Gabriel de Reina - Prioridad Registral
Gabriel de Reina - Prioridad Registral
Gabriel de Reina - Prioridad Registral
PRINCIPIOS
REGISTRALES
Prólogo de
Felipe P. VILLAR()
HAIA.
ITHY Hetiasta__
De Reina Tartiére, Gabriel
Principios registrales : estudio del derecho regional inmobiliario
argentino . - la ed. • Buenos Aires : Hcliasta, 2009.
336p. ; 23x15 cm.
ISBN 97S-950-885-109•3
CDD 346
ISBN 978-950-885-109-3
Distribuidores exclusivos:
Editorial Heliasta S.R.L.
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FOTOCOPIAR ES narro
Capítulo V
PRIORIDAD: RANGO
Como introducimos, gozar de uno u otro rango hace a una mayor o menor expectati-
va de eficacia del derecho, de ahí que se comprendan, aunque puedan interpretarse mal
restándole importancia al principio de prioridad, clave en todo buen sistema de registración
patrimonial, aquellas palabras de CHICO Y Ofunz, para quien el rango tenía un marcado
carácter formal, habida cuenta de que la prioridad- por él concedida sólo vendría "a afectar a
la dinámica y ejercicio del derecho, pero en ningún caso a su estructura y naturaleza” ("La
prioridad formal y la sustantiva", en Estudios Jurídicos en Homenaje a 77rso Carretero,
Madrid, Colegio Nacional de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España,
Madrid, 1985, p. 657). La misma idea habría sido expuesta antes, desde luego, menos
equívocamente, por D. Jerónimo GONZÁLEZ, al indicar que "el contenido de un derecho
inscrito no se altera por la posición que ocupa en la serie de inscripciones relativas a una
finca; pero su valor decrece rápidamente con el número de las contradictorias, que, por
precederle gozan de prelación" (cfr. Principios Hipotecarios, Madrid, Asociación de Re-
gistradores de la Propiedad, 1931, p. 297). Así, el usufructo, por más inscrito que esté,
seguirá confiriendo las mismas e idénticas facultades, materiales y jurídicas, que se le
reconocen en el Código Civil, aunque, de ser el caso, haya de extinguirse ante la ejecu-
ción de la hipoteca que se encontraba registrada a su constitución.
138 /GABRIEL DE REINA TARTIERE
'mas veces excluye alguno de los derechos implicados, otras los gradúa.
Así, cuando se enfrentaran dos derechos cuyo objeto o contenido les haga
incompatibles -dos títulos de dominio, por ejemplo-, el juego del rango
excluiría al que se presentara más tarde; en otras palabras, el rango dek
primer título tendría tal fuerza como para negar la registración del segun-.
dolEn cambio, si fueran derechos de carácter compatible -dos hipotecas,
una hipoteca y un usufructo-, los clasificaría haciendo
condición al que antes ingresara. -s'ietnpre de Mejor-
T
radicionalmente, la primera de las expresiones apuntadas, la de exclu-
sión por incompatibilidad, no se ha inte ado en el cue •o de las cuestio-
nes relacionadas con el rango. En esta dirección
se ha afirmado que el
ordenamiento no puede crear sobre un _ Mismo objeto poderes de existen-
cia incompatible en sujetos diferentes. Todo lo más, puede imponer o am-
naiar el cambio en el sn-
jeto con plena identidad objetiva, o el aniquila-
liento o modificación de un derecho por el nacimiento del otro. No se
rata aquí de un problema de mayor o menor potencia, sino de existencia o
nexistencia. No estamos ante una prioridad de rango, sino ante una priori-
dad excluyente"2.
No obstante, para el caso prefiérese utilizar el concepto de cierre regis-
_tral. La. prioridad del Registro se expondría, entonces, de dos Mar
—ie7-ái7p-o-r-
exclusión, cuando impidiese la entrada de nuevos títulos, y por afecéión,
cuan& ordenara los que fueran entrando. Sin embargo, bien podría decirse
que el cierre registral es más un efecto que una causa, efecto justamente
derivado del puesto ocupado por el título que se anticipa en la registración.
Consecuentemente, el rango serviría para explicar las relaciones que se
diesen entre los derechos con motivo de su inscripción, y también, por
tanto, cuando un derecho real limitado entrase en colisión con el de propie-'
dad. En estos casos, se articularía bien como exclusión, si el título adquisi-
tivo llegó antes, bien como afección, si hubiera accedido después o el dere-
cho limitado hubiera sido otorgado por el adquirente. Así, el dominio
siempre quedaría afectado por los derechos ya inscritos, no habiendo in-
conveniente en utilizar el concepto de rango para cualifi
contenido. car igualmente su
Otro de los aspectos históricamente observables en el tratamiento del
rango es el excesivo interés mostrado hacia la problemática del correspon-
Como, entre nosotros, ha indicado ALTERINI, "la importancia de los problemas del !
rango es mayor en los derechos reales de garantía (fundamentalmente en la hipoteca), que
en los de goce, y se desvanece cuando el deudor cumple voluntariamente sus obligaciones, ;
y aun cuando su renuencia haga acudir a las vías ejecutivas, pero el precio de la subasta
permita la satisfacción de todos los acreedores. Por el contrario; es evidente la trascendencia ;
del rango cuando concurren distintas hipotecas sobre un inmueble y su precio no permite ;
cubrir los diferentes créditos, es allí donde es relevante contar con rango preferente, por-
que el acreedor beneficiado por él desplaza a los restantes y se cobra primero" ("Rango
hipotecario: reserva, permuta, posposición, coparticipación", en Revista de/Notariado n° '
720 [1971], p. 2.011).
Tanto es así que los dos modelos legales de rango hoy extendidos se construyeron en
torno a la práctica hipotecaria primigenia En efecto, atendiendo al funcionamiento y
desarrollo legislativo del rango de las hipotecas, es tradicional la clasificación de las le-
gislaciones en dos grandes grupos: las de rango fijo, o por parcelas de valor, y las de rango
progresivo, o de avance de puestos. El sistema de rango fijo se sigue en aquellos ordena-
mientos donde la hipoteca sólo se extiende a una parte del valor de la finca, de tal manera ,
que su cancelación por cualquier causa distinta de la ejecución, no otorga a las hipotecas
posteriores el derecho a ocupar el puesto libre, que queda a disposición del propietario.
Las raíces históricas de este sistema le remontan a la Grecia clásica. En este sentido, se
cita una ley de Éfeso del siglo III a. C., que permitía convenir sucesivas hipotecas, en la
medida en que el valor del fundo excediera del importe- de las hipotecas anteriores. El
objeto de tales hipotecas era, entonces, ese excedente o hyperocha.
Por el contrario, en el sistema de rango progresivo, la hipoteca abarca desde su cons-
titución la totalidad del inmueble, de modo que su extinción voluntaria provocará necesa-
riamente el inmediato ascenso en la relación de rango de los derechos inscritos con poste-
rioridad. Tiene su origen en el tratamiento dispensado por el Derecho romano-ala pluralidad
hipotecaria. En un primer momento, la segunda o ulterior hipoteca se entendía suspensi-
vamente condicionada a la convenida previamente, por lo que la eficacia de aquélla de-
pendía de la extinción de ésta, o del hecho de que tras su ejecución quedara sobrante
(supedhatm) con que ser pagada. Más tarde, a mediados del siglo II d. C., la segunda
hipoteca dejó de tener carácter condicional, aunque siguió considerándose subordinada al
destino de la anterior. Se comprende ahora por qué el sistema aquí analizado recibe el
apelativo de romano y por qué es acogido mayoritariamente en los ordenamientos de
tradición latina. Sobre su vigencia en el ordenamiento argentino, vid. DE RELNA TART1ÉRE,
"El rango de las hipotecas", en La Ley 2003-D, pp. 1.025 y SS.
5 La alusión que se hace aquí a la ejecución inmobiliaria no resulta menor; el rango,
'El articulo 3.183 CC, cuando indica que "los acreedores pueden demandar que el
inmueble hipotecado se venda libre de las servidumbres que le hubiere impuesto el tercer
poseedor", lejos de justificar una excepción al principio de subsistencia, lo estaría consa-
grando, pues reconocería a los acreedores ejecutantes la facultad de solicitar con libertad
la extinción de esas servidumbres, sin que por ello hubieran de salir perjudicados, en
favor de los titulares de éstas, sus derechos sobre el remate. Sin embargo, no puede ob-
viarse lo confuso del precepto, en atención a que el requisito de previa instancia que
contempla no se explica muy bien en consideración a la oponibilidad consustancial de los
ejecutantes. La disposición resulta parciaria, al referir un solo tipo dentro de los derechos
- reales limitados distintos de los de garantía, y anacrónica, por responder a un modelo,
como el de VÉLEZ, donde la publicidad institucional sólo se preveía para las hipotecas.
Esta serie de defectos se antoja de tahta importancia como para estimar que los intereses
representados por esas servidumbres se han de proteger mediante la mera citación de sus
actuales titulares al procedimiento ya despachado.
'
Junto a este supuesto ordinario, el sistema de subsistencia se aplica, por excepción,
a los derechos de la primera clase (hipotecas, embargos, etc.), cuando sus titulares no
hubieran sido citados en tiempo y forma a la ejecución planteada. Ocurre lo mismo con
los titulares de los derechos de la segunda categoría (usufructo, servidumbre, etc.) inscri-
tos con posterioridad al ejecutante; no sería justo que su derecho se viera cancelado sin
142 / GABRIEL DE REINA TARTIÉRE
' Con las salvedades efectuadas supra respecto de los derechos personales en el epí-
grafe VI del capítulo II.
Vaya por delante que la distinción que se mantiene no concuerda con cierto sector
doctrinal que atribuye el término de preferencia a la nota de prioridad propia de los dere-
Jurisprudencia Ar-
chos reales (cfr. MUSTO, "'zis preferendi y privilegio. Distinción", en
gentina 1984-II, pp. 792 y ss.). En este sentido, se contrapone preferencia a privilegio,
obviando que aquélla también habría de predicarse de los derechos personales admitidos
a inscripción (cfr. arts. 19 y 40 ley 17.801). Además, según se ha señalado en la nota
anterior, no serían los privilegios el único motivo por el que un acreedor pudiera antici-
parse en el cobro.
"A los mismos efectos, HioirroN también considera viable acudir al trámite de los
incidentes, aunque deba pasarse a la correspondiente tercería siempre que surja contro-
versia (cfr. "Cuestión de privilegios en el juicio ejecutivo, con especial referencia al privi-
El Derecho
legio del Fisco (Nueva interpretación teórica y funcionamiento práctico)", en
114 [1985], pp. 966-967).
144/ GABRIEL DE REINA TARTIÉRE
Siendo ésta la regla general, los particulares pueden sustraerse a sus efeel
permitiendo que un derecho se anteponga en rango, o, incluso cierre el
a otro presentado con anterioridad. Estas operaciones encuentran su furi
mento-en la'autoriotina de la voluntad, ol más concretamente, en el princi
de libertad de contrataciód Si ostentar uno u otro puesto en la escala tab
no resulta indiferente para las expectativas económicas del titular del
cho que lo ocupa, el ordenamiento debe admitir esta clase de pactos, iii
pendientemente del valor jurídico concreto que se asigne al rango. '
En contra de lo anterior, podría argüirse la naturaleza de orden públl
del procedimiento registral una vez iniciado, rogación mediante, el: c'
obligaría a rechazar la disponibilidad de sus normas.
Efectivamente, es cierto que en sede registral la autonomía de la
tad se muestra acotada. Sin embargo, ello no impide que quepan algúna .
excepciones, en materias donde la eficiencia del sistema no salga perjUilk.
cada. Esto es lo que sucede con la posibilidad. que se tiene de desistir dí
que se practique el asiento solicitado, pero también con el tango hipótecal :J'
rid.:A la organización registral poco le importará que tal o cual titular'6.
tente el primer o segundo rango; tan sólo velará para que con el cambica
salgan lesionados los intereses de terceros (cuando menos ingresados) -
criterio expuesto favorece igualmente el convenio entre dos personas cu.,1
yos títulos aún no se hayan despachado, pues parecería poco lógico 44,
tuvieran que esperar a su definitiva inscripción para poder intercambiar;
rango. Para ello bastaría con que el ingresado en primer lugar manifestara
formalmente, mediante documento público o privado con fuma legitima
da, la renuncia a su posición de privilegio.
Los argumentos anteriores se sustentan en dos pasajes de nuestra
lación. De un lado, el segundo inciso del artículo 3.135 CC, en cuanto
permite que el propietario reserve, a la hora de constituir una hipoteca, un
rango para otra de próxima constitución; de otro, el articulo 19 de la leT
17:801, que acepta que se comparta la _ prioridad,
_ el rango, entre derechOS;
instrumentados simultáneamente (léase, inmediatamente sucesivos)i6.
conformidad con el espíritu de ambos preceptos se estaría reconociendo la
Son escrituras simultáneas aquellas que se autoricen, ami por distintos funcionario1
el mismo día o secuencia temporal y versen sobre actos relacionados entre sí y con
mismo inmueble (por ejemplo, una compraventa seguida de una hipoteca). El juego 41
estas escrituras es tal que no sólo dispensa del exacto y formal cumplimiento del tractO
sucesivo (cfr. arts 16, letra cl] y 26, primera frase, de la ley 17.801), sino también de r4.
obligación establecida para todo escribano de solicitar el pertinente certificado registral
antes de cualquier transmisión, constitución, modificación o cesión de derechos reate
(cfr. art. 26, segunda frase, de la ley 17.801).
PRINCIPIOS REGISTRALES / 145
C. Tipología
1. La permuta de rangos
Por permuta de rangos se comprende el cambio de puestos entre dos
derechos. no conSecinivos:Supone la cesión de rango de un titulará otro. e•I
cual a su vez consiente, en el 1111S1110 acto, que aquél pasea ocupar el que' le
correspondía hasta esc momento.- Se produce, entonces, un doble y reci-
proco movimiento en el orden legal de prioridades.
• Ia CSCIICia de la permuta de rangos no reside en su bilatertdidad, esto es,
en la necesidad de un acuerdo previo entre los titulares; tampoco en el
-hecho de que hayan de estar inscritos los derechos intervinientes. Su razón
'estriba, propiamente, en la • falta de contigüidad que debe haber entre ellos.
Si los derechos aparecieran correlativamente (en el Registro), bastaría con
21 En todo caso, los titulares intermedios habrán de prestar su asentimiento para que la
permuta pueda inscribirse; es la forma más segura de que sus intereses queden tutelados.
" En la doctrina española, GARCIA GARCIA opina que sólo puede hablarse de permuta
en un sentido vulgar, pues los interesados no se ofrecen prestaciones equivalentes. Se
trata de un negocio sobre el rango de tipo oneroso o gratuito. Si tuviera carácter gratuito,
no sería permuta. Y si fuera oneroso, tampoco, pues en realidad se daría un negocio atípi-
co de cesión de rango a cambio, generalmente, de una cantidad de dinero (cfr. Derecho...,
cit., II, p. 722). Frente a este argumento, ROCA SASTRE reivindica el término al no poder
considerarse "que el rango de la hipoteca que avanza y que queda para la que retrocede,
no tenga ningún valor, pues tiene un valor jurídico y un valor económico respecto de las
hipotecas y derechos reales o situaciones jurídicas posteriores, constituidas o por constituir,
tanto en el caso de ejecución de la hipoteca anterior que ha avanzado en rango o de cual-
quier otra preferente para percibir el sobrante, como en el aspecto de que en caso de extin-
ción por otra causa de las preferentes existe un avance en el rango respecto de las segun-
das y posteriores" (ROCA SASTRE y ROCA-SASTRE MUNGUNILL, Derecho hipotecario, II,
Bosch, Barcelona, 1995, p. 71). A su juicio, la -estipulación de, un-precio no habría de
afectar a la esencia del pacto, recomendando, para tal supuesto, observar el artículo 1446
del Código Civil, el cual expresa que "si la venta consistiera parte en dinero y parte en
otra cosa, se calificará el contrato por la intención manifestada de los contratantes. No
constando ésta, se tendrá por permuta, si el valor de la cosa dada en parte del precio
excede del dinero o equivalente; y por venta en caso contrario". De esa forma, sería per-
muta, cuando las partes así lo determinen o, si no lo hacen, cuando el valor del peor rango
fuera superior a la cantidad de dinero entregada.
Siguiendo con el planteamiento de ROCA SASTRE, cuando el articulo 1.446 del Códi-
go español sostiene que la permuta con compensación dineraria o sobreprecio tendrá la
calificación que le den las partes, no se estaría admitiendo una definición arbitraria del
contrato, sino atendiendo a la voluntad real de las partes, la cual, en el supuesto que se
analiza, manifestaría una adquisición onerosa de rango, distinta también del típico con-
Nos-
rato de compraventa. Si la cesión del puesto preferente se hiciera a título lucrativo, su-
ondría una nieta liberalidad, y nunca una donación mixta o con causa onerosa, dado que
cedente únicamente perseguiría favorecer al cesionario.
2° En este sentido, resulta sumamente demostrativo 'que en el propio ordenamiento
lemán, cercano al sistema de rango fijo o por parcelas de valor, su Código mencione, por
n lado, el contrato de permuta o Tausch (cfr. § 515 BGB) y, por otro, la modificación de
uno o Rangánderung (cfr. § 880 BGB).
"No sucede lo mismo en el Derecho alemán, donde el párrafo cuarto del § 880 BGB
stablece que "el rango asignado al derecho que avanza no se pierde por la circunstancia
'e que el derecho que retrocede sea suprimido por negocio jurídico". Sobre esta norma,
ice WOLFF que "si después de la modificación de rango se extingue el puesto que retro-
Idió (por ejemplo, el usufructo, por defunción del usufructuario), la modificación se
ice ineficaz: los derechos intermedios avanzan siguiéndoles el puesto avanzado por la
jodificación. Sólo hay una excepción: si el derecho retrocedido se suprime mediante
.1gocio jurídico (declaración de abandono y cancelación), se mantiene el rango preferen-
i del puesto avanzado. Aquí, por cierto, la modificación del rango alcanza también a los
hilares intermedios; pero es justo, ya que no tenían derecho alguno a la supresión del
iesto retrocedido" (EmEcERus, Kir? y WOLFF, Ob. cit., p. 224).
PRINCIPIOS REGISTRALES / 149
3. La reserva de rango
Según sabemos, la reserva de rango se halla consagrada en el artículo
•
3135 CC, en exclusiva relación con la hipoteca. Frente a lo que sucede con
Para ALTERINI, "la posposición de rango hipotecario tiene lugar cuando el titular de
una hipoteca inscripta cede su rango preferente a favor de otro derecho hipotecario otorgado
por ese acto" ("Rango...", cit., p. 2.040). En opinión de
Girriattáaz ZALDIVAR, la posposi-
ción corno negocio se dará "cuando uno de los derechos que interviene en la negociación
está inscrito y el otro no, y el derecho de hipoteca que ocupara el grado preferente se cons-
tituye simultáneamente a la cesión de rango, que hace el acreedor que retrocede" ("Hipote-
La Ley 154 [1974], p. 1001). Entre otos
ca: reserva, perrnuta, posposición de rango", en
autores que mantienen esta misma postura, pueden citarse SOSA MOLINÉ (cfr. "Reserva,
Revista del Notariado n° 734 [1974], p.
'permuta y posposición del rango hipotecario", en
490), QUEIROLO y BOND, "Reserva, permuta, coparticipación y posposición de rangos. Nue-
Revista Notarial
va visión de los negocios sobre el rango hipotecario y su registración", en
MAFUANI DE VIDAL (cfr. ob. cit., p. 271).
•n° 934 [19991, p. 717)0
00GHLAN,
27- ob. cit., p. 175.
150 / GABRIEL DE REINA TARTIÉRE
" Según NUSSBAUM, "puede ocurrir que la preferencia se frustre por la inscripción de
una hipoteca forzosa, que, por su naturaleza especial, se anteponga a la reserva" (Tratado i•
de Derecho hipotecario alemán, traducción de Rocas, Madrid, Revista de Derecho Priva-
4
do, 1929, p. 38). Como el propio autor indica, por hipoteca forzosa ha de entenderse la
hipoteca de seguridad obtenida en vía de ejecución por el acreedor que ostentara contra-el-
propietario una sentencia firme u otro título con fuerza ejecutiva cualquiera.(cfr. idem, p.
226). A esta clase de hipotecas se equiparan las llamadas
4
de embargo. Por su parte, SOS:4
MOLINÉ entiende que la reserva de rango "no puede afectar los derechos de terceros ante-
riores a su efectivización, salvo con respecto a los que hayan contratado en forma voluri- 4
taria sobre el bien, por cuanto en este caso la publicidad registra/ los advertirá de ese
derecho en expectativa que podrá efectivizarse sin su consentimiento" (ob. cit., p. 489).
De la misma opinión GUTIÉRREZ ZALDiVAR, quien considera que la anotación de embargo 4
haría caducar el derecho a usar de la reserva (cfr. ob. cit., p. 999).
29 Citadas en la nota 26 del capítulo anterior. 4
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\ Q 6-os CISC-CiT\ Cirn -cyn 1,s(1‘ .•
Gcrecc-n:Q c\c.correol C)QC
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ridad, resultaría inexacto hablar de igualdad de rango, pues, con independencia del núme-
1"111. ro de titulares y de las concretas relaciones entre ellos, sólo habría una hipoteca y, por
tanto, un solo rango hipotecario.
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152 GABRIEL DE REINA TARTIÉRE
5. La postergación
La postergación es una figura cuyo alcance no puede entenderse sie
antes aproximarse a lo supuestos de igualdad de rango. Exactamente con=„
sistiría en el cambio entre derechos del mismo rango, en el sentido en que
unos se pospongan a otros. En cuanto negocio, tiene un carácter esencial-
mente unilateral, pues se desarrolla con prescindencia de la voluntad da
quien vaya a aprovecharse; no se requiere la comunicación o notificación
previa al copartícipe que como consecuencia haya de permanecer
mejor rango. No obstante, en la práctica resultaría difícilmente imaginabl.
que este último quedara al margen de su formalización, pues seguramente
habría retribuido de alguna manera la decisión del postergant&s.
36
Hace unos años destacaba LLORENS "el inconveniente que se plantea a quienes quie-
ren obtener créditos hipotecarios sobre inmuebles afectados por usufructo. Generalmente,
el título es una donación de nuda propiedad de padres a hijos. Y los usufructuarios están
conformes y son conscientes de la necesidad de la obtención del crédito para la evolución de
la explotación que se realiza en el inmueble. Es más: casi siempre son los propios usufruc-
tuarios, que explotan el inmueble, los que quieren acceder al crédito hipotecario, para lo
cual los nudo propietarios están dispuestos a hipotecar"; y proseguía.- "el conflicto se plan-
tea porque el acreedor no concede el crédito si su hipoteca no le posibilita la ejecución del
inmueble libre de usufructo, en caso de incumplimiento del tomador del crédito. Pero el
usufructuario, si bien acepta perder su usufructo en el supuesto de ejecución, tal como si ese
usufructo se hubiese constituido con posterioridad a la hipoteca, no está dispuesto a renun-
ciar lisa y llanamente a su derecho. Tener que hacerlo, parece desmesurado" ("Hipoteca de
inmueble usufructuado", en Revista Notarial n°921 [1995], pp. 441-442.)
""El nudo propietario conserva el ejercicio de todos los derechos de propiedad compa-
tibles con sus obligaciones. Puede vender el objeto sometido al usufructo, donarlo, gravado
con hipotecas o servidumbres que tengan efecto después de terminado el usufructo y ejercer
todas las acciones que pertenezcan al propietario en su calidad de tal" (art. 2.916 CC).
" En tal sentido, se ha sostenido que "aun cuando el artículo 2.916 CC establece que
la ejecución de los actos de disposición allí autorizados tendrá efecto después determina-
do el usufructo, nada impide que, en ejercicio de la libertad negocial que establece el
a-N•
1 El embargo
Propiedad es unasigue
Inmueble medida cautelar cuya anotación en el Registro de
el 1l
carácterexistirá
en la legislación. Consecuentemente,
la comúnmente
a partir declarativo impuesto
autoridad judicial competente y ello pese a de que se decrete prir
medidas de garantía o publicidad que .
corr no se hayan adoptado l4.;,r;
espondientes. En este último caso;
..afectar
el que a]
notercero
se hayadetomado
buena constancia registra] del ernbargo; éste-no pot5Ir4
.eni--
fe,
pla Con su finalidad protectora pordel
lo que, si se quiere que el embargo cum----:::'
que se inste su inmediata anotación: crédito, parece más que convenieniél,
ner En
de este punto,
su rango encabe preguntarse si el acreedor embargante puede dispd ..
beneficio
de los titulares ..
de
hiera de
so, imaginable wia permuta o posposición fecha
entre posterior;Aunque
embargos". seria, inclii-
hu
' de establecerse alguna
del embargo —es especialidad atendiend
o ala condición coactivi
embargo—, los pecialMente, la autorización del juez'que
argumentos a favor se centraría
ro, la plena vigencia hayáprescrito el:
del principio de n en dos
este sentido, se habría de partir aspectos: el prime...
ce que el embargante "de del prioridad en materia de embargos. Eri';..:
bienes artículo 218 CPCCN en cuanto recono.'.4:
de su deudor, no afectados a créditos pri-
vilegiados,
costas, tendrá derecho
con preferencia a a cobrar íntegramente su crédito, intereses y
otros
así, conforme a esa preferencia,acreedores, salvo en el
los embargos caso de concurso". Y
posteriores únicamente afee.
artículo 1.197
del mismo cuerpo
legal, el titular
prerrogativa y preste conformidad para que del
mente" (Cámara Nacional de los derecho de usufructo renuncie a tal
El Derecho 191 [2001], Apelaciones en efectos de tales actos operen anticipada-
también el fallo pp. 13 y ss. lo Civil, Sala G, de
14
de 18 de septiembre—con nota de Ruiz—. De la mismadeCámara junio de 2000, en
de 2 001, en
"Sobre la aplicación de este tipo de posposición La Ley y Sala, vid.
"De nuevo: hipoteca de inmueble 2002-B, p. 303).
rial n° 928 (1997). pp. u a un caso en concreto,
" 695 y ss. sufructuado (i Un logro práctico!)", en vid LLDRENS,
inclina Revista Nota-
En
porlasudoctrina
admisiónargentina
(cfr. ob. apenas se ha tocado el tema: mientras que Coaivaro se
cit., p. 1
de rangos entre un acreedor embargante
33), SosA MoL/NÉ considera absurda la permuta
y un acreedor
hipotecario (cfr. ob. cit., p. 487).
PRINCIPIOS REGISTRALES / 155
tarán "el sobrante que quedare después de pagados los créditos que hayan
obtenido embargos anteriores'''.
El segundo de los fundamentos para admitir la hipótesis contemplada
pasaría por reconocer la identidad teleológica entre embargos e hipote-
cas4. No tiene mucho sentido permitir en unos casos lo que se niega para
otros, ciertamente parecidos4.
" Aunque el artículo 218 CPCCN no lo termine de definir, la prioridad entre embar-
gos y por extensión, entre éstos y los demás derechos inscritos sobre la finca, ha de tomar
en consideración el componente registral, de manera que sea primer embargo el antes
anotado. Así se colige del articulo 538 CPCCN, donde se afirma que "si el embargo
hubiese de hacerse efeztivo en bienes inmuebles o muebles registrables, bastará su anota-
ción en el registro, en la forma y con los efectos que resultaren de la ley"; se entiende que
la ley referida, tratándose de inmuebles, no es otra que la 17.801.
" Lo cual no significa que el embargo recupere su condición histórica de hipoteca
judicial, ya repudiada por VÉLEZ (cfr. art. 3.115 CC). Más propiamente, el embargo su-
pondría una garantía a disposición de los acreedores, cuyos efectos reales se basarían,
como los de la hipoteca, en el conocimiento que de él hubieran tenido los terceros.
Para el Derecho español, MAZUELOS CARMONA no encontraba "obstáculo legal algu-
no que en principio se oponga a los convenios particulares celebrados entre los acreedo-
res y titulares de derechos inscritos y anotados sobre la finca embargada sin la anuencia y
conformidad del deudor, por aplicación de la teoría sobre la permuta y la posposición de
puestos registrales, reconocidos en el artículo 241 del Reglamento Hipotecario, aunque
hay que reconocer que para que dicho concordato sea ejecutivo sin la conformidad del
deudor habrá que tenerse presente el carácter más o menos firme de dichos créditos y
derechos respecto al apremiado" ("Apuntes sobre las anotaciones de embargo y algunos
de sus problemas", en Revista Critica de Derecho Inmobiliario n' 334-335 [1956], p.
152). Se trata de una opinión que parece rechazada por la Dirección General de los Regis-
tros y del Notariado, en cuanto ha sostenido que si bien "podría argumentarse que, admi-
tidos los negocios de posposición del rango entre las hipotecas, procedería admitir igual-
mente la posposición de un embargo anterior en beneficio del posterior, cuando es decretado
por el propio juez que acordó la traba que se pospone, y no existen titulares intermedios
que puedan resultar pedudicados. Ahora bien, ha de reconocerse que la posposición no es
una figura que se adapte a la naturaleza específica y diferenciada del embargo respecto de
156 / GABRIEL DE REINA TAWITERE
la hipoteca y, menos aún, que tal posposición pueda ser la consecuencia de una sentencia:
estimatoria de la tercería de mejor derecho, y ello aun cuando de tal posposición de
bargos, pueda, en algunos casos, derivarse ventajas" (Resoluciones de 23 y24 de abril
3 de junio de 1996).
"En general, sobre la posposición de la condición resolutoria, vid.:
BONILLA ENCINA::
ob. cit., pp. 522 y SS.; Roma JAÉN,
"La condición resolutoria y el Registro de la Propie-
dad", en Revista Critica de Derecho Inmobiliario
n°463 (1967), pp. 1679 y SS.; id.,
pacto resolutorio en la venta de bienes inmuebles (Su razón histórica), Madrid, Civitas:,
1996, pp. 197-198; RODRÍGUEZ ADRADOS,
"Algunos aspectos de la ¡ex comissoria", en Re-
vista Crítica de Derecho Inmobiliario n°464 (1968), pp.
94 y as.; GARCÍA GARCÍA, Dere-
cho..., cit., 11, pp. 744 y ss.; LOBATO GARCÍA-MLIÁN,
La reserva de dominio en la quiebra,'
Madrid, Civitas, 1997, p. 77; LÓPEZ FRÍAS,
La transmisión de la propiedad en la permuta
de solar pOr pisos, Barcelona, Bosch, 1997, pp. 96-97;
MOLL DE ALBA LACUVE, La figura
del pacto comisorio, Barcelona, Cedecs, 1999, pp. 144-145.
" Algunas voces han señalado, aunque no categóricamente, la singularidad del pacto.
Así, ROCA SASTRE
entiende que "más que de una propia posposición de la condición
resolutoria se nata de un pacto de preservación respecto de la hipoteca antepuesta de los
efectos resolutorios derivados del pacto de la ley comisoria, es decir, de una exclusión
convencional de la retroacción de los efectos de la condición resolutoria cumplida, en
virtud de todo lo cual la referida hipoteca se salva del derrumbamiento de la propiedad
del comprador o de sus causahabientes"
(ROCA SASTRE y ROCA-SASTRE MUNCUNILL, De-
recho..., cit., 11, p. 82). Por su parte, GÓMEZ GÁLLIGO
estima que nos encontramos ante
una renuncia anticipada del vendedor al ejercicio de su facultad resolutoria respecto de la
hipoteca futura (cfr. "Inscripción de condición resolutoria en garantía de precio aplaza-
do", en Revista Critico de Derecho Inmobiliario
n° 613 [1992], p. 2487).
PRINCIPIOS REGISTRALES / 157