Valores Cristianos Desde La Biblia
Valores Cristianos Desde La Biblia
Valores Cristianos Desde La Biblia
Los valores cristianos son los principios que están fundamentados en la palabra de
Dios y vividos de manera plena por Jesús. Son criterios que nos orientan en nuestras
relaciones para vivir como hermanos, hacer presente el amor misericordioso de Dios e
ir permeando toda nuestra realidad según el querer de Dios.
Jesús es la fuente de la fe: «Dijeron los apóstoles al Señor: auméntanos la fe» (Lucas
17,5).
Así la fe, más que un concepto, es algo mucho más concreto. Y tiene mucho que ver
con nuestra vida. Pero hay que descubrirla, experimentarla, porque no es suficiente
con saberla. La misma experiencia de cómo la descubrimos puedes darnos una pista
de cómo enseñar a nuestro hijo o hija para que la experimente también. Ayudarle a
que descubra esa presencia, que acepte ese don, y con ello es posible que muchas
cosas cambiarán en su vida. La ventaja nuestra es que tenemos a la mano muchos
recursos didácticos: podemos ver una película, hablar de alguna experiencia que
estamos pasando, leer alguna historia de la Biblia para niños. Los recursos a nuestro
alcance son muchos y muy buenos. El reto es darle un poco de tiempo.
Valores cristianos desde la Biblia
Los valores cristianos son los principios que están fundamentados en la palabra de Dios y
vividos de manera plena por Jesús. Son criterios que nos orientan en nuestras relaciones
para vivir como hermanos, hacer presente el amor misericordioso de Dios e ir permeando
toda nuestra realidad según el querer de Dios.
El amor de Dios
“Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que
ama ha nacido de Dios” (1 Juan 4,7).
“Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay
amor más grande que dar la vida por sus amigos…” (Juan 15,12-13).
El amor de Dios, más que definirlo, siguiendo la misma dinámica de la fe, hay que
vivirlo. Hay que mostrarlo. No es suficiente decirle a alguien “Dios te ama”. Hay que
decirle con hechos lo importante que es para nosotros. Esto es lo que llamamos el
kerygma, que en palabras del papa Francisco es lo más importante porque está el
principio, en medio y al final de todo el camino de la fe.
Los valores cristianos son los principios que están fundamentados en la palabra de Dios y
vividos de manera plena por Jesús. Son criterios que nos orientan en nuestras relaciones
para vivir como hermanos, hacer presente el amor misericordioso de Dios e ir permeando
toda nuestra realidad según el querer de Dios.
“Tus descendientes serán tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás por
oriente y occidente, por el norte y por el sur. A través de ti y de tus descendientes
serán bendecidas todas las naciones de la tierra” (Génesis 28,14).
“Escucha y observa todas las cosas que te mando, y siempre te irá bien a ti y a tus hijos
después de ti, por hacer lo que es bueno y correcto a los ojos de Yahvé” (Deuteronomio
12,28).
Todos sabemos de la importancia que la familia tiene en nuestras vidas. Gracias a ella
es como llegamos aquí, porque nos cuidaron, nos alimentaron y nos dieron cariño.
Pero no es suficiente saberlo. La familia también se hace, se construye día a día con el
diálogo, la escucha, el compartir, el cuidarnos, aprender a convivir. Enseñemos esto a
nuestros hijos e hijas. Valoremos a nuestra familia, cuidémosla, y a la manera de Jesús
abramos nuestro corazón porque, en la fe, todos somos una misma familia. Seamos
incluyentes, tolerantes, solidarios. No es nada fácil, pero por experiencia sabemos que
nuestros hijos pueden ayudarnos mucho en este tema. Quizá porque han nacido en un
ambiente más globalizado, comunicado y relacional.
Valores cristianos desde la Biblia
Los valores cristianos son los principios que están fundamentados en la palabra de Dios y
vividos de manera plena por Jesús. Son criterios que nos orientan en nuestras relaciones
para vivir como hermanos, hacer presente el amor misericordioso de Dios e ir permeando
toda nuestra realidad según el querer de Dios.
Yahvé llamó a Moisés y le dijo: «Esto es lo que dirás a los hijos de Jacob, lo que
explicarás a los hijos de Israel: Ustedes han visto cómo he tratado a los egipcios y que a
ustedes los he llevado sobre las alas del águila para traerlos hacia mí. Ahora, pues, si
ustedes me escuchan atentamente y respetan mi alianza, los tendré por mi propio
pueblo entre todos los pueblos…» (Éxodo 19,3-5).
“Todos lo que habían creído vivían unidos, compartían todo cuanto tenían, vendían sus
bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las necesidades
de cada uno” (Hechos 2,46-47).
Los humanos fuimos llamados a la vida para ser seres en relación. Es más, mientras
más nos abrimos al mundo, a los demás, vamos descubriendo que eso es lo que
somos: seres en relación; seres para los demás. Abriéndonos es como podemos
aprender de la vida, del saber, de otras culturas. ¡Hasta para jugar necesitamos de
otros! Pues si jugamos solos no le vemos el chiste; no sudamos, no reímos, no
aprendemos. En esto también el gran maestro es Jesús. Su relación con Dios era la
medida de su relación con los demás. Por eso sus amigos pueden decir de él: “pasó
haciendo el bien”: curando, enseñando, haciendo comunidad.