Oit Manual Prevencion Drogodependencia
Oit Manual Prevencion Drogodependencia
Oit Manual Prevencion Drogodependencia
Manual de
formación de formadores
en prevención laboral
en drogodependencia
EQUIPO DE REDACCIÓN:
Carla Francolino
Cecilia Miller
CINTERFOR
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Bibliografía: p. 77
ISBN: 978-92-9088-235-2
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En ocasión del Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo el 28 de abril de 2008, el
Director General de la Oficina Internacional del Trabajo, subrayaba que desde su carta
fundacional, hace casi noventa años, la Organización Internacional del Trabajo, definió como
uno de sus principales objetivos la protección de la vida y la salud de los trabajadores.
En la actualidad, los rápidos cambios tecnológicos y una economía que se globaliza a pasos
agigantados plantean nuevos retos y generan presiones sin precedentes en todos los ámbitos
del mundo del trabajo. La seguridad y la salud siguen formando parte integrante del Programa
de Trabajo Decente de la OIT y es una de las áreas prioritarias establecidas por la Agenda
Hemisférica de Trabajo Decente adoptada por la Conferencia Regional Americana en mayo de
2006.
Para el año 2008 la OIT ha centrado sus acciones sobre la gestión de los riesgos en el entorno
laboral. Bien sabemos que al evaluar los riesgos y peligros, combatirlos de raíz y fomentar una
cultura de la prevención, podemos contribuir a reducir considerablemente los casos de enfer-
medad y lesiones en el lugar de trabajo. Tanto los empleadores como los trabajadores y los
gobiernos tienen su papel que cumplir en este empeño.
Es por ello que tenemos el gusto de presentar el manual de formadores en prevención de
consumo de drogas en el lugar de trabajo, el cual tiene algunas características que nos gustaría
resaltar:
En primer lugar lo actual y dramático de la temática que aborda. El consumo indebido y
abusivo de drogas –tanto legales como ilegales– en el lugar de trabajo, y las consecuencias que
esto trae para la persona que trabaja, para su familia, la empresa y la sociedad en general, es un
problema en los países de nuestra región, lo que hace necesario abocarse en acciones de pre-
vención, entre las cuales la formación ocupa un lugar preponderante.
La estrategia que se adopta en el presente manual es la de abordar el tema en los propios
lugares de trabajo, realizando cursos de formación de formadores, de tal manera que los
formadores sean multiplicadores entre sus compañeros y compañeras de trabajo de los conteni-
dos, así como referentes en materia de prevención del consumo de drogas.
Finalmente hay que destacar la gestión bipartita de los cursos de formación de formadores; en
efecto, el PIT-CNT, junto con los representantes del sector empleador, tanto público como
privado, han organizado las actividades que ya se han realizado. Esta metodología será igual-
mente aplicada en las acciones que se lleven a cabo en el futuro.
Vemos de este modo operar al diálogo social, objetivo estratégico de la OIT, en una de las áreas
fundamentales, cual es la salud de quienes trabajan.
1. PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
4. ANEXOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
I. Programa Focalizado de la Administración Nacional de Puertos . . . . . . . . . . . 65
II. Programa Focalizado del Hospital Universitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
III. Protocolo de Actuación ante situaciones de consumo del alcohol y/o drogas
en el trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
IV. Instrumentos diagnósticos (encuestas de riesgos y daños) . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
V. Afiche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
5. BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
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ADVERTENCIA
mundo del trabajo desde una perspectiva de la Protección Social incluyendo la seguridad so-
cial, la salud laboral y la extensión de cobertura, involucrando a actores multisectoriales que
intervienen en la decisión política de programas y planes nacionales, sindicatos y profesionales
dedicados a la salud laboral”.
Desde el PIT-CNT se propone en este programa el concepto de dimensión laboral de la Respon-
sabilidad Social Empresarial con base en la calidad de las Relaciones Laborales, el respeto a la
Negociación Colectiva y la Implicación de los Sindicatos en Paritarias de Seguridad y Salud
Laboral.
Por lo tanto el Programa propuesto impulsa la Formación y la Negociación Colectiva como
instrumentos primordiales para el logro de los objetivos propuestos.
El desarrollo de los Programas a nivel de empresa (focalizados) implica tres niveles de forma-
ción:
• Un primer nivel, más especializado, irá dirigido al Equipo de Trabajo del Programa de
Prevención y será de carácter permanente, en un nivel de formación de formadores.
• Un segundo nivel se planteará para aquellas personas que, por su posición en la empresa,
pudieran desempeñar un papel clave (mediadores naturales) en la aplicación del progra-
ma; las acciones formativas dirigidas a estos mediadores serán organizadas y realizadas
por los formadores del primer nivel.
• El tercer nivel, más general, irá dirigido a todos los trabajadores.
Los Equipos de Trabajo del Programa de Prevención se integran con referentes institucionales
de la empresa u organización y delegados sindicales, y son los responsables del conjunto de las
actuaciones preventivas y de atención y reinserción.
Este primer nivel de formación es el soporte de las actuaciones para el desarrollo de los progra-
mas focalizados y supone formación especializada en drogodependencias, en planificación y
prevención, así como en técnicas formativas, contemplando los elementos necesarios para la
formación del segundo y tercer nivel de formación previsto en el programa, así como los
elementos necesarios para la preparación de las personas que han de intervenir en los procesos
de orientación y motivación a la asistencia.
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2. CONTENIDO DE FORMACIÓN DE FORMADORES
A. DROGODEPEDENCIA
No existe “la droga”, sino diversas sustancias que al ser consumidas producen diferentes efec-
tos físicos, psíquicos y sociales, y distintos riesgos asociados. Los problemas relacionados con
las drogas no están vinculados únicamente a las sustancias consumidas, sino a las circunstancias
personales del consumidor y al entorno social en el que tienen lugar dichos consumos. No es
acertada la tendencia a asociar cada droga con un único tipo de consumidor (por ejemplo, niño
de la calle con pegamentos), sino que para las distintas sustancias hay una considerable varie-
dad de usuarios, con los más diversos motivos para su consumo.
Los más graves problemas de salud pública asociados al consumo de drogas, no son atribuibles
a las sustancias generalmente percibidas como tales (drogas ilegales), sino a las que se conside-
ran sustancias de consumo y comercialización libre (alcohol y tabaco).
Resulta elocuente resaltar que la primera causa de muerte prevenible vinculada al consumo de
drogas en el Uruguay tiene que ver con las enfermedades cardiovasculares producidas por el
consumo de tabaco.
La CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades) define:
Uso nocivo: patrón de consumo de una sustancia psicoactiva que causa daño a la salud. El daño
puede ser físico o mental (por ej.: casos de hepatitis por administración de drogas inyectables).
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Síndrome de dependencia
Conjunto de fenómenos de comportamiento, cognitivos y fisiológicos, que se de-
sarrollan luego del consumo repetido de la sustancia psicoactiva, entre los cuales
se encuentran característicamente los siguientes: un poderoso deseo de tomar la
droga, un deterioro para la capacidad de controlar el consumo de la misma, la
persistencia del uso a pesar de consecuencias dañinas, una asignación de mayor
prioridad a la utilización de la droga que a otras actividades y obligaciones, un
aumento a la tolerancia a la droga y a veces, un estado de abstinencia por depen-
dencia física.
Dependencia física
Es el estado de adaptación del organismo que se produce tras el consumo repetido
de una sustancia.
Dependencia psíquica
Consiste en un deseo irrefrenable de consumir determinadas sustancias con el ob-
jetivo de obtener efectos positivos, placenteros y agradables y evitar los efectos
negativos que originaría el prescindir de ella.
Tolerancia
Se trata de la disminución gradual del efecto de una sustancia cuando se toma de
forma repetitiva, de tal manera que se necesita aumentar continua y gradualmen-
te la dosis para conseguir los mismos efectos.
Síndrome de abstinencia
Conjunto de síntomas, psíquicos y, sobre todo, físicos, que se desencadenan al
interrumpir bruscamente el consumo de algunas sustancias en sujetos que presen-
tan dependencia a éstas.
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Uso
Entendemos por uso aquel tipo de consumo de drogas en el que, bien por su cantidad, por su
frecuencia o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, no se evidencian conse-
cuencias en el consumidor ni en su entorno. Se trata por lo tanto de un uso no problemático.
En la práctica es muy difícil definir un consumo como uso, ya que son tantos los factores a
considerar que lo que para el consumidor podría parecer un uso moderado, puede estar traspa-
sando las fronteras del abuso para otro observador.
Es preciso, entonces, afinar la mirada antes de valorar como uso una determinada forma de
consumo. No basta con fijarse en la frecuencia, porque podrían darse consumos esporádicos en
los que el sujeto abusara rotundamente de la sustancia.
Tampoco podemos atender solo a la cantidad, ya que podría haber consumos en apariencia no
excesivos, pero repetidos con tanta frecuencia que podrían estar dando cuenta de una depen-
dencia.
Es preciso también tener en cuenta el entorno del sujeto: puede tratarse de un consumo de
drogas que, además de perjudicar al sujeto, afectara gravemente a terceros. Tal es el caso de un
trabajador de la construcción que consume alcohol minutos antes de subir a un andamio, o
bien de un trabajador del transporte que consumiendo la misma sustancia, pudiera causar un
accidente de tránsito.
Abuso
Entendemos por abuso aquella forma de relación con las drogas en la que, bien por su canti-
dad, por su frecuencia y/o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, se produ-
cen consecuencias negativas para el consumidor y/o su entorno.
Las percepciones con respecto a los consumos de drogas, no siempre son correctas, por ejem-
plo, en caso del consumo de tabaco, algunas personas pueden pensar que fumar un cigarrillo al
día podría no ser perjudicial o excesivo. Sin embargo, existe evidencia científica al respecto, y
se ha comprobado que puede perjudicar la salud de algunas personas.
Por otra parte, alguien podría consumir cocaína en una sola ocasión, pero hacerlo en tal canti-
dad que desencadenara algún tipo de problema cardíaco. Puede que una mujer sea moderada
en sus consumos habituales de alcohol y tabaco, pero si los mantiene durante el embarazo
estará incurriendo en abuso.
O sea que, más allá de ideas preconcebidas, en cada caso tenemos que analizar los diversos
elementos referentes a las sustancias, a las pautas de consumo y al contexto personal y social en
el que el consumo tiene lugar, antes de decidir si nos encontramos en presencia de una situa-
ción de uso o de abuso.
Se ofrece aquí una pauta que puede ser útil para orientarnos inicialmente en cuanto a si se
trata o no de un uso abusivo.
Durante un período relativamente prolongado (un año), debería estar presente alguna de las
siguientes manifestaciones: complicaciones físicas y/o psíquicas relacionadas con el uso de la
sustancia, utilización repetida de una sustancia que conduce a una incapacidad para cumplir
con las obligaciones, utilización repetida de sustancias en situaciones cuyo uso puede compor-
tar un peligro, problemas judiciales ligados a la utilización de una sustancia, problemas
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Es frecuente que un consumidor habitual de drogas utilice más de una sustancia de abuso,
aunque pueda señalar a una como la droga de elección. La pauta más habitual es el consumo
combinado de diversas drogas. A menudo, se trata de consumos combinados a lo largo de un
mismo período. Así, por ejemplo, hay personas que beben cantidades excesivas de alcohol a la
vez que, fuman un paquete de cigarrillos, y consumen cocaína, todo ello en un mismo período
de tiempo. Las combinaciones posibles son numerosas, tanto en cuanto a las sustancias consu-
midas, como en cuanto a la distribución en el tiempo, en los días de la semana (por ej.: alcohol
de lunes a viernes y alcohol y cocaína los fines de semana). Esto significa que el policonsumo
puede ser simultáneo o secuencial, alternado irregularmente, etc.
Una forma de clasificación de las drogas es según los efectos predominantes sobre el sistema
nervioso central (SNC) en:
• Drogas depresoras del sistema nervioso central
• Drogas estimulantes del sistema nervioso central
• Drogas perturbadoras del sistema nervioso central
En el desarrollo de las adicciones a las drogas inciden múltiples factores, no alcanza solo uno
de ellos, sino que deben interactuar entre ellos, por ejemplo el que exista la droga no es
suficiente para llegar a la dependencia de la sustancia. Esquemáticamente, los factores que
influyen son: la droga, la persona y el medio.
• Tipo de droga
• Forma de uso
• Frecuencia
• Cantidad de dosis
D
• Disponibilidad
• Familia
• Aspectos
biológicos • Grupos de
pertenencia:
• Fortalezas o club, iglesia,
debilidades sistema
en la
Conducta
educativo y
personalidad P M laboral, etc.
• Autoestima • Cultura
• Recursos • Medios de
personales comunicación
generales
Es así que depende, por un lado, de factores inherentes a la propia sustancia: del tipo de droga
(hay sustancias más adictivas que otras), de la forma de uso (si es inhalada, inyectada, etc.), del
setting (el ambiente en que se consume), de la frecuencia del consumo, la dosis y la disponibi-
lidad de la droga (si es fácil el acceso a la misma).
Por otro lado, aquellos factores que condicionan la oferta de la droga como son los factores
económicos, o los factores que condicionan la demanda, como los aspectos personales y del
medio.
Dentro de los aspectos personales existen aspectos biológicos, hereditarios, que los hacen más
propensos al desarrollo de una adicción. Además influyen los rasgos de personalidad, que si
bien no se puede hablar de una personalidad de adicto, sí las fortalezas o debilidades en la
personalidad: baja autoestima, impulsividad, baja tolerancia a las frustraciones.
En cuanto a los aspectos relacionados con el medio, tenemos que considerar la familia, los
grupos de pertenencia (el club, el trabajo, la religión), el sistema educativo, la sociedad y la
cultura.
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La falta de comunicación en la familia, los modelos que se trasmiten, la ausencia de límites, los
dobles mensajes, son aquellas asociadas con el consumo de drogas.
También el pertenecer a ciertos grupos puede tanto ser un factor de riesgo o de protección
para el consumo de drogas como por ejemplo religiones en donde se promueve la abstinencia,
o culturas donde el consumo de determinadas sustancias, está ampliamente difundido.
Las causas relacionadas con el ámbito laboral hacen referencia al medio ambiente y procesos
de trabajo. Condiciones desfavorables para la realización de tareas, trabajos peligrosos, turnos,
desarraigo, movilidad geográfica, así como situaciones que se derivan de esas condiciones tales
como estrés, frustración, falta de estímulo, inseguridad en el empleo, etc., pueden actuar algu-
nas veces como desencadenantes y siempre como moduladoras del consumo problemático.
Los factores del sistema educativo se relacionan con los modelos que se trasmiten, presión
excesiva sobre el rendimiento, deficiente formación e información, ausencia de alternativas.
A nivel social influye, en las adicciones, el desequilibrio entre aspiraciones y oportunidades, el
desempleo, la pobreza, los sistemas de comunicación (publicidad).
Existe una diferencia de consumo de drogas entre hombres y mujeres, en cuanto al inicio,
mantenimiento, forma de consumo y las consecuencias del uso. Las mujeres presentan un ma-
yor rango de consecuencias sobre la salud derivado del consumo de drogas.
Las mujeres tienden a asumir una mayor responsabilidad familiar y por lo tanto el consumo de
drogas tiene una mayor repercusión. Por lo general hay una concepción cultural muy fuerte de
prohibición o visión negativa sobre el tema de las mujeres y el consumo, debido posiblemente
a una imagen de la mujer como modelo de virtud y sobriedad.
A pesar de la gran cantidad de estudios sobre el consumo de sustancias, es ampliamente
reconocido que son pocos e inadecuados los estudios destinados a investigar sobre la dife-
rencia de género en el uso de drogas. A nivel social aparece mayor preocupación por el
consumo en hombres haciéndose una generalización a las mujeres, desconociendo la espe-
cificidad de género.
Algunos estudios tratan de determinar las diferencias fisiológicas en la metabolización de alco-
hol, se discute acerca de la influencia de las hormonas, el período menstrual y de la utilización
de anticonceptivos en los procesos fisiológicos.
Según la Encuesta Continua de Hogares de la Junta Nacional de Drogas del 2006, se da un
consumo mayor en el sexo masculino, en Montevideo y entre 19 y 34 años.
Ante la pregunta sobre haber consumido “alguna vez en la vida” antidepresivos, las mujeres
duplican a los hombres y no presentan diferencias significativas por área geográfica.
En relación al consumo de alcohol es menor la incidencia en las mujeres respecto a los hom-
bres, fundamentalmente en los segmentos etáreos más altos. Sin embargo, se observa una
mayor experimentación en las generaciones más recientes y donde las mujeres aumentan el
porcentaje de consumo. Por ejemplo, las mujeres abstemias mayores a 30 años superan el 20%,
mientras que las mujeres menores a esa edad constituyen apenas un 10%, lo que está indican-
do una tendencia de feminización del consumo (IND, 2006).
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Los hombres consumen casi el doble en gramos por ingesta y por rango de edad.
Los estudios e investigaciones en los últimos tiempos reflejan más bien una preocupación con
respecto al consumo de drogas en mujeres debido a sus consecuencias sobre el embarazo, en el
sentido de proteger en la mujer al bebé que está por nacer.
Esto lleva a reflexionar acerca de temas tales como la responsabilidad de la mujer ante un
embarazo y la necesidad de considerar a un tercero, que es su hijo, ante una situación de
consumo. Hay una gran controversia acerca de cómo priorizar los derechos de la madre frente
a los derechos de ese bebé que está por nacer o que nació.
El abordaje terapéutico de la adicción en mujeres debe incluir educación y entrenamiento en
habilidades maternas, consejos nutricionales, asistencia en cuidados de la salud, para evitar
daños en los niños como el riesgo de abuso o abandono del niño. Es importante explorar la
maternidad como un elemento de motivación para un cambio de conducta.
Durante el embarazo se requiere una abstinencia absoluta del consumo, cuidar de una adecua-
da evolución de su embarazo hasta el parto, control de morbilidad física y psíquica, fomentar
cuidados maternos adecuados (apego) y motivar a la mujer a continuar con un tratamiento de
seguimiento para evitar las recaídas.
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B. SALUD LABORAL
La idea de salud, de estar sano, evoluciona y es diferente según las épocas y los pueblos. En
nuestra cultura, la salud no es un acontecimiento que transcurra exclusivamente en el espacio
privado de nuestras vidas, sino que la calidad de vida, el cuidado y promoción de la salud se
desarrollan, fundamentalmente, en el tejido social y ecológico en el que transcurre nuestra
historia personal y social; en este sentido el concepto de salud se encuentra ligado a los estilos
de vida, a los retos ambientales, a la vida productiva y a la distribución solidaria de los recursos
socioeconómicos de un país.
Es por tanto también consecuencia del sistema político responsable a la hora de definir las
prioridades de un país y “decretar” el valor que la salud y las condiciones que favorecen una
cultura de la salud han de tener en las acciones de gobierno.
C. EVALUACIÓN DE RIESGOS
Riesgo, en general, es toda circunstancia que aumenta la probabilidad de que suceda algo que
valoramos como negativo.
En el caso de los riesgos laborales es la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado
daño derivado de su trabajo.
Cuando hablamos de daños derivados del trabajo, no nos referimos exclusivamente a los acci-
dentes de trabajo y a las enfermedades profesionales, sino también a aquellos trastornos de la
salud que, pese a no ser originados exclusivamente por el trabajo, se ven influidos por las
condiciones laborales de forma significativa.
Este daño a la salud puede proceder: de las máquinas, herramientas o sustancias que se em-
plean en la actividad laboral, de los locales e instalaciones en los que se trabaja, de los proce-
dimientos de trabajo que se siguen, y también de la organización y ordenación del propio
trabajo.
Se habla también de factores de riesgo como aquellos elementos que, si se encuentran presen-
tes en las condiciones de trabajo de un trabajador/a, pueden producir una disminución de su
nivel de salud. Estos factores están presentes en el medio ambiente físico de trabajo (tempera-
tura, ventilación, humedad, etc.), se dan por la presencia de sustancias químicas, por la presen-
cia de sustancias biológicas, por la organización del trabajo, y por la carga física de la tarea.
La aplicación correcta del principio de la prevención llevaría consigo la eliminación de una
serie de riesgos, bien por la corrección de determinadas condiciones de trabajo, o bien por que
se opta por otras alternativas. Es el principio de eliminación del riesgo.
Sin embargo, hay riesgos cuya eliminación no es técnicamente posible o presenta grandes
dificultades a corto plazo. Pues bien, es preciso analizar dichos riesgos con el fin de elaborar
estrategias para controlarlos y que no produzcan daños a la salud de los trabajadores/as. En
ello consiste la evaluación de riesgos.
Para llevar a cabo la evaluación de riesgos, se proponen tres fuentes de información básica:
• La observación de las condiciones de trabajo.
• Las mediciones, análisis o ensayos que se consideren oportunos.
• Las informaciones aportadas por los trabajadores/as.
Esta información, sumada al conocimiento de cómo actúan estos riesgos en nuestra salud, es
imprescindible para el diseño de una política de prevención de riesgos y mejora de las condi-
ciones de trabajo.
Riesgos de carácter psicológico o social: son aquellos relacionados con la insatisfacción labo-
ral, la monotonía, el estrés, el “burn-out”, etc.
Otros riesgos: son aquellos derivados del tipo de actividad laboral que se trate (construcción,
transporte, etc.).
Por otra parte, cuando hablamos de riesgos hemos de considerar tres cuestiones:
• La probabilidad de que dicho riesgo produzca un daño.
• La gravedad del daño producido por el riesgo.
• El tiempo o frecuencia de exposición de los trabajadores/as a dicho riesgo.
• La combinación de los tres factores nos dará la aceptabilidad del riesgo o la aplicación de
medidas correctoras.
Casi todos ellos están relacionados con la organización del proceso productivo, pero también
podemos referirnos a factores relacionados con el puesto de trabajo y/o la tarea:
• Trabajos repetitivos y poco motivadores.
• Trabajo a la intemperie.
• Temperaturas extremas.
• Aislamiento.
• Traslados frecuentes.
• Desarraigo (dificultad para compaginar tu trabajo y tu vida social y personal).
• Control sobre la totalidad del proceso en el que se inserta la tarea.
• Alto índice de peligrosidad.
• Excesivo tiempo muerto.
• Excesiva responsabilidad.
• Ausencia de objetivos claros.
Por otra parte, no sólo las condiciones de trabajo antes citadas pueden provocar o favorecer los
consumos de alcohol y otras drogas, sino que éstos actúan aumentando la probabilidad de que
cualquier riesgo presente produzca el daño.
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El Derecho del Trabajo tiene una legislación sumamente represiva en el tema del alcoholismo
y consumo de drogas, que supone una suerte de desamparo de la protección del derecho del
trabajo y de la seguridad social para el/la trabajador/a con problemas por uso inadecuado de
alcohol o drogas.
El Código de Comercio de1857 establece que el estado de embriaguez habitual o durante la
jornada laboral constituye causa justa de despido “por notoria mala conducta”, en consecuen-
cia, sin derecho a la indemnización por despido.
La ley de DISSE o ASSE establece que perderán totalmente o parcialmente los derechos a subsi-
dio por enfermedad, los trabajadores que estén inhabilitados para trabajar por embriaguez o
por el uso de estupefacientes de acuerdo con la determinación del cuerpo médico de DISSE.
El Decreto 14/82 que es reglamentario de la Ley 15.180 (régimen de prestaciones para cubrir la
contingencia del desempleo forzoso de empleados privados), excluye de la protección del
seguro de desempleo a los trabajadores que estén en estado de embriaguez en las horas de
trabajo.
Hay ramas de actividad como la construcción y el transporte donde se aplica una normativa
específica en cuanto al consumo de alcohol y drogas. Por ejemplo, el Decreto 89/95 en la
construcción, y la Ley 16.585 de prevención y control de accidentes de tránsito.
• Negociación Colectiva
influyen en los problemas relacionados con el consumo de alcohol y drogas a los efectos de
tomarlos en cuenta en las medidas de prevención y rehabilitación.
5.4. Los trabajadores que quieran recibir un tratamiento y rehabilitación para sus problemas
relacionados con el consumo del alcohol o drogas no deben ser objeto de discriminación por
parte del empleador y deberían gozar de la seguridad del empleo usual y de las mismas opor-
tunidades de traslado y ascenso profesional que el resto de los trabajadores.
5.5. Debe reconocer que el empleador tiene autoridad para sancionar a los trabajadores cuya
conducta profesional sea impropia como consecuencia de problemas relacionados con el con-
sumo de alcohol o drogas. Sin embargo es objeto del presente convenio que en su lugar se
remita al trabajador a la Unidad de Vigilancia del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medi-
cina, Universidad de la República, para su inclusión en el protocolo de actuación. Si un traba-
jador no aceptara esta opción el empleador podrá retomar las medidas disciplinarias que co-
rrespondan.
5.6. El Convenio Colectivo puede incluir un acuerdo sobre la política de detección de consumo
de alcohol y drogas en el trabajo, medios de análisis, etc., quedando en claro que en respeto al
“derecho a la intimidad del trabajador”, ningún trabajador tiene la obligación de someterse a
examen, y que su negativa no confirma ninguna situación diagnóstica.
1. Disposiciones Generales
1.1. Objetivo
1.1.1. Este repertorio tiene como objetivo promover la prevención, la reducción y el trata-
miento de los problemas vinculados al consumo de alcohol y de drogas que se plantean en
el lugar de trabajo. Las recomendaciones prácticas enunciadas presentan orientaciones para:
a) proteger la seguridad y salud de todos los trabajadores;
b) prevenir los accidentes;
c) aumentar la productividad y eficacia en las empresas;
d) promover la actuación local, regional y nacional para reducir el abuso de alcohol y de
drogas en el lugar de trabajo;
e) iniciar y apoyar programas en los lugares de trabajo para asistir a quienes experimentan
problemas relacionados con el alcohol o las drogas y para determinar las condiciones de
trabajo que exponen a los trabajadores a un riesgo más elevado de tener estos problemas;
f ) establecer un marco administrativo, jurídico y educativo que permita concebir y aplicar
medidas preventivas y de tratamiento en relación con los problemas de alcohol y drogas,
sin olvidar las disposiciones para proteger la confidencialidad a la que tienen derecho los
trabajadores, así como su intimidad y su dignidad;
g) promover la consulta y la cooperación entre los gobiernos, los empleadores, los trabaja-
dores y sus representantes, asesorados por el personal de seguridad, el personal de salud del
trabajo y los especialistas en problemas de alcohol y drogas.
2.2.3. Los empleadores deberían proceder de acuerdo con buenas prácticas administrativas,
adoptar prácticas de empleo equitativas, organizar el trabajo de manera satisfactoria y
obrar constantemente para crear un medio ambiente de trabajo que no cause estrés, ni exija
esfuerzos físicos o mentales excesivos.
2.2.4. Los empleadores deberían adoptar medidas como, por ejemplo, la difusión de infor-
mación, la enseñanza, la formación y el mejoramiento de las condiciones de trabajo, para
eliminar los problemas vinculados al consumo de alcohol o de drogas en el lugar de trabajo.
2.2.5. Los empleadores deberían tener el derecho de adoptar medidas apropiadas respecto
de los trabajadores que tienen problemas relacionados con el consumo de alcohol y de
drogas que afecten o puedan afectar con cierta probabilidad la ejecución de sus tareas.
2.2.6. Los empleadores deberían colaborar con las autoridades si hay suficientes motivos
para sospechar que se están llevando a cabo actividades con drogas ilícitas en el lugar de
trabajo. Sin embargo, debería reconocerse que los empleadores no disponen de los medios
necesarios para actuar como representantes de la ley y que carecen de formación y califica-
ciones en la materia. Por consiguiente, si bien los empleadores, al igual que los demás
ciudadanos, tienen la obligación de colaborar con las autoridades encargadas de la aplica-
ción de la legislación, no deberían tener la obligación adicional de reemplazarlas ni de
adoptar medidas para actuar en nombre de ellas con el fin de que se apliquen las disposicio-
nes de la legislación relativas a las drogas ilícitas.
2.2.7. Los empleadores deberían establecer un sistema para asegurar que se respete el carác-
ter confidencial de toda la información que les faciliten en lo que atañe a los problemas
relacionados con el consumo de alcohol o de drogas. Habría que comunicar a los trabajado-
res las excepciones a esta regla, debidas a razones jurídicas o de ética profesional.
2.2.8. Al elaborar las directrices y disposiciones aplicables al alcohol y las drogas en el lugar
de trabajo, los empleadores deberían efectuar consultas y negociaciones con los trabajado-
res y sus representantes.
2.2.9. Los empleadores deberían poder consultar a profesionales competentes y utilizar sus
servicios para asesorarse acerca de la elaboración y aplicación de políticas en materia de
alcohol y de drogas en el lugar de trabajo, y deberían respetar la integridad de estos profe-
sionales.
mediante la consulta y la negociación, cuando la ley o los convenios colectivos así lo exijan.
2.3.7. Los trabajadores y sus representantes deberían prestar asistencia a las personas que
experimentan problemas relacionados con el alcohol y las drogas con el fin de que obten-
gan la ayuda necesaria para rehabilitarse.
2.3.8. Los trabajadores y sus representantes deberían tener el derecho de que se respete su
intimidad y de que toda injerencia en su vida privada, por lo que atañe al consumo de
alcohol o de drogas, esté limitada, sea razonable y esté justificada.
2.3.9. Los trabajadores y sus representantes deberían poder consultar a profesionales com-
petentes y utilizar sus servicios para asesorarse acerca de la elaboración y aplicación de
políticas en materia de consumo de alcohol y de drogas en el lugar de trabajo, y deberían
respetar la integridad de estos profesionales.
4. Disposiciones para reducir los problemas relacionados con el alcohol y las drogas me-
diante prácticas satisfactorias de empleo
4.1. Identificación de los problemas que plantea el medio ambiente de trabajo
4.1.1. Cuando haya indicaciones de que existen condiciones de trabajo que pueden influir
en los problemas de alcohol o de drogas, los empleadores, en colaboración con los trabaja-
dores y sus representantes, deberían adoptar disposiciones que sean razonablemente facti-
bles para identificar y adoptar medidas de prevención o corrección.
Corresponde a un especialista en medicina del trabajo evaluar entonces la aptitud del traba-
jador para desempeñar su trabajo y definir las restricciones que se hagan necesarias.
5.3.2. En los países en que determinadas sustancias hayan sido declaradas lícitas, su consu-
mo por lo que se refiere al lugar de trabajo se regirá por la legislación y las normas del país.
7. Identificación
7.1. Diferentes tipos de identificación
7.1.1. Hay tres niveles en que puede efectuarse la identificación de los trabajadores que
experimentan problemas relacionados con el alcohol o las drogas:
a) la autoevaluación del trabajador, sensibilizado por programas de información, instruc-
ción y capacitación;
b) la identificación oficiosa hecha por amigos, familiares o colegas del trabajador que expe-
rimenta aparentemente ese tipo de problemas y a quien le proponen busque ayuda;
c) la identificación oficial hecha por el empleador, que puede comprender los análisis.
7.2. Análisis
7.2.1. Los análisis para detectar eventuales problemas relacionados con el alcohol y las dro-
gas en el ámbito del trabajo plantean problemas fundamentales de orden moral, ético y
jurídico; de ahí que haya que decidir si es justo y apropiado realizarlos.
7.2.2. Los análisis deberían realizarse de conformidad con la legislación y las prácticas nacio-
nales, que pueden variar muchísimo de un Estado miembro a otro.
7.2.3. Un ejemplo de las consideraciones que deberían tenerse presente por lo que se refiere
a los análisis de alcohol y drogas se encuentra en el anexo V: “Principios rectores para las
pruebas destinadas a detectar el consumo de alcohol y de drogas en el lugar de trabajo”,
adoptados en mayo de 1993 por la Reunión tripartita de expertos sobre las pruebas para
detectar el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo, de la OIT.
ciones anuales pagadas, licencia sin goce de sueldo y prestaciones del seguro de enferme-
dad, de conformidad con la legislación y las normas nacionales o con los acuerdos negocia-
dos colectivamente.
8.3.5. Puede ocurrir también que los trabajadores y sus representantes deseen organizar sus
propios programas de asistencia sin el empleador, particularmente cuando tales programas
pueden beneficiar también a otros trabajadores de la misma categoría profesional o de una
categoría similar que estén al servicio de empleadores diversos; a esos programas se los
denomina a veces como de asistencia mutua.
8.3.6. Aunque los programas de asistencia a los empleados pueden organizarse de diversas
formas y ofrecer distintos servicios, prestan asistencia de carácter confidencial a los trabaja-
dores, y con frecuencia también a sus familiares, para ayudarlos a superar tanto los proble-
mas relacionados con el alcohol o las drogas, como otros problemas que trastornan la vida
personal, entre ellos, los conyugales y familiares, los estados de depresión, ansiedad y estrés,
los apuros económicos y las dificultades jurídicas.
8.3.7. No incumbe a los PAE la tarea de determinar la aptitud para el trabajo de una persona
(que es una de las principales funciones de los servicios de salud en el trabajo), sino la de
proporcionar una asistencia de carácter confidencial a los trabajadores, y con frecuencia
también a sus familiares, en una entidad neutral. De ahí que funcionen a veces en locales
situados fuera del lugar de trabajo con el fin de destacar su carácter confidencial.
Asimismo, suelen dar publicidad a sus actividades para conocimiento de los trabajadores, y
en algunos casos organizan además campañas de información, instrucción y formación en
provecho de los trabajadores, de los mandos intermedios y del personal de dirección.
8.3.8. Cabe organizar los PAE de modo tal que sirvan esencialmente como un punto de
partida para la evaluación inicial y el envío de los interesados a los servicios de salud de la
comunidad, ya se trate de médicos, de especialistas en asesoramiento, tratamiento y rehabi-
litación de personas con problemas de alcohol o de drogas, de organizaciones comunitarias
y de asociaciones de autoayuda. Ahora bien, algunos PAE contratan personal calificado para
prestar servicios de asesoramiento, tratamiento y rehabilitación, lo cual no obsta para que
recurran a la ayuda de instituciones o profesionales externos cada vez que es necesario.
8.3.9. Los programas de asesoramiento, tratamiento y rehabilitación deberían adaptarse a
las necesidades individuales del interesado.
8.4. Reintegración
8.4.1. En los programas de rehabilitación se podría prever, tras el tratamiento en una insti-
tución asistencial, un período de asistencia post institucional que puede revestir una impor-
tancia decisiva en el proceso global de asistencia.
8.4.2. Si un profesional habilitado opina que un trabajador está sometiéndose con buenos
resultados a un tratamiento o que lo ha completado, debería ofrecérsele a éste, en la medi-
da de lo posible, la oportunidad de ser trasladado o de recibir una readaptación profesional
cuando no corresponda que regrese al puesto que ocupaba anteriormente.
8.4.3. Durante el período de reintegración de un trabajador, recomendado por el personal
de los servicios de salud, el empleador debería ayudar al trabajador a readaptarse a su
medio de trabajo.
a. COMUNICACIÓN
b. ESTRATEGIAS PREVENTIVAS
CONCEPTOS GENERALES
El término prevención significa “anticipar”, o sea que se trata de estrategias que apuntan,
según los diferentes niveles de prevención, a objetivos tales como el de disminuir el consumo
de drogas, el de retrasar el inicio del consumo y el de reducir los daños asociados al consumo
de drogas.
Los programas preventivos deben ser establecidos según cada situación particular, teniendo en
cuenta qué tipo de programa llevaremos a cabo (específico, inespecífico), a qué población van
dirigidos (adolescentes, población general, etc.), en qué contexto de aplicación se va a realizar
(escolar, familiar, comunitario) y en qué nivel de intervención según el riesgo (universales,
selectivos o indicativos). No podemos imitar modelos preventivos de otros lugares, sino que
debemos ser creativos y elaborar una estrategia de acuerdo a lo considerado anteriormente.
A lo largo de los años, los programas preventivos aplicados, fueron variando de acuerdo a la
concepción teórica que los sustentaba. Es así que por mucho tiempo las adicciones fueron
consideradas como un problema moral, modelo además que se vio influenciado por la medici-
na y por lo tanto las campañas iban dirigidas a dar información acerca del daño que producían
38
las sustancias. Es un momento donde se consideraba que había que informar y educar a la
población sobre las sustancias y sus consecuencias.
Posteriormente se deja de lado el énfasis en la sustancia y comienzan a centrarse las campañas
preventivas, con la influencia de la sociología, en los patrones de consumo y las normas socia-
les. Se comienza a hablar de “uso responsable”. Se mantiene la noción de educar, pero con el
énfasis en desvíos en el aprendizaje.
A través de estudios se comprobó que estos modelos no eran suficientes para disminuir el
consumo de drogas y por lo tanto hubo una mayor preocupación en considerar ya no solo el
aspecto de la droga y el medio ambiente, sino también de prestar atención a la persona que
consume. Es a partir de estos estudios que parten distintas consideraciones de modelos explica-
tivos de las adicciones.
Algunos consideraban, que era necesario para producir un cambio en el consumo, el promover
en la persona una carga afectiva sobre las creencias para que estas puedan establecerse y modi-
ficar conductas. Por lo tanto fomentaban los grupos de discusión, donde se buscaba un mayor
involucramiento de las personas.
Otras líneas de prevención apuntaban al desarrollo de habilidades y comportamientos en los
adolescentes con el fin de disminuir la vulnerabilidad en ellos. Es así que se le enseña técnicas
al adolescente para resistir la presión de los pares, para la toma de decisiones, etc.
Prevención específica:
Se refiere a la prevención que está dirigida directamente a lo que tiene que ver
con la sustancia.
Sus herramientas preferenciales son brindar información, los “testimonios” (char-
las de ex adictos contando sus experiencias relacionadas al consumo y tratamien-
to) y las grandes campañas aversivas en los medios de comunicación. La teoría
detrás de estas acciones era desmotivar al que piensa comenzar el consumo.
Prevención inespecífica:
Se refiere a la que aborda el tema a través de los factores de riesgo asociados
comúnmente al consumo. No se habla de drogas sino de calidad de vida, de habi-
lidades, de autoestima y otros.
Hay consenso en que cualquier acción o programa de prevención debe estar organizado para
una población específica y no necesariamente es pertinente ni eficaz aplicado a otra pobla-
ción.
Los distintos autores refieren que ninguna estrategia por sí sola garantiza un cambio deseado,
y habría que pensar varias estrategias en un mismo programa, así como con varios actores
involucrados.
39
INTERVENCIONES PREVENTIVAS
Una intervención preventiva, como la edificación de un inmueble, tiene un proceso lógico que
incluye un estudio del terreno, el levantamiento de unos planos, la elección de los materiales,
el control de la ejecución de las obras y una serie de verificaciones posteriores.
Así, no es frecuente que una actuación pretendidamente preventiva no responda a ningún
análisis previo de las necesidades específicas de sus destinatarios, ni siquiera a una considera-
ción de cuál es la metodología más apropiada para el caso.
Begoña y Ferrer Pérez (2002) analizan el proceso de Intervención Preventiva y hablan de 10
etapas que incluyen el análisis de los problemas existentes y su etiología conocida; planifica-
ción; delimitar las necesidades y prioridades y fijar el ámbito geográfico; seleccionar a las
personas objetivo de la intervención (población o grupos diana); analizar la demanda existente
y/o la conveniencia de suscitarla o reconvertirla; seleccionar objetivos (generales y específicos);
determinar métodos y técnicas a utilizar; cronograma, recursos materiales y humanos; organi-
zar; actuar; evaluar y retroalimentar (según la evaluación, introducir modificaciones para me-
jorar futuras intervenciones).
Al planificar acciones de prevención tendremos en cuenta varios aspectos:
1. Deben estar pensadas para un determinado lugar y tiempo. Estamos hablando de que se
debe definir claramente para qué población (grupo social, grupo etáreo, edades) están previs-
tas. A esto lo llamamos definir la población diana. Es la población que consideramos en riesgo.
Y además, tener en cuenta lo temporal y social: esta población está inserta en determinada
cultura en una época determinada, con sus creencias, mitos, problemas sociales y factores de
protección.
2. Posibles de llevar a cabo. Muchas veces se tratan de crear programas ideales, los que luego se
abandonan por exceso de dificultades. Las acciones deben ser posibles en el marco en el que
estamos actuando y con las ayudas externas que creamos factibles de conseguir.
3. Con objetivos delimitados. Se deben trazar objetivos claros, realizables y que puedan ser
medidos. Si bien tendremos en mente objetivos amplios a largo plazo (aumento de la autoestima,
atraso en la edad de inicio del consumo, abstinencia total, inserción laboral) debemos poder
acotar objetivos medibles a corto plazo, como ser: reflexión sobre su consumo (sensibilización
e información), aprender conductas concretas para ayudar a amigos que consumen, mejorar
algún aspecto concreto en el cuidado de su salud general.
4. Dirigido a poblaciones determinadas. Como ya mencionamos, el determinar la Población
Objetivo o Diana es esencial a fin de planificar las acciones. Luego de definir esta población y,
40
sobre la base de los conocimientos que de ella tengamos, podremos definir qué acciones son
pertinentes y quiénes son los idóneos en trabajar con la misma.
5. Incluir criterios de evaluación. Esto no es tarea fácil, aunque es lo que nos habilita a poder
saber si hemos tenido éxito en nuestro accionar. Los criterios de evaluación están ligados a los
objetivos que queremos lograr.
Existen los llamados objetivos Macro a los grandes lineamientos políticos de Prevención de
Drogas. Según una integración de cuadros presentados por el NIDA ( Instituto Nacional sobre la
Drogadicción de Estados Unidos) y el Plan Nacional sobre Drogas se refieren a:
1. Prevención en la oferta de la sustancia. Es todo lo que tiene que ver con el tráfico ilícito
de drogas y es del ámbito de la Brigada de Narcóticos. Nos referimos a limitar la disponi-
bilidad de drogas.
2. Prevención en el uso de sustancias. Reducir los riesgos asociados al uso; cambios en los
comportamientos ligados al uso de sustancias (mejora de la salud, de la integración social,
en la inserción laboral, bajar la delincuencia).
3. Prevención en la demanda. Este sería el aspecto principal de lo que clásicamente se llama-
ba Prevención primaria. Se trata de trabajar sobre los factores de riesgo que están asocia-
dos a la demanda de drogas, a fin de que ésta no surja. Algunos objetivos específicos para
ello son:
• Desarrollar individuos maduros y responsables ante las drogas
• Desarrollar estilos de vida saludables
• Promocionar alternativas de ocio
• Fomentar la participación de los individuos en los ámbitos en que se integran
4. Prevención terciaria y Reducción de Daños (RDD). Aquí los programas y las acciones se dirigi-
rán a detectar patologías y riesgos y a prevenir el contagio y transmisión de enfermedades, así
como ir acercando al consumidor al sistema de salud. En esta categoría se incluye como objeti-
vos menos uso frecuente, reducción del uso problemático, menos uso excesivo, menos uso de
drogas callejeras contaminadas.
La prevención que describen los programas de acuerdo al público para el cual están diseñados.
Específicamente, son programas universales, selectivos, e indicativos.
Los programas universales están dirigidos a la población en general, por ejemplo: a todos los
estudiantes de una escuela.
Los programas selectivos se dirigen a los grupos en riesgo o subgrupos de la población gene-
ral, por ejemplo: los hijos de padres que usan drogas o estudiantes con calificaciones bajas.
Los programas indicativos están diseñados para personas que ya están experimentando con las
drogas o exhibiendo otro tipo de comportamiento arriesgado.
Estudios hechos durante las últimas dos décadas han intentado determinar el origen y la tra-
yectoria del uso de drogas, cuándo empieza este problema y cómo progresa. Varios factores
han sido identificados que diferencian a los que usan drogas de los que no las usan. Los facto-
res asociados con un potencial mayor para el consumo de drogas se llaman factores “riesgo”,
mientras que los asociados con una reducción en la probabilidad del uso de drogas se llaman
factores de “protección”.
41
Los programas de prevención deberían ser diseñados para: realzar los “factores
de protección” y avanzar hacia la reversión y la reducción de los “factores de
riesgo”.
Motivación
Uno de los problemas iniciales, y que mayores dificultades presentan los programas de actua-
ción en materia de drogodependencias, es que las personas afectadas demanden tratamiento.
Este hecho, que es común a la problemática de las drogodependencias, tiene en el medio
laboral unas características específicas que deben tenerse en cuenta en el diseño de los progra-
mas para establecer los mecanismos que permitan identificar los problemas y recibir a las
personas, orientándolas y canalizándolas hacia un tratamiento.
El buen funcionamiento y el éxito del programa dependerán en gran medida de que estas
estrategias se establezcan adecuadamente y para ello será preciso considerar los aspectos que
facilitan la intervención y también las dificultades que pueden presentarse en los momentos
iniciales.
Favorecer la intervención
La empresa ofrece una amplia variedad de situaciones en las que se pueden poner de manifies-
to los problemas de dependencia al alcohol y/u otras drogas, los indicadores más habituales
están relacionados con problemas de salud o seguridad en el trabajo: enfermedades, acciden-
tes laborales, bajas, etc. Pero, además, hay una gran variedad de situaciones relacionadas con
la vida laboral cotidiana que nos pueden indicar este tipo de problemas: absentismo injustifi-
cado, bajo rendimiento, conflictos, malas relaciones, problemas disciplinarios, etc.
La ventaja que ofrece el medio laboral con respecto a otros ámbitos, es que además de poder
identificar los problemas, existe la posibilidad de actuar a través de la propia estructura de
funcionamiento de la empresa.
Cualquier persona o grupo del colectivo laboral -mandos, representantes sindicales, compañe-
ros, profesionales de la salud, etc.- pueden actuar como mediadores en este momento de la
intervención.
Eliminar dificultades
El hecho de que en la empresa concurran todas estas circunstancias, no quiere decir que sea
fácil actuar y convencer al trabajador que tenga problemas para que inicie un tratamiento.
43
En ocasiones, la dificultad viene de la propia persona, bien sea por falta de conciencia sobre su
problema, falta de motivación o miedo a las consecuencias laborales que puedan derivarse si
su problema es conocido en la empresa. Por otra parte, la actitud social con respecto a las
personas con problemas de alcohol y/u otras drogas no es por lo general muy positiva, y es
frecuente que el comportamiento de los que le rodean sea de rechazo o inhibición, porque se
considera que intervenir en estos problemas no forma parte de los cometidos o las responsabi-
lidades del trabajo.
Para que los problemas se puedan canalizar, es necesario que todo el colectivo de la empresa
tenga una información objetiva y adecuada sobre los problemas de abuso de alcohol y/u otras
drogas y que el programa de atención se haya difundido suficientemente.
Una campaña informativa, incluida dentro del programa preventivo en que se hable de forma
realista y objetiva sobre las drogas y sus consecuencias y que explique los objetivos del progra-
ma, garantías laborales y modo de acceder al tratamiento, facilita la sensibilización y la parti-
cipación y ayuda a que los problemas se canalicen de forma correcta.
En esta fase de la intervención deben funcionar todas las vías posibles que dentro de la empre-
sa estén en condiciones de identificar problemas, pero las actuaciones no deben ser aisladas o
contraproducentes. Es conveniente entrar en contacto con el equipo de coordinación para que
éste oriente los pasos a seguir.
La primera decisión que hay que tomar, es quién o quiénes deben establecer contacto con el
trabajador y el modo de hacerlo. Normalmente, la persona más adecuada es alguien del entor-
no que tenga la confianza del trabajador.
En la empresa hay determinados grupos que por su posición o cometido son elementos clave
para realizar esta labor: los propios compañeros, el jefe o los representantes sindicales, pueden
ser los más idóneos para un acercamiento inicial, ya que están próximos al trabajador.
El modo de acceder a la persona es otra de las cuestiones a tener en cuenta. Es posible que el
trabajador con problemas no se muestre accesible, o incluso que evite la situación. Hay que
elegir el momento adecuado y mantener una actitud abierta y receptiva que genere confianza
y seguridad.
La decisión de poner en marcha un programa debe ir precedida de un conocimiento de la
realidad de cada empresa sobre la extensión del problema de las drogodependencias y los
efectos que de ésta se derivan. Posteriormente con estos datos definiremos su estructura y sus
actividades.
• Incluir indicadores en la vigilancia para la salud que nos aporten datos sobre proble-
mas derivados del consumo inadecuado.
En relación al programa de intervención y reinserción:
• Fijar criterios de identificación de trabajadores que presenten problemas de
drogodependencia.
• Valoración, diagnóstico y orientación.
• Establecer criterios de seguimiento para las personas en tratamiento.
• Fijar criterios de reinserción laboral.
45
G. ESTRATEGIAS DE ACERCAMIENTO
¿Cómo saber si un compañero puede tener problemas con el alcohol y/u otras drogas?
Existen diferentes situaciones que pueden sugerir que alguien presenta problemas de consumo
de alcohol y otras drogas, pero no basta el que se presente de forma aislada alguna de las
situaciones descritas a continuación para considerar que un compañero tiene problemas de
esta índole.
Existen una serie de indicadores, que deben darse en conjunto con otras características para
considerar que el problema es con el uso o abuso de alguna droga. Muchos de ellos pueden
también deberse a presencia de otros problemas. Son indicadores no determinantes, son fuen-
tes que nos pueden ofrecer la información de que existen problemas.
Características observables, no determinantes:
• Ausentismos no justificados.
• Disminución del rendimiento habitual.
• Mostrarse retraído, aislado o poco participativo.
• Relaciones conflictivas con los jefes y compañeros.
• Cambios bruscos en el estado anímico que van de la euforia a la depresión sin motivos
aparentes.
• Comete errores frecuentes en su trabajo sin justificación aparente.
• Tiene dificultades para concentrarse en su trabajo y se ve implicado en accidentes no
justificables por otras causas.
• De sus manifestaciones se desprende que está consumiendo de forma abusiva alcohol
u otras drogas (episodios de embriaguez, expedientes relacionados con el consumo,
información recibida de familiares o compañeros).
¿Cómo actuar?
Es importante tener claras y definidas las formas en cómo se va a apoyar a las personas que
presentan un consumo problemático de alcohol y otras drogas.
Cuando un trabajador ha reconocido el uso frecuente o problemático es necesario considerar el
tratamiento y la rehabilitación de esa persona con el fin de impedir que la situación se agrave,
disminuir los daños asociados al consumo y que logre la abstinencia.
46
• Identificación
Se pueden presentar las siguientes situaciones:
• ¿Cuándo?
Ya hemos comentado que es necesario afrontar estos problemas y que es necesario hacerlo
antes de que empeoren, ya sea a nivel laboral (sanciones, despidos, accidentes de trabajo)
como a nivel personal y de salud (problemas familiares, empeoramiento de la salud).
Desde el sindicato ocupamos una posición ideal para enterarnos si algún trabajador está te-
niendo problemas tales como: retrasos en llegar al trabajo, ausencias repetidas e injustificadas,
accidentes injustificados, abandonos del puesto, enfrentamientos con jefes, compañeros. To-
das estas situaciones pueden ser orientadoras de la existencia de algún problema y si además
tenemos conocimiento de algún tipo de consumo, dichas situaciones pueden ser un buen mo-
mento para acercarnos al trabajador.
Por ejemplo: si el trabajador tiene retrasos todos los días, uno de esos días podemos acercarnos
a él preocupándonos acerca del motivo de esos retrasos.
Otro aspecto que tenemos que tener claro en cuanto al cuándo es que nunca debemos acercar-
nos al trabajador cuando éste se encuentre bajo los efectos de la sustancia consumida, ya sea
alcohol u otras drogas. Es necesario que elijamos un momento en que nos encontremos a solas
con él sin más compañeros delante; si no lo hacemos así, el trabajador se sentirá atacado y
aumentará su negación del problema.
• ¿Dónde?
Hay que ser cuidadoso en todos los aspectos, incluso en dónde hacemos el acercamiento al
compañero. Si se dispone en la empresa de local sindical, quizás sea un lugar adecuado para
hablar con el compañero.
Desde luego tiene que ser un lugar tranquilo y que garantice la privacidad y confidencialidad.
• Acercamiento… ¿Cómo?
Aquí entran en juego todas las habilidades personales del representante sindical. Vamos a
intentar hacer una aproximación a cuestiones que pueden servir de ayuda.
Creemos que hay unas actitudes básicas que deben guiar nuestra participación en el momento
de acercarnos al compañero.
Así…
• No juzguemos, y así facilitaremos que el otro se sienta aceptado.
• Hablémosle sin hacer juicios de valor.
• Pongámonos en “su lugar”, nos ayudará a escucharle y a él a sentirse escuchado.
• Interesémonos por cuál y cuáles son sus sentimientos en ese momento.
• Permitamos que pueda expresar lo que a él le interesa y preocupa.
• No guiemos nuestro acercamiento con la idea de escucharle decir lo que a nosotros
“nos gustaría oír”, nuestra tarea no es conseguir que ¡por fin! reconozca ante nosotros
que tiene importantes problemas derivados del uso inadecuado de alcohol y/u otras
drogas, pues con esto lo que conseguiremos posiblemente sea espantarle. Hemos de
ser pacientes, la primera vez que nos acerquemos a alguien no busquemos que quede
claro el reconocimiento del problema.
• Evitemos el pulso verbal: “a ver quién convence a quién”. No se trata de convencer
forzando, sino de que la persona vaya tomando conciencia.
Por tanto…
• No forcemos, en ocasiones el trabajador no está preparado para afrontar su situación
o reconocerla; si utilizamos un recurso para intervenir en un momento inadecuado
quizás anulemos su efectividad.
• Hablémosle claramente, sin imponer nuestro criterio y sin ocultar los problemas labo-
rales con los que se puede ir encontrando.
• Es necesario atender a lo que el otro dice de sí mismo, él se ve así y se siente así, esa
información que él da de sí mismo es lo significativo para continuar la conversación.
• Hablémosle sobre ello sin culpabilizar.
Siempre…
• Escuchar más que hablar, aunque también es necesario explicar cuál es el plantea-
miento de trabajo, nuestras soluciones y con qué contamos para poderle ayudar. Pro-
curar siempre no terminar hablando nosotros más que él.
Aseguremos…
• Confidencialidad, que toda la información que nos dé solo será compartida con
otros en caso de ser necesario y siempre previo consentimiento suyo.
• Seamos positivos, es importante no presentar al trabajador posturas derrotistas y
negativas, y que renunciemos a posturas proteccionistas. En muchas ocasiones al-
gunos compañeros intentan proteger al trabajador con estos problemas tapando
pequeñas faltas laborales. Esta postura es del todo errónea, ya que los problemas
derivados de una dependencia suelen avanzar con el tiempo si no se controlan;
utilizando la “técnica del avestruz” solo se agrava la situación.
• Estar disponibles, es importante que la persona sienta que puede contar con noso-
tros, que estamos presentes. Puede que los acercamientos sean infructuosos, y sin
embargo, estos acercamientos no caen en saco roto, es muy probable que posibilite
el que pueda acercarse a nosotros cuando lo decida. Hay muchos asuntos derivados
de su problema que le preocuparán y no sabrá resolver, incluso puede que no los
hable con nadie. Esta forma de estar presente será fundamental durante todo el
proceso, no solo en este acercamiento del que hablamos.
49
• Derivación
Una vez puesto en contacto con el equipo técnico responsable del programa de Drogo-
dependencia del PIT-CNT, o la Unidad de Vigilancia del Hospital de Clínicas, puede llegar el
momento de pasar a un segundo plano, pues se inicia el tratamiento y esto es cosa de los
profesionales de la salud. Es importante reforzar al compañero en el paso que acaba de dar y
reconocerle el esfuerzo realizado. Hemos de estar atentos a lo que se nos pueda solicitar.
Mediar entre el trabajador y el recurso sindical. Mediar entre el trabajador y la empresa.
La recaída es posible
Los problemas derivados de una drogodependencia no suelen tener soluciones definitivas. Son
frecuentes las recaídas, debemos ser conscientes de ello y actuar en consecuencia.
Si hemos actuado correctamente durante el proceso de rehabilitación del trabajador, él nos
tendrá posiblemente un cierto grado de reconocimiento.
Debe saber que estamos dispuestos a ayudar y también a actuar rápidamente en caso de que
vuelvan a aparecer los problemas.
En el trabajo se identifican con frecuencia más rápida y fácilmente las recaídas.
Si somos capaces de acercarnos al trabajador en situaciones de consumos puntuales, o de una
abierta vuelta al consumo, seremos capaces de prestarle gran ayuda.
50
H. RECURSOS EN DROGODEPENDENCIAS
CENTROS DE TRATAMIENTO
• ALETHEIA
Juan Cabal 2532. Tel.: 481 6590. Tratamiento ambulatorio con abordaje individual y familiar.
• BIEN-ESTAR
Brito del Pino 1431. Tel.: 707 9328. Programa ambulatorio (Mdeo.), Programa de internación en
comunidad terapéutica bien-estar (chacra Canelones).
• CASMU
Programa de atención de usuarios de drogas de CASMU (para socios de Casmu). Policlínico
CASMU II. Av. 8 de Octubre 3300, 1er. piso . Sector “B”. Tels.: 487 5333 / 487 5337 ints. 2321 y
2317.
• COMUNIDAD CONVIVIR
Av. Rivera 3114 apto. 701. Tel.: 622 5934.
• FUNDACIÓN JELLINEK
Benito Blanco 643/802. Tel.: 711 4417. Atención en forma ambulatoria.
• GRUPO COCUE
Melo, Cerro Largo. Mata 411. Tel.: 0642 5021. Tratamiento ambulatorio.
• BIEN-ESTAR
Brito del Pino 1431. Tel.: 707 9328.
• CENTRO IZCALI
Juan D. Jackson 919. Tel.: 410 5479. Tratamiento ambulatorio y residencial para usuarios de
drogas. Convenio con M.S.P.
• DIANOVA URUGUAY
Av. Gral. Rondeau 2435 / Camino de los Pirinchos 1257. Tel.: 203 6093 . Telefax: 204 2064.
Tratamiento residencial de usuarios Camino de los Pirinchos 1257, Melilla.
52
• FUNDACIÓN MANANTIALES
Br. Artigas 1141 esq. Canelones. Tels.: 402 8639 / 400 3400. Comunidad Terapéutica en Instruc-
ciones y La Galera, Toledo.
GRUPOS DE AUTOAYUDA
• ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
Salto 1291. Tel.: 410 9592.
• NARCÓTICOS ANÓNIMOS
Tel.: 901 3282. Av. 18 de Julio 1044 (Galería DIRI).
• AMOR EXIGENTE
Grupo de autoayuda para familiares de usuarios de drogas. Tel.: 402 5488.
53
I. TÉCNICAS DE FORMACIÓN
TÉCNICAS DIDÁCTICAS
Discusión dirigida
Esta técnica se utiliza para presentar un contenido y poner en relación los elemen-
tos técnicos presentados en la unidad didáctica con la experiencia de los partici-
pantes. El formador debe hacer preguntas a los participantes, para poner en evi-
dencia la experiencia de ellos y relacionarla con los contenidos técnicos.
Estudio de casos
Esta técnica consiste en la presentación de un caso concreto a los participantes,
que los coloca ante problemas específicos a resolver en relación con los objetivos
de la actividad.
Representación
Esta técnica consiste en reproducir una situación o problema real. Los participan-
tes deberán representar varios papeles siguiendo instrucciones precisas en un de-
terminado tiempo.
Abuso
Entendemos por abuso aquella forma de relación con las drogas en la que, bien
por su cantidad, por su frecuencia y/o por la propia situación física, psíquica y
social del sujeto, se producen consecuencias negativas para el consumidor y/o su
entorno.
Dependencia
Siguiendo a la Organización Mundial de la Salud, podemos definir la dependencia
como aquella pauta de comportamiento en la que el uso de una sustancia psicoactiva
adquiere mayor importancia que otras conductas que antes eran consideradas como
más importantes. Para poder hablar de dependencia es una condición imprescindi-
ble la presencia de un síndrome de abstinencia cuando se suprime el uso de la
sustancia.
MÓDULO II
PREVENCIÓN DEL CONSUMO EN EL ÁMBITO LABORAL
Objetivo
• Sensibilizar al grupo acerca de los factores de riesgo, asociados al consumo de drogas, que
afectan a las personas en la vida social, familiar y laboral.
Metodología
• Trabajo en grupo acerca de los conceptos de factores de riesgo y protección y de la noción
de calidad de vida laboral.
• Se trabajará en torno a las siguientes preguntas:
• Defina lo que se entiende por factores de riesgo y de protección.
• Cuáles son los factores protectores y de riesgo que pueden estar afectando el consumo
o no consumo de drogas en una persona en el ámbito laboral.
• Cuáles son los factores de protección y de riesgo personal y familiar que pueden estar
afectando el consumo o no consumo de drogas, en una persona.
ACTIVIDAD 1
Anote cuáles son los factores protectores y de riesgo personales que influyen en el consumo,
según el grupo y que están presentes en los trabajadores. Anote los cinco principales, de con-
senso.
Ficha de registro:
ACTIVIDAD 2
Anote cuáles son los factores de protección y de riesgo familiares que influyen en el consumo,
según el grupo y que están presentes en los trabajadores. Anote los cinco principales, de con-
senso. (Realice otra tabla como la anterior).
ACTIVIDAD 3
Anote cuáles son los factores de protección y de riesgo del trabajo que influyen en el consumo,
según el grupo y que están presentes en los trabajadores. Anote los cinco principales, de con-
senso. (Realice otra tabla como la anterior).
58
RECUERDE QUE
MÓDULO III
ASPECTOS LEGALES
ACTIVIDAD 2
Objetivo
Informar e interiorizar a los participantes acerca de los aspectos legales vinculados al consumo
y tenencia de drogas en la población en general y en particular los referidos al ámbito laboral,
1. Ponencia sobre la legislación vigente y su aplicación.
2. Recomendaciones de la OIT.
FICHAS COMPLEMENTARIAS
RECUEDE QUE:
En la Legislación uruguaya
• El consumo y la tenencia para el consumo propio no es delito. La ley de dro-
gas (con el texto dado por la Ley 17.016) dice expresamente que no será pena-
do el que tuviera en su poder una cantidad razonable destinada exclusiva-
mente a su consumo personal.
• El Código de Comercio de 1857 establece que el estado de embriaguez habi-
tual o durante la jornada laboral constituye causa justa de despido “por noto-
ria mala conducta”, en consecuencia, sin derecho a la indemnización por
despido.
• La ley de DISSE o ASSE establece que perderán totalmente o parcialmente los
derechos a subsidio por enfermedad, los trabajadores que estén inhabilitados
para trabajar por embriaguez o por el uso de estupefacientes de acuerdo con
la determinación del cuerpo médico de DISSE.
• El Decreto 14/82 que es reglamentario de la Ley 15.180 (régimen de prestacio-
nes para cubrir la contingencia del desempleo forzoso de empleados priva-
dos), excluye de la protección del seguro de desempleo a los trabajadores que
estén en estado de embriaguez en las horas de trabajo.
61
RECOMENDACIONES DE LA OIT*
Objetivo
Este repertorio tiene como objetivo promover la prevención, la reducción y el tratamiento
de los problemas vinculados al consumo de alcohol y de drogas que se plantean en el lugar
de trabajo. Las recomendaciones prácticas enunciadas presentan orientaciones para:
e) iniciar y apoyar programas en los lugares de trabajo para asistir a quienes experi-
mentan problemas relacionados con el alcohol o las drogas y para determinar las
condiciones de trabajo que exponen a los trabajadores a un riesgo más elevado de
tener estos problemas;
*
OIT. Tratamiento de cuestiones relacionadas con el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo. Ginebra, 1996.
62
MÓDULO IV
¿CÓMO ACERCARSE A UN TRABAJADOR CON PROBLEMAS?
Objetivo
• Sensibilizar al grupo acerca del rol del delegado sindical frente a un compañero o compa-
ñera con problemas de consumo de alcohol y/o drogas.
• Construir en conjunto una guía de actuación en el ejercicio de ese rol.
Metodología
RECUERDE QUE
ANEXO I
PROGRAMA FOCALIZADO DE PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS
Introducción
La sociedad actual se enfrenta desde hace tiempo a un importante problema social y de salud
pública debido al consumo no adecuado de sustancias que pueden llegar a generar dependen-
cia. El ámbito laboral, como parte integrante de la sociedad, no es ajeno a esta situación. El
consumo no adecuado de alcohol y drogas en el trabajo, se expresa de forma problemática,
con alteraciones graves de la salud de los trabajadores, conflictos importantes en las relaciones
laborales y perjuicios para el normal funcionamiento de la empresa.
Estudios epidemiológicos actuales a nivel internacional, muestran el consumo de alcohol, ta-
baco y drogas en el medio laboral como una cuestión problemática toda vez que éstos son
superiores a los de la población general. A su vez la experiencia en países donde se desarrollan
programas integrales de prevención en el ámbito laboral, demuestra que el índice de recupera-
ción de los trabajadores en rehabilitación es significativamente mayor que el de la población
general. Lo cual reafirma la necesidad y pertinencia de las intervenciones preventivas en el
mundo del trabajo.
La presente propuesta de política de prevención de la Fundación Luna Nueva y el PIT-CNT en
materia de drogodependencias se enmarca en los enunciados de la OIT y la OMS, y cuenta con
el aval de la Junta Nacional de Drogas y la Universidad de la República.
La política de la ANP en materia de Responsabilidad Social Empresarial, en su dimensión labo-
ral, supone la adhesión a los principios del “Programa de Prevención de consumo de Alcohol y
Drogas en el Ámbito Laboral” y el compromiso de todos los actores expresado en el Convenio
Colectivo aprobado por la ANP y el SUANP en la materia.
Objetivos
Las actuaciones que se proponen se establecerán mediante proceso de negociación y acuerdo y
se plasmarán por escrito. Vincularán a todos los niveles de la Empresa, pretenden objetivos de
salud y seguridad y se darán con la participación y cooperación de la Dirección, el Sindicato, el
Departamento de Recursos Humanos, Seguridad y Salud Ocupacional y los trabajadores. Las
acciones a establecer irán dirigidas a reducir las causas y consecuencias del consumo de alcohol
y drogas en la ANP, tanto desde un punto de vista preventivo como de apoyo asistencial y de
reinserción social y laboral plenas.
66
Objetivos específicos
• Promover la salud por medio de la prevención integral del consumo del alcohol y las
drogas.
• Fomentar la colaboración y responsabilidad de todo el colectivo laboral en el cumpli-
miento de esta actuación preventiva.
• Proporcionar información y apoyo al tratamiento a los trabajadores con problemas.
• Prevenir y reducir la accidentalidad laboral y el ausentismo.
• Mejorar la productividad, calidad del trabajo y las relaciones laborales.
Desarrollo
Actividades iniciales
El presente documento entrará en funcionamiento una vez se hayan producido dos hechos que
se establecen a continuación:
• Firma del Convenio Colectivo ANP-SUANP para el desarrollo del Programa de Preven-
ción, incluyendo el “Protocolo de Actuación ante situaciones de Consumo de Alcohol
y Drogas en el Trabajo”.
• Conformación del Equipo de Trabajo del Programa de Prevención.
Cumplidas las actuaciones anteriores, corresponde la explicación a todo el personal de la ANP
del contenido y del alcance del Convenio. Esta acción puede llevarse a cabo de diversas formas,
que pueden incluso ser complementarias:
• Elaboración de carteles para ser expuestos en las carteleras institucionales y sindicales.
• Elaboración de folletos que lleguen a todos los empleados (por ejemplo, adjuntándo-
los al recibo de sueldo).
• Realización de sesiones explicativas para el personal, organizadas de modo conjunto
por la Dirección de la ANP, por parte de los Representantes de los Trabajadores,
nucleados en el SUANP.
En todo caso, la información contenida en estos materiales deberá ser sucinta, comprensible,
veraz, consensuada y pertinente.
1. Componente de Prevención
Basado en medidas que fomenten la calidad de vida a través de la promoción de la salud. Se
trata de anticiparse a la posible aparición del problema, estimulando el autocontrol individual
y colectivo en relación al alcohol y las drogas. Las medidas a desarrollar serán las siguientes:
1. Sensibilización. Mediante información a través de folletos, artículos, etc.
2. Formación. Capacitando a los mediadores naturales: mandos, representantes sindica-
les. Trabajadores en general.
3. Participación. A través de actos públicos, encuentros, etc.
4. Otras medidas. Fomento de la salud mediante la vigilancia de la salud de carácter
preventivo y asesoramiento sobre estos temas. Mejora de las condiciones de trabajo y
67
calidad de vida así como el fomento de las actividades de tiempo libre: deportivas,
culturales, recreativas, etc.
ANEXO II
1. OBJETIVOS
Objetivo general
Contribuir a la mejora de la salud y seguridad de trabajadores y trabajadoras del Hospital de
Clínicas, a través del desarrollo de una política institucional integral de prevención de consu-
mo de alcohol y drogas, mediante acciones dirigidas a reducir las causas y consecuencias del
consumo, desarrollado en un proceso de negociación y acuerdo, que vinculará a todos los
niveles de la Institución, y se darán con la participación y cooperación de la Dirección y el
Sindicato.
Objetivos específicos
1. Realizar un diagnóstico de situación en relación a la percepción de incidencia, causas
y efectos del problema de consumo de alcohol y drogas en el entorno de trabajadores
y trabajadoras del Hospital de Clínicas.
2. Capacitar un equipo de referentes institucionales y Delegados Sindicales para el desa-
rrollo de un programa de prevención integral del consumo de alcohol y drogas, fo-
mentando la colaboración y responsabilidad de todo el colectivo laboral en el cumpli-
miento de esta actuación preventiva.
3. Promover mejoras en las condiciones de trabajo a punto de partida de identificar
aquellas que inciden en esta problemática.
2. ACCIONES
Actividad Preparatoria
Difusión del Proyecto. Comunicación a todo el personal del Hospital del Clínicas de los objeti-
vos y alcance del Proyecto, mediante carteles, comunicados, folletos, etc.
Las acciones del Proyecto se desarrollarán en dos componentes:
Actividad 2.3: Campaña de prevención, que se planificará y ejecutará por parte de los referen-
tes capacitados, con el asesoramiento y acompañamiento del equipo de trabajo del proyecto.
Se trabajará con una metodología que distingue tres niveles de intervenciones preventivas,
según el consumo de parte de los trabajadores. Incluirá en su ejecución medidas de: Sensibili-
zación. Información a través de folletos, artículos, etc. Fomento de la participación a través de
actos públicos, encuentros, etc. Fomento de la salud mediante la vigilancia de la salud de
carácter preventivo y asesoramiento sobre estos temas. Mejora de las condiciones de trabajo y
calidad de vida así como el fomento de las actividades de tiempo libre –deportivas, culturales,
recreativas. Detección y canalización de demandas de atención. Información, asesoramiento y
evaluación de las demandas; canalización y derivación.
70
ANEXO III
5. SEGUIMIENTO
5.1 El trabajador deberá aportar a la Unidad de Vigilancia la documentación que ésta le re-
quiera como probatoria del cumplimiento del tratamiento indicado.
5.2 Será potestad de la Unidad de Vigilancia realizar las evaluaciones clínicas que estime
pertinentes durante del seguimiento del caso.
5.3 Conforme a las características de cada caso los profesionales de la Unidad de Vigilancia
determinarán qué desvíos del protocolo de actuación serán tolerables, y cuáles configura-
rán un abandono del mismo por parte del trabajador en asistencia.
6.1.2 Egreso por cumplimiento satisfactorio de las actuaciones, con reintegro pleno a la
actividad laboral, con recomendaciones de reasignación total o parcial de tareas y
condiciones de horario y descanso.
6.1.3 Egreso por incumplimiento de las actuaciones pautadas.
6.1.4 Egreso por abandono.
6.1.5 Egreso por evaluación clínica de inaplicabilidad del protocolo debido a falta de
respuesta al tratamiento.
6.2 La unidad de vigilancia presentará al egreso un informe ante la entidad que derivó el
caso, especificando las condiciones de egreso y sus recomendaciones si las hubiera.
7. EL REINGRESO AL PROTOCOLO
7.1 El reingreso de un trabajador estará limitado por lo estipulado en el Convenio Colectivo,
quien acordará un número razonable de oportunidades terapéuticas.
7.2 El reingreso de un trabajador amparado por el Convenio Colectivo estará sujeto a la eva-
luación que realice el Equipo de la Unidad de Vigilancia.
8. CONFIDENCIALIDAD
8.1 Se debe respetar el carácter confidencial que deben tener todas las informaciones médi-
cas, psicológicas y de asesoramiento de los trabajadores y no comunicar al empleador
ningún dato concerniente al estado de salud, el diagnóstico o el tratamiento de las perso-
nas que recurren a la Unidad de Vigilancia.
8.2 Cualquier dato o informe relativo a los relacionados con el alcohol o las drogas que el
trabajador interesado proporcione voluntariamente, deberá ser tratado como cualquier
otra información confidencial concerniente a la salud del trabajador. Estos datos no de-
ben incluirse en el expediente personal del trabajador y deben archivarse por separado.
9. DE LA UNIDAD DE VIGILANCIA
9.1 La Unidad de Vigilancia estará ubicada en el Hospital de Clínicas, Facultad de Medicina,
Universidad de la República.
9.2 La Unidad de Vigilancia para sus actuaciones en cada caso requerirá la evaluación de un
equipo de profesionales conformado por Médico especialista en Salud Ocupacional con
orientación en Toxicología, Psicólogo especialista en tratamiento de consumo de drogas.
9.3 Es objetivo de la Unidad de Vigilancia exclusivamente el apoyar a la aplicación de accio-
nes preventivas y de tratamiento con respecto a los problemas de consumo de alcohol y
drogas en el ámbito laboral, mediante la realización de un diagnóstico de la persona
involucrada, la realización de un plan terapéutico, la derivación del trabajador a los servi-
cios correspondientes, brindar asesoramiento a los servicios de salud si hubiere y la vigi-
lancia del cumplimiento del protocolo en cuanto a las especificaciones del plan terapéuti-
co.
9.4 No incumbe a la Unidad de Vigilancia determinar la aptitud para el trabajo de una perso-
na, sino la de brindar las pautas de tratamiento en una entidad neutral y manteniendo la
confidencialidad de los trabajadores.
73
ANEXO IV
Los instrumentos diagnósticos que se adjuntan son los que aplica la Confederación
Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) de España, y cuyo uso ha acordado el PIT-CNT
RIESGOS Y DAÑOS
¿Consideras que en tu empresa/sección/puesto de trabajo hay alguno de los siguientes problemas?
SI NO
1. Riesgo de accidente por sobre esfuerzo
2. Temperatura inadecuada
3. Humedad o sequedad excesiva
4. Ruido muy elevado o molesto para la realización del trabajo
5. Vibraciones transmitidas por máquinas o herramientas
6. Esfuerzo físico importante que produce fatiga
7. Manipulación de cargas pesadas
8. Mantenimiento de una misma postura durante mucho tiempo
9. Posturas forzadas para realizar algunas tareas u operaciones
10. Movimientos repetitivos demasiado frecuentes
11. Duración excesiva de la jornada de trabajo
12. Organización insatisfactoria de horarios o turno de trabajo
13. Ritmo de trabajo demasiado elevado
14. Trabajo monótono, rutinario, con poca variedad de tareas
15. Trabajo aislado o que dificulta el contacto con los compañeros
16. Falta de medios adecuados para la realización del trabajo
17. Conflictividad con los clientes o usuarios
18. Mal clima de relaciones entre los compañeros
19. Poca capacidad de decisión sobre cómo realizar el trabajo
20. Pocas posibilidades de promoción
21. Agresividad, acoso sexual o violencia
22. Malas relaciones con los jefes, mandos o encargados
23. Dificultad de compatibilizar el trabajo en la empresa con el trabajo doméstico
24. Situaciones de discriminación laboral
25. Desconocimiento o formación insuficiente sobre los riesgos del propio trabajo
26. Excesiva demanda de rendimiento
27. Escaso grado de control sobre la propia tarea
28. Ausencia de objetivos claros
29. Exceso de responsabilidad
30. Exceso de tiempo muerto
31. Aislamiento social
32. Desarraigo (imposibilidad de aunar tu trabajo con tu proyecto vital)
33. Falta de reconocimiento de tu labor
34. Control sobre la totalidad del proceso en el que está inserto tu puesto
35. Alto índice de peligro en tu puesto de trabajo
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¿Conoces si en tu empresa, sección, o puesto de trabajo se han dado casos de alguno de los
siguientes problemas de salud?
En caso afirmativo, ¿crees que tienen relación con las condiciones de trabajo?
1. Enfermedades infecciosas
3. Problemas respiratorios
4. Problemas digestivos
7. Estrés
8. Depresión
5
75
Como en el muelle,
"TOMA" DISTANCIA
Las adicciones no son fallas morales,
son enfermedades tratables y prevenibles,
no esperes a que sea demasiado tarde.
TE QUEREMOS AYUDAR
PROGRAMA DE PREVENCION DE CONSUMO DE ALCOHOL Y DROGAS EN EL AMBITO LABORAL
SEGURIDAD Y SALUD OCUPACIONAL
76
77
5. BIBLIOGRAFÍA
Este manual
se terminó de imprimir en el
Departamento de Publicaciones de OIT/Cinterfor
en Montevideo, agosto de 2008
500.08.2008
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