04-Olegario González de Cardedal

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QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLOGO

SERMÓN UNIVERSITARIO EN LA FIESTA DE SANTO TOMÁS

Dr. Olegario González de Cardedal


Universidad Pontificia
Salamanca

Queridos amigos, profesores y alumnos: ¿No seria normal que en la


fiesta de Santo Tomás, nuestro patrón, nos preguntásemos delante de Dios
y a la luz de su Palabra quién y cdmo es un teólogo? **. En las clases de

Esta tradición de sermones universitarios ha durado a lo largo de los siglos, con


ejemplos clásicos: Lutero en Wittenberg, Vitoria en Salamanca, Newman en Oxford.
La teología alemana ha vivido esa experiencia con gran intensidad. Las "Universitats-
predigten” son un género ejercitado por los teólogos de nuestro siglo, algunos tan
señeros como Barth y Guardini, sahngen y Bultmann, von Rad y Rahner, Schlier y
Ratzinger. El beUisimo libro de este Ultimo: Mée del Señor (Barcelona 1970)
¿omienza con estas palabras: ”Los ocho capítulos de este librito son la transcripción de
ocho sermones, tenidos en la Iglesia de la Universidad de Innsbruck durante el eje-
cicio de las flores’ (Maiandacht) en mayo de 1953”. Siguiendo esta tradición clásica
publicamos estas páginas en honor del colega y amigo J. L. Ruiz de la Peña quien,
además de sus libros publicados, nos deja inédito un comentario completo a las lecturas
litúrgicas de los tres ciclos, fruto de su predicación, especialmente en la Catedral de
Oviedo. El legitimo prestigio cultural y social que los teólogos tuvieron después del
Concilio en Europa y América desfiguró, por culpa de algunos desaprensivos e insolen-
tes, la verdad real del teólogo, que lo es hablando de Dios, delante de Dios y desde el
corazón de la Iglesia para la vida del mundo. No pocos —pensando que los teOlogos
nos rcupamos de Dios como los biólogos de las algas del Pacifico- se sorprendieron
de que rezásemos, predicásemos e hiciésemos penitencia. ‫؛‬Como si no fresemos pobres
^adores, necesitados de perdón y de la salvación de Dios, igual que todos los
mortales!, j. L. Ruiz de la Peha perteneció a esa raza de teólogos para los cuales
oración, reflexión y predicación son tres dimensiones constituyentes de su ser, esencia-
les las tres para el ejercicio de su misión.
Desde fines del siglo xn estas eran las tres frnciones esenciales del maestro en
teología‫ ؛‬legere (explicación de la Sagrada Escritura, exégesis), disputare (exposición

Revista Española de Teología 57 (1997) 27-50


28 REVÍSTA ESPAÑOLA DE TEOLWÍA - o. González de Cardedal

cada día vamos ofreciendo saberes y métodos, acogiendo información y


datos, pero la teología es algo más. A lo largo del año aprendemos
técnica, pero ¿qué alma hay detrás para poder realizar de manera objetiva
ese divino y humano quehacer, que es ser teólogo? Permitidme invitaros
a detenernos en lo que hay detrás del acontecer de cada día y a no dejar
que nos quede ignorado lo que nos es esencial. Hoy me atrevo a hacer
unas afirmaciones sobre dimensiones y actitudes que deben conformar el
alma de un teólogo. Y cuando yo hable aquí de teólogo no me refiero sólo
al que profesionalmente y de por vida se va a dedicar a esta tarea. Todo
el que una vez en su vida, de verdad, ha sido teólogo, y vosotros lo estáis
siendo durante estos años, permanecerá siéndolo siempre. Lo que se ha
aprendido una vez a fondo hasta convertirse en raíz de la vida y actitud
fondamental ante la existencia: eso, hágase después lo que se haga, no se
podrá olvidar nunca y nada lo podrá borrar del alma.

Permitidme que lo llaga con el sacro número de siete, signo de la


plenitud a lo largo de la Escritura Sagrada. La palabra ^όλ^ος es
anterior al cristianismo. La encontramos ya en los presocráticos y luego

analítica de las cuestiones generales y estudio detenido de las especialmente difíciles),


praedicare (anuncio y aplicación de la palabra de Dios ante el pueblo o ante la misma
universidad: '*coram universitate‫ ؛‬coram clero et populo civitatis"). Las tres son
referidas a la Sacada Escritura: ”In tribus igitur consistit exercitium Sacrae Scripturae
circa lectionem, disputationem et praedicationem” (Pedro el Cantor, Verbum abbrevia-
tum 1 PL 205,25 A). Un teólogo es esencialmente un doctor de la Sacada Escritura.
Santo Tomás, en su lección inaugural como maestro en teología, expone asi las
condiciones para cumplir esta misión: "Doctores Sacrae Scripturae esse debent alti per
eminentiam, ut sint idonei ad efficaciter praedicandum.٠٠ illuminati, ut idonee doceant
legeé... Muniti ut errorem confetent disputando. Et de tribus officiis, scilicet
praedicandi, legendi et disputandi dicitur” (en opuscula leologica [Turin / Roma
1954! I, 441 n. 1213). Santo Tomás ejercitó el ministerio de la predicación con
frecuencia. (Cf. L. j. Bataillon, "Les sermons attribués a Saint Thomas": Miscellanea
Medievalia 19 (1988) 35-341‫ ؛‬j. p. Torrel, "La pratique pastorale d’un théologien du
Xffl siècle: Thomas d’Aquin prédicateur": Revue Thomiste 82 (‫־‬1982) 245-213‫ ؛‬id.,
¡nidation à Saint ïïîOfnas d’Aquin, Sa personne et son oeuvre (Paris 1993) 79-109
[Magister in sacra pagina]). Los sermones universitarios de Santo Tomás no tuvieron
mucha difesión porque no se preocupó de recopilarlos él mismo, como lo hizo San
Buenaventura. (Cf. San Bonaventura, Sennones dotmnicales [Grottaferrata 1977‫)]־‬.
;,QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLraO? 29

en Ja Metafísica de Aristóteles. Esto significa que la preocupación por


Dios y la palabra sobre' Dios vienen de antes del cristianismo y revelan
una preocupación universal. No representamos, por tanto, los teólogos una
obsesión 0 interés particulares, como si filásemos sujetos exóticos inicia-
dos en una experiencia singular. Llevamos con nosotros y damos expre-
sión renovada de una preocupación - perenne y universal. Los presocrdti-
eos, los mitólogos (los que por necesidad de interpretar la totalidad
intentan penetrar en su sentido) utilizan la palabra θεόλογος en conexión
con la voluntad de saber la génesis del mundo u origen primordial de lo
existente.
En Aristóteles el término θεόλογοι, en general, designa a los poetas
y a los prosistas antiguos: "los venerables representantes de la más remota
sabiduría helénica" '. Distingue y contrapone a los μυθόλογοι, que se
han ocupado de teología, de los φυσικοί, a quienes considera iniciadores
de la filosofía verdadera. Pero la mitología no es para él simple discurso
ingenuo e insignificante sino el inicio de la filosofía 0, si se prefiere, ya
filosofía implícita. Por eso se puede decir que los φιλομύθοι (los amantes
de los mitos) son en cierta manera φιλ^^οί (amantes de la sabiduría).
Finalmente a la parte más noble de la filosofía, la que trata de las realida-
des que trascienden a la materia, y entre ellas la que trata de "lo divino"
(τό Θειόν), la califica como θεολογικη. De esta forma la teología aparece
ligada a la metafísica, como ocupada con la Ultima pregunta: la que se
refiere al Ser Supremo, a la Inteligencia Absoluta y, desde ahí, la que se
ocupa con el Origen Primero y el Fin Ultimo de la realidad, más allá de
la apariencia y de la historia 2.
Al comi'enzo la palabra ^ολ^α en el cristianismo encontrará un
cierto rechazo por su resonancia mitológica. Los cristianos prefirieron
establecer la conexión con los filósofos, como mejores aliados del Evange-
lio que con las religiones. Estas iban ligadas inseparablemente a prácticas
irreligiosas y concepciones tanto políticas como morales cristianamente
inaceptables. La bUsqueda racional digna de Dios tal como se había

١ a.l iafcg«١ ‫ اﺗﺠﺎ‬teología de lospritierosfilósofos (litco \9‫דר‬١·,١‫ع‬., AristOte-


les. Bases para la historia de sa desarrollo intelectual LBetUn ü I Mé١Áco \،‫)י‬
151.
‫ ت‬Cf. Metafísica de Aristóteles. Edición trilingüe de V. García Yebra (Madrid,
Gredos, 1982) 795. Vocabulario grecolatino: "θεολογική" 26al9; 64b3. "θεολόγος”
1019; 71b27; 75b26. "θεολογέω” 983b29.
30 re٧ista ESPAÑOLA DE TEOL^ÍA - o. González de Cadedal

revelado en Cristo la encontraban representada por los filósofos. La


palabra θεόλογος designó primero a los autores de las Divinas Escrituras
-todavía en Santo Tomás perdura este sentido originario- y luego
terminará significando la prolongación de la palabra divinamente inspirada
de los hagiógrafos en la predicación eclesial. Pero de manera especial
θεολογία significará el arte de elevar himnos a Dios, la alabanza agrade-
cida al Dios que ha intervenido para nuestra salvación en la historia, la
bendición devuelta al que nos ha bendecido en su Hijo y nos ha manifesta-
do externamente su gloria en la figura de Jesús y por su Espíritu nos ha
0‫ﺟﺄ‬١‫ ةة\ةل‬cómo "en él están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y d٠e
la ciencia" (Col 2,3‫ ؛‬Ef 1,3-14). Teólogos son ahora quienes son capaces
de cantar la gloria de Dios, los "doxólogos", los que elevan himnos a la
majestad encarnada.
Los himnos cristoldgicos son la primera palabra cronológica sobre
Cristo y su estmctura poética no rebaja sino eleva su valor afirmativo y
revelador de Cristo. La cristologia neotestamentaria logra su punto cumbre
en los dieciocho versículos del salmo-himno-prólogo de s. Juan, que
marcan el camino de la reflexión cristofogica posterior^. Las supremas
afirmaciones sobre la encarnación, kénosis, muerte y glorificación se
encuentran en estos textos hfmnicos del Nuevo Testamento que, ‫؟‬egUn el
testimonio de Plinio el Joven, encontraron su continuación en las posterio-
res comunidades cristianas que se reunían para entonar cánticos a Cristo
como se elevan a Dios mismo ("carmen dicere Christo quasi Deo")‫م‬. De
esta forma, en el mismo origen de la palabra θεολογία encontramos ya
las dos matrices permanentes de su ejercicio: la metafísica y la litúrgica.
La preocupación por el ser (fimdamento, estructura, finalidad, formas) y
la celebración de la salvación (acción de Dios en la historia, apropiación
comunitaria y personal de ella, respuesta agradecida al Dios salvador,
experiencia pneumática del Señor glorificado) son las dos determinaciones

5 Con estas palabras concluye su estudio exhaustivo M. Hengel, ”Das Chrishislied


'1 blesten Gláenst", en Weisheit Gottes - Weisheit der Welt. Festschri^fur j.
Kardinal Ratzinger zum 60. Gehurtstag / (Eraabtei St. Ottilien 1987) 357-404. Flp 2,6-
11; Col 1,15-20; Ef 1,3-14; 1,2023; 1 Tm 3,16; 1 Pe 3,18-22; Hb 1,14; Prólogo de
s. Juan (Jn 1,1-18); Himnos del Apocalipsis.
4 A. Trajano, Liber X, 96 (97),7: "Adfirmabant autem hanc filisse summam vel
culpae suae vel erroris, quod essent soliti stato die ante lucem convenire carmenque
Christo quasi Deo dicere secum invicem seque Sacramento non in scelus aliquod
stringere".
;.QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓL^O? 31

constituyentes de la teología cristiana, en cuanto saber radical de la


realidad (Dios, origen y fin) y en cuanto atención a la historia portadora
de signos y acciones salvificas para el hombre (Dios Enmanuel, salvación
y promesa)‫؛‬.
Dejemos establecido esto de entrada, porque es esencial saber que lo
que nosotros llevamos entre manos es la radical y universal, inolvidable
y permanente preocupación de todo hombre que más allá de la apariencia
y del instante pregunta por el origen radical, por el fiindamento permanen-
te y por la Ultima finalidad. Que no se es hombre sin esa preocupación y
sin esas preguntas. De ese querer y poder saber, de esa inquisición de la
verdad que no cesa, del interés por ella y del amor a ella nacen la grande-
za y dignidad humana. Ya dijo Platón que una vida sin el examen de esas
cuestiones primordiales no le merece la pena al hombre vivirla, mientras
que ejercitarse en ellas constituye la auténtica sabiduría, aquella que versa
sobre los contenidos y exigencias, limites e ilimitaciones de la vida huma-
na٥. Y en un texto que anticipa las convicciones del creyente y las afir-
maciones del cristiano, invita a los griegos a desechar todo temor ante la
investigación de la divinidad, ya que ella no sólo no es envidiosa de los
hombres 0 celosa de su propia verdad, sino que está dispuesta a comuni-
caria y sabe que los hombres, si son enseñados por ella, la podrán com-
prender en la teoría y seguir en la vida:
Que ninguno de los griegos se atemorice pensando que no conviene ocupar-
se en especulaciones sobre las realidades divinas, siendo como somos
mortales, sino que más bien hay que pensar lo contrario, porque ni la
divinidad carece de inteligencia ni desconoce cuál es la naturaleza humana,
sino que sabe que los hombres, si son instrtiidos por ella, la seguirán y
aprenderán todo lo que los enseñe?.

‫ ؛‬Ci. ٢. y‫؛‬è،à٠ Die Entstehung einer christlichen Theologie. Zur Geschichte


der Ausdrücke: theologia, theologrin, théologos (‫)؟‬aimstadi \‫\!؟‬%τ‫ \؛‬K. ‫؟‬loVignac,
"Théologie. ‫ ئ‬mot et sa signification", en Dictionnaire de Spiritualité (Paris 1991)
XV, 463-487.
6 Apologia 38a; 23c en: Platón, Diálogos II, trad. I. Calonge Ruiz ; E. Acosta
Méndez (Madrid 1983).
7 Epinotnis 983 a, en loannes Burnet (ed.), Platonis opera V (Oxford 1959): "τόδε
δέ μ^είς ποτε φοβηθη τών Ελλήνων, ώς σύ χρή περί τά θεία ποτέ πραγματεΰεάν
θνητούς δ^ας, É δέ τούτω διοηθηνοη τούναντίον, ώς ούτε -V έστίν ποτε τό
θειον ούτε άγνοεί του τήν άνθ^ίνην φύσιν, αλλ' οίδεν δτι διδάσκοντος αύτού
συνακολουθήσει καί μαθήσεται τά διδασκόμενα”
32 re٧icta ESPAÑOLA DE TEOLOGÍA - o. González de Cardedal

II.

I. Dicho esto, pasemos a preguntarnos cómo interpretan las ftjentes


normativas para nosotros este quehacer de teólogo. En la Sagrada Escritu-
ra no aparece la palabra literalmente pero aparece una equivalente que ya
nos vale como nuestra primera designación. Aparee el término θεοδιδάκ-
τος (Theodidaktos). La 1 Tes 4,9 dice: "Tocante ٥ la cañdá no necesita-
mos ensebaros, porque habéis sido ensebados por Dios cómo habéis de
amaros unos a otros". La misma expresión con una leve variante (διδάτοι
θεού) la encontramos en s. Juan: "Está escrito en los profetas: ‘serán
todos ensebados por Dios’. T0d,0 el que escucha al Padre y aprende viene
a mi" (Jn 6,45). El evangelista reconoce cumplida la esperanza mesiánica
para la nueva Jerusalén a la que el profeta anuncia: "Todos tus hijos serán
discípulos de Yahvé [καί πάντας τους ύιους σου δεκτούς θεού] y
grande será la dicha de tus hijos" (Is 54,13 LXX). Entre las promesas y
esperanzas respeto de la nueva alianza está la convicción de que será
trascendido todo lo exterior, cuando la Ley esté escrita no en piedra sino
grabada en los corazones. Dios se deje sentir como Dios de su pueblo y
el pueblo sepa no por oídas sino por experiencia que Yahvé es su padre,
maestro, gula, reparador de la destrucción, que el pecado le ha causado.
"Ya no tendrán que adoctrinar el uno a su prójimo y el otro a su hermano
diciendo: "Conoced a Yahvé', pues t-odos me conocerán del más chico al.
más grande, cuando perdone su culpa y de su pecado no vuelva a acor-
darme" (Jr 31,34). La Iglesia naciente vio cumplida esta profecía en el
derramamiento exterior del Espíritu, que hizo surgir la Iglesia, y en el don
interior a cada creyente como memoria de JesUs, instrucción en su palabra
y adentramiento hasta el misterio mismo del Padre, al conocer y compartir
la filiación del Hijo Ungido, de cuya unción participan los bautizados. "En
cuanto a vosotros tenéis la unción del Santo y conocéis todas las cosas...
‫ ﺻﺄ‬unción que de él habéis recibido perdura en vosotros y no necesitáis
que nadie os enseñe" (1 Jn 2,20.27). El Don de Dios es el Hijo en la
exterioridad expresiva (Jn 4,10) y el Espíritu en la interioridad impresiva
quien nos da aquel saber, sabiduría y amor mediante los cuales podemos
decir que hemos conocido a Dios. Conocer a Dios es resultado de haber
sido amados por El y de corresponder a ese amor. Para los .hombres lo
esencial no es C00‫؟‬cer a Dios sino que El nos conozca como resultado de
nuestro amor a El. Nuestro conocimiento de El es mera información.
;,QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLraO? 33

mientras que su conocimiento de nosotros es nuestra salvación. "El que


ama a Dios ese es conocido por El" (1 Co 8,3).
Estas afirmaciones hechas sobre todo cristiano valen de manera primor-
dial para el teólogo: el teólogo es un hombre que, si algo sabe de Dios,
de si y del mundo, es porque Dios se lo ha enseñado. Porque en Ultima
instancia, lo mismo que del hombre sólo sabe su propio espíritu, "asi
también las cosas de Dios nadie las conoce sino el Espíritu de Dios. Y
nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu de Dios
para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido" Co‫׳‬l,\\-
12). Pero Dios habla bien de Dios y enseña bien*. Sólo quien ha sido
dócil a Él y es enseñado por El, sabe quién es, tiene saber —sabor de Él
y podrá luego hablar sobre El. Nuestra primera respuesta a la pregunta
inicial- que suma las intuiciones de la filosofía y las afirmaciones de la
revelación bfolica -es esta: m teólogo es un discípulo de Dios, alguien
que ha sido enseñado por Dios 0 por aquellos maestros que El nos ha
enviado. Dios no es un objeto que se puede analizar 0 un acontecimiento
que se puede describir sino una realidad personal, conciencia y libertad,
que hay que acoger, tal como ella se da y donde ella se dice, a la que no
se puetle violentar y de la que sólo se aprende en audiencia y obediencia.
Los filósofos hablaron de Dios como Ser y como causa de los seres,
cognoscible por tanto, a partir de ellos en cuanto efectos. La teología, en
cambio, habla de El en cuanto interioridad comunicada y nos transmite
aquello que pertenece a su entraña divina y a sus insospechables designios,
por tanto, lo que sólo El conoce y los demás sólo en la medida en que se
lo revele». Dios se da a si mismo en benevolencia 0 se oculta en la
distancia. Nos envla mensajeros puntuales 0 nos da maestros permanentes.
Por ello el discípulo de Dios anda a la búsqueda atenta de los maestros
que Dios mismo nos da, porque ellos son los Unicos que nos pueden abrir
la puerta de su misterio. Con toda razón dijo, Pascal: "Si Dios nos diese
maestros de su mano, ¡oh, de qué buen corazón habrla que obedecerlos!.

8 "Un artisan qui parle des richesses, un procurateur qui parle de la guerre, de la
royauté, etc.‫ ؛‬mais le riche parle bien des richesses, le roi parle froidement d’un gran
don qu’il vient de faire et Dieu parle bien de Dieu‫״‬. Pascal, Pensées, 799
(Brunschvig).
9 Santo Tomás dice que la teología nos ofrece no sOlo el saber lograble de Dios en
cuanto que Co la causa Ultima (non solutn cuantum ad illud quod est per creaturas
cognoscibile) sino sobre todo su propia intimidad (id quod notum est sibi soli de se ipso
et aliis per revelatione communicatum). Sumna lologiae, I q. 1 a.6.
34 REVÍSTA ESPAÑOLA DE TEOLroÍA - o. González de Cardedal

La necesidad y los acontecimientos lo son infaliblemente" 1٥. Pero los


docentes verdaderamente divinos de Dios son:, el Hijo, maestro exterior
en el mundo, de una vez para siempre y el Espíritu, maestro interior,
siempre de nuevo. Todos los demás maestros son discípulos de estos: de
ellos aprenden y en su nombre 0 con su autoridad hablan. Por eso hasta
ellos hay que llegar y su palabra hay que oír tras toda humana palabra.

2. Segunda afirmación: un teólogo es un oyente de Dios, de su Palabra


y de sus pasos, de su rumor y de su acercamiento 0 alejamiento. Audición
que es espera, atención y en su forma consumada "ob-audición", es decir,
obediencia.' Por tanto, en el origen de un sujeto, hombre 0 mujer que es
0 quiere ser teólogo, está un haber oído su palabra, percibido su voz y
sentido su cercanía. Como oyeron Moisés 0 Elias cuando pasaba Yahvé.
Ambos quedan en las Escrituras Sagradas como paradigmas supremos de
contemplativos y teólogos, porque sintieron el susurro de la brisa suave
tras la cual llegaba poderosa y alumbradora la gloria de Yahvé — ¡Yahvé,
Yahvé, Dios misericordioso y clemente, tardo a la ira y rico en misericor-
dia y fidelidad!— haciendo gracia y mostrando misericordia, dejando
imaginar su rostro y mostrando sus espaldas al desaparecer (Ex 33,18-
34,91 ‫ ؛‬Re 19,9-18). Hay que liaber oído la voz de esa llamada que nos
despierta del sueño y perfora hasta cavar nuestros oídos para que tengan
la capacidad'de acoger y hacer resonar su voz. Recordad la descripción
que se nos hace del Siervo de Yahvé en el profeta Isaías: "El Señor,
Yahvé, I ha dado una lengua de discípulo, para saber con palabras
sostener al cansado. Cada maftana despierta mis oidos para que oiga
como discípulo. El Seftor, Yahvé, me ha abierto mis oídos y yo no me
resisto, no me echo atrás" Qs ‫ ﻟﻶ‬A‫ )؛؟־‬ht "me ha abierto mis oídos" trv
su sentido hebreo más literal es "me ha taladrado, perforado, excavado
hasta convertir mi entero ser en entero oído". La capacidad de oír presu-
pone muchas cosas: sosiego, silencio, atención, aguante, paciencia...
Porque uno no decide los tiempos, lugares 0 formas en que la palabra le
llega. Se tiene que estar con el alma enhiesta, avizorando el horizonte
como el sereno para ver por dónde estalla la luz del día. La verdad es
nueva cada mañana y hay que estar vigilantes para verla amanecer y que
no pase sObre nosotros, si nos encuentra presa del sueño. "Atteá ubi

'٥ Pascal, o. c., 553: "Le mystère de Jésus".


¿QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLraO? 35

albescit Veritas", "vive atento para ver por dónde alborea amaneciendo
la Verdad.'"‫־‬

‫»י‬. Terceto·, un teólogo es un vidente no de Dios, como objeto, sino con


Dios, es decir, algien que mira en la misma dirección de Dios y que se
pone d‫؟‬nde El está con la misma perspectiva, de tal forma que pueda ver
como El hasta terminar viendo con sus propios ojos. Esto es la fe. San
Agustín lo dijo de una vez para siempre y Rousselot nos lo recordó en
nuestro siglo con su libro Los ojos de la fe. El creyente primero y,
reduplicativamente el teólogo, es quien ve la realidad con los ojos de
Dios, que eso en Ultima instancia es la fe: la connaturalización de nuestra
persona, como conciencia, libertad y corazón, para que sean proporciona-
dos a su divina persona, respondiéndole como El merece y correspondión-
dole a la altura de su don. Y puestos en ese lugar para mirar en la direc-
ción de Dios, con los ojos de Dios, ver las cosas como Dios las ve y las
conoce, se alcanza la suprema manera de conocimiento, la Unica en que
de verdad conocemos al Dios verdadero ya que entonces nuestro conoci-
miento de El es su propio conocerse. Nosotros conocemos las cosas
porque son; de manera inversa Dios las conoce para que sean y, porque
Dios las conoce, son. Por eso cuando nos situamos en agel orden del
conocimiento con que Dios ve la realidad y nos ve a nosotros mismos,
conocemos en verdad desde aquel conocimiento que hace que las cosas
sean. Ver la realidad con sus divinos ojos es la fe, y volver reflejamente
sobre lo visto con El, explicitando su contenido y exigencias, sus posibili-
dades y nuestros limites, eso es la teología )2.

" San Agustín, "Confesiones" 11, 27, 34, en Obras completas II (Madrid 1963)
476. Es un prestar atención, vivir a la es^ra, anhelar y tender, actitudes que son una
forma inicial de oración, tal como lo ha visto en su libro, antiguo en un sentido y
admirable en otro, s. Weil, Attente de Dieu (Paris 1966) trad, española: A la espera
de Dios (Madrid 1993).
2‫" ا‬Ordinatum est enim nobis a Deo, ut in his quae super intellectum nostrum sunt,
uniamur ad haerentes F fidem”. Santo Tomás, In Ubrum ٥٠ Dionysii de dîèis
nomnibus expositio (Turin 1950) 56. ”La fe, como gracia regalada F la Fsona
infinita, es Fa el hombre la Unica adecuación al hombre Dios”. H. Urs von Balthasar,
Ensayos teológicos I (Madrid 1964) 194. Cf. p. Rousselot, Los ojos de lafe (Madrid
36 REVICTA ESPAÑOLA DE TEOLWÍA - o. González de Cardial

4. Cuarta afirmación: un teólogo es un paciente de Dios. Y esto en el


complejo sentido que esta palabra ha ido teniendo a 10 largo de la historia
y que su propia sonoridad castellana retiene para nosotros:

a) Etimológicamente: "paciente" es "el que padece", el que por sufrir


algo lo conoce desde dentro, lo experimenta. Padecer las realidades
divinas en toda la tradición espiritual ha significado tener experiencia viva
y no sólo un saber muerto de ellas. El Pseudodionisio escribió una frase
clásica que han repetido todos los espirituales: "Non solum discens sed et
patiens du et ex compassione ad ipsa", "no sólo aprender sino también
padecer las cosas divinas y de la compasión hacia ellas mismas" 1\ es
decir, tener un conocimiento experiencial y religioso, no sólo conceptual
técnico de los designios de Dios y de El mismo, como amor originario,
don histórico y gracia personal. Santo Tomás se nutre todavía de una
tradición teológica que hunde su‫ ؟‬raíces en una teología para la que la
experiencia personal es decisiva. El recoge las tres formas de teología que
enumera el Pseudodionisio. El saber de Dios podemos lograrlo a partir de
la íráción apostólica ("unus modus est quod accepit ea, addiscendo a
sanctis theologis, id est ab apostolis")‫ ؛‬a partir del estudio acerado y
crftico de las Sagradas Escrituras ("alius modus est quod ipse, propio
studio, inspexit ea ex sapient¡ et subtili discussione Sanctarum Scriptura-
rum"); y por connaturalidä amorosa con las realidades creídas‫؛‬.. Estas* 14

'١ De divinis nominibus 1,9. ‫؟‬y, ‫ ا \؛ا؛ا ﺳﻪ‬Obras completas del Pseudodionisio
Areopagita (Madrid 1990) 288 . (”Conociéndolo, más que por ciencia teórica por
exjreriencia ^rsonal de lo divino, pues disfrutaba de cierta connaturalidad con estos
temas").
14 ”Tertius más habendi est, qod doctus est ista quae dixit ex quadam inspiratione
diviniore, quam communiter fit multis, non solum discens, sed et patiens divina, idest
non solum diviniorum scientiam in intellectu accipiens, sed etiam diligendo, eis unitus
est affectum. Passio enim magis ad appetitum quam ad cognitionem pertinere
videtur, quia cognita sunt in cognoscente secuncum mám cognoscentis et non
secundum mám rerum cognitarum, sed appetitus movet ad res, secundum mám
quo in se ipsis sunt et sic ad ipsas res quáammá afficitur”: Santo Tomás, In librum
Bead Dionysii de divinis nominibus expositio 11,4,191 (Romae 1950)‫ ؛‬id.. Summa
lologiae I q. 1 a.6 ad.3: ”Primus igitur modus iudicandi de rebus divinis, pertinet
ad sapientiam quae ponitur donum Spiritus Sancti, secundum illud I Co 2, 15: spiritua-
lis horno iudicat omnia, etc.: et Dionysus dicit, 2 cap. De divinis nominibus: hierotheus
doctus est non solum discens, sed patiens divina. Secundus autenl, modus iudicandi
pertinet ad hanc doctrinam, secundum qu^ per Studium habetur‫ ؛‬licet eius principia ex
revelatione habeantur”.
;.QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓL^O? 37

tres formas de teología nacen del corazón de la Iglesia y desde ella se


abren al exterior del pensamiento humano. Santo Tomás ٧a más allá de
esta tradición e inicia una forma de teología que parte del pensamiento
humano general —que en su momento histórico se llamaba ante todo
Aristóteles— y desde Ó1 se allega a la fe y pregunta por su coherencia,
fecundidad y concordancia con ese pensamiento. Aquí comienza la teolo-
gía académica y con esta inserción en el siglo —que en su momento son
las universidades nacientes— una cierta, legftima y tentadora seculariza-
ción de la teología. El sostiene en fecunda y tensa convivencia ambas
teologías: la que tiene sus tres formas eclesiales (tradición, exégesis,
experiencia) y la que se inicia a partir de la integración del pensamiento
filosófico. Teología en Iglesia y Teología en Academia son para 01 las dos
ramas de un mismo árbol. Tras 01 ambas ramas se escindirán y crecerán
sin mutuo conocimiento y sin fecundación reciproca. Se hizo la paz a
costa del diálogo y del mutuo enriquecimiento crftico. La escisión entre
este doble tipo de conocimiento hizo surgir la teología escolástica por un
lado y la teología mística por otro. Por eso s. Juan de la Cruz, cuando
envia su Cántico Espiritual a la Madre Ana de JesUs, dirá: "Aunque Í2 V.
R. le falte el ejercicio de la teología escolástica con que se entienden las
verdades divinas, no le falta el de la mística, que se sabe por amor, en
que no solament.e se saben, mas juntamente se gustan"'‫؛‬. ١‫ األ‬vácer,
por tanto, las realidades divinas, que es saber de ellas por experiencia,
gustarlas en aquella connaturalidad que la amistad engendra.
Todos ‫؛‬os teólogos han repetido que ya el amor es por si mismo
conocimiento ("Amor ipse notitia"), que la amistad verdadera engendra
una inclinación y da penetración más luminosa en la realidad amada a la
vez que una rectitud de juicio. Santo Tomás formuló con esta doble
condición de quien estando iluminado por la luz e incitado por el amor del
Espíritu Santo tiene una connaturalidad y una nueva capacidad de juicio
sobre las realidades divinas inalcanzables por la sola razón natural:
Tener un juicio recto respecto de las realidades divinas por la búsqueda de
la razón pertenece a la sabiduría, que es la virtud intelectual, pero tener un
juicio respecto de ellas según una cierta connaturalidad con ellas pertenece
a la sabiduría en cuanto que es don del Espíritu Santo. Ahora bien esta

San Juan de la Croz, ”Prólogo al Cántico", en Obras cotnpletas (Madrid 1988)


573.
38 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLWÍA - o. González de Cardedal

compasión o connaturalidad con las realidades divinas tiene lugar por la


caridad, que realmente nos une con Dios, segdn lo que dice 1 Co 6,17:
‫ا‬
‘Quien se une a Dios es un espíritu con Él' *.

b) Pero padecer también significa algo más radical y exigente. "Pade-


cer las realidades divinas" significa estar dispuesto a sufrir con ellas y por
ellas, poniendo la vida enjuego para garantizarlas con la propia persona,
valorándolas a ellas tanto 0 más que a la propia. Quien asi ha sufrido, con
ellas y por ellas, sabe de ellas. Sólo quien está dispuesto a arriesgar algo
por alguien sabe de él, porque sólo asi muestra que además de conoci-
miento —este puede ser mera curiosidad, intento de apropiación, voluntad
de poder- vive en relación de gratuidad, tiene amor por él. Sólo quien
ama a Dios gratuitamente, C0m0.es, por lo que El es, le conoce de ver-
dad. Quien en gratuidad absoluta, pasando por el dolor 0 la injusticia, la
náe 0 la soledad, ha permanecido fiel a Dios puede decir como Job que
no le conoce sólo de oídas sino de corazón y de ojos: "sólo de oídas te
conocía, mas áora te han visto mis ojos" (Job 42,5).
c) Hay, por Ultimo, un tercer sentido del término "paciente de Dios",
el que tiene en nuestra vida cotidiana. "Ser un paciente de un médico"
equivale a tenerle por cuidador de la propia salud, velando por ella,
haciéndola volver cuando la hemos perdido y acrecentándola cuando exis‫؛‬e
a medias. "Ser un paciente de Dios" equivale, por tanto, a tener con El
la relación que un enfermo tiene con un médico para ser curado, para
recuperar el vigor, la sanidad y la lozanía de la vida personal. Sólo
cuando el teólogo ha logrado tal familiaridad y amistad con Dios, hasta
el punto de poder decir que no sabe de El por relato ajeno, 0 transmisión
externa sino por si mismo, es verdadero teólogo.El teólogo tendrá que
decir respecto de Dios lo que los samaritanos dijeron de Jesús, tras oír a
la samaritana: "Ya no creemos por ta palára, pues nosotros mismos
hemos visto, otdo y conocido que este es verdaderamente el salvador del
mundo" (Jn 4,42). Cuando ha sufrido por las realidades de las que habla,
entonces puttle mostrar que no son sólo su construcción mental sino don
y gracia de Dios. Quien ha superado la endémica dolencia del hombre.

'٥ Santo Tomás de Aquino, Smmm lobgica 2-2 q. 45 a.2; 1 q. 43 a.5 ad 2;


1-2 q. 12 a.5; Sent d 14 q. 2 ad 3. Cf. M. D’A٧enia, La cognoscenza per connatura·
lîtà in s. Totnaso cTAquino (Roma 1992).
;.QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLraO? 39

Incapaz de curar su mudez sobre Jo esenciaJ y, ante todo, sobre Dios,


buscando refijgio, curación y paJabra en Dios mismo por Ja oración, la
fidelidad. Ja perseverancia en eJ dolor y el servicio al prójimo: ese es
teólogo.

5. La quinta afirmación sobre el teólogo consiste en decir que: es un


cultivador amoroso de la Palabra que Dios nos dio en su Hijo como
figura exterior y en su Espíritu como intérprete interior. Una Palabra de
Dios que recoge por el triple cauce en que nos llega:
٠ por la lectio divina, 0 recepción silente y meditativa de la Sagrada
Escritura, como Palabra dirigida a cada uno en su lugar y situación.
٠ por la celebrado divina, donde esa Palabra expresada en su forma
máxima, la celebración eucaristica de la Iglesia, culmina en el
anuncio de la muerte y resurrección del Señor como salvación del
hombre, otorgándole el perdón de los pecados y haciéndole ya
posible un pregusto de vida eterna.
٠ por la orado dmna, la atención amorosa al Señor en la soledad
individual donde uno se pone delante de El para que El pueda
ponerse delante de nosotros y, reconociéndonos el uno al otro,
sepamos quiénes somos nosotros para El y quién es El para noso-
tros.
El teólogo padece la angustia máxima: tener que hablar de Dios y no
ser capaz de hablar ‫׳‬de Dios, necesitar conocerse a si mismo y no poder
llegar al propio conocimiento, si no es allegándose a Dios, a la vez que
no poder allegarse a Dios si no es allegándose a si mismo. Y de ambas
cosas se siente incapaz, porque sabe que todo lo que diga queda a infinita
distancia de la realidad, y que las propias mediaciones que Dios le ha
dejado en la historia (Palabra, sacramentos, apóstol) se quedan en sonidos,
textos y nombres exteriores que no llegan a la rafe del corazón, si el Santo
Espíritu no los hace transparentes y cordiales y si al mismo tiempo no
hace videntes y diligentes a nuestros corazones. Por eso los Padres habla-
ban de la necesidad de tener un "alma diorática", que traspase el espesor
de las mediaciones humanas para llegar hasta la divina realidad mediada
por ella.
San Agustín nos ha dejado un testimonio admirable de esta miseria de
la palabra humana, sólo elocuente sobre Dios si su misericordia la sub-
viene. "Quid ‫■״״‬٨،‫ ־‬est? Miserere ut loquar". Dios tiene que decir al
40 REVICTA ESPAÑOLA DE TEOLraÍA - o. González de Cardedal

hombre quién es y qué es, cuál es su divino misterio y cómo ‫ اغ‬es salva-
ción para nosotros. Oír esa palabra, ver ese rostro, ir tras su huella y
morir por. llegar hasta donde ella mora es la comUn pasión del teólogo y
del místico. Ese impulso y aliento es el que encontramos en el texto
siguiente de San Agustín, que leyó Santa Teresa y de quien aprendió su
fórmula clásica ‘Muero porque no muero’:
Die mihi per miserationes tuas. Domine Deus meus, quid sis mihi. Dic
animae meae: Sal US tua ego sum (Sal 34,3). Sic die tu audiam. Ecce aures
cordis mei ante Te, Domine: aperi eas et die anijnae meae: Salus tua ego
sum. Curram post vocem hanc et apprehendam Te. Noli abscondere a me
faciem tuam: Moriar ne moriar ut videam)?.

6. TeôXogp, en ‫\ ﻟﺪ‬ψτ, es el sabedor del hombre desde la revela-


ción del Dios, porque de El ha aprendido cuál es el radical origen, cuál
1‫ ؟‬sentido presente y cuál su Ultimo destino, que nos son desconocidos. De
El hemos aprendido cuál es el Adán de la caída y cuál el Adán de la
redención. Lo que diferencia al filósofo del teólogo es que este sabe del
pecado y de la gracia, pudiendo desde ambos iluminar el enigma de la
condición actual y de la final destinación humanas. Pero sobre todo el
teólogo sabe del hombre porque Dios, siendo hombre en Cristo, ha
desvelado, definido y realizado la humanidad, dándole su expresión
máxima pensable y anticipando a la historia su Ultimo destino por la
resurrección de-Cristo. Cuando se ha comparado la sabiduría, la moral y
el humanismo que se derivan de Grecia, con Sócrates como gran símbolo,
y los que se derivan del Evangelio, como doctrina y personificado en
Jesús, han aparecido estos tres elementos que Kierkegaard ha sintetizado
justamente tras una reflexión socrática, reconociendo a su vez que, que-
riendo su propia palabra ser socrática, va mucho más allá: "porque aquí
se ha supuesto un nuevo órgano: la fe, y un nuevo presupuesto: la con-
ciencia de peed; una nueva decisión: el instante; y un nuevo maestro:
Dios en el tiempo¡*.

'1 San Agustín, "Confesiones" 1,5,5, en Obras completas II (Madrid 1963) 73. Ella
leyó la primera traducción al castellano hecha por el agustino portugués Sebastián
Toscano, editada en Salamanca en 1554 y reeditada por ]. I. Tellechea (Salamanca /
Madrid 1996).
‫وا‬ s. Kierkegaard, Migajas filosóficas (Madrid 1997) 113.
¿QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓL^O? 41

Podemos rellena nuestro canet y decir el día en que nacimos, la


profesión que tenemos y dónde por un casual vivimos, pero cuál es
nuestro primer origen, nuestro Ultimo fiindamento y nuestra final destina-
ción, eso se nos escapa. Sobre todo necesitamos saber qué espera Di‫؟‬s de
cada uno de nosotros y qué podemos hacer por El a la luz de lo que El ha
hecho por nosotros. Necesitamos conocernos con su conocimiento, santifi-
canos con su santidad y amarnos con su amor. Y eso necesitamos saberlo
absolutamente. Por eso hay que aprender de Dios cuál es nuestro fin y
cuál el camino que nos lleva hacia él, porque Dios nos ha ordenado a algo
que supera, nuestras sospechas y nuestras propias posibilidades de conquis-
ta. El propio Santo Tomás dice que es necesaria, además de la filosofía,
una doctrina que se ftmde en la revelación divina, porque hemos sido
ordenados a un fin, y difícilmente podremos encaminarnos a él si no le
corvoceiv "Porque Dios ordena al hombre que es el. mismo y supera la
comprensión de nuestra razón", hay que aprenderlo de El y dejarse
autointerpretar por El ■‫؟‬.
Este saber recibido de Dios lo personalizamos, primero recibiéndolo
por testimonio, pero una vez que en el amor lo hemos recibido, lo perfo-
ramos para saber qué implica‫ ؛‬y no porque desconfiemos del testimonio
sino por amor al que nos lo ha otorgado, como expresión de la valoración
absoluta de esa noticia que El nos ha dado. Cuando se llega asi a saber de
verdad, por si mismo y con palabra propia, sólo entonces se es teólogo‫؛‬
no por difidencia 0 sospecha respato de la verdad de la propia fe sino por
amor de esa fe, que busca inteligencia y que se siente agradecida.
La teología no surge para desplazar 0 hacer innecesaria la fe, como si
al encontrar las razones demostrativas ya no fiiera necesario el consenti-
miento personal. La persona nunca es superada ni desplazada. El Misterio
nunca queda detrás sino siempre por delante, y más cuanto más se avanza
hacia él. El teólogo busca razones por amor de la fe vivida, para mejor
vivirla y por amor de la persona divina conocida y para mejor adherirse
a ella, honrándola con un interés absoluto por ella. Santo Tomás está en
la misma linea que San Anselmo, quien construyó el supremo argumento
filosófico de la tradición metafísica occidental (el argumento ontoldgico),
no para desplazar la fe sino para ejercitar el amor y facilitar la contempla-
cidn y la alabanza. Asi comienza su Proslogion:

” "Quia homo ordinatur ad Deum sicut ad finem cui comprensionem rationis


excedit": Summa Theologica I, q. 1, a.l, in c.
42 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLroÍA - o. González de Carded al

No in، lito. Señor, penetrar tu profiindidad porque de ninguna manera


puedo comparar con ella mi inteligencia; pero deseo comprender tu verdad,
aunque sea imperfectamente, esa verdad que mi corazón cree y ama.
Porque no busco comprender para creer sino creo para llegar a compren-
der. Creo en efecto, porque si no creyese, no llegaría a comprender

El propio Santo Tomás dirá hablando del metaffsico, que es el hermano


gemelo del teólogo: "verdaderos metaffsicos no son los que saben todo lo
que se ha dicho a lo largo de la historia de la filosofía sino que saben
É\0 es \‫ ة‬Neil ea ‫؟‬Λ é‫؛‬Wl" ("Non quid alii dixerint de veritate sed.
quomodo veritas rei se habeat"). Un teólogo no es el que hace un com-
pendio de opiniones sobre todo lo que los demás han dicho de Dios: "Non
quid alii dixerint d.e Deo sed quomodo veritas Dei se habeat". ١‫ةاﻫﺔه‬
una palabra enumerativa 0 sólo narrativa de lo que se ha dicho sobre
Dios, sino que es necesario un personal saber de Dios. Un teólogo no
relata lo que "se dice" sino lo que 01 personalmente es capaz de enunciar,
mostrando su ftindamento, su sig'nificatividad objetiva y su valor salvffico;
y no como invento de su inteligencia 0 conquista de su capacidad concep-
tual constructiva sino como descubrimiento de la divina verdad, hecha
posible por ella misma. Los hombres sabemos que no vemos 0 conocemos
a Dios, sino que Dios se nos da a ver y a conocer.

7. Y finalmente un séptima palabra: un teólogo es , no en Ultimo sino


en primer lugar, un celebrante de la gloria de Dios. El primer uso de la
palabra ^ολ^ος en cristiano es un US‫ '؟‬litúrgico. Teólogo es sinónimo
de doxólogo, de cantor, de himnoda. El es quien celebra la gloria de
Dios. Por tanto, un teólogo ante todo es, quien habiendo acogido la
majestad y misericordia de Dios y reconocido su designio salvffico,
bendicténdonos desde toda la eternidad en Cristo y recapitulándonos en El
como cabeza, deja que esa gloria se desborde sobre 01 y refluya volviendo
a su origen como alabanza de su gloria (Ef 1,6.12.14). Recibiendo la
δόξα (doxa), el ‫( כבר‬kabod), la gloria de Dios que llega hasta él, la deja
que pase por su entraña transpasándola y la devuelve en canto agradecido.20

20 ”Non tento Domine, penetrare altitudinem tuam, quia nullatenus comparo illi
intelletum meum; sed desidero aliquatenus intelligere veritatem tuam, quam credit et
amat cor meum. Neque enim quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam.
Nam et hoc credo: quia nisi credidero, non intelligam”. Proslogion 1 en, San Anselmo,
Obras completas I (Madrid 1952) 366.
¿QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLCWO? 43

haciendo de la vida entera una alabanza de esa gracia, que en eso consiste
el sacrificio espiritual del cristiano. Este es el núcleo de la teología de
Santo Tomás, el exitus ٥ Deo, el transitas per homimm y la reditio ad
Deum. Tratado de Dios, de la Creación (Primera Parte de la Summa),
Tratado del hombre y su acción moral (Segunda Parte), Tratado del
retorno hacia Dios por Cristo que es la via, por la acción del Espíritu que
es el amor 0 atracción hacia el origen, de forma que retornemos como Fin
al que es nuestro Comienzo (Tercera Parte).
Intento resumir todo lo dicho con una formula de otra lengua, porque
las cosas que aprendemos en lengua ajena quedan más fijas en la memoria
y el corazón. La definición en griego que os doy no es de un autor griego,
sino de un teólogo protestante del s. XVII, Coccejus. El está en los
orígenes de la Teología de la Alianza (Bundestheologie, Foederaltheology)
que habéis estudiado: Θεόλ^ος έστιν ό τόν θεόν έκ θεο٧ ένώπιον του
θεου είς δόξαν αύτου λέγων 21.
Teólogo es aquel que, ante todo, dice a Dios, como quien interpreta un
texto, destrenza un tejido, habla una lengua (λέγων). Sigue un acusativo
(τόν θεόν); no es que hable sobre Dios sino que testifica, expone a Dios,
de forma que él aparezca y se manifieste por si mismo. Έκ ^ου a partir
de la propia palabra de Dios, no desde los humanos deseos, sueños,
carencias 0 angustias, sino a partir de lo que El mismo nos ha manifestado
en la creación y en la historia, que sobre todo se nos ha dicho y dado a
entender por su Hijo y su Espíritu. Dios nunca es objeto de la teología.
Santo Tomás en la I quaestio dice que Dios es un "subiectum" al que
decir y con el que decir. No es un "obiectum" como algo que tenemos
fiente a frente, sobre lo que decimos y frente a lo que nos ponemos.
Λέγων θεόν καί έκ θεού. Por tanto habla, deja hablar a Dios y él emite
la propia oalabra a partir de la Suya, delante de su faz y en su presencia
(ένώπιον τού θεού) para alabanza de su gloria (είς δόξαν αύτού).
Yo creo que, si utilizando todos los medios hoy a nuestra disposición
y trabajando con el método más riguroso a la altura del tiempo, tuviéra-
mos además la capacidad de tener este alma, entonces estaríamos siendo
verdaderos discípulos de ese admirable teólogo que fije Santo Tomás.21

21 Summ lologica 1669 I, 1. Reasumida como lema por K. Barth en SU' Kirchli-
che Dogtmtik 1,1,1 (Zurich 1970).
44 REVITA ESPAÑOLA DE TE0LCÆÎA - o. González de Cardedal

III

Concluimos reasumiendo la primera lectura del Libro de la Sabiduría,


que ha sido siempre cantada solemnemente en la fiesta de todos los
doctores y, por tanto, también de Santo Tomás. Ella nos declara cuáles
son el talante y el tenor de alma de quien quiere poseer la sabiduría,
aquella que no es sólo destreza en el hacer 0 saberes sobre las cosas sino
religioso conocimiento de Dios, de su Ser y de sus designios de salvación.
Ser teólogo supone una preparación técnica y una ejercitación religiosa.
Es un hacer y un quehacer, que se llevan a cabo en el amor a Dios, la
oración, la fidelidad acreditada, el servicio al prójimo. Por ello, para
llegar a ser y permanecer teólogo:

\. \\٠0‫ ﻻة‬٩١‫؟ةه ةع‬,‫؟ أةة‬,‫ أج‬١‫\ةج‬0‫"( ؟‬Propter hoc optavi, et datus est mihi
sensus”; "Porque esto anhelé y me file dada la prudencia, el sentido
de las cosas": Sab 7,7a).

2. Hay que invocar al Espíritu para poder llegar a tal conocimiento


‫ \ ؛ >؟‬1\ \. ("Et invocavi, et venit in me Spiritus sapientiae":
‫ة‬١ ‫ج ا‬ ‫ة‬ "‫ج‬

invoqué y vino a mi el espíritu de sabiduría": Sab 7,7b).


3. Hay que amar apasionadamente esa forma de vida como perso-
ÏÉ\1 \1coÉ\. ("Super salutemet speciem dilexi illam": "?‫זס‬
encima de la salud y la belleza la quise/la amé": Sab 7,10 a) Todas
las vocaciones son bellas pero cada hombre tiene una medida de la
fe, un puesto asignado por Dios y una gracia correspondiente (Rom
12,3; Ef 4,7). Y cuando uno estó en el lugar debido, asignado por
Dios, puede estar tranquilo ya que aún siendo consciente de que la
tarea le supera, sin embargo no se angustia, ni deja que se le antici-
pen las dificultades, sabiendo que la gracia está ligada al tiempo,
porque Dios no la da en vacio general sino en situación particular.
Ciertas preocupaciones del hombre sobre su filturo, aparentemente
heroicas, son una tentación a Dios, mientras que cierta alegre
despreocupación es una manera suprema de fe en Dios. Pascal tenia
taÉ ‫ ﻣﺢ‬esir. "Más que probarte a ti es tentarme a mi el pensar
si hartas bien tal 0 cual cosa ausente: yo la haré en ti cuando ella

“ Pascal, o. 736 ,.‫ﺀ‬, Chevalier.


;,QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLrao? 45

4. Hay que preferirla a otras superando las tentaciones y fascinaciones


del siglo por un lado y por otro, aguantando sus dificultades y asu-
éÉ> ‫י^\ז>ו‬,. ("Etpraeposui till regnis et sedibus";'١N \‫ة‬
prefer‫ ؛‬a reinos y tronos": Sab 7,8a). Toda misión es acrisolada en
el feego de la tentación, y al mismo JesUs no le fee aliorrada esa
prueba de la fidelidad, de la obediencia y del amor al Padre (Hb
5,8). No se llega a humanidad verdadera sin pasar por los desfilade-
ros del dolor, de la dificultad y de la espera, ni se llega a fe verda-
dera en Dios si no es pasando por la criba de la tentación y la
noche oscura del alma. Por ello, esta ha sido considerada siempre
por los espirituales como uno de los caminos por los que hay que
pasar para llegar a Dios. La Imitación de Cristo hablaba de las dos
formas de gracia divina: la consolación y la desolación, el fervor
que nos sobreviene y la prueba que nos sobresalta. Lutero comen-
tando el Salmo 119 habla de los tres pasos: oratio, meditatio,
tentado. De la Ultima dice: "Ella es la piedra de toque que te ense-
ña no sólo a saber y a entender sino a experimentar, qué justa y qué
verdadera, qué dulce y qué amable, qué poderosa y qué consoladora
es la Palabra de Dios, ella es la sabiduría sobre toda sabiduría" 2\
Porque sólo tras la tentación superada en el rendimiento a la exigen-
cia absoluta por un lado y a la obediencia absoluta a la voluntad de
Dios por otro, confiándonos a su gracia, sabemos que El es nuestro
Dios y Señor verdadero y no un ‫؛‬dolo forjado por nuestras indigen-
cias 0 deseos. Entonces somos capaces de retirar los velos y espejis-
mos, que este mundo nos pone delante de los ojos para cegarnos en
unos casos y deslumbrarnos en otros. El teólogo puede ser todo
menos ingenuo respeto de la naturaleza humana‫ ؛‬él sabe que esta
se halla bajo el pecado y, por tanto, él se pone expresa y decidida-
mente bajo la gracia de quien es superior al pecado, de Aquel que
hizo sobreabundar la misericordia donde abundó la miseria (Rom
5,21). Junto a la concupiscencia de la carne y de los ojos con la
soberbia de la vida, la "libido sciendi atque possidendi", que el
pecado sugiere al hombre en su corazón (1 Jn 2,16), están la gracia
del Redentor y la potencia del Espíritu. Pero tienen que ser recono-

23 M. Lutero, Vorrede... der deutschen Schriften (Wittenberg 1539) WA 50,


658,29-661,8.
46 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGIA - o. González de Carded al

cldos como tales, el pecado como pecado y la gracia como gracia.


La oración, la meditación y la tentación son el triple lugar de
discernimiento y de afirmación de la existencia en la verdad, tanto
la del cristiano como la del teólogo.

5. Hay que mantenerla no cambiándola por otras glorias, dignidades,


tupas 0 ^‫\ع\ﻵة‬0‫>؟‬. ("Et dividas nihil esse duxi in comparatione
illius. Nec comparavi illi lapidem pretiosum, quoniamomne aurum
in comparatione illius arena est exigua, et tamquamlutum aestima-
bitur argentum in conspectu illius"; "Y en su comparación tuve en
nada las riquezas. No le equiparó la piedra preciosa porque todo el
oro en comparación con ella es arena exigua, y del mismo modo
vale la plata lodo ante ella": Sab 7,8b-9).

6. Hay que alegrarse de ella y agradecerla. La dignidad del teólogo le


es inmanente; la recibe de su objeto, desde dentro de la Iglesia, en
su personalfsima llamada; no desde el mundo, la cultura profana 0
el poder establecido. Lo que los mártires ftieron en la primitiva
Iglesia, deben ser los teólogos en la Iglesia actual. ("El laetatus sum
in omnibus, quoniam antecedebat me ista sapientia";*‫ ץ‬me aVegte
en todas las cosas puesto que me precedía esta sabiduría": Sab
7,12a).

7. Hay que serle fiel hasta la muerte, acreditando asi que las realida-
des servidas son capaces de superar esa angostura de la vida. ("In
manu enim illius et nos et sermones nostri, et omnis sapientia, et,
operum, scientia, et disciplina"; "Pues en su mano estamos nosotros
y nuestras palabras, toda sabiduría y obra, ciencia y disciplina":
Sab 7,16). Una cultura que ha eliminado el horizonte de la otra vida
se ha quedado sin fiindamento para alentar opciones absolutas y
fidelidades radicales en esta vida, probándolas y aprobándolas ante
la muerte misma. Pero es la prueba justamente de la muerte la que
otorga verdad suprema a la vida, a la verdad de la que se vive, al
Dios al que se sirve, a !ajusticia por la que se combate. Por eso el
sabio podrá invitar a su discípulo de esta forma: "Lucha por la
verdad hasta la muerte y el Seftor combatirá por ti" ‫ةﺗﺎا‬ ً \0 4‫>י>יי‬١.
Jesus file confesado como el testigo fiel y veraz porque aguantó el
reto en defensa de la verdad ante el tribunal de Pilato, con la muer-
te por delante como coste de su fidelidad (Jn 18,37). Cuando a la
/·.QUIEN Y COMO ES UN TEÓLOGO?47

primitiva Iglesia le llegó el momento de la persecución y de tener


que contemplar el martirio como lugar de la acreditación 0 de la
traición a JesUs, recordó que El la había precedido dando el bello
testimonio y haciendo la peligrosa confesión en el tiempo difícil (1
Tim 2,66,13 ‫)؛‬. Y le invocó, bordándole y suplicándole al mismo
tiempo, como el testigo fiel, el Verdadero (Ap 1,53,14 ‫)؛‬. La fe y
la teología, en cuanto servicio a aquella, nunca han sido tenidas'
como opiniones que se sustituyen 0 intercambian por otras, que se
toman 0 se dejan en fención de los tiempos 0 tempestades sino que
han sido vividas como el ámbito de la verdad definitiva de Dios y,
por tanto, de la salvación del hombre. No se ha jugado con ellas
sino que han tenido toda la seriedad que la vida misma tiene, siendo
juego absoluto, en el doble orden que esta ocupación tiene: la del
despreocupado hacer sin finalidad utilitaria y la de arriesgarlo todo
en una decisión.

Yo pido al Señor con vosotros para toda la Facultad que tengamos el


gozo y la autoestima profimda, propias de quienes han encontrado un
tesoro ("Infinitus enim thesaurus est hominibus”: Sab 14a). Por 11 aber sido
llamados por Dios para hablar de Él a partir de su Palabra y de su Espiri-
tu en la Iglesia , para gloria suya y salvación de nuestros hermanos los
hombres, hemos sido infinitamente honrados. No podemos defraudar la
confianza de Dios, olvidando su encargo y perdiendo asi nuestra honra.
Por ser tarea divina tales son nuestro lionor humano y nuestra responsabi-
lidad divina recibida en la Iglesia, siendo deudores de ella a los creyentes
primero y a todos los hombres después.

IV

Santo Tomás file el Ultimo teólogo universal, quien a la vez que un


metafisico file un místico. En su obra encontramos todos los géneros
literarios: comentó a filósofos (Aristóteles, Boecio...) y los libros de las
Sagradas Escrituras tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento‫؛‬
elaboró tratados sistemáticos como las dos grandes Summas; expuso
cuestiones particulares haciendo de cada examen de ellas una exposición
6‫( ةﻟﺲ‬Qnstiones de Veritate, De Malo, De Poteatta...)^. ‫ץ‬

El Ultimo y más documentado biógrafo de Sto. Tomás divide sus obras de la


48 REVOTA ESPAÑOLA DE TEOLroÍA - o. González de Cardedal

medio de todo ello fue un maestro de vida espiritual y un ejercitador


personal de la doctrina que enseñaba. Su teología llevaba como entretela
un aliento espiritual, de forma que la devoción no se superponía a la
reflexión y la reflexión no se separaba de la oración, si bien nadie como
Ó1 diferenció los planos de la realidad (naturaleza y gracia, el filósofo y
el apóstol, la razón y la fe). Pero tuvo la genialidad humana y el don
divino de unirlo todo en su persona. La espirittialidad no se superponía al
ejercicio teológico y la perfección religiosa no era adyacente a la vida
universitaria. En Ó1 todavía conviven las dos teologías que luego se escin-
dirán: la orante y la especulativa, la escolástica y la mística. Por eso es
supremo maestro de la vida espiritual 25.
Junto a esta grandeza de pensamiento tuvo la magnanimidad de pensar
la teología para unos oyentes que comienzan. La Summ lologica es el
genial intento de sintetizar y ordenar la compleja materia teológica, tal
como se exponía en su tiempo. Era una mezcla de problemas exegóticos,
comentarios filosóficos, cuestiones debatidas en el momento, apologias
frente a los musulmanes y judíos, temas de predicación, polémica intrae-
clesial. El prólogo a la Summ leído hoy nos parecerá un tanto irónico al
afirmar que se dirige a los que comienzan ("incipientes") y a los que no
tienen experiencia de la teología ("huius doctrinae novitios") para exponer-
les toda la Doctrina Sagrada con claridad y brevedad ("breviter ac diluci-
de"). Sin embargo, es rigurosamente exacto, él trató de trascender el
Comentario seguido a las Sentencias de Pedro Lombardo 0 los comenta-
rios bíblicos, realizando una visión sistemática, bíblicamente fimdada, que
integrase a la vez las cuestiones de actualidad realmente significativas
("Ordo disciplinae")2٥.* 25 26

forma siguiente: síntesis teológicas, cuestiones disputadas‫ ؛‬comentarios bfolicos;


comentarios a Aristóteles‫ ؛‬comentarios a otros autores‫ ؛‬escritos de polémica‫ ؛‬tratados
de melaftsLca (De ente et essentia) ‫ﻻ‬ de teo\o‫\>؟‬a (Compendium ^١eologiae),* caitas e
informes‫ ؛‬obras litúrgicas (sermones y oraciones). Cf. J. P. Torrel, Initiation à Saint
Itnas d*Aquin. Sa personne et son oeuvre (Paris / Fribourg 1993) 483-526: "Bref
catalogue des Oeuvres de Saint Thomas, établi par G. Emery Ο.Ρ.”
25 Sobre la propia vida espiritual de Santo Tomás y sobre su espiritualidad teórica
tenemos dos monografías clásicas: la ya veterana de M. Grabmann, Das Seelenleben
des heiligen dornas von Aquin nach seinen Werken und den Heiligsprechungsakten
ärgestellt (Freiburg in der Schweiz 1949)‫ ؛‬y la recentísima de j. p. Torrel, Saint
Ήιοηι (!,Aquin maître spirituel (Paris / Fribourg 1996).
26 Prologo a la Pmna Pars Sutmnae dieologiae (Madrid, BAC, 1955) 3.
¿,QUIÉN Y CÓMO ES UN TEÓLCXTO? 49

Y a Ja vez que realizó todo esto, cumplid una fimción espiritual,


pastoral y pedagógica. Redactó oraciones para el rezo individual y compu-
so textos litúrgicos oficiales 27. Respondió a innumerables cuestiones
propuestas por los sujetos mis diversos: desde el pontífice, a sus superio-
res 0 a teólogos de las Iglesias lejanas a su lugar de trabajo. Y, respondió
a Fray Juan, quien le había preguntado cómo acercarse al estudio de la
teología y adentrarse en 01. Este texto debería presidir el estudio de todo
teólogo, ya que no sólo ofrece método y técnica sino muestra qué forma
de vida concreta es condición de posibilidad para conocer, amar y realizar
la Verdad de Dios.
Con la traducción de estos consejos de Santo Tomis -transcripción sin
duda de lo que él vivió— y profirténdolos delante de Dios como súplica
por cada uno de nosotros y por toda la Facultad, concluyo mis palabras:
Juan, querídisimo hermano en .Cristo, me has preguntado cómo debes
comportarte en el estudio para adquirir el tesoro de la ciencia. Estos son
los consejos que te doy:
1. No decidas entrar directamente al mar, sino por riachuelos: porque
conviene llegar a las cosas más difíciles por las más fáciles.
2. Te mando que seas tardo en hablar y con lentitud tomes parte en el
diálogo.
3. Busca y mantén la limpieza de la conciencia.
4. No abandones la oración continua.
5. Si quieres ser introducido en la celda de la sabiduría, permanece en
tu celda y no la abandones.
6 Muéstrate amable con todos.
7. No te inmiscuyas absolutamente en los asuntos de los demás.
8. No tengas demasiada familiaridad con nadie, porque la excesiva
familiaridad engendra el desprecio y quita tiempo al estudio.
9. No te entrometas en modo alguno en los dichos y hechos de las
gentes mundanas.
10. Ante todo evita digresiones y divagaciones.
11. Marcha tras las huellas de las personas buenas e imita la forma de
vida de los santos.27

27 ‫״‬Piae preces", en opuscula Theologica II: De re spirituali II, 283-289; id., 273‫־‬
283. Edición bilingüe: Thomas von Aquino, Gebete (Zürich 1962); A. Sertillnges,
Prières de Saint Thomas (Paris 1920); D. Sureau, Prières de Saint Irnos (Paris
50 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLWÍA - o. González de Cardedal

12. Sin tener en cuenta quien lo dice, acoge todo lo bueno que se dice
y retenlo en la memoria.
13. Haz por entender todo lo que lees u oyes.
14. Intenta adquirir certeza en las cosas dudosas.
15. Y esfiiérzate, en la medida de lo posible, en rellenar los graneros de
tu mente, como quien desea tener siempre lleno el vaso de su vida.
16. No indages ni aspires a las cosas que superan tu capacidad.
En la medida en que sigas estas huellas, producirás a lo largo de tu vida
hojas y frutos en la vifia del Sefior de los ejércitos hasta la maduración
plena. Si sigues estos consejos, alcanzarás la meta a la que aspiras.28

28 El texto original latino reza asi:


”Quia quaesivisti a me, in Christo mihi carisime Joannes, qualiter te studere oporteat
in thesauro scientiae acquirendo, tale a me tibi super hoc traditur consilium:
1. Tu per rivulos, non statim, in mare eligas introire: quia per faciliora ad difficiliora
oportet devenire.
2. Tardiloquum te essejubeo et tarde ad locutorium accedentem.
3. Conscientiae puritatem amplectere.
4. Orationi vacare non desinas.
5. Cellam frequenter diligas, si vis in Cellam vinariam introduci.
6. Omnibus te amabilem exhibe.
7. Nihil quaere penitus de factis aliorum.
8. Nemini te multum familiarem ostendas: quia nimia familiaritas parit contemptum,
et subtractionis a Studio materiam subministrat.
9. De verbis et factis secularium nullatenus te intromittas.
10. Discursus super omnia fijgias.
11. Sanctorum et bonorum imitari vestigia non omittas.
12. Non respicias a quo audias, sed quidquid boni dicatur, memoria recommenda.
13. Ea quae legis et audis, fac ut intelligas.
14. De dubiis te certifica.
15. Et quidquid poteris, in armariolo mentis reponere satage, sicut cupiens vas
implere.
16. Altiora te en quaesieris.
Ilia sequens vestigia, frondes et faictus in vinea Domini Sabaoth utiles, quamdiu vitam
habueris, proferes ac produces. Haec si sectatus faeris, ad id attingere poteris, quod
affectas. Vale."
”Epistola exhortatoria de modo studendi ad Fratrem Johannem”, en opuscula
leologica 1, 451. El libro de A. D. Sert illanges, La vida intelectual (Barcelona,
Estela, 1958) ofrece una explicitaciOn del espíritu que anima este texto, como orienta-
ciOn en la vida espiritual y en el trabajo intelectual.

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