Biodescod Manual

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CONTENIDO

CAPÍTULO 1. HABILIDADES Y HERRAMIENTAS


TERAPÉUTICAS
1. Objetivo de nuestro trabajo
2. Có mo nos programamos: Las necesidades no
satisfechas
3. Habilidades y técnicas para la consulta
4. Obstá culos que nos podemos encontrar
5. Actitud terapéutica
6. Elementos clave del proceso terapéutico
7. El proceso terapéutico
8. Herramientas y técnicas para trabajar en las consultas
de Descodificació n Bioló gica

CAPÍTULO 2. PROYECTO Y SENTIDO


1. Conflictos programantes o las heridas de la vida
2. Línea de vida
3. Marc Fréchet
4. Provecto y Sentido de vida
5. Momento de la concepció n
6. Embarazo
7. Parto: Momento de nacimiento
8. Provectos parentales
9. Ciclos Bioló gicos Celulares Memorizados
10. Elementos que dan una idea del tipo de provecto
CAPÍTULO 3. MEMORIAS TRANSGENERACIONALES
1. Descodificació n Bioló gica y Memorias
Transgeneracionales
2. Transgeneracional: Un poco de historia
3. Á rbol genealó gico y genograma
4. Creació n del á rbol genealó gico
5. Lecturas del á rbol genealó gico
6. Trabajo con el á rbol genealó gico
7. La muerte
8. El duelo
9. Los comportamientos responden a las creencias
10. Terapia simbó lica
CAPITULO 1.
HABILIDADES Y HERRAMIENTAS
TERAPÉUTICAS
Durante el estudio de este mó dulo vamos a aprender
habilidades y herramientas que nos faciliten el desempeñ o
de nuestro trabajo de acompañ amiento. Trabajaremos
nuestras habilidades como profesionales en
Descodificación Biológica y aprenderemos diferentes
herramientas e instrumentos que nos permitan no solo
establecer la relació n de ayuda con nuestros consultantes,
sino alcanzar ciertos objetivos terapéuticos determinados.
Antes de adentrarnos en el tema, conceptualizaremos dos
conceptos sobre los que vamos a trabajar durante el
acompañ amiento desde la Descodificació n Bioló gica: las
habilidades y las herramientas. Conocer estos términos nos
permite diferenciar si estamos ante un método
(herramienta) o una capacidad nuestra (habilidad), aspectos
que influyen en la relació n terapéutica.
- ¿Qué es una habilidad?
El concepto de habilidad proviene del término latino
habilitas y hace referencia a la mañ a, el talento, la
pericia o la aptitud para desarrollar alguna tarea. La
persona há bil, por lo tanto, logra realizar algo con
éxito gracias a su destreza.
- ¿Qué es una herramienta?
Del latín ferramenta, una herramienta es un
instrumento que permite realizar un trabajo.
Qué nos ha motivado a estar aquí
La motivació n es fundamental en cualquier tipo de
trabajo o experiencia vital. Antes de continuar, tó mate un
momento para reflexionar sobre los siguientes aspectos:
- ¿Cuá l o cuá les son las motivaciones que te han
impulsado a comenzar a estudiar la Descodificació n
Bioló gica y a ser un/a profesional en este tipo de
acompañ amiento?
- ¿Por qué o para qué has elegido este camino y no otro?
- ¿Por qué o para qué has decidido hacerlo justo ahora?

Habilidades del ser profesional


A continuació n, veremos varios de los elementos que se
requieren para ser un profesional en el acompañ amiento a
través de la Descodificació n Bioló gica. No se trata de una lista
cerrada, pero sí que contiene lo esencial.
- Tener un interés sincero y real por las personas, tanto
por la comprensió n de ciertos patrones humanos
como porque estas mejoren en sus problemá ticas.
- Aceptar y conocer que hay estilos de vida diferentes,
sin entrar en juicios ni etiquetas de "bueno” y "malo”.
- Saber que todas las personas disponemos de recursos
para enfrentarnos a las diferentes situaciones que
aparecen en nuestra vida, incluso contamos con los
instrumentos para aprender a rescatar estos recursos.
- Autoconocimiento: conocer nuestros límites,
fortalezas y debilidades.
- Autorregulació n emocional: conocer estrategias y
herramientas de gestió n de las emociones.
- Motivaciones funcionales, que no estén encaminadas a
sentirnos poderosos/as, reconocidos/as, valorados/as,
o para ayudar a otras personas en lo que a mí no me
ayudaron.
- Experiencia vital.
- Tener inquietud por conocer los diferentes "idiomas"
de nuestros/as consultantes: contextos culturales,
sociales...
- Conocer y dominar el proceso de acompañ amiento, así
como las diferentes herramientas y estrategias de
trabajo.
- Flexibilidad.
- Tener claros los principios éticos y profesionales.
- Cordialidad.
- Habilidades comunicativas.
- Adaptabilidad al proceso de acompañ amiento.
- Manejo de las estrategias de resolució n de problemas.
- Sentido del humor.
1. Objetivo de nuestro trabajo

Centrarse en un instante: Punto Rojo


El trabajo del Descodificador Bioló gico se centra en
localizar lo que ocurrió en el instante del conflicto
biológico. Este instante se produce y se registra en un
milisegundo, pero queda reprimido a nivel inconsciente
porque se trata de una vivencia dolorosa. En ese momento
queda una necesidad insatisfecha que, si no estuviera
retenida, no daría lugar a un conflicto bioló gico.

Entendemos el instante del punto rojo, también llamado


bisagra, como el momento en el que el pensamiento registra
el evento, lo etiqueta, y el sistema nervioso recibe la
informació n sensorial mediante los 5 sentidos. Junto a esta
grabació n aparece un sentimiento, una emoció n y un registro
de sensaciones corporales.
Figura 2. El Instante del Bloshock.

Los sentimientos y las emociones son distintos de los


pensamientos y se manifiestan en nuestro cuerpo a través de
las sensaciones corporales. Son muy ú tiles, ya sean
agradables o no, porque nos dan informació n sobre la
satisfacción o la frustración de nuestras necesidades. En
efecto, está n directamente ligados a nuestras necesidades
vitales, sociales y personales, tales como conseguir lo ne-
cesario para sobrevivir: seguridad, protecció n, respeto,
comprensió n, reconocimiento, participació n, conexió n,
afecto, etc.
Marshall B. Rosenberg desarrolló la "Comunicació n No
Violenta”, una teoría que defiende que existen 3 grandes
necesidades: las necesidades de subsistencia, de relaciones
sociales y de espiritualidad. Una necesidad no depende de
ninguna circunstancia particular ni de ninguna persona
específica y hemos de prestar atenció n a distinguir nuestras
necesidades de las estrategias (medios, acció n, petició n) que
llevemos a cabo para satisfacerlas.
En Descodificació n Bioló gica lo que buscamos es conectar
con el instante en el que surgió la necesidad. El encuentro del
instante del conflicto bioló gico se realiza mediante la
activació n de las emociones y sensaciones corporales
registradas por el cuerpo. Para ello, se usa un protocolo
llamado Vaciado de Bioshock (también conocido como
Bisagra o Punto rojo) mediante el que se busca el punto
concreto de estrés para permitir su vaciado y liberació n.
Debemos acompañar a la persona a centrarse en el
cuerpo: el pensamiento se deja fuera. También la
ayudaremos a localizar la emoció n, la sensació n corporal y el
resentir. Para conseguirlo, le pediremos que mire hacia abajo
o cierre los ojos y pregunte:
- ¿Có mo sabe tu cuerpo que sientes X?
- ¿Dó nde se localiza en tu cuerpo?
- ¿Có mo lo sientes? (La descripció n ha de ser sensorial.)
Puede ocurrir que la persona sienta una emoció n y no sea
capaz de ponerle palabras. Esto ocurre cuando el
inconsciente (de ahora en adelante, IC) siente y expresa una
huella de una memoria transgeneracional o de una etapa pre-
verbal sin saber qué ocurre. En este caso, se le puede
preguntar: ¿Qué ocurre en ti cuando observas algo y no sabes
lo que es? Deja que aparezca y exprésalo a nivel emocional y
sensorial.
Leó n Renard habla de aquellas situaciones que no se
recuerdan de la siguiente manera: "Hay en ti una parte que
sabe por qué provoca, o está provocando, y es porque ella
cree que te ayuda o te protege de algo que tú has olvidado.
Tiene muy buenas razones para hacerlo así. Me dirijo a esa
parte que sé que me escucha, que está atenta a todo lo que
podría ponerte en peligro. Me dirijo a ella: no sé qué edad
tienes ni por qué continú as defendiéndote de esta forma y
con este síntoma, pero sé que lo haces con los medios que
dispones porque ese es tu rol. No te voy a imponer consejos
ni ó rdenes, tan solo te diré que tengo absoluta confianza en ti
ya que eres tú quién vigila al cuerpo. Te dejo ahora y sé que
la solució n que escogerá s será la mejor y seré el primero en
reconocerlo."
Recordar: el objetivo de la Descodificació n Bioló gica es
llegar al sentir profundo del momento del shock. Se trata de
un sentir que queda registrado de manera inconsciente para
evitar el contacto con lo doloroso. Para facilitar el proceso, el
terapeuta usa diferentes estrategias, entre otras:
- Ejercicios con objetos de transferencia.
- Dibujos temá ticos, sea con ojos cerrados o con ojos
abiertos.
- Bolita de papel.
- Trabajo con animales, muñ ecos, peluches, cojines, sillas.
- Escritura automá tica. Se puede hacer con las dos manos,
al revés, con los ojos cerrados o abiertos, etc.
- Garabatos.

Llegar al encuentro del conflicto programante


Traemos a la vida la memoria conflictual del pasado, ya
sea de la vida de los padres o de los ancestros, y después le
agregamos nuestras heridas infantiles. Si estas heridas no
son saneadas o compensadas de forma consciente, tendrá n
secuelas en nuestra vida adulta. Estos hechos quedan
registrados en nuestra línea de vida. Somos hijos de una
relació n y nuestro desarrollo depende, a su vez, de nuestra
relació n con un adulto que nos ayude o facilite la
supervivencia. Gracias a estas relaciones podemos
desarrollar nuestras capacidades y adquirir la autonomía
necesaria para continuar con la cadena reproductiva. La
calidad de este acompañ amiento incidirá en una menor o
mayor herida del niñ o que llevamos dentro, al tiempo que la
herida del niñ o condicionará al adulto.
A continuació n, encontraréis una serie de heridas
infantiles que hemos observado como terapeutas, a modo de
ejemplo:
- "Me doy cuenta de que siento un dolor muy grande cada
vez que vivo el final de una relación."
- "Pienso mucho en el pasado."
- "Me cuesta mucho estar solo."
- "Los comentarios de los demás me afectan demasiado."
- "La forma de tratarme de Eva me destrozó. Se parecía al
machaque continuo de mi padre."
- "Me puse muy nervioso en el examen de conducir. Reviví lo
mal que lo pasaba en el colé."
- "Fui incapaz de decirle que no quería ir de vacaciones con
ella. Me sentía pequeña y sin derecho a decírselo."
- "Odio las despedidas, siento que algo se rompe para
siempre."
Para el inconsciente, el tiempo no existe. Y esto permite
usar distintas herramientas que lleven hacia el pasado para
sanarlo o al futuro usando la capacidad de imaginació n. La
línea de vida es una de las herramientas que nos permiten
acceder a zonas del recuerdo de un conflicto bioló gico. Esta
técnica puede realizarse sobre una cartulina o un papel a
modo de grá fico, o en un espacio físico que marque el
terapeuta a modo imaginario. El terapeuta acompañ a a la
persona a través de lo que siente (emoció n o sensació n
corporal) para recordar momentos pasados y revivir el
evento. La línea de vida permite ir al encuentro de los
conflictos desencadenantes y/o programantes o de
cualquier situació n que tenga influencia en el proceso de
estructuració n de la persona.
2. Cómo nos programamos: Las
necesidades no satisfechas

Para comenzar en el estudio y entendimiento de nuestros


conflictos programantes, es importante comenzar sabiendo
que es lo que sucede en nuestro cuerpo, concretamente en
nuestro sistema nervioso.

Neurobiología de las relaciones


■ Sistema Nervioso
La Filogenia (ciencia que estudia el origen, la formació n y
el desarrollo evolutivo general de una especie bioló gica) se
reproduce en la Ontogenia (ciencia que estudia el desarrollo
de un organismo, desde la concepció n y el desarrollo
embrionario hasta su senectud, pasando por las formas
juvenil y adulta). El cerebro humano ha ido madurando de
manera jerá rquica a lo largo de los añ os de la evolució n de
las especies. Ademá s, a lo largo del periodo vital de cada ser,
el cerebro de cada individuo se va desarrollando.
El cerebro trata de establecer esquemas previsibles de
có mo actuar en el futuro basá ndose en experiencias pasadas
y saber así que hacer en situaciones similares. Pero no
olvidemos que tiene la posibilidad de cambiar si le
informamos de có mo hacerlo. El cerebro, a través de cada
una de las experiencias, realiza un tipo de sinapsis o
conexió n entre sus neuronas mediante neurotransmisores.
Esta conexió n no sucede por contacto directo, sino que, en la
realizació n de nuevas actividades o en el establecimiento de
nuevos pensamientos, se genera la llamada flexibilidad
neural o neuroplasticidad cerebral. Se obtiene mediante el
establecimiento de conexiones nuevas, por lo que podemos
reaprender y reorganizar nuestras experiencias, aunque
hubieran sido vividas y sentidas de una ú nica forma.
El cerebro es el ó rgano de gestión y organización de las
experiencias y lo hará mediante la integració n de ellas.
Dispone de una zona, el á rea prefrontal, encargada de la
asociació n y planificació n. Esto le permite anticiparse a los
posibles eventos y para ello los recuerda. Ahora bien, el
cerebro es neuroplá stico, por lo que puede aprender nuevas
habilidades durante toda la vida. También puede volver a
experiencias que han sido dolorosas y resignificarlas con algo
que tenga má s sentido en la construcció n de una vida plena.
Por lo general, el neurodesarrollo se realiza desde el inicio de
la evolució n embrionaria hasta má s allá de los 20 añ os, en
algunos casos incluso hasta los 30. Este desarrollo neuronal
comienza en la médula y el tronco cerebral y finaliza en la
corteza frontal. El sistema nervioso está evaluando
continuamente el exterior y lo va integrando en el interior.
Como resultado de las respuestas previsibles, se desarrolla la
seguridad o inseguridad de la persona y la adaptació n a sus
propias necesidades. Esto nos permite discernir cuá ndo un
ambiente es seguro o peligroso y có mo satisfacer nuestra
necesidad de seguridad.
Stephn Porges, en su libro La teoría polivagal en terapia,
usó el término neurocepción para describir la evaluació n
que realiza el sistema nervioso a nivel inconsciente del
ambiente. Mediante este término define lo que ocurre en el
sistema nervioso, que rastrea de manera continua los
lugares, las personas y las interacciones con el objetivo de
discernir la posibilidad de supervivencia en ese ambiente. En
gran medida, la neurocepció n está apoyada en la actividad
del nervio vago, que no solo actú a como un nervio motor que
va del cerebro a las vísceras para dar las ó rdenes de acció n,
sino que también tiene una parte sensorial, que va de las
vísceras al cerebro llevando la informació n al sistema
nervioso entérico o intestinal. Esta es la verdadera conexió n
cuerpo-mente. Pongamos por caso una situació n en la que
estamos nerviosos y sentimos molestias en la zona digestiva,
incluso podemos llegar a tener diarreas. Si comenzamos a
repetir la palabra “OM” nos resonará a nivel intestinal y
conseguirá calmar el malestar.

■ Teoría Polivagal
Detrá s de este nombre poco comú n se esconde una teoría
acerca de la relació n existente entre el sistema nervioso
autó nomo (concretamente el nervio vago), que heredamos
de los reptiles, y la sucesió n de ciertas conductas de personas
sometidas a un trauma. Esta teoría ha permitido un gran
avance en la comprensió n del funcionamiento del sistema
nervioso autó nomo (de ahora en adelante, SNA),
favoreciendo así las intervenciones en el tratamiento del
trauma. Tras décadas de investigació n sobre los circuitos
neurales que regulan la respuesta ante la amenaza, Porges y
su equipo han descrito los mecanismos psicofisioló gicos que
participan en las complejas reacciones del SNA, así como su
influencia en la actividad cardíaca, pulmonar, emocional y en
nuestras conductas sociales y de apego.
A lo largo de la evolució n, la naturaleza ha ido creando
tres sistemas neuronales que regulan la adaptació n
conductual y fisioló gica a situaciones sociales, de amenaza y
a los momentos en los que la vida está en peligro. Los tres
estadios filogenéticos serían:
1. La rama simpática del SNA: está relacionada con la
activació n de las vísceras (por ejemplo, aceleració n de
la respiració n y el ritmo cardiaco). Se activa en
situaciones de lucha-huida.
2. La rama mielinizada del nervio vago: está
relacionada con la comunicació n social. Permite la
inmovilizació n sin que resulte traumá tica, porque la
persona se siente relajada y tranquila (por ejemplo, en
las relaciones sexuales o al dormir). Promueve la
regulació n fisioló gica de calma después de la
activació n de la rama simpá tica.
3. La rama no mielinizada: es la rama má s primitiva
evolutivamente del nervio vago y está relacionada con
conductas de inmovilizació n, disociació n o colapso. Se
activa en situaciones en las que se percibe una ame-
naza que sobrepasa los recursos de la persona o pone
en amenaza su vida. La situació n de inmovilizació n que
provoca es ó ptima para los reptiles porque les ayuda a
permanecer mucho tiempo sin respirar y estar quietos
para regular su temperatura, pero su activació n
resulta extremadamente traumá tica para los
mamíferos.
La teoría polivagal de Porges es sumamente importante
ya que nos permite entender por qué, ante una situació n que
provoca mucho estrés o miedo, se producen pará lisis a nivel
corporal que provocan la disociació n traumá tica de la
personalidad y la disociació n somá tica a nivel mental. Nos
permite entender lo importante que es la sensació n de
seguridad de un niñ o con sus cuidadores o de un paciente
con su terapeuta. Si no hay seguridad, no se puede hacer una
terapia eficaz.
El nervio vago se compone de:
- Fibras motoras viscerales generales (parasimpá ticas).
- Fibras motoras viscerales especiales.
- Fibras sensitivas viscerales generales: captan el estado
de las vísceras abdominales. Cuando la persona tiene
miedo o siente algú n malestar, la reacció n se localiza
por lo general en alguna zona inervada por el nervio
vago y transporta la informació n al tronco cerebral.
Para cl/la terapeuta, será fundamental seguir ciertas pau-
tas durante las sesiones: generar seguridad a través de la
mirada y los gestos; tener cuidado con la manera de hablar a
una persona; mostrar interés... Todas estas conductas se
interpretan como seguras y permiten apagar las respuestas
de mecanismos de supervivencia o protecció n, es decir, de
ataque, huida y bloqueo. De esta manera se genera un
escenario en el que la persona tiene má s facilidad para entrar
en el proceso de escucha. De forma amorosa, compasiva,
entra en calma en un proceso de regeneració n y de
transformació n.
Siguiendo con la biología del tronco cerebral, hay un con-
junto de fibras que salen del nervio vago y que está n unidas a
á reas cerebrales que controlan los mú sculos estriados de la
cara. De esta manera el sistema nervioso está preparado para
saber si el otro es una persona segura o amenazante y lo hace
mediante la detecció n de las inicrocxprcsioncs faciales o por
el tono de la voz. Es por ello por lo que es tan importante
proporcionar un estado de tranquilidad a la persona que
estamos acompañ ando. Este reconocimiento se realiza de
manera inconsciente y se ha aprendido con la madre o tutor
en la primera relació n. A menudo, la intuició n sobre lo que se
observa nos informa de que no se puede confiar en alguien,
aunque no sepamos por qué.

El cerebro de un bebé no está maduro y no tiene


adquirido un lenguaje, pero la naturaleza ha previsto un
mecanismo que ayuda en la supervivencia del neonato
mediante la activació n de un programa má s antiguo: las
sensaciones corporales. Tendemos a creer que la mayor
parte de nuestras experiencias se han conformado con lo que
pensamos, cuando en realidad la mayoría son subcorticales y
somatosensoriales, es decir, que se trata de experiencias
sentidas físicamente por nuestro cuerpo. Los recuerdos,
desde el momento de la concepció n hasta los 3 primeros
añ os de vida, solo son de sensaciones corporales. Cuando
estos recuerdos contienen experiencias traumá ticas y estas
no han podido ser integradas, se van a revivir de la misma
manera en que han sido aprendidas, en otras palabras, a
través de las sensaciones físicas. Estas sensaciones son
guardadas a través de las experiencias tempranas del
desarrollo, incluso aquellas que no han podido ser integradas
y asimiladas.
Figura 3. Nervio Vago / Fuente: commons.wlklmedla.org
/Textos agregados.
Si un estímulo actual reactiva una experiencia traumá tica,
los recuerdos vividos pueden irrumpir de forma
descontrolada, provocando que la persona vuelva a
experimentar la situació n con un cierto nivel de malestar,
como si se tratara de una amenaza terrible y lo viviera con
pá nico. Cuando estos recuerdos está n asociados a imá genes,
se denominan flashbacks y revivirlos de manera insegura
puede producir retraumatizació n, es decir, como si se
estuviera viviendo nuevamente una situació n de peligro de
vida. La retrauma- tizació n provoca un nuevo sistema de
estímulos y memorias asociadas que se van expandiendo a
má s circunstancias, se generalizan y acaban provocando
angustia y pá nico. Es el origen de las fobias. Las neuronas
espejo nos permiten intuir o percibir lo que siente el otro y
son la base de la compasió n.

♦♦♦
"Nuestro organismo está preparado para participar en la
vida afectiva interna del otro" (Daniel Stern).
♦♦♦
Vínculo y apego
La supervivencia de la especie humana se concretó en un
programa inicial basado en la relació n madre-hijo, llamado
vínculo. Es un PBS natural que organiza todos los pasos para
conseguir que el amor proporcione la estabilidad que
necesita el neonato desde la primera relació n. El vínculo
madre-hijo se aprende tempranamente mediante un
mecanismo hormonal (oxitocina) y a través de
neurotransmisores, que gestionan los impulsos nerviosos.
Este vínculo es capaz de predecir có mo será la vida de la
persona en sus relaciones con otros o consigo misma. La
vinculació n sana de los niñ os genera mayor empatia y
seguridad en el adulto. Es imprescindible tener en cuenta
este vínculo, ya que la relació n terapéutica tiene su base en la
relació n vincular primaria. Es importante detectar el tipo de
vínculo para que sea lo má s neutro posible. Los padres, por
má s que lo intenten, no podrá n tratar a sus hijos de manera
igual porque ellos ya no será n los mismos, dado que estará n
en momentos de vida diferentes con experiencias distintas.
Desde el nacimiento y durante el primer añ o de vida, el
niñ o aprende a vincularse con otros seres humanos a través
de las vivencias de tipo estímulo-respuesta. La calidad de la
relació n vincular primaria tendrá influencia en el resto de las
relaciones que establezca la persona a lo largo de su vida. En
la experiencia vincular, el niñ o y su madre van adaptando
ritmos y necesidades. La madre va conociendo el tipo de
petició n segú n el tipo de llanto y, a su vez, el bebé va
gestionando su homeostasis y aprendiendo que la madre no
está siempre disponible, aunque eso lo frustre. Si lo consigue
aprender, sabrá esperar cuando tenga que hacerlo. La
paradoja está entre necesitar disminuir la tensió n y tratar de
hacerlo, para que las necesidades no molesten y que no se
hagan evidentes.
Winnicott (1996) hablaba de la maduració n del niñ o a
partir del equilibrio entre el rango de frustració n ó ptima (o
desilusió n ó ptima) y el extremo de frustració n traumá tica.
Como él decía, la madre, dentro de un intervalo de tolerancia,
ha de ser lo suficientemente buena, para ayudar a que se dé
un proceso de maduració n e integració n adecuados. Se trata
de satisfacer las necesidades naturales, las angustias y los
conflictos propios de cada etapa de maduració n. A medida
que el bebé va integrando que el otro no estará siempre
disponible en el momento en que él lo pida, gestionará su
incertidumbre y aprenderá a esperar a que se le responda.
En caso de que el niñ o no pueda adaptarse a sus propias
necesidades y lo haga a las de su madre, no tendrá integrado
el sentido del yo merezco amor.
El aprendizaje de la autonomía comienza desde el
instante mismo de la concepció n y se pone en prá ctica entre
personas a partir del nacimiento. En palabras de Winnicot,
tenemos que aprender la capacidad de estar solos. El ser
humano ha de aprender a regular su propio organismo a
través del control de sus propias necesidades. En primer
lugar, las necesidades bá sicas: comer, eliminar, respirar,
seguridad y contacto. Al sentir una necesidad, el bebé solo
puede llorar, ya que no cuenta con otro mecanismo para
llamar la atenció n de sus cuidadores. A partir de la respuesta
que obtiene, siente satisfacció n o insatisfacció n, lo que en
cualquier caso da como resultado una carga de sensaciones.
La regulació n emocional se realiza mediante el aprendizaje
del bienestar o malestar entre el mundo externo y el mundo
interno. De forma natural, nuestro cuerpo sabe lo que ocurre
en su medio interno y qué es lo que necesitamos para satisfa-
cer la necesidad. Es por ese motivo que cuando un bebé llora
y se siente mal, su sensació n es aú n peor, pues desconoce
totalmente lo que es postergar una necesidad, ya que no
tiene sentido del tiempo. Cualquier demora es sentida y
vivida por el bebé como una cues
tió n de vida o muerte. Es importante, para cualquier ser vivo,
recuperar el equilibrio u homeostasis.
La madre puede dar la respuesta que permita satisfacer la
demanda y, para ello, tendrá que aprender a distinguir los
diferentes tipos de llamada que va a emitir el niñ o a través de
su llanto, ya que, solo en ocasiones, el llanto del bebé activa la
inseguridad y el malestar de los propios padres. Cuando esto
ocurre, es probable que los padres no hayan podido superar
sus propias frustraciones del mismo período. Ante el
estímulo (llanto) del bebé, la madre, que actú a de cerebro
externo, sabe lo que le ocurre y satisface la necesidad
(respuesta). Se aprende a tolerar la frustració n ante una
petició n y es por ello por lo que las primeras experiencias
son vitales. Es sano para el adulto que ya ha integrado esta
necesidad saber que puede ser feliz con lo que desea, pero
sin ello también. De este modo, la felicidad deja de
pertenecer al exterior. A continuació n, veremos diferentes
escenarios de respuesta materna a las necesidades del niñ o.
Imaginemos que la madre acude a calmar al bebé. Este
recuperaría el estado de satisfacció n y calma interna
volviendo al equilibrio y felicidad. Al existir un estímulo y
una respuesta positiva para el bebé, este puede predecir que
a la siguiente llamada obtendrá el mismo resultado, por lo
que obtiene confianza y seguridad. Sabe también que puede
pedir y que es valioso, ya que es atendido. Tiene la sensació n
de que existe para el otro y de que estar con el otro es
agradable. Esto conforma una base estable para las
relaciones humanas sanas.
En una relació n maternofílial segura en la que hay
respuestas predecibles, el vínculo de apego que se genera es
seguro. La figura del cuidador está presente constantemente
y se puede interiorizar para aprender después a cuidarse uno
mismo. En la medida en que se adquiere madurez
neurobioló gica, se aprende a tolerar mayores niveles de
malestar y a soportar las frustraciones junto a un aprendizaje
de regulació n emocional. De esta forma, el ser humano se
vuelve resiliente, capaz de tolerar y gestionar las situaciones
adversas y capaz de manejar las frustraciones sin poner en
peligro la valía personal. Lo importante no es lo que el otro
hace, sino lo que yo hago con lo que el otro hace. Aunque esto
un bebé no lo pueda poner en palabras.
En caso de vínculo de apego seguro, aprendemos también
a establecer el criterio sobre quiénes somos, quiénes son los
otros para nosotros y qué son la vida y el mundo. Damos
respuesta a estas tres cuestiones esenciales que son el yo, los
otros y el mundo. Para poder generar este tipo de relació n, la
madre actú a como corteza externa del bebé, quien no tiene
aú n la madurez del có rtex, del mismo modo que ha ocurrido
durante el embarazo. Trabaja como un ó rgano auxiliar
externo. En definitiva, lo que ocurre es que el bebé obtiene
una señ al interna de su estado mediante sensaciones
corporales. Avisa al exterior de su necesidad mediante el
llanto o un acceso de rabia. Llega una respuesta del exterior
que, si es positiva, permite la recuperació n del equilibrio. El
patró n má s comú n en estos casos será el siguiente:
- Aviso externo: llanto.
- Respuesta satisfactoria: entendimiento.
- Recuperació n del equilibrio u homeostasis.
- Predictibilidad/Confianza/Capacidad de pedir.
- Señ al interna: Hambre.
Insatisfacció n o construcció n de una identidad doloroso
Al depender de los cuidadores durante un largo periodo de
tiempo, es posible que el tipo de experiencia se repita con
frecuencia y que actú e como refuerzo de un esquema
previsible. Los padres, o cada uno de ellos por separado, le
dan al niñ o una informació n de respuesta predecible. La
insatisfacció n se produce cuando, ante la señ al de aviso de
una necesidad interna, la respuesta del cuidador o bien no
aparece en el tiempo en que necesita el bebé ser atendido, o
no se da la respuesta correcta, por lo que no corresponde la
satisfacció n con la necesidad y la experiencia se convierte en
frustrante. Esto coloca al organismo en una respuesta de
supervivencia de lucha, huida o pará lisis.
Segú n su percepció n, el bebé podrá incorporar que no es
importante, molesta si pide, no vale para ser atendido y
tomar la decisió n de que se bastará a sí mismo. Claudica en la
espera, se resigna o se abandona. Hay bebés que llegan a un
extremo físico de entrega a la muerte por abandono. Un bebé
que no obtiene la respuesta adecuada deja de esperar algo
del exterior y, en estos casos, el niñ o no confía en sus
cuidadores, en los padres, y reproduce lo mismo con otras
figuras como familiares, maestros, la pareja, los propios hijos,
perpetuando, de este modo, el dolor. También podría volver
la agresividad hacia sí mismo al no poder manifestarla hacia
fuera.
A menudo, una experiencia traumá tica en relació n con
otras personas durante la infancia hace que en la edad adulta
se evite el dolor entrando en contacto con el vacío. La
experiencia traumá tica va a provocar la huida de sí mismo,
ya que se ha sobrevivido tratando de no pensar y de no sentir
el trauma. Son personas que se niegan el placer, tienen
reactividad a nivel emocional, escapan de sí mismas, por
ejemplo, haciendo mucho deporte, evadiéndose con
adicciones o trabajando mucho para no sentir lo que les pasa.
Son personas que de adultos dicen "no importo, no existo, no
hay nadie para mí, molesto si pido, soy invisible, soy una
carga" y, como actitud, esperan a que el otro adivine lo que
necesitan. En estos casos el patró n será el siguiente:
- Aviso externo: llanto.
- Respuesta insatisfactoria o postergada.
- Claudicació n/Agresividad.
- No confía, no pide, se abandona: lo hace todo solo.
- Señ al interna: hambre.
Apego evitativo o frío
Podemos plantearnos también un escenario en el que la
respuesta ante el llanto sea respondida con violencia o
agresió n, a lo que el organismo va a responder con miedo,
protegiéndose, encerrá ndose y encogiéndose para
resguardarse de un entorno nocivo. Esta respuesta genera un
apego frío u otra alternativa que es la disociació n para dejar
de sentir el dolor. Veremos el patró n que se suele seguir en
estos casos:
- Aviso externo: llanto.
- Respuesta insatisfactoria y agresiva.
- Claudicació n/Miedo/Bloqueo/Cierre.
- No confía, no pide, recela de los otros: disociació n.
- Señ al interna: hambre.
La disociació n es el mecanismo que el bebé o la persona
usan para alejarse de la realidad, como si para poder
sobrevivir se tuvieran que desconectar de las experiencias
internas asociadas a sensaciones corporales. Este mecanismo
implica separar lo que estaba unido. Cuando el cuerpo no
puede escapar del peligro, la mente trata o imagina que no
está en la situació n. Por ejemplo, cuando un niñ o se
encuentra en una familia violenta, despreocupada o ausente,
trata de crear un mundo de fantasía alternativa o de
anestesiarse como si viviera su vida fuera del cuerpo. Es
como vivir una vida sin ser vivida o vivir una vida como si no
se estuviera dentro de ella. La disociació n es el
procedimiento de desconexió n del mundo interno, es decir,
de los estímulos dolorosos procedentes del cuerpo. La
falta de reconocimiento de las experiencias del mundo
interno es la negació n.
Apego ansioso o ambivalente
El niñ o, a pesar del dolor de la respuesta negativa,
permanece cerca de la figura de cuidado y no se atreve a
explorar, manifestando una intensa ansiedad de separació n.
Cuando la madre regresa, la reacció n es ambivalente,
mostrá ndose molesto hacia ella. Son personas que tienen
dificultades para encontrar consuelo o calmarse, ya que han
conformado su patró n de reacció n con padres que en algunas
ocasiones son accesibles y sensibles, y en otras, en cambio, se
manifiestan fríos y distantes.
Vínculo relacional
Cada experiencia deja una huella má s o menos
determinante en funció n de la intensidad, de la duració n del
conflicto o del estado de maduració n de las vías neurales en
el momento en que se produce el conflicto. Por eso son tan
importantes las primeras experiencias, ya que es sobre lo
que se fundamenta la construcció n de la identidad y de la
personalidad, organizando los patrones de respuesta y
consolidando esa respuesta mediante creencias. Las
primeras experiencias dan respuesta a las cuestiones
esenciales del yo, los otros y el mundo.
¿Có mo manejas tu inquietud de explorar el mundo,
conocerte y conocer a otros?
La experiencia de la relació n con los otros para conocer y
deducir có mo será n los demá s se estructura mediante
creencias. Cuando las experiencias dolorosas se repiten y se
suceden a lo largo de nuestra vida dan lugar a "leyes
internas", llamadas creencias, que usamos de escudo para no
tener que volver a confrontarnos con el dolor. Cuanto má s
temprana sea la repetició n, má s firme será la creencia.
La creencia se puede definir como la necesidad de
obtener una buena relació n certeza-incertidumbre. El
conjunto de creencias de una persona construye su modelo
interno dá ndole un modelo de representació n fiable del
mundo. Le permite al hombre construir a cada instante y de
forma no consciente una visió n coherente de sí mismo y del
mundo. Una creencia está formada por un significado a partir
de una interpretació n. El significado dado permite orientar la
acció n. Un ejemplo de creencia sería "no merezco vivir
porque soy una carga para mi madre que sufre por la vida
que lleva".
Entender que nuestra construcció n depende tanto de
nosotros como de los otros, en base a la seguridad o
inseguridad de las primeras relaciones, ayuda a poner una
mirada compasiva y una actitud comprensiva hacia el otro y
hacia uno mismo. Dependiendo de la construcció n del Yo
relacional podemos decantarnos hacia relaciones sanas,
seguras, de apoyo, de comprensió n o hacia relaciones
dañ inas o tó xicas. La desconexió n (disociació n o negació n)
de las experiencias internas no le permite a la persona saber
cuá ndo hay dolor para tomarlo como un indicador que les
ayude a escoger relaciones sanas.
Identidad
Una motivació n del ser humano es la necesidad de
estructura y, por ello, es importante predecir lo que puede
ocurrir. De eso se encarga a nivel bioló gico el cerebro. Otra
motivació n es la necesidad de ser reconocido y, por lo tanto,
de tener una identidad. Es el sentido del yo que responde a
esa necesidad y que se comienza a construir respondiendo a
un nombre, a lo que se agrega el resto de informació n que
nos llega de la forma en que los otros nos ven.
Existen categorías como buenos, malos, listos, tontos,
importantes, prescindibles, suficientes, incapaces, etc. Todas
estas palabras conforman valoraciones que ayudan a
establecer la má scara de la personalidad o ego y el yo que
elaboramos a partir de có mo nos tratan los demá s. En
funció n de có mo lo hacen otros, luego nos trataremos
nosotros mismos. El diá logo externo construye el diá logo
interno y esto determina el estilo de personalidad o el
cará cter con el que nos presentamos.
Dialogo externo: no vales para nada, no deberías haber
nacido, me has arruinado la vida, eres un imbécil, me das
asco, no te esperaba, inú til, no te soporto, etc.
Dialogo interno: no soy suficiente, soy un fracaso soy
inadecuado, no soy capaz, no valgo, soy la escoria, no
merezco que otros me quieran, merezco ser tratado mal,
etc.
Otra necesidad del ser humano es ser comprendido, lo que
significa ser acariciado, acariciado en el alma.
3. Habilidades y técnicas para la consulta
Comunicació n
La comunicació n es un acto activo. Toda comunicació n
requiere de un emisor, un mensaje y un receptor, pero esto
que es tan simple, los humanos lo complicamos. Es imposible
no comunicar y para hacerlo hace falta algo má s que los tres
elementos que constituyen dicho acto. Cada parte contiene
algo má s que concentra cierto tipo de energía y que tiene un
impacto en el otro. La terapia, entre otros objetivos, ayuda a
la persona a encontrar una forma sana de comunicarse, lo
que favorece una capacidad relacional superior consigo
mismo, con los otros y con el mundo. Ese aprendizaje se hace
en la misma terapia, para lo que el terapeuta tiene que
organizar el discurso digital y analó gico.
"Las palabras no dichas y las cosas no hechas dejan en
nosotros una huella que nos une con el pasado" (Claudio
Naranjo).
En las relaciones, en general, y en la relació n terapéutica,
en particular, se requiere de una comunicació n lo má s pura,
limpia y neutra posible. La comunicació n que no sostiene
estos principios es comunicació n violenta y la observamos
cuando se hacen juicios, críticas o diagnó sticos de la otra
persona. En la comunicació n encontramos varios canales de
transmisió n de la informació n:
- A nivel simbó lico.
- Vía analó gica (no verbal o imagen).
- Vía digital (imagen).
- Verbal.
- Escrita.
El canal de comunicació n con el bebé es la comunicació n
analó gica, que se basa en comunicarse a través de los gestos,
las posturas, las imá genes, lo que se puede significar, etc.
Este lenguaje corporal y gestual surge mucho antes que la
comunicació n digital. El bebé aprende esta comunicació n a
través de la relació n con su madre y es importante la
entonació n de la voz y las expresiones faciales tranquilas y
serenas que van asociadas al nervio vago y que se construyen
a través de la mirada y el tono de voz de la madre en la diada
madre-hijo. Cuando el niñ o tiene una necesidad, se desespera
si su madre no responde, no responde a tiempo o le agrede,
así como si presenta ausencia de expresió n facial y no lo
mira. En cambio, el niñ o se calma cuando su madre recupera
la expresividad o lo mira. Este aprendizaje es totalmente
adaptativo y permite la supervivencia. Cuando el bebé recibe
la mirada de la madre es como si se viera a sí mismo y es así
como se juzgará .
Aprendemos a captar el estado del otro a través de su
mirada y de los micromovimientos faciales. Esto nos permite
saber si el otro es seguro o amenazante. Se trata de una
comunicació n que nos permite observar o transmitir
informació n de las relaciones que se establecen entre los
comunicantes. En terapia se observan:
- Micromovimientos faciales, del cuello u otras partes
visibles.
- Expresiones emocionales.
- Postura.
- Tono de voz.
Gestos.
- Movimientos sutiles.
- Movimientos estereotipados.
El ser humano dispone de imá genes que puede
reproducir mentalmente y asociarlas a gestos en funció n de
su propia historia. El ejemplo má s comú n de este tipo de
comunicació n se expresa mediante el tó pico "una imagen
vale má s que mil palabras". Para el ser humano es imposible
no comunicar. Todo gesto, postura o tono de voz puede ser
interpretado como un mensaje.
Reformulació n o resignifícació n de gestos estereotipados
La asociació n de imá genes mentales con gestos, posturas,
acciones concretas y con emociones se fija y permanece de
manera estereotipada, sin permitir desarrollar una conducta
distinta. Una simple invitació n a realizar una prá ctica de
forma opuesta a como se realiza habitualmente ayuda a
tomar conciencia de que está en nuestras manos cambiar. Se
trata de animarse a hacer algo distinto a lo que se hace
frecuentemente. Por ejemplo, podemos pedirle a una
persona violenta que resuelve todo gritando o con un golpe
que pruebe a hacer algo distinto y lo practique en la propia
terapia, observando lo que se siente. El ejercicio consistirá en
invitar a la persona que tiene una conducta estereotipada
asociada a un gesto a que realice una conducta nueva
reviviendo una situació n emocional conocida. Se propone
que la persona pruebe algo que no ha realizado antes.
Comunicació n tó nico-emocional analó gica
Las sensaciones corporales pertenecen al mecanismo de
supervivencia o, lo que es lo mismo, son el aviso para
asegurar la vida. Por ejemplo, si vamos corriendo y nos
lesionamos un tobillo o nos fracturamos una pierna,
comenzaremos a percibir un dolor. Este tiene como objetivo
impedir la marcha o, lo que es lo mismo, evitar una lesió n
mayor. Esta es la utilidad evolutiva de las sensaciones corpo-
rales, como puede ser la del dolor.
El sentir primario es el reflejo espontá neo del cuerpo que
reacciona al mundo exterior o interior y que tiene su
alojamiento a nivel del tronco cerebral. El tronco encefá lico
está diseñ ado para captar los estados internos del
organismo, como el de las visceras, el sistema vestibular y del
nivel musculoesquelético liso (mesencéfalo). También es el
encargado de captar las estructuras sensoriales y motrices
que activa el nervio vago y las sensaciones interoceptivas de
dolor o placer. El sentir emocional es una variació n del sentir
primario. Las emociones permiten resolver los problemas de
manera que se gaste menos energía y se encuentre una
solució n lo má s rá pido posible. Ajustar la precisió n y eficacia
del proceso de decisió n que permite aumentar las
posibilidades de supervivencia de un ser vivo sigue siendo
una gran ventaja evolutiva.
El á rea motora primaria controla la contracció n de los
mú sculos y, para ello, une la corteza cerebral con la médula
espinal de tal forma que activa la acció n. Sin embargo, para el
cerebro, la representació n de una acció n supone lo mismo
que una acció n ejecutada realmente, por lo que pensar en
una acció n es prepararse para realizarla o sentir que está
realizada. Los pensamientos e imá genes internas con carga
emocional de la persona provocan reacciones mínimas que
pueden ser detectadas desde el exterior y que la persona no
puede controlar, disimular o manipular. En cierto modo, los
gestos se modulan cada vez que hay una imagen mental en
particular. En el tronco cerebral se produce la integració n de
toda la actividad de sensaciones y se mezclan, creando
nuevos estados de sensaciones complejos dotados de
sensibilidad y afectividad.
La lectura corporal de la emoció n se puede realizar, por
ejemplo, a partir de la coloració n de la piel. Esta estará má s
rosa o enrojecida cuando se dilaten o se abran los vasos
sanguíneos, y má s pá lida cuando estos se cierren. Esta
vasodilatació n o vasoconstricció n está ligada a un conflicto
de tonalidad emocional. La lectura corporal puede continuar
con:
- Las arrugas, ya que la manera de ser va dejando una huella
profunda en la cara, en forma de arrugas o líneas
profundas de la piel, producidas por los movimientos
repetidos de los mú sculos faciales.
- Los movimientos de deglució n, que indican las
dificultades de tragar una situació n.
Los bloqueos respiratorios, que indican que algo ahoga,
asfixia o que no hay espacio de libertad. Se puede
observar la respiració n en ritmo, amplitud y localizació n.
El movimiento cardíaco, con las reacciones de arterias o
venas que se pueden marcar má s o menos en cualquier
parte del cuerpo.
- La contracció n abdominal asociada a no poder
eliminar, evacuar o digerir una situació n.
- La modificació n de la voz, como el timbre, la
sonoridad, el volumen, el modo de articulació n, etc.
- Los movimientos o gestos de manos, piernas, pies,
dedos, etc. Por ejemplo, un ligero balanceo de pie amplificado
puede dar
como resultado la apertura al dolor de haber recibido un
golpe.
Es importante que el terapeuta use la capacidad de
observació n para detectar cualquier cambio.
Comunicació n digital, verbal o escrita
Los símbolos comunicativos pueden ser lingü ísticos o
escritos, y existe un consenso significativo para cada símbolo.
Este consenso se ordena bajo reglas y normas lingü ísticas.
Este lenguaje puede ser observado en pensamientos, frases,
refranes, verbos de acció n, dibujos, películas, fotografías,
mú sicas, cuentos etc. Las metá foras son el reemplazo de algo
por otra cosa, es decir, que un término reemplaza a otro de
una determinada similitud. Este tipo de comunicació n puede
usarse para resignificar la percepció n de las historias vividas.
Mapa mental
Los seres humanos tenemos tendencia a mezclar los
eventos y nuestras observaciones con pensamientos y
juicios. Los deformamos mediante la imaginació n y
agregamos interpretaciones ligadas a la huella del pasado.
Esta mezcla conlleva el riesgo de generar reactividad o cierre
en el diá logo, de caer en el juego de quién tiene razó n, quién
se equivoca.
Reformular
La reformulació n o el eco es la técnica que consiste en
devolver al cliente el mensaje verbal o no verbal, tanto
expresado de manera explícita como implícita. La
reformulació n es la manera en la que el cliente escucha
exactamente las mismas palabras que ha dicho y se observa
la reacció n que esto provoca. Comenzar la reformulació n con
precaució n, con suavidad: me parece que...; si he compren-
dido bien...; si he oído bien...
Existen varios tipos de reformulació n:
- Reformulació n global: síntesis de lo que ha sido dicho.
- Reformulació n de la emoció n: a partir de la expresió n de
la persona: tú hablas de (tristeza, enfado...) o me parece que
dices que
te sientes enfadado, o sientes tristeza.
- Reformulació n relativa al tiempo: si el consultante habla
mucho del pasado, del futuro.
- Reformulació n del objetivo: orientar hacia un cambio
implícito o explícito.
Reformulació n escindida o fragmentada: por ejemplo,
podríamos decir, "es como si una parte tuya estuviera
(hacemos un silencio para que la persona responda)
mientras que otra está orientada hacia la curació n".
- Reformulació n abierta: comenzar una frase, luego
dejarla indecisa para que el consultante la acabe.
Reformulació n global de la comunicació n verbal y no verbal:
reformulació n de la coherencia, de todo lo que ha sido dicho
y sobre todo lo que se observó . Ejemplo: Viniste hoy a la
consulta. Tu respiració n es tranquila. Sí comprendí bien lo
que dijiste...
■ Uso de lenguaje limpio
Este lenguaje usa la reformulació n o palabras del cliente
para no decir nada desde el mapa del terapeuta y se deja al
cliente finalizar la frase. Algunos ejemplos serían:
- ¿Y qué te gustaría que pasara? (ejemplo, ser fuerte)
- ¿Y ser fuerte có mo es?
- ¿Y cuá ndo quieres ser fuerte?
- ¿Y có mo es ese ser fuerte? (metá fora)
En relació n con el tiempo se puede preguntar:
- ¿Qué pasa justo antes de ... ?
- ¿Y justo después... ?
- ¿Y qué pasará luego?
Escucha activa
Hablar es un acto recíproco que requiere de un papel
activo y otro pasivo para poder llegar a buen término. Es un
verdadero estado de alerta que solo puede realizarse desde
el propio silencio. Escuchar supone dejar de lado los propios
pensamientos, sentimientos, juicios, prejuicios o expectativas
o fantasías centrá ndote en el otro tal cual es. Es atender lo
que el otro dice y no lo que yo espero que diga.
Mientras uno escucha, cede el espacio al otro y, en este
momento, hay que manejar la ansiedad de querer responder,
pues al tiempo que se escucha se activan asociaciones u
ocurrencias que tenemos que sostener en el tiempo. A veces,
las ideas propias pesan tanto que hacen ruido interior y hay
que recordar que la ú nica posibilidad para comunicar es la
escucha pura. La comunicació n requiere que estemos
conscientes en el presente para poder pensar. Supone tomar
conciencia del aquí y ahora sintiendo la experiencia del
presente. El registro de sensaciones corporales da alguna
informació n má s auténtica que el pensar, pero los humanos
nos identificamos con lo que pensamos y nos creamos una
red infinita de historias. Pensar tiene un lugar. Es el
momento de razonar, entender y planificar. Sentir es ser
consciente de lo que ocurre en el cuerpo en tiempo presente.
Sentimiento es un pensamiento sentido y el sentir profundo
incorpora emociones y sensaciones corporales.
■ Beneficios de una escucha activa:
- Facilitar a las personas que vienen a consulta que
hablen sobre sí mismas y sus problemas, y comuniquen
informació n que
consideran importante.
- Comprender y entender mejor al cliente.
- Mejorar la relació n terapéutica.
- Responsabilizar a las personas a que sean las
protagonistas de su cambio y animar a los clientes a ser má s
responsables de
su proceso de cambio.
La escucha activa implica tres actividades:
Demostrar atenció n e interés por el mensaje que nos llega. Es
fundamental poner mucha atenció n en la comunicació n
no verbal (apariencia, expresiones faciales, mirada,
postura, orientació n corporal, gestos, entonació n,
volumen, etc.) y en la comunicació n verbal (lo que dice y
en qué momento, lo que dice implícitamente, las
emociones explícitas o implícitas, lo que no dice, como
temas que evita comentar o personas importantes que no
menciona, los temas recurrentes, las contradicciones en
que incurre). Es necesario prestar atenció n a la actitud
hacia el terapeuta y la terapia.
Ser conscientes de los datos atendidos y de que no todos van
a ser necesarios en el proceso de acompañ amiento del
tema que estamos tratando en cuestió n.
Dar feedback. Manifestar actitudes que evidencian la
escucha, mirar a los ojos, asentir, inclinarse con el cuerpo,
hacer comentarios como: entiendo, ya..., continú a.
■ Habilidades de escucha
Como ya sabemos, escuchar implica atender lo que la
persona nos está transmitiendo desde lo verbal y lo no
verbal. Comunicar, procesar los datos atendidos y emitir
respuestas de escucha verbales y no verbales también forma
parte del proceso. Muchas de estas respuestas son simples
(mirada amigable, asentimientos de cabeza, inclinació n y
orientació n corporal hacia el cliente, expresió n facial de
interés y comentarios del tipo: ya veo, sí, entiendo, hum),
mientras que otras son má s complejas. Entre estas ú ltimas,
Cormier y Cormier (1991/1994) han distinguido las cuatro
siguientes: clarificació n, pará frasis, reflejo y síntesis, que
explicaremos a continuació n. Se puede encontrar má s
informació n y ejercicios al respecto en Ferná ndez y
Rodríguez (2002).
A parte de lo mencionado anteriormente con respecto a
transmitirle ese feedback mostrando indicadores claros de
que estamos escuchando, existen otras habilidades un tanto
má s complejas que nos van a permitir entender con mayor
facilidad el mensaje de la persona a la que acompañ amos:
1. Clarificació n
Se trata de pedirle a la persona que aclare el significado
de un mensaje que no ha quedado del todo claro, o que nos
resulta ambiguo o implícito. Utilizando este tipo de
preguntas:
- ¿Qué quieres decir cuá ndo...?
- ¿Qué má s puedes aclarar sobre esta cuestió n?
- ¿A qué te refieres con... ?
- Con esto quieres decir que...
Es importante, tener en cuenta que cuando la persona
está por primera vez contá ndonos o exponiendo su situació n,
es conveniente no interrumpirle solicitando aclaraciones
frecuentes, esto se puede realizar una vez ha terminado con
la exposició n.
2. Pará frasis
La pará frasis consiste en recapitular con otras palabras o
expresar resumida y organizadamente el contenido principal
del mensaje del cliente. No es conveniente emplear las
mismas palabras ni repetirlo todo, sino expresar de un modo
claro con las propias palabras las ideas clave del paciente
cuando se considere oportuno hacerlo. Supone decir lo
mismo pero con otras palabras. Por ejemplo, la señ al era roja
puede ser parafraseada en no se permitió el paso del tren
porque la señ al era roja.
3. Empatia
La empatia es la capacidad de comprender a las personas
desde su propio marco de referencia en vez del
correspondiente al terapeuta y de saber comunicar a la
persona interesada esta comprensió n.
Implica, en primer lugar, entrar en el marco de referencia
del cliente y comprender sus sentimientos, percepciones y
acciones; es decir, ver las cosas no como son "objetivamente"
o como las vería uno mismo de estar en el lugar de la persona
a la que acompañ amos, sino tal como él o ella las
experimenta. Es muy importante que la persona llegue a
sentirse comprendida. La empatia, en su nivel má s alto,
implica no solo comprender los pensamientos y sentimientos
expresados por el cliente, sino también captar las
implicaciones emocionales, cognitivas y conductuales que
aquellos tienen en su vida.
Para Ruiz y Villalobos (1994) "Es lo que se ha definido
como comprender el significado má s allá de lo que el
paciente expresa".
4. Obstá culos que nos podemos encontrar
El primer y fundamental obstá culo que nos podemos
encontrar es la resistencia al cambio. Y esto nos habla de
biología. Como ya sabéis, nuestro cerebro se compone de tres
cerebros: el reptiliano, el límbico y el neocó rtex. El reptiliano
se encarga de nuestra supervivencia y tiene automatizadas
todas sus respuestas. El cerebro límbico se encarga de todas
las emociones, así como de asociar determinadas
experiencias a ciertas emociones, para acercarnos a esa
situació n en concreto o para huir y protegernos de ese
evento. El neocó rtex se encarga de la ló gica, el razonamiento,
el aná lisis, el pensamiento, la bú squeda de soluciones. Con el
objetivo de explicar la resistencia al cambio, a partir de
ahora, cuando leá is cerebro emocional, nos podremos referir,
por un lado, a la suma del reptiliano y el emocional o límbico,
y, por el otro, al neocó rtex o el cerebro racional.
El emocional no piensa, actú a automá ticamente en base a
las experiencias pasadas. En cambio, el racional no actú a de
manera automá tica, sino que necesita tiempo. A nuestro
cerebro emocional no le importa que seas feliz o desgraciado,
sino que su funció n es la supervivencia, mantenerte con vida.
Está programado para buscar y encontrar peligros y es
gracias a eso que hemos subsistido como especie. Esta
funció n es perfecta per se, el problema es que la evolució n
tan brutal que hemos llevado a cabo los seres humanos ha
provocado que esta funció n se haya quedado obsoleta.
Hoy por hoy, no estamos ante tal cantidad de peligros, al
menos los que entendemos de manera real, pero nuestro
cerebro sigue creyendo que los peligros existen. Para nuestro
cerebro emocional, un cambio puede suponer un peligro y va
a huir totalmente de él. Un cambio para el cerebro emocional
va a ser cualquier cosa, cualquier situació n que no tengamos
automatizada. Tened en cuenta que tiene automatizado
aproximadamente el 95-97 % de nuestros comportamientos
y ahí, y solo ahí, se siente a salvo y cree que puede
protegerte. Cree que aú n estamos viviendo en una caverna y
que fuera nos espera el depredador. Es por ello por lo que
quiere que te quedes en la rutina de siempre y, aunque todo
sea un desastre, tiene la seguridad de que, solo así, te podrá
mantener vivo.
Por otro lado, aparte de lo anteriormente descrito,
aparece el beneficio secundario del No cambio. Se trata de un
concepto muy importante que es conveniente tener en
cuenta, ya que no todo es tan evidente como parece. Para
ello, nos plantearemos lo siguiente:
- ¿Qué es lo que rodea a la situació n?
- ¿Y a las relaciones entre las personas implicadas?
- Y, ¿qué sucedería si algo cambiara?
Ademá s de la programació n de nuestro cerebro y del
beneficio secundario, existe el miedo o la inseguridad ante lo
desconocido, ya que, presumiblemente, no lo hemos hecho
nunca de una manera estructurada o conscientes de que
contamos con los recursos para poder llevarlo a cabo. Un
ejemplo de este caso sería el siguiente: no me siento
merecedora de tener una relació n "sana" o "estable" a nivel
de pareja. Aunque de manera consciente sé que la relació n
que mantengo con mi pareja me/nos hace dañ o, no soy capaz
de romper y continú o hasta no poder má s, aunque todas las
personas de mi entorno me digan que lo/a deje.
Y ahora, ¿qué? Existen ciertas técnicas que se pueden seguir
en terapia cuando nos encontramos ante los obstá culos
mencionados: Por un lado, podemos dotar de recursos a las
personas para que sepan que pueden transformar la
situació n. Para ello, dibujaremos previamente el camino que
estamos llevando y el que deseamos o queremos llevar, en
base a los objetivos propuestos.
- Por otro lado, es importante trabajar la reestructuració n, es
decir, acompañ ar al cliente para ayudarle a cambiar el propio
marco conceptual o emocional, en el cual se experimenta una
situació n, y situar esta dentro de otra estructura. La situació n
puede ser la misma, lo que cambia es el sentido que se le da.
Interpretaciones y juicios ocultos utilizados
frecuentemente por error como sentimientos Pilar De la
Torre en su libro Comunicació n no violenta explica que son
palabras o expresiones "trampa" que nos hacen
dependientes y nos quitan responsabilidad sobre aquello que
estamos sintiendo. En lugar de hablar de lo que nosotros
sentimos, solemos usar expresiones que implican a los
demá s, es decir, que hablan de lo que implícitamente
"pensamos que los otros nos hacen". Un ejemplo de esta
situació n sería decir me siento abandonado/a, me siento
humillada/o, ya que será siempre el otro quien haga la
acció n, quien nos abandone o humille.
También usamos otras expresiones que hablan de los
juicios que ejercemos sobre nosotros mismos, como me
siento nulo/a, así como de los juicios u opiniones que
imaginamos que los otros tienen sobre nosotros mismos,
como la palabra incompetente. Por otro lado, tenemos que
evitar utilizar expresiones tales como siento que tú ..., tengo el
sentimiento de que tú ..., creo que tú ..., ya que ese tipo de
expresiones tan solo expresan creencias o temores sobre el
otro, en vez de expresar lo que nosotros sentimos de forma
genuina y propia.
Otro tipo de trampas que podemos encontrar en la
expresió n de nuestras emociones se da cuando se usa el
verbo sentir en una frase. Al decir: me siento agredida,
maltratada, humillada, rechazada, despreciada, pisoteada,
etc., en cierto modo estamos afirmando que: pienso que me
agredes, me maltratas, me humillas, me rechazas, me
desprecias, me pisoteas, etc.
El pensamiento actú a como una tapa que impide que el
sentir salga porque se queda en un juicio. "Yo siento que" es
lo que antecede a un pensamiento, por lo que si dijéramos
"Yo pienso que" es, al fin y al cabo, otra manera de transmitir
el mismo mensaje que nos permite ver má s claro que se trata
de algo que surge de nosotros mismos y no del otro.
Pongamos algú n ejemplo:
Yo siento que María quiere decir X = Yo pienso que María
quiere decir X
Como vemos, utilizar la expresió n "Yo siento" supone
confirmar la experiencia del otro, como si fuéramos
absolutos conocedores de lo que realmente siente el otro. Por
ello, podemos substituirlo por "yo percibo", ya que, de este
modo, no confirmamos algo que, en realidad, desconocemos.
De nuevo, veamos esta transformació n de un modo má s claro
a través de un ejemplo:
Yo siento que quieres ir al cine acompañ ada. = Yo percibo
que quieres ir al cine acompañ ada.
Como vemos, Yo siento que tal persona... es una
proyecció n falsa que se usa para decir lo que uno sentiría en
lugar del otro. Por ello, sería má s riguroso decir: Yo, en lugar
de tal persona, querría.... Yendo un poco má s allá , si nos
fijamos, Yo siento que tú eres... es la frase que antecede a un
juicio disfrazá ndolo de un sentimiento.
Otra trampa en la comunicació n es el falso sentimiento
cuando utilizamos el verbo "sentir" unido a lo que otra
persona hace. Si nos encontramos ante este tipo de
afirmaciones, podemos transformarlas haciendo (o
haciéndonos) las siguientes preguntas:
- Cuando te sientes X, ¿có mo te sientes?
- Cuando te sientes no X, ¿có mo te sientes?
A continuació n, veremos una serie de predicados que
podemos utilizar para transformar las dos preguntas
anteriormente mencionadas y analizar así lo que sentimos al
respecto.
Desvaió -
Acusació Ataque Dominaci rizació n Engañ o Rechazo
n ón
Acusado/ Acorrala Frenado/ Ingenuo/
a do/ a Tonto/a a Abando-
Insultado a Obligado/ Inepto Estafado nado/a
/a a /a
Cuestio- Agredido Acorralad Torpe Explotad Abominad
/a o/ o/ o/
nado/a Herido/a a Desconsid a a
e-
Culpable Arrancad Acosado/ rado/a Desorien Detestado
o/ a - /a
Arrastrad a Acusado/ No tado/a Aislado/a
o/ a valorado/
a Atacado/ Dominad a Manipu- Separado
a o/a /a
Equivoca Molesto/ Ahogado/ Disminuid lado/a Ignorado/
do/ a a o/ a
a Aplastad Forzado/ a Atrapado Incompre
o/ a /a n-
Juzgado a Pisoteado Inadecuad Liado/a dido/a
/a o/
Sobrecar- Acosado/ Humillad a Traicio- Indeseabl
a o/a e
gado Insultado Maltratad Incapaz nado/a Invisible-
/a o/
Causante Amena- a Incompe- Engañ ad No visto
o/
Promotor zado/a Sobreprot tente a No enten-
e-
Responsa Presiona gido/a Indigno/a Utilizado dido/a
- do/ /a
ble a Despre- Intimidad Rechazad
o/a o/a
Presió n ciado/a Lamentabl Dejado/a
e
Ofendido Encajona Ridiculiza Echado/a
/a do/ do/
En una a a Olvidado/
a
Obligado/ Rebajado/
trampa a a Negado/a
Persegui Perseguid Nulo/a No acep-
do/ o/
a a No impor- tado/a
Provocad Estancad tante No apre-
o/ o/a
a Protegido Sin valor ciado/a
/a
Sobrecar-Rebajado Estú pido/ No
/a a creído/a
gado/a Manchad Obtuso/a
o/a
Desbor- Explotado Ineficaz
dado/a /a
Vencido/
a
Violado/
a
Selectividad
La selectividad es una de las formas que tiene el
inconsciente de captar la informació n. La selectividad se
aplica a lo que se quiere o no se quiere pensar, a lo que se
quiere o no se quiere decir y a lo que se quiere o no se quiere
escuchar. Por ejemplo, una persona que de niñ a aprendió a
ser criticada, de adulta se criticará a sí misma. Por ello,
cuando alguien le habla, en lugar de escuchar una frase
neutra, selecciona lo que supone una crítica hacia ella o hacia
otros.
Interpretació n
Interpretar es adjudicar un significado que se realiza
desde el propio mapa mental. Es confundir el imaginario con
la percepció n y suplantar la realidad por una fantasía. Por
ello, la interpretació n lleva a una ruptura en la comunicació n.
Es interesante describir y pedir la descripció n desde la
neutralidad.
Por ejemplo, decir que mi pareja no tiene interés por mí
es asignar una interpretació n mediante un juicio de lo que
estoy percibiendo. Desde la posició n de terapeuta, se puede
preguntar: ¿Cuá les son los elementos neutros/objetivos que
te dan que pensar que tu pareja no tiene/siente interés por
ti? Ante esta pregunta, el cliente puede ser que responda que
ella siempre está cansada, ante lo que nosotros podemos
volver a preguntar: ¿Cuá les son los elementos
neutros/objetivos por los que crees que ella siempre está
cansada?
La interpretació n se produce al enlazar la observació n
con el propio imaginario generando una pseudorealidad. Es
decir, se cree como verdadero lo que se supone, y se
reacciona emocional y conductualmente sobre la base de lo
que se imagina.
Esquema de la interpretació n de un hecho:
Hecho > Interpretació n > Pseudorealidad > Verdad >
Reacció n emocional > Conducta
Por ejemplo, si una persona siente que el sol le quemará
la piel, sentirá miedo y se alejará del sol o se pondrá
protector. Otro ejemplo sería sentir miedo cuando se acerca
alguien con unos rasgos físicos determinados, como podrían
ser personas con un determinado estilo, personas de alguna
etnia o raza determinada, personas de color, desconocidos,
vestidos de alguna forma distinta a la propia. Puede darse
que imaginemos al otro como una amenaza y obremos, en
consecuencia, atacando o huyendo. Esto hace que vivamos
gran parte de nuestra vida de manera irreal, creá ndonos un
mundo de autojustificació n.
Separar lo obvio de lo imaginario
Como decía Alfred Korzybski, uno de los padres de la
neurolingü ística, "un mapa no es el territorio que representa,
del mismo modo que una palabra no es el objeto que
representa".
Por ello existen tantos mapas mentales como personas y
cada territorio es de quien lo dibuja. Una distorsió n de lo
obvio se produce cuando se adjudica una intencionalidad al
otro. Por ejemplo, podemos escuchar afirmaciones como "Mi
jefe me pide cosas que no tienen ningú n sentido solo para
fastidiarme" o "Mi hijo no arregla la habitació n porque es un
rebelde y lo hace en contra de mí".
Dejar de suponer
La suposició n es una construcció n propia de lo que vive el
otro que conlleva la categorizació n de las acciones de otra
persona. La suposició n lleva a hacer profecías, supuestos y
pronó sticos que determinan realidades que pueden ser falsas
y que, en ocasiones, no dan opció n a que el otro pueda
aclarar esa realidad o explicarla. Es un elemento dañ ino en la
comunicació n que nos encontramos a menudo, como en el
siguiente ejemplo: Supongo que el otro está aburrido o
cansado por su postura, por lo que actú o en consecuencia
impidiendo un dialogo espontá neo.
No invadir el campo psíquico del otro en la sesió n de terapia
Cuando una persona está expresando y hace una descarga
emocional, se le ha de dar su tiempo hasta que alivie la
tensió n por sí misma. Debemos estar presentes todo el
tiempo y observar lo que ocurre.
El "sí, pero” de la comunicació n.
Utilizar "pero" provoca que todo lo que se haya dicho
antes de la propia palabra quede descalificado. Para evitarlo,
existe la alternativa de reemplazar el "pero" por una "y" para
poner en el mismo grado de importancia las dos partes de la
afirmació n.
Tipo de preguntas
La entrevista es un acto de relació n mutua y debe ser
indirecta. Por lo contrario, si se hacen preguntas directas tan
solo se consiguen respuestas escuetas, de "sí" o "no", o bien
de dar la razó n al otro, por lo que ese tipo de preguntas no
enriquece la comunicació n ni la relació n terapeuta-
consultante. Veamos, a continuació n, varios ejemplos de
preguntas directas, así como las problemá ticas derivadas de
plantearlas así:
- ¿Te sientes bien? Obliga a dar una respuesta de sí/no.
- Te veo mal. Es una presuposició n.
- ¿Cuá ntos abortos has practicado? Es una presuposició n,
ya que podría no haber realizado ninguno.
- ¿Cuá ntas drogas consumes? Es una presuposició n, ya
que podría no consumir.
- Cuando tienes un brote, ¿quieres matar? Obliga a dar
una respuesta de sí/no.
Posibles obstá culos en la comunicació n
Existen ciertas maneras de comunicar que pueden
suponer un obstá culo entre el terapeuta y el consultante.
Veremos unas cuantas a continuació n:
- Ordenar, exigir.
- Amenazar, advertir.
- Moralizar, sermonear.
- Aconsejar, dar soluciones.
- Argumentar, convencer por ló gica, dar lecciones.
- Juzgar, criticar.
- Alabar, hacer cumplidos.
- Humillar, ridiculizar, etiquetar.
- Interpretar, diagnosticar, comparar.
- Consolar.
- Preguntar, cuestionar.
- Desviar, bromear, esquivar, ironizar.
5. Actitud terapéutica
Checklist
Atributo
Indicadores Sí No
s
Evita
infan-
tilizar
Evita
juzgar
Respeto
Evita
criticar
Escucha
activame
nte
Respeta
el
espacio
físico/
psíquico
Evita
Mantener los límites tocar
Posició n
del
terapeut
a
(Lateral)
Ritmo terapéutico Respeta
las
pausas
Es
paciente
Va al
ritmo del
paciente
Reformu
la
Lenguaje
hipnó tic
o
Alarga
Tono de voz
palabras
Entonaci
ón
suave
Comunicació n no verbal
Detecta
el
lenguaje
no
verbal
Escucha
activa
corporal
Reformu
la el
lenguaje
no
verbal
Congrue
ncia
verbal y
no
verbal
Glosario "Checklist"
Indicadores Atributos Definició n
Situarnos en una
igualdad donde se
discurso o trato
Evita infantilizar infantilizació n o el
diminutivos. La re
paciente se desarr
de adulto-adulto.
Hace referencia a
valor que involuc
determinen, en fu
una acció n es buen
Evita juzgar el acompañ ante NO
posició n neutral
Respeto afectada la relaci
situaciones vulner
terapeuta-paciente
En referencia a q
pueda emitir un ju
Evita criticar pueda ser percibid
perjudicial para el
terapia
La escucha activa
indispensable en
eficaz y se refiere
Escucha activa
escuchar, no solo
está expresando d
también los sentim
ideas o pensamien
a lo que se está dici
En la relació n
Mantener losRespeta el espacio físico/psíquico importante mante
distancia física par
encuentre su espa
respeto por el espa
por no "querer sa
aceptando sus d
desarrollo del
terapéutico.
El terapeuta no toc
su consentimient
llevarlo a revivir
límites
Evita tocar través de la me
Siempre que
acercarnos al pac
previamente su con
El terapeuta se sit
del paciente haci
entre los dos q
Posició n del profesional (Lateral)
observar su expre
emocional, y ma
respetando el espa
Ritmo El terapeuta utiliza
terapéutico manera convenien
Respeta las pausas paciente pueda h
para que pueda co
sensaciones corpor
Es paciente El terapeuta sabe
momentos opo
intervenir. El error
querer hablar prim
nuestro punto de v
de ahí que nos con
mente en la idea
transmitir y no en
diciendo. Esta form
perjudica ser
comunicació n.
El terapeuta no
respuestas ni trab
Va al ritmo del paciente
se amolda a la situ
de las necesidades
Esta técnica nos p
Reformular las palabras clave
viviendo el pacient

que hemos compre


ha transmitido en s

Se refiere a la ento
el acompañ ante ut
Lenguaje hipnó tico
y realizar visuali
paciente.
Un buen recurso
terapéutico es ala
porque permite a
Alarga palabras
conciencia de
Tono de voz ocurriendo y ce
sensaciones corpor
El terapeuta usa
suave y cá lido du
Cuando el pacien
Entonació n suave terado, lo acompa
poco a encontrar
relajado y a situar
en intensidad y ton
Comunicació n Detecta el lenguaje no verbal El terapeuta tiene
no verbal percibir e interp
movimientos que
en el de
acompañ amiento.
El terapeuta obse
Escucha activa corporal corporal del pacien
en el proceso terap
El terapeuta ident
no verbal del pacie
Reformula el lenguaje no verbal
dar continuidad o
acompañ amiento.
El terapeuta es cap
cuá ndo no hay con
que el paciente
Congruencia verbal y no verbal
expresa mediante
utiliza para pro
vivencia.
6. Elementos clave del proceso terapéutico
La relació n terapéutica es el encuentro humano entre dos o
má s personas que tiene como objetivo producir un cambio
en relació n con la demanda del solicitante. Los elementos
que encontramos en terapia y que analizaremos a
continuació n son: El/la consultante, el/ la profesional en
Descodificació n Bioló gica (DB) y la relació n terapéutica.
Consultante
Es la persona que acude a la consulta con algú n tipo de
síntoma, dificultad, malestar o trastorno lo suficientemente
importante como para provocar un deseo consciente de
cambio y que no ha podido modificar por sí mismo o con la
ayuda de otros métodos. Puede ocurrir que haya probado
otras terapias y crea que no ha obtenido resultados, a pesar
de que haya ido haciendo pasos en su evolució n humana a
través de cada una de las vivencias que ha tenido.
En un inicio, puede sentir miedo por desconocimiento de
lo que puede aportar la Descodificació n Bioló gica y tener
ansiedad por esa falta de referentes. Es posible que,
especialmente al principio del proceso terapéutico, le cueste
entregarse en la realizació n de los ejercicios ante el
desconocimiento de lo que pueda ocurrir. Forma parte del
acompañ amiento de los y las profesionales en Descodifi-
cació n Bioló gica el explicar y dar seguridad en todo el
proceso. Cada persona tiene su propio marco de referencias,
su mapa mental, sus construcciones, creencias y valores. Está
en el marco del/de la profesional en DB acoger todo sin
juzgar.
Segú n sus características, podemos definir ciertos tipos
de consultantes:
- Personas que hablan mucho y/o nos cuesta seguirlas, y
centrarlas o centrarnos.
- Personas que dan muy poca o ninguna informació n y
hay que extraerla o adivinarla.
- Personas que dan informació n preelaborada, llena de
juicios, confusa...
- Personas que dan informació n suficiente.
- Personas que "seducen", sonríen, etc.
- Personas que no se toman en serio el proceso.
- Personas que buscan la solució n y el origen de sus
problemas fuera.
- Personas que no se fían, controlan, cuestionan...
- Personas que se quejan de todas las acciones del
proceso de consulta.
- Personas que está n colmadas y desbordadas de
expectativas sobre el proceso.
- Personas que está n desbordadas emocionalmente.
Profesional en DB
Es la persona que acoge al consultante y su demanda, e
inicia el proceso terapéutico. Como decíamos en el apartado
anterior, el/la consultante necesita "explicaciones" de una
nueva manera de ver el síntoma y, por ello, una parte
importante del proceso terapéutico consiste en explicar el
desarrollo. La pedagogía en este acompañ amiento es
fundamental. Una de las habilidades del/de la profesional en
DB consiste en saber explicar de forma fá cil y comprensible
los principios bá sicos de la Descodificació n Bioló gica. Una
lista
sucinta de elementos claves que requieren una explicació n
son:
- Qué es la Descodificació n Bioló gica y có mo funciona.
- 5 leyes de Hamer: Bioshock, fases de la enfermedad,
capas embrionarias, microorganismos, sentido bioló gico.
- Síntomas de las fases de la enfermedad: inflamació n,
infecció n, edema.
- Crisis épica: qué es, qué se puede esperar, có mo
prevenir su virulencia.
- Medidas en vagotonía.
Es importante observar desde la posició n de profesional
en DB cuá les son las motivaciones, las necesidades propias,
los límites, las fortalezas y las debilidades, así como generar
un espacio para que el cliente las pueda expresar. Como
características del profesional en DB, cabe resaltar que tiene
que encontrar un lugar có modo en la relació n, tiene que ser
neutro, transparente y sincero. Tampoco se debe caer en una
posició n paternalista infantilizando al consultante. Es una
relació n entre un adulto que acompañ a a otro adulto a
encontrar un lugar de cambio.
A continuació n, observaremos el aná lisis transaccional de
Eric Berne. Este aná lisis explica de una manera sencilla las
formas en que las personas interactú an entre sí mediante
transacciones psicoló gicas, con sus estados del yo Padre,
Adulto y Niñ o, aprendiendo a utilizar cada uno en el contexto
adecuado.

Figura 4. Diagrama de tas formas de Interacció n segú n Eric


Berne.
El Padre para dar cuidados, reprender y todo lo referente
al aspecto normativo y ético. El Adulto para el aspecto
racional y de tratamiento de datos, y el Niñ o para lo ligado a
lo espontá neo, los sentimientos, los deseos. En la relació n
terapéutica se han de establecer relaciones de Adulto a
Adulto.
Para ello se invita a que el terapeuta haga uso de su
empatia o capacidad de colocarse en el lugar del otro para
conocer por qué se siente la persona de una determinada
manera. La empatia es la capacidad cognitiva de sentir lo que
otro puede sentir; es sintonizar con la vivencia afectiva del
otro. Para poder desarrollar esta capacidad, es necesario
conocer las propias sensaciones y vivencias emocionales.
■ Las 3 "R” del/de la profesional
Respeto:
El estado de conciencia varía segú n lo que está viviendo la
persona en cada momento. Para crear un marco adecuado en
terapia, es imprescindible que como profesionales no
juzguemos, no critiquemos, no culpemos o rememos contra
corriente, no le faltemos al respeto y no basemos el
acompañ amiento en recomendaciones.
- Devolver lo que ya no es ú til.
Ser consciente de las propias lealtades ocultas y dejarlas, si
es necesario y suponen un límite en la vida o una falta de
libertad.
- Respeto a lo que surge en la persona o el grupo
acompañ ando, en silencio, sin tocar.
- Mantener una mirada abierta y de respeto con lo que
surge: emociones, sentimientos, palabras, gritos o silencios.
Responsabilidad:
La persona confía en nosotros, en nuestro proceder
profesional y humano, por lo que debemos estar informados,
buscar datos en relació n con lo que trabaja la persona y tener
en cuenta tanto las transferencias como las
contratransferencias, para poder trabajarlas. Estos dos
conceptos los trabajaremos en el siguiente apartado, pero, en
primer lugar, vayamos a la tercera y ú ltima "R" del/de la
profesional.
Revisió n continú a de la propia historia:
Vendrá n a vernos las personas má s adecuadas para
reflejarnos nuestra propia historia. Cada consultante es un
maestro para el/la terapeuta. El momento del encuentro es
sagrado y la persona que es consultante se merece toda
nuestra atenció n. En caso de sentir que algo del otro nos
afecta, debemos apuntarlo para revisarlo en supervisió n. Es
necesario que nos cuestionemos sobre nuestro papel en la
relació n terapéutica y supervisemos los casos que
trabajemos, ya sea de manera directa o indirecta.
La relació n terapéutica
La relació n terapéutica tiene como objetivo conseguir un
cambio a petició n del consultante. El vínculo que se
manifiesta en la relació n se sustenta en la sanació n del
vínculo primario madre e hijo. En ella se producen los
mecanismos de transferencia y contratransferencia.
■ Transferencia
Sigmund Freud definió este proceso en la terapia como el
modo en el que las ideas y sentimientos son proyectados
hacia otra persona, aunque sea la primera vez que la veamos.
Es la manera en que la mente humana revive ciertas
experiencias relacionadas
con vínculos tempranos y emocionalmente relevantes, que
en la mayoría de los casos son similares a las relaciones con
las figuras parentales y maternales. La interacció n con los
padres y madres (o sus substitutos, segú n Sigmund Freud)
dejaría marcas muy importantes en el inconsciente, y éstas
podrían manifestarse en transferencias futuras, como podría
ser el de una figura de autoridad o un/ a terapeuta.
■ Contratransferencia
Tiene que ver con los sentimientos e ideas que el propio
analista proyecta sobre los clientes a partir de sus
experiencias pasadas. Este proceso se hace de manera
inconsciente y supone un intercambio de informació n
analó gica o digital con el cliente. Es importante, como
terapeuta, conocer las motivaciones del trabajo de
acompañ amiento y saber detectar la contratransferencia del
modo de relació n con el paciente, porque si no, el terapeuta
utilizará sus propios aprendizajes e historia conflictual para
reorganizar el discurso del paciente, y lo convertirá en un
todo que cobrará sentido a partir de ambas historias de
dolor, de su propia subjetividad y de la red de significados,
recuerdos y creencias inconscientes.
Bert Hellinger habló sobre este aspecto en la conferencia
El arte de la ayuda, realizada en Londres en octubre de 2003.
A continuació n, veremos un fragmento del texto:
En su trabajo, muchos profesionales que se dedican a la
ayuda aplican en el campo terapéutico las formas que
aprendieron en su casa con su familia. Sentimos empatia o
simpatía por los demá s y queremos transmitir y dar lo que
hemos recibido. Pero en el campo de la ayuda profesional esa
actitud puede ser muy peligrosa. ¿Por qué? Si ayudamos a la
gente de esta manera nosotros nos sentimos grandes y ellos
pequeñ os. El cliente trae una necesidad y nosotros se la
cubrimos. De esta manera, se crea una relació n muy
sorprendente. Esa relació n es la llamada "relació n
terapéutica" de la que a veces me pregunto si realmente es
terapéutica. Si alguien viene con una necesidad, éste crea una
transferencia hacia el terapeuta, como lo hace un niñ o hacia
los padres. Y el terapeuta crea una contra transferencia y se
comporta como un padre o una madre. En muchas escuelas
de psicoterapia, esta forma de relació n se valora altamente.
Pero cuando miramos hacia la familia en general, podemos
ver que después de algú n tiempo de vivir con los hijos, los
padres no llenan las todas las necesidades y no les dan todo
lo que ellos necesitan. Frustran a sus hijos y de esta manera
estos se enfadan a la vez que empiezan a independizarse. Así,
la frustració n de obtener la ayuda que uno espera es un paso
importante para el crecimiento personal. Actualmente,
muchos terapeutas, cuando entran en la "relació n
terapéutica", se sienten como un padre o una madre hacia el
niñ o, manifiestan una empatia similar a la del padre con el
hijo y debido a esa actitud impiden el crecimiento del cliente.
7. El proceso terapéutico
El proceso terapéutico es el conjunto de procesos
psicosociales que tienen lugar desde el inicio hasta el fin de la
terapia. Este proceso tiene ciertas fases, que describiremos
en detalle má s adelante:
- Solicitud de visita: informació n y aclaraciones. ¿Qué es
la Descodificació n Bioló gica? Aportaciones y límites.
- ¿Cuá l es la demanda? Detecció n de la demanda
explícita o implícita.
- ¿Cuá les son las expectativas del cliente?
- Definició n del objetivo general del proceso y
particular de la sesió n.
- Establecimiento de metas terapéuticas.
- Elecció n de estrategias y desarrollo de un plan de
acció n.
- Evaluació n de la sesió n, feedback.
Durante este proceso hay ciertas reglas y principios sobre
los que tenemos que basar la terapia. Nos centraremos en el
principio de acogimiento y en las 3 reglas de
acompañ amiento terapéutico de Eric Berne.
Principio de acogimiento
Existe un principio que dice que todo lo que se acoge se
transforma, por lo que es importante acoger todo lo que
pueda ocurrir durante el proceso. No debemos poner
resistencia a lo que esté ocurriendo, ni culparnos, ni estar
tristes o enfadados, sino procurar acoger cualquier cosa que
pase en el proceso de acompañ amiento. Incluso si no
llegamos y nos enfada ver lo que está ocurriendo, tenemos
que acoger ese enfado. Si como terapeutas no llegamos a
acoger aquello que sucede, no daremos pie a que se inicie la
transformació n. Recordad que todo lo que se acoge se
transforma y, en cambio, lo que se rechaza, se refuerza.
Las 3 reglas de acompañ amiento terapéutico
3 reglas del acompañ amiento terapéutico de Eric Berne:
Potencia, Permiso y Protecció n. En el terapeuta se conjugan
los roles paterno-masculino y materno-femenino, y para que
el cliente se sienta seguro y pueda descansar con confianza
en el otro es necesario, segú n el momento de la terapia,
mantener uno u otro rol:
- Protecció n: en femenino es acoger y dar seguridad,
tranquilidad.
Permiso: en masculino es permitir la expresió n y
manifestació n de todo lo que necesita el cliente. Es tener
la libertad de expresar, de llorar, gritar, moverse, etc.
- Potencia: la persona puede cambiar usando todo su
poder.
La actitud terapéutica
En nuestra acció n como terapeutas nos mantenemos en la
posició n de adultos a través de la protecció n, el permiso y la
potencia. La actitud terapéutica es de escucha, paciencia,
protecció n y permiso; no debe dar pie al juicio, a la
interpretació n; todo lo trabajado se reformula, se anima al
cliente, se le acoge, se aporta tranquilidad, seguridad y se
está presente para que la persona pueda abrirse.
Otra acció n importante como terapeutas es no quedarnos
con nada de lo que nos transfiere el paciente.
El encuentro terapéutico es un acto en el que una persona
viene a vernos con un síntoma y/o un dolor emocional que se
recubre de capas mediante las que oculta su dolor, sus
heridas y sus sufrimientos. En ese encuentro, resulta esencial
la necesidad de crear un puente entre ambas personas que
pueda asentarse en la presencia activa, un "ESTAR y SER"
con una actitud receptiva, abierta y sensible a los diversos
lenguajes de ese otro ser. Estar en el momento presente
permite que el terapeuta se convierta en el pescador de los
hechos que se despliegan delante de él, sosteniéndolos,
viéndolos y percibiendo má s allá del cuerpo físico.
Todo esto da la seguridad que requiere el proceso
terapéutico. Sin seguridad, el inconsciente de la persona no
se abre, no hay disponibilidad y no permite el acceso al
resentir, a las sensaciones. Una persona que permanece en
un estrés postraumá tico mantiene un estado cró nico de
alerta o hiperalerta que le impide la integració n de las
sensaciones y de las vivencias. El pasaje de un sentir
primario con reacció n emocional de tipo agradable o
desagradable tiene que vaciarse y agotarse antes de poder
pasar a la polaridad contraria. Dicho de otro modo, no se
puede pasar inmediatamente de un sentir de agresió n con
sensació n de rechazo a un sentir de acogimiento o bienestar
inmediato.
Modelo tipo de sesió n
Podemos establecer un modelo tipo que sirva para las
sesiones de terapia, pero podrá ser adaptado a la realidad
que encontremos una vez se dé el encuentro con el cliente:
1. Recibir al cliente y tomar nota de elementos verbales y
no verbales.
2. Saludar, acoger, hacerle partícipe de la terapia, buscar el
"sitio" del profesional y del consultante y dar inicio a la
sesió n.
Establecer rapport.
3. Al iniciar la terapia, podemos preguntarle:
- ¿En qué te puedo ayudar?, ¿en qué puedo serte ú til?
- ¿Qué te trae hasta aquí?
- ¿Cuá l es el asunto?
- ¿Cuá l es el motivo de la consulta?
- ¿De qué se trata?
- ¿Qué te gustaría ver?
Hay personas que, o bien tienen muchos motivos
pequeñ os, o dicen que no tienen ninguno, o dicen que
necesitan consulta para estar "bien”. Debemos aclarar
entonces que el concepto "bien" no indica nada concreto. En
caso de que no puedan expresar la demanda, hay que tener
en cuenta que, si han solicitado una atenció n, es casi seguro
que tengan una demanda implícita. Para acompañ arlos a
encontrar una respuesta se pueden hacer preguntas del tipo:
- ¿Qué es estar bien para ti de manera concreta?; ¿có mo
sabes que no está s bien?; ¿cuá les son los signos?; ¿có mo se
manifiestan?
- ¿Qué á rea de tu vida sientes que podría ir mejor?;
¿qué te gustaría que pasara?; ¿qué tiene que pasar para
que...?
- ¿Qué cosa que ahora no va bien te gustaría que fuera
bien?; ¿có mo sabrías que ahora va bien?
- Cuando eso esté bien, ¿qué habrá en tu vida que ahora
no hay?
En segundas visitas y sucesivas, podemos preguntar por el
estado entre sesiones.
- ¿Có mo ha ¡do este tiempo?
- ¿Qué has notado?
- ¿Qué cambios ha habido?
- En caso de que no haya cambios, ¿có mo lo sabes?
- ¿Có mo está s hoy?
- ¿Sobre qué te gustaría trabajar?
- ¿Qué síntomas tienes?
4. Explicar qué es la Descodificació n Bioló gica
Los/as profesionales que trabajan en Descodificació n
Bioló gica deben informar debidamente a las personas que
acuden a consulta sobre el proceso y el acompañ amiento que
se ofrece. Te damos algunas recomendaciones para explicar
en consulta qué es la Descodificació n Bioló gica y có mo se
complementa con otros tratamientos.
¿Qué es la Descodificació n Bioló gica?
La Descodificació n Bioló gica es un acompañ amiento
emocional integrativo en el que trabajamos todos unidos,
complementando cada uno el trabajo del otro en pro del
bienestar de las personas. Los profesionales en
Descodificació n Bioló gica se encargan de revisar los
conflictos emocionales que ha vivido la persona y realizar un
acompañ amiento integrativo con el objetivo de mejorar el
bienestar emocional. Los profesionales en Descodificació n
deben saber explicar de forma fá cil y comprensible los
principios bá sicos de la Descodificació n Bioló gica:
Explicar qué son las Fases de la Enfermedad y la
sintomatología en fase de simpaticotonía y vagotonía
(inflamació n, infecció n y edema).
- Medidas en vagotonía.
- Crisis épica: qué es, qué se puede esperar y có mo
prevenir su virulencia.
- Informar debidamente del acompañ amiento
terapéutico y del trabajo que se va a realizar a lo largo de las
sesiones.
- Elaborar un plan de trabajo con el consultante y
pautarlo.
- Realizar el seguimiento adecuado y derivar en caso
de no tener las competencias profesionales para ello.
Informació n legal
Tratamientos: No corresponde a los profesionales de las
terapias naturales suspender tratamiento alguno o no
seguir los consejos médicos.
Derivació n profesional: Derivar al médico, psicó logo o
profesional de la salud si la persona presenta
sintomatología y no tiene un diagnó stico médico o
psicoló gico.
- Prestació n Servicios no Sanitarios: Informar
debidamente al consultante de la prestació n de servicios no
sanitarios.
- Protecció n de datos: La Ley de Protecció n de Datos
concierne al tratamiento de los datos personales. Cada país
dispone
de una regulació n propia.
5. Formular el objetivo:
Existen ciertos criterios para llevar a cabo la formulació n
que consisten en diferenciar el motivo de la consulta del
objetivo de la sesió n y/o del tratamiento. El objetivo de la
terapia consiste en conseguir una situació n deseada,
diferente y mejor, cambiando lo que
sea necesario para lograrlo de modo que la persona aumente
su capacidad para resolver los problemas y, por tanto, para
satisfacer adecuadamente sus necesidades en su relació n
consigo misma y con el entorno (modelo de persona sana y
efectiva), o que solucione un síntoma que trae a terapia. Lo
primero que se ha de plantear, y el terapeuta tiene que
conocer, es si el cliente está orientado y acepta cambiar algo,
y si su objetivo es conseguir la sanació n. También se debe
observar si la sanació n es el objetivo del terapeuta y/ o de su
familia y no del consultante. Para ello se pueden seguir
ciertos pasos:
Paso 1: Formular de manera positiva.
Se ha de formular de manera positiva. Se suele formular
como "lo que no quiero...", por lo que intentaremos
acompañ ar en la redefínició n positiva del objetivo. Por
ejemplo, si la persona dice que ya no quiere ser má s
desgraciado, entonces le preguntaremos que có mo quiere
estar. Puede ser que responda que "quiero ser/estar feliz,
alegre, estar centrado, en paz, bien". Ante estos términos
redefinidos, preguntaremos có mo sabe cuá ndo está bien,
feliz, en paz y có mo es en su interior estar en ese estado.
Paso 2: Concretar el objetivo
El objetivo tiene que ser preciso y describirse
sensorialmente, es decir, tiene que ser una cosa que sea muy
concreta. Por ejemplo, decir "quiero ser feliz" es demasiado
amplio y no permite concretar. Ante estos casos, las posibles
preguntas que podemos hacer son:
- Entonces, ¿qué pasará en tu vida cuando seas
feliz?
- ¿Qué es lo que pasará en concreto en tu vida que
hará que te sientas feliz?
- ¿Có mo sabrá s concretamente que te sientes
feliz?
- ¿Có mo sabrá s concretamente en tu cuerpo que
te sientes feliz?
- ¿Có mo sabrá s que has conseguido tu objetivo?
Podemos acompañ ar al cliente para que el "sentirse feliz” lo
proyecte en un instante preciso y concreto del futuro, de
modo que se pueda comprobar con las sensaciones
corporales. Por ejemplo: estoy tomando el desayuno, huelo
las tostadas, siento el sabor dulce..., escucho..., bailo..., dejo de
beber o de tomar pastillas, etc.
Paso 3: Tener el objetivo bajo control
El objetivo tiene que estar bajo control de la persona y tiene
que depender al 100 % de ella. Puede darse que la persona
hable de otro y se proponga como objetivo que otro cambie.
Es un objetivo no realizable, pues no depende del propio
sujeto, así que guiaremos al cliente a encontrar un objetivo
personal.
Paso 4: Definir un objetivo ecoló gico
El objetivo ha de ser ecoló gico para el sujeto y para los que lo
rodean. Para ello, verificaremos la ecología del objetivo, tanto
en la vida personal como en la vida familiar, profesional,
social, etc. Es decir, verificaremos si alcanzar el objetivo
supone un inconveniente para alguien y/o si es bueno para
todo el mundo.
- ¿Qué pasará si obtienes el resultado?
- ¿Qué pasaría si no obtuvieras el resultado
deseado?
- ¿Cuá l es el beneficio de mantener... ?
- ¿Qué va a ser diferente en tu vida, en...?
Paso 5: El objetivo se puede comprobar
Para comprobar que el objetivo sea el correcto, podemos
estimular los canales sensoriales y pedir al cliente que vuelva
a describir el objetivo, esta vez sintiendo lo que quiere
conseguir. Esta herramienta también se usa al finalizar el
trabajo. Por ejemplo, para chequear un protocolo se le
pregunta al cliente: ¿có mo te sientes?; ¿qué es lo que oyes o
qué es lo que ves?
Es importante para la persona conocer el precio (lo que
cuesta) de llegar a ese objetivo, así como lo que satisface. Por
ejemplo, chequear la motivació n de la persona y preguntarle
si finalmente vale la pena hacer esto. Tanto puede ser que
haga un pequeñ o gesto dubitativo como que reaccione
convencida afirmando que vale la pena. Ante la respuesta
podemos preguntar:
- ¿Có mo sabes que vale la pena obtenerlo?
- ¿Qué es lo que irá realmente mejor?
Hay que comprobar la motivació n para alcanzar el objetivo
porque es la energía del paciente lo que va a hacer alcanzar
el objetivo.
Relació n terapéutica
El/la profesional en Descodificació n Bioló gica será
aquella persona formada y cualificada para acompañ ar a la
otra persona en el camino de transformació n y de cambio.
El/la consultante es aquella persona que experimenta algú n
problema o dificultad, malestar o síntoma que limita su vida
o se la dificulta lo suficiente como para solicitar ayuda para
llegar al cambio (por dentro y por fuera). La relació n
terapéutica es una relació n profesional asimétrica (parte de
la demanda y necesidad del consultante) y al terapeuta se le
retribuye por su trabajo. Existe un consenso generalizado en
cuanto a que el profesional en Descodificació n Bioló gica y el
consultante no mantengan ningú n otro tipo de relació n fuera
de las sesiones terapéuticas. Beck, Rush et al. (1979) hablan
de tres factores fundamentales que podemos ofrecer:
Confianza, Rapport y Colaboració n Terapéutica.
La confianza y un espacio agradable, en el que la persona
pueda expresar lo que siente y piensa, así como la seguridad
de que el profesional tiene un amplio conocimiento en
Descodificació n Bioló gica, respondiendo a aquellas
cuestiones que el/la cliente necesita resolver.
El rapport hace referencia a la definició n de diferentes
momentos del proceso de acompañ amiento, es decir, la
explicació n de có mo se van a desarrollar las cosas. Durante el
proceso, definimos la situació n o el síntoma a trabajar, así
como los objetivos que se pretenden alcanzar.
La colaboració n terapéutica está basada en el diá logo y
proporciona un ambiente de apoyo que permite el trabajo de
manera objetiva, flexible e imparcial. Requiere de un
encuadre o marco terapéutico que tiene que ser especificado
desde la 1.- sesió n y que
contribuye a alejar cualquier confusió n:
- Confidencialidad.
- Previsió n del proceso y aclaraciones en relació n con
la modificació n de la previsió n.
- Duració n y frecuencia de las sesiones.
- Puntualidad.
- Lugar dó nde se realizan.
- Política de anulaciones.
- Periodos festivos.
- Interrupciones (teléfono y otros sonidos).
Acuerdo sobre los objetivos de la terapia: con frecuencia el
cliente presenta un síntoma y está má s interesado en
resol verlo que en entender su origen.
- Acuerdo sobre las tareas de la terapia y de los
medios que se usará n para conseguir los objetivos.
- Corresponsabilidad.
- Cualquier otro detalle que afecte al desarrollo de la
terapia.
Recordatorio
El objetivo de los profesionales en Descodificació n
Bioló gica es otorgar al paciente un servicio integral, en el que
la Descodificació n Bioló gica intervenga en el proceso
emocional de la revisió n de los conflictos que ha vivido. En
los procesos con sintomatología cró nicas o degenerativas,
trastornos del comportamiento o cualquier estado emocional
o sintomá tico que cause un gran nivel de estrés en la
persona, el acompañ amiento emocional resultará clave para
la mejora del bienestar y el equilibrio emocional. Es un
acompañ amiento integrativo en el que trabajamos todos
unidos (profesionales de la salud, de la terapia...),
complementando cada uno el trabajo del otro en pro del
bienestar de las personas.
Los profesionales de la Descodificació n Bioló gica tienen el
deber ético-moral de continuar formá ndose y supervisar la
prá ctica profesional en beneficio de las personas que acuden
a consulta. El intrusismo profesional se reconoce como aquel
que ejerce actos propios de una profesió n sin poseer el
correspondiente título académico expedido o reconocido
segú n la legislació n del territorio. Y, por ú ltimo, hay que
recordar nuevamente que no corresponde a los profesionales
de las terapias naturales suspender tratamiento alguno o no
seguir los consejos médicos.
8. Herramientas y técnicas para trabajar en las consultas de
Descodificació n Bioló gica
Como hemos estado estudiando en todo este mó dulo, las
herramientas son el instrumento para lograr los objetivos
planteados en las sesiones de acompañ amiento. Ahora vamos
a nombrar las má s importantes o, al menos, las má s
utilizadas:
El cuestionario inicial
Nos va a permitir, antes de conocer personalmente al
cliente, conocer el motivo de la consulta, sus características
personales, los eventos má s relevantes vividos dentro de su
biografía, las relaciones familiares, acontecimientos
familiares significativos... Conocer toda esta informació n nos
permitirá comenzar a establecer las primeras hipó tesis.
Las visualizaciones
Se trata de centrar la atenció n de nuestra imaginació n en
personas, objetos, circunstancias... El objetivo está en utilizar
la imaginació n en pro de nuestro proceso de cambio o en
darnos cuenta y responsabilizarnos de lo que ocurre, ademá s
de potenciar el recuerdo de vivencias pasadas que sean
prioritarias trabajar hoy. Las imá genes y recuerdos de
nuestra vida nos permiten volver a cualquier momento y
vivirlo como si estuviera ocurriendo en el momento
presente. Acompañ amos a la persona a nivel sensorial, que
observa, que huele, que escucha..., que conecta con
sensaciones corporales y vacía.
Sofrología
Técnicas de relajació n, ejercicios respiratorios,
movimientos corporales y estrategias de activació n mental
que tienen como fin el conocimiento de sí mismo y el
desarrollo de la consciencia. De forma progresiva y metó dica,
la persona va aumentando la percepció n y conocimiento de
su propia corporalidad, sus emociones, sus pensamientos, su
conducta y sus propios valores. Ella misma va desarrollando
su voluntad para mejorar aquellas capacidades que quiere
potenciar y para tratar sus percepciones, sentimientos o pen
samientos molestos.
La línea de vida o de tiempo
Técnica utilizada en PNL. Sobre la línea, tanto a nivel
físico como mediante el dibujo, se pueden recorrer diferentes
sucesos en la vida de una persona para poder vaciar a nivel
de sensaciones, ademá s de poder buscar otros eventos o
vivencias que nos ofrezcan los recursos que en un momento
de necesidad nos faltaron.
Ciclos bioló gicos memorizados
Técnica que se estudia de manera extensa cuando
estudiamos Proyecto y Sentido. Los Ciclos Bioló gicos
Memorizados pueden ayudarnos a ver la influencia de
eventos pasados de nuestra vida en nuestras situaciones
actuales. Nuestra vida es cíclica y estos ciclos con ló gicos y
responden nuestras memorias.
El genograma
El á rbol genealó gico o genograma es una herramienta que
nos permite acceder a todo un sistema de creencias, fechas,
nombres, repeticiones, situaciones especiales vividas por
algunos integrantes que pueden afectar a la persona que
viene a vernos.
Protocolos y ejercicios
Aquí describimos determinados protocolos y ejercicios
como herramientas para llegar al objetivo propuesto en el
acompañ amiento terapéutico.
- Revisar determinados momentos en los cuales se haya
vivido una situació n conflictual.
- Modificar las creencias limitantes.
- Anclar recursos sensoriales y emocionales positivos.
- Llegar al momento del bioshock.
- Encontrar los momentos de programació n y
desanclarlos.
CAPÍTULO 2.

PROYECTO Y
SENTIDO
1. Conflictos programantes o las
heridas de la vida

Durante la primera etapa de nuestra vida -desde que


nacemos hasta los má s o menos los 3 añ os de vida-y
posteriormente durante la segunda infancia -que abarca
hasta los 10 o 12 añ os-, se forja el desarrollo vital del ser
humano. Durante estos períodos, se afirman y asientan
todos los cimientos que marcará n y nos guiará n de forma
consciente e inconsciente en nuestros aprendizajes
posteriores, los cuales proporcionará n una de las
características má s relevantes y bá sicas del ser humano: el
desarrollo de habilidades sociales, emocionales, cognitivas,
sensoperceptivas y motoras.
Hay otros períodos que también tienen un impacto
decisivo en la persona, como el momento del nacimiento
con todas las circunstancias que lo rodean, entre otras, los
eventos vividos por el padre y, sobre todo, por la madre
durante todo el embarazo. Del mismo modo, es
imprescindible prestar atenció n a dos períodos
determinados: las vivencias y condiciones de vida del padre y
de la madre alrededor del instante de la concepció n, y la
informació n que viene desde los ancestros.
Muchas de las terapias y métodos alternativos y/o
complementarios a la medicina tradicional o alopá tica del
mundo occidental tienen su fundamento en el estudio
analítico y comprensivo de estas primeras etapas de
gestació n, crecimiento y desarrollo, cuyo objetivo bá sico y
fundamental es generar una mejora de la salud y bienestar
de los seres humanos. Desde la Descodificació n Bioló gica
tenemos muy en cuenta que los llamados programas
iniciales quedan inscritos celularmente y reconocemos la
presencia de las improntas en las reacciones fisioló gicas de
una persona porque está n guardadas en la memoria celular y
aparecen como reacció n de las células ante eventos similares
y aná logos que ocurren en etapas má s adultas de la persona.
Si un bebé está lleno de informació n cuando llega al
mundo y nunca lo hace como una pá gina en blanco, imagina
la informació n que podrá haber acumulado 10, 20 o 30 añ os
má s tarde. Sus reacciones de adulto dependerá n de sus
aprendizajes y el resultado de có mo la viva le afectará de
forma positiva, neutra o negativa. Localizar los instantes en
los que se han producido las improntas es el objetivo de la
Descodificació n Bioló gica, ya que de este modo se puede
desactivar desde la raíz la programación específica, que
se ha activado ante un conflicto desencadenante.
2. Línea de vida

La línea de vida o línea de tiempo es una construcció n mental


usada internamente para organizar los eventos de nuestro
pasado, presente y futuro. A continuació n, veremos un
posible esquema:

Figura 5. Representación de la línea de vida.


3. Marc Fréchet

Marc Fréchet (1947-1998), de origen francés, fue oncó logo y


psicó logo clínico, trabajó con pacientes enfermos de cá ncer,
segú n los postulados del Dr. Hamer. Hizo importantes
aportes a la Descodificació n Bioló gica y, aunque falleció sin
haber podido publicar sus investigaciones, sus resultados
hicieron que los trabajos del Dr. Hamer fueran bien
conocidos en Francia. Acuñ ó la noció n de Proyecto y
Sentido (PyS) a partir de su propia biografía. Segú n decía, su
madre concibió un hijo por su propia necesidad y no para
satisfacer su maternidad. A través de su propia historia se
dio cuenta de que, antes de ser concebido, todo bebé es
una idea preconcebida.
Marc fue concebido como una "ayuda", ya que su madre
corría el riesgo de ir a la cá rcel y encontró una "estrategia"
para aminorar la pena: si estaba embarazada el jurado iba a
ser má s clemente. Sin embargo, Marc fue concebido y su
madre fue a prisió n igualmente. É l mismo dice "estuve 9
meses en el ú tero y 9 meses de nacido, encerrado: nací con
18 meses de prisió n". Liberar a las mujeres del encierro es el
PyS del creador de esta reveladora noció n.
Posteriormente cuando se casó , la misma noche de bodas,
su mujer se encontró con una dificultad en el movimiento:
pará lisis de las extremidades inferiores. Cuando consultó a
sus suegros sobre el nacimiento de su mujer le dijeron que
durante el parto tuvo una dificultad y se quedó paralizada.
Fue a partir de entonces que Fréchet consideró que tanto el
PyS como los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados
(CBCM) condicionaban al individuo a vivir determinados
eventos en épocas específicas y de una manera concreta. Se
puede decir que tanto el PyS como los CBCM nos ayudan a
localizar los instantes programantes de las heridas de la
infancia.
4. Proyecto y Sentido de vida

Desde la psicología y la psicoterapia se ha puesto énfasis en


la importancia de la relación paterno filial, desde el
momento de la concepció n y durante toda la vida de la
persona. El objetivo siempre ha sido el mismo: tener buena
salud psíquica. Cada escuela ha aportado su particularidad
sobre la bú squeda de los conflictos iniciales y los traumas.
Con el Proyecto y Sentido, Fréchet describe un periodo de la
vida que va desde los nueve meses antes de la concepció n
hasta los 3 primeros añ os de vida, que es aproximadamente
la edad en la que finaliza la etapa fundamental del proceso de
mielinizació n de la red neuronal. Hay otras teorías que
alargan este periodo hasta los 5 añ os, ya que coincide con el
inicio de la escolarizació n. En cualquier caso, el periodo en el
que se determina el Proyecto y Sentido de un bebé abarca los
meses previos a la concepció n, todo el embarazo, el parto, la
lactancia y la primera infancia. El estudio de esta etapa
abarca un período fundacional: su desarrollo y
programació n bioló gico-neuro-emocional.
Segú n esta línea de pensamiento, el Proyecto y Sentido
puede condicionar la vida de las personas: el
comportamiento, la profesió n, la actitud ante la vida, las
relaciones con otros miembros de la familia, etc. El PyS nos
pilota de forma inconsciente. Fuimos concebidos con un
objetivo, gobernado por el deseo o necesidad de nuestros
progenitores. Ese objetivo servirá para trazar un plan que
nos condicionará y pilotará durante el transcurso de la vida.
Como si fuéramos eyectados al azar por el lanzamiento de
unos dados, vamos siempre del proyecto a la expresió n de
aquello para lo cual fuimos concebidos. Cada hijo o hija
llega en un momento diferente de la vida de los padres.
Esas experiencias, los deseos conscientes e inconscientes de
la madre y el padre, hacen posible "la impronta", es decir, lo
que graba el bebé y que la persona, a lo largo de la vida, se
verá impulsada a repetir para cumplir el programa.
Desde este punto de vista, si hay concepción, hay deseo
(consciente o inconsciente) y si no hay deseo, no hay
concepció n. La fertilidad se gestiona con un deseo
inconsciente: el hijo es concebido para algo. A veces es un
proyecto con un patró n muy sencillo de entender (para que
la mujer no esté deprimida, para que continú e la empresa
familiar, o para que cuide de los otros hijos). Existen
proyectos positivos, como traer alegría y creatividad al clan,
y otros má s pesados, como pueden ser bebés concebidos
para ser el hijo de reemplazo o para ser el bastó n de la vejez.
En este ú ltimo caso, resonará n en ese mandato y bloqueará n
su vida afectiva para estar al servicio de los mayores.
Para entenderlo en otros términos, el concepto de
Proyecto y Sentido se puede definir como la construcció n de
algo que por el momento no existe, pero que, ante una
necesidad funcional, se crea para que pueda ser cubierta. Por
ello, en primer lugar, cabe ver si existe realmente una
necesidad y si podemos diseñ ar una solució n para ello. Si no
hay necesidad, no hay el estímulo o impulso. Claude Sabbah
lo expresa de la siguiente manera: "Todo objeto tiene un
creador que proyecta en una fase inmaterial (la creació n aú n
no se ha materializado) y que cuando existe en una fase
material solo podrá expresar el sentido para el que ha sido
creado."
Centrá ndonos en la biología, sabemos que cada ó rgano
tiene una o varias funciones concretas. Por ejemplo, el colon
solo podrá hacer la funció n para la que está preparado, por lo
que primero existió una necesidad de digestió n y la
naturaleza creó un ó rgano capaz de realizarla.
El Proyecto y Sentido se puede describir como un viaje
que ha sido impuesto. Solo cuando se libere ese proyecto se
podrá hacer el "propio viaje". Soltar un conflicto o exigencia
que no nos pertenece, que nos arrastra hacia un modo de
vivir que sentimos ajeno, es un trabajo que debemos hacer
con los propios síntomas de la biografía. A veces, incluso hay
que remontarse al parto, al embarazo, a la concepció n y hasta
internarse en el gran bosque del transgeneracional.
5. Momento de la concepción

La concepció n de un ser humano suele darse porque un


hombre y una mujer se encuentran, se sienten atraídos,
conforman una pareja y proyectan un futuro en comú n. A
veces, en ese futuro colocan uno o varios hijos. Otras veces,
hay un encuentro a nivel sexual de dos seres y, sin haber
mediado proyecció n alguna y como resultado del acto
bioló gico, la mujer se queda embarazada.
¿Cuáles son los proyectos que hay en el inicio de
nuestro origen biológico?
Siguiendo con la noció n de que todo bebé antes de ser
concebido es una idea preconcebida, encontramos que todos
los seres humanos han venido a la Tierra con una misión y
un objetivo específico, que es el que han proyectado los
padres. A veces, en la vida solo se puede expresar el proyecto
consciente y/o inconsciente que los padres tenían en su
concepció n. En otras palabras, venimos con un proyecto
inicial paterno y materno que nos guía y que nada tiene que
ver con el proyecto personal.
Ejemplo: Hombre de 45 añ os en el paro, no tiene pareja
estable, vive en la casa de sus padres y todo en su vida es
problemá tico, por lo que no es autó nomo. Sus padres habían
perdido a un hijo el día que este cumplió 5 añ os. Su proyecto
pasó a ser el de ser siempre un niñ o. La creencia es que si
crece puede morir, por lo que es mejor seguir siendo niñ o
En la imaginació n del padre y de la madre, antes de la
concepció n, se construye una imagen de un ideal de hijo o
hija que no siempre coincide con la realidad. Cuando
sabemos cuá l fue el proyecto parental en el momento de la
concepció n, nos percatamos del porqué de la orientació n
inconsciente de nuestra vida hacia determinadas acciones,
profesiones y características personales. Normalmente las
personas desconocen el proyecto parental hasta que se
estudia y se trabaja sobre uno mismo.
---
Ejemplo: El caso de un quinto hijo concebido para ser
entregado a un familiar que no podía tener hijos. Cuando el
niñ o nació , los padres tenían un grave problema econó mico y
decidieron dá rselo a la hermana del padre, que no tenía hijos,
para que le diera mejores condiciones de vida. De adulto
vivió haciendo todo para que los demá s fueran felices. Todos,
excepto él.
---
En este caso, vemos como todo se alinea con la necesidad
de la familia, que es disminuir el estrés que provoca la
infertilidad de un miembro de esta. Por lo tanto, el proyecto
parental se sustenta en el deseo inconsciente del padre y de
la madre.
Para Francoise Dolto (1994), la concepció n es un
encuentro de tres y no solo de dos: "un niñ o ú nicamente se
da a la vida por su deseo de vivir". El hecho de que el
embrió n viva y de que la madre no aborte de forma natural
confirma la existencia de un deseo compartido de vida. Por lo
tanto, ya desde la concepció n, el feto es un ser humano en
potencia. El deseo consciente del padre y de la madre no es
suficiente para poder concebir un bebé. Son numerosos los
casos de parejas que desean tener descendencia y no lo
consiguen, aun utilizando los má ximos cuidados y
recomendaciones para conseguirlo. En ocasiones se
encuentran dificultades, incluso sin que exista alguna razó n
bioló gica que lo impida en ninguno de los dos miembros de la
pareja.
---
Ejemplo: El caso de una pareja bioló gicamente apta para
concebir que no puede alcanzar su objetivo consciente de ser
padres. La mujer pasa hasta en doce ocasiones por un
proceso de fecundació n in vitro y siempre da el mismo
resultado. Aparecen dudas, frustració n y dolor, hasta llegar al
malestar en la pareja y a la consecuente separació n. La mujer
regresa a vivir a casa de sus padres y su madre, al llegar, le
dice: "no te preocupes. A partir de ahora te puedes encargar
de nosotros y del negocio".
---
Ejemplo: Un niñ o que para llegar a la vida tuvo que
superar los métodos anticonceptivos que usaban sus
progenitores: el preservativo del padre y el diafragma que
llevaba la madre. Sus logros por nacer responden a un
inmenso deseo inconsciente de ser concebido y seguramente
en su materializació n de vida será alguien que supere lo
insuperable para otros y, ademá s, lo haga de manera có moda.
---
¿Qué es lo que lleva a que los deseos inconscientes de
los padres se encuentren?
Las relaciones forman parte de nuestro proceso de
maduració n a lo largo de la vida. Con cada evento o situació n
que vivimos vamos gestando y esculpiendo nuestra
personalidad. La convivencia en pareja es un vasto campo de
experimentació n de sensaciones y emociones donde cada
uno almacena "vivencias” de todo tipo a nivel personal,
parental, social, de pareja, etc., generando diversas
expectativas y necesidades. Los bebés son concebidos en el
momento en que el inconsciente paterno y materno
están de acuerdo en traer a la vida un bebé.
Lo que sucede en la vida del padre y la madre alrededor
del momento de la concepció n (algunos autores señ alan 12
meses antes y otros dicen 9) es lo que determina el proyecto
que transmitirá n, ya que en el instante de la concepció n cada
uno de los padres tiene unas necesidades concretas.
---
Ejemplo: Salvador fue concebido en un momento de
malestar de la pareja en el que los padres estaban a punto de
separarse. Añ os después, cuando él tenía 25, sus padres se
separaron. Para él fue un hecho incomprensible, pero se
entiende a la perfecció n si se observa su Proyecto y Sentido.
É l lleva el proyecto de unir, de mantener unido, y en su vida
profesional se ha dedicado a promover acuerdos
empresariales y organizar eventos uniendo a gente diversa.
Salvador "cumple" con su misió n cuando consigue mantener
unidas las personas. Ante una disputa de amigos o cuando
alguien se marcha de una empresa, sufre. Su nacimiento y su
existencia está n para materializar y expresar el Sentido del
Proyecto para el que fue concebido.
Otro Salvador, Salvador Dalí remplazó a su hermano
muerto. Durante su vida, él decía sentir que su hermano vivía
en él. Con su vida expresó la vida de su hermano.
---
Ante el proyecto parental (y en el resto de las situaciones
de la vida) la persona puede:
a) Ser leal al proyecto. Por ejemplo, si en mi familia todos
son abogados, acabo estudiando derecho porque es lo
que quieren mis padres, aunque a mí me hubiera
gustado estudiar otra carrera.
b) Estar en el alejamiento o compensació n del proyecto.
Por ejemplo, si en mi casa mis padres trabajaban
mucho y llegaban muy tarde a casa. Desde entonces,
siempre dejo los trabajos o me acaban echando.

El acuerdo inconsciente de la concepción


Como hemos visto, sabemos que solo se llega a la
concepció n mediante el acuerdo inconsciente de ambas
partes, a pesar de que muchas veces conscientemente digan
que no era esperado, que fue un accidente, que no era el
momento, que fue un error de cá lculo, etc. Marie-Noélle
Maston-Lerat (2008) dice: "si solo llegaran a término los
niñ os deseados, el mundo estaría despoblado".
Ante la noticia de un embarazo se ponen en marcha
mecanismos de protecció n, es decir, nuestra capacidad de
gestionar las emociones se pone en marcha y podemos
actuar justificando el evento, sorprendiéndonos o negando la
evidencia. Cari Jung dijo, "Si no hacemos consciente nuestro
inconsciente, nuestro inconsciente seguirá dirigiendo
nuestra vida, y nosotros le llamaremos destino". El instante
de tomar conciencia del embarazo es un momento muy
importante en la química entre la madre y el bebé. Lo que
ella vive, el embrió n lo siente o resiente en su interior, ya que
las reacciones emocionales maternas y la neuroquímica que
las acompañ a pasan al bebé en el ú tero.
Las personas que sobrevivieron a un intento de aborto
sentirá n que la vida es agresiva y puede hacer dañ o, que hay
que luchar o esconderse para vivir. En el caso de un bebé no
deseado, los padres pueden expresar que el hijo o hija no
debía, no podía o no tendría que haber nacido. Por otro lado,
un bebé deseado recibe el mensaje de que se le esperaba
con todo el amor del mundo. Las consecuencias de ser o
sentirse un bebé no deseado pueden ser variadas, como
sentirse culpable de las vidas que llevan otros (mis padres se
casaron a consecuencia del embarazo), culpable de haber
nacido, sentirse inseguro por si no es aceptado, etc.
Otra situació n que puede darse es que el bebé sea del
sexo no deseado por el padre o la madre. Si se da el caso,
esta persona podrá no sentirse reconocida por quien es,
cambiará de personalidad segú n con quien esté o segú n los
distintos á mbitos en los que se mueva para poder ser
aceptada, se podrá sentir insatisfecha o confusa en el á mbito
sexual. El hecho de masculinizarse o feminizarse es una
manera adaptativa para sentir "que me miran, me quieren y
me aceptan". A menudo, vemos parejas donde los roles está n
invertidos y eso ocurre porque los á rboles son
complementarios y las necesidades de una parte se van a
complementar con la otra. Tanto para el hombre como para
la mujer, esa inversió n corresponde al deseo de manifestar la
parte de género que los demá s desean ver.
Situaciones que pueden influir en el Proyecto y Sentido
- Relació n intraparental: estado civil, tiempo de convivencia,
tipo de relació n...
- Estado de la familia: presencia de hijos o hijas en el hogar
familiar, hijos o hijas comunes o propios de otras
relaciones.
- Abortos provocados, espontá neos, niñ os/as muertos.
- Situació n econó mica, laboral, social y educativa.
- É poca de escasez, hambrunas.
- Situació n geográ fica e histó rica.
- Dependencias de los padres (PyS: atracció n o lucha contra
la adicció n).
- Exceso de X (alcohol, fiestas, gastos, sexo, deudas, etc.).
- Relació n familiar de cada padre con su familia de origen y
relaciones con la familia política. Conflictos de cada linaje.
- Pérdidas familiares traumá ticas de cada linaje.
- Expectativas de cada padre.
- Deseos insatisfechos.
- Estado de pensamientos, ideología.
- Miedo a no tener descendencia.
- El hijo o la hija puede ser accidente o deseado.
- Bebé indicado para mejorar la salud de uno de los padres
(salir de la depresió n).
- Ser fruto de la violencia o de una violació n.
- Ser concebido en la cá rcel o por el enemigo (en tiempos de
guerra).
- Nacimientos 9 meses después de la partida de los soldados
a la guerra.
- Ser concebido/a en una noche de borrachera y de padre
desconocido.
6. Embarazo

El embarazo es un proceso complejo que comienza con la


fecundació n, durante la cual el ó vulo y el espermatozoide se
unen para dar lugar a un nuevo ser que se gestará entre 36 y
40 semanas aproximadamente dentro del vientre de la
madre. Toda la composició n permite que nazca un individuo
ú nico e irrepetible. Este proceso se compone de 4 etapas:
concepción, periodo embrionario, periodo fetal y parto.
Durante este tiempo el bebé grabará en su inconsciente
psíquico y bioló gico todo lo que le ocurra y sientan su madre
y su padre, y repercutirá a lo largo de su vida. Antes de la
concepció n se preparan las células que dará n lugar al cigoto
y que llevan acumulada toda la informació n de las
generaciones anteriores y de las vivencias de los
progenitores. Desde el mismo instante de la concepció n
queda grabada esa informació n y puede reaparecer mediante
sensaciones corporales. La informació n sensorial está en la
base del desarrollo neuronal, del mismo modo en que ya en
vida lo será el contacto afectivo. El contacto físico afectivo es
muy saludable y necesario para el desarrollo emotivo, físico y
cognitivo de los niñ os y niñ as, especialmente en las etapas
tempranas de la vida.
Particularmente las vivencias de la madre en este periodo
son las que tendrá n cará cter programante en el futuro ser
humano. Las vivencias dramá ticas, shocks, consumo de
tó xicos (drogas, alcohol, medicamentos, tabaco),
enfermedades, entre otros, dejan una huella importante en la
biografía de cada ser. Las emociones, necesidades y
conflictos del padre y de la madre y del entorno forman parte
de la memoria celular del bebé. Especialmente lo que siente
la madre es lo que va a sentir el bebé. Si durante el embarazo
la madre sufre, por ejemplo, un bioshock por la pérdida de un
familiar (entendido como menos sangre en su cuerpo por
vasoconstricció n), el cuerpo se pone en estado de alerta y se
activa un conflicto de falta por pérdida o separació n. Las
patologías que podrían aparecer en el embrió n son:
- problemas de piel (epidermis),
- problemas de gó nadas,
- alteraciones hepá ticas,
- problemas de crecimiento,
- alteraciones pulmonares.
Es decir, si la madre se sume en la tristeza o está
indiferente ante lo que está ocurriendo en su vientre, el bebé
podrá sentir que no vale para su madre o podrá sentir
abandono, soledad, derrumbe de su existencia. Para un mejor
desarrollo del ser humano, es bá sico que la pareja aporte
seguridad a la madre y que ambos miembros de esta puedan
hablar con su bebé y que le transmitan las vivencias propias
de la madre o del padre. Si estas condiciones está n durante
todo el proceso de desarrollo del ser humano, concepció n,
nacimiento e infancia, en el futuro será n personas
independientes, autó nomas, construidas con seguridad.
Enrique Blay explica có mo "la separació n precoz madre-
bebé y el sufrimiento que conlleva para él le produce una
gran inseguridad y en consecuencia una fuerte y angustiosa
dependencia relacional".

Partos múltiples: gemelos, mellizos y más hijos


Los partos mú ltiples tienen la funció n de asegurar la
continuidad y supervivencia del clan, especialmente si
hubo abortos o pérdidas de bebés en la familia.
- Los mellizos salen de 2 ó vulos y 2 espermatozoides y, por
lo general, son de sexo diferente. Tienen corion, placenta
y amnios por separado.
- Los gemelos idénticos parten de la divisió n de un ú nico
ó vulo que será fecundado por un ú nico espermatozoide.
Se unen los pares de ADN y dan lugar a una nueva vida
humana. Solo puede producirse antes del día 14. Suelen
ser del mismo sexo. Los gemelos idénticos o
monocigó ticos pueden compartir placenta y bolsa.
En Españ a, en 2014, de los 18.746 bebés nacidos, los
partos mú ltiples supusieron el 2,29 % con: 9.493 dobles (el
2,26 %), 117 triples y dos partos de cuatro o má s bebés. Es
decir, 22,9 de cada mil alumbramientos fueron de má s de un
bebé. La tasa media mundial está entre el 1 y el 1,5 %.
Algunos científicos calculan que la frecuencia de gemelos que
comparten placenta podría ser de un 50 % y de mellizos
alrededor del 20 %.
Anteriormente, si no auscultaban el vientre, nacían los
bebés y veían restos o una protuberancia en la placenta, pero
no podían suponer si eran gemelos o no. Hoy en día,
podemos observar la multiparidad gracias al uso de la
ecografía. Habitualmente la primera ecografía se realiza
entre la 10.- y la 14.- semana, observá ndose má s los espacios
gestacionales rellenos o vacíos.

Síndrome del gemelo perdido


Segú n la American Pregnancy Association, "El síndrome
del gemelo perdido o gemelo evanescente se reconoció por
primera vez en 1945. Esto ocurre cuando un gemelo o
mú ltiple desaparece en el ú tero durante el embarazo como
resultado de un aborto involuntario de uno de los gemelos o
mú ltiples. El tejido fetal es absorbido por el otro gemelo,
mú ltiple, placenta o por la madre. Esto da la apariencia de un
gemelo de fuga."
Este síndrome podría darse debido a una anormalidad de
los cromosomas o por falta de recursos en la placenta si está
sobrecargada. Las consecuencias emocionales de la pérdida
temprana de un hermano/a pueden ser muy variadas: tener
sensació n de vacío, de inexistencia, de soledad, de abandono,
etc. Estas personas pueden sentir culpa por vivir o sentir que
no tienen derecho a vivir una vida digna. Se puede observar
también que se dan má s casos de zurdos en gemelos que en
embarazos ú nicos, por lo que existe la hipó tesis de que
podría ser que las personas zurdas sin hermanos/as
hubieran tenido inicialmente un hermano/a gemelo/a.
Luc Nicon, pedagogo francés que ha investigado el origen
de miedos y fobias, ha observado que la mayor parte de estos
miedos tiene su programació n en las etapas del embarazo en
las que el gemelo estaba en el mismo espacio, vivo o muerto,
siendo los restos del embrió n no desarrollado lo que la
mayor parte de las veces provoca las distintas sensaciones
fó bicas.

Conflictos biológicos en el embarazo


En la naturaleza, cuando una hembra está ovulando, por
lo general se queda embarazada y no presenta problemas de
fertilidad, salvo en momentos de estrés en los que
naturalmente se impide la fecundació n. Una dificultad en
esta parte del proceso -ya sea en el proceso de preparació n
de gametos, de fecundació n o mantenimiento del embarazo-
nos lleva a reflexionar sobre los posibles conflictos que lo
está n limitando. En las mujeres, el proceso de la maternidad
se realiza por propia decisió n, bajo un cierto control
consciente (cuá ndo, có mo, con quién, dó nde, etc.). El hecho
de que nos hayamos alejado de lo natural provoca cada vez
má s dificultades para conseguir el objetivo. Con frecuencia,
en casos de padres y madres entre los 30 y los 40 añ os que
ven que el reloj bioló gico avanza, se generan niveles de
estrés por el temor a la caducidad de la maternidad o
paternidad. Consecuencia de ello son los problemas de
procreació n y continuidad de la maternidad. Para conseguir
una fecundació n fértil es importante que los padres no estén
bajo estrés, ya que aumenta las probabilidades de fracaso.
Cuando se ha vivido un conflicto de pérdida profunda, es
decir, pérdidas con un gran componente emocional no
resuelto, el estrés afecta directamente a la fertilidad
femenina o masculina. Los ovarios y los testículos está n
ligados a la reproducció n y, por lo tanto, se verá n afectados
ante la imposibilidad de conseguir ese objetivo. Como
ejemplo tenemos: muertes de bebés, niñ os de corta edad,
pérdida de un gemelo, abortos o la muerte de la mujer en el
parto o alrededor de este. Las vivencias sexuales
desagradables, poco naturales, inmorales también son
posibles causas de conflicto bioló gico y pueden dar como
resultado la dificultad para quedarse embarazada (embarazo
ectó pico). Por otro lado, el miedo a no tener descendencia
en el hombre puede generar o una insuficiente producció n de
espermatozoides o una motilidad insuficiente. Los miedos
alrededor de las distintas etapas del embarazo (concepció n,
embarazo, parto, lactancia y crianza) también son motivo de
dificultades para concebir.

Simpaticotonía y vagotonía durante el embarazo


Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer desarrollará
tres funciones: nutrir, proteger y transportar a la cría, con
los consecuentes cambios hormonales.
Segú n la 2.a Ley de la Biología de la NMG, el embarazo se
divide en dos fases. Durante los primeros 3 meses la madre
está en fase simpaticotó nica al contener un cuerpo "extrañ o";
a partir del 4.° mes la mujer pasa a la fase de vagotonía para
permitir el desarrollo del bebé. Para que llegue a producirse
un embarazo, todos los ó rganos sexuales de la 1.- etapa de la
biología, con foco cerebral en el tronco encefá lico, han de
estar "dispuestos" para la supervivencia y para perennizar la
especie. Estos ó rganos se rigen por necesidades bá sicas
elementales.
¿Por qué el bebé es un cuerpo extrañ o? Porque tiene un
ADN distinto al de la madre y esta puede generar anticuerpos
para rechazar al bebé, lo que supone que puede haber riesgo
de aborto espontá neo. Durante los 3 primeros meses de
embarazo es cuando se producen la mayoría de las pérdidas
o abortos. Por lo general, el conflicto bioló gico está
relacionado con no tener las condiciones de seguridad
adecuadas para tener un niñ o. Es el hombre quien aporta la
seguridad a la mujer para que ésta pueda dedicarse a cuidar
y proteger al niñ o. Actualmente este orden está alterado y se
ven todos los formatos inimaginables de parejas y de padres
y madres. Sin embargo, si en la naturaleza no hay comida
suficiente, el territorio no es seguro o hay invasió n de
animales depredadores, una medida de protecció n de la
especie es que las hembras se abstengan de ovular para no
tener que procrear.
En la vida moderna, las discusiones con la pareja, la
inseguridad laboral o econó mica, el uso de tó xicos (drogas o
alcohol), la sospecha de infidelidad que trae miedo al
abandono, la falta de espacio o de casa propia son factores
que limitan la posibilidad de fecundació n con éxito o
aumentan las pérdidas, pudiendo provocar un aborto
espontá neo. Se calcula que entre un 10 % y un 20 % del total
de embarazos acaban en perdida entre la 1ª y la 4ª semana
de vida intrauterina, segú n datos de la Sociedad Españ ola de
Ginecología y Obstetricia Ademá s, afirman que el 60 % de
abortos espontá neos son preclínicos y que, por lo general, el
85 % se producen antes de la 10.- semana.
La mejor ayuda para que una mujer supere el 1. er
trimestre de embarazo es que se sienta en seguridad, esté en
un ambiente adecuado, tenga el bebé de mutuo acuerdo con
su pareja y tenga una buena convivencia. En la fase de
simpaticotonía la mujer siente frío, está má s preocupada por
cosas simples, duerme y come menos, y a menudo tiene
ná useas o vó mitos. Cuando un síntoma se convierte en algo
muy habitual hay que revisar el conflicto bioló gico que está
asociado. Las pérdidas que se producen después del primer
trimestre son consecuencias de problemas del bebé y no de
la madre. Cuando el feto tiene un conflicto importante, pasa
por las fases de la enfermedad de conflicto activo: resolució n,
epicrisis y posibilidad de morir (aborto tardío) o de que
ocurra un parto prematuro en pretérmino. En esta etapa, la
madre está en vagotonía y todos sus conflictos está n sin
actividad.
A partir del 4° mes de embarazo, si la madre entrara en
simpaticotonía, la circulació n sanguínea en el ú tero se vería
reducida, por lo que peligraría el crecimiento y la vida del
feto. Esta privació n puede estar en el origen de situaciones
vividas como carencia, falta, ausencia de seguridad (má s
adelante, en su nacimiento, pueden sufrir quistes o nó dulos
en el hígado, ictericia, etc.) o de tranquilidad (nerviosismo).
El parto representa la crisis épica.
Hay otros conflictos en el feto que se resuelven y no
acaban en abortos, pero sí que desarrollan algú n síntoma,
como puede ser: un riñ ó n con quistes en conflicto de
líquidos, un hígado quístico ante conflictos de carencia, un
soplo cardíaco en conflictos de comunicació n familiar o
problemas pulmonares en conflicto de miedo a morir cuando
hay vasoconstricció n en la sangre materna.
El Dr. Hamer explica que "en los humanos, y de forma
general, todo tipo de conflicto se detiene al tercer mes de
gestació n, y ya no se puede seguir desarrollando ningú n
cá ncer porque el embarazo tiene prioridad absoluta."

Síntomas durante el embarazo y conflictos asociados


- Náuseas: situaciones o vivencias difíciles de aceptar,
peleas, problemas que generan rabia o ira en el territorio.
- Sobrepeso: miedo a no poder criar, amamantar. A medida
que progresa el embarazo, la madre aumenta de peso con
el objetivo de hacer reservas para la etapa de lactancia.
- Anemia: "Ahora es importante el otro", no la madre.
Miedo a que el bebé no tome o no tenga oxígeno.
- Calambres (falta de potasio): tener limitados los
movimientos. Por ejemplo, por tener que hacer reposo.
Conflicto de contrariedad en el movimiento.
- Contracciones uterinas: deseo de expulsar al niñ o o
miedo a que se quede dentro.
- Edema, retención de líquidos (en vagotonía): se
producen después de la resolució n de un conflicto de no
tener un sitio de referencia (en la familia, la pareja, la
sociedad...), un conflicto de abandono o de sentirse sola.
- Hemorragias: necesidad de sacar a alguien fuera de la
familia. Pérdida de un gemelo.
- Flebitis: necesidad de eliminar algo sucio que está en
contacto.
- Coágulos: observar si en partos anteriores hubo muerte
de mujeres o niñ os por hemorragia.
- Hemorroides: identidad cambiada, no saber cuá l es la
nueva identidad. "¿Quién soy ahora, mujer, madre?"
- Descalcificación: "Todo para el otro, el otro es más
importante." "¿Para qué ya no sirvo?"
- Incompatibilidad sanguínea madre hijo:
incompatibilidad del factor Rh. Rechazo al nuevo ser.
- Embarazo extrauterino: "No es el buen lugar para
engendrar" Confrontació n con la pareja. Conflicto
semisexual feo o sucio.
- Toxemia gravídica o eclampsia: hipertensió n, edema
generalizado, proteinuria, aumento de fíbrinó geno
(coagulante). El conflicto inicial es conflicto de líquido
(parénquima renal), por lo que aumenta la tensió n arterial
y surge un síndrome de tú bulos colectores renales, y
aparece, pues, el edema. En epicrisis pueden aparecer
convulsiones. Podría ser un embarazo no deseado o una
situació n familiar o social desventajosa.
- Diabetes gestacional: miedo con resistencia.
- Tocofobia: miedo irracional al embarazo o parto.
Conflicto de separació n brutal o de contacto impuesto en
otro momento.
Miedos y temores durante el embarazo
- Muerte: si hay miedo a morir se puede buscar muertes
anteriores de mujeres en el sistema familiar relacionadas
con el embarazo, el parto o la lactancia.
- Estética: verse deforme, con sobrepeso, no reconocerse,
varices. Defectos genéticos: "anormalidad".
- Sexualidad: no ser atractiva.
- A los síntomas: ná useas, varices.
- Pérdida: del niñ o, de la pareja, de la libertad.
- Pérdida el trabajo, de las condiciones de vida.
- No conseguir atravesar el periodo de embarazo y parto.
Sufrimiento y dolor.
- Depresió n posparto.
7. Parto: Momento de nacimiento
♦♦♦
"Así como ha sido el nacimiento será la autonomía financiera y
personal del sujeto"
(Marc Fréchet).
♦♦♦

El final del embarazo se produce con el parto, que


corresponde a la fase de crisis épica. Durante el parto, la
madre ayuda a nacer a una criatura que estuvo en su vientre
entre 36 y 40 semanas aproximadamente. El nacimiento es
el comienzo de la vida extrauterina de un nuevo ser.
En primer lugar, se pone en marcha un complejo proceso
de comunicació n entre el bebé y la madre que activa el
sistema endocrino. En consecuencia, se libera la oxitocina,
que permite la activació n muscular, y se ensancha el cuello
uterino. Con la ayuda de las contracciones uterinas el bebé
podrá iniciar y realizar un movimiento de descenso por el
canal del parto hasta alcanzar su objetivo: salir a la vida
extrauterina. Este proceso requiere de un gran esfuerzo por
parte del bebé y de la madre.
Las contracciones de la musculatura lisa del ú tero que se
producen durante el parto son involuntarias, por lo que la
mujer no puede incidir en su producció n o regulació n. Las
células musculares tienen unos receptores específicos que
reaccionan ante la presencia de hormonas como los
estró genos, la oxitocina o las prostaglandinas, un conjunto de
sustancias que se producen en la placenta ante situaciones de
estrés. Al descender, la cabeza del feto presiona sobre el
cuello uterino a la altura del ganglio nervioso de Lee-
Frankenshá user, que envía la señ al al hipotá lamo y a la
hipó fisis posterior, asegurando la continuidad de las
contracciones una vez iniciado el parto. Este proceso
continú a hasta que el bebé, ayudado por las compresiones de
los mú sculos abdominales de la madre o pujos, consigue salir
por completo del canal de parto. Todo este proceso se puede
describir como la forma natural de nacer.
Cuando este proceso no se pone en marcha naturalmente,
se intenta provocarlo mediante el uso de medicamentos. Una
posible causa de que este proceso no inicie naturalmente
podría ser el miedo al futuro por parte de la madre, por lo
que trabajar estos miedos facilita el parto. Otras formas no
naturales de nacer son: el parto inducido, la cesá rea
programada o la cesá rea que se realiza cuando el parto
vaginal no es posible médicamente.
La forma en que lleguemos a esta vida tendrá una
influencia muy importante en nuestra forma de vivir, la
autonomía y la independencia econó mica, así como en las
relaciones. La secreció n de prolactina y oxitocina son vitales
para generar la aparició n de sentimientos maternales que
dará n lugar a una relació n de apego seguro y ayudará n a un
buen crecimiento y desarrollo del bebé. Los niveles de
prolactina aumentan de 10 a 20 veces dentro de los 30
minutos siguientes al inicio de la lactancia materna.
John Bowlby (1993) describe en su Teoría del apego la
necesidad de desarrollar un vínculo emocional entre el bebé
y sus padres, o quien le pueda aportar los cuidados
necesarios, para proporcionarle la seguridad emocional
indispensable para alcanzar un buen desarrollo de su
personalidad. La base está en sentirse unido y seguro con sus
cuidadores, es decir, sentirse aceptado y protegido.
Jean Liedloff (2006), autora del libro El concepto del
Continuum, habla sobre có mo influye la separació n del
recién nacido de su madre en los instantes posteriores al
parto y sobre la violencia que se le ocasiona al bebé cuando
se siguen cuidados médicos totalmente antinaturales. Los
traumas obstétricos pueden ser el origen de bloqueos
profesionales o personales [me siento atrapado, encajado, no
me puedo mover, me quiero ir, pero es imposible, no
progreso...), de vivir situaciones de separació n o abandono,
de fobias (como la claustrofobia, la agorafobia, el miedo a
volar o a las alturas) o de síntomas físicos tan variados como
ahogos, asma o cistitis. Por ejemplo, el miedo a las alturas
puede ser la consecuencia de una caída en el parto o de haber
sido cogido con sensació n de inseguridad.
Ejemplo: Un deportista al que se le exigen resultados
cada vez mayores desarrolla un cuadro de vó mitos y
defecaciones líquidas. En este caso, el conflicto programante
lo encontramos en el momento del nacimiento, cuando al
intentar progresar por el canal del parto no podía avanzar y
tragaba líquido. Lo que revive en el presente es el bloqueo
que sufrió durante este episodio.
Ejemplo: Un hombre ochomesino cuyo parto fue
prolongado y finalmente fue ayudado a salir con fó rceps, de
modo que le produjeron un importante dañ o en la mejilla. En
su vida de adulto se rodea de personas que le hacen dañ o o
que lo sobreprotegen.

Tipo de parto y actitud de vida


Leonard Orr, Bob Mandel, Sondra Ray y otros terapeutas
dedicados al Rebirthing o Renacimiento (terapia que consiste
en repetir la experiencia del parto a través de las
visualizaciones) sugieren que las distintas maneras de venir
al mundo tendrá n un impacto directo en nuestra vida. Como
ejemplo veremos algunos de ellos:
Tipo de
Actitud en la vida
parto
Nacimiento Van de prisa, con cará cter nervioso,
rá pido enérgico o hiperactivo. Son personas que
triunfan con facilidad.
Sienten que tienen un muro resistente
Parto delante, les cuesta todo, se sienten
retenido inseguros y que no pueden llegar adonde
quieren.
Inmadurez en las relaciones, vulnerables,
Prematuros
pequeñ os, débiles.
Soledad, abandono, separació n. Se sienten
Incubadora
observados y juzgados.
Partos Frustració n, bloqueo, van a deshora, sienten
largos que hacen dañ o al "otro/a".
Carecen de impulso para la acció n. Dan
muchas vueltas antes de ponerse en marcha
y tienen muchas ideas, pero no las
concretan. Necesitan que los ayuden. Les
Cesá rea
cuesta tomar decisiones. Interrumpen si-
programada
tuaciones. Tienen vivencias de rabia e
impotencia por haberlo sacado de la barriga
de su madre. Podrían pasar por situaciones
de desalojo o desahucio.
Comienzan la acció n que no pueden acabar
sin ayuda. El bebé sí tiene el impulso de la
Cesá rea de
acció n, pero de repente se detiene cuando
urgencia
aparecen dificultades y alguien tiene que
venir a salvarlo, a sacarlo de la situació n.
Bebés Sienten que van en la direcció n equivocada,
ubicados se confunden mucho, se sienten
transversal "apretados".
mente
Parto Sienten despiste, confusió n, sensació n de
medicali- mareo, dudas, falta de concentració n. Les
zado cuesta conectar en las relaciones.
Problemas para iniciar algo, pereza de
Parto ponerse en marcha. Dejan que los demá s
inducido hagan las cosas por ellos, se les ha de ayudar
a que hagan cosas, invitarles.
No les gusta acabar las cosas, no saben lo
Nacimiento que quieren después, unen placer y dolor,
de nalgas creen que hacen dañ o a los otros, tienen
miedo a equivocarse.
Les gusta llevar el control y no soportan que
otro lo haga. Temen el dolor, cosas
pequeñ as y sin importancia pueden
Nacimiento alterarles completamente. Quieren triunfar
con fó rceps por ellos mismos, pero temen no poder
conseguirlo y que hagan lo que hagan nunca
es suficiente. Pueden temer las caricias y el
contacto (el primero fue doloroso).
Nacimiento Sienten el peligro cerca, se notan ahogados,
con cordó n les cuesta respirar, no se ponen cosas en el
alrededor cuello, pueden sentir pá nico en cualquier
del cuello circunstancia.
Pueden esperar que otro actú e antes que
Embarazos ellos, se sienten o por detrá s o por delante
mú ltiples del otro, van a distintos ritmos. Por ejemplo,
con la pareja o en el trabajo.
Figura 7. Relació n entre tas formas de nacer y la actitud de
vida.
Síntomas posparto
El puerperio o posparto es el periodo después del parto
en el que el organismo recupera la situació n previa al
embarazo, que comprende las seis semanas siguientes al
parto. Durante esta fase de recuperació n pueden aparecer
diferentes síntomas, tal y como mencionaremos a
continuació n:
Depresió n posparto
Ya hemos visto cuá les son las fases de simpaticotonía y
vagotonía que pasa la madre durante el embarazo. En el
momento del parto la mujer vuelve a reactivar los conflictos
porque su cuerpo entra en simpaticotonía. En cierto modo, a
los conflictos previos al 4.9 mes se le suman situaciones que
se producen durante el embarazo, como puede ser el rechazo
del padre, de los familiares y/o de la sociedad al bebé o a ella
misma por estar embarazada en circunstancias y entornos no
aceptados. En fase de simpaticotonía se reactivan los focos
cerebrales dando lugar a un trastorno de comportamiento.
En las mujeres zurdas, cuando los conflictos son vividos
como peleas por aquello que se considera propio (pérdida o
lucha en el territorio) aparece el síntoma denominado
depresió n. En las mujeres diestras, en cambio, si el conflicto
es vivido desde la necesidad de no ser escogida o de no
pertenecer a la pareja, dará como resultado un síntoma de
manía. Estos dos síntomas son los denominados trastornos
comportamentales.
Incontinencia Urinaria
Es un conflicto en fase activa de límites u organizació n en
el territorio que implica el aparato urinario y la musculatura
de la base de la pelvis. Como se trata de la musculatura, la
vivencia se acerca a: "me siento impotente de organizarme
dentro de mi territorio."
Estreñ imiento
El sistema digestivo recupera la fisiología a partir del
tercer día del parto. Si el estreñ imiento continuase, se
revisaría si hay un conflicto bioló gico de bocado real o
simbó lico con impotencia de eliminarlo o soltarlo
(musculatura lisa).
8. Proyectos parentales
♦♦♦
"Allá , si el barro está blando, canta su gozo sincero. Yo
quisiera ser hornero y hacer mi choza cantando"
(Leopoldo Lugones).
♦♦♦
Existen diversos tipos de proyectos parentales que
responden a las necesidades que tenían los progenitores en
el momento de la concepció n. Veamos cada uno de ellos en
funció n del tipo de evento asociado.
Natural:
Es el guió n predominante de placer o displacer con el que
teñ imos nuestra existencia: mis padres hablan peleas, yo
hablo enfado; mis padres hablan esperanza, yo hablo
autoestima; mis padres hablan carencia, yo hablo
inseguridad.
Explícito:
Es el hijo o hija concebido para ser continuador del linaje.
Ejemplo: Un niñ o de 13 añ os con problemas
osteoarticulares. Sus dos padres son gimnastas de equipos de
alto rendimiento, ninguno de los dos logró entrar en el
equipo nacional de su especialidad, ya que seleccionaban a
los tres primeros y ellos siempre quedaban en 4. § o 5.-
posició n. Cuando tienen un niñ o, proyectan un deportista de
élite. Má s adelante, con 13 añ os, el adolescente consigue ser
campeó n nacional de gimnasia deportiva. Sin embargo, se
"sale del camino" (elige otra actividad má s ligada a una
prá ctica intelectual) y empieza a tener problemas
osteoarticulares. Solo cuando sea consciente de que carga
con la culpa de no cumplir las expectativas de sus mayores
podrá dejar de sufrir en su cuerpo una decisió n personal.
De urgencia:
Sucede un drama que va a impregnar nuestra existencia.
Hay un acontecimiento que va a afectar al PyS natural de esa
persona, que en algunas ocasiones queda relegado a un
segundo plano.
Ejemplo: Un hombre médico, a quien no le gusta su
profesió n. Mientras estaba en el vientre de su madre, su
padre enfermó y murió por no recibir atenció n a tiempo. Con
su profesió n, repara, pero no es feliz. Una vez descubre el
evento y crea consciencia, consigue revertir el resentir: se
enorgullece de su profesió n.
Ejemplo: Una mujer comerciante de artesanías. Mientras
estaba en el ú tero materno, le remataron a su abuela el telar
donde tejía los acolchados que vendía luego en la ciudad. La
madre embarazada tuvo que salir a buscar crédito o un
préstamo para recuperar el
telar, ya que era el sostén de la economía familiar, pero no lo
consiguió . La niñ a, que nace en situació n de mucha carencia,
se dedica de adulta a hacer y vender artesanías en lana para
reparar a su abuela y a su madre. Gana poco dinero y no es
feliz.
Cuando hacemos una profesió n que no nos gusta,
probablemente estemos ante una situació n de reparació n.
Cuando reparamos hay dos posibilidades: o se hace con
pasió n y es una sublimació n, o no disfrutamos nada de
nuestra profesió n. En este ú ltimo caso, un signo claro es que
trabajamos mucho y, a pesar de todo, no nos ganamos bien la
vida. Puede ser que haya una informació n concreta del PyS
que esté bloqueada desde el momento de la concepció n. Si es
positiva, no pasa nada; sin embargo, si no lo es, nos hace
repetir una y otra vez de manera automá tica los mismos
patrones. Aceptando esa informació n, nos convertimos en
má s adultos, vivimos en plena conciencia el momento
presente.
Inconsciente
Puede que parezca que no existe PyS, que todo es normal,
pero todas las memorias ancestrales del clan se focalizan en
el bebé. Por ejemplo, en un niñ o o niñ a de sustitució n, es
decir, cuando nace después de uno o varios hermanos/as que
han muerto, aparentemente no tiene un PyS, pero de forma
inconsciente se le transmite. Suelen tener necesidad de
dormir mucho, hacer siestas muy largas de las que se
despiertan cansados, les molesta la luz intensa, los ruidos
fuertes, el frío intenso, pueden ser frioleros, a menudo su
mirada es triste. Pueden presentar patologías como pará lisis,
apneas de sueñ o, bruxismo, ser hiperactivos...
El secreto de los padres
Cuando un bebé es concebido, los secretos de los padres
pueden pasar al hijo o hija. Esto puede dar lugar a
alteraciones del comportamiento, enfermedades y trastornos
psicoló gicos.
Ejemplo: Una chica de 15 añ os con una artrosis en las dos
caderas, un caso muy poco comú n. En las caderas hay varios
conflictos, pero uno muy frecuente es la sexualidad. Siendo
tan joven, no ha tenido tiempo de provocarse esta
enfermedad, así que se indaga en la familia buscando algú n
secreto relacionado con la sexualidad. Averiguan que el
abuelo de la niñ a era el cura del pueblo, un secreto que la
abuela mantuvo oculto toda la vida.
De salvació n
Hay niñ os o niñ as que nacen con el objetivo de "salvar"
algo o a alguien que "faltó " en la familia (ancestros, padres,
madres, hermanos, hermanas, empresas, ...) o salvar las
relaciones en la familia. Un salvador o salvadora es aquella
persona que con sus acciones busca salvar a los demá s y,
para ello, primero tiene que olvidarse de sí misma, claudicar
en sus necesidades y estar por las necesidades de los otros,
sacrificando su propia vida. La vida de sacrificio se puede
traducir como: "estoy centrado en el otro". El equilibrio se
consigue cuando "vivo para mí, pero puedo estar atento a los
demá s y a sus necesidades".
Salvar la vida de un familiar
Este proyecto ocurre generalmente con un hermano o una
hermana. Se hace cuando hay alguien con una enfermedad
grave y se necesitan los ó rganos o tejidos del niñ o o niñ a
para poder salvar la vida de la persona enferma. El bebé no
nace con un valor en sí mismo, sino con la misió n de dar
continuidad a otra vida. Es un proyecto de una altísima
responsabilidad.
Distraer a un progenitor para alejarlo de una dependencia
Si el bebé es concebido en un clima de adicció n o
dependencia, sea del padre, de la madre o de ambos, podría
ser que se le asignara el proyecto de salvar a ese padre o
madre de la situació n: "¡Sá came de aquí!".
Mantener unidos a los padres
Con frecuencia, cuando la relació n parental entra en
dificultades, es muy probable que estos decidan tener un
bebé con lo que, ocupá ndose del otro, no se entretienen en
sus propios problemas.
Castigar al otro o la otra
Hay proyectos parentales en los que se le pide al niñ o o a
la niñ a que ayude a castigar al otro. Si los progenitores han
tenido experiencias negativas con el género contrario,
pueden transmitir la idea de "castigo" para compensar el
dolor. En ambos casos buscará n relaciones en donde puedan
desvalorizar al otro a través de "no sirves para nada", "eres
malo/a", "eres un/a inú til" "nunca llegará s a nada", etc.
Ocuparse de los hermanos/as
Hay familias que tienen 8, 10 o 12 hijos, y los o las
mayores han tenido que cuidar, encargarse y hacer de padres
de los má s pequeñ os. Con frecuencia las personas que tienen
este proyecto no consiguen tener descendencia o no quieren
tenerlos, ya que la cuota de maternidad/paternidad está
totalmente cubierta con los hijos/hijas "no bioló gicos" que ya
han cuidado. Es uno de los temas a revisar en casos de
infertilidad.
Hay casos en los que la petició n de proyecto es ocuparse
de un hermano o hermana que es débil o está enfermo/a.
Cuando un hermano/a tiene una dificultad física o psíquica,
se apela a otro para su cuidado y eso supone también una
gran responsabilidad para el niñ o/a que se hace cargo.
Ejemplo: Es el caso de una joven de 23 añ os que tiene las
llamadas mamas fibroquísticas. Al observar su proyecto, se
da cuenta de que la petició n parental es: "Cuida a tu hermana
mayor enferma". Con 2-3 añ os la cuidaba tanto dentro como
fuera de su casa y con 4-5 añ os sabía las medicinas que tenía
que tomar. De adulta estudió enfermería.
Mantenerse en un estatus social
Hay familias que se programan para tener un mínimo de
hijos/as que les permita integrar un determinado grupo
social o religioso. El niñ o o la niñ a nace con el proyecto de
ayudar a sus padres en sus expectativas socioeconó micas y
toda su vida tiene que hacer frente a las cargas econó micas
para poder ayudar a sus padres y observar qué se espera de
él o de ella.
Ser el padre o madre de...
Supone abandonar la infancia emocional para ser
responsable de algo que casi siempre le queda muy grande y
que supone un gran esfuerzo. El niñ o o la niñ a parentizado/a
pierde su infancia, pierde su derecho a jugar. La
parentificació n es el proceso por el cual el hijo o la hija pasa a
ocuparse de sus padres por ausencia física o psíquica, o por
enfermedad de estos. Supone ser el padre o la madre
funcional de sus propios padres.
Mostrar a los padres que se consigue algo
En este proyecto entran infinidad de posibilidades sobre
lo que se quiere conseguir mostrar a los propios padres (los
abuelos del
niñ o/a) ya que depende de la "insuficiencia" vivida por el
padre o la madre. Por ejemplo, podemos encontrar casos de
niñ os/as que siempre sacan las má ximas notas, son
ganadores/as en sus especialidades deportivas o culturales y
siempre intentan llegar má s allá y hacerlo mejor. Sucede en
casos en los que el padre o la madre no fueron valorados por
sus propios padres.
Se casará con un príncipe o princesa
A veces el deseo de subir de clase social lleva a los padres
o a uno de ellos a anhelar que sus hijos/as los ayuden en su
objetivo de escalar socialmente posiciones y que se casen con
las personas má s apropiadas para ello.
Llegar con un pan bajo el brazo
Si el niñ o o niñ a fue concebido/a en un clima familiar de
falta, carencia o escasez de dinero o alimentos, a través de su
PyS tendrá la necesidad imperativa de guardar todo lo que
pueda y acumulará y comprará bienes con tal de sentirse
seguro/a. También buscará dinero para compensar lo que no
tuvo en su momento.
Llenarme o llenarnos de amor
Si en el momento de la concepció n el clima entre los
padres era de desamor, el bebé intentará buscar el amor que
faltó y le costará sentirse satisfecho en las relaciones.
También puede darse la situació n opuesta, es decir, que la
persona busque la soledad para no vivir la falta de amor.
Proyecciones explícitas
Hay casos en que los padres manifiestan verbalmente sus
propias aspiraciones mediante mensajes explícitos, pero con
una tonalidad implícita:
- Será s muy buen estudiante.
- Será s médico/a, abogado/a, empresario/a...
- Llevará s la granja, la empresa, el negocio...
- Te casará s con alguien de nuestro rango.
- Asegurará s la continuidad del apellido.
Otros proyectos paternos o maternos
(Lista no exhaustiva.)
- Remplazar a un muerto (hermano, hermana, otro
familiar, alguien a quien admiran los padres).
- Consolar a la familia después de una pérdida, una
muerte.
- Mantener unida la pareja, evitar un divorcio.
- Mantener unidas a las familias de origen.
- Retener al otro o la otra (cuando uno quiere dejar la
relació n, el otro "hace" un bebé).
- Ser niñ o o ser niñ a (en sentido de género, masculino
o femenino).
- Ser un chico o una chica (después de varios/as
niñ os/as de un mismo sexo).
- Ocuparse de los hermanos o hermanas.
Ocuparse de las actividades familiares y suceder en una
empresa al padre, madre o familiares. Ocuparse de los padres
cuando son adultos (bastó n de vejez).
Ocuparse de los abuelos o abuelas.
Aportar la alegría a la familia.
Aportar una ventaja (fiscal, econó mica, etc.).
Salvar a alguien (donantes de ó rganos o de tejidos). Vida de
sacrificio.
Ser el/la hermano/a pequeñ o/a del mayor.
Cumplir con una tradició n familiar.
Aumentar una població n (rivalidad entre comunidades).
Ser el héroe o la heroína de la familia.
Hacer justicia o injusticia.
Ser padre o madre de reemplazo, marido o mujer de
reemplazo.
Regalar el hijo o la hija a un familiar (abuelos que han
perdido un hijo o una hija, hermanos o hermanas que no
pueden tener descendencia).
Castigar al otro/a los otros.
Cumplir con lo que no han podido hacer los padres (estudios,
hobbies, promesas...).
Niñ o o niñ a modelo.
Cumplir con sueñ os de los padres: casarse con un príncipe o
una princesa.
Marcar la envidia u odio de clase.
Mostrar a los padres (abuelos y abuelas) que se consigue
algo.
No estar solo/a.
Rueda de recambio.
Asegurar la descendencia: gemelos, mellizos y otros partos
mú ltiples.
9. Ciclos Bioló gicos Celulares Memorizados
Los Ciclos Bioló gicos Celulares Memorizados (CBCM) son la
reproducció n numérica de los ciclos de la vida de una
persona de eventos positivos y negativos. Conocerlos
permite tomar conciencia de los eventos y de la manera de
vivirlos, porque el cerebro memoriza ciertas fechas o
acontecimientos del calendario personal, así como la edad
del conflicto. Marc Fréchet expresa el concepto de CBCM
como la repetició n cíclica de lo registrado en un primer ciclo
de vida, en caso en que no hubiera sido sanado. Los CBCM
son una herramienta muy interesante para observar las
repeticiones, pero principalmente para adelantarnos al
futuro. Si comprendemos hoy en qué ciclo de repetició n se
encuentra nuestra vida, no será necesario continuar con la
repetició n, podremos detener el movimiento continuo y
avanzar hacia nuevos aspectos de nuestra vida. Leó n Renard
dijo: "Reconectar con el sentido de ciclo permite
desprogramar y que el cuerpo entre en fase de reparació n".
Segú n Marc Fréchet, la primera autonomía corresponde a
la de edad de autonomía, es decir, la fecha de nacimiento.
Ademá s, marca el inicio de la segunda autonomía en el
momento en que la persona es independiente
econó micamente y puede mantenerse por sí misma. Marc
Fréchet partió de la observació n de ciertas repeticiones de
eventos que se suceden en la vida (síntomas, traumatismos,
shocks, etc.) con una regularidad temporal. Estos se
convierten en ciclos inscritos memorizados en nuestras
células.
Cuando sufrimos un gran shock y se genera un conflicto
que no se resuelve, el cerebro lo encripta como un archivo
que se activará con otros eventos con resentir parecidos. Los
programas desarrollados durante eventos primarios de
nuestras vidas -desde el vientre materno y antes de la
concepció n- trazan un raíl, ya sea por eventos positivos o
negativos, que van a reproducir otros eventos con semejante
tonalidad. Al localizar esa "cifra" que conforma nuestra vida
podemos conectar con el evento traumá tico original y
desprogramarlo. Para ello, los ciclos pueden leerse de forma
vertical u horizontal.
Ciclos verticales
Para observar los ciclos en la verticalidad, colocaremos en
una línea vertical la edad de autonomía y luego repetiremos
ciclos iguales tomando la misma cantidad de añ os. Veamos
un ejemplo:
Mujer de 47 añ os con cá ncer de peritoneo. Conflicto:
"Protejo, tengo miedo por mi vientre, ataque en mi vientre".
- Edad de autonomía (E.A.): 20 añ os.
- A los 27 añ os embarazada: "Miedo de perder el
niñ o que está en mi vientre".
- A los 7 añ os operada de apendicitis: conflicto
programante.

Ciclos Horizontales
En el caso de los CBCM en la horizontalidad, el registro de
situaciones se hace en la línea horizontal y se va dividiendo
cada etapa por dos hasta localizar los eventos programantes.
Veremos algunos ejemplos a continuació n:
Mujer de 38 añ os: obtiene la nacionalidad españ ola.
- A los 19 añ os es expulsada de Españ a por no tener
los papeles. Ella desea volver a Españ a, ya que allí está n sus
amigos
actuales.
- A los 9,5 añ os sus padres se cambian de residencia
a otra ciudad. Ella desea volver a su ciudad.
Mujer de 56 añ os con urticaria en todo el cuerpo. Conflicto
actual: cambio interno en el trabajo.

Del mismo modo que está n los ciclos naturales de la vida,


todo lo que envuelve al ser humano también está inmerso en
ellos: desde la biología a lo social, de las relaciones a lo
cultural. Todo lo que nos rodea es cíclico. Un ciclo por
definició n es "un conjunto de fenó menos que se repiten
ordenadamente en el tiempo" o "una serie de fases por las
que pasa un fenó meno perió dico".
A lo largo de la vida de las personas "suceden" eventos y
fenó menos que se repiten de forma ordenada cada cierto
tiempo. ¿Para
qué ocurren estas repeticiones? Marc Fréchet habla del
Síndrome de aniversario y de có mo las lealtades familiares
hacían que, a determinadas edades, los miembros de una
familia sufrieran algú n tipo de evento traumá tico, un
accidente o la muerte, como si el inconsciente dijera: "Yo te
sigo en la muerte". Siguiendo la noció n de aniversario, se
observa có mo hay personas que nacen o mueren en fechas
señ aladas.
Podemos citar ejemplos, como el caso de dos hombres de
la misma familia que mueren con 51 añ os de un infarto
cardíaco después de haber vivido, cada uno a su momento,
un conflicto de territorio. También encontramos el caso de
una serie de mujeres de una familia que mueren a los 29
añ os después de dar a luz a un niñ o. En ambos casos se
trabajó el conflicto y no hubo má s repetició n. Son conocidos
los casos de Bruce Lee y su hijo Brandon Lee, ambos muertos
en pleno rodaje y con 20 añ os de diferencia; o el de la familia
Gandhi, con la muerte de 6 miembros de la familia; o la
tragedia de la familia Kennedy.
Si entendemos que el sentido bioló gico de la repetició n es
darnos una nueva oportunidad para sanar algú n evento del
pasado que no ha podido ser aceptado, nos damos una
oportunidad de poder aportar una solució n diferente y así
trascender el acontecimiento vivido de manera dramá tica.
70. Elementos que dan una idea del tipo de proyecto
El Proyecto y Sentido determina có mo vivimos. Hay
algunos proyectos o partes de él que pueden ser positivos y
otros actuar como bloqueantes. Para poder salir de esa forma
de funcionar, primero hay que evidenciarlo, luego expresarlo
y finalmente aceptarlo con amor. Solo así los cambios pueden
empezar a materializarse.
Algunos indicadores de los tipos de proyecto pueden ser:
- El nombre del niñ o (idea de proyecto y del sexo deseado).
- El clima y situació n de vida de los padres antes de la
concepció n.
- Rango de hermandad: lugar que se ocupa en la fratría.
- Las necesidades vitales o existenciales paternas y
maternas.
- Los deseos inconclusos y expectativas de los padres.
- Los mensajes explícitos e implícitos de padres y otros
familiares.
CAPITULO 3.
MEMORIAS TRANSGENERACIONALES
¿Quién soy?
¿Quién soy como producto de mi historia?
¿Quién quiero ser?
7. Descodificació n Bioló gica y Memorias Transgeneracionales
Recibimos de los que nos han precedido en el caminar por la
vida bastante má s de lo que es visible, como el color de ojos o
de la piel, la manera de andar, un biotipo, un don especial
para la realizació n de una actividad o unas características
personales o de cará cter. Todos tenemos una memoria
bioló gica, que transporta los resultados de lo que ha vivido
toda la humanidad ante situaciones de conflicto bioló gico, y
una memoria psíquica, que contiene las vivencias, las
creencias, los valores y la forma de vivir y de reaccionar de
nuestro linaje. En la psique está n los procesos conscientes e
inconscientes propios de la mente humana. Como si se
tratara de una unidad central de un ordenador (CPU),
conservamos la memoria de los procesos que tuvieron
impacto en la psique de los que estuvieron antes que
nosotros. Los impactos positivos será n nuestros recursos
para afirmarnos en la vida; las tareas inacabadas, el trabajo
que tendremos a nivel personal para conseguir cerrar ciclos.
En caso contrario, volverá n a transmitirse a las siguientes
generaciones.
Hasta hace muy poco se creía que la transmisió n bioló gica
se realizaba mediante los genes y que en ellos venía el
"destino", que se consideraba inamovible en cuanto a
enfermedades, síntomas o características propias de la
persona. Los estudios de epigenética ("por encima de la
genética") han demostrado la influencia que tiene el medio
ambiente y las condiciones de vida sobre los genes;
condiciones como pueden ser la nutrició n, el estrés, las
experiencias o las emociones. Estos elementos pueden
modificar los genes sin alterar su secuencia de ADN y esas
modificaciones llegan a transmitirse a los descendientes. Es
decir, se transmite la manera de vivir las situaciones
conflictivas. Hay estudios, como los realizados por Rachel
Yehuda y Linda M. Bierer (2008) que demuestran que los
traumas vividos por generaciones anteriores se manifiestan
en los descendientes a través de adaptaciones físicas, como
pueden ser los distintos niveles hormonales del sistema de
estrés. Esto puede ocurrir, aunque hijos, hijas, nietos y nietas
no hayan vivido tales situaciones traumá ticas.
El término epigenética fue designado por primera vez en
1942 por Conrad Hal Waddington y está en relació n con
todos los factores no genéticos que tienen influencia en el
desarrollo de los individuos. Este estudio nos permite hacer
un cambio en la visió n determinista de que solo los genes
tienen influencia en el cuerpo, para empezar a ver que estos
pueden marcar una tendencia, que estará modulada tanto
por lo que hicieron y vivieron nuestros ancestros como por
lo que hacemos nosotros. Como vemos, este nuevo
paradigma cambia por completo la visió n del cuerpo
humano. Paralelamente a los estudios del genoma humano,
Marcus Pembrey, profesor en el Instituto de Salud Infantil del
University College de Londres, hizo un descubrimiento muy
sorprendente. Se dio cuenta de que dos enfermedades en las
que trabajaba, el síndrome de Beckwith-Wiedemann y el
síndrome de Prader-Willi, podían originarse por el mismo
cromosoma defectuoso. Lo que era aú n má s curioso es que,
cuando este cromosoma venía del padre, se desarrollaba el
síndrome de Prader-Willi, y cuando provenía de la madre,
aparecía el síndrome de Beckwith-Wiedemann. ¿Có mo se
puede explicar que el mismo gen sea responsable de dos
enfermedades?
Segú n hemos visto, la transmisió n no se realiza solo a
través de los genes, sino que un gen es modificado a lo largo
de su trayectoria
y almacena informació n del recuerdo de su propia historia.
Tratando de validar estas hipó tesis, los científicos hicieron
otro descubrimiento: los genes parecen tener una especie de
interruptor, que pueden activar o desactivar el recuerdo
cuando se da un simple cambio de ambiente, como un
trauma emocional, deficiencias nutricionales, etc. También se
comprobó que la posició n del interruptor (con el recuerdo
activado o desactivado) se transmite de una generació n a
otra, por lo que la "memoria" de un evento genético puede
abarcar generaciones sin que los individuos sean
conscientes. No se trata solo de saber qué genes heredamos,
sino que también hay que preguntarse si se activan o no
ciertos recuerdos. Cuando los bisabuelos o abuelos han
vivido situaciones de altísimo estrés, los nietos o bisnietos
tienen un aumento del nivel de cortisol y reaccionan como si
estuvieran preparados para solventar la situació n de riesgo.
El medio en el que se produce y reproduce la historia de
cada sujeto es la familia. Este es un espacio privilegiado en el
que se producen todos aquellos movimientos, cambios y
transmutaciones necesarios en los diversos procesos sociales
y psicoló gicos. Es el medio en el que se pueden transmitir
pautas multigeneracionales, que pueden generarse ante la
repetició n de hechos con una fuerte carga emocional: varias
generaciones de una familia en la que se ha producido una
muerte violenta a manos de la pareja; o varias generaciones
en las que aparece incesto; o familias en las que sus
miembros han dedicado la vida a trabajar. Tomando como
ejemplo este ú ltimo caso, podríamos encontrar a una
persona que dedica todo su tiempo a su profesió n y no es
capaz de parar. Durante la visita, es probable que
encontremos unos ancestros para los que el trabajo fue
imprescindible para sobrevivir, por lo que en el día de hoy
esta persona tiene el recuerdo de que es necesario trabajar
para mantener su supervivencia.
La familia a veces puede ser vivida como un peso, una
carga demasiado grande para una existencia, con elementos
destructores que las personas buscan "romper". Sin
embargo, desvincularse de este modo también genera una
gran contradicció n en la persona, ya que supone enfrentarse
a los orígenes, representa no respetar el lugar de donde
venimos. La descendencia hereda no solo las soluciones
ganadoras de su familia, sino también todas las
contrariedades no resueltas de su grupo. Todo aquello que
no ha sido resuelto se manifiesta a menudo en otras
generaciones con existencias problemá ticas ("no consigo
tener pareja estable", "no me quedo embarazada", "me
enfado con facilidad", "las reacciones con mis hijos son
desproporcionadas", "obligo al resto a hacer cosas y no
entiendo por qué", etc.), con enfermedades o accidentes.
Podemos hacer buen uso del material recibido, tanto
bioló gico como psíquico. La mejor forma de conseguirlo es
acceder a esas memorias, comprenderlas y, en caso de que
sea necesario, transformarlas. En nuestro cuerpo, objeto de
nuestra materializació n en este plano, está guardada toda la
informació n y podemos acceder a esos recuerdos si nos
paramos a escucharlos. Cuando la persona se acerca de
manera inconsciente a una memoria dolorosa de su biografía
o a un recuerdo del pasado, puede darse que el cuerpo
reaccione mediante sensaciones corporales, que
inevitablemente será n expresadas a través de la
comunicació n no verbal, con movimientos reflejos, cambios
fisioló gicos (vasoconstricció n, vasodilatació n, tics, etc.),
lapsus verbales, fallos o errores en la comunicació n, acciones
involuntarias, etcétera.
2. Transgeneracional: Un poco de historia
♦♦♦
"Hay que ser uno mismo y para eso hay que saber quiénes
somos y de dó nde venimos”
(Vincent de Gaulejac).
♦♦♦
Durante mucho tiempo se ha considerado que en la etapa de
la infancia se definían los comportamientos de cada persona
y era en ese periodo cuando se encontraba el origen de la
mayor parte de los problemas, mientras que lo ocurrido en
las generaciones que nos precedieron no era tenido en
cuenta. La vida de nuestros antepasados, sus valores,
creencias, miedos, prejuicios, deseos inconclusos y
esperanzas se manifiestan, a menudo, en nuestra propia vida,
incluso cuando no somos conscientes de ello. Identificar con
éxito la huella que nuestros antepasados han dejado en
nuestro interior es tomar consciencia de nuestra historia
para poder transformarla en una nueva, libre de cargas del
pasado.
En las ú ltimas décadas se ha producido una
revalorizació n del "alma familiar", así como de la influencia
que tiene la vida de los ancestros en el desarrollo de la
persona y en su destino. Asimismo, se reconoce la fuerza que
tienen sobre nuestras vidas los hechos y las personas de la
red familiar. Es en este punto cuando cobra importancia el
rol y el impacto de la genealogía sobre el individuo y sobre
las enfermedades, comportamientos o trastornos que este
pueda tener. Surge una relació n directa entre lo
intrapsíquico (nuestro inconsciente) y lo interpsíquico
(inconsciente familiar). La prá ctica del transgeneracional ha
arrojado luz sobre diversos temas: enfermedades,
separaciones, repeticiones de conductas negativas, muertes,
accidentes, suicidios, fracasos laborales, econó micos, vo-
cacionales, etcétera.
A continuació n, veremos varios ejemplos de memorias
transgeneracionales:
1. Un abuelo es idealizado por la familia después de morir
de forma abrupta en una acció n considerada injusta por la
familia. El primer nieto llevará su nombre en honor al
desaparecido y, como por casualidad, estudiará Derecho.
-» Transmisió n vertical.
2. A una persona le ponen el mismo nombre que tenía su
hermano, quien murió antes de que esta naciera. -»
Transmisió n horizontal.
3. En una familia con pocos recursos, cuyos padres está n
ausentes por trabajo todo el día, la abuela se ocupa de los
nietos, uno de los cuales la adora. A esta abuela se le había
muerto un hijo que ocupaba el mismo lugar en la filiació n
que el niñ o. -* Transmisió n vertical.
4. En una familia, abuelo, padre y nieto, cada uno a su turno,
han tenido un accidente que los dejó incapacitados a los
47 añ os. El bisabuelo participó en una cacería en la que
murió un niñ o de forma accidental. -> Transmisió n
vertical.
5. Una mujer se casa con un hombre que muere de cá ncer
con 38 añ os, la misma edad que tenía su padre cuando
murió de la misma patología. -* Transmisió n vertical.
6. Una niñ a de 4 añ os pierde a su padre y se lo ocultan
diciéndole que está de viaje, por lo que no puede ir al
entierro. A partir de ese momento, carga con el peso del
"duelo no realizado". De adulta, no tiene pareja estable. -*
Transmisió n vertical.
Sigmund Freud, en Tó tem y tabú (1912), hizo referencia a
la transmisió n que se da de generació n en generació n a
través del inconsciente, por lo que se puede decir que es
quien inició el concepto de transgeneracional. Freud aludió a
lo inquietante de esa otra escena que nos vincula a cada uno
con los miembros de la familia, con las personas má s
cercanas y con el contexto social. Por su parte, Jung introdujo
el concepto de inconsciente colectivo (segú n el que todos
estamos conectados entre sí) e inconsciente familiar.
Ademá s, Alejandro Jodorowski añ adió los conceptos de
inconsciente histó rico y có smico.

Inconsciente colectivo
Inconsciente familiar Inconsciente individual
Figura 11. Representació n de tos niveles de Inconscientes.
En los añ os 70 un grupo de terapeutas -Nicolá s Abraham,
Má ria Tó ró k, Francoise Dolto, Anne Ancelin Schü tzenberger,
Didier Dumas- comenzaron a interesarse por distintos
aspectos de la persona, las familias, los comportamientos, las
repeticiones en los sistemas familiares, las historias de vida y
las enfermedades o bloqueos asociados.
Los psicoanalistas Nicolá s Abraham (1919-1975) y Má ria
Tó ró k (1925-1998) introdujeron la noció n de cripta y de
fantasma. Este mecanismo parte de que la familia guarda un
secreto sobre algú n evento trá gico o difícil, frecuentemente
un duelo no realizado, alegando que "es para tu bien". El
secreto que se instala en la primera generació n es ignorado
por la segunda, pero de alguna forma sale, se escapa y se
esconde en una cripta. Tiempo má s tarde, aparece como un
fantasma, que se puede manifestar con obsesiones,
bú squedas interminables, sufrimientos, pesadillas,
enfermedades graves, accidentes, etc. El secreto se
manifiesta indirectamente en la tercera generació n y a veces
durante má s de un siglo y es lo que Anne Ancelin
Schü tzenberger llama lazos transgeneracionales.
Definimos el concepto de fantasma como un duelo no
realizado, como un elemento que queda flotando entre dos
mundos, que no queda bien enterrado. Segú n Didier Dumas,
el fantasma es algo no dicho o impensado que tiene un origen
transgeneracional, que provoca estragos considerables al
transmitirse a los descendientes y oculta esencialmente las
preguntas relativas a los acontecimientos dolorosos, al sexo y
a la muerte.
Ejemplo: Un niñ o ha muerto con 5 añ os mientras jugaba
con un barrilete. La madre se sume en la tristeza y nadie má s
vuelve a hablar de él, ya que supone demasiado dolor. Añ os
má s tarde, una hermana del niñ o tiene un hijo varó n, al que
cuida la abuela debido al trabajo de la madre. Este niñ o lleva
el nombre de su tío fallecido y de adulto vive una existencia
sin ninguna motivació n, aunque lo ú nico que lo saca de su
monotonía es la prá ctica de aeromodelismo. Es como un
muerto viviente.
2. Transgeneracional: Un poco de historia
♦♦♦
"Hay que ser uno mismo y para eso hay que saber quiénes
somos y de dó nde venimos”
(Vincent de Gaulejac).
♦♦♦
Durante mucho tiempo se ha considerado que en la etapa de
la infancia se definían los comportamientos de cada persona
y era en ese periodo cuando se encontraba el origen de la
mayor parte de los problemas, mientras que lo ocurrido en
las generaciones que nos precedieron no era tenido en
cuenta. La vida de nuestros antepasados, sus valores,
creencias, miedos, prejuicios, deseos inconclusos y
esperanzas se manifiestan, a menudo, en nuestra propia vida,
incluso cuando no somos conscientes de ello. Identificar con
éxito la huella que nuestros antepasados han dejado en
nuestro interior es tomar consciencia de nuestra historia
para poder transformarla en una nueva, libre de cargas del
pasado.
En las ú ltimas décadas se ha producido una
revalorizació n del "alma familiar", así como de la influencia
que tiene la vida de los ancestros en el desarrollo de la
persona y en su destino. Asimismo, se reconoce la fuerza que
tienen sobre nuestras vidas los hechos y las personas de la
red familiar. Es en este punto cuando cobra importancia el
rol y el impacto de la genealogía sobre el individuo y sobre
las enfermedades, comportamientos o trastornos que este
pueda tener. Surge una relació n directa entre lo
intrapsíquico (nuestro inconsciente) y lo interpsíquico
(inconsciente familiar). La prá ctica del transgeneracional ha
arrojado luz sobre diversos temas: enfermedades,
separaciones, repeticiones de conductas negativas, muertes,
accidentes, suicidios, fracasos laborales, econó micos, vo-
cacionales, etcétera.
A continuació n, veremos varios ejemplos de memorias
transgeneracionales:
1. Un abuelo es idealizado por la familia después de morir
de forma abrupta en una acció n considerada injusta por la
familia. El primer nieto llevará su nombre en honor al
desaparecido y, como por casualidad, estudiará Derecho.
-» Transmisió n vertical.
2. A una persona le ponen el mismo nombre que tenía su
hermano, quien murió antes de que esta naciera. -»
Transmisió n horizontal.
3. En una familia con pocos recursos, cuyos padres está n
ausentes por trabajo todo el día, la abuela se ocupa de los
nietos, uno de los cuales la adora. A esta abuela se le había
muerto un hijo que ocupaba el mismo lugar en la filiació n
que el niñ o. -* Transmisió n vertical.
4. En una familia, abuelo, padre y nieto, cada uno a su turno,
han tenido un accidente que los dejó incapacitados a los
47 añ os. El bisabuelo participó en una cacería en la que
murió un niñ o de forma accidental. -> Transmisió n
vertical.
5. Una mujer se casa con un hombre que muere de cá ncer
con 38 añ os, la misma edad que tenía su padre cuando
murió de la misma patología. -* Transmisió n vertical.
6. Una niñ a de 4 añ os pierde a su padre y se lo ocultan
diciéndole que está de viaje, por lo que no puede ir al
entierro. A partir de ese momento, carga con el peso del
"duelo no realizado". De adulta, no tiene pareja estable. -*
Transmisió n vertical.
Sigmund Freud, en Tó tem y tabú (1912), hizo referencia a
la transmisió n que se da de generació n en generació n a
través del inconsciente, por lo que se puede decir que es
quien inició el concepto de transgeneracional. Freud aludió a
lo inquietante de esa otra escena que nos vincula a cada uno
con los miembros de la familia, con las personas má s
cercanas y con el contexto social. Por su parte, Jung introdujo
el concepto de inconsciente colectivo (segú n el que todos
estamos conectados entre sí) e inconsciente familiar.
Ademá s, Alejandro Jodorowski añ adió los conceptos de
inconsciente histó rico y có smico.

En los añ os 70 un grupo de terapeutas -Nicolá s Abraham,


Má ria Tó ró k, Francoise Dolto, Anne Ancelin Schü tzenberger,
Didier Dumas- comenzaron a interesarse por distintos
aspectos de la persona, las familias, los comportamientos, las
repeticiones en los sistemas familiares, las historias de vida y
las enfermedades o bloqueos asociados.
Los psicoanalistas Nicolá s Abraham (1919-1975) y Má ria
Tó ró k (1925-1998) introdujeron la noció n de cripta y de
fantasma. Este mecanismo parte de que la familia guarda un
secreto sobre algú n evento trá gico o difícil, frecuentemente
un duelo no realizado, alegando que "es para tu bien". El
secreto que se instala en la primera generació n es ignorado
por la segunda, pero de alguna forma sale, se escapa y se
esconde en una cripta. Tiempo má s tarde, aparece como un
fantasma, que se puede manifestar con obsesiones,
bú squedas interminables, sufrimientos, pesadillas,
enfermedades graves, accidentes, etc. El secreto se
manifiesta indirectamente en la tercera generació n y a veces
durante má s de un siglo y es lo que Anne Ancelin
Schü tzenberger llama lazos transgeneracionales.
Definimos el concepto de fantasma como un duelo no
realizado, como un elemento que queda flotando entre dos
mundos, que no queda bien enterrado. Segú n Didier Dumas,
el fantasma es algo no dicho o impensado que tiene un origen
transgeneracional, que provoca estragos considerables al
transmitirse a los descendientes y oculta esencialmente las
preguntas relativas a los acontecimientos dolorosos, al sexo y
a la muerte.
Ejemplo: Un niñ o ha muerto con 5 añ os mientras jugaba
con un barrilete. La madre se sume en la tristeza y nadie má s
vuelve a hablar de él, ya que supone demasiado dolor. Añ os
má s tarde, una hermana del niñ o tiene un hijo varó n, al que
cuida la abuela debido al trabajo de la madre. Este niñ o lleva
el nombre de su tío fallecido y de adulto vive una existencia
sin ninguna motivació n, aunque lo ú nico que lo saca de su
monotonía es la prá ctica de aeromodelismo. Es como un
muerto viviente.
Nicolá s Abraham y María Tó ró k tuvieron una genial idea
trabajando en el Hospital Psiquiá trico de París. Cuando
tenían un paciente psicó tico que deliraba, anotaban palabra
por palabra lo que decía la persona en el delirio. Luego se
entrevistaban con el padre y la madre y les contaban lo que
había dicho el paciente. De esta forma se dieron cuenta de
que, en el lenguaje y en el delirio, también había una gran
parte de realidad. Así fue como desarrollaron la hipó tesis de
que una problemá tica familiar transgeneracional podía
transmitirse a la descendencia. Empezaron a describir esto
como inconsciente del clan, que luego se ha difundido como
el inconsciente familiar. Observaron que estas familias tenían
uno o varios elementos de un repertorio de situaciones,
todas tenían un denominador comú n. El síntoma de un
descendiente es la manifestació n de una carga emocional que
no ha sido manejada en tiempo ú til.
El concepto de Psicogenealogía fue creado por Anne
Ancelin Schü tzenberger, que tuvo su á rea de trabajo dentro
del á mbito de la psicó loga, escribió los libros ¡Ay mis
ancestros! y Ejercicios prá cticos de psicogenealogía, y fue
pionera de este enfoque. Hacia los añ os 1980 comenzó a
utilizar el concepto entre sus alumnos en la Universidad de
Niza para hacer referencia a los lazos familiares, la
transmisió n y lo transgeneracional. Schü tzenberger utilizó
con sus pacientes como método terapéutico el
genosociograma. Se trata de un mapa genealó gico que se
construye en sesió n entre el cliente y el terapeuta, en el que
se inscriben los datos e informació n de la familia. Podemos
decir que el genosociograma es una representació n del
inconsciente familiar que tiene como funció n organizar la
informació n del sistema familiar y observar los distintos
eventos, tanto positivos como negativos, que pueden afectar
a las generaciones que se suceden. A través de esta
representació n, se pueden descubrir las repeticiones de
hechos traumá ticos, nombres, fechas, enfermedades,
conflictos, accidentes, etc. Para enunciar este extrañ o
mecanismo de repetició n familiar y transgeneracional, Anne
Ancelin Schü tzenberger tomó de Josephine Hilgard el
concepto de síndrome de aniversario.
Josephine Hilgard (1906-1989) escribe en el añ o 1953
acerca de las reacciones que algunos padres y madres
mostraron en las investigaciones que realizaba, una noció n a
la que llamó la reacció n de aniversario. Se trataba de
reacciones precipitadas o reactivadas que se producían en las
personas estudiadas cuando sus hijos o hijas alcanzaban la
misma edad que ellos tenían cuando pasaron por una
situació n traumá tica, como ser internados o la fecha en que
fallecieron alguno de los progenitores. Por ejemplo, una
mujer fue internada con diagnó stico de esquizofrenia a la
misma edad en que su madre también había sido internada
con el mismo cuadro y cuando tenía una hija de la misma
edad.
El inconsciente tiene buena memoria y es así como
podemos encontrar casos en los que se repiten fechas:
nacimientos, casamientos, niñ os que nacen en la fecha de
fallecimiento de un abuelo o abuela para recordar a su
progenitor el lazo significativo que tenía con su madre o
padre, el inicio de una enfermedad. También puede que una
separació n coincida con la edad que el progenitor tenía al
fallecer. Puede darse la repetició n de accidentes graves,
hospitalizaciones o pérdidas econó micas en el aniversario de
una fecha muy relevante para la familia. Puede ocurrir que, a
la mima edad que falleció una madre o padre, el hijo o hija
comiencen con una sinto- matología física grave o tengan un
accidente.
Ejemplo: Un joven de 23 añ os tiene un accidente de coche
en el que sufre un traumatismo craneoencefá lico. La mayor
secuela es una invidencia casi total. Observando las
repeticiones dentro de su á rbol genealó gico, encuentra que a
la misma edad su padre tuvo un accidente de coche en el que
falleció el copiloto y, tiempo atrá s, su abuelo paterno había
tenido un accidente en el que murió la persona con la que
chocó .
Ivan Boszormenyi-Nagy (1920-2007) demuestra cuá les
son los elementos que afectan a la transmisió n
transgeneracional y cuá les son las lealtades invisibles entre
los miembros de un sistema, que hacen que solidariamente
un descendiente se haga cargo de las cuentas impagas de
otras generaciones, incluso tres o cuatro generaciones má s
tarde. La lealtad familiar es la trama invisible de
expectativas del grupo familiar. Boszormenyi-Nagy habla de
un "Gran Libro de Có mputos de la Familia", es decir, un libro
de deberes y derechos, obligaciones y méritos, en el que se
contabiliza de forma inconsciente lo que cada miembro
dentro de un sistema recibe y, a su vez, transmite. Las
familias tienen en cuenta de manera inconsciente el concepto
de balance o equilibrio relacional entre generaciones, para
que cada uno tenga su lugar.
La lealtad es un sentimiento de solidaridad y compromiso
que unifica las necesidades y expectativas de la unidad social
"familia" y los pensamientos, sentimientos y motivaciones de
cada miembro.
Dentro del sistema familiar, la lealtad puede entenderse
como la expectativa de adhesió n a ciertas reglas, así como la
amenaza de expulsió n si se transgreden. Por tanto, la
estructura psíquica de un individuo es una internalizació n de
expectativas y percepciones lealmente aceptadas. El sistema
familiar puede "expulsar" a un miembro si lo considera
nocivo para el grupo, pero no hay que eliminar a ningú n
familiar del á rbol, pues sería como eliminar un miembro o un
ó rgano de nuestro cuerpo. Hay que integrar el pasado en el
presente y asimilar que todo lo que pasó fue ú til, todo tuvo
una razó n de ser.
Geraldine Spark y I van Boszormenyi-Nagy escribieron el
libro de Lealtades Familiares: Reciprocidad en terapia
familiar intergeneracional en el que describen que el
compromiso, la devoció n y la lealtad son los determinantes
má s importantes de las relaciones familiares y dicen lo
siguiente:
[...] por mucho que queramos desprendernos de la carga
del pasado, la estructura bá sica de nuestra existencia y la de
nuestros hijos sigue estando, al menos parcialmente por las
cuentas sin saldar de las generaciones pasadas. Las personas
que transportan una memoria de ancestros prueban su
lealtad cumpliendo la misió n que les han encomendado, y la
realizació n de la misió n asignada origina sentimientos de
autoestima. El no cumplimiento origina la sensació n de
culpabilidad.
La diná mica familiar se vuelve má s transparente en
cuanto se descubre quién está ligado a quién por una lealtad
abierta o encubierta y lo que esto significa para las personas
así vinculadas. Los síntomas de un individuo son la expresió n
de su lealtad hacia la familia y, por consiguiente, debe
evaluarse como un aporte positivo.
A partir de los añ os 1970, Vincent de Gaulejac, profesor
de sociología en la Universidad de París, investiga los
cambios sociales y comienza a organizar junto a otros
profesores grupos de trabajo sobre la propia historia de vida
y la interacció n con determinantes sociales, familiares e
inconscientes. Una hipó tesis suya es: "El individuo es el
producto de una historia en la que busca llegar a ser un
individuo". Es a Vincent de Gaulejac a quien le debemos el
concepto de neurosis de clase.
Ejemplo de neurosis de clase: Juan nace en el seno de una
familia humilde que hace todo lo posible por reunir el dinero
para que pueda desplazarse a la capital y obtener su título de
estudios universitarios. Han sido 3 añ os duros de privaciones
para toda la familia y también para Juan, que les está muy
agradecido. El día del examen final, Juan se duerme y no llega
a tiempo. Siente que lo ha perdido todo, se "quiere morir".
Regresa a su pueblo y 15 días má s tarde le detectan
tuberculosis y muere.
Para algunas personas es mejor la muerte que superar a
sus propias familias. La carga que queda después de un
hecho como el mencionado es asumida por otro miembro de
la familia. En este caso, lo hace un sobrino que estudiará
medicina y se dedicará a la microbiología en un intento de
localizar una solució n a la muerte de su tío. Para el
inconsciente el tiempo no existe.
Como hemos visto, muchos han contribuido en el campo de
la psicogenealogía y el á mbito transgeneracional, cada uno
desde su vertiente. Todo ello ha enriquecido la bú squeda de
la libertad humana a partir del reconocimiento de lo que nos
ha producido. El trabajo transgeneracional activa la memoria
del inconsciente familiar, memoria que atraviesa los tiempos,
las épocas, los acontecímientos y que puede surgir de "un
recuerdo hasta que la conciencia le dé sentido". Cuando se
disuelven las cargas familiares excesivas, las personas
pueden usar má s y mejor sus propios recursos, en su má xima
potencia, y así recuperar las riendas de sus destinos.
La experiencia de recuperar la memoria emocional
ancestral es profundamente sanadora y liberadora, ya que
permite establecer lazos entre lo que sucede en el aquí y
ahora de la vida de la persona y los sucesos de la historia
familiar-genealó gica. Es paradó jico que desde muy pequeñ os
nos enseñ en la historia de nuestro país, de nuestra cultura y
de la humanidad y, sin embargo, no prestemos ninguna
atenció n a nuestra historia familiar. Se trata, sin duda, de una
perspectiva de trabajo terapéutico mediante la que se
resignifican acontecimientos de la vida personal, de la familia
actual, los hechos acontecidos en la familia de origen y
ancestral, el trabajo sobre
los nombres, apellidos, fechas, profesiones, mudanzas
migraciones, sobre los blancos y sobre los olvidos o agujeros
negros dentro de un á rbol genealó gico, etc. Permite
encontrar un hilo conductor y, a su vez, un camino hacia la
solució n.
Este enfoque permite comprender y, en caso en que lo
deseemos, transformar la "herencia" recibida dado que,
cuando se disuelven las cargas familiares inconscientes, las
personas pueden contar y utilizar sus propios recursos, su
plena potencia y recuperar entonces las riendas de sus
destinos. Esta mirada permite integrar en la conciencia
personal temas excluidos de la conciencia familiar
inconsciente.
5. Á rbol genealó gico y genograma
Un á rbol genealó gico es una representació n grá fica con los
datos de nuestra historia familiar en el que plasmamos, de
forma organizada y sistemá tica, las relaciones parentales que
unen a los miembros de la familia
Por otro lado, el genograma es un formato que permite
dibujar un á rbol familiar con informació n sobre sus
miembros y sus relaciones, durante al menos cuatro
generaciones. También ofrece informació n para el aná lisis de
la estructura familiar y el proceso emocional de la familia a
través del tiempo. Proporciona una visió n grá fica y rá pida de
los acontecimientos familiares, de los patrones de
comportamiento familiares, de las alianzas y de sus normas y
reglas, explícitas e implícitas.
De este modo, el genograma nos ofrece hipó tesis para
comprender có mo los problemas está n relacionados con el
contexto familiar y acercarnos a la evolució n, tanto del
problema como del contexto, a través del tiempo. Nos
permite saber có mo se pueden llegar a repetir de generació n
en generació n determinadas situaciones relació nales,
individuales o estructurales. Como herramienta de trabajo,
puede elaborarse en la primera entrevista e ir
completá ndose, si es necesario, a lo largo de las sesiones de
acompañ amiento. El á rbol genealó gico lo elabora el/la
consultante; el genograma lo realiza el profesional con la
informació n que aporta la persona en cuestió n. Al estudiar
los genogramas se hace evidente la existencia en la
actualidad, en nuestro presente, de ciertas lealtades y
fidelidades a todo aquello que nuestras generaciones
pasadas vivieron, y de este modo podemos buscar desde el
inconsciente la manera de repararlo. Podemos encontrar
elementos repetidos por generaciones, como pueden ser
ruinas econó micas, familias con muchos hijos/as, abortos,
muertes tempranas vinculados a descendientes que quieren
tener hijos y no pueden, violaciones, agresiones sexuales,
etcétera.
La familia es el sistema primario y má s poderoso al que
pertenece una persona. Está compuesta por toda una red de
familiares de, al menos, cuatro generaciones, tal como sucede
en la actualidad y tal como ha evolucionado a través del
tiempo. Si bien el funcionamiento físico/bioló gico, emocional,
comportamental, social de los miembros de una familia es, a
priori, independiente, también observamos có mo sus
cambios repercuten de una manera directa en todo su
sistema familiar presente. Si no se resuelve, podrá repercutir
en generaciones venideras.
Cada una de las personas que integran un sistema familiar
está organizada segú n generació n, edad y sexo. Utilizando la
realizació n de un genograma podremos observar có mo se
van repitiendo unas mismas cuestiones en cada generació n.
Para elaborar las hipó tesis, podemos tomar como punto de
partida las repeticiones que se dan en las distintas
generaciones. De este modo, podremos entender para qué se
está desencadenando ese síntoma en la persona que
acompañ amos en la actualidad. El genograma puede
definirse como un mapeo de acontecimientos familiares que
se representan grá ficamente de acuerdo con lo que el
consultante tiene en su memoria. Es una fuente de hipó tesis
sobre có mo un problema clínico, existencial o psíquico actual
puede estar relacionado con el contexto familiar. También da
informació n de la evolució n tanto del problema como del
contexto a través del tiempo.
Se suele asociar el genosociograma con la teoría de los
Sistemas Familiares. Esta teoría, bajo la concepció n de Von
Bertalanffy, caracteriza al sistema por un estado estable,
diná mico, que permite un cambio constante de componentes
mediante asimilació n y desasimilació n. Murray Bowen,
Monica McGoldrick y Anne Ancelin Schü tzenberger son
nombres conocidos de terapeutas que han popularizado el
genograma.
Los genogramas tanto se pueden hacer con símbolos
como con dibujos que se le ocurran a la persona. De esta
ú ltima forma, se permite una mayor expresió n del
inconsciente y, por ello, es ú til en terapia combinar los
distintos formatos.
¿Có mo hacer el genograma?
El diseñ o del genograma debe seguir unas pautas
estructurales y simbó licas simples que plasmen de forma
muy grá fica el escenario familiar y la sucesió n generacional
del clan, para poder observar de forma rá pida e inequívoca
las líneas de transmisió n y los vínculos transgeneracionales
existentes. No es necesario tener la informació n concreta
para poder trabajar con el á rbol, ya que se trabaja con la
emoció n, el sentir de la persona. A continuació n,
presentamos algunos de los símbolos que se pueden utilizar
para elaborar el á rbol genealó gico:
■ Integrantes:
Todos los miembros del genograma se diferencian de
acuerdo con su género:

Informació n que debe tener cada persona en el genograma:

■ Defunciones:
Si la persona ha fallecido colocaremos una cruz en el
interior del símbolo y la fecha de defunció n. Es importante
anotar también la causa de muerte (enfermedad, suicido,
asesinato, accidente, etc.). Pondremos en primer lugar la
fecha de nacimiento y a continuació n la fecha de muerte. Si se
desconoce, se indicará con un interrogante.
Nombre y Apellido
Fecha de nacimiento (dd/mm/aaa-) - Fecha de defunció n
(dd/mm/aaaa) Causa de muerte
■ Descendencia:
Los hijos e hijas se ponen en orden de llegada del mayor
al menor( incluyendo adopciones, abortos (espontá neos o
provocados), así como hijos e hijas muertos.

Apellido Apellido Apellido Apellido dd/ mrrV aaaa dd/ mrrV


aaaa dd/ mrrV aaaa dd/ mm/ aaaa
Si hay un hijo o hija adoptivo, se le coloca en el orden que
le corresponda en la fratría, es decir, en la fecha de
incorporació n al sistema, no por edad. La línea que lo unirá
será discontinua. Se marcan también los padres bioló gicos y
se unen a la línea vertical discontinua.
Para los abortos, se marcan con el símbolo relleno. Es
importante situarlos en el lugar que les corresponda crono
ló gicamente en la fratría. Se pude indicar si es espontá neo o
inducido y cualquier informació n con la que contemos. Si
hubo un parto de un feto muerto, se marca como las demá s
muertes en el á rbol y se indica el género, si se sabe.

■ Matrimonio y Parejas
Los có nyuges o miembros de la pareja aparecen unidos
por la parte inferior de sus respectivos símbolos a través de
una línea horizontal. Esta línea expresa el tipo de relació n
existente. De esta línea horizontal parten hacia abajo tantas
líneas verticales como descendientes tenga la pareja. En
estas líneas horizontales se puede agregar la fecha de
matrimonio, separació n o divorcio.
Cuando hay un matrimonio o un / \c
enlace se unirá n con una línea Fecha
horizontal continua. sil ace j)
Esta línea es discontinua cuando / \c
hay una pareja conformada pero no Fecha
se han casado o no hay enlace. niló n
/ \c
En los casos de separació n, la
Fecha eil
línea horizontal que une a ambos
ace
miembros de la pareja, ya sea
ysaperad
discontinua o continua, aparecerá
ón
truncada por un trazo oblicuo.
-----------
/ \c
En caso de que la pareja se haya Fecha
divorciado legalmente, la barra enlace y
oblicua será doble. divorcio
----//
Es importante representar también a los có nyuges o
parejas anteriores, sobre todo cuando han sido relaciones de
convivencia o han durado mucho tiempo, haya habido o no
descendencia. La incorporació n de esta informació n desvela
muchas veces la existencia de proyecciones inconscientes
entre las distintas parejas que han pasado por la vida de una
persona.
Ejemplo de hombre con varias esposas:
1aPsreja ^Pareja 2* Pareja

Ejemplo de mujer con varios esposos:


3*Pareja 2*Pareja 1*Pareja

Otros símbolos que pueden ayudar a entender la relació n


del sistema familiar del consultante son las relaciones entre
los integrantes. Hay algunos símbolos que se pueden utilizar
para indicar có mo son estas relaciones. Si hubo alguna
relació n conflictiva en pareja se especifica: maltrato físico,
psicoló gico o verbal y en qué direcció n se lleva a cabo.
También si es unidireccional o bidireccional. Se pueden
englobar en un círculo a todos los que conviven con la
persona consultante del á rbol. Esta informació n permite una
mejor percepció n acerca del ambiente familiar en el que está
inmersa.
Muy estrecha pero conflictiva
Conflictiva
Muy estrecha
Cercana
Quiebre
Distante
■ Otras informaciones relevantes
Para comprender mejor la complejidad del sistema es
interesante agregar también informació n relativa a, entre
otras cosas:
- estudios alcanzados,
- profesió n,
- hobbies,
- épocas conflictivas o guerras,
- migraciones o exilios,
- enfermedades,
- comportamientos,
- adicciones,
- accidentes,
- causas de muerte.
En general, podemos agregar cualquier particularidad de
cada integrante que nos ayude en la lectura del á rbol. A
continuació n, veremos un ejemplo de un á rbol genealó gico:
4. Creació n del á rbol genealó gico
Elementos bá sicos
Tanto en la posició n de acompañ ante como de observador
de tu propio á rbol, es importante recordar las reglas de
respeto al trabajo con los ancestros.
Respeto
Debemos mostrar respeto en cada momento hacia las
personas, ya que cada una está en un nivel de conciencia y las
vivencias responden a ello. No debemos juzgar, criticar,
culpar o remar contra corriente, ni faltar el respeto. Se
recomienda devolver lo que ya no es ú til. Ademá s, tenemos
que ser conscientes de las lealtades ocultas y, si es necesario,
dejarlas, sobre todo si suponen un límite en la vida o una
falta de libertad. Cada uno decide a cada instante lo que
quiere hacer; debe respetarse lo que surge en el grupo y
acompañ arlo en silencio y sin tocar físicamente.
Principio y fin
El acto terapéutico es un momento donde se abre la
puerta del inconsciente y luego hay que cerrarla. Es
importante hacer un feedback final y cerrar el acto.
Todo cambia
El acto terapéutico es un acto sagrado que nos une con lo
esencial de la vida: el cambio. ¿En qué momento está el
cambio? En el nacimiento, en la muerte, en la sexualidad, en
la enfermedad, en el amor, en el matrimonio, en los shocks.
La terapia es en sí un cambio, es un renacimiento. Hay cosas
que mueren y otras que renacen.
Respetar el movimiento interno emocional del
participante
Escuchando, leyendo, hablando pueden surgir emociones,
movimientos interiores que, en ocasiones, no sabemos a qué
se deben. Es importante acoger, sentir, vivir cada
movimiento. El grupo estará presente para acompañ ar. Todo
lo que pasa, se acoge, ya que hay un principio que dice que
todo lo que se acoge se transforma. No se debe poner
resistencia ante lo que esté ocurriendo, ni culparse o estar
tristes o enfadados. Cualquier cosa que suceda, debe ser
acogida. En caso de que no consigamos hacerlo o sintamos
enfado por aquello que está ocurriendo, también entonces es
importante acoger ese enfado. Si no llegamos a acoger
aquello que nos está ocurriendo, no se podrá iniciar la
transformació n. Todo lo que se acoge se transforma y, en
cambio, lo que se rechaza se refuerza.
Actitud terapéutica
La escucha, la paciencia, la protecció n, el permiso, el no-
juicio y la no-interpretació n son las bases de la actitud
terapéutica. Podemos reformular, animar, acoger, aportar
tranquilidad, seguridad y estar presentes. No debemos
quedarnos con nada. Trabajando el á rbol genealó gico de un
paciente, podemos obtener mucha informació n y de lo que se
trata es de identificar la informació n en el á rbol en relació n
con lo que está en el origen del síntoma. Por eso es má s
simple partir de un problema concreto, enmarcar el objetivo
de la persona, analizar los datos, trabajar con el cuerpo y sus
reacciones, ver la emoció n que provoca y buscar en el á rbol
lo que está en relació n con ello.
Pauta de trabajo
■ Motivo de consulta:
Definir claramente lo que se quiere trabajar, sea una
enfermedad o un conflicto con un efecto emocional negativo
para poder así enmarcar el "problema". La definició n se
puede dar en términos como los siguientes:
- Tengo un sentimiento de culpa con relació n a mi
familia.
- No entiendo por qué siempre hago todo por los
demá s.
- No soporto la impuntualidad a niveles extremos. Soy
capaz de cortar las relaciones si son impuntuales.
- Tengo pá nico al agua de mar, pero nado tranquilo en
la piscina.
- No consigo encontrar un trabajo adecuado a mis
estudios.
- Trabajo por dos o tres personas.
Lo que representa un problema en nuestra vida es
siempre una solució n para otro momento. Quizá s lo fue en el
pasado, tan solo hay que investigarlo.
■ Definir un objetivo:
Claro, concreto, positivo, sin negació n en su expresió n y
realizable. El objetivo que queremos definir no consiste en
averiguar secretos familiares o conocer causas de ciertos
hechos, sino en saber hacia dó nde se quiere caminar. Para
conseguirlo, podemos ayudarnos sanando la emoció n del
drama vivido anteriormente. A continuació n, veremos una
serie de objetivos posibles dentro del marco que hemos
mencionado:
- Vivir libre y autó nomamente.
- Disfrutar de mi trabajo.
- Ser flexible con los horarios de los demá s.
- Dejar que mis hijos jueguen tranquilos.
- Poder ser madre.
Trabajamos con el genograma o con otras herramientas
con el objetivo de llegar al sentir profundo y vaciar las
memorias sensoriales.
■ Centrarse en el cuerpo:
Este paso supone salir del pensamiento y focalizarnos en
las sensaciones. Nos permite localizar la emoció n, la
sensació n corporal y el resentir. Puede ser de ayuda pedir a
la persona que mire hacia abajo: "¿Có mo sabe tu cuerpo qué
sientes...?", "¿dó nde se localiza en tu cuerpo?", "¿có mo lo
sientes?", etc. En tal caso, la descripció n ha de ser sensorial.
Puede ocurrir que la persona sienta una emoció n a la que no
le pueda poner palabras. El inconsciente puede sentir y
expresar la huella de una memoria transgeneracional sin
saber qué ocurre.
Se puede hacer el siguiente ejercicio: ¿Qué ocurre en ti
cuando observas algo y no sabes lo que es? Dejarlo venir y
expresar a nivel emocional.
La respiració n acompañ a y acerca a lo bioló gico. Podemos
usarla para observar el cuerpo en vez de para alejarnos de
las sensaciones dolorosas. Es importante tener presente que
todos tenemos los recursos dentro, por lo que el trabajo está
en acompañ ar a la persona a localizarlos y amplificarlos.
Recordemos que la terapia siempre tiene que aportar
recursos y la persona debe poder marcharse con algo
positivo.
■ Resignificar la historia:
Todo fue como fue y por ello estamos aquí. Al comprender
que existimos y somos quienes somos gracias a la historia de
nuestro clan, podremos ser capaces de dar un nuevo sentido
a las vivencias y a los recuerdos.
■ Transgeneracional y Descodificació n Bioló gica
En Descodificació n Bioló gica hay personas que consultan
por síntomas y en una o dos sesiones encuentran el origen
del bioshock y liberan el estrés. En cambio, en otros casos,
cuando la consulta se prolonga innecesariamente y, por
tanto, no se libera el estrés del síntoma es porque no se ha
llegado a los eventos programantes. Si se ha hecho bien el
trabajo y aun así no hay resultados, tendremos que observar
otras posibilidades como:
- Embarazo y parto.
- Proyecto y Sentido.
- Transgeneracional.
Ante un síntoma o enfermedad, en Descodificació n
Bioló gica es prioritario buscar el resentir que está en el
origen de esa enfermedad, al que llegaremos mediante las
sensaciones kinestésicas y fisioló gicas. Lo que se transmite a
través de las generaciones es la manera de vivir las
situaciones conflictivas. Por ello, es importante tener en
cuenta que no es necesario encontrar ancestros con las
mismas patologías, sino con vivencias que estén en relació n
con la patología.
Ejemplo: En el caso de una mujer con cá ncer de pecho de
canales galactó foros en el pecho izquierdo, no iremos a
buscar un ancestro que haya tenido exactamente la misma
patología, sino que iremos a buscar un ancestro que haya
tenido un conflicto de separació n en sentido nido estrecho.
Por otro lado, si alguien viene con una patología de hígado,
no iremos a buscar a un ancestro con otra
patología de hígado, sino que buscaremos a los ancestros que
se murieron de hambre, vivieron en la carencia o tuvieron
una toxicidad.
No siempre tiene que haber un origen transgeneracional,
sino que el síntoma puede aparecer cuando algo dramá tico
NO ha sido ACEPTADO por las generaciones precedentes. Lo
que puede ponernos sobre la pista de una memoria
transgeneracional es:
- La reacció n del paciente es desproporcionada en
relació n con la realidad.
- Las situaciones que vive el paciente son delirantes.
- Un problema que se repite a través de las
generaciones: "Mi madre ya se quejaba de..."
- Los predicados de los pacientes: "Desde siempre",
"nunca ha cambiado".
- Las expresiones metafó ricas que utiliza el paciente.
- Un síntoma que resiste o una falta de resultado visible
cuando la terapia ha llegado al resentir.
El sentido bioló gico de la repetició n es darse una segunda
oportunidad para resolver el problema. Es por esto por lo
que un conflicto no resuelto se repite y, a menudo, se
amplifica.
Para comenzar el viaje de adentrarse en el á rbol y poder
llegar a ver nuestra propia trayectoria, hay que ir al contexto
en el que han vivido los miembros de nuestra familia.
■ Transgeneracional y Descodificació n Bioló gica
En Descodificació n Bioló gica hay personas que consultan
por síntomas y en una o dos sesiones encuentran el origen
del bioshock y liberan el estrés. En cambio, en otros casos,
cuando la consulta se prolonga innecesariamente y, por
tanto, no se libera el estrés del síntoma es porque no se ha
llegado a los eventos programantes. Si se ha hecho bien el
trabajo y aun así no hay resultados, tendremos que observar
otras posibilidades como:
- Embarazo y parto.
- Proyecto y Sentido.
- Transgeneracional.
Ante un síntoma o enfermedad, en Descodificació n
Bioló gica es prioritario buscar el resentir que está en el
origen de esa enfermedad, al que llegaremos mediante las
sensaciones kinestésicas y fisioló gicas. Lo que se transmite a
través de las generaciones es la manera de vivir las
situaciones conflictivas. Por ello, es importante tener en
cuenta que no es necesario encontrar ancestros con las
mismas patologías, sino con vivencias que estén en relació n
con la patología.
Ejemplo: En el caso de una mujer con cá ncer de pecho de
canales galactó foros en el pecho izquierdo, no iremos a
buscar un ancestro que haya tenido exactamente la misma
patología, sino que iremos a buscar un ancestro que haya
tenido un conflicto de separació n en sentido nido estrecho.
Por otro lado, si alguien viene con una patología de hígado,
no iremos a buscar a un ancestro con otra
patología de hígado, sino que buscaremos a los ancestros que
se murieron de hambre, vivieron en la carencia o tuvieron
una toxicidad.
No siempre tiene que haber un origen transgeneracional,
sino que el síntoma puede aparecer cuando algo dramá tico
NO ha sido ACEPTADO por las generaciones precedentes. Lo
que puede ponernos sobre la pista de una memoria
transgeneracional es:
- La reacció n del paciente es desproporcionada en
relació n con la realidad.
- Las situaciones que vive el paciente son delirantes.
- Un problema que se repite a través de las
generaciones: "Mi madre ya se quejaba de..."
- Los predicados de los pacientes: "Desde siempre",
"nunca ha cambiado".
- Las expresiones metafó ricas que utiliza el paciente.
- Un síntoma que resiste o una falta de resultado visible
cuando la terapia ha llegado al resentir.
El sentido bioló gico de la repetició n es darse una segunda
oportunidad para resolver el problema. Es por esto por lo
que un conflicto no resuelto se repite y, a menudo, se
amplifica.
Para comenzar el viaje de adentrarse en el á rbol y poder
llegar a ver nuestra propia trayectoria, hay que ir al contexto
en el que han vivido los miembros de nuestra familia.
■ Reconocimiento de hijos o hijas:
En el á rbol se dejará constancia de aquellas personas no
reconocidas por una parte del á rbol y de las que sí han sido
reconocidas. No se excluye a nadie.
Ejemplo: Una mujer soltera tiene un hijo cuyo padre
bioló gico no le reconoce. Se casa con un hombre que
reconoce al niñ o. El abuelo de este hombre había sido un
niñ o no reconocido por su padre bioló gico.
Ejemplo: Un hombre que tiene un hijo extramatrimonial
con una mujer má s joven y no le reconoce ni le ayuda. Con su
mujer tiene una hija y nueve varones. Estos mueren uno tras
otro en el momento de nacer. El ú nico hijo varó n que
sobrevive es el "no reconocido" por su padre.
■ Fechas:
Las fechas nos dan informació n de las relaciones y
fidelidades familiares. Si aprendemos a leer la informació n,
podremos localizar con mayor facilidad el origen de la
fidelidad y la carga que representa para la persona. En el
á rbol añ adiremos las fechas de nacimiento, de concepció n y
de defunció n.
■ Identidad sexual:
También podemos incluir informació n en el á rbol sobre la
identidad sexual, es decir, si hubo o no casos de personas que
no aceptaban su género o identidad sexual, o que cambiaron
de género, etc.
■ Rango de hermandad:
Como hemos mencionado, debemos tener en cuenta todos
los embarazos que haya habido, independientemente de que
haya abortos espontá neos o provocados, o niñ os fallecidos.
Miraremos la posició n que tiene cada uno en el á rbol y con
quién se relaciona. Los rangos de hermandad siguen la regla
de tres, si cogemos el simbolismo de la creació n:
Uno -» es el masculino (el hombre)
Dos -» es el femenino (la mujer). Cuando llegamos al dos
creamos la pareja.
Tres -» es la realizació n de un hijo o una hija. Tres es el
nú mero de la creació n y la mayor creació n posible para una
pareja es el hijo o la hija.
La memoria del vientre materno guarda informació n de
todas las concepciones que se han dado, incluidos los
abortos, los hijos e hijas muertos, la pérdida de hijos e hijas,
etc. Esta informació n se queda grabada durante tres estados
de concepció n (un ciclo) y el ciclo vuelve a empezar, ya que el
cuarto hijo o hija viene en relació n con el primero y así
sucesivamente. Veá moslo de forma esquemá tica:
1 2 3
4- *
4 5 6
i 4- 4
7 8 9
4- 1
Figura 12. Esquema de los rangos de hermandad.
Suele existir una simpatía, una afinidad, un parecido entre
el primero, el cuarto y el séptimo hijo; lo mismo sucede entre
el segundo, el quinto y el octavo; siguiendo un patró n cada
tres hermanos o embarazos. Este hecho sucede en las
relaciones horizontales (hermanos y hermanas), pero
también se encuentra también a menudo en las relaciones
verticales (padres e hijos). En una familia, por ejemplo, el
padre es el mayor de los hermanos y la madre la n. 9 2. Tienen
dos hijos, pero vemos como el padre tiende a favorecer al
primero y la madre, al segundo. Una vez má s, esto no es una
ley, sino una tendencia, una inclinació n. Del mismo modo, los
niñ os/as de tal rango de fratría tendrá n una inclinació n a
coger los programas del padre, del tío o de la tía que tenga el
mismo rango de fratría o un rango de fratría en simpatía.
■ Afinidad:
Este punto habla de aquellos con quienes estamos unidos
a nivel personal, familiar y transgeneracional, y es
interesante incluir esta informació n en la creació n del á rbol.
■ Relaciones:
También describiremos los tipos de relaciones entre
personas o grupos, ya que nos permitirá tener una idea de la
relació n emocional que los padres tuvieron con sus
progenitores cuando eran niñ os/as.
■ Pautas de relació n:
Existen varios elementos que determinan la relació n
entre personas que pertenecen al mismo á rbol y generan
ciertas pautas: pueden ser relaciones sanas u hostiles; en las
que se busquen chivos expiatorios; que estén basadas en la
evitació n o la victimizació n; con guerras de por medio; entre
los que se hacen chistes, incluso obscenos; etc.
■ Toxicidad familiar:
Cualquier forma de relació n tó xica determina el á rbol
familiar: abuso, maltrato, discusiones, insultos, reproches,
falta de confianza, consumo de tó xicos, adicciones, amenazas,
chantajes, desprecios, sobreprotecció n, invalidació n del hijo
o la hija, criticas explícitas o implícitas, indiferencia, etc.
■ Traumas y heridas de guerra:
Asimismo, definiremos la época y la situació n en la que se
haya producido una guerra, así como las consecuencias que
tuvo para la persona y su familia.
■ Muertes:
Pondremos una cruz con la edad y la causa. ¿Hay alguna
persona que se considera que tuvo una muerte heroica o
trá gica? O, ¿hay muertes tabú es en la familia?
■ Ciudades de residencia:
Es interesante añ adir las ciudades de las que provienen y
donde residen todos los miembros de la familia, así como los
movimientos migratorios y mudanzas.
■ Nivel de estudios:
También es recomendable valorar có mo se trata el tema
estudios en la familia y qué imagen se quiere preservar a
través de ellos. Hay casos de auténtico maltrato y
desesperació n por llegar a cubrir un nivel de estudios y otros
en los que es imposible superar el nivel que dejaron otros del
clan.
■ Clase y dinero:
La clase y el dinero son dos elementos má s que pueden
influir en la comprensió n del transgeneracional: la clase
social, econó mica, étnica, educativa, cultural, religiosa, etc.; y
la disponibilidad y el uso de dinero, los bienes materiales,
excesos o privaciones.
■ Herencias:
Este aspecto podemos valorarlo desde la equidad en la
distribució n, la apropiació n indebida de una herencia, el
favoritismo de un padre, los abusos. La pregunta sería: ¿ha
provocado la distribució n de la herencia conflictos
intrafamiliares?
■ Profesió n:
En este punto hablamos de los estudios y la actividad
profesional. Se puede acceder a la profesió n para reparar un
conflicto o escoger lo contrario a lo que solicita el clan como
símbolo de rebeldía. Veremos varios ejemplos de profesiones
y sus relaciones.
- Bombero: fuego real o simbó lico.
- Emergencias: conflicto de no haber llegado a tiempo,
accidentes.
- Traducció n, lingü ista: comunicació n.
- Agricultor: hambrunas, estar cerca de la tierra.
- Espeleología: conflicto en relació n con la madre
verdadera.
- Química: madre, unió n de elementos.
- Cosedora, sastrería, ropa: conflictos de separació n, piel.
- Electricidad, energías: padre.
- Matemá ticas, física, ló gica: padre. Despejar la incó gnita
de la ecuació n.
- Piloto, azafatos/as: voy al encuentro con el muerto.
- Psicó logo/a: comprensió n a nivel psicoló gico. Madre
cuidadora.
- Enseñ anza: falta de estudios en la familia.
- Bailarín: conflicto de movimiento.
- Fisioterapeuta: conflicto de falta de contacto, rehabilitar
el movimiento (levantar al muerto).
- Cocinero, restauració n, panadería: dar de comer a la
familia.
- Hostelería: alojamiento.
- Decoració n: conflicto de desvalorizació n estética.
- Editor, impresor, librerías: conservar la historia
- Fotografía: guardar la historia, temor a perderla.
- Autoridad (policía, militar): padre.
- Servicios sociales: madre, el cuidado. Conflicto de
abandono.
- Servicios bancarios: dinero, herencias.
- Abogado: conflictos con la justicia.
- Terapias, medicina, enfermería: conflicto con la
enfermedad y la muerte.
Las actividades profesionales también responden a las
necesidades de una época de la persona y se pueden
observar como la respuesta a los ciclos de vida del propio
sistema. Un ejercicio prá ctico para observarlo es marcar en
una línea de vida todas las actividades realizadas y observar
qué relació n tienen con la familia: "¿Qué funció n tiene o tuvo
esa actividad?". A continuació n, preguntaremos si la funció n
ha sido cubierta y, en todo caso, si hay algo má s que se pueda
hacer para acabar alguna tarea del sistema.
■ Hobbies:
Del mismo modo que la profesió n o los estudios, la
elecció n de una u otra afició n también cobra un sentido
específico que vale la pena analizar. Puede tratarse de
deportes, de actividades musicales o artísticas, entre otros.
■ Semejanzas:
Si se conocen, es interesante tener en cuenta las
semejanzas físicas o comportamentales que pueden existir
entre diferentes miembros del clan.
■ Acontecimientos importantes:
Ruinas, éxitos, divorcios, secretos, anécdotas curiosas,
accidentes, cambio de país, cá rcel, violació n, etc. Todos ellos
son acontecimientos que dejan una huella importante en los
miembros del clan y también lo hará con la persona que nos
visite en consulta.
■ Accidentes:
Los accidentes son un tipo de acontecimientos que
destacan por ser imprevisibles y, a menudo, hablan de otros
hechos no resueltos en el grupo, como veremos en el
siguiente ejemplo.
Ejemplo: Una mujer se separa de su primer marido
porque él le es infiel. Los hechos ocurren un 30 de agosto.
Ocho añ os má s tarde, esta mujer se vuelve a casar y tiene una
hija que, curiosamente, sufre un accidente por quemadura de
2.9 grado en la zona perineal un día 30 de agosto. Es ese día
concreto en el que la puerta del inconsciente se abre y
comunica a través de formas muy diversas que algo hay en
tensió n y que sigue guardado.
■ Fechas:
Encuentros, bodas, unió n de la pareja, nacimientos,
muertes y toda fecha cercana a periodos con acontecimientos
importantes. Cabe recordar el impacto que tiene el Síndrome
de aniversario.
■ Enfermedad:
Tenemos que valorar las enfermedades graves, las
repeticiones de una enfermedad o del conflicto en el á rbol.
Por ejemplo, podemos encontrarnos ante la muerte de una
abuela por traumatismo craneoencefá lico en un accidente de
coche. Tiempo má s tarde, la nieta tiene un tumor meníngeo
("necesito proteger mi cabeza", que es "necesito proteger la
cabeza de la abuela"). Otro caso que podemos encontrarnos
es que personas de tres o cuatro generaciones diferentes
desarrollen un determinado tipo de cá ncer. Podemos valorar
también cirugías, tratamientos por las enfermedades y
consecuencias de estos.
Hijo o hija de remplazo
El hijo o hija de remplazo se llama así porque remplaza a
un muerto, a un miembro de la familia que falleció en
generaciones anteriores y cuya muerte no ha sido aceptada.
Se da cuando hay uno o má s miembros de la familia que
siguen de luto y no finalizan el proceso. El propio sistema se
distribuye las actividades para dar como resultado un nuevo
ser que encarne la vida de la persona muerta mediante la
incorporació n del inconsciente del individuo fallecido y así
equilibrar el á rbol. En consecuencia, se concibe un bebé para
que todo se equilibre de nuevo, en beneficio de la familia y
del clan. De este modo, se sacrifica a alguien en su vida y la
persona vive una existencia que no le pertenece.
Algunas de las consecuencias de llevar la carga de una
persona muerta pueden manifestarse en problemas
existenciales (no avanzar en la vida, no poder disfrutar,
sentirse atado a algo...), enfermedades, problemas de
identidad ("¿quién soy?, no me reconozco..."), actitud de
inmovilidad en diferentes aspectos de la vida (tener el agua
al cuello y no reaccionar...), dificultad para vivir el placer de
estar en la vida y sentir culpabilidad cuando se disfruta. Este
tipo de sintomatología es la misma que podría tener una
persona yacente, término que describió Salomó n Sellam en
su libro El Síndrome del Yacente: Un sutil hijo de reemplazo.
Otros autores han llamado doble a la persona que cubre una
posició n de otra en el á rbol familiar, aunque las
consecuencias son las comentadas en este apartado.
A veces el remplazo es claro y evidente en el á rbol, ya que
hay muertes no aceptadas de algú n miembro y al siguiente
bebé le ponen el nombre de la persona que ha fallecido. Hay
á rboles en los que se observan hasta tres o cuatro bebés o
niñ os/as muertos y al siguiente bebé le vuelven a poner el
mismo nombre. Veamos casos de personajes que
ejemplifiquen lo dicho:
■ Salvador Dalí
Nació el 11 de mayo de 1904, 9 meses y 10 días después
de la muerte de su hermano mayor, llamado Salvador Galo
Anselmo, quien murió con menos de dos añ os. Salvador decía
que esa muerte le había marcado mucho, ya que llegó a creer
que era una copia de su hermano muerto. Dalí dijo de su
hermano: "Nos parecíamos como dos gotas de agua, pero
dá bamos reflejos diferentes... Mi hermano era
probablemente una primera visió n de mí mismo, pero segú n
una concepció n demasiado absoluta." Probablemente la
realizació n y expresió n artística le permitieron evacuar el
estrés de transportar una memoria tan intensa.
■ Vincent Van Gogh
Si vemos la historia de Vincent Van Gogh descubrimos
que recibió el nombre de su hermano muerto, que falleció
exactamente un añ o antes de su nacimiento. Esto es lo que se
denomina un caso de síndrome del yaciente y que se hereda
por la fidelidad al nombre.
Otras veces ocurre que se ponen nombres de familiares
desaparecidos, como el caso de dos mujeres que llevan el
nombre que les puso su padre en honor a las dos hermanas
que murieron durante la Guerra Civil y cuyos cuerpos no
pudieron ser localizados. Ambas
mujeres llevan una existencia dolorosa, viven juntas, nunca
han tenido pareja y acumulan un listado importante de
enfermedades. Ejemplo de un á rbol genealó gico con
yacentes y dobles:
Futrido 2CV 03 Veró nica 10/08
Esteban 07/10
Sama15/11
Fdleoe04/01 (51a)

Fá leoe 12/ 02 (72a)

Christopher 02/ 07
6. Trabajo con el á rbol genealó gico
Se puede trabajar el genograma con ojos abiertos o cerrados.
El dibujo con ojos cerrados es una herramienta de
conocimiento de uno mismo que permite la expresió n del
hemisferio derecho: facilita el contacto con el inconsciente,
activa la intuició n y revela lo oculto. Con el dibujo se
expresan emociones guardadas mediante cada uno de los
elementos usados: color, forma, textura, simbolismo...
Diná mica de trabajo con el dibujo
Trabajar con un papel en blanco y dar la siguiente
consigna: "Dibuja tu á rbol genealó gico con al menos 4
generaciones", sin aportar má s datos para no influenciar.
Cuando la persona acaba, se le pide que ponga la fecha y hora
en la parte de atrá s de la hoja. Cada trazo aporta una
informació n ú nica. Si, por ejemplo, se ve toda una línea de
mujeres en dos o tres generaciones, se puede preguntar qué
ocurrió antes en la línea de hombres o para qué es
importante la presencia de mujeres.
Espacios temporales del dibujo
El dibujo del genograma suele realizarse en una hoja DIN
A4 colocada de forma horizontal. Si hipotéticamente
dividimos la hoja en 4 partes, localizamos 4 espacios
temporales destinados a colocar partes inconscientes
ubicadas en pasado (izquierda, arriba), duelos no finalizados
(izquierda, abajo), futuro (arriba, derecha) y presente (abajo,
derecha).
Fosado Futuro
Duelos no redizados FYesente
Figura 13. Representació n de los espacios temporales para el
dibujo del á rbol genealó gico.
7. La muerte
Cuando la muerte llega en el momento supuestamente
esperado, el duelo suele cerrarse sin má s complicaciones. Las
situaciones que suponen un mayor esfuerzo y dolor a la
persona son las secuelas de las muertes dramá ticas e
injustificables, como pueden ser los abortos, la muerte un
recién nacido, de adultos jó venes, las muertes accidentales,
por crimen o las muertes en la guerra. Mientras no se cierra
el ciclo, todo el sufrimiento queda intacto y se transmite el
dolor en forma de "paquete" del que no se puede hablar. Ante
la no aceptació n de la muerte de un ser querido se encuentra
la no aceptació n de la posibilidad del contacto físico. Intentar
que las cosas sean diferentes es una intromisió n en la vida
del otro ya que cada uno responde a su destino, a su sistema
y su marcha también está programada.
El programa natural bioló gico es morir naturalmente de
vejez, después de los progenitores y antes de la
descendencia. Si tuviéramos la seguridad de que esto
sucederá así, no surgirían los miedos a la muerte y la
aceptaríamos como parte del proceso de vida.
Por lo tanto, ante la situació n de muerte hay dos
posibilidades: cerrar un ciclo o mantenerlo abierto. Cuando
esto ú ltimo ocurre, debemos revisar la situació n de no
aceptació n de lo ocurrido. Como hemos visto, este es uno de
los indicadores de que estamos ante un tema de nivel
transgeneracional. Para poder aceptarlo, es aconsejable
expresar lo que se siente y hablar sobre la persona o ser que
ha desaparecido y sobre có mo ha ocurrido la muerte: ¿Dó nde
ocurrió la muerte? ¿Có mo ocurrió ? ¿Quién te lo dijo a ti?
¿Dó nde estabas cuando te enteraste? ¿Có mo fue el funeral?
¿Qué se dijo en él?
La manera de vivir la muerte (o la separació n a partir de
una muerte) puede ser resentida de formas diversas, generar
soluciones de supervivencia diferentes y síntomas distintos.
Ejercicios para trabajar la muerte
■ Lealtades
Cierra los ojos e imagina que está s en una silla sobre tu
camino de vida. Detrá s tienes todo tu pasado y a lo lejos está
tu nacimiento. Delante, tu futuro. Te pido que imagines que el
camino se para a dos metros delante de ti, es decir, que vas a
morir dentro de un par de semanas. Confró ntate al camino
que se para y describe qué sientes que ocurre en ti. Luego,
mira de nuevo el camino y di el siguiente mensaje a nivel
interior: "Estoy en la seguridad de morir naturalmente de
vejez y tengo todo el tiempo del mundo delante de mí. Acepto
morir cuando llegue mi hora".
Descubre entonces lo que ocurre cuando dices este
mensaje.
- Si tienes un tiempo de vida delante de ti reducido no
es posible estar en serenidad.
- Si inyectas tiempo de vida por delante hay algo que se
recoloca.
Sin embargo, si por encima de ti hubo casos de muertes de
adultos a una edad temprana, para el inconsciente es
como si estuvierais siempre viviendo solo con una
semana de vida.
■ Aceptació n de morir
Cierra los ojos. Imagina que se abre la puerta y entra la
muerte. ¿Qué sientes?
Ahora está a tu derecha, ¿qué sientes?
A tu izquierda, ¿qué sientes?
Ahora está detrá s de ti, ¿qué sientes?
Se pone delante, ¿qué sientes? Le miras de frente y
descubres a qué se parece, qué forma tiene y, simplemente,
acoges con sinceridad lo que ocurre en ti cuando la tienes
enfrente. Después la tocas y descubres qué ocurre en ti
cuando lo haces, qué sensaciones afloran y có mo reacciona
ella. Si te provoca estrés, simplemente le vas a decir "te tengo
miedo" y se lo repites varias veces lentamente. En cambio, si
está s tranquilo/a, te quedas en contacto con ella. Incluso
estando en contacto con ella, le vas a decir con consciencia
que aceptas morir cuando llegue tu hora. De nuevo, descubre
qué ocurre en ti cuando le das este mensaje. Después le
agradeces que haya estado aquí para ti, le dices adió s y le
dejas marcharse. Respiras y vuelves a conectar con el
instante presente.
8. El duelo
El duelo es un proceso que se vive después de una situació n
de pérdida real, simbó lica, imaginaria o virtual. La pérdida
supone una falta, carencia o vacío que a veces es difícil de
gestionar y se dificulta má s el proceso cuando la persona que
sufre la pérdida se niega a vivirla y a confrontarse al vacío.
Sentir miedo y querer alejarse del vacío transforma la
situació n en má s dolorosa aú n. Cada persona lo vive a su
manera y a su ritmo.
La Dra. Elisabeth Kü bler Ross describió las etapas que
pueden aplicarse al duelo:
1. Negació n y aislamiento: la negació n nos permite
amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e
impresionante; permite recobrarse. Es una defensa
provisoria y pronto será sustituida por una aceptació n
parcial: "no podemos mirar al sol todo el tiempo".
2. Ira: la negació n es sustituida por la rabia, la envidia y el
resentimiento; surgen todos los porqués. Es una fase
difícil de afrontar para los que quedan y todos los que los
rodean. Esto se debe a que la ira se desplaza en todas
direcciones, aunque sea injusto. Suelen quejarse por todo;
todo les viene mal y es criticable. Luego pueden
responder con dolor y lá grimas, culpa o vergü enza. La
familia y quienes los rodean no deben tomar esta ira
como algo personal y deben evitar reaccionar en
consecuencia con má s ira, ya que fomentaría una
conducta hostil del doliente.
3. Regateo, Pacto: ante la dificultad de afrontar la difícil
realidad, junto con el enfado hacia la gente y hacia Dios,
surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar
superar la traumá tica vivencia.
4. Depresió n: cuando no se puede seguir negando, la
persona se debilita, adelgaza, aparecen otros síntomas y
se ve invadida por una profunda tristeza. En general, es
un estado temporal y preparatorio para la aceptació n de
la realidad en el que es contraproducente intentar animar
al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo.
Hacerlo, a menudo es una expresió n de las propias
necesidades, ajenas al doliente. Significaría que no
debería pensar en su duelo, sería absurdo decirle que no
esté triste. Si se le permite expresar su dolor, le será má s
fá cil la aceptació n final y estará agradecido de que se lo
acepte sin decirle constantemente que no esté triste. Es
una etapa en la que se necesita mucha comunicació n
verbal, se tiene mucho para compartir. Tal vez se
transmite má s acariciando la mano o simplemente
permaneciendo en silencio a su lado. Son momentos en
los que la excesiva intervenció n de los que lo rodean, le
dificultará su proceso de duelo. Una de las cosas que
causan mayor turbació n en la persona implicada es la
discrepancia entre sus deseos y disposició n y lo que
esperan de ellos quienes los rodean.
5. Aceptació n: quien ha pasado por las etapas anteriores en
las que pudo expresar sus sentimientos (envidia por los
que no sufren este dolor, ira por la pérdida del hijo o hija,
depresió n) contemplará el pró ximo devenir con má s tran-
quilidad. No hay que confundirse y creer que la
aceptació n es una etapa feliz: en un principio está casi
desprovista de sentimientos. Comienza a sentirse una
cierta paz, se puede estar bien solo o acompañ ado, no se
tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor... la vida
se va imponiendo.
A partir del momento que llegamos a la aceptació n de la
muerte se puede conseguir lo siguiente:
- Esperanza: sostiene y da fortaleza al pensar que se
puede estar mejor y se puede promover el deseo de que todo
este dolor
tenga algú n sentido; permite poder sentir que la vida aú n
espera algo importante y trascendente de cada uno.
- Reinvertir: Buscar y encontrar una misió n que cumplir
es un gran estímulo que alimenta la esperanza.
Podemos agregar otras etapas en funció n de la persona y
de sus necesidades. Se propone atravesar las etapas del
duelo para superar aquella en que ha quedado bloqueado,
allá donde puede dar lugar a síntomas específicos. A
continuació n, veremos algunos ejercicios que podemos hacer
para ayudar a la persona a superar una muerte.
Ejercicio para trabajar los duelos bloqueados:
1. Atravesar las etapas observando el resentir y vaciando la
emoció n:
- Negació n
- Regateo
- Có lera/Tristeza
- Tristeza/Có lera
- Explicació n. Comprensió n
- Aceptació n. Perdó n
2. Una vez realizado el vaciado de las etapas anteriores,
sentiremos el abanico de posibilidades para retomar la
vida. Esto podrá ir aumentando con el tiempo. Aquí se
puede ayudar a que la persona retome lo positivo de la
vida que compartió con aquel que ya no está . Mientras sea
necesario, es conveniente hacer el ejercicio a diario y
pensar en los recuerdos positivos para revivirlos
corporalmente.
3. Luego se pasa a la etapa final: reinvertir en la vida. El
terapeuta acompañ a y va haciendo una serie de
preguntas: ¿Para qué vivir si...?, ¿Qué nuevas sensaciones,
emociones te ayudan en este camino?, ¿Qué otras
sensaciones o emociones te dará n la sensació n de estar
vivo/a?, ¿Qué puedes hacer para sentirte bien hoy?
Ejercicios para permitir que salga el dolor:
Se pueden usar distintos ejercicios para cumplir con este
objetivo.
1. Uso de símbolos. El consultante puede traer fotos del
fallecido o la fallecida para que le hable directamente a él
o ella y poder así despedirse. También se pueden utilizar
objetos, muñ ecos o una silla vacía para poder expresar
todo aquello que no se ha dicho antes de la partida. A
veces no haber expresado algo antes de la muerte de un
ser querido provoca un bloqueo por rumiació n de todo lo
que querría habérsele dicho en vida.
2. Escribir. Se le puede pedir a la persona que escriba una o
varias cartas al fallecido expresando sus pensamientos y
sentimientos. Este ejercicio puede ayudar a arreglar
asuntos pendientes y decir todo lo que no pudo decirse
antes de la pérdida.
3. Dibujar. Es otra forma de expresió n interna. Los dibujos
pueden reflejar los propios sentimientos y experiencias
con el fallecido.
4. Acto simbó lico. Consiste en crear un ritual propio y luego
entregar a la tierra todo lo que le unía con el fallecido. De
este modo se acoge el vacío que provoca. También puede
colocar las manos sobre la zona donde se siente el vacío y
acoger las sensaciones corporales.
Duelo del ideal:
♦♦♦
A veces las personas esperan, se imaginan y sueñ an con
algo diferente a lo que es. Es comú n en el caso de las familias
imaginar que, si los ancestros, los padres o las madres
hubieran sido diferentes, las personas no tendrían
sufrimientos. Querer cambiar lo que fue es legítimo, pero
imposible. Aceptar es el principio del fin del dolor y el inicio
de una nueva relació n con su propio sistema. Hacer el duelo
del ideal es renunciar a querer cambiar lo que ya no puede
ser de otra manera.
Lo que se resiste, persiste. ♦ ♦ ♦
9. Los comportamientos responden a las creencias
La familia es el lugar de programació n de la mayor parte de
creencias que luego tendrá n un refuerzo en la vida misma. En
el libro Có mo sanar tu historia familiar (2013), Rebecca
Linder nos propone revisar la lista de creencias limitantes
que pasan a formar parte de una conducta. Aquí está la lista
propuesta para descubrir nuestros patrones familiares:
Creencias familiares que influyen en la economía
- Tengo que tener mucho dinero para ser clasificado
como una persona triunfadora.
- Para tener dinero tengo que esforzarme mucho; si no,
no merezco tenerlo.
- Soy mejor persona si trabajo duro y puedo
apañ á rmelas sin dinero.
- Si tengo demasiado dinero seré orgulloso y Dios me
lo quitará para castigarme.
- Es mejor no tener dinero, pues si tengo mucho lo
malgastaré. Seré codicioso.
- Vale má s ser pobre que rico. Los ricos son malas
personas.
- Vale má s ser rico que pobre. Los pobres son malas
personas.
- Dios me querrá má s si padezco dificultades, si lo dejo
todo por los demá s y no me dejo nada para mí.
- Debo dar a los demá s todo lo que tengo, sin guardar
nada para mí.
- Tengo que aferrarme a todo mi dinero o este
desaparecerá .
- En este universo no hay suficiente dinero. Tengo que
luchar para obtener mi parte.
- Tengo que guardar el dinero y ahorrarlo, pues no hay
suficiente para todo el mundo.
- Si yo tengo suficiente, habrá otros que no tendrá n.
- No merezco tener lo que quiero.
Creencias familiares que influyen en la salud y en el bienestar
físico
- Los enfermos son personas débiles y malas.
Los enfermos son personas buenas. (Es preferible padecer la
peor enfermedad o no tener buena salud porque entonces
recibo cuidados.)
- Tengo que ser deportista para que mi familia o el
mundo me valore.
- Para ser suficientemente bueno tengo que estar
delgado.
- Tengo que pesar má s para ser suficientemente bueno.
Las personas delgadas son malas.
- Tengo que tener un aspecto joven para valer algo.
- Es preferible ser mayor y sabio. Parecer mayor es
bueno.
Es malo ser guapo. La gente guapa no es tan inteligente ni tan
capaz como yo. A las chicas o chicos guapos les suceden
cosas malas.
- Para ser suficientemente bueno tengo que ser
atractivo.
Creencias familiares que influyen en la educació n y en el
trabajo
- Para valer algo tengo que acudir a una escuela
respetable y tener un título.
- Mi educació n y mi estatus profesional son importantes
e indican que soy mejor que los demá s.
- Soy mejor cuando estoy al cargo de otros.
- Soy mejor cuando estoy a disposició n de otros.
- Los líderes tienen agendas políticas y son malos.
- No puedo confiar en el apoyo de los demá s.
- El mundo siempre se aprovechará de mí.
- No tener éxitos es bueno. Destacar es malo.
Creencias familiares que influyen en la espiritualidad
- Dios me querrá má s si me esfuerzo, dejo a los demá s
todo lo que tengo y no guardo nada para mí.
- Las personas que no van a la iglesia son malas (o las
que no van a mi iglesia).
- Si cometo un error, Dios no me querrá ; de hecho, me
castigará .
- La gente que cree en Dios y que va a la iglesia no es tan
consciente o inteligente como yo.
- Dios no existe.
- Tengo que temer a Dios o me castigará .
- Dios quiere má s a las personas X que a las Y.
- No soy importante para Dios.
- Soy má s importante para Dios que otros.
- Si voy a la iglesia, seré suficientemente bueno.
- No ser feliz es bueno.
Creencias familiares que influyen en las relaciones
- Mejor lo hago todo solo, pues si los demá s me ayudan
evidencian mi credibilidad e incapacidad.
- Las mujeres valen menos que los hombres, o los
hombres menos que las mujeres.
- Los hombres son mejores que las mujeres, o las
mujeres mejores que los hombres.
- Las personas de una determinada etnia son superiores.
- Debo ser puntual en los acontecimientos. Si llego tarde,
soy malo.
- Debo mantener mi hogar limpio o no seré
suficientemente buena.
- Las necesidades de los demá s son má s importantes que
las mías.
- Las relaciones duelen, así que estoy mejor solo.
- El matrimonio es malo.
- El amor es doloroso. (Esto es comú n en familias con
una historia de abuso.)
70. Terapia simbó lica
La terapia simbó lica consiste en la realizació n de un acto
simbó lico que permita a la persona acceder a su inconsciente
y liberar de la memoria el origen del bloqueo. También se usa
para cerrar ciclos y procesos como, por ejemplo, en el duelo o
la finalizació n de las relaciones. Para recrear el simbolismo,
usamos la creatividad personal y la intuició n de cada
terapeuta. Para saber si el acto simbó lico es pertinente o no,
deberemos ver si la persona quiere realizarlo. En caso
afirmativo, estamos ante un acto simbó lico adecuado.
Los pasos que podemos seguir durante la propuesta
buscará n dar mensajes en diferentes niveles:
- "Eres tú quién se cura" -» Reafianzar el acto.
"¿Está s realmente decidido a cambiar? -» La realizació n del
acto simbó lico implica un compromiso. Si el paciente no
puede realizarlo, deberemos volver a trabajar los
bloqueos.
"Confía en el inconsciente" -» El inconsciente no sabe de
tiempos. El acto simbó lico permite desestabilizar el
consciente y
activar el inconsciente con el trabajo realizado en la sesió n.
Los actos simbó licos se apoyan en el lenguaje y en el
funcionamiento del cerebro automá tico, es decir, aquel que
gestiona la supervivencia. El lenguaje del cerebro automá tico
es, per se, simbó lico, por lo que durante el acto simbó lico
hablamos el mismo lenguaje. Se simboliza el problema y se
cura simbó licamente. Recordad que el cerebro no hace
diferencia entre lo real y lo virtual.
Se ha de tener en cuenta el momento propicio y la forma
má s adecuada para sanar los secretos y los dramas que
puedan estar asociados. Por ejemplo, si nos encontramos
ante temas transgeneracionales, iremos al resentir y
vaciaremos la emoció n transgeneracional. A partir de ahí,
podremos incorporar un acto simbó lico, llamado por
Alejandro Jodorowsky un acto de psicomagia.
Alejandro Jodorowsky propone la siguiente técnica: "Una
herramienta ú til es dibujar el á rbol sanado que represente
todo lo que fue un sufrimiento en positivo. Se trata de hacer
una obra en la que se represente a todos los miembros, con
dibujos o fotografías pegadas a modo de collage. A cada uno
le pondremos su finalidad cumplida, todo aquello que les
damos, nos lo damos a nosotros mismos, y ahí aparecerá n
todos los secretos convertidos en bendiciones."

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