Balance Score-Semana 4
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Semana 4
DESARROLLO SEMANA 4
Elegir los indicadores de gestión errados es una de las principales razones por las que
falla la implementación de la estrategia. Sin embargo, seleccionar correctamente los
indicadores para el Balanced Scorecard de su organización es una tarea difícil que
involucra una alta dosis de creatividad.
Existen numerosas formas de clasificar los indicadores de desempeño (KPI): Inductores
vs. Históricos; Entrada vs. Salida; Estratégicos vs. Operacionales. Pero, ¿Cuál es la forma
más útil de hacerlo?
Este es probablemente uno de los enfoques más populares para definir indicadores de
gestión. Por lo general, los KPI que miden las opiniones y las percepciones se
consideran cualitativos, mientras que el resto son cuantitativos. En la práctica, tanto las
medidas cualitativas, como las cuantitativas son representadas de una forma numérica
cuando se mide un KPI.
Algunos ejemplos de indicadores:
Cualitativos: Índice de corrupción internacional, Nivel de satisfacción del
cliente, Calificación de la calidad del servicio;
Cuantitativos: Tasa de conversión de cierre de ventas, Volumen de ingresos
por ventas, Porcentaje de productos con defectos.
Esta tipología analiza las interdependencias entre los KPI. En esta situación, la distinción
entre un KPI Inductor y uno Histórico depende del contexto. "Inductor o Predictivo" se
refiere a aquellos indicadores de gestión que pueden influir en el resultado futuro,
mientras que "Histórico o Rezagado" involucra indicadores de desempeño que describen
el desempeño pasado.
Este análisis de la cadena de valor genera varios KPI que pueden usarse para hacer
seguimiento al logro de cada objetivo. Clasificando con base en la importancia y el
esfuerzo requerido para medir, se pueden seleccionar 2 o 3 indicadores de gestión para
incluirlos en el Balanced Scorecard.
Agrupar los KPI de acuerdo el nivel organizacional en el que impactan es algo que
depende en gran medida del contexto, de manera parecida a lo que ocurre con los
indicadores inductores e históricos. Sin embargo, hay algunos KPI que frecuentemente
se reconocen como estratégicos, como por ejemplo la Cuota de mercado, el Índice de
satisfacción del cliente, el Margen de rentabilidad y los Ingresos. Algunos KPI operativos
pueden ser: Cantidad de tiempo para cargar un pedido, Tasa de productos sin defectos o
Porcentaje de procesos optimizados. Se debe tener en cuenta que cualquiera de estos KPI
puede convertirse en estratégico si la compañía lo identifica como un factor crítico de
generación de valor.
Otras tipologías menos comunes para clasificar los indicadores son las siguientes:
Indicadores Externos vs. Internos: El KPI está disponible para una amplia
audiencia fuera de la compañía o solo es informado dentro de la organización.
Semana 4 Balance Score Card
Indicadores de Largo Plazo vs. Corto Plazo: Los KPI buscan medir las acciones
que generan resultados en lo inmediato o en el largo término en el futuro.
Indicadores Primarios o Simples vs. Secundarios o Compuestos: En este caso el
KPI se clasifica con base a si depende o no de otro KPI para ser calculado.
Indicadores Humanos vs. Tecnológicos: Los valores del KPI están expuestos a
errores humanos o errores de un sistema de información.
Accionable: Evite elegir indicadores, métricas o medidas que no tengan impacto. Una de
las bases para ejecutar exitosamente la estrategia es lograr cambios significativos en el
comportamiento de las personas, para ello es fundamental que las personas sientan que
pueden influir en el resultado a través de su trabajo diario o con proyectos específicos que
se están implementando. Esto quiere decir, que es muy importante que las medidas que
elija para su organización sean visibles también para quienes ejecutan las iniciativas.
Repetible: Al elegir un indicador, usted deberá procurar que tenga utilidad más de una
vez, de modo que usted pueda hacer seguimiento a la evolución de la métrica a lo largo
del tiempo para poder analizar tendencias críticas. Si se mira un indicador ligeramente
diferente cada mes, no habrá forma de graficar su evolución y no logrará resultados
valiosos.
iniciativas estratégicas que los ejecutarán, es decir, los planes de acción que pondrán en
marcha la estrategia. Todos los indicadores que se seleccionen deben estar alineados de
manera adecuada, tanto con las iniciativas, como con los objetivos y las líneas
estratégicas, de modo que la medición realmente conduzca a un análisis de la situación
real de la estrategia de la organización.
No defina más de 30 medidas (o 1 a 2 medidas por objetivo). Más métricas hacen que sea
difícil saber cómo está progresando, porque empiezan a surgir conflictos de desempeño.