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PREGUNTAS POSIBLES SELECTIVIDAD

1. INFLUENCIA DEL QUIJOTE APÓCRIFO DE AVELLANEDA

Esta obra es conocida como el “Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quijote
de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus
aventuras”, mas hoy en día se conoce como el Quijote de Avellaneda.

Publicada en 1614 como continuación de El Quijote de Cervantes, se especuló


mucho sobre la identidad de Avellaneda, que todavía permanece desconocida.
No obstante, existen dos posibles personalidades que podrían esconderse bajo
ese nombre. Cervantes realiza ataques contra dos personas en la primera parte de
su novela: Lope de Vega y Jerónimo de Pasamonte. Este último fue un escritor en
la batalla de Lepanto (en la que Cervantes participó y donde quedó dañado de la
mano, de ahí el apodo del manco de Lepanto). En 1574, Pasamonte fue atrapado y
cautivo durante dieciocho años, siendo obligado a remar como galeote en las
galeras turcas. Al ser liberado vuelve a la Península y publica sus obras donde
aparece como un héroe atribuyéndose una actitud heroica propias de Cervantes.
Cervantes lo leyó y lo satirizó en la primera parte de El Quijote convirtiéndole en el
galeote Ginés de Pasamonte, cobarde, ladrón y mentiroso.

Dice la crítica que Pasamonte es Avellaneda, quien, ofendido escribiría su propio


don Quijote simulando que era la segunda parte para quitarle las ganancias a
Cervantes. Este en el prólogo de la segunda parte arremete contra Avellaneda
aludiendo a que se esconde tras una autoría falsa puesto que el tal Avellaneda no
existe. Sabemos que fue Pasamonte debido a que se hacen alusiones a su origen,
a una cofradía de la había sido miembro. Se conoce que Cervantes iría por el
capítulo LIX de la segunda parte cuando se publicó el Quijote de Avellaneda
porque es a partir de entonces cuando se dedica a insultar a éste.

Se puede concluir que este suceso solo contribuyó a la grandeza de la novela,


puesto que todos los grandes libros de gran éxito tienen segundas partes
apócrifas o auténticas, como La Celestina, que tuvo decenas de imitaciones, así
como El lazarillo de Tormes

2. FUNCIÓN DE CIDE HAMETE BENENGELI


Miguel de Cervantes, autor de esta obra, recurre a un falso autor de la novela para
no tener que someterse a la censura de la Santa Inquisición por sus críticas y
opiniones. Cervantes finge haber encontrado los pergaminos con la historia de
don Quijote. Dichos papeles se encontraban escritos en árabe, por lo que
necesitaba a alguien que los tradujera. Busca a un morisco y le encarga la
traducción. Es a partir de este momento en el que se fija la estructura de la
historia y a partir de ese momento se irá refiriendo a la supuesta fuente histórica
que representa Benengeli. A la vez, esta estrategia narrativa se convierte en una
ironía sobre el estilo historiográfico que era tan común entre los autores de libros
de caballería.
Es en la explicación del episodio del vizcaíno cuando Cervantes finge no
poder continuar porque en sus documentos no tiene más información sobre lo
que pasó. No es hasta que encuentra unos papeles escritos por Cide Hamete
Benengeli que le permiten seguir con la historia y escudarse en un segundo
narrador.
Tenemos, entonces, a Cervantes (1) contando una historia escrita por otro, Hamete
(2), que relata las hazañas de Don Quijote (3).
Este uso de la metaliteratura permite a Cervantes explorar nuevos ámbitos de
la escritura y la narración, haciendo de esta novela un icono de la literatura
española y universal.

3. DIFERENCIAS ENTRE LA PRIMERA Y SEGUNDA PARTE


A pesar de contar ambas con un prólogo, la primera parte de El Quijote se
publica en 1605 y la segunda en 1615, un año después de la publicación del Quijote
apócrifo de Avellaneda.
En la primera parte de la obra las aventuras de don Quijote se realizan sobre
espacios rurales mientras que en la segunda se dan en núcleos urbanizados, por
lo que también se da un cambio de personajes secundarios: donde antes
aparecían los sectores sociales bajos (campesinos, venteros, prostitutas) ahora son
reemplazados por sectores más altos (burguesía de don Diego de Miranda, la
aristocracia de los duques). Nos presentan al protagonista como una persona loca
que confunde la realidad con la ficción de su cabeza durante la primera parte,
mas a partir de la segunda parte este comienza a percibir la realidad tal como es
de manera gradual.
Otra diferencia radica en la cantidad de palos que recibe durante la obra, que
inicia en grandes números y acaba con alguna victoria en la segunda parte,
aunque esto no impide que siga siendo objeto de burla.
Además, algo a destacar son las salidas de don Quijote. En la primera parte
suceden las dos primeras, en las que notamos que iba sin rumbo alguno y
escogiendo la primera aventura que se le cruzase por el camino. En cambio, en la
segunda parte vemos a un don Quijote embarcado en su tercera y última salida
con destinos más marcados y su inevitable muerte.
En conclusión, se da una quijotización y una sanchificación a lo largo de la
novela, ya que los papeles desempeñados por estos personajes llegan a invertirse
durante la novela, mostrando su clara evolución.
acompañados de su escudero, que en el caso de nuestro hidalgo se trata de su
campechano vecino Sancho Panza.

4. CARACTERÍSTICAS DE LA LOCURA DE DON QUIJOTE


Nuestro protagonista se caracteriza, en mayor medida, por su pérdida de la
cordura. Una de las razones a las que se atribuye su demencia es la consumición
en demasía de novelas de caballería, además del amor que siente por su dama
Dulcinea del Toboso: confunde la realidad y la modifica para encajar con su
fantasía caballeresca. Muchos son los que intentan hacerle entrar en razón
durante la primera parte, no obstante ocurre todo lo contrario en la segunda, pues
don Quijote se muestra más cuerdo y los otros personajes pretenden engañarlo
para sacar provecho de él.
Esta inversión de reacciones ante su locura concluye con la muerte del hidalgo,
quien luce haber recuperado su cordura en sus últimos momentos.
De este análisis podemos sacar la conclusión de que en literatura escribir y
tratar a un personaje de loco sirve para darle poder expresar libremente y realizar
críticas sin miedo a la censura.
5. CARÁCTER DE SANCHO PANZA
Uno de los personajes que protagoniza y caracteriza la novela es, sin lugar a
dudas, Sancho Panza.
Él, quien en un principio es el campechano vecino de Alonso Quijano, es
convertido en el fiel escudero del protagonista una vez este enloquece. Siguiendo
la línea de la novela, Sancho tampoco representa el ideal caballeresco de un
escudero. Supone una imagen cómica que en un principio representa el
razonamiento ante la locura de don Quijote.
En la primera parte, aunque acepta ser su compañero a cambio de gobernar
una isla, podemos denotar una naturaleza bondadosa e incluso quiere ayudar a
don Quijote a ver la realidad. Pero, a medida que la historia avanza y nos
adentramos en la segunda parte, alcanzamos a ver un lado pícaro del personaje
que intenta sacar provecho de la demencia del protagonista, haciéndose también
el loco. Aun así, al final del libro vemos al Sancho bueno que observamos al
principio, quien se desespera cuando su amo está en sus últimos momentos; es
ahí cuando no sólo él, sino que todos los personajes le aprecian

6. EL AMOR CORTÉS Y LA CREACIÓN DE LA AMADA IDEAL


Don Quijote transforma la realidad a su alrededor para la conveniencia de su vida
ideal como caballero, por lo que su idealización de su dama no nos sorprende.
El protagonista se enamora de una dama: la princesa Dulcinea del Toboso.
Entre ellos se establece un amor cortés con principios típicos de una relación de
vasallaje (la supeditación renacentista del propio ser para enaltecer a la amada,
percibida como la suma belleza, la perfección, la donna angelicata).
Don Quijote muestra su amor mediante gestas típicas de una época pasada.
Vemos como encomienda a su escudero Sancho Panza a visitar a su amada y
relatarle sus hazañas.
Para el hidalgo cumplir todos los requisitos para ser un caballero andante era
de suma importancia, por lo que consecuentemente entendemos la necesidad
de tener a una dama a la cual adorar. Lo que sabemos de ella, Dulcinea del
Toboso, que realmente se denomina Aldonza Lorenzo, es una moza labradora de
orígenes supuestamente moriscos. Ya por el cambio de nombre vemos la
idealización a la que don Quijote la sujeta, como al resto de aspectos de su vida.
En conclusión, pese a no confirmar la existencia de esta dama, Cervantes
hace uso de su figura para darle una razón por la que mantenerse en pie y luchar
a su protagonista.

7. IDEALES QUIJOTESCOS: JUSTICIA, LIBERTAD Y SENTIDO CABALLERESCO


Don Quijote es presentado como un personaje fiel a sus ideales a pesar de las
consecuencias negativas que ello pueda comportar.
Nuestro protagonista se cree un caballero andante y , como tal, representa y
defiende todo lo relacionado al sentido caballeresco, como es su dama y su amor
por ella, que le motiva y le impulsa a seguir adelante.
Él también cree que en el siglo XVII todavía son posibles la vida y los ideales
de la caballería y tiene la intención de hacer el bien según estos, lo que se puede
ver reflejado en su impartición de justicia no basada en las leyes, sino en sus
principios utópicos.
Su sentido de la libertad también se ve afectado por estos ideales, como es
visto en el episodio de los galeotes. Su naturaleza bondadosa ligada a sus
principios le hace pensar que cualquier crimen cometido nunca ha de ser tan
grave como para sentenciar una penitencia mayor.

8. LAS TRES SALIDAS DE DON QUIJOTE


Durante el transcurso de la novela don Quijote se embarca en tres diferentes
salidas.
En la primera salida, que tiene una duración de tres días, don Quijote viaja en
solitario a poca distancia de su casa durante los seis primeros capítulos, por lo que
no le toma mucho tiempo en regresar a casa.
En la segunda, se encuentra acompañado de su escudero Sancho Panza a lo
largo de los dos meses que dura la salida. Aquí se dan algunos de los episodios
más famosos de la novela, como la lucha contra los molinos de viento, la batalla
contra el vizcaíno y los frailes, la liberación de los galeotes, la penitencia en Sierra
Morena y la “visita” de Sancho al Toboso. A pesar de volver enfermo, el hidalgo no
renuncia a su ideal.
A diferencia de las dos primeras salidas, que se dieron en la primera parte de
la novela, la tercera ocupa la segunda parte y dura cuatro meses. En esta don
Quijote llega a Barcelona acompañado de Sancho, sin embargo acaba siendo
derrotado ya que durante el desafío del caballero de la Blanca Luna le jura a este
que desistiría de sus ideales y regresaría a su hogar en caso de que ganase su
oponente.
En conclusión, todas las salidas, y por ende las aventuras, vividas por Don
Quijote y Sancho Panza contribuyen significativamente a su crecimiento y
desarrollo como personajes.

9. PARODIA DE LAS NOVELAS DE CABALLERÍA


Como bien es sabido, la intención de Cervantes con su obra es burlarse de las
novelas de caballería que tan famosas eran en su época.
En su novela, el protagonista pertenece a la clase social más baja de un
caballero, pues se trata del hidalgo don Quijote de la Mancha y representa desde
un inicio todo lo contrario al estereotipo de caballero andante, quien ha de ser
noble.
Añadimos a estas diferencias la edad avanzada de don Quijote en contraste
a los jóvenes caballeros popularizados en las novelas de caballería. Estos van
acompañados de su escudero, que en el caso de nuestro hidalgo se trata de su
campechano vecino Sancho Panza.
¿Y qué sería de un caballero sin una amada a la que dedicar sus grandes
hazañas? Al contrario que los típicos caballeros, don Quijote cae enamorado de
una campesina a la que jamás ha visto llamada Aldonza Lorenzo (a quien imagina
como la princesa Dulcinea del Toboso).
Al contrario que los lugares “exóticos” que visitaría un caballero, vemos a don
Quijote pasear por algún lugar de La Mancha, caracterizado por ser un lugar árido
y desértico.
La armadura también supone una burla, pues el protagonista se viste con una
armadura de su bisabuelo (Edad Media) y causa un anacronismo en contraste a
las armaduras actuales en la época. Esta anacronía también se ve por la forma de
hablar del hidalgo, llena de léxico arcaico que resulta en burlas y confusiones.

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