ¡ah!"
Luego, el sonido de la piel resbaladiza frotándose llenó el aire, gemidos y respiraciones

pesadas mezclándose con dulces gritos, el intercambio de fluidos lo suficientemente
fuerte como para ahogar por completo el viejo ventilador. Lo que estaban haciendo era
tan intenso que se podía escuchar el crujido de la madera debajo de ellos, y Tongrak
incluso temió que la casa se derrumbara.
Nunca antes se había sometido a nadie así.
¿Pero si esto fuera amor?
Bueno, no lo era. Simplemente estaba encaprichado de este nuevo hombre, eso es todo.
Estaba tan encantado que quería quedarse aquí un poco más, esperando aliviar esta
obsesión...
[¡¡¡De ninguna manera!!!]
"Pero..."
[¡No significa no! ¡Sería mejor si volvieras hoy!]
"Espera un minuto..."
[Rak, escúchame; ¡Tienes una reunión mañana!]
Tongrak tuvo que alejar el teléfono de su oreja mientras estaba de pie en el muelle de
aguas profundas con dos maletas grandes, su hermoso rostro nublado por la irritación
porque su secretaria no escuchaba una palabra de lo que decía. Cada vez que intentaba
hablar, Mook lo interrumpía, insistiendo con tono serio en que tenía que regresar a
Bangkok esa noche, pasara lo que pasara, y no perderse la reunión de mañana.
Una reunión que ya había olvidado.

Tongrak se volvió para mirar al hombre corpulento que estaba un poco alejado del
camión de ketchup.
¡Oh espera! ¡Una camioneta!
Tan pronto como se despertó esa mañana, Tongrak llamó a su secretaria para extender
su fecha de salida y reprogramar su regreso en el barco privado que había reservado.
Pero en lugar de eso, se encontró con una voz estridente, teñida de lágrimas, que decía
"No es posible. De ninguna manera, Rak. Tienes que hacer las maletas ahora mismo y
subir al barco".
Entonces, no tuvo más remedio que tragarse su orgullo y contárselo al hombre que le
había estado suplicando durante dos noches.
Sí, era satisfactorio, pero Tongrak estaba rompiendo su promesa, lo cual no le gustaba
en absoluto.
La mente de Tongrak daba vueltas, tratando de decidir qué hacer. ¿Debería poner
excusas sobre el trabajo y el manuscrito o afirmar que todo el barco se había hundido y
desaparecido? Pero su secretaria se mantuvo firme e insistió en que ya había hablado
con el propietario del barco, y Mahasamut no dijo nada excepto que iría a buscar el
coche mientras Tongrak hacía las maletas.
¡Pensó que serían bicicletas de carga, pero este tipo tenía una camioneta!
"Oh, lo uso para remolcar el barco".
Al principio se sintió culpable, pero la frustración de Tongrak explotó y soltó: "¿Por

qué me recogiste con una bicicleta de carga?". Pero cuando vio la leve sonrisa del
imbécil, no pudo continuar con su perorata. Se quedó sentado en la camioneta en
silencio hasta que llegaron al muelle a la hora acordada.
El mismo barco que lo había traído se acercaba mientras escuchaba a su secretaria al

teléfono.
[Rak, volverás hoy, ¿verdad? Mañana tendrás una reunión con la agencia que se
ocupa de los derechos internacionales de tus libros. Planeaban volar a Tailandia
desde el mes pasado. Tú mismo les dijiste que podías lograrlo. No puedes
simplemente dejarme así. Y otra cosa... ¿no te habrás olvidado, verdad, que acaban
de vender los derechos para traducir tu obra al japonés y al español? Y van a discutir
el acuerdo vietnamita para convertir tu novela en una serie web. Tienes que irte,
Rak. Te lo ruego, por favor.]
Tongrak escuchó la voz sollozante de su secretaria, que probablemente se golpeaba la

cabeza contra el escritorio mientras hablaba antes de dejar escapar un gran suspiro.
"Solo aparecer es suficiente, ¿verdad?"
"Eres el mejor, Rak."
"Sí, sí, adiós."
"¿Estás por abordar el barco? Te esperaré para recogerte en..."

Beep. Beep. Beep.
Tongrak no se molestó en escuchar el resto de las quejas, por lo que cortó la llamada
inmediatamente y se volvió hacia la persona que lo observaba.
La persona que dio un paso adelante y preguntó con una sonrisa: "No has olvidado
nada, ¿verdad?".
¿Por qué puso esa cara?
¿Qué cara? Sólo el habitual, totalmente normal.
El joven escritor frunció el ceño, mirando al hombre que acababa de rogarle que no se
fuera. Pero mira su cara ahora. Además de la sonrisa habitual y la misma mirada, ¡no
había ni una pizca de arrepentimiento!
Tongrak se mordió el labio hasta que le dolió.
Si a él no le importaba, ¿por qué me importaría a mí?
Ese pensamiento le hizo volver a coger su teléfono móvil para abrir la aplicación
bancaria y simplemente transferir el maldito dinero.
¡Dng!
Observó a Mahasamut levantar su teléfono para comprobar la cantidad.
"Por sus servicios."
¿Ven? Lo había dicho antes. Lo que había entre ellos era sólo sexo.
Y el propio destinatario sonrió ampliamente, inclinando la cabeza en agradecimiento.

"Gracias por utilizar mis servicios. Con una propina de servicio tan generosa, no
dudes en llamarme nuevamente".
Así fue exactamente.
Tongrak pensó para sí mismo, reafirmando que estaba bien. Pagó y Mahasamut vendió
su servicio. Fue un trato justo desde el principio. Y no es que no hubiera hecho esto
antes... pero nunca se había sentido tan vacío.
Maldita sea, Rak.
"Probablemente no volveré a poner un pie en esta isla", declaró el joven, con la

barbilla en alto.
"Así es, te obligaron a venir aquí. Todavía recuerdo el primer día que me miraste con
desprecio".
Una mano grande se posó en el cuello de Tongrak, haciendo que el joven se

sobresaltara y lo esquivara, pero el cálido toque permaneció en su piel. Sus ojos se
abrieron cuando miró al hombre que tenía delante, quien se rió sin importarle.
"No seas tan rígido o te dolerá el cuello. Estoy preocupado por ti".
"¿Por qué estás preocupado por mí? Preocúpate por ti mismo".
"Y no olvides desayunar o te saldrá una úlcera de estómago".
"¿Eres médico ahora? Yo mismo puedo ir a ver a un médico".
"Y no te quedes despierto hasta tarde. Eres viejo y tu cara empezará a arrugarse".
"¡Mahasamut!"
"¿Sí, señor Tongrak?"
Tongrak miró los ojos oscuros con molestia. El hombre seguía siendo un imbécil pase lo
que pasara, lo que le obligó a apartar la cara.
"Voy a volver ahora".
"Vamos, yo llevaré tus maletas. Cada una vale cientos de miles", dijo en broma
Mahasamut, luego levantó dos bolsas grandes y abrió el camino hacia los miembros de
la tripulación que habían saltado al puente del barco.
Tongrak observó los movimientos del otro hombre, alejando todos los sentimientos
inquietantes.
¿Por qué sentía como si el hueco en su pecho se estuviera expandiendo?
Vuelve al trabajo, Rak.
Tongrak respiró hondo y pasó junto a Mahasamut hacia el barco, con la intención de
pasar directamente, pero...
Una mano grande lo agarró del brazo y Tongrak se giró para encontrarse con la mirada
del otro.
"Señor Tongrak."
"¿Ahora que?" preguntó bruscamente, mirando a la persona que le sonrió nuevamente.
"Tongrak... Mahasamut."
"No me olvidaré de nosotros".

Mahasamut habló con sinceridad y sus miradas se encontraron... durante mucho

tiempo.
Después de un momento, la mano grande lo soltó y él se despidió.
"Cuidate."
Mahasamut dio un paso atrás y Tongrak estaba a punto de abordar el barco, con las
manos temblando ligeramente. Los recuerdos del tiempo pasado con el extraño
hombre pasaron por su mente.
"¿Por qué te llamas Mahasamut? Es extraño".
"¿Y por qué te llamas Tongrak? Eso también es bastante raro".
"Te pregunté primero."
"Tal vez porque nuestros nombres están destinados a estar vinculados".
"¿Reprobaste tu idioma tailandés o algo así? No hay nada que estos dos nombres
suenen igual".
"Bueno, Tongrak significa amor innegable. Mahasamut significa océano".
"Eso es una tontería."
Recordó incluso los ojos penetrantes del hombre que le había dicho:
"TongrakMahasamut significaba un amor innegable por el océano... o, para ser

precisos, por mí.”
Un repentino calor en el cuello, como si una mano grande descansara allí, hizo que sus
pasos vacilaran justo cuando estaba a punto de avanzar. Antes de que alguien pudiera
comprender lo que estaba sucediendo, Tongrak fue quien corrió hacia el hombre
corpulento que estaba parado al lado de la camioneta, terminando jadeando frente a él.
Y entonces, Tongrak tiró del cuello de la camisa de Mahasamut.
"¿Cuánto?"
"¿Disculpa?"
Ignorando la expresión desconcertada del otro, Tongrak continuó: "¡Te pregunté

cuánto!"
Mahasamut hizo una pausa y luego le ofreció una sonrisa con un tono agradable: "Ya
sabes el precio de un curso de buceo privado. Cobro la tarifa habitual".
"¡Eso no es todo!" La voz de Tongrak se volvió severa mientras acercaba a Mahasamut,

su pregunta ahora mezclada con una intención seria:
"Te estoy preguntando cuánto te costaría ir a Bangkok conmigo".
"¡...!"
Vio que los agudos ojos de Mahasamut se abrieron con sorpresa, que rápidamente se
convirtieron en una mirada seria. Unas manos grandes agarraron firmemente el cuello
de su camisa.
"¿Estás seguro acerca de esto?"
"Sólo dime cuánto", insistió Tongrak, sus ojos mostraban que hablaba en serio.
Y eso provocó una amplia sonrisa en el rostro de Mahasamut.
Esta era la sonrisa que quería ver.

Luego dijo las palabras que sólo ellos entendieron: "No soy barato, lo sabes".
Pero Tongrak sonrió porque su respuesta fue...
"El dinero no es problema."
Ahora, Mahasamut se rió a carcajadas, "Creo que no lo es", dijo el hombre más grande,
levantando la mano del cuello para plantar un beso firme.
Tongrak sonrió ampliamente, confiado en su decisión, y apostaría a que todos en
Bangkok se sorprenderían al verlo traer un recuerdo: un gran hombre sureño.
Oh, ¿pero mencionó que este era su propio recuerdo?
Después de todo, Mahasamut era lo mejor de la isla.
Tongrak se rió, tirando y arrastrando a Mahasamut para subir juntos al barco. El joven
alto lo siguió sin dudarlo, sin pedir tiempo para empacar sus cosas.
El joven escritor todavía insistía en que eso no era amor. Fue sólo por placer personal.
Y si uno pudiera permitírselo, ¿sería algún problema? ¿Quién podría decir algo al
respecto, especialmente si decidiera traer a un hombre a casa?
Y... el tipo vendió su servicio de todos modos. ¿Cierto?

Capítulo 13
Sugar Daddy
A ella no le agradaba en absoluto este hombre.
Esto fue lo que se dijo la joven de adorable nombre 'Khaimook' cuando vio al hombre
que su jefe había traído consigo. Al principio estaba encantada de que después de esto,
al menos durante un mes entero, su jefe no pudiera escapar de su trabajo y desaparecer
de nuevo. Sin embargo, se quedó boquiabierta cuando Tongrak atravesó la puerta de
llegadas nacionales con un hombre alto, de piel bronceada, que la hacía sentir tan
pequeña como una hormiga.
Su mandíbula cayó aún más cuando Tongrak lo presentó.
"Conócelo, él es Mahasamut. Lo he traído conmigo".
"¿¿¡¡¡Qué!!!??"
Por favor, no pregunten qué tan fuerte gritó en el aeropuerto, tanto que el personal del
aeropuerto casi se acercó a preguntar qué pasaba. Ella no había escuchado mal,
¿verdad?... ¿Tongrak trajo a este tipo con él?
¿Lo trajo con él, como un recuerdo? ¿La gente está comprando y vendiendo hombres
ahora?
Khaimook todavía estaba atónita, su sorpresa era evidente mientras los conducía de
regreso al lujoso condominio de su jefe. Todavía estaba incrédula cuando Tongrak le
dijo al hombre que subiera a la habitación con él.
Esto no era una cuestión de broma.

"¿Cuál habitación es la tuya?"
"Aquella."
Una vez dentro de la opulenta habitación de Tongrak, el hombre grande le preguntó al

dueño, lo que molestó muchísimo a Khaimook porque Tongrak lo señaló con tanta
facilidad, permitiendo que el extraño diera un paso en esa dirección.
"¿Qué vas a hacer?" La joven estiró los brazos lo más que pudo, impidiendo que el
hombre invadiera la privacidad de Tongrak.
"Oh, voy a dormir, por supuesto. El señor Tongrak está muy cansado".
"Si Rak está cansado, deja que Rak se duerma. ¿Por qué lo sigues?"
Khaimook reunió coraje para discutir, lo que sólo hizo que el oyente estallara en
carcajadas.
"Tengo que irme a dormir con el señor Tongrak".
"No, no puedes."
Cuando la otra parte intentó esquivarla, ella rápidamente bloqueó el camino, con un
tono agudo y decisivo.
Vale, intentaría entender lo que Tongrak tenía de comprar un hombre, pero no

confiaría en que un tipo desconocido durmiera en la misma habitación que Tongrak. La
gente puede ser engañada; incluso si actuaban amistosamente, quién sabía si
Mahasamut podría tomar un cuchillo y apuñalar a su jefe.
Como secretaria, no podía permitir que ocurriera tal incidente.
"¿Por qué no, señorita?"

"No confío en ti", respondió Khaimook sin rodeos, y luego se involucró en un

concurso de miradas.
¡¿Por qué era tan grande?!
Khaimook quiso dar marcha atrás desde el momento en que ella levantó la vista y lo
miró a los ojos, pero ella trató de mantenerse firme, a pesar de que no estaba
familiarizada con los hombres en absoluto, excepto Tongrak. Los únicos otros hombres
con los que era cercana eran miembros de su familia. Estar allí, mirar fijamente a un
hombre extraño, especialmente con el rostro oscuro e intimidante, le dio ganas de
llorar.
¡Pero tenía que proteger a Rak!
Mahasamut encontró divertida su postura. Era tan pequeña que probablemente podría
volarla con una bocanada.
Como no quería intimidar a alguien más débil, Mahasamut se volvió para mirar a
Tongrak, que estaba de pie con los brazos cruzados, apoyado contra la puerta,
preguntando con los ojos: '¿Qué debo hacer? Si muestro respeto, ella no retrocederá,
pero si me dices que me ocupe, esta pequeña dama no tendrá ninguna posibilidad.
Y eso hizo sonreír al espectador.
¿Cómo podrían siquiera competir? Estaban a leguas de distancia entre sí en estatura.
"Déjalo entrar, Mook", dijo simplemente Tongrak, lo que provocó que Khaimook se
diera vuelta.
"Pero... ni siquiera sé quién es. ¿Cómo puedo dejarlo entrar a tu habitación?"

Cada vez que Tongrak salía a divertirse, abría una habitación de hotel. Era raro que
trajera a un hombre a su habitación, así que dijo Khaimook con preocupación
persistente, sólo para encontrar a su jefe con una amplia sonrisa.
"Si no lo dejas entrar ahora, eventualmente terminará entrando".
"¡Rak!"
"Vamos, si él no entra, ¿cómo puedo tener sexo con él?"
"¡Tongrak!"
Ahora el rostro de Khaimook se calentó, sus mejillas se sonrojaron hasta la punta de las
orejas. Sabía que Rak era abierto sobre estas cosas, pero ¿estaba realmente bien...
sacarlo a colación delante de ella así?
"¿No es cierto? Si compras algo, tienes que hacer que valga la pena, ¿verdad,
Mahasamut?" Tongrak le preguntó al hombre del sur con un tono agradable, lo que
hizo que el hombretón se riera tanto que Khaimook tuvo que girarse y mirarlo.
¡¿Qué tiene de gracioso eso?!
"Tiene razón, Sr. Tongrak. Si no me deja entrar a la habitación, ¿cómo vamos a

joder..." reflexionó el joven, luego se inclinó para mirar a Khaimook a los ojos y le
preguntó con una sonrisa.
"¿O quieres que lo haga aquí mismo? No me importa si quieres ver si puedo rendir
lo mejor que pueda".
"¿Estás loco?" —exclamó Khaimook en voz alta, saltando hacia atrás.
Y eso hizo que los dos hombres rieran a carcajadas.

"Es tarde. Es hora de que te vayas a casa y duermas".
"Pero, pero..."
Aunque Tongrak colocó suavemente su mano sobre la cabeza de Khaimook y habló

con afecto, ella trató de discutir con los ojos rojos y las mejillas sonrojadas, obligándolo
a continuar.
"¿O quieres vernos coger?"
"¡Dios mío, Rak!" Khaimook gimió de una manera que hizo reír a Tongrak.
"Es hora de volver a casa. Si no te vas ahora, cancelaré la reunión de mañana".
"¡De ninguna manera!" sus ojos se abrieron como platos. Ella absolutamente no podía
cancelar este evento. Volaron específicamente para hablar con Tongrak, ¡así que tuvo
que irse!
"Rak, puedes cancelar cualquier evento, pero este no."
"Entonces vete a casa. Si no me dejas dormir, no me despertaré mañana y no iré", le

dijo Tongrak mientras la empujaba hacia la puerta, ignorando su leve resistencia y las
muchas razones que ella mencionó para respaldar sus propios pensamientos.
"Piénsalo, Rak. Lo conociste hace sólo unas semanas. No puedes traerlo así. ¿Quién
sabe quién es, si se puede confiar en él o no?" Khaimook le susurró a Tongrak en voz
baja. “Además..."
La joven miró al hombretón porque aunque no le agradara, no era algo que pudiera
decir delante de él sin herir sus sentimientos, así que susurró suavemente.
"Si tiene, um... algo que viene con él..."

"¿Quieres decir como una ETS?" Tongrak preguntó con indiferencia, pero eso hizo que
el rostro de la joven se pusiera rojo brillante.
"Bueno, tienes razón al decirlo".
"¿Cierto...?" respondió ella con esperanza, sin darse cuenta de hasta dónde había
progresado su relación.
Su comportamiento hizo que Tongrak sonriera con picardía.
"Entonces mañana, por favor lleve a Mahasamut al hospital".
"¡¡¡¿Qué?!!!"
"Ay, me van a estallar los oídos. Ya puedes irte a casa". Sin esperar a que Khaimook
gritara más, Tongrak empujó a la joven fuera de la habitación y sonrió como un jefe
benevolente, dejándola con un último comentario.
"No olvides llevarlo al hospital mañana".
Después de eso, le cerró la puerta en la cara, y si sus ojos no la engañaron, le pareció

ver al hombre corpulento despidiéndose con un gesto molesto y burlón.
¡Rak, no puedes hacerme esto!
Este era el grito interior de alguien preocupada por sus jefes, sola en el pasillo.
La habitación de Tongrak estaba en el piso 27 de un lujoso complejo de condominios en

el corazón de la ciudad. La habitación estaba dividida en tres dormitorios, el
dormitorio principal tenía un gran ventanal que ocupaba una pared y ofrecía a sus
ocupantes una vista de la bulliciosa metrópolis de Bangkok. Las otras dos habitaciones
estaban divididas en un dormitorio de invitados y un estudio repleto de libros. La sala
de estar central contaba con un deslumbrante juego de sofás de cuero y un gran
televisor con sonido envolvente, dividido por una isla de cocina rematada con mármol
italiano. Conducía a una cocina impecable que nunca había sido utilizada.
Mahasamut examinó la habitación mientras estaba sentado en el sofá, hablando por

teléfono.
[¿Cuando vas a volver?]
"Aún no hay ningún plan".
[¿¡Qué!? Hermano, ¿estás loco?!]
Mahasamut se rió. Parecía que su decisión podría hacer que muchos pensaran que
estaba loco. Incluso Palm, que no se asustaba fácilmente, había gritado hasta que casi le
estallaron los oídos. No era de extrañar que la mujer de la noche anterior lo hubiera
mirado de esa manera.
De hecho, debe estar volviéndose loco. ¿Quién más se subiría a un barco sin pensarlo
dos veces?
Pero él no creía que estuviera loco.
El joven volvió a reír, sin molestarse en explicarle al chico lo que estaba tramando, solo
le dio otra orden.
"Sí, envíame las cosas que pedí. Te enviaré la dirección".
[Hombre, me dejaste una vez que lo lograste, ¿eh?]
Mahasamut se echó a reír al escuchar la voz del niño teñida de fingida decepción
durante unos minutos más antes de colgar. Tenía mejores cosas que hacer que escuchar
a este chico divagar. Tan pronto como colgó el teléfono, el joven se reclinó en el sofá,
apoyando su cabeza en el suave cojín, sus pensamientos vagaron hacia la noche

anterior después de que Khaimook se fuera.
Había pensado que Tongrak le dejaría entrar a su habitación, pero...
"Esa es tu habitación"
El chico lindo señaló hacia el dormitorio de invitados, lo que le hizo alzar una ceja con
sorpresa.
"Oh, ¿no lo haremos?" Bromeó, consciente de que el otro estaba cansado del viaje, pero no
pudo resistirse a bromear. Observó el sutil rubor en las mejillas, que no estaba allí cuando
Tongrak estaba hablando con Khaimook. Pero no pasó mucho tiempo antes de que el dueño de la
habitación se cruzara de brazos y declarara con confianza:
"¿Quién será el responsable si no puedo despertarme mañana?"
"¿Qué pasa si prometo sólo acurrucarme...?" Se detuvo, dejando que su mirada vagara
juguetonamente desde los ojos de Tongrak hasta los labios y el cuello y luego de regreso a los ojos
de manera significativa. Al ver la vacilación en el rostro de Tongrak, no pudo resistirse a seguir
bromeando, ahora seguro de que éste orgulloso gato realmente disfrutaba que lo cargaran.
Estaba seguro de poder entrar a la habitación de Tongrak, pero...
"No lo creo. Buenas noches."
Como si temiera ceder o no pudiera seguir discutiendo, Tongrak cerró la puerta en sus
narices, sin preocuparse por el invitado que había arrastrado. Mahasamut sacudió la
cabeza con resignación, al darse cuenta de que lo que Khaimook había dicho era
verdad.
¿Qué harían si se volviera un imbécil? ¿Por qué Tongrak confiaba tanto?

En realidad, Mahasamut tenía mucho que discutir con Tongrak, pero la oportunidad
nunca llegó porque tan pronto como salió el sol, Khaimook estaba esperando afuera de
la puerta. Lo más divertido fue que la persona que tenía acceso a la tarjeta llave de
repuesto no se atrevió a entrar, solo tocó el timbre hasta abrir la puerta. Al ver la cara
roja que mostró claramente lo que tenía en mente, debía haber tenido miedo de que
hubieran tenido intimidad toda la noche y todavía estuvieran en eso. Pero una vez que
vio que ese no era el caso, la pequeña mujer irrumpió para despertar a Tongrak,
arrastró al dormilón al baño e inmediatamente se puso a trabajar.
Ella no pudo evitar volverse para mirarlo con ojos desconfiados.
"Bueno, realmente no se puede confiar en mí".
De regreso al presente, Mahasamut miró al techo, todavía sorprendido de sí mismo por

aceptar fácilmente seguir a Tongrak hasta aquí.
Era cierto que Mahasamut vivía según el principio de que "dinero ganado, trabajo hecho".
Nunca rechazó ningún trabajo. Pero como le había dicho a Tongrak, no era una
prostituta. Tenía su propio trabajo.
Pero Mahasamut nunca dejó escapar una oportunidad entre sus dedos.
Esta no era una oportunidad para hacer una fortuna rápida o para robarle a alguien,
sino...
Los ojos color miel que brillaban con vulnerabilidad todavía estaban vivos en su
mente. El que decía no conocer el amor, el que mostraba su debilidad, y la misma
persona que le había pedido que lo siguiera hizo que Mahasamut no quisiera dejarlo ir.
¡Era la única oportunidad que tenía de acercarse a Tongrak y Mahasamut no iba a

dejarla pasar!
…
Si él no hubiera venido, es posible que nunca se hubieran vuelto a cruzar.
Mahasamut suspiró. Muchos pensaban que era maduro para su edad, que podía con
cualquier cosa, pero aquí estaba la prueba de lo infantil que podía ser, actuando sin
pensar las cosas. Incluso después de pasar la noche en inquieta contemplación, todavía
no podía decidir qué hacer a continuación. Afortunadamente, era temporada baja. La
mayoría de la gente había cerrado sus complejos turísticos y negocios porque no valía
la pena y planeaban reabrir durante la temporada alta. Y todavía tenía algunos
ahorros.
Además, tenía lo que Tongrak le había dado.
"¿Cómo llaman a esto?" Mahasamut murmuró antes de que su sonrisa se

desvaneciera. "Un Sugar Baby".
Eso era todo lo que podía ser ahora.
El joven suspiró nuevamente antes de levantarse. Sentarse sin hacer nada sólo hacía
que sus pensamientos divagaran y tenía mucho que hacer.
¿Debería llamar primero a Khom? No, mejor no. Eso arruinaría la sorpresa.
"Rak, por favor piénsalo de nuevo. Esto no es algo trivial."
Desde que terminó la reunión con la agencia extranjera, Khaimook intentó persuadir a
Tongrak para que reconsiderara su decisión sobre Mahasamut. Mientras tanto, Tongrak
fingió no escuchar, cambiando hábilmente de tema a su trabajo, que seguía bien sin
problema. Había trabajado con esta agencia durante cinco años, desde que adaptaron
su primera novela BL a una serie. Se conocían bien y él confiaba en que elegirían las
mejores condiciones para él.
Khaimook también lo sabía, pero ella se volvió hacia él con expresión seria y su voz
más seria que antes.
"Rak."
Tongrak dejó escapar un largo y prolongado suspiro.
"Esto no es como lo que hizo Connor, ¿sabes? Claro, sé que Connor, bueno, hace algo
como esto de vez en cuando. Pero, ¿qué es esto? Lo trajiste desde el sur y dejaste que
se quedara contigo. Esto no es sólo temporal. Estás asumiendo la responsabilidad de
la vida de alguien y ¿puedes siquiera confiar en él?
"¡Khaimook!"
Antes de que Khaimook pudiera encontrar todas las razones del mundo para
persuadir a su jefe, Tongrak gritó con firmeza, silenciando a la joven, quien cerró la
boca con fuerza, sabiendo que cuando Tongrak usaba ese tono, significaba... hablaba en
serio.
Tongrak se pasó una mano por el pelo con frustración.
No, no era Khaimook lo que le irritaba; era que ella tenía razón.
Cualquiera pensaría que Tongrak había perdido la cabeza. Esto no era como ir a un bar
de anfitriones o acceder a una aplicación de citas, aceptar una aventura y luego
separarse. Había traído a Mahasamut a casa para vivir con él. Y si alguien le
preguntaba si pensaba cambiar de opinión, tenía una respuesta inmediata... ¡No!
Si quisiera algo, lo conseguiría.
Además, Khaimook no sabía que Connor una vez también había traído a un chico a
casa, y ahora ese chico se había convertido en su novio.
¿Qué estaba pensando?
Tongrak hizo caso omiso de la idea de que él y Mahasamut podrían convertirse en algo
más, como la pareja de Connor. Después de todo, simplemente estaba pensando que si
Connor lo hubiera hecho, no habría sido tan extraño.
¿Cierto?
"Ya he tomado una decisión. ¿Vas a decirme que estoy equivocado?"
Khaimook apretó los labios con fuerza, con ganas de gritar... '¡Sí, Rak, estás cometiendo
un error!'
La joven era una de las pocas que conocía bien a la familia de Tongrak. Incluso pensó
que en el fondo su jefe anhelaba el amor de alguien pero no lo admitiría. Pero ¿por qué
ese alguien debería ser un tipo cualquiera cuando su jefe estaba rodeado de tanta gente
buena? Connor también era un buen tipo. ¿Por qué no simplemente salir con él?
Si Tongrak y Connor supieran lo que Khaimook estaba pensando, probablemente

pondrían los ojos en blanco y se señalarían el uno al otro, preguntando... '¿Te refieres a
este tipo?'
Al final, Khaimook suspiró.
¿Había ganado alguna vez Tongrak en algo?
"¿Que vas a hacer después?" Esta vez, el oyente hizo una pausa por un momento.
Pero lo que salió de la boca del apuesto jefe dejó a Khaimook con la boca abierta.
¡¿En serio?!
…
"El informe del control sanitario está sobre la mesa".
Khaimook acababa de sentirse abrumada por las tareas que su jefe le había impuesto y
ahora tenía que enfrentarse al hombretón que había escuchado la conversación del día
anterior. Él había ido al lugar él mismo, sin esperar a que ella lo llevara allí, y ahora
estaba señalando burlonamente el sobre del documento con el sello del hospital
colocado en un lugar destacado en el medio de la sala de estar, haciendo que ella
quisiera mirarlo con furia. A diferencia de Tongrak, que se acercó, lo recogió y empezó
a revisarlo.
¿Y por qué Rak sonreía así?
¿Por qué le alegró tanto un informe de salud?
Khaimook caminó alrededor, con la esperanza de echar un vistazo.
Pero Tongrak rápidamente volvió a guardar los documentos en el sobre y se volvió

para mirarla.
"¿Puedes leer el informe y entenderlo?"
¡Bueno no! ¡Nunca había tenido sexo con nadie! ¿Cómo iba a saber cómo era el informe
de una prueba de enfermedad de transmisión sexual?
Entonces Khaimook sacudió la cabeza y frunció el ceño.
"Estoy limpio", gritó Mahasamut desde la cocina, mirando a Tongrak, que parecía
bastante satisfecho, antes de apoyarse en la encimera de la cocina y sonreír: "Por si
acaso nos quedamos sin condones".
Tongrak también intercambió una mirada de satisfacción con el grandulón. Le encantó

la idea, pero...
"Oh, no escuché nada, no sé nada, no, no sé por qué estás sonriendo así, ¡no lo sé!"
Khaimook se tapó los oídos, no queriendo saber nada sobre los asuntos del dormitorio
de su jefe, ni un poquito.
A diferencia de…
"Tal vez la próxima vez podamos saltarnos el condón. Prometo que me retiraré..."
"¡Argh! ¡Detente! ¡No quiero oírlo!" Eso fue todo lo que necesitó Khaimook para gritar
en voz alta, tapándose las orejas con las manos y mirando a Mahasamut como si
estuviera loco. Mahasamut sonrió con picardía, inclinando la cabeza hasta que sus
miradas se cruzaron, provocando una pequeña corriente de electricidad entre ellos.
Su obstinado enfrentamiento pasó completamente desapercibido para Tongrak.
Sintió una punzada de irritación.
"¿Quién dijo que no podías?"
Esta vez, ambos pares de ojos volvieron a mirar a Tongrak, pero el escritor solo se
encontró con la mirada del hombre sureño, arqueando una ceja como si preguntara...
'¿Realmente no vas a hacer eso?' Vio el brillo que bailaba en esos ojos oscuros, incluso
disfrutó el momento en que Mahasamut se enfrentó a la isla de la cocina porque su
mente no pudo evitar pensar en hacerlo allí mismo, sobre el frío mármol...
Sólo cuando recordó que Khaimook también estaba ahí.
"¡Rak!"
Olvidó que una chica inocente todavía estaba parada allí, con el rostro enrojecido.
"Hace tanto calor que será mejor que me duche".
Como el entrometido todavía estaba aquí y no se iba rápidamente, permitiéndoles

hacer lo que estaban pensando, Tongrak decidió cambiar de tema y entró al baño, aún
escuchando las discusiones de las dos personas que lo seguían.
"¡Quién te dejó entrar a la cocina!"
"Tengo hambre."
"Entonces, ¿por qué no pides algo?"
"Es más barato hacerlo yo mismo".
"Oh, Tongrak no come este tipo de comida".
"Vamos, la comida es comida. ¿Estás diciendo que Tongrak bebe combustible en

lugar de comer arroz?"
"¡Tú-!"
Se llevaban muy bien.
Tongrak se encogió de hombros y entró al baño, más tranquilo y de mejor humor que
nunca.
Esto es bonito. La habitación ya no está en silencio.
…
Mahasamut quería fingir que había olvidado por qué estaba en una lujosa habitación
en el corazón de la ciudad en lugar de en una playa junto al mar. Pero parecía que
Tongrak sentía lo contrario. Como mínimo, esa persona quería trazar una línea clara.
De lo contrario, no enviaría a su secretaria a hablarle así.
"Este es el contrato entre tú y Tongrak. Si hay algo con lo que no estás de acuerdo o
quieres agregar o restar, házmelo saber", Khaimook deslizó algunas hojas de papel
hacia Mahasamut.
El joven los miró momentáneamente antes de tomarlos para leer.
"Entonces, ¿me has aceptado?"
Ella inmediatamente negó con la cabeza.
"No, pero Rak ya lo ha decidido", dijo resignada la joven, con la voz teñida de
incomodidad, lo que llevó al oyente a mirar el acuerdo en el papel.
En realidad no era un contrato sino un memorando.
El contenido describía los términos de convivencia, donde Tongrak cubriría todos los
gastos de manutención de Mahasamut, incluida la vivienda, la comida e incluso la
educación si deseaba continuar con ello. Sin embargo, Mahasamut también tenía
obligaciones, como no molestar a Tongrak durante las horas de trabajo, abstenerse de
hacer cualquier cosa que a Tongrak no le gustara y la cláusula final que establecía que
la relación podía terminar inmediatamente a discreción de Tongrak.
No hubo amor ni compromiso, sólo los términos que ambos acordaron.
Mahasamut reprimió un gruñido en su garganta.
No fue porque se sintiera menospreciado, ni porque lo trataran como a un simple niño

que vendía sus servicios, sino porque no le gustaba lo que esa persona estaba haciendo.
Era como si no hubiera nada entre ellos excepto dinero.
Así es como será por ahora.
Mahasamut apretó los puños, incluso cuando se veía tan perfectamente bien con una
sonrisa fácil, y colocó el documento sobre la mesa.
"¿Qué pasa si digo que no lo aceptaré?"
Probablemente sólo hizo que Khaimook se sintiera aún más resentida con él.
Khaimook lo miró a la cara con desaprobación. Ella admitió que este hombre era
guapo, a pesar de que era diferente de los hombres con los que Tongrak solía salir, pero
no le gustó lo que dijo. Significaba que este hombre nunca abandonaría la vida de
Tongrak tan fácilmente, lo que podría convertirse en un problema más adelante.
"Eso no es posible. Ya está decidido".
"Entonces, cuando Tongrak se aburra de mí, ¿puede dejarme a un lado cuando

quiera?"
La joven lo miró con simpatía antes de volver a ponerse seria.
"Sí", respondió Khaimook con calma.
Y eso hizo sonreír a Mahasamut.
"Entonces estoy de acuerdo", dijo. No estaba seguro de cuánto tiempo tenía, pero al
menos ésta era una oportunidad que no podía dejar escapar.
La oyente frunció los labios, en parte esperando que él cediera, pero al ver su
respuesta, tuvo que continuar hablando.
"Rak quiere saber cuánto espera de compensación. ¿Prefiere una tarifa mensual o
semanal? Inicialmente, Rak ofrece sesenta mil baht al mes, sin incluir los gastos de
alimentación y alojamiento. Y si quieres continuar tus estudios, Rak también está
dispuesto a apoyar tu educación", dijo, transmitiéndole la oferta que Tongrak le había
mencionado anteriormente.
Quería preguntarle a Tongrak si esto era realmente parte de sus responsabilidades.
Después de terminar la comida, Tongrak le dijo que finalizara la conversación con

Mahasamut mientras él saludaba a 'Vi', quien había dicho que había venido pero que
aún no había aparecido.
Además de tener que hablar de algún asunto sin sentido, ella tampoco estaba lista para
enfrentar a la otra parte.
¿Por qué tuvo que suceder todo al mismo tiempo?
Entonces, trató de concentrarse en el hombre frente a ella, sin notar el sonido de la

puerta abriéndose cuando el dueño de la habitación entró con una hermosa estrella
femenina.
"¿Son realmente tan ricos los escritores?" Mahasamut preguntó con una sonrisa.
"Rak no es sólo un escritor. Tiene múltiples fuentes de ingresos..."
"Simplemente soy rico"
Khaimook se volvió hacia la voz que la interrumpió, a pesar de que había intentado no
revelar los ingresos de su jefe. Pero parecía que el joven escritor no sentía lo mismo.
"Los derechos de autor por sí solos no me sostienen. Escribir una novela durante tres
meses a veces sólo genera un poco más de cien mil baht. Hoy en día, los nuevos
escritores probablemente ganen más con donaciones, comprando monedas,
haciendo regalos o lo que sea. Pero no estoy interesado en eso. Sólo escribo para las
editoriales. Las mayores ganancias provienen de las ventas de libros electrónicos y
derechos internacionales. Ah, y algunas adaptaciones de series se venden bien, pero
al final solo recibo entre el diez y el quince por ciento del precio de portada."
El joven escritor compartió los detalles sin mayor preocupación.
"Entonces, ¿por qué me pagas tanto?" No importa cómo se mire, la oferta de Tongrak
era más que las ganancias habituales del escritor, y esa pregunta hizo que el joven
escritor sonriera con confianza.
"Porque no sólo gano dinero con las novelas. Pero..." Tongrak dio un paso adelante y
se detuvo frente a Mahasamut con una sonrisa.
"Ya soy asquerosamente rico."
Sus ojos color miel rebosaban confianza. Simplemente apoyar a un hombre no era
suficiente para hacerlo retroceder.
Y eso es lo que impulsó a Mahasamut a enfrentarse al chico bonito.
"¿Quieres más?" Preguntó Tongrak, pero Mahasamut negó con la cabeza.
"Esto es suficiente para mi."
"Entonces estamos de acuerdo en eso".
Tongrak sonrió con satisfacción, mientras Mahasamut se decía a sí mismo que ahora
tenía...
"¿Eres un Sugar Daddy ahora?"

Mahasamut miró a una mujer detrás de Tongrak. Le parecía vagamente familiar, pero
no le prestó atención a la dama con figura de modelo, que lo miraba con interés. Él
simplemente asintió cuando su mirada se encontró con esos ojos color miel, que
parecían complacidos con el arreglo.
Lo creas o no, Mahasamut ahora tenía su propio sugar daddy.

Capítulo 14
Ya te lo advertí
"Esta es Vi, mi amiga."
"Soy Mahasamut".
"Hola, hijo de Tongrak".
"¿Es así como me llamo ahora?"
"Oh, ¿no lo es?"
"Deberías decir 'hijo de Daddy Tongrak', para ser más precisos".
Sus miradas se encontraron, y el hombre y la mujer, que se conocían desde hacía menos
de un minuto, se echaron a reír, sintiendo una conexión inexplicable. Esto llevó a
Vorapapha a mirar a su mejor amigo y comentar con un toque de diversión sobre toda
la situación.
"Tienes buenos ojos."
Llegaron tarde porque Tongrak la estaba informando sobre lo que había sucedido.
A diferencia de Khaimook, cuando Vorapapha descubrió lo que había hecho su amigo,

la actriz principal se rió a carcajadas. Ella simplemente pensó: 'Bueno, finalmente él
está genuinamente interesado en alguien'. Aunque su apuesto amigo insistió en que no
lo era y simplemente estaba satisfecho con lo sucedido en la cama, si Mahasamut no
fuera lo suficientemente bueno, ¿alguien como el Sr. Tongrak lo traería a casa?
¡De ninguna manera!

Su amigo no era un tipo inexperto que sólo había estado con un par de hombres.
Pero éste era un hombre que podía cautivar a alguien como Rak.
Durante todo el camino en el ascensor, tembló de emoción ante la idea de encontrarse

con Mahasamut.
No... ella no estaba tratando de robar al hombre de su amigo; ella estaba interesada en
el chico de una manera diferente.
"Gracias por el cumplido. Estoy bastante seguro de que tengo lo que necesito", dijo
Mahasamut con cara seria.
Vorapapha o Vi se rieron, sus ojos penetrantes aún observaban al hombre frente a ella.
Una cosa que le gustaba de este chico era la forma en que miraba a su mejor amigo,
haciéndola sospechar que había algo más entre ellos que unas pocas páginas de
acuerdo.
Pero parecía que Khaimook no estaba de acuerdo.
"No veo qué tiene de bueno", murmuró la joven, queriendo gritarle al mundo que
había pensado mucho en cada frase que escribió en el acuerdo, tratando de evitar
palabras como sexo, golpes, o cualquier cosa relacionada con la cama. Incluso quiso
consultar el diccionario del Royal Institute para ver si el término "secretaria" incluía
cuidar de las necesidades de su jefe en la cama.
"¿Celosa de que te hayan arrebatado a tu amado hermano?" —le preguntó Vi a

Khaimook.
Y eso hizo que Khaimook volviera la cara.
"En absoluto", replicó ella en voz baja.

Vi miró a Tongrak, arqueó una ceja y vio que él se encogía de hombros con
indiferencia.
Luego, la estrella principal se acercó y agarró el hombro de Khaimook. Giró a la chica

para que la mirara, lo que hizo que la joven se estremeciera. Entonces Vi se acercó, sus
brillantes labios se curvaron en una encantadora sonrisa que hizo que la chica de pelo
corto desviara la mirada por completo.
"Vi, ¿qué broma me vas a hacer ahora..."
"No estés triste, Mook. Apesta no tener XXX*, ¿verdad?"
"¡¡¡Vi!!!"
(Kikis: * asumo que lo que le quiere decir es que: “lástima que no tengas pito Mook” jajajaja)
Antes de que Khaimook pudiera terminar, Vi interrumpió con palabras que hicieron
gritar a la joven. Dio tres pasos completos hacia atrás, se tapó una oreja con la mano y
señaló el rostro de Vi mientras se volvía hacia su amado hermano para… quejarse.
"Rak, mira. Vi me está intimidando".
"Oh, pero ella tiene razón. Mook, te amo, pero mientras no tengas..." Tongrak miró la
entrepierna de Mahasamut por un momento y luego miró a su secretaria con una
sonrisa dibujada en las comisuras de su boca, "... no puedo amarte de otra manera".
"Yo... nunca pensé en ustedes de esa manera. Oh, vamos, ustedes obviamente se
están confabulando contra mí. No, no lo tengo, y tampoco quiero tener uno..."
(K: Tenía razón, a Mook no le gusta usar palabras vulgares jiji)
"Entonces, ¿está diciendo que puede amarme, señor Tongrak?"

Justo en ese momento, mientras los dos mejores amigos se burlaban de la más joven,
Mahasamut intervino con un tono serio, silenciando a Khaimook, que se estaba
defendiendo. Mientras tanto, los dos amigos, que reían, también guardaron silencio.
Tres pares de ojos se volvieron hacia el hombre de piel oscura, que parecía
imperturbable ante la atención.
Los agudos ojos de Mahasamut se centraron sólo en el hombre de piel clara mientras
repetía la pregunta.
"Ya que lo tengo, eso significa que usted, Sr. Tongrak, puede amarme, ¿verdad?"
En la habitación silenciosa, todos parecieron escuchar el sonido como si las mejillas de

Tongrak chisporrotearan contra una sartén caliente. Al ser de piel muy clara, cuando
toda la sangre se le subió a la cara, se volvió de un rojo brillante que no requirió que
nadie gritara para saber que estaba... sonrojado.
Y muy sonrojado.
Tongrak podría jurar que había experimentado todo tipo de coqueteo imaginable tanto
por parte de hombres como de mujeres. Pero unas pocas palabras de Mahasamut
dejaron sin palabras al habitualmente experimentado Tongrak. Nunca esperó que
alguien fuera tan descarado al pedir amor.
El verdadero problema era ¿¡por qué diablos su corazón dio un vuelco!?
¿¡No acababa de leer Mahasamut el acuerdo de que entre ellos solo se trataba de
dinero, no de apego emocional!?
Sus miradas se encontraron: el par serio de Mahasamut y los vacilantes de Tongrak.
Clap, clap, clap.
"Wow wow wow."

Fue entonces cuando el sonido de aplausos rompió la tensión, haciendo que Tongrak
apartara su mirada de esos ojos penetrantes y mirara hacia su mejor amiga, que estaba
haciendo un escándalo molesta. Sus ojos penetrantes y cautivadores se volvieron hacia
él con una sonrisa que decía... 'Estás tan acabado, Rak'.
¡Vi estaba tan satisfecha!
Se volvió audazmente hacia Mahasamut y le dijo con una sonrisa: "Puedes llamarme
'Vi', no es necesario usar ningún prefijo. Y si Rak alguna vez te deja, ven con esta
hermana mayor. Me gustas".
Era raro que Vi permitiera que alguien se dirigiera a ella con tanta naturalidad.
"Eso podría ser difícil", declinó Mahasamut.
Vi levantó una ceja, esperando ver qué haría Mahasamut a continuación, y el tipo alto
se volvió para sonreírle al ahora silencioso dueño de la habitación.
"Porque no dejaré que me abandonen tan fácilmente".
Mahasamut no permitiría que esta persona se alejara de él.
Su intensa mirada se fijó en los ojos color miel que brillaban con incertidumbre, su voz
tranquilizadora y agradable:
"Es más fácil amarme que dejarme".
“...”
Tongrak permaneció en silencio.
Vi se rió entre dientes y murmuró para sí misma: "Estás en esto, amigo mío".
"¿Cierto?"
El sureño siguió con otra frase, y antes de que Tongrak pudiera encontrar su voz, el
joven escritor se mordió el labio hasta que se sonrojó, logrando sólo decir...
"Tonterías." Con eso, el chico lindo de Mahasamut caminó pesadamente hacia la

puerta de su dormitorio.
Y antes de cerrarles la puerta en la cara...
"¡Estás delirando!"
¡Bam!
Tongrak cerró la puerta con fuerza, dejando que los invitados restantes intercambiaran
miradas.
Vi continuó observando atentamente a Mahasamut, ignorando el murmullo de

Khaimook: «Sí, esto es una tontería; A Rak no le importaría.
Vi todavía sospechaba de la mirada de Mahasamut que siguió a su amigo hasta que se

cerró la puerta. Cuando Masahamut se volvió para mirarla a los ojos, el hombre volvió
a sonreírle cálidamente.
Esto es malo, amigo. Este chico habla en serio.
"¿Puedo preguntarte algo?"
"No vendo a mis amigos", advirtió Vi.
"Yo tampoco estoy buscando atajos".

La estrella principal entrecerró ligeramente los ojos y luego asintió.
"Adelante entonces."
"Necesito comprar ropa. ¿Conoces algún buen lugar?"
Los ojos de la oyente se abrieron con sorpresa, pensando que estaba a punto de ser
engañada para hablar sobre la persona en el dormitorio, pero Mahasamut asintió en
confirmación, mirándose a sí mismo.
"No traje nada conmigo y la señorita Khaimook no me deja entrar a la habitación de

Tongrak, así que no puedo tomar prestada su ropa", suspiró Mahasamut, luciendo
lastimero.
Esto hizo que la persona mencionada se pusiera firme y se volviera bruscamente para
mirar al chico.
"¿Qué tiene eso que ver conmigo?"
"Bueno, ¿y si empiezo a apestar?"
Khaimook escaneó el traje de Mahasamut y se dio cuenta... 'Oh, es el mismo de ayer'.
"¿Por qué no dijiste algo?"
"¿Me habrías comprado ropa si lo hubiera hecho? Oh, es el deber de una secretaria,
¿eh?" Mahasamut asintió para sí mismo, pero eso hizo que cierta secretaria apretara los
puños porque todos en la sala parecían malinterpretar la descripción de su trabajo.
"No..."
¡Creak!
"Mook, mañana ve a comprar ropa para Mahasamut".
En ese momento, la persona en el dormitorio, que debió haber escuchado la

conversación, salió y ordenó a la atónita mujer.
"¡¿Qué?!"
"Si no eres tú, ¿quién va a hacer eso?"
¿Y por qué no dejar que Mahasamut se vaya él mismo...? ¿Por qué? ¿Por qué yo?
Khaimook tenía muchas preguntas, pero parecía que Tongrak ya tenía todas las
respuestas.
"El acuerdo que escribiste dice que tengo que cuidar del bienestar de Mahasamut.
¿O preferirías que vaya a comprarlo yo mismo?" Tongrak arqueó una ceja, dejando a
la oyente jadeando levemente.
"Está arreglado entonces... Y Vi, si quieres irte, adelante. Estoy cansado".
Tongrak concluyó todo rápidamente, luego se volvió hacia su mejor amiga y le lanzó
una mirada al otro hombre, pero antes de que pudiera regresar a su habitación...
"Un momento, por favor", gritó Mahasamut, deteniendo al joven escritor en seco,
obligándolo a girarse, mirarlo a los ojos y escuchar la voz baja y seria.
"También necesitaré ropa interior".
Y con eso, Khaimook oró en silencio al cielo... por favor, no, eso no.
"Ya lo escuchaste, Mook. Ve a comprarlos también".

Pero parecía que los cielos no estaban de su lado, cuando Tongrak se giró con un rostro
inexpresivo, y luego el jefe que merecía el título de 'El jefe más malo del año' regresó a
su habitación, dejando que Khaimook se compadeciera de su propio destino. Su lucha
sólo se intensificó cuando Vi se acercó, le dio una palmada en el hombro con tono
comprensivo y dijo:
"Estoy libre mañana. Te haré compañía".
No, puedo comprar ropa interior masculina sola (ya que ya le compré algo a Rak), pero no con
Vi. ¡Arghhh!
En medio de los gritos silenciosos de Khaimook, Mahasamut simplemente miró hacia

la puerta de la habitación de Tongrak con una expresión ilegible, todo bajo la atenta
mirada de la estrella principal que defendía sus palabras.
Parece que estás pasando por un momento difícil, amigo mío.
Sin embargo, esto no es sólo un asunto unilateral, ¿verdad?
De lo contrario, ¿cómo pudiste haber oído que este hombre no tenía ropa que ponerse?
Ja, estás acabado.
Toc, toc, toc.
Después de que la estrella principal arrastró a la otra chica reacia fuera de la

habitación, Mahasamut desapareció de nuevo en el dormitorio de invitados para
ducharse y regresó solo con sus mismos pantalones viejos para pararse frente al
dormitorio principal. Decidió llamar antes de entrar.
"No dije que pudieras entrar."
El hombre, que decía estar cansado, ahora estaba apoyado contra la cabecera, jugando
con su teléfono.
"Pero tampoco dijiste que yo no podía entrar".
Tongrak hizo un puchero, con la mirada todavía fija en su teléfono, sin importarle que
Mahasamut se sentara a su lado. Esos ojos penetrantes nunca abandonaron el hermoso
rostro de Tongrak.
“...”
“...”
En medio del zumbido del aire acondicionado, solo se oía el sonido de Tongrak
tocando la pantalla de su teléfono, que era... demasiado silencioso.
"¿¡Qué deseas!?"
Finalmente, incapaz de soportarlo más, Tongrak colgó su teléfono y miró a

Mahasamut.
"Así está mejor. ¿Nadie te dijo que cuando hablas, debes hacer contacto visual con la
persona con la que estás hablando?"
Tongrak hizo una mueca severa, haciendo que el molesto levantara las manos como si
se rindiera y fuera al grano.
"Quiero hablar sobre el acuerdo", comenzó Mahasamut, observando la reacción del

dueño de la habitación, lo que hizo que Tongrak frunciera el ceño.
"¿Es muy poco?"
Si el dinero no es suficiente, ¿cuánto debería ser?...
"No, no se trata de dinero", interrumpió Mahasamut, lo que hizo que Tongrak sintiera
aún más curiosidad.
Tongrak había leído el acuerdo antes de que Khaimook hablara con Mahasamut, y no
creía que hubiera nada en él que explotara al hombre frente a él a cambio de tener sexo
cuando quisiera. Aunque Khaimook no lo escribió explícitamente, la frase "haz lo que
Tongrak quiera" parecía cubrirlo bastante bien.
Mahasamut guardó silencio antes de continuar.
"Si yo, como alguien que no tiene un alto nivel educativo, entiendo correctamente,
entre nosotros, sólo existe el acuerdo y nada más, ¿verdad?"
"Es bueno hablar de esto", dijo Tongrak, ahora hablando seriamente. Luego señaló con
el dedo el ancho pecho del hombre alto, con voz disgustada.
"¿Por qué dijiste eso? Te dije que no creo en el amor, no tengo fe, no tengo interés en
ese tema, y ni siquiera creo que exista. Estás sugiriendo que debería amarte.. ¿Y por
qué deberías amarme? ¡No tiene sentido cuando no hay nada más entre nosotros que
lo que sucede en la cama! Tongrak escupió sin detenerse a respirar, pero el oyente
mantuvo la calma.
Tras terminar, el orador se arrepintió.
No le gustó la sonrisa triste en el rostro del hombre alto...
El hombre alto que ahora sostenía la mano de Tongrak.

"Sí, sé que no crees en el amor, pero..." La mano que sostenía la suya cambió para
entrelazar sus dedos, y Mahasamut continuó: "Nunca dije que no".
Tongrak hizo una pausa, miró a los ojos profundos y vio que este molesto hablaba en
serio.
"Puedes establecer los términos que quieras, ya sea el dinero que me pagas o lo que
tengo que hacer, pero hay una cosa que no puedes dictar en los papeles, y es algo
que tengo que decirte antes de que comencemos este tipo de relación.", dijo
Mahasamut con calma, mirando los ojos color miel, y luego afirmó con seriedad:
"No puedes evitar que te ame."
“...”
Tongrak se quedó sin palabras. No podía encontrar su voz y sólo podía mirar fijamente
a los ojos profundos del otro, sintiéndose completamente impotente.
Nunca había lidiado con algo así en su vida.
Nunca había conocido a nadie que dijera... que lo amaría.
Su comportamiento confuso hizo sonreír a Mahasamut, y luego se inclinó para plantar

un beso firme en la sien de Tongrak antes de alejarse. Su gran mano acarició
suavemente la pálida mejilla.
"Buenas noches", dijo una voz profunda y suave.
Mahasamut se levantó de la cama y oyó el crujido de la tela mientras caminaba hacia la

puerta.
"Pero nunca te amaré."

Su rostro afilado se volvió para mirar al hombre confundido sentado en la cama.
"Está bien, pero tampoco puedes detenerme."
El hombre abrió la puerta, a punto de salir de la habitación, pero luego se giró como si
recordara algo.
"Oh, olvidé decírtelo; es mi regla cuando estoy a punto de tomar algo en serio".
Se sintió atraído por la mirada desconcertada en los ojos de Tongrak, queriendo

acercarse y darle otro beso firme en esos labios, pero pensó que aún no era el momento.
Quería que las palabras que había dicho se incrustaran en ese pequeño trozo de carne
en medio del pecho de Tongrak en lugar de ser recordadas por lo que pasó entre ellos
en la cama.
"Te haré cambiar de opinión. Dulces sueños", dijo Mahasamut.
Con eso, Mahasamut salió de la habitación, cerró la puerta detrás de él y dejó a

Tongrak sentado en la misma posición.
¡Ruido sordo!
Tongrak se desplomó sobre la cama, con su mano blanca agarrando la camisa sobre su
corazón, sintiendo un latido anormalmente fuerte. Sus ojos se cerraron mientras
intentaba comprender las palabras del hombre.
¿Mahasamut acababa de decirme... que haría que me enamorara de él?
"No puedes obligarme", murmuró el joven, enterrando su rostro en la manta.
De ninguna manera, nunca, ese hombre no tenía idea de lo que yo había pasado.
Tongrak había aprendido toda su vida que el amor era una maldición. ¿¡Y ahora se
suponía que debía creer en el amor!?
¿Recuerdas cuando mamá se volvió loca? ¿Recuerdas que Khwan parecía loca sólo porque un
hombre la dejó? ¿Recuerdas lo triste que estaba porque Meena tuvo que nacer sin padre?
¿Recuerda las miradas y palabras desdeñosas de los familiares que despreciaban a nuestra
familia? ¿No recuerdas lo doloroso que fue, Tongrak?
Lo recordaba bien, lo recordaba de memoria, incluso el momento en que su hermana

mayor lloró en sus brazos, sollozando mientras decía:
"Me quedaré con ella; no importa lo que digan, me quedaré con el bebé. La amo, lo
amo, quiero dar a luz a su hijo, tendré este bebé".
Incluso el motivo de la existencia de Meena fue desafortunado. Afortunadamente, esa

locura finalmente se convirtió en el amor puro de una madre por su pequeña hija.
Meena creció hasta convertirse en una niña llena del amor de su madre, su tío y su
abuela.
Pero ese era un tipo de amor familiar, no...
Tongrak frunció los labios. Había mil razones que podía usar para arrojarle las palabras
de ese hombre a la cara o incluso echar a ese hombre moralista de su condominio. Pero
no se atrevió a hacerlo.
¿Por qué su corazón latía tan dolorosamente?
Tongrak no entendía cuál era este sentimiento.
No le gustó, en absoluto.
…
Khaimook parpadeó y miró con incredulidad a la hermosa y bien formada mujer.
Entonces, recogerme en mi casa, conducir juntas al centro comercial, caminar a la tienda de

ropa, todo eso fue solo... ¿matar el tiempo?
Vi no tenía intención de ser su compañera. Ella sólo estaba buscando algo para matar el
tiempo.
"Entonces... entonces ¿por qué no simplemente descansas? ¿No dijiste que estabas
cansada de filmar?" Khaimook recordó lo que Vi le había dicho cuando le pidió que
ordenara la habitación. Vi había afirmado que estaba demasiado cansada para
moverse, entonces, ¿por qué vino con ella?
"Eso fue entonces. Esto es ahora", dijo Vi, mirando hacia abajo, sus ojos se encontraron
con los de Khaimook a través de los lentes de sus gafas de sol de diseñador, sus
hermosos labios se curvaron en una dulce sonrisa que podría hacer desmayar a
muchos hombres.
Khaimook desvió la mirada y murmuró. "Y vestida así, nadie adivinaría que eres una
celebridad, en serio".
Mientras Khaimook vestía jeans y una camiseta, Vi llegó con jeans ajustados que
resaltaban sus piernas largas y delgadas. Su blusa también era una camiseta, pero corta
que hacía alarde de su cintura de modelo. Incluso con una máscara y gafas de sol, su
altura y apariencia hacían obvio que no era normal.
"Bueno, no estoy tratando de ocultar que soy una estrella", replicó Vi mientras
Khaimook fruncía los labios con fuerza.
Por eso a Khaimook no le gustaba estar cerca de Vi.
Vi parecía burlarse de ella para aliviar el estrés.

¿Quién escribió la noticia, diciendo que Vi Vorapapha era arrogante, tenía mal carácter
y era egocéntrico? Bueno, ella era egocéntrica, pero el resto debería convertirse en un
gran matón.
Khaimook miró a la persona que estaba a su lado, sin entender por qué esta persona
aparecía a menudo en las noticias por cambiar su cuerpo por roles. Una cosa estaba
segura: no había nada entre Rak y Vi. Si lo hubiera, probablemente sería el fin del
mundo. Además, Vi ciertamente no estaba involucrada con el famoso director Frost
Patthira, ya que sabía que se conocían de antes de que Vi fuera elegida como actriz
principal. Si hubiera algo, probablemente sería... sobre chicos.
La joven frunció los labios.
Si Rak estaba divirtiéndose con hombres, Vi también tenía su parte de noticias con
diferentes hombres.
¿Es por eso que no le agrada a la gente?
Khaimook pensó y miró hacia arriba, encontrándose con unos ojos hermosos y
penetrantes que la hicieron apartar la mirada.
No te pongas nerviosa. A Vi no le gustan las mujeres.
Después de recordarse eso, Khaimook sintió una punzada de dolor y tuvo que acelerar
el paso.
"Esa tienda de allí. Rak dijo que comprara diez conjuntos de ropa. Me pregunto si
espera que la ropa sea suficiente para que el chico la use en su próxima vida
también, ¿o qué?" Se quejó Khaimook, cambiando de tema mientras Vi la seguía.
"Él espera que el chico se quede por mucho tiempo", dijo Vi con una sonrisa.
Esta vez, Khaimook se volvió bruscamente. Ella preguntó: "¿Crees que Rak caerá en la
trampa de ese hombre?"
"Yo no sé de ninguna trampa, pero de enamorarse, tal vez".
"Vi", gritó Khaimook con incredulidad, mientras Vi simplemente se encogía de

hombros.
"Mira, cuando digo la verdad, no me crees".
Al ver que la otra parte no iba a responder su pregunta, Khaimook suspiró y tomó la
camisa de un hombre que colgaba allí.
"¿En serio estás comprando ese?" Preguntó Vi.
"¿Por qué no? Siempre compro este tipo".
"¿Para que lo use Mahasamut?"
Khaimook volvió a mirar la camisa que tenía en la mano y vio que era una elegante
camisa de satén blanca, de esas que se verían deslumbrantes y sexys en Rak. Pero la
idea de la camiseta sobre el cuerpo musculoso y bien definido de Mahasamut la hizo
estremecerse y casi dejó caer la percha.
"En su lugar, miremos hacia aquí. Elegiré por él. Soy buena eligiendo ropa de
hombre, ¿sabes?"
Aunque Khaimook sintió un escozor por las palabras de Vi, como si hubiera pasado
por muchos hombres, la cálida mano que agarró la suya hizo que Khaimook perdiera
la compostura y su corazón se acelerara.
¿Debería estar feliz o triste? Decídete, yo.

Esos eran los pensamientos de quien miraba sus manos entrelazadas, sin saber qué
hacer.
"Vi, déjalo. Sueltalo ahora mismo. ¿¡Cuánto tiempo vas a sostenerlo!?"
Khaimook estaba perdida cuando Vi tomó un par de ropa interior masculina negra, lo
levantó y le preguntó qué talla debía comprar. Avergonzada, soltó en voz tan alta que
toda la tienda la escuchó: "Me quedo con todas las tallas", en medio de las risas de la
actriz, a quien no le importaron las miradas inquisitivas del personal que la reconoció.
Si hubiera noticias de que una actriz famosa compraba ropa interior masculina... bueno, ¿a
quién le importa? ¿Por qué molestarse con las palabras de personas que no tienen nada mejor
que hacer?
Sin embargo, este incidente no fue presenciado por los periodistas sino por otra mujer
que observaba no muy lejos. Tan pronto como las dos mujeres salieron de la tienda, esa
mujer no dudó en entrar corriendo y preguntarle al personal.
"¿Qué compraron esas dos hace un momento?"
Aunque confundidos, el personal se lo dijo sin ocultar nada, haciendo brillar los ojos
de la oyente.
Parecía que obtuvo información jugosa.
Desde el día en que Mahasamut declaró que haría cambiar de opinión a Tongrak, había
pasado un día completo. Sin embargo, el chico lindo decidió ignorarlo, indiferente
incluso cuando Khaimook arrastró una enorme pila de ropa a su habitación. Mirándolo
de reojo, se quejó en voz baja si esto era su responsabilidad y que de quien debía
cuidar era de Rak, no de él. Que tenía que lidiar con él y con Vi. Mahasamut también
tenía ganas de burlarse un poco de ella. Pero el comportamiento de erizo de Khaimook,
toda alebrestada e irritable, parecía lo suficientemente lamentable como para dejarla en
paz.
Pensó que sería mejor encontrar una manera de cuidar a su propio gato.
Toc, toc, toc.
Mahasamut llamó a la puerta, no al dormitorio, sino al despacho.
Podía sentarse y observar al guapo trabajar todo el día, pero ya eran las tres de la tarde
y Tongrak llevaba allí desde las once. Por no hablar del café, Tongrak ni siquiera había
bebido un vaso de agua.
"El acuerdo dice que no me molesten cuando esté trabajando".
Ahí estaba, alguien volvió a poner su muro contra él.
Cada vez que Mahasamut daba un paso adelante, parecía que alguien daba tres saltos
hacia atrás.
¿Debería agarrarlo y atarlo?
Mahasamut miró al hombre que todavía no dejaba de trabajar, pero lo que vio fue a la
otra parte revisando trabajos antiguos, sin escribir nada nuevo. No quería molestar,
pero como Tongrak no estaba demasiado ocupado, se acercó y se quedó detrás,
inclinándose para mirar.
"¿Qué estás haciendo?"
"Comprobando el contrato de derechos de traducción al chino".
"¿Es urgente?"
"Sí."
"Pero escuché a Khaimook decir que ella te lo envió para que lo revises, y si no hay
cambios, puedes firmarlo la próxima semana".
La única intención de trabajar se detuvo de inmediato. Tongrak miró al que tenía una
sonrisa reprimida en su rostro.
"Khaimook te lo gritó cuando trajo la ropa aquí."
Está bien, atrapado.
El herido frunció los labios formando una línea casi recta.
Mahasamut decidió no echar sal en la herida y, en cambio, ir al grano.
"Tengo hambre."
"Entonces ve a comer. ¿Por qué decírmelo?"
"No hay nada para comer en la habitación y en tu refrigerador no hay nada más que
alcohol". Mahasamut volvió a sonreír, como diciendo... ‘No se puede evitar’.
"Entonces ordena la entrega".
"La batería de mi teléfono está agotada".
"Usa el mío, entonces."
Antes de que Tongrak pudiera levantar su teléfono y abrir la aplicación de entrega,

Mahasamut cubrió la pantalla con su mano, dibujando esos ojos color miel hacia su...
sonrisa suplicante.
"Salgamos a comer".
"No tengo hambre..."
"El acuerdo dice que tú te encargarás de mis comidas".
“...”
"Y me muero de hambre ahora mismo".
Ahí va de nuevo, mordiéndose el labio de manera tan tentadora.
El hombre sureño pensó con una risa interior pero mantuvo una expresión seria,
levantando una ceja.
"Tú no tienes hambre, pero yo sí. Vamos a comer, por favor".
“...”
"Por favor, te lo ruego." Mahasamut suplicó una vez más.
Y fue una locura que Tongrak cediera.

Capítulo 15
Compré un chico, tengo una mamá
Dentro de un famoso centro comercial en el corazón de la ciudad, dos hombres

caminaban uno al lado del otro por una transitada pasarela durante un fin de semana.
Muchos pares de ojos no pudieron evitar mirar furtivamente al hombre de piel
sorprendentemente clara y rasgos cincelados, que estaba atrayendo considerable
atención. Vestido con nada más que unos jeans que le quedaban bien que resaltaban
sus piernas delgadas y una camiseta costosa y reluciente combinada con gafas de sol
de diseñador, era todo un espectáculo digno de contemplar.
O tal vez fue por el hombre que estaba a su lado.
El hombre alto y musculoso se había despojado por completo de su personalidad de

guía turístico en barco. Su cuerpo robusto y masculino ya era una vista atractiva, y su
piel oscura sólo contribuía a la agudeza de sus rasgos. Cuando Mahasamut usó jeans
de marca y una camiseta ajustada que resaltaba sus impresionantes bíceps, no fueron
sólo las mujeres las que se dieron cuenta.
Después de todo, Mahasamut era el tesoro de la isla, siempre era un buen partido, ya
fuera dentro o fuera de la isla.
Pero en ese momento, Tongrak se sentía molesto consigo mismo.
Debería estar orgulloso de haber conseguido un partido así, el que otros envidiaban.
Pero ¿por qué… le desagradaban tanto esas miradas codiciosas?
¡Este chico era suyo!
Tongrak racionalizó que simplemente no le gustaba compartir sus cosas con los demás.
El joven escritor miró a su compañero con una mezcla de fastidio y algo más…
¿Quién le compró esta camiseta?
Era una camiseta de marca, pero demasiado plana y sencilla.
Aunque estaba irritado por las miradas de los demás, no pudo evitar querer vestir al
hombre a su lado para hacerlo aún más guapo. No podía dejar de pensar en lo bien que
estaría Mahasamut con un traje hecho a la medida de esos anchos hombros o en cómo
un traje casual combinado con jeans le quedaría igual de bien. Y los zapatos de piel de
su marca favorita le quedarían perfectos.
Al ver a Tongrak perdido en sus pensamientos, Mahasamut dejó de caminar y se

volvió hacia él.
"Puedes terminar de pensar primero si quieres", dijo el hombre más alto con una
sonrisa, sacando al otro de su ensoñación.
"¿No tienes hambre? Vámos", dijo Tongrak, tratando de disimular su distracción.
"Bueno, parecía que querías desnudarme con tus ojos", bromeó Mahasamut,
levantando una ceja.
“...”
Tongrak miró fijamente su molesto rostro por un momento antes de darse la vuelta.
"El restaurante está por ahí", dijo Tongrak, cambiando de tema abruptamente.
No admitiría lo que estaba pensando.

Mientras tanto, Mahasamut lo siguió con una sonrisa. Le gustaba cómo el otro
intentaba cambiar repentinamente de tema, a pesar de que secretamente quería
arrancarle los ojos a cualquiera que mirara a su lindo escritor. Pero tal como estaban las
cosas, todavía no tenía ese derecho.
"¿Qué quieres comer?"
Tongrak eligió un restaurante tailandés exclusivo que servía cocina tailandesa

moderna. El lugar estaba adornado con decoraciones que irradiaban la cultura
tailandesa, pero no parecía local en absoluto. Al contrario, parecía lujoso y
contemporáneo y reflejaba la sensibilidad moderna del joven chef en ascenso. Incluso
el menú estaba decorado con patrones tradicionales tailandeses adornados en oro, lo
que realzaba su estética.
Aunque el comportamiento de Tongrak sugiere una preferencia por la cocina francesa

y los vinos importados, le gustaba la comida tailandesa. Mientras estudiaba en el
extranjero, además de hacer turismo, Tongrak buscó restaurantes tailandeses que se
adaptaran a su paladar. Después de un par de años, descubrió que la comida
tailandesa más deliciosa que había probado era... la cocina de Gew.
Gew, la madrastra tailandesa de Connor.
Esta era otra razón por la que tenía que familiarizarse con ese tipo, Connor.
Y ahora, simplemente caminaba perezosamente hacia su restaurante favorito y le

preguntaba a su Mahasamut qué le gustaría.
Mahasamut examinó el elegante menú, dudando si se trataba de comida tailandesa.

Los elementos del menú se dividieron en platos, comenzando con aperitivos,
refrigerios, platos principales, limpiadores del paladar y postres reales tailandeses.
Cada sección tenía sólo unos pocos elementos, pero los nombres eran tan largos y
estaban acompañados de descripciones de sus ingredientes que le hicieron fruncir el
ceño.
¿Qué carajo es 'Mahomungkorn Karbkaew Samsahai Wangsaranrom'?
"Quiero bolas de masa de crema de cangrejo, Seang Wa Goong. Yum Thawaai, Gang
Nang Loi y algo de arroz simple... ¿Y tú?" Tongrak ordenó sus favoritos y luego se
volvió hacia el hombre alto que frunció el ceño.
Los ojos hundidos lo miraron y luego cerró el menú.
"Tú ordenas. Yo comeré cualquier cosa", dijo Mahasamut.
Eso hizo que Tongrak levantara su mirada del menú para encontrarse con los ojos del
otro. Estaba a punto de hacer una pregunta pero se quedó en silencio. No había
olvidado que había un camarero esperando, listo para ayudar.
Entonces, Tongrak volvió a mirar el menú y pidió algunos artículos más.
"Eso será todo, gracias."
No fue hasta que el camarero se alejó que Tongrak miró esos ojos penetrantes.
"No sé qué pedir".
Antes de que Tongrak pudiera preguntar, Mahasamut confesó primero y añadió una
frase que hizo infeliz a Tongrak.
"Perdón por avergonzarte."
"¿Quién te hizo sentir así? ¿El mesero de hace un momento?" Tongrak

inmediatamente se enojó al pensar que alguien estaba menospreciando a su hombre.
No le gustó nada, sin importar quién fuera. No tenían derecho a hablar mal de su
persona. ¡Mahasamut era suyo y sólo él tenía derecho a decirlo!
Tongrak no se dio cuenta de cuántas veces había usado la palabra... 'Mahasamut era
suyo'
El escritor se puso de pie, pero fue retenido por un cálido apretón en su hermoso
brazo, firme y seguro.
"¿Adónde vas?"
"A hablar con el gerente".
"¿Por qué?"
"Porque no me gusta. No me gusta que alguien te trate de esta manera. Incluso si

nunca antes has estado en un lugar como este, todo el mundo tiene una primera vez.
Y estás aquí como cliente, nadie tiene derecho a juzgarte. Voy a hacerles entender".
"Está bien. No es necesario".
"Suéltame, Mahasamut", dijo Tongrak con firmeza, tratando de retirar la mano. El más
alto rápidamente entrelazó sus hermosos dedos, y la sonrisa de su dueño se hizo más
amplia, irritando aún más al ya molesto hombre.
"¿Por qué sonríes?"
"Porque estoy feliz."
El oyente frunció el ceño bruscamente.
¿Qué le pasa a este tipo ahora?

"Si alguien no se preocupara por mí, no se enojaría por mí".
"Por supuesto que me importa..." Tongrak, a punto de replicar, se detuvo cuando se

dio cuenta de lo que había dicho. Sus ojos color miel miraron el rostro afilado
adornado con una amplia sonrisa, sin saber si sentirse avergonzado o enojado con el
exasperante hombre que actuaba con tanta indiferencia. De cualquier manera, eso le
hizo sentarse de nuevo.
Mahasamut no dijo nada más. Él simplemente miró sus manos entrelazadas. Apretó su
mano con más fuerza, haciendo que el calor se extendiera por todo el cuerpo de
Tongrak, disipando gradualmente su ira. Entonces, el dueño de la voz profunda y
ronca continuó.
"Estoy bien, de verdad. Tal vez solo me lo estoy imaginando porque nunca he estado
en un lugar como este en mi vida. Y ya sabes, Mut, es un tipo sencillo. Sale en botes,
pesca, bucea , y busca conchas. ¿Cómo podría saber algo sobre un menú con
nombres de tres líneas? Me sentí fuera de lugar. Y aunque me miraran de esa
manera, todavía me alegro.”
Tongrak se enojó de nuevo.
"¿Estás loco? ¿Por qué dejarías que alguien te menospreciara? Nadie tiene derecho
a..."
"Bueno, porque alguien ya se enojó por mí".
Una vez más, Tongrak quedó desconcertado. Evitó el contacto visual, murmuró algo
como "imbécil" y rápidamente apartó la mano del agarre.
"Y al menos no me estás ignorando hoy". Mahasamut suavemente hizo retroceder la

mano.
"No te estaba ignorando", refunfuñó el guapo, no dispuesto a admitirlo fácilmente.

"¿Ohhh de verdad?" el oyente prolongó el sonido y luego continuó. "Entonces, ¿qué

pasa cuando te niegas a hablar, no me dejas entrar a tu habitación, siempre te
escondes en tu oficina? Ah, y no comes la comida que te compré. Al verme así, mi
corazón es frágil, ¿sabes?". Mahasamut fingió dolor, pero su mirada burlona fue
suficiente para que Tongrak se sintiera molesto.
"¿Tú? ¿Frágil? ¿No dijiste que eras un descarado y que podías hacer cualquier cosa?"
"Es cierto que soy un descarado", dijo suavemente el alto, y Tongrak casi sonrió
triunfalmente si el que hablaba no hubiera sonreído mientras colocaba su brazo sobre
la mesa, apoyaba su rostro y lo miraba directamente. Incluso sin acercarse, Tongrak
sintió la intimidad.
Esos ojos penetrantes parecían atravesar hasta el corazón.
"¿Pero está mal que mi corazón sea débil por alguien que me gusta?"
Eso fue suficiente para que Tongrak sintiera inmediatamente que… esto era malo.
"... Pero no me gustas."
“...”
Esta frase no fue como la que Tongrak le dijo a Mahasamut, pero se reiteró a sí mismo,
confirmando su pensamiento de que no se enamoraría de nadie en absoluto. Los dos
hombres se miraron a los ojos como si intentaran leer la mente del otro, especialmente
esos ojos penetrantes que miraban tan intensamente que Tongrak se sentía incómodo.
"Disculpe."
Fue entonces cuando se sirvió el primer aperitivo, lo que provocó que Mahasamut
rompiera el contacto visual y se sentara derecho, a diferencia de Tongrak que dejó
escapar un suspiro de alivio, ansioso por cambiar de tema.
"Pruébalo."
Los ojos color miel observaron a Mahasamut darle un mordisco a la comida.
"¿Qué tal está?" -Preguntó Tongrak.
"Delicioso, digno de ese nombre que agota la página del menú."
Estaba casi convencido de que Mahasamut habría vuelto a ser el mismo de siempre si
no fuera por el hombre que, después de haber masticado su último bocado.
Se giró y mencionó como si recién recordara algo.
"Ah, y sobre lo que estábamos hablando antes... todavía."
Tongrak levantó una ceja confundido, y luego la siguiente frase hizo que la cuchara en
su mano se detuviera en el aire.
"Simplemente no te gusto todavía".
No es necesario que nadie explique el significado; un escritor como Tongrak entendió

lo que decía Mahasamut.
Significaba... no ahora, no en este momento, pero será en el futuro...
"Uh, d-date prisa y come para que podamos regresar. ¿No dijiste que tenías
hambre?"
Tongrak entendió demasiado bien y tuvo que desviar la mirada brevemente. Cambió
de tema y empujó el plato de comida hacia Mahasamut, negando la realidad de que su
corazón latía con tanta fuerza que parecían tambores. No quería admitir que unas
pocas palabras de este hombre lo conmovieron.
Y extrañamente, en lugar de irritarse como siempre, lo que hizo Tongrak fue… sonreír
en secreto.
Debe haberse vuelto loco.
No había manera de que Mahasamut se perdiera ese adorable acto, y el hombre no

pudo resistirse a bromear.
"¿A quién le estás sonriendo? En lugar de eso, sonríeme a mí".
El oyente luego se giró e hizo una mueca, lo que hizo que el más alto se riera a
carcajadas.
"Entonces, ¿tú también puedes hacer algo como esto?"
"Yo también soy humano", refunfuñó Tongrak, perdiendo toda pretensión.
"Sí, sí, eres humano, por supuesto. ¿Qué más podrías ser? Oh, deberías comer un
poco también. Estás adelgazando demasiado ahora".
Aunque no le gustaba que se burlaran de él, cuando el hombre más alto le ofreció
comida a la boca, el orgulloso Tongrak se abrió voluntariamente y masticó con
facilidad y cariño. Si alguien que lo conociera estuviera allí, se sorprendería. Por no
hablar de permitir que alguien le diera de comer, Tongrak nunca había salido a comer
con una aventura.
La idea de quedarnos hasta la mañana y desayunar juntos era un sueño lejano. Pero
este no fue un desayuno cualquiera; Era una comida elegante que Tongrak había
elegido intencionalmente para este hombre.
Después de todo... Este era su hombre. La forma en que eligiera tratarlo era asunto
suyo.
Sin que él lo supiera, su teléfono móvil, en silencio, vibraba sin cesar. En la pantalla
apareció el nombre... 'el mocoso'.
"Quiero ir a casa."
"Te dejaré ir pronto."
"Quiero ir ahora."
"Entonces puedes seguir adelante. Pero si me pierdo, iré al centro de niños perdidos
y les pediré que anuncien el nombre de Tongrak, el escritor. Incluso si has regresado,
debería haber al menos una o dos personas en el centro comercial que te conocen y
pueden guiarme a casa".
Tongrak se quejó de querer volver a casa, de no querer enfrentarse a las multitudes que
habían acudido al centro comercial el fin de semana. Mahasamut no resistió
físicamente ni retuvo a Tongrak de ninguna manera, contrariamente a sus palabras.
Adelante... si quieres regresar, simplemente vete. Le diré al centro comercial que anuncie tu
nombre.
Y eso hizo que el quejoso pareciera hosco.

"¿Estás tratando de molestarme a propósito?"
"Oh, ¿sabes que te estoy molestando? Ese es mi jefe. Muy inteligente".
Por supuesto, admitió el hombre más alto con confianza mientras empujaba el carrito
de compras.
¿Un carrito de compras?
Sí, estaban en un supermercado que vendía de todo, incluso productos frescos.
Ahora, el hombre más alto empujaba el carro hacia delante, seguido por el hombre de
piel clara. Mahasamut tomó un artículo para comprobar el precio y el hombre sacudió
la cabeza con un suspiro.
"¿Sesenta baht por un paquete de verduras? En mi vecindario, todavía cuesta diez

baht el paquete".
"¿Cómo puede ser igual? Este es orgánico", Tongrak se inclinó para mirar.
"Sé que cuesta más producir este tipo de producto, así que..."
"¿Entonces?"
"¿Vamos a comprar alimentos al mercado de productos frescos?"
Eso hizo que sus cejas se fruncieran y sus ojos color miel se entrecerraran en plena
preparación para una perorata. Pero antes de que sus labios pudieran abrirse en
protesta, Mahasamut intervino.
"Pero no irías conmigo, ¿verdad? O simplemente esperarías en el auto".

"Tu me conoces bien."
"Está bien, lo dejaré pasar esta vez. Considéralo nuestra primera cita".
"¿Eh?"
Antes de que Tongrak pudiera esbozar una sonrisa de satisfacción porque al menos
este hombre sabía que no se molestaría en caminar en el calor, las palabras que se le
escaparon al otro tipo lo hicieron girar bruscamente, un gruñido de sorpresa escapó de
su garganta. Porque ¿qué acaba de oír... una cita?
"Dije que lo dejaría pasar".
"No, la última parte."
Ahora, esos ojos penetrantes brillaron con diversión y sus bien formados labios se
curvaron en una atractiva sonrisa.
"Estamos en una cita, ¿no?"
"¿Quién tiene una cita contigo?" Replicó Tongrak.
"¿No se considera una cita pasar tiempo con alguien que nos interesa? Comimos
juntos e hicimos compras juntos. Si agregamos una película a la mezcla, diría que es
prácticamente el paquete completo. ¿Estoy entendiendo mal el significado de la
palabra? Entonces, señor escritor, ilumine a este hombre ingenuo. Defina qué es
cuando pasamos tiempo juntos.
Al final de su frase, Mahasamut enarcó una ceja con cara inocente, como un niño de
tres años que quisiera saber de sus padres qué significaba algo.
Qué hombre-niño era este tipo.

Tongrak, para no quedarse atrás, respondió con brusquedad.
"Es simplemente comer y hacer la compra. No significa nada más que eso. ¿Por qué
buscar una definición?"
"Pero en tu novela que leí anoche dice que esto es una cita", argumentó Mahasamut,
incluso haciendo referencia al libro de Tongrak, lo que provocó que el oyente frunciera
los labios.
"¿O tengo que besarte para que se llame cita?"
"¿¡Eh!?"
Tan pronto como terminó de hablar, Mahasamut se inclinó, lo que provocó que
Tongrak retrocediera en estado de shock. Abrió mucho los ojos y se tapó la boca con las
manos.
"Estoy recogiendo el repollo allí". En ese momento, la mano grande levantó una bolsa
de repollo detrás de Tongrak, burlándose del que no quería salir de casa. Mahasamut
observó cómo el hombre de piel clara parecía estar a punto de escupir fuego. Sin
embargo, no pudo resistirse a burlarse más de él inclinándose para susurrarle.
"¿O esperabas que te besara?"
La mirada aguda se encontró con los hermosos ojos. Mahasamut alzó una ceja
desafiante, como diciendo: '¿Realmente debería hacerlo?' Y el que estaba siendo
observado podría jurar que nunca volvería a desafiar esa mirada porque Tongrak había
aprendido una cosa al pasar tiempo juntos... su hombre era desvergonzado hasta el
extremo.
Eso hizo que el avergonzado Tongrak se acercara y chocara con él con irritación antes
de agarrar el carrito de compras y abrir el camino.
"Solo date prisa y compra lo que quieras. Ya quiero volver a trabajar", murmuró
Tongrak mientras caminaba rápidamente mientras el hombre alto lo observaba con una
sonrisa.
Alguien aquí se estaba sonrojando pero no lo admitiría.
"No puedes tener eso".
"¿Eh?"
"Éste tampoco. Demasiado sodio".
"¿Eh?"
"Y esto no. Los que hay en la nevera de casa son suficientes. ¿Quieres morir de
insuficiencia hepática o algo así?"
Antes, el hombre alto y de piel oscura podría haber intentado convencer al guapo para
que siguiera comprando con él, pero después de un tiempo, los papeles se invirtieron.
El que decía que quería irse a casa seguía agarrando todo lo que quería comer y
poniéndolo en el carrito, y el hombre alto era quien lo sacaba y lo volvía a poner.
Hasta la tercera vez, cuando Mahasamut tuvo que volver a colocar un paquete grande
de cerveza en el estante, Tongrak lo miró con desconfianza.
irritación, indicando que no podía soportarlo más.
Y eso hizo que el hombre alto dijera con calma: "No se puede vivir sólo de snacks y
alcohol".
"Es asunto mío", argumentó Tongrak, alcanzando nuevamente el paquete de cerveza.
"No", Mahasamut le agarró la mano. La voz profunda se hizo más firme, lo que hizo
que Tongrak se volviera para discutir, pero se quedó en silencio cuando vio que esos
ojos penetrantes se oscurecían notablemente.
"Desde que regresaste a Bangkok, te acuestas tarde, te despiertas alrededor del

mediodía y solo tomas café y bocadillos. Luego, por la noche, vuelves a comer
bocadillos y alcohol. No me sorprende que tu refrigerador esté lleno. de alcohol.
¿Estás tratando de morir joven o algo así?
A pesar de que nunca había cedido ante nadie, nunca le había importado el consejo de
nadie, cuando esos ojos normalmente alegres se pusieron serios, el hombre testarudo
como Tongrak visiblemente se marchitó.
"No quiero morir joven, pero esta es mi vida..."
"¿Cuál es la vida que quiero cuidar?"
Tongrak inmediatamente cerró la boca cuando la figura más alta intervino, observando
al hombre que se acercó un paso más y
Habló con un tono tranquilizador:
"No sé cómo has vivido tu vida antes, pero no quiero verte ganar dinero sólo para
pagar tu factura médica. No quiero verte en el hospital ni tomando pastillas. Al
menos durante el tiempo que esté aquí para cuidarte, no permitiré que sea así".
Mahasamut no dijo eso... podría significar para toda la vida... porque quería cuidar de
Tongrak para siempre.
Pero ahora no era el momento de decirlo, o Tongrak podría salir corriendo como un
velocista en una carrera de cuatrocientos metros.
Lo primero es lo primero, Mahasmut tuvo que arreglar la desordenada rutina de

Tonrak.
Su gran mano tocó suavemente la mejilla de Tongrak, consolándolo.
Y el propio Tongrak se suavizó.
"Mi rutina de vida no es tan desordenada". Tongrak no admitiría que antes de venir al
sur tenía resaca casi todas las mañanas y no admitiría que se sentía bien.
¿Es esto lo que se siente cuando alguien se preocupa por ti?
Se preguntó Tongrak, pero no estaba dispuesto a admitir por qué se estaba

ablandando, por qué seguía la corriente, por qué escuchaba los consejos de un hombre
más joven que había puesto su vida patas arriba. No admitiría que escuchó a este
hombre más de lo que pensaba.
"Claro, no está tan mal. Tú solo..." Mahasamut tocó el cuello rubio, mirando a los ojos
del hombre que esperaba escuchar sus palabras.
Y luego...
"Viejo."
“...”
Mahasamut sonrió.
"¡Mahasamut!"
Y entonces, la atmósfera extrañamente suave y dulce que persistía a su alrededor se

hizo añicos por completo, dejando solo la voz severa que gritaba con ira el nombre del
hombre del sur. La hermosa mano se quitó el calor sin preocuparse.
"¿Te atreves a llamarme viejo?"
"Vamos, admite el hecho de que ya eres viejo".
"No lo soy."
"Simplemente acepte la verdad, señor. Es bueno que todavía parezca joven", dijo
Mahasamut, tratando de ser reconfortante. Sin embargo, sus palabras sonaron poco
sinceras y el hombre mayor levantó la mano para tocarse la cara.
"Además, deberías dejarme manejarlo".
"¿Y ahora qué? Además de maldecirme para que muera joven, desear que me
hospitalicen y llamarme viejo, ¿qué más quieres hacer?" Tongrak se preguntó si había
cometido un error al traer a este imbécil. ¿Había olvidado lo que había hecho
Mahasamut antes de rogarle que se quedara en el sur?
¿Por qué quería traer a un hombre así a casa?
Uf, es tan frustrante.
Mahasamut volvió a sonreír y se acercó una vez más.
"Para cuidar de ti."
El que estaba pensando en romper el acuerdo quedó momentáneamente atónito. Sus

ojos color miel se congelaron antes de parpadear rápidamente; Miró al hombre que
hablaba con tanta seriedad. Y luego…
Sus mejillas ardieron de calor al comprender la implicación.
"Te cuidaré hasta que seas viejo".
Una vez más, todo Tongrak sólo podía decir...
"Eres ridículo."
Después de eso, Tongrak empujó el carro. Pero no protestó cuando Mahasamut tomó
los bocadillos del carrito y los reemplazó con verduras frescas y diversas carnes. A
Tongrak ni siquiera le importó que Mahasamut dijera que cocinaría para él. Si
Khaimook estuviera aquí, probablemente estaría muy herida.
Ella lloraba y decía: 'Ni siquiera te comiste los huevos que te frié'.
Tongrak probablemente simplemente respondería... 'Bueno, tú no eres el hombre que hace

que mi corazón se acelere'.
Una vez más, Tongrak no se dio cuenta de que la sensación de que alguien se
preocupara, lo regañara y lo cuidara no le molestaba. Al contrario, en realidad... se
sentía bien.
Quizás Tongrak simplemente había estado añorando a alguien todo el tiempo.
Alguien que estuviera a su lado y le dijera lo que podía o no podía hacer.
El joven escritor estaba de buen humor por eso. Ni siquiera le importaba el teléfono,
que seguía vibrando sin cesar.
"Déjame decirte que no como comida picante".

"Entendido. Ya lo sé. Tomaste un bocado de sopa de pescado al curry y luego bebiste

una botella entera de agua".
Increíblemente, después de terminar de comprar en el supermercado, Mahasamut

logró convencer al guapo para que condujera y estacionara frente al mercado de
productos frescos más cercano. Razonó que el centro comercial no tenía lo que buscaba.
Aunque el dueño del auto estaba sentado esperando en el auto, este era un buen
augurio para enseñarle a alguien acostumbrado al lujo a experimentar una forma de
vida diferente. Una vez que tuvieron todo lo que necesitaban y estacionaron el auto en
el estacionamiento, llevaron sus compras al lobby.
Y por "ellos" se refería a Mahasamut, que llevaba todo solo.
Mientras tanto, Tongrak habló de manera preventiva porque alguien había

mencionado que cocinaría para él.
La sola idea de que el Tongrak se pusiera rojo después de comer un bocado de comida
picante cuando estaban en el sur era suficiente para hacer reír. Y parecía que Tongrak
también podía imaginarlo con tanta claridad que su rostro se arrugó adorablemente.
No tenía sentido discutir sobre esto.
Los encantadores actos de los dos hombres, uno provocando sin parar y el otro
dejándose burlar, llamaron la atención de una joven sentada en el vestíbulo.
Ella se acercó rápidamente, llevando un bolso de diseñador, y se dirigió directamente

hacia ellos.
"¡Rak! ¿Por qué no respondiste mi llamada?"
Tongrak, que caminaba y hablaba con Mahasamut, se quedó paralizado. Su sonrisa

desapareció en un instante, pero antes de volverse para responderle al recién llegado,
su hermoso rostro sonrió una vez más.
Una sonrisa que Mahasamut observó con interés.
La sonrisa de Tongrak era una sonrisa asesina, excepto que literalmente

¡Una sonrisa que claramente decía molestia! Pero, extrañamente, la chica recién llegada
parecía completamente ajena a esta verdad.
Estaba a punto de unir íntimamente los brazos de Tongrak, pero el hombre lo esquivó
sin tener en cuenta sus sentimientos.
"¿Qué deseas?" -Preguntó Tongrak.
Prin, la joven, de repente se volvió hostil, pero sólo por un momento antes de mostrar
una sonrisa dulce y poco sincera y decir con una voz demasiado dulce: "¿Por qué esa
cara? Tu hermana pequeña vino a visitarte".
"Lo siento, pero sólo tengo una hermana mayor. Nunca he considerado a nadie más
como un pariente más joven".
Prin quedó desconcertada. Normalmente, ser desairada así por su primo Tongrak la
enfurecería hasta el punto de la locura. Pero esta vez, la pequeña belleza todavía sonrió
dulcemente, sin importarle cuánto su amado pariente demostrara que no quería hablar.
Ella no estaba aquí para hablar de todos modos; ella estaba allí para observar.
"¿Y quién es ese? ¿Tu nuevo sirviente? Parece tan campestre".
Su pariente mayor afirmaba ser diferente de su madre, pero su naturaleza era

completamente la misma.
Al final, al no poder quedarse con nadie, usó el dinero para conseguir a quien quería.
Entonces, ¡tenía curiosidad por ver cuán impresionante era realmente su hombre!
Capítulo 16
Mocosa infernal
"¿Y quién es ese? ¿Tu nuevo sirviente? Parece tan campestre".
Prin, la joven, miró a Mahasamut por un momento y frunció el labio con disgusto antes
de volverse para sonreír dulcemente a la persona que despreciaba aún más.
¿Qué podría tener de bueno el hombre de Rak?
Podía decirlo con solo una mirada. De piel oscura, rostro áspero y constitución como la
de un trabajador, el gusto de Tongrak era horrible.
Prin se burló por dentro, pensando en por qué tenía que perder el tiempo esperando
aquí. Siempre le había gustado presenciar la caída de su arrogante y altivo pariente.
Cuando se topó con Khaimook y esa actriz malhablada el otro día en el centro
comercial, su intuición le dijo que algo andaba mal. Esas dos parecían estar en
desacuerdo, pero lo único que tenían en común era Rak. ¿Y en cuanto a alguien como
Rak... usando algo tan sencillo? Nunca. Cuando preguntó al personal, estaba tan claro
como el día.
Un maestro tan joven como Tongrak no usaría ropa así, y la talla era dos tallas más
grande que él. Definitivamente los compraron para otra persona.
Como su pariente mimado no contestaba sus llamadas, tuvo que venir y verlo por sí
misma.
Y ella tenía razón.
Esto va a ser divertido.

Prin miró fijamente a Tongrak, sintiéndose superior. ¡Hoy iba a hacerle pasar un mal
rato a Tongrak!
"¿Estás libre hoy?"
Sin embargo... Tongrak simplemente le devolvió la sonrisa y preguntó en un tono

tranquilo.
"Sí, lo soy", respondió Prin con confianza.
"Oh, bien por ti", Tongrak asintió y luego fingió un suspiro.
"Estoy muy celoso. Últimamente estoy simplemente... cansado. No encuentro gente

que tenga tiempo libre, y mucho menos aquellos que tienen tanto que se involucran
en los asuntos de otros. Si tuviera tiempo libre, simplemente descansaría en casa,
o..." Tongrak le sonrió, "Estaría buscando más conocimiento, no andar por ahí
tratando de demostrar que soy sólo un caparazón sin cerebro".
"¡Rak!"
"¿Toqué un nervio?" Preguntó Tongrak con una sonrisa y luego dio un paso más hacia
Prin.
La joven intentó devolverle la mirada desafiante.
"¿Quién exactamente? Eres tú quien está siendo grosero. ¿Qué clase de persona
insulta a una hermana menor que vino de visita..."
"Te lo dije, no tengo una hermana menor".
Rak la interrumpió abruptamente.

Entonces, la leve sonrisa en su hermoso rostro se desvaneció, dejando solo una mirada
seria que se encontró con los ojos del pariente más joven. Sus ojos marrón oscuro,
normalmente tan atractivos, ahora las pupilas negras en el centro parecían
intimidantes.
"Y con quien sea que esté es asunto mío".
Esa mirada en sus ojos era una advertencia: no te inmiscuyas en mis asuntos.
Pero Prin no retrocedió. Levantó la barbilla desafiante y sonrió dulcemente.
"Solo estoy preocupada como miembro de la familia. No quiero que arruines tu

reputación. Ya has visto cómo es la tía. Como su sobrina, es natural que me preocupe
por ti".
Tongrak hizo una pausa cuando su madre entró en la conversación. Prin sonrió aún
más dulcemente, sus ojos mostraban una pizca de despecho. ¿Quién no estaría al tanto
de los escandalosos asuntos de la familia? Fue tan embarazoso. La mujer de dulce voz
continuó con tono preocupado.
"Veo a la tía viviendo así y siento... lástima. No quiero que termines como ella. Ya es
bastante malo solo con mi tía. Si la gente empieza a decir que eres como ella, ¿qué
será de la imagen de nuestra familia..."
"Prin."
"¿Sí, Rak?"
"¿Tu novio está bien?"
En ese momento, Tongrak cambió de tema, haciendo reír a Prin.
"¿Estás cambiando de tema ahora?"

"En absoluto. Ya que mencionaste a nuestra familia, solo te lo pregunto porque estoy
preocupado".
Entonces, la oyente frunció el ceño confundida.
"¿Preocupada? ¿De qué tienes que preocuparte con mi novio?" preguntó la joven con
sospecha. ¿Tongrak sedujo a su novio? Aunque su pareja insistía en que no tenía
ningún interés en los hombres, ella lo había visto una y otra vez: hombres
heterosexuales que querían acostarse con su pariente. Esto hizo que Tongrak la mirara
con desdén.
"Escuché que eran decenas de millones".
"¿¡De qué estás hablando!?"
"El dinero que le diste a ese tipo... quiero decir".
"¿Y que?"
Tongrak se inclinó hacia la joven, sus ojos del mismo color temblaban de duda. Tonrak
quería decirle que un hombre como él nunca causaba problemas, pero si ella quería
una confrontación, él estaba listo.
"Será mejor que dediques tu tiempo a preocuparte por ti misma".
"No tengo nada de qué preocuparme, y si le doy dinero a mi novio o no es asunto

mío. ¿Por qué te entrometes ..."
"Está a punto de hundirse por completo, ¿sabes?"
"¡Eso no es cierto!"
"Bueno, si eso es lo que quieres creer", Rak se encogió de hombros antes de continuar,
"¿Qué te dijo? Que el negocio va bien, que pronto recuperarás tu inversión, solo dale
un poco más de tiempo, que confíen el uno en el otro un poco, ¿eh?" El joven escritor
se rió entre dientes al ver el rostro pálido de su pariente más joven.
"El mes pasado vi a ese tipo coqueteando con otra mujer".
¿Quién es el verdadero tonto aquí?
En ese momento, el rostro de Prin pasó del blanco papel al rojo brillante, y parecía que
pronto se volvería verde.
"¿Sabes algo o simplemente estás confiando ciegamente en ese tipo como un tonto?"
"¡Eso no es cierto!"
"En serio, ¿'eso no es cierto' lo único que puedes decir? Por eso te digo, antes de
entrometerte en los asuntos de otras personas, deberías dedicar algo de tiempo a
aprender cosas".
"¡Rak! ¿Me estás insultando? Le diré a mamá, dile a tía que me hablaste así".
La sonrisa se desvaneció y Tongrak miró a la joven con una mirada fría.
"Te enojas cuando muestro un poco de preocupación, pero lo que dijiste es

correcto..." El hombre alcanzó a tocar el hombro de la mujer, inclinándose para mirarla
a los ojos.
"...nuestra familia está loca por los hombres, todos ellos."
"Yo no soy igual. Nunca he gastado dinero en un hombre. ¡Mi novio acaba de pedirlo
prestado y me lo devolverá!"
"Ajá", respondió Tongrak con un tono prolongado y poco convencido. Se estiró en toda
su altura, soltó el hombro de la mujer y dio un paso atrás para situarse junto a
Mahasamut.
"Pensándolo bien, realmente somos diferentes..." Tongrak colocó su mano sobre el

fuerte antebrazo de Mahasamut mientras volvía a mirar a la mujer a los ojos.
"...porque mis estándares para los hombres son mucho más altos que los tuyos".
Con eso, empujó al hombre más alto hacia el ascensor, ignorando a la pariente más
joven que estaba apretando los puños.
Mientras tanto, Mahasamut miró a la pequeña mujer por un momento antes de mirar a
la persona que estaba a su lado, sin respeto pero con preocupación.
¿Se dio cuenta Tongrak de lo fuerte que le apretaba el brazo?
¡Bang!
Tan pronto como entró en el lujoso condominio, Tongrak caminó hacia su dormitorio,
cerrando la puerta con fuerza, ignorando al hombre que lo seguía. Él estaba enfadado.
Aunque podía devolverle las palabras a la chica a la cara, eso no significaba que
Tongrak estuviera de acuerdo con lo que ella dijo.
Para nada.
Especialmente cuando esa mujer mencionó a su madre.

Tongrak nunca quiso ser como su madre, suplicar amor a nadie o estar en un lugar
donde la dignidad no valía nada y el amor se proclamaba todo.
Era cierto... usó dinero para comprar hombres, pero ¿y qué? Era mejor que ser patético
como esa chica que ni siquiera sabía lo que estaba haciendo su novio. Al menos, si
Mahasamut gastara el dinero que dio en otra persona, sería después de que su acuerdo
terminó. Además... él no amaba a Mahasamut. ¡No era asunto suyo con quién se
acostaba el hombre!
Entonces, él no era el mismo que su madre.
Mientras no le entregara su corazón a ese hombre, nunca serían los mismos.
No es lo mismo, y nunca lo sería.
Tongrak estaba de pie con los puños apretados contra la ventana de cristal,
reprimiendo las emociones abrumadoras en su pecho. Sus ojos color miel
permanecieron serios, sin centrarse en absoluto en el paisaje urbano, sólo en el pasado
que flotaba en su mente.
Toc, toc, toc.
"Señor Tongrak..."
"Vete."
Fue entonces cuando escuchó que llamaban a la puerta antes de que el hombre de piel
oscura entrara a la habitación. Pero antes de que la voz ronca pudiera decir algo,
Tongrak respondió con un tono plano. Se quedó quieto y sus hermosos ojos no miraron
a la otra parte en absoluto.
"Solo tengo algo que preguntar".

"¡Sal!"
A Tongrak no le importó la pregunta. Quería estar solo, por eso su voz se hizo más
firme.
Y eso hizo que Mahasamut se detuviera por un largo momento.
Pensó que el hombre finalmente se iría, pero ¿por qué las cosas no salieron como
esperaba?
"Aún no me has dicho qué quieres comer".
Esta vez, Tongrak se giró enojado y abrió los labios para arremeter contra el hombre
más alto, pero se detuvo cuando vio los ojos penetrantes mirándolo.
¿Por qué el hombre no lo molestaba como siempre?
¿Por qué parecía realmente preocupado?
¿Por qué lo miró como si entendiera sus sentimientos?
Nadie realmente lo entendió.
Y eso hizo que Tongrak se enojara.
"¡Te dije que te fueras!"
"Pero no has respondido a mi pregunta".
“...”
Tongrak apretó los puños hasta que le dolieron las manos. La ira surgió en su corazón,
pero no estaba enojado con Mahasamut. Estaba enojado consigo mismo.
No podía entender por qué quería caminar hacia el cálido abrazo de este hombre, sin
importarle un carajo todos los sentimientos molestos que surgían en su corazón.
Quería que Mahasamut lo consolara, pero la imagen de la sonrisa burlona de Prin
estaba atrapada en su cabeza, impidiéndole avanzar hacia el hombre frente a él. De lo
contrario, sería tal como ella dijo.
No era diferente de su propia madre.
"Déjame ir a ti", suplicó Mahasamut.
Normalmente, este hombre nunca pidió algo así. Siempre hacía lo que quería, abrazaba
cuando quería, nunca escuchaba cuando lo detenían, siempre encontraba la manera de
invadir su espacio personal. Pero esta vez, Mahasamut se quedó quieto en el marco de
la puerta, con sus ojos penetrantes mirando directamente a Tongrak, esperando.
Y eso hizo temblar las piernas de Tongrak.
Pero…
"¿No puedes entender el lenguaje humano? Te dije que te fueras. ¿O tengo que
echarte yo mismo?"
“...”
Esta vez, el oyente guardó silencio y Tongrak odió tanto ese silencio que volvió la cara.
"Quiero estar solo. Sal de mi vista".
Sus ojos color miel miraban fijamente la ventana de vidrio frente a él, observando las
gotas de lluvia adheridas al exterior, escuchando el sonido de la puerta cerrándose y
escuchando los pasos que desaparecían del frente de la habitación.
Luego se desplomó sobre la cama.

Odiaba este sentimiento.
Él era el que más lo odiaba.
El sol se había puesto hacía horas y la noche había tomado su lugar. Varios platos
tailandeses también llevaban horas listos en la mesa del comedor. Sin embargo, el
dueño del lugar, quien afirmó no comer comida picante, se negó a salir del dormitorio.
Sólo la persona que había puesto todo el esfuerzo se sentó sola en la mesa.
Mahasamut miró hacia la puerta del dormitorio, que permanecía firmemente cerrada.
Se acercó y llamó a la puerta, pero no hubo respuesta.
Envió un mensaje, pero no fue leído.
Y sabía bien que no podía hacer más que eso.
No tenía el derecho.
Mahasamut suspiró y guardó la comida en el frigorífico. Alguien se perdería la cena de

esta noche.
Con su naturaleza, quería irrumpir en la habitación, levantar a la persona testaruda

hacia la mesa y alimentarlo a la fuerza para que el que no se cuidaba a sí mismo
finalmente se diera cuenta de que a alguien le importaba. Pero también sabía que si
hacía eso, le podrían abrir el pecho. Además... no era como si el joven no hubiera
prestado atención a la amenaza de Tongrak.
Esta era la primera vez que Tongrak amenazaba con echarlo.

Su relación era tan frágil como una partícula de polvo. Sólo un golpe... y se haría
añicos.
Entonces, esta no era una situación en la que pudiera jugar y hacer que todo estuviera
bien, especialmente con la imagen de esos ojos dulces pero tristes todavía grabada
firmemente en su mente.
Tongrak una vez había compartido con él historias sobre su familia, y todo lo que esa
mujer había dicho debe haber sido lo suficientemente significativo como para que una
persona tan orgullosa tuviera un día en el que se sintiera deprimido. Para él, esto no
fue una victoria. Si el vencedor todavía se encerraba así en la habitación y quería saber
algo.
Eso hizo que Mahasamut levantara su teléfono.
Sabía bien que Khaimook no respondería ninguna pregunta, pero la otra persona no...
Vi.
El joven vaciló un momento antes de marcar, con sus ojos penetrantes todavía fijos en
la puerta inmóvil.
Tongrak sabía que era egocéntrico y que a veces era lo suficientemente tonto como para
que Vi lo regañara a menudo. Pero nunca se había sentido tan mal como lo hizo esta
vez.
No podía dormir.
Por mucho que lo intentó, no podía dormir. Por extraño que parezca, no estaba
pensando en Prin, sin importarle las palabras que lo comparaban con su madre. Lo
único que seguía rondando por su cabeza era lo que le había dicho a Mahasamut antes
de echarlo de la habitación. Él sólo se preguntaba...
Sí. Fue sólo una curiosidad ordinaria.
Se preguntó si Mahasamut estaría enojado con él.
Aunque pensaba de esa manera, otra parte de él decía: '¿Por qué importarme? ¿Por qué
molestarse?' Impidió que Tongrak saliera de la habitación hasta que llegara una nueva
mañana.
La incomodidad empujó a Tongrak a abrir la puerta.
En medio de la tenue luz de la mañana, Tongrak estaba de pie en el centro de la sala

vacía, con sus ojos color miel fijos en la puerta firmemente cerrada de la habitación de
Mahasamut. De repente, la soledad lo invadió y asaltó su corazón. Aunque siempre
dormían en habitaciones separadas, ya fuera en la isla o aquí, la mera presencia de una
puerta la hacía sentir tan distante que lo asustaba.
¿A qué tengo miedo? El chico y yo no somos nada el uno para el otro.
Se dijo Tongrak, obligando a su cuerpo a girar de regreso a su habitación, pero…
Algo en la mesa del comedor llamó su atención, lo que le impulsó a encender la

pequeña luz de la cocina para verlo con claridad.
Tortilla de arroz.
Sobre la mesa había un plato de tortilla de arroz envuelta en plástico transparente,

acompañada con salsa Sriracha y... una nota.
Una breve nota que decía:

...Me aseguré de que no fuera picante...
Loco, sonrió.
No fue hasta que Tongrak se encontró sonriendo ante la nota que se dio cuenta de que
ya estaba sentado con un tenedor y una cuchara, quitando el plástico transparente y
comenzando a comer la mejor tortilla de arroz de su vida sin agregar salsa.
Esta podría haber sido la primera vez que Tongrak aprendió lo deliciosa que puede ser
la comida hecha con cuidado.
Nadie antes había hecho algo así por él.
Hoy. Mahasamut se despertó tarde, probablemente porque no había dormido bien la

noche anterior. Cuando el hombre salió de su habitación, la manecilla corta del reloj ya
había llegado a las diez. Sin embargo, lo más sorprendente no fue que se despertara
tarde, ¡sino que Tongrak se había despertado temprano!
No sólo se había levantado temprano, sino que también estaba vestido y listo para salir
de casa.
"Ve a darte una ducha."
"¿Disculpa?"
Mahasamut apenas había dado dos pasos cuando la persona que esperaba en el sofá,
viendo una película, se giró y le dio instrucciones. Esto lo sorprendió y le hizo repetir
la orden, lo que Tongrak confirmó.
"Ve a darte una ducha. Vamos a salir".
Y todo lo que Mahasamut pudo responder fue:

"¿Sí?"
¿De dónde sacó esta idea su guapo Tongrak?
"Me llevaré ese, ese y ese también".
Mahasamut pensó que estaba empezando a comprender los cambios de humor del
escritor, pero todavía no podía seguir el ritmo. Especialmente cuando Tongrak se sintió
frustrado ayer pero lo arrastró hasta aquí hoy.
¿Dónde estaban ahora? Un lugar en el que Mahasamut nunca antes había puesto un
pie.
Una tienda de trajes.
Y uno elegante además.
Tan pronto como entraron a la tienda, Tongrak comenzó a escoger esto y aquello,
diciéndole al personal que tomara esto, aquello y lo otro hasta que la persona que lo
acompañaba frunció profundamente el ceño. El alto rápidamente se adelantó para
agarrar el brazo de quien escogía un traje de seda italiano del perchero, sus agudos
ojos se encontraron con los de color miel que le devolvían la mirada con molestia.
"¿Por qué me detienes?"
"No te detendría si los compraras para ti mismo, pero los estás comprando para mí".
Y sí, Tongrak estaba comprando trajes para Mahasamut.
¿Cuándo alguien como él alguna vez usaría algo así? Además...

Mahasamut comprobó la etiqueta del precio y frunció el ceño.
Este traje tan caro... ¿podría hacer volar a la gente? Era más caro que un traje de
neopreno para bucear.
"Así es, los estoy comprando para tí", respondió Tongrak con confianza, haciendo que
el oyente frunciera aún más el ceño.
"¿Por qué?"
"No dejaré que nadie vuelva a menospreciarte".
Esa fue una respuesta que hizo que el oyente se detuviera, su gran mano aflojó sin
darse cuenta su agarre sobre el brazo delgado, dándole a Tongrak la oportunidad de
agarrar otro traje.
"Me gustaría este estilo en otros dos colores..."
"¡Ey!"
Fue entonces cuando Mahasamut volvió a colgar el traje y arrastró al bonito hacia el
probador. Empujó a Tongrak primero, luego lo siguió y cerró la puerta detrás de él,
ignorando al personal, que se quedó boquiabierto. En ese momento, estaba más
preocupado por la persona terca que tenía delante.
Quien haya dicho que Tongrak no era terco... basta con mirar esos ojos desafiantes
ahora mismo.
"Voy a comprarlos y no puedes detenerme".
"¿Porque eres mi Sugar Daddy?"
Tongrak fue quien hizo una pausa esta vez.

Mientras Mahasamut miraba a su belleza en silencio.
"¿Estás de acuerdo con esa mujer?"
"No, nunca estuve de acuerdo con ella".
"Pero me estás comprando un traje, tratando de convertirme en alguien nuevo. No te

gusta el simple Mut que usa cualquier cosa... ¿verdad?"
Esta vez, Tongrak, que estaba a punto de replicar, se quedó en silencio, permitiendo
que el hombre más alto viera sus ojos temblorosos. Y eso hizo que Mahasamut
continuara con tono más firme.
"Te lo he dicho antes, ¿no? No me importa lo que los demás piensen de mí. No me
detengo en eso si alguien quiere pagarme porque considero que mi trabajo es
mantenerme.. "Pero olvidé decirte una cosa... me importa lo que piensen las personas
que me importan", Mahasamut extendió la mano y tomó la mano de Tongrak, que
todavía estaba en silencio.
"Si la persona que me importa piensa de esa manera, entonces la escucharé".
“...”
"¿Me menosprecias?"
"No."
"¿Crees que soy lamentable?"
"Bueno… no."
"¿Crees que no soy lo suficientemente bueno?"

"¡Para nada!"
Mahasamut sonrió, luego apretó con más fuerza, mirando a Tongrak, quien
instantáneamente negó con una expresión de sorpresa que no pensaba así de él en
absoluto. Y eso fue suficiente para él.
"Me importará si crees eso porque tú... eres la persona que me importa".
“...”
El joven escritor guardó silencio, con los hermosos ojos bajos y los labios apretados
hasta enrojecer.
"Una cosa más."
"¿Una cosa más?" El bello rostro levantó la vista para encontrarse con la mirada de
Mahasamut.
"No me importa lo que dijo esa mocosa infernal".
“¡!”
Los ojos de Tongrak se abrieron como platos.
"¿Qué acabas de decir?"
"No me importa...
"No, ¿cómo la llamaste?"
"Mocosa infernal."
"Prin es mayor que tú, ¿sabes?"
"¿Y qué? De dónde vengo, llamamos a la gente, pequeño pedazo de mierda de todos
modos", el orador se encogió de hombros con indiferencia, y eso hizo que Tongrak...
"¡Jajaja!" Él rió.
Tongrak se rió a carcajadas, nunca antes había oído a nadie llamarla así, pero cuanto
más pensaba en ello, más podía imaginarlo. Esa chica era de hecho un pedazo de
mierda, como si hubiera nacido para hablar mal de los demás.
¿Había habido algún momento desde la infancia en el que ella no lo envidiara, a pesar
de que ella misma había nacido en una familia completa? Ella siempre trató de meterse
con él y su hermana sin cesar. Sin embargo, Tongrak nunca pensó que alguien la
maldeciría así en su lugar, y la palabra insultante elegida fue de su agrado.
Sí, le sienta bien pequeño pedazo de mierda.
Verlo reír a carcajadas de una manera que Mahasamut nunca había visto antes lo hizo
reír. Y no pudo evitarlo...
Mua.
“¡!”
Le encantaba cómo los ojos de Tongrak se abrieron hacia él.
"Este es un probador".
Efectivamente, el chico no dijo nada acerca de haber sido besado en la mejilla, pero se
quejó de que estaban en un probador, lo que hizo reír a Mahasamut.
"La gente de afuera probablemente piense que estamos haciendo algo más que
probarnos ropa".
Tongrak se sonrojó furiosamente.
"¿Crees que esto es una novela o algo así? Haciéndolo en un probador, ¿eh?"
"Me gusta un escritor, así que tengo que aprender a ser un poco imaginativo",
respondió Mahasamut en broma, haciendo que el de cara enfurruñada finalmente
sonriera.
Alguien dijo que le agradaba.
Ahora, la esbelta figura se acercó, levantando las manos para rodear el fuerte cuello. El
hermoso rostro sonrió burlonamente, acercándose hasta que sus narices se rozaron, los
labios rojos susurraron con voz ronca: "Entonces intenta imaginarlo".
Mahasamut no pudo resistir un desafío.
"Mmm~"
En ese momento, sus labios se encontraron con fuerza. Mahasamut sintió el calor que
presionaba, deseando aplastarlo hasta convertirlo en un color brillante y no dudó en
hacer realidad este pensamiento apretando con más fuerza el hermoso cuello y
atrayendo a Tongrak para darle un beso feroz.
Tan pronto como esos hermosos labios se separaron, Mahasamut envió su lengua
húmeda a la caverna húmeda de la boca, el sonido de los fluidos mezclándose con las
suaves lenguas resonó a través de sus sentidos. La gran mano agarró la esbelta cintura,
acercando el cuerpo, sintiendo el temblor en el cuello de quien dejó escapar un gemido.
Su otra mano se deslizó dentro de la camisa de Tongrak, tocando la suave piel que
suplicaba ser mordida, y las yemas de los dedos presionaron la carne clara.
"Ah..."
Toc, toc, toc.
"Uh... ¿se encuentra bien ahí, señor?"
En ese momento, el golpe en la puerta hizo que los dos hombres se separaran. Se
giraron para mirar la puerta al unísono, escuchando la voz insegura del empleado
afuera. Eso hizo que Mahasamut se volviera hacia él que tenía en brazos y se echara a
reír.
Alguien está claramente molesto.
"Un momento, saldremos enseguida", gritó Mahasamut. Luego se giró para burlarse
del que estaba en su abrazo.
"¿Crees que él piensa que estamos peleando o... jodiendo?"
"Saldré y le contaré lo que pienso de cualquier manera".
El molesto dijo y continuó: "Pero sólo después de que te compre un traje".
"¿Oh?"
No morirás
Entonces, ¿sigue insistiendo en eso?
Mahasamut casi dejó escapar un suspiro si no fuera por la belleza que se acercaba al
cuello de su camisa y esos ojos color miel se alzaban para encontrarse con su mirada.
"No te estoy menospreciando, no te tengo lástima, no estoy tratando de tirarte

dinero. Sólo quiero agradecerte".
Su lindo comportamiento era una cosa, pero la voz baja y apagada era aún más
entrañable. Sin embargo, Mahasamut sentía curiosidad.
"¿Pagarme por qué?" Preguntó Mahasamut.
Y dicho esto, Tongrak bajó la cabeza y se dio la vuelta.
"La tortilla de arroz".
Después de decir eso, Tongrak intentó empujar a Mahasamut fuera del probador,
claramente muriendo de vergüenza. Sin embargo, la tenaz resistencia de Mahasamut lo
obstaculizó hasta que esos hermosos ojos se volvieron para mirarlo seriamente.
"¿Sabes cuál es la mejor manera de pagarme?"
Mahasamut vio esas cejas fruncirse y tuvo que tocarlas suavemente. Continuó: "Sólo
comer mi comida es recompensa suficiente para mí".
Mahasamut pensó que tal vez tendría que dejar de coquetear con Tongrak cuando
estuvieran en público porque,
Maldita sea, ¿quién le enseñó a sonreír así? Me está volviendo loco.

Capítulo 17
Es Que Tu Pecho Está Caliente
"¿Quieres contarme sobre eso?"
"Ya lo sabes todo por Vi."
Después de dejar que el señor Tongrak gastara dinero impulsivamente. Como

resultado, obtuvieron tres trajes hechos a medida, regresaron al condominio por una
razón tan adorable que Tongrak no quería desperdiciar la comida en el refrigerador.
Tongrak no quería desperdiciar unos cientos de baht en comida, ¿en serio?
La razón real probablemente fue más bien querer hacer las paces con alguien.
A pesar de que Tongrak hizo todo lo posible por descartar la idea, alegando que no le
importaba. Pero el hombre que prefería los dulces al arroz y el café al agua aun así
comió voluntariamente la segunda porción de arroz, lo que hizo que alguien sonriera
satisfecho.
Después de la comida, Mahasamut, que lo había complacido, se sentó a su lado con

una taza de café recién hecho. Con una voz profunda, hizo una pregunta que hizo
suspirar a Tongrak.
Esta mañana, después de terminar su tortilla, revisó su teléfono y vio mensajes tanto de
Mahasamut como de su mejor amiga.
…Tu chico me llamó...
...Acerca de esa maldita mocosa...

...Habla con él tú mismo...
Vi solo dijo esto, pero Tongrak podía adivinar el carácter de su amiga lo

suficientemente bien como para saber que probablemente había contado todo,
especialmente cuando le gustaba la vibra de Mahasamut. Como mínimo, confiaba en
su intuición sobre las personas. Además... no era como si nadie supiera sobre Prin. Los
que estaban alrededor de Tongrak sabían que esa niña había estado tratando de
reprimirlo desde que era joven.
Pero la respuesta de Mahasamut sorprendió a Tongrak.
"No, colgué. Le dije a Vi que preferiría escucharlo de ti".
El oyente hizo una mueca ante el familiar pronombre que Mahasamut usó con Vi. Pero
las palabras de Mahasamut fueron más interesantes y lo hicieron mirar esos ojos
penetrantes.
"Acabas de regañar a esa pequeña mierda por perder el tiempo entrometiéndose en

los asuntos de otros cuando podría estar haciendo algo más productivo. Como no
quiero ser una pequeña mierda, prefiero esperar a escuchar tu historia directamente
de ti."
Tongrak probablemente creía que Mahasamut no quería ser utilizado si no fuera por
esa mirada en sus ojos otra vez...
Fue la mirada de preocupación la que le envió.
De repente, Tongrak comprendió que Mahasamut estaba dispuesto a esperar a tener

noticias suyas en lugar de desenterrar cosas que quería mantener en privado, lo cual...
se sintió bien.
Desde que se convirtió en escritor (no, desde que era niño), Tongrak se había
encontrado con demasiadas personas que estaban inquietantemente ansiosas por
conocer su historia.
Cuando era niño, se trataba de sus padres.
Cuando era adolescente, se trataba de sus preferencias sexuales.
Como adulto, todavía querían entrometerse en su vida privada.
Pero... nadie vino a saberlo de él.
Muchos iban a escuchar a otros, embelleciendo las historias hasta el punto que a veces
les parecía divertido, preguntándose si incluso se trataba de él. Cotilleaban tanto a sus
espaldas que quería reírse en sus caras y preguntarles si tenían tanto tiempo libre para
perder el tiempo.
Si uno quisiera saber, simplemente podría preguntar. Tongrak se mostró seguro para
responder preguntas.
Sin embargo, todos creyeron más en los chismes que en la verdad de su boca, por lo
que dejó de dar explicaciones. Les dejó decir lo que quisieran. Sólo esperaba que esas
personas algún día experimentaran lo que él tuvo. Pero a veces el karma no llegaba lo
suficientemente rápido y es por eso que estas personas seguían estando
constantemente molestas.
Esta vez, cuando Mahasamut lo dijo así, sólo una pequeña muestra de preocupación
calentó su corazón de manera aterradora.
Loco, Rak, estás siendo ridículamente sentimental.
La belleza se dio la vuelta inmediatamente y luego preguntó: "¿Qué quieres saber?"

"¿Qué quieres decirme?"
Tongrak puso los ojos en blanco. Mahasamut no iba a dejar de molestarlo, ¿verdad?
Se llevó la mano a la barbilla y se volvió para mirarlo a los ojos.
"Esa chica es mi prima. Y no sé si toda su familia tiene una mala racha o qué. Mi tía
odia a mi madre hasta la médula. Bueno, mi madre es una mujer capaz que convierte
todo lo que toca en dinero. En realidad , ella me dio este condominio, el de Connor y
el de Vi también y como mi tía no pudo vencer a mi madre, probablemente envió a
su hija a molestarme a mí", dijo Tongrak, poniendo los ojos en blanco, a pesar de que
había mucho más.
Si bien su madre era buena para ganar dinero, no tenía ninguna suerte con los
hombres. Eso era lo único en lo que la familia de Prin podía vencer a la suya, y no
dudaban en burlarse de él cada vez que podían. Honestamente, Tongrak cambiaría
todo solo por tener lo que tenía la familia de Prin.
A veces, solo quería una familia unida en lugar del dinero transferido a su cuenta
todos los meses.
"Ya les dije cómo es mi vida hogareña. Mi padre es un cazafortunas y mi madre gasta
dinero en hombres como si hubiera perdido la cabeza. Incluso nos nombró a mí y a
mi hermana como un recordatorio de ese hombre, sin importarle cuánto dinero
desperdició o cuántas mujeres diferentes trajo mi padre a casa. No fue hasta que mi
madre vio a su hijo cubierto de sangre que finalmente despertó."
"¿Qué quieres decir?" Mahasamut frunció el ceño al instante.
Y con eso, Tongrak se pasó los dedos por el cabello, apuntando a la cabeza, y sus ojos
color miel se oscurecieron.
"Estaban peleando. Mi padre siempre ha sido violento, y esa noche terminó con una
botella de licor estrellándose en mi cabeza", recordó Tongrak el momento en que su
madre lloró histéricamente, su hermana, Khwan, parada congelada de miedo en medio
de la sangre que nubló su visión. Su padre simplemente se alejó para seguir bebiendo.
Después de eso, se desmayó. Cuando despertó, su madre había echado a su padre y le

había prohibido mencionarlo. A partir de ese día, su madre pasó de gastar
obsesivamente en un hombre a comprar el afecto de muchos para consolarse.
"Al final, se separaron. Mi madre usó dinero para comprar hombres, y mis familiares
no dudaron en patearnos mientras estábamos caídos. Todavía los escucho llamarme
hijo de un cazafortunas".
Dijo Tongrak. Pensó que ya no le importaba, pero en realidad,

Estaba apretando los puños con tanta fuerza que le dolía y las uñas se le clavaban en la
carne.
¿Por qué tenía que ser él?
¿Por qué le tuvo que pasar esto a su madre?
¿Por qué su familia tenía que ser así?
El agarre de Tongrak se hizo más fuerte hasta que su mano quedó entumecida.
De repente, un toque cálido envolvió su mano pálida y apretada, un toque suave como
si temiera desmoronarse. Eso le hizo levantar la vista y encontrarse con esos ojos, y eso
le permitió a Tongrak hablar abiertamente sobre sus heridas una vez más.
Heridas que creía que se habían curado pero que seguían ahí, de todos modos.
"No entiendo por qué esa familia está tan celosa, siempre tratando de superarme.
Cuando me convertí en representante de la escuela, Prin también intentó serlo.
Cuando estudié en el extranjero, ella me siguió. Cuando me convertí en escritor, ella

lo intentó para competir con mi trabajo. Cuando gané algo de fama, ella me acusó de
copiar a otros. ¡¡No lo entiendo! ¡¡Daría cualquier cosa por tener una familia como la
de ella!! ¡¡¡Cuando ellos ya tienen todo, porque no dejan que mi familia viva en
paz!!! ¿¡O necesitan que alguien de mi familia muera antes de estar satisfechos!?"
Cuanto más hablaba Tongrak, más fuerte y dolorosa se volvía su voz.
Sí, Prin nunca logró vencerlo, pero aceptaría cualquier derrota si eso significara tener lo
que tenía su familia.
Lo único que quería era vivir en paz. ¿Fue demasiado pedir?
Tongrak se secó los ojos con fuerza y se dio cuenta de que estaban mojados.
"¿Sabes que los hombres también pueden llorar?"
Al escuchar la voz profunda, el joven escritor levantó la vista con mirada firme.
"No estoy llorando. Ya superé todo eso", dijo, negándose a llorar por gente así.
Su mirada molesta no cambió el comportamiento de Mahasamut; el joven todavía

sonrió tranquilizadoramente, sus manos ahora envolvían las de Tongrak.
"Entonces no es necesario, pero ¿puedo pedir una cosa?"
"¿Qué es?"
"¿Puedo abrazarte?"
“...”
Tongrak miró vacilante esos ojos penetrantes, su corazón anhelaba saltar al cálido
abrazo que le ofrecía no sólo consuelo para el trabajo sino también un refugio seguro al
que quería entregarse.
Mientras dudaba, el hombre más alto lo abrazó por completo, presionándolo contra su
cálido pecho.
"No dije que pudieras todavía."
"Pero mi pecho está caliente".
"Eso es irrelevante".
"Entonces podrás deducir dinero de mi paga por desobedecer tus órdenes".
Si Tongrak era terco, había alguien que lo era aún más. Si Tongrak se mostró
desafiante, hubo alguien aún más desafiante. Este alguien también era más descarado,
ya que sus grandes manos apretaron el esbelto cuerpo de Tongrak.
Y eso hizo que el obstinado Tongrak apoyara lentamente su frente contra el hombro del
aún más obstinado, completamente agotado.
El dueño del cálido abrazo se movió, acariciando suavemente la espalda de Tongrak

sin ninguna prisa, solo un toque reconfortante que decía que Mahasamut todavía
estaba a su lado. La habitación quedó en silencio como si sólo se pudieran escuchar los
latidos de sus corazones.
Pasó un rato antes de que Tongrak apretara con fuerza la camisa de Mahasamut.
"Definitivamente voy a recortar tu salario. Voy a..." La voz de Tongrak se apagó,

acompañada de suaves sollozos que hicieron que Mahasamut lo abrazara aún más
fuerte.
La figura más alta meció suavemente el cálido cuerpo de Tongrak, susurrando cerca de
su cabello: "La próxima vez, déjame insultar. Te prometo que dolerá más".
"Dirán simplemente que estás acosando a una mujer", replicó el que abrazaba
fuertemente a Mahasamut, sin siquiera considerar que él mismo la había insultado.
Y eso hizo que Mahasamut se echara a reír.
"Oh, ¿no lo sabes? Para mí, los hombres y las mujeres son iguales".
El oyente no dijo nada, simplemente se acurrucó más profundamente en el cálido

abrazo, envolviendo sus brazos alrededor de la ancha espalda como un niño perdido.
"¿Ves? Te dije que mi pecho está cálido. Te gusta, ¿no? Devolverme un abrazo tan
grande como este".
Luego, un fuerte puño golpeó la ancha espalda de Mahasanut con molestia,

provocando una punzada. Pero como el que golpeaba todavía mantenía su rostro
presionado contra el ancho pecho y se negaba a alejarse, los fuertes brazos de
Mahasamut lo agarraron aún más fuerte, una risa profunda resonó en su garganta.
Y Mahasamut lo sabía.
Sabía lo que no podía soportar de Tongrak.
No quería ver a este hombre triste y no permitiría que nadie lastimara a la persona que
tenía en sus brazos.
…
La gente es extraña, ¿no? Obstinado, sí, pero también entrañablemente adorable de una
manera que duele el corazón.
¿De quién estaba hablando? Bueno, sólo había una persona, ¿no?
Tongrak.
El apuesto hombre tenía un rostro rubio, una nariz alta, labios suavemente rojos y ojos
color miel que ahora estaban bien cerrados. Un rostro que muchos dirían
increíblemente guapo. Pero Mahaasmut, sin importar cómo lo mirara (sentado, de pie,
acostado, incluso boca abajo), sólo podía preguntarse qué comía el hombre cuando era
niño para ser tan hermoso.
Llevaba horas observándolo y no se había cansado en lo más mínimo.
Además...
"Ven aquí."
Cierto alguien le ordenó con una voz como si estuviera llamando a un perro leal, y
¿qué podía hacer sino acercarse y sentarse en la cama como un cachorro bien educado?
Mahasamut observó a la persona subir tras él, empujarlo hacia abajo y luego recostar
su cabeza sobre su pecho.
"Hmph, ya sabes."
Mahasamut debió haberlo mirado de manera extraña para que la persona pusiera una
excusa aún más extraña.
"Es que tienes el pecho caliente".

Si no estuviera caliente, Tongrak probablemente no se habría acostado sobre él, ¿eh?
Entonces, la persona que se excusaba yacía allí, perdida en sus pensamientos,

recordando varias cosas que habían llegado a su vida, permitiendo que Mahasamut le
acariciara el pelo. Entonces Tongrak comenzó a contar su historia.
Quizás porque había estado reprimiendo todo durante demasiado tiempo, una vez que
comenzó, todo se derramó y Mahasamut se enteró de la familia de Tongrak, su
malcriada prima y las historias de su frágil hermana mayor y su traviesa sobrina.
Mahasamut escuchó, observando al narrador con ojos tiernos. Su gran mano acarició el
cabello de Tongrak mientras yacían uno al lado del otro en la suave cama.
Sí, la cama en la que, desde que se mudó a Bangkok, finalmente tuvo la suerte de
dormir por primera vez esta noche.
Tongrak dijo que tenía sueño, le dolían los ojos y que no había dormido en toda la
noche. Quizás por todas esas razones, Tongrak no dijo nada acerca de que no se había
levantado, a pesar de que la historia había terminado. Tongrak simplemente apoyó la
cabeza sobre su pecho y se quedó dormido así sin más.
Si uno le preguntara a Mahasamut si le gustaba estar acostado en la cama en este

momento, probablemente diría que le encantó. Pero si alguien preguntara si fue
tortura, diría que es tortura absoluta.
¿Por qué?
Desde que salieron del Sur, no lo habían hecho ni una sola vez... El récord era cero.
¿A qué se refería?
Sexo, por supuesto.

Sin mencionar siquiera la palabra sexo, cualquier tipo de mano o mamada equivalía a
cero. Aunque un tipo como Masahamut podría tener una tremenda resistencia a la
tentación, su corazón comenzó a tambalear más y más a medida que pasaban tiempo
juntos. Sus pensamientos se ampliaron, especialmente cuando vislumbró ese cuello
suave. Tumbados uno al lado del otro, podía oler el leve perfume que Tongrak usaba
regularmente, ahora como su aroma característico. La forma en que el cuerpo de
Tongrak se presionaba contra el suyo era como una tentación diabólica.
Miró las largas pestañas que descansaban sobre las suaves mejillas y sintió la necesidad
de besar allí mismo.
Mahasamut no estaba hecho de piedra.
Se alegraba de haber calmado a su bonito Tongrak, pero... ¿quién lo calmaría ahora?
"Realmente no me entiendes en absoluto", murmuró Mahasamut.
Sus ojos penetrantes se posaron en la esbelta figura que se acurrucaba cerca de él. Sabía
que a Tongrak le gustaba ajustar el aire acondicionado hasta que hacía mucho frío y
enterrarse bajo las mantas.
¿Pero se dio cuenta de que cuando estaba acostado a su lado, en lugar de las mantas, parecía
más como si estuviera buscando calor en el calor de su cuerpo?
Pensó, sintiendo una irritación indescriptible hacia cada hombre que alguna vez había
abrazado a esta persona.
"Mmm."
Ese pensamiento ni siquiera había terminado cuando Tongrak emitió un gemido.

Tongrak enterró su cabeza en el amplio pecho de Mahasamut, de manera tan
entrañable que Mahasamut no tendría esta oportunidad si el hombre estuviera
completamente despierto.
Pero...
Los agudos ojos de Mahasamut recorrieron desde los hermosos rasgos faciales hasta el
cuello. Su corazón latía más rápido ante la idea de haber pasado su lengua por la suave
piel que palpitaba con vida, de haber mordido la barbilla desafiante, de haber mordido
la hermosa clavícula. Quería lamerlo todo hasta que la persona en sus brazos temblara.
Su mirada continuó hacia el delgado pecho escondido debajo de una camisa ligera. Y
aunque la hermosa figura desapareció bajo la suave manta, el toque que se aferraba a
su cuerpo sólo alimentó aún más su imaginación.
Desde que conoció Tongrak, Mahasamut había descubierto su propia obsesión.
Era esta maldita suavidad.
El suave cuerpo de Tongrak casi lo vuelve loco.
Ya fuera su cuerpo, las axilas, las piernas o incluso las adorables partes sin pelo, cada
lamida en la suave piel se sentía tan suave. Y ver a la persona retorcerse de tormento
casi hizo que Mahasamut perdiera el control. Mahasamut tenía tantas ganas de dejar
besos y marcas de mordiscos y hundir los dientes en esta piel.
¿Y a su guapo le importó eso?
Tongrak no solo nunca lo detuvo, sino que el hombre le pedía que se lo diera más
rápido y más fuerte.
Ahora, los recuerdos de su tiempo juntos en el pueblo de pescadores se volvieron

vívidos.
"Más fuerte, bueno, uf, duele... hazlo de nuevo".
"Esta posición es demasiado profunda, voy a, uh, correrme".

"Mahasamut, uf, ja, Mahasamut, eh".
Mahasamut ni siquiera estaba seguro de cuántas veces llegó al clímax o cuántas veces
hizo que la persona en sus brazos se soltara. Todo lo que recordaba era que sus fluidos
se volvieron notablemente más claros, y ese podría ser el mejor sexo de su vida.
La mayoría de las mujeres no podían satisfacer sus necesidades, a diferencia de

Tongrak. No era sólo que pudiera soportarlo; Parecía provocarlo aún más.
Ahora confesó que estaba lleno de pensamientos traviesos, tanto que temía que
decirlos pudiera hacer que lo echaran de la habitación, o tal vez... a Tongrak le gustaría.
Mahasamut se rió entre dientes porque parecía que realmente estaba cautivado por él.
"Sigh..."
Sí, estaba tan cautivado que algo en sus pantalones empezó a doler.
En ese momento, Tongrak en sus brazos se volvió aún menos cooperativo cuando su
esbelta figura se movió ligeramente, frotándose contra Mahasamut, quien ahora estaba
haciendo todo lo posible por contenerse. Y, por supuesto, el cuerpo de Tongrak rozó la
parte caliente que se elevaba, haciendo que Mahasamut gruñera en su garganta, con
tantas ganas de besar a la persona dormida. Pero había una regla clara de que sólo
podía proceder si se le daba permiso.
"Uh, ¿qué me molesta?" Tongrak murmuró como en un sueño, su mano tanteando

hasta que pronto... encontró ese 'qué'.
Los ojos color miel se abrieron lentamente mientras la mano acariciaba suavemente la
parte firme que ya estaba dura en los pantalones de Mahasamut.
"Ya estás duro".

Cierto... No había necesidad de que Tongrak dijera eso. Mahasamut ya lo sabía.
"Muy duro." Pero el joven escritor no dejó de describir vívidamente la imagen.
La mano clara continuó acariciando esa parte lentamente, sintiendo la suavidad que se
movía en su mano a lo largo de toda su longitud antes de cambiar para agarrarla con
una mano, sintiendo el calor debajo de los pantalones, estaba tan duro que resultaban
incómodos. Pero Tongrak todavía movió su mano sobre él como para volver loco a
Mahasamut.
Entonces los hermosos ojos de Tongrak miraron hacia arriba y los brillantes labios
acusaron: "No puedo dormir si esto me empuja así".
"Lo sé", gruñó Mahasamut, su mirada penetrando en los ojos color miel, dijo, "¿Y sabes
que no puedo dejar de estar duro contigo acariciándolo así?"
"Entonces, ¿qué quieres que haga?" La belleza se mordió el labio, mirando hacia abajo,
su hermosa mano acariciando profundamente el suave bulto debajo de los pantalones
de Mahasamut.
"¡Tú, en serio!"
Sus ojos se encontraron, un par medio cerrado, el otro brillando con un deseo que
estaba a punto de estallar. Luego, la mano grande se colocó sobre la hermosa, forzando
un toque más fuerte.
"¿Me darías algo más que tu mano?"
"Tengo sueño", alguien fingió un bostezo.
"¿Estás seguro de eso?"

"Mmm."
"Pero creo que alguien está despierto ahora".
"Mhm-hmm."
Mahasamut no se refería a que Tongrak estuviera ahora despierto, sino más bien a la
parte encantadora que estaba siendo quemada por el calor del deseo. Justo cuando
Mahasamut acercó la esbelta cintura a su cuerpo y usó su parte inferior, aún acariciada
por manos traviesas, para frotar, un hermoso gemido escapó fácilmente de esos lindos
labios.
No sólo eso, la provocación también le frotó las caderas de un lado a otro.
¿Quién podría soportar esto?
"Mirando mis labios así, ¿por qué no me besas?" La provocación no se detuvo cuando
los finos labios se abrieron, revelando la belleza interior. La suave lengua se asomó
levemente. Tongrak usó su otra mano para tocarse la lengua, inclinando su rostro como
si preguntara: '¿Lo quieres?' Estaba desafiando al salvaje, que empezó a apretar la
mandíbula con fuerza.
Mahasamut se inclinó, a punto de sellar esa seductora boca.
Pero la persona en sus brazos rápidamente lo esquivó. La mano rubia metió la mano en
los pantalones de Mahasamut, tocó el cabello oscuro allí y luego profundizó para
acariciar la suave dureza. Las yemas de los dedos de Tongrak rodearon la punta,
escuchando la voz ronca del complacido joven.
Entonces, el hermoso rostro se inclinó cerca de la oreja de Mahsamut.
"Supongo que prefieres mi boca para otra cosa."

Después de eso, Tongrak mordió la oreja de Mahasamut hasta que le dolió y luego la
calmó con una lamida.
Probablemente Tongrak no lo sabía.
¿Quién terminaría derrotado si siguiera bromeando así?
Mahasamut puso a Tongrak boca arriba sobre la cama. Cerró ambas muñecas delgadas,
sus ojos oscuros presionando con superioridad y su voz un gruñido bajo que puso los
pelos de punta.
"Ya sabes que no quiero sólo una mano."
Mahasamut cerró esas hermosas muñecas con fuerza, mirando a la persona que
levantó levemente una ceja y luego… abrió la boca.
A por ello.
El más alto se movió, sentándose a horcajadas sobre los hombros de Tongrak,

agarrando con la mano el esbelto y delicado cuello. Sus ojos agudos estaban ardiendo
con un calor intenso que hizo que el propio Tongrak se agitara, la parte de sus
pantalones ardía igual de bien.
Mahasamut se acercó de modo que su entrepierna quedó justo frente a la cara de

Tongrak. Observó a la persona debajo de él morder la cremallera de los pantalones y
bajarla lentamente. Ojos mirando hacia arriba. El hermoso rostro de Tongrak se
presionó cerca de la parte dura, removiéndola intensamente.
Y cuando Tongrak sacó la lengua...
¡Beeeeeep!
"¡Maldita sea!" Un fuerte timbre hizo que Mahasamut maldijera.

Tongrak también estaba irritado, pero al ver frustrada a la persona por la que tenía
debilidad, no pudo evitar reírse.
"Ve a ver".
La mirada de Mahasamut se dirigió a su entrepierna, todavía apretada en sus

pantalones, como para preguntar: '¿Ahora mismo?'
"¿O quieres que yo vaya?" Preguntó Tongrak, levantando las cejas.
Después de sopesarlo por un momento, Mahasamut supo la respuesta. ¿Cómo pudo

dejar que esta persona saliera en este estado?
"¿Puedo ahuyentarlos?"
"Adelante."
"¿Y si es Khaimook?"
"Ahuyentala."
"¿Y si es Vi?"
"Dile que se pierda".
"¿Y si..."
"¡Solo date prisa y ahuyenta a quienquiera que sea, luego vuelve y cógeme ya!"
Mahasamut sacó las piernas de la cama y se dirigió rápidamente hacia la puerta, con la
intención de ahuyentar a cualquiera que se atreviera a interrumpir este momento.
Sin embargo...
"¿Qué? ¿Por qué estás aquí?"
La persona que apareció frente a la habitación resultó ser alguien que no había previsto
en absoluto.
"¡Khom!"
El joven de rostro afilado, claramente de la misma ciudad natal, se quedó atónito junto
a su marido extranjero. Entonces, ambos fijaron su mirada en algo debajo, provocando
que Mahasamut se riera torpemente para tapar la situación.
Maldita sea, mi verdadero jefe ha vuelto.

Capítulo 18
¿Quién dice la palabra "celoso" en voz alta?
"¿Cómo terminaste aquí?"
"Oh, tomé un vuelo. ¿Qué, pensaste que caminé hasta aquí?"
"¡Pero!"
"Ups, que mal, lo siento."
Khom conocía a Mahasamut desde que ambos eran pequeños. ¿Por qué no iba a saber
que lo que su amigo estaba haciendo en ese momento no era sólo molestarlo sino
cambiar de tema? Sus ojos oscuros como el carbón se entrecerraron mientras miraba a
este sonriente compañero isleño. Pero mientras Khom miraba con más atención, el
siempre hábil Mut no pudo evitar desviar la mirada.
"Desde que tienes novio, te has vuelto realmente aterrador, ¿sabes?".
"No intentes cambiar de tema".
"Me atrapaste de nuevo, ¿eh?"
“...”
Khom sabía muy bien que no era muy bueno en los enfrentamientos verbales con su
alegre amigo aquí. Además de ser astuto, resbaladizo como una anguila y codicioso de
dinero, Mahasamut también era hábil para sobrevivir en cualquier situación. Sin
embargo, vivir con Connor por un tiempo ayudó a Khom a desarrollarse en esta área
también.
"Entonces le preguntaré a Rak."
Con eso, la astuta anguila llamada Mahasaumt agarró con fuerza la mano de su mejor
amigo, un gesto que incluso Khom no pudo evitar mirar antes de girarse para mirar a
la otra persona sentada con su novio.
Khom continuó: "Yo también quiero saber por qué Rak está así".
Ese 'así' al que se refería unos diez minutos antes.
Khom y Connor regresaron a Tailandia antes de lo planeado debido al trabajo de este

gran extranjero. Decidieron pasar por casa de Tongrak para llevarle algunos recuerdos,
aunque Tongrak dijo que no era necesario. Desde que lo conoció, Khom se dio cuenta
de que el amigo de su compañero se sentía solo. Aunque Connor también dijo que no
era necesario, sabía que se preocupaba mucho por su amigo.
Entonces vinieron y se enteraron.
Encontraron que un amigo cercano de Khom les abrió la puerta en un estado... que
dejaba claro lo que habían estado haciendo.
Y eso no fue todo. Mientras estaban torpemente parados en la puerta...
"¿Quién es?"
El dueño de la habitación salió en un estado que podría describirse como no muy

diferente.
Ropa arrugada, cabello desordenado, mejillas sonrojadas. Para decirlo sin rodeos,
estaban de humor.
En ese momento, Connor simplemente sonrió y sugirió que se fueran.

¡Por supuesto, Khom dijo que no de inmediato! Tenía que descubrir cómo su amigo
cercano terminó en Bangkok, por qué estaba en la habitación de Rak y por qué estos
dos parecían tener una relación en la que no se atrevía a pensar más.
La preocupación hizo que Khom mirara fijamente a Mahasamut allí mismo.
Y el chico seguía sonriendo como si nada hubiera pasado, a pesar de que sus ojos
penetrantes ocasionalmente miraban hacia el otro lado de la habitación.
"No es nada."
"Mut, estoy preocupado por ti."
Khom no se anduvo con rodeos ni perdió el tiempo. Habló directamente, sentándose

nuevamente para mirar a su amigo, quien ahora dejó de sonreír. Sabía que Mahasamut
era cientos de veces más fuerte y resistente que él, ya que había sobrevivido solo desde
que era un niño, a diferencia de él, que era mucho más débil. Pero eso no significaba
que no pudiera preocuparse por su amigo.
Sabía que Connor había contratado a su amigo cercano para que cuidara de Rak, y no
era tan ingenuo como para no adivinar que había más entre ellos. Rak había admitido
que le gustaban las aventuras de una noche y Mahasamut estaba dispuesto a
involucrarse con los clientes. En cuanto a la apariencia, Rak era lo suficientemente
guapo como para llamar la atención de la gente, y no era imparcial al decir que
Mahasamut también era encantador y guapo. Si había más entre estos dos, no era
difícil adivinar.
Aunque Mahasamut le había enviado un mensaje sobre Tongrak, ¡Khom no pensó que
su amigo terminaría aquí!
Esta fue más que una relación de una noche.

Más que sólo empleador y empleado.
Más que dos personas que se desean.
Y estaba preocupado.
Tenía que estarlo porque ya había estado en esta situación antes.
...El hijo de un hombre rico...
Khom miró a su amigo, esperando una respuesta, y eso hizo que la persona
normalmente alegre finalmente dejara de sonreír y levantara las manos como si se
rindiera.
"Eres el único amigo al que le daría tanto", dijo Mahasamut. Khom había sido
vulnerable, intimidado y objeto de burlas desde que estuvieron en la isla. Entonces,
además de ser su amigo cercano más joven, Mahasamut no pudo evitar adorar a Khom
como a un hermano menor.
Si fuera Palm, probablemente ya le habría golpeado en la cabeza.
"Entonces..." Khom entrecerró los ojos, mirando hasta que Mahasamut suspiró.
"Sí, tal como piensas... Tu amigo fue vendido".
"¿¡Estás loco!? Sabes que..." La voz de Khom se apagó a mitad de la frase,

silenciándose mientras miraba a través de la sala de estar para ver al dúo de mejores
amigos mirándolos. Esto provocó que se volviera bruscamente y se acercara a
Mahasamut y hablara en un tono más bajo.
Khom sabía que Connor todavía se sentía culpable por haberle pagado una vez y
haberlo tratado como a un simple sirviente. A pesar de que ese hombre había tratado
de enmendar lo sucedido, cada vez que surgía el tema, había una cara abatida, orejas
caídas como las de un cachorro y una disculpa de parte de Connor. El propio Khom ya
no pensó más en ello y no quiso desenterrarlo sólo para sentir un dolor innecesario.
Pero eso no significaba que no estuviera furioso por eso.
Furioso con este idiota que sabía mejor que nadie, pero aun así hacía lo mismo.
"Sabes que he estado ahí antes y sabes por lo que pasé".
Khom resultó herido. Estaba sufriendo y llorando mucho entonces. ¿Por qué su
maldito amigo seguiría el mismo camino?
No es que menospreciara la posibilidad de que Rak realmente tuviera sentimientos por

Mahasamut como él y Connor, pero ¿qué hizo que este tipo estuviera tan seguro de
que esto terminaría sin que nadie saliera lastimado?
"Oye, ¿estás subestimando a tu amigo?" Mahasamut todavía no se tomaba esto en

serio. Mientras Khom lo fulminaba con la mirada, Mahasamut continuó: "Tal vez
pueda lograrlo, ¿sabes?".
Mahasamut tenía la intención de hacer que Tongrak lo amara.
Esta vez, Khom se quedó atónito y en silencio, de forma inesperada. Todo lo que había
visto antes era a un amigo luchando por sobrevivir. Puede que Mahasamut se hubiera
relacionado con alguien a veces, pero Khom nunca había visto que le importara el
amor o las relaciones a largo plazo. ¿Qué hizo que alguien como Mahasamut cambiara
de opinión? O tal vez ese 'Qué' era cierta persona.
"¡Ay!" Pero antes de que Khom pudiera girarse para ver que alguien, una mano
grande, como una paleta, lo agarró y tiró de su rostro hacia atrás para mirar a los ojos a
su dueño.
"¿Por qué te das la vuelta? Sabrán de qué estamos hablando".

"Oh, entonces estás diciendo..."
"Sí, estoy diciendo que voy a hacer que Tongrak me ame, así que no asustes a la
presa todavía", susurró Mahasamut aún más suavemente, pero esta vez sin una pizca
de broma, solo seriedad que brillaba en sus ojos, lo que provocó que Khom cerrara la
boca de golpe.
Khom quería maldecir... ¿Era realmente necesario apretarme la cara con tanta fuerza?
El comportamiento de los dos hombres hizo que los otros dos en la habitación se
sintieran disgustados.
Por supuesto, el malhumorado extranjero tenía derecho a demostrarlo claramente, pero

¿por qué el otro también estaba tan molesto, cuando el chico sentado al lado de
Mahasamut era alguien a quien apreciaba? Incluso él sabía muy bien que estos dos sólo
eran amigos.
¿Qué significa esta mano temblorosa?
Se preguntó Tongrak, mientras miraba a los dos con los ojos entrecerrados sin cesar.
A diferencia de los mejores amigos que continuaron su conversación, ajenos a las

miradas que los rodeaban.
"¿Hablas en serio sobre esto?" Khom acercó su rostro y preguntó con incredulidad.
Si este Mahasamut, a quien sólo le importaba el dinero, decía algo como esto,
significaba que no estaba detrás del dinero de Tongrak. Buscaba algo más.
"Vamos, si no fuera en serio, ¿por qué me molestaría en seguirlo hasta aquí?"
"Porque eres codicioso de dinero".

A Khom no le importó la mirada de dolor que le dirigió su amigo porque lo sabía...

Dijo: "Pero tú no abandonarías el mar".
Su amigo íntimo no sólo se llamaba Mahasamut, sino que también amaba el mar de su
ciudad natal tanto como su vida. Y como alguien que una vez le dijo que su ciudad
natal era la mejor, ¿abandonaría sus ideales por dinero? Nunca. Mahasamut era más
serio que eso y Khom lo conocía bien. Entonces Khom entendió la seriedad de una
manera que no necesitaba explicación.
Pero todavía quería asegurarse.
"Si estás dispuesto a dejar el mar por esto, ¿eso significa... que este es... el indicado?"
¿Estaba seguro de sentir algo más por Rak?
Los ojos color carbón de Khom se negaron a apartar la mirada, exigiendo una
respuesta hasta que Mahasamut suspiró rindiéndose.
"Sí, en serio es más el indicado de lo que pensé inicialmente. No tienes que

preocuparte por mí".
"¿Cómo puedo no preocuparme por ti?"
Cuando a Rak no le importa el amor.
"Estás demasiado cerca a él ahora, cariño".
Antes de que Khom pudiera compartir lo que sabía con su amigo, alguien intervino y
tomó la barbilla de Khom, inclinando su rostro hacia arriba hasta que se encontró con
un par de ojos verde esmeralda que lo miraron con... una intensidad escalofriante.
Aunque Connor normalmente tenía una conducta brillante y alegre, hablaba tailandés
con fluidez y siempre estaba de buen humor, el brillo verde helado en sus ojos indicaba
que no estaba contento. Esto dejó a Khom devolviendo una mirada confusa,
preguntándose qué había hecho para provocar tal disgusto que hizo que el extranjero
sintiera una punzada de picazón en su corazón.
Connor quería armar un escándalo, haciéndole saber a Khom que estaba celoso, pero
temía que su compañero se molestara. Sin embargo, si no mostraba nada de celos, su
novio podría permanecer ajeno al hecho de que ya estaba lo suficientemente cerca
como para besar a Mahasamut.
La vista era demasiado difícil de soportar.
"Eso está demasiado cerca, Khom."
"¿Demasiado cerca de qué?" Su novio más joven le miró con ojos tan inocentes que
Connor recibió una agresión tan linda de ellos.
Connor sintió la necesidad de arrastrar a su novio de regreso a casa y darle una

palmada en el trasero como castigo, pero no podía hacer eso, ¿verdad?
"Estoy celoso."
¡Muah!
Preocupado de que las palabras por sí solas no pudieran transmitir sus sentimientos,
Connor se inclinó para besar esos labios rojos, haciéndole saber a Khom que no debía
poner celoso a su hombre. Levantó la vista, esperando ver una cara sonrojada, pero...
Eso no fue todo...
"¿Estás loco?" El hombre normalmente tranquilo replicó, enviando un doloroso

pinchazo a Connor.
No solo eso, Khom también apartó la cara de Connor y continuó su conversación con
su amigo, pensando para sí mismo por qué demonios Connor estaría celoso de esto.
Connor ya sabía que no había manera de que Khom y Mahasamut pudieran ser algo
más que amigos. Habían dormido en la misma cama y se habían bañado juntos. Y todo
lo que Connor había visto, Mahasamut lo había visto primero. Además, la situación de
Mahasamut era más preocupante, hasta el punto de que Khom, normalmente
obediente, decidió ignorar al enfurruñado extranjero.
"Duele cuando dices eso".
"Connor", llamó Khom con calma antes de que el alto extranjero pudiera agarrarse el
pecho y exagerar su dolor. Entonces Khom dijo: "Necesito hablar con mi amigo".
Sus ojos se encontraron, un par negro como el carbón y resuelto, el otro verde
esmeralda y ferozmente intenso. Y luego...
"De acuerdo, cariño."
Miau.
El tigre se había convertido en gato así sin más.
En el pasado, el hombre egocéntrico nunca se habría rendido tan fácilmente,

prefiriendo arrastrar a su novio más joven para hablar en privado. Pero ahora, Connor
se retiró a su lugar original, sentándose tranquilamente junto a su mejor amigo,
cerrando la boca con fuerza, enviándole a Khom una mirada de dolor y decepción que
ni siquiera fue reconocida.
Como dijo Khom, los problemas de su amigo eran más preocupantes.
Normalmente, Tongrak habría observado la escena con gran interés, ya que nunca
había visto a este imbécil de Connor tan obediente y sereno. Pero sus ojos color miel
estaban fijos en el hombre alto, de piel oscura, que había vuelto a susurrar con su mejor
amigo.
Tongrak no entendió.
No entendía en absoluto por qué quería sacar a Mahasamut de allí.
Tongrak conocía a Khom desde hacía varios meses, le agradaba y lo adoraba tanto que
le pidió a Connor que lo tuviera en su lugar. ¿Pero por qué ahora le disgustaba ver que
ese chico se acercaba a "su" hombre?
Loco. Eso es ridículo. Esos dos eran amigos. ¿Por qué hacer un escándalo?
"¿Adónde vas?"
De repente, Tongrak se puso de pie, lo que provocó que Connor se volviera y

preguntara. Tongrak miró hacia atrás y simplemente dijo una palabra.
"Eres ruidoso".
Dicho esto, Tongrak entró en su dormitorio, seguro de que el extranjero con corazón
tailandés entendía el término perfectamente.
¿Pero por qué estaba tan irritado?
"Si surge algo, llámame".
"Sí."
"Hazme saber si tienes algún problema."
"Seguro, seguro."
Mahasamut observó divertido a su mejor amigo, que todavía estaba preocupado.

Khom siempre tenía esa mirada durante la comida juntos. Quería decirle que le
prestara atención a su novio, que buscaba atención hasta el punto en que el sonido del
tintineo de los cubiertos era alto y claro. Pero Mahasamut no quería causar ningún
problema porque, después de todo, confiaba en su buena relación con el señor Connor.
Después de todo, fue Mahasamut quien le presentó a Khom al señor Connor.
"Y si necesitas ayuda con algo..."
"No me abandonarán en uno o dos días".
“...”
Cuando vio que Khom todavía estaba preocupado, Mahasamut intervino, sabiendo lo
que estaba pensando su amigo. Khom andaba por las ramas simplemente porque
temía que Mahasamut fuera abandonado sin ningún lugar adonde ir. Esto hizo que el
pequeño hombre sureño se quedara en silencio, sus ojos de color oscuro bajando con
incertidumbre.
"No te preocupes por mí, hombre. Sabes que puedo cuidar de mí mismo", dijo
Mahasamut, colocando su mano sobre la cabeza de Khom y meciéndola suavemente
antes de alejarse.
Porque el novio de Khom parecía como si estuviera a punto de matar a Mahasamut

con su mirada.
"Vamos, cariño".
Mientras Khom vacilaba, Connor intervino y le pasó un brazo por el hombro. Connor
habló con una voz tranquilizadora, aunque su comportamiento gritaba de querer
llevarse a su novio a casa ya. Esto llevó a Khom a levantar la vista, mirarlo a los ojos y,
después de un momento de vacilación, asentir lentamente.
"Muy bien, volvamos a casa".
Con eso, Connor se inclinó para plantar un beso de satisfacción en la suave mejilla, sin
siquiera importarle el otro par de ojos mirándolos.
"Señor Connor."
Pero antes de que los dos invitados pudieran irse, Mahasamut decidió gritar, lo que
provocó que el hombre de ojos verdes mirara hacia atrás con las cejas levantadas a
modo de pregunta.
"¿No vas a decirme nada?" Mahasamut preguntó.
Después de todo, Connor solo lo había contratado para cuidar de Tongrak mientras
estaba en el sur, pero lo siguiente que supo fue que estaba en Bangkok con él.
Mahasamut no era estúpido. Puede que no conociera a este hombre tan bien como a
Khom, pero había notado la mirada escrutadora de Connor varias veces durante la
comida. Connor estaba observándolos a él y a Tongrak.
"Je."
La respuesta que obtuvo fue una sonrisa ilegible, y luego el alto extranjero continuó:
"Esa es una pregunta difícil".
De repente, el extranjero que hablaba tailandés con una fluidez que superaba a algunos
tailandeses sacó la tarjeta de "No entiendo muy bien el tailandés". Su rostro de rasgos
afilados se volvió y le sonrió a la persona que abrazaba, reiterando su punto anterior.
"Será mejor que nos vayamos. Me muero por acurrucarme contigo".

Mahasamut ignoró el rostro sonrojado de su mejor amigo y se centró en Connor, quien
lo miró a los ojos una vez más.
"Es bueno que estés aquí. Así que hay alguien que puede abrazar a Rak por mí".
Mahasamut hizo una pausa por una fracción de segundo antes de soltar: "¿¡Qué
quieres decir con eso!?" Nunca antes había considerado esto. Sin embargo, la imagen
de Tongrak en el abrazo de Connor de repente pasó por su mente. Aunque sabía que
Tongrak tenía una relación física con muchos, cuando se dio cuenta, se sintió...
inquieto.
Otros podrían ser historia para Tongrak, pero no para Connor.
Este hombre era el amigo más cercano de Tongrak.
Casi soltó... 'Ya tienes a Khom', pero se detuvo justo a tiempo.
Mahasamut no estaba seguro de si su enojo provenía de la actitud protectora hacia su

amigo o de su posesividad hacia otra persona. A veces, una ligera mala pronunciación
puede cambiar por completo el significado de las palabras.
¿Hasta qué punto... era posesivo... con Tongrak?
Connor sonrió ampliamente, sus ojos verdes brillaban de deleite. Parecía que ya no
necesitaría consolar a Tongrak cuando se sintiera solo. Podía pasar el tiempo
abrazando a su novio, lo cual era mucho más cálido.
Pensó antes de tirar de Khom para que se fuera, pero el hombre en sus brazos vaciló
por un momento.
"Mut, no olvides lo que te dije", le recordó Khom a su amigo. Luego, permitió que el
alto extranjero lo arrastrara hacia el ascensor, no sin antes lanzar una mirada
preocupada a Mahasamut, que todavía permanecía inmóvil frente a la habitación.
Ya se lo había dicho a Mahasamut...
...A Rak no le importa el amor...
Él lo había dicho todo. Ahora, su mejor amigo tenía que decidir qué hacer a
continuación.
Mientras Mahasamut permanecía quieto frente a la habitación, quería tomarse un

tiempo para pensar antes de volver a la persona con la que sentía algo más que una
simple relación empleador-empleado.
Aunque Mahasamut actuó con dureza y confianza, seguía siendo un ser humano
vulnerable e incierto. Llegó a Bangkok con la idea de que tal vez podría cambiar la
naturaleza de su relación. Esperaba poder hacer que Tongrak se sintiera menos solo
para que el chico ya no necesitara buscar el abrazo de los demás.
Pero Mahasamut no estaba seguro, especialmente después de ver al señor Connor...
Mahasamut no sabía si Tongrak y el señor Connor habían sido más que amigos antes,
pero ahora solo eran amigos. Esto le hizo preguntarse a sí mismo: si ni siquiera un
hombre que tenía todo como Connor podía ganarse el corazón de Tongrak, ¿qué posibilidades
tenía un tipo sencillo como él?
Era más joven, más pobre y no tenía nada en absoluto.

Mahasamut nunca se menospreció a sí mismo, pero eso no significaba que su corazón

fuera tan fuerte como para nunca compararse con los demás.
"Uff", el hombre suspiró profundamente.
Quizás su plan era demasiado ingenuo, pero si pudiera retroceder en el tiempo,

Mahasamut no dudaría en aprovechar la oportunidad que le ofrecía Tongrak... la
posibilidad de que su relación progresara más allá de donde estaba.
"¿Cuánto tiempo vas a estar parado frente a la habitación?"
En ese momento, la puerta se abrió y Tongrak pareció molesto, lo que provocó que
Mahasamut, tenso, se diera la vuelta y cerrara los ojos para ajustar su estado de ánimo.
"Solo estaba esperando que vinieras a buscarme", dijo Mahasamut con una sonrisa
burlona a su guapo como si nada hubiera pasado.
“...”
“...”
Ahora ambos guardaron silencio y Tongrak volvió al interior, dejando a Mahasamut

mirándolo con el ceño fruncido y perplejo. Pero la figura alta lo siguió, cerró la puerta
detrás de él y caminó hacia la persona que se había sentado en el sofá.
Mahasamut se sentó al otro lado, manteniendo una distancia de un cuerpo entre ellos.
Una vez más reinó el silencio, roto sólo por el sonido del aire acondicionado.
“Yo…” / “Yo…”
Incluso cuando ambos comenzaron a hablar, lo hicieron simultáneamente, lo que

provocó que cada uno hiciera una pausa.
"Ve primero."
"No, tu primero."
"Te dije que fueras primero".
"Le doy la oportunidad de ir primero, señor Tongrak".
"Dios."
"¿Eh?"
Tongrak miró a Mahasamut, visiblemente irritado.
Mahasamut le devolvió la mirada con confusión. Le sorprendió que Tongrak estuviera

molesto, y había sido así desde la comida, aunque antes de que llegaran Khom y el Sr.
Connor, el humor había sido bueno. Mahasamut incluso esperaba en secreto que
Tongrak viniera y le dijera que continuara, aunque su cabeza estaba demasiado llena
de pensamientos para tener ganas de hacerlo.
Pero parecía que estaba equivocado.
Tongrak tampoco parecía estar de humor.
La pregunta es ¿qué he hecho mal esta vez?
Tongrak no estaba seguro de si Mahasamut estaba bromeando o si realmente no lo

sabía, solo alimentó su irritación. Por lo general, el hombre se daba cuenta rápidamente
de todo y entendía todos los estados de ánimo de Tongrak. Entonces, ¿por qué
Mahasamut no lo entendió ahora?
"Tú y Khom son muy cercanos, ¿no?"

Maldita sea, se salió.
Tongrak pensó que era lo más ridículo que había preguntado, cómo si no estuviera
contento con Khom.
"Tu también eres muy cercano al Sr. Connor, ¿no?"
¿Eh?
Tongrak lo fulminó con la mirada, sin entender la respuesta de Mahasamut más que
sus propios sentimientos.
"¿Qué tiene eso que ver con algo? Y te pregunté primero".
"Sí, lo es porque yo también quiero saberlo".
"Contéstame ahora mismo."
"No, tu."
"Pero yo pregunté primero".
"Y si respondo, ¿me dirás por qué tuviste que abrazar al señor Connor?"
"¿Eh? ¿De qué se trata todo esto?"
"Exactamente, yo también quiero saber eso".
Ya irritado, Tongrak ahora estaba casi furioso al darse cuenta de que se estaba
inclinando hacia el hombre sentado frente a él, y Mahasamut también se inclinaba
hacia él. Los agudos ojos de Mahasamut mostraban una pizca de ira que Tongrak no
entendía.
¿Por qué este idiota está enojado conmigo? Yo debería ser el que esté enojado. Su jefe está aquí,
pero ¿me prestó atención cuando comimos antes? Para nada.
A la mierda esto, ¿por qué tengo que sentirme así?
Con un resoplido, Tongrak se levantó y declaró con firmeza: "Me voy a mi habitación".
"Yo también."
Mahasamut también se puso de pie, lo que provocó que Tongrak dijera enojado: "Ni se
te ocurra entrar a mi habitación".
"Oh, qué lástima. En realidad estaba planeando ir a mi propia habitación", respondió

Mahasamut con un tono molesto, provocando que el oyente entrara pisando fuerte en
su habitación y dando un portazo.
"¡Idiota!" Tongrak no pudo evitar gritar desde detrás de la puerta.
Mahasamut miró la puerta cerrada con ojos acalorados. Luego, regresó a su habitación
del otro lado. Cerró la puerta, dejando la sala en silencio después de la conmoción de
los dos hombres, quienes eran ambos… posesivos el uno con el otro.
No fue hasta que Mahasamut estuvo detrás de su puerta que él, que nunca parecía
perder ante nadie, se apretó el puño en el pelo y se desplomó en el suelo.
"Maldita sea, actué como un niño".
No era Tongrak quien actuaba de manera infantil. Era él quien estaba celoso como un
niño pequeño.
Pero ¿qué podía hacer? Estaba tan consumido por los celos que apenas podía
soportarlo.
Si uno le preguntara a Connor qué pensaba sobre estos dos... bueno, ambos eran niños
bastante posesivos, pero no los juzgaría en voz alta. No quería que la palabra le
mordiera la espalda también.
"Meena, vamos a tomar un helado".
"Sí, quiero el de chocolate con menta".
En el aula de una prestigiosa escuela privada, una niña con el pelo trenzado corrió
hacia el escritorio de otra niña que estaba guardando sus libros en su bolso. Sus ojos
brillantes suplicaron con tanta eficacia que Meena, la dueña de esos grandes ojos color
miel, aceptó fácilmente.
"Ew, helado de pasta de dientes otra vez", su amiga no pudo evitar comentar.
"Es delicioso, mejor que tu sabor a arcoíris".
"No le faltes el respeto a mi helado de arcoíris", hizo un puchero Ing-ing, pero solo
pasó un momento antes de que sonriera dulcemente, abrazando el brazo de Meena.
"Démonos prisa o mi papá vendrá a recogerme y perderemos la oportunidad de

salir".
"Está bien, está bien", asintió Meena, permitiéndose que la sacaran del aula.
No fue hasta que las dos niñas, charlando y riendo, llegaron a la valla de la escuela que
los ojos color miel de Meena, tan parecidos a los de su tío, parecieron vacilantes. Su
pequeña mano agarró el brazo de su amiga y la arrastró detrás del edificio.
"¿Qué pasa, Meena? Mi papá está a punto de llegar".
"Shh", Meena simplemente se llevó un dedo a los labios, con sus hermosos ojos fijos en
alguien que estaba parado cerca del frente de la escuela.
"¿Quién es ese?"
Meena no respondió. La niña de trece años entrecerró los ojos, pensando rápidamente
en qué hacer a continuación porque conocía muy bien al apuesto hombre de mediana
edad que estaba allí. Incluso si sólo lo hubiera visto en persona unas cuantas veces,
incluso si su abuela hubiera quemado todas sus fotografías, todavía lo reconocería.
"Es mi abuelo", dijo finalmente Meena, levantando su teléfono para tomar una foto,
luego rápidamente cambió de tema.
"Ing, ¿podrías llamar a tu papá y pedirle que nos recoja detrás de la escuela? Luego
podemos ir a Swensen's en el centro comercial. Ah, y preguntarle si él también
puede dejarme, ¿por favor?" Meena dijo rápidamente, de una manera que dejó a la
oyente confundida.
"Claro, pero ¿qué pasa con tu mamá?"
"La llamaré y le diré que voy contigo", insistió Meena con firmeza, sus grandes ojos
parpadearon rápidamente. Al final, Ing asintió.
"Está bien, entonces llamaré a papá".
"Está bien, entonces caminemos hasta la parte trasera de la escuela para no perder el
tiempo". Meena no se limitó a hablar; Rápidamente llevó a su amiga hacia la parte
trasera de la escuela, sus ojos miraban al hombre con una mirada de incomprensión.
Pero cuando era niña, no necesitaba comprender todas las acciones de los adultos.
Sólo tenía que asegurarse de no ser una carga para nadie.
Y ahora mismo, Meena no quería volver a casa. La única persona que extrañaba era... el
tío Rak.
Capítulo 19
La palabra 'maquillaje' tiene que ser fuerte

Mahasamut acababa de terminar de revisar el trabajo en su teléfono y le gritaba a Palm

por no enviar todavía sus pertenencias personales. La puerta del dormitorio, que había
estado bien cerrada desde la noche anterior, se abrió y salió un joven apuesto que
vestía sólo una camisa fina y unos calzoncillos diminutos. Su cabello revuelto indicaba
que acababa de levantarse de la cama hacía unos minutos, lo que provocó que el
corpulento hombre sureño mirara su reloj.
Eran las tres de la tarde.
Tongrak se despertó hoy más tarde de lo habitual.
Mahasamut pensó para sí mismo mientras se levantaba y caminaba hacia la cocina.
"Muévete."
Pero sin querer le bloqueó el paso al otro hombre de mal humor que también se dirigía
a la cocina.
Ojos agudos se encontraron con otros hermosos pero nublados. Mahasamut no sabía si
culpar a su propia naturaleza o a la sensualidad del hombre que tenía delante por sus
ojos que inadvertidamente bajaban para admirar las hermosas clavículas y el pecho
que asomaba desde el cuello de la camisa. Y luego...
Su gran mano agarró la camisa de Tongrak y la ajustó adecuadamente.
"Tienes la camisa toda arrugada", dijo Mahasamut rotundamente.
"No te molestes", refunfuñó Tongrak, esquivando con voz molesta.
"Muévete, estoy haciendo café".
"Déjame hacerlo por ti."

"Lo haré yo mismo."
"Sólo ve y toma asiento".
El rostro de Tongrak se agrió aún más. Tenía la intención de pasar el espacio entre
Mahasamut y el mostrador de la cocina hacia la máquina de café, pero...
"¿¡Qué estás haciendo!?"
El más alto de repente agarró a Tongrak por la cintura y lo levantó como si fuera un
saco de patatas, lo que provocó una pregunta confusa de él. Mahasamut no respondió.
En cambio, llevó a Tongrak al sofá, le puso una almohada en las manos y le dijo con
calma: "Espera aquí. Lo prepararé para ti".
Mahasamut miró al hombre testarudo que finalmente se sentó abrazado a la almohada,

todavía enviándole miradas irritadas. Hoy tampoco estaba de humor para burlarse de
Tongrak.
Por supuesto, se había despertado de un sueño en el que Connor abrazaba a su belleza,

lo que casi lo llevó a llamar a Khom y preguntarle si su marido todavía estaba a su lado
en la cama. Incluso si fuera Mahasamut, no podría ajustar su estado de ánimo
rápidamente después de un sueño tan molesto. Y ahora, cuando intentaba hacer las
paces, alguien aquí se estaba poniendo de mal humor con él.
¿Tongrak se vestía así cuando compartía cama con el Sr. Connor también?
Por supuesto, joder. ¿Cómo podría olvidar el primer día que vine a despertarlo?
Mahasamut frunció el ceño bruscamente, recordando el día en que Tongrak vestía sólo
una camisa y se sentaba con las piernas bien abiertas para que él pudiera ver. Cada vez
que despertaba a Tongrak, se enteraba de que este hombre tenía la costumbre de
dormir sólo con una camisa, aun sabiendo que Mahasamut vendría a despertarlo todos
los días. ¿Cómo podría haber pensado entonces que Tongrak podría vestirse
provocativamente para despertar sus sentimientos?
Claramente, era sólo su pijama habitual.
Después de que Tongrak despertara, solo habría otro par de boxers o ropa interior para
agregar, y eso era todo.
"Suspiro", exhaló Mahasamut frustrado consigo mismo.
Mahasamut ya había regresado a la cocina, sin darse cuenta de que el hombre que
abrazaba la almohada la apretaba aún más fuerte, sus dedos casi hundiéndose en la
pelusa.
¿Estaba tan harto de mí?
Tongrak se mordió el labio, sintiéndose despreciado. ¿¡Este tonto no sabía lo difícil que
era para él salir de la habitación!?
Sabía que había sido ridículo la noche anterior porque no entendía por qué estaba tan
irritable. Incluso ver cómo se llevaban a su mejor amigo ante sus ojos no lo afectó, pero
por alguna razón, ver a Mahasamut con Khom sí lo afectó. Y la discusión que tuvieron
anoche fue ridículamente trivial. Había estado despierto toda la noche pensando
demasiado, lo que le hizo despertarse así al mediodía.
No era como si acabara de despertarse y salir de la habitación.

Tongrak había estado acicalándose frente al espejo durante mucho tiempo, decidiendo
cómo desabotonarse la camisa y despeinarse para verse bien. Pensó que había salido y
se encontraría con alguien mirándolo con ojos brillantes, pero no… el hombre se
abrochó cuidadosamente la camisa.
¿Por qué estaba Mahasamut enojado conmigo?

Sintiéndose menospreciado, la mirada de Tongrak bajó aún más. No le gustaba cómo

Mahasamut actuaba con tanta indiferencia hacia él.
¿Estoy equivocado?
De repente, el hombre que siempre había sido firme en creer que nunca hacía nada
malo se estaba cuestionando en voz baja, mirando al hombre que preparaba café en la
cocina con un destello de duda.
¿Fui demasiado lejos ayer?
Muy bien, ahora el hombre que nunca pensó en disculparse con nadie tuvo un
pensamiento increíble, uno que sorprendería a Vi si lo escuchara...
¿Debería disculparme?
Tongrak levantó las piernas en el sofá, abrazó con más fuerza la almohada y hundió los
dedos de los pies en el sofá. Sus labios, de un tono brillante, murmuraron mientras
estaba sumido en sus pensamientos. Había pasado por muchos hombres (pero nunca
persiguió ni suplicó a nadie) y escribió bastantes novelas (ésos eran sus personajes
quienes hablaban, no él), pero aquí estaba, con miedo de decirlo.
"Señor Tongrak."
Perdido en sus pensamientos, Tongrak no se había dado cuenta de que Mahasamut

regresaba para colocar un café frente a él. Cuando la mano grande tocó su hombro y lo
llamó por su nombre, saltó y apenas se apartó a tiempo.
Tongrak vio que Mahasamut hacía una pausa.
El otro hombre se sentó a su lado, dejando un sofá entre ellos... justo como la noche
anterior.
"Perdón por tocarte. Probablemente todavía estés molesto".
Para nada.
Tongrak quiso discutir, pero se quedó sin habla.
"Me porté mal anoche. No es de extrañar que estés enojado".
Yo también fui terrible.
Tongrak abrazó la almohada aún más fuerte.
"No debería haber hecho eso. ¿A quién le gusta que el hombre por el que paga le
levante la voz? Jaja. Y me pagaste bastante".
“...”
A Tongrak no le gustó en absoluto la risa de Mahasamut. No fue ruidoso ni burlón,

como siempre, sino forzado. Lo que escuchó le hizo apretar los labios con más fuerza y
su corazón discutió desafiante.
Al diablo con el dinero.
No le gustó nada. Aunque era él quien le pagaba a este hombre, no le gustaba la idea
de que si le ordenaba a Mahasamut que hiciera algo, el tipo tuviera que hacerlo. Por
ejemplo, no se enfadaría ni se volvería molesto sólo porque Tongrak se lo ordenara.
Aunque era el jefe, le gustaba Mahasamut por ser Mahasamut.
Tongrak no se dio cuenta de que ahora quería que lo suyo fuera algo más que dinero.
"Toma un poco de café", Mahasamut deslizó la taza hacia Tongrak.
"Oh, todavía estás irritado. Entonces te dejaré en paz".

Pero antes de que Mahasamut pudiera levantarse, antes de que Tongrak pudiera darse
cuenta, el joven escritor agarró con fuerza la camisa de Mahasamut.
Esos ojos color miel miraron con miedo y su voz temblaba mientras hablaba.
"¿Adónde vas?"
La sola idea de que Mahasamut no estuviera allí hizo que su corazón se desacelerara
aterradoramente.
Tongrak agarró con más fuerza la camisa de Mahasamut, mientras su mente buscaba
formas de mantener al alto aquí. No hubo tiempo para reflexionar si era sólo soledad o
la necesidad de alguien en quien apoyarse en un mal día.
Él simplemente estaba... asustado.
El miedo era tan evidente en sus ojos que incluso Mahasamut podía sentirlo.
Mahasamut sólo tenía intención de volver a su habitación y dejar que Tongrak

disfrutara de su café en paz, pero no esperaba esta reacción.
Mahasamut decidió y tomó lentamente la mano de Tongrak, observando su reacción.

Cuando vio que Tongrak no se apartaba, se sujetó con más fuerza.
Los ojos de Tongrak enrojecieron y su voz tembló.
"¿Me vas a dejar?"
De repente, el estúpido sueño de Mahasamut de la noche anterior se desvaneció,

reemplazado por un intenso deseo de abrazar a la persona que tenía delante.
“Yo…”
RRRRRRRrrrrrr
Antes de que Mahasamut pudiera terminar su frase, sonó un teléfono,

interrumpiéndolos y sorprendiéndolos a ambos.
Sin embargo, ninguno de los dos se movió y dejó que sonara el teléfono hasta que
Tongrak se dio la vuelta y soltó su agarre. Él dijo: "Contesta".
Mahasamut rápidamente volvió a agarrar la pálida mano mientras levantaba su

teléfono.
"Sí... Oh, está bien."
Durante la breve llamada telefónica con el repartidor, sus ojos penetrantes sólo
observaron al escritor, quien le dejó mantener la mano quieta. El corazón de
Mahasamut empezó a latir más rápido y sus pensamientos se volvieron más claros.
Incluso si Tongrak y Connor hubieran sido algo antes, era él quien ahora sostenía la
mano de Tongrak. Él era a quien Tongrak no quería perder.
¿Tengo una oportunidad?
Después de colgar, Mahasamut habló con un tono más suave: "Bajaré a recibir la
entrega. Debería ser algo que Palm haya enviado desde mi ciudad natal".
"Está bien", reconoció Tongrak, tratando de retirar la mano, pero Mahasamut se

mantuvo firme.
Esta vez, los ojos muy abiertos de Tongrak miraron confundidos, y luego, una voz
ronca suplicó: "Y cuando vuelva a subir..."
"¿Qué? Solo di lo que quieras decir."

"¿Puedo compensarte?"
La sonrisa de Mahasamut se amplió cuando apretó firmemente la mano del hombre

una vez más antes de soltarla lentamente. Su sonrisa se hizo aún más amplia cuando
escuchó la respuesta de la persona que había vuelto la cara.
"Bien."
Mahasamut fue a recoger sus cosas, pero Tongrak todavía estaba sentado en el sofá.
No, más bien estaba acostado, retorciéndose en el sofá mientras levanta las piernas en
el aire. Tenía las mejillas tan calientes que tuvo que protegerlas con una almohada,
avergonzado. No, estaba tremendamente tímido por lo que Mahasamut había dicho
antes de salir de la habitación.
"¿Puedo compensarte?"
El escritor, que había escrito esta línea innumerables veces y destrozado su propio
trabajo por considerarlo asquerosamente cursi, ahora se sonrojaba vergonzosamente
porque alguien se lo había dicho en la vida real. No es que nunca antes hubiera
recibido líneas cursis (había muchas), pero cuando alguien como Mahasamut las decía
con tanta dulzura, su corazón... sentía un cosquilleo.
"¡Rak, estás loco!"
Quería retorcerse a sus anchas antes de que Mahasamut regresara, pero entonces sonó
su teléfono en el dormitorio. Miró irritado hacia la puerta, tentado a ignorar la llamada,
pero... la persona que llamó fue persistente.
"¿De verdad quieres que te griten tanto?" Al final, tuvo que regresar a su habitación,
sólo para quedarse helado cuando vio el nombre en la pantalla.
"¿Hola?"
Sólo unas pocas palabras del otro lado de la línea y el hombre cambió su
comportamiento. Respondió apresuradamente antes de agarrar rápidamente sus
pantalones y salir de la habitación con pasos rápidos.
Mahasamut sostenía un paquete grande cuando Tongrak pasó corriendo junto a él con
tal urgencia que ni siquiera lo notó. Con sus largas piernas, Mahasamut cambió de
dirección de dirigirse al ascensor a seguirlo con sorpresa, curioso por la expresión
ansiosa de Tongrak, quien normalmente prestaba poca atención a su entorno. Y
entonces, Mahasamut fue quien acabó impactado.
¿¡Quién hubiera pensado que vería al Sr. Tongrak abrazando a una linda chica en
medio del vestíbulo del condominio!?
"¿Tengo que competir con una chica también?" se preguntó Mahasamut.
Como si lidiar con los hombres del pasado de Tongrak no fuera suficiente, Mahasamut
ahora tenía que competir con una chica que parecía una estudiante de secundaria.
Espera un minuto. ¿Una chica de secundaria?
"Gracias."
Meena miró el vaso de jugo de naranja colocado frente a ella y luego levantó la mirada
hacia el apuesto camarero con una mirada curiosa. Luego volvió a mirar a su apuesto
tío, que estaba bebiendo café con un aire de gracia (que parecía un poco pretencioso), y
luego volvió a mirar al camarero.
"¿Es este el tipo que te gusta, tío Rak?"
"¡Cof, cof, cof!"
A pesar de que su apuesto tío, de quien estaba tan orgullosa, se atragantó con el café
con tanta fuerza que su rostro se puso rojo, Meena todavía miraba al hombre llamado
Mahasamut con curiosidad.
Altura, aprobado.
Físico, aprobado.
Piel oscura, bueno... aprobado.
Y en cuanto al rostro,... aprobado absolutamente.
La joven, que había leído todas las novelas de su tío, miró los profundos ojos negros de
Mahasamut que parecían el cielo nocturno, su nariz bien formada e incluso sus largas
pestañas. Su estructura facial era nítida, que recordaba al personaje principal del jefe de
la mafia en las dos últimas novelas que había escrito el tío Rak, mientras que el propio
tío Rak fácilmente podría ser el hermoso caballero que era el interés amoroso en esas
historias.
La dinámica de esta ship (pareja) era fuego.
"¿Puedo preguntarte algo?"
"No."
"Oh, vamos, tío Rak. Soy tu sobrina favorita, la que tanto amas", la niña de trece años
se transformó en una niña de tres con ojos suplicantes, pidiéndole a su amado tío con
una mirada ardiente de curiosidad.
Tongrak reafirmó su postura: "No, niña precoz".
"Como sea, puede que sea una niña precoz, pero tío Rak, debes saber que no puedes
compararme a los trece años contigo a los trece. Los niños crecen rápido hoy en día.
¿Quién tiene la culpa de entregarme sus teléfonos para jugar con ellos?" Dijo
alegremente la joven, contenta de ver a su tío suspirar profundamente. Tío Rak estaba
actuando como su madre, quien siempre pensó que era demasiado madura para su
edad.
"Le diré a tu mamá que limite el tiempo que pasas hablando por teléfono".
"Entonces simplemente leeré las novelas del tío Rak", sonrió Meena dulcemente,
inclinándose hacia su tío Rak.
"Entonces, ¿este chico es tu novio?"
Golpe.
"Ay, eso duele", la chica se apretó la frente con fuerza, haciendo un puchero a la
persona que le había golpeado la frente, murmurando para sí misma, "Qué gran
desperdicio de tu parte".
El hombre que fue llamado miró a su sobrina y dijo casualmente, "Entonces, ¿no
quieres dinero extra de mi parte?".
"Sí", dijo Meena, levantando la mano, dispuesta a olvidarse del otro hombre por ahora.
"¿Qué te trae por aquí?" Mientras su amado tío Rak encauzaba la conversación, Meena
miró a Mahasamut antes de volver a mirar a su tío.
Justo ahora había llamado y le había dicho al tío Rak que estaba esperando abajo y le
había pedido que bajara a buscarla. Pero él probablemente ya sabía que si venía sola
sin su madre, era porque había algo que no quería que su madre supiera.
"Está bien, sólo dímelo".
La joven quedó entonces sorprendida por la respuesta de Tongrak.
Meena interpretó que eso significaba que se podía confiar en este tipo.
Está bien, si el tío Rak lo dice.
"Vi al abuelo frente a la escuela", dijo Meena.
"¡¿Qué?!"
Tan pronto como la niña terminó su frase, Tongrak respondió con sorpresa. Su hermoso
rostro palideció instantáneamente de una manera que la propia Meena no quería ver.
Realmente no quería hablar del abuelo delante de toda la familia porque cuando lo
hacía, todos ponían ese tipo de cara. Sin embargo, la única persona en la que podía
confiar era el tío Rak.
"Sí, el abuelo no me vio. Tan pronto como lo vi, corrí hacia la parte trasera de la
escuela de inmediato. Mira, tomé una foto", dijo la niña, sacando su último modelo de
teléfono inteligente con un zoom ultra claro para mostrar a Tongrak.
No le gustó la expresión del rostro del tío Rak.
Eso la hizo sentir lástima por él.
Meena nació después de que terminó el problema con el abuelo. Le parecía una historia
lejana, como leer una novela y encontrarse con un villano con rasgos terribles que
engañaba a la gente buena. Pero eso fue todo. Ella nunca había experimentado la
crueldad de su abuelo, por lo que no le tenía miedo en absoluto. Sin embargo, no tenía
motivos para no escuchar a los adultos.
Tanto su madre como su tío Rak habían trabajado duro para criarla. Meena no quería
ser terca y hacer que nadie se cansara de tratar con ella. Entonces, dado que el tío Rak
le ordenó que le dijera si había algo, Meena lo haría.
Comparativamente, el tío Rak tenía una mente mucho más fuerte que su propia madre.
"Tío Rak, ¿estás bien?"
"¿Cómo es posible que... no lo esté?"
Aunque su tío intentó decir que no era nada, Meena estaba segura de que era algo.
"No tienes que preocuparte por mí. Soy rápida. Tan pronto como lo veo, corro.
Además... estoy creciendo cada día. Él no me reconocerá fácilmente. A partir de
mañana, me cortaré el flequillo y me cubriré la cara así..."
"¡Esto no es una broma, Meena!" Tongrak intervino severamente, haciendo que la

chica cerrara la boca al instante.
Eso fue desalentador.
No le gustaba que la regañaran así.
"Lo siento", dijo Tongrak.
Bueno, de todos modos ella siempre tuvo debilidad por su tío Rak.
"Está bien. No estoy enojada contigo. Pero tú tampoco puedes estar enojado
conmigo".
"¿Ya le dijiste a tu mamá?"
"Uf, no puedo decírselo. Eso estresaría a mamá".
Ocho veces más que a ti. Meena añadió silenciosamente en su mente.
"Bien. Esa es mi niña buena", dijo Tongrak afectuosamente, revolviendo el cabello de

su sobrina a pesar de que todavía estaba visiblemente estresado.
Ahora, en la mente de Tongrak, sólo había una pregunta: ¿qué debería hacer? Sabía que
esto era una amenaza y el precio por la paz de su familia era... dinero.
Siempre había sido así.
"Me encargaré de esto yo mismo".
"¿Cómo?"
Tongrak había decidido qué hacer, pero no quería que su sobrina de trece años quedara
expuesta a la maldad de adultos egoístas. Su sobrina era una buena niña, tan buena
que en cuanto entendió la situación dejó de preguntar por su padre porque sabía que
eso incomodaba a su madre. No quería que esta niña inocente fuera contaminada por
las acciones de adultos egoístas.
"Sólo déjame, yo me encargaré. Digamos que te recogeré en la escuela yo mismo esta

semana".
"No."
Antes de que Tongrak pudiera terminar, Meena interrumpió, sus ojos brillantes
miraron a su amado tío y simplemente dijo: "Porque le tienes miedo al abuelo".
“...”
Si el tío Rak no podía soportarlo y tenía que enfrentarse al abuelo, sería el tío Rak quien
sufriría. Entonces Meena no quería eso.
"No quiero que te encuentres con el abuelo", dijo Meena.
Tongrak miró a Meena con preocupación y amor, pero no podía negarlo... tenía miedo
de ese hombre.
"Ya tengo un plan. Esta semana iré a casa con Ing-Ing. De todos modos, su padre la
recogerá todos los días".
"Tu mamá no estará de acuerdo. ¿Qué le vas a decir?"
La sonrisa de Meena se desvaneció instantáneamente porque si le decía a su madre que

volvería con una amiga durante toda la semana, definitivamente la regañarían. Su
madre era demasiado considerada; Sólo por hoy, probablemente llamó al padre de
Ing-ing al menos ocho veces para agradecerle. Fue bueno que su madre no dijera nada
cuando dijo que quería visitar al tío Rak porque lo extrañaba. Pero decir que visitaba al
tío Rak a menudo sería un poco extraño.
"Entonces haz que Phi Mook me recoja", la joven chasqueó los dedos.
"Mook es tan pequeña que probablemente no podría ayudar si algo sale mal".
Ay, si Phi Mook escuchara eso, se pondría muy enojada.
Pensó Meena. Su tío fue duro con sus palabras, pero en realidad solo estaba
preocupado por Khaimook. Si su "hermosa" hermana Mook escuchara eso, lloraría y
diría que el tío Rak era muy cruel. No entendería por qué Khaimook vendría llorando a
ella, una niña que todavía estaba siendo regañada por el propio tío Rak.
"Además, Vi ha tomado prestado a Mook en este momento".

"¿Hmm? ¿Hmmmm?" Los ojos de Meena brillaron de inmediato. Emocionada, su

rostro se acercó al de su tío porque la niña había descubierto accidentalmente el secreto
de Khaimook.
Khaimook está enamorada de la tía Vi, y a la tía Vi le gusta burlarse de Khaimook. ¿Podría
haber esperanza para ellas?
Sin embargo... su tío Rak todavía estaba abrumado de estrés por el abuelo, tanto que la
niña no se atrevió a investigar más. En este momento, el problema con el abuelo
esperando frente a su escuela parecía ser un problema mayor para su familia.
Pero… uf, ¿qué hacer? Si dijera que puede cuidar de sí misma, definitivamente la
regañarían.
Ufff, a veces odio tanto ser niña.
La joven bajó la cabeza, no queriendo ser una carga para nadie en la casa. Sólo podía
jurar en su corazón que cuando creciera, ella sería la que cuidaría de todos. No dejaría
que mamá llorara, que el tío Rak pareciera triste o que la abuela se cansara. Pero por
ahora, ella todavía era sólo una niña.
Meena apretó los labios con fuerza.
"¿Debería ir a recogerla?"
Fue entonces cuando una voz profunda y ronca vino desde la cocina, haciendo que el
tío y la sobrina se volvieran bruscamente.
Mientras Mahasamut, que había estado observando en silencio durante un rato,

continuaba: "Si quiere utilizar mis servicios, a la señorita Khwan no le importaría, y
puedo proteger a su sobrina mejor que Khaimook", dijo el alto con calma, mientras a
él tampoco le gustaba tanto el rostro pálido de Tongrak como el rostro excesivamente

estresado de Meena.
Una vez había sido un niño que luchaba solo, y este niño estaba tratando de actuar
como un adulto para que nadie se preocupara.
Mahasamut lo notó por su cara... Meena era tan testaruda como su tío.
"Si estás preocupado, puedes rastrear mi teléfono para saber dónde estoy. De esa
manera, puedes comprobar si realmente estoy recogiendo y dejando a tu sobrina",
añadió Mahasamut con sinceridad.
"Pero... sería una pérdida de tiempo", el obstinado Tonrak no pudo evitar decir.
Mahasamut casi suspiró. A veces, sólo quería que Tongrak confiara en otra persona.
Además...
"Para mí, si se trata de 'ti', en mi diccionario no existe la pérdida de tiempo. Sabes

que tengo mucho tiempo de sobra".
Tongrak se mordió el labio pero vaciló. El más alto luego caminó alrededor de la cocina
hacia él, con una gran mano apoyada en su hombro, apretándolo como para transferir
fuerza al que se sentía débil con solo escuchar sobre su propio padre.
Luego dijo algo que sorprendió a Tongrak.
"Puedes confiar en mí".
Cuenta conmigo, confía en mí, hasta que no puedas prescindir de mí.
Los ojos de color oscuro miraron directamente al hermoso par, transmitiendo

sentimientos mientras la gran mano transfería calidez al pequeño corazón de Tongrak.
Sus ojos se encontraron, y Tongrak lentamente extendió la mano, colocando su mano

sobre la de Mahasamut...
"¡Ejem!"
Meena tosió con fuerza, lo que hizo que Tongrak retirara rápidamente su mano.
Entonces, los dos adultos voltearon a mirar a la pequeña que se cruzó de brazos.
"En caso de que lo hayas olvidado, esto no se trata sólo del tío Rak. Si vas a
recogerme, primero tienes que pasar una prueba... ¿vale?" Al final de su frase, la
joven señaló desafiante a Mahasamut.
Fue entonces cuando Mahasamut se dio cuenta de algo.
Tanto el tío como la sobrina inducían igualmente dolores de cabeza.
"Por supuesto... pequeña Meena."
Pero para alguien como Mahasamut, el desafío era irresistible.
Capítulo 20
Cuerpo como agradecimiento

"Este hermano mayor y yo vamos a hablar abajo".
"Yo también iré".
"Si vienes con nosotros, ¿cómo se puede llamar prueba?"
"¿Quieres que deje que mi sobrina menor se vaya con un tipo como un bandido del
bosque?"
"Bueno, sí. Pero si vas conmigo, le contaré a mamá sobre el abuelo".
Esa es la conversación entre tío y sobrina hace unos diez minutos. Mahasamut
consideró seriamente si debería centrarse en que Tongrak lo llamara bandido del
bosque o la niña atrevida que acababa de acabar con su tío sin esfuerzo.
Esa niña es realmente extraordinaria.
Pensó Mahasamut mientras observaba divertido a la chica que acababa de pedir un

parfait tamaño gigante al camarero, quien luego se volvió para mirarlo y le dijo: "Estás
pagando. Cárgaselo al tío Rak".
"¿Tienes restringido el consumo de dulces en casa o algo así?"
“...”
Parecía que mi suposición descabellada era acertada.
La niña inmediatamente se dio la vuelta, fingiendo estar interesada en otra cosa.
Parecía que se llevaría bien con este chica, tal vez incluso demasiado bien.
Mahasamut se rió entre dientes, cruzándose de brazos y mirando casualmente a la

chica.
"Entonces, ¿es esto una prueba para ver si pagaré tu helado?"
"Buu, no, pero si encuentro a alguien que me deje comer dulces, será mejor",
murmuró la niña para sí, lo suficientemente alto como para que Mahasamut lo oyera,
como si insinuara que complacerla le daría buenos puntos.
Mahasamut quería ver qué se le ocurriría a continuación a la niña. Pero no esperaba

que Meena volviera a mirarlo a los ojos y le hiciera una pregunta... eso fue como un
combo de tres golpes en su cara.
"¿Qué piensas del tío Rak?"
"¿Es esto parte de la prueba?"
"No tienes que responder", dijo Meena con una sonrisa, mostrando todos los dientes,
y luego agregó casualmente: "Pero solo diré que no pareces digno de confianza,
mirando a una joven con ojos como los de un anciano espeluznante. ¿Qué puedo
hacer contra eso? Oh, da miedo".
Fiel a ser sobrina de un escritor, su imaginación no sólo era vívida, sino que también
representó el papel con los brazos cruzados y un escalofrío como si realmente tuviera
miedo.
"El tío Rak simplemente chasquearía los dedos y te haría desaparecer".
Entonces ella me amenaza constantemente, igual que su tío, ¿eh? ¿A qué me recordó esto? Ah,
un gatito.
Mahasamut se rió, sintiendo como si estuviera viendo al tío Rak y a Meena

superponerse.
"Tongrak sabe que no me interesan los niños. Dime, ¿en qué podrías competir con tu
tío?"
"Je, seré bonita cuando sea mayor".
"¿Cómo lo sabes?"
"Solo mira a mi mamá y a mi tío".
"Entonces espera hasta que crezcas antes de hablar. Oh, pero incluso cuando seas
mayor, todavía no estaré interesado", continuó Mahasamut, pensando en la persona
que le interesaba. Quería terminar la conversación con Meena rápidamente porque
estaba más preocupado por otra persona.
"¿Crees que estoy interesada en ti? Ni siquiera eres mi tipo".
Los ojos de la niña y del adulto se encontraron como si se entendieran...
"Pero todavía no me has respondido. ¿Qué piensas del tío Rak? ¿Te gusta? ¿Lo amas?
Aunque es un hombre, es perfecto. Es guapo, rico, de piel clara y sexy también.
Cuándo el tío Rak usa esas camisas reveladoras, oh Dios, te lo diré, mata".
A veces, Mahasamut quería preguntar si se trataba de un argumento de venta o

simplemente una forma de elogiar a su propio tío, pero era innegable.
"En realidad, prefiero que use pantalones sueltos".
Es más fácil deslizar mi mano.
"¿Y qué? ¿Qué más? Date prisa".

La chica se inclinó inmediatamente, tratando de usar sus ojos redondos e inocentes

para obligarlo a continuar hasta que Mahasamut se rió.
Podrían seguir jugando al juego de las miradas si él no respondía.
"¿Sabes por qué me quedo con Tongrak?"
"¿Necesito saberlo?" Meena preguntó inocentemente, indicando que no sabía que su

amado tío le había pagado para que se quedara, lo cual era bueno para la niña pero no
para Mahasamut.
"Tongrak me contrató para quedarme con él... ¿entiendes lo que eso significa?"
No quería ocultarlo, sentía que esta niña era más madura de lo que parecía, una niña
que intentaba ayudar a los adultos a su manera. Era mejor ser sincero con una niña así
que dejarla descubrir la verdad por sí sola porque quién sabe qué podría hacer.
La sonrisa de Meena se desvaneció y frunció los labios, asintiendo pero luego

sacudiendo la cabeza.
"¿Por qué..." el tío Rak haría eso? Es como... la abuela.
"Pero no quiero su dinero".
“..."
"¿Eh? Entonces, ¿por qué lo haces? Si haces llorar al tío Rak,

"Haré que se enamore de mí".
Meena, que estaba a punto de discutir, se detuvo en seco. Miró al adulto alto que no
necesitaba responder su pregunta en absoluto. Sin embargo, él le dijo exactamente lo
que ella más quería escuchar, dejándola parpadeando confundida y desconcertada.
Mahasamut sonrió a la niña.
"No, haré que él me ame sin lugar a dudas".
Tongrak debe amar a este Mahasamut.
Aunque Tongrak obtuvo su nombre porque su madre quería que su padre volviera y la
amara nuevamente, Mahasamut lo veía de otra manera. Quería que Tongrak amara a
alguien y le gustaría creer que él debería ser esa persona.
No cualquiera, pero Tongrak tenía que amarlo, Mahasamut.
Eso es lo que el sureño había querido desde que bromearon sobre sus nombres en el
barco.
El sentimiento fugaz de ese momento se hizo más sustancial con cada segundo que
pasaron juntos. Antes de que se diera cuenta, se había convertido en el objetivo
principal que hizo que Mahasamut estuviera dispuesto a abandonar el mar, abandonar
su ciudad natal y permanecer aquí.
Si fuera por él, no dejaría que Tongrak volviera a sentirse solo.
La sensación de pesadez presionada contra su pecho hizo que sus agudos ojos brillaran
tan intensamente que Meena tembló. La niña se dio cuenta de que el hombre frente a
ella no estaba bromeando.
No sabía si la estaba engañando, pero Meena... estaba feliz.
La niña inclinó la cabeza, los dedos de los pies rasparon el suelo y luego respiró hondo.
"Sabes, he leído todas las novelas del tío Rak. Mi amiga también las leyó", dijo Mina
en voz baja.
"Nunca me di cuenta hasta que mis amigos me preguntaron por qué los personajes
del tío Rak siempre tienen que ser alguien solitario, frágil y que necesita a alguien a
su lado. Así que le pregunté al tío Rak y me dijo que escribe sobre otros. Son sólo
personajes. Pero creo que cada personaje es el tío Rak, así que quiero que el tío Rak
sea como en las novelas".
La joven hizo una pausa, su voz aún más suave mientras miraba hacia abajo.
"Quiero un final feliz para él... El tío Rak cuida de los demás, pero nadie cuida de
él".
Mientras Mahasamut miraba a la niña de trece años que acababa de graduarse de la

escuela primaria, le dolía el corazón al pensar en lo mucho que debía esforzarse ese
hombre para ser el Tongrak capaz. Incluso esta niña todavía podía verlo, pero no podía
hacer promesas.
Esta no fue su decisión; era de Tongrak.
Mahasamut dijo: "Entonces, ayúdame a conseguir esa posición en su corazón, ¿vale?".
Quien decidió si Mahasamut podía estar a su lado fue el propio Tongrak, pero...
Mahasamut continuó: "Aunque tengo bastante confianza en ello".
Y eso hizo que Meena levantara la vista con los ojos muy abiertos ante su exceso de
confianza antes de reírse.
"Me gusta la gente desvergonzada. Pasas".
"¿Cómo puede una niña llamar desvergonzado a un adulto?" Mahasamut miró

complacido a la niña, que pareció animarse, justo cuando se servía en la mesa un gran
helado parfait. Meena le ofreció una cuchara con ojos brillantes.
"Come un bocado como señal de nuestro acuerdo".
No quería decepcionar a la niña, así que le dio un pequeño mordisco al helado...
"Está bien, ahora somos cómplices de exceder la cuota de dulces, pero el resto es
mío", la niña abrazó posesivamente el tazón de postre y luego agregó con una carita
linda y esponjosa como la de un conejito.
"Bueno, debería llamarte tío Mut de ahora en adelante para no tener que cambiarlo
más tarde."
Esta niña era increíble. Ella lo había elegido como su tío político, ¿no?
Mahasamut se echó a reír.
La niña era algo, pero ¿mencioné alguna vez que disfruto de niños traviesos como este?
Parecía que al hombre llamado Tongrak le iba a doler la cabeza.
Mahasamut esperó hasta que vio a Meena subir al auto de su madre y respondió a las
preguntas de Khwan sobre quién era él. Supuso que Tongrak debió haber llamado y
contado a su hermana que a partir de ahora recogería a Meena. A pesar de la cautela y
la paranoia de la mujer, debe confiar lo suficiente en su hermano como para no
investigar más.
Luego, Mahasamut regresó solo a su habitación, preguntándose qué hacer a

continuación.
Quería consolar a la persona que estaba deprimida por el problema del padre, pero no
sabía si se lo permitían.
La cuestión no resuelta de ayer todavía estaba fresca; si iba demasiado adelantado,

podrían darle un puñetazo.
Aunque estaba seguro de que no le dolería mucho, esas hermosas manos se

lastimarían.
"Estoy demasiado preocupado por él, maldita sea."
Si Palm escuchara esto, se reiría a carcajadas porque su hermano estaba preocupado por
lastimarle la mano a Tongrak.
Mahasamut sonrió para sí.
Bien, adelante, ya sea un puñetazo o una patada.

Se dijo Mahasamut mientras abría la puerta y entraba en la habitación. Una sola
mirada fue suficiente para ver la figura sentada inmóvil en el sofá. El sonido de la
puerta había atraído esos hermosos ojos hacia él. Con largas zancadas, se acercó y se
sentó a su lado.
“...”
“...”
Una vez más guardaron silencio. Fue un silencio extraño porque no podía adivinar el
estado de ánimo de Tongrak en absoluto, lo que lo ponía ansioso.
"Envié a Meena de manera segura en el auto de la señorita Khwan. Oh, no he tenido

la oportunidad de preguntarte todavía, pero ya intercambié números con ella".
"Mn, haré que Meena te envíe su horario más tarde".

"Entonces, a partir de mañana, ¿iré a recoger a tu sobrina?"
"Mn, toma mi auto".
Mahasamut se puso cada vez más inquieto. Estaba acostumbrado al chico guapo que
se expresaba más a través de expresiones faciales, no a alguien que respondía tan
silenciosamente. Su mirada permaneció fija en Tongrak y sintió la anomalía.
Mahasamut extendió la mano y tocó la rubia mejilla, acariciando con preocupación las
yemas de sus dedos.
"¿Estás bien?"
"...No, no lo estoy."
Tongrak bajó los ojos, provocando una punzada de dolor en el observador.
"¿Puedo abrazarte?"
Tongrak no lo miró a los ojos. Se quedó mirando la camisa de Mahasamut en silencio.
No, él no estaba bien. El problema con su padre seguía siendo su vulnerabilidad más
profunda. Pero lo que más sacudió su corazón no fue el peligro que se acercaba a su
sobrina, sino...
"Puedes confiar en mí".
Tongrak no creía que quisiera escuchar esas palabras.
De repente, un sentimiento lo invadió.
Quería confiar en este hombre.

Para alguien como él, que nunca confió ni dependió de nadie y no quiso la buena
voluntad poco sincera de nadie, el momento en que escuchó esas palabras, Tongrak
quiso enterrar su rostro en los anchos hombros de Mahasamut. Quería que lo
abrazaran fuerte y tener la seguridad de que su padre nunca volvería a dañar a su
familia nuevamente. ¿Pero qué debería hacer?
¿Cómo debería expresarlo Tongrak para que Mahasamut entendiera cuán

desesperadamente necesitaba ese abrazo?
Una vez más, la audacia de Mahasamut acudió en su ayuda cuando la gran mano se
deslizó alrededor de su cintura, acercándolo a su amplio pecho, mientras la otra mano
acariciaba lentamente su esbelta espalda.
"Está bien, me tienes a mí".
Normalmente, Tongrak habría respondido... ¿de qué sirve tenerte?
Pero lo que hizo Tongrak fue... agarrar la parte de atrás de la camisa de Mahasamut.
Todo dentro de Tongrak se calmó instantáneamente.
Su mejilla estaba cálida mientras la presionaba contra un hombro. Su espalda estaba

caliente por la mano que la acariciaba. Su corazón se aceleró por el estrecho abrazo y
este hombre lo hizo sentir en paz.
A Tongrak le bastó con pronunciar estas palabras.
"Gracias, Mahasamut. Gracias".
Gracias por estar aquí y por estar a mi lado.
Mientras el oyente quedó momentáneamente atónito, una sonrisa pronto volvió a

adornar su hermoso rostro, los ojos de Mahasamut brillaban con afecto.
Parece que es hora de bromear y cambiar un poco el estado de ánimo.
"¿Qué es eso? No te escuché."
Mahasamut esperó a ver el rostro con el ceño fruncido mirándolo, la voz sexy y
profunda que lo maldeciría por querer una milla cuando le daban una pulgada. No…
los hermosos brazos que se levantaron para rodear su cuello, atrayéndolo a un beso
acalorado como este.
No eran sólo labios tocándose.
Labios rojos brillantes presionaron firmemente, una lengua cálida se deslizó dentro de
su boca, entrelazándose con la suya en una danza hambrienta, convirtiendo la sorpresa
inicial en una respuesta familiar. Las manos de Mahasamut rodearon con fuerza la
esbelta cintura, permitiendo que la persona en sus brazos lo besara hasta el fondo de su
corazón.
Pero Tongrak parecía insaciable.
Su esbelto cuerpo exigía más con un movimiento de lengua. Las manos que una vez
abrazaron su cuello ahora acunaron la mandíbula de Mahasamut, instándolo a aceptar
el beso cada vez más feroz. El sonido de la saliva mezclándose con las lenguas lamidas
era fuerte en sus oídos.
Cuando Mahasamut respondió, Tongrak exigió más.
No sabían cuánto tiempo se besaron, pero tampoco querían ser los primeros en
detenerse como si desearan que pudiera continuar para siempre.
Fue un beso dulce y húmedo.
"Mmm."
Gemidos y respiraciones pesadas resonaron, vibrando a través de sus bocas,

sacudiéndolos a ambos.
Había pasado una eternidad antes de que la esbelta figura finalmente se alejara,
jadeando por respirar. Su cara estaba sonrojada, sus labios rojos y sus respiraciones
eran tan cercanas que se mezclaban contra la piel del otro. El aliento abrasador recorrió
la mejilla de Mahasamut cuando el hombre más guapo que jamás había visto se acercó
a él, el hombre que se había mordido el labio, lo que llevó a Mahasamut a estirar la
mano y acariciarle la mejilla.
"¿Es esta tu manera de decir gracias?" Mahasamut preguntó en voz baja, mirando a los
ojos que reflejaban su propia imagen.
Y luego...
Incluso Mahasamut fue tomado por sorpresa cuando Tongrak se alejó de él. El escritor
no fue muy lejos. En lugar de eso, se arrodilló en el suelo frente al sofá y trató de
desabrocharle los pantalones a Mahasamut. Esto provocó una pregunta severa de
Mahasamut, quien miró al hombre que lo miraba y luego volvió a bajar la vista a la
entrepierna de sus pantalones.
"¿Puedo?"
Mahasamut casi se volvió loco cuando el rostro orgulloso descendió sobre su virilidad,
frotándose las mejillas contra él antes de hablar en un tono suplicante.
Incluso si Tongrak no lo hubiera pedido, habría dado permiso de todos modos, pero
esto era...
El hombre sureño, con la piel bronceada por el sol, sólo podía mirar a la persona que
estaba sacando su miembro hinchado con una mirada de fascinación arrebatada. Unas
manos rubias lo acunaron suavemente, los ojos llenos de deseo, pero aún esperando su
consentimiento.
Luego, dijo Mahasamut, su voz bajó aún más y las yemas de los dedos rozaron la
mejilla de Tongrak.
"Haz lo que quieras. Ya soy tuyo".
La mirada en los ojos de Mahasamut, la respuesta en su voz y el ligero toque que se

sintió quemando contra la piel de Tongrak...
Tongrak quería a Mahasamut.
El hermoso rostro de Tongrak era una clara muestra de deseo que despertaba los
instintos primarios de Mahasamut. Todo lo que pudo hacer fue observar cómo Tongrak
lo acariciaba. La brillante lengua de Tongrak rodeó sus labios antes de que la boca
suave y flexible que Mahasamut sabía que era tan dulcemente embriagadora
envolviera su núcleo.
"Ah", exhaló Mahasamut satisfecho, sus emociones eran tan intensas que tuvo que
tensar los muslos.
Tongrak pareció disfrutar de esta reacción, su cálida boca mordisqueando y

succionando a lo largo, el tacto de su mano guiándola, su lengua húmeda creando una
sensación tentadora para el receptor. Los ojos de Mahasamut brillaban con un deseo
desenfrenado, su sangre hervía hasta el punto que las venas de su fuerte cuello se
hinchaban.
Pero Tongrak quería más.
El hombre acarició, chupó y lamió, el calor como brasas pero resbaladizo en la forma
en que quería llevárselo completamente a la boca. Sin embargo, Tongrak se contuvo y
deliberadamente rodeó la tensa cabeza con su
lengua. Sintió tensión por parte de quien colocó sus manos sobre sus hombros antes de
lamer el pequeño agujero en la punta, saboreando su líquido preseminal hasta que
Mahasamut gruñó en su garganta.
"Eres malvado", susurró Mahasamut con voz ronca junto a su oído, y luego...
Sin dudarlo, Tongrak tomó su erección en su boca, su suave lengua lamió a lo largo,
sus labios apretados para tirar y chupar el tamaño sustancial que se metió
profundamente en su garganta.
Quería más, mucho más.
Este pensamiento hizo que el escritor se moviera más rápido, chupando con fuerza,
sintiendo tenso al hombre sentado con las piernas abiertas. La respiración agitada de
Mahasamut alimentó su propia excitación.
Ahora bien, no era sólo Mahasamut quien estaba abrumado por la emoción; El calor
también se centró en el centro de Tongrak. Sin darse cuenta, sus piernas se juntaron,
frotándose para aliviar el intenso anhelo, pero tampoco quería tapar su boca.
El sonido de la carne contra una lengua suave se mezcló con el sonido del líquido
transparente derramándose por el borde de la boca, pero Tongrak todavía no estaba
satisfecho.
"¡Te lastimarás!" Los ojos oscuros de Mahsamut ardieron y una voz profunda medio
gruñó a modo de advertencia. Grandes manos agarraron firmemente los delgados
hombros de Tongrak porque Tongrak iba a lastimarse con dolor.
Pero en lugar de detenerse, el hombre que estaba siendo empujado simplemente

presionó su mejilla contra el tamaño sustancial, usando su lengua para lamerlo. Sus
hermosos ojos llenos de lágrimas se fijaron en Mahasamut, indicando un frenesí de
emoción, y su voz ronca susurró, "Hazlo".
Y como si temiera que Mahasamut no entendiera, añadió...
"Fóllame la boca, ¿quieres?"
Mahasamut apretó la mandíbula casi hasta romperse.
Normalmente, sólo una orden casi mataría a Mahasamut, pero esto... con esa mirada en
el rostro de Tongrak, suplicando así...
¿Por qué Mahasamut no se daría cuenta de cómo Tongrak movía sus caderas y la
adorable parte que sobresalía provocativamente en sus pantalones, indicando una
desesperada necesidad de liberación? Sin embargo, todavía insistió en satisfacerlo
hasta que Mahasamut abandonó cualquier sentido de responsabilidad.
Su gran mano tiró del brazo de Tongrak y lo hizo volver a sentarse en el sofá. Miró a
Tongrak, que se resistía porque todavía quería jugar con su polla con la boca.
Mahasamut tuvo que bloquear sus muñecas por encima de su cabeza. Sus piernas se
extendieron sobre la bonita cara, al igual que el miembro caliente y tenso que estaba
presionado contra los labios de Tongrak.
"Aquí está", dijo Mahasamut con voz ronca, su gran mano guiando su miembro para
frotarlo contra los bonitos labios, observando su líquido preseminal untado sobre la
suave carne en una exhibición lasciva.
Mientras los labios de Tongrak... se abrieron.
¡Maldita sea!
Como si hubiera olvidado cómo pensar, Mahasamut empujó su parte rígida dentro de
la cavidad abrasadora con un movimiento rápido.
No había entrado del todo, pero...

"¡Ah!" ¡Fue el hombre que estaba debajo quien empujó su propia cara hacia adelante,
metiéndola profundamente en la garganta!
Los agudos ojos de Mahasamut se entrecerraron, tratando de controlarse para no

empujar una garganta tan bonita que se sentía tan bien que era enloquecedora. Al ver
la expresión de dolor de Tongrak, como si no pudiera respirar, Mahasamut supo que
aceptarlo todo no era algo que cualquiera podría hacer. Por lo tanto, se tensó para
contenerse, incluso mientras el sudor goteaba por su rostro, sus manos apretadas y sus
dientes rechinando con tanta fuerza que las venas de su cuello se hinchaban.
Tenía muchas ganas de llegar hasta el final.
"Joder", rugió el joven, usando sus manos para apoyarse contra el sofá, jadeando
pesadamente. Su piel bañada por el sol se sonrojó de un rojo sexy, mientras su rostro
feroz todavía miraba al hombre debajo que insistía en jugar con su polla sin cesar.
Tongrak todavía movía la cabeza, chupando y tirando como si fuera la cosa más
deliciosa del mundo, y esta imagen estaba a punto de hacer que Mahasamut perdiera
la paciencia.
"Lo lamento."
"¡Ughhhh!"
Mahasamut agarró la parte posterior de la cabeza de Tongrak y se empujó hacia

adentro, mirando los ojos color miel que derramaban lágrimas de dolor pero aún lo
chupaban y lamían intensamente. Y eso hizo que el hombre que había estado tratando
de contenerse cumpliera con lo que Tongrak quería.
Quería 'follar' a este hombre.
"¡¡Ughhh, ah, ja!!"

El hombre de abajo gimió entre lágrimas, pero luego volvió a colocar sus manos sobre
los más grandes, lo que obligó a Mahasamut a ser aún más agresivo. Mahasamut, que
se había estado conteniendo desde que llegó a Bangkok, perdió la paciencia.
El sonido de la respiración pesada se mezcló con el sonido de la carne empujando

profundamente en la estrecha garganta, el sonido de la saliva mezclándose con el
deseo, convirtiéndose en un ritmo áspero.
"Yo... quiero correrme dentro".
Y con eso, los pensamientos lascivos escaparon de la boca de Mahasamut.
Quería enterrarse en las paredes abrasadoras que lo apretaban, empujar hasta el final y
liberarlo todo, para que todos supieran a quién pertenecía Tongrak.
Y no era sólo un deseo.
"Ah, uf."
Mahasamut empujó la garganta de Tongrak hasta el final, luego se retiró, dejando que
Tongrak tosiera con fuerza. Rápidamente se hizo a un lado, le bajó los pantalones y los
boxers al escritor y los arrojó junto al sofá. Las manos de Mahasamut separaron las
delgadas piernas, extendiéndolas antes de escupir en su palma para utilizar como
lubricante. Luego, deslizó su dedo profundamente en la estrecha entrada.
Mierda.
Nuevamente, Mahasamut se maldijo a sí mismo cuando la estrecha y apretada entrada

casi lo volvió loco, sin mencionar las hermosas caderas que se arquearon para recibir
su toque penetrante.
"Eh, ah", gimió Tongrak incoherentemente.

En ese momento, la sensación de ardor de los dedos que estaban preparando a Tongrak
no era nada comparado con la lujuria inmediata que surgió tan pronto como los dedos
penetraron el estrecho agujero. Tongrak quería que la parte más grande penetrara,
sentir el dolor ardiente que hacía que sus entrañas hormiguearan y el calor estallara en
la parte inferior de su estómago.
"Sólo fóllame ahora", gritó Tongrak, abriendo aún más las piernas.
¡Lo quería ahora mismo!
"¡¡¡Ahhh!!! Huh, ah, ah", gritó Tongrak en voz alta mientras el intenso calor presionaba
la entrada en lugar de los dedos. Rápidamente empujó profundamente dentro,
provocando escalofríos a través de él, su espalda doblándose como un arco.
La tensión y el escozor no eran nada comparados con el hormigueo que se extendió
por todo el cuerpo de Tongrak, provocando que se le llenaran los ojos de lágrimas. Sus
caderas se contrajeron, sus manos agarraron el cuello de Mahsamut mientras tomaba el
gran eje que lenta pero profundamente lo empujaba. Su rostro sonrojado se echó hacia
atrás, con lágrimas en los ojos.
Mahasamut vio esa expresión claramente y levantó el esbelto cuerpo para sentarse a
horcajadas sobre su cintura. Sus grandes manos se movieron para acariciar los bellos
muslos, apretando las suaves nalgas, separándolas para dejar paso, y luego…
"¡Oh!"
Tongrak pensó que era lo más profundo que podía llegar, pero esta posición lo hizo
aún más profundo, haciendo que sus manos se agarraran a los anchos hombros. Su
rostro surcado de lágrimas se hundió en el hombro de Mahasamut mientras gemía.
Mientras las caderas continuaban moviéndose, Tongrak gimió, su voz quedó atrapada
en su garganta mientras Mahasamut lo obligaba a montar el gran núcleo debajo de él.
Cada vez que el eje caliente penetraba profundamente en su interior, resonaba un

gemido ronco. Tongrak sintió dolor y opresión pero, sobre todo, una profunda
satisfacción.
Le gustaba lo salvaje que era Mahasamut con él, lo feroz, pero… sin causarle dolor real.
"No puedo contenerme más."
"¡Ah!"
Cuando Mahasamut terminó de hablar, no dudó en empujarse con más fuerza en el

estrecho espacio, sus grandes manos masajeando implacablemente las suaves nalgas.
Sus caderas se volvieron más violentas, sus labios buscaron el punto dulce en el cuello
de Tongrak, su lengua caliente lamió la garganta, sus dientes afilados mordieron la
nuez de Adán y luego la mordisquearon con fuerza.
Cada mordisco hacía que el que estaba en brazos de Mahasamut se estremeciera.

Tongrak hundió los pies en el sofá y frotó su abdomen contra el firme abdomen.
Su intensidad era tal que incluso el sofá de alta calidad crujió. Lo único que impedía
que se moviera probablemente era la alfombra debajo.
Eran tan intensos que los sonidos de sus cuerpos chocando, el intercambio de saliva y
el ruido de fluidos espesos chapoteando llenaron el aire, y luego…
"Hazlo de nuevo, más fuerte", bromeaba implacablemente la belleza en sus brazos a

Mahasamut.
Mahasamut empujó el hermoso cuerpo hacia abajo nuevamente para tumbarse, para...
controlar el ritmo él mismo.
La piel clara de Tongrak se puso roja, las lágrimas corrían por sus mejillas y su cuerpo
se retorcía de intenso placer. Todo esto estaba a la vista de Mahasamut mientras
levantaba las hermosas piernas sobre sus hombros, empujando hacia el calor abrasador
con aún más fuerza.
"Ah, sí, bien, uf, Mahasamut".
"¡Maldita sea!"
Mahasamut volvió a empujar y los gemidos llenaron la sala de estar. El cuerpo debajo
de él se estremeció, retorciéndose violentamente, liberando un líquido lechoso a través
de su abdomen, lo que sólo lo impulsó a hacer lo mismo.
"Correte dentro, uh, de mí, ah".
Mahasamut pensó en relajarse, pero los gritos suplicantes del que estaba debajo de él,
cuyo cuerpo se contraía, hicieron que su cuerpo desafiara sus pensamientos. Era como
una orden que lo volvía loco. Empujó hacia la base, sintiendo el fuerte abrazo que casi
destrozó su mandíbula. Soltó un fluido espeso, inundando el suave agujero hasta que
se desbordó.
¿¡Quién le enseñó a Tongrak a ser tan provocador!?
Tongrak yacía exhausto, jadeando, pero la belleza había despertado sus instintos
primarios. Tan pronto como Mahasamut se retiró, su gran mano separó los pálidos
muslos, sus agudos ojos observaron el bonito agujero que se apretaba fuertemente con
un líquido lechoso que se escapaba. Mahasamut se humedeció los labios.
Esta vez, todo depende de ti, Tongrak.
"Ah, ¿qué estás... haciendo? Ah, Mahasamut, no... no lo lamas, uf, está sucio", el que
estaba debajo de él empujó contra sus anchos hombros, las hermosas caderas se
levantaron, la cintura temblando de placer.
¿Pero te diste cuenta de que su parte apretada se movía ansiosamente de placer por mi lamida?
Y sí, lo que estaba haciendo Mahasamut... era deslizar su lengua en el agujero ardiente.
La acción hizo que los ojos de Tongrak se abrieran como platos y lágrimas claras
brotaron de sus ojos.
"No..."
Esa orden hizo que los agudos ojos de Mahasamut alzaran la vista.
Tongrak fue quien lo sedujo.
"Te gusta."
Mahasamut pasó la lengua por la estrecha grieta de una sola vez, haciendo que
Tongrak jadeara. Luego añadió: "Tanto".
Solo dos palabras, transmitieron completamente los pensamientos de Tongrak.
Mahasamut ya había mencionado que quería hacer varias cosas con Tongrak. Si ambas
partes dieran su consentimiento, pasaría de ser considerado perverso a un placer
sexual delicioso.
Tongrak se acostó en el suave sofá, levantó una mano para taparse los ojos y luego
susurró: "No pares, continúa".
Y eso hizo que los ojos de Mahasamut brillaran de emoción.
El alto no dudó en enterrar su rostro en el área tentadoramente privada, su malvada

lengua sondeando profundamente la grieta húmeda, sintiendo los espasmos y la
tensión de la persona que gemía suavemente, una señal de cuánto lo disfrutaba
Tongrak. Mientras tanto, la parte una vez debilitada se estaba volviendo dura una vez
más.
"Mahasamut, más, hazlo de nuevo".
Mahasamut podía decir con seguridad que esto era sólo el comienzo.
Y la persona que había sacado a relucir un lado oculto de él no era otra que la que
estaba en su abrazo, la misma persona que ahora estaba emitiendo sonidos seductores.
Parecía que Tongrak efectivamente había despertado a un demonio feroz en su interior.
Capítulo 21
8 de 10 (¿?)
Bajo el suave resplandor amarillo de la lámpara de la mesita de noche, un hombre

besado por el sol salió del baño secándose el pelo con una toalla. Sus agudos ojos se
fijaron en la tenue silueta de una forma redondeada acurrucada bajo la gruesa manta.
Una sonrisa se dibujó en la comisura de su boca, evidente cariño por el que se había
escapado a la cama antes que él.
Mahasamut arrojó la toalla en el cesto de la ropa sucia y no dudó en meterse debajo de

la misma manta.
"¿Quién dijo que podías entrar aquí?"
"Oh, nadie, simplemente soy un descarado", respondió Mahasamut al instante, riendo

entre dientes. Su gran mano se deslizó alrededor de una cintura esbelta, atrayendo el
cálido cuerpo hacia su abrazo. Su mirada se detuvo en el que protestó verbalmente
pero voluntariamente se giró para descansar contra su pecho.
Tongrak es tan jodidamente lindo.
El chico era tan adorable que Mahasamut no pudo evitar...
"¿¡Dónde estás tocando!?"
En el momento en que su gran mano se aventuró a apretar el suave trasero, la persona

en sus brazos se sobresaltó y dejó escapar un grito de sorpresa. Tongrak miró hacia
arriba con un puchero, lo que provocó que Mahasamut le plantara un rápido beso en
los labios y le preguntara suavemente, "¿Todavía duele?".
"¿Por qué no lo haría? Tu cosa no es tan pequeña", murmuró Tongrak, pero a pesar de
sus palabras, la mano persistente continuó acariciando suavemente su trasero como si
supiera que Tongrak todavía sentía una ternura profundamente arraigada allí.
Bueno, se siente extraño después de que sacó esa cosa. Con algo de ese tamaño y haciéndolo tan
duro, no sentir nada sería una locura.
Tongrak refunfuñó y luego apoyó la mejilla contra el cálido pecho.
Después de sus acaloradas actividades en la sala de estar, continuaron en el dormitorio

y terminaron con Mahasamut llevando a Tongrak al baño para lavarlo a fondo. El tipo
de limpieza que implicaba sacar hasta el último resto pegajoso, olvidando la imagen de
simplemente acurrucarse hasta quedarse dormido después del clímax. ¡Tongrak dijo
que eso fue un desastre!
Así que ahora, Tongrak yacía contento y recién perfumado en una cama con sábanas
recién cambiadas.
Y ciertamente no fue Tongrak quien los cambió.
Mahasamut, quien cambió las sábanas y lo bañó, siendo también el último en

ducharse, miró a la persona de piel clara con ojos brillantes. El deseo de pellizcar esas
hermosas mejillas y besar esos labios fruncidos era abrumador. Quizás el pensamiento
era demasiado intenso para la mano que apretaba y presionó con demasiada firmeza,
lo que provocó un puñetazo en el pecho por parte de la persona que estaba abrazando.
"¿Cuánto tiempo vas a seguir apretando?"
"Bueno, ¿puedo entonces fastidiarte con un dedo?"
Mahasamut se refería a una provocación que involucraba un dedo en esa parte.
En ese momento, los dedos de Mahasamut se deslizaron en la grieta desprotegida,

alisando suavemente la tierna entrada, causando que Tongrak se sobresaltara. El joven
escritor sabía muy bien que Mahasamut no se limitaba a jugar. Si cediera aunque fuera
un poco, acabaría teniendo que ducharse de nuevo. Entonces habló con una voz
pesada y ronca por haber gemido demasiado antes: "Detente, duele".
"¿Debería aplicar un ungüento?"

Mahasamut hizo una pausa, su intención juguetona inicial dio paso a un suave toque
en el área sensible. Masajeó suavemente hasta que Tongrak tuvo que objetar con voz
temblorosa.
"Deja de tocar ahí o se me pondrá dura".
Y no terminará sólo con aplicar la pomada.
Cuando la sugerente respuesta hizo sonreír al hombre preocupado, la mano grande se

movió para acariciar tranquilizadoramente las suaves nalgas, complacido de tener a
cierta persona acurrucada cerca. Si se le preguntara si Mahasamut prefería sus
encuentros apasionados o simplemente los abrazos, Mahasamut no podría elegir. Sólo
sabía que le gustaba tener a Tongrak en sus brazos.
Abrazarse o hacer otra cosa era otra cuestión.
"¿Puedo preguntarte algo?" Mahasamut quiso prolongar un poco más la noche.
Simplemente estar ahí tumbado hablando era más de lo que esperaba.
"¿Acerca de mi padre?" Tongrak también lo sabía.
"¿Puedo ayudar con algo?"
La mano de Mahasamut acarició la esbelta cintura, los dedos jugando con la suave piel.
Su voz profunda era seria, causando que el oyente hiciera una pausa antes de sacudir
la cabeza lentamente.
"Puedo manejar el asunto yo mismo".
"Quiero ayudar."
"Solo ayudarme a recoger a Meena es suficiente".

"¿Eso te hará sentir mejor?"
La confusión brilló en los ojos color miel.
"¿Qué tiene que ver contigo?" Tongrak no estaba seguro de por qué Mahasamut hizo
esa pregunta.
La pregunta de Tongrak hizo que el preocupado quisiera pellizcar esas suaves mejillas
y golpear las de atrás, frustrado con alguien tan ajeno a lo mucho que le importaba.
Sólo ver el hermoso rostro de Tongrak, su cuerpo tembloroso y su impotencia le dieron
ganas de abrazarlo fuerte. Además, ¿acaso no le acababa de pedir a Tongrak que
confiara un poco en él?
Suspiro. Realmente me dieron una pulgada y ahora quiero una milla.
Una vez más, Mahasamut tenía muchas ganas de estar ahí para esta persona.
Mahasamut no quería empujar y asustar al otro, pero sus sentimientos se desbordaban

y lo expresó en voz alta.
"¿No puedo preocuparme por ti?"
“...”
Tongrak guardó silencio, sus hermosos ojos mirando al hombre más alto que tenía
delante. Después de un momento, abrazó a Mahasamut con más fuerza, una voz
profunda resonó en el costado de su rostro que se asomaba desde el amplio pecho.
"Por supuesto que puedes."
¿Este tipo es real o una especie de peluche? Es tan adorable que quiero apretarlo fuerte.
Mahasamut se rió entre dientes, mirando al hombre sonrojado que se negó a darle las
gracias como es debido.
¿Por qué Mahasamut no se dio cuenta de que la mamada repentina se debía a que
Tongrak era demasiado tímido para dar las gracias en voz alta? Ese leve susurro de
gratitud de antes fue una bendición para los oídos.
"¿Lo prometes?"
"Mmm."
Debo haberme vuelto loco, sonriendo de oreja a oreja así.
La mano de Mahasamut continuó acariciando el suave dorso, pero no fue un toque

fugaz ni sexual. Fue solo el toque de dos personas que se habían vuelto más cercanas, y
tal vez este toque hizo que Tongrak estuviera más dispuesto a decir lo que pensaba de
lo habitual.
"Acerca de mi padre... sé lo que quiere. Simplemente se lo daré. Y si quieres

ayudar..." Tongrak encontró la mirada de Mahasamut con seriedad. "Meena es
importante para mí".
El oyente le devolvió la sonrisa, su voz aún más seria mientras decía: "Entonces ella
también es importante para mí".
Porque eres importante para mí.
Aunque no lo dijo en voz alta, Mahasamut pensó que Tongrak lo entendía cuando la
bonita cara se giró rápidamente, con las mejillas sonrojadas en medio de la suave luz.
Además, Tongrak intentaba ocultar su timidez con una voz forzada y severa, sin darse
cuenta de lo increíblemente sexy que era ese tono ronco.
"Deja de agarrarme el trasero ya".

"Jajaja, no puedo evitarlo. Se siente bien".
Mahasamut se rió de buena gana, incapaz de resistirse a burlarse del que pretendía
quejarse en su abrazo. Luego preguntó: "En una escala del uno al diez, ¿qué
obtengo?".
"¿Eh?"
A Mahasamut le encantó mucho la expresión de confusión y ojos muy abiertos en el

rostro de Tongrak.
"Mis habilidades sexuales", dijo Mahasamut, estallando en carcajadas cuando el

oyente abrió ligeramente la boca como si quisiera maldecir pero luego se detuvo, sin
saber cómo regañar a una persona tan desvergonzada.
Entonces, Mahasamut bromeó aún más. "Tengo bastante confianza en mis propias
habilidades. En realidad, diez es demasiado bajo. Creo que deberían ser cien..."
"Ocho."
Mientras el hombre demasiado confiado seguía bromeando, el que quería maldecir

intervino de inmediato, lo que provocó que Mahasamut se detuviera a mitad de la
frase y mirara al que repetía: "Te doy un ocho".
"Debería haberme preparado más antes del examen, ¿eh? Esa es una puntuación
baja".
Si fuera cualquier otra persona, anotar más de la mitad les haría sonreír de oreja a
oreja, pero este gran hombre sureño fingió estar dolorido con una cara obviamente
mentirosa.
"Merezco cien."
"Cien por mentir, tal vez."
"Bueno, soy bueno".
"Me gusta el número ocho".
"En serio, ¿estás dando puntuaciones basadas en tu número favorito?"
"Entonces ¿qué tal un cero?"
Cuando Mahasamut empezó a quejarse, Tongrak se dio la vuelta tratando de ignorar al

hombre más alto que no dejaba de quejarse. Tongrak apenas contuvo una sonrisa,
especialmente cuando sintió el cálido pecho presionar contra su espalda mientras lo
abrazaban por detrás. Y sería mejor si...
"Dile a tu cosa que deje de pincharme", le dijo Tongrak al hombre codicioso que había
recibido todo eso pero aún tenía la audacia de explotar otra erección.
"Nuestra 'cosa' es traviesa, ya sabes. ¿Y sólo un ocho? ¿En serio?"
Tongrak se tapó los oídos, tratando de ignorar al hombre que acariciaba su cuello,
aunque ya no pudo contener la sonrisa.
Finalmente, su risa se le escapó.
"Loco."
"Bueno, te estás acostando con un loco".
Touché.
El escritor cerró los ojos, contento de tener a alguien a su lado.

Tongrak se preguntó: ¿El aire acondicionado está roto hoy o la cama está más caliente de lo
habitual?
Mahasamut ya se había quedado dormido.
Tongrak miró al hombre que respiraba rítmicamente mientras dormía. Sus ojos
confiaban en la luz del exterior para contemplar los rasgos afilados que parecían más
jóvenes, con el pelo oscuro cayendo sobre sus mejillas. Su hermosa mano vaciló antes
de tocar la mejilla.
Incluso dormido, Mahasamut lo abrazó con fuerza.
Tongrak no estaba seguro de cuándo fue la última vez que encontró esa paz. Incluso
acurrucado en el abrazo de Connor no se sentía tan cómodo. Y olvidarse de los otros
hombres con los que había estado; normalmente no le gustaba abrazar a extraños
porque, en el fondo, no confiaba fácilmente en
cualquiera. Pero no fue el caso de Mahasamut, lo que le hizo preguntarse si era porque
estaba cansado por el intenso sexo de antes.
Pero Tongrak se había sentido cómodo con Mahasamut desde que se acurrucaron
juntos en la isla.
Muchos pensamientos se arremolinaban en la cabeza de Tongrak hasta que intentó

apartarlos.
Sentirse a gusto es suficiente.
El sentimiento fue suficiente para que susurrara: "Gracias".

Se quedó allí, contemplando el rostro de rasgos afilados de Mahasamut durante un

largo rato antes de suspirar, quitando el brazo que rodeaba su cintura para levantarse y
abrir el cajón.
Dentro había un único teléfono apagado.
Tongrak lo miró en silencio, con los labios apretados y, sin darse cuenta, miró a la
persona que dormía en la cama. Sin saber por qué, su corazón tembloroso y lleno de
miedo comenzó a calmarse lo suficiente como para atreverse a levantar el teléfono. Sus
largas piernas lo llevaron hasta la sala de estar.
Luego accedió a la aplicación bancaria y transfirió un millón de baht sin dudarlo. Abrió
la aplicación de LINE, abriendo el chat de la persona cuya información de contacto
estaba en este teléfono.
Sus ojos temblaron mientras miraba los muchos mensajes allí.
Mensajes que solo fueron enviados por él y el destinatario solo marcó como leídos.
...Papá...
Estaban todos los recibos de transferencia de dinero y sus propios mensajes breves.
Tongrak envió la última burbuja al chat.
Si quieres el dinero, ven a buscarlo. No te metas con mi sobrina...
Su padre siempre lo había hecho así.
Su padre nunca lo había contactado primero, pero ese hombre tenía formas de
amenazarlo para que transfiriera dinero sin decir una palabra, y todo lo que podía
hacer era transferirle dinero repetidamente a ese imbécil.
Una vez que obtuviera el dinero, su padre desaparecería de sus vidas por un tiempo, y
Tongrak esperaba desesperadamente que siempre fuera así.
Preferiría perder el dinero antes que esa persona interfiriera con su familia.
…Leído...
¡Gasp!
Fue entonces cuando la otra parte leyó el mensaje, haciendo que Tongrak se
sobresaltara. El instinto le dijo que apagara el dispositivo, sus manos temblaban tanto
que casi lo deja caer. A pesar de que ese hombre nunca le había respondido ni una sola
vez, el miedo aún le atravesaba el pecho, su corazón latía ferozmente, el sudor
empapaba sus palmas y estaba... temblando.
Tongrak había apagado el teléfono, pero no podía dejar de temblar. Quería tirar este
teléfono lo más lejos posible, sabiendo muy bien que no podía porque era la única
forma de contactar a su padre.
En realidad, si quisiera encontrar la dirección de su padre, Tongrak podría hacerlo

fácilmente, pero optó por bloquear todo excepto este teléfono. Antes de darse cuenta,
su mano apretaba el teléfono con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
Apretó hasta que le dolió, sus dientes mordieron su labio inferior casi hasta el punto de
sacar sangre.
Se dio la vuelta, volvió corriendo al dormitorio, arrojó el teléfono en el cajón y lo cerró

con llave.
Tongrak se apretó las manos temblorosas.
¿¡Cuándo dejaré de tenerle miedo!?

Aunque el dispositivo estaba encerrado en el cajón, no podía calmarse. No se sentía

diferente de cada vez que tenía que lidiar con su padre. Meena tenía razón; No podía
enfrentarse a su padre. Incluso el simple hecho de enviar un recibo de dinero lo hacía
temblar así.
Tongrak estaba asustado, muy asustado, hasta que... vio a la persona profundamente
dormida en la cama.
Tongrak no sabía qué le había hecho volver a meterse en la cama, rodear su cintura con
el brazo del hombre sureño y acurrucarse en su amplio pecho.
Pum, Pum, Pum.
Curiosamente, el corazón que había estado acelerado por el miedo comenzó a

desacelerarse.
Tongrak... dejó de temblar.
Tongrak agarró con fuerza la camisa de Mahasamut, enterrando su rostro en el amplio

pecho como si buscara refugio.
"Uh", el hombre aturdido abrió los ojos y llamó: "¿Sr. Tongrak?"
"Abrázame", pidió Tongrak.
Tan pronto como Tongrak terminó de hablar, el oyente rodeó la esbelta cintura con sus
brazos y lo abrazó. Mahasamut enterró su rostro en el suave cabello y plantó un beso
somnoliento en la sien de Tongrak.
"Eres cruel, me haces abrazarte y luego te vas corriendo al trabajo". Mahasamut sonó
más como un murmullo que como una palabra porque tan pronto como terminó, el
hombre volvió a dormir, con una respiración estable y constante.
Tongrak no sabía por qué, pero sólo unas pocas palabras de alguien que ni siquiera
estaba completamente despierto de alguna manera le trajeron paz.
Este abrazo se sentía como el santuario que había estado buscando todo el tiempo.
El joven escritor simplemente respondió...
"No voy a ninguna parte."
Tongrak no sabía si estaba tranquilizando a Mahasamut o a sí mismo.
No quiero ir a ningún lado. Sólo quiero quedarme aquí para siempre.
Tongrak pensó para sí mismo mientras cerraba los ojos, escuchando el sonido de un
corazón latiendo cerca de su oído, y se quedó dormido sin que ninguna pesadilla lo
invadiera. Era como si este abrazo fuera el escudo de protección más fuerte.
Tongrak aún no se daba cuenta de cuánto empezaba a necesitar a Mahasamut con cada
segundo que pasaba.
Él simplemente... no lo había notado todavía.
"Señorita Mook, aquí, los aretes de la señorita Vi".
"Ah, okey."
"Después de esto, ya no tendremos que grabar más a Con. Los devolveré ahora".
"¡¿Qué?!"
Al principio, cuando el equipo de filmación se acercó a Khaimook con los pendientes

deslumbrantemente caros de la actriz principal, ella los aceptó con tono confuso. Pero
cuando el personal agregó que ella podría conservarlos, no sólo conservarlos por un
tiempo, los ojos de la joven secretaria se abrieron como platos y repitió con voz aguda...
¿Qué? ¿Qué quieres decir? ¿Podrías explicarlo, por favor?
Bueno, primero tuvo que retroceder y recordar cómo llegó al set a las nueve y media de
la noche.
Todo empezó sobre las dos de la tarde.
De repente, Vi le envió un mensaje de LINE, diciéndole que viniera al set. Khaimook

suspiró profundamente, con ganas de golpear el aire, frustrada por lo desalmada que
era esta mujer. Khaimook intentó con todas sus fuerzas huir de Vi, pero Vi parecía estar
haciéndola tropezar a cada paso. Cuando intentó negarse a venir aquí, Vi envió una
captura de pantalla de la conversación que tuvo con Tongrak, en la que parecía que su
jefe quería ayudar a su amiga a pisarla mientras ya estaba abajo.
¿Qué dijo Tongrak en el chat?
Por supuesto, fue: 'Sí, claro, llévala'.
¿Por qué su suposición no fue tan precisa también con la lotería?
Entonces, Khaimook condujo de mala gana hasta el set, consolándose de que Vi

probablemente solo necesitaba que ella la recogiera o le dejara algo. Pero tan pronto
como llegó, la arrastraron al camerino, le entregaron cosas y le dijeron que esperara.
Bien, la primera escena transcurrió sin muchos problemas.
Pero tan pronto como Vi regresó al camerino, solo pudo dar tres pasos adentro antes de
que la llamaran de regreso al set, por lo que Khaimook tuvo que seguir esperando.
Desafortunadamente, una escena no tomó sólo quince minutos para filmarse. Hubo
muchísimos cortes y cada corte requirió múltiples tomas. Sin embargo, no importa
cuántas veces Vi regresó para cambiarse de ropa o retocarse el maquillaje, todavía no
tenía tiempo para hablar, dejando a Khaimook esperando.
De la tarde a la noche, del anochecer a la oscuridad.
Fue durante el descanso de la tarde cuando Khaimook finalmente entendió la intención

de Vi.
"¿Puedes llevarme? Mi auto se averió".
¿¡Qué!? ¿Estás loca?
Así es, Khaimook sólo podía decir eso en su cabeza. ¿Quién se atrevería a decirlo en
voz alta y correr el riesgo de que le regañen?
En realidad, Khaimook simplemente parpadeó rápidamente, escuchando a la hermosa

actriz principal explicar que su auto se había averiado, su gerente no estaba disponible
y, como la casa de Khaimook estaba cerca, pidió que la llevaran.
Fin de la historia.
Sin disculpas.
Sin súplicas.
Solo hubo una sonrisa desgarradora que hizo que el corazón de Khaimook se acelerara
y su cuerpo temblara, ¡como si estuviera a punto de perder el control y gritar!
Después de eso, la protagonista, que había cenado con tan solo la punta de un dedo,
fue llamada de regreso al camerino para prepararse para la escena nocturna, dejando a
Khaimook allí confundida. Luego, pasó a sentarse confundida en el camerino hasta
que el equipo de vestuario vino a devolver los aretes, dándole ganas de gritar... ¿Por
qué no se los devuelves directamente? ¿¡Por qué venir a mí!?
Khaimook sólo pudo quejarse para sí misma cuando la persona de la que se quejaba
regresó a la habitación.
"¿Qué pasa con esa cara? ¿Estás conversando con tu ángel de la guarda?"
Khaimook apretó los labios con fuerza, mirando a la hermosa mujer que le levantó una
ceja.
"No es de tu incumbencia."
Vi la miró, a punto de decir algo, y Khaimook estuvo segura de que iba a acosarla de
nuevo.
"Vi, ya terminaste por hoy. Ah, y el set llamó al equipo de vestuario para revisar los
trajes".
Fue entonces cuando el asistente de producción entró y les informó. El único diseñador
de vestuario en la sala se apresuró a ir al set.
Bueno, eran las nueve y media y nadie quería quedarse a hacer horas extras. Salir
exactamente a las diez para volver a casa estaría bien, ¿no?
"Vi, deja el vestido aquí. Iré a empacarlo más tarde", dijo la diseñadora de vestuario
antes de que ella y el asistente de producción salieran.
Ahora qué… solo quedaban ellas dos.
"¿Hey qué estás haciendo?" exclamó Khaimook cuando la hermosa mujer la llevó
hacia el baño.
"Ir al baño, por supuesto."
"No, no, no, sé que es el baño. ¿Pero por qué me arrastras?" Preguntó Khaimook,
desconcertada.
Vi se volvió para mirarla.
"Porque no puedo alcanzar la cremallera", dijo con total naturalidad, recogiendo su

largo cabello hacia el frente para mostrar su elegante figura y el vestido ajustado,
donde... la cremallera estaba hasta la mitad de su espalda.
"Bueno, no tenemos que ir al baño. Sólo me lo quitaré aquí mismo. Bájalo por mí".
Dijo Vi casualmente, parándose y esperando, haciendo que el oyente se congelara en su
lugar.
Quieres que... desabroche... quiero decir, que te desnude... tú... eh...
La persona que se quedó sin palabras miró el hombro liso y pálido que se alternaba
con la cremallera problemática, tragando audiblemente de un trago.
"Vi, ¿por qué no intentas desabrocharlo tú misma primero?" Sugirió Khaimook en

voz baja.
"Ya lo intenté pero no puedo alcanzarlo. Date prisa, realmente necesito cambiarme".
Presionada por la urgencia, Khaimook respiró hondo y extendió las manos temblorosas
para tocar la cremallera. Pero tan pronto como sus dedos rozaron la suave piel, casi
apartó la mano como si se quemara, pero logró estabilizar el agarre. Khaimook miró el
bonito cuello, ahora libre del pelo espeso y suave. Al ver que Vi no estaba mirando,
deslizó lentamente la cremallera hacia abajo.
Cuando la cremallera descendió y una espalda suave y blanca se reveló ante sus ojos,
haciendo que sus mejillas ardieran de calor.
Khaimook no pudo evitar preguntarse si Vi llevaba un sujetador adhesivo o... nada en

absoluto.
Cuanto más pensaba en ello, más calientes se sentían las mejillas de Khaimook, lo que
la llevó a girar rápidamente la cara.
Pero se encontró con la mirada cómplice de la mujer que la miraba con una sonrisa.
Vi dijo: "Niña traviesa".
Como si el calor se hubiera acumulado en las mejillas de Khaimook, rápidamente

empujó la delgada espalda de regreso al baño.
"Date prisa y cámbiate".
Khaimook le habría cerrado la puerta en la cara si no fuera porque Vi asomó la cabeza

con una amplia sonrisa.
"¿Quieres verme desnudarme?"
"No, ¡¿estás loca?!" Exclamó Khaimook, su rostro se puso tan rojo como un camarón
hervido.
"Oh, ¿dónde está mi ropa entonces? Si me quito todo, me quedaré solo en ropa
interior, ya sabes", continuó bromeando Vi, lo que provocó que Khaimook mirara a su
alrededor con pánico antes de agarrar la camisa de la estrella principal de la percha y
entregársela mientras gira su rostro.
"Aquí tómala."
"¿De qué eres tímida? Ambas somos mujeres".
Bueno... lo somos. Pero no te veo como sólo eso.

Khaimook gritó internamente, con el rostro vuelto hacia otro lado, y solo podía
escuchar la suave risa de la persona que tomaba la ropa. Pero no pudo evitar que sus
manos se tocaran, lo que hizo que Khaimook rápidamente retirara su mano.
"Bueno, si no te conociera, pensaría que me odias".
Khaimook escuchó la puerta cerrarse, pero la voz de Vi aún llegó, obligándola a

responder con firmeza: "Lo hago, siempre te burlas de mí".
"Porque eres muy molestable".
"¿Dónde?"
"Sólo mírate en el espejo. Eres molestable por todas partes".
Khaimook apretó los labios con fuerza y decidió cambiar de tema ella misma.
"Hoy te llevaré a casa, ¿verdad?"
"Uh Huh."
Khaimook casi suspiró aliviado.
"Ah, y pasado mañana, tendrás que venir a recogerme también".
"¡¿Qué?!" La voz de Khaimook se elevó cuando se giró bruscamente hacia la puerta.
"Te lo dije, mi auto se averió".
"No es mi trabajo en absoluto. Oh, es cierto, tengo que conducir a Rak ese día. Tiene
un evento".
Fue entonces cuando Vi salió con una mirada sorprendida. "Él no me lo dijo", dijo.
Khaimook rápidamente tomó su teléfono para consultar el calendario en línea, nunca

se alegró tanto de ver que Tongrak tenía un evento. Ella sabía que Tongrak era más
difícil de complacer, pero era mejor que lidiar con una provocación como Vi. Luego
giró la pantalla y señaló que en dos días Tongrak tenía trabajo que hacer.
...Rak va a estar en el escenario en un evento de libros...
Si pudiera, Khaimook pondría la frase en negrita, la subrayaría y la resaltaría en rojo

brillante para que Vi la viera.
Vi entrecerró los ojos y luego se volvió hacia Khaimook, que tenía cara de vencedora.
Luego, con una sonrisa, preguntó: "¿Rak ya sabe esto?"
"Por supuesto, se lo dije. Y lo agregué a su calendario".
"¿Lo ha mirado alguna vez?"
Khaimook hizo una pausa.
"¿Y cuándo se lo dijiste? ¿La semana pasada o el mes pasado?"
"Um..."
"Créeme, ahora mismo, su cabeza está llena de Mahasamut, ¿y crees que alguien
como Rak recordaría su agenda?"
"Él no tiene esa poca memoria... supongo".
Al final de la frase, Khaimook no quiso decir "supongo"; en su lugar quería gritar:

"Estoy tan jodida".
Una vez que Vi lo mencionó, Khaimook recordó el mayor defecto de Tongrak.

¿Cuándo recuerda esa persona su propio horario?
"Será mejor que se lo recuerdes antes de que lo cancele en su mente", advirtió Vi con
buenas intenciones.
Si Tongrak no quería salir de casa, simplemente no lo haría, y la que estaría jodida

probablemente sería su pequeña secretaria, quien con confianza se lo había prometido
al editor. Además, Vi pudo suponer que Tongrak asistía principalmente a eventos de
libros para anunciar una nueva serie basada en su libro. En una feria del libro, si el
propio autor no apareciera en el escenario, sería un desastre.
En ese momento, Khaimook se había convertido en un huevo cocido pelado, pálido y

blanco.
"De ninguna manera, Rak no lo olvidaría... ¿verdad, Vi?"
Suspiro... Vi quería atraer a la joven y darle un abrazo reconfortante, pero si lo hacía,

Khiamook definitivamente rompería a llorar.
Vi apostó su amistad de media vida con Tongrak... a que el chico definitivamente ya se

olvidó del evento.
Por supuesto, Khaimook no iba a dejar pasar esto por mucho tiempo (ya que faltaban
solo unas horas para el evento). Se dirigió directamente a la habitación de su amado
hermano y jefe al día siguiente para escucharlo decir...
"No recuerdo nada."

¿¡Qué!?
Los ojos de Khaimook se abrieron como si fueran huevos de gallina.
"No tenemos que ir, ¿verdad?"
"Sí, tenemos que..."
"Simplemente deja que los actores y el director suban".
Y eso fue todo. La joven generalmente obediente gritó a todo pulmón.
"¡Si no vas, renunciaré!"
A Khaimook no le importó la expresión de asombro en el rostro de Tongrak porque se

juró a sí misma:
Si no asistes a este evento, ¡se acabó!
Capítulo 22
Encontrar
"¿Tienes hambre, Rak?"
"No."
"¿Quieres algo, Rak?"

"No."
Genial, simplemente genial.
La gran feria del libro que se celebra dos veces al año reunió a casi todas las editoriales
de Tailandia. Esto también significó que el número de personas que asistieron al evento
fue incluso mayor que el de los organizadores, con una fila de autos que se extendía
hasta la carretera principal, provocando un enorme atasco. Cuando los tres finalmente
encontraron un lugar para estacionar, el rostro del joven escritor ya estaba contraído
por la frustración.
Khaimook quería gritarle al mundo... ¿Quién dice que Rak es guapo? ¿Quién quiere ser su
esposa? ¡Por favor ven y llévatelo!
La bella secretaria forzó una sonrisa.
Khaimook sabía que parte del mal humor de Tongrak se debía a ella, pero no era del
todo culpa suya. No fue sólo porque había amenazado con dejarlo. Bueno... eso fue
parte de eso, pero sobre todo, fue debido a... este evento.
Tongrak estuvo de acuerdo con asistir al evento como autor, firmar libros o hablar en
un stand. Sin embargo, no le gustaba aparecer en nada relacionado con la serie de
televisión o el equipo de producción.
Una... demasiada gente.
Dos... demasiados problemas.
Tres... demasiado drama.

Al principio, a Tongrak no le importaba, pero a medida que su fama creció más allá de
ser un simple escritor y pasó a estar involucrado en la escritura de guiones y ser
cercano a los actores, algunos fanáticos no tan amables comenzaron a tratarlo mal.
Si la serie era buena, los actores eran elogiados, pero si la serie fracasaba decían que el
guión era malo o la escritura era pobre.
Claro, no todo el mundo decía estas cosas, pero a veces Khaimook quería defender a
Tongrak diciendo que una serie de televisión no se trataba sólo de un aspecto. Cuanto
más se quedaba con Tongrak, conocía a Frost y escuchaba a los expertos de la industria,
más se daba cuenta de que a veces se trataba de presupuestos limitados, calendarios de
rodaje inmutables o decisiones del equipo de producción para cortar ciertas partes.
Y cuando Tongrak se acercó a los actores...
"¿Por qué está parado entre mi Ship?"
Bueno, es porque el actor lo respetó al tenerlo en el medio.
"¿Por qué fue a cenar con XXX y dónde estaba YYY? ¿Está tratando de separarlos?"
Eso es porque no comparten estómago, cariño. A veces, su ship puede comer por separado.
"¿No es esto parcial? ¿Por qué solo toma fotografías con YYY y dónde está XXX?"
Bueno, fue a comer con X y hoy se está tomando fotos con Y. ¿Qué más quieres? ¿Hay algún
problema?
Y luego estaba...
"¿Se da cuenta de que son pareja? ¿Está tratando de robarle el novio a otra persona?"
Ughhh.
Khaimook suspiró profundamente cuando leyó estas cosas en línea, enfatizando

nuevamente que era sólo una parte, no el todo. La gente tiende a centrarse más en lo
negativo que en lo positivo. Aunque Tongrak dijo que no le importaba, seguía siendo
humano.
A nadie le gusta que lo difamen.
Bien, basta con la introducción. Volvamos al punto principal.
Todo esto explicaba por qué Tongrak estaba de mal humor.
Hoy volvió a subir al escenario a regañadientes.
Khaimook había estado hablando de este evento desde hace un mes y medio porque
los organizadores querían anunciar al elenco llevándolos al evento. También quisieron
hablar con los editores que querían promocionar las novelas adaptadas a la serie.
Cuando los intereses se alinearon, ambas partes organizaron este evento. Y recalcar
nuevamente que era una feria del libro, y como la novela era la base… el escritor tenía
que subir al escenario.
Tongrak no podría escapar aunque lo intentara.
Khaimook se sintió algo aliviada de que Tongrak respetara mucho al editor de esta
editorial. Si le preguntaran, siempre lo haría por ellos, pero eso no significaba que no
estaría irritado.
Así que ahora intentó seguir sonriendo e hizo otra pregunta.
"¿Estás cansado?"
"Me senté en el auto durante una hora y media, ¿qué opinas?"

Khaimook rápidamente cerró la boca.
"Uh, entonces espera aquí un momento. Iré a comprobar con Mint si el salón está
listo", dijo antes de escapar rápidamente.
Ahora sólo quedaban el escritor y el hombre sureño; este último preguntó con una
sonrisa: "¿Qué te tiene tan molesto?".
"No estoy molesto", respondió Tongrak al instante.
"Entonces ¿qué tal una sonrisa?"
"Mis mejillas están cansadas".
"Tan malo, ¿eh?"
Tongrak miró al hombre de la molesta voz aguda, miró esa amplia sonrisa y giró la
cara.
No estaba enojado con Khaimook ni irritado por el atasco. Simplemente no le gustaba

la forma en que... la gente miraba a Mahasamut.
¿Cómo podría Tongrakk olvidar que la persona que estaba a su lado era una joya
preciada de la isla?
Incluso cuando Mahasamut vestía informalmente en la isla, era todo un espectáculo.

Pero cuando el hombre alto y de piel oscura se vistió formalmente, solo resaltó aún
más su atractivo, haciendo que Tongrak se diera cuenta de los muchos pares de ojos
fijos en el chico que estaba a su lado. Y estaba seguro de que no lo estaban mirando.
Por eso Tongrak estaba molesto.

Quería disculparse con Khaimook por desquitarse con ella también, pero no quería
admitir directamente que... estaba celoso.
Sólo habían pasado dos días desde el problema con su padre, y Mahasamut acababa de
recoger a su sobrina ayer por primera vez. Cuando escuchó que los dos se llevaban
bien e incluso Meena llamó para compartir con entusiasmo cómo el tío Mut seguía
preguntándole sobre su tío Rak, se sintió aún más feliz que antes. No esperaba que sólo
dos días pudieran acercarlos más.
Anoche Mahasamut tuvo la osadía de dormir en su habitación.
Dormir como simplemente acurrucado.
Tongrak estaba de buen humor hasta que notó esas miradas sobre Mahasamut. Y
luego, "Ay, ¿qué estás haciendo?"
El escritor extendió la mano y revolvió el cabello de la persona que estaba a su lado,

ignorando las protestas.
Una mano grande agarró su muñeca y un rostro afilado lo miró con ojos brillantes. Una
voz ronca preguntó alegremente: "¿Te sientes mejor ahora?"
"Aún no."
"Pero ahora me duele la cabeza".
"No te tiré del pelo ni nada".
Mahasamut sonrió de nuevo y se acercó más, diciendo: "Me arruinaste el cabello.

Arréglalo tú".
"¿Por qué debería?"

"Porque quiero que lo hagas".
Ridículo, ¿por qué estoy sonriendo?
Se dijo el hombre irritado porque tan pronto como Mahasamut dijo eso, no se sintió
irritado. Tongrak pasó de desordenarlo a empujar suavemente el espeso cabello negro
hacia atrás, dándole forma agradable. Sus ojos color miel se centraron sólo en el
hombre frente a él mientras sus labios se curvaban en una sonrisa encantadora.
"¿Duele mucho?"
"No duele. No quisiste lastimarme".
Tongrak sonrió y su suave mano tocó la sien de Mahasamut.
"Te ves guapo ahora."
Mahasamut, que disfrutaba del suave toque de su cabello, de repente se detuvo y miró
esos hermosos ojos.
¿Tongrak me está halagando?
"Tú..."
"Tú eres Rak, ¿verdad?"
Antes de que Mahasamut pudiera preguntar, dos jóvenes entusiastas entraron

corriendo. Cuando Tongrak asintió, chillaron de alegría.
"Soy un gran admirador tuyo. ¡Me encanta tu serie Mafia! Te sigo desde el primer
libro".
"Vaya, ha pasado un tiempo".

"¡Sí! He estado leyendo la serie desde la secundaria. Incluso se la recomendé a mis

amigos".
"Me alegra oír eso", dijo Tongrak con una amplia sonrisa.
"¿Puedo conseguir tu autógrafo? Waah, estoy tan feliz. Vine aquí específicamente
para verte", dijo la chica, casi llorando de emoción. Saltó como si no supiera qué hacer,
le temblaban tanto las manos que su amiga se rió mientras intentaba entregarle el
último libro de Tongrak para que lo firmara.
La sonrisa de Tongrak se hizo más amplia y, sin dudarlo, ayudó a desenvolver el libro
y sacó un bolígrafo para firmarlo. A medida que se acercaba el primer fan, otros que
notaron que este apuesto hombre era autor de muchas obras famosas comenzaron a
acercarse también.
La zona se convirtió en una pequeña sesión de autógrafos.
"¿Puedes arreglártelas solo?" Mahasamut, que estaba detrás, se inclinó para susurrar.
"¿Adónde vas?" Tongrak detuvo su mano y se volvió para preguntar.
"Voy a comprarte un poco de agua".
Parecía que Tongrak estaría ocupado aquí por un tiempo.
"Claro, adelante. Estaré bien", dijo Tongrak con una sonrisa adorable, luego se volvió
hacia los fans.
Mahasamut dio un paso atrás para dejar paso a los demás, y sus ojos oscuros se
suavizaron con ternura.
¿Se dio cuenta Tongrak de lo feliz que parecía? Fue muy diferente a cuando supo que
tenía que subir al escenario. Y esto hizo que Mahasamut se diera cuenta de algo: a
Tongrak le encanta este trabajo.
Así se siente ver a la gente disfrutar de lo que uno ha creado
Y estoy feliz de ver su sonrisa.
Pensó Mahasamut mientras se hacía a un lado, con la intención de comprar agua para
Tongrak, quien parecía probable que estuviera conversando con los fanáticos por un
tiempo.
"¿Puedo hablar contigo un momento?"
Mahasamut tenía la intención de hacer un viaje rápido de ida y vuelta en caso de que
Tongrak necesitara su ayuda, pero tan pronto como terminó de comprar el agua, una
mujer de aspecto familiar le bloqueó el camino. Su rostro altivo no era diferente al del
pariente de Tongrak. Ella levantó la barbilla y le lanzó una mirada hostil, a lo que el
joven respondió con una sonrisa.
"No. estoy ocupado."
Mahasamut no era más que un tipo molesto.
Dicho esto, la figura alta se hizo a un lado y evitó a Prin, ignorando a la atónita mujer.
"¡Espera!"
"Ten cuidado. Agarrarme así te provocará el hedor de un humilde trabajador".

Tan pronto como lo agarraron del brazo, Mahasamut se giró con un rostro inexpresivo
que hizo que la mujer se estremeciera como si hubiera tocado algo caliente. Ella le
devolvió la mirada con irritación.
"No quería tocarte en absoluto."
"Sí, sí, sólo soy una persona humilde, así que una persona alta y poderosa como tú
probablemente no tenga nada de qué hablar conmigo". Una vez más, Mahasamut se
alejó. No tenía nada que discutir con alguien que le había causado dolor a Tongrak,
incluso si esta mujer era su pariente.
Prin apretó el puño con fuerza.
"¡Espera!"
La mujer corrió apresuradamente para interceptar a Mahasamut.
"Ash..."
Prin pensó que éste era el momento más exasperante de su vida. Nunca nadie había
sido tan grosero como para suspirarle así en la cara. Este tipo era exactamente una
persona que Tongrak elegiría: igualmente despreciable.
"No he terminado de hablar contigo."
"Pero no tengo nada que hablar contigo".
Los ojos de la mujer se iluminaron. Apretó los dientes y luego pronunció tres palabras,
"Doscientos mil".
Cuando el hombre frente a ella levantó una ceja en cuestión, Prin continuó
rápidamente.
"Te pagaré doscientos mil. Haz lo que te digo".

Mientras Mahasamut fruncía el ceño, con el rostro tenso, Prin sonrió burlonamente.
Las prostitutas son todas iguales. Simplemente golpéalos con dinero y listo.
"¿Qué dices? Trabajo fácil, ¿eh? Es mejor que venderte a Tongrak". Dijo Prin,
sonriendo como una vencedora.
Pero...
"¿Adónde vas?"
Mahasamut simplemente se encogió de hombros y se alejó, sin querer hablar, lo que

hizo que Prin gritara y lo persiguiera.
"Deberías ser lo suficientemente inteligente como para saber que me niego".
¿Está insinuando que soy estúpida?
Prin quería gritar, pero primero tenía que negociar con este imbécil. Ella rápidamente
corrió más rápido para interceptarlo nuevamente, su boca hablaba rápidamente:
"Trescientos mil".
Mahasamut siguió alejándose.
"Cuatrocientos mil, ah, seiscientos mil entonces."
Prin comenzó a jadear, ya que este chico alto era varios centímetros más alto que ella,
su único paso equivalía a varios pasos rápidos de ella. Incluso después de ofrecer
seiscientos mil, este imbécil salió corriendo, dejándola detenerse exhausta. Pero Prin no
se rendiría, ya que rápidamente sacó la llave de su auto de su bolso y… se la arrojó a la
espalda del hombre.
El dolor que golpeó su espalda hizo que Mahasamut se volviera bruscamente para
mirar con ojos intensos.
"Te daré este Benz ahora mismo".
“...”
Prin señaló la llave del auto Benz que se había caído al suelo, confiando en que se
agacharía para recogerla porque este auto valía más de uno o dos millones, lo cual ella
estaba dispuesta a pagar si eso significaba vengarse de su pariente cercano.
Mientras Mahasamut miraba la llave del auto, él... se agachó para recogerla.
Sus acciones hicieron que la pequeña mujer sonriera de satisfacción, dispuesta a decirle
a Mahasamut lo que tenía que hacer.
Pero...
"Toma, se te cayó esto."
"¿¡Qué!?"
Mahasamut le puso la llave del coche en la mano y dijo en tono agradable: "Bueno, es
sólo que venderme a Tongrak podría ser más divertido que trabajar para ti".
"Espera..."
"Ah, y deja de perseguirme. Necesito ir al baño".
La figura alta levantó la mano para detenerla, mirando la mano que había sido
agarrada antes, y ahora que estaba agarrando la mano de Prin para devolverle la llave
del auto.
"Primero necesito lavarme las manos. No quiero ensuciar a Tongrak". Mahasamut

sonrió ampliamente una vez más, luego se dio la vuelta y se alejó, dejando a Prin
parada allí congelada en shock porque ni siquiera había considerado la posibilidad de
ser rechazada.
¿Qué demonios fue eso? ¿Y acaba de llamarme... sucia?
Prin quería gritar en voz alta, pero como la gente empezaba a mirar, todo lo que pudo
hacer fue pisotear con enojo y salir corriendo en otra dirección, furiosa.
¡Ella recordaría esto y definitivamente se vengaría!
Mahasamut se alejó con los puños apretados. No fue la ira por haber sido insultado lo
que se apoderó de él; de hecho, disfrutaba bastante de las bromas y de la oportunidad
de irritar a la mujer. Pero lo que no podía soportar era saber que alguien quería dañar a
la persona que quería proteger, especialmente cuando ese alguien supuestamente era
de la familia.
Fácilmente podría haber aceptado el dinero ofrecido.
Aunque no se trataba de dinero. Quería entender los planes de la mujer llamada Prin.
Por ahora podía seguir el juego, fingir ignorancia y ver qué estaba tramando la mujer
contra Tongrak, cómo pretendía hacerle daño y cómo podía evitarlo. Pero sus instintos,
en los que siempre había confiado, le gritaban una advertencia: incluso si todo fuera
una broma, Tongrak nunca perdonaría una traición.
Mahasamut podía explicarse, pero la sola idea de que Tongrak derramara lágrimas por
la creencia de que estaba del lado de Prin era insoportable.
Puede que no conociera a Tongrak desde hacía mucho tiempo, pero Tongrak no era del
tipo que recurre a tácticas engañosas. Este hombre fue directo: ojo por ojo. Si alguien
quisiera pelear, simplemente enfréntalo de frente.
Incluso si el resultado fuera una victoria, si causara dolor a Tongrak en el camino,

Mahasamut se consideraría derrotado.
Con estos pensamientos, aceleró el paso de regreso a Tongrak.
"Bajaré y me reuniré con el equipo primero".
"Adelante, estaré bien aquí".
En el salón detrás del escenario, Khaimook todavía estaba vacilante junto a la puerta,
mirando a su jefe bebiendo agua en el sofá. Tongrak insistió y agitó la mano para
ahuyentarla.
"Sigue."
"Está bien, ya vuelvo", asintió finalmente Khaimook y se fue.
Ahora, nuevamente eran solo Tongrak y Mahasamut. Tongrak le dio al hombre más
alto una sonrisa... una desdeñosa, diciendo: "¿No dijiste que querías comprar algunos
libros? Entonces, date prisa. Tan pronto como salga del escenario, planeo ir
directamente a casa".
Significaba que Mahasamut solo tenía un corto período de tiempo.
Tongrak miró su reloj, que marcaba veinte minutos antes de que tuviera que subir al
escenario. Todos los miembros del elenco ya estaban en el hotel de enfrente,
preparándose para tomar una camioneta. Llegarían justo a tiempo para subir al
escenario y luego reunirse con los fans. Y en cuanto a Tongrak, tenía intención de
marcharse tan pronto como hubiera cumplido su parte.
"Me quedaré y te haré compañía".

Tongrak se rió entre dientes ante la oferta, miró el hermoso rostro que tenía ante él y
recordó lo que Mahasamut había compartido.
"Esa niña no puede hacerme nada", dijo Tongrak con confianza. Incluso si diez Prins
irrumpieran en la habitación, no podrían tocarlo.
"Además, necesito que me compres algunos libros también".
Había varios libros traducidos a los que le había echado el ojo este año y quería un
momento de tranquilidad antes de enfrentarse a la multitud. Entonces, ¿por qué no
enviar al hombre a comprarle?
Y dicho esto, Mahasamut admitió la derrota.
"Entonces volveré pronto."
Ahora que Mahasamut se había marchado, volvió la tranquilidad.
Tongrak ajustó su estado de ánimo, recostándose en el sofá con una postura relajada,
las piernas cruzadas y las manos entrelazadas en el regazo. Se quedó quieto y escuchó
el tictac del reloj de pared como si esperara algo.
El apuesto hombre de rasgos faciales marcados, ojos cerrados, revelando espesas

pestañas descansando sobre sus suaves mejillas, fue resaltado por la iluminación de la
habitación, acentuando su piel clara. Su comportamiento relajado pero elegante y su
rostro silencioso y digno eran como una escultura realizada por un artista de renombre.
"Es extraño verte solo, Rak."
Y la persona que estaba esperando efectivamente había llegado.
Tongrak desdobló los brazos, estirándose perezosamente pero de manera atractiva,

como un gran tigre que mira con indiferencia a una pequeña presa.
"¿No sabías ya, que estaría solo?" preguntó con una sonrisa.
El espectador despreciaba mucho esa actitud.
"Pfft, actúas como un hermano afuera, ¿no? ¿Temeroso de lo que otros podrían
pensar si conocieran al verdadero Tongrak, ¿qué tan terrible es su naturaleza?" Prin
se burló, molesta con su primo, quien en realidad nunca actuó como un hermano, pero
se mostró educado en público.
"¿No estás haciendo lo mismo?" Tongrak arqueó una ceja.
Somos tan malos como los demás.
Prin no respondió. Simplemente se acercó, tomó un vaso de agua y una botella y se

sentó frente a Tongrak.
"No recuerdo haberte invitado a sentarte", dijo.
No seas descarado.
"¿Ni siquiera sabes modales básicos? Ese es el problema cuando no hay nadie que te
enseñe".
Tongrak permaneció quieto, esperando a ver qué movimiento haría la otra parte,
mientras la joven se servía agua con indiferencia, indicando que incluso si la
ahuyentaran, no se iría. Y aunque Tongrak sabía que Prin tenía la intención de causarle
problemas, eso no significaba que quisiera escucharla parlotear.
"¿No tienes trabajo que hacer?"
"Ups, tal vez no sabes, hermano Rak, que yo también soy escritora. Hoy también
tengo una firma de libros en el stand".
"¿No es que simplemente me estás imitando?"
La joven hizo una pausa.
A Tongrak no le importaba qué escritores estaban programados y en qué días; no tenía

tiempo libre para seguir la agenda de cada editorial. Sólo sabía la fecha y hora que sus
amigos escritores le dijeron que asistirían. Y como no asistía a todos los eventos, sin
darse cuenta se le había olvidado que los días que estaba allí, Prin también aparecía.
Esta niña estaba decidida a competir con él en todo.
"No es demasiado tarde para admitir que eres fan mío".
"Falta calidez hasta el punto de engañarte a ti mismo, ¿eh?" Prin replicó bruscamente.
Mientras Tongrak se inclinaba hacia adelante.
"Creo que deberías dejar de lado esta falta de calidez, ser abandonado por mi padre,
mi madre comprando hombres. ¿No crees que se está volviendo demasiado viejo y
todo el mundo ya lo sabe? Incluso los niños de primaria pueden inventar insultos
más creativos que este. Repetir lo mismo es aburrido, Prin", respondió Tongrak,
aparentemente imperturbable.
Pero como sintió algo, es por eso que este niño no se detuvo.
"Así es", pero esta vez Prin estuvo de acuerdo.
"Todo el mundo sabe lo desordenada que es tu familia", dijo la joven con una sonrisa
maliciosa, inclinándose para susurrar.
"Hasta el punto en que ahora tienes que comprar un hombre para reemplazar a tu
padre".
Por primera vez desde que Prin empezó a hablar, Tongrak quedó desconcertado. Sus
ojos color miel se oscurecieron mientras miraba a su pariente más joven, quien sonrió
con suficiencia.
"Ups, ¿por qué me miras así? ¿Estás herido?" dijo la joven, inquietantemente. Ella
continuó: "Pero lo entiendo. Estás envejeciendo cada día. Nadie te querría gratis
como antes, así que tienes que comprar amor. Pero realmente no entiendo por qué
elegiste a ese hombre. Pero como sea, yo no quiero entrometerme con tu gusto,
aunque sea bastante... bajo."
Cuanto más tranquilo se volvía Tongrak, más satisfecha se sentía Prin.
La joven se inclinó, mirándolo a los hermosos ojos, enfatizando su punto para que se
mantuviera firme.
"Y quiero saber..."
“...”
"¿Crees que él realmente puede amarte?"
Tongrak apretó los dientes, lo que, aunque fue una reacción sutil, fue claramente
perceptible para un ojo observador.
"Oh, ¿estás enojado? ¿De verdad crees que al comprarlo, automáticamente te amará?
¿Tu padre no te amaba lo suficiente como para buscar el amor en otro hombre? Es
gracioso, Rak. Nunca pensé que alguien tan educado como tú pensaría tan
simplemente".
Prin se rió con voz clara, mirando a Tongrak como si tuviera la ventaja.
"Te lo diré por tu propio bien. Incluso si lloras y suplicas, nadie amará a alguien
como tú".
"¿Terminaste de hablar?"
"Aún no." La joven sacudió la cabeza, sosteniendo su vaso de agua, y luego pronunció
las palabras que sabía que le harían más daño.
"Al final, terminarás igual que la tía".
Prin levantó su copa para beber como si esperara el momento oportuno para observar
la reacción de Tongrak, luego habló con un tono que fingía lástima por el hombre
frente a ella.
"Enloquecido por el abandono".
Tongrak apretó el puño con fuerza. Hacía tiempo que había dejado de intentar
comprender a Prin, había dejado de preguntarse por qué esta mujer quería golpearlo
con tantas ganas y había dejado de preguntarse si eran celos o rencor contra él. Porque
incluso si encontrara la respuesta, no cambiaría nada; ella todavía pondría sal
implacablemente a sus heridas.
¿Realmente quería verlo llorar, verlo perder tanto la compostura?
Sus ojos color miel estaban terriblemente calientes.
Incluso si Tongrak supiera que algo así iba a suceder desde el momento en que
Mahasamut mencionó que acababa de encontrarla, eso no significaba que su corazón
fuera lo suficientemente fuerte como para escuchar las cortantes palabras.
Y además... Prin había tocado el tema de su madre.

Tongrak bajó la voz para evitar que le temblara. "¿Crees que voy a perder los estribos
y tirarte agua?... Intenta actuar como un adulto por una vez", dijo con calma, y eso
hizo que Prin... sonriera.
"Esperaba que lo hicieras."
"¿Por qué? ¿Me tomarías la mano para hacerlo?"
"No, esto es más fácil."
¡Splash!
“¡¡¡!!!”
Clic.
"Rak, he vuelto..."
Tan pronto como Prin terminó de hablar, el vaso de agua en la mano de Tongrak, que
pensó que le arrojarían, fue arrojado a la cara de... Prin.
Ya sea que fuera un mal momento o no, en ese mismo instante, la puerta del salón se
abrió. Pero no fue sólo el dueño de la voz alegre, cuyo tono se había interrumpido
abruptamente, entrando; también era... un equipo de más de una docena de miembros
del personal de la serie parados boquiabiertos ante la escena frente a ellos.
Y antes de que Tongrak pudiera recuperar la compostura...
"Rak, ¿¡por qué me arrojaste agua!?"
Prin gritó a todo pulmón.

Capítulo 23
¿Quién es el Ganador?
En ese momento, el silencio envolvió el lujoso salón. Mientras Tongrak permanecía

sentado en el costoso sofá, Prin estaba a su lado, con la cara y parte de la ropa
empapadas de agua. Esta situación llamó la atención del grupo recién llegado, que
acababa de presenciar el grito de una joven. Entonces, todas las miradas comenzaron a
dirigirse hacia Tongrak.
¿Qué diablos pasó?
"Yo... sólo estaba preocupada por ti", dijo Prin, rompiendo el silencio. Ella continuó:
"Si no te gustó, deberías haberlo dicho. ¿Por qué tuviste que tratarme así? Somos
hermanos, ¿no? Sollozo... ¿Qué hice mal?"
La joven comenzó a sollozar, tapándose el rostro para ocultar una sonrisa, consciente
de que todos los que estaban al frente de la sala los estaban mirando. Interpretar el
papel de la lamentable hermana menor acosada por su hermano no fue difícil.
"Sollozo... lo sé. Has estado celoso de mí desde que éramos niños, pero yo nunca he
estado celosa de ti. Sólo vine... sollozo... a felicitarte por la nueva serie. ¿Por qué
dijiste que era pretencioso? ¿Por qué dijiste que no tenía el cerebro para hacer lo que
tú haces cuando yo sólo...? Luego levantó su rostro manchado de lágrimas y dijo:
"Quería ser tu hermana".
Ahora, Prin sollozó aún más fuerte al escuchar los murmullos de asombro de los
espectadores.
Mientras tanto, Tongrak observaba con una mirada gélida.
Desde el momento en que Prin levantó el vaso de agua, lo había visto todo.
Inicialmente, pensó que ella se lo arrojaría, pero nunca imaginó que ella se salpicaría
ella misma. Tuvo que admitir que ella era más inteligente que antes, logrando que
muchos lo miraran con desdén y la vieran como una mujer frágil sin posibilidad de
luchar.
"Eh."
Tongrak sonrió, sin esperar nunca que lo burlaran y lo metieran en semejante lío.
Y esa sonrisa hizo que Prin fingiera sobresalto.
"¿En serio? ¿Están peleando los hermanos?"
"Vaya, salpicándose agua unos a otros, ¿eh?"
"¿No es esto demasiado?"
Aunque nadie dio un paso adelante para ayudar a Prin, los murmullos que llegaron a
sus oídos sugirieron que Tongrak era el culpable. Khaimook, que había estado en
estado de shock, se giró abruptamente con ira.
"Rak nunca haría eso. Debe haber algún malentendido".
El equipo intercambió miradas inquietas.
"Um... pero la evidencia está ante nuestros ojos, señorita Khaimook. Sé que esto es
personal, pero si el público descubre que Tongrak hizo esto, podría arruinar su
reputación", dijo uno de ellos.
No solo estaba en juego la reputación de Tongrak, sino también la reputación del

equipo de producción que eligió trabajar con alguien como él. Y luego estaban los fans
esperando afuera; Si se fueran así, el problema no se resolvería fácilmente.
"No, no lo creo. No puede ser verdad..."
"Lo hice, Mook."
"¡Rak!"
En ese momento, Tongrak interrumpió a Khaimook, haciéndola retroceder incrédula.

Rak, ¿en serio? Por muy egocéntrico que fuera Rak, nunca había recurrido a la violencia. No
importa cuántas veces Prin causó problemas, Rak simplemente respondió con palabras.
Entonces por qué...
La confusión llenó los ojos de la joven, lo que llevó a Tongrak a sonreírle.
"Porque lo estoy haciendo ahora mismo".
¡Splash!
“¡¡¡!!!”
En un movimiento inesperado, Tongrak agarró un vaso de agua y lo volcó sobre la

cabeza de Prin.
Mientras todos quedaban atónitos por la acción inesperada, Prin gritó en protesta.
"¡Rak! ¿¡Qué estás haciendo!?"
"Oye, hombre, creo que esto va demasiado lejos", intervino uno de los miembros del
personal, dando un paso adelante.
Antes de entrar a la habitación, Tongrak ya le había arrojado agua a Prin. Con tanta
gente alrededor, todavía se atrevió a hacerlo de nuevo. Incluso si fuera un escritor
talentoso, este comportamiento dificultaba el trabajo conjunto.
"Ya dije que lo hice. Toma", dijo Tongrak, mirando fijamente al personal y colocando
el vaso con calma. Luego sus hermosos ojos se volvieron hacia Prin, haciéndola
estremecerse y dar un paso atrás.
"Soy el tipo de persona que admite mis errores. Como de todos modos me van a
culpar, más vale que haga que valga la pena".
"¿Qué quieres decir con eso?" preguntó una persona.
Tongrak no respondió pero dio otro paso hacia Prin.
De repente, uno de los miembros masculinos de la tripulación no pudo soportarlo más

y agarró el brazo de Tongrak, mirándolo con severidad. Tongrak tranquilamente se
quitó el brazo y luego metió la mano en el bolsillo para sacar algo... un bolígrafo.
El bolígrafo parecía normal, pero si alguien notara la punta, vería una luz roja
parpadeando rítmicamente.
"¿Sabes lo que es esto?"
"¿Qué te pasa, Rak? ¿Aún tienes corazón para preguntarme después de lastimarme
así?" Prin se estaba poniendo nervioso. A sus ojos, era sólo un bolígrafo. Pero el
empleado que se acercó para protegerla lo miró con interés.
Tongrak quitó el capuchón del bolígrafo.
"Así es como funciona."
Tan pronto como Tongrak conectó el bolígrafo a un pequeño dispositivo, Prin entendió
lo que estaba pasando.
"¡Dámelo!" La mujer se abalanzó para arrebatárselo, pero Tongrak lo levantó por

encima de su cabeza justo a tiempo y la yema del dedo lo presionó juguetonamente.
Eso fue todo.
'¿Crees que voy a perder los estribos y tirarte agua?... Intenta actuar como un adulto
por una vez'.
‘Esperaba que lo hicieras.’
'¿Por qué? ¿Me tomarías la mano para hacerlo?‘
‘No, esto es más fácil.’
La conversación anterior entre Tongrak y Prin resonó por toda la habitación.
Ahora, todos se volvieron para mirar a la mujer de rostro pálido.
"No es verdad, no lo es".
Tongrak miró a su prima menor, tratando de explicarse a los demás con lástima. Sus
ojos claros eran fríos como el hielo. Tan pronto como Prin se volvió hacia él, se
estremeció.
Rak sonrió. Una sonrisa que no llegó a sus ojos.
"Tengo otra cosa que decirte", dijo Tongrak más allá del bolígrafo de grabación de voz.
Tenía otra sorpresa para su hermanita especial.
Tongrak señaló un rincón de la habitación.
...Era una cámara de seguridad...
A primera vista, parecía una lámpara de techo.
Tongrak se acercó a Prin, puso una mano en su hombro y se inclinó para susurrarle al
oído: "Crees que eres la heroína de una novela o algo así, ¿eh?... No seas tan
estúpida".
Tongrak le apretó ligeramente el hombro y luego dio un paso atrás para mirarla a los
ojos. Se soltó y pasó junto al equipo que se separó por él sin ningún intento de
detenerlo como antes. Una vez que estuvo fuera de la habitación, todos los ojos se
volvieron hacia Prin, su rostro enrojecido por la vergüenza.
"¿Te... salpicaste con el agua tú misma?" alguien preguntó.
Prin lo negó estridentemente: "¡No, no lo hice!"
Tongrak no se molestó en escuchar sus excusas. Simplemente pasó junto a Khaimook,

que todavía estaba parada en la puerta. Le dio unas palmaditas en la cabeza a su
asistente favorita como agradecimiento. Y cuando dobló la esquina...
"¿Estás satisfecho?"
Mahasamut estaba esperando allí.
Tongrak lo miró a los ojos y luego sacudió lentamente la cabeza. "No tanto como
pensaba."
Tongrak pensó que se sentiría triunfante por tratar con esa chica, pero en realidad, el
lamentable estado de Prin mientras intentaba explicarse a todos no le trajo ninguna
alegría. Al menos las palabras de Prin habían tocado una fibra sensible: se volvería loco
por haber sido abandonado como su madre.
De repente, unos brazos fuertes abrazaron a Tongrak, una mano grande acunó la parte
posterior de su cabeza, ofreciendo el consuelo más sólido a alguien que había sido
frágil toda su vida.
"Bien hecho."
Todo lo que Tongrak pudo hacer fue hundir la cara en el fuerte hombro y murmurar:
"No soy un niño".
"Por supuesto que no; eres el mejor".

Curiosamente, Tongrak se encontró levantando los brazos y abrazando la ancha

espalda en señal de rendición.
No necesitaba una victoria sin sentido; todo lo que quería era el abrazo de este hombre.
"Entonces, cuéntame sobre el personaje que estás interpretando".
"Entonces empecemos conmigo".
En el escenario, entre los fanáticos que gritaban ansiosos por ver a sus actores favoritos,
Tongrak se sentó junto al presentador, flanqueado por cuatro actores principales y el
productor al otro lado del escenario. Estaban discutiendo la serie que recién
comenzaba a filmarse, pero él apenas prestó atención a las preguntas. Sus ojos color
miel estaban fijos en un hombre que estaba parado a un lado.
Entre la multitud, Mahasamut todavía le llamaba la atención.
El hombre que encontró su mirada le envió una sonrisa.
Sentía como si algo se estuviera hinchando en su pecho, como un esponjoso algodón

de azúcar con los colores del arcoíris, como un caramelo reventando y rebotando
alrededor de su boca. Era ese tipo de sensación de cosquillas. Lo que Tongrak sintió.
Y Tongrak le devolvió la sonrisa.
Aunque la mayoría de los fanáticos estaban concentrados en sus ídolos, a poca

distancia de Mahasamut, Khaimook estaba presenciando este intercambio con ojos
claros, mirando de un lado a otro entre los dos hombres.
Mientras estaba ocupada con Vi, ¿progresó algo entre estos dos?
"Preguntémosle al propio autor para variar. ¿Qué opina de esta serie, Sr. Tongrak?"
La mirada de Tongrak se apartó de Mahasamut.
Ya había visto la lista completa de preguntas y había preparado sus respuestas con
anticipación, pero se le habían olvidado.
Ahora, sólo había una cosa en su mente.
El joven se encontró con los ojos del sonriente anfitrión, quien esperaba ansiosamente
una buena respuesta.
"Espero que esta serie pueda ayudar a alguien", dijo.
"¿Cómo es eso?"
"Creo que todo el mundo tiene sus momentos de debilidad. Tenemos días malos en
los que lloramos y momentos en la vida en los que sentimos que no podemos seguir
adelante. Conocer a alguien que interviene para ser un refugio, un lugar seguro y
una fuente de fortaleza es importante. Es como si los dos personajes de la historia se
convirtieran en un santuario el uno para el otro de alguna manera". Tongrak no
estaba seguro de lo que estaba diciendo, sus hermosos ojos se encontraron
inadvertidamente con los de Mahasamut nuevamente, lo que lo obligó a volver a
concentrarse rápidamente en la pregunta.
"Quiero que el público también adquiera esa fuerza".
"Vaya, eso es asombroso, Sr. Tongrak. Así que ahora depende de los cuatro jóvenes
actores transmitirnos esta historia a todos, ¿verdad?" El presentador continuó el
espectáculo mientras los actores empezaban a burlarse unos de otros sobre quién
tendría el trabajo más difícil, provocando aplausos del público.
Pero... Tongrak se estaba cuestionando a sí mismo.
¿Acaba de responder la pregunta o... se lo contó a cierta persona?

"Muy bien hecho."
"Realmente me estás felicitando, no siendo sarcástico, ¿verdad?"
"¿Alguna vez he sido sarcástico contigo?"
Mahasamut estaba satisfecho con la belleza que tenía delante poniendo los ojos en
blanco, por lo que no podía dejar de bromear.
"Lo hiciste muy bien hace un momento".
Esos ojos que adoraba le devolvieron la mirada.
"¿Qué quieres decir? ¿En el escenario o antes de eso?" Tongrak se encogió de hombros
y su mirada recorrió de nuevo el salón ahora vacío. El equipo había estado ocupado
por un tiempo después del evento en el escenario, llevando a los actores a encontrarse
con los fans, dejándolos solos a ellos dos en la sala nuevamente.
Mientras tanto, Khaimook había ido a hablar con los editores al puesto de libros.
Mahasamut hizo una pausa ante la pregunta.
Durante todo el tiempo que permaneció fuera del escenario, Mahasamut vio a un
hombre absorto en su trabajo. A pesar de la renuencia de Tongrak a asistir a tales
eventos, siempre sonreía y tenía un brillo de felicidad en sus ojos, una chispa de
esperanza como la de un niño, como si estuviera haciendo algo increíblemente
divertido.
Tongrak no era consciente de que a veces parecía un niño.
Y Mahasamut estaba irremediablemente enamorado de que este adulto actuara de

manera infantil.
"No me hagas preocuparme así otra vez."
El obstinado Tongrak insistió en quedarse solo y abrió la puerta para que Prin causara
problemas.
"Pero te dije que podía manejarlo".
"Y te dije que estoy preocupado".
"¿Qué bien harías quedándote?"
Mahasamut frunció el ceño y dijo con un puchero: "Probablemente echarla de la

habitación".
Esta vez, Tongrak se rió a carcajadas: "Eres un niño".
"Lo soy. Soy más joven que tú."
Por lo general, Mahasamut era quien tenía el control, pero cuando comenzó a ser
sarcástico como un niño porque Tongrak lo obligó a esperar afuera de la habitación,
Tongrak lo encontró aún más divertido. A Tongrak no le importaba que lo llamaran
viejo. Se acercó, su delgada mano descansando sobre el pecho de Mahasamut.
"Está bien entonces, ¿qué quieres?"
Mahasamut lo miró a los ojos.
"Quiero que no vuelvas a ponerte en riesgo".

Esos ojos penetrantes mostraban seriedad, no la habitual alegría.
Aunque Prin no podía dañar físicamente a Tongrak, esa mujer psicótica sí podía dañar
a Tongrak emocionalmente. Y fue bueno que hubiera una grabadora de voz; de lo
contrario, esa mujer podría haber arruinado la reputación de Tongrak más allá de lo
imaginable.
Tongrak hizo una pausa y pensó por un momento antes de decir: "Está bien, la
próxima vez haré que te quedes conmigo". Mahasamut casi sonreía cuando Tongrak
añadió: "Así que, en su lugar, serán dos hombres confabulados contra una mujer".
Tan pronto como terminó de hablar, Tongrak se echó a reír al ver la expresión
incómoda del hombre más alto.
"Está lleno de eso, Sr. Tongrak".
"No, estoy bastante lleno del tuyo." Tongrak arqueó las cejas con complicidad, todavía
juguetón.
Sin embargo, el buen humor de Tongrak hizo que Mahasamut cediera de buen grado.
"Sí, sí, ganaste".
Beso
“¡!”
En ese momento, unos labios suaves y flexibles rozaron rápidamente los de

Mahasamut, lo que le hizo levantar las cejas con sorpresa. Miró a los ojos a la belleza
que tenía delante, quien ahora sonrió aún más dulce que antes, despojándose de la
imagen del escritor guapo y capaz que era en el escenario. Era como si Tongrak
simplemente estuviera siendo Tongrak cuando estaba con Mahasamut.
Tongrak cada vez le revelaba más de sí mismo a Mahasamut.
"Una recompensa por esperar", dijo Tongrak.
Con un movimiento rápido, el oyente no dudó en rodear con sus brazos la esbelta
cintura.
"¿Eso es todo lo que estás dando como recompensa?"
El rostro afilado de Mahasamut se inclinó hasta acercarse al de Tongrak, la punta de su

nariz rozó la mejilla, inhalando el dulce aroma profundamente. Mientras tanto,
Tongrak preguntó con voz ronca: "¿Entonces qué quieres?"
El par de ojos oscuros se abalanzaron, mirando los labios en lugar de dar una respuesta
verbal.
"Bueno..." Las manos de Tongrak se envolvieron alrededor del fuerte cuello, sus labios
se rozaron entre sí, provocando un aleteo en el pecho.
Mahasamut escuchó atentamente, expectante.
"...ven y tómalo."
El oyente sonrió, sin dudar en inclinarse, con la intención de sellar esos dulces labios
satisfactoriamente.
"Pero no aquí", dijo Tongrak.
Justo antes de que sus labios pudieran encontrarse, Tongrak se apartó y deslizó una
mano entre sus bocas. Con tono burlón, dijo: "En caso de que lo hayas olvidado, esta
habitación tiene CCTV".
Por eso, cuando Khaimook regresó, vio a Mahasamut rechinar los dientes con
frustración, con Tongrak sentado frente a él, con la barbilla en la mano, mirándolo
divertido.
¿Me perdí algo aquí?
"¿Sabías que el vídeo de Prin tirándose agua se volvió viral en Internet?"
"¿Entonces?"
"¿Fue obra tuya?"
En un restaurante occidental, Tongrak estaba mirando el menú junto a Mahasamut,

mientras que frente a ellos, Vi miraba el clip junto a Khaimook. Vi preguntó al joven
escritor, quien parecía despreocupado como si no fuera asunto suyo, haciendo que uno
se preguntara si él estaba involucrado.
La sonrisa que envió Tongrak fue la respuesta más clara.
"¿Qué diablos? Solo fui a trabajar medio día y me perdí las cosas jugosas", se quejó
Vi.
Habría cancelado su evento y habría ido a ver qué estaba haciendo Tongrak si lo
hubiera sabido.
"No es mucho."
"Basta, amigo. ¿Cómo lo hiciste? Dime", hizo un gesto Vi con impaciencia... Dímelo
ahora. No me hagas entrometerme.
Eso hizo que Tongrak se volviera a mirar a Mahasamut.
En realidad, no fue mucho.

"Bueno, es sólo que..."
Después de que Mahasamut relató el encuentro y una oferta que recibió, Tongrak se
sintió enojado, pero en ese momento solo pensó en cómo manejarlo. Fue pura suerte
que tuviera consigo un bolígrafo para grabar voz desde el incidente con su padre,
pensando que podría resultarle útil. Como mínimo, pensó en utilizar la voz de esa
chica a la que le gustaba hablar hirientemente para mantenerla callada. Pero no
esperaba que Prin hiciera tal truco.
Esa chica era interesante, mojándose con agua.
Debió haberse sentido triunfante en ese momento, pensando que se había ocupado de
él, pero ahora debe sentirse tonta.
En cuanto al clip filtrado, Tongrak no hizo mucho más que reproducir el audio
completo de Prin hablando con él para que la editorial lo escuchara, y luego esperó.
No sabía cuántas personas simpatizarían con él, pero al menos habría alguien que
buscaría la verdad, y lo que hicieran con ella no era de su incumbencia. Pero se
sorprendió al descubrir que todos estaban enojados por él y decían que no tenía por
qué escuchar esas palabras.
"No dejaré que te insulten".
"Cierto, no hiciste nada."
"Llevaré esto a la editorial para que finalmente dejen de imprimir su obra".
"Y me aseguraré de que todos sepan la verdad. En este momento, la gente todavía no está segura
de la verdad porque esa psicópata está poniendo excusas en todas partes".
Por la ira, Tongrak se encontró perdido.

No esperaba que la gente estuviera tan enojada por él.
¿Qué volvió a decir Mahasamut?
"¿Ves cuántas personas hay en el Equipo Rak?"
Al igual que ahora, como les dijo a Vi y Khaimook, Mahasamut se volvió hacia él
sonriendo y diciendo lo mismo.
"No se limiten a mirarse con esos ojos cómplices, ustedes dos. Así que les entregaron
el clip de audio a los editores, y ellos se encargaron de manejarlo de alguna manera,
lo que resultó en que se filtraran las imágenes de CCTV. Y los involucrados en el
incidente comenzaron a compartir fragmentos en línea. ¿Por qué lo complicas? ¿Por
qué no publicaste el clip de audio tú mismo?", preguntó Vi con sospecha, atrayendo
la atención nuevamente hacia ella.
Esta vez, fue Khaimook quien habló en voz baja. "Es solo que..."
Vi se volvió para mirar a Khaimook.
"Prin mencionó a la madre de Rak, Vi."
"Ohhh", la mujer prolongó sus palabras, comprendiendo inmediatamente a su amigo.
Vi no necesitó escuchar el clip de audio para adivinar hasta dónde había llegado esa
mujer y entendió por qué Tongrak se estaba tomando el asunto tan en serio esta vez.
Tongrak no fue atacado al azar una o dos veces. Por lo general, simplemente respondía
y lo dejaba pasar. Pero esta vez, esa mujer había cruzado una línea que no debería
haber cruzado... insultando a la madre de Tongrak.
Tongrak podía odiar y temer a su padre, pero amaba mucho a su madre.

Este debe ser el tema que realmente lo enfureció.
"A estas alturas, Prin debe estar gritando como loca en casa. Ve a ver los
comentarios", dijo Vi mientras giraba la pantalla de su teléfono para mostrar a
Tongrak, pero su amigo cercano seguía sin interés.
"La gente dice que ella también debería buscar un médico, ¿sabes?"
Sólo Khaimook se inclinó para echar un vistazo.
"Creo que se lo merece. Quién sabe qué habría pasado si Rak no hubiera tenido ese
bolígrafo", suspiró Khaimook con alivio. No sintió lástima por la persona que estaba
siendo atacada en línea; después de todo, esa mujer había perjudicado a su hermano
primero.
"Jaja, parece que mucha gente quiere dar consejos. Vaya, alguien dijo que Rak hizo
lo correcto al arrojarle el agua de nuevo. Sí, sí de todos modos me iban a insultar,
haría lo mismo." Vi continuó con satisfacción antes de que un pensamiento la asaltara.
"Espera un momento, no me digas ese bolígrafo..." dijo Vi.
Esta vez, Tongrak levantó la vista con una sonrisa. "Ajá, el regalo de cumpleaños que
me diste."
Vi quería darse una palmada en la frente, sin creer que el regalo divertido que le dio a
su amigo se convertiría en un arma para lidiar con los persistentes alborotadores que
se habían aferrado a su amigo por tanto tiempo. En realidad, tenía otro, pensando que
si alguien causaba problemas, lo grabaría y se encargaría de solucionarlo.
"¿Ves? Te dije que sería útil", Vi chasqueó los dedos, complacida.
Pero...
"¿Vino tinto o vino blanco, señor?"
"El vino tinto es mejor. ¿Quieres un poco?"
"Tomaré lo que tú estás tomando".
Como si alguien estuviera escuchando a Vi.
La protagonista femenina entrecerró los ojos ante los dos hombres que todavía estaban
acurrucados sobre el mismo menú, a pesar de que... había otro tirado al lado de
Tongrak.
"Ha sido así durante bastante tiempo", Khaimook también debió darse cuenta,
mientras le susurraba suavemente a Vi. Y añadió: "¿Qué debemos hacer? Esto empieza
a verse mal".
Vi sonrió ante el comportamiento ansioso de Khaimook.
Bueno, Mook siempre estuvo preocupada por Rak.
Mientras Vi pensaba lo contrario, sus hermosos ojos observaban atentamente a los dos
hombres.
"Yo también quiero pizza", dijo Tongrak.
"Entonces pídela", dijo Mahasamut.
"¿Y comerme una pizza entera yo solo? Esas dos no ayudan. Sólo se van a quejar de
engordar".
"Pídela. Te ayudaré a terminarla".

Tan pronto como Mahasamut respondió, Tongrak sonrió con una sonrisa encantada
que podría describirse como alegre, y el que estaba a su lado pellizcó juguetonamente
la mejilla de Tongrak con una sonrisa traviesa.
Pero… pero...
Normalmente, Rak ya habría maldecido una tormenta o le habría arrancado la cabeza a

Mahasamut. ¿Pero sabes lo que hizo?
Tongrak arrugó la nariz y volvió a mirar el menú, diciendo que quería comer esto y
aquello, lo que hizo que su amiga cercana quisiera preguntarle si planeaba meterse
todo el restaurante en la boca. Por lo general, después de dos bocados, Tongrak dejaba
de comer. Mientras tanto, el chico a su lado estaba feliz de ayudarlo a terminar todo,
dejando a Vi incapaz de resistirse a apoyar la barbilla en la mano y mirar.
Hay algo extraño en estos dos.
"¿Están ustedes dos saliendo ahora?"
Finalmente, ustedes dos me prestan atención.
Vi pensó para sí misma, divertida.
Mahasamut no dijo nada, solo siguió sonriendo con la misma sonrisa, mientras
Tongrak…
"Loca."
"Me llamas loca, pero ¿por qué te sonrojas?"
"Hace calor."
"Estás usando mangas largas porque hace frío. ¿Qué te da calor?"

Tongrak la fulminó con la mirada mientras Vi se encogía de hombros y luego bromeaba

con la que estaba a su lado.
"¿Y qué hay de nosotros, Mook?"
Khaimook, que estaba bebiendo agua, casi se ahoga y su cara se puso roja.
"Hay... cof, no hay nada... en absoluto, Vi, ¿qué estás diciendo?"
"Estoy hablando del rodaje de mañana para el que me recogerás a las cinco y media
de la mañana", dijo Vi con una amplia sonrisa. Mirando a la chica que la miraba de
reojo con el rostro sonrojado, volvió a mirar a los dos hombres frente a ella.
Creo que esto no terminará con una conexión temporal, ¿verdad, amigo?
"¡Aaaaaaaaaaa!"
¡Crash!
Dentro del lujoso auto, la bella mujer, que ahora lucía desaliñada, arrojó su celular
sobre el asiento del pasajero y gritó a todo pulmón. Su mente estaba llena de nada más
que los comentarios e insultos dirigidos a ella y la situación que se había desarrollado.
No sabía cómo se habían filtrado estos clips, pero Prin sabía una cosa con seguridad...
Tongrak estuvo involucrado en esto.
Debe ser obra suya.

"¡Aaaaargh!" Prin gritó de nuevo, golpeando el volante hasta que sonó la bocina del
auto, haciendo eco por todo el estacionamiento, pero a ella no le importó.
Su teléfono vibró con una notificación. Lo agarró para comprobarlo.
…¿No eres tú en el clip...?...
Tan pronto como lo abrió, vio un mensaje de un amigo que había adjuntado un clip de
CCTV.
Por no mencionar...
...Qué hiciste...
...Mi amigo me envió esto...
..¿Te has vuelto loca?...
...Estoy tan avergonzado...
Luego, los mensajes de su novio le hicieron temblar las manos. Rápidamente respondió
que no era ella, que no era verdad.
...¿Crees que soy estúpido? Claramente eres tú...
"¡No soy! ¡Dije que NO soy! ¡¡¡Eres tonto o qué!!!"
Prin arrojó el teléfono celular a donde estaba, con las manos apretadas en su cabello,
ahora un completo desastre, y sus ojos ardían de furia.
"Esto no terminará aquí. ¡Me aseguraré de que te hundas aún más bajo que yo!"
¡Ella no dejaría que terminara así!

Capítulo 24
Te gusta, deja de negarlo
Mahasamut abrió la puerta y entró en la habitación, se quitó los zapatos y los colocó
cuidadosamente en el estante, colgó las llaves del auto de lujo en el lugar designado
cerca de la entrada de la cocina y luego se dirigió directamente al refrigerador para
guardar los alimentos frescos que recién había comprado. Sus ojos penetrantes
recorrieron la habitación, contemplando el menú de la cena de la noche mientras

organizaba todo. Una vez hecho esto, miró el reloj.
Eran sólo las cuatro y media.
Hoy, Meena tenía clases hasta las tres de la tarde, y él había salido alrededor de las dos
para comprar algunos bocadillos para la niña que se quejaba de tener tanta hambre,
alegando que su nivel de azúcar en la sangre había bajado por estudiar tanto y si
habría alguien que le regale unos dulces. Después de callar a la niña con golosinas, la
dejó en su casa.
Mahasamut se apresuró a regresar al condominio porque alguien estaba trabajando

incansablemente en su escritura.
El hombre pensó para sí mismo mientras abría la puerta del dormitorio de Tongrak,
escuchando el golpeteo del teclado antes incluso de verlo.
Su guapo había estado trabajando muy duro últimamente, casi hasta el punto de comer
sólo una comida al día. Pero alguien como Mahasamut no lo permitiría. Tan pronto
como escuchaba que Tongrak estaba despierto, lo arrastraba a comer, casi dándole de
comer con cuchara antes de dejarlo volver a trabajar. No fue hasta la noche que el
adorable salió lentamente y declaró que tenía hambre.
Mahasamut se preguntó cómo se las arreglaba Tongrak antes de vivir juntos, pero no
era de extrañar que fuera tan exigente con la comida en la isla; normalmente casi no
comía nada.
La preocupación se apoderó de él cuando Mahasamut pensó en aquel a quien no le

gustaba cuidar de sí mismo.
Su mirada se detuvo en la esbelta figura por un momento, y se formó una sonrisa

cariñosa mientras observaba a Tongrak tan absorto en su trabajo que ni siquiera notó el
regreso de Mahasamut. El bello rostro estaba fijo en la pantalla del portátil, a veces
sonriendo ante lo escrito, a veces frunciendo el ceño en concentración y ocasionalmente

frunciendo los labios en pensamiento, completamente absorto en la tarea.
Mahasamut le dejó seguir creando mundos a través de las palabras y volvió a su

habitación para coger su propia computadora portátil que Palm le había enviado para
trabajar.
Antes de reunirse con Tongrak, Mahasamut había planeado desarrollar algunos

productos para crear empleos para la comunidad de la isla. Pero después de trabajar
un tiempo en este proyecto, quiso ampliar la idea aún más.
El hombre alto acababa de comenzar a revisar los diseños y materiales que le enviaron
cuando escuchó que se abría la puerta. Estaba tan absorto que no levantó la vista, sus
grandes manos escribiendo una respuesta a las partes que necesitaban revisión, hasta
que sintió... cabello suave descansando contra su hombro.
Sus ojos se alzaron ante una visión que hizo que su sonrisa se volviera aún más cálida.
En ese momento, su guapo se había acurrucado en el mismo sofá, luciendo tan

adorable con su rostro acurrucado contra el hombro de Mahasamut como si buscara
consuelo. Mahasamut movió su computadora portátil a la mesa, su gran mano rodeó el
hombro más pequeño, incapaz de resistirse a inclinarse para plantar un beso en la
cabeza. Tongrak no protestó; simplemente mantuvo su rostro enterrado allí hasta que
Mahasamut preguntó suavemente: "¿Tienes hambre?"
"Aún no."
"¿Estás cansado entonces?"
"Mm", murmuró Tongrak, acurrucándose más cerca para tener más calidez.
"¿Quieres descansar?"
"No, mi mente está acelerada".
El que había venido a tomar un descanso insistió en no descansar, indicando que

regresaría al trabajo en breve. Entonces, Mahasamut tomó a Tongrak en sus brazos y lo
abrazó con fuerza, sabiendo exactamente qué hacer.
Desde el principio, supo que Tongrak necesitaba abrazar a alguien al escribir escenas
románticas. Pero después del evento del libro, parecía que alguien se había vuelto más
apegado a los abrazos que antes. Ya sea durmiendo o trabajando, siempre había
alguien que se acercaba. Al principio, Mahasamut no podía adivinarlo, pero cuando
abrazó al otro y se encontró con silencio en lugar de protesta, comenzó a sospechar...
que tal vez Tongrak estaba de acuerdo con eso. Después de la segunda o tercera vez, se
dio cuenta:
Alguien busca afecto.
Esta vez no hubo necesidad de palabras. Mahasamut ya estaba dispuesto a abrazar a

su guapo. Entonces, cuando alguien venía buscando afecto, ¿cómo no iba a estar
contento?
Estoy tan encantado.
El que dijo que volvería a trabajar todavía acurrucó su rostro en el cálido abrazo, con
los ojos bien cerrados, empapándose de la sensación, sintiendo que algo suave y
esponjoso llenaba su pecho. A Tongrak siempre le había costado escribir escenas
románticas, pero estos últimos días habían sido diferentes. Se preguntó si era porque
había estado comiendo bien y durmiendo profundamente que su mente se aceleraba
con la creatividad, haciéndolo reacio a dejar de trabajar. Incluso las acciones más
pequeñas del personaje principal sobre el que escribió parecían entrañables.
Tenía que admitir que pensaba que un hombre haciendo pucheros era de alguna
manera adorable y que escribió esto con una sonrisa en su rostro.
De percibirlo como un acto molesto a encontrarlo adorable.
Mientras que antes, la fatiga le hacía tomar café, ahora, cuando estaba cansado... se
acercaba y abrazaba a este hombre.
Tongrak sólo quería descansar la vista, pero descubrió que este tipo de recarga era más
potente que cualquier cafeína.
Sin embargo, una vez que se acomodó en el abrazo, sintió demasiada pereza para
volver al trabajo. Le echó la culpa al pecho firme pero cálido, el ángulo perfecto de
inclinación que era demasiado cómodo.
"¿Quieres un poco de café? Te lo prepararé".
Tongrak frotó su mejilla contra el cálido pecho. Quería café, pero no quería que
Mahasamut se levantara. Tan pronto como abrió los ojos, vio algo en la pantalla de la
computadora del otro y preguntó, así que tenía una razón para quedarse así un poco
más.
"¿Qué es esto?"
"Oh, es algo en lo que estoy trabajando".
"¿No se supone que diriges una tienda de buceo?" Preguntó Tongrak, inclinándose
para ver mejor porque lo que vio no parecía tener ninguna relación con el buceo.
"Estoy planeando venderlos en la isla", dijo Mahasamut, moviendo la computadora

portátil para que Tongrak la viera. Señaló una pulsera tejida de la que colgaba un
pequeño dije de coral plateado. Se desplazó hacia abajo, mostrando que además del
coral, había pequeños peces, pequeños barcos y hojas diseñadas como atrapadas por la
brisa para los amuletos.
"Todos están hechos de materiales reciclados", señaló Mahasamut sobre los adornos
de plata que Tongrak inicialmente pensó que estaban hechos de plata, pero
aparentemente no. Había olvidado que últimamente a Mahasamut ni siquiera le

gustaba usar pajitas a menos que fuera necesario.
"Son lindos. A las mujeres probablemente les gustarán".
"¿Y a ti?"
Los agudos ojos de Mahasamut se encontraron con la hermosa mirada, llena de

expectación que hizo que Tongrak sonriera en secreto.
"Hmmmm, ¿qué piensas?" Y eso fue suficiente para que quisiera burlarse de cierta
persona.
"Oye, no te burles de mí." Parecía que alguien se estaba dando cuenta.
"Wow, ¿quién suele bromear? Eres tú a quien le gusta molestarme".
"Así que si dices que no, pensaré que estás tratando de molestarme también."
"¿Y si digo que me gusta?"
"Entonces significa que te gusta. ¿Hay otro significado?" Mahasamut respondió

inexpresivamente, provocando que Tongrak estallara en risa. Este tipo siempre estaba
del lado de sí mismo... Luego se giró para mirar las encantadoras joyas nuevamente
antes de encontrarse con los ojos de Mahasamut una vez más.
"Me gusta. Es lindo."
¡Beso!
Tongrak sonrió cuando un suave toque aterrizó brevemente en sus labios, suave como
el aleteo de una mariposa. Pero antes de que pudiera responder, una voz profunda y
tranquilizadora susurró cerca de sus labios.
"Tú también me gustas."
Esa frase hizo que los ojos de Tongrak se abrieran como platos. Volvió a mirar a los
mismos ojos que habían hecho que su corazón latiera terriblemente rápido.
Mahasamut sonrió ante la reacción y alzó su gran mano para tocar la mejilla de
Tongrak.
"He dicho mucho. ¿No me dirás algo?"
"...Yo, yo me refiero al brazalete."
"Pero yo me refiero a ti".
Cuando lo miraban demasiado intensamente, Tongrak desviaba la mirada, su pequeño

corazón temblaba, sin saber qué sentir. No entendía la profundidad de la palabra 'me
gusta'... Fue una de las pocas veces que se quedó sin palabras, preguntándose si
debería evitar el cálido toque en su mejilla.
Mahasamut suspiró en voz baja. Pudo insistir más, pero él, que no temía nada, de
pronto temió la respuesta.
Sin embargo, lo que dijo vino del corazón.
Los sentimientos habían crecido mucho más que cuando estaban en la isla.
Beeeeeeeeeep.
El silencio los envolvió a ambos y, de repente, el timbre sonó por toda la habitación, lo
que hizo que Tongrak saltara y girara la cabeza hacia la puerta. Pero Mahasamut fue
más rápido, soltó el abrazo y se puso de pie.
"Iré a mirar".
Mahasamut se alejó mientras el propio Tongrak exhalaba sigilosamente un suspiro de

alivio.
Su cerebro le ordenó negarse, decir que no sentía nada, que no había nada más que
dinero para tener sexo. Pero las palabras se ahogaron en su garganta.
Al final, Tongrak realmente no tenía respuesta a esa pregunta.
"¿Qué pasa, guapo? ¿Dónde está esa puta amiga mía?"
Mientras su mente todavía estaba reflexionando sobre el significado de "me gusta" de

antes, una voz estridente atravesó el aire, acompañada de un nombre que irritaba los
oídos, proveniente de la puerta principal. Sus hermosos ojos se dirigieron en esa
dirección, y allí vio entrar a su mejor amiga. El hermoso rostro, digno de la actriz
estrella en ascenso, arqueó una ceja hacia Mahasamut.
"Eso es duro", respondió Mahasamut con una sonrisa en los labios.
"Oh, ¿no es cierto?"
"Si es una puta sólo conmigo, entonces está bien".
A veces, Tongrak realmente odiaba a estos dos idiotas. ¿Cómo podían estar tan
sincronizados?
"Entonces eres una puta igualmente", dijo Tongrak.
"Oh, Dios mío. ¿Solo 'una' puta? No, soy 'la' puta suprema. No menosprecies a tu
amiga", dijo Vi con una risa juguetona, luego pasó junto a Mahasamut y entró en la
habitación, captando la mirada de Tongrak.
"¿Esto tiene algo que ver con mi secretaria?" Preguntó Tongrak, sabiendo que ella
había irrumpido sola en su casa por sólo unas pocas razones posibles.
Mahasamut cerró la puerta detrás de él y entró en la cocina para servir un poco de

agua. Luego se la acercó a Vi, que se había sentado en el sofá individual.
La pregunta hizo que el hermoso rostro de Vi se torciera de frustración y se dejó caer

en el sofá, exhausta.
"Tu secretaria es inteligente en todo, sólo tonta en una cosa".
"¿Cual es?"
"Yo", dijo Vi con cansancio, suspirando profundamente. Le dijo a Tongrak, "He estado
coqueteando una y otra vez y ella todavía no lo entiende. Empiezo a preguntarme si
mi encanto ha disminuido o si ella ha estado ciega desde el principio".
"Para empezar, nunca vi tu encanto, Vi".
"Qué lengua tan afilada tienes ahí. Tu amiga aquí es la actriz principal número uno,
¿sabes?".
"No corones el título tú misma".

Vi hizo un puchero. ¿Este idiota alguna vez se había puesto de su lado? No, aunque
sabía muy bien lo que estaba pasando. Sus ojos penetrantes lo miraron fijamente,
dejando claro que esto iba en serio. Pero una vez más, a Tongrak no le importó. Su
mirada se suavizó cuando se giró para mirar a la persona que había venido a sentarse a
su lado nuevamente.
¡¿Eh?!
Vorapapha entrecerró los ojos y observó atentamente. Conocía a Tongrak desde hacía
más de una década y en todo ese tiempo nunca había visto esa mirada en sus ojos.
Siempre era molestia, irritación o disgusto con quienes se acercaban demasiado a su

espacio. Pero ahora, no sólo no dijo nada, sino que también se acercó a Mahasamut.
La estrella principal estaba ansiosa por entrometerse.
"Entonces, ¿por qué no le hablas a Khaimook de tus sentimientos, Vi?"
En ese momento, Mahasamut hizo la pregunta, llamando la atención de la

protagonista, quien se giró para mirarlo asombrada.
"¿Lo sabes?"
"Es bastante obvio".
"Ugh..."
Vi volvió a dejarse caer en el sofá y pateó las piernas con frustración.
"¿Ves? Todo el mundo puede verlo. ¡Tu secretaria es la única que no puede!" Vi gritó
con irritación. "¿Por qué tengo que fingir que mi auto se averió y tomar un taxi hasta
el set? Es porque quiero engañarla para que me recoja. ¿Por qué tengo que luchar
con uñas y dientes para que ella se convierta en mi manager? Es porque quiero que
la chica se quede conmigo. ¿Y por qué mi habitación tiene mil problemas? Es porque
quiero que ella venga. He hecho todo esto, entonces ¿por qué no puede verlo?
"Podrías habérselo dicho simplemente", dijo Tongrak.
Vi levantó la vista y respondió en tono serio: "Si se lo dijera primero, perdería. ¿Me
entiendes?".
"No", respondió Tongrak con indiferencia.

"¿Cómo es posible que no me entiendas? El personaje principal de tus novelas

tampoco se confesará primero. Y en la historia que escribiste y en la que actué, tengo
que ser el lamentable interés amoroso femenino que conoce al despreciable héroe
imbécil que no puede decir la palabra "amor". Escribiste en tu novela que decirlo
primero significa perder".
"Eso es ficción. Esto es la vida real. No los confundas".
"Cállate, Rak. No eres de ayuda".
"Si no ayudé, ¿por qué me quedaría callado cuando la engañas y te burlas de ella?
Piénsalo, amiga".
Esta vez, los dos amigos cercanos se miraron a los ojos, ninguno de los dos estaba
dispuesto a dar marcha atrás. Mahasamut no quiso intervenir porque entendía por qué
estos dos eran mejores amigos... ambos eran igualmente tercos.
Entonces, la estrella principal habló: "¿Debería simplemente besarla?"
"¿Quién te detiene?"
Y eso hizo que Vi respondiera en voz alta: "Cabrón. Tengo un código moral, ¿sabes?".
Tongrak no pudo evitar estallar en carcajadas porque si alguien carecía de moral,

definitivamente era él.
"Sí, sí, soy una perra, e imbécil, siempre jodiendo... Tú también piensas eso,
¿verdad?" Al final de la frase, Tongrak se volvió para mirar a la persona sentada
sonriendo. Sus hermosos ojos se entrecerraron como si tratara de detectar un defecto.
Esto hizo que el hombre más alto se riera de buena gana. Mahasamut no lo negó, lo
que significó que estuvo de acuerdo, lo que provocó que el hermoso rostro de Tongrak
se agriara.
"Desde que empezaste a llamar a Vi por su apodo, realmente has estado de su lado,
¿eh?"
Parecía que alguien estaba haciendo pucheros porque Mahasamut llamó a la única
mujer en la habitación por su apodo corto pero aun así se refirió a Tongrak por su
nombre completo con un prefijo formal.
Mahasamut no pudo evitar soltar una gran carcajada y se rió aún más cuando el rostro
enfurruñado se convirtió en un puchero. Entonces, su mano rodeó el suave hombro de
Tongrak y lo abrazó. A pesar de que la persona abrazada trató de ignorarlo, el hecho
de que Tongrak dejara de resistirse después de un intento hizo que el hombre más alto
se divirtiera aún más.
Si Tongrak realmente no quisiera el abrazo, Mahasamut ya habría rodado por el suelo.

Pero Tongrak lo quería, aunque todavía tenía que luchar un poco para estar a la altura
de ser el señor Tongrak.
"¿Estás malhumorado?"
"¿Quién está de mal humor?" Preguntó Tongrak con voz áspera, lo que hizo que
Mahasamut balanceara su suave hombro hacia adelante y hacia atrás, acariciando
suavemente hacia arriba y hacia abajo de una manera reconfortante.
Entonces, la persona molesta dijo en un tono más suave: "Está bien, no estás de mal
humor, pero... hagamos las paces de todos modos, ¿de acuerdo?" Al terminar la frase,
Mahasamut se inclinó deliberadamente para susurrarle al oído y luego miró.
Las orejas de Tongrak se pusieron cada vez más rojas... mientras enterraba su rostro
contra el hombro de Mahasamut.
Es realmente satisfactorio.
Ante esto, Mahasamut sonrió satisfecho.

"Uf, estoy tan harta de esto", dijo Vi.
¿Por qué debería importarle a Mahasamut la única mujer en la habitación que

deliberadamente suspiró ruidosamente cuando la persona en sus brazos era tan
adorable?
Fue una escena en la que incluso Vi no pudo evitar poner los ojos en blanco.
Parece que estás en problemas, amigo mío.
"Te gusta él."
"¿De qué estás hablando? Es ridículo".
Tongrak frunció el ceño bruscamente cuando de repente su mejor amiga soltó un grito
en medio de la habitación, lo que hizo que se volviera y la mirara. Sus hermosos labios
se movieron para… maldecir a la mujer.
Esta situación no requería nada más que una maldición. ¿A quién le gustó quién?
Tongrak nunca antes había oído semejantes tonterías.
Vi miró a su amigo con frustración. La mujer sentada en el medio de la cama corrió

hacia el frente de la habitación, mirando por la puerta para ver si Mahasamut todavía
estaba ocupado cocinando para el chico quisquilloso. Rápidamente cerró la puerta y
arrastró a su mejor amigo para que se sentara en la cama con ella, levantando la mano
para señalarle la cara.
"Tú", dijo Vi, luego volvió el dedo para señalarse a sí misma. "Y yo, ¿cuántos años
llevamos siendo amigos?"
"¿Reprobaste matemáticas o algo así?" —replicó Tongrak.
"Quince años, claro."
"Cierto, Rak, quince años, hombre. Hemos sido amigos durante quince años. Te
conozco desde que tenías ese ridículo corte de pelo en la escuela secundaria. Y tú me
conoces desde que tenía trenzas como la pequeña Maruko".
"Lo cual fue absolutamente trágico", añadió Tongrak.
"Sí, nos conocemos tan bien que hemos pasado por todas las fases de la vida juntos,
incluso antes de que te acercaras a Connor. ¡Entonces!" Vi concluyó en voz alta y
luego señaló el pecho de Tongrak.
"Te gusta Mut."
"..." Tongrak se quedó en silencio por un momento. "Ridi..."
"Eres tú quien está siendo ridículo".
Antes de que Tongrak pudiera terminar la frase, Vi intervino y levantó el dedo para
contar.
"¿Recuerdas siquiera la última vez que te acostaste con otro chico?"
“...”
Tongrak cerró la boca con fuerza, su mente aguda se aceleró, sólo para darse cuenta...
que no podía recordar.
Al ver la expresión de la otra parte, Vi sonrió con suficiencia y levantó el segundo

dedo.
"¿Y cuándo fue la última vez que fuiste a una discoteca? No discutas todavía.
¿Alguna vez quisiste acostarte con otro chico? ¿Alguna vez has actuado dulcemente
con alguien? ¡Aún no he terminado! ¿Alguna vez has pensado apoyar tu cara en el
hombro de alguien como haces con Mut? Si no puedes responderme, entonces tienes
que admitir que todo lo que digo es correcto".
“...”
Cuando la estrella principal terminó de hablar, la habitación quedó en silencio, de ese

tipo en el que Tongrak se mordía el labio hasta que le dolía, mientras su cerebro
intentaba procesar lo que su amigo había dicho. Pero cuanto más se preguntaba, menos
respuesta tenía. La única respuesta que se le ocurrió a Tongrak fue...
"Si vas a delirar, simplemente vete a casa. Tengo trabajo que hacer".
¡Se niega a admitirlo!
Su comportamiento obstinado hizo que Vi entrecerrara ligeramente los ojos antes de

tumbarse en la cama.
"No, no voy a regresar. Si quieres que regrese, entonces llama a Mook para que me
recoja". Luego se arrastró torpemente hasta la cama, agarró una almohada para
abrazarla y puso su pierna sobre la manta, despojándose por completo de la imagen de
una actriz hermosa y prometedora. Esto sólo le confirmó a Tongrak que su amiga
maldita definitivamente no iría a ninguna parte.
Y ella seguía murmurando tonterías.
"Realmente estás en negación."

"Eres un idiota que no confiesa lo que ellos también sienten".
Tongrak no pudo evitar agarrar una almohada y arrojársela a Vi, ignorando el ceño
fruncido que le devolvieron. Luego se alejó para continuar con su trabajo, a pesar de
que su corazón… no pudo evitar seguir el pensamiento.
¿A mí? ¿Te gusta Mahasamut? Ridículo.
¿Es realmente así?
Era una pregunta para la que Tongrak no quería respuesta.
¡Alto! ¡Tampoco necesitaba que nadie le ayudara a responder eso!
En un renombrado restaurante en el corazón de la ciudad, un hombre de mediana

edad con un traje pulcramente hecho a medida de pies a cabeza estaba sentado a una
mesa tomando café. Sus rasgos afilados, que aún conservaban el hermoso encanto de
su juventud, parecían serios y dignos. Su mirada atrajo las miradas encubiertas de
muchas mujeres jóvenes y mayores, de lo cual él era muy consciente.
Fue esta mirada la que le dio todo.
"Pareces bastante cómodo, tío." Una hermosa joven se acercó y se paró junto a la mesa,
atrayendo la mirada de Rak y una cálida sonrisa en su hermoso rostro.
"Ha pasado un tiempo, ¿no es así, sobrina mía? Te has convertido en una dama. Ven,
deja que el tío te dé un abrazo", Jak se puso de pie en toda su altura, con los brazos
extendidos como un tío cálido, a lo que Prin respondió con un puchero y una esquiva
para evitar el abrazo poco sincero. Se sentó sin importarle mucho el gesto demasiado
amable.
Prin lo sabía muy bien.
Jak no se ofendió por su mala educación. Su rostro de plumas afiladas permaneció

adornado con una cálida sonrisa mientras volvía a sentarse antes de hablar en un tono
agradable: "Ahora eres bastante famoso, ¿no?"
"¡Tío Jak!"
Ella quedó momentáneamente desconcertada antes de exclamar en voz alta, incapaz de

contenerse. Miró al hombre frente a ella como si quisiera destrozarlo. Jak, sin embargo,
continuó mirándola con una actitud amable, a pesar de que acababa de mencionar el
incidente más vergonzoso y humillante que involucró a su sobrina.
¿Qué más podría ser sino las imágenes de las cámaras de seguridad del evento del
libro?
"Ah, mi hijo fue demasiado lejos. Pido disculpas en nombre de Rak. Debes estar
muy avergonzada, Prin".
"¡Tú!" —exclamó de nuevo, alzando la voz y con los puños cerrados.
Por eso odiaba a este hombre.
Prin nunca entendió por qué su tía cayó en la trampa de este hombre aparentemente
amable. Pero a medida que creció, se dio cuenta de que debajo de la piel de este amable
hombre acechaba un demonio. El tío Jak no sólo era guapo; También sabía jugar con el
corazón de una mujer. No es de extrañar que su tía alguna vez estuviera perdidamente
enamorada de él. Mirándose a sí misma ahora, incluso dos minutos después de verlo,
ya estaba bailando en la palma de su mano.
Y si no estuviera realmente desesperada, no estaría sentada aquí.
Encontrar al padre de Tongrak no fue difícil; era como si el hombre nunca hubiera
ocultado su identidad de todos modos. Después de recibir una cantidad sustancial de
pensión alimenticia y dinero de consolación de su tía para romper vínculos, el tío Jak
todavía hacía alarde de sí mismo en sociedad sin preocuparse. No sólo su tía, sino que
parecía que muchas mujeres ricas habían sido víctimas de él, e incluso a su edad,
todavía había muchas dispuestas a entregarse a él.
Si tuviera una opción, no querría verlo, pero ahora no la tenía.
"Pareces estar en una situación bastante difícil, Prin."
Sí, estaba acorralada.
¿¡Quién hubiera pensado que las imágenes de las cámaras de seguridad combinadas
con las declaraciones de los testigos en el lugar causarían tantos estragos en su vida!?
Su novio quería romper.
El editor rechazó su manuscrito.
La gente a su alrededor la evitaba.
Por no hablar de los sabelotodo de las redes sociales que la atacaron implacablemente.
¿Todos pensaron que ella se permitiría ser la única en sufrir? ¡Arrastraría a Tongrak con
ella!
Prin sabía exactamente quién sería el mejor ejecutor para el trabajo... el hombre frente a
ella... el amado padre de Tongrak.
El hombre que le preguntaba con una cálida sonrisa dijo: "¿Hay algo en lo que pueda
ayudarte?"
"¿Cuál es el trato?" Prin preguntó entre dientes, en voz baja.
Ella no era tan ingenua como para pensar que él la ayudaría gratis. Este hombre nunca
tuvo la intención de esforzarse por nada.
Al escuchar su pregunta, Jak fingió un suspiro.
"Últimamente, las acciones con las que he estado negociando también han caído".
Acciones mi trasero. Además de engañar a las mujeres por dinero, ¿este tipo alguna vez tiene
un trabajo adecuado?
Se dijo Prin en silencio, pero ya tenía un número en mente.
"Cinco millones."
El rostro de Jak mostró sorpresa.
Su expresión hizo que Prin sonriera con malicia.
"A cambio, destruyes su vida por mí... lo que trajiste a este mundo".
"Y si puedo hacerlo..."
Prin apretó los dientes. A pesar de haber sido amenazada, no tuvo otra opción.
"Depende de cuánto puedas hacer por mí. Si estoy satisfecha, tengo mucho más que
ofrecerte".
Y dicho esto, Jak se reclinó en su silla con una mirada de suave confianza, mientras su
gran mano levantaba una taza de café para tomar un sorbo. Luego, habló con la voz de
un anciano amoroso relativo a su sobrina.
"¿Eso es todo? ¿Por qué no podría hacerlo por mi única sobrina?"
Sólo destruir a mi propio hijo, ¿qué tan difícil podría ser?
Capítulo 25
Siempre tan amable padre
"Te gusta él."
No.
"¿Recuerdas siquiera la última vez que te acostaste con otro chico?"
Hace dos meses.
"¿Cuándo fue la última vez que fuiste a una discoteca?"
Bueno... dos meses.
"¿Alguna vez has actuado dulcemente con alguien?"
De ninguna manera.
"¿Alguna vez has pensado en apoyar tu cara en el hombro de alguien como lo haces
con Mut?"
¡¡¡Nunca, maldita sea!!!
En ese momento... las palabras de su mejor amiga resonaban inquietantemente en su

cabeza, sin importar cuánto intentara Tongrak desestimarlos. Ya sea que estuviera
comiendo, duchándose, teniendo sexo o incluso mirando a Mahasamut así, no podía
dejar de pensar en las preguntas de Vi y seguía diciéndose a sí mismo que eran
tonterías. Pero si realmente eran una tontería, ¿por qué no podía dejar de pensar en
ellas?
Ahora, mientras sus ojos color miel contemplaban el rostro de rasgos afilados que se
volvía hacia él con el ceño fruncido, Tongrak tomó una decisión.
"Oye, ¿a dónde vas? No has terminado tu comida".
Mahasamut preguntó rápidamente cuando, de la nada, Tongrak se levantó de su

asiento y caminó hacia el dormitorio.
Por supuesto, Tongrak no respondió.

El más alto estaba a punto de levantarse y seguirlo cuando, sólo unos minutos
después, Tongrak salió del dormitorio con... un traje sexy.
Vale, no fue tan sexy. Sólo llevaba pantalones de cintura alta y una camisa fina, que era
el estilo que le gustaba usar. Pero la persona que lo llevaba era el propio Tongrak, con
su piel sorprendentemente clara, un rostro naturalmente atractivo y una figura tan
hermosa.
Cuando todos estos elementos se unieron, Mahasamut solo pudo preguntarse: ¿¡cómo
puede un hombre ser tan jodidamente sexy!?
"¿Adónde vas?" El olor de un perfume caro llegó a la nariz de Mahasamut, lo que le

hizo fruncir el ceño.
"Es asunto mío", respondió secamente Tongrak, a punto de tomar las llaves de su auto.
Mahasamut huyó, por supuesto. Tuvo que correr y bloquear el camino.
Hace apenas unos momentos, todo estaba bien, y ahora Tongrak estaba levantando
muros contra él. La imagen del hombre saltando para abrazar su cintura y besarlo
repetidamente todavía estaba viva en su mente. Entonces, Mahasamut no iba a dejar ir
a Tongrak tan fácilmente.
Tongrak lo miró y luego dijo con altivez: "Voy a recibir un tratamiento con láser".
"¿Eh?"
¿Qué láser?
"Tengo una cita para la depilación láser. ¿Creías que era naturalmente suave desde
que nací?"
Bueno, no, nunca pensé eso. Sólo creo que me gusta lamerlo. Es tan suave.
Pensó el hombre de mente sucia mientras rápidamente desterró de su cabeza la imagen

de suave justicia porque, por un lado, era inquietante.
"Espera, espera, hablemos primero", dijo Mahasamut, agarrando el brazo de Tongrak.

Esos hermosos ojos miraron hacia atrás con molestia.
"¿Qué?"
"¿Es una mujer o un hombre?"
"¿Qué estás hablando ahora?"
"El que te hace el tratamiento con láser, ¿es una mujer o un hombre?"
Esta vez, Tongrak se volvió hacia Mahasamut con un suspiro y dijo, como si fuera de
conocimiento común para todo el mundo: "No dejaría que una mujer me tocara allí".
Cierto, tampoco dejaría que ninguna mujer me tocara allí, pero un hombre...
Mientras Mahasamut sopesaba si preferiría que una mujer o un hombre tocara esa
parte de su belleza, Tongrak apartó su mano y salió de la habitación, obligando al
hombre más alto a tomar rápidamente su mano nuevamente.
"¿Puedo ir contigo?"
Tongrak sonrió y dijo: "No".
Dicho esto, tomó las llaves de su auto y salió rápidamente de la habitación, dejando a
Mahasamut allí inmóvil.
…
"¿Y esto es algo que necesitas discutir con un chico de trece años?"
"Entonces, ¿con quién debería hablar?"
"Menos tres puntos tuyos por no tener otros amigos".
En una tienda de postres cerca de una prestigiosa escuela privada, Mahasamut estaba
sentado con la barbilla en la mano, observando a una chica de trece años que parecía
mayor que él devorando helado. Él tampoco se entendía a sí mismo; ¿Cómo se había
vuelto tan desesperado que estaba discutiendo este asunto con esta niña?
Mientras tanto, la persona que acababa de fingir como si fuera la directora de una
famosa escuela de magia sonrió dulcemente.
"¿O el tío Rak está aburrido de ti ahora?"
El oyente frunció el ceño y dijo: "De ninguna manera".
La niña hizo un puchero inmediatamente y repitió lo que acababa de decirle el tío

Mahasamut.
"Tú misma dijiste que de repente salía de su casa, iba a tratamientos de láser, a
clínicas, a ver amigos. Antes siempre estaba en casa. Sólo puede significar una cosa",
dijo la joven con aire de autoridad, sabiendo muy bien que el gran adulto frente a ella
no le creía, pero no rompió su carácter.
"¿Qué opina usted, consejero?"
"Parece que la fase de luna de miel ha terminado, claro", dijo Meena con una
expresión atrevida.
Incapaz de resistirse, Mahasamut le dio un golpe en la cabeza.
"De ninguna manera."
"Uf, sigues diciendo 'de ninguna manera, de ninguna manera. ¿Qué te hace estar tan
seguro? Mi tío Rak es así de atractivo. Puede encontrar cosas mucho mejores que tú".
La niña pareció olvidar que ella misma había aceptado a Mahasamut como tío político,
y eso hizo que Mahasamut sonriera ampliamente.
"Bueno, estoy seguro... es una técnica de adultos".
"Sólo eres siete u ocho años mayor que yo y estás actuando muy sabiamente. A los
ojos del tío Rak, tú también eres todavía un niño, ¿sabes?"
Meena volvió a llevarse el helado a la boca, pero Mahasamut guardó silencio,

sorprendido por las palabras de la niña. El comportamiento reciente de Tongrak se
repitió en su mente.
Desde el día en que Vi vino a quejarse de Khaimook, Tongrak había abandonado el

condominio con más frecuencia. De ser una persona hogareña que simplemente
trabajaba y buscaba consuelo en él cuando estaba cansado, Tongrak había estado
saliendo del condominio con más frecuencia, lo que preocupaba a Mahasamut. Las
palabras sin sentido de la niña frente a él comenzaron a parecer más creíbles.
¿Podría ser que el señor Tongrak realmente se estuviera aburriendo de mí?
No, eso no puede ser... ¿verdad?
"¿Adónde vas?"
Tan pronto como Tongrak salió del dormitorio, una voz baja y peligrosa vino desde
atrás, lo que le hizo darse la vuelta para ver a Mahasamut luciendo sexy con un
delantal sobre su ropa. Eso casi hizo que Tongrak se pellizcara para apartar su mirada
de los músculos tensos del brazo y las fuertes pantorrillas.
Todo esto fue por culpa de Vi.
Tongrak se mordió el labio con frustración, las palabras de su amiga dando vueltas en
su cabeza.
¿A mi? ¿Gustarme este chico?
Con ese pensamiento, Tongrak supo que tenía que demostrarlo. Pero durante los
últimos dos meses casi se había permitido estar siempre con Mahasamut. Había
llegado el momento de una autorrevolución. Comenzó con cosas rutinarias como
programar citas en clínicas de belleza, recibir tratamientos, depilación láser, masajes y
comprar nuevas colecciones de ropa. Estaba recuperando su antiguo yo lo más
plenamente posible. Y ahora había llegado el momento de demostrar que lo que Vi
decía no era cierto.
Esta noche saldría a cazar hombres.
¿Cuándo fue la última vez que Tongrak jugó con otro hombre?
Esta noche.
¿Cuándo fue la última vez que salió Tongrak?
Esta noche.
¿Y cuándo fue la última vez que Tongrak tuvo relaciones sexuales con otra persona?
Esta noche también.

Una vez fijada la fecha perfecta, Tongrak cogió sus pantalones favoritos, se puso una
camisa nueva de color rojo vino que hacía que su piel pareciera aún más clara, usó
joyas que acentuaban su cuello, se roció su perfume favorito y eligió mocasines de
cuero hechos a medida que dejaban al descubierto sus tobillos desnudos.
Ahora estaba listo para cazar.
Tongrak estaba listo para salir del condominio, pero el otro hombre también lo
enfrentó.
El joven escritor tuvo que hacer todo lo posible para no hundir el rostro en el hombro
fuerte y fragante que hacía calentar su cuerpo.
Pero esta noche no podía terminar como dijo Vi.
"Regresaré tarde esta noche. Puedes irte a dormir primero", en lugar de responder la
pregunta, Tongrak decidió decir algo más, empujando el pecho de Mahasamut para
hacerlo retroceder.
"¿Vas a ver a Vi?" Mahasamut lo agarró de la muñeca antes de que pudiera irse.
Pero la mención de su amiga cercana, que era una molestia constante, hizo que
Tongrak pusiera los ojos en blanco.
"No tengo sólo a Vi como amiga, ¿sabes?"
"¿Entonces es Connor?"
"No."
"¿Khom?"
"No."
Tongrak realmente quería darse una bofetada por encontrar al hombre con la mirada
feroz frente a él tan jodidamente sexy.
Seguro que su cerebro debe estar estropeado.
"Me voy. Muévete", dijo Tongrak, empujando a Mahasamut fuera del camino porque si
se quedaba más tiempo, podría cambiar de opinión. La sola idea de tener que empujar
a la gente en un club del centro y ser tocado por manos desconocidas ya era agotadora.
La idea de abrir una botella de vino, acompañarla con queso y acurrucarse junto a un
hombre cálido mientras miraba Netflix era mucho más atractiva.
"¿A dónde vas a salir?"
"No es asunto tuyo."
El hombre más alto todavía no dejaba ir a Tongrak fácilmente, lo que provocó que
Tongrak le frunciera el ceño.
"Entonces dime adónde vas".
"El acuerdo dice que no tienes derecho a inmiscuirte en mis asuntos".
Cuando Tongrak no quiso decirlo directamente, levantó la barbilla y enfatizó el

acuerdo que Mahasamut había firmado, lo que hizo que el hombre del sur se
congelara. Esto contrastaba con sus ojos oscuros y brillantes, que brillaban como un
depredador listo para atacar. Curiosamente, Tongrak se consideraba una presa que se
moría por ser mordida.
¡Pero no esta noche!
"Es asunto mío con quién salgo", dijo Tongrak, señalando con un dedo el pecho de
Mahasamut mientras pasaba junto al hombre más alto.
"¡¡¡Ey!!!"
Pero antes de que Tongrak pudiera llegar a la puerta, sintió que el suelo temblaba
debajo de él y gritó. El mundo se puso patas arriba, sus piernas se agitaban sobre el
suelo, pero en un momento, se dio cuenta de lo que estaba pasando... Ese imbécil lo
había alzado sobre su hombro.
"¡Déjame ir, Mahasamut, lunático! Me da vueltas la cabeza. ¡Ay, suéltame!" Tongrak

gritó fuerte, luchando por liberarse. Sus manos agarraron con fuerza la parte de atrás
de la camisa del hombre alto por miedo a caerse. ¡Si lo dejara caer, su cara seguramente
se estrellaría contra el suelo!
Entonces Tongrak usó su voz para pelear, pero ¿cómo podría competir con alguien tan
irritado?
El hombre musculoso, que parecía estar hecho de un montón de músculos

ensamblados, arrojó a Tongrak sobre la cama como si fuera un muñeco, su esbelto
cuerpo rebotaba sobre el suave colchón. Pero antes de que Tongrak pudiera
recuperarse, la figura imponente lo siguió, inmovilizándolo con sus rodillas contra
ambos muslos pálidos de Tongrak, sin dejar escapatoria. Mahasamut fue más rápido,
agarró ambas manos de Tongrak por encima de su cabeza y usó el delantal para atarle
las muñecas al poste de la cama.
Lo único que pudo hacer el joven escritor fue quedarse allí, atónito e inmóvil.
¡¡¡Estaba atado!!!
"Mahasamut, ¿¡qué diablos estás haciendo!?" Tongrak finalmente encontró su voz y

preguntó con los dientes apretados.
El gran depredador se inclinó con una sonrisa.

A pesar de que sus ojos estaban listos para desgarrarlo.
"El acuerdo no dice que no puedo follarte hasta que dejes de pensar en otros
hombres, ¿verdad?"
“¡!”
Tongrak parpadeó rápidamente.
"¿Eh? ¿Qué diji..."
"Y te gustará tanto que también te olvidarás de salir".
"Tú... ¿¡Qué te hace estar tan seguro!?" Tongrak discutió en voz alta, tratando de sacar
las manos del poste de la cama, pero los fuertes brazos las agarraron nuevamente. El
rostro de rasgos afilados de Mahasamut se inclinó cerca de su mejilla.
"Apostemos que te gustará".
Tongrak se mordió el labio hasta que el rojo se extendió por él, sonrojando sus claras
mejillas y orejas. Su corazón se aceleró de emoción ante el desafío y su parte privada
casi se endureció.
"Parece que esta parte tuya quiere aceptar el desafío", dijo Mahasamut, presionando
su rodilla en el centro de los pantalones de Tongrak, provocando un leve gemido.
Tongrak se mordió el labio con frustración.
"¡Estás tan lleno de ti mismo!"
"Y...?"
"¡Deja de hablar y hazlo ya!"

Parecía que las palabras de Vi se estaban haciendo realidad. Tongrak estaba tan
cautivado que estaba dispuesto a darlo todo por este hombre.
"¿Puedes dejar de sonreír?"
"¿Por qué?"
"Es espeluznante."
Cuando los estudiantes privilegiados comenzaron a salir de la prestigiosa escuela

después de clases, Meena, que llevaba una mochila, no pudo evitar mirar al apuesto
hombre de piel oscura y finalmente tuvo que hablar.
Sí, el tío Mahasamut era guapo, elegido por el propio tío Tongrak. Sin embargo, la
forma en que sonreía sin mantener la compostura, una sonrisa que nunca se
desvanecía, una sonrisa que siempre estaba ahí, radiante y amplia, le daba escalofríos.
El hombre mencionado se volvió hacia ella con una amplia sonrisa.
"Ya es suficiente, tío Mut."
Mahasamut se acarició ligeramente la barbilla, todavía incapaz de dejar de sonreír.
"¿Quién le dijo a tu tío que fuera tan lindo?"
"Nadie. El tío Rak nació lindo", se jactó Meena, insuperable en su favoritismo por su
tío.
Mahasamut la miró y se rió entre dientes.

"¿Qué? ¿Qué significa esa cara? Si tienes algo que decir, simplemente dilo".
"Nunca verás al tío Rak tan lindo como yo".
"Eso no es cierto. Lo he visto desde que era una niña."
"Pero nunca lo verás como yo lo veo, chica".
La joven levantó la vista, molesta, y se puso las manos en las caderas, dispuesta a
discutir, pero entonces…
"Parece que ustedes dos se lo están pasando bien. ¿Les importa si me uno a la
conversación?"
En ese momento, una voz interrumpió su conversación, haciendo que ambos se

volvieran y miraran al unísono. Vieron a un hombre de mediana edad, de
comportamiento digno, dueño de un rostro hermoso y bien definido, dando un paso
adelante. El hombre ofreció una sonrisa amable que lo hacía parecer de buen corazón.
Sin embargo, el hombre hizo que Meena agarrara con fuerza el brazo de Mahasamut e
instintivamente se agachara detrás de él para cubrirse.
No estaba asustada, pero toda su vida le habían enseñado a huir de este hombre.
Mientras tanto, Mahasamut miró hacia arriba, conociendo la situación antes de que la
joven pudiera mirar hacia arriba con ojos temblorosos.
"Él es el abuelo, tío Mut. Este hombre es mi abuelo".
Era obvio. Mahasamut lo había adivinado desde el momento en que vio el rostro de
este hombre.
Aunque había envejecido, los hermosos rasgos y la tez similar le recordaban el rostro
llamativo de alguien en casa. Aunque el sentimiento era similar, en el momento en que
miró esos ojos color miel, que eran la viva imagen de Tongrak, Mahasamut sintió una
oleada de disgusto. Era como si se hubiera encontrado con un enemigo de una vida
pasada. Sus instintos le advertían, como lo habían hecho toda su vida, que este hombre
era peligroso.
"¿Cómo estás, mi querida nieta? Ha pasado mucho tiempo".
“...”
Meena quiso replicar, preguntando quién era su querida nieta, pero prefirió
permanecer en silencio, agarrando aún más fuerte el brazo de Mahasamut.
"Te has convertido en una joven ahora, ¿no? Pero probablemente no recuerdas a tu
abuelo. Nos conocimos cuando eras muy pequeña..." Jak hizo una pausa por un
momento, sus agudos ojos brillaban mientras se enfocaban únicamente en su pequeña
nieta.
"Oh, no. Nos habríamos conocido si no te hubieras escapado de mí".
Tan pronto como terminó de hablar, Meena se quedó paralizada. Ella siempre había
estado segura de que él nunca la había visto porque fue lo suficientemente rápida para
escapar. Pero de repente se preguntó: ¿realmente había escapado o él la había dejado ir
intencionalmente?
Jak reiteró como si conociera los pensamientos de esta joven.
"Pero tengo que agradecerte que se lo hayas contado a tu madre y a tu tío. Eso me
permitió finalmente hablar con mi propio hijo".
¡He cometido un error!

La joven se mordió el labio hasta que le dolió. ¡Su abuelo la había obligado
intencionalmente a contárselo a su madre y a su tío Tongrak!
Sabía lo que ella haría y cómo reaccionarían su mamá y su tío. Ella era solo una
herramienta, tal como siempre había dicho su madre.
No te acerques a tu abuelo porque nunca podremos enfrentarlo.
Meena se agachó detrás de la ancha espalda de Mahasamut, con los ojos vacilantes de
miedo. No tenía idea de cómo su madre y su tío habían manejado las cosas, pero algo
le decía que no estaba bien y ella era la razón. Les habló a ambos sobre el abuelo.
Mientras Jak seguía mirando a su nieta, Mahasamut, que había estado observando
todo, protegió a la joven. Los ojos color miel se movieron hacia atrás para encontrarse
con sus ojos penetrantes por primera vez. Una sonrisa encantadora se dibujó en los
labios de Jak, y sus espesas cejas se alzaron con curiosidad antes de convertirse en una
sonrisa amistosa.
"Lo siento. No he visto a mi nieta desde hace tanto tiempo que parece que he
olvidado mis modales".
Jak se enderezó para mirar a Mahasamut.
"Soy Jak, padre de Khongkhwan y Tongrak y el verdadero abuelo de Meena. Y tú

eres..."
"Soy Mahasamut".
"Finalmente nos conocemos".
Este hombre ha estado observando Tongrak.

"¿Me conoces?" Pero Mahasamut le preguntó con calma, observando su

comportamiento.
Mientras Jak se reía entre dientes ante la postura cautelosa del joven, asintió
lentamente.
"Perdón si te hice sentir incómodo, pero como padre, es natural preocuparse por tu
hijo. Especialmente alguien que de repente se muda con Rak como lo hiciste tú".
Las pobladas cejas de Mahasamut se fruncieron bruscamente.
Si Tongrak supiera que estaba siendo observado por un padre del que había estado
tratando de escapar toda su vida, estaría temblando de miedo. Y eso hizo que el joven
sonriera fríamente, preguntando en tono agradable, "¿Y qué quiere él 'siempre tan
amable padre' de alguien como yo? Seguramente no viniste sólo a ver a tu nieta. De
lo contrario, no lo habrías esperado hasta que estuviera parado aquí."
Mahasamut se acercó a Jak. Aunque no hizo nada, su alta estatura y su constitución

musculosa parecían eclipsar al pulcro hombre de mediana edad. Sin embargo, Jak
todavía estaba allí, sonriendo.
"Lo entiendes rápido. Sí, como padre, hay algo que me gustaría pedirte".
En ese momento, Meena agarró con fuerza la parte de atrás de la camisa de

Mahasamut, lo que hizo que sus agudos ojos miraran y vieran una linda cara
temblando rápidamente de un lado a otro, indicando: ‘No escuches, no lo sigas,
diciendo absolutamente que no a este hombre.' Mahasamut simplemente puso su
mano sobre su cabeza, presionando y meciendo suavemente para asegurarle que
estaba bien hasta que lentamente relajó su agarre.
"Meena parece confiar mucho en ti. A mí, como abuelo, me duele verlo".
"Tongrak también confía en mí, mucho más de lo que confía en ti", replicó
Mahasamut al instante, cerrando los ojos una vez más.
"Lo sé, es por eso que estoy aquí pidiendo tu ayuda".
Ahora, los ojos de ambos hombres se encontraron en una mirada fija.
Incluso con los persistentes tirones de la parte de atrás de su camisa, Mahasamut sentía
curiosidad por saber qué tenía en mente el "tan amable padre" para él. A diferencia de
este hombre impredecible, él era quien protegería al hombre vulnerable en casa. Pero
primero necesitaba saber qué estaba planeando este hombre.
Bip, bip.
Mientras anochecía y la luz del sol bañaba el lujoso condominio, tiñendo el sofá color
crema de un amarillo suave, la cerradura automática de la puerta sonó un par de veces.
Mahasamut abrió la puerta de madera de calidad, sus pobladas cejas fruncidas, dando
a su rostro afilado una mirada de seria contemplación. Sus ojos oscuros estaban
sumidos en sus pensamientos, reflexionando sobre la conversación que acababa de
tener con el astuto anciano mientras apretaba los dientes con fuerza.
Mahasamut estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó que el hombre de piel
clara se acercaba rápidamente.
Fue sólo cuando sus ojos estaban a punto de encontrarse que se dio cuenta y,
afortunadamente, su cuerpo reaccionó lo suficientemente rápido como para atrapar al
guapo que saltó a sus brazos. Las piernas envueltas alrededor de su cintura, las manos
entrelazadas alrededor de su fuerte cuello y un hermoso rostro adornado con una
amplia sonrisa hacían que el bello rostro fuera aún más atractivo.
"¡Mahasamut!"
"¿Sí?" El hombre más alto respondió, algo desconcertado, pero sus manos sujetaron
firmemente las delgadas piernas para evitar que la persona que abrazaba cayera. El
limpio y dulce aroma del aceite corporal llegó hasta su nariz, haciéndole preguntarse
porqué se le había ocurrido a Tongrak bañarse tan tarde.
La persona en sus brazos todavía sonreía ampliamente, sus ojos brillaban de emoción.
"¡He terminado el manuscrito!" Tongrak anunció en voz alta y luego esperó

expectante.
“...”
Mahasamut tuvo que admitir que su mente todavía estaba ocupada con la
conversación con el padre de Tongrak. Realmente no sabía cómo reaccionar ante este
anuncio, mientras el propio Tongrak continuaba mirando expectante, sus ojos brillando
con emoción hasta el punto que el más alto tuvo que pensar rápidamente en cómo
responder.
"Bien hecho", dijo.
"¿Eso es todo?" Tongrak gimió, claramente decepcionado.
¿Qué debería hacer ahora?
Ahora, el hombre del sur estaba perdido. Era la primera vez que veía a Tongrak
terminar un proyecto. ¿Qué tipo de gran reacción se esperaba?
"Eres el mejor. ¿Hay algún escritor tan bueno como tú?"
“...”
Maldita sea, respuesta incorrecta.
Mahasamut comenzó a sudar, sin saber si era por el peso que sostenía o por la mirada
de decepción que le dirigía.
"Hay muchos mejores que yo y sólo he terminado la historia principal. Ni siquiera

he escrito los capítulos especiales todavía".
Allí está, mirando hacia arriba suplicante. Estoy tan condenado.
Los ojos color miel de Tongrak todavía tenían esperanza, sus manos aún abrazaban con
fuerza su cuello y sus labios ligeramente entreabiertos como si desearan algo más, lo
que hizo que Mahasamut se devanara los sesos. Lo único que le vino a la mente fue
que no funcionaba en absoluto, pero eso fue todo lo que pudo pensar cuando alguien
que había estado trabajando incansablemente dijo que ya había terminado.
"¿Estás cansado?"
No fue un elogio ni un halago, sino preocupación.
"¿Estás tan cansado?"
Eso fue todo lo que se le ocurrió a Mahasamut, y luego...
Mientras se preparaba para otra reacción de decepción a su respuesta, el bello rostro se

sonrojó de un suave color rosa y una encantadora sonrisa se extendió por él. Las manos
alrededor de su cuello se apretaron, y luego... el bello rostro se acurrucó en su ancho
hombro.
"Estoy cansado, muy cansado, Mahasamut".

Con un firme abrazo, los fuertes brazos rodearon con más fuerza la esbelta figura,
aliviados de que Tongrak finalmente hubiera hablado.
"¿Sabías que cuando trabajabas tan duro que no podías dormir, yo estaba tan
preocupado?"
"Mmm, lo sabía", murmuró el adorable.
"Entonces deberías descansar ahora."
"Mmm."
Una vez más, el hombre entrañable fácilmente estuvo de acuerdo con las palabras y
luego miró hacia arriba, sus labios se apretaron hasta que se sonrojaron, extendiéndose
hasta sus hermosas mejillas. Tongrak dudó por un momento, y luego...
"¿Nos tomamos un descanso juntos?"
Sus ojos color miel brillaban con anticipación, y no era sólo la imaginación de
Mahasamut. Esos labios brillantes se abrieron ligeramente.
Mahasamut se inclinó lentamente hasta que sus narices se rozaron, un toque dulce que
casi los derritió a ambos. Mientras tanto, los dedos que habían creado muchas obras
maestras estaban ahora trazando los contornos del cuello de Mahasamut,
entrelazándose en su espeso cabello, estimulando aún más los sentidos románticos.
Entonces esos tentadores labios se movieron para presionar un beso contra los suyos.
¡Muah!
Y luego se separaron.
¡Muah!
Y se separó de nuevo.
¡Muah!
Antes de que Tongrak cambiara y mordisqueara el labio inferior de Mahasamut.
¡Muah!
Esta vez, Mahasamut no pudo contenerse más. Sus manos abrazaron firmemente esas
delgadas piernas, y su rostro rápidamente presionó hacia abajo, besando esos
hermosos labios, sellándolos para saborear la intensa dulzura. Su lengua caliente se
deslizó dentro de la cálida cavidad, frotando provocativamente antes de volverse
apasionada. Unos cuantos pasos adelante y la espalda de Tongrak se presionó contra la
pared con un ruido sordo, pero a ninguno de los dos les importó.
Mientras el sonido del intercambio de saliva ahogaba todo lo demás, las lenguas se
entrelazaban descuidadamente, los cuerpos se apretaban, sintiendo el calor abrasador.
Los besos fervientes continuaron como si su sed fuera insaciable.
"¡Mmm!" Fue entonces cuando la mano de Mahasamut se deslizó profundamente,

alcanzando la carne fuertemente doblada escondida bajo los finos calzoncillos de
Tongrak. Con solo presionar y frotar ligeramente con las yemas de los dedos, se escapó
un dulce gemido. El hermoso rostro de Tongrak se inclinó para susurrarle al oído:
"Hazlo".
"¿Aquí?"
"Aquí." Siguió un suave mordisco en la oreja, encendiendo un instinto primario que

casi volvió loco a la figura más alta.
¡Ruido sordo!
La esbelta espalda de Tongrak volvió a golpear la pared. Sus ojos se encontraron antes
de que siguiera un beso feroz y luego otro. Esta vez, parecía que la ardiente pasión no
se apagaría fácilmente, especialmente porque el que estaba en el abrazo seguía

suplicando sin parar. Mahasamut no dudó en complacer a esta persona.
Estaba dispuesto a complacer a Tongrak para siempre.
Aunque hubo una voz que interrumpió sus pensamientos.
La voz de ese hombre despreciable diciendo...
"Rompe con Rak."
Por ahora, sólo quería centrarse en esta persona.
Capítulo 26
Un cabrón disfrazado de padre
En los momentos en que el cielo estaba adornado con estrellas titilantes, pero su brillo
era eclipsado por las luces artificiales del suelo, dos jóvenes yacían juntos en un
opulento sofá en medio de un costoso apartamento. Uno se había quedado dormido,
exhausto pero contento de haber completado su trabajo, mientras que el otro yacía
despierto, con los ojos abiertos, mirando el techo en penumbra, sumido en sus
pensamientos. Los acontecimientos de la noche quedaron vívidos en su memoria.
La conversación con Jak... el padre de la persona que abraza.
Los ojos de Mahasamut se dirigieron al hermoso perfil lateral que tenía delante,
recorriendo desde el arco de las cejas hasta las gruesas pestañas que descansaban sobre
la piel clara. Las yemas de sus dedos no pudieron resistir el impulso de acariciar
suavemente la suave mejilla.
Mahasamut estaba seguro... nunca había visto a nadie tan hermoso como él en su vida.
Alguien que era hermoso y apuesto al mismo tiempo, alguien que parecía haber nacido
con todo, pero también alguien que había enfrentado fuertes traumas como él.
Su mano se apretó con tanta fuerza que las venas eran visibles.
Si Mahasamut quisiera lanzarle un puñetazo a alguien en este momento, sería ese

bastardo...
En una cafetería no lejos de una prestigiosa escuela privada, Mahasamut se sentó cara
a cara con un hombre apuesto de mediana edad bebiendo café con una sonrisa. No
muy lejos, Meena, que insistió en acompañarlos, estaba sentada abrazada a su taza de
helado, con los ojos fijos en los dos hombres.
Jak dejó su taza de café y preguntó casualmente: "¿Cómo te va?".

"¿Qué quieres decir? Lo preguntas como si nos conociéramos", respondió Mahasamut,

sin molestarse en ocultar su comportamiento antipático. No era alguien que pusiera
una cara agradable ante alguien que había lastimado a alguien importante para él.
Mientras Jak seguía sonriendo, sin mostrar ningún signo de disgusto con el joven que
tenía delante, el hombre de mediana edad repitió su pregunta.
"¿Cómo es vivir con Rak?"
“...”
Jak se rió de buena gana ante la expresión del rostro del joven.
"Sé que has estado viviendo con Rak desde que llegaste de la isla. Vamos, soy el padre
de Rak. Es natural que un padre se preocupe por la vida de su hijo, especialmente por
con quién están saliendo o... . con quién trae a casa para vivir".
Mahasamut permaneció impasible, a pesar de que el hombre enfatizó deliberadamente

al final de su frase que él era simplemente un don nadie que su hijo había traído a casa.
Era como si este padre y su hijo todavía estuvieran unidos, como si él fuera un padre
profundamente preocupado por su hijo. Mientras tanto, la chica había abierto la boca
varias veces, queriendo discutir, pero logró contenerse justo a tiempo.
"No sé si has oído hablar de mí, pero a juzgar por la cara de Meena, probablemente
hayas oído bastante", Jak le sonrió a su nieta, quien abruptamente volvió la vista hacia
su postre. Meena se cubrió la cara con las manos, sintiendo como si le leyeran sus
pensamientos y, por supuesto, odiaba ese sentimiento más que nada.
El hombre de mediana edad se giró para encontrarse una vez más con la aguda mirada
de Mahasamut.
"Admito que le he hecho bastantes cosas en el pasado a Rak, Khwan o a la madre de

esos dos niños. He sido un marido y un padre terrible, y es algo de lo que me arrepiento
hasta el día de hoy", reveló Jak una mirada triste. Su hermoso rostro parecía estar
inmerso en recuerdos del pasado. Entonces, sus labios formaron lentamente una
sonrisa de dolor.
"Es una pena, de verdad. Me hubiera gustado tener la oportunidad de ver a esos dos
niños crecer y convertirse en adultos, estar ahí el día en que decidan hacer algo
significativo en sus vidas, para apoyarlos...", dijo Jak.
"Creo que es mejor si eres directo y dices lo que quieres de mí".
De repente, intervino Mahasamut, con los brazos cruzados sobre el pecho,

completamente desinteresado por el patético drama de este imbécil. Él ya sabía lo que
estaba pasando. Incluso si el padre de Tongrak realmente lo lamentara, ¿entonces qué?
Si este hombre quería disculparse, debería acudir a la persona que merecía la disculpa,
no divagar sobre sus arrepentimientos. Además, Mahasamut odiaba que la gente se
anduviera con rodeos.
¿Estas personas de la alta sociedad alguna vez van al grano?
"Sólo seguirte hasta aquí ya ha sido una pérdida de tiempo. Si no puedes resolverlo,
hablemos otro día", dijo Mahsamut, preparándose para levantarse. Pero entonces...
"Quiero que rompas con Rak."
Mahasamut hizo una pausa abrupta y se volvió para mirar a Jak una vez más. Sus ojos
brillaban con un brillo intimidante que era casi escalofriante. Pero esto no perturbó a
Jak, quien se levantó y dio un paso adelante para enfrentar al joven, enfatizando una
vez más: "Rompe con Rak".
"¿Y por qué debería hacer lo que me dices?"
"Te dije que quiero arreglar cosas del pasado".
"Entonces, ¿quieres desempeñar el papel del buen padre ahora?"

"Sí, al menos quiero intentar ser padre de Rak".
"Eso no tiene nada que ver conmigo y Tongrak".
"Sí, lo hace".
Jak lo miró con ojos lastimeros y luego dijo algo que silenció a Mahasamut: "Porque
sabes que no eres el adecuado para Rak."
El oyente apretó los puños con tanta fuerza que pudo sentir el dolor irradiando hasta el
centro de su pecho. Incluso si Jak no lo hubiera dicho, Mahsamut conocía esta verdad
mejor que nadie. Lo supo desde el principio, desde la isla, sabiendo que aquella era su
única oportunidad de estar cerca de Tongrak. Sin embargo, también sabía que no
tenían nada en común. ¿Quién hubiera pensado que tendría que escuchar estas
palabras de la persona menos merecedora?
¡La misma persona que lastimó a Tongrak más que nadie!
Sus ojos se encontraron en un silencioso punto muerto, un par frío y sereno, el otro
ardiendo con intensidad.
"Quiero ir a casa. Tío Mut, vámonos a casa".
Justo cuando Mahasamut estaba a punto de darle un puñetazo a ese hermoso rostro, la
chica que había estado escuchando todo el tiempo se apresuró y lo agarró del brazo
con fuerza. Su toque tembloroso lo devolvió a sus sentidos mientras miraba su rostro
pálido.
Si no fuera por Meena, le habría dado a ese imbécil una excusa para volver a
entrometerse con ellos.
Entonces, el joven simplemente se giró y dijo...

"Deberías ocuparte de tus propios asuntos... Vamos, Meena, vámonos a casa". Al final
de su frase, Mahasamut le dijo a la niña, empujando su cuerpo tembloroso, que estaba
tan asustada como su tío ante el miedo, recordándose a sí mismo que no debía hacer
nada precipitado.
Si lo hiciera, le haría el juego a ese hombre.
La persona que quedó atrás habló: "He estado en tu posición antes. Si no quieres
lastimar a Rak, recuerda pensar en lo que dije".
“...”
Mahasamut no respondió. Su gran mano guió a Meena fuera de la tienda sin mirar
atrás, a pesar de que su rostro estaba tenso por la preocupación.
"Tío Mut, por favor, no le cuentes esto al tío Rak. Te lo ruego."
Mientras Mahasamut todavía yacía allí con una expresión de preocupación en su

rostro, la voz de la niña resonó en su cabeza, haciéndolo apretar los puños y cerrar los
ojos con fuerza, rechinando los dientes. Pensó en la niña valiente que se volvió tan
pequeña y asustada sólo porque se enfrentó a su abuelo durante menos de una hora.
Tan pronto como él y Meena salieron de la tienda, la niña se volvió hacia él con ojos
temblorosos y rostro pálido y le dijo: No se lo digas al tío Rak.
"Es por mi culpa. Si no dijera que ví al abuelo, mamá y el tío no se comunicarían con
él. Pensé que podría manejarlo. Soy rápida para huir. Pero no es así. El abuelo quiere
que le cuente a mamá y a mi tío sobre él. Es mi culpa..."
Mahasamut rápidamente agarró el brazo de la niña mientras las lágrimas brotaban de

sus ojos.
"Está bien. No es tu culpa. Es por ese cab... por tu abuelo. Simplemente no sabíamos lo
que había hecho".
Casi maldijo delante de la chica, pero se detuvo a tiempo, y eso hizo que Meena lo
mirara a los ojos.
"Entonces, ¿puedo pedir algo? Tío Mut, no se lo digas al tío Rak. ¿Podemos fingir que
lo de hoy nunca pasó? No quiero ver al tío Rak triste. Y también... y... Tío Mut, no
debes hacer lo que dijo el abuelo. No rompas con él. No lo dejes. No tiene a nadie…”
"Nunca dejaré Tongrak. ¡De ninguna manera!"
Su firme promesa hizo que Meena comenzara a sonreír, incluso cuando sus manos
todavía se aferraban con fuerza al brazo de Mahasamut. Lo sacudió suavemente.
"Entonces, si no te importa lo que dijo el abuelo, ¿podemos actuar como si esto nunca
hubiera sucedido? Mantendré la boca cerrada. Tampoco le digas nada al tío Rak ni a
mamá, ¿vale? No quiero que esten tristes. Y no quiero hacer lo que el abuelo quiere. Él
definitivamente quiere que le digamos al tío Rak".
¿Podría Jak todavía atreverse a llamarse a sí mismo un padre maravilloso cuando había
causado que su única nieta se preocupara tanto?
Aunque Mahasamut siguió intentando calmar a la niña, su ira no disminuyó. Sólo unas
pocas palabras con Jak fueron suficientes para comprender por qué Tongrak le tenía
tanto miedo a su propio padre.
Un padre desvergonzado que manipuló los sentimientos de su propio hijo con tanta
sangre fría.
La idea hizo que sus agudos ojos ardieran con renovada determinación mientras
miraba a la persona que abrazaba, sus brazos apretando alrededor de la esbelta figura.
"Yo te protegeré."
¡Un imbécil así necesitaba lidiar con alguien como él!
Mahasamut no sabía qué tan bien había estado manipulando Jak los sentimientos de
todos en esta casa, pero esas tácticas no funcionarían con él.
Para alguien como Mahasamut, ¡tenía que ser ojo por ojo!
"Rak terminó el manuscrito antes de la fecha límite".
"Lo sé, ¿¡verdad!? Por lo general, habría que recordárselo una y otra vez. A veces, el
evento del libro había comenzado y él acababa de enviar el trabajo. El editor tuvo
que trabajar incansablemente para sacar el libro a tiempo. ¡Pero esta vez lo envió
temprano!"
Dentro de la sala de reuniones de una reconocida editorial, el personal de Tongrak

estaba incrédulo mientras el propio escritor estaba sentado con los brazos cruzados,
sonriendo y luego estalló con un anuncio.
"¿Quién dijo que está terminado? Ni siquiera he escrito los capítulos especiales
todavía".
Lo creas o no, la emoción anterior se desvaneció instantáneamente y una voz flotó.
"Entonces, estará terminado nuevamente justo antes de la venta, ¿eh?"

La actitud indiferente hizo que Sao sacudiera la cabeza con una sonrisa. Ella dijo:
"Vuelvan al trabajo. Si siguen hablando, es posible que Rak no tenga ganas de
escribir ese capítulo especial".
Tan pronto como terminó de hablar, todos cerraron la boca y rápidamente

abandonaron la sala de reuniones para continuar con su trabajo, dejando solo a
Tongrak y Sao, quienes habían estado cuidándolo desde que comenzó a escribir
novelas.
Fue entonces cuando el escritor habló: "Parece que estoy causando problemas a
todos".
"Estoy acostumbrada", respondió ella, pero su respuesta hizo que el hombre

normalmente sereno se quejara.
"No tienes que ser tan directa".
Después de todo, se conocían desde hacía casi una década. Lo había visto todo: sus
últimos lloriqueos, su renuencia a entregar trabajo, su falta de voluntad para trabajar o
su abierto desafío. Entonces, ella podría ser una de las pocas que había visto esta
versión de Tongrak.
"¿Qué te trajo aquí hoy? Generalmente, después de enviar el trabajo, te vas

directamente a la fiesta".
"Haces que parezca que soy un alcohólico".
"¿O no es verdad?"
Tongrak se encogió de hombros, demasiado vago para negarlo porque incluso su

familia seguía recordándole que debía dejar de beber y comer demasiados bocadillos.
Luego, el hombre se giró para tomar una gran bolsa de regalos que trajo y la colocó
sobre la mesa de reuniones.
"Traje algunos dulces como disculpa por el problema con cada libro".
“...”
Sin embargo, Sao solo parpadeó sorprendida y miró los dulces en la mesa sin ocultar
su asombro.
No es que Tongrak nunca trajera regalos; lo hacía para cada festival: Año Nuevo, Año
Nuevo Lunar, Songkran, Navidad. Pero... eso fue obra de Khaimook. El tipo en el que
Tongrak llamaría para decir que pasaría con dulces en ambas manos y los traería
personalmente, fue completamente inesperado.
"¿Te sientes bien, Rak?"
Tongrak se rió de buena gana, divertido por la reacción de la persona frente a él, pero
de hecho estaba haciendo algo que nunca antes había hecho.
"Estoy bien, hermana Sao. Sólo quería intentar ser tan considerado como el de casa
por una vez", dijo con una sonrisa en la comisura de su boca.
No pudo evitar pensar en la persona que estaba en casa. Incluso después de mudarse
con él, Mahasamut no dejó de pensar en la gente de la isla. ¿Por qué no veía lo mucho
que se esforzaba Mahasamut con las joyas de material reciclado? Tongrak escuchó que
quería intentar venderlo durante la próxima temporada alta y, si los lugareños podían
hacerlo, el hombre quería que fuera un negocio comunitario. Esto hizo que Tongrak se
preguntara si alguna vez había hecho algo por las personas que lo rodeaban.
El círculo social de Tongrak parecía amplio, pero en realidad era muy reducido.
Era como una persona sociable que conocía a mucha gente, pero en verdad, Tongrak
sólo tenía unos pocos amigos cercanos, sólo unas pocas personas que le importaban, y
Sao era una de las personas que siempre había respetado.
Desde que envió el manuscrito, incluso si el trabajo no estaba completamente

terminado, pensó que valía la pena pasar por aquí.
"Te refieres al chico que estuvo contigo en el evento del libro, ¿verdad?"
Tongrak sonrió en respuesta, lo cual fue suficiente para que la espectadora supiera que
no diría mucho más. Entonces Sao hizo otra pregunta.
"¿Qué pasa con Mook? ¿Por qué no vino contigo?"
"Se tomó una semana de descanso".
"Eh, ¿esa que nunca toma descansos, nunca se despide, nunca se enferma, nunca
muere?" Incluso Sao sabía que era extraño, entonces ¿por qué Tongrak no se daría
cuenta de que algo andaba mal?
"Sí, ella llamó esta mañana y luego simplemente desapareció", el hombre se encogió
de hombros, incluso cuando revisó su teléfono y no encontró mensajes nuevos,
confirmando que Khaimook todavía estaba extrañamente silenciosa.
"Bueno, es bueno que estés aquí. Mira, mira esta portada y ve si es necesario cambiar
algo".
Cuando Sao mencionó el trabajo, Tongrak dejó su teléfono y volvió su atención a las
tareas pendientes, aunque permaneció curioso.
Él también quería saber dónde había desaparecido Mook.
Tongrak pasó un tiempo considerable en la editorial, concluyendo conversaciones

laborales y dejándose arrastrar a firmar libros. Sin embargo, su secretaria más cercana,
que normalmente lo seguía a todas partes, todavía estaba fuera de contacto, lo que hizo
que Tongrak sospechara cada vez más. Normalmente, si supiera que él estaba en el
trabajo, no desaparecería así a menos que él la hubiera enviado a realizar otra tarea.
Cuando intentó llamar, no hubo respuesta.
"Qué raro", murmuró, mirando la pantalla vacía del teléfono. Sus largas piernas lo
sacaron de la editorial mientras se preparaba para hacer otra llamada.
"Rak."
Pero entonces...
¡Ruido sordo!
Al oír el sonido, las manos de Tongrak se quedaron inertes y su teléfono cayó al suelo.
Sus ojos color miel se abrieron por la sorpresa y sintió un escalofrío en el pecho. Nunca
pensó que tendría que enfrentarse nuevamente a su mayor temor: su propio padre.
"¡Vete!"
Recuerdos del pasado pasaron ante sus ojos.
Miradas vacías... una voz rugiendo a través de la habitación... una botella de licor
estrellándose contra su cabeza... sangre cálida corriendo por sus mejillas...
"Rak."
Antes de que la mano de su padre biológico pudiera tocarlo, Tongrak retrocedió y se

alejó como si lo hubiera escaldado con agua hirviendo. Ojos del mismo color
parpadearon furiosamente para recuperar la compostura, sus manos aún temblaban,
su corazón latía con fuerza, pero no podía mostrar debilidad frente a este hombre.
Entonces, se agachó para levantar su teléfono y aprovechó ese momento para

estabilizarse y enfrentar su miedo nuevamente.
"Ha pasado mucho tiempo, ¿no?" Tongrak se sintió aliviado de que su voz no
temblara.
"De hecho, no nos hemos visto en años".
"¿Qué deseas?"
Si alguien pensara que un padre y un hijo reunidos después de una década tendrían un
momento conmovedor de lágrimas y abrazos, estaría profundamente equivocado. La
voz de Tongrak era tranquila y clara, indicando que estaba listo para darle a la otra
parte lo que quisiera solo para salir de la situación lo más rápido posible.
Lo único en lo que Tongrak podía pensar era en el de casa.
Esa fue la única fortaleza que lo hizo más duro que antes.
Curiosamente, pensar en ese rostro atractivo y agudo y en su sonrisa molesta ayudó a

que su corazón acelerado volviera a un ritmo manejable.
Tongrak sólo tenía que ceder y entonces todo terminaría... como cada vez anterior.
"¿Por qué crees que tu padre quiere algo de ti?"
"Porque eso es todo lo que siempre quisiste", replicó el joven, pero solo hizo que el
hombre frente a él suspirara y lo mirara con una mirada triste.
"Eso es lo que me diste. ¿Cuándo te he pedido dinero alguna vez? Sólo quería verte,
hablar con mi nieta..."
"¡No te metas con Meena!"

¡Maldita sea!
Tongrak sabía que estaba perdiendo el control, pero no pudo evitar soltar un grito de
sorpresa que se le escapó. Sus ojos temblaron de miedo al pensar en este hombre
entrometiéndose con su amada sobrina. No pudo soportarlo.
"¿Por qué no? Ella es mi nieta".
Por supuesto, tan pronto como su padre terminó de hablar, Tongrak perdió la
compostura.
"Aléjate de Meena, te lo ruego. Si quieres algo, dímelo. Te daré cualquier cosa, pero
no te acerques a mi sobrina..."
"Entonces rompe con Mahasamut".
En el momento en que terminó la cálida voz, Tongrak sintió como si el mundo se

derrumbara frente a él. Estaba aturdido y confundido, sin entender cómo su padre
conocía a Mahasamut o por qué había hecho esto. Mahasamut no tuvo nada que ver
con nada de esto.
Tongrak sintió como si una mano invisible le destrozara el corazón.
Fue insoportable.
¿Qué le haría su padre a su sobrina, a Mahasamut?
"No... no te metas con él."
La imagen que tenía ante él se volvió borrosa y Tongrak se dio cuenta de que estaba a
punto de llorar. Incluso las palabras que salieron sonaron diferentes a las suyas.
Tongrak miró a su padre suplicante, mientras que el hombre al que miraba carecía de
emoción. Su padre se acercó lentamente y puso una mano en el hombro helado y
tembloroso, pero Tongrak ni siquiera se atrevió a ignorarlo.
"Entonces, ¿has elegido a Meena o Mahasamut? ¿No dijiste que le darías todo a tu
padre?"
"Por favor, te lo ruego, no te metas con Meena. No le hagas nada a Mahasamut.

Padre, te lo ruego".
"¿Te crié para que fueras tan codicioso? Tienes que elegir uno, tal como elegiste
quedarte con tu madre y cortar los lazos con tu padre".
No podía elegir.
Tongrak no pudo decir una palabra. Se quedó allí temblando frente a su propio padre.
Era tan simple, entre su sobrina y un hombre que conocía desde hacía menos de tres
meses. Debería haber sido tan fácil simplemente decir la palabra para elegir, caminar
de regreso a casa y decirle a Mahasamut que hiciera las maletas y se fuera. Pero no
podía hablar. Cada palabra estaba atrapada en su garganta.
Y eso hizo que Jak agarrara con más fuerza el hombro de Tongrak, inclinándose para
susurrar.
"Si no puedes elegir, ¿debería elegir yo por ti, como lo hice con ese Doctor?"
Tan pronto como su padre mencionó al hombre desaparecido hace mucho tiempo, el
hombre a quien veneraba como su verdadero padre, Tongrak apartó el hombro con un
movimiento de terror. Sus hermosos ojos estaban oscurecidos por las lágrimas,
mirando la amable sonrisa que era más siniestra que cualquier demonio.
La imagen del funeral que pasó por su cabeza hizo que Tongrak se decidiera.
Se giró y rápidamente se alejó de allí.

Tenía que volver a casa y asegurarse de que la persona que le importaba todavía
respiraba.
Mahasamut.
El único nombre en el que pensó Tongrak mientras sollozaba todo el camino a casa,
presionando el acelerador hasta llegar a su casa.
"¿Por qué no contestas el teléfono? Contesta, Mahasamut".
Durante todo el camino desde la editorial hasta su condominio, Tongrak intentó

comunicarse con Mahasamut, pero todo lo que escuchó fue una voz que decía que no
se podía localizar el número. El miedo subió por su garganta hasta que apenas pudo
respirar. La sola idea de que algo le pasara a Mahasamut le daba ganas de vomitar.
Entonces, tan pronto como el auto se detuvo, no dudó en correr hacia el ascensor,
presionando su propio piso repetidamente, sin importarle si el botón se rompía.
Está bien. Tiene que estar bien. Debe estar bien.
Tongrak se agarró la mano con fuerza cuando sintió que temblaba incontrolablemente.
El tiempo desde la planta baja hasta su apartamento pareció una eternidad.
¡Ding!
Tan pronto como se abrieron las puertas del ascensor, sus piernas lo llevaron a su
departamento, donde ingresó el código rápidamente.
¡Golpe!
"¡Demonios!"
Tongrak esperaba que al abrir la puerta encontrara al hombre más joven con una cara
traviesa sonriéndole, ajeno a lo que había sucedido. No su mejor amiga, quien gritó en
shock porque había abierto la puerta con tanta fuerza. Pero en ese momento a Tongrak
no le importaba. Sus ojos escanearon la habitación, buscando a alguien más.
"¡Mahasamut!"
"Espera, Rak, cálmate, escúchame primero."
"¿Dónde está Mahasamut? ¿Dónde está, Vi?" Tongrak agarró con fuerza el hombro de
su mejor amiga. "Vi a mi padre. Lo va a matar. Si algo le pasa, ¿qué haré? Mi padre lo
matará tal como mató al tío Doctor".
"No, Rak, nadie muere".
"Pero, Vi, mi padre..."
Fue entonces cuando Vi abrazó a su mejor amigo, abrazándolo fuerte como siempre lo
había hecho cada vez que veía llorar a su amiga. En ese momento, Tongrak era
vulnerable y tenía que fortalecerlo antes de que pudiera enfrentar lo que le había
sucedido a la persona importante que ni siquiera era lo suficientemente valiente para
admitirlo.
"Está bien, cálmate, estoy aquí".
"Vi, Mahasamut, ¿qué debo hacer? Mi padre debe haber hecho algo seguro", Tongrak
le devolvió el abrazo a Vi, con la voz temblorosa.
"Rak, escúchame. Hoy, tu padre envió a alguien a buscar..."

Eso fue todo lo que necesitó Tongrak para alejar a su mejor amiga, con los ojos muy
abiertos por la sorpresa.
"¡¿Dónde está Mahasamut? Dime, ¿dónde está?!" Al final de la frase, el hombre gritó a
todo pulmón, con los ojos llenos de lágrimas claras, dejando a Vi sin palabras.
Pero antes de que pudiera sacudir a Vi hasta que se le dislocara el hombro, alguien más
dio un paso adelante, acompañado por una voz profunda y familiar.
"Estoy aquí, Sr. Tongrak".
Tongrak se giró hacia el sonido y se quedó paralizado, sus ojos inmediatamente

notaron los moretones en ese hermoso rostro. Su mirada se fijó entonces en la ropa
sucia, como si Mahasamut acabara de rodar por el pavimento de la calle, y... la muñeca
envuelta en vendas.
Tongrak no dijo nada. No preguntó ni regañó. Sólo su rostro pálido y dolorido lo decía
todo.
"Uh, eso es lo que iba a decirte".
Fue entonces cuando lágrimas claras corrieron por las mejillas de Tongrak,
sorprendiendo a los otros dos en la habitación. Mahasamut no dudó en dar un paso
adelante y abrazar al sorprendido hombre, abrazándolo con fuerza para sentir su calor.
Susurró palabras reconfortantes al que había perdido la compostura.
"Estoy bien, de verdad. No te preocupes. ¿Ves? Todavía estoy aquí".
¡Golpe!
"¡Tongrak!"
"¡Rak!"
No hubo gritos de protesta de Tongrak, sólo un cuerpo cayendo de rodillas en el suelo,

que Mahasamut rápidamente atrapó. Sujetó con fuerza al hombre exhausto, sintiendo
las cálidas lágrimas empapar su hombro, y entonces Tongrak comenzó a sollozar.
Sin palabras, Mahasanut simplemente sostenía al hombre vulnerable en su fuerte

abrazo.
El vulnerable que temblaba tan lastimosamente.
Capítulo 27
Juego mental
"¿Tienes ganas de comer algo hoy?"
"No tengo hambre."

"¿Quieres parar en algún lugar antes de regresar a casa?"
"No, gracias."
"Muy hosco hoy, ¿no es así, pequeño bribón?"
Aunque solo habían pasado unos días desde que Mahasamut conoció al padre de
Tongrak por primera vez, hoy era como cualquier otro día en el que recogería a Meena
a las tres de la tarde y la llevaría a casa. Por lo general, habría solicitudes de refrigerios
o paradas para comprar cosas, pero hoy no.
La chica sabelotodo estaba realmente deprimida.
Hoy, Meena caminaba con los hombros caídos y el rostro sombrío, como si la mascota
de su familia acabara de irse al paraíso de las mascotas. Se redujo a un tamaño más
pequeño, con sus pensamientos escritos en todo su rostro.
La mano de Mahasamut aterrizó sobre su cabeza y la meció suavemente mientras su

voz profunda hablaba con una risa reprimida: "Si te preocupas tanto, ¿por qué no
hablas con mamá y el tío Rak al respecto?"
"¿¡Ya les dijiste!?" Eso fue todo lo que necesitó Meena para darse la vuelta y preguntar
con una expresión de sorpresa, provocando una sonrisa reconfortante por parte del
espectador.
"No. El tío Mut cumple sus promesas, ¿sabes?"
La pequeña dejó escapar un gran suspiro de alivio, pero en cuestión de segundos, su

ánimo volvió a decaer.
"Nunca antes le había mentido a mamá. Simplemente no le cuento todo. Pero

cuando ayer me preguntó qué me pasaba, le dije que me dolía la cabeza. ¿Hice lo
correcto, tío Mut?" La niña miró hacia arriba, buscando seguridad, y eso hizo que
Mahasamut se detuviera en seco. Se giró para mirarla y miró a los ojos de la chica de
trece años que se preocupaba tanto por su familia que hizo algo que nunca había hecho
antes.
"¿Por qué no quieres decírselo a la señora Khwan y al señor Tongrak?"
"Bueno, cuando hice eso, pensé que estaba haciendo lo correcto. El tío Rak sabría
qué hacer. No pensé que el abuelo realmente tuviera la intención de que yo hiciera
eso. Vino a vernos porque quería que le contáramos al tío Rak sobre él, ¿no?.
Entonces no deberíamos decirlo. Ya no quiero que me utilicen como herramienta.
Pero anoche, pensé, que tal vez el abuelo no quería que le dijéramos realmente al tío
Rak. Así que ahora no sé qué se supone que debo hacer".
La niña habló con una sensación de estar completamente perdida. No podía

determinar cuál respuesta era la correcta.
Mahasamut no veía a Meena simplemente como una niña que necesitaba palabras de
consuelo. Esta niña tenía una mente adulta. Cuando tenía su edad, se había enfrentado
a situaciones aún más difíciles. La niña necesitaba respuestas y se tomaría en serio cada
pregunta porque ella era importante para Tongrak, lo que significaba que ella también
lo era para él.
La confusión de Meena llevó a Mahasamut a responder con un tono serio: "Entonces,

¿qué opción te hace sentir más cómoda?"
Meena guardó silencio por un momento y luego susurró débilmente: "...Quiero

contárselo al tío Rak".
"Entonces díselo", dijo simplemente.
"Pero..."
Una vez más, Mahasamut meció suavemente la cabeza de la niña con afecto.
"¿Crees que tu tío Rak querría que te preocuparas tanto?"
"No."
"Correcto. Él quiere que seas feliz y te diviertas como cualquier otro niño. Si supiera
que él es la causa de toda esta preocupación, ¿crees que se culparía a sí mismo?"
"Definitivamente."
Mahasamut se rió ante la respuesta y vio a Meena sonreír lentamente. "Y si Tongrak
está molesto, sólo tienes que consolarlo. Cuando estés a su lado, ya no sabrá cómo
ponerse de mal humor. Además..." Mahasamut sonrió con picardía, "Si no estás ahí
para hacerlo, él todavía me tiene a mi, ¿verdad?"
Mahasamut sonrió a la chica, quien instantáneamente hizo un puchero en respuesta.
"Simplemente vas a aprovecharte de mi tío Rak, ¿no?"
"Se llama aprovechar tus fortalezas. Cuando tu tío viene a abrazarte, es irresistible.
¿Qué clase de persona no querría abrazar a alguien con una cara tan linda y con
pucheros?"
Meena lo miró juzgando, pero pronto, la niña que pensaba demasiado comenzó a
revelar una amplia sonrisa.
Mahasamut continuó: "Entonces, ¿lo has decidido?"
"Sí, se lo diré al tío Rak. Se lo diré a mamá también. Ya no me importa lo que piense
el abuelo. Nos tenemos el uno al otro, muchos de nosotros. ¿Cómo podríamos
perder, verdad?"
Mahasamut se rió a carcajadas, prefiriendo con diferencia la mirada decidida de la

atrevida niña a su comportamiento hosco. Lo mismo ocurrió con la persona en casa. Le
gustaba ver a Tongrak sonreír ampliamente en lugar de quedarse solo con sus
preocupaciones. En cuanto al padre del hombre, no le tuvo miedo desde el principio.
¿Qué había que temer? No era más que un viejo loco al que le gustaba hacer sonar a su propio
hijo.
Gente así merece un puñetazo.
"Entonces vayamos a la casa del tío Rak. ¿Dónde estacionaste el auto?"
"Lo siento, hoy tomé un taxi. Tongrak fue con su coche a la editorial".
"Ah, entonces tenemos que ir a buscar un taxi a la calle principal, ¿eh?"

"Sí, señora. No se puede evitar que su costosa escuela privada esté escondida así".
Mahasamut dijo en broma, haciendo que Meena arrugara la nariz. No pasó mucho
tiempo antes de que la chica normalmente alegre, ignorando cualquier estrés, señalara
en otra dirección.
"Vamos."
Allí... Meena ya estaba corriendo delante, mientras Mahasamut la seguía con una
sonrisa.
No debería haber sido nada difícil. Sólo tuvieron que caminar por el callejón para
buscar un taxi en la carretera principal, regresar al condominio y luego confesar todo.
Probablemente habría algo de enojo que enfrentar, pero Mahasamut pensó que era
mejor así, aunque en el fondo dudaba si debía hablar sobre el tema de que el hombre
quería que rompieran.
Pero diablos no. ¡Es imposible que eso esté pasando!

Mahasamut lo sabía desde hacía un tiempo...
"No dejes que esto sea sólo una aventura".
Las palabras de Vi pasaron por su cabeza y ya tenía la respuesta hace mucho tiempo.
No fue sólo una aventura, no desde el principio.
Para Mahasamut, Tongrak era mucho más que eso.
El problema era que tenía miedo de que alguien fuera poseído y realmente lo hiciera.
Esto no debería haber sido complicado si no fuera por...
"Meena." Su gran mano agarró firmemente el brazo de la niña, y sus agudos ojos se
movieron hacia atrás para ver que había un hombre que los había estado siguiendo
desde el frente de la escuela desde la distancia. Al volverse hacia el frente, Mahasamut
vio a otro hombre caminando hacia ellos desde la salida del callejón, mirándolos
directamente.
"¿Qué ocurre?" Preguntó Meena, mirando hacia arriba con los ojos muy abiertos.
Mahasamut habló con firmeza: "Escóndete detrás de mí".
"¿Qué?"
Tan pronto como Meena habló, gritó cuando Mahsamut tiró de ella detrás de su ancha
espalda. Fue entonces cuando notó que los dos hombres se acercaban, con el tío Mut
protegiéndola.
Mahasamut habló con autoridad: "No creo que tengamos ningún problema aquí".
Mahasamut empujó a Meena para que retrocediera con él.

Uno de ellos le lanzó una sonrisa amenazadora y siguieron avanzando hasta que la
niña empezó a sentir miedo.
"Tío Mut."
"Si te digo que corras, corres", susurró con voz profunda.
"¿¡Eh!?"
"¡Tú no lo tienes, pero nosotros sí!"
Antes de que Meena pudiera terminar, uno de ellos gritó y se abalanzó sobre
Mahasamut, quien rápidamente lo esquivó y contraatacó con un puñetazo directo a la
cara, lo que provocó que la niña tropezara hacia atrás en estado de shock.
"Corre, Meena."
"¿Qué?"
"¡Ahora!"
Aún desconcertada, pero con otro grito de Mahasamut, Meena se giró y corrió lo más
rápido que pudo.
"¡Maldita sea, no dejes que la niña se escape!"
Uno de ellos gritó y saltó tras ella, pero Mahasamut no estaba dispuesto a permitir que
eso sucediera. Su gran mano rápidamente agarró el hombro del agresor, tirándolo
hacia atrás y estrellándolo contra la pared. Pero todo eso abrió el camino para que el
primer hombre, a quien Mahasamut había golpeado, le diera una patada en el
abdomen, haciendo que el hombre del sur rodara por el suelo.
Mientras caía, el atacante no dudó en saltar encima y darle puñetazos en la mejilla.
"No creas que eres el único que puede luchar".
"¡Argh!"
Pero cuando llegó el segundo puñetazo, Mahasamut lo atrapó a tiempo y torció la

muñeca con toda su fuerza, provocando que el hombre gritara. Sus largas piernas se
levantaron, golpeando al hombre en el abdomen y enviándolo al suelo, despejando el
camino para que Mahasamut saltara encima y le devolviera fuertes golpes en la cara.
Pero mientras estaba ejerciendo fuerza, otro de ellos, que había recuperado el
equilibrio, tiró de la parte posterior del cuello de su camisa, obligando al joven a soltar
el abrigo y girar hacia atrás para patear a la otra parte con toda su fuerza. No le
importó qué tan fuerte gritara el hombre porque Mahasamut usó la fuerza de la patada
para golpearlo contra la pared nuevamente, haciéndolo gemir de dolor, sus agudos
ojos brillando peligrosamente.
¿Pensaron que no puedo pelear? Puedo y lo hago a menudo.
Todos en la isla sabían que no debían meterse conmigo.
"¡Maldita sea!" El restante gritó y sacó un cuchillo.
Ahora, los ojos de Mahasamut brillaron con un peligro inmediato.
Entonces lo están jugando de esta manera.
La punta de la navaja se dirigió hacia la sección media de Mahasamut, pero él la

esquivó justo a tiempo. Pero cuando la hoja cortó por tercera vez, le cortó la palma de
la mano. El dolor le subió por el brazo, pero Mahasamut no pensó en esquivarlo.
Apretando los dientes, agarró la muñeca del hombre con la otra mano, girándola con
fuerza hasta que el cuchillo cayó. Lo apartó de una patada y escuchó los gritos del
hombre hacer eco en el callejón. Tenía que admitir que ahora le hervía la sangre.
"Realmente quieres meterte conmigo, ¿eh?"
No era difícil adivinar quién había enviado a esos matones.
¡Cabrón!
No sólo hiciste enojar tanto a tu propio hijo, sino que eres lo suficientemente despiadado como
para dejar que tu nieta sea testigo de algo como esto.
"¡Ve y dile a tu jefe que si quiere matarme, que venga él mismo!"
Los ojos de Mahasamut estaban inyectados en sangre mientras miraba fijamente a los
ojos del hombre, ahora lleno de miedo. Pero él no se detendría.
¡Si alguna vez volviera a ver a ese hombre, se aseguraría de que ya no pudiera sonreír
así!
"Uf, maldita sea."
Mahasamut jadeó en busca de aire, apoyado contra la pared en medio de dos matones
derrotados que yacían en el suelo. Su mano apretó con fuerza su palma sangrante. Su
mirada aguda se posó en su teléfono celular, que se había escapado durante la pelea,
yaciendo a unos metros de distancia. A pesar del dolor, no era nada comparado con
cuando se rompió la pierna o las costillas.
"¡Mierda!" El joven maldijo y luego agarró su teléfono celular.

Tuvo que llamar a Meena.

Mahasamut apretó los dientes, incapaz de soportar la idea de la cara que pondría la
persona en casa si supiera que su sobrina estaba en peligro.
"¡Por allá, tía Vi, por allá!"
En ese momento, la voz de la niña sonó desde la entrada del callejón, lo que hizo que
levantara la vista.
Mahasamut se sorprendió; No esperaba ver a esta persona aquí... Vi.
La actriz corrió tras Meena, acompañada de varios hombres. Su mano agarró con
fuerza su teléfono y quedó atónita por la escena que tenía ante ella.
"¿Qué pasó aquí?"
"Me tendieron una emboscada, hermana Vi. ¿No lo notas?" Él le sonrió.
"¿Es este realmente el momento para las bromas?"
"Me las arreglé para sobrevivir, ¿no?"
"Bueno... puedo ver eso." Vi miró a los dos gánsteres que yacían al otro lado antes de
que su atención volviera a la niña pequeña que lloraba en voz alta.
"Tío Mut, estás sangrando mucho".
Vi se volvió para mirar la camisa manchada de sangre de Mahasamut y rápidamente se

arrodilló a su lado y llamó a una ambulancia.
"Tío Mut, no mueras".

"Basta. Está lejos de mi corazón", bromeó Mahasamut, pero cuando vio que Meena
comenzaba a llorar, su otra mano rápidamente abrazó sus pequeños hombros,
consolándola con una voz tranquilizadora.
"Estoy realmente bien".
"¡Sollozo, buaa!"
Mientras todos estaban concentrados en Mahasamut, no se dieron cuenta de que una

motocicleta se acercaba a toda velocidad hacia ellos. Los hombres que pensaban que
estaban noqueados saltaron a la parte trasera de la motocicleta. Mahasamut se levantó
rápidamente y puso a Meena y Vi a un lugar seguro, pero la motocicleta no se dirigió
hacia ellas.
¡Crujido!
Se alejó a toda velocidad por el callejón, pero no antes de que sus ruedas aplastaran su
amado y viejo teléfono, creando un fuerte ruido.
“¡¡!!”
El sonido del motor se apagó, dejando atrás los restos de su dispositivo de

comunicación, y Mahasamut sintió la necesidad de destrozar a esos hombres.
¿Cómo se supone que debo comunicarme con Tongrak ahora?
Durante todo el camino desde la escuela hasta el hospital, Meena intentó explicar lo
que había sucedido, lo que le permitió al joven saber que después de que Meena salió
corriendo, se encontró con Vi. Fue suerte o destino que la actriz principal estuviera
filmando cerca, y el lugar donde Meena había salido corriendo estaba justo en el set de
filmación.
El equipo que seguía a Vi era del set de filmación.
Eso no era tan importante como consolar a la niña que acababa de ver a alguien
cubierto de sangre por primera vez.
"¿Estás realmente bien?"
Cuando llegaron a la casa de Meena, él debió haber respondido esa pregunta cientos de
veces.
Después de dejar a Meena, hubo otro asunto preocupante.
"¿Cómo le vas a decir a Rak?"
Mahasamut hizo una pausa por un momento, miró su camisa manchada de sangre y la
herida vendada en su mano izquierda, luego suspiró.
"Tendré que decir la verdad. Con esta condición, cualquier mentira sería obvia".
Tongrak no creería que fue tan tonto como para cortarse.
"Eso es bueno, pero..." Vi suspiró profundamente. El problema entre ella y Khaimook

parecía trivial ahora, considerando la reacción de Tongrak al ver a Mahasamut en este
estado.
"Rak va a sufrir una crisis nerviosa", dijo Vi.
Mahasamut se dio cuenta de que Tongrak se sorprendería, pero no entendió realmente

el término "tener una crisis nerviosa" hasta que lo vio de verdad.
En el momento en que atrapó el cuerpo que se desplomó en el suelo y comenzó a llorar

como un niño, Mahasamut supo al instante que había más en la situación de lo que
había pensado. ¡Ese viejo bastardo debe haberle hecho algo terrible a su propio hijo,
haciendo que Mahasamut quisiera derribarlo a golpes!
Mahasamut tardó un buen rato en calmar a Tongrak. En ese momento, sus ojos estaban
fijos en la persona que había llorado hasta quedarse dormido, llenos de preocupación.
Su gran mano acarició suavemente el cabello, se dirigió a una pequeña cicatriz en la
sien derecha y luego apretó el puño. Cuanto más pensaba en que esas pequeñas
heridas físicas no eran nada comparadas con las profundas cicatrices en el corazón de
Tongrak, más quería matar a la persona que se las había infligido.
Entonces, Mahasamut se inclinó para darle un suave beso en la frente antes de salir de
la habitación.
Vi todavía estaba esperando afuera.
"¿Cómo está Rak?"
"Él está dormido ahora".
"Uf, eso es un alivio". La mujer exhausta se reclinó en el sofá mientras el hombre alto
se acercaba para sentarse a su lado.
"¿Es así a menudo?"

"No, esta es la primera vez que lo veo, pero..." Vi miró la mano de Mahasamut y
suspiró profundamente, "... me dijo que ya habia estado mal antes, y esta debe ser la
segunda vez".
"¿Tiene algo que ver con el médico del que estaban hablando?" Preguntó
Mahasamut, sintiéndose inseguro al final de su frase. Pero por el caos anterior, pensó
que no había escuchado mal.
Puede que no sea el primero del que el padre de Tongrak quisiera deshacerse. No, no
se trataba de matar. A lo sumo, era sólo una amenaza para infundir miedo. Desde que
se enteró de la situación y conoció a Jak, una cosa que el joven sintió fue que ese
bastardo no se crearía problemas a sí mismo y que matar estaba más allá de sus
capacidades. Entonces, el hombre definitivamente no lo quería muerto.
"Bueno... ¿Rak te lo mencionó alguna vez...?" La propia Vi no sabía por dónde

empezar.
Se enteró de ello por primera vez años después de conocer a Tongrak. Normalmente,
Tongrak nunca ocultaba nada sobre su familia, sus padres o su hermana. Fue lo
suficientemente valiente como para hablar con franqueza como si lo hubiera superado
todo. Era sólo una cosa que parecía enterrada en su corazón y de la que Tongrak no
quería hablar, y de la que Vi se había enterado por accidente.
La primera vez que supo que Tongrak estaba transfiriendo la gran suma de la
asignación que su madre enviaba todos los meses a su padre, se puso furiosa. Ella lo
regañó por estar loco al darle dinero a ese tipo de padre. Tongrak simplemente guardó
silencio y luego él le contó lo que pasó cuando era niño, lo que ayudó a entender por
qué Tongrak estaba tan profundamente afectado por su propio padre.
Ese hombre no simplemente abandonó a Tongrak; Le había colocado una bomba de

tiempo a su amigo y estaba listo para apretar el gatillo en cualquier momento.
Cada vez que sentía que su hijo era feliz... ¡boom!
"No, lo escucho por primera vez", Mahasamut sacudió la cabeza.
Tongrak nunca le había mencionado el nombre de ningún médico.
Entonces, la habitación quedó en silencio.

Mientras Vi dudaba antes de contar la historia, los ojos oscuros del hombre estaban
resueltos y firmes. Mahasamut no la presionó para que hablara, pero tampoco se negó
a escucharla.
Sólo... ¿debería decírselo?
"Bueno…"
Bip, bip...
En ese momento, ambos escucharon el sonido de la puerta automática al frente de la

habitación, y la puerta se abrió para revelar a una secretaria familiar entrando
rápidamente... Khaimook.
La que se quedó helado inmediatamente al ver a la otra mujer en la habitación.
"Mook", la estrella principal se levantó rápidamente y se acercó a la persona que había

estado evitando sus llamadas. Esto hizo que Khaimook desviara la mirada, lo que le
hizo notar algo.
"¿Por qué te ves así?" Khaimook corrió hacia Mahasamut, examinando la condición
del hombre que alguna vez le disgustó, y la preocupación se apoderó de ella al
instante.
"Oh, no es fatal".
"¿Y qué pasa con Rak? ¿Rak también está herido?"
Obviamente, estaba completamente preocupada por otra persona.
"Es bastante claro, Srita. Mook. Quiere decir que incluso si muero, está bien, pero si
Tongrak resulta herido, me mataría de nuevo, ¿no es así?"
"No es así... ¿Y Rak?" La voz de Khaimook era suave cuando volvió a preguntar con
preocupación.
"Rak llamó, pero no contesté. Cuando intenté devolver la llamada, no entró la

llamada", dijo Khaimook. Como de todos modos no podía dormir, decidió comprobar
las cosas para aliviar sus preocupaciones. No esperaba encontrar... algo como esto.
"Tongrak está bien."
"Suspiro." Khaimook dejó escapar un suspiro de alivio y luego examinó al hombre

frente a ella de pies a cabeza con una sonrisa incómoda y preguntó: "¿Duele mucho?".
"Ya es demasiado tarde para preguntar, señorita", respondió Mahasamut con una
amplia sonrisa, claramente consciente de la preocupación de Khaimook. No pudo
evitar recordar sus primeros encuentros cuando ella era toda fanfarronadas y
amenazas.
Al escuchar eso, Khaimook lo miró de reojo. "Entonces, ¿qué pasó exactamente?"
"Me acaban de emboscar y maltratar un poco..."
¡Slam!
En ese momento, la puerta del dormitorio principal se abrió de golpe con un fuerte
ruido y el dueño de la habitación salió corriendo. Como los tres
Se volvieron para mirar y vieron... el rostro pálido de Tongrak.
El hombre miró directamente a Mahasamut, como si estuviera a punto de caer al suelo.
Mahasamut no dudó en acercarse y sostener a Tongrak, que lo agarraba con fuerza del
brazo. Tongrak no sólo se aferraba a ello; Estaba clavando sus uñas en el fuerte brazo.
"¿Pesadilla?" -Preguntó Mahasamut.

"Yo ..." La voz de Tongrak tembló y no pudo terminar la frase.
Su comportamiento confuso era como el de alguien que no podía distinguir los sueños
de la realidad, pero se negaba a dejarlo ir, lo que provocó que Mahasamut rodeara con
sus brazos la esbelta figura y se volviera hacia las dos mujeres con una expresión seria.
"Me quedaré con Tongrak por un tiempo. Por favor, cierren la puerta". Después de
hablar, condujo a la esbelta figura de regreso a la habitación.
Una vez que las dos mujeres estuvieron solas, la habitación quedó en silencio.
"¿No vas a preguntar qué pasó?"
"Mook, ¿todavía estás enojada conmigo?" Vi continuó.
Fue entonces cuando Khaimook forzó una sonrisa y empujó a Vi fuera de la habitación.
"No, no te lo preguntaré. Lo escucharé de Mahasamut mañana. Pero tienes que irte a
casa ahora, Vi. Tienes una sesión de fotos temprano mañana, ¿no? Ya es tarde".
"Espera, ¿y tú?"
"Me quedaré aquí esta noche".
"¡No!" Vi exclamó en voz alta.
"¿Por qué no? Oh, ¿porque Mahasamut tomó la habitación de invitados? No hay
problema, dormiré en el sofá. A menudo me quedaba a dormir cuando Rak estaba
terminando su trabajo. Y ahora, Vi, realmente deberías irte".
Con una amplia sonrisa, la mujer empujó a la estrella principal hacia la puerta
principal y le dijo: "Buenas noches. Yo me encargo del resto".
Sin esperar respuesta, Khaimook cerró la puerta de golpe.
Obviamente, ella no estaba lista para enfrentar a Vi.
Se apoyó contra la puerta, suspirando profundamente, luego se giró para mirar la

habitación de Rak con preocupación.
"¿Duele?"
"No, no es así".
"¿De verdad?"
"En serio, ¿por qué iba a mentirte?"
"Pero Vi dijo que te cortaron con un cuchillo".
"Y te dije que no duele. Las redes de pesca me han hecho daño peor".
En la gran cama, Mahasamut yacía de lado, mirando a la otra persona que sostenía su
mano como si temiera que se rompiera. En circunstancias normales, Mahasamut se
habría burlado de Tongrak sin piedad, pero no ahora. Se quedó quieto, dejando que el
otro hiciera lo que quisiera, respondiendo quién sabe cuántas veces con entusiasmo la
misma pregunta.
Una cosa que podía sentir era que Tongrak estaba genuinamente preocupado por él.
Sí, estoy furioso, pero al ver esto, mi corazón se ablandó.
Ahí está esa cara triste.

¿Quién dijo que el señor Tongrak es arrogante? Miralé ahora. Está tan deprimido, acariciando
suavemente mi mano vendada.
"Es por mi culpa que mi padre te lastimó".
"No, no digas eso. Es por tu padre, no por ti. Ese hombre es un psicópata", dijo
Mahasamut, abrazando fuertemente a Tongrak, tratando de hacerlo sentir mejor con
una risa mientras sentía a Tongrak presionar su cuerpo cerca.
Tongrak yacía quieto, y Mahasamut pensó que se habría quedado dormido otra vez, si
no fuera por...
"Lo lamento."
A Mahasamut no le gustó.
No le gustaba para nada ver a su guapo así.
La persona no tuvo la culpa, pero se disculpó por algo que no hizo... Mahasamut
acarició suavemente la espalda de Tongrak. En lugar de bromear, el hombre más alto
decidió quedarse quieto, usando el tacto para mostrar que estaba allí, mientras
Tongrak seguía repitiendo las mismas palabras.
"Lo siento mucho."
Mahasamut presionó el rostro de Tongrak contra su pecho, ocultando sus propios ojos
preocupados que miraban fijamente al techo.
¡Tenía que descubrir qué le hizo ese bastardo a Tongrak!
…
"¿Puedo hablar contigo un momento?"
La pregunta del sureño fue respondida por una hermosa mujer que había llamado a la
puerta del condominio por la mañana, acompañada de una niña que parecía a punto
de llorar. Recordaba a esta mujer incluso antes de que ella se presentara.
"Mi nombre es Khwan, soy la hermana mayor de Rak. Nos conocimos antes cuando
ayudaste a Meena a subir al auto ese día".
"Cierto, lo recuerdo."
Khwan miró a su hija y luego se volvió hacia Mahasamut.
"¿Puedo hablar contigo un momento... sobre Rak?"
Si se trataba de Tongrak, Mahasamut no podía negarse.
Capítulo 28
Cicatrices en el corazón
Dentro de la cafetería debajo del condominio, Mahasamut estaba sentado en una mesa
con la familia de Tongrak, observando a la mujer cuyos rasgos sorprendentemente
hermosos se parecían a los de su hermano. Mientras tanto, Meena se sentó a su lado,
mirando su mano hasta que tuvo que girarse y darle una amplia sonrisa.
"Te dije que no es nada. ¿Estás tratando de mirar un agujero a través de él?"
"Ya terminó, tío Mut".
"No hagas que suene tan espantoso. Fue sólo un corte que salpicó un poco de
sangre".
Meena hizo una mueca, la imagen de la sangre acumulándose en el suelo aún viva en
su mente. Estaba agradecida de que fuera ella quien lo presenciara; si hubiera sido su
madre, que tenía miedo a la sangre, se habría desmayado en el acto.
"Meena ya me contó lo que pasó".
Fue entonces cuando Khwan intervino, haciendo que ambos se voltearan y la miraran,
sólo para ver que parecía extremadamente estresada.
Parece que el incidente afectó no sólo al hermano menor sino también a la mayor.
El joven se tranquilizó internamente.
"Tío Mut, lo siento", dijo Meena en voz baja esta vez. "Si no te hubiera pedido que
mantuvieras esto en secreto, no habría sucedido".
"¿Por qué no piensas de esta manera? Lo digamos o no, de todos modos tuve que
darles una paliza a esos tipos".
No es que le hubieran dado una paliza; más bien, lo vio como un buen ejercicio.
Además, esos alborotadores tenían la intención de causar problemas de todos modos.
Tarde o temprano se habrían enfrentado. Lo único que lamentaba era que... el imbécil
no se le acercó solo.
"¿No tienes miedo?" -soltó Khwan-.
"No, ¿a qué hay que tener miedo?" Mahasamut respondió con voz firme y profunda.
Y eso hizo que la oyente se mordiera el labio y apretara las manos con fuerza.
"Nuestro padre da miedo, ¿sabes? Nunca sabemos lo que está pensando".
"No necesitamos saber lo que está pensando. Sólo me importan las personas
cercanas a mí".
"Pero podrías lastimarte aún más".
"Ya te dije que no me importa y que puedo cuidarme solo".
“...”
Khwan guardó silencio cuando el hombre alto le dedicó una sonrisa tranquilizadora.
"Te lo aseguro, no le tengo miedo a tu padre. Porque tu padre no es nada de qué

tener miedo".
La mujer miró a Mahasamut en estado de shock. No esperaba escuchar esas palabras.
Mi padre, el hombre que nos hizo a mi hermano y a mí encogernos de miedo, no daba miedo,
¿eh?
Mahasamut continuó sonriendo, sus ojos irradiaban una confianza que hizo que
Khwan entendiera por qué este hombre atraía a su hermano. Exudaba el aura de una
fortaleza firme, inquebrantable ante cualquier cosa, y este hombre no dudó en proteger
a quienes lo rodeaban...
"Te gusta Rak, ¿no?"
...especialmente su hermano.
"Lo amo."
“¡¡!!”
En ese momento, Mahasamut habló con la máxima convicción, revelando sus

sentimientos más profundos. Habló como si no hubiera un hecho más verdadero que
este, sus ojos reflejaban los sentimientos inquebrantables que tenía por el hombre que
no estaba presente aquí, a la vez resueltos y firmes.
"Nunca pensé que la primera vez que lo dijera sería delante de todos ustedes, pero
es bueno. Quiero que la familia de Tongrak sepa que hablo en serio", dijo
Mahasamut con una sonrisa confiada. En verdad, él sabía este hecho desde hacía
mucho tiempo, solo que sin la oportunidad de decírselo a esa persona.
Además, se preguntó si, después de decirlo, el hombre huiría.
Khwan miró fijamente a Mahasamut, con los ojos llenos de lágrimas.
"Mami, ¿estás llorando?" Meena preguntó sorprendida.
Mientras Khwan sonreía entre lágrimas, "Estoy muy feliz".
Finalmente, su hermano encontraría la felicidad.
La mujer parpadeó rápidamente, ahuyentando las lágrimas, dejando a un lado la

debilidad que siempre había sido parte de su vida. Necesitaba ser fuerte para quien
siempre la había cuidado.
"Quiero que sepas sobre el médico", dijo.
Tan pronto como Khongkhwan escuchó que Mahasamut había sido herido,
inmediatamente pensó en la condición de su hermano en ese momento. Cuando
Tongrak supo que su tío Docter ya no estaba en este mundo, vio cuánto se afligía su
hermano, cómo se culpaba a sí mismo y cómo sus gritos resonaban en su cabeza.
Entonces, si este hombre era importante para Tongrak, no permitiría que volviera a
suceder. Y si ese fuera el caso, su padre seguramente no dejaría pasar esta oportunidad.
Ese hombre era bueno... muy bueno para herir sus sentimientos.
"¡Mahasamut!"
Khaimook estaba ordenando el escritorio de Tongrak cuando la persona en la cama se

despertó repentinamente y llamó a alguien. La joven rápidamente corrió hacia la cama,
preocupada por la persona que parecía ansiosa por levantarse y encontrar al otro.
"¿Cómo te sientes, Rak?"
"¿Dónde está Mahasamut?" Tongrak rápidamente agarró el brazo de Khaimook, su

voz temblaba.
"Bajó a la cafetería. No te levantes demasiado rápido. Podrías marearte", Khaimook

presionó el hombro de Tongrak para mantenerlo sentado.
Ella se había enterado de todo esa mañana y Mahasamut le había pedido que cuidara
de Tongrak mientras él iba a hablar con Khwan abajo. El comportamiento ansioso de
Tongrak hizo que ella rápidamente lo tranquilizara.
"Regresará pronto. ¿O quieres que lo llame? Oh... espera, su teléfono está roto".
Khaimook habló y luego quiso darse una patada cuando vio la expresión en el rostro
de Tongrak.
Tongrak parecía culparse a sí mismo.

"¿Debería bajar a buscarlo?"
“...”
Permaneció en silencio, lo que provocó que la joven agregara apresuradamente:

"Espera un momento, Rak. Iré a buscarlo de inmediato".
"Está bien."
Aunque al principio estaba agitado, Tongrak se calmó cuando se dio cuenta de que
Mahasamut sólo había ido a tomar café. El miedo que se había extendido por todo su
cuerpo todavía estaba allí, pero no era tan intenso como cuando despertó y no
encontró a Mahasamut a su lado. Se dijo a sí mismo que necesitaba estar más tranquilo.
Tongrak permaneció quieto, lo que hizo que Khaimook se preocupara.
"Uh... ¿Rak?"
"Estoy bien, Mook. Perdón por preocuparte", el hombre intentó forzar una sonrisa.
"Está bien. No tienes que disculparte conmigo".
Tongrak volvió a quedarse en silencio, sumido en sus pensamientos, lo que hizo que
Khaimook se sintiera incómoda.
Prefería a Tongrak cuando era terco que así.
"Mook, ¿podrías traerme un poco de agua?"
Cuando se le preguntó, asintió con tanta fuerza que casi se le parte la cabeza.
Rápidamente fue a buscar agua, dejando solo al dueño de la habitación.
El dueño de la habitación respiró hondo y se levantó de la cama para mirar el cajón

cerrado con llave.
Todavía tenía miedo, igual que antes, pero la imagen de la camisa manchada de sangre
de Mahasamut estaba tan viva en su memoria que la mano de Tongrak tembló cuando
abrió el cajón y sacó el teléfono para cargarlo. No pasó mucho tiempo antes de que la
pantalla se iluminara y abriera la aplicación de mensajería donde le habían dejado
algo.
…Ven a verme, hijo...
…Decidas lo que decidas, dímelo...
Los mensajes cortos eran lo suficientemente aterradores como para hacerle agarrarse al
borde de la mesa. Se quedó mirando la ubicación que le enviaron con ojos temblorosos,
y la siguiente línea lo asustó aún más.
..Y envíale mis saludos a la persona de tu casa...
¡Era su padre!
¡Todo esto fue obra de su padre!
¿Admitió que las heridas de Mahasamut eran culpa suya? ¿Y fue esto una amenaza directa
hacia mí, indicando que si no cumplía, sabía lo que pasaría, verdad?
Tongrak se agarró con fuerza a la mesa para sostenerse mientras su respiración se

volvía dificultosa e incontrolable.
"Rak, aquí tienes tu agua."
Tongrak rápidamente cubrió el teléfono con su cuerpo, bajó la cabeza, ajustó su

expresión y respiración y luego se volvió hacia Khaimook con su sonrisa habitual.
"Mook, tengo hambre. ¿Podrías ir a comprarme algo de comer?"
Ya no arrastraría a nadie más a este lío.
Si su padre quería hacerle daño, que fuera sólo a él.
Mahasamut salía de la cafetería con Khongkhwan, Meena y una expresión preocupada.

La historia que había aprendido todavía resonaba en su cabeza. Quería volver
corriendo a entrar en la habitación, abrazar a Tongrak con fuerza y susurrar: "Estarás
bien y nunca dejaré que suceda nada que te ponga triste".
Pero entonces sus agudos ojos vieron una figura familiar, y frunció el ceño mientras se
acercaba de inmediato.
"Mook, ¿dónde está Tongrak?"
¿Por qué Khaimook está abajo y deja a Tongrak solo?
Una señal de advertencia sonó en la cabeza de Mahasamut.
"Dijo que tenía hambre y me pidió que le comprara algo de comer".
"Pero la nevera está llena de comida", dijo Mahasamut con voz tensa.
"Rak quería algo de ese lugar de allí. ¿Pasa algo?" Al ver al hombre alto preocupado,
Khaimook comenzó a sentirse ansiosa también.
Pero sin responder, Mahasamut se dio vuelta y corrió de regreso al edificio, su

intuición gritaba que algo andaba mal. Y por una de las pocas veces en su vida,
Mahasamut esperó que su intuición estuviera equivocada.
No dejes que sea lo que estoy pensando.
¡Slam!
"¡Señor Tongrak!"
¡Slam!
"¡Tongrak!"
Mahasamut abrió de golpe todas las puertas de la casa, ya fuera el dormitorio, el baño,
la habitación de invitados o el armario, pero no había señales de Tongrak, lo que sólo
aumentó su ansiedad.
"Necesito que me prestes tu teléfono", le dijo Mahasamut a Khaimook, quien

rápidamente se lo entregó, igualmente preocupado.
Como era de esperar, Tongrak no respondió a la llamada.
"¡Maldita sea!"
Mahasamut maldijo, incapaz de contener su ira.
No estaba enojado con Khaimook, ni tampoco con Tongrak, pero estaba furioso con ese
imbécil.
Sólo había una persona que podía estar detrás de esto...

"Tiene que ser obra de mi padre".
No fue el único que pensó esto; Khwan, que lo había seguido hasta allí, tenía la misma
sospecha.
"¿Sabes dónde podría estar?"
Khwan negó con la cabeza, su cuerpo temblaba, su rostro estaba pálido como si
pudiera colapsar en cualquier momento, y Meena trató de tomar su mano.
"Desde que mis padres se divorciaron, nunca quise saber dónde estaba mi padre o
qué estaba haciendo. Nunca quisimos saber..."
"Pero tiene que haber alguien que lo sepa, ¿verdad? Cualquiera", insistió
Mahasamut, pero Khwan negó aún más con la cabeza.
Mahasamut agarró con fuerza el hombro de Khwan y dijo con firmeza: "Tienes que
recuperarte. Tiene que haber una manera de contactar a tu padre. Alguien. Tienes
que recordarlo".
"...Mamá."
Finalmente, un solo nombre se escapó de los labios de Khongkhwan.
La persona que parecía más desconectada y menos preocupada también era la única
que seguía la pista de ese hombre, incluso si intentaba encontrar la felicidad con otros
hombres. Khwan sabía que su pobre madre todavía quería saber sobre su padre.
Entonces, si alguien lo supiera, sólo sería ella.
"¡Contáctala ahora mismo!"

Mahasamut ordenó con urgencia, lo que provocó que la mujer asintiera vigorosamente,
incluso mientras se decía a sí mismo que debía mantener la calma.
¡Pero maldita sea, estoy furioso como un reguero de pólvora!
Sus ojos penetrantes brillaron amenazadoramente.
Si pones un dedo sobre Tongrak, te juro que te mataré.
Tongrak no sabía cómo había conducido hasta ese lugar, pero cuanto más se acercaba
al lugar que su padre le había enviado, más náuseas sentía. No quería llorar, pero la
imagen del amable médico que siempre había estado allí para ayudarlo pasó por su
mente: el hombre que le ofrecía dulces, le preguntaba cómo estaba, lo abrazaba cuando
estaba molesto y le decía que todo mejoraría. Y él siempre lo había creído.
"El tío Doctor se ha ido".
En aquel entonces, sólo tenía nueve años. Era joven, pero entendía lo que significaba
"desaparecido".
Había llorado y suplicado ver a su tío Doctor, y su madre lo llevó a un lugar lleno de
aroma a incienso, flores y fotografías monocromáticas de los difuntos, todavía
sonriendo amablemente. Pero el médico ya no estaba vivo, ya no estaba allí para
asegurarle que las cosas mejorarían. De repente, la imagen de la sonrisa burlona de
Mahasamut invadió sus pensamientos.
El hombre que le sonrió, se rió con él y le dijo que todo estaría bien.
El hombre descarado al que podía maldecir todos los días, pero con solo cerrar los
ojos...
Tongrak empezó a sollozar.
La imagen monocromática que solía ser el tío Doctor ahora fue reemplazada por la
imagen de Mahasamut.
Tongrak se abrazó a sí mismo con fuerza, dejando que las lágrimas cayeran sobre el
volante, sus sollozos resonaron por todo el auto, pero no pudo expresar
completamente su dolor.
Tenía miedo de que volviera a suceder.
"Él no está muerto. Nadie está muerto. Está bien", susurró Tongrak para sí mismo,
mientras su pálida mano secaba las lágrimas. Luego miró la casa grande.
No permitiría que Mahasamut se enfrentara a lo que tenía el tío Doctor. ¡De ninguna
manera!
Incluso ahora, Tongrak no entendía por qué este hombre, Mahasamut, con ese nombre,
lo obligaba a enfrentar un pasado que había enterrado. Lo único que podía pensar era
en querer que ese hombre mantuviera su amplia sonrisa, que tuviera ese brillo molesto
en sus ojos, que dijera esas palabras que merecían una bofetada. Incluso si… no
estuviera a su lado.
Tongrak se secó las lágrimas. Era hora de enfrentar la verdad de la que había estado
huyendo.
"Adelante."
Tongrak odiaba esa sonrisa.

"¿Fue difícil encontrar mi casa?"
Odiaba el tono que parecía tan indiferente.
"Pensé que tardarías más."
Odiaba al hombre que no sentía nada, a pesar de que su propio hijo estaba sufriendo.
Tongrak miró a su padre, que lo conducía al interior de la casa, con una expresión
como si nunca hubiera pasado nada entre ellos, como si fueran un padre y un hijo
normales y corrientes. Quería darse la vuelta y huir lo más lejos que pudiera, pero no
pudo hacerlo. Si su padre no conseguía lo que quería, no pararía.
"¿Qué deseas?"
"Parece que ese se ha convertido en tu saludo habitual, hijo. Tomemos asiento".
"No..."
"Siéntate."
A pesar de su deseo de resistir o contraatacar, Tongrak sólo pudo sentarse en el suave

sofá, agachando la cabeza en renuente sumisión, permitiendo que el otro hombre se
pusiera delante de él.
"Eso es todo. Sé más obediente como un buen chico".
“...”
"Entonces, ¿qué acordaron exactamente tú y Mahasamut?"
Fue este nombre lo que hizo que Tongrak levantara la cabeza presa del pánico.
"No le hagas nada."
"Te pregunté qué habías acordado".
Era como si los dos estuvieran hablando de cosas completamente diferentes. Pero
Tongrak sabía bien que si no respondía, la otra parte seguiría preguntando. Sus ojos
color miel se cerraron y luego, temblorosamente, le entregó algunas hojas de papel.
"¿Ustedes dos realmente tienen un acuerdo escrito para ello?"
Bien, Tongrak estaba entregando el acuerdo que había hecho con Mahasamut a su
padre.
"Ya te lo dije. No puedes volver a meterte con él".
"¿Por qué debería hacer eso?"
Tongrak se sobresaltó. Aunque se había dicho a sí mismo que debía mantener la calma
y no bailar en la palma de su padre hasta aquí, cuando la otra parte habló así, lo agarró
del brazo y le suplicó con voz temblorosa: "Haré todo lo que digas pero por favor no
le hagas nada a Mahasamut."
"¿Todo?"
"Todo..."
"¿Incluso si eso significa echarlo de tu lugar?"
“¡¡!!”
Tongrak quedó atónito. Aunque sabía lo que se avecinaba, escucharlo de boca de su

padre lo dejó sin palabras. Su corazón se desaceleró como si hubiera dejado de latir. El
sonido de su respiración era estridente y ensordecedor. Sólo pensar en la espaciosa

habitación sin esa persona allí lo llenaba de pavor.
¿Volvería a despertarse en una habitación vacía?
¿Ya no vería en la cocina a la persona que se levantaba temprano para cocinar?
¿Ya no oiría la voz que le decía que no bebiera alcohol?
¿Ya no vería la molesta sonrisa y la voz profunda y suave preguntando...?
"¿Tiene hambre, señor Tongrak?"
¿Ya no vería todo eso?
Fue entonces que la palma de su padre se posó sobre su hombro, acompañada de una
cálida voz: "No serás tan terco como cuando eras niño, ¿verdad?"
Y su padre reiteró: "Ya te lo dije, sólo tienes que escucharme".
Eso hizo que las manos de Tongrak cayeran a sus costados, sin fuerzas.
"Ya te lo dije; sólo necesitas escucharme".
La última vez que escuchó esa frase fue antes de que muriera su tío Doctor.
"Después de que nuestros padres se separaron, Rak tuvo problemas. Mamá envió a
Rak a un psiquiatra infantil. Allí fue donde Rak conoció al médico. Rak no solía
hablar ni jugar como los demás niños, pero después de conocer a su tío doctor, Rak
mejoró. Rak siempre me dijo que el médico era amable y le gustaba hablar sobre el
médico. El tío Doctor quería mucho a Rak. Así que el médico no solo se ocupaba del
caso de Rak, sino que era como un amigo para nuestra familia. Pero puedes
adivinarlo, ¿verdad? Papá se enteró..."
Mahasamut pisaba a fondo el acelerador mientras la voz de Khwang resonaba en su

cabeza... la historia de la infancia de Tongrak que nunca había compartido con él.
"No sé lo que estaba pensando, pero de repente apareció para ver a Rak. Vino cuando
no había nadie con Rak. Le dijo a Rak que ya no necesitaba ver al tío Doctor. Rak no
le contó a nadie sobre eso. Me enteré de este asunto después de que su médico
falleciera".
"¿Qué pasó con el doctor? ¿Tu padre lo mató?"
"No. Incluso si mi padre es malvado, nunca hizo nada de eso. Nunca hizo nada que
pudiera causarle problemas... En ese momento, pensé que solo vino a asustar a Rak, a
asustar a Rak como siempre. Le dijo a Rak que sólo le creyera a él, que sólo lo amara a
él, o Rak se arrepentiría".
El rostro de Khwan se llenó de culpa.
"Ese día, Rak fue a ver a su médico según lo previsto para contarle sobre su padre, y
luego se fue a casa. Estábamos cenando cuando mamá llamó para decir que el médico
había sido atropellado por un auto. Rak comenzó a llorar, diciéndo que todo era culpa
suya. Si Rak no hubiera ido a verlo, no habría muerto. En ese momento, Rak tenía solo
nueve años y yo no era lo suficientemente madura para decirle que no era culpa suya.
No tuvo nada que ver con nuestro padre. El doctor simplemente tuvo mala suerte. Pero
no pude decir nada. Solo podía ver a Rak llorar y luchar por respirar. No pude hacer
nada y me quedé ahí quieta como cuando mi padre golpeó a Rak en la cabeza".
Las lágrimas corrieron por las mejillas de Khwan.

"Nunca volvimos a hablar de eso. Aunque sabíamos en nuestro corazón que no era
obra de nuestro padre, aun así vino a Rak para decirle... ya le había dicho... fueron solo
unas pocas palabras, Mut, pero hizo que Rak se sintiera culpable hasta el día de hoy.
Rak siempre se culpaba a sí mismo cuando no era su culpa en absoluto. Admito que le
tengo miedo a mi padre, pero no es nada comparado con lo mucho que Rak le teme. No
tengo idea de cómo se sentiría Rak si te lastimaran".
Khwan lo miró suplicante y le preguntó: "¿Puedo confiarte a Rak?".
Quería que alguien estuviera siempre al lado de su hermano, que le dijera que no era
culpa suya, que hiciera lo que ella nunca hizo en su infancia. No esperaba que su
hermano olvidara lo sucedido, pero al menos le hiciera saber que no era culpa suya.
Y eso hizo que Mahasamut afirmara firmemente:
"Yo me ocuparé de Tongrak".
Mahasamut pensó que tendría que entrar para encontrar a Tongrak, no a este imbécil
que lo saludaba con una cálida sonrisa. El joven empujó a Jak fuera del camino y entró
corriendo a la casa, buscando a la persona que le preocupaba, ignorando a la molesta
persona que lo seguía.
"Podría denunciarte por invasión de propiedad privada, ¿sabes?"
A Mahasamut no le importaba. Estaba dispuesto a poner toda la casa patas arriba para
encontrar a Tongrak.
Por suerte, entró en la sala y vio a la persona que buscaba sentada allí mismo. Sin
pensarlo dos veces, se lanzó hacia adelante y se arrodilló frente a Tongrak, sus ojos
escaneando su cuerpo.
"¿Estás bien? ¿Estás herido en alguna parte?"
Mahasamut giró la muñeca de Tongrak para buscar alguna anomalía.
"Hablas como si yo abusara de mi propio hijo".
"¡Cállate la maldita boca!"
Cuanto más silencioso estaba Tongrak, negándose a responder, más ansioso se ponía
Mahasamut. Entonces, cuando Jak habló, la voz profunda de Mahasamut rugió y luego
se suavizó al hablar con la persona que tenía delante.
"Dime qué está mal."
“...”
"Hábleme, Sr. Tongrak."
El hermoso rostro de Tongrak lo miró y, en el momento en que sus ojos se encontraron,

su corazón dio un vuelco.
Fue por el dolor en esos ojos.
Tongrak no estaba llorando ni haciendo escándalo, solo miró a Mahasamut en silencio,

pero se sintió tan doloroso como si alguien hubiera cortado el corazón de Mahasanut
con un cuchillo.
"¿Estás bien?"
Tocó la mejilla clara y sintió el tic bajo la palma.
Cuéntame cualquier cosa y haré todo por ti.

"¿No tienes algo que decirle a Mahasamut?"
Mahasamut estaba a punto de girarse y atacar a Jak, pero los ojos de Tongrak lo
mantuvieron en su lugar. Tongrak apartó suavemente su mano, conteniendo las
lágrimas, y lentamente movió los labios para pronunciar palabras que parecieron
destrozar a Mahasamut.
"Quiero detener todo".
"¿Qué quieres decir?"
"Me refiero a nosotros."
"¿Qué?"
Tongrak tembló antes de repetir:
"Cancelemos nuestro acuerdo".
Mahasamut no se dio cuenta de qué era el papel en la mano de Tongrak hasta ese
momento, pero inmediatamente respondió: "No, no lo haré".
"Pero yo lo haré. Estamos rompiendo ahora, ahora mismo".
"No, me niego."
"¡Mahasamut!"
"No importa lo que digas, mi respuesta es no".
Si Tongrak lo hubiera mirado con ira, habría sido mejor que la mirada suplicante que
decía: "Ya basta, no hagas esto".
El dolor era claro, y ¿cómo podía Mahasamut creer que Tongrak realmente quería que
su relación terminara?
"Ya no te quiero."
¿Te das cuenta de que estás temblando?
"No te creo."
"Estoy cansado de ti."
¿Y sabes que estás a punto de llorar?
"Eso no es cierto."
Mahasamut quería decirle que simplemente llorara, que lo dejara salir todo y que él le
secaría las lágrimas. Sus ojos agudos eran firmes y serios, no se sacudían fácilmente,
pero justo cuando estaba a punto de abrazar a la otra persona...
"Lo digo en serio."
Antes de que pudiera detenerlo, Tongrak lo empujó, le arrebató los papeles de su

regazo... y los rompió.
"De aquí en adelante hemos terminado", declaró Tongrak.
Lo único que Mahasamut pudo hacer fue mirar las pocas hojas de papel que siempre
había querido romper él mismo, que fueron partidas en dos por la persona frente a él.
Los vio caer al suelo y se dio cuenta de que su relación siempre había sido frágil desde
el principio. Nunca habría estado con Tongrak sin esas pocas hojas de papel.
"Rak lo ha dejado claro. Ahora puedes salir de su apartamento".

Mahasamut se quedó quieto mientras Jak se acercaba para pararse junto a su hijo y le
decía con voz tranquila: "Bien hecho, Rak".
"...Mañana tendrás que irte", dijo Tongrak en voz baja.
El hombre más alto continuó mirando al escritor, que ahora inclinaba la cabeza.
"¿Estás diciendo que ya no tengo que seguir ese acuerdo?" -Preguntó Mahasamut.
"...Sí."
"¿No tengo que obedecer tus órdenes?"
"...No, no lo haces." Tongrak se atragantó.
Podría haberlo creído si Tongrak no hubiera luchado por pronunciar esas breves
palabras. Mahasamut se levantó lentamente.
"Bien, de todos modos nunca quise seguir tus órdenes".
Mahasamut vio la mirada de dolor en los ojos del hombre que tenía delante. Tongrak
parecía como si estuviera a punto de romperse, y eso hizo que el hombre que acababa
de ser expulsado... sonriera.
"Porque no sería capaz de hacer esto".
¡Smash!
“¡¡!!”
En medio de la mirada atónita de Tongrak, Mahasamut agarró el cuello de la camisa de

Jak y le asestó un fuerte puñetazo.
¡Si estás herido, haré que a este imbécil le duela aún más!
Capítulo 29
¡Elecciones propias, Smack!
En medio de las miradas atónitas de Tongrak, el sonido de un puño chocando con una
mejilla resonó por toda la habitación. Sin embargo, todo lo que pudo hacer fue
quedarse de pie y observar cómo Mahasamut se abalanzaba hacia adelante y agarraba

el cuello de su propio padre, que gritaba amenazas de dolor.
"¿Tú-qué carajo estás haciendo? ¡Haré que te metan en la cárcel!"
"Eso es más bien. Te golpearon una vez y ahora empiezas a hablar como una persona
civilizada".
¡Golpe!
Una vez más, Mahasamut tiró del cuello de la camisa del hombre que había caído al
suelo. Su pesado puño golpeó la cara de Jak con toda su fuerza, su voz profunda era
tan intensa que sonaba como si quisiera matarlo.
"Si quieres meterme en la cárcel, adelante".
"¡Uf, Rak! ¡Detenlo, maldita sea!"

Tongrak sólo pudo quedarse allí, estupefacto, incluso cuando los gritos de su padre
parecían venir de un lugar lejano.
"Suéltame. ¿Tienes alguna idea de lo que soy capaz de hacer? Si no me sueltas, te

mataré".
Sin embargo, los gritos de dolor de su padre sólo despertaron su miedo. Una vez más,
Tongrak vio la imagen de Mahasamut cubierto de sangre, y eso estimuló su esbelto
cuerpo a correr hacia adelante y agarrar el brazo de Mahasamut, tartamudeando en
estado de shock: "Mahasamut, ya es suficiente. Por favor, detente".
El hombre más alto se giró para sonreírle y suavemente lo apartó.
"No. Ya no tienes derecho a decirme qué hacer".

Un dolor agudo atravesó el pequeño corazón de Tongrak, sus ojos muy abiertos y
brillando con lágrimas claras.
"Ahora que no tengo que seguir tus órdenes, déjame hacer lo que quiera por una
vez". Mahasamut empujó el hombro de Tongrak, haciéndolo retroceder, luego se volvió
para mirar al hombre que se alejaba arrastrándose hacia el otro lado de la habitación.
Con largas zancadas, agarró a Jak por el cuello, dándole la vuelta para tumbarlo boca
arriba, con la otra mano agarrando la garganta.
"Dijiste que me matarías, ¿verdad? Tengo curiosidad por ver si puedes".
"¡Mahasamut!" Tongrak gritó una advertencia, pero el hombre en cuestión ni siquiera

miró hacia atrás. Sus ojos agudos eran como los de un depredador, enfocados
únicamente en el anciano que era todo ladridos y nada de mordiscos.
Luego, con voz profunda, Mahasamut dijo: "Qué vergüenza. Tú eres quien me
desató".
El acuerdo había impedido a Mahasamut hacer lo que quería. Si el hombre quería

romperlo, librarlo de la vida de Tongrak, que así fuera. Significaba que ahora era libre
de hacer cualquier cosa.
"Ahora, pruébame".
"Espera, espera. ¿No podemos hablar de esto? ¿Qué quieres? ¿Cuánto quieres? Mi
hijo puede pagarlo".
Incluso ahora, Jak seguía echando todo sobre su propio hijo. Y eso hizo que
Mahasamut sonriera con malicia.
"¡No, Rak! Detenlo. ¿Puedes ver que me va a golpear?"
¡Golpe!
Mahasamut levantó el puño y golpeó la mejilla del hombre mayor con toda su fuerza,
mirando al hombre que se apretaba la cara posesivamente. Su cuerpo se acurrucó
impotente. Miró a Jak con ojos fríos. Pero eso no fue suficiente. El joven se levantó y
pateó el abdomen del mayor, provocando un fuerte grito.
"Si eres tan duro, enfréntame en lugar de molestar a los más débiles que tú. Crees
que eres valiente, manipulando a las mujeres y a tus propios hijos, ¿eh?" El joven
simplemente se burló, mirando al hombre tosiendo en el suelo.
Mahasamut luego se giró para mirar al que todavía estaba congelado, con la intención
de caminar hacia él.
"¿Tú... crees que te dejaré salirte con la tuya?"
Pero la voz de Jak hizo que Mahasamut se volviera bruscamente.
No sabía qué le haría este viejo astuto, pero como el hecho ya estaba hecho, bien podría
llegar hasta el final.
"Basta, Mahasamut, ya es suficiente. ¿No escuchaste lo que dijo mi padre? No dejará

que esto termine aquí. ¿Te das cuenta de lo que has hecho?"
Tongrak estaba terriblemente aterrorizado. Aunque había roto el acuerdo, sólo unas
palabras de su padre se apoderaron de él, quien le dijo que la cosa no terminaría ahí.
No tenía idea de qué haría su padre a continuación. Sus ojos color miel estaban llenos
de lágrimas claras y sus manos abrazaban con fuerza la espalda de Mahasamut.
"¿Qué puede hacerme?" gruñó el hombre más alto.
"¡Él te matará!" Tongrak gritó a todo pulmón, y fue entonces cuando vio... una sonrisa
reconfortante.
"Él no puede hacerme nada".
"¿Por qué no? Él mató al tío Doctor..."
"Él no lo mató. ¡Sabes bien que fue un accidente!" Mahasamut replicó bruscamente,
luego empujó a la esbelta figura para que se volviera y mirara al hombre tirado en el
suelo, señalando ese cuerpo, "¿Qué ves ahora?"
“...”
Tongrak vio... a la persona a la que había temido toda su vida llorando en el suelo.
"Mira de cerca. ¿Qué puede hacerme tu padre? ¿Qué puede hacerte a ti o a tu

familia? No es más que una vieja bruja decrépita que engaña a la gente en todas
partes. Echa un buen vistazo. ¿De verdad crees que este desgraciado puede hacernos
algo? Sabes en tu corazón que él no se atrevería a matar a alguien. Y aunque lo
hiciera, no tengo miedo".
Era extraño cómo el intenso susurro en su oído calmaba a Tongrak.
"Tu tío Doctor no murió por culpa de ese tipo. No murió por tu culpa, y esta vez,
nadie va a morir".
Tongrak nunca había creído esto antes, al menos hasta hoy.
¿De verdad? No fue porque desobedecí a mi padre, ¿verdad? El tío Doctor tuvo mucha mala
suerte, ¿no?
Por primera vez, Tongrak miró a su padre directamente a los ojos.
¿Desde cuándo tenía miedo de mirar a ese hombre a los ojos? Tal vez desde que lo
golpearon, o tal vez nunca lo había mirado en absoluto. Pero la imagen que tenía en la
memoria era la de un padre educado, seguro de sí mismo, elocuente y al que su madre

tenía en alta estima. Sin embargo, ahora lo único que quedaba era un hombre de
mediana edad, con el cuerpo atormentado por los sollozos y agarrándose la cara en
agonía.
Este hombre... el que había temido todo el tiempo.
El hombre que miró hacia arriba y le dijo: "Rak, ayuda a tu padre".
"¿Aún no te has callado?"
Tan pronto como Mahasamut levantó el puño, su padre se cubrió la cara de miedo.
De repente, Tongrak se preguntó: "¿Es éste realmente el hombre que se atrevería a

matar a alguien?".
"Padre..." su voz temblaba.
"Siempre te he tenido miedo desde joven, e incluso ahora. Pero si todavía me ves
como tu hijo, por favor no interfieras conmigo ni con las personas que amo. No nos
contactemos más".
Su padre lo miró y Tongrak supo que no estaría de acuerdo.
Pero cuando no supo qué hacer, Mahasamut habló: "Si no quieres morir de hambre,
no vuelvas a mostrarnos tu rostro".
"¿Qué quieres decir?" -Preguntó Tongrak.
Mahasamut lo miró a los ojos y suspiró. "Acabo de hablar con tu madre. Ella me dio
su dirección y me dijo que le ha estado dando dinero a su padre para mantenerlo
alejado de todos ustedes. La única razón por la que todavía vive cómodamente es
por el dinero de tu madre, pero ella va a dejar de hacerlo ahora".
"De ninguna manera, Liu nunca me abandonaría".
Mahasamut miró a Jak y sonrió fríamente.
"La señorita Liu dijo que usted también diría eso. Así que me pidió que le dijera... si
quiere que ella elija, lo hará. Ya sabe a quién elegirá. Porque la señorita Liu ya había
hecho su elección antes".
Ella decidió divorciarse de su amado marido por el bien de sus hijos.
"Y si aún así no paras, todo lo que te dieron te será arrebatado".
Tongrak nunca antes había visto asustado a su padre, pero con solo unas pocas
palabras de Mahasamut, Jak se quedó en silencio de inmediato, como si temiera que lo
que escuchó se hiciera realidad. Esta fue la primera vez que se dio cuenta de que su
madre también intentaba protegerlos a su manera; simplemente nunca habían hablado
de eso antes.
Actuamos como si el asunto con mi padre fuera algo que debiéramos enterrar para siempre.
Mamá había tomado su decisión y esta vez yo también tomaré una.
"No te veré, no te enviaré dinero ni escucharé más lo que dices... Sólo espero que no
lastimes a nadie más".
Eso es todo lo que Tongrak pudo decir cuando Mahasamut lo sacó de esa casa.
En verdad, todo este tiempo, Tongrak solo quería que alguien lo ayudara a superar su
historia, y Mahasamut era esa persona.
El que le sostuvo la mano con fuerza durante todo el camino a casa.

"¿Has estado hablando con mi madre todo este tiempo?"
"No. Sólo hablé con ella justo antes de venir a buscarte".
Durante todo el camino desde esa casa hasta su casa, Tongrak guardó silencio y
Mahasamut decidió no preguntar nada, permitiéndole al hombre pensar las cosas
detenidamente. Mahasamut acaba de llamar para tranquilizar a la señorita Khwan y
Meena, que estaban esperando noticias. Cuando entraron al dormitorio, Tongrak
preguntó esto y decidió decir la verdad.
"En ese momento, estaba con la señorita Khwan. Ella se comunicó con tu madre por
mí. Y si no te hubiera llevado de regreso, tu madre habría enviado a alguien para
ayudar".
El joven escritor guardó silencio mientras el hombre más alto se sentaba y observaba en
silencio.
Pasaron unos minutos antes de que Tongrak volviera a hablar.
"Nunca supe que mi madre sentía lo mismo. Aún así le dimos dinero a mi padre
porque no queríamos que interfiriera con nosotros, pero él nunca dejó de hacerlo".
"Simplemente nunca hablaron entre ustedes".
Una cosa que Mahasamut supo por su breve conversación fue que estaban realmente
preocupados por Tongrak. Esta familia simplemente no se hablaba entre sí, pero él no
podía decir mucho ya que él mismo se había escapado de casa desde que era un
adolescente.
Tongrak se abrazó las rodillas, lo que provocó que Mahasamut le pasara un brazo por
los hombros.
"¿Estás bien?"
"Quiero decir que lo estoy, pero..."
"Si no estás bien, di que no estás bien. Ya te dije que podías hablar conmigo", dijo
Mahasamut con una tierna sonrisa. Su gran mano acarició suavemente el hombro de
Tongrak, transmitiendo a través de su toque firme que él estaba aquí para él y que
mientras estuviera allí, no había nada que temer.
Y eso hizo que los hermosos ojos de Tongrak alzaran la vista y se encontraran con la
mirada de Mahasamut.
Esos ojos temblaban de vulnerabilidad.
Luego, con voz temblorosa, Tongrak confesó: "No estoy bien".
Fue entonces cuando Mahasamut abrazó a Tongrak.
"Eso es todo, solo dilo".
Con sólo unas pocas palabras, Tongrak se aferró con fuerza a Mahasamut. Las palabras
llenas de emoción brotaron como una inundación.
"No quiero darle dinero a mi padre, pero tengo miedo de que se meta con Khwan y
Meena. No quiero culparme por causar la muerte del tío Doctor, pero no puedo
evitarlo. Quiero creer que mi padre no lastimará a nadie, pero todavía tengo miedo.
Y no quería romper nuestro acuerdo. Nunca quise despedirte, pero si no lo hiciera,
mi padre te lastimaría. No estoy nada bien con cómo te hablé", Tongrak se apartó
para encontrarse con esos ojos penetrantes, luego dijo las palabras que habían quedado
atrapadas en su corazón, "Lamento haberte hablado así. No fue mi intención. Nunca

quise hacerlo".
"Lo sé", respondió Mahasamut.
"Pero te dije que habíamos terminado, y entonces yo... yo..."
¡Muah!
Con un toque suave como el ala de una mariposa, pero lo suficientemente firme como
para silenciar la culpa, Mahasamut se inclinó y besó esos labios brillantes. Los ojos de
Tongrak todavía temblaban de culpa, pero Mahasamut no quería que fueran así.
¡Muah!
Una vez más, sus labios presionaron los de Tongrak.
"Si te sientes culpable por mí, deja de culparte".
"Yo... puede que no pueda hacer eso."
Después de lo sucedido, el hombre del sur entendió que Tongrak no podría curar sus
cicatrices en un par de días. Necesitaba tiempo, pero al menos estaba listo para superar
el ayuno que lo había estado persiguiendo, con Mahasamut apoyándolo durante todo
el tiempo que Tongrak lo necesitara.
"Lo lamento." Dijo el de la mirada temblorosa con voz débil.
"Ah... eres tan injusto, siempre disculpándote así. ¿Cómo podría seguir enojado
contigo?"
"¿Estabas enojado conmigo?" preguntó el guapo en estado de shock, alejándose.

Y eso hizo que Mahasamut se echara a reír: "Sí, lo estaba. Desapareciste sin decir una
palabra. ¿Sabes lo preocupado que estaba? Y lo que me dijiste me dolió mucho.
Menos mal que soy un desvergonzado, así que cuando intentaste despedirme, no
iría. La cara de tu padre también es muy dura. Golpearlo realmente me dolió la
mano. Mira, mi herida se ha vuelto a abrir".
Con eso, el oyente se alejó para examinar su mano derecha con expresión de sorpresa.
Tongrak acarició tiernamente el vendaje antes de levantar sus ojos temblorosos para
mirarlo con preocupación.
"¿Duele?"
Puedo soportar mucho más que esto.
"Así es", admitió, aprovechando la oportunidad para hacerse un poco la víctima.

Observó con cariño cómo el otro se mordía el labio.
"Ay, realmente duele."
"¿Deberíamos ir al médico?"
"No, está bien."
Tongrak volvió a enviar esa mirada a Mahasamut.
"Solo un beso tuyo y estaré bien", dijo Mahasamut inexpresivo, viendo al otro darse
cuenta de que había sido engañado. Pensó que esta vez podría sentir el verdadero
dolor, pero valió la pena ver la preocupación de Tongrak por él.
Pero...
Fue entonces cuando el sureño quedó atónito. ¿Quién hubiera pensado que Tongrak,
que acababa de darse cuenta, se inclinaría para darle un suave beso en la palma y
luego miraría hacia arriba con ojos aún más suaves y preguntaría: "¿Está mejor ahora?"
Ufff, quiero que este dolor dure más, por unos días más.
Pensó Mahasamut mientras abrazaba fuertemente a Tongrak. Quería darse un capricho

un poco más, pero también sabía que Tongrak actuaba de esa manera debido a una
culpa persistente.
Si quería ver a la persona segura de sí misma que alguna vez conoció, era hora de dejar
de hacerse el paciente. Su fuerte abrazo se apretó alrededor del suave cuerpo y enterró
su nariz en el fragante cabello, inhalando profundamente el familiar aroma. Entonces
Mahasamut susurró: "Estoy realmente bien".
Con eso, la mano que descansaba en la parte posterior de la camisa de Mahasamut se

agarró con fuerza.
"Gracias."
Incluso sin palabras, los dos hombres que se abrazaban fuertemente podían escuchar
claramente un sonido: el sonido de sus corazones latiendo al unísono.
"¿Cómo está Rak?"
"Él está dormido ahora".
"Uf."
Al enterarse de que su amado hermano estaba bien, Khaimook dejó escapar un largo
suspiro de alivio.
Desde que Mahasamut fue a buscar a Tongrak, regresó y desapareció en el dormitorio

por un tiempo, Khaimook permaneció vigilante fuera de la habitación con
preocupación. Puede que no oyera a Tongrak hablar con frecuencia sobre asuntos
familiares, pero antes de convertirse en su secretaria, era su vecina. Habiendo visto a
Tongrak desde la infancia, ¿cómo podría no saber que Tongrak no estaba en su estado
habitual?
La persona que sólo le dijo... Lo siento.
Preferiría que Tongrak me regañara o me dejara más trabajo.
"Deberías regresar y descansar. Yo me ocuparé del Sr. Tongrak".
Khaimook miró al hombre alto del que alguna vez desconfió... con una mirada
cambiada.
Al principio, Khaimook admitió que desconfiaba de Mahasamut. Era un tipo

cualquiera que apareció de repente y dijo que se quedaría con su hermano. Pero no
supo cuándo esa sospecha se convirtió en confianza, y ahora se sentía tranquila cada
vez que veía a Mahasamut al lado de Tongrak.
Si alguien pudiera mejorar Tongrak, sería este hombre.
Por curiosidad, preguntó: "¿Cómo puedes hacer esto?".

Llegó a esta casa como un hombre comprado por Tongrak, pero lo que hizo por
Tongrak fue más que eso.
"¿Qué quieres decir con eso?"
"Todo. Todo lo que haces por Rak, por el bien de Rak".

Y eso hizo sonreír a Mahasamut.
"No es nada. Sólo quiero hacerlo".
Khaimook frunció el ceño y su expresión hacía la pregunta por ella.
"No quiero arrepentirme, señorita Khaimook. Crecí sabiendo una cosa... Haré todo
lo mejor que pueda, así no tendré que arrepentirme más tarde".
La joven se quedó en silencio, impactada hasta la médula por sus palabras. Sus labios
se movieron antes de que una voz suave e insegura preguntara, "¿Y si Rak, um... no te
devuelve el amor?"
Esta vez, la sonrisa de Mahasamut era diferente a la anterior, una sonrisa teñida de una
fugaz tristeza antes de desvanecerse.
"Entonces tendré que aceptarlo. Pero al menos he hecho lo mejor que he podido".
Khaimook miró sus manos apretadas y la persona con menos probabilidades de decir
esto preguntó en voz baja: "¿Puedes quedarte con Rak para siempre?"
Y esta podría ser la primera vez que Mahasamut responde así.
"Eso depende de la decisión de Rak".
El amor era una cuestión entre dos personas. Había hecho todo lo que podía, pero si la
otra parte no correspondía, era sólo un esfuerzo unilateral, y cuando llegara ese
momento, tendría que decidir.
…
Después de ese día, Tongrak le dio a Mahasamut su antiguo teléfono, le mostró todos
los mensajes que había intercambiado con su padre y le pidió que borrara todos los
datos. Cuando preguntó por qué Tongrak no lo eliminó él mismo, dijo:
"Quiero que alguien sea testigo de que estoy avanzando".
No habría aceptado si Tongrak no hubiera continuado.
"Y quiero que esa persona seas tú".
Con eso, Mahasamut borró todos los datos de Jak. Pero en lugar de dejar que el guapo
tirara el dispositivo, se lo quedó. Por supuesto, alguien aquí había dicho que le
compraría uno nuevo, pero este dispositivo aún funcionaba, así que ¿por qué gastar
dinero en un teléfono nuevo?
Sin embargo, Mahasamut tuvo ganas de tirarlo hoy.
[Oye, ¿sabes siquiera qué mes es, hermano? Otros han abierto sus tiendas desde el
mes pasado, pero tú has desaparecido. ¿Ya no vas a dirigir la tienda de buceo?
¡Avísame para poder encontrar otro trabajo!]
Palm gritaba tan fuerte que Mahasamut tuvo que quitarse el teléfono de la oreja.
Mahasamut ya llevaba cuatro meses con Tongrak, lo que significaba que la temporada
baja en la isla ya había pasado hacía casi un mes. No abrir la tienda significaba no tener
ingresos y podría perder clientes habituales que visitaban la isla todos los años. No es
de extrañar que su empleado se quejara.
"Sé qué mes es".
[Entonces, ¿cuándo volverás? Tu tienda va a quebrar pronto.]
"Cuida tu boca, Palm."

[¿Pero no es cierto?]
Esta vez el oyente guardó silencio. Discutir sobre esto fue una batalla perdida.
Mientras tanto, sus agudos ojos se volvieron para mirar el calendario, que ahora
mostraba noviembre. Aunque el número de turistas tailandeses podría estar
disminuyendo en esta época del año, los extranjeros prácticamente abundan en la isla.
A pesar de saber esto, sólo pudo responderle a su subordinado con:
"Dame algo de tiempo."
[¿Cuánto necesitas?]
El joven se giró para recoger algo que le habían entregado hacía varios días. Sus dedos
tocaron suavemente el objeto plateado. No pasó mucho tiempo antes de que sus
agudos ojos mostraran un brillo decisivo.
"Una semana. Te pido sólo una semana".
Tendría que entregarlo todo.
Capítulo 30
Apuesta
"¿De verdad no vas a venir conmigo mañana?"

"¿Quieres que lo haga?"
Por la noche, sin la luz de la luna, la habitación no estaba completamente oscura ya que
las luces de la calle brillaban a través de las cortinas transparentes hacia el gran
dormitorio, proyectando una débil sombra de dos jóvenes. Uno, con una piel
sorprendentemente clara, acurrucado contra el amplio pecho de un hombre alto y
sureño. Mientras un fuerte abrazo rodeaba tiernamente sus suaves hombros, la
pregunta rompió el silencio.
El hombre de piel clara levantó la vista con ojos que, sin importar cómo los mirara
Mahasamut, eran... irresistiblemente suplicantes. Esto provocó una pregunta en voz
baja por su parte, quien apenas pudo reprimir una sonrisa.
Al principio, Mahasamut pensó que el hombre que abrazaba se negaría, pero luego
escuchó esto:
"Sí."
Maldita sea, es adorable.
Mahasamut quería besar fuerte a Tongrak, pero sabía que últimamente el hombre en
sus brazos sólo quería que lo abrazaran. Sólo un simple y fuerte abrazo, prefiriendo
dormir en los brazos del otro en lugar de cualquier otra cosa. Entonces, Mahasamut
simplemente se volvió hacia Tongrak y su gran mano acarició suavemente la mejilla de
Tongrak.
"Sí quiero ir contigo, pero tu familia no ha estado junta en mucho tiempo.

Probablemente tengas mucho de qué hablar y no sería conveniente para mí unirme".
"Pero mi mamá quiere conocerte", respondió Tongrak de inmediato. Sus ojos color
miel miraron hacia arriba y, sin darse cuenta, frunció los labios. Tongrak ni siquiera
sabía cuánto se había ablandado después del incidente de su padre. La actitud
desafiante que alguna vez tuvo desapareció hace mucho tiempo, reemplazada por una
necesidad de afecto de alguien.
Sí... Tongrak estaba muy apegado a Mahasamut, evidente por su deseo de que visitara
a su madre juntos.
Pero no era sólo él quien estaba apegado; Mahasamut fue quien no lo perdió de vista.
Tongrak admitió que en los primeros días de regreso a casa, estuvo consumido por
pensamientos sobre su padre, temiendo lo que podría hacerle a su familia o a sus seres
queridos. Pero luego estaba este hombre alto a su lado, constantemente tratando de
hacerlo hablar, de salir para que no se quedara pensando.
Antes de darse cuenta, el primer instinto de Tongrak fue buscar a Mahasamut cuando
despertara.
Mahasamut fue increíblemente amable. Por lo general, se despertaba y bajaba a tomar

un café, pero ahora se quedaba en la habitación con su café, esperando a que Tongrak
se despertara.
"Entonces hagámoslo la próxima vez", dijo Mahasamut.
Aunque quería discutir, Tongrak finalmente guardó silencio.
Eso hizo que el hombre más alto se riera suavemente, apretando juguetonamente su
mejilla.
"¿Estás nervioso, Tongrak?"
"¿Qué hay que me pueda poner nervioso? Es simplemente comer con mi madre, a
quien no he visto en años, con mi hermana Khwan y Meena..."
"Puedes hacerlo."
Antes de que el obstinado Tongrak pudiera seguir discutiendo, Mahasamut lo

interrumpió con una risa, silenciando a Tongrak una vez más.
De hecho, Tongrak estaba nervioso.
Tongrak amaba a su madre y a su familia... Pero no haber visto a su madre por un

tiempo había erosionado su confianza. Además... no tenía idea de lo que su madre
pensaría si él todavía le enviara dinero a su padre, y...
Sus hermosos ojos miraron fijamente a la persona que tenía delante.
¿Qué pensaría de esta persona... sobre Mahasamut?
Su madre sabía que le había pagado a Mahasamut para que viviera con él.
¿Qué pensaría ella que, al final, él estaba haciendo lo mismo que ella?
Pero todos esos pensamientos se desvanecieron instantáneamente cuando el otro

hombre lo abrazó cálidamente y le susurró con voz firme y estable, "Créame, todo
estará bien".
Curiosamente, creyó esas palabras con todo su corazón.
Entonces, Tongrak no dudó en acurrucarse más cerca, enterrando su rostro en el cálido

pecho, murmurando.
"La próxima vez tendrás que venir conmigo".
La próxima vez que Tongrak volviera a casa, les presentaría a Mahasamut a todos.
Y Tongrak escuchó una voz profunda sobre su cabeza que decía: "Depende de ti,
Tongrak".
En ese momento, Tongrak sonrió secretamente contra el fuerte pecho, pensando que
Mahasamut lo complacería como siempre. No se dio cuenta de que esta vez era
diferente a otras.
Tan diferente... era aterrador.
Mahasamut estaba de pie sosteniendo algo en la mano... una pulsera de cuero marrón.
Aunque era solo un simple cordón de cuero marrón, cuando se tejía, se transformaba
en una pulsera que se veía tan fina como cualquiera que se vendiera en las tiendas. Y
se volvió aún más exquisita cuando dos amuletos de plata, cada uno de apariencia
completamente diferente, colgaban de los extremos del cuero.
El primero fue un bolígrafo pequeño que tenía un diseño intrincado para parecerse a
una elegante pluma estilográfica. Su color azul intenso evocaba las profundidades del
océano.
El segundo era un objeto esférico que, tras una inspección más cercana, reveló la
historia de dos personas.
No, tal vez contaba la historia de Mahasamut.
Mahasamut pasó las yemas de los dedos por los patrones grabados del amuleto, con
una sonrisa adornando sus labios. Había crecido junto al mar; su vida comenzó en
medio de las aguas azules, a bordo de barcos antes de que pudiera siquiera caminar.
Había superado muchas historias cada día hasta que encontró… eso llamado amor.
Sus agudos ojos contemplaron el vacío en forma de corazón a un lado del amuleto, una
curva que reflejaba un corazón, tal como su vida se había cruzado con la de otra
persona. Podía afirmar con valentía que ésta era la esencia del amor, y deseaba
desesperadamente decirle al hombre que su corazón ya no era suyo desde hacía mucho
tiempo.
Te pertenece.
"Señor Tongrak."
De hecho, Mahasamut lo había elaborado él mismo, y los dos amuletos especiales

fueron encargados para una sola persona especial.
¿Quién hubiera pensado que su trabajo para la isla se convertiría en un regalo para esa
persona especial?
Era el primero que quería regalar a la persona más importante de su vida.

Este regalo podría no compararse en valor con los artículos de marca que Tongrak
poseía, ni con los autos caros o las joyas de las que hacía alarde, ni siquiera con los
zapatos que Tongrak le había comprado. Pero Mahasamut esperaba que Tongrak
aceptara su regalo.
Porque este regalo era... su propio corazón.
"Te amo."
Eso era todo lo que quería decirle a Tongrak.
Sus ojos penetrantes permanecieron fijos en el brazalete de cuero, su corazón latía con
fuerza.
Fue su última apuesta.

¡Slam!
“Mahasamut”
"Estoy en la cocina."
Tan pronto como entró en el apartamento, Tongrak no dudó en pronunciar el nombre

mientras se quitaba sus relucientes y caros zapatos. Rápidamente siguió la voz
profunda que lo guiaba, sus labios curvados en una amplia sonrisa, sus hermosos ojos
brillando de alegría. Y su alegría aumentó cuando vio la ancha espalda del hombre
moviéndose en la cocina.
Una visión familiar que calentó su corazón.
Y dicho esto, Tongrak se acercó y rodeó con fuerza sus brazos alrededor de la cintura
de Mahasamut, enterrando su rostro en la ancha espalda.
"¿Fue bien?" -Preguntó Mahasamut divertido. Por supuesto, sabía lo que salió bien.
"Mmm."
Hoy fue el día en que Tongrak cenó con su familia.
Al principio, todo se sintió tan tenso, hasta que recordó las palabras del hombre que
tenía delante, que todo estaría bien. Tongrak luego le preguntó directamente a su
madre qué había sucedido realmente a lo largo de los años. Su madre finalmente se
sinceró y reveló que todavía le daba dinero a su padre, no por amor sino para
mantenerlo alejado de ellos. Había elegido a sus dos hijos hacía mucho tiempo, pero
nunca supo que su padre los había vuelto a amenazar. Y guardó silencio porque no
quería desenterrar su aterrador pasado.
"Lo siento, todo es culpa mía", había dicho su madre.

No, ella sólo estaba preocupada por ellos. Nunca habían aprendido a expresar el amor
correctamente.
"Yo me ocuparé de él. De ahora en adelante, prometo que no nos volverá a molestar.
Y si se atreve, tengo pruebas suficientes para ponerlo tras las rejas por mucho
tiempo. Ah... y ya también me encargué de los clips de esa casa."
"¿Qué clips?" El hombre más alto se giró, frunciendo el ceño con preocupación,
invitando a Tongrak a darle un empujón juguetón.
"Aquellos en los que rompí nuestro acuerdo", dijo Tongrak en voz baja, sintiéndose
culpable por lo que había hecho, y rápidamente continuó. "Había cámaras por toda esa
casa. Mi padre tenía la intención de venderle a Prin los clips de mí rogándole y
rompiendo contigo".
"¡Ese idiota!" Eso fue todo lo que hizo falta para que los agudos ojos de Mahasamut
ardieran con furia como si estuviera a punto de matar a alguien.
Claro, a Tongrak le encantó eso.
"Incluso después de todo eso, todavía no ha aprendido la lección, ¿eh?" rugió el

hombre corpulento, luciendo como si estuviera a punto de salir y causar estragos hasta
que Tongrak lo agarró del brazo para detenerlo.
"Pero mi mamá ya se encargó de eso, y esa mocosa también".
Los ojos de Mahasamut se movieron en lugar de una pregunta, lo que provocó que
Tongrak intentara esbozar una sonrisa tranquilizadora.
"Mi padre haría cualquier cosa por dinero, así que no sorprende que no aprenda la
lección después de recibir un puñetazo. Probablemente simplemente piensa que
necesita hacer que valga la pena. Por suerte, mi madre lo conocía bien y alguien
consiguió los clips. Luego ella irrumpió en la casa de Prin..." Tongrak hizo una pausa
por un momento, luego se señaló a sí mismo, "... ¿crees que soy demasiado agresivo?"
"¿Puedo responder eso?"
Tongrak se rió, aceptando ya cómo era.
"Mi mamá es varias veces más intensa que yo. Casi le arranca el cabello a su
hermana pequeña, entonces, ¿cómo pudo escapar su sobrina Prin? Mamá se aseguró
de que toda la familia supiera para avergonzar a Prin para que no pudiera enfrentar
a nadie otra vez hasta que Mi tía prometió enviar a Prin al extranjero y no volver
jamás a Tailandia. Fue entonces cuando mamá finalmente dejó de hacerlo". Tongrak
no pudo evitar reírse. Esa mocosa ya estaba temblando y era incapaz de responder
después de sólo unas pocas palabras suyas, y mucho menos enfrentarse a su madre…
ni siquiera quería imaginarlo.
"Olvidémonos de eso", Tongrak descartó el incidente, ya que tenía algo más que
compartir.
Entonces, con una sonrisa en esa cara bonita, miró al chico guapo que tenía delante.
"A partir de ahora, mi mamá quiere que cenemos juntos una vez al mes".
"Eso es bueno. Podrás hablar más con tu familia".
"Y ella también dijo que quiere conocerte".
"Quiere conocer a ese hombre tuyo."
Por alguna razón, ya fuera la sonrisa o el tono de su madre o el hecho de que ella dijera
que Mahasamut era suyo, hizo que el corazón de Tongrak se acelerara. Sus labios se
curvaron en una amplia sonrisa, tanto que incluso su hermana dijo que parecía muy
feliz. Meena seguía alardeando de lo grande y hábil que era Mahasamut. Y realmente
estaba muy feliz.
Tongrak sintió que toda su familia estaba empezando a aceptar a este hombre.
Y eso fue suficiente para él.
Quería decírselo a Mahasamut lo antes posible.
"La próxima vez ven a conocer a mi familia", dijo Tongrak con una amplia sonrisa.
Una sonrisa que alguna vez había hecho desmayar al hombre más alto, pero no hoy.
El alto miró hacia atrás con una mirada fija.
“...”
Mahasamut no dijo nada, lo que provocó que la esbelta figura dejara que su sonrisa se
desvaneciera lentamente.
"¿Hay algo mal?" Esos hermosos ojos miraron primero la mano que acababa de
recuperarse, pero la voz profunda hizo que volviera a mirar hacia arriba.
"Tengo algo para ti."
Tongrak se sorprendió. No entendió el significado de esa mirada. No es que

Mahasamut nunca hablara en serio; al igual que con el asunto de su padre, nunca lo
tomaba a la ligera. Pero esta vez fue más que eso. Algo gritó en la mente de Tongrak
que huyera, pero sus piernas no se movían y se quedó allí congelado.
"¿Puedes cerrar los ojos?"
E incluso la petición irrazonable hizo que Tongrak cerrara los ojos fácilmente.
Pum, Pum, Pum.
Su corazón latía como si fuera una bomba lista para estallar en cualquier momento,
pero lo único que Tongrak pudo hacer fue quedarse quieto, sintiendo que algo se
colocaba sobre su muñeca, seguido por el frío toque del metal contra su pulso. Pero no
fue eso lo que hizo que su corazón vacilara tanto como el pulgar que masajeaba
lentamente su muñeca.
Un toque familiar, gentil y... suplicante.
"¿Puedo abrir los ojos ahora?"
Tongrak preguntó ansiosamente, su voz temblaba, lo que provocó que el otro

respondiera.
"Sí."
Sus ojos color miel se abrieron lentamente y miró a los ojos profundos que ya lo
observaban y luego al objeto en su muñeca.
Una sencilla pulsera de cuero adornaba su muñeca, muy diferente de las joyas que
Tongrak solía usar. Era solo una correa de cuero trenzado con dos pequeños dijes que
tuvo que mirar con atención para ver el detalle.
"¿Qué es esto?"
Vio una pluma plateada con tinta azul oscuro, un amuleto con la forma de un barco en
medio de las olas, y luego... un corazón.
Fue entonces cuando la cálida mano tomó la suya y la apretó con firmeza.
"¿Recuerdas las joyas de metal reciclado que he estado haciendo?"

"...Sí."
Mahasamut levantó la muñeca de Tongrak hasta la altura de sus ojos.
"Esta es la primera pieza que termino".
"¿Vas a venderlo?" Preguntó Tongrak con voz débil.
El bolígrafo soy yo, ¿no? Y el mar es Mahasamut, y el hombre que tengo delante va a...
¿venderlo?
"No. Estos dos colgantes, los hice para que fueran únicos en el mundo", Mahasamut
apretó con más fuerza la mano de Tongrak, atrayendo esos hermosos ojos para
encontrarse con los suyos una vez más hasta que... apareció una sonrisa de guerra.
"¿Ves el corazón que falta?"
"...Sí."
"Ya no está conmigo porque..." Mahasamut hizo una pausa por un momento antes de
decir, "Te lo he dado".
“¡!”
Ese momento fue como un rayo que atravesó Tongrak. El escritor estaba tan
desconcertado que apenas podía captar el significado de lo que Mahasamut intentaba
decir. A pesar de haber escrito decenas de novelas y publicado casi un centenar de
libros, todo era tan diferente de lo que había imaginado que era incomparable.
Tongrak no necesitaba entender el significado, pero lo supo instantáneamente por

instinto.
"Yo te..."
"¡¡¡No lo digas !!!"
Antes de que Mahasamut pudiera terminar la frase, Tongrak gritó en voz alta y apartó
su mano del fuerte agarre. Miró el rasgo afilado con ojos temerosos, su rostro temblaba
lentamente, suplicando con voz temblorosa como si lo que estuviera a punto de
escuchar fuera una sentencia de muerte.
"No lo digas, Mahasamut."
Por favor, no hables. No dejes que terminemos así.
Pero el otro hombre no escuchó la súplica que resonó en el corazón de Tongrak.
"Lo haré. Quiero decírtelo de inmediato".
Eso fue suficiente para que Tongrak se sacudiera la mano grande y corriera a su
habitación lo más rápido que pudo. Sus ojos temblaban como si estuvieran a punto de
derramar lágrimas, con un solo pensamiento que se decía a sí mismo... no escucharía
esas palabras.
Tan pronto como Tongrak entró en la habitación, lo primero que hizo fue correr hacia
su computadora portátil y encenderla, deseando impacientemente agitar la máquina
para que funcionara más rápido o cualquier cosa que le permitiera abrir el archivo que
necesitaba. Y en sólo unos segundos, Mahasamut lo siguió, de pie en medio de la
habitación.

Tongrak no respondió, sus manos golpeaban la tableta como para hacerla funcionar
más rápido.
"Date prisa, apúrate".
Ni siquiera se dio cuenta cuando Mahasamut se acercó y lo agarró del brazo.
"¿Qué estás haciendo?" La voz era más profunda.
Tongrak sólo pudo decir: "Un acuerdo. Escribiré un acuerdo".
"¿Qué acuerdo?"
"Un acuerdo entre tú y yo".
Tongrak vio un destello de dolor cruzar esos ojos penetrantes, pero no pudo detenerlo.
Dijo: "Necesitamos firmar uno nuevo".
"¡Olvídate de ese maldito acuerdo!" Dijo Mahasamut con una intensidad que era casi
aterradora, su gran mano se deslizó para agarrar el hombro de Tongrak.
"Nuestro asunto no necesita contrato ..."
"Es necesario."
"No, no es."
"Te dije que es necesario".
"No, Tongrak, escúchame."
"Tú eres el que necesita escuchar..."

"Te amo."
“¡!”
Fue entonces cuando Tongrak hizo todo lo posible por resistir, pero la voz profunda
atravesó todo, creando un silencio que lo devoró todo. Sus ojos se abrieron, su cuerpo
temblaba incontrolablemente, su corazón latía con tanta fuerza que parecía que iba a
estallar. Sintió que iba a morir en cualquier momento. Su bonito rostro tembló
lentamente.
"¿Por qué... por qué lo dijiste?"
"Porque quería decírtelo".
"No, no lo entiendes."
"Entonces dime por qué."
Tongrak miró hacia abajo. Todavía insistía en que no quería amor porque tan pronto
como Mahasamut dijo la palabra "amor", lo que Tongrak vio fue... el final.
Cada imagen de amor que había visto en su vida pasó por su mente, y lo que Tongrak
vio no fue felicidad ni sonrisas. Sólo vio lágrimas, llanto, dolor y la agonía del anhelo
por una sola persona. Él vio precisamente eso. El mero pensamiento de que los ojos
cálidos que lo miraban se volverían fríos, como cuando su padre miró a su madre y
como cuando el exnovio de Khwan la miró cuando se enteró que estaba embarazada,
era insoportable.
Tongrak vio a este hombre alejarse con los ojos vacíos.
No quedan sentimientos por él.
No... no quiero ver ni oír nada de eso.

"Quiero llegar a un nuevo acuerdo", dijo Tongrak con voz temblorosa.
Y fue entonces cuando Mahasamut levantó su teléfono.
¡Ding!
Sonó el mensaje de alerta en el teléfono de Tongrak.
"Cinco mil, ¿es suficiente?"
"Qué..."
¡Timbre!
"¿O quince mil?"
Antes de que Tongrak pudiera siquiera comprender lo que estaba sucediendo,

Mahasamut repitió la pregunta, presionando números en el teléfono como lo había
hecho innumerables veces antes, dejando a Tongrak sin saber qué hacer.
¡Ding!
"Treinta mil, ¿es suficiente?"
"No..."
¡Ding!
"Cien mil."
"Detente..."
¡Ding!
"O ciento cincuenta mil".
"¡Basta ahora mismo, Mahasamut!"
El hombre frente a él ni siquiera le dio la oportunidad de responder, lo que provocó

que Tongrak gritara en voz alta. Agarró con fuerza el teléfono que le había prestado a
Mahasamut y miró a los ojos que permanecían firmes y resueltos. El que dijo esas
desgarradoras palabras.
"Si quiero tu amor ¿cuánto tengo que pagar?"
"¿Por qué estás haciendo esto?"
"Porque nunca quise tu dinero. Lo único que siempre quise no fue dinero..."
Mahasamut hizo una pausa por un momento antes de decir, "...sino a ti".
Tongrak se quedó sin habla y el hombre más alto se acercó un paso más.
"Déjame amarte."
¡Slap!
"¡¡¡No, no lo quiero !!!" En el momento en que la mano grande tocó su mejilla, Tongrak
recuperó el sentido y su mano clara empujó el pecho del otro para que retrocediera.
"No digas que me amas, no me ames, no intentes nada en absoluto. No lo quiero",

Tongrak se quitó el brazalete que sentía como un grillete en su muñeca y se lo arrojó a
Mahasamut.
"¡No lo quiero!"
Tongrak jadeó en busca de aire y miró a Mahasamut, que seguía allí inmóvil, el hombre
que una vez le dedicó una sonrisa burlona. Pero ahora, todo lo que vio fue dolor
cruzando ese rostro de rasgos afilados.
¿Ves? Sólo con que menciones la palabra amor... ya me duele tanto.
Tongrak no pudo soportar el pesado sentimiento de amor.
“...”
“...”
Ahora la habitación se llenó de silencio, sólo sus ojos se encontraron, un par lleno de
miedo rayando en la paranoia, el otro con un dolor tan profundo que era sufrimiento.
Entonces Mahasamut rompió el silencio inclinándose para recoger el brazalete en el
que había trabajado todo.
"Está bien, probablemente no lo quieras".
Mahasamut dio un paso más hasta que estuvieron cerca el uno del otro.
"Pero tampoco lo quiero de vuelta".

“...”
Tongrak no dijo nada, incluso cuando Mahasamut le tomó la mano.
"Mi corazón, mis sentimientos, nunca los quise recuperar", el más alto le sonrió
mientras colocaba el brazalete nuevamente en su mano.
"Sólo quería decírtelo una última vez".
¿Son esas... lágrimas?

"Te amo."
El cálido toque acunó su mano, la reconfortante sonrisa sostuvo su mirada y,

finalmente, la voz profunda imprimió el sentimiento en lo más profundo de su
corazón.
Pero Tongrak sólo respondió...
"Nunca te amaré".
Mahasamut simplemente le devolvió la sonrisa.
"Bien."
El cálido contacto se desvaneció, la alta figura se alejó, la ancha espalda retrocedió más
y más.
"TongrakMahasamut... probablemente nunca sucederá".
¡Slam!
Tan pronto como se cerró la puerta, Tongrak se desplomó en una silla, con las manos
agarrando con fuerza el borde del escritorio, mordiéndose el labio hasta que se puso
rojo, mientras su mano pálida apretaba el brazalete con tanta fuerza que el amuleto de
la pluma casi atravesó su carne. Sus párpados se cerraron y… las lágrimas corrieron.
"¿Qué estás pensando?"
"Estoy pensando en Rak."

Dentro del lujoso condominio de la talentosa actriz, era otro día en el que Vi,
Vorapapha, había logrado atraer a Khaimook a su casa. Y ahora, la secretaria estaba
sentada, sonriendo satisfecha ante el amor de su hermano no biológico. Estaba claro
que ella era una verdadera fanática de BL.
"Estoy feliz de verlo encontrar la felicidad".
"¿Realmente sería así?" Vi se sentó a su lado.
"¿Por qué dices eso?" la pequeña frunció el ceño de inmediato, lo que provocó que un
espectador se riera entre dientes.
Oh, antes no dejaba de amenazar a Mut, y ahora ha cambiado de bando así como así.
Pero a Vi le preocupaba una idea más inquietante. Conocía bien a su mejor amigo. Lo
había visto desde que se hizo ese ridículo corte de pelo en la secundaria, lo conocía
desde antes de que entendiera sus propias preferencias sexuales, lo había visto
descartar a las chicas sin pensarlo dos veces, o incluso cuando perdió su virginidad.
Y la otra parte hablaba en serio. Tongrak simplemente se encogió de hombros con

indiferencia.
"Saliendo, mi trasero. Simplemente follamos".
Tongrak había sido así toda su vida.
No odiaba el amor; simplemente le tenía miedo.
Todos a su alrededor lo asustaron tanto que la mera visión de la 'A' en la palabra 'amor'
lo haría poner sus engranajes en modo de huida y salir corriendo sin dejar rastro.
Entonces, siempre iba a ser un trabajo duro para ese chico sureño súper atractivo.
"A veces la gente no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde, Mook. ¿Y que
alguien que ha estado huyendo de ello toda su vida lo acepte? Eso no es fácil".
Esos ojos grandes y redondos se volvieron para mirarla con una mirada ingenua y
luego se apagaron lentamente.
"Pero Mut probablemente no se rendirá... tal vez."
El prejuicio hacia el chico ahora está escrito en todo su rostro.
Vi sonrió divertida, sintiendo una repentina necesidad de burlarse de la persona cuyas

acciones no coincidían con sus palabras. Khaimook y Tongrak eran similares, del tipo
al que le resultaba difícil aceptar sus sentimientos fácilmente.
Beeeeep...
Antes de que Vi pudiera planear su ataque burlón a la persona frente a ella, sonó el
timbre de la puerta, lo que provocó que Khaimook se levantara rápidamente para
comprobarlo.
"Hola."
Sin embargo, el hombre que apareció en su puerta con una mochila hizo que Vi
frunciera el ceño bruscamente.
Mahasamut.
Tenía el presentimiento de que esto no iba a ser bueno.

Capítulo 31
De regreso al principio
Mahasamut entró en el café color caramelo donde solía llevar a Meena a comer algo
después de la escuela. Sus ojos recorrieron el lugar. No pasó mucho tiempo para que
sus labios se estiraran en una leve sonrisa mientras sus largas piernas lo llevaban a la
mesa del interior, donde lo esperaban dos mujeres de diferentes edades. Ocultó cada
sentimiento, cada pena y cada lágrima en absoluto silencio.
Él sólo... quería despedirse de todos.
Especialmente esta pequeña niña.
"Mi tío político", la niña se puso de pie y saludó. Su sonrisa era tan amplia que casi
llegaba a sus oídos. Llamó a Mahasamut con el término entrañable que atravesó
dolorosamente su corazón. Sin embargo, sus largas piernas se movieron hacia ella.
"¿Qué pasa, pequeña bribona?"
"Tienes suerte, eres mi tío Mut. De lo contrario, no te dejaría hacer eso".

El oyente se rió suavemente. Él sólo le había frotado ligeramente la cabeza y ella ya se
estaba quejando. Ella le recordaba a alguien.
El hombre del sur hizo una pausa cuando la imagen de la persona de alto
mantenimiento apareció en su cabeza. Pero lo que vio no fue una sonrisa encantadora,
un cuello orgullosamente arqueado o una boca gruñona, sino un rostro de dolor y
lágrimas.
"¿Quieres pedir algo, Mut?" Khwan, sentada junto a su hija, preguntó con una sonrisa,
lo que lo llevó a descartar rápidamente la imagen.
El joven se sentó frente a ellas y colocó su vieja mochila, que contenía su computadora
portátil y algunos artículos personales que Palm le había enviado.
Evidentemente, estaba a punto de regresar a la isla.
"Está bien, señorita Khwan. Sólo quería pasar a ver a Meena".
Mahasamut pasó toda la noche sentado en el sofá en medio de la habitación, con sus
ojos penetrantes fijos en la pesada puerta que permanecía firmemente cerrada. Esperó
con el corazón todavía aferrado a la esperanza de que la otra persona saliera, lo
abrazara y le dijera lo que había entre ellos no se trataba sólo de dinero, de que él
pudiera amarlo. Pero no había señales de que esa esperanza se hiciera realidad.
Esa puerta permaneció tan cerrada como el imponente muro que siempre había estado.
El cielo pasó del día a la noche, de la noche a un nuevo día. Todo lo que podía hacer
era contar atrás, mirando la puerta como un tonto, esperando que todo saliera como
deseaba. Y entonces Mahasamut lo supo.
Nunca había logrado abrir el corazón de Tongrak.
Entonces, todo lo que pudo hacer fue entrar a su habitación, tomar la bolsa vieja, reunir
todos los artículos que Palm le había enviado, llamar para concertar una reunión con
Meena, borrar todos sus datos y dejar el teléfono que Tongrak le dio en la mesa del
dormitorio con... todas las muchas cosas que el otro alguna vez le había comprado.
Desde el primer día que decidió seguir a Tongrak hasta el barco, Mahasamut sólo tenía
un objetivo. Si no pudiera lograrlo, tendría que regresar solo.
Pero sus arrepentimientos también incluyeron...
"Bien, el tío Mut prometió invitarme a comer dulces si sacaba una buena nota".
Estas amistades...
Mahasamut observó cómo Meena le contaba con orgullo a su madre. Aunque no

habían estado juntos por mucho tiempo, sabía que Tongrak quería que esta niña
creciera feliz, rodeada de amor. Era una pena que no lo viera con sus propios ojos. Pero
de todos modos, el joven confiaba en que pasara lo que pasara, este chico fuerte lo
superaría todo.
"¿Quiso decir que tenías que tener buenos resultados en todas las materias?"
Preguntó Khwan con una sonrisa, lo que hizo que Meena ocultara rápidamente su
sonrisa.
"Sólo hay algunas malas notas", murmuró la chica.
"¿Te refieres a los 8 puntos que obtuviste en Física, Química y Biología?"
"Pero me fue muy bien en las otras materias."
"Estudias en el programa de ciencias, cariño".
"Tal vez sólo soy buena en matemáticas."
"Tú misma elegiste el programa. Yo te pregunté si estabas segura de que podías

manejarlo".
"Bueno, lo estudio, así que sé que realmente no puedo manejarlo".

La niña siguió poniendo excusas y luego su voz clara murmuró: "¿Qué le pasa al
número 8? El número 8 es genial".
"Pero es 8 de 30".
Dijo Khwan con una sonrisa divertida, haciendo que el cuello de la pequeña se
encogiera. Fingió llevarse algunos dulces a la boca y luego miró a su alrededor en
busca de refuerzos.
¡Tío Mut, por favor ayuda!
¿Por qué podía oír su petición de ayuda con tanta claridad? Mahasamut se rió
incontrolablemente, lo que hizo que la niña hiciera pucheros de inmediato.
"No estás ayudando. Ahora me voy a poner de mal humor". Meena se dio la vuelta
enfadada.
El hombre alto dijo en broma: "Te gusta el número 8 igual que a tu tío, ¿eh?".
Allí estaba otra vez, pensando en el guapo.
Esa noche cuando nos abrazamos, jugamos, nos calificamos... nunca volvería a suceder.
"Bueno, a Rak siempre le ha gustado el número 8", respondió Khongkhwan, mirando

al hombre frente a ella con ojos confiados. Al principio, no confiaba en el extraño que
se suponía que recogería y dejaría a Meena, pero como Tongrak insistió, aceptó.
Después de hablar y conocerlo en persona, ver su preocupación por su hermano
menor, su disposición para confrontar a su padre y su voluntad de estar al lado de
Tongrak, la mujer supo de inmediato:
Éste era el que Tongrak había estado buscando.
Eso fue suficiente para que Khongkhwan compartiera historias que pocos conocían.
"A Rak le gusta decir que no le importa el amor y que no lo quiere. Pero cuando era
niño, a Rak le encantaban los cuentos de hadas en los que el príncipe luchaba contra
dragones y luego vivía feliz para siempre con la princesa. Le pedía a nuestra niñera
que leyera las mismas historias una y otra vez, ver los mismos dibujos animados una
y otra vez, e incluso cuando creció, todavía amaba las novelas románticas lo
suficiente como para convertirlas en su profesión".
"¿Y esto qué tiene que ver con el número 8, mami?" Preguntó Meena, lo que provocó
que Khongkhwan sonriera.
"Porque para tu tío el número 8 no es sólo un número, es el infinito".

"Es romántico, como alguien que escribe novelas románticas, ¿no? Rak tiene la
costumbre de dar calificaciones, y cuando algo realmente le gusta, le da un 8 en
lugar de un 10. Una vez, Rak entró en una juguetería y seguía diciendo, esto es un 8,
eso es un 8, todo es un 8, hasta que a tu abuela le dio dolor de cabeza".
Khongkhwan contó con una sonrisa mientras su hija preguntaba con voz clara,
"Entonces, ¿el número 8 significa 'gustar más', 'gustar mucho' o 'gustar

infinitamente', verdad?"
"Uh Huh."
Pero para Mahasamut ya no tenía sentido.
"En una escala del uno al diez, ¿qué obtengo?"
"Ocho."
"Te doy un ocho".
Mahasamut todavía recordaba la sonrisa de la persona a la que le gustaba el número 8.
La persona que le puso un 8 solo porque le gustaba el número 8.

"En una escala del uno al diez, ¿qué obtengo?"
En ese momento, entendió la sonrisa de Tongrak… El 'infinito'.
Y eso hizo que Mahasamut se cubriera la cara con las manos.
"Tío Mut, ¿qué pasa?" Meena preguntó alarmada..."¿Estás llorando?"

Lágrimas claras corrían por los ojos de Mahasamut, cayendo en la palma de su mano,
encajando con la tristeza que había reprimido desde que alguien dijo... No te amaré.
Mahasamut no estaba enojado ni odiaba a Tongrak en absoluto. Fue todo lo contrario.
Gracias. Al menos alguna vez fui tu número 8.
¡Bam, bam, bam!
"¡Rak, abre la puerta!"
Tongrak se había quedado dormido sin darse cuenta, tal vez mientras miraba la puerta
cerrada de su dormitorio o mientras agarraba esa pulsera de cuero tan apretada que
casi le corta la piel. Lo último que recordó fue las primeras luces del día entrando a la
habitación pero sin señales de la persona que estaba esperando.
La persona que lo complacería lo suficiente como para decir que todo era una broma.
La persona que volvería y firmaría el acuerdo con él nuevamente.
La persona que se quedaría con él y no iría a ninguna parte.
Todo volvería a ser como era.
Pero... Mahasamut no vino.
En cambio, Tongrak ni siquiera pensó que se despertaría con el sonido de golpes en la

puerta y el alboroto de su mejor amiga. Pero antes de que pudiera hacer algo, algo
llamó su atención, obligándolo a mirar hacia abajo... el brazalete de cuero.
Se había quedado dormido sosteniéndolo.
Al mismo tiempo, Vi entró por la puerta abierta y caminó directamente hacia Tongrak,
diciendo: "Realmente lo quieres así, ¿verdad?".
Tongrak apartó la mirada del brazalete, molesto, y miró a su amiga.
"¿Qué quieres decir? De repente irrumpiste en mi casa y comenzaste a decir

tonterías", dijo, sintiendo ya un dolor de cabeza, no queriendo escuchar nada más
preocupante.
"Mut se ha ido."
Pero fue esta voz la que hizo que Tongrak levantara la vista con incredulidad.
"¿Qué quieres decir?"
La actriz suspiró profundamente y volvió a enfatizar: "Mut ha vuelto a la isla".
"Eso no es gracioso", dijo Tongrak con los dientes apretados, su corazón gritaba de
miedo porque conocía bien la expresión de su amiga.
No, Vi no está bromeando en este momento.
Habló con un tono serio, "Vino a despedirse de mí y de Mook, y me pidió que te lo

dijera también", dijo la actriz con voz tensa, recordando la mirada tranquila y
preocupada en los ojos del hombre que se había despojado de toda alegría, dejando
sólo su cuidado por la persona frente a ella.
"Creo que la señorita Khaimook conoce bastante bien sus hábitos, pero está más solo
de lo que piensas. Le gusta tener a alguien cerca. Sólo necesitas visitarlo más a
menudo. Incluso si te despide, sólo hay que sentarse tranquilamente en la habitación.
Y si te pide alcohol, debes darle café. Él lo aceptará. Pero si se niega a comer, quítale
todo el café hasta que acepte comer".
Esos ojos permanecieron firmes mientras les transmitía esto a ella y a Khaimook.
"Por favor, cuida de Tongrak por mí. Cuídalo en mi lugar".
Y eso fue suficiente para decirle a Vi que Mahasamut había tomado una decisión.
Mahasamut había decidido marcharse.
"Aún puedes alcanzarlo, ¿sabes? ¿Realmente vas a dejar que todo termine así?" La
conducta sorprendida de Tongrak hizo que Vi le agarrara el hombro con fuerza,
esperando que cambiara de opinión. Pero tal vez fue Vi quien había olvidado un
hecho.
"¿Y por qué debería hacer eso?"
El hecho de que su amigo había construido muros para aprisionarse.
Y esa misma persona se quedó quieta, indefensa, y la miró con los ojos vacíos.
"Es mejor de esta forma."
"¿Por qué?"
Tongrak se levantó y caminó directamente hacia el bote de basura, y Vi notó algo en la

mano de su amigo.
Tongrak lo apretó con fuerza, su comportamiento era el de alguien que no quería soltar
algo que amaba. Estaba dolorido, atormentado, como si estuviera al borde de la
muerte. Pero Tongrak seguía siendo Tongrak, no estaba dispuesto a comprometerse
con nada simplemente por...
"Ya duele muchísimo. ¿Por qué debería sufrir más?"
...el miedo que se había creado a sí mismo.
Tongrak miró el objeto que tenía en la mano con nostalgia.
¿Sería menos tortuoso conservarlo en lugar de dejarlo ir?
En el momento en que el brazalete cayó a la basura, Vi fue testigo de la visión de su

amigo que había recordado toda la vida.
El corazón de Tongrak estaba destrozado.
Si es tan tortuoso, ¿por qué no lo retomas?
Vi quería gritar la pregunta, pero todo lo que pudo hacer fue acercarse y abrazar a su
mejor amigo, quien se quedó quieto como si solo quedara un cascarón vacío.
La persona que le devolvió el abrazo guardó silencio, enterrando el rostro en su

hombro. Aunque no hubo lágrimas ni llanto, solo un silencio aterrador, esta vez, Vi
escuchó el sonido de su mejor amigo llorando como si su corazón se rompiera porque
el silencio más fuerte era el sonido de un llanto que nadie escuchó.
"Oye, Mut, escuché que te fuiste a Bangkok siguiendo a un tipo. ¿Qué pasa con eso?"
"¡Oye, soy Mut!"

"¿Cuándo volviste, Mut?"
"¡Mut! ¿Dónde has estado durante meses?"
Desde el momento en que Mahasamut bajó del barco, le dio pereza contar cuántas
veces lo saludaron. Parecía que toda la isla lo estaba saludando. Y seguramente, la
noticia de su regreso debe haberse difundido lo suficientemente rápido como para que
mañana todos lo supieran. Pero el joven simplemente devolvió el saludo sin responder
ni explicar nada porque, en primer lugar, nunca tuvo la intención de abandonar la isla.
Desde entonces, el joven se había fijado un plazo claro.
Ahora, el tiempo acababa de terminar.
"Vamos, hermano, tu asistente número uno llevará tus cosas por ti. ¿Cuándo volverás
a abrir la tienda? ¿Daremos la bienvenida a los invitados de inmediato? ¡Esta noche,
puedo decirles a todos en el bar que la mejor mano de la isla ha regresado!"
Mientras Palm intentaba arrebatarle el único bolso a Mahasamut para llevárselo, estaba
claro que el niño tenía muchas ganas de que la tienda abriera.
Pero Mahasamut no podía culparlo. Era bastante bueno que todavía lo estuviera
esperando.
Sin embargo...
"Palm, tengo que preguntarte algo."
"Pregunta. Soy todo oídos", respondió Palm con entusiasmo, lo que provocó que
Mahasamut preguntara sin dudarlo.
Sólo... el último recuerdo.

¡Tap, tap, tap, tap!
"¿Cuánto tiempo ha estado así?"
"Han pasado cinco días desde ese día, Vi".
Dentro de la oficina de Tongrak, siempre se oía el sonido de teclear. Hoy no debería

haber sido diferente. Sin embargo, el sonido no era el de escribir para agregar una
novela, sino más bien la incesante presión de la tecla borrar, resonando por toda la
habitación.
La propia Vi se inclinó para preguntarle a Khaimook, quien se preguntaba cómo

explicarle esto al editor.
Tongrak no pudo escribir su novela.
No, sólo lo escribe y luego lo borra. Bueno... ¿Puedo realmente decir que está haciendo algún
progreso?
La pequeña mujer se llevó la mano a la frente con frustración. Desde el día en que
Mahasamut se fue, Khaimook había estado intentando visitar a su hermano Tongrak
todos los días, y ya era el quinto día. Al principio estaba muy contenta porque su
querido hermano jefe había terminado el manuscrito antes de lo previsto. Pero ahora
empezaba a dudar porque los capítulos especiales que él solía escribir para su libro aún
no estaban terminados, ni siquiera un capítulo. La hermana Sao incluso empezó a
preguntar si iba a incluir los capítulos especiales o no.
Por supuesto, ella no tenía respuesta y Khaimook tampoco se atrevió a preguntarle a

Tongrak.
Sí, esperar el trabajo de Rak puede ser difícil para todos, pero ¿cuántas personas conocen el
tormento de un escritor que no sabe escribir?
No es que Rak no quisiera escribir, sino que simplemente no puede.
Con solo mirarlo, Khaimook se sintió torturado por él.
"Rak, ¿tal vez deberías tomar un descanso?" —preguntó Khaimook.
Tap, tap, tap.
No hubo respuesta de su parte, sólo el sonido del teclado.
Y luego Vi, "Rak..."
"¿Pueden quedarse calladas? ¡Estoy tratando de trabajar!" Dijo Tongrak con firmeza,
sus hermosos ojos solo veían los personajes en la pantalla que no tenían ningún sentido
para él. Se suponía que los capítulos especiales estarían llenos de felicidad, una historia
sobre lo que viene después y sobre la vida de dos personas. Estas eran cosas simples en
las que podía escribir cualquier alegría, pero eran tareas difíciles que Tongrak no podía
entender en absoluto.
Una vez más, presionó eliminar hasta que el teclado estuvo casi roto, y luego sus ojos
miraron al mismo lugar... el bote de basura.
La pulsera de cuero todavía estaba allí.
¡Tap, tap, tap, tap!
Sus ojos se calentaron y su nariz ardió, lo que hizo que Tongrak presionara para borrar
el contenido que estaba escribiendo una vez más.
¡Thud!
La esbelta figura cerró de golpe la tapa de la computadora portátil con toda su fuerza,
sus ojos de color claro brillaron peligrosamente, pero en el fondo… había una
vulnerabilidad que era desgarradora.
Ese gesto hizo que los dos espectadores simplemente se miraran, y lo único que Vi
pudo hacer fue apretar suavemente el hombro de Khaimook.
No pudieron ayudarlo con esto porque todo dependía únicamente de Tongrak.
¡No pude escribir la novela!
Esta frase resonó en la mente de Tongrak. No sabía qué escribir, cómo ordenar las
frases, ni siquiera dónde habían ido a parar las imágenes que solía ver. Cada vez que
cerraba los ojos y trataba de imaginar qué hacían los dos personajes, solo veía los ojos
doloridos de alguien que le decía que lo amaba.
La persona que había desaparecido de este lugar pero dejó tantos rastros.
Vio a Mahasamut cocinando en la cocina.
Vio a Mahasamut regando las plantas del balcón.
Vio a Mahasamut llevando café a su oficina.
Vio... a Mahasamut tendido a su lado.

Por todas partes estaba lleno de recuerdos llamados Mahasamut.
¿¡Por qué no desaparecen como tú lo hiciste conmigo!?
Buzz…
"No puedo escribir. ¿Escuchaste eso, Sao? ¡No puedo escribir la novela!"
Entonces, tan pronto como vio quién llamaba, Tongrak dijo con frustración reprimida.
La esbelta figura se acurrucó en el sillón de su oficina, hundiendo el rostro en las
rodillas, y le reiteró a la persona al otro lado de la línea.
"Es un sufrimiento. Ya no puedo escribir novelas".
Tongrak no podía escribir novelas debido al dueño del brazalete.
¡Ruido sordo!
Tan pronto como pensó en el brazalete, el hombre sin darse cuenta se giró para mirar el
bote de basura nuevamente, asegurándose de ver el mismo brazalete que el otro
hombre le había puesto en la mano. Esa persona dijo que no lo retiraría, pero... no
estaba aquí.
Eso fue suficiente para que Tongrak colgara la llamada. Corrió hacia el pequeño bote
de basura y miró hasta estar seguro de que en realidad no estaba allí. Sus manos
comenzaron a buscar debajo de libros, documentos y papeles, mirando por todas
partes para ver si se había caído debajo de la mesa, con una sensación de urgencia
porque seguro ya había estado allí antes.
"¿Dónde está?" El escritor empezó a entrar en pánico.
"¡Tiene que estar aquí!"

Sí, Tongrak lo tiró, pero nunca quiso que desapareciera.
Nunca quiso que Mahasamut desapareciera así.
La idea de que ya no tendría recuerdos del otro hombre, Tonarak, que actuaba como si
estuviera bien, no pudo soportarlo más. Sus piernas lo sacaron de la oficina.
"Mook, ¿¡has visto el brazalete!?" Gritó Tongrak, sorprendiendo a la secretaria.
"¿Sí? ¿La pulsera?"
"¡Mi pulsera!"
"¿Cuál?"
"¡La que estaba en el bote de basura, Mook!" gritó el hombre a todo pulmón, lo que
hizo que Khaimook tartamudeara en respuesta.
"Uh... si está en la basura, ya saqué la basura".
El corazón del oyente dio un vuelco.
"¿¡A donde!?"
"El contenedor de basura comunitario del condominio", respondió Khaimook, con la

voz temblorosa, y eso hizo que el oyente se diera vuelta y saliera corriendo de la
habitación a toda velocidad.
Tiene que estar allí. Por favor no desaparezcas. Que esté ahí mismo. Mahasamut, lo siento. Por
favor no vayas a ningún lado.
Eso era lo que Tongrak quería gritar con todo su corazón.

Por favor no me dejes así.
En el momento en que Tongrak vio el contenedor de basura comunitario vacío del

condominio, sus piernas cedieron y se desplomó en el suelo. De repente, su cerebro,
que se había estado engañando todo el tiempo pensando que estaba bien y que todo
volvería a la normalidad antes de conocer a Mahasamut, admitió la derrota.
Ya no estaba allí.
"TongrakMahasamut."
"Tienes que amarme".
"En una escala del uno al diez, ¿cuánto recibo?"
"Si quiero tu amor ¿cuánto tengo que pagar?"
"Mi corazón, mis sentimientos, nunca los quise recuperar".
"Te amo."
"Sollozo, lo siento, Mahasamut, lo siento, sollozo, yo... lo siento. Por favor, vuelve, por favor
vuelve, lo siento, sollozo".
Dentro del cuarto de basura húmedo y maloliente, el hombre se desplomó en el suelo,

exhausto, y sollozó como si se le fuera a romper el corazón. En ese momento se dio
cuenta de lo que había perdido.
Un hombre que lo amaba con todo su corazón.
Mahasamut.
Un hombre que no sólo se fue sino que le robó todo el corazón a Tonrak.
Tongrak regresó a su habitación con los ojos rojos e hinchados, luciendo hecho un
desastre, pero no le importaba lo que pensaran los demás. En ese momento, ni siquiera
podía pensar en qué hacer a continuación. Fue como si en el momento en que ese
brazalete desapareció, tanto su cerebro como su corazón dejaran de funcionar.
"¿Estás buscando esta pulsera?"
Entonces, cuando vio el brazalete de cuero marrón oscuro en la mano de su mejor

amiga, sus ojos se abrieron y se abalanzó para agarrarlo. Su corazón, que creía que
había dejado de latir, volvió a latir.
Pero su amiga se alejó.
"Vi, devuélvemelo. Ese es mi brazalete".
"¿Y qué harás si lo recuperas? ¿Tirarlo otra vez?"
Tongrak se quedó helado.
Su comportamiento hizo que Vi suspirara y mirara a su capaz amigo con lástima.
¿Se dio cuenta de cómo se veía ahora?
"Por favor, devuélvemelo", suplicó Tongrak.

"No, no hasta que me digas qué vas a hacer a continuación".
“...”
Tongrak no respondió. No, ni siquiera tuvo una respuesta.
"Rak."
"No lo sé, Vi. Cuando escucho la palabra amor, ya veo hacia dónde va. Al igual que
mi mamá, mi hermana, todos los que me rodean... ¿Qué debo hacer? Dime, dime qué
debo ¡hacer!"
Y eso hizo que Vi volviera a suspirar profundamente. La mujer dio un paso adelante y
abrazó fuerte a su amigo más cercano, acariciándole el cabello con una mano y
diciendo: "Rak, cuando escribías novelas, ¿alguna vez tuviste miedo de que nadie las
leyera?".
"No. Sólo quería escribir", respondió Tongrak en voz baja.
"Correcto. Así que no tengas miedo antes de que suceda si simplemente quieres
amar a alguien".
Vi dio un paso atrás y miró a su amigo cercano, luego dijo: "Dolor, tristeza,
sufrimiento, ya sea que ames o no ames a alguien, mientras respires, lo encontrarás
todo de todos modos. Entonces, ¿por qué no lo haces? ¿Ves que amar a alguien
puede hacerte feliz? Nunca sabrás si estarás feliz o triste si ni siquiera te atreves a
salir de detrás de estos malditos muros", su tono era serio, sin presionar, sin añadir
nada a su dolor; ella sólo quería que él pensara.
"Si no quieres perderlo o no quieres estar triste, quédate con él".

"¿Y que debería hacer?" Preguntó Tongrak, sintiéndose completamente perdido, y eso
hizo que Vi sonriera.
"Mahasamut una vez decidió seguirte hasta aquí. Ahora es tu elección", dijo Vi,
colocando el brazalete de cuero en la palma de Tongrak. Su hermoso rostro sonrió,
mirando sus vacilantes ojos color miel. Pero pronto, se calmaron como si Tongrak
hubiera tomado una decisión, lo que la llevó a enfatizar nuevamente: "¿Lo sabes? No
importa el camino que elijas, siempre estaré a tu lado".
Y eso hizo que la amiga de cara bonita dijera suavemente: "Si vuelvo corriendo
llorando, tienes que consolarme, ¿vale?".
Sí, si te dejaron, ¡vuelve y llora sobre mis tetas! ¿Me escuchas? ¡Idiota!
Mientras Tongrak apretaba con más fuerza el brazalete.
No quería volver a sentirse así nunca más.
Él sólo... quería... amar.
Capítulo 32
Una última vez
"Oh, vaya, ¿quién es este tipo? Parece tan familiar".
"Si no tienes un negocio, no me molestes. En este momento me falta dinero".

"Oye, Mut, ¿solo has estado en Bangkok por un corto tiempo y ahora estás actuando
muy alto y poderoso conmigo?"
"Soy más que actuar altivo y poderoso, tía".
Sobre el puente de hormigón que se adentraba en el mar, caminaba Mahasamut,

llevando su equipo de buceo por el sendero. Pero antes de que pudiera entrar a su
casa, la tía Nee se acercó a él, escudriñándolo de pies a cabeza, claramente ansiosa por
ponerse al día con todas las noticias. Pero Mahasamut no estaba dispuesto a ceder
fácilmente a sus preguntas inquisitivas. Él respondió en un tono plano, con la intención
de alejarse, pero ella rápidamente se puso delante de él.
"Charlemos, ¿de acuerdo? No nos hemos visto en meses".
"Estoy apresurado."
"Vamos, entonces te ayudaré."
La tía Nee se acercó para ayudarlo a llevar su equipo, lo que hizo reír a Mahasamut.
"Muy bien, tía, ¿qué quieres saber? Pregunta".
Y con esa invitación...
"¿Dónde está ese joven apuesto? Palm me dijo que lo estabas siguiendo".
La tía Nee casi saltaba sobre él de emoción.
"Está en su casa, tía".
"Pero ustedes fueron juntos."

"¿Y tenemos que volver a estar juntos?"
"Bueno, tienes razón".
Una vez que la tía Nee estuvo satisfecha, Mahasamut aprovechó la oportunidad para
alejarse rápidamente, pero ella le gritó: "¡Espera, espera, espera! ¡Aún no he terminado
de preguntar!".
"Yo si, tengo prisa".
"¡Última pregunta!"
Al ver que ella no iba a dejarlo ir fácilmente, Mahasamut dejó de caminar y se giró,
levantando una ceja en señal de interrogación.
"Pensé que no te gustaban los tatuajes. ¿Por qué te hiciste uno?"
Tan pronto como Mahasamut escuchó la pregunta, su gran mano cubrió

instintivamente el lado izquierdo de su cuello, y luego la imagen de alguien pasó por
su mente: alguien que le había hecho cambiar de opinión a él, que nunca pensó en
hacerse un tatuaje. Sólo quería mantener el recuerdo de esa persona con él. Aunque los
sentimientos estaban firmemente grabados en su corazón, a veces quería algo visible a
los ojos.
Cada vez que se miraba al espejo, veía a la persona.
El joven no pudo evitar sonreír, a pesar de que sus ojos penetrantes estaban llenos de
una intensidad triste. Pero en sólo un momento, la figura alta se alejó, gritando en
respuesta...
"Lo hice para que la gente entrometida me preguntara, tía".

"¿¡Me estás llamando entrometida!?"
Mahasamut no prestó atención a las quejas de la tía Nee detrás de él. Tan pronto como
se volvió, su rostro afilado se volvió severo, sus largas piernas cruzan rápidamente el
puente de concreto para llegar a su confiable camioneta. Incluso mientras subía a la
camioneta, todavía podía ver el rostro malhumorado de la chica bonita a la que sabía
que había engañado para que se subiera a la bicicleta de carga.
Incluso sin una sola fotografía, su ciudad natal se llenó de recuerdos de esa persona.
"Uff..."
¿Cuándo lo olvidaré?
Fue una pregunta que Mahasamut respondió él mismo... No hay manera de que pueda
olvidarlo.
Pero justo después de que el apuesto hombre sureño se fuera, una camioneta vieja,
pero no demasiado vieja, se detuvo y estacionó. El hombre que salió del lado del
pasajero era guapo y de piel clara, como si un dios lo hubiera esculpido
cuidadosamente.
El hombre llevaba una pulsera adornada con dos pequeños dijes.
…Tongrak...
La persona que acababa de darse cuenta de lo que realmente quería su corazón.
El agua fría se filtró a través del traje de neopreno, helándole la piel, y la luz del sol
brillaba en el agua, creando ondas brillantes. El brillante látigo rojo del mar se
balanceaba con las olas, bancos de peces, grandes y pequeños, saltando
juguetonamente entre la espuma. Imágenes de su familiar ciudad natal, imágenes que
le hacían sonreír, imágenes que permanecían en cada pensamiento incluso cuando

cerraba los ojos.
Sin embargo, estas no fueron las imágenes que llenaron la mente de Mahasamut.
El joven amaba el mar, que era como su tocayo. Amaba a las criaturas que había
debajo, amaba el ecosistema que dependían unos de otros. Desde la niñez hasta la edad
adulta, sin importar lo que le sucediera, Mahasamut eligió sumergirse en el agua,
nadar bajo el mar, dejando que sus pensamientos fluyeran con las frescas corrientes.
Esta vez no fue diferente.
Aunque lo que tenía delante seguía siendo lo que amaba, vio a alguien más.
En medio de las burbujas que subían a la superficie, Mahasamut vio recuerdos de los
tiempos que pasó con Tongrak. Vio el cuello orgulloso y desafiante, los labios rojos
brillantes curvados en una sonrisa engreída, los ojos color miel que eran tercos pero
más dulces que los de cualquier otra persona. Ahora, el eco del agua fue reemplazado
por los variados tonos de su nombre al ser pronunciado.
Mahasamut... cuando estaba enojado.
Mahasamut... cuando estaba satisfecho.
Mahasamut... durante una pesadilla.
Mahasamut... ese nombre que anhelaba escuchar repetidamente de la boca de Tongrak
¡Maldita sea!
El joven se quitó la máscara y sus ojos desnudos contemplaron la borrosa extensión de

agua sin obstáculos por las lentes. No podía ver nada más que el azul profundo del
agua. Sin embargo, debajo de esta mancha, la imagen de un hermoso rostro apareció
ante sus ojos.
Cuanto más borrosa era su visión, más claro se volvía su corazón.
Mahasamut cerró los ojos.
Tenía la intención de sumergirse para olvidar, pero en cambio, recordó aún más.
El joven se volvió a poner la máscara, aclaró el agua bajo las lentes transparentes y
recorrió con la mirada el mar que amaba más que a nada. Esto le hizo decidir que, pase
lo que pase, tenía que regresar. Luego tomó aire de su regulador y pateó sus aletas,
impulsándose a sí mismo y a su equipo, que pesaba kilogramos, hacia la superficie.
Incluso permanecer bajo el mar que más amaba no ayudaría en absoluto.
Lo único que podía mejorar todo era el tiempo... tiempo que ayudaría a aliviar el dolor.
Tailandia era conocida por su clima cálido, rivalizando con cualquier parte del mundo,
y esta isla no era una excepción, especialmente durante las tardes abrasadoras cuando
el sol ardía, reflejándose en el mar debajo y sobre él. Era más apropiado describirlo
como demasiado caluroso. Aunque la brisa del mar soplaba en oleadas, para el hombre
que había estado esperando a alguien durante horas, eso no ayudó mucho.
El sudor goteaba y le empapaba la espalda, y gotas saladas le corrían desde las sienes
hasta la barbilla. A pesar del calor que casi lo asfixiaba, Tongrak no se movía de donde
estaba sentado.
Tongrak no sabía cuánto tiempo llevaba sentado frente a la casa de Mahasamut.

Podrían haber sido dos horas, tres horas, o tal vez incluso cinco, pero aun así esperó,
ignorando el sudor que lo empapaba y la pegajosidad de su piel. Simplemente esperó,

confiando que esa persona finalmente viniera.
Ni siquiera sabía qué decir.
Había cientos o miles de palabras que quería decirle a Mahasamut. Quería disculparse
por hablar así, pedir perdón por todo lo que había hecho y decir que todo fue porque
tenía miedo y no fue lo suficientemente valiente para enfrentar la verdad. Incluso si
fuera sólo una excusa, Tongrak quería contarle todo lo que nunca había dicho y
compartir cada sentimiento. Pero una parte de él se preguntaba...
¿Querría Mahasamut escucharlo?
"¡Heyyyyy! Hermano guapo, ¿eres tú?"
Fue entonces cuando la voz de alguien cortó el sonido de las olas, haciendo que el
hombre, que estaba a punto de desplomarse por el calor, levantara la vista. Y entonces
vio... esperanza.
"Soy yo, Palm. ¿Te acuerdas de mí?"
El joven familiar a quien Tongrak recordaba como el colaborador cercano de

Mahasamut.
Y eso hizo sonreír a Tongrak por primera vez en días.
Tongrak sólo podía oír su propia respiración jadeante, pero se negó a detenerse. Sus
pies, calzados con chanclas, golpearon la suave arena. Varias veces, su esbelta figura
casi se cae, pero se levantó y siguió corriendo, mientras su mente repetía su
conversación con Palm.
"Últimamente, Mut ha estado en la playa. Va allí todos los días, diciendo que está
mirando las estrellas. Estrellas, mi trasero. Va allí en pleno día".
Tan pronto como Tongrak escuchó eso, la imagen de la primera vez que se quedaron
mirando las estrellas juntos apareció en su mente.
Un día con brazos cálidos rodeándolo, una voz profunda cerca de su oído, ojos oscuros
enfocados solo en él y una sonrisa reconfortante mientras hablaba de su familia.
La imagen de esa noche todavía era vívida, pero la ubicación se había desvanecido.
Tongrak se esforzó por recordar adónde lo había llevado Mahasamut ese día,
recuperando el recuerdo para encontrar de nuevo el camino a esa playa, al lugar donde
solo había una estera y una vieja linterna y una noche que nunca olvidaría. Sus ojos
temblaban con gotas claras.
Por favor, no vuelvas a ir a ningún lado.
Tongrak jadeaba, su cuerpo se balanceaba y sus pulmones pedían aire a gritos, pero sus
piernas no se detenían. Finalmente, vio… un hombre alto sentado junto al mar.
Sólo un vistazo a su rostro fue suficiente para saber quién era.
Hombros anchos, cabello oscuro alborotado por el viento, piel bañada por el sol
increíblemente sexy y ojos profundos mirando al mar con todo el amor en su corazón.
...Mahasamut...
A pesar de buscarlo todo el día, Tongrak sólo pudo respirar profundamente y

permanecer impotente, contemplando la ancha espalda que siempre había sido tan
imponente para él.
¿Me perdonarás?
Sus hermosos ojos miraban con nostalgia a la figura alta, tratando de memorizar cada
detalle como para grabarlo en su corazón, pero sus labios estaban congelados,
demasiado asustados para siquiera pronunciar el nombre.
¿Tengo... todavía el derecho?
¿Aún puedo decir tu nombre?
Mahasamut.
Mahasamut.
Mahasamut.
"Mahasamut"
Su voz interior gritó tan fuerte que sus labios se movieron para pronunciar el nombre...
en un susurro.
El sonido debería haber sido ahogado por las olas del mar y perdido en la extensión de
agua azul, pero el hombre frente a él se giró... y sus ojos se encontraron.
Fue como si el tiempo se hubiera detenido, el viento dejara de soplar y el sonido de las
olas se desvaneciera en un instante.
A Tongrak le encantaba el cabello oscuro, la nariz prominente que le gustaba acariciar

contra la suya y los labios que lo provocaban con palabras molestas pero que eran más
dulces que cualquier otro. Le encantaba la fuerte mandíbula que siempre lo salpicaba
de besos. Amaba esos ojos agudos y penetrantes que sólo lo miraban a él.
Amaba a este hombre.

¿Por qué nunca se había dado cuenta antes? ¿Por qué había dejado que las cosas
llegaran a este punto?
"Señor Tongrak"
Como si la voz profunda lo devolviera a sus sentidos, Tongrak parpadeó rápidamente

para recuperar la compostura.
"¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó Mahasamut.
Aunque se decía a sí mismo que no quería perder a esta persona, la verdad era que
Tongrak no sabía cómo retenerlo. ¿Debería suplicar? ¿Debería pedir perdón? ¿Qué
palabras podrían ser la elección correcta cuando... Tongrak nunca había amado a
nadie?
Ya que Mahasamut fue quien le había enseñado todo.
Ahora no tenía ni idea.
Sus ojos color miel temblaron de confusión. No se atrevió a encontrarse con la mirada
penetrante y en su lugar desvió la mirada. Y entonces fue cuando vio algo: la pulsera.
Por favor.
Sin pensarlo bien, Tongrak rápidamente se quitó el brazalete y lo sostuvo frente a él.
"Pónmelo, por favor."
Tongrak no quería que Mahasamut hablara primero, pero daría cualquier cosa por
volver al momento en que el hombre frente a él le puso el brazalete en la muñeca, a
cuando la voz profunda le dijo que su corazón le pertenecía. Y él quiso responder,
decir... Yo también te amo.
“...”
Pero el hombre que siempre había sido gentil y protegido a Tongrak desde el momento
en que se conocieron ahora lo miró con dolor en los ojos.
Y eso hizo que el corazón de Tongrak se le cayera hasta la boca del estómago.
El hombre más alto dio un paso adelante para tomar el brazalete, sus ojos penetrantes
lo examinaron, seguido de... una sonrisa amarga.
"Mahasamut..."
"¿Viniste aquí para lastimarme?"
"Espera no…"
"Entonces ¿por qué estás aquí para causarme más dolor?"
Una vez más, Tongrak sintió como si el mundo se hubiera detenido, pero no como
antes. Era como si se estuviera derrumbando justo frente a él, con esos ojos penetrantes
atravesando los suyos.
"Si viniste a meterte con mis sentimientos, lo lograste".
No, no es eso.
"Te lo dije, ¿no? Mis sentimientos, mi corazón, no los quiero recuperar. Pero parece
que tú tampoco los quieres; de lo contrario, ¿por qué vendrías a este ridículo lugar?
¿Quieres ¿Tanto quieres devolvermelos, Sr. Tongrak?”
"No lo quise decir así..."

"¿¡Entonces por qué estás aquí!? ¿Para mostrarme que mis sentimientos son tan
inútiles que vienes a pisotearlos otra vez?" De repente, el hombre que casi nunca le
había levantado la voz gritó, su gran mano agarraba el brazalete con tanta fuerza que
sus nudillos se pusieron blancos, pero su mirada aguda nunca vaciló, todavía fija en los
ojos que reflejaban su corazón casi destrozado.
Sus miradas se encontraron, la brisa del mar silbaba en sus oídos y Mahasamut se
limitó a esbozar una sonrisa irónica.
"Si no lo quieres, simplemente tíralo".
En ese momento, Mahasamut hizo algo que casi hizo colapsar a Tongrak.
"Espera espera..."
No, por favor, no.
Mahasamut se giró y arrojó el objeto que tenía en la mano al mar, dejando a Tongrak
con los ojos muy abiertos y paralizado. No tenía fuerzas para perseguir el brazalete y
se quedó allí parado como un tonto en estado de shock, porque tanto su mente como
su corazón supieron instantáneamente que era demasiado tarde.
Se había hundido en el mar.
"¿Por qué... por qué hiciste eso?"
"Tú eres quien hizo esto. ¿Por qué?"
¿Qué hice?
Tongrak miró en lugar de hacer una pregunta, incluso mientras su corazón lloraba, y
una vez más, el hombre frente a él sonreía con autoburla.
"Tú mismo me dijiste que no querías amor y que no querías amar a nadie. Nuestra
aventura fue solo un contrato. Lamento haberte impuesto estos sentimientos, pero
también quiero decirte que no importa cuánto me pagues, no volveré. Porque lo que
puedo ofrecerte no se puede comprar con dinero."
¿Mahasamut pensó que vine aquí sólo para llevarme a un hombre conmigo?
Eso es lo que te mereces, Rak. Le queda bien a alguien como tú.
"Por favor, regresa. Hay muchos hombres que agradecerían tu oferta. Resulta que
ahora mismo estoy ocupado cuidando de mi ciudad natal", finalizó Mahasamut y dio
un paso atrás. La distancia entre ellos aumentó sólo ligeramente, pero se sentían como
si estuvieran a kilómetros de distancia.
Se va, Rak. Haz algo, cualquier cosa.
Su corazón le gritaba a su cerebro, pero en realidad estaba paralizado. Ni siquiera

podía atreverse a hablar para evitar que el otro hombre se fuera, extender la mano y
agarrar su camisa, o cerrar la brecha entre ellos porque el miedo se aferraba con fuerza
a su corazón.
Mientras permanecía congelado en su lugar, Mahasamut ya se había alejado, dejando

sólo sus ojos siguiendo suplicantes a la figura que se alejaba.
"Oh, te dije que no lo tomaría de vuelta. Si no lo quieres, tíralo tú mismo".

Fue entonces que la figura alta se giró y presionó algo en su palma, un toque familiar
que lo hizo mirar hacia abajo para ver… el brazalete con dos colgantes.
"No me hagas deshacerme de mi propio corazón".
Mahasamut se había ido, dejando a Tongrak allí de pie, sintiendo con las yemas de los
dedos el áspero brazalete de cuero, recordándose a sí mismo que todavía estaba allí en
su mano, que no había desaparecido en ninguna parte. Y eso hizo que Tongrak se lo
apretara contra el pecho.
Aunque el corazón de Mahasamut todavía estaba con él, ¿por qué le dolía tanto?
[¿Estás llorando?]
"No, no lo estoy."
[No me mientas, Rak.]
En una noche sin luna, Tongrak estaba sentado encorvado en la lujosa cama del lujoso
resort en el que una vez se había hospedado. Su teléfono estaba en el altavoz frente a
él, pero no prestó atención a la voz de su mejor amiga al otro lado de la línea, con la
mirada fija en el brazalete que tenía en la mano.
No sabía cómo había regresado a su habitación. Desde que Mahasamut se fue,

permaneció inmóvil, como un tonto que no sabía qué hacer. Pero no le estaba
mintiendo a Vi. No estaba llorando, ni lamentándose ni gimiendo, pero sentía como si
una mano invisible apretara su corazón, haciéndolo sentir como si estuviera muriendo.
"No lo estoy... Vi, duele. Duele mucho".
[Uf… ¿ya le dijiste cómo te sientes?]
"Tengo miedo", confesó Tongrak débilmente, hundiendo el rostro en las rodillas.
"No puedo decirlo. No sé qué palabras usar. ¿Debería disculparme primero? ¿Qué
debo hacer? Nunca antes he amado a nadie. Mahasamut dijo que le dolía verme.
¿Cómo puedo decirle eso? ¿Lo amo? Deberías haber visto los ojos de Mahasamut.
Fue como... como si hubiera venido aquí sólo para lastimarlo, Vi, no quiero que me
odie.
Tongrak escuchó un suspiro desde el otro lado de la línea, pero realmente no sabía qué
hacer. Esos ojos estaban grabados detrás de los suyos...
Los ojos de alguien que parecía gritar: "No vuelvas a lastimarme otra vez".
[¿Entonces simplemente te vas a rendir así?]
"No,"
Tan pronto como su mejor amiga preguntó, Tongrak tuvo una respuesta inmediata. No
quería darse por vencido. No quería volver a su condominio y vivir solo otra vez.
Quería que Mahasamut estuviera a su lado, que se despertaran juntos, que se sentaran
y tomaran un café juntos, en cualquier lugar. Sólo quería que Mahasamut estuviera con
él.
Entonces no. No quería volver.
[Entonces inténtalo a tu manera.]
Fue entonces cuando Tongrak miró su teléfono con el ceño fruncido, antes de que sus
ojos color miel se iluminaran con esperanza una vez más.
Sí, incluso si no se atrevía a decírselo a la cara, se salía con la suya, su propio método
único.
…
Mucha gente dice que el mar de noche parecía aterrador porque no se diferenciaba de
un enorme bloque de agua deoscuridad total, impredecible en sus estados de ánimo.
Pero para alguien nacido y criado en esta isla, el mar nocturno era sinónimo de
tranquilidad. A Mahasamut le gustaba la brisa fresca de la noche, que no era tan
sofocante como durante el día. Le gustaba caminar descalzo, dejando que las olas le
acariciaran los tobillos.
Ésta siempre había sido la paz del joven hasta hoy.
Después de regresar de Bangkok, caminaba junto al mar casi todas las noches,
liberando su corazón, su dolor y sus recuerdos al viento. Siempre lo había hecho, pero
no ahora.
Aunque sus rasgos afilados permanecieron impasibles, su corazón estaba lleno de

confusión.
¿Por qué vino Tongrak aquí? ¿Qué más quería de mí? ¿Y qué significaba esa mirada en sus
ojos? ¿Te arrepientes de haberme abandonado?
"No seas tan tonto", se dijo a sí mismo con voz profunda.
El otro había declarado sin rodeos que lo que había entre ellos no era más que dinero y
un contrato. ¿Qué más podría esperar?
El joven caminó hasta el lugar donde se acababan de encontrar esa tarde, sabiendo
muy bien que era una tontería.
"Soy como un idiota".
¿Qué esperaba? ¿Ese Tongrak todavía estaría aquí sentado esperándome?
Mahasamut miró el lugar donde había estado Tongrak, solo sonrió para sí mismo y
luego se dejó caer para sentarse.
Aunque su corazón le decía que no esperara nada, ¿estaba mal que ahora quisiera
saber por qué Tongrak había venido aquí?
"Huh."
Al final, Mahasamut se resignó a ser un tonto.
Mahasamut intentó ignorar la voz en su cabeza, a pesar de que no podía dormir y tuvo
que levantarse de la cama antes del amanecer para preparar el equipo para el pequeño
grupo de buceo de hoy. Ya se habría subido al barco si no fuera por Palm, que corrió
hacia el muelle y le hizo señas frenéticas para que esperara.
"¡Mut, Brooooo, espérame!"
"¿Qué te pasa? ¿No dijiste que querías el día libre?"
"Sí, hermano, pedí un día libre, pero surgió un trabajo urgente, ¿sabes?"
Mahasamut miró a Palm con sorpresa y sus espesas cejas se arquearon en lugar de una
pregunta. Le dio a Palm una mirada que claramente decía que si esto era una broma,
alguien la entendería, lo que hizo que el joven sonriera ampliamente.
"El hermano guapo dijo que tiene algo para ti".
"... No lo quiero."
A Mahasamut le tomó un momento forzar las palabras mientras se giraba para lidiar
con las cuerdas atadas al bote, fingiendo estar ocupado hasta que Palm rápidamente lo
agarró del brazo con fuerza.
"Espera, espera, escúchame primero, hermano".
"No quiero oírlo, maldita sea."
"El hermano guapo dijo que pedirá esto como último pedido y que no pedirá nada
más".
El oyente hizo una pausa. Su corazón dio un vuelco y sus manos, que intentaban
soltarse del molesto niño, se congelaron. Sus agudos ojos se volvieron hacia su
subordinado cercano, quien asintió vigorosamente.
"Dijo que pediría esto como última solicitud y que nunca volvería a mostrarte la
cara".
Aunque se había dicho a sí mismo que debía dejarse llevar, Mahasamut sintió una
punzada de pérdida en el momento en que supo que no volverían a verse.
Su vida y la de Tongrak nunca debieron cruzarse desde el principio. Era sólo un isleño.
Tongrak era un escritor famoso que vivía una vida lujosa en la gran ciudad. El hecho
de que se hubieran visto siquiera una vez fue un milagro. Entonces, si se tomó la
decisión de no verse, probablemente no se volverían a ver en el resto de sus vidas.
Y eso hizo que Mahasamut se apretara con fuerza el tatuaje en la base de su cuello.
Una última vez. Sólo una última vez más.

Capítulo 33
Tongrak Mahasamut
Mahasamut nunca pensó que volvería a estar frente a la misma habitación con la
misma tarjeta de acceso. No pudo evitar recordar la primera vez que abrió la puerta de
esta habitación. Una leve sonrisa apareció en las comisuras de sus labios al pensar en el
gato somnoliento que le había hinchado el pelaje. Pero luego la sonrisa se desvaneció y
sus ojos penetrantes mostraron un momento de vacilación antes de usar la tarjeta de
acceso que tenía en la mano para entrar a la habitación.
No estaba seguro de cómo se sentía con respecto al vacío dentro de la habitación.
"Soy como un idiota".
¿Qué estoy esperando? ¿Que el señor Tongrak estaría allí, dándome la bienvenida con una
sonrisa?
El hombre alto no pudo evitar sentir autocompasión porque, por muy incómodo que
fuera, todavía quería ver a esa persona.
El joven apartó esos pensamientos de su mente y entró en la habitación, examinando

los alrededores. Y muy pronto... allí estaba, tal como Palm había dicho, sentado sobre
la mesa.
"El hermano guapo tiene algo para ti".
Al principio, pensó que era ese brazalete, pensando que la otra parte acababa de
devolverlo. Pero Mahasamut nunca imaginó que lo que vería sería una pluma.
Un bolígrafo y una sola hoja de papel que dijera:
...Lamento no haber sido lo suficientemente valiente para decírtelo en persona, pero por favor
escucha sólo esta vez...
Si Mahasamut nunca lo hubiera visto antes, podría haber pensado que era
simplemente un bolígrafo común y corriente. Pero sabiendo cómo funcionaba, se
detuvo un momento antes de decidir quitar la tapa del bolígrafo para conectarlo a un
pequeño altavoz que estaba colocado al lado.
Maldita sea.
Aunque estaba aterrorizado por lo que podría haber dentro de esa pluma, el último
resquicio de esperanza hizo que Mahasamut presionara play. Esperó con el corazón
tembloroso, temiendo que fuera sólo un adiós. Así, el silencio se prolongó, sintiéndose
tan largo como una eternidad.
"... Lo siento, Mahasamut."
Mahasamut reconoció al instante la voz de Tongrak. Sólo la primera frase hizo que su
corazón se desplomara.
¿Por qué te disculpas conmigo?
"Quiero pedirte disculpas por todo lo que he hecho, por ser egoísta, por ser un
cobarde que hirió tus sentimientos, por ni siquiera tener el coraje de aceptar la
verdad. Pero tengo miedo, Mahasamut. Toda mi vida, he tenido miedo de amar a
alguien. Tengo miedo de terminar como mi madre, mi hermana y todos los que me
rodean. Cuando te conocí, tuve tanto miedo que arruiné todo. Pero es porque nunca
amé a nadie hasta que te conocí a ti..."
Mahasamut se quedó quieto como un idiota, escuchando la voz temblorosa que

revelaba lo asustado que estaba el hablante de confesar estas cosas.
"...Tú me enseñaste lo feliz que es tener a alguien. Quiero despertar y ver tu cara,
acostarnos juntos, escucharte preguntar si estoy cansado o hambriento, y quiero
preguntarte lo mismo. Quiero llorar y ser felices juntos. Aunque lo he soñado, todo
esto es una novedad para mí. Entonces, quiero decirte..."
El joven apretó el puño hasta que se puso blanco y vio el hermoso rostro de la persona
que estaba frente a él llorando.
La persona que se lo decía con todo el esfuerzo que tenía.

"Lamento amarte. Lamento darme cuenta cuando ya es demasiado tarde..."
Y luego,
"...Mahasamut, te amo."
Fue entonces cuando el alto agarró el bolígrafo y salió de la habitación, acelerando sus
pasos antes de echar a correr. Sus ojos brillaron con lágrimas claras.
No, no es demasiado tarde. ¡Esta vez no puede ser demasiado tarde!
Tongrak se sentó contemplando el mar, más tranquilo que de costumbre, dejando que
la brisa acariciara su cabello contra sus suaves mejillas. Una pequeña sonrisa apareció
en sus labios.
Al menos lo había intentado.
Había escrito docenas de novelas, casi cien libros, pero aquella era la primera vez que
Tongrak sentía que era tan difícil transmitirle a alguien lo que sentía. Al final, sólo
quería decir... que amaba a Mahasamut.
Tongrak Mahasamut. (Tienes que amar a Mahasamut.)
Fue extraño cómo el chiste sobre sus nombres se convirtió en realidad.
Tongrak no supo cuando el nombre dejó de ser sólo un nombre, que significaba "deber
amar", y se convirtió en el hecho de que "quería amar" tanto al chico...
Su nombre parecía una orden, era como si lo estuvieran coaccionando, pero fue
Tongrak quien voluntariamente se dejó obligar. Lo único que le quedaba era esperar
que este primer y posiblemente último esfuerzo de un hombre inexperto en cuestiones
amorosas diera frutos.
"Sigue amándome, por favor".
Esta vez fue su turno de suplicar amor.
"¡Señor Tongrak!"
En ese momento, una voz profunda y familiar lo llamó desde atrás, asustándolo y
haciéndolo darse la vuelta. Allí, Tongrak vio al hombre jadeando pesadamente, el
hombre que lo había estado buscando desde que terminó el mensaje, el hombre que
avanzó y se detuvo justo frente a él, lo que provocó que Tongrak se levantara y lo
mirara con nerviosismo.
¿Se enojará Mahasamut conmigo? ¿Me regañará? ¿Él... me rechazará?
“¡¡!!”
De repente, unos brazos fuertes lo abrazaron, el calor del cuerpo del otro chocó contra
su piel. El fuerte agarre alrededor de la cintura de Tongrak lo retuvo como si temiera
que desapareciera, tan firme que le dijo al hombre pálido que esto no era un sueño sino
una realidad.
"Mahasamut", susurró débilmente Tongrak.
"¿Sí, señor Tongrak?"
"Mahasamut"
"Estoy aquí."
"Mahasamut"
"¿Sí?"
"Sollozo, Mahasamut."
"Te amo."
Después de esas palabras, Tongrak abrazó con fuerza al hombre frente a él como si
tuviera miedo de perderlo.
"Lo siento, lo siento por hablarte así, por lastimarte, lo siento..."
Mahasamut empujó al hombre en sus brazos un poco hacia atrás, pero lo

suficientemente cerca como para sentir su respiración, antes de que su hermoso rostro
descendiera con una sonrisa.
"No quiero escuchar disculpas tuyas".
"Entonces, ¿qué debo decir? Dímelo. Haré lo que quieras, lo que quieras, todo".
"Entonces, ¿puedes decirme cómo te sientes?"
“...”
"Ahora, frente a mí, dímelo", imploró el hombre más alto.
Mientras Tongrak miraba a los ojos al hombre que temía que se enojara o lo odiara, fue
extraño que tan pronto como sus ojos se encontraron, vio algo, algo que había tratado
de ignorar todo el tiempo: la persona que lo había estado mirando con esa mirada
durante bastante tiempo.
La persona a la que desesperadamente quería contárselo.
"Te amo."
"Sí."
"Te amo, Mahasamut."
"Sí."
"TongrakMahasamut... esto realmente está sucediendo".
Y eso hizo sonreír al hombre frente a él. Mahasamut inclinó la cabeza hacia la
izquierda, revelando algo que Tongrak no había notado desde que se reunieron: una
pluma que dibujaba el número 8 horizontalmente.
¡Era un tatuaje!
Un tatuaje de una pluma dibujando un símbolo que conocía bien... el infinito.
"Me gusta el número 8."
"Sí, lo creo."
Mahasamut sonrió y se inclinó hasta que sus frentes se tocaron.
"Yo también te amaré infinitamente".
Tongrak sonrió, entregándoselo al hombre frente a él, sus brazos rodeando el fuerte
cuello, inclinando su cabeza para recibir un dulce beso que presionó suavemente
contra sus labios... gentil... dulce... lleno de muchas palabras. ... diciendo... Te amo
tanto.
En medio del sonido de las olas rompiendo contra la orilla, el silbido de la brisa marina
y el agua azul profundo que refleja la luz del sol en medio de la naturaleza como
testigo, una sonrisa de felicidad se extendió por sus corazones cuando Mahasamut y
Tongrak se dijeron cuánto se amaban.
La luz del sol de la mañana entraba a través de las pesadas cortinas en la lujosa
habitación, despertando al apuesto hombre de piel clara y suave. Abrió lentamente sus
ojos color miel, parpadeando para ajustar su visión, y lo primero que vio fue esa
mirada penetrante mirándolo directamente.
El dueño de estos ojos era un hombre bañado por el sol y de cabello oscuro.
El hombre que había estado acostado de lado observándolo durante quién sabe cuánto
tiempo sonrió tan pronto como vio a Tongrak despertar.
"Hola."
Y todo lo que Tongrak pudo responder fue...
"Hola."
Fue solo un breve saludo, pero hizo que sus corazones se hincharan como si
entendieran al instante.
Sólo querían despertarse y verse a primera hora.
La mano áspera que se sentía tan fuerte tocó su pálida mejilla, acariciándola
suavemente, y Tongrak tomó esa mano, presionando su mejilla contra ella como si
fuera afectuoso.
"¿Dormiste bien?"
"Mm, tuve un buen sueño. ¿Tú?"
"Igual."
"¿Qué soñaste?" Tongrak sonrió.
Y Mahasamut respondió inmediatamente.
"Soñé contigo."
Esa respuesta provocó una sonrisa en el bonito rostro de Tongrak, tan irresistible que
uno no podía evitar inclinarse para presionar un beso contra esos vívidos labios rojos.
"Es hora de levantarse", dijo Tongrak con una sonrisa. Mahasamut luego abrazó su
esbelta figura.
"Sólo dame cinco minutos más".
Loco, ¿por qué no puedo dejar de sonreír?
El hombre más alto trató de aferrarse a él como si fuera una almohada para el cuerpo,
lo que Tongrak admitió que no se parecía a ninguna relación que hubiera tenido antes.
Curiosamente, este simple acto de despertarse y charlar le trajo una increíble cantidad
de felicidad.
Sabía que todavía había mucho que aprender, pero mientras Mahasamut fuera el
maestro, Tongrak estaba dispuesto a ser un estudiante ejemplar.
"Te amo."
Empezando por confesarle su amor a este hombre.
El que estaba listo para responder...
"Yo también te amo, Tongrak."
Eso fue suficiente.
Tongrak siempre había tenido miedo: miedo de salir herido, miedo de amar y miedo
de perder. Pero Mahasamut intervino y le enseñó la lección más valiosa.
Sin duda, sus vidas encontrarían muchas cosas, tanto alegrías como tristezas, sonrisas
y lágrimas. Sin embargo, Tongrak creía que con Mahasamut lo superarían todo juntos.
Su hermosa mano tocó la fuerte mandíbula del otro, acariciándola suavemente, luego
dijo con una sonrisa:
"TongrakMahasamut."
"Sí, Tongrak Mahasamut."
"Ahora si."
Y con eso, compartieron una risa...
Epílogo
"Cuando te seguí, ya me había fijado un límite de tiempo desde el principio porque de

todos modos no podía salir de esta isla".
Tongrak había estado en la isla durante dos semanas desde el día en que llegaron a un
acuerdo. En ese momento, estaba sentado en una glorieta dentro del resort, recostado
contra una almohada gruesa y lujosa que descansaba sobre una silla de madera oscura.
Sus ojos de color claro, que reflejaban la luz del sol y parecían de color miel,
contemplaban las vívidas aguas azules, pensando en las palabras de su amante.
'Amante'- una palabra extraña, pero hizo que Tongrak sonriera con una sensación de
calidez.
Tuvo su primer y único amante.
La gente de la familia Taksakorakarn era conocida por su amor duradero: amar de

verdad, durante mucho tiempo y con firmeza, hasta el punto de parecer tontos.
Su madre amaba a su padre hasta el punto de la obsesión. Su hermana se aferró a su

amor pasado y se negó a permitir que nadie más se convirtiera en una nueva figura
paterna para su hija. Y parecía que el propio Tongrak no era diferente.
Tongrak pensó divertido, pero cuando sus pensamientos volvieron al mismo tema, ya
no era divertido.
Mahasamut no tenía intención de abandonar la isla.
Tongrak sabía que su amante apreciaba profundamente el mar, las playas de arena y
esta isla y estaba decidido a preservar su belleza natural durante el mayor tiempo
posible. Le encantaba eso de Mahasamut. Vale, no era un problema insuperable ya que
el otro había dicho que regresaría a Bangkok durante la temporada baja, pero no fue
suficiente para Tongrak.
Puede que Tongrak escribiera novelas sobre el amor, pero vivía en un mundo donde las
relaciones a distancia no funcionaban.
¿Cuántos de sus amigos habían roto mientras estudiaban en Canadá? O incluso

aquellos que tuvieron pareja mientras estudiaban allí terminaron casándose con otra
persona aquí. ¿Cómo podría aceptar estar separados por largos períodos? De ninguna
manera. Por suerte, Tongrak era escritor, una profesión que podía declarar con orgullo
le permitía trabajar desde cualquier lugar. Mientras existiera Internet, Sao ya podía
seguir su trabajo desde cualquier lugar.
Entonces Tongrak dijo que él también se quedaría aquí.
Eso hizo reír a Mahasamut a carcajadas.
"Aquí no hay ninguna clínica de belleza, ¿sabes?"
Eso fue suficiente para hacer que el rostro de Tongrak se torciera.
Maldita sea, el amor era una cosa, pero descuidar su cuidado personal era simplemente
inaceptable.
Todavía tendría que ir a la ciudad por asuntos personales, sin mencionar el trabajo en
Bangkok. No olvidemos que no sólo tuvo que escribir libros sino también ocuparse de
documentos, contratos, eventos de libros o vender derechos para adaptaciones de
series. Ah... y no olvidemos el trabajo de traducción, que a veces requería reuniones
con agencias y todos los trámites inmobiliarios que su madre le encargaba para los
alquileres.
Al final llegaron a la conclusión de que pasarían seis meses en la isla y seis meses en
Bangkok.
¡Pero!
Sí, todavía había un 'pero'... ¿dónde se quedaría Tongrak?
"Tu casa."
"¿Realmente puedes quedarte allí?"
"Sí."
"¿De verdad?"
Cuando se enfrentó a la mirada aguda y ligeramente idiota de la persona que

preguntaba, Mahasamut se vio incapaz de discutir porque Tongrak, a pesar de insistir
en que podía quedarse, sabía que la casa de madera construida sobre el mar, conectada
sólo por una pasarela de concreto, y Lo más importante es que sin aire acondicionado
(sólo un ventilador) sería difícil para una persona de ciudad acostumbrada a la
comodidad como Tongrak.
Esto quedó demostrado por el hecho de que durante las últimas dos semanas, solo
había pasado dos noches en casa de Mahasamut.
No es que Tongrak no pudiera soportar las dificultades, pero alguien fue más
perspicaz.
"Preferiría dormir contigo en el resort".
"Puedo quedarme aquí".
"Pero mi habitación está caliente, la tuya tiene aire acondicionado. Es un desperdicio

de dinero alquilar y no dormir allí. No me gusta que mi novio derroche".
Fue entonces cuando Tongrak aceptó.
Durante las últimas dos semanas, cada vez que Mahasamut terminaba de trabajar, iba
al complejo a buscar a Tongrak. Pero aun así, un centro turístico no era un hogar. No
importa lo cómodo que fuera, no era su casa juntos, no el lugar donde vivirían sus
vidas. Ahora Tongrak tenía que considerar seriamente qué hacer.
"¿Qué tengo que hacer?"
El hombre murmuró suavemente y luego suspiró profundamente.
Parecía no ser consciente de la mirada de adoración de la chica asiática en el puesto

vecino. Bueno, Tongrak era el epítome de la belleza masculina: ojos deslumbrantes,
una nariz de puente alto, una mandíbula definida y una piel de porcelana tan
impecable que parecía sin poros. Entonces, un hombre así, vestido solo con un traje de
baño holgado y una camisa suave desabrochada que revelaba un estómago pálido,
parecía preocupado, lo que hacía que uno quisiera acercarse y ofrecer algo de consuelo
de inmediato.
"¿Por qué estás desnudo?"
Fue entonces cuando una mano áspera se extendió desde atrás y cerró la camisa de
Tongrak. Esto lo obligó a inclinar la cabeza hacia atrás para ver un rostro áspero y un
hombre bañado por el sol que lo regañó. Sin embargo, la persona le hizo esbozar una
amplia y encantada sonrisa, sus hermosos ojos brillaban como un gatito al ver a su
dueño regresar a casa.
Esta visión hizo que Mahasamut se desmayara.
"¿Cansado?" -Preguntó Tongrak.
Maldita sea, y luego tiene que ir y ser adorable además.
El hombre más alto no pudo resistirse a inclinarse para plantar un intenso y

satisfactorio beso, complacido por el sonido que hizo al llegar al puesto vecino.
Mahasamut vislumbró a las chicas haciendo pucheros decepcionadas y luego se volvió
hacia el que felizmente no era consciente de ser el centro de atención.
"¿Por qué no te has abrochado los botones?"

"Hace calor."
Claro, por supuesto. Al propio Mahasamut le gustaba caminar en pantalones cortos,

pero esto era frustrante.
"Pero el sol arruinará tu piel, ¿sabes?"
Eh, mencioné que estaba desnudo y no le importó. Pero en lo que respecta a la piel, se abotonó
sin problemas y parecía tan obediente como un niño de tres años.
Mahasamut se rió entre dientes y se sentó junto a Tongrak. Entonces...
"¿Qué estás haciendo?" -Preguntó Tongrak.
Porque Mahasamut no pudo evitarlo. Al ver una gota de sudor en la sien de Tongrak,
simplemente se inclinó para lamerla, disfrutando el sabor salado contra la piel suave
que sin lugar a dudas le daba un aspecto sexy. Escuchó la protesta, pero el manifestante
no se apartó.
"Limpiándote el sudor", respondió.
"¿Así es como lo hace la gente por aquí?"
"Sí, lo hacemos. Acostúmbrate. Ahora eres mi novio".
"Entonces, ¿debo ser tan pervertido como tú?"
Mahasamut enarcó una ceja y se inclinó para mirar a Tongrak a los ojos.
La visión hizo que el corazón de Tongrak se acelerara: el hombre de rasgos afilados y

ojos salvajes lo miraba directamente, y sí, Mahasamut había sido su tipo desde el
momento en que se conocieron, sin contar que lo arrastraron a una bicicleta de carga. Y
ahora, la piel oscura, el cuerpo firme que conocía demasiado bien, se acercaba, el calor
del cuerpo de Mahasamut y el limpio y ligeramente perfumado mar le hacían
cosquillas en la nariz.
Este hombre lo estaba mirando, esperando una respuesta que hizo que el corazón de
Tongrak se acelerara.
Y no era sólo su corazón el que latía aceleradamente.
Su estómago sintió un calor repentino y desvió la mirada, escuchando una risita del
hombre que se dio cuenta.
El hombre se inclinó y susurró suavemente: "¿Y cómo me mordiste anoche no era ya

pervertido?"
Las mejillas de Tongrak ardieron, no por la timidez sino por el recuerdo de la noche
anterior.
Sí, Tongrak había mordido a Mahasamut por todas partes.
¿Qué podía hacer? Le encantaba la voz profunda y ronca que pronunciaba su nombre
con satisfacción.
"A ti también te gusta lamerme", replicó Tongrak, y eso hizo que Mahasamut sonriera
ampliamente.
"Por supuesto, soy como un perro con un hueso. Si sigues alardeando así, esta noche
no se tratará sólo de lamer".
"¿No se suponía que estarías en un barco mañana a las cinco de la mañana?"
"Entonces esta noche dormiremos a las ocho. Sólo necesito una hora", la voz de
Mahasamut se apagó, sus ojos brillaban mientras miraba directamente a Tongrak.
"Estoy seguro de que puedo cansarte tanto que no te quedará energía".
Maldición. ¿Cuándo oscurecerá?
Tongrak se mordió el labio, luego rápidamente se apartó del amplio pecho, se levantó,
se sacudió la arena y declaró con la barbilla levantada: "Entonces vamos a cenar. Tengo
hambre".
El oyente se rió a carcajadas: "Son sólo las cuatro y media".
"Estoy tratando de perder peso. Vi me dijo que no comiera nada después de las
cuatro".
Tongrak se disculpó en silencio con su amigo. Vi comía cuando estaba estresada, comía
y luego hacía dieta, un ciclo interminable. Pero Tongrak nunca había tenido que lidiar
con problemas de peso en toda su vida. Entonces, ¿qué había de malo en querer comer
a las cuatro y media?
"Entonces no deberías comer ahora."
Aún así… la molestia nunca cesó.
“...”
Tongrak guardó silencio.
La visión del apuesto hombre de rostro enfurruñado hizo sonreír a Mahasamut,

ofreciéndole una alternativa.
"¿Qué piensas de que vayamos a la habitación ahora y solicitemos servicio de

habitaciones alrededor de las 7 p. m.?"
"Está bien, puedo saltarme la dieta por un día".
"Ha ha ha!"
Tongrak quería mirar a alguien por darse cuenta de su intención, pero le encantaba esa
risa. Le gustaba cómo el hombre alto se reía a carcajadas sin preocuparse, con sus ojos
penetrantes sólo fijos en él. Entonces, cuando Mahasamut se acercó, tomó su mano y lo
condujo de regreso a la habitación, el guapo no puso objeciones.
Por supuesto, ¿quién se sentaría y esperaría para pedir el servicio de habitaciones?
Dado que su amante tenía que partir para un viaje de buceo a las cinco de la mañana,
bien podrían comenzar su actividad el uno para el otro antes de que se pusiera el sol.
Esto es por el bien de Mahasamut, para que el hombre pueda descansar lo suficiente.
Si el alto escuchara este pensamiento, probablemente diría... 'Somos realmente perfectos el

uno para el otro'.
Ah, y Mahasamut también se echaría a reír.
"¿Este lugar está bien para ti?"
"No está junto al mar".
"Bueno, todas las zonas costeras están ocupadas por centros turísticos".
"Pero quiero uno junto al mar".

"Eres tan quisquilloso como Mut, ¿sabes?"
Tongrak sabía que no era la persona más paciente. Qué suerte tenía de tener a
Khaimook como asistente personal. ¿Estaría mal si pensara en su hermana pequeña en
un momento como este cuando buscaba algo que se adaptara a sus gustos?
Pero conocía a muy poca gente en esta isla y sus opciones eran limitadas. Uno de ellos
era este tipo... Palm.
Alguien que lo contradijo en cada frase. El niño le recordaba a alguien.
Oh, por supuesto, el niño era como su poderoso jefe.
Tongrak suspiró profundamente, preguntándose si debería llamar a Khaimook para

que viniera aquí, pero sabía que su hermana estaba ocupada renovando un
condominio de su propiedad, ya que el inquilino anterior había dejado un gran
desastre. El hombre aprovechó la oportunidad para renovar y planeó aumentar el
alquiler.
En conclusión, Tongrak tuvo que encargarse de esto él mismo.
"¿No dijiste que conoces mejor la isla?"
"¿Me estás subestimando, hermano Rak?"
"Sí."
Tongrak respondió simplemente, sin importarle la expresión herida de Palm, y volvió a

preguntar: "Así que sólo sabes esto, ¿verdad? Haré que alguien más me busque".
"¡Espera, espera, espera! Oye, no seas tan impaciente. No es bueno para tu corazón.
Tranquilízate; puedo encontrar uno para ti. Vamos a ver dos o tres lugares más; tal
vez te interese uno", Palm rápidamente agarró con fuerza el brazo de su hermano
guapo, poniendo una cara de lástima. Pero tan pronto como Tongrak miró su mano,
Palm la soltó rápidamente, murmurando en voz baja que alguien era estricto.
"Entonces vayamos a ver un lugar nuevo, ¿de acuerdo?"
Palm abrió el camino mientras Tongrak simplemente sacudía la cabeza.
No sabía si Palm simplemente seguía sus órdenes porque lo veía como el novio del jefe
o porque Tongrak decía que daría buenas propinas si encontraba el lugar correcto. Pero
probablemente fue lo último.
Tongrak pasó medio día buscando el lugar perfecto, pero nada le agradaba. Si no era
de difícil acceso, no era por el mar. Sabía que había un hombre al que le gustaba
sentarse y mirar el mar, y esa imagen le gustaba tanto que quería verla todos los días.
Entonces, el criterio principal para esta búsqueda terrestre fue que tenía que ser junto
al mar.
"¿Podemos parar a comprar un poco de agua primero? No puedo soportarlo más.

Mira, estoy empapado de sudor".
A veces, Tongrak quería preguntar quién era exactamente el que estaba acostumbrado
al lujo y la comodidad.
Tongrak suspiró y miró a Palm, quien sonrió tan pronto como Tongrak aceptó.
Al final, Palm lo llevó a una cafetería cercana, donde fue directamente a pedir bebidas,
sabiendo muy bien que Tongrak pagaría.
Sin embargo, Tongrak no lo siguió de inmediato mientras miraba hacia el edificio

frente a él.
El edificio era antiguo pero no estaba en ruinas. Al contrario, parecía poderosamente

antiguo. Su ubicación a la orilla del agua, con el mar de la playa bañando
periódicamente, hizo que los ojos de Tongrak brillaran. Miró hacia el balcón del
segundo piso que daba a la playa, desde donde entraría la luz del sol de la mañana.
De repente, pudo ver a Mahasamut sentado en el balcón con una taza de café tendida
hacia él.
Tongrak cerró los ojos, sintió la brisa del mar golpear su rostro e inhaló el aroma limpio
y fresco del mar.
Cuando Tongrak volvió a abrir los ojos, descubrió... lo había encontrado.
Éste era el lugar.
"Mahasamut, Mahasamut, Mahasamut."
"Espera, espera, cálmate. ¿Qué pasa?"
"Estoy simplemente emocionado."
"Puedo verlo."
Después de encontrar la ubicación perfecta, Tongrak pasó casi una semana negociando
con el dueño de la cafetería, ofreciéndole varias propuestas hasta que llegaron a un
acuerdo sin decirle a Mahasamut una sola palabra al respecto (incluido mantener
callado a Palm con una importante suma de dinero). Finalmente, hoy, Tongrak tenía lo
que quería en sus manos.
Un viejo trozo de papel blanco que quería que el otro hombre viera primero.
Entonces, cuando Tongrak vio a Mahasamut sentado en el porche, no dudó en correr,

pronunció el nombre tres veces y se dio cuenta de lo largo que era el nombre de su
novio, o tal vez fue porque nunca había querido llamarlo tanto antes. Mahasamut miró
divertido y acercó a Tongrak para que se sentara a su lado.
"¿Qué está pasando? ¿Y qué es eso?" preguntó el hombre del sur, mirando el sobre en
la mano de Tongrak.
Y eso hizo dudar a Tongrak.
¿Debería haberle avisado antes de seguir adelante con todo esto?
"¿Señor Tongrak?"
Al demonio.
Con ese pensamiento, Tongrak le entregó el sobre.
"¿Por qué pones esa cara?"
"Estaba pensando... tal vez debería habértelo dicho primero. Pero también quería
sorprenderte", dijo Tongrak en voz baja, mirando hacia abajo. Nunca antes se había
enamorado y siempre actuaba sin consultar a nadie. Quizás esta vez había ido
demasiado lejos y su hermoso rostro cayó.
El hombre más alto lo miró con curiosidad antes de sacar los documentos del sobre…
Mahasamut se quedó sin palabras.
"¿Estás enojado?" Preguntó Tongrak con ansiedad.
“...”
"¿Estás realmente enojado?"
“...”
"Lo siento. Sólo quería sorprenderte. Quería que estuvieras seguro de que realmente
estoy aquí contigo". dijo Tongrak. Como Mahasamut permaneció en silencio, Tongrak
se puso más ansioso.
"¿Fui demasiado lejos esta vez?"
Porque lo que Mahasamut tenía en la mano era un título de propiedad.
Mahasamut guardó silencio durante un largo momento antes de preguntar, "¿Por qué
lo compraste?"
"Porque quiero estar contigo."
"¿Sin consultarme?"
"Quería sorprenderte."
"¿Y qué más?"
"Eso es todo."
Tongrak confesó abiertamente y luego miró hacia abajo, preparándose para la ira del
hombretón. Y luego...
"Je, ¿tanto querías que me enojara?"
Tongrak levantó la vista inmediatamente, se encontró con la mirada del otro y vio...
una sonrisa encantadora.
Mahasamut lo miró con ternura.
"¿No estás enojado?"
"Bueno, te pregunté por qué, ¿no? Y dijiste que es porque quieres estar conmigo.
¿Por qué estaría enojado contigo por pensar en nuestro futuro juntos... o querías que
me enojara?"
"¡No!" Tongrak replicó rápidamente, sacudiendo la cabeza.
Y eso hizo que Mahasamut tomara la mano de Tongrak, entrelazando sus dedos con
fuerza.
"Pero prométemelo. La próxima vez que decidas algo importante, quiero que me
consultes primero, ¿de acuerdo?" La voz profunda y suave, como enseñarle a un niño,
hizo que el corazón de Tongrak se derritiera. Mahasamut no fue regañado y Tongrak se
sintió tan culpable que asintió vigorosamente.
Alguien aquí sabía cómo manejarlo, cómo enseñarle a un niño testarudo como él.
Quizás Mahasamut conocía a Tongrak mejor de lo que Tongrak se conocía a sí mismo.
El hombre lo abrazó y le dijo con voz tranquilizadora: "¿Sabes qué? Mi hogar no es un

lugar".
Tongrak miró hacia arriba y vio... esos ojos honestos y audaces.
"Eres tu."
Aunque Mahasamut pronunció sólo unas pocas palabras, Tongrak sonrió, una sonrisa
desde el corazón, que mostraba cuánto amaba a este hombre.
A partir de ahora su casa también se llamaría Mahasamut.

En el momento en que Tongrak llevó a Mahasamut a ver la casa y vio la alegría en sus
ojos, vio a Mahasamut parado en la brisa en el balcón, vio al hombre más alto hablando
con los lugareños sobre dónde atracar su barco y lo vio calculando dónde instalarse. El
equipo de buceo, Tongrak se sintió eufórico. Se dijo a sí mismo que si podía retroceder
en el tiempo, encontraría un nuevo hogar con Mahasamut.
Se emocionarían juntos, se cansarían juntos, se desanimarían juntos y serían felices

juntos.
Puede que Tongrak todavía tuviera mucho que aprender, pero estaba seguro de que lo
superarían todo mientras este hombre estuviera a su lado. El que le dedicó una sonrisa
frente a la casa de madera de colores brillantes a la orilla del agua.
"Vamos, Tongrak."
Y Tongrak no dudó en decir: "Está bien" y caminó hacia este hombre con una sonrisa.
Tongrak se dio cuenta en ese momento... que justo aquí... y que esta persona en este
momento... era el hogar de su vida, TongrakMahasamut.
Episodio Especial 1
¿Quién está exactamente locamente enamorado?
03:59
04:00
Bip Bip Bip.

El reloj digital de la cabecera marcaba las 4:00 a. m. en las primeras horas todavía
oscuras. La alarma del teléfono rompió el tranquilo silencio, despertando al musculoso
joven de su letargo. Con rápida agilidad, su gran mano agarró el nuevo teléfono y lo
silenció con una velocidad que contradecía su tamaño. Ojos agudos miraron a la figura
a su lado antes de que una tierna sonrisa apareciera en sus labios.
Así es mejor.
Pensó Mahasamut mientras se quitaba la acogedora manta de su cuerpo y se preparaba

para levantarse de la cama. Pero entonces...
Un brazo pálido e inmaculado rodeó su cintura, y la figura con aroma a vainilla se

acurrucó más contra su amplia espalda, frotando su suave camisón favorito contra
Mahasamut, lo que lo impulsó a darse la vuelta y mirar.
Tongrak ni siquiera había abierto los ojos todavía.
Mahasamut se rió entre dientes y su gran mano acarició suavemente el cabello de

Tongrak.
"¿Te desperté?"
“...”
"Suéltame, por favor. Necesito ducharme".
"¿No puedes quedarte?"
Fue entonces cuando una voz ronca emanó detrás de él. El hermoso rostro, que
también podría describirse como hermoso, se acercó más a él y apretó los brazos para
transmitir una genuina renuencia a dejar ir al hombre.
El corazón de Mahasamut se derritió en el acto.

Él tampoco quería irse.
Su gran mano continuó acariciando suavemente el suave cabello de Tongrak,

escuchando su voz quejumbrosa.
"Si vas a volver, iré contigo".
Luego, Tongrak jugó la linda carta, llamándose a sí mismo "Rak" en lugar del habitual
"Yo".
Había pasado un año desde que Mahasamut y Tongrak se reconciliaron y se

convirtieron en compañeros de vida. Habían pasado juntos la última temporada alta en
la isla y recién regresaron a Bangkok hace unos cinco meses. Y sí, ahora era el momento
de que Mahasamut regresara a su hermosa casa de madera junto al mar para atender
sus propios asuntos.
El año pasado le había enseñado muchas cosas al hombre del sur, una de las cuales era
que el hombre que alguna vez fue arrogante se había convertido en un demonio astuto.
Tongrak sabía que cada vez que se refería a sí mismo como "Rak", Mahasamut se
ablandaría.
"¿Qué pasa con tu trabajo?" -Preguntó Mahasamut.
El hermoso rostro con el cabello despeinado miró hacia arriba, revelando esos ojos
color miel desprovistos de somnolencia y labios carnosos que indicaban una rabieta.
Mahasamut creía que nadie más había visto Tongrak así y nunca lo permitiría.
Pensó el joven mientras seguía acariciando su cabello.
"Al diablo", respondió Tongrak.

Mahasamut se rió de buena gana porque habían discutido esto el mes pasado. La
temporada de lluvias había pasado rápidamente y la isla estaba entrando en un
período de hermosa agua de mar clara. Se acercaba el pico de reservas turísticas, por lo
que el negocio de Mahasamut también entraba en su temporada alta. Habían acordado
que Mahasamut volvería para abrir la tienda, y luego el tipo mayor había declarado
que regresaría con él, olvidándose convenientemente de su propio trabajo inacabado.
Sí, se podían escribir novelas en cualquier lugar, pero Tongrak no estaba trabajando
sólo en una cosa. Sobre todo porque su madre, la señora Liu, le había pedido que la
ayudara con su empresa. Entonces Tongrak, que ya lo había prometido, estaba
estancado.
Durante el último mes, Tongrak se había apresurado a terminar todo para regresar
juntos a la isla, pero no llegó a tiempo.
Por eso se estaba comportando así como un niño testarudo.
"Son sólo tres semanas".
"Son tres semanas completas", murmuró Tongrak, con los labios apretados con fuerza.
Esto llevó a Mahasamut a inclinarse y besarle la mejilla.
"¿Qué debería hacer entonces?"
“...”
Una vez más, la figura de piel clara no tuvo respuesta, pero sus ojos eran desafiantes.
Mahasamut se recostó a su lado y lo abrazó con fuerza.
¿Había mencionado Mahasamut alguna vez lo mucho que adoraba el camisón de

Tongrak? A pesar de que inicialmente se había burlado de él acerca de si se trataba de
una compra al por mayor, dados los diez idénticos en el armario. Y, por supuesto, el
propietario argumentó enseguida que todo el conjunto estaba hecho a medida.
Bueno, en verdad eran suaves y tersos, dando una agradable sensación al tacto.
"Terminaré mi trabajo rápidamente".
"Bueno."
"Aclararé todo."
"Mmm."
"Te seguiré a casa pronto, Mut."
Ahora, ¿cómo podría irme primero?
El encantador máximo habló con voz temblorosa, lo que provocó que Mahasamut
estrechara su abrazo y le plantara un beso firme.
Los suaves labios de Tongrak, sintiendo el calor que se extendía hasta su pecho.
"Date prisa y vuelve conmigo."
"Mmm."
Tongrak soltó de mala gana la cintura de Mahasamut.
Sin embargo, fue la figura más grande quien abrazó a Tongrak con fuerza.
"¿No tienes prisa? Vas a tomar el primer ferry, ¿verdad?" murmuró el adorable desde
el pecho de Mahasamut.
"Dame diez minutos. Puedo ducharme y vestirme en cinco minutos".

Mahasamut tuvo que abandonar el condominio a las 4:30 a. m. y conducir hacia el sur
para tomar el ferry a tiempo, y ya eran más de las cuatro.
Le gustó que Tongrak le devolviera el abrazo inmediatamente.
"Mírame", pidió Mahasamut.
Tongrak lo hizo obedientemente, permitiendo que el rostro de rasgos afilados se

acercara más. Sus intensos ojos se encontraron y un apasionado beso aterrizó en sus
húmedos labios. Tongrak voluntariamente separó sus labios en respuesta. Sus lenguas
bailaron juntas, saboreando el dulce sabor del que siempre era demasiado difícil
alejarse.
Mahasamut acunó la parte posterior de su cabeza, sintiendo los hermosos brazos que
rodeaban su cuello. Los cálidos besos continuaron, ahuyentando los dulces sonidos de
la encantadora figura cuyos gemidos llenaron la habitación. Cuanto más chupaba su
suave lengua, más ansiosamente correspondía Tongrak, y su intercambio de dulzura
resonaba por toda la habitación.
"Ah... Huh..." El sonido de una respiración agitada comenzó a resonar.
Maldita sea, no quiero irme para nada.
"Mmm."
Incluso cuando la encantadora figura comenzó a frotarse contra él, Mahasamut se

apartó de mala gana para mirar el rostro sonrojado del que respiraba con dificultad.
"Eres cruel", acusó Tongrak.
"¿Yo?"
"¿Cómo puedes besarme así antes de irte y no nos veremos en tres semanas?"
Como si yo fuera el único que se besaba en ese momento.
El joven pensó con una sonrisa, pero cedió ante el rostro sonrojado y suplicante como
de costumbre.
"Me equivoqué entonces, pero tengo que levantarme ahora".
Hace apenas un momento, Tongrak lo culpaba y ahora parecía un gato solitario.
¡Muah!
"Vuelve a dormir."
"Mmm."
"Llámame cuando despiertes."
"Mmm."
"Iré a ordenar la casa y te esperaré".
"Mmm."
Mahasamut apenas contuvo la risa, sus ojos penetrantes miraban hacia abajo.
"Entonces... puedes soltarme la cintura ahora".
El hombre más alto sonrió y observó cómo Tongrak soltaba de mala gana su agarre.
Mahasamut quería decirle a Tongrak que para él también era difícil separarse durante
semanas. Pero rápidamente tomó una decisión, revolvió el suave cabello de Tongrak
una última vez y rápidamente se levantó antes de perder la determinación y arruinar el

trabajo como había dicho el otro.
"Nos vemos el mes que viene, Tongrak".
"Mmm."
Mahasamut casi no podía soportar ver a la bella figura cubrirse la cabeza con la manta
con mal humor, pero estaba ansioso por regresar a casa y prepararse para la llegada de
Tongrak. Hacía meses que no regresaba a esa casa; el polvo debe tener unos
centímetros de espesor. No confiaba en que Palm se ocupara de ello adecuadamente.
Mahasamut quería que todo estuviera listo en el momento en que Tongrak regresara a
casa.
Entonces, Mahasamut tuvo que irse primero.
"¿Está bien, Rak?"
"Creo que está fuera de cento. Mueve un poco el bordado".
"Ajusta el bordado, ya lo tengo. Les haré saber".
"Y... no me gusta el color. ¿Lo tienen en negro?"
"Pero Rak, dijiste que querías blanco".
"No le conviene a Mut."

¡Alguien, por favor llévese a Rak!
Si Khaimook pudiera gritar, ya lo habría hecho.
La secretaria se dijo internamente mientras miraba a su hermano-jefe increíblemente

guapo e igualmente testarudo, cuyos ojos color miel estaban decididos a salirse con la
suya. Esto hizo que la joven suspirara y mirara las muestras de telas y bordados que
había buscado en tan solo unos días.
¿Por qué?
Fue porque de repente, Tongrak quería un regalo para su amante.
Fue porque de repente, Tongrak no quería algo de el estante.
Fue porque de repente, Tongrak dijo que quería algo que Mahasamut realmente usara.
Y de repente, Tongrak insistió en que tenía que estar listo para el final de la semana.
¡La cabeza de Khaimook estaba a punto de explotar!
¿Cuál era el regalo que Tongrak intentaba que le hicieran?
"¿No hay otros sombreros de muestra?"
Bien, el primer regalo sería un sombrero.
"Y las etiquetas del traje, ¿no vienen en azul o verde?"
Y sí, ¡incluso hubo un segundo regalo!

Khaimook quiso gritar en voz alta. Ella entendió lo que era un sombrero porque todos
lo usaban, a pesar de que Tongrak quería diseñar la forma y bordarlo él mismo para
darle significado. Pero ¿qué era una etiqueta BCD?
No buceaba ni nadaba y no sabía nada de deportes acuáticos, ni una sola cosa. ¿Cómo
se suponía que iba a saberlo cuando Tongrak se le acercó y le dijo:
"Mook, búscame una tienda que fabrique etiquetas para trajes de buceo".
Por supuesto, Khaimook sólo pudo responder con un desconcertado "¿Eh?"
"Bueno, no quiero esperar por ti. Solo envíame la información de contacto de la

tienda y hablaré con ellos yo mismo".
Fue entonces cuando su apuesto hermano estalló con entusiasmo, dejando que su
secretaria, que todavía estaba tratando de encontrarle sentido a todo, asintiera
vigorosamente porque eso significaba que su carga de trabajo se reduciría ligeramente.
En realidad, muy reducido. Si alguien que no hubiera lidiado con los caprichos de
Tongrak intentara ser ella, huiría en tres días. Pero la joven todavía lo dudaba.
"¿Estás seguro?" ella preguntó.
"¿Por qué?"
"Porque... nunca le has comprado un regalo a nadie."
No es que Tongrak nunca hiciera regalos; los regalaba con bastante frecuencia, para
cualquier ocasión, para el cumpleaños de cualquiera. Pero por lo general, Khaimook se
encargaba de ello. Tongrak simplemente pediría una marca, una botella de vino y una
reserva en un restaurante, y Khaimook se encargaría de todo por él. Esta podría ser la
primera vez que vio a Tongrak tener tanto cuidado con los regalos.
Incluso con Meena, Tongrak prefirió llevarla a comprar lo que quería en lugar de
sorprenderla con un regalo.
Tongrak hizo una pausa por un momento antes de sonreír... suavemente.
Era la sonrisa más cálida y tierna que jamás había visto.
"Pero esta vez quiero hacerlo. A él nunca le gustó cuando gasté dinero de manera
extravagante y nunca le gustaron las cosas caras que le compré. Mut una vez me dijo
que ya es feliz mientras lo tenga en mi corazón y piense en él. Entonces, pensé que
quería darle algo que realmente significara algo para él, como..." Tongrak agarró
suavemente el brazalete en su mano.
"La etiqueta del traje de buceo de Mut es tan vieja que los hilos bordados se están
deshilachando, pero aún así no quiere cambiarla. Y trabajando así bajo el sol, nunca
se cuida. Ni siquiera hay un sombrero en la casa, y casi nunca se aplica protector
solar. Desde que compré esto, nunca ha usado el traje que le había hecho, siempre
dice que no es su estilo. Está bien, le daré algo que realmente le quede bien", dijo
Tongrak. volviéndose más emocional antes de reírse al pensar en la persona con la que
hablaba por teléfono todas las noches.
"No le gustan las marcas, ¿eh? Veamos si le gustan estas".
¿Estoy viendo cosas ahora o Rak está siendo muy amable?
Khaimook sacudió la cabeza con incredulidad porque claramente se trataba del

obstinado Tongrak.
La joven envió toda la información a su jefe y rápidamente escapó antes de que

Tongrak cambiara de opinión y le pidiera que siguiera trabajando, sin darse cuenta del
tipo de sonrisa que tenía su apuesto hermano en el momento en que ella le dio la
espalda.
Era la sonrisa de alguien enamorado, deseoso de hacer algo por su amado.

Alguien que pensaba cada segundo en buscar los regalos;
Espero que a Mut le guste.
Espero que Mut lo use.
Espero que Mut sepa que sé cómo "cuidar" a alguien.
Todos los cambios fueron provocados por un hombre llamado Mahasamut, quien le
enseñó.
Tres semanas pueden parecer largas, pero en realidad pasaron igual de rápido. Ya sea
para Mahasamut, que estaba ocupado con las numerosas tareas que le esperaban en la
isla, o para Tongrak, que tuvo que despejar todo antes de desaparecer en el sur durante
al menos cinco o seis meses. Sí, puede que no parezca tan largo, pero el anhelo no
disminuyó en absoluto, solo creció cada día. El único momento en el que ambos
esperaban con ansias cada día era ahora.
[¿De verdad le diste mi novela a Palm para que la leyera?]
"Yo no se lo di. Él la tomó", dijo Mahasamut con una sonrisa, agitando una gran pila
de papeles impresos, sus agudos ojos mirando las muchas palabras con diversión.
Hoy, Palm le ayudó a limpiar la casa en preparación para la llegada de Tongrak. Pero
Palm estaba siendo Palm. Se quejó y aflojó. Antes de que Mahasamut se diera cuenta,
el niño ya había tomado el manuscrito que estaba sobre la mesa y comenzó a leer.
"¡¿Estoy leyendo sobre ustedes cogiendo?!"

Al principio, Palm no se dio cuenta hasta que comprendió de qué se trataban los
gemidos de la novela y que el escritor se inspiró en lo que realmente hacían. Cuando
Palm gritó eso en voz alta, Mahasamut pensó que el niño dejaría de leer, pero no, se
sentó ahí leyendo hasta el final del capítulo, mirándolo con incredulidad y
murmurando: ¿Es este realmente mi hermano?
Todavía tienes mucho que aprender. Mahasamut pensó para sí mismo con una sonrisa.
"¿Estás avergonzado?" preguntó la voz profunda.
[No me avergüenzo de algo como esto. Yo sólo estoy pensando...]
"¿Acerca de cuando te follé?" preguntó el joven, tratando de contener la risa,

comprendiendo inmediatamente por el silencio que siguió.
"¿Te gustó cuando te castigué?"
[...]
"¿Te gustó cuando te regañé?"
[...]
"Te gustó cuando te azoté, ¿no?"
[...]
"¿O cuando te mordí?"

[...Mut]
La suave voz que se elevó le hizo querer detenerse y escuchar.
[No me tortures así.]

Las palabras suplicantes hicieron que el oyente suspirara en secreto. Ahora,

Mahasamut deseaba aún más estrechar el cálido y suave cuerpo entre sus brazos, dejar
un beso en esos labios rojos, enterrar su rostro en la curva del cuello y dejar besos en la
piel clara. Quería abrazar a Tongrak.
[Sabes que te extraño tanto que accidentalmente escribí sobre esa época.]
"Lo sé", dijo Mahasamut, escuchando la voz al otro lado de la línea responder.
[Te extraño.]
“...”
[¿Y tú?]
El joven alzó su mirada hacia el mar en la noche, escuchando las olas que sonaban más
hermosas cuando alguien estaba allí para escuchar con él, y respondió:
"¿Qué palabra debería usar para describir un sentimiento más fuerte que extrañarlo,
señor escritor?"
Mientras tanto, en Bangkok, Tongrak se quedó quieto con esa frase, contemplando la
vista nocturna de la ciudad con ojos anhelantes. Extrañaba la calidez del hombre al
otro lado de la línea, el fuerte abrazo que lo sostenía fuerte contra un amplio pecho, la
sonrisa burlona que le hacía sonreír a su vez, la voz profunda que le gustaba susurrarle
al oído, el sonido de las olas que llegaban a su casa cuando yacían abrazados.
Tongrak extrañaba a Mahasamut.
Lo extrañaba tanto que en su último trabajo, Tongrak, sin darse cuenta, escribió su
historia en un capítulo especial. Se preguntó si alguien que leyera se daría cuenta de
por qué el normalmente amable protagonista de repente se puso ferozmente celoso.

Pero si alguien se lo preguntaba, a él no le importaba.
Tongrak sonrió para sí mismo.
"Vuelve a casa pronto. Quiero ver tu cara cuando me despierte".
Mahasamut había colgado y Tongrak se quedó mirando los altos edificios durante un
rato más antes de regresar a su escritorio. Sus ojos color miel observaron el regalo
envuelto en papel con una mirada tierna, sus dedos tocándolo suavemente, sin poder
evitar reírse cuando pensó en el proceso de envoltorio.
Quería envolver el regalo él mismo.
Pero tan solo un envoltorio de regalo hizo que Tongrak luchara con él durante casi dos
horas.
"¿Debería hacerlo por ti?" —preguntó Khaimook.
Sabía que Khaimook, su maestra en esta lección de envoltura, no podía soportarlo más,
pero insistió en hacerlo él mismo. Incluso si el envoltorio estaba un poco torcido y las
flores secas utilizadas para la decoración estaban ligeramente desviadas, solo pensar en
el destinatario hizo que Tongrak sonriera ampliamente.
¿Le gustaría a Mut?
"La próxima vez pediré un traje de neopreno", se dijo Tongrak, que en secreto quería
encargar también una chaqueta BCD para Mahasamut. Sin embargo, no estaba
disponible en Tailandia y hubo que pedirlo desde el extranjero. Entonces, enumeró lo
que daría como regalo este año y comenzó a recopilar información a partir de ahora.
Y definitivamente tenía que ser algo azul.

Tongrak sonrió, luego miró el manuscrito que Khaimook había impreso y dejado sobre
el escritorio, recogiéndolo.
...El rostro de rasgos afilados estaba tenso por la ira, los ojos oscuros se profundizaron
como si quisieran contener el aliento del espectador, una gran mano agarrando el brazo
blanco, tirando hacia él, y luego la voz baja y resonante tronó... '¡Quítate los
pantalones!'....
El joven escritor se mordió el labio al pensar en el hombre celoso.
Quien dijera que Mahasamut era sereno y relajado necesitaba verlo ese día.
Mahasamut era feroz... salvaje... apasionado... y el más guapo a los ojos de Tongrak.
"Estoy realmente atrapado por él".
Con solo leer el manuscrito, Tongrak extrañó aún más a la persona del sur.
"Pero fue... realmente bueno", se susurró Tongrak antes de sacudir la cabeza.
Si seguía pensando en Mahasamut, no podría dormir esa noche. Debería irse a la cama
temprano y dejar pasar otro día porque pronto finalmente vería a la persona en su
corazón.
Deseaba poder estar en ese abrazo un poco antes.
"¿Cuándo dejarás de comprar?"
"¿Y cuándo dejarás de quejarte?"

"Cuando dejas de comprar, es cuando".
"Bueno, dejaré de comprar cuando dejes de quejarte".
En ese momento, los ojos penetrantes de los dos mejores amigos estaban atrapados en
una batalla, dejando a la única chica que podía actuar como mediadora sosteniendo su
cabeza con frustración.
Khaimook suspiró profundamente.
¿Dónde están ahora? De camino a la casa de Rak en la isla, por supuesto.
Khaimook no estaba seguro de cómo se produjo este viaje especial. Debe haber sido
cuando Vi visitó la casa de Tongrak el otro día, diciendo que tenía algunos días de
vacaciones. Y tal vez porque Tongrak no estaba prestando mucha atención, lo siguiente
que supo fue que Vi anunció que los tres se dirigirían juntos al sur. Tongrak le dirigió a
Vi una mirada asesina y le dijo... 'No interfieras conmigo cuando estoy con Mut'.
"Claro, puedo hacer eso por un amigo".
Vi dijo eso, pero sólo habían estado fuera de Bangkok durante cuatro horas y los dos
amigos estaban casi atacándose. Vi seguía deteniéndose en lugares que obviamente
eran solo para molestar a su amigo mientras Tongrak seguía maldiciendo. Obviamente
estaba desesperado por llegar a casa. Ahí estaba Khaimook, con dolor de cabeza.
"Si sigues paseando así, perderemos el barco".
"Escuché que reservaste una lancha rápida privada a la isla. Mook dijo que
podíamos abordar en cualquier momento".
Vi sonrió alegremente a la luz del sol, mostrando sus dientes blancos. Khaimook pensó
que podía oír el efecto de sonido de la chispa.
¡Tonterías!
Luego, vio la muerte en los ojos de Tongrak cuando él también se giró para mirarla.
"Creo que iré a comprar un helado". Khaimook decidió escapar rápidamente.
"Detente ahí, Mook. Nos vamos."
"A mí también me apetece un helado. Vamos, Mook, vamos a tomar un helado". En

ese momento, Vi rápidamente arrastró a la pequeña, dejando a Tongrak con ganas de
enterrar a su amiga y secretaria en ese mismo momento.
Tongrak suspiró profundamente.
Sabía que estaba exagerando, haciendo que su amiga cercana quisiera burlarse de él,
pero ¿qué podía hacer? Su corazón se había acelerado a través del agua hacia esa
hermosa isla, hacia la pequeña casa junto al punto de encuentro del canal y el mar,
hacia la hermosa vista desde su dormitorio, hacia la persona que vería cada mañana.
Su mano pálida se pasó por el cabello para aliviar la irritación y luego miró el hermoso
auto de su amiga.
Vi trajo el coche porque ella y Mook regresarían a Bangkok en dos semanas. Y ahora
mismo, las llaves del auto estaban...
Tongrak miró la hermosa bolsa de marca junto a la pila de recuerdos que no tenía idea
de por qué se había apresurado a comprar, y sus labios se curvaron en una sonrisa
traviesa.
Mahasamut enseñó que a veces la gente no siempre tiene que ser educada, como
cuando ese tipo tomó la tarjeta de acceso a su habitación de invitados.
Además... Vi no tenía ningún derecho a estar enojada.
"Yo manejaré."
Cuando regresaron con un cucurucho de helado para cada uno, Tongrak ya estaba en
el asiento del conductor. Había arrojado la pesada bolsa de Vi en la parte trasera del
coche. Mantuvo las llaves del auto en el bolsillo de su pantalón y les envió una
hermosa sonrisa, sin importarle en absoluto sus miradas sospechosas.
"¿Ya terminaste de comprar?" -Preguntó Tongrak.
"Estoy... quiero decir, con este lugar."
"¿Ya fuiste al baño, Mook?"
"Todo listo, Rak."
"Muy bien, vámonos entonces."
Tongrak sonrió, observando a las dos chicas entrar fácilmente al auto, esperando hasta
que todos estuvieran instalados antes...
"¡Rak, joder, tómatelo con calma! ¿Adónde vas corriendo como un loco?"
"¡Rak! ¡Ya estamos llegando a 160!"
¿Y qué dijo en respuesta?
"Este auto es caro. Puede soportarlo".
Mahasamut también le enseñó esta lección: si quieres algo, tienes que ir a por ello.
Y hacerlo, al estilo Mahasamut, significaba ser descaradamente audaz, no dar tonterías

y no retroceder ante las maldiciones.
Esta vez, incluso si quisieran hacer una parada, ¡Tongrak no las dejaría!
"¿Vas corriendo a buscar a tu marido?"
"Bueno, sí, voy a encontrar a mi marido".
"Estás realmente lleno de él, ¿no, amigo?"
Tongrak podía decir con confianza que amaba a su amiga cercana, pero si ella seguía
molestándolo sin parar, Mook podría estar preparada para enviudar incluso antes de
que comenzaran a salir.
"Eso es asunto mío", se detuvo Tongrak y le enseñó los dientes. "¿Qué quieres de mí?
Cuando no lo admití, te quejaste. Cuando lo hago, sigues regañando".
En ese momento, el cielo se había oscurecido y los tres acababan de desembarcar del
bote. No estaba mal que Tongrak estuviera apresurado como si temiera que su marido
desapareciera, especialmente porque Mahasamut le había enviado un mensaje dos
horas antes para reunirse en el muelle. Tongrak también le había respondido que
oscurecería cuando llegaran y que podía irse a casa primero, pero el hombre insistió en
esperar, diciendo que podía pasear por la zona.
Al ver eso, Tongrak no pudo soportar hacer esperar a Mahasamut, de ahí su paso
apresurado.
"Bueno, nada. Sólo me gusta que mi amigo se acepte a sí mismo, a diferencia de

algunas personas... ¿verdad, Mook?"
"Lo que digas."
Parecía que Vi realmente no estaba tratando de molestarlo; probablemente quería

coquetear más con su secretaria. A Tongrak no le importaba que la pareja hubiera
estado hablando durante un año, pero aún mantenía el estado de "simplemente
hablando" porque sus ojos color miel escaneaban el muelle en busca de una cara
familiar. Y no pasó mucho tiempo...
"Tongrak."
Vio la figura alta con un rostro moreno y hermoso, musculoso y vestido con pantalones
cargo descoloridos y una camisa hawaiana de colores brillantes, lo que le hizo sonreír
ampliamente. Tongrak miró esos ojos profundos y admiró la nariz y los labios bien
formados y antes de que su cerebro pudiera siquiera procesarlo, sus manos dejaron
caer su equipaje y se lanzó a un sincero abrazo.
Unos brazos fuertes rápidamente lo rodearon, envolviéndolo en un aroma limpio

teñido de mar y calidez.
Esto era todo... Tongrak estaba en casa.
"Te extrañé mucho", dijo Tongrak.
"Vamos, ustedes no se han separado ni siquiera por un mes. ¿Qué hay que extrañar
tanto?"
El hombre de piel clara ignoró la voz de su mejor amiga. Todo lo que sabía era que su
hogar, su lugar, el dueño de su corazón estaba justo aquí, cuando levantó la vista para
ver claramente el rostro de rasgos afilados.
Tres semanas aquí habían oscurecido la piel de Mahasamut, un testimonio de lo duro

que había trabajado, pero eso no hacía a este hombre menos guapo. Su hombre todavía
llamaba su atención como siempre y todavía le hacía querer sostener ese cuerpo
robusto lo más fuerte posible.
El hombre que le sonrió, cuya mano gruesa tocó suavemente su mejilla, fue suficiente
para afirmar.
"Estoy en casa ahora."
"¿Por qué tomó tanto tiempo?" A Tongrak le encantaba que su voz fuera así de
profunda.
Pero entonces...
"Todo se debe a Vi. Ella quería parar en cada provincia en el camino. Debería haber
volado y luego tomado un barco. No debería haberla escuchado cuando me dijo que
condujera hasta aquí. Siguió deteniéndose en cada tienda de recuerdos que encontró
y ya compró una tonelada. Tiene que quedarse en esta isla durante las próximas dos
semanas; ¿no se estropeara la comida y los bocadillos antes de que regrese? Desde
que esas dos se convirtieron en algo, Mook ha estado del lado de ella. Ya no le
importa su jefe, ¿verdad?”
Cualquiera de los que nunca habían visto a Tongrak delatar a alguien lo estaban
presenciando ahora.
Puede que Tongrak fuera egocéntrico, pero no era un quejumbroso ni un llorón. En ese
momento sabía que podía quejarse con este hombre.
El hombre que sonrió como si fuera la persona más adorable.
El hombre que lo tranquilizó con una suave caricia en la mejilla.

El hombre que lo miraba con ojos amorosos.
"No es así en absoluto. No estoy del lado de nadie. Y como de vez en cuando estamos
en un viaje de vacaciones, es divertido hacer paradas en el camino, ¿no es así, Rak?"
El escritor no prestó atención a las excusas de Khaimook; solo miró el par de ojos
penetrantes que tenía delante.
"¿No vas a decir nada?" —preguntó Tongrak a Mahasamut.
Podía dejar que Mahasamut lo mirara todo el día, pero también quería oír su voz.
La pregunta hizo que el hombre más alto sonriera suavemente y dijera con voz suave:
"Solo estaba esperando para ver si olvidaste algo".
Eso fue suficiente para que Tongrak sonriera ampliamente.
¡Muah!
El hombre de piel clara inmediatamente levantó su mano para envolver el fuerte

cuello, tirando de Mahasamut hacia abajo para presionar sus labios calientes contra los
suyos, saboreando el dulce sabor que tanto había extrañado. Tongrak sintió el aliento
que rozaba su nariz, sintiendo sus cuerpos frotar la tela.
¡Muah!
Tongrak sabía que no era sólo un simple beso. Mahasamut nunca lo besó así. Este
hombre siempre lo volvía loco y esta vez Mahasamut no lo decepcionó. Sus fuertes
brazos lo sujetaron en su lugar como abrazaderas de hierro mientras la lengua caliente
se deslizaba dentro de la boca de Tongrak, obligando a la suya a enredarse ferozmente.
Tongrak escuchó los sonidos de succión, sintiendo el temblor hasta que tuvo que
alborotar suavemente el oscuro cabello de Mahasamut.
Escuchó a Mahasamut respirar profundamente antes de alejarse lentamente.
Esos ojos oscuros ardían con un calor que hacía que su cuerpo ardiese, pero el hombre
frente a él simplemente tiró de su cabeza para apoyarla en su hombro.
¡Muah!
Los labios de Mahasamut volvieron a tocar su sien, haciendo que Tongrak murmurara
junto a su oído: "Rak está en casa ahora".
Es posible que Vi y Mook no se dieran cuenta de esto, pero Tongrak claramente sintió
que Mahasamut se ponía rígido por un momento, sus labios se curvaban en una
sonrisa encantadora.
Alguien aquí se mostró débil cuando Tongrak se refirió a sí mismo por su propio
nombre.
Por eso no se le permitía usarlo con frecuencia.
Pensó Tongrak, incapaz de resistirse a abrazar al otro con fuerza. Escuchó al dueño del
abrazo girarse para hablar con las dos chicas.
"Bienvenidas a la isla".
"Pensé que ya no te importaría."
"Primero deberías ser tan linda como mi niño quejoso, Vi".
Tongrak se sintió divertido. Su anterior irritación con su amiga se disipó

instantáneamente. Y estaba de buen humor como para girarse y mirar a Vi,
señalándose a sí mismo como diciendo... Sí, soy el niño más lindo y quejoso a los ojos
de Mahasamut. Ni siquiera le importó cuando Vi le puso los ojos en blanco.
¿Y qué? Estoy feliz haciendo esto de todos modos.
Y aún más feliz cuando Mahasamut se inclinó para susurrarle al oído: "Me moría por
verte".
Esos ojos penetrantes que lo miraban no ocultaban en absoluto lo loco que estaba
Mahasamut por él. El cálido abrazo que se aferraba posesivamente a su cintura hizo
que Tongrak sonriera ampliamente.
No estaba claro quién estaba más apegado a quién. Digamos que Tongrak era más feliz
cuando estaba al lado de este hombre.
Episodio especial 2
Mar furioso
La rutina diaria de Tongrak en la isla comenzaba despertando junto a Mahasamut, sin

importar a qué hora se despertara su amante. Tongrak intentaba levantarse al mismo
tiempo y luego se disponía a preparar una comida, una habilidad en la que había
invertido en aprender, para enviar al otro a trabajar. Luego decidiría si quedarse
despierto o volver a la cama. Pero a más tardar a las once, estaría sentado frente a la
pantalla de su computadora portátil, posiblemente trabajando, jugando en las redes
sociales o respondiendo las preguntas de los lectores. Comía algo y luego regresaba a
su trabajo hasta las tres o cuatro de la tarde, dependiendo de la hora a la que regresara
Mahasamut.
Después de eso, la rutina puede variar ligeramente de un día a otro.
"¡Rak, Rak, hermano! ¡Te he estado buscando por todas partes!"
Sí, su rutina era predecible, así que cuando Palm irrumpió, jadeando y sin aliento a las
dos de la tarde, Tongrak levantó la vista detrás de sus gafas de luz azul y simplemente
dijo...
"No."
"Oye, ni siquiera he dicho nada todavía".

Ya había sentido un dolor de cabeza cuando Palm dijo que lo había estado buscando
por todas partes.
Tongrak se sentaba allí todos los días. ¿Qué había que buscar tan desesperadamente?
Mierda.
Casi de inmediato pudo oír a Mahasamut maldecir a este niño en su cabeza.
Los ojos color miel miraron al joven que hacía pucheros frente a él, pero en solo un
momento, Palm casi se había doblado frente al escritorio, con las manos entrelazadas
en sus brazos, haciendo ojos de cachorro como si rogara que lo llevaran a casa y
agitando sus pestañas de una manera que era... digna de patear.
"No significa no."
Y Tongrak no era del tipo que se ablanda ante todo. Su hermosa mano se retiró y sus
hermosos ojos se volvieron hacia la miríada de personajes en la pantalla.
"Oh, Rak, soy yo, tu hermano pequeño."
"¿Qué 'hermano pequeño'?"
"Uf, estos dos imbéciles son realmente parecidos."
"¿Qué dijiste?"
"Nada señor."
Tongrak volvió a mirar al joven, quien le mostró una amplia sonrisa antes de darle otra
mirada lastimera.
"Por favor, Rak, ayúdame, sólo por esta vez, por favor".
Tongrak fácilmente podía decir "no" sin pensarlo dos veces, pero tal vez porque este
niño era como el hermano pequeño de Mahasamut, tal vez porque el niño había estado
allí para su amante durante sus momentos más difíciles, o porque Mahasamut le tenía
cariño a este niño. Suspiró, se quitó las gafas, las colocó sobre la mesa, cruzó las piernas
y finalmente se rindió.
"¿Qué es?"
La sonrisa de Palm se amplió al instante.
"¿Podrías venir a tomar una copa al bar esta noche?"

"¿Eh?" Tongrak frunció el ceño.
Desde que empezó a salir con Mahasamut, Tongrak había reducido significativamente
su vida nocturna. Tal vez porque la fiesta era un escape de la soledad, no la extrañaba
en absoluto y prefería pasar en cambio, sus veladas con su novio. Su salud incluso
había mejorado a pasos agigantados. Más importante...
"¿Sigues trabajando en el bar? ¿Y tus estudios?" -Preguntó Tongrak.
La sonrisa de Palm se desvaneció.
Mahasamut había hablado con él desde el año pasado acerca de querer enviar a Palm a
la universidad, con lo que Tongrak estuvo de acuerdo. Incluso dijo que pagaría por el
niño, pero Mahasamut insistió en que él mismo quería apoyar la educación de Palm.
Contó historias de cómo el niño lo había ayudado durante sus momentos más difíciles
y cómo quería que Palm tuviera un futuro mejor. Así es como Tongrak supo que el
niño frente a él era como una familia para Mahasamut, y por eso estaba escuchando al
niño en ese momento.
Pero... habían acordado que Palm dejaría de trabajar en el bar.
Palm dijo que se concentraría en estudiar para los exámenes. Prometió que no los
defraudaría.
Tongrak entrecerró los ojos mientras el joven sonriente miraba hacia abajo, tocando el
suelo de madera.
"Bueno... no quiero desperdiciar el dinero de Mahasamut. Quiero ahorrar para

cuando vaya a estudiar, para que ustedes dos no tengan que gastar demasiado
dinero conmigo..."
Este dúo jefe-empleado lo había ablandado demasiadas veces.

"Y estudio todas las noches, Rak. Realmente lo hago. Puedo mostrarte los exámenes
que he hecho si quieres".
"Uf, ¿con qué quieres ayuda?"
Si Mook escuchara esto, se sorprendería.
Mientras tanto, Palm sonrió triunfalmente.
"Siéntate en la barra por mí, eso es todo".
"¿Eso es todo?"
"Sí, sí."
"¿Eso es todo?"
"Apuesto que con un cliente el bar estará lleno de chicas esta noche... si vienes,
vendrán todas, ¿no? Jeje".
Mientras Tongrak le lanzaba una mirada presionada, Palm finalmente contó la verdad.
Estaba claro que el chico había difundido rumores para ganar la apuesta, y Tongrak era
el cebo perfecto para atraer a la mitad de las mujeres de la isla al bar. No porque
estuvieran persiguiéndolo sino porque sentían curiosidad por él y Mahasamut.
Mahasamut era una celebridad local y Tongrak sabía muy bien cuántas personas
querían acercarse a su amante.
Bueno, sería bueno que todos sepan sobre nosotros.
Se dijo el apuesto hombre.
"¿Solo ir y sentarme ahí?"

"Sí. Sólo siéntate y luce guapo, eso es todo."
Palm dijo con entusiasmo, sin darse cuenta de los pensamientos internos del novio de
su jefe.
Tongrak, el hombre de sonrisa astuta, se dijo a sí mismo... 'Esta noche va a ser

divertida'.
"¡Tongrak!"
¡Divertido mi culo!
Ese fue el pensamiento de Tongrak mientras miraba los ojos intensos y enojados llenos
de aprensión.
Hace una hora se estaba divirtiendo porque nada más entrar al bar se convirtió en el
centro de atención tanto de hombres como de mujeres. Sabía que era atractivo y
siempre llamaba la atención allá donde iba. Palm había hecho un buen trabajo
difundiendo la noticia por toda la isla porque ojos curiosos lo observaban desde todos
los rincones.
Eso fue suficiente para cumplir el pedido de Palm. Y... ya le había enviado un mensaje
de texto a su novio.
Si alguien quisiera ver a Mahasamut con él, se cumpliría su deseo esta noche.
¡Que todos sepan que el tesoro de la isla ya tenía dueño! ¡Y ama tanto al dueño!
Tongrak pensó con orgullo, respondiendo algunas preguntas de los lugareños,

rechazando algunas insinuaciones, hasta... se encontró a un compañero de la
universidad.
Al principio, solo ayudó al canadiense que estaba confundido acerca del menú. Se
llevaron bien, hablaron sobre su universidad y su ciudad, y luego se enteró de que el
otro acababa de romper con su novia y huir solo a Tailandia. Simplemente hicieron clic,
recordando la ciudad en la que vivieron durante años. Eso fue todo hasta….
El hombre frente a Tongrak se acercó, colocando una mano en su muslo, lo que hizo
que se alejara, pero antes de que pudiera reaccionar, una mano grande agarró la suya y
frunció el ceño.
Tongrak intentó alejarse de nuevo, pero la cálida palma todavía sostenía su mano.
"¿Por qué no?" preguntó el hombre.
Sus ojos de color claro lo miraron dulcemente, pero el escritor no se dejó convencer. Su
hermosa mano estaba lista para soltarse, pero entonces...
"¡Tongrak!"
Antes de que Tongrak pudiera reaccionar, la mano áspera lo agarró por la muñeca y lo
abrazó con un cálido abrazo y un olor familiar.
Su corazón se hundió.
Tongrak supo quién era incluso antes de ver el rostro del dueño de la mano.
"Mut", gritó, sorprendido. Tongrak miró el rostro de rasgos afilados, tenso y enojado
con las venas abultadas en su cuello.
Mahasamut no lo miraba a él sino al canadiense con una mirada aterradora.

Mahasamut tenía una constitución grande y Tongrak creía que Mahasamut no perdería
en una pelea. Entonces, el fuerte agarre en su muñeca y los ojos intensos que parecían
quitarle el aliento al espectador hicieron temblar su esbelto cuerpo. Tongrak no se
atrevió a decir nada, sintiendo la furia que emanaba de su hombre.
Mahasamut miró al extranjero con ojos peligrosos y luego lo sacó de la barra tan rápido
que Tongrak no se atrevió a emitir ningún sonido.
Lo último que vio fue a Palm agazapado detrás de la barra del bar, y aunque no podía
escuchar lo que decía el niño, sabía que estaban pensando lo mismo... Esto va a
terminar mal.
¡Ruido sordo!
Tongrak se sobresaltó cuando su espalda desnuda fue empujada contra la pared de la

casa, sus ojos color miel temblaban, mirando al hombre frente a él con miedo.
Mahasamut estaba furioso... muy furioso.
"No hice nada, créanme".
"¿¡Entonces por qué le dejaste tocar tu mano!?"
Tongrak se estremeció cuando la voz profunda le gritó.
Desde que se conocieron, rara vez había visto a Mahasamut enojado. El otro siempre
estuvo más tranquilo, siempre escuchando, siempre más maduro. No importa qué tan
mal se comportara Tongrak, Mahasamut lo calmaría, guiándolo y enseñándolo
suavemente. La única vez que Tongrak vio enojado a su amante fue cuando vino a
hacer las paces y estaba demasiado asustado para hablar. Pero eso era ira mezclada con
tristeza. Esta vez fue diferente.
Los ojos oscuros eran tan aterradores que casi dejó de respirar. La mano grande le
agarró el brazo con fuerza.
"Yo no..." Tongrak escuchó su propia voz temblar, tratando de agarrar la mano de
Mahasanut mientras explicaba: "De repente me agarró la mano. Créeme. Palm me
pidió que me sentara en la barra por un rato. Yo solo hice lo que Palm me pidió, y ya
te lo dije, en realidad tampoco hice nada".
Tongrak miró esos ojos salvajes y furiosos, suplicando. Estaba casi listo para
arrodillarse y suplicar.
"¿No puedes no estar enojado?"
Con un silbido, el escritor se estremeció cuando Mahasamut apartó su mano para

agarrar su palma y tirarla hacia el nivel de los ojos.
"Lo vi sosteniendo tu mano."
"Me lo quité de encima".
El hombre delgado intentó tocar el rostro hermoso y áspero, pero el otro se dio la
vuelta.
Da miedo.
El corazón de Tongrak latió con fuerza. No sabía si estaba asustado o intimidado

cuando esos ojos penetrantes lo miraron, irradiando un aura que mantendría alejado a
cualquiera.
"¿Dónde más te tocó?"
La voz profunda era tan intensa que parecía vibrar a través de él, junto con la figura
alta presionando contra Tongrak, el calor casi abrasador.
Sus ojos se encontraron como si intentaran leer el alma del otro.
"... mi cintura", susurró en respuesta, apenas audible.
"¡Ah!"
Tongrak se puso rígido, jadeando cuando la mano áspera le sacó la camisa de los
pantalones, y luego la carne caliente apretó su cintura desnuda con tanta fuerza que
dejó una marca y se deslizó hasta su pecho. No se atrevió a mirar hacia abajo, sólo a los
ojos frente a él que brillaban con una luz enloquecida.
Pum, Pum, Pum.
El corazón de Tongrak martilleaba en su pecho, bombeando sangre a su rostro

enrojecido hasta que se volvió de un tono rojo intenso.
"...¿Dónde más?" una voz profunda susurró cerca de sus labios.
Tongrak desvió la mirada brevemente.
¿Debería decirle?
En el fondo, sabía lo que se avecinaba. Sabía que sería castigado y comprendió que no
debía revelar más de lo necesario. Sin embargo, algo lo obligó a responder con la
verdad.
"Mis piernas."
"Quítate los pantalones."
El oyente se estremeció ante la orden y miró a Mahasamut con expresión de sorpresa.

Ambos se pararon en el espacioso balcón frente a la casa, lo que provocó que se

repitieran las palabras.
"¿Qué dijiste?"
"¡Dije, quítate los pantalones!" La orden se repitió, esta vez más fuerte, lo que provocó
que Tongrak se desabrochara apresuradamente el cinturón ante la mirada
inquebrantable que no ofrecía ayuda.
Mahasamut lo observó buscar a tientas en silencio, pero ese silencio sólo hizo que la
espalda de Tongrak estuviera resbaladiza de sudor y que su corazón se acelerara con
una mezcla de miedo y emoción. Le temblaron las manos mientras se desabrochaba el
cinturón y luego se quitaba los pantalones. Cuanto más miraba Mahasamut, más
temblaba.
No le gustó que Mahasamut no dijera nada, pero sí que le observaran así.
La suave tela de sus pantalones se acumulaba alrededor de sus tobillos.
Una mano áspera le agarró el muslo y lo apretó con tanta fuerza que Tongrak se quedó
sin aliento. Miró esos ojos agudos y fuertes, la mitad del rostro de Mahasamut
oscurecido por las sombras de la noche, haciéndolo parecer un dios de la muerte
venido a reclamar una vida peligrosa, pero tan devastadoramente hermosa.
El hombre apretó su cuerpo contra él, sus músculos tan duros como el hierro contra él.
Una mano ardiente se deslizó hasta la parte interna de su muslo, haciendo que Tongrak
se sacudiera en respuesta.
Tongrak sabía que primero debía intentar calmar al otro hombre, pero su cuerpo
respondió honestamente. Su núcleo ardía, su ropa interior húmeda de deseo.
Dondequiera que tocara Mahasamut, parecía como si dejara marcas abrasadoras.
Incluso la voz profunda que volvió a preguntar era terriblemente excitante.
"¿Dónde más?"
"... Eso es todo", su voz tembló con un lamentable crujido.
Y fue aún más lamentable cuando Mahasamut le susurró al oído.
"¿Sabes que no te perdonaré fácilmente?"
Entonces castígame.
"¿Qué debo hacer para que no te enojes?"
Por favor, castígame. Hazlo hasta que no me atreva a volver a hacerlo.
Tongrak levantó la vista con ojos suplicantes mientras el hermoso y feroz rostro se
acercaba.
"Encuentra una manera".
Las yemas de los dedos agarraron su barbilla, obligándolo a mirar esos ojos salvajes, y
antes de que su cerebro pudiera alcanzarlo, Tongrak abrió la boca para un beso que se
sumergió ferozmente, con un sabor casi a sangre. Su corazón se aceleró de emoción, su
cuerpo presionándose contra el cuerpo más grande, sus caderas rozando las del otro,
descaradamente cerca mientras sus lenguas libraban la guerra.
A Mahasamut le gustaba besarlo, pero esta vez era más caliente, más violento y salvaje
sin ternura. Sus afilados dientes mordisquearon el labio inferior de Tongrak,
haciéndolo gemir, pero el otro hombre no escuchó sus protestas y, en cambio, hundió
su lengua en la boca de Tongrak, codicioso e implacable. Presionado contra la pared sin
espacio entre ellos, una mano grande tocó su muslo, sus dedos se arrastraron hasta el
interior pero se negaron a tocar más...
Fue el propio Tongrak quien apretó la parte inferior de su cuerpo más cerca, moviendo
sus caderas.
"Mut, ah, Mut", gimió y gimió, tratando de presionar más cerca de esa mano mientras
su boca aún estaba cautiva.
Mahasamut lo besó como para devorarlo.
Sus lenguas se enredaron ferozmente hasta que la saliva goteó en las comisuras de sus
bocas, y el hombre más alto se movió para besar alrededor de sus mejillas, bajando por
su cuello, su lengua caliente recorriendo su mandíbula antes de pasar por su nuez.
Tongrak se estremeció, echó la cabeza hacia atrás y su pálida mano se estiró para
agarrar la firme carne debajo de los pantalones cargo.
Estaba duro y caliente y lo quería en la boca.
"Quítate la ropa interior."
Mahasamut ordenó junto a su mejilla, y el oyente no dudó en quitarse la ropa interior

en el balcón, revelando su excitación que estaba vergonzosamente mojada por el
líquido preseminal.
La alta figura retrocedió lo suficiente para mirarla, haciendo que Tongrak se retorciera.
"Quítame la camisa".
Ahora, cualquier cosa que Mahasamut ordenara, Tongrak la cumpliría fácilmente. Sus
hermosas manos se estiraron para quitar la camisa hawaiana de Mahasamut,
temblando mientras la veía caer al suelo, su corazón dio un vuelco cuando el hombre
más grande agarró el dobladillo de su camiseta y se la sacó por la cabeza con
movimientos rápidos, revelando la línea de músculos que se movían
maravillosamente, dejando a Tongrak mirando al hombre que tenía delante.
"¡¡¡Ah!!!"
"¿Lo deseas tanto?"
Tongrak se estremeció cuando un dedo tocó su punta resbaladiza. Con solo rozar el
pulgar, estuvo cerca de terminar en ese momento.
"¿Solo mirarme desnudarte te pone tan ansioso? No miras a los demás así, ¿verdad?"
"No..."
"No te dije que pudieras hablar".
Tongrak inmediatamente cerró la boca, temblando bajo los dedos provocadores, y

luego se apretó con fuerza. Quería moverse, presionar contra la áspera palma.
"Parece que tendrá que aguantar un poco más, señor Tongrak".
Fue entonces cuando el hombre más grande lo llevó al dormitorio y empujó a Tongrak
contra la cama, haciendo que la parte superior de su cuerpo cayera sobre el colchón
mientras sus piernas aún tocaban el suelo, abiertas para revelar su carne ansiosa. La
aguda mirada de Mahasamut se posó sobre él, y luego... con una sonrisa maliciosa,
dijo: "Continúa, termina por mí".
"Mut..."
"Shh", Mahasamut colocó un dedo en esos bonitos labios y se lo metió en la boca.
Y con eso, Tongrak pasó su lengua alrededor del dedo largo, metiéndolo
profundamente en su garganta, mientras su suave mano se movía para agarrar su
propio centro. Sus piernas se abrieron más, permitiendo que la mirada aguda viera
cada parte de él.
Si Mahasamut quisiera ver, lo haría.
"Eh, ah..."
Aunque Mahasamut solo estaba mirando, Tongrak sintió oleadas de placer, gimiendo
desde su garganta mientras seguía chupando el dedo largo como si fuera esa carne
caliente. Sus piernas se elevaron más, su mano se movió más rápido, consciente de los
sonidos húmedos y la humedad brillante.
La primera vez que Tongrak se dio placer delante de alguien fue para Mahasamut, y
disfrutó de la mirada penetrante sobre él, la sombra que parcialmente ocultaba a
Mahasamut, el largo dedo metiéndose en su garganta sin piedad, la vergüenza que
hacía temblar su carne de excitación, sus caderas moviéndose más rápido.
"¡¡Ah ah!!"
En ese momento, sus hermosos ojos se abrieron cuando un líquido frío fue vertido en
su punto dulce, y antes de que pudiera reaccionar...
Los gruesos dedos de Mahasamut penetraron el tierno canal que aún estaba suave por
el sexo de la noche anterior, empujando profundamente hasta su lugar favorito,
haciéndolo doblar la espalda como un arco, sus piernas tensadas contra la cama y sus
nalgas levantándose del suave colchón.
"No te dije que pararas. Sigue adelante".
Mahasamut se sacó el dedo de la boca con voz firme. Con su mano libre, levantó las
piernas de Tongrak, permitiendo que el dedo largo que se había retirado casi por
completo regresara al estrecho canal.
"Ah...ah, oh Mut, Mut, ahí mismo, más fuerte."
¡Azote!
"¡No pares!"
Los ojos de Tongrak se llenaron de lágrimas cuando lo azotaron en las nalgas, dejando
una marca roja. Su hermosa mano, que se había detenido, se acarició de nuevo
mientras sus caderas se balanceaban incontrolablemente mientras Mahasamut seguía
presionando el sensible punto interior. Su boca se abrió de par en par, gimiendo
incoherentemente.
"No pares, no más, dámelo otra vez". Tongrak movió su mano más rápido, suplicando
más fuerte, ajeno a los sonidos de aplastamiento que resonaban por la habitación.
Entonces, sus ojos llorosos suplicaron al otro.
"No más dedos, basta, ah, dámelo...ahora."
"Dime que quieres."
Mahasamut se elevó por encima del cuerpo de Tongrak, con su gran mano en la
hermosa barbilla, susurrando en voz baja. Sus ojos feroces miraron hacia abajo,
apretando para obligar al guapo a hablar con voz temblorosa.
"Cógeme Mut, tómame… te deseo… por favor".
Eso fue todo lo que hizo falta para que el mundo de Tongrak se pusiera patas arriba. Lo
empujaron a una posición de gateo sobre la cama, con sus hermosas nalgas levantadas
para recibir, con las piernas abiertas, sintiendo la áspera palma separar ambas mejillas,
obligándolo a agarrar la sábana.
Los ojos de Tongrak se abrieron y las lágrimas corrieron mientras el miembro duro y
caliente penetraba en su estrecho agujero. Estaba caliente, grande, casi sofocante, pero
casi lo hizo llegar al clímax instantáneamente, sus gritos resonaron por toda la
habitación. Y luego...
"¡¡¡Ah!!!!"
"¿Quién te dijo que te corrieras?"
Justo cuando se hundió profundamente, Tongrak... terminó.
"Lo siento, lo siento, Rak lo siente, ah... sollozo, ah."
Tongrak gritó de manera ininteligible antes de sobresaltarse, su suave mano agarró el

cuello de la persona detrás de él mientras la carne dura y caliente volvía a penetrar. Sus
lágrimas fluyeron con intenso placer. Sabía que el ya feroz Mahasamut era más
violento de lo habitual, no le permitía descansar y empujaba deliberadamente con
fuerza para volverlo loco. La gran mano agarró su frente y lo acarició brevemente antes
de que se pusiera tan duro como antes.
"Rak, Rak lo siente, ah."
Mahasamut giró el rostro de Tonrak para recibir un beso ardiente, forzando su lengua a
enredarse fuera de su boca mientras la otra mano se deslizaba por los botones restantes
de su camisa, empujándolo a arrodillarse en la cama, levantándolo para apoyarse
contra la amplia espalda, dando paso al miembro que empujaba y calentaba dentro de
él.
El sonido de carne chocando contra carne resonó por toda la espaciosa habitación,
encendiendo los deseos de ambas partes y provocando que estallaran intensamente.
Con las lenguas entrelazadas fuera de sus bocas, un hermoso trozo de carne liberaba
un flujo continuo de humedad resbaladiza. Entonces, el hermoso cuerpo se estremeció
cuando una gran mano apretó y jugueteó con una protuberancia de color dulce,
tirando de ella hasta que Tongrak se estremeció con un shock frío.
"Duele..."
"¿Te gusta?"
"Me gusta. Aprieta de nuevo. Haz que duela. Ah, haz que Rak aprenda la lección...
Mut". Tongrak gritó vergonzosamente, pero sus caderas enfrentaron cada empuje sin
ceder.
Y así, Mahasamut bajó el hermoso cuerpo para sentarse a horcajadas en su regazo, y

antes de que Tongrak pudiera tensar sus piernas para recibirlo, la gran mano agarró
sus caderas, levantándolas lo suficiente para...
"¡¡¡Ah!!! Mut, demasiado fuerte. Mn, hormiguea, ah..."
Mahasamut penetró implacablemente en él, hundiéndose profundamente en su

interior hasta que fue abrumador pero enviando escalofríos de placer por todo su
cuerpo, haciéndolo llorar en voz alta. Las manos de Tongrak agarraron al hombre
detrás de él, que estaba jadeando y temblando. La voz profunda y sexy de Mahasamut
resonó en los oídos de Mahasamut con sollozos y jadeos, incapaz de detener sus
caderas.
De nuevo, no puedo, no puedo...
"¡¡¡Ah!!!!"
Sin esperar mucho. Tongrak liberó un fluido blanco turbio que se esparció hasta la
cabecera mientras fuertes brazos rodeaban su cintura y las fuertes caderas lo golpeaban
ferozmente. La voz profunda llenó la habitación antes de que Tongrak sintiera una ola
de calidez cuando el líquido caliente se desbordó y se liberó dentro de él.
"Espera, espera, un momento, déjame descansar".
"¿Cuándo dije que podías descansar?"

La voz de Tongrak tembló cuando lo voltearon para tumbarse boca arriba, con una
pierna levantada casi contra su propio pecho, pero quedó paralizado cuando se
encontró con la mirada penetrante dirigida hacia él.
Tongrak debería haberse asustado, pero ¿por qué estaba temblando de emoción?
Mahasamut era feroz, salvaje e inflexible, como el mar durante una tormenta, pero
Tongrak no podía quitar los ojos del hombre que tenía delante. Este hombre era
peligrosamente guapo y no podía resistirse a él. Antes de que pudiera prepararse,
jadeó y agarró con fuerza la gran mano mientras el hermoso rostro se hundía en su
apretada entrada, empujando una lengua hacia adentro egoístamente.
Maldita sea, incluso después de todo esto…
"Más fuerte, ah, se siente bien. Profundiza, lame más. Me gusta mucho".
Gimió, agarrando con fuerza el espeso cabello negro, listo para recibir cualquier castigo
que este hombre estuviera dispuesto a darle.
Tongrak sabía que no debería sentirse así, pero a él... le gustaba cuando Mahasamut
estaba celoso.
Le gustaba todo sobre este hombre.
"Tengo una pregunta para ti, Rak."
"¿Qué es?"
"¿Alguna vez se enojan el uno con el otro?"

Entonces, cuando Khaimook le hizo esta pregunta en el bonito restaurante donde los
cuatro estaban cenando juntos, Tongrak miró a Mahasamut a su lado y captó un rápido
destello en sus intensos ojos.
Estaban pensando en lo mismo.
"Tongrak se enoja conmigo bastante a menudo", respondió Mahasamut a Khaimook,

pero... su mano caliente agarró el muslo de Tongrak.
Bien, Tongrak confirmó que realmente estaban pensando en lo mismo.
"Bueno, a él le gusta burlarse de mí".
Mientras su boca respondía a la pregunta de Khaimook, separó las piernas para dejar
que su amante lo tocara como deseaba, sintiendo el calor pulsando en su pecho.
Estaba pensando en cuando Mahasamut volvió a ponerse celoso.
"¿Y Mahasamut alguna vez ha estado enojado contigo? Sólo lo he visto

complaciéndote, como ahora".
Los agudos ojos de Mahahamut se dirigieron a Tongrak.
"Por supuesto, he estado muy enojado con Tongrak antes".
Mahasamut respondió mientras apretaba su muslo con más fuerza, lo que le hizo
querer ponerse de pie en ese momento. La mano de Tongrak se posó sobre el grande,
tirando de él para tocarlo más alto hasta que las yemas de los dedos se deslizaron hasta
la parte interna del muslo.
Mientras Tongrak se apoyaba en el fuerte brazo para permitir que Mahasamut le diera
un beso en la sien, apenas contuvo una sonrisa.
Khaimook no podía saber qué tan tormentoso estaría el mar esta noche, pero confiaba
en que los dos podrían predecirlo de ahora en adelante, y eso fue suficiente para que
Tongrak agregara algo a la pregunta de Khaimook.
"Y me gusta cuando se enoja".
Tongrak ignoró la mirada confusa del otro y simplemente levantó el rostro para
encontrarse con el apuesto que sabía que era perversamente encantador. Simplemente
le gustaba todo acerca de Mahasamut, eso era todo.
Tal vez debería ponerlo celoso otra vez.
Se le ocurrió que si Mahasamut lo oía, sería castigado tanto que no podría levantarse
de la cama.
Pero ¿qué podía hacer? ¡Le gustó!
No importó. Seguía pagando a Mahasamut pero con la moneda llamada Tongrak.

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WORDS2BLAST LOVE SEA_MAME

"Connor, lavaré los platos yo mismo".

"Oh, cariño. Tú cocinas, yo limpio. No te preocupes por eso".

Eso es muy molesto.

"Connor, basta. Ya es suficiente. Te dije que no lo hicieras".

"Estás loco Farang".

Cuando los tortolitos se acomodaban en medio del lujoso condominio, hurgando

Después de esa breve protesta, Connor enterró su rostro en la nuca de su amante,

Y esa persona no dudó en confrontar a Connor.

"Mira esa cara, qué adorable".

"¡Connor!" El único huésped en la casa de repente se levantó con expresión molesta.

"¡Tú, Farang, psicópata, mocoso malcriado, imbécil, maldita sea!"

La encantadora sonrisa que intercambiaron contrastaba marcadamente con el brillo

"Si yo fuera tú, Khom, rompería con este psicópata".

...Él también podría terminar involucrado en la discusión.

Khom podría ser uno de ellos, pero no en este caso.

"¿Escuchaste eso? No importa cuánto lo intentes, Khom no romperá conmigo",

Khom continuó con una sonrisa: "¿Porque quién pagaría mi matrícula?"

"Espera, ¿qué? ¡Baby!"

Hace aproximadamente un año, cuando su amigo cercano, Connor, lo llamó para

Connor estaba tan obsesionado con su novio.

"Suficiente, ya es suficiente. No puedo escuchar más. Me rindo, ¿de acuerdo? Vayan

Le daría urticaria si tuviera que seguir escuchándolos estar enamorados.

Su amigo había cambiado mucho.

De un playboy despreocupado que solía llevar a quien quería a su habitación, ahora se

Aquí vamos de nuevo.

Después de que el niño de hermosa piel desapareciera en el dormitorio principal, un

"¿Te sientes solo?"

Connor no se sintió ofendido en lo más mínimo. No sólo no le importó, sino que

"Si te sientes solo, busca a alguien que te haga compañía".

"No veo la necesidad", replicó obstinadamente Rak.

"Ya no soy tu juguete".

Conocía a Connor desde que estudiaron en el extranjero, atraído tanto por su

No porque Connor tuviera una pareja. De nada.

"Nunca dije que estaba celoso de ti."

"No quieres un novio. No quieres a nadie. Simplemente te sientes solO, ¿eh?"

"Bueno, ¿hace cuántos años nos conocemos?"

Ugh, estos tipos son tan aburridos.

¿Por qué pensaba que eran aburridos?

Quizás él fue el primero, pero aun así era solo un amigo.

"Preferiría tener a alguien como Khom".

"Tongrak", los ojos verdes de Connor se oscurecieron.

Este año cumplo 31, ¿eh?

¿Mis mejillas se ven caídas?

"¿Mi amigo?" Preguntó Khom, un poco confundido, a lo que Tongrak asintió.

"Oye, y en cuanto a hacer las maletas, ¿adónde van?"

Connor probablemente estaría dirigiéndose a la playa otra vez, como siempre...

"Visitando a mis padres."

"No te mueras de soledad antes de que regrese, ¿de acuerdo?"

En este momento, Tongrak sólo podía pensar...

No soy ese tipo de persona, tu amigo de mierda.

Una visión de un paraíso sureño.

Sí, eso sería lo que la mayoría de la gente podría pensar.

Pero, desgraciadamente, Tongrak no era como la mayoría de la gente.

El hombre rico en cuestión no prestaba atención a las miradas de los demás. Su

"Debería haberlo sabido mejor".

"Mientras estoy fuera, ve y descansa. Yo me encargaré de todo. Tu nuevo proyecto es

Dos horas de barco balanceándose de un lado a otro, nada menos.

Por no hablar del calor sofocante del clima sureño.

¿Cuándo vendrán a recogerme?