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Políticas para el Desarrollo

Educativo
Bloque 3
P olíticas para el D esarrollo E ducativo

Contenido
3. La docencia
3.1. El docente como sujeto importante en los aprendizajes
3.2. La selección, formación y profesionalización docente
3.3. Motivando el desempeño docente
3.4. Políticas sobre la formación y profesionalización del
docente

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La docencia bloque tres

Introducción

Este bloque aborda la importancia de la docencia para el logro


de las políticas de calidad educativa; para ello, se analiza el
papel que el docente tiene en el desarrollo de aprendizajes, la
importancia de su formación inicial y continua, así como los
procedimientos y políticas educativas que hay para regular el
ingreso, permanencia y profesionalización docente en México.
Todos estos elementos en conjunto ayudarán a valorar la
importancia de la formación de los profesionales involucrados
Consulta la presentación con la formación educativa y la relación que esto guarda con la
del autor práctica profesional del psicopedagogo.

Objetivo del bloque

Evaluar el papel estratégico que cumple la docencia en el logro


de una educación de calidad educativa, a partir del análisis
del perfil, formación y práctica profesional establecido en las
políticas educativas encargadas de este sector.

Lecturas base

Galazi, L.; Gómez, D. y Vázquez, M. (2019). Políticas


mundializadas de formación docente. Propuestas para una
lectura filosófica, Praxis y Saber, 10(22)

Lecturas complementarias

Franco, J.; Vélez, F. y López, H. (2018). La motivación docente


y su repercusión en la calidad educativa: estudio de caso,
Revista de Pedagogía, 39(135)

Presidencia de la República (2018). Ley de Servicio Profesional


Docente, Diario Oficial de la Federación.

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

3. La docencia
A lo largo del curso hemos observado la preocupación social y gubernamental por una educación
de calidad que responda a las necesidades del momento actual, esto nos llevó a analizar las
características tempranas del sujeto y su importancia para lograr aprendizajes de calidad. Sin
embargo, este proceso no se lograría sin la acción educativa del docente que acompaña al estudiante
durante el proceso y le ayuda a desarrollar todos sus talentos.
En este bloque nos enfocaremos en el análisis de la acción educativa que ejerce el docente y la
forma en la que contribuye al logro de aprendizajes significativos y de calidad. Para ello, iniciaremos
nuestro recorrido puntualizando el papel que el docente tiene en la adquisición de aprendizajes y la
manera en que estos elementos se vinculan con las políticas educativas docentes.

3.1. El docente como sujeto importante en los


aprendizajes
La educación, en todas sus formas y niveles, busca promover y desarrollar las capacidades de los
sujetos para adaptarse a su entorno, conocerlo y transformarlo para su bienestar. Sin embargo,
este concepto de formación y desarrollo de las habilidades y competencias básicas depende del
contexto social, cultural y temporal en el que se genera; es decir, no es lo mismo la educación de la
antigua Grecia que la del momento actual, y tampoco es lo mismo la educación de un país como
China que en México.
Estas diferencias de contexto, espacio y tiempo determinan diferentes intencionalidades
educativas, de ahí que para lograr comprender el concepto de calidad educativa debemos situarnos
en el momento actual y en los grandes desafíos que tenemos. Al respecto, hay que señalar que
los cambios sociales, culturales, educativos y económicos generados por el avance tecnológico
y el surgimiento de la sociedad del conocimiento y de la globalización obligan a reflexionar sobre
nuevas necesidades educativas, nuevas formas de aprender y hasta nuevos fines educativos.
La idea del aprendizaje en la actualidad se vincula más con la formación de competencias que
le permitan al sujeto desarrollar conocimientos, habilidades, valores y actitudes que le ayuden a
resolver problemas, crear productos u objetos para su beneficio. Pero la necesidad educativa actual
no se reduce a ello, debido a que en el marco de la sociedad del conocimiento el sujeto aprende
que el conocimiento es infinito y que cada día se incrementa de manera exponencial. Esto implica la
necesidad de desarrollar la habilidad metacognitiva de aprender a aprender, que le ayude a aprender
de manera permanente.
Ambas cualidades (educación que implique la aplicación de las ideas y que desarrolle la habilidad
metacognitiva) fueron discutidas por la UNESCO como parte de las características de las necesidades
educativas actuales, y son expresadas a través de los cuatro pilares que debe tener la educación del
futuro (Delors, 1996, o. 89-108):
Aprender a conocer. Se enfoca en aprender a conocer y comprender el mundo que nos rodea, a
partir de despertar la curiosidad y estimular el espíritu crítico para descifrar la realidad. Esta visión
va mucho más allá de la acumulación de conocimientos para su memorización, ya que busca
despertar en el sujeto la iniciativa y la curiosidad para descubrir algo, para observar, analizar y
determinar su valor e importancia. Es decir, estamos hablando de un sujeto activo que construye

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La docencia bloque tres

su propio conocimiento y que, para hacerlo, debe considerar las cualidades y procesos propios
del pensamiento científico, como la capacidad crítica para analizar y valorar hechos, para poder
construir sus propias conclusiones.
Un aspecto relevante a considerar es que, dado que el conocimiento siempre está en constante
crecimiento y evolución, es importante ayudar a desarrollar habilidades que le permitan al sujeto
aprender de manera continua para poder comprender, conocer y transformar su entorno de manera
crítica y fundamentada. Es decir, estamos hablando del desarrollo de una educación en movimiento
en la que aprender a aprender lleve a un aprendizaje a lo largo de la vida.
Aprender a hacer. Implica la capacidad de poner en marcha todos los conocimientos y habilidades
adquiridos para lograr transformar el mundo. En esta fase, el sujeto se ve en la necesidad de aplicar,
usar y transformar sus ideas en acciones. En un inicio estaba más orientado al aspecto relativo
al perfil profesional; es decir, por ejemplo, tu formación como psicopedagogo y tu habilidad para
aplicar estas ideas en tu entorno profesional.
Sin embargo, dada la importancia de comprender, conocer y transformar nuestro mundo es
que la visión se extendió a todos los niveles educativos. De ahí que sea importante considerar
la aplicación de los conocimientos como una herramienta para que el sujeto pueda vincular los
aspectos aprendidos con la práctica y pueda considerar la forma en la que sus acciones transforman
el mundo.
Aprender a convivir. Dado que el aprendizaje y las acciones que de ella se desprenden se
desarrollan en un contexto social, cultural y económico, es importante ayudarle al sujeto a insertarse
en un contexto social, a convivir y vivir con otros semejantes y diferentes. La educación y formación
del sujeto en el contexto actual no puede reducirse únicamente a aspectos técnicos y conceptuales,
también requiere del conocimiento y el desarrollo de habilidades involucradas con la comunicación,
la convivencia y la capacidad de vivir en entornos cambiantes, distintos y, en algunos casos, de
carácter multicultural. Esta parte de la formación prepararía al sujeto para desarrollar su humanidad
y su capacidad de convivir y estar con otros, a través de la comprensión de lo que nos hace únicos,
diferentes y diversos. En este punto, se hace énfasis en el desarrollo de cualidades como la empatía,
el respeto y la tolerancia como valores imperantes en la convivencia y para el desarrollo de proyectos
compartidos y colaborativos en el marco de una sociedad inclusiva a nivel local y global.
Aprender a ser. Implica el desarrollo de la libertad de pensamiento, juicio y sentimientos que le
permitan al sujeto el desarrollo pleno y único de sus potencialidades y particularidades. Se busca
el desarrollo pleno de los talentos y habilidades propias de cada sujeto como ser individual y como
parte de una colectividad. Bajo este parámetro, se trata del desarrollo individual como algo que le
otorga la capacidad de ser él mismo y, en esa medida, contribuye al mundo y a su diversidad.
Este enfoque de los cuatro pilares de la educación del futuro ayudaría al sujeto a navegar en un
mundo incierto, cambiante y complejo como el actual, y será la base para lo que ahora se denomina
educación basada en competencias. Esta postura educativa se convertirá en un paradigma mundial
y será parte de las recomendaciones que organismos como la UNESCO recomienda a varios países,
entre ellos el nuestro. Este enfoque busca promover un cambio educativo donde se desarrollen
conocimientos, habilidades, valores y actitudes que le permitan al sujeto desarrollarse y actuar en
el mundo (Argudín, 2015).
Lo anterior implica varios retos, pues a esta concepción educativa le subyace una visión en donde
el alumno es un constructor activo de su aprendizaje a partir de su conocimiento previo y de nuevas
experiencias de aprendizaje en donde el docente tiene un rol de mediador y apoyo. Esto representa
el desarrollo de estrategias educativas acordes con esta intencionalidad, en donde el sujeto participe
de manera activa y se vuelva el centro del proceso educativo. Incluso algunos irán más lejos al

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

afirmar que para que se logre este proceso no basta con señalar que el estudiante debe ser el
centro del proceso, sino que se deben diseñar experiencias educativas que resulten significativas y
potencialmente educativas (Díaz-Barriga y Hernández, 2010).
Esto implica varios retos para el docente, que en su trabajo educativo deberá desarrollar varias
cualidades que lo ayuden a generar un ambiente positivo que fomente el aprendizaje según la
visión que acabamos de mencionar; entre algunas de estas cualidades están:
a) Trabajar con la motivación y la gestión de emociones. La importancia de que el profesor,
mediante su actuar, genere en el estudiante la motivación necesaria para el desarrollo de
aprendizajes, para iniciar el proceso de descubrimiento y para fomentar su curiosidad. Esto
demanda muchas actitudes, habilidades y cualidades personales para comunicarse con los
estudiantes y generar un ambiente positivo que fomente la motivación y el aprendizaje.
Pero no sólo eso, el profesor también debe ser un gestor de emociones al interior del aula
para trabajar con las actitudes y sentimientos de los estudiantes en torno a los aspectos del
aprendizaje para reducir la ansiedad y el miedo al fracaso, y valorar los aspectos de aprendizaje
que se lograron para, en función de ellos, poder construir algo más (Sáez, 2018).
b) La comunicación y la atención. El proceso educativo se basa de manera fundamental en la
comunicación que existe entre el profesor y el estudiante, de ahí que sea fundamental que
el estilo de comunicar sea claro, eficiente, directo y, al mismo tiempo, cálido y positivo para
favorecer la comprensión, el aprendizaje e incluso la dinámica entre los sujetos al interior del
aula. Este estilo de comunicación, si bien es parte de la formación de los sujetos, también se
combina con los propios estilos personales que tiene el profesor.
En este rubro incluso ahora se habla del storytelling en educación, que consiste en la habilidad
de transmitir un contenido como si fuera una historia y despertar el interés y la reacción
del sujeto. Este elemento resulta muy atractivo en educación porque favorece el interés y
la atención de los niños y facilita con ello el proceso de aprendizaje. En la actualidad esta
habilidad se desarrolla mediante el uso de nuevas tecnologías con la creación de vídeos y
materiales multimedia para el diseño de experiencias de aprendizaje (Aparicio y Pérez, 2020).
c) Construir su propio conocimiento. Esta visión educativa implica ir más allá de la educación
tradicional, en donde se busca que el sujeto repita información para convertirlo en protagonista
de su formación a través de métodos activos, participativos y constructivos aplicados en el
marco de los valores sociales y de la propia individualidad del sujeto. Se trata de ayudar a
construir conocimientos respetando las características, necesidades y particularidades de
cada individuo.
d) La importancia del currículum oculto. Hay que recordar que el aprendizaje no sólo se da en
el marco de lo que decimos, sino también de lo que hacemos, de los valores que manifestamos
en nuestras decisiones y acciones. Es por eso que es muy importante la acción que el docente
pueda tener al interior y el exterior del aula, y la percepción que de él tienen los estudiantes.
El docente se puede convertir en un ejemplo a imitar, pues en ocasiones los estudiantes
idealizan a los profesores y estos aparecen como modelos o ejemplos a seguir. De ahí la
enorme influencia que el profesor tiene en la promoción de valores, actitudes y de un mayor
apego al ámbito escolar (Sáez, 2018).
e) La importancia de la responsabilidad compartida en la formación. En visiones anteriores,
el logro del aprendizaje era responsabilidad de la acción del docente y de su capacidad para
desarrollar las habilidades en el estudiante. Sin embargo, esta visión abre paso a nuevas
perspectivas en las que se considera que el logro de las metas educativas dependerá del

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La docencia bloque tres

trabajo conjunto de ambos (docente y estudiante) a través de una responsabilidad compartida


(Díaz-Barriga, Hernández, 2010). Evidentemente es necesaria una acción educativa por parte
del docente y en el caso de la educación básica de los padres para ayudar a comprender a los
estudiantes el papel que tienen en su propia formación.
Como podemos ver, el concepto de aprendizaje en el contexto actual demanda del profesor una
serie de cualidades y habilidades personales, de comunicación, didácticas y socioemocionales,
para guiar el proceso y para contribuir, a partir de su ejercicio profesional, en la construcción de
aprendizajes significativos y de calidad. La pregunta es: ¿están nuestros docentes preparados para
este desafío? Para poder responder a esta interrogante, necesitamos analizar cuáles son las formas
en las que se da este proceso de formación, selección y profesionalización docente en nuestro país.

3.2. La selección, formación y profesionaliza-


ción docente
En nuestro país podemos encontrar docentes de diferentes niveles educativos y perfiles. En
los inicios de la educación en México, la formación docente se realizaba a través de las Escuelas
Lancasterianas (1842), en donde se les daba un curso de cuatro a seis meses. Esta formación cedió
el paso a la Academia Normal de Orizaba en 1885, y en 1887 se inauguró la Escuela Normal para
Profesores. En periodos posteriores la formación docente se realizaba a través de la acción de las
escuelas normales, que comenzaron a extenderse a lo largo del país (IEESA, s/f).
Hay que destacar durante este periodo una gran variedad de instituciones con características
distintas que ofrecían la formación docente. Una característica importante de ellas, además de la
heterogeneidad en la visión educativa y en los contenidos, era que los requisitos para ingresar y
egresar eran variados, pero todos enfocados a proporcionar una formación de carácter técnico
(IEESA, s/f).
En 1978 surgió la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), con el propósito de formar profesores
de educación básica, labor que hasta ese momento había cumplido la Escuela Normal de Maestros.
Con este hecho se profesionaliza la formación docente al otorgarle el grado de licenciatura, pues en
el periodo previo la escuela normal se cursaba como un nivel de técnico superior al que ingresaban
después de la secundaria. A partir de ese momento, las unidades de la UPN se ampliaron a lo largo y
ancho del país, y con ello se abrió la posibilidad de que la formación de maestros pudiera realizarse
a partir de un medio universitario (Navarro y Navarrete, 2018).
Este punto resultó muy importante para la formación de docentes porque, por un lado, fue el
inicio de la profesionalización docente considerada como una formación especializada para el
desempeño de una actividad profesional; además, abrió la puerta para la generación de nuevos
programas educativos orientados a la formación docente tanto en las unidades de la UPN como en
algunas instituciones de carácter privado (en estas últimas el crecimiento fue menor). Esto extendió
las posibilidades de formarse como docente (a nivel universitario) a un mayor número de aspirantes
de la población.
Sin embargo, una de las particularidades de este entorno es que existía una gran variedad de
programas educativos, lo que aportaba heterogeneidad a la formación docente. Sin embargo, con
la firma del Tratado de Libre Comercio y el Ingreso para a la OCDE, el sistema educativo se vio
obligado a responder a uniformar criterios con los países con los que se realizaban los intercambios
y a alinearse a los requerimientos de políticas internacionales en torno a la formación docente
(Navarro y Navarrete, 2018).

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

Estas ideas se materializaron en 1992 en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación


Básica, donde se planteó la reformulación de contenidos en educación básica. Esto implicó también
un cambio en la formación docente (Navarro y Navarrete, 2018). De esta manera, se buscaba romper
con la heterogeneidad de las formaciones y modernizar los procesos educativos en función de los
estándares y necesidades que marcaban los incipientes procesos de globalización educativa.
En esos mismos años comenzó la preocupación por la calidad educativa, y se pensaba que uno
de los factores que contribuía al deterioro educativo era el tipo de formación docente que existía,
de ahí que una de las formas de regular la calidad era en gran parte a través de estándares en los
que se regulara la estructura curricular de los programas de formación docente para garantizar los
contenidos requeridos y para uniformar una misma visión de enseñanza en países como México
(Calvo, 2019).
Hay que destacar que, a la par que se generaba esta preocupación por los contenidos educativos,
también prevalecía la visión de que los estudiantes de las diferentes normales y universidades
no lograban alcanzar los conocimientos necesarios para su formación. Esta visión generó la
preocupación por evaluar la calidad de los estudiantes de las normales mediante exámenes (Calvo,
2019).
Entre 2010 y 2013 se les aplicaron evaluaciones a los estudiantes de educación normal, y los
resultados eran preocupantes, tal como se aprecia en la figura.

Figura 1. Resultados del examen de conocimientos en diferentes normales del país. Fuente: elaboración propia a partir
de datos del INEE (2015, p. 104).

El bajo rendimiento de algunos sectores en este tipo exámenes de conocimientos generó


preocupación por la formación docente y por las posibilidades de su ejercicio profesional cuando
egresaron de las instituciones formadoras. Esta visión se agudizó debido a la forma en la que
los estudiantes eran seleccionados para el ejercicio profesional en las escuelas, pues en muchos
casos se incorporan a las plazas de manera directa al egresar de las instituciones, sin exámenes ni
evaluaciones específicas.

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Durante los años 1959 y 1978 hubo una notable expansión de la


matrícula de educación básica, lo que creó la necesidad de generar La asignación de una
plaza docente operó por
nuevas plazas que no se regularon de manera adecuada y que,
primera vez en 1951 cuando
por la falta de personal adecuado, fueron asignadas a personas
a los egresados de la
que no poseían la escolaridad requerida o que no contaban con Escuela Normal Superior
la calificación necesaria (De Ibarrola y Silva, 2015). de México se les asignaba
En 1983 la asignación se otorgaba por recomendación de un espacio laboral al
alguna persona o por el propio SNTE (INEE, 2015a); sin embargo, término de su carrera (De
el proceso de asignación de plazas no resultaba eficiente pues, Ibarrola y Silva, 2015).
de acuerdo con lo señalado por la OCDE (en INEE, 2015a, p. 128):
ç Había insuficiencia de plazas para colocar a todos los
egresados de las escuelas.
ç Se contrataba más a ciertos egresados en detrimento de
otros.
ç Ingresaban al servicio personas sin el perfil adecuado.
ç Los procedimientos eran poco transparentes.
ç Se afirmaba que el SNTE tenía injerencia en la asignación de
plazas a ciertos aspirantes.
Esto plantea varios problemas pues, aunque existía la necesidad
de cubrir estas plazas para la atención de los estudiantes, también
era evidente que la falta de un perfil adecuado podría mermar
mucho su capacidad profesional y los resultados de aprendizaje
que podrían generar. En función de ello, en el 2003 la SEP impulsó
la Política Nacional para la Formación y el Desarrollo Profesional
de los Maestros de Educación Básica, que dio pie a la creación
de un examen de ingreso para incorporarse al servicio docente
(INEE, 2015a).
Aunque no todos participaron en el proceso de selección,
existían varios problemas que generaron críticas al sistema,
como prácticas poco transparentes en la asignación de plazas,
plazas dobles o, por ejemplo, que el 76% de los profesores de
la selección 2002-2003 se quedaron sin un lugar (INEE, 2015a).
Esto generó la preocupación por crear políticas, programas y
lineamientos que contribuyeran a la correcta formación, selección
y profesionalización de los docentes.
En 2008, el Gobierno de Calderón y el SNTE lanzaron la Alianza
por la Calidad de la Educación, en donde se buscó impulsar la
modernización de las escuelas y la profesionalización docente.
Se crearon instrumentos para la selección de los docentes a partir
de Concursos de Oposición, que no fueron muy bien recibidos por
los docentes (Navarro & Navarrete, 2018). Esta situación polarizó
el diálogo entre el sector docente y el gobierno, cuestión que
incluso escaló a espacios públicos a través de marchas y mítines
en los que se expresaba el rechazo a la reforma.

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

En el ciclo 2009-2010, en el marco de la Alianza por la Calidad de la Educación, se realizó el Concurso


Nacional Público de Oposición, en el que participaron varios maestros. Desafortunadamente, los
resultados no fueron muy alentadores, tal como muestra la figura. El problema continuó en las
siguientes ediciones del Concurso de Oposición, pues el INEE reportó, en el ciclo 2014-2015, que
sólo el 33.9% de los aspirantes resultaba idóneo, mientras que el 66.6% era no idóneo. (2015a, p. 138).

Figura 2. Resultados del Concurso Nacional Público de Oposición 2009-2010. Fuente: elaboración propia a partir de
Navarro & Navarrete (2018, p. 173).

La visión de usar los concursos de oposición como medio para acceder a las plazas docentes
continuó en el siguiente sexenio (Enrique Peña Nieto) e incluso se hicieron modificaciones al artículo
tercero constitucional, en los que se señala que todo acceso será por este medio y que será la Ley
Reglamentaria la que fijará las condiciones de estos exámenes.

En 2013 se crearon la Ley de Servicio Profesional Docente, la Ley del Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación y las reformas a la Ley General de Educación (Navarro y Navarrete,
2018).

En la Ley de Servicio Profesional Docente se destaca como medio de ingreso obligatorio el


Concurso de Oposición, mientras que para la promoción de aquellos que se encuentran en servicio
se señala una serie de requisitos, entre los que destaca la evaluación del desempeño. Cabe destacar
que, aunque se insiste en que los profesores que no acrediten esta evaluación no perderán sus
plazas, prevalece la resistencia a ser evaluados (Navarro & Navarrete, 2018).
La preocupación por la práctica docente y su impacto en el aprendizaje de los estudiantes no se
reduce únicamente a su formación y a los medios para incorporarse al sector laboral. Existe otra
serie de aspectos que debemos considerar, pues durante su ejercicio profesional los docentes se
enfrentan a retos como el desarrollo de las habilidades necesarias en sus primeros años de ejercicio
profesional y la importancia de la actualización en los años de mayor experiencia profesional.

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La docencia bloque tres

Durante los primeros años de ejercicio profesional es importante


Para profundizar en las
destacar la diferencia que hay entre la teoría con la que se forma a
características de esta
los estudiantes y su aplicación en el terreno escolar. Es justamente
ley, revisar la lectura
en el marco de la acción educativa inicial donde los docentes en complementaria Presidencia
ejercicio pueden vislumbrar sus carencias de formación en torno de la República (2018). Ley
al dominio de la disciplina escolar, la motivación de los estudiantes, de Servicio Profesional
la organización del trabajo en clase, la atención a problemas con Docente, Diario Oficial
estudiantes, padres de familia y compañeros (Marcelo y Vaillant, de la Federación. https://
2016). acortarlink.cl/h80af
Durante este proceso, el docente enfrenta una serie de retos
para lograr adaptarse a la institución, el grupo, los estudiantes y
las pautas, para lograr aprendizajes significativos. Este proceso,
además de ser un reto, demanda del profesor una buena dosis
de resiliencia frente a las dificultades y la necesidad de realizar un
aprendizaje permanente.
La cuestión es que este ejercicio y aprendizaje depende mucho
del interés, voluntad y perseverancia que el docente muestre en
el proceso, lo que está directamente vinculado con su interés
por la docencia y su vocación profesional. De ahí la importancia
que muchas instituciones atribuyen a la vocación y el interés
profesional como medios para garantizar el interés del profesor
por solventar estos problemas. De hecho, algunos señalan la
frase de “se aprende a nadar o se hunde”, refiriéndose justamente
a la importancia de aprender de estos eventos o dejarlos pasar
(Marcelo y Vaillant, 2016).
En este sentido, se enfatiza la importancia de tener una guía o
mentor durante esta fase para que ayude al docente en el proceso
de adaptación y aprendizaje en términos de las necesidades
emocionales, sociales e intelectuales que pueda tener con
respecto al ejercicio de esta profesión (Marcelo y Vaillant, 2016).
De alguna manera, este apoyo educativo existe en algunas
instituciones educativas, sin embargo, no existe un programa de
apoyo estructurado y claro como tal, por lo que estas prácticas
también se generan en el marco de la heterogeneidad.
Una vez que se adapta el sujeto a la institución y su ejercicio
profesional, los retos no disminuyen, y es que hay que considerar
que la complejidad de la práctica educativa, el entorno cambiante
y las necesidades educativas de las diferentes generaciones
implican un reto permanente que requieren una actualización
constante. De ahí que se plantee la formación continua como una
necesidad en la formación de los docentes y como un imperativo
para su profesionalización.
El concepto de profesionalización docente surgió como parte
del discurso de la UNESCO a finales de los cincuenta, en un
esfuerzo por mejorar la calidad de la educación y por regular las
condiciones en las que se debe esta labor en diferentes países

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

debido a que en algunos de ellos se ingresaba al sector sin poseer los títulos ni las cualificaciones
necesarias. Este discurso cambió para finales del siglo XX y principios del XXI, y fue sustituido por
la preocupación de otorgar un mayor nivel de profesionalismo a los profesores. Con esto se trató
de fomentar el compromiso social, el servicio a la comunidad y efectuar un trabajo digno que
contribuya a formar ciudadanos cultos al servicio de una nación (Montero, 2014).
La profesionalización en el contexto actual hace referencia al desarrollo de las aptitudes necesarias
para efectuar la actividad docente y generar y potenciar los niveles de autonomía (para su propio
desarrollo) y de responsabilidad social (del impacto de su labor en otros); abarca no solamente la
destreza para el ejercicio del proceso de enseñanza-aprendizaje, la gestión escolar y la administración
de los recursos, sino que supone también el proceso de actualización permanente para adaptarse a
las situaciones cambiantes y a las necesidades educativas del contexto (Montero, 2014).
Conforme a la Comisión Europea, esta perspectiva de la profesionalización docente implica el
desarrollo de competencias articuladas en cuatro rubros (citada en Valle, Manso y Sánchez, 2023,
p. 70-71):
ç Aprender a pensar como docentes, lo que implica la capacidad crítica para verse a uno mismo
y a los demás en el marco del ejercicio pedagógico.
ç Aprender a saber como docente, perspectiva relacionada con los conocimientos inherentes a
su práctica y ejercicio profesional en el marco educativo.
ç Aprender a sentir como docentes, lo que está vinculado con la identidad profesional, las
actitudes, las emociones y los valores propios de la práctica educativa y de la responsabilidad
que esto implica.
ç Aprender a actuar como docentes, lo que implica integrar los conocimientos, las habilidades, los
valores y las actitudes en el actuar docente.
Considerando estos elementos, el desarrollo y profesionalización docente no implican sólo los
aspectos formativos en torno a conocimientos y las habilidades para aplicarlos en diferentes entornos,
sino también el desarrollo de valores y de un pensamiento crítico que pueda permitir la reflexión y
el análisis de la propia práctica para mejorarla. Por tanto, si hablamos de profesionalización docente
como la herramienta para la formación, tendríamos que atender todos estos rubros en el desarrollo
de profesores noveles (de reciente ingreso) y los más experimentados.
Esto supone hablar también del crecimiento en términos laborales. Hasta antes de 1993, el sistema
de promoción laboral que tenían los maestros era a través de un escalafón; sin embargo, para
esta fecha la SEP y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) suscribieron
los Lineamientos Generales para la Carrera Magisterial, con un sistema de pago diferenciado de
acuerdo con el nivel alcanzado mediante puntos (Navarro & Navarrete, 2018).
Para lograr que esta formación docente sea traslada al aula y tenga impacto en la calidad de los
aprendizajes debemos considerar tres elementos que resultan esenciales el primero es la adquisición
de conocimientos y habilidades que se pueden obtener a través de cursos, seminarios y el trabajo
colegiado con otros. El segundo es contar con los recursos para poder poner en marcha estos
conocimientos; y el tercero, es tener la voluntad y la intención de poner en acción estos aspectos (es
decir que los maestros desean transformar su práctica para mejorarla) (Montero, 2014).
De los tres elementos antes descritos, al que mayor énfasis se le ha dado en el contexto educativo
mexicano es a los cursos, seminarios y posgrados que abrieron sus puertas al ingreso de una gran
cantidad de docentes. El segundo elemento (los recursos) fue considerado a través de políticas
educativas que se enfocan en otorgar recursos a las escuelas consideradas de mayor calidad

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La docencia bloque tres

para apoyar el desarrollo de los docentes. Mientras que en lo relativo a la voluntad nos lleva a un
tema capital, que es la motivación que tiene el docente para mejorar. Alrededor de este tema se
generaron algunos programas de estímulos salariales para motivar desde la parte económica un
actuar diferente.

Hay que recordar que no sólo el salario y los estímulos económicos son un factor para la
motivación docente, de ahí la importancia de analizar todo el entorno en el que se da la práctica
profesional y los aspectos que inciden en su motivación en nuestro siguiente rubro.

3.2. Motivando el desempeño docente


Podemos definir la motivación como el estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta del
sujeto en una dirección. Esta energía puede tener dos tipos de orígenes:
ç Uno interno, creado por las ideas, valores y expectativas del propio sujeto en torno a una
situación o hecho, denominado como motivación intrínseca.
ç Otro de carácter externo, originado por las condiciones, características o aspectos del entorno
que lo ayudan a inclinarse por ese punto o acción (Díaz-Barriga & Hernández, 2010).
Ambos elementos son esenciales para la conducta humana e influyen de manera determinante
en sus acciones. En el caso del docente en torno a la motivación intrínseca, podemos hablar de la
vocación del sujeto por enseñar y de la propia visión que tiene sobre su labor. Al respecto se tiene
que retomar la importancia de los años de ejercicio en la labor profesional y de las condiciones en
las que se da.
Durante los primeros años de ejercicio es factible que aquellos sujetos con mayor vocación e
interés por la profesión dediquen más tiempo a superarse y mantengan esta motivación por el
ejercicio de su profesión durante más tiempo. Sin embargo, esta situación personal se puede ver
confrontada por diversas situaciones externas que pueden afectar la percepción que el sujeto tiene
de su labor, lo que denominaremos motivación extrínseca.
Entre los elementos que podemos encontrar que afectan la motivación extrínseca está el
reconocimiento que la profesión tiene en el entorno social. Se considera que, en sus inicios, la
práctica docente gozaba de un gran prestigio social en las poblaciones debido al rol formativo que
representaba. Sin embargo, de 1960 a 1980 se buscó ampliar la matrícula y atender a un gran número
de la población sin considerar las condiciones y particularidades de esta práctica profesional.
Esto dio pie a varios problemas que afectaron de manera significativa la práctica docente y la
percepción social que de ella se tenía, entre otras están:
1. La incorporación masiva de personas al rol docente. Debido a la celeridad con la que
se efectuaba este proceso en ocasiones, no se valoraba si los sujetos estaban totalmente
preparados para ejercer este rol, lo que dio paso a lo que algunos denominaron
“profesionalización salvaje” (Gil Antón, 2006).
2. Saturación de grupos. Durante estos años, la preocupación se enfocaba en la cobertura
educativa, por lo que se buscaba proporcionar el servicio educativo a la mayor cantidad de
estudiantes, lo que en muchas ocasiones saturó las aulas y dificultó la actividad académica al
no tener los recursos, el espacio y las habilidades para manejar grupos tan numerosos sin el

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

apoyo requerido, lo que mermó la calidad del trabajo (Calvo,


2019).
3. El síndrome del quemado. No todos los años de docencia y
servicio son iguales, y con el paso del tiempo, las demandas
institucionales, las tensiones en el aula y los problemas
de cada profesor se puede ir generando el síndrome del
burnout, que consiste en un estado de agotamiento físico
y emocional que se refleja por baja autoestimación y
motivación por el trabajo. Esto se puede ver reflejado en el
aula a través de un ambiente conflictivo, desorganizado y
apático que afecta notablemente el desempeño del profesor
y las posibilidades de favorecer el aprendizaje (Rodríguez,
Guevara & Viramontes, 2017).
4. Valoración del ejercicio a partir de los resultados de los
estudiantes. Los resultados educativos de los estudiantes
en las pruebas internacionales eran interpretados a la luz
de deficientes problemas educativos en los que el docente
era el único responsable por su deficiente formación. Esta
visión se acrecentó con las evaluaciones que se realizaron
en el marco del Concurso Nacional de Oposición en el 2008
(Navarro & Navarrete, 2018).
5. Conflictos y confrontaciones sociales. Los conflictos y
confrontaciones entre los sindicatos de maestros y el Estado,
que se dirimieron a través de marchas, mítines y otra serie
de eventos, dañaron severamente la imagen social de los
docentes y los hicieron parecer como “flojos y conflictivos”.
Estos, entre algunos otros problemas, contribuyeron a generar
una imagen negativa de los docentes y del ejercicio profesional,
lo que indudablemente influyó en su reconocimiento social y en
la propia motivación que tiene el docente por mejorar su práctica
profesional.
Para valorar el impacto que A todos estos problemas de deterioro de la imagen social del
la motivación docente tiene docente debemos añadir el problema salarial, pues durante estos
en la calidad educativa, años el peso mexicano tuvo varias devaluaciones, y eso impactó
revisa la lectura de Franco, en el poder adquisitivo de los maestros. Entonces surgió una serie
J.; Vélez, F. y López, H. (2018). de políticas educativas enfocadas en programas de evaluación
La motivación docente y su docente, ligadas a estímulos económicos. Estos sistemas
repercusión en la calidad consistían en un pago diferenciado a aquellos profesores que
educativa: estudio de caso, demostraran, a través de las evaluaciones de desempeño, que
Revista de Pedagogía, 39(135) poseían las cualificaciones necesarias y que, a través de su actuar,
contribuían a la calidad educativa.

14
La docencia bloque tres

3.3. Políticas sobre la formación y profesionali-


zación del docente
La preocupación por una educación de calidad ha sido tema de debate nacional e internacional
desde hace varios años, así lo refleja una gran variedad de foros, conferencias y recomendaciones
emitidos por organismos internacionales como la UNESCO, la OCDE y el Banco Mundial. De varios
de estos eventos se han desprendido políticas educativas orientadas al proceso de selección,
incorporación, promoción, profesionalización docente.
Cada uno de estos organismos busca impulsar cambios educativos con diferentes enfoques y
perspectivas en función de su naturaleza y características. Por ejemplo, la OCDE tiene como
prioridad la educación como una herramienta para la eficacia y el crecimiento económico de los
países. En este marco, la evaluación de PISA resulta un referente para medir la eficacia de los
sistemas educativos para emitir recomendaciones.
Esta misma postura es compartida por el Banco Mundial, que ve en la educación un importante
elemento para la inversión. El enfoque de la UNESCO está más asociado con recomendaciones de
carácter social y mayor pertinencia y equidad en los sistemas educativos, tal como muestra la figura
(Rizvi, 2014).

Figura 3. Enfoque de algunos organismos internacionales entorno a la educación. Fuente: elaboración propia a partir
Rizvi (2014).

Cabe destacar que acatar las normativas y lineamientos de políticas educativas de los organismos
internacionales, en algunos casos, resulta obligatorio, pues algunos, como el Banco Mundial,
realizan “préstamos a países necesitados” y los condicionan a adquirir estos lineamientos para la
competitividad y el desarrollo económico.
Desde estos organismos, la calidad educativa está muy determinada por la formación y el
desempeño docente, de ahí que desde finales de los años ochenta se promovieron políticas
orientadas a este sector con la intención de regular, evaluar y establecer lineamientos específicos
para su ingreso, permanencia y ascenso (Canan, 2017).

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

Algunos de los eventos más importantes de algunos de estos organismos vinculados con la
educación los podemos apreciar en la siguiente figura. Estos eventos resultan relevantes porque
algunos de ellos se vincularon con discursos que darán soporte a la necesidad de crear cambios
educativos en los diferentes países miembros de estos organismos.

Figura 4. Eventos más importantes de UNESCO y OCDE relativos a la educación. Fuente: elaboración propia a partir de
Calvo (2019) y Donaire, Castillo & Manso (2022).

De las afirmaciones de estos organismos en torno a las políticas docentes podemos desprender
lo siguiente en torno a atracción y motivación, condiciones laborales, formación del profesorado,
participación docente y cultura colegiada (Donaire, Castillo y Manso, 2022 y Neubauer y Álvarez,
2023):
a) Atracción y motivación. En los últimos años en ambos organismos se insiste en cuidar la
tríada importante atracción, retención y formación continua de estos elementos. Se considera
que para atraer al talento se requiere fortalecer la imagen de los docentes para interesarlos
en la profesión. Desde el enfoque de la OCDE, atraer no sólo implica contar con los docentes,
sino elegir aquellos que mejor califiquen para el proceso; para ello, la UNESCO sugiere:
1. Contratación selectiva para asegurar una buena cualificación y la preparación y motivación
de los docentes.
2. Garantizar condiciones de empleo atractivas para retener a los docentes.
3. Proporcionar opciones reales de formación y promoción laboral.
4. Definir un periodo mínimo de ejercicio, y aquellos que no lo cubran deberán regresar la
subvención de su formación al Estado (en el caso de las instituciones públicas)
b) Condiciones laborales. Ambos organismos se enfocan en el bienestar docente, medido a
través de dos elementos: el salario y la carga laboral.
ç Se habla del aumento del salario en función de la práctica docente y de las competencias.
ç En lo relativo a la carga, se especifica la necesidad de considerar las horas presenciales y
no presenciales que permitan visibilizar su valor.

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La docencia bloque tres

Para ambos organismos, es el propio docente quien debe generar su bienestar a través del
desarrollo de cualidades como la resiliencia. De alguna manera, se parte de la visión de que,
mientras un docente se encuentre satisfecho, será eficaz.
c) Formación y profesionalización del profesorado. Se habla de la importancia de una
formación inicial de calidad que facilite una adecuada preparación para el ejercicio profesional
autónomo. Esto implica también aumentar los periodos prácticos durante la formación y
la consideración de una educación permanente. La UNESCO manifiesta la inquietud de
establecer los perfiles de los formadores en torno a sus cualificaciones y habilidades.
En cuanto a la inserción laboral, se insiste en la importancia de que los docentes noveles
reciban un proceso de inducción a través de procesos de mentoría que contribuirían a la
profesionalización.
El tema de los incentivos económicos hay dos perspectivas, pues la UNESCO señala que el
uso de incentivos económicos puede conducir a la desmotivación de algunos, mientras que la
OCDE afirma que contribuyen a la motivación de un ejercicio diferenciado.
d) Participación docente y cultura colegiada. Se busca a través de la participación activa
del docente, para generar un cambio que no se reduce solamente a la escuela, sino a la
participación en la toma de decisiones y la creación de políticas, el uso de materiales.
El eco de estas políticas se dejó sentir en particular en las acciones para promover la formación,
por lo que gran parte de las políticas educativas dirigidas a los docentes se enfoca en tres rubros:
por un lado, la formación inicial docente, a través de la labor formativa que realizan las instituciones
a cargo de esta actividad; la profesionalización docente y la evaluación del desempeño.
En lo relativo a la formación inicial, el enfoque estuvo dirigido a crear una visión en conjunto de
cuál era el perfil que se buscaba formar, la importancia de la actualización de los programas en
particular durante los años ochenta. El problema es que mucha de esta actualización no respondía
a los retos y necesidades educativas que había en ese momento, sino más bien a la inclusión de
diversos contenidos que no resultaban relevantes para ese momento (De Ibarrola y Silva, 2015).
Sin embargo, las necesidades educativas no atendidas en los siguientes años han configurado
una serie de problemas que es necesario atender para mejorar la formación inicial, por ejemplo
(Campos, s/f):
1. Organización institucional y regulación de la formación diversa en varias instituciones
encargadas de la formación docente. Esto es, no existen criterios claros y precisos para la
organización de las instituciones formadoras de docentes, y esta falta de regulación genera
prácticas heterogéneas y abre un gran abanico de posibilidades y perfiles para la formación, lo
que afectan el posterior desempeño profesional de los maestros.
2. Aspectos curriculares. El perfil de formación está orientado a aspectos demasiado teóricos y
fragmentados entre sí, lo que impide la correcta integración de esta formación para el ejercicio
profesional. Esto también abarca la ausencia de elementos prácticos para trabajar problemas
con los que lidiará el docente en su práctica profesional, como la disciplina y la atención a
niños con necesidades especiales o con problemas de aprendizaje.
3. Los modelos y enfoques de formación están basados en paradigmas tradicionales. Estos
paradigmas no retoman las visiones complejas, multidimensionales y diversas de la actualidad
ni los retos que implica la sociedad del conocimiento, por lo que los maestros desde el inicio
se encuentran en una desventaja real al trabajar con las nuevas generaciones.

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P olíticas para el D esarrollo E ducativo

4. Criterios para regular la formación de los formadores de maestros. No existe claridad al


respecto, y la ausencia de estándares de formación hace que la calidad de los formadores y su
valoración sea un tema por el que debemos trabajar en el futuro.
Como vemos, el reto de la formación inicial es una preocupación vigente ante la que se espera
que las políticas educativas generen acciones. Un segundo elemento al que se dirigen las políticas
educativas en las últimas décadas es la profesionalización docente para elevar la calidad educativa;
para ello, se ha generado una serie de políticas y programas para promover una formación
permanente como vía para la adquisición de los conocimientos necesarios para lograr el mejor
desempeño docente.
Se motiva a los docentes a adquirir la formación requerida por su cuenta a través de cursos,
talleres, diplomados y posgrados. Esto propició la incorporación de muchos docentes a cursos de
posgrado, especialización, maestría y doctorado, que contribuyeron a su formación. De hecho, esta
tendencia se vio reflejada a través del aumento del número de estudiantes en posgrados y de la
creación de nuevos programas en el área educativa, tanto en el sector público como en el privado,
aunque todavía hay un debate en torno al impacto real que esta formación tiene en la calidad de la
educación (Navarro & Navarrete, 2018).
Otra de las políticas educativas que se incorporó como parte de la visión internacional es la
evaluación del desempeño docente como medida para valorar el ejercicio de la profesión y su
impacto en la calidad de la educación. Esta evaluación docente se ligó con sistemas de retribución
económica (estímulos) para motivar a los docentes a su ejercicio y para establecer una diferencia
entre lo realizado por uno y por otro docente.
Los modelos de evaluación docente han evolucionado desde los años ochenta y noventa hasta
nuestros días, incorporando diferentes elementos a considerar. Sin embargo, el tema ha generado
mucha controversia por la forma en la que se realiza y por su contenido. Por un lado, en torno al
contenido, es importante considerar que hay gran variedad de formas en las que este ejercicio
profesional se puede desempeñar, lo que podríamos considerar los estilos de enseñanza, por lo que
los instrumentos y métodos de evaluación deben considerar este elemento.
Otro aspecto relevante es que muchas de estas evaluaciones se enfocan en aspectos que no
resultan esenciales para la formación de los estudiantes, ya que se reducen a los resultados sin
considerar la complejidad que implica el proceso educativo. Evidentemente a estos cuestionamientos
se suma el hecho de que las condiciones en las que se da el proceso pueden variar de una población
a otra, y hay escuelas que no cuentan con los recursos necesarios o que se encuentran saturadas
de estudiantes (Navarro & Navarrete, 2018).
Pese a estos y otros cuestionamientos, podemos considerar que la evaluación como medio
para conocer y valorar el estado del desempeño docente para lograr mejorarlo es un tema
que permanecerá en las políticas educativas nacionales e internacionales. Quizá los puntos de
debate en esta línea son las formas y contenidos de realizar esta evaluación, las formas de dar
retroalimentación y contribuir a la mejora del desempeño docente y la idoneidad o no de ligarlos a
programas de estímulos económicos.
El INEE plantea diez recomendaciones para perfeccionar las políticas docentes en México (2018,
pp. 6-7):
1. Establecer un nuevo marco conceptual del desarrollo profesional docente. Esto
implica establecer un marco conceptual adecuado de la docencia, de su ejercicio y de sus
requerimientos, en función de las condiciones y necesidades educativas actuales. Este

18
La docencia bloque tres

elemento abarca también el análisis de lo que implica la


docencia y la calidad educativa, sus retos y, por supuesto, la
forma en la que se puede materializar.
2. Instrumentar políticas integrales en el marco de un
sistema nacional de desarrollo profesional docente. Se
requiere desarrollar un sistema que defina los trayectos de
formación, profesionalización, las necesidades educativas
en cada etapa de la carrera, criterios de certificación de
competencias y asignación de reconocimientos e incentivos.
3. Fortalecer la educación normal a través de otorgar
autonomía académica y mayores recursos para
consolidarse como instituciones de educación superior.
Este punto abarca también la actualización del currículum
en torno a los contenidos, los métodos, la articulación
del perfil de ingreso y del egreso, así como su vinculación
con la educación básica. Este elemento también incluye el
fortalecimiento de la innovación y la investigación.
4. Establecer criterios de mérito para el acceso y promoción
de la docencia. Estos elementos deben considerar las
condiciones y necesidades de los docentes. También se
enfatiza la importancia de que los docentes sin experiencia
reciban el apoyo y tutoría de los más experimentados.
5. Definir etapas de la carrera docente para un mejor
desarrollo profesional. En este punto se haría hincapié
Para profundizar en torno
en las diferencias en preparación, experiencia profesional
a las políticas educativas
y desempeño para poder establecer con claridad procesos
que hay en México y en
formativos y necesidades a cubrir en función de estas América Latina, te sugerimos
particularidades. Esto permitiría también el establecimiento entrar a SITEAL-UNESCO
de estrategias para aprovechar la experiencia de algunos de (2024). ¿Qué es el Siteal?
los profesores. https://acortarlink.cl/7xcjn
6. Mejorar el apoyo, el acompañamiento y la asesoría técnica
pedagógica. Esto fomentaría el trabajo colaborativo entre
los docentes, compartir experiencias y, con ello, favorecer
mecanismos de formación. En la institución donde
laboras, averigua cuáles
7. Reforzar la formación de las figuras de dirección escolar, son las formas en las que
supervisión y acompañamiento pedagógico. Esto evalúan el desempeño
favorece el liderazgo, la gestión escolar y educativa, para docente y reflexiona
lograr un mejor acompañamiento al interior de las escuelas sobre cómo realizan la
y para mejorar su labor organizativa. retroalimentación para
8. Evaluaciones que orienten y acompañen el mejoramiento promover la mejora
profesional docente. En este caso, se busca una continua. ¿Ligan este
tema a algún tipo de
evaluación que fomente la formación, la motivación y el
estímulo económico?
empoderamiento del docente en un marco que reconozca
la diversidad de características, contextos y necesidades.

19
P olíticas para el D esarrollo E ducativo

9. Asegurar condiciones de trabajo adecuadas para la docencia. Esto implica garantizar la


infraestructura, los recursos y los elementos necesarios para la práctica y para la formación
docente.
10. Fortalecer las capacidades locales, la organización profesional y el reconocimiento social.
Esto, a través de asociaciones y de la revaloración y reconocimiento de la labor docente a nivel
social.
Hasta aquí revisamos algunos de los elementos más importantes que inciden en la acción del
docente, pero lo cierto es que el logro de las metas educativas está relacionado con otros factores
y programas, por ejemplo, el uso de recursos, la incorporación de la tecnología y el desarrollo de
programas especiales que ayuden a atender problemas educativos específicos. Estos temas los
desarrollaremos en nuestro siguiente bloque.

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La docencia bloque tres

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