Manual para Inspectores Sanitarios Acuicolas 1
Manual para Inspectores Sanitarios Acuicolas 1
Manual para Inspectores Sanitarios Acuicolas 1
• VIRALES
• BACTERIANAS
A) Psicirickettsia salmonis
B) Renibacterium Salmoninarum
C) Infecciones por: Vibrio sp.
Vibrio salmonicida
Vibrio anguillarum (actualmente Listonella anguillarum),
D) Aeromona sp.
Aeromona salmonicida
Aeromona hydrophil
• PARASITARIAS
A) Myxoboliasis
B) Diphyllobothriasis o Teniasis de los peces
ANEXOS
Generalidades:
En la fase tardía o clínica (estadio III), cesa la mortalidad y es una etapa donde no se
observan virus. Lo que se observa en esta etapa son las secuelas de la enfermedad con
signos neurológicos focales y trastornos natatorios. En esta fase, contrariamente a las
anteriores se observa despigmentación cutánea, la piel presenta áreas hiperpigmentadas
asociadas con áreas hipopigmentadas.
Las especies susceptibles son la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), trucha marron
(Salmo trutta), salmón del Pacífico incluido, chinook (O. tshawytscha), sockeye (O.
nerka), chum (O. keta), masou (O. masou), coho (O. kisutch), y el Salmón del Atlántico
(Salmo salar).
Se trata de una enfermedad infecciosa, producida por un Iridovirus y que afecta tanto a
salmónidos, Trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss) como a pércidos, Perca común
(Perca fluviatilis). La enfermedad presenta una gravedad extrema en perca, siendo
menos grave en Trucha arco iris.
Los estudios del agente etiológico han determinado que se trata de un Iridovirus de
forma icosaédrica y que presenta gran similitud antigénica con otros Iridovirus de
especies acuáticas, especialmente con los aislados en siluros (Silurus glanis) y de pez
gato (Ictalurus melas), lo que podría dar lugar a reacciones cruzadas en el diagnóstico.
Una característica importante de esta enfermedad es que hasta el momento no se han
detectado anticuerpos en los animales infectados, lo que parece indicar que se trata de
un agente con nulo poder inmunógeno.
También se plantea la posibilidad de que algunos parásitos del pez puedan actuar como
vectores, no obstante, por el momento son todo hipótesis de trabajo que deben ser
demostradas.
Por este motivo el diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas, anemia intensa,
en los análisis de sangre donde se observa un hematocrito por debajo de 10 y en el
estudio anatomopatológico, en el que se ponen de manifiesto las inclusiones en las
células eritrocíticas, un importante descenso de leucocitos y las lesiones hepáticas
indicadas.
ENFERMEDADES BACTERIANAS
En el medio acuático existen relativamente pocas bacterias que puedan ser consideradas
como patógenos obligados estrictos. Una parte importante de ellas son patógenos
oportunistas, aptos para vivir en el medioambiente en forma más o menos
independiente o como integrantes de la flora normal del tegumento, de las branquias y
del tubo digestivo, sin necesidad de afectar a los peces. Sin embargo, se pueden dar
contextos que propicien su acción como patógenos (situaciones de estrés o variaciones
en la composición fisicoquímica del agua).
Las enfermedades bacterianas producen importantes pérdidas económicas en los
sistemas productivos acuícolas. Gran parte de las bacterias patógenas afectan
distintamente a peces de agua dulce o salada, y solo algunas de ellas tienen la capacidad
de infectar a ambos grupos.
Entre las bacterias patógenas de peces podemos citar los siguientes grupos:
Estas características comunes de las enfermedades bacterianas que cursan con cuadros
septicémicos hacen necesario -para poder arribar a un diagnóstico definitivo- aislar en
cultivo e identificar al patógeno causante de la enfermedad mediante técnicas de base
bioquímica, inmunológica (aglutinación en placa, ELISA, inmunohistoquímica, etc.) o
molecular.
Las enfermedades bacterianas de declaración obligatoria en salmónidos son la
Piscirickettsiosis y la Enfermedad bacteriana del riñón. De importancia también son la
Vibriosis y la Forunculosis.
Diagnóstico: el diagnóstico del SRS suele ser tardío debido a que los signos de la
enfermedad se presentan en la última semana pre-mórtem. Si bien la enfermedad puede
sospecharse por antecedentes epizootiológicos, signos clínicos y lesiones
anatomopatológicas, el diagnóstico debe ser confirmado por estudios histológicos,
inmunológicos o moleculares.
A nivel microscópico, es patognomónica la presencia de CI IC en los macrófagos de los
órganos afectados; éstos son basófilos con la técnica de hematoxilina-eosina, positivos
con Giemsa y negativos con Gram. Pueden existir más de una inclusión por célula
afectada y un número variable de organismos por inclusión, los que se distribuyen en
agrupaciones tipo mórulas. Su forma es predominantemente cocoide, pero a menudo
suele ser pleomórfica; pueden también encontrarse extracelularmente. En preparaciones
para inmunofluorescencia, los CI son positivos al naranja de acridina (técnica de
utilidad si no se cuenta con muestras frescas). Hay también disponibles tanto
anticuerpos policlonales como monoclonales para la realización de pruebas
inmunohistoquímicas en cortes de tejidos.
Debido a que BKD es difícil de controlar en las pisciculturas, el mejor y quizás único
camino es el de optimizar todas las medidas que eviten la infección. Por ello es de suma
importancia asegurarse de que los huevos y los peces juveniles provengan de criaderos
certificados como libres de BKD.
Epidemiología: el salmón del Atlántico y la trucha arcoíris son las especies más
susceptibles.
Diagnóstico: por cultivo bacteriano a partir de las lesiones típicas en agar sangre o
tripteína soya suplementado con 1,5-2% de cloruro de sodio e incubado entre 10-15°C. El
microorganismo debe confirmarse por pruebas bioquímicas o inmunodiagnósticas como
la aglutinación en placa, utilizando anticuerpos policlonales.
Transmisión: de pez a pez a través del agua, en la cual puede sobrevivir por varios
meses.
Agente etiológico: V. anguillarum es un bacilo curvo Gram (-), móvil por la presencia
de un flagelo polar único. Si bien se han identificado hasta 23 serotipos de V.
anguillarum, solo los serotipos 01 y 02 son patógenos.
Diagnóstico: por cultivo bacteriano, a partir de las lesiones típicas en medios nutritivos
suplementados con un 2% de cloruro de sodio durante 48 horas a 20°C o en medio
TCBS. También pueden emplearse técnicas inmunohistoquímicas para identificación
del patógeno en cortes histológicos donde se observen las lesiones descriptas. De la
misma manera que Aeromona hydrophila, V. anguillarum puede colonizar en fauna
secundaria lesiones previas.
Manifestaciones clínicas: los signos y lesiones de esta enfermedad son variables. Los
hallazgos más comunes incluyen ulceraciones superficiales del tegumento y hemorragias
en aletas, cavidad bucal, tegumento y músculos. También pueden observarse exoftalmia,
ascitis, esplenomegalia, renomegalia y congestión y hemorragias en el intestino posterior
y ano.
Diagnóstico: cultivo bacteriano a partir de las lesiones típicas en medios nutritivos en los
que crece fácilmente, desarrollando colonias circulares, convexas y blanquecinas luego de
24 hs a 25°C. Se debe tener en cuenta que en muchas ocasiones A. hydrophila coloniza en
forma secundaria lesiones previas.
Por otro lado, algunos organismos que constituyen la fauna parasitaria normal de los
peces silvestres pueden infectar al hombre, especialmente a aquellas personas que los
consuman. Tal es el caso del Diphyllobotrium sp. y el Anisakis sp. Por estas razones, es
importante su conocimiento para evitar contraerlos.
Fue descubierta por Hofer en Alemania, en 1893, afectando truchas arco iris. Ha sido
reportada en 18 países, entre ellos Italia, Escocia, Rusia, Nueva Zelanda e Inglaterra e
inclusive en Sudamérica.
La enfermedad del torneo o Whirling Disease debe su nombre a que los peces afectados
en forma severa nadan en círculos hasta morir. Los signos clínicos son el
oscurecimiento del pedúnculo caudal y deformidades esqueléticas como hocico romo,
cabeza deforme y opérculos acortados, además de la curvatura de la columna. Esto es
provocado por el daño a los cartílagos del oído interno, del esqueleto axial y a la
opresión de los nervios que controlan los pigmentos caudales. Si bien la enfermedad no
siempre es fatal, los peces debilitados por las dificultades para capturar el alimento son
presa fácil de predadores ictiófagos o terminan siendo afectados por patógenos
oportunistas. La enfermedad del torneo puede presentarse en forma subclínica hasta
afecciones agudas con alta mortalidad en juveniles. En general, los peces afectados
quedan como portadores asintomáticos.
Diseminación y formas de control: los peces jóvenes son los más susceptibles, pero la
severidad de la infección también está asociada a la carga parasitaria a la cual el pez
resulte expuesto. Esta enfermedad se disemina naturalmente a través de los peces
infectados, por el agua que arrastra corriente abajo las actinosporas y por los animales
ictiófagos (aves, peces o mamíferos), los que pueden transportarlas a aguas libres de
este mal. Dada su resistencia al ambiente, las esporas también pueden ser diseminadas
por el barro en las botas, waders, vehículos y botes.
Otra forma en la que el parásito puede ingresar a una región libre es por medio de
embarques de pescado fresco o congelado, o de tubifícidos infectados. Los huevos de
peces no son fuente de contagio.
En áreas enzoóticas, todas las instalaciones que utilicen piletas de tierra o agua
superficial deben ser monitoreadas regularmente para detectar la presencia de
Myxobolus cerebralis. En aquellas instalaciones en las cuales la enfermedad esté
presente, los estadios juveniles se mantendrán en agua libre de esporas, hasta que al
menos hayan superado los 6 cm de largo total. Los estanques de tierra serán
reemplazados por piletas de cemento o fibra de vidrio. El agua de ingreso a las
instalaciones de cría con presencia de esporas debe ser filtrada y /o tratada con
irradiación ultravioleta.
Otra medida a implementar, que suele dar buenos resultados, es reemplazar el cultivo de
trucha arco iris por otras especies más resistentes como la trucha marrón o el salmón
coho. Actualmente se está investigando la resistencia de los híbridos. Además, los
poblamientos o repoblamientos, tanto en ambientes naturales como en criaderos, deben
realizarse exclusivamente con ejemplares libres de parásitos y en zonas libres de
esporas.
Diphyllobothrium latum (D. dendriticum y D. pacificum), como todos los cestodos, son
helmintos que en estado adulto tienen un cuerpo aplanado dorsoventralmente, en forma
de cinta, sin cavidad corporal ni tubo digestivo, y se localizan en el intestino y
conductos biliares de sus hospedadores definitivos (hombre, mamíferos y aves
ictiófagas). Su tamaño adulto puede oscilar de unos pocos centímetros a varios metros
de longitud. Durante el desarrollo de su ciclo evolutivo requieren uno o más
hospedadores intermediarios invertebrados (copépodos) o vertebrados (peces). Su
primer estadio larvario, el procercoides, de forma oblonga con ganchos en su región
posterior, se encuentra en los copépodos. El segundo, el plerocercoide, tiene un cuerpo
alargado, macizo y con un escólex similar al parásito adulto (con surcos longitudinales
o botridios). Este último se enquista en el tejido muscular, vísceras y peritoneo de los
peces, segundo hospedador intermediario, generando a su alrededor lesiones de tipo
granulomatoso, detectables a simple vista. Los plerocercoides cumplen un papel
importante en su carácter de zoonosis, además del impacto económico que generan en la
acuicultura por el decomiso de órganos y canales de peces en las plantas frigoríficas. En
los peces, esta infestación parasitaria es causa de pérdida de peso y, ocasionalmente, de
muerte.
Para evitar casos de esta enfermedad, los salmónidos cultivados en jaulas lacustres no
debieran comerse crudos, a menos que pueda certificarse que éstos no hayan sido
criados en los lagos donde la difilobotriasis es endémica. Además, sería menester
controlar la calidad de los productos de la acuicultura comercializados y consumidos en
el país, así como también los exportados, y educar a la población respecto de los
problemas potenciales de la ingesta de pescado crudo, ya sea ahumado o en sushi,
sashimi y ceviche. Esta enfermedad puede ser prevenida cocinando el pescado a 54°C o
56°C por 5 minutos. Los plerocercoides pueden ser destruidos por congelamiento rápido
de la carne de pescado a -35°C por 15 h o por congelamiento habitual a -20°C por 7
días, antes del consumo.
No existe un tratamiento efectivo para eliminar las formas larvarias enquistadas en los
músculos de los peces. En cambio, las formas adultas pueden ser tratadas con
praziquantel.
METODOS PARA LA DESINFECCIÓN EN ESTABLECIMIENTOS
DE CULTIVO DE PECES
Lugar de la toma:
Especies que participan en la mortalidad (si conoce los nombres científicos indíquelos,
sino indique los nombres vulgares):
Por favor responda a las siguiente preguntas (si puede envié fotos de animales
enfermos y/o muertos con detalles que usted crea de interés, hemorragias, ulceras
etc.)
1. Hay alguna especie que tenga mayor mortalidad que otra, si responde
afirmativamente indique cual:
5.1 Que cantidad aproximada de peces murieron y en cuanto tiempo (recuerde que
los procesos de putrefacción de los tejidos de los peces comienzan
tempranamente aproximadamente a la hora de haberse producido la muerte).
5.2 Actividad natatoria: Describan como nadan los peces moribundos o los que
todavía no han muerto, no olvide indicar si tienen alguna preferencia de
ubicación en el cuerpo de agua, en las orillas, en la superficie etc.
5.3 Reacción a estímulos externos, los peces se alejan frente a presencia de
humanos?
1. ESTUDIO HISTOPATOLOGICO
2. EXAMEN SANGUINEO
3. ESTUDIO BACTERIOLOGICO
4. ESTUDIO MOLECULAR, PCR, (REACCION EN CADENA DE LA
POLIMERASA)
PARA TOMAR MUESTRAS DESTINADAS A ESTOS ESTUDIOS PROCEDA
DE LA SIGUIENTE MANERA
Debe preparar un fijador para tejidos (los tejidos sin fijador no son de utilidad para su
examen histopatológico). Usted usara dos fijadores
Formol 20 ml
Agua destilada 80 ml
2- Liquido de Bouin: este fijador ya se lo enviamos preparado o sea esta listo para usar.
5- Abra los peces como ha sido descrito en su instrucción práctica para que
se pueden observar bien los órganos internos.
9- Los órganos disecados deben ser cortados con una hoja de bisturí para
obtener fragmentos no mayores de 1 cm² y 3 mm de espesor
11- Coloque los tejidos en un frasco con el fijador, recuerde que siempre
debe haber en el frasco tres veces más de volumen de fijador que de
tejido a fijar.