Gtic, JUAN C DE LA CRUZ
Gtic, JUAN C DE LA CRUZ
Gtic, JUAN C DE LA CRUZ
(SOTERIOLOGÍA)
The Doctrine of Salvation (Sotheriology)
RESUMEN
1
Juan C. de la Cruz (IQ / UASD, MS / UASD, ThM / SBS, MA / SEBTS, PhD pelo
SBS). Pastor principal en la Iglesia Bautista Nueva Jerusalén, Bonao, Republica
Dominicana (www.ibnjrd.org). Director del Southern Baptist School for Biblical
Studies, en Republica Dominicana (www.sbs-edu.org). E-mail: jcanabel@gmail.
com
146
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
Dr. Juan C. de la Cruz
La doctrina de la Salvación
Jesucristo, el Unigénito Hijo de Dios hecho Hombre. De ahí que:
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.”9
O, dicho de otro modo:
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley,
hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero).”10
La maldición de la ley es la muerte, pues “la paga del pecado
es la muerte”.11 Y no la muerte común, pues esa es una minúscula
consecuencia de la caída como tal, se trata de la muerte eterna, en
consecuencia, de la gran traición que representa el pecado.
La salvación traerá como resultado la morada de Dios con los
hombres, y viceversa, por toda la eternidad.12 En el estado presente
gozamos de la morada del Espíritu, en cumplimiento de la promesa de
6
1 Corintios 15.22; Romanos 5.12; 3.23.
7
Romanos 8.21, 22; 1 Corintios 1.7; Tito 2.12, 13.
8
Genesis 2.17; Ezequiel 18.4, 20; Romanos 3.23.
9
1 Corintios 5.21.
10
Gálatas 3.13 (ver también: Romanos 6.10; Isaías 53.6; 1 Pedro 3.18;
Filipenses 3.9).
11
Romanos 3.23.
12
Efesios 1.10, 11.
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Dios,13 así como de paz con Dios.14
La salvación nunca ocurre aparte de la exposición y recepción
conscientes del evangelio de Jesucristo por parte del redimido.
Porque es el evangelio lo que Dios utiliza para justificar al impío. Es
decir, que la salvación (elección, expiación, redención, regeneración,
justificación y glorificación) es de principio a fin la obra de Dios por fe
y para fe en Cristo.15
La salvación es entonces una obra de gracia mediante la cual
Dios rescata al pecador de su condición caída (pecadora) en la que se
encuentra por derecho de nacimiento. La razón por la que la salvación
debe ser una obra de gracia es porque el ser humano está separado
de la gloria de Dios, en continua enemistad con Dios, en virtud de su
pecado.16
Es decir, que el hombre está muerto en sus delitos y pecados
y haciendo por naturaleza las obras de la carne, de los pensamientos y
del diablo, bajo cuyo yugo está cautivo.17 Por tal condición, la salvación
no se gana ni se merece, ni existe manera alguna como un pecador
Dr. Juan C. de la Cruz
La doctrina de la Salvación
como Salvador, ese pecador es adoptado como hijo de Dios.21 La salvación
comprende una serie de eventos que Dios mismo ha dispuesto, los
cuales han sucedido, suceden y/o sucederán. Es decir, algunos son
asuntos obrados en el pasado (incluso en la eternidad misma, como
la elección y la expiación), otros son obrados en el momento mismo de la
impartición de la gracia al pecador (como la regeneración, que acontece
incluso antes de la fe y la justificación, p.e., que son obras del Espíritu
que se aplican a los escogidos), y otros son asuntos del futuro (como
la glorificación, p.e.).
La salvación es una obra amplia de Dios en los hombres.
Involucra todo el consejo de la trinidad en la eternidad pasada, en el
tiempo presente, en el futuro de esta era y en la era venidera.
La salvación es entonces un estado en el que Dios coloca
al pecador que Él ha escogido y predestinado en el momento
cuando tal elegido escucha el Evangelio de la Salvación y cree en
él, arrepintiéndose de sus pecados. La salvación es engendrada
como fruto de la regeneración o nuevo nacimiento, que conduce al
pecador a la fe y la justificación, junto a otras acciones divinas que se
hacen patente en esa persona, a saber: la propiciación, redención, la
justificación, la liberación del diablo y del pecado, la adopción como
hijo amado de Dios, la santificación, y la final glorificado; y si bien un
20
Es la doctrina teológica que trata de la secuencia lógica de los beneficios de la
redención logrados por Cristo y aplicados por el Espíritu Santo.
21
Juan 1:12-13: 3:1-5.
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redimido por la sangre de Cristo no ha sido glorificado totalmente aun
en este tiempo presente, si ha sido hecho un hijo de Dios, miembro de
la familia de Dios, ciudadano del reino de los cielos y heredero de todas
las promesas de Dios, de las cuales ya recibió algunas, incluyendo la
investidura del Espíritu Santo que pasa a morar en el convertido.22
De las gracias y figuras salvadoras mencionadas, es necesario
a este punto agruparlas con relación a la economía divina, para
desarraigar cualquier confusión. A saber:
1. La elección, que es prerrogativa exclusiva del Padre.
2. La expiación y redención, que son la obra de Cristo ya
consumada.
3. La iluminación, regeneración, son obras del Espíritu,
aplicada en el tiempo al pecador.
Estas son obras monergistas en el plan salvador. Todo hasta
este punto, como se puede notar, ha sido la exclusiva obra de Dios en
la salvación de los pecadores.
En lo concerniente a la aplicación personal de la salvación, y
Dr. Juan C. de la Cruz
22
Ver Juan 1.12-14; Efesios 1.1-14; 2.1-10, 19; Romanos 6.1-14; 8.17; Gálatas 4.7; etc.
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que se gestó en la eternidad. La salvación descansa completamente en
tal prerrogativa divina que conduce la obra redentora obrada por Cristo
en los amados y predestinados.23 La salvación es de administración
exclusiva de la divinidad. El hombre es salvo completamente por la
gracia de Dios. El pago de la redención lo realizó Cristo en su totalidad
en la vergonzosa pero bendita cruz. En aquel instrumento de tortura
el Cordero de Dios expió lo pecados nuestros y propició plenamente
la ira de Dios. El Perfecto Sacrificio de Cristo en aquel horrendo
Calvario, satisfizo a plenitud toda la demanda divina, que aunque
eficaz y redentora sólo en los elegidos, presenta ciertos beneficios, no
salvadores, que son de alcance universal.24
2. LA EXPIACIÓN
La doctrina de la Salvación
La expiación es el fruto del sacrificio de Cristo en la cruz, por
la cual se paga el precio del pecado que satisface la demanda divina,
generando así la “propiciación” por los pecados de los impíos delante
de la divinidad, provocando así un estado de paz entre el pecador
arrepentido y el Dios Santo, Santo, Santo.25 La expiación de Cristo en
la cruz dio a luz tanto ‘la propiciación’ (o la satisfacción de Dios, lo
cual aplaca su ira y sus juicios contra el pecador por sus rebeliones),
también ‘la redención’ (la paga necesaria) y ‘la reconciliación’ con
Dios de todos los pecadores que el Padre había predestinado en
sus propósitos eternos. Todos los escogidos de Dios, sin excepción
alguna, tanto del pasado como del futuro al evento de la cruz, fueron
redimidos en la cruz de Cristo.
La doctrina de la expiación apunta a la doctrina de la muerte
de Cristo en la cruz, donde se logró la aplicación de la salvación en
los escogidos de Dios. En la cruz se hizo efectivo el rescate de los
23
Ver Romanos 8.29, 30; Efesios 1.3-10.
24
La obra de la expiación es eficaz y satisfactoria. Aunque en sus efectos salvadores
se limita a los escogidos de Dios, en la vida presente operó favores infinitos, incluso
en favor de los réprobos. La cristianización reluce resultados favorables en un
sentido universal. Así, por ejemplo, una educación cristiana basta en los países
cristianizados, leyes más justas en los países influenciados por la cosmovisión
cristiana, instituciones de bien social operadas por los santos que benefician
millones de millones de afectados por los efectos del pecado. Esta postura se
suele denominar “fullerianismo” en honor a Andrew Fuller, el primer presidente y
fundador junto con William Carey en 1972 de la archifamosa Baptist Mission Society
(BMS).
25
Romanos 3.24-25; 1 Juan 2.2; 1 Juan 4.10.
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pecadores, eficaz la remoción de la culpa por el pecado y consumado
fue el plan redentor divino.
Justamente esta fase de la doctrina de la salvación ha dividido
el pensamiento soteriológico de la cristiandad. Los reformados de
Holanda se dividieron luego de que 45 de los discípulos del profesor
Jacobo Arminio consolidaran las enseñanzas de su maestro en ‘el
Remostrance’ (en 1610), un año después de la muerte de Armino,
sometiendo tales resoluciones al estado general holandés. En suma
‘el Remostrance’ en suma exponía que la dignidad humana requiere
una ‘libertad de la voluntad’ imparcial.26 Casi una década después,
el estado holandés convocó un sínodo en Dordrecht (1618-1619).
El sínodo fue motivado por los calvinistas, impidiendo la entrada
a los arminianos. El resultado de tal sínodo fue la condena de ‘el
Remostrance’ y la consecuente adopción de los ‘cinco puntos del
calvinismo’.27 La historia de los bautistas, muy especialmente, está
marcada por la posición respecto a este punto. Los bautistas europeos
históricos fueron designados “generales” o “particulares”, según
Dr. Juan C. de la Cruz
La doctrina de la Salvación
podrá alguien acusar a los escogidos de Dios? El gran amor con que
Dios nos amó, entiende Murray, es un amor discriminante, un amor
que escoge y predestina.29 Dios amó a Jacob y aborreció a Esaú,
cuando estos ni siquiera habían nacido. El mismo Dios escogió a Israel
de entre los demás pueblos de la tierra, cuando estos no existían aun,
sino en los lomos de Abraham. Cristo explicó bien el alcance de su
obra redentora, dijo: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me
envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.”30 Es decir, que
el amor de Dios predestina, llama, justifica y santifica, es decir, redime,
a quienes Él amó o conoció de antemano.31
La expiación de Cristo no fue ciega ni lastimosa. La expiación
de Cristo, en todo el sentido bíblico fue enfocada. Aunque hay
innumerables beneficios como fruto de la encarnación, muerte y
resurrección de Cristo, aun para los réprobos, en sentido redentor,
estuvo siempre enfocada conforme al plan divino de los siglos. Y
ninguno que viene a Cristo, los mismos que el Padre le dio, óigalo
bien, ninguno de esos se perderá. La expiación es definida, enfocada y
eficaz. Eso produce una seguridad, una paz y un gozo de dimensiones
infinitas en los regenerados. ¡Aleluya!
28
Ver: TULIP and Reformed Theology: Unconditional Election, by R. C. Sproul.
Art. April 1, 2017. © 2018 Ligonier Ministries. (www.ligonier.org).
29
MURRAY, John. La Redención Consumada y Aplicada, p. 12.
30
Juan 6.44,65.
31
Romanos 8.29,30.
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3. LA REDENCIÓN
32
Ver Romanos 3.21ss; Apocalipsis 5.9; Hebreos 9.12
33
AROCHA, Oskar. Dios Salva Pecadores, p. 77.
34
Consulte aquí: Romanos 3.9ss; Efesios 2.1-4; Gálatas 3.13; Apocalipsis 5.9.
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4. LA REGENERACIÓN O NUEVO NACIMIENTO
La doctrina de la Salvación
dentro de ellas. Puesto que esto es tan explícito, Jesús reprende a
Nicodemo, “maestro de Israel”, por no comprender cómo se produce
el nuevo nacimiento (Juan 3.9, 10). Lo que está indicando todo el
tiempo es que no existe ejercicio alguno de la fe en Cristo mismo como
Salvador soberano, ni arrepentimiento, ni verdadero discipulado, sin
este nuevo nacimiento.37
El nuevo nacimiento genera frutos. Juan en 1 Juan 2.29; 3.9;
4.7; 5.1, 4 enseña que la fe en la obra de Cristo es evidencia del nuevo
nacimiento (de que hemos nacido de Dios). Pero ello el Dr. Packer
concluye: “Así como no hay conversión sin el nuevo nacimiento, no
hay nuevo nacimiento sin la conversión”.38
Una de las más exquisitas explicaciones sobre esta doctrina
que existen probablemente sea la que proveyeron los reformados
en el sínodo de Dort de 1621, en el documento así denominado “Los
Cánones de Dort”, según sigue:
X. “Pero que otros, siendo llamados por el
ministerio del Evangelio, acudan y se conviertan,
no se tiene que atribuir al hombre como si él, por
su voluntad libre, se distinguiese a sí mismo de
los otros que son provistos de gracia igualmente
grande y suficiente (lo cual sienta la vanidosa
35
Juan 1:10-13. Ver Romanos 6.1-14
36
GRUDEM, Wayne. Doctrina Cristiana, p. 300.
37
PACKER, J. I. Teología Concisa, p. 165.
38
PACKER, p. 166.
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herejía de Pelagio); si no que se debe atribuir a
Dios, quien, al igual que predestinó a los suyos
desde la eternidad en Cristo, así también llama
a estos mismos en el tiempo, los dota de la fe y
de la conversión y, salvándolos del poder de las
tinieblas, los traslada al reino de Su Hijo, a fin
de que anuncien las virtudes de aquel que los
llamó de las tinieblas a su luz admirable, y esto a
fin de que no se gloríen en sí mismos, sino en el
Señor, como los escritos apostólicos declaran de
un modo general.
La doctrina de la Salvación
gracia que ha recibido.
39
CÁNONES DE DORT, caps. 2 y 3, párrafos X-XIII. Énfasis mío.
40
THE ABSTRACT OF PRINCIPLES (Traducción libre del autor).
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Sin la presencia del Espíritu no hay convicción,
ni regeneración, ni santificación, ni purificación,
ni obras aceptables… La vida se halla en el
Espíritu avivador.41
El Dr. Sproul, un reformado neto, sí plantea lo relativo al
momento. En su libro “El Ministerio del Espíritu Santo” dice: “La
regeneración precede a la fe”.42 Comenta que el esquema sobre la
salvación generalmente creído por los cristianos es:
5. EL LLAMAMIENTO EFICAZ
41
SPROUL, R. C. El Ministerio del Espíritu Santo, p. 83.
42
SPROUL, p. 92.
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I Corintios 2.10, 12), quitándoles el corazón
de piedras y dándoles uno de carne (Ezequiel
36.26), renovando sus voluntades y por su poder
soberano determinándoles a hacer aquello que
es bueno (Ezequiel 11.19, Deuteronomio 30:6;
comp. Ezequiel 36.27), y llevándoles eficazmente
a Jesucristo. (Juan 6.44, 45). Sin embargo, ellos
van con absoluta libertad, habiendo recibido
la voluntad de hacerlo por la gracia de Dios
(Cantares 1.4; Salmo 110.3; Juan 6.37).
Este llamamiento eficaz depende de la libre y especial gracia
de Dios y de ninguna manera de alguna cosa prevista en el hombre, (2
Timoteo 1.9; Tito 3.4, 5; Romanos 9.11; comp. Efesios 2.4-9); el cual es
La doctrina de la Salvación
en esto enteramente pasivo, hasta que siendo vivificado y renovado
por el Espíritu Santo, (1 Corintios 2.14; Romanos 8.7; Efesios 2.5),
adquiere la capacidad de responder a este llamamiento y de recibir la
gracia ofrecida y trasmitida en él, (Juan 6.37; Ezequiel 36.27).
Otras personas no elegidas, aun cuando sean llamada por
el ministerio de la palabra (Mateo 22.14) y tengan alguna de las
operaciones comunes del Espíritu (Mateo 13.20, 21), nunca vienen
verdaderamente a Cristo, y por lo mismo no pueden ser salvas; (Juan
6.64-66; 8.24), mucho menos pueden, los que no profesan la religión
cristiana, salvarse de alguna otra manera, aun cuando sean diligentes
en ajustar sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la religión
que profesa (Hechos 4.12; Juan 14.6; 17.3), y el decir y sostener que lo
puede lograr así, es muy pernicioso y detestable (Juan 10.11; Gálatas
1:8).”
Este articulo explica excelentemente el tema. Lo expuesto
deja claro que una persona ciega, no puede ver a menos que acontezca
un milagro. Lo mismo que una persona en tinieblas, no puede ni
caminar. Tampoco una persona muerta podría moverse. De ahí que, si
Dios no hace una obra espiritual previa en el pecador, no podría ni ver
el reino de Dios. Esto es el llamamiento eficaz y la regeneración.
43
Marcos 1.4, 14-15; Lucas 17.3; Hechos 2.38: Romanos 2.4
44
Hechos 9.1-6
45
HOBS, Herschel H. What Baptist Believe, p. 94.
46
HOBS, p. 94, 95. (Comp. Lucas 13.3)
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7. LA JUSTIFICACIÓN
La doctrina de la Salvación
“La justificación es la gracia de Dios que otorga
completa absolución a los pecadores que creen
en Cristo de todos sus pecados, a través de la
satisfacción que Cristo ha obtenido; no por nada
forjado en ellos o hecho por ellos; sino a causa
de la obediencia y la satisfacción que Cristo
obtuvo, la cual ellos reciben y descansan en Él y
en Su justicia por fe.”48
La imputación es un recurso legal justo. En la justificación,
El Juez Justo declaró culpable a aquel que se adjudicó la culpa por el
pecado, a saber, Cristo, “el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo”,49 como está escrito: “Mas Jehová cargó en él, el pecado de
todos nosotros”.50 “Porque también Cristo padeció una sola vez por
los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a
la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el Espíritu”.51 Así que
podemos declarar como Pablo: “Y ser hallado en él, no teniendo mi
propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la
justicia que es de Dios por la fe”.52
La justificación es ese incomprensible plan de gracia de la
47
Romanos 5.1.
48
The Abstract of Principles (Traducción libre del autor).
49
Juan 1.29.
50
Isaías 53.6b.
51
1 Pedro 3.18.
52
Filipenses 3.9.
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divinidad a favor de los transgresores. Es justísima en virtud de que
plenamente satisface la demanda de Dios, a la vez que Él permanece
santísimo y justísimo. El pecador es justificado en virtud de la obra
sustitutiva que Cristo realizó. En dicha sustitución: “Jehovah cargo en
Él [su Siervo justo] el pecado de todos notros, el justo fue herido por
nuestras rebeliones, y el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por sus
llagas fuimos nosotros curados”.53
El sustituto tenía que ser digno, solvente y suficiente. Sólo
Cristo cumplió con tales requisitos en todo el universo puesto que
debía ser Hombre y Dios. La muerte de Cristo no fue la vida de un
hombre por un hombre, fue la vida de Dios-hecho-Hombre por los
hombres.
Al pecador le es imposible merecer o poder solventar su
propia redención o rescate, tanto por el alto precio de la redención,
como por la completa indignidad de la humanidad caída ante Dios.
Por ello, le debe ser suministrada por gracia, a través [solamente] de la
fe en Jesucristo, en consecuencia, de la elección divina en la eternidad,
Dr. Juan C. de la Cruz
en el Amado.54
Si bien el decreto de justificación se delibera soberanamente
y en el mismo trono de la gracia, no obstante, no es pasiva en cuanto a
sus efectos, como tampoco lo son las otras gracias salvadoras, en virtud
de la recepción del Espíritu en el creyente; y, si bien la justificación es
de carácter forense, lo cierto es que propicia efectos instantáneos y
consecuentes en el justificado, que operan en conjunto con el resto
de los dones salvadores. No que la justicia genere mérito alguno en
el justificado, sino que pone al pecador en una posición privilegiada
ante Dios, por la imputación de la justicia de Cristo al creyente. Es una
gracia necesaria para gozar de tal postura ante Dios, por lo cual dice la
Palabra: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo.”55
Al momento de la justificación por la fe, el pecador ha sido
ya regenerado y libertado; y mediante esa misma fe que obró la
justifica, se propicia la aplicación en los elegidos de la redención,
la santificación, la adopción, y la glorificación. Todos estos dones
salvadores son operados como fruto de la recepción del Espíritu Santo
53
Isaías 53.5.
54
Ver Efesios 1.3-8.
55
Romanos 5.1.
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en el regenerado, y el don de la fe impartida por el mismo Espíritu que
regenera, es la que conduce a la conversión y al arrepentimiento, al ser
deliberado y recibido el mensaje del evangelio por el redimido.
8. LA ADOPCIÓN
La doctrina de la Salvación
no haya una noticia más impactante, gloriosa y generadora de gozo
para el creyente que saber que es hecho “hijo de Dios”, y, por tanto,
“heredero juntamente con Cristo de todas las cosas”. ¡Wao!
Para poder adoptarnos como sus hijos amados (ya que
antes éramos hijos de ira y condenación), en su plan, Dios tuvo que
hacerse hombre en la persona de Su Hijo Jesucristo, nuestro Señor y
Redentor; y tuvo que dotarnos con su misma naturaleza, haciéndonos
participantes de ella, por el Espíritu que nos ha dado, con el cual nos
ha regenerado y sellado.56
Como puede observarse, la adopción resulta una gracia
absolutamente necesaria. En tanto que la justificación es judicial, y
por tales razones, impersonal. Del mismo modo, la regeneración es
espiritual, es decir, un cambio de naturaleza, por tanto, una obra de
re-creación. En el mismo orden, la adopción como hijos, en el Amado,
siendo de carácter filial, nos coloca en una relación familiar ante Dios.
Lo repetimos aquí: “Nos hace hijos del Padre, hermanos de Jesucristo
y receptores del Espíritu Santo”. Esto es glorioso y digno de toda
admiración y alabanza. Nosotros, enemigos de Dios por el pecado,
en Cristo somos reconciliados como amigos e hijos de Dios, para
siempre.57
La adopción es uno de los tantos beneficios de la gracia que
56
Ver Juan 1.10-13; Efesios 1.11-14; Romanos 8.9, 15, 23; Gálatas 3.2; Hechos 19.2; 1
Corintios 2.12, 13; Efesios 3.16; 2 Pedro 1.4.
57
Romanos 8.15; Romanos 8.17; Gálatas 4.7; Juan 1.12; Efesios 1.5; Tito 3.7
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nos es otorgada por Dios en Cristo, el Amado. Podríamos decir que
es un beneficio provocado por la regeneración y consumado en la
conversión, que se adquiere junto con la justificación y la santificación.
Sin la adopción, nuestras oraciones serían poco eficaces. Es
en calidad de hijos que Dios atiende a nuestras suplicas. Por ello, al
presentarnos ante Dios en oracion y ruego, lo invocamos diciendo:
“Padre nuestro”.58 Y certificamos nuestras suplicas “en el nombre de
Jesús”, porque el es el mediador entre nosotros y el Padre, a la vez que
nuestro Sumo Sacerdote y Señor de todo. Y puesto que somos hijos,
también somos herederos de todas las cosas; todo es nuestro.59 Y una
muestra de ello es el adelanto o la garantía que el Padre nos ha dado
a los escogidos, a saber, “su Espíritu Santo”, que mora en nosotros los
creyentes.60 Todo queda certificado en que: “Si algo pidiereis en Mi
nombre [dijo Cristo], Yo lo haré”.61 Y dice más: “Y esta es la confianza
que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad,
Él nos oye”.62
Sin la gracia o el beneficio de la adopción, la justificación y la
Dr. Juan C. de la Cruz
9. LA SANTIFICACIÓN
La doctrina de la Salvación
como conteniendo tres etapas: la santificación inicial, la santificación
progresiva y la glorificación (o santificación final o absoluta).
En las Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo
Testamento, se le llama santos y amados de Dios a todos los herederos
de la promesa.67 Aunque a menudo se presenta como un proceso en
los escritos evangélicos, y de hecho tiene un aspecto progresivo, no
debemos restar importancia a la santificación inicial, la cual define y
establece la santificación como un mandato y un proceso.
Cuando las Escrituras nos mandan a la santificación, creemos
que la exégesis correcta de esta terminología y doctrina apunta
no a que la santificación sea un proceso, sino que siendo un estado
en el que hemos sido colocados delante de Dios, y una capacidad
potencial generada por el Espíritu Santo que hace residencia en el
creyente, entonces existe una demanda intrínseca, práctica y moral en
consecuencia; que se traduce en una calidad y un modo de vida para el
santificado; de ahí el llamado a santificación a los santos. Es justamente
por esa realidad posicional que hay objetos santos, montes santos,
utensilios y vasijas santas, templos santos, instrumentos santos. Dios
64
El gran teólogo Agustín de Hipona presento una especie de confusión aquí. Y
difícilmente la humanidad haya dado teólogo mas brillante e influyente en el
pensamiento cristiano que Agustín.
65
Levítico 11.14; 20.7; 1 Pedro 1.15, 16; 1 Pedro 2.5; 1 Corintios 1.2 -este último texto
presenta ambas realidades de la santidad.
66
Mateo 5.48.
67
Ver, p.e., los versos introductorios a la mayoría de las cartas paulinas del NT. Ver
Romanos 1.7; 15.16, 25, 25, 31; 16.2, 15; 1 Corintios 1.2; etc.
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es santo en virtud de su unicidad, a la vez que de su impecabilidad. De
Él aprendemos el sentido de esta doctrina.
El rigor del mandato bíblico a la santificación se corresponde
con el llamado a vivir vidas consagradas para Dios. Y vemos que en
ello hay una capacidad dada, la cual está intrínsecamente ligada a la
madurez o la perfección en el conocimiento de Dios; teniendo como
fundamentos tanto la regeneración como la conversión.68
El pregón de Dios a sus santos es: “Sean santos, porque yo soy
santo”. 69
La doctrina de la Salvación
Aunque la salvación concreta otorgada a una persona tiene un
comienzo, a saber, el día que vino a Cristo en arrepentimiento y fe;78 la
salvación desde la perspectiva divina es de carácter eterno en cuanto
al pasado, pues Dios no solo separó el Único Sacrificio Perfecto, el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, su Hijo Unigénito,
desde antes de los tiempos de los siglos;79 sino que “nos escogió en El”
desde antes de la fundación del mundo igualmente.80 Esto le imprime
un carácter eterno a la salvación como tal. En la mente de Dios todo se
gestó en la eternidad y hacia la eternidad.
No obstante, en lo que respecta a la duración de la salvación,
es una gracia dada por la eternidad futura. El salvado lo es en Cristo
para la eternidad.81 El salvo por Cristo no puede caer de ese estado
de gracia en virtud de la elección divina. Por el contrario, aquellos a
quienes Dios ha sacado de las tinieblas a la luz, que ahora pertenecen
a su rebaño, son ovejas obedientes que oyen y siguen la voz de Cristo,
y nadie las arrebatará jamás de sus manos,82 y: “ni lo alto, ni lo profundo,
13. LA GLORIFICACIÓN
La doctrina de la Salvación
“glorificación”.
Entre tanto sucede la glorificación final de los regenerados
(que será un día en la historia por venir), los santos en vida hemos
sido llamados a vivir para Dios. El proceso de crecimiento en la vida
cristiana se conoce como crecimiento o madurez espiritual, también
se le llama, a menudo, santificación progresiva, o simplemente
santificación.
Aunque la salvación es un regalo que procede cien por ciento
de Dios (de pura gracia), está misteriosamente ligada al amor de Dios,
al decreto eterno de Dios (su elección y predestinación), al eterno
poder de Dios, al eterno propósito de Dios, a la obra redentora de
Cristo en la Cruz, a la acción de su Espíritu Santo (quien convence
a los hombres de pecado, justicia y juicio) y quien a su vez regenera e
ilumina al pecador, al obrar de Dios en los corazones de los hombres, a
la predicación del Evangelio de Cristo (el medio ordinario que conduce
al resultado extraordinario de la regeneración del pecador), al uso de
los sentidos físicos y espirituales de los hombres (especialmente el
oír), y a la voluntad del hombre llamado (pues el que no creyere queda
condenado). Dios ha dispuesto tanto los fines como los medios para
lograr sus propósitos eternos, incluyendo su plan redentor, para su
eterna gloria.95
Del mismo modo, aun cuanto hay una participación sinergista
94
1 Tesalonicenses 4:13-5.11.
95
Ver Efesios 1.3-2.10; 3.14-17.
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de los elegidos en el arrepentimiento y la conversión, debemos cargar
todo el peso del querer como el hacer a la buena, agradable y perfecta
voluntad de Dios. Debemos entender que la voluntad del pecador
está muerta, oscura, perdida y es enemiga de Dios. Por tales patéticas
razones, es menester que sea Dios quien nos encuentre, nos ilumine
y nos regenere, con en efecto lo hacer, vivificando nuestra voluntad
muerta, para que podamos ver y gustar la belleza de Cristo, y podamos
acudir a Él en fe y obediencia. En tal razón, toda la gloria debe ser
siempre y únicamente dada a Dios por todos y en todo. Debemos
declarar siempre: “La salvación es [únicamente] del Señor”. Cualquier
otro análisis teológico distinto, no honra las Escrituras.
Por todo ello, aunque la salvación es exclusividad de Jehová
de principio a fin,96 y para la cual, evidentemente nadie le dio consejo
jamás, también debemos estar claros que Dios la administra y la
dispensa conforme a sus propósitos. Tales realidades no deberían ser
vistas como una pugna o paradoja entre los planes de Dios y la decisión
humana, pues Dios ha dispuesto tanto las causas y los medios, como
Dr. Juan C. de la Cruz
La doctrina de la Salvación
La elección divina, en el amor de Dios en Cristo Jesús, provoca
el llamamiento eficaz a los escogidos; y entonces, esos escogidos son
“justificados” por “la fe”.
Recordemos que “la justificación” es por “la fe”, porque dice:
“justificados pues por la fe”. Es decir, que la fe salvadora opera entre
“el llamamiento” y “la justificación”.
En tal flujo de acciones divinas, como puntualizamos
anteriormente, debemos tomar nota de la economía trinitaria en la
salvación:
1. La prerrogativa del Padre: “La elección”.
2. La obra del Hijo: “La expiación” y “la redención”, (ya
consumadas).
3. La acción del Espíritu Santo: “El llamamiento eficaz”, “la
regeneración”, (operaciones obradas puntualmente en el
tiempo al pecador).102
Fijémonos que en el flujo del orden salvador presentado en
Romanos 8.29, 30, no se menciona la obra del hijo (ni la expiación ni la
redención), pero se asumen. No obstante, en cierto modo, la obra del
Hijo es asumida y resumida en “la justificación”.
100
Énfasis mío.
101
“A los que antes conoció”, acorde a la etimología del término y al contexto del
texto de Romanos 8.28ss, significa literalmente “a los que antes amó”. Es de ahí la
pregunta: ¿Quién nos separa del amor de Cristo? y: “Ninguna otra cosa nos podrá
separar del amor de Dios”.
102
Consultar el primer título de este artículo.
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La obra del Padre es eterna y continúa vigente: “nos predestinó”
–“desde antes de los tiempos de los siglos”. Pero fijémonos el propósito
de la predestinación: “Para que fuésemos hechos conforme a la imagen
de su Hijo”. En otras palabras, la elección fu en el Amado, para el bien
de los escogidos.
La obra del Espíritu se nos resume aquí en “el llamamiento”.103
La confesión de Westminster conglomera la obra del Espíritu, como
era común en la teología reformada, en la doctrina de “el llamamiento
eficaz”.
Entre la obra del Espíritu y la justificación es que entra en
acción la fe. La regeneración, es entonces, una obra del Espíritu,
pero distinta a la llenura del Espíritu. El recibimiento, sellamiento,
bautismo o llenura del Espíritu sucede como fruto de la fe. La fe
justifica al impío y la hace apto para la receptoría del Espíritu. Sin
embargo, la regeneración ya ha acontecido en una persona al momento
de la fe, y por tanto, de la conversión, y del arrepentimiento, y de la
justificación y de la santificación.
Dr. Juan C. de la Cruz
La doctrina de la Salvación
llamamiento eficaz y la regeneración. ¡Es sorprendente, pero cierto!
Entre las obras de la gracia salvadora denominadas ‘el
llamamiento eficaz (incluyendo la regeneración espiritual)’, y ‘la
justificación’, se encuentra el don de la fe. La fe resulta de la obra de
regeneración espiritual, y esta conduce a la justificación, bien que
ambos lados de la obra del Espíritu se dan siempre en la atmosfera
de la predicación del evangelio. Es después del “nuevo nacimiento”,
una obra del Espíritu de Dios en los pecadores, y gracias al don de
la fe que imparte el mismo Espíritu en los regenerados, gracias al
decreto divino; que en el momento que tales hombres y mujeres son
expuestos al Evangelio de Jesucristo, ellos creen en Cristo como Señor
y Rey, convirtiéndose a Él y arrepintiéndose de sus pecados. En ese
preciso momento en que tales hombres y mujeres creen en Cristo,
son justificados, santificados y bautizados o sellados con el Espíritu
Santo.107 ¡Aleluya!
Esto puede parecer extraño a la mente moderna, incluso
a los creyentes; pero es justamente lo que puede ser discernido y
sistematizado en el texto bíblico.
Tenemos que concluir diciendo aquí que “la salvación es
de Jehová” desde y hasta la eternidad. Que los beneficiados somos
aquellos: “A quienes Dios conoció [amó] desde antes, a los que luego
predestinó, y luego llamó, y luego justificó; para que fuésemos hechos
106
Consulte Efesios 1.3-14.
107
Juan 7.39; Hechos 2.38; Efesios 1.13, 14.
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conforme a la imagen de su Hijo”.108
¡A Dios sea la gloria, el honor, el imperio por los siglos de los
siglos, por sus muchos beneficios en favor de pecadores irreverentes,
amén!
REFERENCIAS
AROCHA, Oskar. Dios Salva Pecadores. © Poiema publicaciones,
2016.
ARMINIANISM, Christian Theology. Encyclopedia Britannica. © 2018
by Encyplopedia Britannica inc.
CONFESIÓN de Fe de Westminster de 1647.
CONFESIÓN de Fe de Londres de 1689.
EL LIBRO de Confesiones. Iglesia Presbiteriana EUA.
GRUDEM, Wayne. Doctrina Cristiana. Vida, 2005.
HOBS, Herschel H. What Baptist Believe. Broadman Press, 1964.
Dr. Juan C. de la Cruz