La Apreciación y La Expresión

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LA APRECIACIÓN Y LA EXPRESIÓN

La apreciación artística es el proceso análisis crítico sobre una obra de arte, donde la
función crítica es una interpretación especializada, para que el espectador que
contemple una obra de arte, tenga herramientas que le permitan una mejor comprensión
del lenguaje y el contenido de la obra del artista.

En la apreciación artística tanto la obra artística como los espectadores, están inmersos
en una cultura que condiciona los modos de expresión y apreciación de las artes, en
busca de valoraciones, experiencias significativas y sentidos.

El propósito principal de la apreciación artística es comprender al arte como una


actividad inherente en el desarrollo de toda sociedad humana en la cultura, que permite
reconocer la creación, la producción, la preservación y la difusión de las obras de arte u
objetos estéticos.

Elementos de la apreciación artística:

Una obra de arte es una forma de expresión estructurada a partir de ciertos principios
que ordenan sus signos en tiempo y espacio (forma) y creada con intención
comunicativa y/o expresiva usando su toque personal (técnica); en donde el espectador
va a atribuir un tema y contenidos expresados con originalidad e imaginación
(sustancia).

Sustancia:

En la expresión artística la sustancia es el tema que el artista trata de comunicar;


aquellos aspectos de la vida cotidiana que desea expresar; así como sus ideas,
emociones y estados de ánimo que desea compartir con su público.

Es la originalidad, sinceridad y cualidad imaginativa que le da un valor artístico a la


sustancia.

Forma:

Es el tipo de expresión artística que emplea el artista para transmitir la sustancia, bien
sea en una pintura, poema, danza, obra teatral, o cualquier tipo de expresión artística.

Es importante señalar que, si bien cada expresión de arte crea determinadas reglas,
fórmulas, pautas, convenciones o esquemas, estas no deben limitar el arte.
Técnica. Este último elemento no es más que el ajuste o combinación entre la sustancia
y la forma; es el método personal de cada artista, el estilo propio. La técnica es la que
logra distinguir la obra de un artista de otro manifestando la esencia de cada uno.

En Capital del Arte sabemos que el propósito final de todo arte es transmitir las ideas o
emociones del artista, brindar una experiencia de la apreciación artística, para lo cual se
requiere analizar, interpretar y valorar.

Analizar: interactuar con la obra observando o escuchando según sea el caso, lo que
nos permitirá hacer una descripción de los elementos constitutivos de la obra, desde los
más sencillos a los más complejos: sonidos, colores, formas, escenas, etc.

Interpretar: considerar las características expresivas de los elementos que conforman


una obra artística en función del tema y sus contenidos.

Valorar: realizados los pasos anteriores estarás en la posibilidad de emitir un juicio,


situar dentro de una genealogía, un periodo histórico, una tendencia, su género y estilo.

EXPRESIÓN ARTISTICA

La expresión artística es la utilización del arte y los procedimientos artísticos como una
vía hacia la exploración, comunicación y manifestación del contenido psíquico de un
individuo, es decir, de su mundo emocional, psicológico y cultural.

Es decir que toda forma de arte conocido constituye una expresión artística: el pintor, el
escritor, el compositor o el intérprete a través de sus respectivos procedimientos le dan
forma a una realidad interior, a su mundo interno, y lo plasman en pinturas, relatos,
melodías o interpretaciones de distinto tipo, para que el público lo pueda apreciar y
pueda conectar, a través de él, con sus propios mundos interiores.

Aunque el arte consagrado sea cuestión de artistas profesionales, la expresión artística


en cambio se halla al alcance de cualquiera. Es decir, cualquier persona puede acudir
a los diferentes procedimientos artísticos conocidos y explorar su mundo interno, sin la
aspiración de producir arte y hacerse famosa, sino de conocerse mejor a sí misma y
expresarse libremente.

De allí que tradicionalmente, el arte se haya entendido en términos de “expresividad”:


los artistas tienen la tarea de expresar algo, aun cuando no sepan qué cosa exactamente,
y por ende quienes produzcan obras “más expresivas” serán tenidos siempre por
mejores artistas.

Paradójicamente, no existe un consenso respecto a qué cosa es expresar, ni mucho


menos qué tipo de cosas expresan los artistas con sus obras, ni por qué algunas obras se
consideran más expresivas que otras en un momento histórico dado. Disciplinas como el
psicoanálisis, por ejemplo, apuntan a que lo expresado es el contenido informe de la
mente, es decir, aquello mismo de lo que están hechos los sueños.

La expresión artística forma parte tradicional de los currículos de estudio en escuelas.


Así, es posible identificar los genios artísticos. Pero además se le brinda a los niños la
oportunidad de expresar libremente, usando pinturas, arcillas o simplemente la palabra,
ciertas ideas, sensaciones y emociones que de otra manera buscarían vías de escape más
peligrosas o dañinas, haciendo más complicado el autoconocimiento.

La expresión artística es una de las principales vías de manifestación del mundo interno,
a través de contenidos, además, apreciables estéticamente. Esto significa que una
persona puede liberarse de los pensamientos conscientes durante un período de tiempo y
explorar libremente su subjetividad mediante técnicas artísticas.

Así es posible crear un contenido que otras personas pueden ver, apreciar e incluso
identificarse con lo visto. Es lo que ocurre cuando vamos a un museo: las obras que se
exponen nos interpelan, nos hablan, nos reflejan de alguna manera y podemos establecer
con ellas un diálogo.

Además, la expresión artística es una actividad propia del ser humano, de las más
antiguas que se conocen. Ya el hombre prehistórico sentía la necesidad de expresar
vivencias objetivas o subjetivas dibujando sus manos en las paredes de las cavernas, o
decorando su propio cuerpo con huesos, piedras y fragmentos de madera, y seguramente
con sus propias formas musicales, hoy en día desconocidas.

La expresión artística nos conecta con el mundo interior, del mismo modo en que lo
hacen los sueños. De esta manera podemos enfrentar nuestras criaturas y paisajes
internos, reflejo de todo eso que habita en el fondo de nuestras mentes y que el
psicoanálisis bautizó como “pulsiones”.

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