EL APICULTOR Un Ladrón Se Introdujo en Casa de Un
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EL AVARO Y EL ORO
Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro,
la cual enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared y todos
los días iba a mirar el sitio. Uno de sus vecinos observó sus
frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar qué pasaba. Pronto
descubrió lo del tesoro escondido y, cavando, tomó la pieza de oro y
se la robó. El avaro, en su siguiente visita, encontró el hueco
vacío, y jalándose sus cabellos se lamentaba amargamente. Entonces
otro vecino, al enterarse del motivo de su queja, lo consoló
diciéndole: —Da gracias que el asunto no es tan grave. Ve y trae una
piedra y colócala en el hueco. Imagínate entonces que el oro aún está
allí. Para ti será lo mismo que aquello sea o no sea oro, ya que de
por sí no harías nunca ningún uso de él.
Moraleja: Valora las cosas por su utilidad, no por su apariencia.