Monografia La Pena

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LA PENA

INTRODUCCIÓN

La imposición de las penas y medidas de seguridad durante la larga trayectoria de la


vida humana, ha tenido diversidad de aplicaciones, en los tiempos primitivos se
imponían con tanta barbarie, recordemos que est
Desde un punto de vista estrictamente lingüístico, la Real Academia Española de la Lengua
define el concepto ‘pena’, en sus segunda y tercera acepciones, como “castigo impuesto
conforme a la ley por los jueces o tribunales a los responsables de un delito o falta”, y como
“dolor, tormento o sentimiento corporal” (RAE, 2017)

Que las penas limitativas de derechos se constituyen en una alternativa a la pena privativa de
libertad aplicable a los delitos de menor gravedad, en los cuales el sujeto activo no represente
peligrosidad a la sociedad, de esta manera se recurre al encarcelamiento como último recurso
y sobre todo en los delitos que conlleven gravedad y que su actor signifique peligro para la
sociedad

a multa es una pena pecuniaria, que consiste en que se establece una responsabilidad traducida
en dinero, como consecuencia de la comisión de un delito. El culpable de un delito debe pagar
una cuantía de dinero determinada legalmente, que constituye la multa.
La pena de multa tiene dos modalidades según dispone el artículo 50 del Código Penal:
1. El sistema de dias-multa. (La pena se impone siempre por este sistema, salvo que el delito
remita expresamente a la imposición de la multa proporcional).
2. La multa proporcional (Se impone solo en determinados delitos).

Para este punto, nos basamos en lo dicho por Demetrio Crespo Prevención general e
individualización judicial de la pena, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, 1999,
pp.57, que afirma: “la pena criminal representa el más grave medio de intervención en los
derechos y libertades del individuo, lo cual exige […] una justificación y legitimación
satisfactorias”

. Desde un punto de vista jurídico-penal, y a pesar de lo contradictorio que pueda parecer, se


carece por completo de un concepto análogo, ya que el Código Penal (en adelante, CP) opta
simplemente por establecer una clasificación de las distintas penas en él previstas y por
excluir de dicho concepto a ciertas injerencias en la esfera personal de los ciudadanos. Según
los arts. 32 y 33 CP, las penas pueden ser principales o accesorias; privativas de libertad,
privativas de otros derechos, o de multa; y también pueden ser graves, menos graves y
leves1 . Por lo demás, el art. 34 CP excluye del concepto de ‘pena’ tanto a las medidas
cautelares acordadas en el proceso penal, como a las sanciones administrativas y a las
“privaciones de derechos y sanciones” con finalidad reparadora (sean civiles o
administrativas).

a se inicia con la venganza privada, después la ley del Talión, posteriormente en el


periodo humanitario, encontramos que se trata de eliminar a la dureza de la pena,
tratando de hacer un estudio del delincuente para saber el porque del crimen y de
esta forma llevarlo a su readaptación.
Ahora bien no basta con tener un estudio pormenorizado sobre las circunstancias
que llevaron al sujeto a delinquir también es preponderante que el juzgador haga
una justa y adecuada valoración de las pruebas, al momento de individualizar la
pena, para que la medida de seguridad o pena que se imponga sea la más acorde al
caso concreto.
No pueden existir penas indeterminadas toda vez que el juez, debe de precisar la
duración de la misma. La pena tiene diversas características que permiten a la
sociedad vivir en armonía, segregando a los delincuentes en penitenciarias y
reformatorios.
Las penas y medidas de seguridad se extinguen con el transcurso del tiempo, es
decir cesa el ejercicio de la acción penal o la potestad de ejecutar las penas y
medidas de seguridad. La readaptación del delincuente es sin duda, la finalidad
última de la aplicación de la norma, para que el delincuente, pueda reincorporarse
de nueva cuenta a la sociedad.

OBJETIVO
Entender la diferencia que existe entre las penas y las medidas de seguridad,
debiendo precisar cuales son unas y las otras.
Precisar cuales son las características, fines de la pena y como se clasifican.
Diferenciar la libertad preparatoria de la libertad condicional.
Aprender cuales son las consideraciones que el juzgador debe observar para
individualizar la pena.
Estudiar como se puede extinguir el ejercicio de la acción penal o persecutoria.
Entender que es la prescripción.
Diferenciar entre penas determinadas y las indeterminadas.
Ser sabedor de la finalidad de la readaptación social.

LA PENA
La pena es la consecuencia última de todo delito.
A este respecto es necesario hacer la aclaración que existen excepciones, en virtud
de que en algunos casos, cuando se ha cometido una conducta delictiva y los delitos
son de querella o a petición de parte, no se llega a esta ultima consecuencia ya que
puede ser de que se extinga el ejercicio de la acción penal con el perdón del
ofendido antes de que se llegue a esta etapa procesal.

NOCIÓN DE PENA
Pena es el castigo que el estado impone, con fundamento en la ley al responsable
de un delito.
Para castellanos la pena es el castigo legalmente impuesto por el estado al
delincuente, para conservar el orden jurídico.
Para Villalobos la pena es un castigo impuesto por el poder publico al delincuente,
con base en la ley, para mantener el orden jurídico.
ANTECEDENTES
Durante su evolución la pena a tenido diferentes etapas, en sus orígenes surge
como “venganza” en su transcurrir histórico adquiere diversos caracteres y objetivos,
de acuerdo a las necesidades de la sociedad y al pensamiento de cada época.
El derecho penal surge como una necesidad de regular la conducta del hombre en la
sociedad debido a que desde sus orígenes este siempre ha manifestado conductas
que afectaban a los demás, como es el hecho de apoderarse de los animales que
eran cazados por otros, de ahí la necesidad de regular su conducta.
Dentro de la “venganza” encontramos que el ofendido encuentra su satisfacción
mediante un acto violento.
Dividiéndose esta etapa en venganza privada, también llamada de sangre
consistente en que el agraviado se hace justicia por su propia mano teniéndose que
el afectado le causa a su agresor un daño similar o igual al daño que se le ocasiono;
esta fase se identifica como la ley del Talión (ojo por ojo y diente por diente).
La venganza familiar, en este periodo un familiar del afectado le causa al activo un
daño como un acto de justicia.
La venganza divina, es la organización teocrática, todos los problemas se proyectan
a una divinidad, de tal modo que encontramos los rituales y hechiceros entrelazados,
quienes imponen el castigo son los representantes de los dioses.
Venganza publica, aun cuando se trato todavía un acto de venganza, en esta etapa
ya existe la represión por medios públicos implicando ya la distinción de delitos
públicos y delitos privados, según lesionaran los intereses de particulares o de la
colectividad; los tribunales juzgan en nombre de la colectividad y para
salvaguardarla imponen penas cada vez más crueles e inhumanas; en esta etapa
los jueces tenían facultades para incriminar hechos no previstos por la ley como
delitos, es por ello que este tipo de justicia represiva estuvo al servicio de los tiranos.
Posteriormente encontramos a la etapa humanitaria, en ella se trata de eliminar la
dureza del castigo, surgen grandes pensadores como lo son César Beccaria y John
Howard el primero de los mencionados da una nueva concepción de la actividad
represiva y el segundo representa la base de los nuevos sistemas penitenciarios ya
que describe con objetividad el horroroso estado de las prisiones de Europa.
Etapa científica, en esta etapa es importante saber el porque del crimen, debiéndose
saber cual el tratamiento adecuado para readaptar el sujeto, la pena debe ser
completada con un tratamiento de readaptación en los que se adquieran los hábitos
de disciplina, trabajo y moralidad.
En la antigüedad era importante el castigo, con la finalidad de reprimir, eliminando al
delincuente y que esto sirviera de escarmiento para los demás. Mientras más severa
y cruel fuera la pena se pensaba que esta era más eficaz. La pena mayor que a
aplicar era la pena de muerte, ya que eliminaba al delincuente teniéndose como
resultado que este ya no volvería a delinquir.

CARACTERÍSTICAS

La pena tiene las siguientes características:


1) INTIMIDATORIA, es decir, evitar la delincuencia por el temor de su aplicación.
2) AFLICTIVA, la aflicción penal debe recaer especialmente sobre la libertad, lo cual
explica la gran difusión de las penas privativas y restrictivas de la libertad en los
códigos que se inspiran en este principio.
3) EJEMPLAR, al servir de ejemplo a los demás y no solo al delincuente, para que
todos adviertan la efectividad de la amenaza estatal. Evitar la delincuencia por el
temor de su aplicación.
4) LEGAL, porque debe encontrarse establecida en la ley y aplicarse con arreglo a
sus prescripciones.
Este principio se encuentra consagrado en el articulo 11 de la Constitución Política y
en el artículo 1 uno del Código Penal para el Estado de Hidalgo el que a letra
establece: Articulo 1o. ”nadie podrá ser penado por una acción u omisión que no
estén expresamente previstas como delito en la ley vigente al tiempo en que se
cometieron, o si la pena no se encuentra establecida en ella.”
Esta legalidad se limita al dogma, “nullum crimen, nulla poena sina lege”, de aquí de
cómo dice soler, no se puede castigar un hecho no prohibido, por su semejanza con
uno prohibido; ni admitir una agravación especifica no enumerada, por su semejanza
con una enumerada, ni imponer una pena extra legal por su analogía con otra legal.
5) CORRECTIVA, porque debe producir en el penado la readaptación a la vida
normal, mediante los tratamientos curativos y educacionales adecuados, impidiendo
así la reincidencia.
6) JUSTA, la pena no debe ser la mayor ni la menor sino la que el caso amerita, no
debiendo ser excesiva en dureza o duración, ni menor sino la justa.
El juez deberá tomar conocimiento directo del procesado, de la victima u ofendido y
de las circunstancias de los hechos en lo posible y en la medida requerida para cada
caso, impondrá la punición que estime justa y procedente, dentro de los limites de
punibilidad del delito.

FINES

La pena debe servir para determinados fines:


A) DE CORRECCIÓN, la pena para quien se aplica debe ser para corregirlo, es por
ello que los centros penitenciarios deben de proporcionar la readaptación de los
delincuentes para que estos no vuelvan a delinquir.
Esta finalidad en muy pocas se ocasiones se logra complementar en virtud de que
nuestros centros penitenciarios que se encuentran en la nación en muy contadas
ocasiones cuentan con el material humano y material para readaptar a los
delincuentes que en ellos se encuentran recluidos, razón por la que cuando son
liberados e incluidos de nueva cuenta a la sociedad para su convivencia, estos
vuelven en su mayoría a delinquir.
B) DE PROTECCIÓN, porque debe encaminarse a la protección de la sociedad, al
mantener el orden social y jurídico.
Bien las leyes penales tienden a proteger a los integrantes de la colectividad, en
razón a los demás fines que lleva implícita la propia pena, es decir si tenemos
conocimiento de que al cometer un delito se nos impondrá la pena correspondiente
ello sirve para que los integrantes de ese grupo social se intimiden ante el temor de
que la pena señalada para esa conducta o hecho se le pueda aplicar manteniendo
así el orden social, y en caso de que una de las personas integrantes de esta
colectividad sobrepasara esta esfera, realizando el acto que la ley contempla como
delito, será menester para mantener el orden jurídico, aplicarle la pena con que se
sancione el mismo.
C) DE INTIMIDACIÓN, debe cumplir una función de amenaza hacia los demás
integrantes de la sociedad, con el objetivo de que no delinquir. Obrar no solo sobre
el delincuente, sino también sobre los demás ciudadanos pacíficos mostrándoles
mediante su conminación y ejecución, las consecuencias de la conducta delictuosa,
vigorizando así sus sentimientos de respeto a la ley y creando en los hombres el
sentido moral escaso, por razones de propia convivencia, motivos de inhibición para
el porvenir.
D) EJEMPLAR, la pena debe servir de ejemplo tanto a quien la sufre, como a la
colectividad.

CLASIFICACIÓN
Existen varios criterio a través de los cuales podemos clasificar a la pena:

1) POR SUS CONSECUENCIAS:


Reversible, el efecto dura el tiempo que dure la pena, después de ello el sujeto,
recobra su situación anterior, y las cosa vuelven al estado en el cual se encontraban.
En este ámbito de ideas, debemos entender que la pena no afecta la integridad
física del delincuente.
Irreversible, esto es lo contrario de lo anterior, porque su efecto impide que las cosas
vuelvan al estado en el cual se encontraban anteriormente, aquí podemos citar la
pena corporal o bien la pena de muerte.

2) POR SU APLICACIÓN:
Principal, es la que resulta del juzgador en consecuencia a una sentencia, también
se le denomina pena fundamental.
En esta consecuencia la finalidad primordial es el segregamiento del delincuente o
bien aplicarle un castigo por su acción.
Accesoria, es la que resulta a consecuencia de la directa y es necesaria de la
principal.
En esta consecuencia podemos citar como ejemplo: en un asunto en el cual se haya
condenado al activo del delito a la reparación del daño, cuyo objetivo es la
restitución de la cosa obtenida por el delito con sus frutos y accesiones cuando fuere
posible y si no fuere posible el pago del precio correspondiente.
Refiramos el delito de despojo, en donde se condena al delincuente a entregar el
bien inmueble del cual despojo al pasivo del delito, o bien cuando se siguió un
proceso por el delito de daño en la propiedad y se le condena al pago de los daños
que se cuantificaron en ese asunto o proceso.
Bien, no en todos los casos se tiene la presencia de este principio ya que mucho
tiene que ver la comparecencia e interés que el ofendido tenga en el juicio para el
efecto de que acredite la reparación de daños y perjuicios con medios probatorios
idóneos, ya que la reparación de daños y perjuicios será fijada por el juzgador de
acuerdo con las pruebas obtenidas en el procedimiento para su cuantificación,
tratándose del daño moral se considera la capacidad económica del obligado a
pagarla.
Complementaria, esta viene aparejada con la pena principal y también se
encuentra contemplada en la ley.

3) POR LA FINALIDAD QUE PERSIGUE:


Correctiva, trata de readaptar al sujeto activo mediante un tratamiento. Vemos que
este es el sentido humanitario que le dan a la pena, becaria y sobre todo Howard, al
hacer su estudio sobre los centros penitenciarios de Europa, en donde se dio cuenta
del estado inhumano en que se encontraban las prisiones en esa época.
Intimidatoria o preventiva como ya se dijo a través de la pena se trata de que los
integrantes de la sociedad no delincan al ver que por sus actos se imponen
sanciones que se encuentran previstas en la ley.

4) POR EL BIEN JURÍDICO QUE AFECTA:


Capital en nuestro estado este tipo de pena no se encuentra contemplada, ya que
esta prohibida la imposición de la pena de muerte, aunque nuestra Constitución
general de la república en el artículo 22 establece la posibilidad de aplicarla, aun
cuando estas hipótesis no se han aplicado.
La pena de muerte no es la solución a la inmensidad de delincuencia que existe en
nuestro país, ya que en algunos en donde se ha aplicado, a traído como
consecuencia de que la delincuencia aumente, además de que se ha demostrado
que esta no inhibe ni atemoriza a la sociedad para no delinquir, la cual no esta
preparada para que se aplique tan drástica pena.
Ahora viendo del lado de los administradores de justicia estos en ocasiones, aplican
penas a personas inocentes lo que traería como resultado que también privarían de
la vida a personas de igual circunstancia. La pena capital o pena de muerte consiste
en privar de la existencia, por razón del delito al condenado a ello por sentencia de
tribunal competente, ejecutoriada.
Desde tiempos primitivos, se aplicó ésta pena, con excesiva frecuencia y durante la
edad media cuando se aplico con saña y ferocidad.
En el siglo XVIII surgió el movimiento abolicionista de la pena de muerte, movimiento
encabezado por Beccaria, quien contó entre sus seguidores a Carmignani y a
Carrara en Italia; a Homel en Alemania; a Sonnefels en Australia, etc., moralistas,
sociólogos, juristas, filósofos, etc., apoyaron el movimiento abolicionista de la pena
de muerte; Solovietff, Leipman, Huberlin Sutherland, Laurent, tarde, con importantes
trabajos han contribuido a la abolición de la pena de muerte en casi todo el mundo
civilizado.
Entre los partidarios de la pena de muerte pueden mencionarse a tomas de Aquino,
Garófalo, Khal, Hoche, Dino, Cavalinuovo etc.
Entre nosotros destacan como abolicionistas Francisco González de la Vega y el
recién desaparecido maestro Raúl Carrancá Y Trujillo, así como Fernando
Castellanos, siendo partidario de la pena de muerte Ignacio Villalobos.
En general se ha impuesto el abolicionismo de la pena de muerte la que se ha
reservado para los delitos mas graves en situación emergente: espionaje y traición a
la patria en tiempos de guerra.
En el Estado de Hidalgo fue derogada la pena de muerte el año de 1962.

Corporal. Esta pena afecta directamente al cuerpo del delincuente, se dice que la
pena de prisión es una pena corporal cuando mas bien es una pena privativa de la
libertad. Con anterioridad como penas corporales se tenían a las mutilaciones y al
flagelamiento.

Pecuniaria. Consiste en el pago que hace el delincuente al estado, siendo un


menoscabo en el patrimonio del sujeto activo del delito, puede ser la multa o bien el
decomiso, aunque en esta clasificación también tenemos a la reparación del daño.
Laborales. Bien nuestra Constitución prohíbe la imposición de trabajos forzados,
como pena. Pero en el sistema penitenciario para la readaptación del delincuente se
recomienda la imposición de trabajos y educación.
Nuestra legislación penal en el estado contempla como hipótesis la imposición de
trabajos a favor de la comunidad como conmutaciones de las penas las cuales
deben para otorgar dicho beneficio reunir ciertos requisitos como lo son que la pena
de prisión no exceda de cuatro años, que se trate de un delincuente primario, en
atención a sus circunstancias personales, que el delincuente no se haya sustraído
de la acción de la justicia, en su caso que se pague la pena de multa impuesta y la
reparación de daños.
Infamantes. Nuestra Constitución también prohíbe la imposición de este tipo de
penas ya que estas consistían en la exhibición publica del delincuente con ropajes
no habituales, o bien en condiciones estrafalarias o ridículas, penas que les
causaban descrédito y deshonor, afectando la dignidad de las personas.
Restrictivas privativas de libertad. Este tipo de penas afectan directamente la libertad
de las personas, el ejemplo por excelencia es la pena de prisión, que consiste en la
privación de la libertad física. La duración mínima de la pena privativa de la libertad
será de res días y la máxima es de cincuenta años.
Esto según las reformas que entraron en vigor en el estado en fecha 23 de marzo de
1999, haciendo un poco de remembranza acerca de la prisión encontramos que el
emperador Constantino, establece por primera vez en la civilización nuestra, la
separación de los sexos en las prisiones, suprime todos los rigores penitenciarios
que no fueran absolutamente precisos, y, también por primera vez, establece la
obligación para el estado de eliminar a los presos pobres.
En las leyes de las partidas se habla de la prisión no como una pena sino como un
medio de aseguramiento del delincuente, pues dicen que la prisión “no es dada para
escarmentar los yerros, mas para guardar los presos tan solamente en ella hasta
que sean juzgados” según las leyes de las partidas las penas persiguen la
reparación del daño, el escarmiento y la intimidación.
Determinan las causas, que excluyen y atenúan la responsabilidad y reglamentan la
tentativa, la complicidad y la prescripción. Durante la edad media particularmente la
pena de prisión fue cruel.
Libertad condicional. Este tipo de libertad la otorga el juez cuando el delito no
excede de dos años y se trata de un delincuente primario, en una libertad
condicional debido a que el sujeto tiene la condicionante de no volver a delinquir.
Presenta los siguientes siguientes requisitos:
I) Que sea la primera vez que delinque el reo y haya observado hasta el momento
buena conducta,
II) Que por antecedentes personales o modo honesto de vivir, así como la
naturaleza, modalidades y móviles del delito, se presuma fundadamente que el
sentenciado no volverá a delinquir.
III) Que durante el proceso no se haya sustraído de la justicia.
IV) Que haya pagado o garantizado la reparación de daños y perjuicios y,
V) Que no haya necesidad de conmutar la pena de prisión en los términos del
artículo 78 en función del fin para que fue impuesta.

Para que el sentenciado deba de gozar de este beneficio a satisfacción del juzgador
deberá garantizar su comparecencia ante la autoridad cada vez que sea requerido y
que no causará daños o molestias al ofendido o a sus familiares, obligarse a residir
en determinado lugar e informar cualquier cambio de residencia a la autoridad que
ejerza sobre el cuidado y vigilancia, comprobar que desarrollara una ocupación licita
dentro del plazo que se le fije y abstenerse al abuso de bebidas embriagantes y del
empleo de estupefacientes, psicotrópicos u otras substancias que produzcan efectos
similares, salvo que lo haga por prescripción médica.
La suspensión de la pena de prisión comprenderá la multa que haya sido impuesta
conjuntamente con aquella. En cuanto a las demás penas impuestas, el juez o
tribunal resolverá discrecionalmente según las circunstancias del caso, al igual que
sobre las medidas de seguridad.

LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD.


La pena privativa de libertad consiste en la limitación coactiva de la libertad de
movimiento mediante el internamiento en un establecimiento penitenciario. Como lo
reconoce expresamente la exposición de motivos del actual Código Penal, este
Código a unificado la pena privativa de libertad, no diferenciando las diversas
modalidad como la hizo el Código de 1924, en la que se diferencia El Internamiento,
La Penitenciaría, La Relegación y La Prisión.
BRAMONT – ARIAS TORRES, refiere que la pena privativa de libertad, consiste en
privar de la libertad a una persona, entendiendo la libertad el carácter ambulatorio, a
la movilidad con que normalmente se desenvuelve la persona, siendo que esta
medida con que normalmente se desenvuelve la persona, siendo que esta medida
se materializa cuando la persona ha cometido un delito considerado por el
ordenamiento jurídico como grave.
Por la pena privativa de libertad el sujeto activo del delito es internado físicamente
en un local cerrado, que edifica el Estado por tiempo determinado y físicamente el
cual debe someterse a un tratamiento específico para su posterior readaptación y
reincorporación al seno de la comunidad.

LAS CLASES DE PENA.


Con la vista puesta en los principios informadores de la previsión legal de la pena, el
artículo 28 del Código Penal establece cuales son las clases de penas aplicables a
los delitos. Sin embargo, debe precisarse que este catálogo de penas se limita a las
penas previstas para los delitos comunes.
No se incluyen, por lo tanto, las medidas penales que se imponen en el marco del
Derecho Penal de menores o en el fuero privativo militar. En el caso de los menores
de edad, el artículo 217 del Código de Niños y Adolescentes contempla las llamadas
medidas socioeducativas, las cuales pueden ser de amonestación, prestación de
servicios a la comunidad, libertad asistida, libertad restringida e internación en
establecimiento para tratamiento.
En lo que sigue, vamos a hacer una descripción general de los rasgos distintivos de
las diferentes clases de pena previstas en el artículo 28 del Código Penal.

Clases de la Pena Privativa de Libertad.


En la versión original del Código, el legislador innovo de manera importante la
regulación de la pena privativa de libertad. Suprimió las categorías del penitenciaria,
relegación y prisión, previsto en el C.P. DE 1924. Paralelamente incorporo la pena
privativa de libertad de cadena perpetua junto a la pena privativa de libertad
temporal.
La reforma de 1991 constituyo una victoria de los partidarios de la función
resocializadora de la pena privativa de libertad, ya que se buscaba evitar la
estigmatización, sobre todo los condenados a la pena de reclusión. La ejecución de
la pena privativa de libertad debía depender sólo de las calidades personales del
detenido y de las necesidades propias para progresar en su reintegración social.
La pena privativa supone la restricción de la libertad ambulatoria del condenado. Se
restringe coactivamente su libertad de movimiento mediante el internamiento de éste
en un establecimiento penal.
La duración de la pena privativa de libertad se encuentra regulada en el art. 29. Esta
disposición fue derogada incorrectamente mediante el art. 4 de las Ley N° 27569, del
29 de noviembre de 2001, al confirmar la exclusión del D. Leg. N° 895. Sin embargo
fue posteriormente restablecida por el Decreto Legislativo N° 982 de junio de 2007.

a) La Pena Privativa de Libertad Temporal.

La pena privativa de libertad temporal tiene una duración mínima de dos días y una
máxima de 35 años. En los proyectos de 1984 y de 1985 su duración máxima fue
fijada en 30 años. En el proyecto de 1989 se propuso reducir dicho límite a 20 años,
originalmente su límite máximo estaba fijado en 25 años, el límite máximo fue
introducido en 1998, por el Decreto Leg. N° 895.
Se ha cuestionado el límite máximo fijado en la Ley por el promedio de vida
existente en nuestro país y las condiciones en que son ejecutadas las penas. En
efecto el carácter temporal de la privación de la libertad desaparece cuando se
impone una sanción por tantos años de duración. Ello se ve reflejado en cuanto en la
frecuencia con la que el Legislador, simbólicamente, recurre a penas severas para
reprimir un gran número de delitos. El sistema deviene en irracional he inhumano.
También es criticado el mínimo de dos días establecido por la pena privativa de
libertad temporal, pues resulta incoherente con la tendencia predominante dirigida a
evitar la imposición y aplicación efectiva de penas privativas de libertad de corta
duración, al considerarse tanto que éstas carecen de efectividad preventivo –
general y especial, como promueven la estigmatización social. En el proyecto de la
Comisión Revisora Especial de 2008/2009, llamado Anteproyecto de C.P. de 2009,
se ha elevado el mínimo de la pena privativa de libertad a dos años pero se han
mantenido el máximo en 35 años.
Sin embargo algunos autores reconocer utilidad política criminal a las penas
privativas de libertad de corta duración, estimando que pueden cumplir con los fines
de prevención general y especial. Se afirma que no deben ser desechadas del
plano, toda vez que pueden resultar útiles en la medida que se respeten el principio
de la proporcionalidad y respecto de su imposición a ciertos delincuentes, se podría
restablecer la vigencia de la norma. Asimismo, pueden influenciar eficazmente a las
personas, socialmente integradas.

b) La Pena Privativa de Libertad de Cadena Perpetua.


La pena privativa de libertad de cadena perpetua, es la pena más grave en nuestro
sistema y tiene una duración indeterminada. Fue incorporada en el año 1992, en el
código, siendo concebida como una privación de libertad de por vida. La
terminología utilizada por el legislados nacional para denominarla fifiere de la
empleada en otros sistema legales. Así, en el C.P. Francés “Reclusión Criminelle ou
la detención criminille á perpeuite” (Art. 131°, Inc 1.).

Teóricamente, esta pena dura a partir de la imposición de la condena tanto tiempo


su destinatario viva. Por tanto, la principal forma de extinción de su ejecución sería la
muerte del condenado (art. 85, inc. 1). Siendo esto así, la causal de extinción de la
ejecución de la pena prevista en el artículo 85, inciso 2. (el cumplimiento de la pena)
sería inaplicable. Inicialmente, nuestro legislador solo la previo para las formas
agravadas de terrorismo (D.L. N°25475, del 06 de mayo de 1992, Art. 3, Inc. a).
Luego amplio su aplicación a los delitos a la traición de la patria (DL. N° 25659 del
16 de mayo de 1992), Lavado de Dinero (Ley N° 26223, del 02 de agosto de 1992),
Apología del Terrorismo cometido por docentes (D.L. N° 26293, del 14 de febrero de
1994), a los actos de terrorismo cometidos por personas que se hayan acogido a la
Ley de Arrepentimiento (Ley N° 26508, del 20 de julio de 1996), Robo Agravado y
Secuestro Calificado por Daños Graves en el Cuerpos o la Salud o muerte (Ley N°
26630, fecha del 21 de junio de 1996). Paulatinamente, y como reacción simbólica
ante situaciones que aumentaba la seguridad ciudadana, ha perdido su carácter
excepcional y se ha convertido en un medio de lucha contra la criminalidad común.
La expansión del ámbito de aplicación de la cadena perpetua también es
cuestionable por los efectos negativos respecto a las futuras víctimas. En caso de
secuestro, el autor puede ser incitado a pensar que más le conviene que el
secuestrado fallezca para no ser identificado. Aún más, si se comparan las pena y la
forma de regulación establecida en la citada Ley N° 26630 con las del delito de
asesinato, se constata la incoherencia de la regulación. Si el secuestrador mata
dolosamente a su víctima para ocultar su delito, merecería una pena privativa de
libertad no menor de quince años. Pero si la víctima muere “durante el secuestro o a
consecuencia de dicho acto” aun debido al azar, la pena aplicable sería la cadena
perpetua.
En ocasión de la revisión de las disposiciones represoras del terrorismo, el Tribunal
Constitucional rechazó la indeterminación de la pena por considerarla
inconstitucional y, al mismo tiempo, buscó superar esta dificultad previendo que,
periódicamente, debería comprobarse si procedía la excarcelación mediante
beneficios penitenciarios. De acuerdo con este criterio, se estableció, en el art. 4 del
D. Leg. N° 921, del 18 de enero del 2003, un procedimiento para el otorgamiento de
dichos beneficios, a condición de que el condenado hubiese cumplido 35 años de la
pena impuesta. Tanto la decisión del Tribunal Constitucional como su
implementación Legislativa han sido fuertemente criticadas por algunos autores. Al
respecto, un sector de la doctrina nacional estima que dicha decisión es ambigua,
contradictoria y poco conforme con los principios establecidos por el mismo tribunal.
Se sostiene, correctamente, que la pena de cadena perpetua solo dejara de ser
inconstitucional cuando pierda su carácter de perpetua. Para lo cual se debe
establecer con obligación que se otorgue sin restricción, los beneficios,
penitenciarios previstos para las demás penas privativas de libertad; siendo
obligación del Juez, tanto de revisar las sentencias periódicamente como de
excarcelar al detenido. Por consiguiente, no basta prever la simple probabilidad de
conceder restrictivamente ciertos beneficios penitenciarios. Sin embargo, la solución
conforme a la Constitución y a una política criminal racional es la derogatoria de la
pena de cadena perpetua.
Una de las críticas a la cadena perpetua es considerarla que es incompatible con el
principio – derecho de dignidad humana, puesto que detrás de los fines
constitucionales de la pena – reeducación, rehabilitación, reincorporación también se
encuentra necesariamente una concreción del derecho – principio de dignidad de la
persona (artículo 1 de la Constitución) y, por tanto, este constituye un límite para el
legislador penal, Precisamente, dicho derecho – principio, en su dimensión negativa,
impide que los seres humanos sean tratados como cosas o instrumentos, sea cual
fuere el fin que se persiga alcanzar con la imposición de determinadas medidas,
pues cada persona, incluso la que delinque, debe ser considerada como un fin en sí
mismo, por cuanto el hombre es una entidad espiritual moral dotada e autonomía. La
cadena perpetua, sin posibilidad de revisión, no es conforme con el derecho –
principio de dignidad de la pena humana ni tampoco con los fines constitucionales
de la pena.

INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA
La individualización de la pena consiste en imponer y aplicar la pena según las
características y peculiaridades del sujeto, para que la pena se ajuste al individuo y
sea eficaz.

El juez al dictar una sentencia condenatoria, impondrá la punición que estime justa y
procedente, dentro de los límites de punibilidad para cada delito y en su caso
habiéndosele considerado los aumentos o reducciones que resulten de la aplicación,
de acuerdo al grado de reprochabilidad de la conducta del sentenciado, para lo cual
deberá tomar en consideración:

1) La magnitud del daño causado al bien jurídicamente tutelado o del peligro a


que hubiere sido expuesto;
2) Las circunstancias de tiempo, lugar, u ocasión de la comisión del delito y las
demás circunstancias especiales que determinen la gravedad del hecho
punible;
3) La forma y grado de responsabilidad del acusado en su caso, los motivos
determinantes de su conducta;
4) Las particulares de la victima u ofendido;
5) La culpabilidad del sujeto y las demás condiciones especiales y personales en
que se encontraba al momento de cometer el delito, siempre y cuando sean
relevantes para determinar la posibilidad de haber ajustado su conducta a las
exigencias de la norma.

Cuando el inculpado perteneciere a un grupo étnico indígena, también se tomaran


en cuenta sus usos, costumbres y tradiciones.
La cuantificación de la pena corresponde exclusivamente al juzgador, quien goza de
plena autonomía para fijar el monto que su amplio arbitrio estime justo dentro de los
máximos y mínimos señalados en la ley y sin mas limitación que la observancia de
las reglas normativas de la individualización de la pena.
La peligrosidad del sujeto activo constituye uno de los fundamentos del arbitrio
judicial en la adecuación de las sanciones, el que no solo debe atender al daño
objetivo y a la forma de su consumación, sino que deben evaluarse también los
antecedentes del acusado, pues el sentenciador, por imperativo legal, debe
individualizar los casos criminosos sujetos a su conocimiento y con ellos las
sanciones que al agente del delito deben de ser aplicadas, cuidando que no sean el
resultado de un simple análisis de las circunstancias en que el delito se ejecuta y de
un enunciado mas o menos completo de las características ostensibles del
delincuente, sino la conclusión racional resultante del examen de su personalidad en
sus diversos aspectos y sobre los móviles que lo indujeron a cometer el delito.
Sabido es que se pueden concebirse tres formas de individualización de la pena
estudiadas magistralmente por Saleilles en su obra clásica: la legal, la judicial y la
administrativa.

La primera hecha por la ley, la segunda por el juez, y la tercera durante el


cumplimiento de la pena por la autoridad administrativa o ejecutora.
La individualización legal no es más que la organización de la individualización
judicial, porque fija los limites de la actuación del juez trazando el campo de su
arbitrio.
Un Código atento a la individualización de las penas debe ser un Código del
delincuente; y esto presupone que el juez puede escoger de la lista de las sanciones
la que estime más conveniente, siendo su sentencia indeterminada. Un verdadero
Código del delincuente implicaría, en lugar de clasificación de delitos, clasificación
por delincuente: por dolo lucrativo, por dolo libidinoso, por dolo homicida, etc.
El Código Mexicano de 1931 rompió con la métrica penal de atenuantes y
agravantes y de modo franco y definitivo permitió al juez, no solo dar mayor o menor
valor a las circunstancias subjetivas y objetivas que concurren en el hecho, sino
apreciar circunstancias nuevas que la ley no hubiere previsto y enumerado.
INDETERMINACIÓN DE LA PENA
En las escuelas positivista y ecléctica decían que era necesario que la pena fuera
indeterminada, entendida esta, como la ignorancia por parte del delincuente a la
duración que debiera tener ésta.
Decían que la pena debía durar el tiempo necesario para que el delincuente se
readaptara.

Siendo congruente pensar que la pena debía ser indeterminada, ya que se debería
equiparar a la medicina en la que el tratamiento debe durar el tiempo que fuese
necesario para lograr la cura del paciente
Nuestra legislación contempla únicamente penas determinadas, ya que el sujeto
sabe desde cuando empieza a cumplirlas y cuando terminara de hacerlo.
En atención a lo anterior nuestro Código de procedimientos penales en el numeral
440 establece que toda sentencia deberá ser congruente con la ley y las constancias
de autos, será redactada con claridad. En las sentencias condenatorias deberá
precisarse las penas y medidas de seguridad impuestas.
La indeterminación de las penas descansa sobre la idea de que la sanción debe
adaptarse mas que al delito cometido, a la temibilidad o perversidad del delincuente
que lo ejecuta, pues una vez dictada la sentencia por el juez hay necesidad de
aumentar o disminuir la pena en armonía con los progresos o retrocesos de la
voluntad injusta del reo que se trata.

La individualización judicial dice Saleilles, constituye solo un diagnostico y en


materia de tratamiento moral, como en terapéutica, el diagnostico no basta, es
preciso aplicar el remedio, el cual varia de acuerdo a la persona que se aplica.
Este remedio, comenta Cuello Calón, no lo aplica el que pronuncia la pena sino el
que la ejecuta; es decir la administración penitenciaria.
Por tanto, es preciso que la ley deje suficiente iniciativa y elasticidad para que esta
pueda individualizar la aplicación de la pena a las exigencias de cada caso.
Y mas adelante agrega el mismo autor: “no se puede precisar con anticipación el
tiempo que un individuo tardara en reformarse, como no puede tampoco precisar a
día fijo el tiempo que el medico tardara en curar la enfermedad”.
Aunque hablando propiamente, según observa Saleilles, no se trata de curar una
enfermedad, sino de rehacer un temperamento. La analogía entre enfermos y
delincuentes no pasa de eso: analogía, y aún la reclusión para fines exclusivamente
médicos, casos de locos por ejemplo, encuentra resistencia en el público, que invoca
las garantías individuales.

El paso más serio en México ha sido el que se dio con la sentencia relativamente
indeterminada, tratándose de menores infractores.
Pero puede decirse que no hay legislación que haya establecido sanciones
absolutamente indeterminadas y aun en reformatorios como el de Elmira (Estados
Unidos), o Alicante (España), la indeterminación de las penas es relativa, pues hay
un máximo infranqueable por la ley.
Suponiendo que la legislación constitucional de un país admita la indeterminación de
las penas – caso que no esta en México – no es posible darle vida a tal institución,
sino se cuenta con penitenciarias industriales y agrícolas; reformatorios para
hombres y para mujeres jóvenes, penitenciarias, sanatorios y clínicas anexos a
estos reformatorios que permitan la observación, el tratamiento y la educación de los
reclusos.
Sin la observación constante de cada uno de ellos mediante funcionarios
administrativos, ayudados por médicos y antropólogos, no es posible ni una
clasificación acertada de los reos para los efectos del tratamiento, que debe variar
según la índole y antecedentes de cada sujeto.
Pero aunque la tesis correccionalista no tenga en realidad el brillo que en la doctrina,
representa un generoso anhelo y la indeterminación de las sanciones, es y será un
postulado fundamental en la vida penitenciaria.
Siendo el anhelo del legislador mexicano de 1931, no pudo sin embargo, llegar mas
allá de la libertad preparatoria, como medio de individualizar administrativamente la
pena, por carecer en el país, no solo de reformatorios o penitenciarias, sino de
cárceles y policías, medios de identificación y elementos técnicos adecuados.
CONMUTACIÓN DE LA PENA
La conmutación de la pena consiste en que una pena impuesta como resultado de
una sentencia definitiva, podrá modificarse por otra, lo cual aplica el ejecutivo del
estado.
La pena de prisión podrá ser conmutada a juicio del juzgador en los términos
siguientes:

A) Cuando no exceda de un año por tratamiento en libertad, multa o trabajo a


favor de la comunidad.
B) Cuando exceda de tres años por tratamiento en libertad, semilibertad, multa o
trabajo a favor de la comunidad; y
C) Cuando no exceda de cuatro años, por semilibertad o trabajo a favor de la
comunidad.

En estos casos, la conmutación se hará tomando en cuenta hasta el equivalente de


la pena impuesta en días que resulten, sin que el mínimo sea inferior a una cuarta
parte de dicha pena.
La multa que resulte de la conmutación de la pena es independiente de la señala, en
su caso, como pena. Esta deberá pagarse o garantizarse para que proceda la
conmutación. La multa impuesta como pena alternativa o substitutiva, podrá ser
conmutada por trabajo a favor de la comunidad.
Para los efectos de la conmutación se requerirá que el reo sea delincuente primario,
pague o garantice la multa y reparación de daños y perjuicios causados y el juez
estime la conveniencia de este medio en atenciones personales del sujeto para lo
cual deberán practicarse los estudios correspondientes.
Cuando se acredite que el sentenciado no pueda pagar la multa, o solo puede cubrir
parte de ella, la autoridad judicial podrá substituirla, total o parcialmente, por
prestación de trabajo a favor de la comunidad.
El reo que considere que al dictarse sentencia reunía las condiciones para el disfrute
de la conmutación de la pena y por inadvertencia de su parte o del juzgador no le
hubiera sido otorgada, podrá promover ante este que se le conceda, abriendo el
incidente respectivo.
Las penas sustitutivas que el juez puede conceder atendiendo las consecuencias
personales de cada sujeto son: tratamiento en libertad, semilibertad y trabajo a favor
de la comunidad. La sustitución de la pena es sustituir una sanción por otra.
Tratamiento en libertad de imputables consiste en la aplicación de las medidas
laborales, educativas y curativas, en su caso, autorizadas por la ley y conducentes a
la readaptación social del sentenciado, bajo la orientación y cuidado de la autoridad
ejecutora. Su duración no podrá excederse de la correspondiente a la pena de
prisión sustituida.

Semilibertad implica alternación de periodos de privación de la libertad y de


tratamiento en libertad. Se aplicara según las circunstancias del caso pudiendo ser:
externación durante los días de jornada de trabajo o educativa, con reclusión en los
días de descanso; salida de fin de semana, con reclusión durante el resto de esta o
salida diurna, con reclusión nocturna o viceversa.
El trabajo a favor de la comunidad consiste en la prestación de servicios no
remunerados, en instituciones publicas, de asistencia social o privadas asistenciales.
Este trabajo se llevara a cabo dentro de periodos distintos al horario de labores que
representen la fuente de ingreso para la subsistencia del sujeto y de su familia, en su
caso, sin que pueda exceder de la jornada extraordinaria que determine la ley
laboral y bajo la orientación y vigilancia de la autoridad ejecutora. Se acularan los
días de descanso obligatorio. Cada día de trabajo será sustituido por una jornada de
trabajo a favor de la comunidad.

EJECUCIÓN DE LA PENA
No se ejecutara pena o medida de seguridad sino después de que la sentencia que
la imponga haya casado ejecutoria. El ejecutivo del estado a través de la
dependencia que establezca la ley (dirección de prevención y readaptación social en
el estado), tendrá a su cargo la ejecución de las penas y medidas de seguridad.
Es obligación del Ministerio Público, vigilar y promover lo conducente, a fin de que
las sentencias sean estrictamente cumplidas, para tal efecto, gestionara ante las
autoridades administrativas correspondientes lo que legalmente proceda.
El sistema de ejecución de penas y medidas de seguridad se organizara sobre la
base del trabajo, la capacitación para el mismo y la educación, como medios para la
readaptación del delincuente y la prevención del delito.

MEDIDAS DE SEGURIDAD
Las medidas de seguridad intentan evitar la comisión de nuevos delitos, en tanto
que las penas llevan en si mismas la idea de la expiación y en forma de retribución.
No deben confundirse las medidas de seguridad con los medios de prevención de la
delincuencia: las primeras se aplican a las personas determinadas que han cometido
alguna infracción a las leyes penales, en tanto que los medios de prevención se
aplican en general.
Las medidas de seguridad que pueden aplicarse a las personas físicas son:

1) Tratamiento en internamiento o en libertad de inimputables o imputables


disminuidos;
2) Tratamiento de deshabitualización o de desintoxicación;
3) Confinamiento, prohibición de ir a una circunscripción territorial determinada o de
residir en ella;
4) Aseguramiento, decomiso, destrucción y perdida de objetos, instrumentos y
productos del delito;
5) Apercibimiento;
6) Caución;
7) Vigilancia de la autoridad; y
8) Las demás que prevengan las leyes

En el caso enumerado con el 1), cuando un inimputable requiere el tratamiento, el


juzgador dispondrá el que sea aplicable, en internamiento o en libertad, previo el
procedimiento respectivo. Si se trata de internamiento, el sujeto inimputable será
internado en la institución correspondiente para su tratamiento, durante el tiempo
que sea necesario para su curación sin que se exceda de la pena aplicable para el
delito.
Cuando el sujeto haya sido sentenciado por un delito que obedezca a la inclinación o
al abuso de bebidas alcohólicas, de estupefacientes, psicotrópicos o substancias
que produzcan efectos similares, se le aplicara, independientemente de la pena que
corresponda, un tratamiento de deshabitualización o desintoxicación, según el caso,
que no podrá exceder del termino de la pena impuesta por el delito cometido.
Cuando se trate de penas no privativas o restrictivas de la libertad, el tratamiento no
excederá de seis meses.

El confinamiento consiste en la obligación de residir en determinado lugar y no salir


de él. El juez hará la designación del lugar, conciliando las exigencias de la
tranquilidad pública y las necesidades del ofendido y del inculpado.
Las autoridades competentes procederán al inmediato aseguramiento de los bienes
relacionados con el hecho delictuoso o antijurídico, durante la averiguación previa o
en el proceso. Los instrumentos del delito, así como las cosas que sean objeto o
producto de él se decomisaran si son de uso prohibido. Si son de uso lícito, se
decomisaran solamente cuando el delito sea doloso o preterintencional.
El apercibimiento consiste en la conminación que la autoridad hace a una persona
cuando se teme con fundamento que esta en disposición de cometer un delito, ya
sea por su actitud o por amenazas, de que en caso de cometer este se hará
acreedor a una pena. Si no fuere suficiente el apercibimiento podrá exigirse además
una caución de no ofender u otra garantía.
La caución consiste en la garantía sobre la libertad provisional, la posesión de la
cosa y para no ofender.

EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL


Acción penal. Es una atribución que tiene el Ministerio Público de solicitar a la
autoridad competente se aplique la norma penal al caso concreto.
Extinción de la acción penal. Es el medio por el cual termina el ejercicio de la acción
penal.
El agente del Ministerio Público es el representante de la sociedad.
Como establece nuestro Código Penal, son causas de extinción de la acción penal y
de la potestad de ejecutar penas y medidas de seguridad las siguientes:

1. Cumplimiento de la pena o medida de seguridad;


2. Muerte del delincuente;
3. Amnistía;
4. Perdón del ofendido o del legitimado para otorgarlo;
5. Rehabilitación;
6. Reconocimiento de la inocencia;
7. Indulto;
8. Extinción de las medidas de tratamiento de inimputables;
9. Prescripción:
a. Prescripción del derecho de formular querella;
b. Prescripción de la acción penal;
c. Prescripción de la potestad de ejecutar las penas y medidas de
seguridad.

El cumplimiento de la pena o medida de seguridad impuesta, así como el de la que


sustituya o conmute, la extingue para todos sus efectos.
La muerte del delincuente extingue la acción penal y la potestad de ejecutar penas y
medidas de seguridad, excepto lo relacionado con el decomiso, destrucción y
pérdida de objetos, instrumentos y productos del delito y la reparación de daños y
perjuicios.

La amnistía extingue la acción penal y la potestad de ejecutar las penas impuestas,


a excepción del decomiso, destrucción de los objetos, instrumentos y productos del
delito y la reparación de daños y perjuicios en los términos de la ley que la conceda.
Esta se concede en caso de delitos políticos.
El perdón del ofendido o del legitimado para otorgarlo, extingue la acción penal
respecto a los delitos que solamente pueden perseguirse por querella, si el
inculpado no se opone al otorgamiento.
Cuando muera el ofendido, podrán otorgar el perdón las demás personas que
tengan derecho a la reparación de daños y perjuicios. Cuando sean varios los
ofendidos y cada uno pueda ejercer separadamente la facultad de perdonar al
inculpado, el perdón solo surtirá efectos por lo que hace a quien lo otorga. Si los
inculpados fueren varios, el perdón otorgado a uno de ellos, aprovecha a los demás
y una vez revocado el perdón no podrá revocarse.
La rehabilitación tiene por objeto restituir al sentenciado en el goce de sus funciones,
derechos, cargos o empleos, comisiones o profesiones de cuyo ejercicio se le
hubiere inhabilitado por sentencia ejecutoriada.
El reconocimiento de la inocencia del sentenciado extingue las penas y medidas de
seguridad impuestas. Esta procede cuando la sentencia se funde exclusivamente en
pruebas que posteriormente, se declaren falsas por resolución ejecutoria; cuando se
condene a una persona por homicidio de que otra hubiere desaparecido y se
presentare prueba irrefutable de que vive; cuando dos reos hayan sido condenados
por el mismo delito y se demuestre la imposibilidad de que los dos lo hubieren
cometido y cuando el mismo reo haya sido condenado dos veces por los mismos
hechos en dos juicios diversos.
El indulto extingue la potestad de ejecutar las penas impuestas, con excepción de la
reparación de daños y perjuicios y las medidas de seguridad.
Cuando el inimputable, sujeto a una medida de tratamiento se encontrare prófugo y
posteriormente fuere detenido, la medida impuesta se considerara extinguida si se
acredita que las condiciones personales del sujeto no corresponden ya a las que
hubieren dado origen a su imposición.
La prescripción es personal y consiste en la extinción de la acción penal o de la
potestad de ejecutar las penas y medidas de seguridad, por el transcurso del tiempo
señalado por la ley. No correrá la prescripción cuando exista algún impedimento
legal para el ejercicio de la acción penal o para ejecutar las penas impuestas.
Los plazos para la prescripción de la acción penal serán continuos y se contaran: a
partir del momento en que se consumo el delito, si fuere instantáneo; a partir del día
en que se realizo el último acto de ejecución u omisión, si se tratare de tentativa de
delitos; desde el día en que se realizo la ultima conducta tratándose de delitos
continuados y desde la cesación de la consumación en el delito permanente.
El derecho para formular querella prescribirá en un año contado a partir del
momento en que el ofendido o el legitimado para formular aquella tenga
conocimiento del hecho y, en tres años, independiente de esta circunstancia.
La acción penal prescribirá en un plazo igual al término medio aritmético de la pena
privativa de libertad que señale la ley para el delito de que se trate.
La potestad de ejecutar la pena de prisión prescribirá en un termino igual al fijado en
la condena, pero en ningún caso podrá ser menor. La potestad de ejecutar la pena
de multa prescribirá en dos años y la de la reparación de daños y perjuicios en cinco
años, contados a partir de la fecha en que causa ejecutoria la resolución.
La potestad de ejecutar las demás penas y medidas de tratamiento impuestas a
inimputables, prescribirá por el transcurso de un plazo igual al de su duración, pero
esta no podrá ser inferior a los dos años ni exceder de ocho. Las que no tengan
temporalidad prescribirán en tres años contados a partir de la fecha en que la
resolución causa ejecutoria.

READAPTACIÓN

La readaptación del delincuente es el objetivo primordial de la aplicación de la


norma. El idealismo es readaptar a los sujetos, mediante la educación, el trabajo y la
educación para el trabajo, para que una vez que hayan dado cumplimiento a la
sentencia, se reincorporen a la vida con la sociedad después de haber estado
segregados.
BIBLIOGRAFÍA

1. Amuchategui Requena Irma G.


Derecho Penal. Colección de Textos Universitarios Harla.

2. Ángeles Contreras Jesús.


Compendio De Derecho Penal.
División Universitaria de la Universidad Autónoma de Hidalgo.

3. García Ramírez Sergio, Adato De Ibarra Victoria.


Prontuario Del Proceso Penal Mexicano.
Porrúa.

4. González De La Vega Francisco.


El Código Penal Comentado.

5. Códigos Penal y de Procedimientos Penales, Tercera Edición.

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