Resumen 6º Examen Hesp

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TEMA 18: LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA: FUNDAMENTOS

IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES (1939-1975)

1. La creación del estado franquista: fundamentos ideológicos y apoyos


sociales
El franquismo fue el régimen político y social que nació en la Guerra Civil por la
necesidad de los militares sublevados de un mando único, una estructura administrativa
paralela a la republicana, unas leyes y un poder ejecutivo antiparlamentario y
antidemocrático. Esto se apoyaba en una ideología representada por un partido único, el
Movimiento.

Los sublevados encontraron la respuesta a su necesidad en la figura de Franco que


concentró la potestad e iniciativa legislativas, se rodeó de ministros fiables y no contó
con un Parlamento ni una Constitución que limitara su poder. Pero, luego se promulgaron
leyes Leyes Fundamentales y la Ley de Principios del Movimiento Nacional.

La ideología del régimen pervivió hasta los setenta, sus rasgos principales eran:
● Rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y nostalgia de pasadas
etapas triunfantes: se añoraba la época de los RR.CC., cuyos símbolos, el yugo y
las flechas, adoptaron los falangistas y el régimen en sí. Y se idealizaba el Imperio
de los Austrias Mayores, (sobre todo el de Felipe II).

● Aversión hacia el liberalismo y la democracia parlamentaria: identificadas como


la “masonería” (sociedad secreta de la época), a las que se responsabilizaba de la
decadencia. A partir de los sesenta, el lenguaje se moderó y se consideró el
liberalismo sólo como un modelo inapropiado. Se intentó camuflar el totalitarismo
con la democracia orgánica (sin permitir partidos políticos, se pretendía que los
ciudadanos participasen en la política).

● Represión del marxismo y del comunismo y del movimiento obrero y de


izquierdas. Se responsabilizaba al comunismo de las conspiraciones contra el
Estado. Además, el anticomunismo hizo al franquismo romper su aislamiento
internacional (guerra fría).

● Exacerbado nacionalismo junto con la xenofobia y el catolicismo más


conservador. El Estado era oficialmente católico. El nacionalismo se extendió de
forma centralista, desapareciendo las autonomías y nacionalismos periféricos,
considerados separatistas y antiespañoles.

Según estos rasgos, el nuevo Estado franquista se caracterizó por:


● Concentración de poderes en Franco, Caudillo, Jefe del Estado, y Presidente del
Gobierno, Generalísimo de los Tres Ejércitos y Jefe Nacional del Movimiento.

● Totalitarismo inspirado en el fascismo italiano y nacionalsocialismo alemán. Se


abolió la Constitución de 1931 y así las libertades y derechos democráticos. Se
prohibieron los partidos políticos y los sindicatos, sólo se permitían el partido y el
sindicato oficiales.

● Estado unitario y centralista: se abolieron los estatutos de autonomía y se


fomentó la marginación de la lengua y cultura catalana, vasca y gallega.
● Represión (sistemática y planificada) de los vencidos y de la oposición.

● Control de los medios de comunicación, publicaciones y espectáculos sujetos a una


férrea censura, usados como propaganda del régimen.

Por su pragmatismo, Franco adoptó principios de instituciones y formaciones políticas y


sociales que lo habían exaltado en el Estado: el Ejército, la Iglesia y la Falange, que, con
los tradicionalistas y monárquicos formaban las familias del régimen.

Su dictadura mantuvo principios que le dieron sus señas de identidad, reflejo de sus
bases sociales (Ejército, Movimiento e Iglesia):
● Nacionalpatriotismo: aportación ideológica de los militares, basada en la
concepción de España en la que la defensa de la integridad de la patria debía ser
clave. Así, cualquier particularismo regional fue tachado y se prohibió el uso de
cualquier lengua que no fuese el español.
El Ejército fue el baluarte del nuevo Estado, asumiendo la jefatura de su
Generalísimo, mientras lograba tener cabida en la Administración.
Se crearon tres ministerios militares (Ejército, Marina y Aire) y se impuso el discurso
de los vencedores de la guerra. El estado de guerra se mantuvo hasta 1948, así los
tribunales militares mantuvieron jurisdicción sobre delitos políticos.

● Nacionalsindicalismo: la Falange aportó las ideas más novedosas. Antiliberal,


antimarxista y antidemocrática, promovía un totalitarismo. Se basaba en el
fascismo italiano con el Estado corporativo controlado por un partido y un
sindicato únicos.
La Falange aportó la memoria de José A. Primo de Rivera, asesinado durante la
guerra, que se fue convirtiendo en un mito. Ejerció el adoctrinamiento y la
captación de cuadros con organizaciones paralelas de sectores sociales concretos:
mujeres (Sección Femenina), juventud (Frente de Juventudes), infancia
(Organización Juvenil Española, OJE) o universitarios (Sindicato Español
Universitario, SEU).
Se creó la Central Nacional Sindicalista (CNS) o sindicato vertical, una ficción de
sindicato interclasista y único.
Pero la influencia política de la Falange fue discutible. Franco la controló
directamente con dirigentes afines, como su cuñado, Ramón Serrano Súñer, al que
nombró ministro de Asuntos Exteriores.
El resto de la normativa sólo fue falangista en apariencia, pues obedecía a la
potestad legislativa de Franco. Por otro lado, no dudó en reprimir las intenciones
“revolucionarias” de los falangistas que pretendían dotar al nuevo Estado de cierto
igualitarismo social a favor de las clases trabajadoras.
La derrota de las potencias del Eje en la II Guerra Mundial aconsejó disimular los
aires fascistoides. Se relevó en el gobierno a los falangistas.

● Nacionalcatolicismo: la Iglesia apoyó a los sublevados, a los que bendijo como


cruzados y mártires. Ya ganada la guerra, Franco estableció relaciones con la
Iglesia más propias de un Estado teocrático del A.Régimen, como manifestaba el
control de la Iglesia con el derecho de presentación de obispos ante el Vaticano.
El Estado se declaró confesional y suprimió la legislación laica de la República,
así desapareció el matrimonio civil, el divorcio y el aborto.
Se entregó al clero el control de la enseñanza con la censura de los libros de texto y
la enseñanza obligatoria de la religión católico y se implantaron centros escolares
religiosos. Además, la participación en rituales y liturgias católicas fue casi
obligatoria, bajo pena de ser considerado desafecto al régimen.
Se impuso el modelo patriarcal sometiendo a la mujer al hombre. Se volvió al
Código Civil de 1889, que consagraba la inferioridad jurídica de la mujer, a quien
se exigía permiso del padre o del marido para trabajar. Se impuso el regreso de la
mujer al hogar, y su educación la orientaba al matrimonio y la familia, así dificultó su
entrada al mundo universitario y profesional.
La base social del franquismo también fueron las clases dominantes (burguesía
terrateniente, empresarios), pequeña burguesía, clases medias, pequeños
propietarios agrícolas y campesinos católicos. Al principio también contó con el
apoyo de los monárquicos, que estaban divididos entre carlistas (leales a Franco) y
donjuanistas (solicitantes de la monarquía en la persona de D. Juan de Borbón).

1.1. La institucionalización del Estado autoritario


Franco siempre se refirió a la democracia con el término despectivo partitocracia
(gobierno de partidos que enfrentaban a los españoles). Así, suprimió los partidos rojo-
separatistas (republicanos, socialistas, comunistas y nacionalistas) y los de la derecha,
monárquicos o católicos. Además, prohibió que la prensa llamara partido al
conglomerado político que formaba el bloque sublevado (Movimiento Nacional).

Publicó Leyes Fundamentales con principios antidemocráticos y carácter autocrático del


régimen. También el Fuero del Trabajo, inspirado en la Carta di Lavoro de Mussolini,
definió las relaciones laborales como una competencia del Estado con la negación de la
lucha de clases y la prohibición de huelgas.

En los cuarenta, se dieron otras leyes y el bando aliado consiguió dar un giro a su favor y la
dictadura de Fanco necesitó mostrar una imagen más representativa. Como el
franquismo rechazaba la democracia en cuanto a la voluntad popular, el sufragio y la
separación de poderes, para construir un nuevo Estado se inspiró en el estado
corporativista italiano, que organizaba la participación a partir de tres unidades básicas:
la familia, el municipio y el sindicato, que representaban la sociedad. El sistema se
llamó democracia orgánica, así se le daba al régimen legitimidad.

La Ley Constitutiva de las Cortes definía una Cámara elegida por Franco y por el
sufragio indirecto de las corporaciones (sindicatos, familias y municipios). Sus
representantes fueron los procuradores. Carecían de poder legislativo, pues el gobierno
decidía qué proyectos de ley pasarían las Cortes y cuáles se aprobaría por él con el
decreto-ley. Era así sólo un órgano de colaboración con la Jefatura, ya que Franco
controlaba el poder legislativo.
En 1945 se promulgó el Fuero de los Españoles, declaración de derechos y deberes
españoles. Los derechos estaban muy limitados, pues no se podían atacar los principios
del Estado ni la “unidad espiritual, nacional y social”. Los aliados derrotaron al nazismo, y
con esta ley, Franco intentó dar una imagen aperturista que le permitiera perpetuarse en el
gobierno. Así, España fue una democracia orgánica, un régimen donde la representación
se ejerció al margen del sufragio universal.

La Ley de Referéndum Nacional reconocía el derecho de voto a los españoles, en


consultas electorales sobre asuntos del Estado.

La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, que se promulgó ante la ofensiva de los
monárquicos encabezados por el pretendiente al trono, Juan de Borbón, disponía el
gobierno de Franco y le permitía nombrar a su sucesor. España era “un reino” y se incluía
la promesa indeterminada de restauración monárquica cuando Franco estuviera
incapacitado o muriese. El sucesor debía acatar las Leyes Fundamentales del Movimiento;
no se mencionaba a los Borbones. Las intenciones de Franco en cuanto a la sucesión se
desvelaron cuando acordó con Juan de Borbón que su hijo primogénito Juan Carlos se
educase en España.Juan de Borbón no renunció a sus derechos, pero colaboró con Franco

2. El régimen y la política internacional


2.1. La etapa de la II Guerra Mundial
España mantenía buenas relaciones con las potencias del Eje, pero al estallar la guerra en
septiembre de 1939, España se declaró neutral.

Aún así, colaboró con las potencias fascistas y Franco adoptó una política de no
beligerancia. El momento de máxima colaboración se produjo con el envío de un cuerpo de
voluntarios (División Azul) al frente ruso.

2.2. El aislamiento del régimen


Tras la victoria aliada en la II Guerra Mundial, Europa rechazó la dictadura franquista. Así,
la ONU negó la admisión de la España franquista en la organización. En la
Conferencia de Potsdam se acordó el cierre de fronteras para aislar a la dictadura,
culminando con la retirada de embajadores y el veto a España en el Plan Marshall.

3. Política económica. Autarquía, miseria y racionamiento


3.1. La política económica: intervencionismo y autarquía
Aunque la guerra civil llevó a una gran devastación, no era lógico que el estancamiento y
la depresión económica perdurasen casi veinte años. Pero, los países que participaron en
la II Guerra Mundial, en los 50 ya se habían recuperado.

Entre 1939 y 1954, la mayor parte de la población trabajó más que antes de la guerra, pero
las condiciones laborales eran peores, y su nivel de vida más bajo. Durante los 40, la
renta y la producción se mantuvieron por debajo que antes de la guerra.

A modo de solución, el Estado franquista, con el intervencionismo, controló la vida


económica: fijó los precios, racionó el consumo, puso cupos de producción y determinó los
salarios. Se buscó la autosuficiencia económica para la independencia.
Como había sectores productivos que no atraían el capital privado, el Estado creó el INI
(Instituto Nacional de Industria), así actuó en sectores como la siderurgia, la química y
las industrias navales vinculadas a la defensa. También se nacionalizaron la telefónica
(CTNE) y los ferrocarriles (RENFE).

● La agricultura fue la gran perjudicada de la autarquía.


● La producción industrial no recuperó los niveles previos a la guerra hasta los 50.
● El comercio exterior se redujo a la importación de alimentos de países que no
participaron en el bloqueo.
● Las consecuencias de la política económica del régimen fueron negativas.
● La población se empobreció y se alcanzaron niveles de pobreza extrema, así se
impuso el racionamiento.
● Se controló la producción agrícola con el Servicio Nacional del Trigo.
● Apareció el estraperlo o mercado negro.

4. Los primeros intentos de apertura (1951-1956)


4.1. El agotamiento de la vía autárquica
En los 50 era evidente el fracaso de la política económica autárquica aplicada tras la
guerra civil. No se acababa el hambre, las cartillas de racionamiento, y los salarios
bajaban. Dado el bajo nivel de consumo, era imposible hacer despegar la producción
industrial y así era más rentable evadir capitales hacia Europa que invertirlos en España.

Así, se aplicaron medidas liberalizadoras para luchar contra el estancamiento económico.


El racionamiento, la subida de precios y los problemas del estraperlo afectaban a la
población. Franco cambió su gobierno (febrero, 1951) para intentar mejorar la economía
del país. El nuevo gobierno lo formaban falangistas y católicos. Se introdujo una persona
clave para la continuidad del régimen: Carrero Blanco. Con estos cambios, el régimen
pretendía una homologación internacional para acabar con el aislamiento y conseguir
éxitos en política exterior.

Pero, las ayudas económicas no lograron salvar la situación económica. Así, hubo
protestas, huelgas y disturbios, el descontento también se evidenció en la Universidad. De
esta forma, llegaron al gobierno tecnócratas de la organización católica del Opus Dei.

4.2. La rehabilitación internacional del franquismo


Sobre todo tras el bloqueo de Berlín por la URSS, EE.UU. alteró su posición respecto al
régimen de Franco. *Cuando estalló la 1ª bomba atómica soviética, la disposición de
EE.UU. a ayudar económicamente a España aumentó. Las relaciones internacionales
entraron en una época más favorable, gracias a que España fue un fiel aliado en la lucha
contra el comunismo.

Así, se planteó la posibilidad de un tratado bilateral y empezaron a llegar la ayuda


americana. En 1953 se firmó un acuerdo que permitía al ejército norteamericano establecer
bases militares en España a cambio de ayuda militar y económica.

El patrocinio norteamericano dio paso a que España fuese admitida en la UNESCO, la


ONU y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La visita del presidente Eisenhower, junto a
la posterior firma del Concordato con la Santa Sede, acabaron de legitimar el régimen a
nivel internacional.
5. La institucionalización del régimen
Se inauguró el gobierno de los tecnócratas, que dieron importancia al progreso
económico y la mejora de la administración.

Hasta comienzos de los 70, los ministerios clave en la economía se entregaron al Opus
Dei, que liberalizaron la economía, aunque sin modernizar la política. Salvo por la Ley de
Prensa, impulsada por (el ministro de Información y Turismo), Fraga Iribarne.
También se promulgó la Ley de Libertad Religiosa, que toleraba el culto privado y público
de otras religiones.

Luego se creó la figura del vicepresidente del Gobierno, que ocupó Luis Carrero
Blanco, que más tarde pasó a ser el presidente del Gobierno. Además, se completó la
Ley de Principios del Movimiento Nacional y se promulgaron más leyes como la Ley
Orgánica del Estado, la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado y la Ley de
Sucesión de 1969. El Príncipe juró fidelidad a los Principios del Movimiento,
recibiendo el título de Príncipe de España.

6. El crecimiento económico de los 60


6.1. Medidas estabilizadoras y planes de desarrollo
En 1958 España ya se había incorporado al Fondo Monetario Internacional y al Banco
Mundial para lograr créditos que ayudasen a la situación financiera. Luego, el Plan de
Estabilización de 1959 puso fin al intervencionismo y comenzó la liberalización comercial
y financiera.

Al programa liberalizador se añadió los Planes de Desarrollo Económico y Social para


actuar en las acciones estructurales y la creación de los polos de desarrollo.

6.2. La importancia del exterior


La contribución del exterior fue crucial, de ella proceden:
● Importaciones: llegada de tecnología que revolucionó la industria
● Inversiones y transferencias
● Ingresos por turismo, remesas de emigrantes e inversión extranjera

6.3. La etapa final de la industrialización española


La tasa anual de aumento del PIB destacó especialmente y la industria mejoró la
productividad

6.4. Las limitaciones de la industrialización


La inflación, la escasa creación de empleo, aunque con baja tasa de paro, hicieron que
en 1973, junto con la crisis del petróleo, la situación cambiara drásticamente.

7. La oposición
7.1. La oposición en los años cincuenta
La oposición interna fue ganando protagonismo desde el exilio. La oposición obrera llevó
protestas, antecedente del sindicato Comisiones Obreras, que tuvo un papel clave. La
agitación universitaria formó sindicatos al margen y provocó movilizaciones.

Empezó a haber diferencias en los principales partidos políticos de la oposición, PSOE y


PCE. En el PCE, Santiago Carrillo ascendió. Además los nacionalismos periféricos se
radicalizaron, y apareció el grupo ETA, como escisión del PNV que inició la lucha armada.
7.2 El fortalecimiento de la oposición. La oposición en los 60
En la reunión de Munich, a la que el régimen llamó contubernio de Munich, se discutió
sobre la necesidad de que los países europeos exigieran una democracia en un momento
en que el gobierno español acababa de solicitar ingresar en el Mercado Común. A ella
acudieron representantes de la oposición interior.
● La Iglesia cada vez más criticó al régimen, sobre todo los sacerdotes jóvenes.
● La oposición se radicalizó y surgió el sindicato Comisiones Obreras.
● El movimiento estudiantil resurgió con fuerza y la oposición universitaria se
radicalizó.
● El PCE se reorganizó y tuvo más apoyo social.
● El PSOE se renovó, se eliminó su ideología marxista y tomaron el poder Felipe
González y Alfonso Guerra.
Ante la oposición, la respuesta fue la represión, así se creó el Tribunal de Orden Público.

8. La crisis final del régimen (1973-1975)


8.1. El espíritu de febrero
Hubo tensión entre los inmovilistas, partidarios de continuar sin cambios y los
aperturistas o reformistas, a favor de un desarrollo político y una democracia limitada.

Carrero Blanco pasó a ser presidente del Gobierno, consolidando la separación de la


jefatura del Estado y del Gobierno. Con su muerte en el atentado de la banda terrorista
ETA, la parálisis política se agravó.

Así, se formó un nuevo gobierno presidido por Arias Navarro, aperturista limitado y con
cuya protesta se permitió hablar de un “espíritu de febrero”, partidario de reformar el
régimen. Entre 1974 y 1975, las enfermedades de Franco llevaron a que el Príncipe Juan
Carlos tuviera que ejercer en funciones.

8.2. La muerte de Franco


La dilatada agonía del dictador sumió a España en incertidumbre e inseguridad. En una
de sus últimas acciones, Franco aprobó una ley antiterrorista y se condenó a muerte a
cinco activistas de ETA y del FRAP.

Con el aislamiento internacional, el rey de Marruecos planeó la Marcha Verde para ocupar
la última colonia española, el Sáhara Occidental, así el ejército se retiró y cedió el
territorio. Este se repartió entre Marruecos y Mauritania, con los que se firmó el Tratado
Tripartito de Madrid. El 20 de noviembre de 1975, después de muchos padecimientos,
muere Franco.
TEMA 19: EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA Y LA
CONSTITUCIÓN DE 1978

1. El proceso de transición hacia la democracia


El 22/11/1975, dos días después de morir Franco, se proclamó rey a Juan Carlos I. El
restablecimiento de la monarquía, decidido ya por Franco, inició la transición, que fue una
etapa convulsa donde propugnaron distintas opciones políticas.

En 1975 las opciones políticas que había eran:


Dentro de la clase procedente del propio régimen existían los primeros momentos del
postfranquismo:
● Inmovilistas: partidarios del rearme del régimen y de la posibilidad de un
franquismo sin Franco. Su base social eran viejos falangistas, el ejército a
excepción de algunos generales, y el sindicalismo vertical.
● Aperturistas: defendían abrir el régimen, sobre todo después de Franco.
Pretendían crear asociaciones políticas, aunque no fuesen partidos, y establecer el
contraste de pareceres dentro del Movimiento Nacional. Está presidido por viejos
falangistas como Fraga.

Fuera del régimen, en la oposición:


● Moderada: aquellos que no tuvieron un contacto estrecho con el franquismo y
no se opusieron con fuerza. Participaban los monárquicos partidarios de D. Juan de
Borbón, corrientes demócrata-cristianas y liberales. Querían el final del régimen,
pero con procedimientos no traumáticos, no rupturistas.
● Radical: eran la izquierda tradicional e histórica, que tenía tradición obrerista.
Desean el fin del régimen franquista con una ruptura que llevara a un proceso
constituyente. En los momentos finales del franquismo decidió agruparse en
alianzas u organismos unitarios. Así aparecieron:
○ Asamblea de Cataluña: grupos de oposición catalanes
○ Junta Democrática de España: su núcleo era el PCE
○ Plataforma de Convergencia Democrática: tuvo como unión al PSOE
○ De la unión de las dos últimas nació Coordinación Democrática

Pese a la disparidad de ideologías, todos defendían la democracia. Reivindicaban la


legalización de los partidos políticos y la convocatoria de elecciones a Cortes para dar
una nueva Constitución con libertad de opinión, prensa y reunión, y una amnistía general.

1.1. El gobierno de Arias Navarro


Con la muerte de Franco, inició una nueva etapa, aunque las contradicciones de los
setenta, entre desarrollo social y económico e inmovilismo político, seguían patentes.

El gobierno regulaba el nuevo Estado ante las exigencias de modernización política y


social. Se necesitaba un cambio legal en un escenario complejo por las resistencias de
los franquistas.
La muerte de Franco puso en funcionamiento los mecanismos institucionales de la
sucesión a la Jefatura del Estado, y D. Juan Carlos fue nombrado Rey de España el 22
de noviembre de 1975.
Así, la nueva monarquía nacía legitimada por el franquismo, que aseguraba el control del
Estado: el ejército, la administración y las fuerzas de orden público. Todos esperaban una
monarquía autoritaria, pero introdujo reformas graduales. La oposición, exigía cambios
rápidos y significativos.

El discurso de coronación de D. Juan Carlos resaltó su intención reformista y su


voluntad de iniciar una monarquía integradora y de concordia, pero dejaba abierto
muchos interrogantes. Los primeros actos del rey fueron tranquilizar al franquismo, incluido
el ejército. Así, Arias Navarro continuó como presidente del gobierno.

Pero, el Rey colocó a su preceptor Torcuato Fernández Miranda al frente de las Cortes y
del Consejo del Reino, instituciones clave y obligó a Arias a contar en su gobierno con
figuras del reformismo franquista: Fraga, Areilza, Osorio y Garrigues.

Además, contactó con la oposición y con líderes europeos para lograr apoyo e iniciar
cambios a la democracia; fue de importancia el indulto general que permitió la salida de la
cárcel de políticos de la oposición.

Arias Navarro inició reformas lentas y limitadas, así recuperó la Ley de Asociaciones,
pero pronto se vió que era insuficiente: hubo protestas y malestar social que causaron
inestabilidad.

La congelación salarial, agravada por la crisis del petróleo, estalló en conflictos laborales.
Algunas empresas como Hunosa o Ensidesa estuvieron en huelga durante meses.

Arias Navarro hizo caso omiso a las peticiones del rey e impuso su autoridad ante los
conflictos, como en los hechos de Victoria, donde la policía causó cinco muertos cuando
disolvía una asamblea de trabajadores. Además, hubo conflictos entre facciones
carlistas entre carlistas liberales y tradicionalistas (búnker), con dos víctimas.

Los problemas crecían y hubo manifestaciones masivas reclamando democracia, huelgas


laborales. Además de los atentados terroristas de ETA y GRAPO y grupos de extrema
derecha que aumentaron el clima violento como el Batallón Vasco Español y los
Guerrilleros de Cristo Rey.

La lentitud de las reformas y los problemas daban cada vez más motivos a la ruptura
democrática contra el franquismo. Para dar cohesión a sus planteamientos, la oposición
se fusionó en la Coordinación Democrática conocida como Platajunta. Así, el rey hizo
dimitir a Arias y gracias a las gestiones de Fernández Miranda, nombró presidente del
gobierno a Adolfo Suárez.

1.2. El gobierno de Adolfo Suárez


La oposición interpretó el nombramiento de Suárez como un freno a las reformas, ya que
había ocupado cargos en el anterior régimen. Pero, expuso que “los gobiernos del futuro
serán el resultado de la voluntad de los españoles” e inició a desmantelar la dictadura
con la legalidad franquista.

Suárez concedió la amnistía parcial para presos políticos, que se completó con otra. Estas
suponían la redención de las penas de la oposición antifranquista y tranquilizaron a los
inmovilistas, que vieron asegurada su impunidad.
Además se despenalizó parcialmente el derecho de huelga y se avanzó en el
reconocimiento de las asociaciones políticas, paso previo a su legislación. Inició el
contacto con la oposición para implicarla en las reformas. Así se abrió camino a la ruptura
pactada, vía para pasar a otro sistema, iniciando por el desmantelamiento del franquismo.

Coordinación Democrática fue el enemigo de las reformas de Suárez y la oposición


moderada al franquismo. La propuesta de la oposición era de ruptura democrática, un
proceso constituyente mediante un gobierno provisional y elecciones.

La posición de los reformistas del interior del franquismo y la oposición moderada,


proponían un plan de transición, no de ruptura, sin llegar a un verdadero proceso
constituyente. Querían pasar de dictadura a democracia evitando el peligro de una ruptura
política y social, así se llamó la transición.

Hubo conflictos entre reformistas y rupturistas y así surgieron transaccionistas, que se


impondrían. Así se llegó a la ruptura pactada, que evolucionaría a la reforma pactada.

Esta transición de “la ley a la ley” como diría Fernández Miranda, era necesaria para
deslegitimar la involución política. Suárez se entrevistó con generales en activo y les
tranquilizó sobre sus intenciones, que fueron aceptadas con la condición de que no se
legalizara el Partido Comunista.

El proceso aperturista culminó cuando las Cortes franquistas aprobaron a Ley para la
Reforma Política, que preveía elecciones con sufragio universal directo, establecía:
● Sistema bicameral (Congreso de los Diputados y Senado) elegido
democráticamente, así el gobierno se obligó a convocar elecciones democráticas.
● Las Cortes elegidas elaborarían una Constitución.
Suárez convocó el 15/12/1976 un referéndum para que los españoles se pronunciaran
sobre la Ley de Reforma Política. Así, resultó favorable al gobierno por gran mayoría.
Tras aprobar la ley, Suárez suprimió el Tribunal de Orden Público y desmanteló el
Movimiento Nacional.

Un paso fundamental fue la legalización de los partidos políticos, que seguían siendo
clandestinos. El PSOE, liderado por Felipe González, aunque aún era ilegal, celebró su XIII
Congreso, donde recibió el espaldarazo de la Internacional; luego fue legalizado.

El PCE lo detuvo volviendo de su exilio y planteó a Suárez la incómoda cuestión de la


legalización. El compromiso del PCE de no cuestionar la monarquía y la presión de la
oposición llevaron a Suárez a legalizar el PCE, gran enemigo del franquismo, pese al
malestar del ejército y el incremento de secuestros, extorsiones y atentados terroristas.

Las Fuerzas Armadas protestaron y el Ministro de Marina dimitió. La situación se crispó,


pero Suárez siguió negociando con la oposición medidas como la disolución del Tribunal
de Orden Público, del Sindicato Vertical, del Movimiento Nacional y las elecciones a Cortes
constituyentes.

Así surgieron numerosos partidos políticos: Alianza Popular (derechas, liderada por
Manuel Fraga, su base social eran antiguos falangistas y partidarios de la reforma), Unión
de Centro Democrático (Adolfo Suárez, su base social eran democristianos, liberales y
socialdemócratas),PSOE (renovado,lejos del marxismo,dirigido por Felipe González) y PCE
Y otros de ámbito nacional, pero de menor importancia: Fuerza Nueva (Blas Piñar,
extrema derecha) y Partido Socialista Popular (Tierno Galván).

Aumentaron su influencia partidos nacionalistas en País Vasco y Cataluña, PNV, Herri


Batasuna, Ezquerra Republicana de Catalunya, CiU, Partido Socialista Andaluz, etc.

2. Elecciones democráticas y constitución


Ya asegurada la pluralidad política, los partidos se prepararon para las primeras
elecciones democráticas del 15 de junio de 1977. El electorado fue cauto y apoyó la
estabilidad que representaban los que habían iniciado la reforma. La UCD obtuvo mayoría
relativa, seguida por el PSOE. El PCE sufrió un descalabro que asombró a sus seguidores,
que la consideraban la encarnación de la resistencia antifranquista. Alianza Popular no
tuvo éxito por su apego al franquismo, mientras la extrema derecha fue barrida. Los
resultados de los nacionalismos catalán y vasco auguraban su futuro protagonismo.

Suárez formó un nuevo gobierno. La minoría parlamentaria de UCD lo llevó a negociar y


plantear acuerdos con otras fuerzas en asuntos como la elaboración de una Constitución,
la delicada situación económica o la entrada de España en la CEE. Las Cortes no tenían
el carácter constituyente, pero elaboraron una Constitución en la que se basara un nuevo
régimen democrático.

2.1. Crisis económica y Pactos de la Moncloa


La crisis del petróleo de 1973, que produjo inflación, crisis industrial, aumento de precios,
reducción de la competitividad, déficit de la balanza comercial, paro…, evidenció las
limitaciones del desarrollismo:
● Se manifestaron las diferencias entre regiones avanzadas y atrasadas. El interior se
despobló, mientras se saturaban otras áreas. Los desequilibrios regionales
mantenían a más de 30 provincias por debajo de la renta media.
● Aumentaron las desigualdades sociales.
● No había un Estado de bienestar como el de los países europeos, pues
continuaba la crisis de Hacienda.

Tras el inicio de la recesión, no hubo cambios en la política económica. Las fuerzas


políticas y sociales respondieron a la crisis económica, tensión social, terrorrismo e
intentos involucionistas con los Pactos de la Moncloa y formaron consenso político.
Los pactos tenían dos objetivos:
● Actuación jurídico-política: el gobierno se comprometió a regular la vida pública
con la democracia, que se plasmó en la Constitución de 1978, con la libertad de
prensa, derecho de reunión, la reforma del código penal, la regulación de los medios
de comunicación…
● Reforma y saneamiento de la economía:
Para reducir la inflación se tomaron estas medidas:
● devaluación de la peseta
● moderación monetaria y del gasto público
● racionalización del consumo energético
Para repartir los costes de la crisis, se apoyó una reforma fiscal y nuevas
relaciones laborales con los aumentos salariales según la inflación. Los Pactos
también establecieron una reforma tributaria y de la Seguridad Social.

2.2. La Constitución de 1978


Se creó una ponencia (grupo de abogados expertos en leyes) para su redacción con
diputados de todos los partidos. Sin una mayoría clara, los partidos tomaron la vía del
consenso. Las principales características de la Constitución son:
● España es un Estado social y democrático de Derecho organizado como
monarquía parlamentaria, donde el Rey como jefe de Estado era símbolo de la
unidad de España y arbitraba entre las instituciones, pero sin poder ejecutivo.
● División de poderes:
○ Las Cortes bicamerales tenían el poder legislativo, aprobaban los
Presupuestos y controlan el Gobierno.
○ El Gobierno dirigió la política interior y exterior, la admón. y la defensa del
Estado, además de la función ejecutiva. Tras cada consulta electoral, el Rey
propone al candidato a la Presidencia del Gobierno; este expone su
programa y plantea la cuestión de confianza al Congreso (que puede
adoptar una moción de censura) y solicita la confianza de la Cámara.
○ El poder judicial se ejerce por los Juzgados y Tribunales.
● Sufragio universal, directo y secreto.
● Tribunal Constitucional y Defensor del Pueblo.
● Garantiza los derechos humanos según la DUDH (educación, vivienda, trabajo,
sanidad, huelga, asociación…).
● Estado laico, ya no es católico, es ajeno a cualquier confesionalidad.
● Descentralización del Estado, las regiones podrán ser Comunidades Autónomas.
Se distingue entre las nacionalidades y regiones aunque con el principio de
solidaridad y equilibrio económico.

La Constitución estipuló dos vías para que las regiones adquiriesen su autonomía:
● Artículo 151: vía rápida y preferente, para las nacionalidades históricas (Cataluña,
País Vasco y Galicia) que accedían directamente al nivel máximo de competencias
con la aprobación del Estatuto de Autonomía.
● Artículo 143: vía lenta, para el resto de regiones, que asumirían las competencias
en hasta 5 años y no necesitaban un referéndum
Así se organizó el Estado Español en 17 CCAA y 2 Ciudades Autónomas: Ceuta y Melilla.

El Título VIII de la Constitución establece un Estado unitario pero descentralizado: un


Estado de Autonomías. El Gobierno central se reserva la exclusividad de ciertas
competencias y las Comunidades Autónomas asumen otras.

En cuanto al proceso preautonómico:


● En Cataluña, el presidente de la Generalitat se entrevistó con Suárez y así se
estableció la Generalitat.
● En el País Vasco, el Gobierno en el exilio no logró reunir a todas las fuerzas
políticas y los partidarios de ETA generaron conflictos. Navarra rechazó su inclusión
en el País Vaco.
● En Galicia surgieron demandas autonómicas y se formó la Xunta.
● Andalucía se vio infravalorada frente a los nacionalismos históricos en el acceso a
la autonomía Se acordó redactar un proyecto provisional de autonomía, apoyado
por la manifestación del 4 de diciembre de 1977.
Al final se aprobó un régimen provisional preautonómico y Fernández Viagas fue el
presidente. Así, se constituyó la Junta de Andalucía y poco después se aprobó el
Pacto de Antequera para lograr la máxima autonomía con el artículo 151, que
fijaba un referéndum para ratificar la iniciativa autonómica del 28 de febrero de
1980, donde votaron afirmativamente todas Andalucía, salvo Almería. A pesar de la
derrota legal, los políticos aprobaron un cambio en la Ley Orgánica para
desbloquear el acceso a la autonomía por la vía rápida. Se redactó el Proyecto de
Estatuto y se refrendó.

3. Los gobiernos y la crisis de UCD (1979-1982)


Tras aprobar la Constitución, hubo elecciones generales el 01/03/1979. Suárez rentabilizó
su actuación de reforma y logró un nuevo triunfo electoral, pero sin mayoría absoluta.

Había dos partidos principales UCD y PSOE. Luego triunfó la oposición de izquierdas en
las elecciones municipales del 03/04. El PSOE y el PCE hicieron un pacto municipal y se
hicieron con los ayuntamientos de las principales ciudades.

La UCD (Unión de Centro Democrático) de Suárez hizo una política reformista. Las
tendencias de centroderecha generaron debates sobre el Estado autonómico o la Ley del
divorcio. Aun así, el Gobierno sacó adelante el Estatuto de Trabajadores, el Plan
Energético y la Ley de Incompatibilidades en cargos públicos.

El punto de partida de la política de UCD fueron los acuerdos consensuados entre los
partidos en los Pactos de Moncloa, con reformas para afrontar la crisis económica. Suárez
se enfrentó a la segunda crisis del petróleo en 1979, que redujo la actividad económica.

Crecieron las amenazas a la democracia desde el golpismo militar (en el 11/1980 se


frenó un golpe de Estado, Operación Galaxia) y el terrorismo, así estos fueron los “años
de plomo”.

La oposición se acentuó y el PSOE comenzó una dura crítica opositora con la moción de
censura en el 05/1980, que no prosperó. Y Suárez afrontó la descomposición de su
partido ante los problemas: ley de divorcio, reforma fiscal, descentralización autonómica….

Así se planteó la posibilidad de un gobierno de gestión, gobierno de emergencia que


reuniría varios partidos. Con un gobierno casi paralizado, Suárez dimitió y para sustituirlo
UCD propuso a Calvo Sotelo. El día de su investidura (23/02), se produjo un Golpe de
Estado fallido de Tejero. Tras varios problemas en su partido (UCD) se convocan
elecciones generales para 10/1982, triunfando por mayoría absoluta el PSOE e invistiendo
presidente a Felipe González.

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