Bitácora Ejemplo 3

Bitácora de aventuras 2021-2022
Maestro: Felipe de Jesús Santiago Flores
a) Identidad profesional
Mi nombre es Felipe de Jesús Santiago Flores, me

considero un docente comprometido con el aprendizaje de
las niñas, niños y adolescentes. Me apasiona seguir aprendiendo y conociendo más sobre los
procesos cognitivos realizados por las personas al aprender. Mi filosofía docente está regida por el
respeto a la diversidad y la paciencia, con el fin de generar el máximo logro de aprendizajes en las
y los estudiantes.
Mi dominio de práctica más desarrollado se encuentra en el nivel secundario, ya que estudié

como formación inicial la Licenciatura en Educación Secundaria con especialidad en
telesecundaria. El ser docente de telesecundaria me reta a seguir aprendiendo de todas las áreas
del conocimiento que se estipulan en los programas de estudio de la educación básica, sin
embargo, decidí especializarme en la enseñanza y el aprendizaje de la lengua y las matemáticas, lo
que me ha permitido saber cómo es que se desarrollan esas dos áreas en las y los sujetos
cognoscentes desde muy temprana edad.
Es así que, además, he realizado intervención pedagógica con niñas y niños que se encuentran
en niveles preescolares y en el primer ciclo de primaria. Esta práctica profesional es la que me
incita a seguir adecuando mi enseñanza día con día para reconocerme como una persona en
aprendizaje permanente.
Principalmente, el referente teórico que rige mi práctica profesional se basa en el

constructivismo, perspectiva que me ha permitido comparar mi propia práctica inmediatamente
después de egresar de la licenciatura, cuando basaba mi enseñanza en la repetición, la aprobación
y desaprobación de sus ideas, en la memorización como base para aprender ciertos
conocimientos, e interponiendo la lógica del adulto para enseñar. Mientras que ahora, en mi
práctica actual, me baso en la lógica de las niñas, niños y adolescentes para partir de allí y
promover aprendizajes sobre los intereses que tienen, en la motivación extrínseca que promuevo,
en considerar que son personas que conocen y saben mucho, y en reconocer al error como punto
de partida para generar un aprendizaje nuevo.
La praxis descrita con anterioridad tiene su origen en que he tenido la oportunidad de

compartir con investigadoras e investigadores, que tienen varios años indagando sobre la
didáctica de la lengua y de las matemáticas, y que me han aportado saberes para diseñar
estrategias e intervenir de manera oportuna. Por un lado se encuentran las interesadas en lengua
como las doctoras Alejandra García-Aldeco, Mónica Alvarado, Karina Hess Zimmermann,
Valentina Uribe Zaraín y Blanca Araceli Rodríguez Hernández, y en el área de matemáticas con
las doctoras Diana Violeta Solares Pineda, Norma Angélica Rodríguez, Erika García, y los doctores
Armando Solares Rojas y David Block Sevilla.
1
b) Prácticas de mediación del aprendizaje o acompañamiento
Desde mi perspectiva, pienso que desde 2020 que se

suspendieron las clases presenciales en México y el
mundo, nos hemos enfrentado a diversos retos
educativos como atender el rezago y desarrollar
habilidades socioemocionales en el grupo que
acompañamos para enfrentar situaciones personales y
sociales. Asimismo, se implementaron diversas
modalidades de trabajo con las que las y los docentes
tratamos de seguir ofreciendo el servicio educativo,
siempre pensando en el contexto en el que nos
encontrábamos o nos encontramos laborando.
Fue así que la enseñanza a distancia, en línea, de manera híbrida o como se haya realizado, fue
un enorme desafío para la comunidad escolar, desde madres y padres de familia, personas
tutoras, hasta autoridades educativas, personal directivo, docentes y, por supuesto, alumnas y
alumnos. Notamos que estos últimos, al ser nuestra población objetivo de trabajo, comenzaron a
resentir el no acudir a la escuela de manera presencial, pues el rezago educativo se hacía más
evidente. La retroalimentación por parte de la o el docente podía demorar más tiempo o la
enseñanza no llegaba a todas y todos de la misma manera, por falta de dispositivos electrónicos,
es decir, por cuestiones relacionadas con la economía de las familias.
Ante esta dinámica de trabajo, la equidad educativa se vio afectada puesto que los centros
escolares con mayores recursos económicos podían ofrecer una modalidad en línea, en la que las y
los estudiantes recibían el seguimiento diario de las y los docentes, mientras que en otros
contextos, como en algunas comunidades rurales, el servicio de internet es nulo, además de que
las necesidades básicas de las familias son otras, por ello optaban por dar de baja a las niñas y
niños, debido a que el servicio educativo no era asequible. Nuevamente, la responsabilidad de
solucionar esas problemáticas recaía en las escuelas.
Recientemente, las clases presenciales ya están siendo una realidad para todos los niveles
educativos y sobre este punto es que me gustaría compartir cómo es que la situación de la
pandemia se me presentó como una oportunidad de aprendizaje. En lo personal, no he
encontrado otro medio de intervención efectivo que no sea el de generar un ambiente de
aprendizaje basado en la empatía, en el respeto a la diversidad e inclusión educativas.
Me encantaría compartir con ustedes algunas premisas que me permiten generar dicho
ambiente y que estoy poniendo en práctica ahora que regresamos de manera presencial. En
principio, entender que la situación de la pandemia ha sido difícil para todas y todos y que, por
tanto, la dinámica de trabajo diario tiene que retomar la comunicación de nuestras emociones.
Algunas ideas que me han funcionado para promover la narrativa sobre las emociones son contar
relatos que durante la escuela a distancia hayan sido un reto o que lo sigan siendo; compartir
cómo se sienten con la nueva normalidad; discutir por qué para algunas familias fue más difícil
esta situación que para otras; pensar de dónde vienen las emociones y cómo se manifiestan en su
cuerpo, entre otras.
2
De igual manera, la escucha activa siempre es importante para empatizar, comprender y
recordar que ninguna de las generaciones que estamos presentes vivimos con anterioridad algo
similar a lo ocurrido. La situación de pandemia sigue siendo un hecho histórico único en el que
niñas, niños y adolescentes aprenden con los recursos emocionales que tienen a su alcance, por lo
que no es sorprendente que no entreguen trabajos a tiempo, que enfrenten estrés por querer
entender y sentir que no lo lograron, o que sus acompañantes cercanos como mamá o papá son
poco pacientes para explicarles. Una última premisa sería que aceptemos y respetemos todos los
niveles en los que se encuentran las y los niños. Por ejemplo, sabemos que hubo quienes lograron
más aprendizajes que otros, pero no basemos nuestra enseñanza en los que aprendieron más,
pensemos en todas y todos, en sus ritmos de aprendizaje, en sus niveles, en sus intereses, entre
otras características que debemos retomar. Humanicemos la enseñanza.
Por otro lado, algo que me quedó muy presente durante este ciclo escolar fue cuando en una
sesión de Consejo Técnico Escolar nos solicitaban pensar una estrategia en favor de la
comprensión lectora. Recuerdo que entre colegas pusimos a discusión el término «comprensión
lectora» porque decíamos que si la lectura no es de comprensión, entonces ¿de qué va la lectura?
Por lo que optamos solamente por quedarnos con el término «lectura». Nuestra estrategia de
lectura trató de leer en voz alta todos los días (lectura modelada por la o el docente), las y los
niños elegían entre varios libros cuáles les gustaría que les leyera la o el docente y cuáles querían
leer de manera individual. Noté cómo el grupo de estudiantes comenzó a interesarse más por la
lectura, a cuidar los libros, a reconocer el valor que tienen y a generar un hábito lector.
Para finalizar, me gustaría agregar que las dos estrategias (la de generar un ambiente que
favorece el aprendizaje y la de la lectura) han sido significativas para mi labor docente durante
este ciclo escolar, ya que en diversos documentos oficiales había leído una infinidad de veces que
la o el docente tiene la función de generar ambientes, pero el llevarlo a la intervención didáctica,
pensada desde la lógica de las niñas y niños, cambió totalmente mi práctica.
c) Prácticas de co-enseñanza y colaboración
La práctica de mediación desde la teoría constructivista y perspectiva psicogenética la aprendí

cuando colaboré con la Fundación Zorro Rojo, ya que se rige por valores como el respeto, la
honestidad, la empatía, la tolerancia, la confianza y la equidad, los cuales generan seguridad en
las y los niños que acuden a aprender. Muestran alegría cuando acuden y emiten comentarios
positivos acerca de su propio proceso de aprendizaje.
En cuanto al trabajo pedagógico, la planeación en la Fundación se realiza en colegiado, en

donde participamos las y los docentes que vamos a intervenir y una persona experta que guía el
trabajo de las actividades. Por lo que te brinda mayor seguridad y acompañamiento para
intervenir oportunamente.
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d) Talleres y cursos completados
Nombre del curso Aportes concretos a mi práctica
MOOC de alfabetización
inicial para combatir la Diseño de actividades de alfabetización inicial desde la
situación de rezago después perspectiva psicogenética
del COVID-19
Estrategias constructivas para

Tipos de ayuda para ofrecer a las niñas y niños cuando
promover la alfabetización
están en proceso de alfabetización
inicial
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