Primeros Auxilios Psicologicos
Primeros Auxilios Psicologicos
Primeros Auxilios Psicologicos
Los pensamientos
Emociones y sentimientos
Sensaciones físicas
Comportamientos
Reacciones esperables
Es común que las personas que han experimentado situaciones traumáticas tengan expresiones
emocionales fuertes. Comprender las reacciones a estos eventos anormales puede ayudarle, de
forma efectiva, a confrontar sus sentimientos, pensamientos y conductas y llevarlo por el
camino de la recuperación. Algunas de las reacciones esperables posterior a un evento fuerte
como el huracán ETA y/o IOTA son:
● Miedo a enfermar o morir
● Sentirse impotente por no saber que hacer o como proteger a los seres queridos.
● Miedo a perder seres queridos.
● Temor a la separación con los seres queridos.
● Sentimientos de impotencia, rabia, aburrimiento, culpa, soledad y tristeza.
● Miedo a revivir la experiencia de la situación crítica (huracán, inundación o la pandemia)
Reacciones comunes
Las reacciones comunes ante la aflicción desaparecerán con el tiempo en la mayoría de los
niños. Los niños que hayan estado directamente expuestos a un desastre pueden volver a
sentirse angustiados y volver a mostrar comportamientos relacionados con el acontecimiento si
ven o escuchan algo que les haga recordar lo que pasó. Si los niños siguen muy afectados, o si
sus reacciones interfieren con sus deberes escolares o sus relaciones con otras personas, los
padres podrían hablar con un profesional o hacer que sus hijos conversen con alguien que se
especialice en las necesidades emocionales de los niños.
Algunos preadolescentes y adolescentes reaccionan al trauma comportándose mal. Esto
podría incluir conducir en forma imprudente, o consumir alcohol o drogas. Otros
preadolescentes y adolescentes podrían tener miedo a salir de su casa. También es posible que
pasen menos tiempo con sus amigos. Podrían sentirse abrumados por sus intensas emociones
y no poder hablar sobre ellas. Sus emociones pueden llevarlos a tener más discusiones e
incluso peleas con sus hermanos, padres o cuidadores, o con otros adultos.
Los niños que necesitan usar de manera continua un respirador o aquellos que usan una
silla de ruedas o están en cama podrían tener reacciones más fuertes a una amenaza o a un
desastre real. Ellos podrían sentir una angustia más intensa, o mayor preocupación o enfado
que los niños sin necesidades especiales, porque tienen menos control sobre su bienestar
diario que las demás personas. Lo mismo se aplica a los niños con otras limitaciones físicas,
emocionales o intelectuales. Puede que los niños con necesidades especiales necesitan más
palabras tranquilizadoras, más explicaciones acerca del acontecimiento y más consuelo, y
otro tipo de contacto físico positivo, como abrazos de sus seres queridos.
1. Preparar: Previo a la intervención, es importante que el personal a acompañar pueda
informarse sobre lo ocurrido, contexto de la situación, posibles redes de apoyo, servicios con los
que se cuenta, como los procesos de preparación o capacitación pertinentes o necesarios para
lograr una eficiente intervención.
2. Observar: Es necesario valorar el entorno para determinar si hay personas que tienen
necesidades básicas urgentes y detectar aquellas que presentan reacciones de angustia profunda.
Dado que uno de los principales objetivos de los primeros auxilios psicológicos es evitar que los
sobrevivientes sufren más daño, es fundamental cerciorarse de que están lo más seguros posible,
tanto en el plano físico como emocional.
3. Escuchar: Todas las personas no reaccionan de la misma manera ante los eventos
traumáticos, por lo que es importante preguntarles qué necesitan o les preocupa en ese
momento. A través de una escucha activa y empática, se anima a esa persona a expresar lo que
siente, lo cual también le ayuda a ir tomando conciencia de lo ocurrido y calmarse. Ese primer
contacto psicológico permite examinar las dimensiones del problema para determinar si hay
conflictos que se deben manejar inmediatamente y buscar posibles soluciones.
4. Conectar: En un cuarto momento se intentan satisfacer las necesidades básicas de las
personas y ayudarlas a acceder a los servicios. En esta fase se les proporciona información y se
les brinda el apoyo social disponible, animando a tomar acciones concretas que le permitan
afrontar la crisis. Así esa persona podrá ir recuperando paulatinamente el control. De hecho, es
importante fomentar la autoeficacia para mitigar el impacto emocional del golpe y las
probabilidades de desarrollar una indefensión aprendida como resultado de la falta de control
sobre el entorno.
Capítulo 2 “Fundamento teórico de la intervención basada en la necesidad”
Creando Mi Futuro Aquí tiene presencia, dicha intervención está fundamentada bajo un modelo
cognitivo conductual e implementadas desde una intervención psicosocial. Kaplan (1995) define
el nombre de terapia cognitivo-conductual (TCC) “para describir las intervenciones que tienen
por objeto reducir el malestar psicológico y las conductas desadaptativas mediante la
modificación de los procesos cognitivos”. La TCC se basa en el supuesto de que las emociones
y las conductas (lo que sentimos y lo que hacemos) constituyen en su mayor parte un producto
de las cogniciones (lo que pensamos) y de que, en consecuencia, las intervenciones cognitivo-
conductuales pueden generar cambios en la forma de pensar, sentir y actuar.
Por esta razón, Creando Mi Futuro Aquí busca, por medio de actividades de acompañamiento
lúdico reflexivas, brindar herramientas a las y los jóvenes que generen una reducción de
conductas de violencia por medio del fortalecimiento de conductas más adaptativas.
Desde una visión comunitaria, recientes estudios nos muestran que las estrategias de
reducción de la violencia que se asisten de un acompañamiento cognitivo conductual
muestran mayor eficiencia
Según el estudio, la TCC ha sido eficaz en la reducción de la reincidencia de los delincuentes
juveniles y adultos, en contextos institucionales o de la comunidad, ya sea como parte de un
programa más amplio o como una intervención independiente. Una conclusión poderosa en
torno a este informe expresa que “ninguna otra intervención en este informe puede igualar
su fiabilidad y versatilidad, la TCC se asoció con una relativamente gran disminución
promedio del 25% en la reincidencia, pero cuando se utilizaron los tipos más efectivos de la
TCC, la reincidencia disminuyó 52%” (USAID, 2016, p 14). Esto nos demuestra que la
fidelidad a un modelo TCC, manejado por expertos, brinda mejores resultados en las
intervenciones comunitarias de prevención de la violencia.
Para Camerini, el núcleo de la teoría de TCC está representado por una frase sencilla atribuida
al filósofo estoico griego Epicteto: “Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que
piensan acerca de los hechos”
Se puede concluir entonces por medio del análisis de los postulados de Ellis, que los y las
jóvenes pueden tener un sistema de creencias “racionales” o “irracionales”. La metodología En
Positivo busca mediante ejercicios, juegos y reflexiones grupales, que los y las jóvenes
aprenden a reconocer sus pensamientos irracionales, las emociones atadas a los mismos y cómo
esto tiene efectos prácticos en sus conductas, para luego poder reflexionar sobre dichos
pensamientos y fortalecer pensamientos alternativos que provoquen emociones y conductas
diferentes.