Coplas A La Muerte de Su Padre
Coplas A La Muerte de Su Padre
Coplas A La Muerte de Su Padre
I
La vida es corta y la muerte llega rápido, por eso hay que estar atento y vivirla. El
placer es corto y luego da dolor.
La primera parte nos habla de que la vida es un camino hacia la muerte y la segunda
parte hace una metáfora entre un camino en el que empezar es cuando nacemos,
vivimos cuando andamos y el final de este camino es la muerte para poder descansar.
II
El presente pasa rápido. No dura lo que uno quiere, dura el tiempo que lo vemos.
III
El autor nos hacer reflexionar sobre la brevedad de la vida, de los placeres y riquezas
por lo que hay que aprovechar y vivir el momento.
IV
No se ocupa de los poetas y oradores ni cree sus ficciones porque vienen de yerbas
secretas.
V
Al mundo hay que caminarlo sin equivocarse.
Partimos al nacer, andamos al vivir y llegamos al morir.
VI
El mundo es bueno si lo usamos bien y tenemos fe.
El hijo de Dios descendió para que nosotros podamos subir al cielo. Nació entre
nosotros y en este suelo murió.
VII
Las cosas materiales no tienen valor, cuando nos morimos las perdemos.
El tiempo las deteriora.
VIII
La copla se centra en la pérdida de la hermosura y de las condiciones físicas de la
juventud como consecuencia de la vejez: envejecer es un destino común a todos ,
pues la juventud es algo temporal y efímero
IX
Unos tienen sangre que vale poco y los menosprecian.
Otros son pobres y se mantienen con oficios no debidos.
X
La riqueza y la fortuna son como una rueda que siempre se mueve y cambia.
XI
La riqueza y la fortuna llegan hasta la muerte con su dueño.
1
La vida se va rápido, como un sueño.
Los deleites son temporales y los tormentos después de la muerte son eternos.
XII
Los placeres y lujos de la vida son corredores hacia la muerte.
Todo pasa rápido y cuando nos damos cuenta ya no podemos volver atrás.
XIII
Si pudiéramos hacer nuestra cara hermosa nos pasaríamos el tiempo haciéndolo sin
arreglar nuestra alma.
XIV
La muerte trata a todos por igual, desde reyes poderosos hasta pastores de ganado.
XV
No pensemos en los troyanos, ni los romanos, de los que leímos, pero no los vimos.
Miremos lo que recién ocurrió que también se olvida.
XVI
El rey don Juan, los infantes de Aragón, galanes inventados, que fueron personajes
de las justas y los torneos y desaparecieron.
XVII
Las damas bien vestidas y con buen olor, los fuegos encendidos, el trovar y la música,
la danza y las ropas que traían no están más.
XVIII
Don Enrique tenía mucho poder. El mundo caía a sus pies. Pero le duró poco.
XIX
La riqueza, el oro, los tesoros, los caballos, su gente y atavíos fueron efímeros como
el rocío en el pasto.
XX
muestra lo igualatoria que es la muerte con todo el mundo indiferentemente de su
condición social
XXI
Al maestre lo degollaron y no le sirvieron sus tesoros ni su poder ni sus casas para
salvarse.
XXII
Tenía dos hermanos más, que eran maestres y aplicaron sus leyes.
XXIII
2
Los duques, marqueses, condes, varones con tanto poder, murieron igual que todos.
A pesar de las hazañas que hicieron en la guerra.
XXIV
La muerte termina con todo: huestes, pendones, estandartes, banderas, castillos,
muros, baluartes, barreras, fosas y cualquier otro reparo.
XXV
Los actos del maestre don Rodrigo Manrique no los nombra porque todo el mundo los
conoce.
XXVI
Don Rodrigo Manrique era amigo de sus amigos, enemigo de enemigos, ejemplo y
defensor de quienes lo necesitaban.
XXVII
Alaba por sus acciones a Don Rodrigo Manrique y lo compara con grandes hombres.
XXVIII
Alaba por sus acciones a Don Rodrigo Manrique y lo compara con grandes hombres.
XXIX
No tenía tesoros ni vajillas para dejar, pero les ganó a los moros.
XXX
Por sus buenas acciones en la guerra le dieron más tierra de la que tenía.
XXXI
Obtuvo la dignidad de la gran Caballería de la Espada.
XXXII
Encontró sus villas y tierras ocupadas, pero los desalojó. Era su rey natural.
XXXIII
Murió en su villa de Ocaña.
XXXIV
Debe esforzarse para enfrentar esta nueva afrenta (la muerte)
XXXV
No debe tener miedo de la muerte, porque luego de ella otra vida mas larga llega y
deja la fama gloriosa en la tierra.
XXXVI
El cielo no se gana con cosas fáciles ni con pecados. Los religiosos lo ganan con
oraciones y los caballeros famosos con sus luchas contra los moros.
XXXVII
3
Por sus luchas ganó un galardón y debe partir con la esperanza que ganará el cielo.
XXXVIII
Cuando Dios quiere que el hombre muera, es una locura querer seguir viviendo.
XXXIX
Pide clemencia a Dios que sufrió por la maldad de los hombres para que lo perdone.
XL
Muere consciente de lo que le está pasando, con su mujer, sus hijos, hermanos y
criados a su alrededor.