Caso Del Tercero de Buena Fe
Caso Del Tercero de Buena Fe
Caso Del Tercero de Buena Fe
ALUMNA:
ALYSSA MIRELY TOLEDO RODRIGUEZ
ICA – PERÚ
2023
DEDICATORIA:
A mis padres por su apoyo incondicional
y por ayudarme a salir adelante
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
CASO DEL TERCERO DE BUENA FE
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 5 y la Primera
Disposición Complementaria y Modificatoria de la Ley 30313.
En Lima, a los 5 días del mes de marzo de 2020, el Tribunal Constitucional, en sesión del Pleno
Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Ledesma Narváez, Miranda Canales, Ramos
Núñez y Sardón de Taboada, pronuncia la siguiente sentencia, con el abocamiento del
magistrado Ferrero Costa, aprobado en sesión de Pleno del 5 de .setiembre 2017, y el de los
magistrados Blume Fortini y Espinosa-Saldaña Barrera, conforme al artículo 30-A del
Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional. Asimismo, se agregan los fundamentos de
voto de los magistrados Miranda Canales, Ramos Núñez y Espinosa-Saldaña Barrera, y los
votos singulares de los magistrados Blume Fortini y Sardón de Taboada. Se deja constancia de
que el magistrado Ramos Núñez votará en fecha posterior.
1. ANTECEDENTES
A. PETITORIO CONSTITUCIONAL
Con fecha 15 de julio de 2015, más de cinco mil ciudadanos solicitan que se declare la
inconstitucionalidad del artículo 5 de la Ley 30313, «Ley de oposición al procedimiento de
inscripción registral en trámite y cancelación del asiento registral por suplantación de
identidad o falsificación de documentación y modificatoria de los artículos 2013 y 2014 del
Código Civil y de los artículos 4° y 55° y la Quinta y Sexta Disposiciones Complementarias
Transitorias y Finales del Decreto Legislativo 1049», en cuanto regula los efectos de la
«cancelación» de las inscripciones afectadas por títulos falsos o en los que hubo suplantación,
estableciendo que dichos efectos no afectan la posición jurídica del tercero de buena fe.
Por su parte, con fecha 4 de julio de 2018, el Congreso de la República del Perú contesta la
demanda, contradiciéndola y negándola en todos sus extremos.
B. DEBATE CONSTITUCIONAL
B-1. Demanda
Los ciudadanos alegan que el artículo 5 de la Ley 30313 y el artículo 2014 del Código Civil,
modificado por la Primera Disposición Complementaria y Modificatoria de la norma
impugnada, resultan inconstitucionales en tanto permiten que el propietario legítimo quede
despojado de su propiedad, en beneficio del tercero de buena fe, a partir de un título falsificado
o mediante la suplantación de identidad.
Señalan los demandantes que, en estos últimos años, el Perú se encuentra en un contexto de
boom inmobiliario debido a su altísima rentabilidad en el mercado. Ello, alegan los ciudadanos,
ha generado incentivos para despojar a los propietarios de sus terrenos a través de distintos
medios incluyendo, claro está, la falsificación de títulos o la suplantación de identidad de los
legítimos
propietarios.
En este sentido, argumentan los demandantes que el fin de las mafias que
Los demandantes indican que es una regla de sentido común que el comprador adquiera la
propiedad en la medida que el vendedor sea titular del derecho; en tal sentido, el comprador
solo podría ser propietario si el vendedor lo ha sido al ir momento de generarse la obligación
de enajenar.
Dicha regla, advierten los demandantes, se denomina «adquisición derivada», en la que subyace
la premisa de que el derecho de propiedad se traslada a otro sujeto en una relación de causa-
efecto. Por lo tanto, se señala en la demanda que si el vendedor no era el propietario legítimo
al momento de celebrar el contrato, entonces éste no habría transferido nada, toda vez que
«nadie da más derecho del que tiene (nemo plus iuris)».
propietario legítimo es quien celebra un contrato con el comprador sobre un bien inmueble; y,
ii) cuando este comprador, ahora aparente propietario del bien, celebra un siguiente contrato
con un tercero.
Esta parte señala que, en relación al primer escenario, no hay mayor discusión toda vez que,
como resultado de la nulidad del contrato, los efectos no se despliegan; es decir, no se produciría
la transferencia de propiedad. El problema surge, advierten los demandantes, en el segundo
escenario, en el cual a través de la modificación del artículo 2014 del Código Civil que realiza
la norma impugnada, el tercero se encuentra en una situación de relativa inmunidad frente al
vicio de nulidad del negocio jurídico que le antecede por causa de la falsificación de
documentos o por suplantación de identidad del propietario legítimo.
Los demandantes advierten que el resultado de esta modificación no es otro que legalizar o
convalidar los efectos del delito, tal como el lavado de activos; ello, añade esta parte, implica
que estas organizaciones criminales puedan aprovecharse de las debilidades del sistema
registral, para despojar a los propietarios legítimos, contraviniendo así la Constitución, que
protege el derecho de propiedad.
La parte demandante alega que la propiedad es el derecho de mayor extensión que el sistema
jurídico reconoce a una persona con miras al aprovechamiento y explotación económica de los
bienes o realidades del mundo externo; en consecuencia, otorga a su titular las prerrogativas de
libertad de uso y disfrute, disposición para modificar el derecho y protección frente a la
interferencia ajena o inmunidad.
registral obra en aras de garantizar la seguridad jurídica, no es menos cierto que éste no debería
aplicarse en este tipo de casos, toda vez que el tráfico comercial se re aría únicamente en virtud
de las apariencias de los Registros Públicos, y no por medio de actos lícitos, honestos y
regulares.
propiedad no puede perderse sin la voluntad del titular, por medio de la ilícita
También, indican los demandantes que si las víctimas, estafadas por los
falsificadores, son el tercero que obró de buena fe y el propietario legítimo, este último no
debería resultar perjudicado con la pérdida de su propiedad. Por el contrario, debería ser el
Estado quien indemnice al perjudicado por mantener «notarios descuidados» o por el «error»
que cometen los registradores al inscribir documentos falsificados.
Alegan los demandantes que, si tanto el propietario como el tercero de buena fe son inocentes
y víctimas del fraude, ambos se encuentran en una misma posición justificativa, al propietario
legítimo.
En ese sentido, alegan que el tercero no debería ocupar una mejor posición jurídica frente al
propietario legítimo, dado que ambos han actuado de buena fe y confiaron honestamente en el
registro.
En todo caso, añaden, la primacía debería inclinarse a favor del propietario legítimo, pues se
trataría del sujeto que representa la realidad jurídica y la regularidad del tráfico comercial,
además de ser amparado por la cláusula de inviolabilidad del artículo 70 de la Constitución. De
lo contrario, el circuito patrimonial no se edificaría sobre la base de la honestidad, legalidad y
corrección, sino por el fraude, engaño o pillaje.
de identidad, entonces podría suceder que el nuevo propietario, por efecto de su buena fe, luego
sufra también un fraude, con lo cual perdería el derecho antes nado por obra de un posterior
tercero de buena fe.
Los ciudadanos recurrentes afirman que la seguridad jurídica del tráfico comercial de bienes no
es un argumento suficientemente válido para dejar en indefensión al propietario, que tiene
consagrada constitucionalmente la inviolabilidad de su derecho.
principio de fe pública registral es racional; sin embargo, ello deja de ser así en
los casos de falsificación de documentos y suplantación de identidad, toda vez que se crearía
un derecho sobre la base de lo ilícito.
Explican los recurrentes que solo si el titular originario generó la apariencia que engaña al
tercero de buena fe, la posición jurídica de aquél quedaría desplazada a favor de este último y
de su conducta honesta.
sostienen que no hay culpa del propietario; y, por lo tanto, la pérdida de su derecho implicaría
un despojo ilegítimo, arbitrario y abusivo.
Por un lado, argumentan los demandantes que, por coherencia del sistema jurídico, el
propietario original no puede perder su derecho por falsificaciones o suplantaciones. Así, los
demandantes mencionan los casos de otros supuestos del ordenamiento jurídico (transmisión
de títulos valores y adquisición de bienes muebles) en los que la buena fe del tercero no es
suficiente para despojar al propietario original de su propiedad sin causa justificativa o, en todo
caso, cuando se advierte que no originó, permitió o toleró la situación de apariencia en la que
confió el tercero de buena fe.
Por otro lado, añaden los demandantes que, al aplicar la ponderación a los
Señalan, además, que con la norma impugnada se ha establecido un criterio peligroso que podría
despojar de su vivienda a cualquier persona en virtud de un título falso, bajo el pretexto de que
existe un tercero de buena fe; lo que afectaría el derecho a la vivienda adecuada consagrado en
el artículo 11.1 del Pacto nternacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
En consecuencia, señalan que el derecho a una vivienda adecuada incluye, entre otros
elementos, el aseguramiento de la tenencia, lo que permite gozar de un grado de seguridad
frente al desalojo forzoso, el hostigamiento y otras
amenazas.
Adicionalmente, los demandantes plantean que las citadas disposiciones deben ser declaradas
inconstitucionales por vulnerar también el artículo 73 de la Constitución, que establece que los
bienes estatales de dominio público son
Por consiguiente, los demandantes manifiestan que no es posible que la transferencia de un bien
estatal de dominio público se convalide a través de la figura del tercero de buena fe que la norma
impugnada tutela. Esto, a criterio de los demandantes, contravendría la Norma Fundamental,
en razón de que esta última privilegia el interés sobre el interés particular.
En tal sentido, esta parte argumenta que los particulares no pueden apropiarse de los bienes
estatales de dominio público, ya sea por venta, prescripción adquisitiva o por inscripción
registral de un título. Es decir, sostienen que no cabe la aplicación de la fe pública registral del
tercero frente al carácter de inalienabilidad que prohíbe la celebración de ventas sobre bienes
estatales de dominio público.
Sostienen los demandantes, en suma, que el propietario legítimo no puede perder su derecho
por falsificación de documentos o suplantación de identidad. Así, debe entenderse que el marco
constitucional exige para la configuración de la buena fe del tercero que este último haya
verificado previamente el contenido y autenticidad de los asientos registrales y de los títulos
archivados. Así, resulta inconstitucional que el tercero sea preferido al propietario legítimo en
los supuestos de falsificación de documentos y suplantación de identidad antes mencionados.
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA
Para reforzar su argumento, el demandado cita doctrina que sostiene que es evidente el drama
de los despojados por el fraude, pero más severo sería el daño a los terceros por la desconfianza
que tornaría frágiles a todas las adquisiciones; lo que generaría, a su vez, una sociedad de
propietarios petrificados.
Afirma el demandado que nuestra legislación protege al tercero de buena fe por ser diligente,
por cumplir con los requisitos establecidos en la ley, además de estar obligado a actuar
conforme a los cánones mínimos de honestidad en la adquisición; por lo que, al contar con el
mismo derecho de propiedad de quien hubiera sido víctima de fraude, tampoco puede ser
castigado por el despojo del bien.
En cuanto a la supuesta vulneración del principio de dignidad, sostiene el demandado que dicho
principio no se habría afectado porque en el supuesto de que a una persona se le hubiese privado
de su propiedad por falsificación u otros medios, ésta puede acudir a las autoridades
competentes para solicitar el resarcimiento del daño ocasionado.
Por otra parte, sobre la supuesta vulneración de los principios de iniciativa privada y economía
social de mercado, el demandado indica que, en nuestro sistema constitucional, la propiedad
privada no puede ni debe ser entendida como absoluta, debido a que ésta puede ser válidamente
limitada por el interés general.
Por lo tanto, afirma el demandado que el artículo 2014 del Código Civil debe interpretarse en
el sentido de que es aplicable solo a circunstancias excepcionales de tutela de terceros, cuya
conducta sea digna de valoración positiva.
FALLO
HA RESUELTO
3. INTERPRETAR que la aplicación en una decisión judicial del artículo 2014 del Código
Civil, modificado por la Ley 30313, en caso el propietario original haya sido víctima de
falsificación de documentos y suplantación de identidad y se encuentre en situaciones de
especial vulnerabilidad que hayan dificultado el cumplimiento de su deber
ANTECEDENTES.
PETITORIO CONSTITUCIONAL
Con fecha 15 de julio de 2015, más de cinco mil ciudadanos solicitan que se declare
la inconstitucionalidad del artículo 5 de la Ley 30313, «Ley de oposición al
procedimiento de inscripción registral en trámite y cancelación del asiento registral
por suplantación de identidad o falsificación de documentación y modificatoria de los
artículos 2013 y 2014 del Código Civil y de los artículos 4° y 55° y la Quinta y Sexta
Disposiciones Complementarias Transitorias y Finales del Decreto Legislativo
1049», en cuanto regula los efectos de la «cancelación» de las inscripciones afectadas
por títulos falsos o en los que hubo suplantación, estableciendo que dichos efectos no
afectan la posición jurídica del tercero de buena fe. La demanda se dirige también
contra la Primera Disposición Complementaria y Modificatoria de la norma
impugnada, en el extremo que modifica el artículo 2014 del Código Civil.
Específicamente, los ciudadanos pretenden que se declare la inconstitucionalidad del
término «cancele» así como el sentido interpretativo por el cual el vocablo «anule»
comprende las causas de nulidad por falsedad documentaria o suplantación de
identidad. Por su parte, con fecha 4 de julio de 2018, el Congreso de la República del
Perú contesta la demanda, contradiciéndola y negándola en todos sus extremos.
DEBATE CONSTITUCIONAL
Los ciudadanos alegan que en virtud del artículo 5 de la Ley N° 30313 y la resultante
Están directamente afectados por el Suplemento Primero y Reforma del artículo 2014
del Código Civil, ya que estas reformas permiten en beneficio de un tercero de buena
fe, se desposee de la propiedad del legítimo dueño, de títulos falsificados o mediante
robo de identidad. esos años, Perú se encuentra en un contexto de auge inmobiliario
por su altísima rentabilidad en el mercado.
Por su parte, los magistrados que recibieron un solo voto fueron Ernesto Blume
Fortini y Sardón De Taboada
En primer lugar, Miranda Canales está de acuerdo con la decisión de esta sentencia
porque considera que los derechos sociales y civiles se caracterizan por la
exigibilidad judicial.
(Artículo 70 de la Constitución.)
Esta regla tiene el efecto de dar de baja el registro por las siguientes razones:
La falsificación de documentos o el uso indebido de la identidad del legítimo titular
no tiene ningún efecto.
ANÁLISIS PERSONAL:
A. Relevancia de la Sentencia
Modificaciones a los artículos 2013 y 2014 del Código estos civiles son notorios
porque gran parte de la población tiene una idea equivocada de:
Violación por, o resultante de, título falso o suplantación de identidad derechos del
verdadero propietario.
Además, este fallo demuestra que el Estado no quiere violar los derechos de sus
ciudadanos.
B. ANÁLISIS DE LA RESOLUCIÓN DEL PROBLEMA JURÍDICO
Una disputa legal está definida por las disposiciones de la Ley 30313 que tratan sobre
principios.
Registro de buena fe:
falta de documentos y usurpación de identidad en estas circunstancias
datos personales, pero el objetivo principal es evitar esta inestabilidad jurídica.
ser producto de una venta ilegal de las ganancias conferidas por la hipótesis de la
falsificación.
CONCLUSIONES
Dijo que fue solo un malentendido y que Perú solo estaba tratando de hacerlo.
Proteger los derechos de terceros honestos distintos del titular.
Fuentes bibliográficas
- https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2020/00018-2015-AI.pdf