Biografias de Los Tres Reyes de Israel

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REY SAUL

Según la Biblia, su padre Cis perdió sus asnos y envió a su hijo Saúl y un criado a
buscarlos en la región montañosa de Efraín, y de allí a la tierra de Salisa, pero no los
hallaron. Entonces pasaron por la tierra de Saalim, donde tampoco los encontraron.
Después pasaron por la tierra de Benjamín, con el mismo resultado.
Ante el pedido del pueblo israelita al entonces anciano juez Samuel para que nombrara un
rey que los librara de los invasores filisteos, aquel, aunque creía que Dios debía ser el
único soberano de Israel, consultó a Dios y este reveló que señalaría su ungido. Samuel
vio que Saúl era el escogido y lo dejó quedarse en su casa, al día siguiente derramó aceite
sobre su cabeza diciendo ¿No te ha ungido Dios como el soberano de su heredad?; luego
dio instrucciones de buscar determinadas personas con instrumentos musicales
"profetizando", Saúl se encontró con esas personas donde según el relato Bíblico, el
Espíritu de Dios descendió sobre él, "profetizó" en medio de ellos.
Hombre de gran furor y gran altura, se mostró al principio un rey firme, que derrotó a
los amonitas, moabitas y filisteos en numerosas ocasiones. Estableció su capital en la
ciudad liberada de Jabes de Galaad.
Saúl había preparado una campaña militar contra los filisteos pero esperaba
a Samuel para que este ofreciera un sacrificio a Yahvé. Dado que Samuel tardaba tanto en
aparecer Saúl ofreció el sacrificio él mismo, pero en ese momento llega Samuel,
sumamente indignado por desobedecer sus instrucciones. Saúl reorienta su campaña
hacia los amalecitas; logra una victoria total exterminando todo hombre, mujer y niño, pero
deja vivo al rey; Samuel otra vez aparece indignado y mata al rey.
Debido a ello Samuel buscó un nuevo ungido en David, quien marchó a la corte de Saúl
como arpista. Samuel ungió a David y este entró en servicio en la corte de Saúl.8 Mas la
victoria de David sobre Goliat,9 acompañada de los subsecuentes triunfos militares
de David, provocaron los celos del rey Saúl, quién aprovechando que David estaba
tocando el arpa en una ocasión intentó matarlo con su lanza pero gracias a la ayuda de su
amigo Jonatán, y de su esposa, Mical (hijos del propio Saúl), David logró huir.10 Saúl fue a
buscarlo a la ciudad de Nob y condenó a muerte a los sacerdotes de ese lugar. Pero los
oficiales del rey no se atrevieron a levantar la mano en contra de los sacerdotes del Señor.
Así que el rey le ordenó a Doeg el Edomita que los matara,11 este mató a 85 sacerdotes
vestidos de efod de lino y además a la población de Nob: a hombres y mujeres, a niños y
recién nacidos, y hasta a los bueyes, asnos y ovejas. Más tarde Saúl fue a pedir consejo
a Samuel pero apenas entró a su casa, Saúl quedó "profetizando" como la primera vez y
sus guardaespaldas lo sacaron arrastrando. Después le informaron que David estaba en el
desierto de En-gadi. Este preparó una emboscada pero se contuvo de matar a Saúl por
ser ungido del Señor así que le perdona la vida. El rey regresa a su palacio y David se
exilia a territorio filisteo por un año y cuatro meses.
REY DAVID
David perteneció a la familia de Isaí, de la tribu de Judá. Según 1 Samuel 16:11 y 1
Samuel 17:12, era el menor de los ocho hijos de Isaí y, como era costumbre en esos
tiempos, el menor era el más postergado y al que se le daban las tareas pastoriles. Tres
de sus hermanos mayores fueron soldados del rey Saúl. Samuel, el profeta, viajó hasta
Belén, por mandato de Dios, para buscar al nuevo «ungido». Los candidatos -dijo Dios-
debían ser de la familia de Isaí.
El rey Saúl había pecado al desobedecer a Dios durante la batalla de Michmash, donde
debía destruir a todos los enemigos amalecitas y no lo hizo. Por ello, Dios decidió retirarle
su bendición y envió al profeta Samuel en busca de un nuevo «ungido», de un nuevo rey
para Israel. Su destino era Belén, donde vivía Isaí, un pastor con sus hijos. Uno de ellos
sería el elegido y Samuel, como profeta, debía saber cuál. Para evitar un castigo del rey
Saúl, el profeta se excusó alegando que viajaba para realizar un sacrificio. Una vez en
casa de Isaí, el profeta conoció a siete de sus ocho hijos, pero ninguno fue el ungido.
Cuando preguntó si faltaba alguno, Isaí llamó al más pequeño, David, quien estaba
apacentando las ovejas y cuando el profeta lo vio, supo que era él. Allí, delante de su
padre y hermanos mayores, le ungió como futuro rey de Israel. Era además David un
varón prudente y de buen parecer.

REY SALOMON
(Jerusalén, actual Israel, h. 1000 a.C. - id., 931 a.C.) Rey de Israel (hacia 970-931
a.C.). Hijo del rey David y de Betsabé, Salomón fue ungido como soberano de los
hebreos e instruido acerca de sus obligaciones por su padre, en detrimento de
Adonías, su hermanastro mayor, quien aspiraba a la sucesión al trono de Israel.

A la muerte del rey David, y contando con el apoyo de su madre, del profeta Natán,
del general Banaías y del sumo sacerdote Sadoc, Salomón eliminó a sus
adversarios políticos (su hermanastro Adonías y el general Joab) e inició un
reinado caracterizado por un largo período de paz y unas buenas relaciones con
los pueblos vecinos (Egipto, Arabia, Fenicia, Edom y Damasco), durante el cual el
país experimentó un gran desarrollo económico y cultural.

La seguridad interna y el control de las vías de comunicación facilitaron una amplia


expansión del comercio hebreo, especialmente el de los caballos, que desde
Cilicia eran transportados a Egipto. Además, a fin de fomentar la actividad
comercial, Salomón ordenó construir una flota que tenía su base en el puerto de
Esionguéber, junto a Elat, a orillas del mar Rojo, y consolidó el poder político de
Israel en la región desposándose con una de las hijas del faraón de Egipto y
estrechando los lazos de amistad con Hiram I, rey de la ciudad de Tiro.

La prosperidad económica, por otra parte, permitió al monarca levantar en


Jerusalén el gran templo que David había proyectado para cobijar el Arca de la
Alianza y un suntuoso palacio real, construcciones en las cuales participó un gran
número de técnicos extranjeros, como albañiles y broncistas de Tiro o carpinteros
de Gebal, y para las que se importaron lujosos materiales procedentes de Fenicia.
Éstas y otras muchas obras públicas, así como los gastos de la corte, fueron
sufragados mediante un pesado régimen tributario, sustentado en una reforma
administrativa que dividía el país en doce distritos, cuya extensión variaba en
función de la mayor o menor fertilidad del suelo y de la facilidad de
comunicaciones.

Hacia el final de la vida de Salomón, no obstante, la elevada presión fiscal y la


proliferación de cultos a divinidades foráneas (Astarté, Camos, Milcom o Moloc),
introducidos por las numerosas mujeres extranjeras del monarca, crearon un
creciente malestar popular que estallaría durante el reinado de Roboam, su hijo y
sucesor, quien no pudo evitar la rebelión de diez de las doce tribus hebreas (todas
excepto las de Judá y Benjamín) y la posterior escisión del país en dos reinos: el
de Israel, al norte, con capital en Siquem, y el de Judá, al sur, con capital en
Jerusalén (929 a.C.), que siguieron luego una evolución independiente, cuando no
hostil.

A pesar de reprobar con dureza la permisividad del rey Salomón para con las
prácticas paganas de buena parte de sus mujeres y de considerar la división de
Israel como un castigo divino por su idolatría, la tradición bíblica ha idealizado la
figura del soberano, presentado como un hombre de gran sabiduría, paradigma de
ponderación y justicia, en diversos pasajes de las Sagradas Escrituras, entre ellos
el famoso Juicio de Salomón o la visita de la reina de Saba.

También se ha atribuido a Salomón la autoría de diferentes libros sapienciales del


Antiguo Testamento, como el Cantar de los Cantares, el Eclesiastés, el Libro de la
Sabiduría, los Proverbios y los Salmos de Salomón, algunos de los cuales, sin
embargo, parece que fueron compuestos con bastante posterioridad a la época
salomónica.

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