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CAPITULO 1 MARCO TEÓRICO

¿Cómo estoy desarrollando las interacciones pedagógicas en mi práctica docente en


formación?

Para mejorar las interacciones pedagógicas me centraría en la participación activa de los estudiantes,
fomentando el diálogo y la retroalimentación constante.

Podemos considerar que para las interacciones pedagógicas debemos utilizar estrategias como el
aprendizaje colaborativo, la gamificación, la utilización de tecnología educativa y la personalización
del aprendizaje según las necesidades de cada estudiante. Además, es importante instituir un
ambiente inclusivo y respetuoso que fomente la participación de todos los estudiantes.

Para mejorar las interacciones pedagógicas en mi práctica profesional centrada en los aprendizajes,
considero lo siguiente:

1. Establecer un ambiente de confianza y respeto con los estudiantes.


2. Utilizar estrategias de enseñanza activas y participativas.
3. Adaptar mi enseñanza a las necesidades individuales de cada estudiante.
4. Proporcionar retroalimentación constructiva y motivadora.
5. Fomentar la colaboración y el trabajo en equipo.

La comunicación es el elemento esencial de toda interacción, siendo esta intencionada y


diseñada previamente para optimizar procesos de aprendizaje en el aula. Asimismo, existen
distintos niveles de interacción partiendo desde el gesto y el acto, hasta llegar a la interacción
explícita.

Lev Vygotsky es conocido por su teoría sociocultural del desarrollo, que resalta la importancia de
las interacciones pedagógicas en el aprendizaje. Según el teórico, el aprendizaje solo se logra a
través de la interacción con otros individuos más expertos, quienes brindan apoyo y guía para que
el aprendizaje que pueda obtener un nivel de desarrollo superior. Estas interacciones pedagógicas
promueven la construcción del conocimiento y el desarrollo de habilidades cognitivas.

Además de las interacciones pedagógicas, Lev Vygotsky también enfatizó la importancia del
juego en el desarrollo infantil. Según él, el juego es una actividad fundamental que permite a los
niños explorar y practicar diferentes roles sociales, desarrollar habilidades cognitivas y
emocionales, y construir su conocimiento de manera significativa. También destacó la
importancia del lenguaje en el desarrollo cognitivo, argumentando que el pensamiento y el
lenguaje están estrechamente relacionados.

El profesor representa una autoridad que para el estudiante significa mucho, ya que impacta en su
comportamiento, favoreciendo climas positivos en el caso de que esta interacción esté compuesta
por gestos, actos y palabras positivas .

El estudiante interpreta los gestos del docente de acuerdo con las herramientas sociales y
culturales que él tiene, atribuyendo valores a las situaciones o experiencias que
vivencia en el aula, de manera que la atención a sus consultas, las respuestas que recibe y las
ayudas, son dimensionadas de acuerdo con su propia cultura.

Con el fin de enriquecer la interacción en el aula existe la necesidad de contar con herramientas
lingüísticas que permitan adquirir conceptos desde distintas áreas del saber, desde niveles
iniciales, de esta forma el estudiante podría tener acceso a una interacción fluida con otros y con
el conocimiento que aprende.

Para contar con una respuesta positiva del estudiante ante la interacción del docente se solicita
que esta interacción contenga códigos y símbolos que el estudiante interprete positivamente y le
asigne significado, que adquieran valor para él, de esta manera se entiende que no cualquier tipo
de interacción ejerce influencia sobre el estudiante, sino sólo aquella que se encuentra diseñada
según el contexto y las experiencias que se encuentran enmarcadas en sus valores.

La interacción y el conocimiento se debe incrementar, con los niveles de complejidad y


profundidad a medida que avanza el currículum y los docentes deben promover a los estudiantes
herramientas cognitivas y comunicativas para alcanzar los niveles de profundidad.

Entre los aspectos a analizar en una interacción en prácticas pedagógicas efectivas se encuentran
las expectativas y la dirección en que se orientan. Los lenguajes utilizados dependen del tipo de
relaciones que se establecen en el aula, y de la interacción positiva que tenga el docente con sus
estudiantes.
(Camacaro de Suárez, 2008). Desde esta perspectiva, cabe considerar que para que haya
interacciones pedagógicas se basa en :

• La comunicación es la base principal de cualquier proceso de interacción.


• El docente es el actor principal que diseña las interacciones en el aula.
• La interacción está presente en todo contexto sociocultural y en cualquier nivel
educativo.

• La interacción denota distintos niveles de profundidad y complejidad en el


abordaje de los contenidos curriculares y las competencias que se desarrollan en
el aula.

Esta teoría promueve que el estudiante logré sus propios conocimientos, por otro lado, las
interacciones que se dan dentro del aula de aprendizaje por parte del docente, niños y niñas,
también se puede dar fuera del aula, ya que, al salir al patio, sala de lectura, sala de
psicomotricidad, o cualquier lugar fuera del aula donde se realice cualquier actividad
educativa, se convierte en un espacio de aprendizaje.

Por ello, Por lo tanto, para que se dé Según Bruner, 1997; Mercer, 2001; y Correa, 2006;
citados por Duque y Ovalle, (2011) la interacción pedagógica ocurre en la medida en que se
establece una acción conjunta entre el maestro y el sujet.

Lev Vygotsky enfatizó la importancia de la interacción social y el apoyo de los adultos en el


aprendizaje de los niños.
Jerome Bruner promovió el enfoque constructivista y la importancia de la narrativa en la
educación. Jean Piaget desarrolló la teoría del desarrollo cognitivo, destacando las etapas por
las que pasa un niño en su desarrollo intelectual.

En las últimas décadas, el enfoque de desarrollo profesional docente ha pasado de dar una
importancia crucial, no sólo a la formación en el conocimiento de la materia de enseñanza,
sino a toda la variedad de complejas dimensiones y condicionantes del que hacer docente,
incidiendo sobre sus concepciones implícitas y sobre sus prácticas pedagógicas (Martín,
2015).

Los autores Choi y Kang (2019), por su parte, conciben “aquellas actividades formales o de
tipo natural, en las que los docentes pueden participar de forma colaborativa o independiente
para desarrollar ideas, conocimientos, habilidades, actitudes y prácticas que propicien
cambios en su trabajo”. Esta transformación en las prácticas docentes debe tener como
objetivo impactar positivamente en los procesos pedagógicos en el aula puede considerarse
efectivo cuando articula el mejoramiento de las prácticas docentes y el aprendizaje de los
estudiantes.

Por otra parte, los modelos adaptativos son aquellos que nacen de las necesidades situadas
del profesorado, permitiéndoles abordar de manera
flexible los desafíos de sus contextos escolares a través de la reflexión colaborativa con el
enfoque del aprendizaje de los estudiantes. De esta forma, el conocimiento externo debe
conectar con las necesidades del profesor y son ellos quienes deben construir sentido respecto
a su práctica.

La práctica pedagógica es considerada la principal variable que determina el éxito en el


aprendizaje de los estudiantes; sin embargo, su estudio es complejo porque no hay un
consenso sobre su delimitación teórica y porque su mejoramiento depende de múltiples
dimensiones. Las instituciones de enseñanza constituyen espacios donde se llevan a cabo y
se configuran las prácticas de los docentes; estos escenarios
son formadores de docentes, debido a que modelan sus formas de pensar, percibir y actuar
(De Lella, 1999).

Las prácticas estarían reguladas tanto por un marco social, cultural e institucional, así
también por los intereses, motivaciones y condiciones personales, tanto de docentes y
estudiantes (Hoyos, 2014).

En tal sentido, Moreno (2002) dice que la práctica pedagógica es un proceso de interacción
social, entre docentes y estudiantes por lineamientos y políticas institucionales.

La práctica docente se entiende como una acción que permite innovar, profundizar y
transformar el proceso de enseñanza del docente en el aula. La práctica docente está unida a
la realidad del aula, debido a que todo lo que hace el docente se refiere a lo que se hace en la
vida cotidiana de la escuela, esta inscripción hace posible una producción de conocimientos a
partir del abordaje de la práctica docente como un objetivo para el conocimiento de los
individuos, por eso la práctica se debe delimitar
en orden de la práctica, para el proceso de comprensión, creación y transformación de un
aspecto de la realidad educativa.

Díaz y Hernández (1998), afirman que el profesor involucrado en el estudio de los


fenómenos educativos y el ejercicio de la docencia, puede plasmarse desde múltiples
aproximaciones disciplinarias, dada la complejidad que presentan no sólo la explicación de
los procesos de aprendizaje y desarrollo personal involucrado, sino la necesidad de disponer
tanto de un marco de referencia interpretativo como estrategia de intervención específica que
le permita orientar la reflexión y la práctica.

En este sentido, Ausubel (1983), señala que la educación es un proceso mediante el cual el
individuo desarrolla sus habilidades físicas, intelectuales y morales bajo los lineamientos
socioculturales, para mantener el tiempo y el espacio, los principios filosóficos de cada
sociedad.

Bajo este contexto, la Educación Básica tiene como finalidad la formación integral del
educando. Por lo tanto, debe atender a todas las áreas de su personalidad: conocimientos,
habilidades, destrezas, valores y actitudes en nivel de educación básica.

Es así, como la práctica del docente se considera como la emancipación profesional para
elaborar crítica, reflexiva y eficazmente un estilo de enseñanza que promueva un aprendizaje
significativo en los alumnos y logre un pensamiento de acción e innovador, trabajando en
equipo para desarrollar un proyecto educativo común. El fortalecimiento de las interacciones
pedagógicas en la práctica profesional centrada en los aprendizajes de los niños de 3, 4 y 5
años es un tema importante para mejorar la calidad de la educación. Por lo tanto :Conocer y
escuchar a los estudiantes es fundamental conocer las expectativas, saberes previos e
intereses de los niños. Esto permite adaptar las estrategias pedagógicas y generar un ambiente
de aprendizaje significativo.

Organización eficiente de la clase establecer reglas de conducta y procedimientos para


transiciones breves ayuda a mantener un ambiente ordenado y propicio para el aprendizaje.
Teniendo una conexión emocional para desarrollar una relación empática y sensible con los
niños fomentando un ambiente de confianza y seguridad favoreciendo los aprendizajes,
teniendo expectativas elevadas en su potencial, promoviendo su motivación y rendimiento
académico.

Se establecen espacios de intercambio y colaboración entre docentes, para que puedan


compartir experiencias y fortalecer sus competencias pedagógicas.

El concepto de prácticas pedagógicas lo entendemos como un conjunto de acciones que se


llevan a cabo en un aula de clases, las que son desarrolladas por la docente y que
comprenden desde su forma de comunicar, comportarse y actuar, hasta la mediación en el
aprendizaje. Desde esta perspectiva, estas prácticas estarían reguladas, tanto por la
institución, como por los intereses, motivaciones y condiciones personales de las docentes.
La interacción en el marco de estas prácticas reforzaría la importancia de un enfoque
contextualizado y de la necesidad de conocer sus características particulares.
La interacción entre docentes y estudiantes debería fijarse en la comunicación sin descuidar
el apoyo emocional. En este sentido para Macías (2017) la articulación del docente y los
estudiantes en una situación de enseñanza y aprendizaje tiene en consideración la
reciprocidad y comportamientos en los contextos sociales específicos, lo que otorga peso al
contexto y al entorno que rodea la realidad investigada.

Para que ocurra efectividad sería necesario contar con prácticas pedagógicas que impliquen al
estudiante en su aprendizaje, por tanto, la interacción docente y estudiante positiva será
favorecedora en la medida en que sea posible desarrollar habilidades en los estudiantes para
transformar el conocimiento, implicarse en el aprendizaje y construir con otros. En este
sentido la interacción desde el docente hacia el estudiante genera modificaciones en la
estructura cognitiva, siempre que estas interacciones se ajusten a ciertos criterios,
mencionando entre ellos la intencionalidad y reciprocidad, el significado y la trascendencia
(Villalta, et al., 2018)

Por otra parte, en un ámbito didáctico, es necesario integrar la interacción en el diseño de la


enseñanza, considerando su materialización en el aula y tomando decisiones sobre la misma
(¿a quién se dirige? ¿quiénes interactúan? ¿con qué propósito? ¿qué criterios se siguen?).
Según Villalta (2011), la interacción es permanente en el proceso de aprendizaje y se refiere
a la dinámica dónde los actores se relacionan a través de la comunicación cognitiva y
transformadora del pensamiento, toda vez que sea usada con fines de aprendizaje y
desarrollo.

Para mejorar las interacciones pedagógicas centradas en los aprendizajes enfocándonos en :

1. Individualización: Adapta tu enseñanza según las necesidades y estilos de


aprendizaje de cada niño.

2. Retroalimentación constante: Proporciona comentarios específicos y


constructivos para que los niños puedan mejorar sus habilidades y comprensión.

3. Recursos visuales: Utiliza imágenes, gráficos y materiales visuales para


reforzar conceptos y hacerlos más accesibles.

4. Actividades prácticas y participativas: Fomenta el aprendizaje activo a través


de juegos, experimentos, proyectos grupales y actividades prácticas que involucren a
los niños de manera activa.

5. Promueve la colaboración: Facilita oportunidades para que los niños


trabajen juntos, compartan ideas y se apoyen mutuamente en sus aprendizajes.
Teniendo en cuenta que cada niño es único, por lo que es importante adaptar tu
enfoque pedagógico según las necesidades individuales y brindar un ambiente seguro
y motivador para su desarrollo.

Según Bruner, 1997; Mercer, 2001; y Correa, 2006; citados por Duque y Ovalle, (2011)
la interacción pedagógica ocurre en la medida en que se establece una acción conjunta
entre el maestro y el sujeto que aprende y entre ellos y un objeto de conocimiento
particular. Por lo tanto, para que se dé Según Bruner, 1997; Mercer, 2001; y Correa,
2006; citados por Duque y Ovalle, (2011) la interacción pedagógica ocurre en la
medida en que se establece una acción conjunta entre el maestro y el sujeto

Contreras (1995) señala que la tarea del docente está definida por los propósitos que se
persiguen con la interacción profesor-alumnos y por las características particulares que
dicha interacción adquiere en términos del papel que se asigna a los participantes –
profesor-alumnos-, en el logro de la meta u objetivo, así como de los contenidos e
instrumentos que intervienen en dicha interacción. Desde esta perspectiva la
interacción pedagógica está determinada por la posición paradigmática que se asume
respecto del proceso de enseñanza y aprendizaje, pues es desde esta óptica que se hará
la mediación. Al respecto Sánchez y Zúñiga (2015) plantean En la interacción docente-
estudiante entra en juego un concepto relevante, que es el de mediación pedagógica, ya
que a través de este no solo se estudia los contenidos de enseñanza, sino que además se
evalúa la forma o el proceso que se debe ejecutar para llegar a la misma. Ante esto, el
docente toma un rol de mediador pedagógico, regulando y controlando la información
que se ofrece y el aprendizaje de los menores. El docente se transforma en uno de los
factores más importantes en el proceso de aprendizaje, pues es el organizador, el
encargado de presentar y organizar los diferentes tipos de saberes, y en últimas es quien
resalta lo que se considera primordial. Es decir, la persona docente tiene una
responsabilidad fundamental, pues de alguna manera es quien “prepara el escenario
para la acción”, lo cual es relevante en el nivel inicial, pues, aunque el niño o la niña
deben tener un rol protagónico en la construcción del conocimiento, el o la docente es
quien orienta las interacciones pedagógicas que prevalecen.

Según diversos autores, las interacciones pedagógicas significativas y de calidad


fomentan el aprendizaje activo, la participación, la retroalimentación constructiva, la
motivación intrínseca, el diálogo y la construcción conjunta del conocimiento entre el
docente y el estudiante. Algunos autores destacados en esta área son Vygotsky,
Piaget, Bruner y Dewey.

Según Vygotsky el aprendizaje requiere la participación activa y constructiva del


estudiante. El aprendizaje en la escuela requiere que los estudiantes presten atención,
observen, memoricen, entiendan, establezcan metas y asuman la responsabilidad de su
propio aprendizaje. Estas actividades cognitivas son imposibles sin la participación
activa y el compromiso de los alumnos. Los
maestros deben ayudar a los estudiantes a ser activos y orientar sus metas, al construir
sobre su deseo natural de explorar, entender cosas nuevas y dominarlas.

En el aula Crear ambientes de aprendizaje interesantes y desafiantes que alienten la


participación activa de los estudiantes es un reto para los maestros. Las siguientes son
algunas sugerencias sobre cómo hacerlo:

• Evite situaciones en donde los estudiantes sean oyentes pasivos por largos
periodos.

• Proporcione a los estudiantes actividades manuales, como experimentos,


observaciones, proyectos, etcétera

• Aliente la participación en discusiones de clase y otras actividades


cooperativas.

• Organizar visitas escolares a museos y parques tecnológicos.

• Permitir a los estudiantes tomar algo de control sobre su propio aprendizaje.

• Controlar su aprendizaje significa dar la oportunidad a los estudiantes de tomar


decisiones acerca de qué aprender y cómo hacerlo.

• Ayude a los alumnos a crear metas de aprendizaje en función de sus


intereses y aspiraciones futuras.

Participación social

Para muchos investigadores la participación social es la principal actividad a través de


la cual ocurre el aprendizaje. La actividad social y la participación comienzan a edad
temprana. Los padres interactúan con sus hijos y a través de estas interacciones los
niños adquieren las conductas que les permiten convertirse en miembros efectivos de la
sociedad. De acuerdo con el psicólogo Lev Vygotsky, los niños aprenden haciendo
suyas las actividades, hábitos, vocabulario e ideas de los miembros de la comunidad en
la que crecen. El establecimiento de una atmósfera cooperativa, de colaboración y
fructífera es una parte esencial del aprendizaje escolar. La investigación ha mostrado
que la colaboración social puede mejorar el aprovechamiento del estudiante. Si provee
interacciones motivadoras y alentadoras, la colaboración contribuye al aprendizaje.
Finalmente, las actividades sociales son interesantes por sí mismas y ayudan a
mantener a los estudiantes involucrados en su trabajo académico. Los estudiantes
trabajan más intensamente para mejorar la calidad de sus productos (ensayos,
proyectos, artesanías, etcétera) cuando saben que éstos serán compartidos con otros
estudiantes.

Actividades significativas: Muchas actividades escolares no son significativas dado que


los estudiantes no entienden por qué las están haciendo ni cuáles
son su propósito y utilidad. Algunas veces las actividades escolares no son
significativas porque culturalmente son inapropiadas. Muchas escuelas son
comunidades en las que niños de diversas culturas aprenden juntos. Hay diferencias
culturales sistemáticas en las prácticas, hábitos, roles sociales, etcétera, que influyen en
el aprendizaje.

Algunas veces, actividades significativas para estudiantes que provienen de un grupo


cultural no lo son para alumnos que provienen de otro grupo cultural.

Relacionar nueva información con conocimiento previo : La idea de que la habilidad


de aprender algo nuevo proviene de lo que la gente ya sabe no es nueva, pero
resultados de investigaciones más recientes han demostrado que la habilidad de
relacionar nueva información con conocimiento previo es crítica para aprender. No es
posible entender, recordar o aprender algo que es completamente extraño. El
conocimiento previo es necesario para entender una tarea. Pero cumplir con el
prerrequisito del conocimiento previo sigue sin ser suficiente para asegurar resultados
adecuados. La gente debe activar su conocimiento previo a fin de ser capaz de usarlo
para aprender y entender. Los estudiantes a menudo no ven relaciones entre el nuevo
material que leen y lo que ya saben. De acuerdo con la investigación, el aprendizaje se
realiza cuando los maestros prestan mayor atención al conocimiento previo del
estudiante y lo usan al comenzar la instrucción.

El uso de estrategias hace que los niños y niñas desarrollen estrategias


para ayudarse a sí mismos a solucionar problemas desde temprana edad. Por ejemplo,
cuando los niños de preescolar son mandados al supermercado para comprar una lista
de artículos comestibles, usualmente repiten a su manera los nombres de los artículos
para recordarlos mejor. Estos niños han descubierto la repetición como una estrategia
para mejorar su memoria. Cuando van a la escuela, los niños necesitan la ayuda de sus
profesores para desarrollar estrategias apropiadas para resolver problemas matemáticos,
para entender textos, hacer ciencia, aprender de otros estudiantes, etcétera. La
investigación muestra que cuando los maestros hacen intentos sistemáticos por enseñar
estrategias de aprendizaje a los estudiantes pueden tener como resultado ganancias
sustanciales. Las estrategias son importantes porque ayudan a los estudiantes a entender
y resolver problemas y son adecuados para ciertas situaciones. Las estrategias pueden
mejorar el aprendizaje y hacerlo más rápido. Las estrategias pueden diferir en su
precisión, en su dificultad de ejecución, en

sus demandas de procesamiento y en el rango de problemas a los que se aplican.


Mientras más amplio sea el rango de estrategias que los niños puedan usar
apropiadamente, más exitosos podrán ser al resolver problemas, leer, comprender textos
y memorizar.

Varios investigadores (Pianta, La Paro y Hamre, 2012; Williford et al., 2013;


Anderman y Klassen, 2016; O’Donnell, 2009; Brophy, 2009; Guo et al., 2010)
coinciden en reconocer que estos tres aspectos de la interacción ocupan un lugar central
en las aulas de Educación Inicial. A partir de estos tres aspectos fundamentales
mencionados por los investigadores se ha realizado una clasificación de las
interacciones en los servicios educativos del nivel Inicial:

El concepto de prácticas pedagógicas lo entendemos como un conjunto de acciones que


se llevan a cabo en un aula de clases, las que son desarrolladas por la docente y que
comprenden desde su forma de comunicar, comportarse y actuar, hasta la mediación en
el aprendizaje. Desde esta perspectiva, estas prácticas estarían reguladas, tanto por la
institución, como por los intereses, motivaciones y condiciones personales de las
docentes. La interacción en el marco de estas prácticas reforzaría la importancia de un
enfoque contextualizado y de la necesidad de conocer sus características particulares.

La interacción entre docentes y estudiantes debería fijarse en la comunicación sin


descuidar el apoyo emocional. En este sentido para Macías (2017) la articulación del
docente y los estudiantes en una situación de enseñanza y aprendizaje tiene en
consideración la reciprocidad y comportamientos en los contextos sociales específicos,
lo que otorga peso al contexto y al entorno que rodea la realidad investigada.

Para que ocurra efectividad sería necesario contar con prácticas pedagógicas que
impliquen al estudiante en su aprendizaje, por tanto, la interacción docente y estudiante
positiva será favorecedora en la medida en que sea posible desarrollar habilidades en
los estudiantes para transformar el conocimiento, implicarse en el aprendizaje y
construir con otros. En este sentido la interacción desde el docente hacia el estudiante
genera modificaciones en la estructura cognitiva, siempre que estas interacciones se
ajusten a ciertos criterios, mencionando entre ellos la intencionalidad y reciprocidad, el
significado y la trascendencia (Villalta, et al.,
2018)
Se llevan a cabo 3 tipos de interacciones:

Aspectos emocionales
Son aquellos aspectos que fomentan el bienestar socioemocional, de acuerdo a Pianta
(2012), estas interacciones permiten un clima cálido y positivo que favorece la
convivencia entre sus miembros; debido a que los niños poseen confianza tanto en la
profesora como en sus compañeros, lo que les permite sentirse seguros y a gustos en el
ambiente en el que se encuentran rodeados. A continuación, algunas acciones que
forman parte de este aspecto:Al inicio de la clase, la docente saluda a los niños por su
nombre y los mira a los ojos para tener una comunicación más afectiva, sumado a
esto, escucha atentamente sus respuestas, lo cual, permite un diálogo activo.
Los niños juegan en grupo y lo hacen, compartiendo el espacio, además los materiales, por
ejemplo, el de los sectores.
La docente toma en cuenta las preferencias y decisiones, es por eso que los infantes
eligen el rincón donde quieren divertirse.
Según investigaciones por Anderman y Klassen (2016), nos indican de manera firme
que cuando los niños en edad preescolar se interrelacionan de una manera efectiva con
sus docentes; su compromiso con las actividades de aprendizaje en el salón es elevado,
es así como este mismo modelo se visualiza con sus compañeros, Williford (2013). Es
por ello que los estudiantes necesitan sentirse en confianza, seguros, respetados y
valorados para aprender, es decir, requieren de un apoyo emocional para mejorar su
desempeño.

Aspectos de Organización

De hecho, que el tener una adecuada organización y distribución de tiempo, trae consigo
beneficios, uno de ellos es la conexión que genera con las actividades propuestas, sumado a
ello, el provecho que los niños sacan de cada experiencia se da en el aula, Brophy (2009)
Puntos reflejados en este aspecto:

La docente ayuda a recordar los acuerdos establecidos en el juego de los sectores,


por ejemplo, comenta “en cada sector sólo pueden jugar cinco niños”, pero además
esto, también les explica el sentido y utilidad de aquella regla para que así, el niño
comprenda y colabore.

La docente anticipa la hora de guardar los juguetes para comenzar la asamblea. De


este modo prepara emocionalmente a los niños para el cambio de actividad y evitar
la resistencia. Los niños autorregular su conducta en los sectores y apoyan para
jugar .En los sectores se visualizan materiales llamativos y diversos, lo cual
permite que los infantes se sientan concentrados al emplearlos.

La educadora brinda oportunidades que contribuyen a que los niños puedan desarrollar su
autonomía; porque eligen lo que más les interesa y también aprovechan el tiempo con
retos.

Las interacciones positivas entre el niño y el docente tienen una estrecha relación
con el desarrollo de las funciones ejecutivas en los niños, con mayor conformidad a
las normas del aula, y mayor regulación emocional, Universidad de Harvard
(2008). El papel que cumple la docente en el transcurso de distintos momentos, son
pieza clave para un aprendizaje significativo.
Aspectos pedagógicos
Es importante ofrecer apoyo pedagógico a los niños desde pequeños, ya que con ello hay mayor
probabilidad de que desarrollen un lenguaje avanzado y, más después, competencias de lectura
y matemáticas, Hamre (2012).

Acciones que favorecen este tipo de interacciones:

La docente escucha a los niños, demuestra interés y respeto hacia ellos y sin duda alguna, ello
contagia de motivación para que puedan participar activamente.

La docente lanza interrogantes que contribuyen a que los niños se comuniquen libremente y de esta
manera adquieran un conocimiento más profundo.
La docente les brinda la facilidad para que los estudiantes expresen sus dudas y realicen preguntas. La
docente ejemplifica a los niños, de manera sutil, sobre cómo organizar sus ideas y darlas a conocer
verbalmente

Es fundamental que la docente propicie estrategias metodológicas que conviertan a los niños buenos
pensadores y desarrollen habilidades complejas de comunicación oral
De acuerdo a Howe y Abedin (2013), un concepto que se encuentra a la base de las interacciones
pedagógicas y su observación es el de diálogo, entendiendo por éste los intercambios entre individuos
en un contexto específico, los que no están restringidos a una modalidad determinada.
De acuerdo con lo que indica Mercer (2008), como el aprendizaje es un proceso que ocurre en el
tiempo, y que además está mediado por el diálogo, se requiere estudiar ese diálogo para entender la
forma en que ocurre el aprendizaje. Considerando lo anterior, para este estudio se definirán las
interacciones pedagógicas como aquellos intercambios que ocurren entre individuos o grupos y que,
al menos en teoría, se completan cuando existe una dinámica dialógica, es decir, cuando hay algún
tipo de respuesta (Howe y Abedin, 2013).

Este diálogo o intercambio, ocurre enmarcado en procesos de enseñanza y aprendizaje y puede


desarrollarse -o no- de diferentes formas. Es decir, puede ser horizontal o autoritario, basado en el
lenguaje o en otras formas de comunicación e, incluso, de manera presencial o no presencial.

Por otro lado, las interacciones pedagógicas son vehículos a través de los cuales se implementa el
proceso educativo, por lo que se vinculan íntimamente a las prácticas pedagógicas que ocurren dentro
del aula. Por esta razón, en este estudio se considerará, además, el término de “prácticas asociadas”,
que se entenderán como aquellos procesos que ocurren en un proceso de enseñanza y aprendizaje, que
se implementan a través de interacciones pedagógicas como ya se ha señalado, el estudio de las
interacciones ha aumentado a lo largo del tiempo y esto se debe, principalmente, al énfasis que se ha
otorgado a la mejora
educativa. Lo anterior es afirmado por Sherin, Gamoran, Russ y Colestock
(2009), quienes indican que la mejora educativa está vinculada, en este caso, con
el aprovechamiento del conocimiento sobre la enseñanza, para el aprendizaje y
la toma de decisiones de dinámicas o procesos que se realizan durante una clase.

Según Alonso y Gallego (2002, p. 11) 4) Los estilos de aprendizaje son


características cognitivas, emocionales y fisiológicas que actúan como
indicadores relativamente estables de cómo los estudiantes perciben, interactúan
y responden al entorno de aprendizaje.

Identificaron los siguientes cuatro estilos:

Activo. Toma mucha información, capta novedades, busca e indaga.


Reflexivo: acumula y analiza mucha información, investiga y
comprueba. Teórico: sintetiza y estructura la información, contrasta y
analiza.
Práctica: aplica la información a situaciones reales o simuladas.

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