Clase 1
Clase 1
Clase 1
En la mente está en la mente del cliente, es la percepción que este tiene sobre los
productos ,servicios ,reputación y valores de nuestra empresa.
Ries y Trout hablan de una escalera de productos en la que a pesar de que la mente de los
consumidores esta saturada de mensajes la mayoría de los productos se ordenan
mediante jerarquías muy simples. Con este esquema en mente, surge el concepto de
escalamiento (Laddering) como forma de estudiar los atributos de nuestro producto y ver
como posicionarlo:
x Valores
x Beneficios al consumidor
x Características x Atributos.
Para lograr que una marca ocupe un espacio en la mente del consumidor con respecto a su
competencia, necesitamos tener una perspectiva holística. Es decir, visualizar todo lo que
suceda en el mercado que pueda contribuir para que un consumidor o prospecto
consumidor coloque a nuestra marca en su catalogo mental.
hace un análisis de las neuroventas frente a las ventas tradicionales donde argumenta que
estos nuevos conceptos parten de estudios objetivos con metodología sistemática, donde se
registra la actividad electroencefalográfica complementada con medidas fisiológicas que
permiten detectar el impacto de los estímulos.
¿Por qué se hacen este tipo de análisis? El autor responde, como el Dr. House lo haría, que
difícilmente la gente saber lo que realmente quiere y difícilmente dice la verdad. Conocer lo
estímulos apropiados es lo que hace a las neuroventas diferentes de las ventas tradicionales,
donde muchas veces el encargado de ésta área no está del todo capacitado o tiene esquemas
de venta muy aprendidos que, inclusive, repite de modo mecánico. Entonces, las neuroventas
se enfocan a sacar ventaja de cómo funciona la mente humana para concretar los negocios…
la ética será un factor sumamente importante que depende en gran medida de quien posee el
conocimiento.
Neurociencias para las ventas, y es justo en ésta sección donde el autor define al cerebro
reptil como el instinto primitivo que de algún modo protege al individuo, pero va más allá
destacando otros dos tipos de cerebros que conforman al ser humano: cerebro límbico y
cerebro córtex, dedicados a hacer del hombre un ser emocional y racional respectivamente.
En el mismo apartado, ejemplifican el código reptil de Coca-Cola asociándolo a la felicidad, es
decir en su comunicación con los consumidores la marca refresquera siempre presenta
instantes de unidad y felicidad. De tal suerte, existen otros códigos reptilianos que pueden
usarse, por ejemplo: la familia, la trascendencia, la libertad, el placer, entre otros.
Según varios estudios demuestran que los hombres y las mujeres somos diferentes en el
momento de tomar decisiones por lo que no se les puede vender no convencer de la misma
manera: “las mujeres son predominantemente emocionales, los hombres no” señala el autor.
El proceso de decisión, donde hace énfasis en entender por qué compran los
consumidores sin olvidar que en la mayoría de los casos éste es un proceso irracional y
pone sobre la mesa el cerebro humano como un video juego donde oprimiendo ciertos
botones el muñeco de la pantalla reaccionará. “El cerebro quiere saber qué más hay para
vivir, no qué más hay para comprar” y, argumenta, el cerebro humano es muy inteligente
pero a veces también muy bruto, se contradice solo. Hay que aprender a que el
consumidor libere dopamina (químico que nos permite sentir placer), pero también es
necesario que mediante la acetilcolina el cerebro se encuentra siempre dispuesto a
aprender como una esponja. Otro neurotransmisor o botón de acción, son las endorfinas
que se encargan de aliviar el dolor no importa si éste se trata de un puñetazo o del dolor
de haber perdido a tu mascota, justo con remover el dolor podemos remover las malas
experiencias del consumidor: un producto que no llego a tiempo o llegó en condiciones
desastrosas, o bien, que simplemente no funciono. Por último, la serotonina se enfoca en
el proceso de vivir las emociones y poder expresarlas.
Cada “botón”, como se ve, puede ayudar a las empresas a cometer su objetivo siempre y
cuando éste sea “oprimido” en el momento justo, cuando se ha detectado que es
precisamente eso lo que el consumidor necesita: abrir el abanico de posibilidades, darle la
razón, hacerlo sentir más inteligente pero también enseñarle, dar soluciones y
comprender, así como transmitir y sensibilizar emociones (figura 1.)
Y continúa, no importa de qué producto se trate, no se vende el producto por sí solo, antes
que el producto deben venderse tres cosas: seguridad, confort y placer. El encargado de
entablar relación con el cliente debe tener claro que todo producto adquirido sirve para
disminuir el miedo, ese miedo que genera vacíos y carencias en el ser humanos, pero ojo: no
es ético crear miedos para mitigarlos vendiendo, debes conocer los miedos ya existentes y ser
precisamente tú quien de solución a éstos temores.
el valor simbólico de las cosas, reflexiona sobre las decisiones del consumidor basadas no de
manera individual como pareciera sino en cuestiones culturales y biológicas no controlables.
Ejemplifica con el repunte de la industria del vidrio basada habitualmente en la pureza como
valor simbólico; sin embargo, la gente ha escuchado tanto que el PET afecta al medio
ambiente que ha optado por cuidar el planeta, por el recuerdo de la abuela, entonces el nuevo
valor simbólico es volver a las bases. Y como este ejemplo existen muchos más: joyería como
instrumentos de superviviencia, como factores de admiración y dominación. Pero todo eso hay
que decirlo de modo sencillo para que el cerebro sea capaz de procesarlo, por eso las
campañas de publicidad no deben ser exageradas ni mucho menos costosas, entre más
simples más probabilidades de éxito.
Pero no hay que olvidar algo: conocer la mente del comprador; sin embargo, el vendedor
también es un ser humano con todas las características natas que esto significa, por lo
que la empresa también debe estar al pendiente de ellos, motivarlos y al decir esto, no
hay solo que enfocarnos únicamente a incentivos económicos “Porque te necesitamos
aquí y no queremos que te vayas, tienes que vender más y cumplir tu meta”… no hay
nada peor para una empresa que un equipo de ventas desmotivado. Entonces Klaric
sugiere algunas preguntas clave para la contratación de los mejores vendedores:
Finalmente, una frase de Henry Thoreau: “el éxito llega para todos aquellos que están
ocupados buscándolo”.
Notamos que existe similitud entre estos tres expertos del posicionamiento, y concluyen que la
mente es quien compra, y efectivamente son las EMOCIONES, LOS SENTIMIENTOS Y LA
PERCEPCIÓN, las que definitivamente llevará a una persona comprar un producto o un
determinado servicio.
Los consumidores somos cada día más minuciosos e inconformistas. Tenemos muy poco
tiempo para buscar productos que satisfagan nuestras necesidades, muy cambiantes y
específicas, en un mercado con una oferta excesiva de mercancías con características muy
similares.
Si a esto sumamos que demandamos cada vez más vivir experiencias únicas con los
productos que adquirimos, obligamos a las marcas a innovar constantemente, a idear
lanzamientos a la altura de nuestras exigencias y a encontrar caminos directos a nuestro “top
of mind”. Es por esto, que las degustaciones en el punto de venta se han convertido en la
mejor estrategia de apoyo al producto.
TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
Vamos a comprender como Sigmund Freud padre de la psicología moderna definió la
teoría psicoanalítica de la personalidad.
1. Teoría Freudiana:
El Superyó, se define como la expresión interna del individuo de los códigos de conducta
moral y ética, su desarrollo es consiste en asegurarse que el individuo satisfaga sus
necesidades de manera socialmente aceptable. (http://www.psicoanalisis0.com/el-super-
yo-2/)
Y el Yo, es el control consciente del ser humano, funciona tipo una balanza que trata de
equilibrar los impulsos del ello y la moralidad del
superyó. (https://psicologiaymente.com/psicologia/el-yo-en-psicologia)
2. Teoría Neofreudiana:
Con el paso del tiempo, algunos psicólogos definieron que las relaciones sociales son
fundamentales para la formación y el desarrollo de la personalidad.
Karen Horney, centro su estudio en el impacto de las relaciones entre padres e hijos y en
el deseo que tiene el individuo por dominar sus sentimientos de ansiedad. Horney
propuso una clasificación de los individuos en tres grupos de personalidades:
- Complaciente: son todos aquellos individuos que tienen a acercarse a los demás. Desean
ser amados, deseados y apreciados.
- Agresivo: Son quienes se mueven en dirección contraria a los demás, buscan sobresalir y
ganar admiración.
En cada una de estas personalidades, según investigaciones recientes, tiene una relación
fuerte entre los productos que consumen.
los artículos con marcas conocidas, como la aspirina Bayer; los estudiantes clasificados
como agresivos mostraron preferencia por el desodorante Old Spice sobre otras marcas
(al parecer, por su atractivo masculino); y los alumnos muy independientes demostraron
ser bebedores asiduos de té (quizá como un reflejo de su deseo por no adecuarse).
Estudios más recientes han encontrado que los niños con altas puntuaciones en confianza
en sí mismos —quienes prefieren hacer las cosas de manera independiente (es decir, las
personalidades independientes), —son menos proclives a ser leales a una marca y están
¿Qué es un rasgo?
Los investigadores que estudian tales rasgos han encontrado que, en general, es mucho
más realista esperar como la personalidad esta vinculada en las elecciones de compra de
los productos o servicios, es muy probable que cierto rasgo del consumidor defina por
ejemplo la marca de vehículo que usa y se relaciona igualmente con el tipo de vehículo de
dicha marca.
Diversos estudios nos muestra como un rasgo de personalidad define sus productos que
compra o usa.
- Carácter social, se transporta entre la dirección interna hasta la dirección hacia otras
personas, dirección interna es depender de sus propios valores o creencias al evaluar
productos y los dirigidos hacia otras personas tienen a buscar la guía de los demás para
distinguir los que es apropiado o no.
Estos rasgos solo son algunos de ellos, pero hay muchos más que nos pueden servir para
definir la comunicación y la mejor manera de entender a su segmento de mercado y la
personalidad de rasgos de ellos.
Sigmund Freud, considerado el 'padre del psicoanálisis', popularizó dos conceptos que
han cobrado mucha fuerza en los estudios sobre personalidad: mente consciente y mente
inconsciente. El primero hace referencia a lo que podemos percibir en un momento
determinado, como recuerdos, pensamientos y fantasías; dentro de lo segundo se
encuentra todo aquello de lo que no somos conscientes, como los traumas, instintos,
impulsos, entre otros. Para Freud, en este inconsciente se originan nuestras principales
motivaciones, ya sea de adquirir algo, entablar una relación, probar una comida, etc.
Si tomamos en cuenta este principio, podemos decir que el consumidor actúa con base a
dichos impulsos inconscientes. Estos, además, moldean rasgos importantes en la
personalidad.
Para lograr una mejor clasificación, las empresas deben asociar los tipos de
personalidades a una gama de productos, en vez de a una marca o producto en
específico.
Por otro lado, tener pleno conocimiento de sus consumidores, sus hábitos y rasgos de
personalidad, ayuda a las marcas a generar una estrategia de comunicación mucho más
efectiva.
Si Coca-Cola fuera una persona, ¿Cómo sería?, algunas personas piensan en una mujer
con protuberantes curvas, otros que sería una adolescente porrista y algunos más que
sería un anciano activo o como Carl Spielvogel, citado por Luis Bassat (2006, p. 35) dice
que “el mayor éxito de la Coca-Cola es mantener joven un producto del siglo XIX”.
Aunque exista una gran diversidad de opiniones es innegable que sin importar la “cara” de
Coca-Cola existe una percepción común de características humanas que se asocian a esta
marca. Alegre, extrovertida, famosa, popular, exitosa, creativa y, en algunos casos, la
marca es descrita como mágica. Es decir, si le damos vida, Coca-Cola podría desfilar por
las alfombras rojas de Hollywood con su arrolladora personalidad.
Sin embargo, tan maravillosa invitada, amada por unos y odiada por otros, es consumida
por niños, jóvenes, ancianos, extrovertidos, tímidos, estudiantes, empleados, etc.
Entonces, ¿Qué es lo que determina que le atribuyamos todas estas cualidades a una
marca? ¿Es posible que un elemento intangible pueda tener personalidad? ¿Son los
consumidores, o la propia marca los que determina cuál es su personalidad?
Personalidad
La personalidad ha sido un constructo ampliamente explicado desde diferentes
perspectivas y como lo evidencia Allport (1965) ha logrado obtener un significado en áreas
como filosofía, teología, sociología, derecho y como es de esperar en psicología.
Complementando la anterior definición, Halgin & Krauss (2009) manifiestan que un rasgo
de personalidad es un patrón perdurable de relacionamiento, percepción y pensamiento
del ambiente y los individuos que nos rodean.
Si bien la personalidad hace parte de un grupo de factores que juntos funcionan como un
gran conjunto de elementos definitorios, el papel que juega es de vital importancia ya que
este, a comparación de otros factores, es estable en el tiempo, lo que hace que sea un
elemento que guiará las decisiones de los individuos hacia determinadas elecciones como
lo encontrado por Wind y Green, citados por González (1999). “Se identifican tres niveles
de proximidad en los estilos de vida en relación con el acto de compra: Los valores
individuales y los rasgos de personalidad constituyen el nivel más estable, Las actividades
y actitudes se sitúan a un nivel intermedio, menos estables que los valores, pero más
próximos al comportamiento de compra y el consumo: conjunto de productos comprados
y consumidos, reflejo de los dos niveles anteriores” .
Kassarjian (1971) es uno de los primeros autores que después de realizar una vasta
revisión de las distintas teorías que desde la Psicología explican la personalidad y los
comportamientos de consumo, considera que no puede demostrar una relación muy
estrecha entre el concepto de personalidad y decisión de compra, debido posiblemente a
la forma en que las mediciones sobre personalidad y consumo se llevan a cabo. Por lo
tanto, si bien es cierto que no es fácil hacer una clara y contundente relación entre la
personalidad de los consumidores, es claro que la personalidad está involucrada en el
mecanismo de toma de decisiones que cada individuo emplea a lo largo de su vida. Como
bien lo exponen López & López (2007), “La personalidad es una fuerza interna que motiva
a los consumidores a la hora de realizar una conducta particular, por lo que los
responsables de marketing tienen que comprender el efecto de la personalidad como un
vínculo directo en la mente de los consumidores”
Personalidad de marca
El interés por el desarrollo del concepto de personalidad de la marca y su relación con los
procesos de decisión del consumidor surge desde finales de los años cincuenta del
pasado siglo XX. El cuestionamiento contenía la pregunta acerca de cómo la personalidad
del consumidor podía ejercer influencia en los procesos de decisión de compra.
Contrario a la anterior afirmación, Kaplan, Yurt, Guneri & Kurtulus(2010) exponen que, a
pesar de tener un vínculo estrecho con la imagen de marca, el concepto de personalidad
de marca abarca una mayor área de investigación actualmente, con una teoría específicas
y una serie de posibles aplicaciones, lo cual implica que se explica la investigación del
fenómeno en sí mismo. De esta manera, la imagen de la marca puede ser afectada por la
personalidad, concepto que finalmente le brinda un “alma” (Bouhlel, et al., 2009). Emerge
entonces el aspecto atractivo de dicha personalidad el cual se enfoca en la capacidad para
atraer a consumidores apelando a características humanas que se asocian con la marca,
consecuentemente una personalidad atractiva induce la intención y comportamientos de
compra.
En este punto se genera la diferencia entre lo que es atractivo para el consumidor, lo que
es un reconocimiento general de la personalidad de una marca, la actitud hacia la marca o
intenciones de compra. Estos conceptos se distancian generando opiniones frente a la
marca a diferencia de la personalidad de la marca, que permite el desarrollo de la
empatía, la afiliación, la identificación e indudablemente la intención de compra. De esta
manera, se puede decir que una personalidad de marca favorable implica que los
consumidores consideren positiva dicha personalidad lo cual incrementa la valoración
hacia la marca, sin embargo, dicha favorabilidad hacia la personalidad de la marca no
implica compromiso ni obligación del consumidor y no explica las múltiples variables que
se pueden presentar (Freling, Crosno y Henard, 2011).
Lo anterior permite ver el el impacto de este constructo y los diferentes niveles que
afecta en la relación de la marca con el consumidor, comprendiendo elementos tales
como lealtad y confianza, los cuales han surgido a partir de la relación y de los vínculos
que esta personalidad permite establecer, así como la forma en que afecta la toma de
decisiones.
Fennis & Pruyn (2007) proponen que la significación del concepto de personalidad de la
marca ha evidenciado su ventaja cuando se busca explicar las relaciones establecidas
entre los sujetos y sus marcas.
Así, Kassarjian (1971) hace una revisión teórica buscando a partir de distintas escuelas de
pensamiento psicológico y sus explicaciones acerca de la personalidad humana,
identificar cómo estas relacionaban sus planteamientos con el comportamiento de
consumo. Este autor finaliza concluyendo que los investigadores de mercados debían
desarrollar sus propias definiciones y sus propios instrumentos acerca de lo que es la
personalidad de la marca. A su vez, Malhotra (1981) manifiesta la importancia de la validez
y la confiabilidad requerida en la investigación de mercados en términos de la medición
de la personalidad de la marca y enfatiza su interés en el auto concepto y los términos
relacionados de yo ideal, el yo actual y el yo social. Estas inquietudes, llevan a Jennifer
Aaker (1996), a realizar una escala sobre la personalidad de la marca, tomando como base
el modelo de personalidad humana de los “Big Five”. Cinco años después (Aaker et al.,
2001), después de aplicar la escala en poblaciones japonesas y españolas, concluye que a
pesar de que existen diferencias culturales, de manera consistente, la personalidad de la
marca está organizada en cinco dimensiones: sociabilidad, emocionalidad, competitividad,
sofisticación y rudeza / agresividad.
Los académicos que trabajan el concepto de marca, así como los profesionales de
diversas disciplinas (publicistas, psicólogos, antropólogos, mercadotecnistas, entre otros)
involucrados en procesos comunicacionales y en búsqueda de la comprensión de las
formas de actuar de los consumidores y de reaccionar a diferentes estímulos comerciales
cuentan a partir de ese momento, con una escala que les permite identificar con certeza
cómo opera la asociación de los productos con características humanas para facilitar la
comunicación con los consumidores. Los procesos de antropormorfización o la asignación
de rasgos humanos a los productos, adquieren por lo tanto validez y sustento, pues
facilitan la diferenciación y singularidad, al desarrollarse en torno a los productos un valor
simbólico, que da como resultado el fortalecimiento del concepto de personalidad de la
marca y que facilita la comunicación e interacción con estos diferentes públicos, de una
manera ágil y, si se quiere, divertida.
Análisis crítico
Todas las ciencias buscan en su esencia, contribuir con sus desarrollos al conocimiento
bien sea dentro del mismo sistema científico o dentro de sistemas aplicados. Este es el
caso de la psicología que a través de sus diferentes desarrollos teóricos ha aportado en su
historia a otras ciencias y de manera relativamente reciente ha enfocado sus
contribuciones a la economía, las ciencias administrativas y de la gestión, la publicidad, y
todos aquellos profesionales que trabajan en el área de mercadeo.
Así, las marcas pueden ser sociables, ejemplo de ello, lo dan Hernández Durán y Pérez
Cifuentes (2009) al mencionar cómo la marca de whisky Jhonnie Walker, puede inspirar
diversión, sociabilidad y entretenimiento. De igual manera, si se busca comunicar la
impresión de estabilidad emocional puede dar como resultados marcas como Toyota, que
se perciben como estables independientemente del terreno ó clima y bien construidos
(Interbrand, 2016).
Una marca que busque la consecución de metas y objetivos y promueva el trabajo duro y
la disciplina, podría conectar con el tercer rasgo denominado “competencia” en donde
comparte características con una persona orientada a las metas, organizada, con un alto
nivel de disciplina y perseverancia (Costa & McCrae, 1985). Las marcas de bebidas para
deportistas ó marcas cuyas campañas incluyan deportistas de alto rendimiento, podrían
adherirse a esta descripción puesto que evidencian los resultados obtenidos con un
trabajo constante y disciplinado.
La personalidad es un constructo ontogénico, por lo tanto, surge del interior y hace parte
del Ser. En el caso de la personalidad de la marca, esta constituye una serie de rasgos que
se asignan externamente para responder a las necesidades de la estrategia. Si bien el
proceso es válido, lo que cuestiona esta reseña es el alcance del concepto, sus
limitaciones y sus implicaciones en desarrollo humano y su bienestar, interés último hacia
dónde se dirigen los avances en la psicología.
Pero qué tiene que ver las limitaciones en el desarrollo de la autoestima de un grupo de
personas con las estrategias que llevan al desarrollo empresarial de un grupo de
empresas, que con sus utilidades aportan a la economía de un país, un continente e
incluso tiene implicaciones globales. El tema es complejo y, en algunos casos, difícil de
articular. Pasamos de un contexto macroeconómico a uno de carácter micro, individual,
centrado en las personas y en sus posibilidades de crecer, sentirse aceptado y por lo tanto
incluido en una sociedad, que puede acogerlo como parte de la misma,
independientemente de sus diferencias. ¿Son afectados unos u otros? Parecería que sí. Un
individuo que hace parte de una sociedad y se siente incluido por ella podría pensarse
que es más productivo. De igual manera, una empresa que desarrolla estrategias
orientadas a aumentar los ingresos de la misma y su participación en el mercado, también
lo es. Lo importante es la forma en que lo hace y las implicaciones que tienen a nivel
social. Ahora cómo relacionar las marcas y su personalidad con temas tan abstractos y si
se quiere lejanos de una estrategia de comunicación. El puente para hacerlo es que las
marcas, a través de su personalidad, se convierten en comunicadoras, precisamente de
beneficios. En este cuestionamiento la idea es establecer la responsabilidad de las mismas
en los planteamientos anteriores y en la forma en que el escollo puede ser superado por
las empresas que las divulgan.
Conclusiones
La personalidad es un factor que influye al ser humano en todo lo que este hace. Es un
determinante el cual establece múltiples factores que intervienen en la conducta de cada
individuo y por ende no puede dejar de ser tenido en cuenta para ningún tipo de
investigación que involucre al ser humano.
VALOR PERCIBIDO
Hoy en día, la gran mayoría de personas se encuentran ante una amplia variedad de
productos y servicios que pretenden satisfacer una determinada necesidad, ya sea,
ofertando el precio más bajo del mercado o la mejor calidad. Y es, ante esta situación
altamente competitiva que surge una pregunta lógica para todas las empresas ¿Qué
afecta al consumidor cuando debe tomar una decisión de compra? La respuesta no es
muy sencilla de dar; sin embargo, algunos expertos en la materia afirman que la mayoría
de personas basan sus decisiones de compra en "sus percepciones acerca del valor que
proporcionan los distintos productos o servicios"; lo cual, supera la barrera del precio más
bajo o de mayor calidad. Por ese motivo, en la actualidad se viene aceptando la idea de
que las empresas exitosas no entregan productos a cambio de una ganancia, sino más
bien: Valor a cambio de una utilidad.
De esta forma, en el momento de la compra, los atributos del producto y el precio son
determinantes, mientras que durante el uso y después del mismo, las consecuencias y
resultados obtenidos son los elementos más valorados por el cliente. La utilidad
estratégica del estudio del valor ha sido reconocida por los investigadores en marketing
(Holbrook, 1999; Day, 1999), de hecho, proponen la «gestión del valor del cliente» como
herramienta clave para el éxito en los mercados. Otras contribuciones han destacado el
interés de la creación de valor en las relaciones entre empresas (Anderson, 1995) o los
nexos entre la percepción de valor y la rentabilidad (Heskett et al., 1997).
Todo ello apunta en la línea de reconocer en la entrega de valor, una nueva vía para el
logro de ventajas competitivas (Woodruff, 1997). Así se ha afirmado, que el valor percibido
es un imperativo estratégico para las organizaciones que deseen en el siglo XXI mantener
su importancia (Sweeney y Soutar, 2001) o que: «el único camino de éxito para un negocio
es la prestación de un valor superior para el cliente» (Day, 1999). De este modo, el
concepto de valor adopta «un papel crucial en el corazón de toda actividad de marketing»
(Holbrook, 1999), y está anclado en los principios básicos de la teoría y de la práctica del
marketing (Cronin et al., 2000; AMA, 2004).
El valor percibido de un servicio es una evaluación subjetiva que los clientes hacen sobre
la utilidad y la satisfacción que obtienen de dicho servicio. Este concepto es fundamental
en el ámbito del marketing y tiene un impacto significativo en las decisiones de compra de
los consumidores.
Definición:
Según la terminología del marketing, el valor percibido es la evaluación que los clientes
hacen de los méritos de un producto y servicio, y su capacidad de satisfacer sus
necesidades y expectativas, especialmente en comparación con otros productos que
cumplen una función similar .
El valor percibido resulta del precio que el público está dispuesto a pagar por un producto
o servicio, y está influenciado por la capacidad del producto de satisfacer las necesidades
y proveer satisfacción en comparación con otros productos similares que operan bajo
marcas diferentes .
Diversos factores influyen en la percepción del valor de un servicio por parte de los
clientes. Algunos de estos factores incluyen:
En resumen, el valor percibido de un servicio es una evaluación subjetiva que los clientes
hacen sobre la utilidad y la satisfacción que obtienen del servicio, y está influenciado por
diversos factores como la calidad, la satisfacción del cliente y la capacidad de satisfacer
necesidades.
Espero que esta información te sea útil. Si tienes alguna otra pregunta, no dudes en
preguntar.
Valor Percibido por el Cliente (VPC), como una herramienta para el análisis competitivo
Valor Percibido por el Cliente (VPC) como Herramienta para el Análisis Competitivo
El Valor Percibido por el Cliente (VPC) es una herramienta fundamental para el análisis
competitivo en el ámbito empresarial. Se deriva del trabajo de investigación sobre el Valor
Percibido por los Clientes (VPC) para un producto durable de consumo, como las neveras.
Este concepto se centra en la percepción que los clientes tienen sobre el valor de un
producto o servicio, y cómo esta percepción influye en su decisión de compra y lealtad a
la marca .
El VPC permite a las empresas comprender mejor cómo sus productos o servicios son
percibidos por los clientes en comparación con los de la competencia. Al analizar el VPC,
las organizaciones pueden identificar áreas de oportunidad para mejorar su propuesta de
valor y diferenciarse en un mercado competitivo.
En resumen, el Valor Percibido por el Cliente (VPC) es una herramienta crucial para las
empresas, ya que les permite comprender la percepción de los clientes sobre sus
productos o servicios, identificar áreas de mejora, y tomar decisiones estratégicas en un
mercado competitivo.
El VPC proporciona a las empresas información valiosa sobre la percepción de los clientes
en relación con los atributos y beneficios de sus productos o servicios, lo que les permite
identificar áreas de oportunidad para mejorar su propuesta de valor. Además, el análisis
del VPC ayuda a las empresas a definir y priorizar sus inversiones, con el objetivo de
capturar o mantener sus mercados en un entorno altamente competitivo.
En resumen, el Valor Percibido por el Cliente (VPC) es crucial para las empresas, ya que les
permite comprender la percepción de los clientes, identificar áreas de mejora y tomar
decisiones estratégicas en un mercado competitivo.
¿Cómo influye el valor recibido en las
decisiones?
El valor recibido tiene una influencia significativa en las decisiones que tomamos en la
vida. Nuestros valores personales, que están asociados a ideas, creencias y emociones,
influyen en gran medida en las decisiones que tomamos en todos los aspectos de nuestra
vida. Por ejemplo, si la independencia es un valor fundamental para una persona, esto
influirá en las decisiones que tome, desde las actividades en las que participa hasta las
relaciones que elige mantener, e incluso su estilo de vida.
¿QUÉ ES LA MOTIVACIÓN?
Existen varios conceptos básicos que son de amplia aplicación para comprender las
motivaciones humanas. Antes de que los expongamos aquí, es necesario que nos
pongamos de acuerdo en algunas de sus definiciones.
Motivación Puede describirse la motivación como aquella fuerza dentro de los individuos
que los impulsa a la acción. Esta fuerza impulsora está producida por un estado de
tensión que existe como resultado de una necesidad insatisfecha.
¿Qué conexión hay entre ellos? Motivación y emoción proceden de una misma raíz latina,
la raíz latina del verbo mover (movere) lo que está en movimiento. Al considerar las
teorías de estímulo respuesta hallamos otro modo de ver la motivación. En estas teorías
los impulsos son considerados como “tensiones específicas y separadas tales como el
hambre y la sed.” Hull se esfuerza en demostrar que todas las motivaciones y los intereses
del adulto derivan en último análisis de los impulsos primitivos. Al satisfacer un impulso
primario, como por ejemplo el hambre, la tensión de la motivación disminuye. Toda
motivación busca la reducción de la tensión. Es importante aclarar que sólo los enfermos
mentales se obsesionan por estos impulsos, por lo general los adultos relegan estos
impulsos al lugar que les corresponde.
Sin embargo el hombre nunca logra el estado de satisfacción plena. Es precisamente esa
fuente permanentemente renovada de deseos lo que lo hace evolucionar y con ello a la
humanidad entera. Al analizar la emoción podemos decir que ésta es “un estado excitador
del organismo”. Las emociones son estados de ánimo caracterizados por una conmoción
orgánica, que sigue a una impresión, a una idea o a un recuerdo, se consideran
reacciones afectivas primarias, el sujeto emocionado produce reacciones viscerales que
con frecuencia se traducen en gestos, expresiones o actitudes.
Los factores que en esa persona dan lugar al eventual acto de voluntad son los motivos y
es por medio de esos motivos, que cada acto se enlaza con los demás, en la totalidad de
la conducta del sujeto. Existen motivos fisiológicos, son los producidos por estímulos
sensoriales, no son razonados sino de orden biológico. Las necesidades y los instintos
pertenecen a este grupo: hambre, sed, dolor, cansancio, libido.
También existen los motivos conscientes, estos se llaman así porque hay un cierto
conocimiento, no obstante no puede decirse que sean absolutamente razonados, ya que
se basan en la intención de aprender y actuar en la vida pero también en las tendencias al
bienestar, la posesión, ahorro de esfuerzo estos impulsan al individuo a la acción “por sí”,
“para sí” y “ante sí” Hay motivos que entran en la denominación de motivos lúdicos o
sociales, son aquellos que buscan en sus reacciones con, por y ante los demás, tales como
el deseo de competir, el de cooperar, el de obtener prestigio el de destacar y ser
reconocido, dominan la vida social del individuo.
La motivación puede tener un sentido positivo o negativo. Podemos sentir una fuerza que
nos impulsa hacia algún objeto o condición, o una fuerza que nos aleja de otro objeto o
condición. Por ejemplo, una persona puede verse impedida a entrar a un restaurante
para satisfacer una necesidad de hambre, y alejarse del transporte en motocicleta para
atender una necesidad de seguridad.
De manera que, para utilizar un ejemplo anterior, una persona puede experimentar sed
(una necesidad), pero puede desear té helado de Lipton como medio para aliviar dicha
sed.
Una meta positiva es una meta hacia la cual se dirige el comportamiento, por lo que se le
conoce frecuentemente como un objeto de enfoque. Una meta negativa es aquella de la
cual se aleja el comportamiento, lo que hace que también se le conozca como un objeto
de evasión. Dado que ambas metas de enfoque y evasión pueden ser consideradas
objetos de comportamiento motivado, la mayoría de los investigadores se refieren a
ambas simplemente como metas. Consideremos este ejemplo. Una mujer de mediana
edad puede tener una meta positiva de buena condición física, lo que hace que se inscriba
en un club de salud para hacer ejercicio con regularidad.
Su marido puede tener la meta negativa de engordar - por lo que se anima a participar en
un club de corredores para mantenerse en forma. En el primer caso, la esposa se une a su
club para que la ayuden a alcanzar su meta positiva - salud y buena condición física; en el
segundo caso, la acción de su marido tiene por finalidad evitar una meta negativa - una
figura obesa
Algunas veces surgen las motivaciones de la gente cuando se da una amenaza a su
libertad de opciones de comportamiento o cuando se elimina alguna (por ejemplo, la
libertad de hacer una selección de producto sin la intromisión indebida del vendedor).
Este estado motivacional se llama reactancia psicológica y se manifiesta por lo general con
una respuesta negativa del consumidor. Cuando la Coca Cola cambió su fórmula
tradicional e introdujo la “Nueva Coca”, mucha gente reaccionó negativamente ante el
hecho de que se había coartado “su libertad de selección”, y rehusó comprar el nuevo
producto. La administración de Coca-Cola respondió a esta inesperada reacción
psicológica reintroduciendo la fórmula original como “Coca-Cola clásica”.
MOTIVACIONES O IMPULSOS DE
COMPRA
El Dr. Llamas define la motivación como: “Estados mentales o causas de naturaleza tal,
que producen o tienden a producir una acción voluntaria tan fuerte, que se traduce en
realidad en un acto, si no hay algo que lo contrarreste”.
Los impulsos de compra se derivan de los estímulos producidos por la debida motivación
y cuando estos no aparecen, hay que provocarlos. Una frase corta, inspiradora y
convincente, bien utilizada y orientada directamente fomenta o despierta el deseo de
compra. La diversidad no constituye un fenómeno nuevo.
Los mercadólogos no crean las necesidades, aunque en algunos casos pueden hacer que
los consumidores se vuelvan más conscientes de necesidades no sentidas previamente.
Los mercadólogos que tienen éxito definen sus mercados en términos de las necesidades
que creen poder satisfacer, más que en términos de los productos que venden. Es decir,
se trata de un enfoque de ventas orientado al mercado, más que de un enfoque
orientado a la producción, la orientación de mercadotecnia se concentra en las
necesidades del cliente, una orientación de producción se centra en las necesidades del
vendedor.
El concepto de mercadotecnia implica que el fabricante producirá sólo aquello que sabe
que la gente va a comprar; una orientación de producción implica que el fabricante
tratará de vender lo que decide producir. Los mercadólogos que basan sus ofertas en un
reconocimiento de las necesidades del consumidor, encuentran un mercado listo para sus
productos.