MACULUN
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Briofitas:características e información
Briofitas: características e información
Para empezar, las briofitas son parte del grupo de plantas terrestres no vasculares del Reino
Plantae, que posee 3 divisiones:
1. Marchantiophyta (hepáticas)
2. Anthocerotophyta (antocerotófitos)
3. Bryophyte (musgos)
En sentido estricto, las briofitas son los musgos, pero en su sentido amplio la palabra designa a
dichas divisiones.
Las briofitas más comunes son los mus gos y las hepáticas, aunque son más conocidos los
primeros. Estas plantas son más antiguas que las vasculares y existen desde hace más de 400
millones de años. Como constituyen el linaje más antiguo de todos los de las plantas terrestres,
pudieron ser el eslabón entre las plantas meramente acuáticas y las terrestres.
Se identifican por su tamaño pequeño y su escasa altura y por colonizar hábitats difíciles para
las traqueófitas, como las superficies húmedas de las rocas. Pueden crecer también en las
paredes, en los troncos de los árboles y en general, en sitios a la sombra. El número total de
especies de briofitas se estima entre 12,500 y 15,000 alrededor del mundo, aunque pueden ser
hasta 20,000.
Está claro que las briofitas están desprovistas de tejidos vasculares verdaderos. Entonces,
¿cómo sobreviven? Algunas tienen tejidos simples especializados en el transporte del agua que
aprovechan de otras plantas, pero otras absorben el líquido y los minerales disueltos sobre las
superficies que habitan por medio de las hojas; posteriormente, el agua se mueve por acción
capilar hacia el resto de la planta, gracias a que las hojas y los tallos normalmente se
superponen o exhiben escamas.
Rizoides. Funcionan a modo de raíces; son una especie de pelos que se fijan al sustrato
pero son simples estructuras para evitar que la planta se mueva. Absorben el agua y
los nutrientes por acción capilar.
Filidio. Se llama así a lo que sería una hoja en las plantas vasculares. Los filidios tienden
a emerger de los caulidios y no crecen más que unos cuantos milímetros o
centímetros. Los musgos suelen tener hojas en espiral, mientras que las de las
hepáticas forman 3 filas, sin un nervio central.
Tipos de briofitas
Una vez conocidas las características de las briofitas y su descripción, vamos a descubrirte los
diferentes tipos que existen. Son los siguientes:
Musgos. ¿Has visto cómo unas plantas bajas forman una especie de alfombrilla debajo
de árboles o encima de las rocas? Seguramente son musgos, las briofitas más famosas.
Casi todos tienen un tallo o caulidio central y filidios sumamente pequeños. El caulidio
es débil, corto y verde en sus primeras etapas. En algunas especies es más bien grueso
y crece de forma vertical, por lo que visto de cerca parece una planta vascular. Los
filidios miden de 0.5 a 4 milímetros de longitud y cuando los tallos crecen, los filidios
que quedan atrás mueren. La mayoría de los musgos tienen una consistencia suave y
son muy absorbentes, así que no es raro que hayan sido utilizados como relleno de
objetos. Increíblemente, algunos pueden soportar niveles extremos de deshidratación
y “revivir” con un poco de agua. Todos los musgos son plantas sin flores y sin semillas,
por supuesto.
Hepáticas. Estas son plantas muchas veces confundidas con musgos. De 2-20
milímetros de ancho, algunas crecen formando una estructura llamada “talo”, que se
reconoce por su aspecto enraizado y así reciben el nombre de hepáticas talosas. Otras
hepáticas poseen hojas en los tallos y se les tipifica como hepáticas frondosas. Se les
encuentra en ambientes terrestres y semiacuáticos.
Amenazas y conservación
Las briofitas son muy importantes para los ecosistemas. No tienen la misma importancia
económica que las plantas leñosas y las plantas con flores, no hay madera que utilizar ni frutos
para aprovechar, pero algunas son usadas como componentes de ciertos combustibles, en
especial los musgos del género Sphagnum. Se les considera indicadores de la contaminación
del aire. A lo largo de la historia, algunas especies se han usado como rellenos, como
selladores y como materiales de decoración. Y dado que algunas son muy absorbentes y
antisépticas, se les usó como material de curación, hecho notable hace muchos años.
Sin embargo, se clasifican dentro del grupo de las traqueofitas, pues sí poseen sistema
vascular, lo que las hace considerablemente diferentes de los musgos, las hepáticas y los
antoceros (Bryophyta sensu lato), que son plantas terrestres no vasculares.
Aunque no están relacionadas filogenéticamente entre sí, los botánicos han incluido en el
grupo de las pteridofitas a las 2 clases de plantas vasculares “inferiores” existentes:
Polypodiopsida (la de los helechos y las colas de caballo) y Lycopodiopsida (la de los licofitos).
Existen alrededor de 15.000 especies de pteridofitas en la actualidad, lo que las hace un grupo
verdaderamente abundante, precedido únicamente por las angiospermas. Son, además, un
grupo sumamente diverso, no solo en tamaños y formas, sino también en hábitos y
distribución.
Así como es cierto para otras plantas “superiores”, es en las regiones tropicales que
encontramos la mayor diversidad de pteridofitos, en vista de que muy pocas especies han sido
descritas para climas templados. No obstante, gran cantidad de especies de helechos, por
ejemplo, son crecidas como plantas ornamentales en todo el mundo.
Es importante comentar además que, dado que son plantas con estructuras y ciclos de vida
relativamente simples, estas tienen un gran valor desde el punto de vista filogenético y
sistemático para la comprensión general de la estructura y evolución de las plantas
“superiores”.
Las pteridofitas tienen características muy particulares que las distinguen de otros grupos de
plantas como los briofitos (no vasculares), angiospermas y gimnospermas (vasculares con
flores y semillas o solo semillas, respectivamente).
– Son plantas vasculares, es decir, poseen un sistema interno para la conducción de agua y
de materia elaborada (xilema y floema).
– Tienen hojas, a menudo conocidas como frondas, también llamadas microfilos las más
pequeñas, y megafilos las más grandes; raíces y tallos. Algunas especies de helechos, por
ejemplo, tienen troncos verdaderos.
– Son plantas heterospóricas, lo que quiere decir que producen dos tipos de esporas
diferentes: una megaspora y una microspora. Las megasporas germinan dando lugar a los
gametofitos femeninos (arquegonios) y las microsporas germinan para dar lugar a los
gametofitos masculinos (anteridios).
– Aunque son plantas sumamente comunes, ninguna de las especies descritas hasta ahora se
cultiva como planta alimenticia, aunque algunos brotes foliares de algunas son consumidos en
algunas latitudes.
En todas las plantas vasculares, es decir, en los traqueofitos, el sistema vascular de conducción
incluye dos tipos de tejidos:
– El xilema, formado por unas células tubulares conocidas como traqueidas y especializado en
la conducción de agua y nutrientes minerales.
– El floema, formado por unas células conocidas como los elementos cribosos y especializado
en la conducción de savia o material nutritivo elaborado.
Configuración
En el “interior” de los tallos y las raíces los tejidos vasculares forman un cilindro que se conoce
como estela, cuya conformación más sencilla (protostela) consiste en un xilema central,
rodeado por una “banda” de floema; donde ambos tejidos están rodeados por una
endodermis denominada periciclo.
Sifonostela
La mayor parte de los pteridofitos tienen lo que se denomina sifonostela, que consiste en una
“médula” central alrededor de la cual se ubican los tejidos vasculares formando un cilindro que
la rodea.
Una importante diferencia entre los pteridofitos y otras plantas vasculares tiene que ver con el
hecho de que cuando los órganos de los primeros maduran, estos no aumentan de diámetro,
lo que sí ocurre con las últimas gracias a unas células especiales que forman un tejido
denominado cambium.
Clasificación
Las divisiones Equisetophyta y Psilotophyta comprenden dos clases más o menos conocidas:
Equisetopsida (donde se clasifican las plantas “cola de caballo”) y Psilotopsida (donde se
clasifican los “helechos escobilla”).
Reproducción
Los pteridofitos tienen un ciclo de vida que presenta una alternancia de generaciones
“verdadera”, pues tanto la fase haploide como la diploide son de vida libre.
Los gametofitos surgen de la germinación de dichas esporas y son los que se encargan de
originar, por mitosis, a los gametos (femenino y masculino).
Tanto los esporofitos como los gametofitos son “individuos” multicelulares fotosintéticos y de
vida libre. Los gametofitos, a menudo conocidos como “protalos”, crecen en lugares muchos
más húmedos y fríos que los esporofitos, pues son altamente dependientes de agua.
Esta dependencia se debe a que los anteridios (los gametofitos masculinos) liberan los
gametos masculinos (anterozoides) para que alcancen (por el agua) a los arquegonios (los
gametofitos femeninos) donde se encuentran las ovocélulas, para que se produzca la fusión
gamética y la formación del cigoto, es decir, durante la reproducción sexual.
El cigoto producto de esta fusión se divide para dar lugar, posteriormente, al esporofito
diploide (2n) que, al producir esporas por meiosis, forma nuevos gametofitos que vuelven a
cumplir el ciclo.
Sexualidad
Los gametofitos de los pteridofitos pueden clasificarse como dioicos, si existe un organismo
individual masculino y otro femenino, o como monoicos, cuando el mismo gametofito produce
anteridios y arquegonios.
Cuando se trata de gametofitos monoicos, estos puede, a su vez, definirse como protándricos
y como protogínicos, dependiendo de si los anteridios maduran antes que los arquegonios o
viceversa, respectivamente.
Nutrición
Como la mayor parte de las plantas vasculares terrestres, los pteridofitos son plantas
autotróficas, es decir, son organismos que “producen su propio alimento” a través de
la fotosíntesis (fotosintéticos).
Con lo anterior entendemos que este grupo de vegetales requiere fundamentalmente: energía
lumínica (principalmente proveniente de los rayos del sol), dióxido de carbono (CO2) y agua, a
fin de poder llevar a cabo los procesos metabólicos necesarios para la formación de sus tejidos.
También necesitan nutrientes minerales, los cuales pueden obtener directamente del suelo a
través de sus raíces (son absorbidos con el agua) o de los sustratos donde crecen, que pueden
ser otras plantas (para las especies epífitas) o materia vegetal descompuesta, por ejemplo.
Ya que la división más importante dentro de los pteridofitos corresponde a los “helechos
verdaderos”, mencionaremos algunas especies relevantes:
Este helecho muy conocido pertenece a la familia Polypodiaceae, que se clasifica dentro del
orden Polypodiales de la clase Polypodiopsida, de la división Polypodiophyta.
Es muy conocido por su popularidad como planta ornamental, por lo que representa cierto
interés económico en materia de horticultura.
No todos los helechos y demás pteridofitos son plantas pequeñas, el helecho arborescente
australiano, Cyathea cooperi, tiene una gran envergadura que lo caracteriza, pues puede
alcanzar hasta los 15 metros de altura y troncos de hasta 30 cm de diámetro en su ambiente
natural.
A pesar de lo que sugiere su nombre, este helecho también es muy cultivado alrededor del
mundo para la decoración de jardines, pues es de fácil cultivo y resiste bastante bien las bajas
temperaturas y la estacionalidad del clima.
De origen asiático, el helecho rojo, también conocido como helecho del ocaso, es un helecho
sumamente conocido de la especie Dryopteris lepidopoda. Su popularidad también tiene que
ver con su amplia utilización como planta ornamental, pues la tonalidad de sus hojas suele ser
muy atractiva en el mundo del paisajismo.
Espermatofitas
Puede ser que las conozcas como fanerógamas, espermatofitas o espermatófitas, pero en todo
caso forman parte de lo que se ha llamado “plantas superiores”. Al igual que las pteridofitas,
como helechos y afines), son plantas vasculares, es decir, con tejidos conductores que
transportan y distribuyen sustancias vitales. Una de sus características más importantes es que
producen semillas.
Si quieres saber más sobre ellas, no te pierdas este artículo de BIOenciclopedia donde veremos
cuál es la estructura de las espermatofitas y los tipos que hay.
La palabra “espermatofita” significa literalmente “planta con semilla” según los términos
griegos σπέρμα (sperma, que significa “semilla”) y φυτόν (fiton, cuyo significado es “planta”).
Además, la palabra “fanerógama” proviene del griego Σπερματόφυτα, en el
que phaneros significa "visible", lo que alude al hecho de que estas plantas poseen órganos
sexuales distinguibles.
Las semillas se convirtieron en una especie de innovación evolutiva de las plantas primitivas.
De esparcirse por medio de esporas, cuyo período de vida es breve, desarrollaron órganos y
estructuras anatómicas especializadas en un tipo de reproducción sexual. Se piensa que las
espermatofitas pudieron haberse originado a partir de pteridofitas.
El ejemplar más antiguo que se conoce pertenece al fósil de la especie Elkinsia polymorpha,
que vivió a finales del Devónico y al que se considera un “helecho con semilla”, miembro del
grupo Pteridospermatophyta, ya extinto. A principios del Mesozoico, la flora del planeta estaba
formada por una gran cantidad de plantas con semilla.
En general, la estructura de las plantas espermatofitas es más compleja que la de los helechos
y los musgos. A simple vista, las espermatofitas se distinguen por una o más raíces, un tallo
único o ramificado en los laterales, hojas y en muchos casos, flores y frutos.
1. El embrión que aparece como resultado de la unión del polen y el óvulo y corresponde
a un esporófito joven.
Gimnospermas: son plantas leñosas que producen otras estructuras a las cuales se
suele llamar también flores, pero no son tal como las conoces pues pueden estar
reunidas en conos, los cuales son masculinos o femeninos. Las semillas se producen de
forma individual, ya sea en las escamas de los conos, en los extremos de los tallos o en
conjuntos de hojas.
Tres cuartas partes de las plantas que conoce el ser humano son plantas con flores, es decir,
las angiospermas, y proporcionan alimento a muchísimos más organismos vivos. Además, las
gimnospermas brindan el oxígeno que liberan como consecuencia de su fotosíntesis y de ellas
se aprovecha, principalmente, la madera.
Casi cualquier parte de las espermatofitas es aprovechable por el ser humano, pero con el
tiempo se han suscitado problemas relacionados con ello. La sobreexplotación y la tala ilegal
o inmoderada son factores que derivan de las actividades humanas que buscan satisfacer
necesidades como el desarrollo urbano, la alimentación o la vestimenta. Sin embargo, esto
afecta una gran cantidad de especies de plantas en todo el mundo y, por lo tanto, a la
biodiversidad.
Las plantas espermatofitas son plantas que se desarrollan a partir de semillas y que se dividen
en angiospermas y gimnospermas. Aunque las angiospermas son las dominantes, las
gimnospermas son plantas curiosas y con características inusuales. Por ejemplo, la producción
de semillas desnudas. Son plantas cosmopolitas, pero dominan sobre todo en climas fríos.
En este artículo de EcologíaVerde definimos las plantas gimnospermas: qué son, sus
características y algunos ejemplos, así como las principales diferencias de estas con las
angiospermas.
Las gimnospermas son plantas que se desarrollan prácticamente en todas las zonas del mundo,
pero son dominantes sobre todo en climas fríos y árticos, como en la taiga. Aprende todo
sobre Qué es la taiga, su definición y características con este otro post de EcologíaVerde.
Algunas también son utilizadas como plantas ornamentales por su madera de alta calidad.
Además, las gimnospermas son plantas muy altas y longevas, unos rasgos que las diferencian
claramente de otros tipos de plantas. A continuación, veremos más de sus características.
Las gimnospermas son plantas muy antiguas. De hecho, han sido las primeras plantas
terrestres en producir semillas y datan de finales del periodo Carbonífero. Esto fue posible
gracias, entre otras cosas, a que en su reproducción pueden prescindir del agua, siendo
polinizadas gracias al viento.
En cuanto a su estructura, son plantas leñosas de apariencia arbórea y que presentan raíces,
tallos, hojas y semillas (embrión de la planta que resulta de la fertilización). Son plantas
vasculares, es decir, poseen tejidos vasculares que les permiten distribuir el agua y otros
recursos desde las raíces a las hojas.
Los conos masculinos están formados por una escama y dos sacos polínicos formadores de
granos de polen. Los femeninos son de mayor tamaño y contienen una escama con dos
óvulos. Los gametos son los granos de polen y los óvulos.
Existen más de 1.000 especies de gimnospermas divididas en 88 géneros. Algunas son muy
conocidas como los abetos, los pinos, los cedros, los cipreses, los enebros o las araucarias.
Algunos ejemplos de plantas gimnospermas son:
Pinophitas
Popularmente conocidas como coníferas, existen algo más de 600 especies de plantas leñosas.
Las hay de hojas perennes y caduca, generalmente en forma de aguja. Algunas son:
Ginkgophitas
Este grupo incluye a varias especies extintas y solo una viva. A menudo se consideran fósiles
vivientes. Esta especie única es el Ginkgo biloba. Además, es muy usada como planta
medicinal por sus grandes
Cycadophitas
Cycas revoluta.
Zamia furfurácea.
Gnetophitas
Forman enredaderas o pequeños arbustos, con tallos cortos y hojas con escamas.
Welwitschia mirabilis.
Gnetum gnemon.
Ephedra distachya.
Tanto las plantas gimnospermas como las angiospermas son plantas vasculares
espermatofitas (producen semillas). Sin embargo, las principales diferencias entre las plantas
gimnospermas y las plantas angiospermas son:
Las gimnospermas no poseen las flores típicas de angiospermas, sino que suelen tener
conos.
Las hojas de angiospermas suelen ser planas, mientras que las de gimnospermas
suelen ser puntiagudas o en aguja.
Las angiospermas suelen ser plantas estacionales, mientras que las gimnospermas
suelen ser perennes.
También te damos algunos ejemplos de plantas angiospermas para que veas más claras sus
diferencias con las plantas gimnospermas:
Árbol de aguacate.
Caña de azúcar.
Jengibre.
Margaritas.
Trigo.
Cebada.
Melocotonero o duraznero.
Manzano.
Naranjo.
mundo vegetal incluye una gran diversidad de plantas. Desde aquellas que nos son más
conocidas porque llenan de color los parques y jardines de nuestras ciudades o las que forman
parte indispensable de nuestra dieta, hasta esas otras plantas que son grandes desconocidas
porque solo las hemos visto en documentales de lugares exóticos y lejanos.
Sin lugar a dudas, adentrarse en el conocimiento de la flora es uno de los descubrimientos más
sorprendentes que la naturaleza nos regala. Para ello, saber algunos datos básicos sobre su
clasificación y características, será muy útil y nos permite diferenciar los diferentes grupos y
clases de plantas que nos rodean. De esta forma, uno de los primeros pasos a seguir en el
conocimiento de la flora, es la distinción entre plantas con flor (angiospermas) o plantas sin
flores (gimnospermas). Sus nombres provienen del griego y, en el caso de las plantas
gimnospermas, el prefijo Gimnos hace referencia a lo desnudo y sin protección, como es el
caso de estas plantas, en las cuales los órganos reproductores vegetales y las semillas aparecen
desnudos, sin envolturas florales que los protejan ni la formación de frutos. En cambio, en
aquellas que pertenecen al grupo de las angiospermas sucede lo contrario, estambres, pistilos
y demás estructuras reproductoras vegetales forman parte de maravillosas flores que,
posteriormente, darán lugar a frutos.
Sigue leyendo este artículo de EcologíaVerde para descubrir más acerca de las plantas
angiospermas, qué son, sus características y ejemplos.
Las plantas angiospermas, comúnmente conocidas como plantas con flor, son las plantas
vasculares con semilla (espermatofitas) que constituyen un grupo realmente diverso y lleno
de características sorprendentes en cuanto a la forma y coloración de sus flores.
Este hecho se debe, principalmente, a la estrecha relación que guardan las plantas con flor con
sus polinizadores. Ya sean insectos, pequeños mamíferos o fenómenos naturales como el
viento, las angiospermas han tenido que desarrollar toda una serie de estrategias para que los
polinizadores se sientan atraídos por sus flores, lleguen hasta el polen y se encarguen,
posteriormente, de transportarlo hacia los órganos reproductores que se encuentran en otras
flores de la misma especie de plantas, consiguiéndose así llevar a cabo el proceso
de reproducción vegetal.
Están constituidas por órganos vegetativos bien diferenciados: raíz, tallo y hojas.
Sus flores son muy vistosas. Presentan sépalos, tépalos, carpelos, y órganos
reproductores femeninos (ovario con óvulos situados dentro del pistilo, el cuál cuenta
en su estructura con el estilo y estigma), así como órganos reproductores masculinos
(estambres con granos de polen). También te puede interesar aprender más sobre
este tema con este otro artículo de EcologíaVerde acerca de Cuáles son las partes de
una flor y sus funciones.
Ahora que ya conocemos sus principales características, pasemos a descubrir algunos ejemplos
de las plantas angiospermas en el siguiente apartado.
Como ya sabemos, todas las plantas con flores que habitan en cualquier rincón del planeta
pertenecen al grupo de las angiospermas. Si nos centrásemos, para poner algunos ejemplos de
plantas angiospermas, en aquellas que constituyen importantes fuentes de alimento para el
ser humano a nivel global, destacan algunos cereales y árboles frutales como:
La formación de flores y frutos que envuelven las semillas en las angiospermas, frente
a las semillas desnudas de las gimnospermas.
Las gimnospermas presentan conos, unas ramificaciones de crecimiento limitado que
frecuentemente son consideradas flores, mientras que las angiospermas cuentan con
vistosas flores que diferentes formas y colores.
Una característica común a casi todas las gimnospermas es que las hojas son
aciculadas, puntiagudas o en forma de aguja; mientras que las hojas de las
angiospermas tienden a ser planas y más redondeadas (aunque con una gran variedad
de formas).
La estacionalidad es distinta entre estos dos grandes grupos. Las plantas angiospermas
suelen ser plantas estacionales, de hoja caduca en otoño e invierno, mientras que las
plantas gimnospermas tienden a ser perennes y no pierden sus hojas durante los
meses fríos.
Una de las clasificaciones más utilizadas a nivel académico entre las plantas angiospermas, o
plantas con flor, es la que sirve para diferenciar entre monocotiledóneas y dicotiledóneas.
Estas dos palabras, que pueden sonar algo extrañas, representan dos grandes grupos de
plantas con diferencias muy importantes entre ellas.
Los cotiledones no son otra cosa que esa primera hoja primitiva que las plantas producen en
su forma de embrión. Es la que será su primera herramienta con la que recolectar luz solar y
poder hacer la fotosíntesis, por eso esta pequeña hoja llamada cotiledón tan importante.
Aprende más sobre este tema en este artículo de EcologíaVerde acerca de Qué es un
cotiledón, sus características y funciones.
Las plantas monocotiledóneas se caracterizan, como su nombre indica, por tener un único
cotiledón. Pero esta dista mucho de ser su única diferencia con las dicotiledóneas.
La última de las características básicas de las monocotiledóneas es que todas sus hojas
muestran nervaduras visibles, que se extienden a lo largo de las mismas en paralelo.
Palmera canaria
La Phoenix canariensis es una palmera originaria de las Islas Canarias, como su nombre indica.
Esta gran planta puede alcanzar hasta los 13 metros de altura, con hojas de hasta 7 metros de
longitud. Muestra un tronco de grandes dimensiones que en ocasiones llega a alcanzar e
incluso superar el metro de diámetro, y es una planta muy popular en jardinería por su gran
resistencia tanto a las altas como a las bajas temperaturas.
Tulipanes
Se cree que hay alrededor de 150 especies de tulipanes, sin contar con su enorme cantidad de
híbridos. Estas plantas bulbosas, que tienen su origen en Oriente Medio, son muy apreciadas
en jardinería y decoración como flores ornamentales, ya que sus colores son muy llamativos y
vivos. Son unas plantas con flor muy conocidas, así que si te gustan y quieres tenerlos en casa,
te recomendamos esta guía sobre Cómo cuidar tulipanes en maceta.
Banano
La musa paradisíaca es una herbácea que llega a crecer hasta los 4 metros de altura,
mostrando grandes hojas que alcanzan los 2 metros de longitud. Tiene su origen en la región
indomalaya, y se le conoce sobre todo por su fruto: la banana, que es consumida en una gran
cantidad de países.
Bambú
De nombre científico Bambusoideae, esta planta proveniente de China es muy conocida por su
gran capacidad de crecimiento. Sus tallos leñosos se han usado tradicionalmente para la
creación de muebles y estructuras de todo tipo. Hay bambús que no superan el metro de
altura, mientras que los más grandes pueden llegar a los 25 metros.
Por último, las plantas dicotiledóneas pueden producir madera, por lo que cuentan
con un tronco verdadero. Todas ellas muestran anillos anuales en su tronco y ramas.
Dicotiledóneas
Una
plántula dicotiledónea (Fuente: Gnan Sri Varsh [CC BY-
SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)] vía
Wikimedia Commons)
¿Qué son las dicotiledóneas?
Las dicotiledóneas son un grupo
de plantas pertenecientes a las angiospermas,
caracterizadas por la presencia de dos hojas
primordiales o cotiledones en el “cuerpo” del embrión
que está dentro de sus semillas.
Las angiospermas pertenecen al grupo de las espermatofitas, es decir, plantas con semillas, y
corresponden al grupo de las plantas con flores. Las plantas pertenecientes a este nivel
taxonómico han sido tradicionalmente clasificadas como monocotiledóneas y dicotiledóneas,
principalmente en base a las características del embrión en sus semillas, aunque ambos grupos
se diferencian en muchos otros aspectos.
Si bien aún no está completamente esclarecido, existen dos hipótesis para la “posición”
filogenética de las dicotiledóneas en la historia evolutiva de las angiospermas: la primera
afirma que las plantas con semillas son un grupo monofilético y que las dicotiledóneas forman
parte de las especies más ancestrales del grupo de las plantas con flor.
La segunda, en cambio, apoyada por algunos análisis bioinformáticos, propone que las plantas
con semillas no son de origen monofilético (el mismo ancestro común) y que posiblemente el
ancestro más “distal” del grupo de las angiospermas sea una planta monocotiledónea o similar
(un pteridofito).
Pasando por alto el inconveniente lógico que supone determinar cuál es el origen del grupo, es
importante establecer que se trata de un grupo sumamente importante de plantas, tanto
desde el punto de vista de la biodiversidad como desde el punto de vista antropocéntrico
(basado en el ser humano).
Dicho esto, es bueno saber que las plantas pertenecientes a este grupo son las más
abundantes del reino vegetal, pues representan más del 75% de las plantas con flores.
Existen aproximadamente 200 mil especies de dicotiledóneas, entre las que se encuentran casi
todas las plantas domesticadas por el hombre para su alimentación y explotación industrial
(excepto los cereales y otras gramíneas, pues estos son monocotiledóneas).
Dependiendo del texto que se consulte, las plantas dicotiledóneas son descritas como
pertenecientes a un grupo monofilético o parafilético. Según algunos análisis moleculares y
morfológicos, todas las dicotiledóneas provienen de un ancestro común o surgieron en un
mismo evento evolutivo, es decir, son monofiléticas.
No obstante, el hecho de que no todas las dicotiledóneas presenten exactamente las mismas
características y que, de hecho, algunas parezcan estar más emparentadas con algunas
especies de monocotiledóneas (y viceversa) acrecienta las dudas respecto a la monofilia del
grupo. Más bien puede tratarse de un conjunto de plantas que evolucionaron en distintos
puntos de la historia, a partir de ancestros diferentes (parafilético).
Verdaderas cotiledóneas
Para solucionar este pequeño “problema” filogenético de las dicotiledóneas, muchos autores
han propuesto la “creación” o el “agrupamiento” de las plantas en un grupo más estricto, el
cual se conoce como el de las eudicotiledóneas o verdaderas dicotiledóneas.
No importa cuál sea la concepción filogenética que se tenga del grupo, estas plantas, en
general, comparten muchos aspectos fisiológicos y anatómicos fundamentales. A saber:
Las semillas
Diferenci
as entre una monocotiledónea y una dicotiledónea (Fuente: Flowerpower207 [CC BY-SA
(https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)] vía Wikimedia Commons)
El caracter taxonómico “clásico” que se emplea para distinguir a una planta dicotiledónea de
otra monocotiledónea es la estructura del embrión que contiene su semilla.
Las semillas de las plantas dicotiledóneas poseen un embrión con dos hojas embrionarias,
primordiales o cotiledonares, generalmente carnosas y ricas en sustancias de reserva que
nutren al embrión durante las primeras etapas de su desarrollo y durante el proceso inicial de
la germinación.
El embrión de una dicotiledónea está organizado anatómicamente de tal forma que se pueden
distinguir:
Que un grano de polen sea tricolpado quiere decir que este posee tres aberturas, espaciadas
equidistantemente y más o menos paralelas al eje polar del grano de polen. Dichas aperturas
corresponden a regiones diferenciadas del grano de polen por las que el tubo polínico puede
“salir” durante la polinización.
Aquellas dicotiledóneas que poseen más de tres aperturas en sus granos de polen se
consideran “más recientes” o “derivadas” de aquellas que poseen los granos tricolpados.
También existen dicotiledóneas con granos de polen inaperturados, poliporados y
policorporados, todos derivados de los tricolpados.
Las flores
Todas las plantas pertenecientes al clado de las eudicotiledóneas (y gran parte de todas las
dicotiledóneas) poseen flores “cíclicas”, lo que quiere decir que están organizadas en
“verticilos” cuyas piezas, el cáliz y la corola, están alternados. Además, poseen filamentos
estaminales muy delgados que comparten anteras bien diferenciadas.
Las hojas
Planta joven de aceite de ricino que
muestra sus dos prominentes hojas embrionarias (cotiledones), las cuales difieren de las hojas
adultas
Las dicotiledóneas poseen hojas de gran tamaño, con un patrón de nervaduras (venas)
reticulado, que podría describirse también como amplio y ramificado.
Este caracter en particular es de mucha utilidad para distinguir estas plantas de las
monocotiledóneas, que poseen hojas angostas con nervios o venas paralelos a la longitud de la
hoja (uno al lado del otro).
Las dicotiledóneas poseen tallos relativamente “duros”, que se distinguen de los tallos de las
plantas herbáceas (monocotiledóneas) en que no son estructuras compuestas por hojas, sino
por engrosamientos secundarios o deposición de sustancias resistentes en el tallo.
En estas plantas, el sistema vascular que está en el interior del tallo se dispone de forma
circular, rodeado por un tejido especial denominado endodermis. Los haces vasculares se
organizan de tal modo que el xilema corresponde a la porción más alejada de la endodermis, el
cambium está entre el xilema y el floema, y el floema está a una fracción de esclerénquima
vascular.
Entre la endodermis y la epidermis, que es el tejido que recubre al tallo, puede distinguirse una
“corteza” o parénquima.
La mayor parte de las plantas con flor (angiospermas) son dicotiledóneas; hablando en
términos porcentuales aproximados, las eudicotiledóneas (que comprenden gran parte de las
dicotiledóneas) representan más del 75% de todas las angiospermas conocidas sobre la
biósfera.
Buxales.
Trocodendrales.
Ranunculales.
Proteales.
Eudicotiledóneas centrales:
Berberidopsidales.
Dileniales.
Gunnerales.
Cariofilales.
Santalales.
Saxifragales.
Rósidas.
Astéridas.
Entre las rósidas y las astéridas están, quizá, los grupos más representativos y abundantes de
las dicotiledóneas. Como rósidas se clasifican los órdenes Geraniales, Myrtales, Celastrales,
Malpighiales, Oxalidales, Fabales, Rosales, Cucurbitales, Brassicales, Malvales y Sapindales.
Como astéridas se clasifican los órdenes Ericales, Gentianales, Lamiales, Solanales, Garryales,
Aquifoliales, Apiales, Asterales y Dipsacales.
Existen casi 200 mil especies de plantas dicotiledóneas en la naturaleza. Muchas de las plantas
que sirven de sustento tanto a los seres humanos como a otros animales son dicotiledóneas,
así como otras de interés industrial, medicinal y terapéutico, etc.
Prácticamente todos los árboles son dicotiledóneas, a excepción de aquellos que pertenecen a
especies de gimnospermas, las cuales pueden presentar más de dos cotiledones.
Entre algunas de las especies más representativas de estas plantas podrían destacarse:
Calendula officinalis
Calend
ula officinalis
También conocida como “botón de oro” o simplemente como “caléndula”, esta planta de
origen sur- europeo tiene un gran valor antropocéntrico desde el punto de vista medicinal,
pues es empleada directamente o en distintos preparados para aliviar dolencias de distintos
tipos; además también es popular por la belleza y resplandor de sus flores de color dorado o
naranja.
Helianthus annuus
Helianthus annuus
(Fuente:: H. Zell [CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)] vía Wikimedia
Commons)
Conocida comúnmente como “girasol común”, H. annuus es también una asterácea, cuyas
semillas son muy explotadas como alimento o para la extracción de aceites comestibles. Es una
planta de origen norteamericano y centroamericano, pero es cultivada en muchas regiones del
mundo.
Myristica fragrans
Myristi
ca fragrans
El fruto producido por los árboles de M. fragrans es conocido mundialmente como “nuez
moscada”, una especia muy importante, producida principalmente en Indonesia, donde tuvo
su origen. Pertenece al grupo de las magnoliales (dicotiledóneas) y se trata de un árbol de
hojas perennes o permanentes.
Persea americana
Los individuos de esta especie son árboles cuyo tamaño puede llegar a ser de hasta 18 metros
de alto. Producen un fruto tipo baya de diferentes tamaños (dependiendo del cultivar) que
tiene gran importancia económica mundial.
El país que lidera la producción de este rubro es México, seguido de Guatemala, Perú,
Indonesia y Colombia. Es consumido por su delicioso sabor y por sus beneficios y propiedades
nutritivas. Además, muchas industrias se dedican a la extracción del aceite de aguacate, que
también tiene importantes propiedades nutricionales y antioxidantes.
Lens culinaris
Lens
culinaris
Es una legumbre con alto contenido en fibra y proteína, popular en la comida de Oriente
Próximo y de muchos otros países del mundo. Estas plantas pueden alcanzar hasta 45 cm de
altura y producen modificaciones de su tallo en forma de zarcillos para sujetarse a las
superficies adyacentes.
Así como estos hay muchísimos más ejemplos de plantas dicotiledóneas, pues las frutas como
las manzanas, las peras, las ciruelas, los duraznos, las naranjas y mandarinas pertenecen a este
grupo. Todas las cucurbitáceas (la calabaza, el pepino, el melón y la sandía, por ejemplo)
también son plantas dicotiledóneas.
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