Máquinas Térmicas y La Segunda Ley de La Termodinámica

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MÁQUINAS TÉRMICAS Y LA SEGUNDA LEY DE LA TERMODINÁMICA

MÁQUINAS TÉRMICAS

Una maquina térmica es un dispositivo para convertir calor en trabajo útil; es decir, es un
dispositivo que transforma calor parcialmente en trabajo o energía mecánica. Esto es, la
energía fluye hacia un sistema en forma de calor, y parte de esta energía sale del sistema en
forma de trabajo efectuado sobre el entorno. El proceso inverso, que convierte trabajo en
calor, ocurre también: las fuerzas de fricción pueden convertir el trabajo en energía interna,
como en el calentamiento de dos superficies que se frotan entre sí, y esta energía puede ser
entonces transferida a otros objetos del entorno en forma de calor. En otro ejemplo, el
trabajo mecánico efectuado por un generador eléctrico conduce corriente a los hogares,
donde un calefactor eléctrico convierte el trabajo en energía interna, la cual fluye entonces
en forma de calor.

Ejemplos:

En un proceso representativo por el que una planta de energía produce electricidad, un


combustible, como carbón, se quema y los gases de alta temperatura producidos se usan
para convertir agua líquida en vapor. Este vapor se dirige a las aspas de una turbina y las
pone a girar. La energía mecánica asociada con esta rotación se usa para impulsar un
generador eléctrico.

Otro dispositivo que se modela como máquina térmica es el motor de combustión interna
de un automóvil. Este dispositivo usa energía de la quema de un combustible para realizar
trabajo sobre pistones, lo que resulta en el movimiento del automóvil.

Una máquina térmica lleva alguna sustancia de trabajo a través de un proceso cíclico (uno
que se origina y termina en el mismo estado) durante el que 1) la sustancia de trabajo
absorbe energía por calor de un depósito de energía a alta temperatura, 2) la máquina
consume trabajo y 3) se expulsa energía por calor a un depósito a temperatura más baja. Por
lo regular, una cantidad de materia dentro del motor experimenta entrada y salida de calor,
expansión y comprensión, y a veces cambia de fase. Llamamos a ésta la sustancia de
trabajo de la máquina. En los motores de combustión interna, la sustancia de trabajo es una
mezcla de aire y combustible; en una turbina de vapor, es el agua.

El tipo de máquina más fácil de analizar es aquel donde la sustancia de trabajo efectúa un
proceso cíclico, es decir, una sucesión de procesos que al final deja la sustancia en el estado
que inició. En una turbina de vapor, el agua se recicla usándose una y otra vez. Los motores
de combustión interna no usan el mismo aire una y otra vez, pero de todos modos podemos
analizarlos en términos de procesos cíclicos que aproximan su funcionamiento
real.

Ejemplo: considere la operación de una máquina de vapor (figura 22.1), que usa
agua como la sustancia de trabajo. El agua en una caldera absorbe energía de la
quema de combustible y la convierte en vapor, que luego realiza trabajo al
expandirse contra un pistón. Después de que el vapor se enfría y condensa, el
agua líquida producida regresa a la caldera y el ciclo se repite.

Fuentes fría y caliente

Todas las máquinas térmicas absorben calor de una fuente a una temperatura relativamente
alta, realizan un trabajo mecánico y desechan o rechazan algo de calor a una temperatura
más baja. En lo que a la máquina concierne, el calor desechado se desperdicia. En los
motores de combustión interna, éste es el calor que se elimina en los gases de escape y en el
sistema de enfriamiento; en una turbina de vapor, es el calor que debe salir del vapor usado
para condensar y reciclar el agua.

Si un sistema pasa por un proceso cíclico, sus energías internas inicial y final son la misma.
Para todo proceso cíclico, la primera ley de la termodinámica exige que

U 2−U 1=0=Q−W así que Q=W

Es decir, el calor neto que fluye hacia la máquina en un proceso cíclico es igual al trabajo
neto realizado por la máquina.

Al analizar máquinas térmicas, resulta útil considerar dos fuentes con las cuales la sustancia
de trabajo puede interactuar. Una, llamada fuente caliente, proporciona calor; puede dar a
la sustancia de trabajo grandes cantidades de calor a temperatura constante T h sin cambiar
apreciablemente su propia temperatura. La otra, llamada fuente fría, puede absorber
grandes cantidades de calor desechado por la máquina a una temperatura constante menor
Tc. En un sistema de turbina de vapor, las flamas y los gases calientes de la caldera son la
fuente caliente; y el agua fría y el aire empleados para condensar y enfriar el vapor usado,
la fuente fría.

Denotamos las cantidades de calor transferido de las fuentes caliente y fría como Q h y Qc,
respectivamente. Una cantidad de calor Q es positiva cuando se transfiere a la sustancia de
trabajo, y negativa si sale de dicha sustancia. Así, en una máquina térmica, Q h es positivo
pero Qc es negativo, pues representa calor que sale de la sustancia de trabajo. Muchas
veces, las relaciones son más claras si se plantean en términos de los valores absolutos de Q
y W, porque siempre son positivos. Cuando lo hagamos, nuestra notación lo indicará
explícitamente.

Diagramas de flujo de energía y eficiencia

Podemos representar las transformaciones de energía en una máquina térmica con el


diagrama de flujo de energía de la figura 22.2. La máquina en sí se representa con un
círculo. El calor Qh suministrado a la máquina por la fuente caliente es proporcional a la
anchura de la “tubería” de entrada en la parte superior del diagrama. La anchura de la
tubería de salida abajo es proporcional a la magnitud |Qc| del calor rechazado en el escape.
El ramal de la derecha representa la porción del calor suministrado que la máquina
convierte en trabajo mecánico, W.

Si una máquina repite el mismo ciclo una y otra vez, Q h y Qc representan el calor absorbido
y rechazado por la máquina durante un ciclo; Q h es positivo, y Qc, negativo. El calor neto Q
absorbido por ciclo es

Q=Q H +QC =|Q H|−|QC| - - - (1)

La salida útil de la máquina es el trabajo neto W efectuado por la sustancia de trabajo. Por
la primera ley,

W =Q=Q H + QC =|Q H|−|Q C| - - - (2)

Idealmente, nos gustaría convertir todo el calor Q H en trabajo; en tal caso, tendríamos
QH=W y QC=0. La experiencia muestra que esto es imposible; siempre se desperdicia algo
de calor y QC nunca es cero. Definimos la eficiencia térmica de una máquina, denotada con
e, como el cociente

W
e= - - - (3)
QH

La eficiencia térmica e representa la fracción de Qh que sí se convierte en trabajo. Dicho de


otro modo, e es lo que se obtiene dividido entre lo que se paga, y siempre es menor que 1;
es decir, la eficiencia térmica e de una máquina térmica se define como la relación del
trabajo neto invertido por la máquina durante un ciclo, a la entrada de energía a la mayor
temperatura durante el ciclo: ¡una experiencia demasiado común! En términos del diagrama
de flujo de la figura 22.2, la máquina más eficiente es aquella en la que el ramal que
representa la salida de trabajo es lo más ancho posible, y la tubería de escape que representa
el calor desechado es lo más angosta posible. Si sustituimos las dos expresiones para W
dadas por la ecuación (2) en la ecuación (3), obtenemos las siguientes expresiones
equivalentes para e:

e=1−
||
Qc
Qh
- - - (4)
Eficiencia térmica de una máquina

Observe que e es el cociente de dos cantidades de energía y por lo tanto es un número puro,
sin unidades. Desde luego, siempre debemos expresar W, Qh y Qc en las mismas unidades.

Puede pensar en la eficiencia como la proporción de lo que gana (trabajo) a lo que da


(transferencia de energía a la mayor temperatura). En la práctica, todas las máquinas
térmicas sólo expulsan una fracción de la energía de entrada Q h por trabajo mecánico; en
consecuencia, su eficiencia siempre es menor que el 100%. Por ejemplo, un buen motor de
automóvil tiene una eficiencia aproximada de 20%, y los motores diesel tienen eficiencias
que varían de 35% a 40%.

EJERCICIOS

SEGUNDA LEY DE LA TERMODINÁMICA

La primera ley de la termodinámica afirma que la energía se conserva. Sin embargo,


podríamos imaginar muchos procesos que conservan energía pero que no ocurren en la
naturaleza. Por ejemplo, cuando un objeto caliente se pone en contacto con un objeto frío,
el calor fluye desde el más caliente hasta el más frío, nunca espontáneamente (Al decir “de
manera espontánea” debe entenderse “por sí mismo”, sin entrada de trabajo de ninguna
índole. (Un refrigerador sí mueve calor de un ambiente frío a uno más caliente, pero sólo
porque su motor realiza trabajo, sección 20-4).) a la inversa. Si el calor abandonara el
objeto más frío y pasara al más caliente, la energía todavía se podría conservar. Sin
embargo, esto no ocurre de manera espontánea. Como segundo ejemplo, considere lo que
ocurre cuando suelta una piedra y ésta golpea el suelo. La energía potencial inicial de la
piedra cambia a energía cinética conforme la piedra cae. Cuando la piedra golpea el suelo,
esta energía, a la vez, se transforma en energía interna de la piedra y el suelo en la vecindad
del impacto; las moléculas se mueven más rápido y la temperatura se eleva ligeramente. Sin
embargo, ¿alguna vez ha visto que ocurra lo contrario: que una piedra en reposo sobre el
suelo súbitamente se eleve en el aire porque la energía térmica de las moléculas se
transformó en energía cinética de la piedra como un todo? En este proceso se podría
conservar la energía, aunque nunca se ha visto que esto ocurra.

Existen muchos otros ejemplos de procesos que tienen lugar en la naturaleza, pero cuyo
inverso no ocurre. He aquí dos más. (1) Si usted pone una capa de sal dentro de un frasco y
encima coloca una capa de granos de pimienta de igual tamaño, cuando agita el frasco
obtiene una mezcla homogénea. Sin importar cuánto lo agite, la mezcla no se separará en
dos capas de nuevo. (2) Las tazas de café y los vasos se rompen espontáneamente si se
dejan caer. Sin embargo, los trozos no vuelven a unirse de manera espontánea (figura 20-1).

La primera ley de la termodinámica (conservación de la energía) no se violaría si alguno de


estos procesos ocurriera a la inversa. Para explicar esta falta de reversibilidad, los
científicos de la última mitad del siglo XIX formularon un nuevo principio conocido como
la segunda ley de la termodinámica.

La segunda ley de la termodinámica es un enunciado acerca de cuáles procesos ocurren en


la naturaleza y cuáles no. Se puede expresar en varias formas, todas ellas equivalentes. Un
enunciado, formulado por R. J. E. Clausius (1822-1888), dice que: el calor puede fluir
espontáneamente de un objeto caliente a uno frío; el calor no fluirá espontáneamente
de un objeto frío a uno caliente.

Como este enunciado se aplica a un proceso particular, no es obvio cómo se aplica a otros
procesos. Es necesario un enunciado más general que incluya otros posibles procesos de
una forma más obvia.

El desarrollo de un enunciado general de la segunda ley de la termodinámica se basó en


parte en el estudio de las máquinas térmicas.
La ecuación (4) muestra que una máquina térmica tiene 100% de eficiencia (e=1) sólo si
|Qc|=0, esto es, si no se expulsa energía al depósito frío. En otras palabras, una máquina
térmica con eficiencia perfecta tendría que expulsar toda la energía de entrada mediante
trabajo. Ya que las eficiencias de los motores reales están muy por abajo de 100%, pero las
pruebas experimentales sugieren que es imposible construir una máquina térmica que
convierta calor totalmente en trabajo, es decir, una máquina con una eficiencia térmica del
100%. Esta imposibilidad es la base de un planteamiento de la segunda ley de la
termodinámica, que a continuación tenemos y que fue establecida por Kelvin–Planck
(“máquina” de la segunda ley):

Es imposible que un sistema efectúe un proceso en el


que absorba calor de una fuente de temperatura
uniforme y lo convierta totalmente en trabajo
mecánico, terminando en el mismo estado en que inició.

Es imposible construir una máquina térmica que,


funcionando en un ciclo, no produzca otro efecto que la
entrada de energía por calor de un depósito y la
realización de una cantidad igual de trabajo.

Este enunciado de la segunda ley significa que, durante el


funcionamiento de una máquina térmica, Wmáq nunca
puede ser igual a |Qh| o, la otra opción, que algo de energía

|Qc| se debe rechazar al ambiente. La figura 22.3 es un

diagrama esquemático de la imposible máquina térmica


“perfecta”.

Si la segunda ley no fuera verdadera, de manera que pudiera construirse una máquina
perfecta, podrían ocurrir cosas extraordinarias. Por ejemplo, si la máquina de un barco no
necesitara un depósito de baja temperatura que permita que el calor escape, el barco podría
navegar por el mar utilizando los vastos recursos de la energía interna del agua del océano.
De hecho, ¡no habría problemas de combustible en absoluto!
La base de la segunda ley de la termodinámica es la diferencia entre la naturaleza de la
energía interna y la de la energía mecánica macroscópica. En un cuerpo que se mueve, las
moléculas tienen movimiento aleatorio, al que se superpone un movimiento coordinado de
todas las moléculas en la dirección de la velocidad del cuerpo. La energía cinética asociada
a este movimiento macroscópico coordinado es lo que llamamos energía cinética del
cuerpo en movimiento. Las energías cinéticas y potenciales asociadas al movimiento
aleatorio constituyen la energía interna.

Si un cuerpo que se desliza sobre una superficie se detiene a causa de la fricción, el


movimiento organizado del cuerpo se convierte en movimiento aleatorio de moléculas del
cuerpo y de la superficie. Dado que no podemos controlar los movimientos de moléculas
individuales, no podemos convertir todo este movimiento aleatorio otra vez en movimiento
organizado. Podemos convertir una parte, y esto es lo que hace la máquina térmica.

Si la segunda ley no se cumpliera, podríamos impulsar un automóvil u operar una planta de


electricidad enfriando el aire circundante. Ninguna de estas imposibilidades viola la
primera ley de la termodinámica. La segunda, por lo tanto, no se deduce de la primera; más
bien es una ley natural independiente. La primera ley niega la posibilidad de crear o destruir
energía; la segunda limita la disponibilidad de la energía y las formas en que puede usarse y
convertirse.

Replanteamiento de la segunda ley

El análisis de los refrigeradores es la base de un planteamiento alterno de la segunda ley de


la termodinámica. El calor fluye espontáneamente de los cuerpos más calientes a los más
fríos, nunca al revés. Un refrigerador lleva calor de un cuerpo más frío a uno más caliente,
aunque para funcionar requiere un aporte de energía mecánica o de trabajo. Generalizando
esta observación, decimos:

Es imposible que un proceso tenga como único resultado la transferencia de calor de


un cuerpo más frío a uno más caliente.

Llamamos a éste el planteamiento de “refrigerador” de la segunda ley. (También se conoce


como planteamiento de Clausius.) Tal vez no parezca muy relacionado con el planteamiento
de “máquina”; pero en realidad son totalmente equivalentes. Si pudiéramos construir un
refrigerador sin trabajo, por ejemplo, violando el planteamiento de “refrigerador” de la
segunda ley, podríamos usarlo junto con una máquina térmica, bombeando el calor
rechazado por la máquina de vuelta a la fuente caliente para reutilizarlo. Esta máquina
compuesta (figura 20.11a) violaría el planteamiento de “máquina” de la segunda ley,
porque su efecto neto sería tomar una cantidad neta de calor Qh−|Qc| de la fuente caliente y
convertirla totalmente en trabajo.

Como alternativa, si pudiéramos crear una máquina con una eficiencia térmica del 100%,
violando el primer planteamiento, podríamos operarla tomando calor de la fuente caliente y
usar el trabajo producido para operar un refrigerador que bombee calor de la fuente fría a la
caliente (figura 20.11b). Este dispositivo compuesto violaría el planteamiento de
“refrigerador”, porque su efecto neto sería tomar un calor Q c de la fuente fría y llevarlo a la
caliente, sin necesidad de aporte de trabajo. Así, cualquier dispositivo que viole una forma
de la segunda ley puede servir para construir un dispositivo que viole la otra forma. Si es
imposible violar la primera forma, ¡también lo es violar la segunda!

La conversión de trabajo en calor, como en la fricción o el flujo de fluidos viscosos, y el


flujo de calor de caliente a frío a través de un gradiente de temperatura finito, son procesos
irreversibles. Los planteamientos de “máquina” y “refrigerador” de la segunda ley dicen
que tales procesos sólo pueden revertirse parcialmente. Podríamos citar otros ejemplos. Los
gases siempre se filtran espontáneamente por una abertura de una región de alta presión a
una de baja presión; los gases y líquidos miscibles sin perturbación siempre tienden a
mezclarse, no a separarse. La segunda ley de la termodinámica es una expresión del aspecto
inherentemente unidireccional de éstos y muchos otros procesos irreversibles. La
conversión de energía es un aspecto esencial de la vida de plantas y animales y también de
la tecnología humana, así que la segunda ley tiene una importancia fundamental para el
mundo en que vivimos.
EJERCICIOS

LA MÁQUINA DE CARNOT

De acuerdo con la segunda ley, ninguna máquina térmica puede tener eficiencia del 100%.
¿Qué tanta eficiencia puede tener una máquina, dadas dos fuentes de calor a temperaturas
Th y Tc?

En 1824 un ingeniero francés llamado Sadi Carnot (1796-1832) describió una máquina
teórica, ahora llamada máquina de Carnot, que es de gran importancia desde puntos de
vista prácticos y teóricos. Él demostró que una máquina térmica que funciona en un ciclo
reversible ideal, llamado ciclo de Carnot, entre dos depósitos de energía es la máquina más
eficiente posible. Tal máquina ideal establece un límite superior sobre las eficiencias de
todas las otras máquinas. Esto es: el trabajo neto realizado, en el ciclo de Carnot, por una
sustancia de trabajo es la mayor cantidad de trabajo posible para una cantidad determinada
de energía suministrada a la sustancia a la temperatura superior. El teorema de Carnot se
puede establecer del modo siguiente:

Ninguna máquina térmica que funcione entre dos depósitos de energía puede ser más
eficiente que una máquina de Carnot que funcione entre los mismos dos depósitos.

Para probar la validez de este teorema, imagine dos máquinas térmicas que funcionan entre
los mismos depósitos de energía. Una es una máquina de Carnot con eficiencia ec, y la otra
es una máquina con eficiencia e, donde se supone e>ec. Ya que el ciclo en la máquina de
Carnot es reversible, la máquina puede funcionar en reversa como un refrigerador. La
máquina más eficiente se usa para impulsar la máquina de Carnot como un refrigerador de
Carnot. La salida por trabajo de la máquina más eficiente se iguala con la entrada por
trabajo del refrigerador de Carnot. Para la combinación de máquina y refrigerador, no
ocurre intercambio por trabajo con los alrededores. Ya que se supuso que la máquina es más
eficiente que el refrigerador, el resultado neto de la combinación es una transferencia de
energía del depósito frío al caliente sin que se realice trabajo sobre la combinación. De
acuerdo con el enunciado de Clausius sobre la segunda ley, este proceso es imposible. Por
tanto, la suposición e >ec debe ser falsa. Todas las máquinas reales son menos eficientes que
la máquina de Carnot porque no funcionan a través de un ciclo reversible. La eficiencia de
una máquina real se reduce aún más por dificultades prácticas como fricción y pérdidas de
energía por conducción.

PROCESOS ISOMÉTRICOS Y ADIABÁTICO

Proceso Adiabático

Un proceso adiabático es aquel en el que no hay intercambio de calor entre el sistema y su


entorno. En otras palabras, el calor Q es cero (𝑄=0). Esto significa que cualquier cambio en
la energía interna del sistema se debe únicamente al trabajo realizado sobre o por el
sistema. Las características principales de un proceso adiabático son:

 Aislado térmicamente: El sistema no intercambia calor con su entorno.


 Cambios en temperatura: La temperatura del sistema puede cambiar debido al
trabajo realizado sobre el sistema (compresión adiabática) o por el sistema
(expansión adiabática).
 Ecuación: Para un gas ideal, la relación entre presión (P), volumen (V) y
temperatura (T) durante un proceso adiabático se describe por la ecuación de
Poisson:
γ
PV =constante
Cp
Donde γ (gamma) es la relación de capacidades caloríficas γ = .
Cv

Proceso Isotérmico

Un proceso isotérmico es aquel en el que la temperatura del sistema se mantiene constante


(Δ𝑇=0). En estos procesos, el calor intercambiado con el entorno compensa el trabajo
realizado, de modo que la energía interna del sistema no cambia. Las características
principales de un proceso isotérmico son:

 Temperatura constante: La temperatura del sistema no cambia durante el proceso.


 Intercambio de calor: El sistema intercambia calor con su entorno para mantener
la temperatura constante.
 Ecuación: Para un gas ideal, la relación entre presión y volumen durante un proceso
isotérmico se describe por la Ley de Boyle-Mariotte:

PV =constante

donde 𝑃 es la presión y 𝑉 es el volumen del gas.

Comparación
 Intercambio de calor: En un proceso adiabático, no hay intercambio de calor
(𝑄=0), mientras que, en un proceso isotérmico, hay intercambio de calor para
mantener la temperatura constante.
 Cambio de temperatura: En un proceso adiabático, la temperatura del sistema
puede cambiar, mientras que, en un proceso isotérmico, la temperatura se mantiene
constante.
 Trabajo y energía interna: En un proceso adiabático, el cambio en la energía
interna es igual al trabajo realizado sobre o por el sistema. En un proceso
isotérmico, la energía interna permanece constante y el calor intercambiado es igual
al trabajo realizado.

Estos conceptos son fundamentales en la comprensión de la termodinámica y los ciclos


termodinámicos, como el ciclo de Carnot, que combina ambos tipos de procesos para
realizar trabajo de manera eficiente.

EL CICLO DE CARNOT

Para explicar este ciclo, volvemos a un tema


recurrente de este capítulo: la reversibilidad y
su relación con la dirección de los procesos
termodinámicos. La conversión de calor en
trabajo es un proceso irreversible; el propósito
de una máquina térmica es una reversión
parcial de este proceso, la conversión de calor
en trabajo con la máxima eficiencia posible.
Para lograrlo, entonces, debemos evitar todos
los procesos irreversibles (figura 20.12). Este
requisito resulta ser suficiente para determinar
la sucesión básica de pasos del ciclo de Carnot,
como veremos a continuación.

El flujo de calor a través de una diferencia de temperatura finita es un proceso irreversible.


Por lo tanto, durante la transferencia de calor en el ciclo de Carnot, no debe haber una
diferencia de temperatura finita. Cuando la máquina toma calor de la fuente caliente a
temperatura Th, la sustancia de trabajo de la máquina también debe estar a T h; si no, habría
un flujo de calor irreversible. Asimismo, cuando la máquina desecha calor a la fuente fría
que está a Tc, la máquina misma debe estar a T c. Es decir, todo proceso que implique
transferencia de calor debe ser isotérmico ya sea a Th o a Tc. Por otro lado, en cualquier
proceso en el que la temperatura de la sustancia de trabajo de la máquina sea intermedia
entre Th y Tc, no deberá haber transferencia de calor entre la máquina y cualquiera de las
fuentes, ya que no podría ser reversible. Por lo tanto, cualquier proceso en el que la
temperatura T de la sustancia de trabajo cambie deberá ser adiabático.

Lo crucial es que todo proceso de nuestro ciclo idealizado sea isotérmico, o bien,
adiabático. Además, se debe mantener el equilibrio térmico y mecánico en todo momento
para que cada proceso sea totalmente reversible.

Pasos del ciclo de Carnot

El ciclo de Carnot consiste en dos procesos isotérmicos y dos adiabáticos, todos reversibles.
La figura 20.13 muestra un ciclo de Carnot que emplea como sustancia de trabajo un gas
ideal en un cilindro con un pistón, y consta de los siguientes pasos:
1. El gas se expande isotérmicamente a temperatura TH, absorbiendo calor QH (ab).
2. El gas se expande adiabáticamente hasta que su temperatura baja a TC (bc).
3. El gas se comprime isotérmicamente a TC, expulsando calor |QC|(cd).
4. El gas se comprime adiabáticamente hasta su estado inicial a temperatura T H (da).

Podemos calcular la eficiencia térmica e de una máquina de Carnot en el caso especial


mostrado en la figura 20.13, donde la sustancia de trabajo es un gas ideal. Para realizar este
cálculo, primero obtendremos la relación QC/QH de las cantidades de calor transferidas en
los dos procesos isotérmicos, y luego usaremos la ecuación (4) para calcular e.

La energía interna U del gas ideal depende sólo de la temperatura y por ello es constante en
cualquier proceso isotérmico. Para la expansión isotérmica ab, ∆ U ab=0, y QH es igual al
trabajo Wab realizado por el gas durante su expansión isotérmica a temperatura T H. Este
trabajo está dado por la siguiente formula:

Vb
W ab=nR T H ln - - - (5)
Va

Con este resultado, tenemos:

Vb
Q H =W ab=nR T H ln - - - (6)
Va

De forma similar:

Vd Vc
QC =W cd =nR T C ln =¿−nR T C ln ¿ - - - (7)
Vc Vd

Puesto que Vd es menor que Vc, QC es negativo ( QC =−|QC|); sale calor del gas durante la
compresión isotérmica a temperatura TC. La razón de las dos cantidades de calor es
entonces

( )
ln
Vc

( )
QC T Vd
=− C - - - (8)

( )
QH TH V
ln b
Va
Esto puede simplificarse aún más usando la relación temperatura-volumen para un proceso
adiabático ( T 1 V 1 =T 2 V 2 ) (proceso adiabático, gas ideal). Obtenemos, para los dos
γ−1 γ−1

procesos adiabáticos:

γ −1 γ −1 γ −1 γ−1
TH Vb =T C V c y THV a =T C V d

Dividiendo la primera expresión entre la segunda:

γ −1 γ−1
Vb Vc Vb Vc
γ −1
= γ −1
y =
Va Vd Va V d

Por lo tanto, los dos logaritmos de la ecuación (8) son iguales, y esa ecuación se reduce a:

QC −T C |QC| T C
= o = (Transferencia de calor en máquina de Carnot)
QH T H |QH| T H

La razón del calor expulsado a TC al absorbido a TH es igual a la razón TC/TH. Entonces, por
la ecuación (4), la eficiencia de una máquina de Carnot es

T C T H −T C
e Carnot =1− = (Eficiencia de una máquina de Carnot)
TH TH

Este sencillo resultado dice que la eficiencia de una máquina de Carnot sólo depende de las
temperaturas de las dos fuentes de calor: es grande si la diferencia de temperaturas es
grande, y muy pequeña cuando las temperaturas son casi iguales. La eficiencia nunca puede
ser exactamente 1, a menos que T C = 0; más adelante veremos que esto también es
imposible.

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EJERCICIOS

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