Exposición Juan Gómez
Exposición Juan Gómez
Exposición Juan Gómez
Facultad de Humanidades
Estudiante: Juan Pablo Gómez Guisao (202127875)
Profesor: Juan Carlos Velez
Seminario: Filosofía de la ciencia: Neurociencia, ficción y filosofía
En Robocop: Cyborgs e identidad del libro Neuro Ciencia ficción: cómo el cine se adelantó a
la ciencia, el neurocientífico Rodrigo Quiroga busca examinar los avances científicos y
tecnológicos recientes relacionados con las interfaces cerebro-máquina y las prótesis
neuronales, y analizar las implicaciones filosóficas y éticas que estos desarrollos plantean
sobre la identidad personal y la naturaleza de la consciencia humana. Para el presente escrito,
en primer lugar, haré una breve síntesis de la película Robocop (1987); en segundo lugar,
recogeré, de forma resumida, lo que pretende examinar el autor en este capítulo; y,
finalmente, una reflexión con base al concepto de la identidad.
Pese a que el diseño de este organismo cibernético es inicialmente eficaz, RoboCop comienza
a tener destellos de su vida pasada como Murphy, de su familia y de su muerte, lo que lleva a
que él se cuestione acerca de su identidad y de su propósito. Este conflicto interno lo impulsa
a buscar justicia personal contra los responsables de su asesinato y enfrentar la corrupción
dentro de la corporación. Al finalizar la película, cuando RoboCop logra enfrentar y derrotar
a los responsables de su asesinato y a los corruptos dentro de la OCP, se le pregunta cuál es su
nombre. Responde "Murphy". Esta simple declaración es profundamente significativa. No
solo simboliza la recuperación de su identidad perdida, sino que también subraya que su
esencia humana ha sobrevivido a pesar de la transformación radical en su ser.
El autor luego pasa a cuestiones éticas con respecto a las prótesis biomecánicas. Como
solución más práctica y ética, Quiroga sugiere los avances en estimulación de los nervios y
músculos remanentes en las extremidades, logrando reactivar su función a partir de la
actividad neuronal decodificada, sin necesidad de cirugías más invasivas. Finalmente, el autor
plantea la hipotética y muy controversial posibilidad de que en el futuro se pueda transferir,
preservar o incluso replicar la totalidad del cerebro, como sede de la identidad y la memoria,
más allá de los límites del cuerpo físico original. En suma, esta idea, que roza la ciencia
ficción, sirve al autor para reflexionar sobre los profundos interrogantes que los avances en
neuroprotésicas e interfaces cerebro-máquina plantean sobre la naturaleza esencial de la
mente, la conciencia y los límites de la condición humana.
(...) sólo en esto consiste la Identidad personal, es decir, la mismidad del Ser racional: Y en la
medida en que esta conciencia puede extenderse hacia atrás a cualquier Acción o Pensamiento pasado,
así alcanza la Identidad de esa Persona ; es el mismo yo ahora que era entonces; y es por el mismo yo
con este presente que ahora reflexiona sobre ello, que se realizó esa Acción. (LN 2.27.9)
Siguiendo esta definición de Locke, podría decirse que, mientras RoboCop/Alex Murphy
conserve sus recuerdos, su esencia psicológica, entonces su identidad personal prevalece más
allá de su nueva envoltura artificial. El cuerpo sería un mero vehículo transitorio para
albergar la verdadera sede de la identidad: la mente. No obstante, esta postura puede tener
algunos huecos, puesto que en la misma película se plantean interrogantes sobre hasta dónde
podría llegar esta disociación de la identidad y el cuerpo físico. ¿Seguiría siendo Alex
Murphy si su cerebro fuera trasplantado a otro cuerpo? ¿O si todos sus recuerdos fueran
copiados a un substrato artificial no biológico?
Ahora bien, por otro lado se puede cuestionar acerca de si los cyborg pueden tener identidad.
Un cyborg, en primer lugar, se define como un ser que es una hibridación de componentes
biológicos y tecnológicos, un organismo cibernético, en suma. Siguiendo la definición de
Locke, se podría argumentar que un cyborg sí puede tener identidad personal, ya que en
última instancia lo que define la identidad no es el sustrato material sino la continuidad de la
experiencia subjetiva encarnada en una mente con recuerdos, pensamientos, emociones y un
sentido de sí mismo. Incluso si gran parte del cuerpo es reemplazada por partes sintéticas,
mientras exista la continuidad psicológica arraigada en el cerebro biológico preservado, la
identidad individual podría perdurar.
Sin embargo, podríamos pensar que la identidad no solo reside en la experiencia subjetiva de
la memoria sino que también está profundamente entrelazada con nuestra corporalidad
biológica y nuestro ser-en-el-mundo como seres encarnados. Las emociones, la subjetividad y
el sentido del yo surgen de la interacción dinámica e indisoluble entre mente y cuerpo vivido.
Por lo tanto, Murphy al transformarse en un híbrido hombre-máquina, el cyborg estaría
experimentando una disrupción ontológica fundamental que altera su modo de ser y su
experiencia vivida en el mundo. Su identidad, por tanto, estaría reconstituyéndose como un
fenómeno posthumano, más allá de las categorías tradicionales. Pero, siguiendo esta
afirmación, ¿la condición híbrida implica necesariamente una transformación y modulación
de su identidad hacia nuevos modos de ser? ¿La identidad del cyborg sería una suerte de
identidad-en-tránsito?
Referencias