Reseña Histórica Arví

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Reseña histórica Arví

480 AÑOS DE LA BÚSQUEDA DEL VALLE DE ARVÍ

Mapa de la ruta de Jorge Robledo y de las exploraciones hechasen busca


del valle de Arví durante la expedición de 1541
Aquí [Carrapa] estuvimos más de un mes, y decían los indios que
pasada la cordillera de los Andes estaba una tierra llana muy poblada, y
adonde había grandes señores riquísimos, y que se llamaba aquella
tierra Arbi
(Pedro Cieza de León)
El capitán Jorge Robledo (Úbeda, Jaén, España, c. 1500) sale de Cartago
hacia el norte en enero de 1541, en una expedición que lo llevaría a
fundar, cerca del cerro de Buriticá, la Ciudad-Provincia de Antioquia en
diciembre del mismo año. Pero Robledo no quería fundar Antioquia, sino
encontrar un valle llamado Arví, de que le habían hablado los indígenas,
y que le prometía su soñada independencia.
Robledo era un soldado de las huestes que habían llegado en 1535 con
Sebastián de Belalcázar desde el Perú. En 1538, Belalcázar se había ido
para Bogotá y de ahí para España, por lo que Francisco Pizarro había
enviado a Lorenzo de Aldana a dirigir las tropas que quedaron
estacionada en Cali. En diciembre de ese año llega a Cali el gobernador
de Cartagena, Juan Vadillo, al mando de una extenuada expedición que
había salido en enero desde Urabá. Por ellos supo Aldana la existencia
de las minas de Buriticá, de donde habría salido todo el oro que hasta el
momento se había hallado en la costa caribe. Esta noticia motivó a
poblar una ciudad en la cercanía de dichas minas. Para dirigir su
conquista Aldana escogió a Robledo, que fungía de alcalde en la muy
recién fundada ciudad de Cali.
En efecto, Robledo funda la ciudad de Santa Ana de los Caballeros
(Anserma) en 1539, en territorio de los indígenas Umbra, poniéndole
por límite norte las minas de Buriticá. Pero esta adscripción tenía un
problema. Las minas habían sido descubiertas por el mismísimo
gobernador de Cartagena, Vadillo, y con este acto se las anexaba el
Perú.
Al igual que otros capitanes españoles, Robledo tenía sus propios
planes, que no eran otros que gozar de un territorio que pudiera
gobernar por sí mismo. Así en 1540 conquista la ribera derecha del río
Cauca, pasando a las tierras de los indígenas Carrapas y diezmando
luego a los Pozos, los Armas y los Quimbayas. Funda la ciudad de
Cartago, donde hoy es Pereira. En esta expedición Robledo supo que por
este camino podía llegar a Buriticá, porque había enviado a un capitán
para que explorara las tierras que había al norte de Arma y este le dio
razón de que había llegado a un pueblo al frente de aquellas minas.
Justo en ese momento Pascual de Andagoya invade el territorio
conquistado por Belalcázar. Robledo busca legitimar sus conquistas con
el usurpador y éste le renueva los poderes para llegar hasta Buriticá.
Pero entonces Belalcázar regresa de España, encargado de la nueva
Gobernación de Popayán, saca de escena a Andagoya, y reclama como
suya la ciudad de Cartago, sin que Robledo pueda hacer alguna cosa,
por el reconocimiento dado al usurpador. Y, para descanso de Robledo
que temía la venganza inmediata de Belalcázar, éste le renueva el poder
para ir hasta Buri
Pero Robledo tenía otros planes. Esta ruta del norte lo podía llevar a
Buriticá, pero también era el camino para alcanzar su sueño de
conquistar una tierra propia, que no estuviera en los mapas de alguien.
Los indígenas Carrapa le habían hablado de un valle rico y poblado al
otro lado de las Sierras Nevadas (Nevado del Ruíz) llamado Arví, que se
convierte en una obsesión para el conquistador. Una táctica recurrente
de los pueblos indígenas para sacar a los españoles de su territorio era
señalar un pueblo vecino rico o inventar un tesoro más lejos de sus
fronteras.
Cuando llegó Belalcázar, Robledo ya había enviado a uno de sus
capitanes al Quindío a buscar una ruta que lo condujera hasta Arví, pero
estaba muy alejado por ese lado. De ahí que prosiguiera de Cartago
hacia el norte, por el filo de la cordillera, con el fin de poder pasar hacia
Arví. Tenía que encontrar un camino por donde pudieran entrar los
caballos, porque estos eran indispensables para enfrentar a la numerosa
población nativa que habría en el valle. Lo intentó por Paucara (Pácora),
pero los indios de flecha de la provincia que lindaba con los nevados
rechazaron a los exploradores. Lo intentó otra vez por Arma, pero las
montañas eran imposibles de pasar. Esto lo obligó a descender por el río
Arma y hacer la traviesa hasta llegar al pueblo de Mungia (Heliconia,
Antioquia), desde donde pudo ver que la cordillera bajaba y formaba
una abertura, que le permitía el paso.
Es de anotar que el ejército con que salió Robledo de Cartago se
componía de 100 españoles de a pie y de caballo, negros para la carga y
un contingente de indígenas Yanacona para el servicio, además de
caballos, mulas, perros y otros animales, y un bagaje importante de
armas, municiones y abastos. Es lo que en su época llamaban el real.
Robledo cruzó el abra y se encontró con el valle de Aburrá, una
hermosa, poblada y pobre región que, sin embargo, no le franqueaba el
paso de la sierra nevada, pues había montañas más altas al otro lado
del valle, por lo que después de quince días siguió adelante y subió al
altiplano oriental (hoy conocido como valle de San Nicolás, donde se
asientan Piedras Blancas, Guarne, Rionegro, El Santuario, El Retiro, La
Ceja). En esta zona estuvo buscando durante un mes largo una entrada
para el valle de Arví, que definitivamente se le escapaba, y con él el
sueño de poseer un territorio propio. Después de recorrer el altiplano en
distintas direcciones, se convenció de no poder alcanzar el anhelado
camino a Arví, y por el contrario halló antiguas construcciones en ruinas
que le hicieron temer proseguir la jornada. Volvió grupas al occidente, y
cruzando de nuevo el valle de Aburrá, salió de éste el 25 de agosto,
remontando la otra cordillera para caer al río grande del Cauca.
Robledo y sus hombres retomaron así la ruta autorizada en los poderes
de Aldana, Andagoya y Belalcázar y, después de dos meses de
enfrentamientos con los indígenas, entre Buriticá y Peque, a 1.800
metros de altitud, fundaron el 4 de diciembre de 1541 la ciudad de
Antioquia, en nombre del gobernador de Popayán. Al poco tiempo
Robledo sale de Antioquia para Cartagena, y apenas había doblado la
esquina cuando ya venían a tomarse la ciudad Pedro de Heredia,
gobernador de Cartagena, en persona, y por el otro lado, Juan Cabrera,
enviado por Belalcázar a perseguir a Robledo, temiendo su salida para
España, donde podría pedir para sí las tierras descubiertas.
Esta es, en breves trazos, la historia del valle de Arví, que Jorge Robledo
se empeñó en encontrar por lo que le dijeron los indios tenía riquezas,
pero cuyas puertas se le cerraron al conquistador al buscarlo por
Quindío, Pácora, Arma y los valles de Aburrá y San Nicolás, esta última
por Robledo en persona.
En los mapas del Nuevo Mundo que hicieron los comerciantes
holandeses en el siglo XVII, basados en las crónicas españolas, aparece
Arbí muy bien situado, en la banda oriental de la cordillera de los
nevados, como lo habían precisado con su lengua fácil los indígenas del
lado de Irra. Pero lo cierto es que no se ha encontrado un sitio que lleve
ese nombre.
Ubicación de la provincia de Arbi (abajo esquina), en rnapa Tierra Firme
y Nuevo Reino de Granada y Popayán. Willem Janszoon Blaeu,
Amsterdan, 1647 (1ª. Edición: 1635).
Y en los mapas actuales tenemos el Parque Arví, ubicado al oriente de
la ciudad de Medellín, adonde llega una de las líneas elevadas del Metro
de la ciudad, como recuerdo de esta búsqueda infructuosa de un mítico
tesoro.
Cieza de León, Pedro. Guerras Civiles del Perú. Tomo II Guerra de
Chupas, cap. VII. Madrid, Administración García Rico y C.
Robledo, Jorge. "Relación de los servicios del capitán Jorge Robledo" (ca.
1545), AGI, Sevilla, Sección 5ª. Audiencia de Lima, Le.204 –Carpeta-
Perú, publicada como "Robledo ante el emperador. Crónicas de sus
propias conquistas", en: Caldas en las crónicas de Indias, Manizales,
Academia Caldense de Historia, Ed. Manigraf, 2007.
Sardela, Juan Bautista. "Relación del descubrimiento de las provincias
de Antiochia", en: Repertorio Histórico, órgano de la Academia
Antioqueña de Historia, Nº 3, octubre de 1921 (disponible en internet).
Pardo Londoño, Benjamín. La Ciudad de Antioquia y la Villa de Santa Fe:
Orígenes del pueblo antioqueño, Medellín, Universidad EAFIT, 2010,
Bicentenario de Antioquia
Vélez Escobar, Norberto y Sofía Botero Páez. La búsqueda del valle de
Arví, 3ª. ed. Medellín, Municipio de Medellín, 2009.

Luis Javier Caicedo

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