Expediente N 0018-2015-Pitc Analisis

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Año de la unidad, la paz y el desarrollo

TRANAJO FINAL
ANÁLISIS DE UNA PROBLEMÁTICA DE ÍNDOLE JURÍDICO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

´´EXPEDIENTE N* 0018-2015-PI/TC´´

ALUMNO:

HILMER ALDAIR CARRASCO ESCARATE

PROFESOR:

ALBERTO CARLOS MARTINEZ RONDINEL

PIURA, 10 de diciembre
DESARROLLO

1. ANTECEDENTES

El sistema jurídico no puede tolerar que una voluntad inexistente produzca efectos. Esto
significa que el derecho de propiedad no puede perderse sin la voluntad del titular, por
medio de la ilícita superposición de un falsario, pues esto vulneraría la dignidad
humana, la libertad individual y la libertad contractual.

En el EXPEDIENTE N* 0018-2015-PI/TC, los demandantes que si las víctimas,


estafadas por los falsificadores, son el tercero que obró de buena fe y el propietario
legítimo, este último no debería resultar perjudicado con la pérdida de su propiedad. Por
el contrario, debería ser el Estado quien indemnice al perjudicado por mantener
"notarios descuidados" o por el "error" que cometen los registradores al inscribir
documentos falsificados. Por otra parte, el propietario como el tercero de buena fe
son inocentes y víctimas del fraude, ambos se encuentra en una misma posición
valorativa por lo que resulta contradictorio que se perjudique, sin razón
justificativa, al propietario legítimo. De igual manera, el tercero no debería ocupar una
mejor posición jurídica frente al propietario legítimo, dado que ambos han actuado de
buena fe y confiaron honestamente en el registro. En ese sentido, el propietario legítimo
no puede perder su derecho por falsificación de documentos o suplantación de
identidad. Así, debe entenderse que el marco constitucional exige para la configuración
de la buena fe del tercero que este último haya verificado previamente el contenido y
autenticidad de los asientos registrales y de los títulos archivados. Así, resulta
inconstitucional que el tercero sea preferido al propietario legítimo en los supuestos de
falsificación de documentos y suplantación de identidad antes mencionados. Por lo
tanto, los demandantes piden Modificación de los artículos 2013, 2014, El artículo 5 de
la Ley 30313. En el sentido de La inconstitucionalidad del término "cancele" así como
el sentido interpretativo en virtud del cual el vocablo "anule" comprende las causas de
nulidad por falsedad documentaria o suplantación de identidad, establecidos en la
Primera disposición Complementaria y Modificatoria de la Ley 30313, en el extremo
que modifica el artículo 2014 del Código Civil.

El tribunal constitucional, menciona que el sistema registral en nuestro país ha


atravesado por etapas en las que sus debilidades permitieron que documentos
falsificados o emitidos sobre la base de la suplantación de identidad sean inscritos, en
detrimento de propietarios originarios, temática aludida en los argumentos de los
demandantes cuando cuestionan las disposiciones objeto de control constitucional en
este caso y la dilucidación de la presente controversia constitucional está
relacionada directamente con la evaluación en torno al efectivo cumplimiento o no
por parte del Estado, a través de las disposiciones cuestionadas de la Ley 30313, de
su deber de garantizar el derecho de propiedad y la seguridad jurídica en el marco de
la transferencia de bienes inmuebles.

En estos últimos años, el Perú se encuentra en un contexto de boom inmobiliario debido


a su altísima rentabilidad en el mercado. Ello, alegan los ciudadanos, ha generado
incentivos para despojar a los propietarios de sus terrenos a través de distintos medios
incluyendo, claro está, la falsificación de títulos o la suplantación de identidad de los
legítimos propietarios. Por lo tanto, más de cinco mil ciudadanos solicitan que se
declare la inconstitucionalidad del artículo 5 de la Ley 30313, "Ley de oposición al
procedimiento de inscripción registral en trámite y cancelación del asiento registral por
suplantación de identidad o falsificación de documentación y modificatoria de los
artículos 2013 y 2014 Código Civil y de los artículos 4° y 55° y la Quinta, Primera y
Sexta Disposiciones Complementarias Transitorias y Finales del Decreto Legislativo
1049", en cuanto regula los efectos de la "cancelación" de las inscripciones afectadas
por títulos falsos o en los que hubo suplantación, estableciendo que dichos efectos no
afectan la posición jurídica del tercero de buena fe.

El fin de las mafias que cometen fraudes inmobiliarios es aprovecharse de las


debilidades de los sistemas notarial, registral, fiscal y judicial para transferir bienes
ajenos de manera ilícita, a favor de terceros y demás adquirentes protegidos por el
principio de fe pública registral, a cambio de una contraprestación económica.

Por coherencia del sistema jurídico, el propietario original no puede perder su derecho
por falsificaciones o suplantaciones. Así, los demandantes mencionan los casos de otros
supuestos del ordenamiento jurídico (transmisión de títulos valores y adquisición de
bienes muebles) en los que la buena fe del tercero no es suficiente para despojar al
propietario original de su propiedad sin causa justificativa o, en todo caso, cuando se
advierte que no originó, permitió o tolere la situación de apariencia en que confió el
tercero de buena fe.
Por su parte Vallet De Goytisolo (1980) citado por Gonzales (2015, pág. 277) “el
registro es un instrumento de publicidad, con fines de garantía, que protege a los
terceros en el momento decisivo de circulación de la riqueza, pero fundamentalmente al
propietario en la conservación de su derecho”.

2. RESUMEN DE LA DECISIÓN (FALLO) QUE TOMA EL TRIBUNAL

La Sentencia del Tribunal Constitucional materia del presente informe jurídico es


emitida a raíz de la demanda de inconstitucionalidad planteada por cinco mil
ciudadanos, contra los artículos 5° de la Ley N° 30313, Ley de oposición al
procedimiento de inscripción registral en trámite y cancelación del asiento registral por
suplantación de identidad o falsificación de documentación y modificatoria de los
artículos 2013° y 2014° del Código Civil y de los artículos 4° y 55° y la quinta y sexta
disposiciones complementarias transitorias y finales del decreto legislativo 1049. No
obstante la parte accionante argumenta que las consecuencias de dicha norma afectarían,
principalmente el derecho constitucional a la propiedad de aquellos propietarios
originarios víctimas de suplantación de identidad o falsificación de documentos a fin de
ser despojados de sus bienes por mafias inmobiliarias en favor de terceros de buena fe,
el Tribunal Constitucional declara infundada la demanda basando su argumentación en
la preminencia de la seguridad jurídica, por sobre el contenido privado o civil de la
propiedad, el cual debe subyugarse a su contenido constitucional, en favor de los
intereses públicos. A pesar de ello, el Tribunal, excediendo sus facultades
interpretativas, desarrolla nuevos requisitos a fin de que sean amparados los derechos de
propiedad tanto del propietario víctima de un fraude por falsificación documentaria o
suplantación de su identidad, como del propio tercero, por sobre las ya establecidas en
el ordenamiento jurídico. En base a estos hechos, este informe concluye que la
Sentencia materia de análisis ha fallado correctamente al declarar infundada la demanda
incoada, pese a ello, los fundamentos que la sostienen carecen del adecuado método de
interpretación, al excederse en cuanto a los efectos que tienen las nuevos requisitos para
acceder o destruir la fe pública registral, en perjuicio de la propia seguridad jurídica que
su fallo desestimatorio dice defender.
3. LA MOTIVACIÓN JURÍDICA DE LA DECISIÓN

Declaro infundada la demanda, precisa las razones por las cuales se ordena Y se niega
algo. Por lo tanto, se analizaron varios supuestos:

El TC, en su calidad de instancia única para examinar la constitucionalidad de las


normas con rango legal, concluyó que las disposiciones sujetas a control no colisionan
con los preceptos consagrados en la Constitución. Concordamos con esta decisión y
consideramos que el sustento de ello se apoya en tres motivos concurrentes: i) la
justificación constitucional de la prevalencia del tercero de buena fe registral en el
artículo 2014 del c.c.; ii) la interpretación conforme a la constitución, el cual va dirigido
a los órganos jurisdiccionales; y iii) la obligación de estos de efectuar una motivación
cualificada cuando adviertan que la desigualdad entre las partes imposibilite la
aplicación uniforme de la norma sin vulnerar valores jurídicos superiores, de modo tal
que se verá obligado a ejercer un trato diferenciado. Por otra parte, verifico SOBRE LA
SUPUESTA VULNERACIÓN DEL DERECHO DE PROPIEDAD, SOBRE LA
RESPONSABILIDAD DE LOS NOTARIOS, ÁRBITROS, JUECES Y
REGISTRADORES, SOBRE LA SUPUESTA AFECTACIÓN DE LOS PRINCIPIOS-
DERECHOS DE DIGNIDAD, LIBERTAD INDIVIDUAL Y LIBERTAD
CONTRACTUAL y SOBRE LA SUPUESTA AFECTACIÓN DEL CARÁCTER
INALIENABLE DE LOS BIENES ESTATALES DE DOMINIO PÚBLICO,
ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 73 DE LA CONSTITUCIÓN.

4. LA INSTITUCIÓN JURÍDICA QUE ES OBJETO DE ESTUDIO

La Fe Pública Registral, en los casos de


fraude inmobiliario
LA INSTITUCIÓN JURÍDICA
QUE ES OBJETO DE ESTUDIO

La configuración del tercero de buena Fé, el


TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, emite
pronunciamiento sobre este asunto
A partir de este objeto de estudio podemos diferenciar conceptos relevantes en nuestra
legislación Peruana.

 LA PROPIEDAD es el derecho de mayor extensión que el sistema jurídico


reconoce a una persona con miras al aprovechamiento y explotación económica
de los bienes o realidades del mundo externo; en consecuencia, otorga a su titular
las prerrogativas de libertad de uso y disfrute, disposición para modificar el
derecho y protección frente a la interferencia ajena o inmunidad. En ese sentido,
el DERECHO REGISTRAL inmobiliario es el conjunto de normas que regulan
la inscripción, modificación, transferencias y extinción de derechos sobre los
bienes inmuebles en los registros públicos.
 El PRINCIPIO DE FE PÚBLICA REGISTRAL obra en aras de garantizar la
seguridad jurídica, no es menos cierto que éste no debería aplicarse en este tipo
de casos, toda vez que el tráfico comercial se realizaría únicamente en virtud de
las apariencias de los Registros Públicos, y no por medio de actos lícitos,
honestos y regulares, además es una manifestación del PRINCIPIO DE
LEGITIMACIÓN es decir, el contenido de los asientos se presumirá cierto y
producirá efectos mientras no sean rectificados o declarados inválidos. Por tanto,
quien adquiera alguna bien de buena fe, a título oneroso y lo inscriba en base a
esa información registral presumida exacta o correcta, deberá verse protegido
aunque el transferente no haya tenido dicho título o este sea anulado, rescindido o
resuelto en mérito de causas que no constan en el Registro.
 La INVIOLABILIDAD DE LA PROPIEDAD, el propietario no puede ser
perjudicado por una voluntad que nunca prestó, ni siquiera cuando del otro lado
se encuentre un tercero de buena fe, que en este caso no es más que un titular
aparente, nacido de la falsificación o suplantación; por lo que no existe
justificación para que se le otorgue preferencia.

5. ANÁLISIS PERSONAL

Este trabajo tiene como objetivo analizar desde un enfoque constitucional la tan
problemática figura del tercero de buena fe registral, no sin observar algunos criterios
que el derecho civil ha desarrollado sobre este asunto en razón a su especialidad. Así
pues, nos encargaremos de disgregar la ratio decidendi que conllevó a los magistrados
en voto mayoritario a resolver que el supuesto de hecho descrito y regulado en el
artículo 2014 del C.C, siendo esto sumamente paradójico considerando que una de las
garantías del Sistema Nacional de los Registros Públicos (Sinarp) es la seguridad
jurídica que la publicidad registral debería extender a los actos y derechos inscritos.

El fraude contra los propietarios, principalmente en el ámbito inmobiliario, es una


patología jurídica con repercusión en el ámbito social; es decir, lo entendemos como el
conjunto de conductas ilícitas en forma sistemática y organizacional en tanto
intervienen varios actores debidamente organizados destinadas a la circulación forzosa
de los bienes registrables, bajo el amparo o aparente cobijo de la legalidad, esto es, a
través de la apariencia de un negocio jurídico válido y eficaz de traslación de dominio,
respecto del cual el verdadero titular nunca participó, valiéndose del sistema notarial,
registral y de instituciones jurídicas tales como el tercero de buena fe, para convalidar e
imposibilitar la restitución del bien y/o la reparación de la lesión a la situación jurídica
del real propietario. Evidentemente, estos ilícitos penales socaban la seguridad jurídica
que irradia, dirige, informa e integra el sistema patrimonial, el marco institucional y la
economía de nuestro país.

Sin perjuicio de los derechos fundamentales invocados en la demanda de


inconstitucionalidad, y del pronunciamiento debido del TC sobre cada uno de ellos,
advertimos que la cuestión ha de resumirse en dos preceptos constitucionales en
colisión: i) el derecho fundamental a la propiedad y ii) el principio sustancial a la
seguridad jurídica en el tráfico de bienes. En cuanto a la propiedad, el TC hace lo propio
al señalar que este derecho fundamental no se limita en la concepción civilista, sino que
a nivel constitucional su alcance se expande abarcando al conjunto o pluralidad in totum
(STC 0008-2003-AI/TC, F.J. 26) de derechos subjetivos de índole patrimonial que goza
toda persona sobre los bienes, sean corpóreos o incorpóreos, registrables o no
registrables, muebles o inmuebles, fungibles y no fungibles, y todas la clasificaciones
que la doctrina civilista ha realizado

En contrapartida, el TC detecta que el otro precepto en disputa es el principio sustancial


a la seguridad jurídica en la circulación de los bienes propio del régimen económico
peruano. Por lo que la seguridad jurídica en el ámbito económico es el resultado de la
confluencia de ideologías originariamente antagónicas, pero condensadas actualmente
en un unívoco régimen.
Queda claro, en consecuencia, que la clase de buena fe prescrita por el principio de fe
pública registral, es la buena fe diligencia, por cuanto no basta que el tercero adquirente
haya tomado conocimiento de lo publicitado por los registros públicos, sino que
adicionalmente tiene el deber jurídico social de actuar diligentemente en las
transacciones económicas que efectúe. La buena fe establecida en esta disposición,
entonces, es un estándar de conducta de la cual deriva un conjunto de obligaciones a
cargo del tercero adquirente, quien estará conminado a cumplirlas si lo que busca es
mantener su adquisición ante cualquier eventual cuestionamiento de su buena fe. Pero,
¿cuáles son estos deberes? Al respecto, el doctor Gonzáles Barrón (2016) apunta que:
La buena fe exige al tercero una conducta diligente al momento de la adquisición, por lo
que se imponen deberes elementales de verificación e información, de tal suerte que no
basta alegar el simple desconocimiento, sino que, además, el sujeto que pretenda la
tutela se encuentra obligado a realizar una actuación conforme a los cánones mínimos
de honestidad en la adquisición. Sin embargo, el TC entiende perfectamente que este
deber de actuar con diligencia va más allá de lo que ordena textualmente la norma, por
ello, acoge lo desarrollado por la jurisprudencia de la Corte Suprema, según la cual
forma parte de la buena fe diligencia el verificar la posesión del bien objeto de
transferencia de dominio.

La aplicación del principio derecho de igualdad al extender tutela jurisdiccional efectiva


en los casos en que se presente el tercero de buena fe registral, es de especial
trascendencia, pues habíamos desarrollado previamente que uno de los criterios a ser
considerados por el juzgador al realizar la labor interpretativa del artículo 2014 del C.C,
es el cumplimiento por parte del propietario del deber de diligencia para proteger su
derecho. De aquí que, el juzgador que advierta, por añadidura, esta especial
circunstancia en la que un propietario víctima de las modalidades de suplantación de
identidad o falsificación documentaria, se encuentra en la obligación de dispensar un
tratamiento diferenciado para el caso concreto en razón de circunstancias diferentes.
7. CONCLUSIONES

 La sentencia de inconstitucionalidad emitida por el Tribunal Constitucional en el


caso del tercero de buena fe registral, por el cual se denunciaba la
incompatibilidad constitucional de las normas contenidas en la Ley 30313,
referidas a la protección de dicho tercero en los casos de cancelación del asiento
registral por causal de falsificación documentaria o suplantación de identidad. Al
respecto, concordamos con los fundamentos jurídicos esgrimidos en lo atinente a
la constitucionalidad de la ventaja establecida a favor de quien se ampara en el
registro para adquirir un derecho a título oneroso e inscrito en el asiento
correspondiente, por sobre el interés jurídico del propietario originario, siempre y
cuando los órganos jurisdiccionales interpreten la disposición normativa del
artículo 2014 del Código Civil, de conformidad con los fundamentos contenidos
en la presente sentencia.
 Se debe de proteger al propietario legítimo y al tercero de buena fe que fueron
estafados. De lo contrario, el circuito patrimonial no se edificaría sobre la base de
la honestidad, legalidad y corrección, sino por el fraude, engaño o pillaje. Por
otra parte, queda evidente que si se protegiese al tercero de buena fe antes que al
propietario perjudicado con la falsificación de documentos y suplantación de
identidad entonces podría suceder que el nuevo propietario, por efecto de su
buena fe, luego sufra también un fraude, con lo cual perdería el derecho antes
ganado por obra de un posterior tercero de buena fe.
 El juez, al resolver estas específicas controversias consistentes en la dilucidación
de la situación jurídica tanto del propietario originario como del tercero de buena
fe registral respecto de la propiedad sobre el bien objeto de litigio, deberá
observar las desigualdades naturales en lo que respecta a las condiciones
económicas, sociales y culturales entre las partes deberá dispensar tutela
diferenciada en aplicación ineludible del principio igualdad y las categorías de
discriminación y trato diferenciado por causas objetivas y razonables que lo
justifiquen. Y es que no puede exigirse el mismo grado de diligencia para quien
cuenta con todas las posibilidades de acceso a la información necesaria para
desplegar una serie de conductas adecuadas para la salvaguarda de sus derechos,
que la diligencia exigida por quien no tiene tales posibilidades debido a la falta
de garantía del goce de los derechos económicos, sociales y culturales como es
de presenciarse en las regiones del interior del país. Con todo ello, concluimos
que al propietario afectado en su derecho fundamental a la propiedad, le asiste la
garantía constitucional de la inviolabilidad de la propiedad consagrada en el
artículo 70 de la Constitución vigente, lo que supone que ante cualquier privación
absoluta en beneficio del interés general, el Estado tiene la obligación
constitucional de indemnizar los daños irrogados. Sin embargo, dicha medida es
casi imposible de lograrse en la realidad debido al precario desarrollo de la
responsabilidad civil de la administración pública en nuestro país. Este problema
nos llevó a pensar aunque no suficientemente por límites de extensión en una
propuesta alternativa consistente en la implementación de un seguro de
indemnización contra el fraude al propietario, cuyo fondo sea proveniente del
erario público.
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 Ley de oposición al procedimiento de inscripción registral en trámite y


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POSGRADO MAESTRIA EN DERECHO REGISTRAL Y NOTARIAL SISTEMA
REGISTRAL CONSTITUTIVO Y LA GARANTIA DEL DERECHO DE
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DE MAESTRO EN DERECHO REGISTRAL Y NOTARIAL PRESENTADO POR:
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