Poemas Naturales
Poemas Naturales
Poemas Naturales
Oh naturaleza, yo no aspiro
a ser el más encumbrado en tu coro,
o ser un meteoro en el cielo
o un cometa que pueda subir tan alto, No podemos olvidar que los pasos cotidianos
sino solamente un céfiro que pueda soplar en el Valle de la Vida
entre los juncos en la orilla del río. tienen que ver con los pasos del viento
Concédeme el lugar más apartado, donde pero también con los del más pequeño insecto
correr mi aérea carrera. con la mirada del cóndor en alto vuelo
En algún apartado y solitario prado, mas también con la oruga
permíteme susurrar sobre los juncos, con el grito de los ríos torrentosos
o en los bosques con ruido de hojarasca pero también con el silencio de los lagos
susurrar mientras cae la tarde tranquila, con la presencia del huemul
porque antes que nada seré tu niño más también con la humildad del pudú.
y alumno en el bosque salvaje ¿Puede el bosque renegar del árbol solitario?
que el rey de los hombres en otro lugar ¿Puede la piedra solitaria renegar de su cantera?
y el más soberano esclavo de la preocupación, porque
antes prefiero tan sólo un momento de tu amanecer
que compartir el año entero de la desdichada ciudad
Dame para hacer algún trabajo tranquilo y que sea a tu lado.
Amazonas,
Capital de las sílabas del agua,
padre patriarca, eres
la eternidad secreta
sea esa la señal para que me olviden del todo. te caen ríos como aves, te cubren
La Naturaleza nunca recuerda, y por eso es bella. los pistilos color de incendio,
Y si tuvieran la necesidad enfermiza de "interpretar" los grandes troncos muertos te pueblan de perfume,
digan que yo sigo reverdeciendo y siendo natural. Eres cargado con esperma verde
como un árbol nupcial, eres plateado
por la primavera salvaje,
eres enrojecido de maderas,
azul entre la luna de las piedras,
vestido de vapor ferruginoso,
lento como un camino de planeta.
allí aprenderás a ser de nuevo un niño. Pero un frescor, errante, por el río extravía
el atardecer con el que juegas con la lluvia. Bajo las aguas, cielos
íntimos se deslizan.
Oh, pinos, oh hermanos en tierra y ambiente, Cómo querría otra suerte para esta pobre reseca
yo os amo! Sois dulces, sois buenos, sois graves. que lleva todas las artes y los oficios
Diríase un árbol que piensa y que siente en cada uno de sus terrones
Tocó vuestra frente la alada sandalia; para las semillas que quizá nunca lleguen
habéis sido mástil, proscenio, curul, cómo querría que un desborde caudal
¡oh pinos solares, oh pinos de Italia, viniera a redimirla y la empapara con su sol en hervor
bañados de gracia, de gloria, de azul! o sus lunas ondeadas y las recorriera palmo a palmo
y la entendiera palma a palma
Sombríos, sin oro del sol, taciturnos, o que descendiera la lluvia inaugurándola
oh pinos del Norte, sois bellos también! con ojos como charcos o que en su biografía
pobre madre reseca
Con gestos de estatuas, de mimos, de actores, irrumpiera de pronto el pueblo fértil con azadones y argumentos
Mario Benedetti
Rubén Darío
EL ÁRBOL (EXTRACTO) A UN OLMO SECO
aquí mi alma desea te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta;
desplegando sus alas vagarosas ardas de alguna mísera caseta, al borde de un camino;
por el aire sutil tenderá el vuelo. antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras
blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
José Joaquín Olmedo
también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.
Antonio Machado