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Poder Judicial de la Nación

CAMARA CIVIL - SALA E

“Sucesión de Francisco Ernesto Grasso c/ Asta Lorena Claudia s/


Reivindicación”

Expte. n.° 106174/2013


Juzgado Civil n.° 20

En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República


Argentina, a los 23 días del mes de mayo del año dos mil veintidós, en acuerdo
la Sra. jueza y los Sres. jueces de la Sala “E de la Excma. Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, para conocer en los recursos de apelación interpuestos en
los autos caratulados: “Sucesión de Francisco Ernesto Grasso c/ Asta Lorena
Claudia s/ Reivindicación”, respecto de la sentencia de fs. 588/601, el tribunal
estableció la siguiente cuestión a resolver:

¿ES ARREGLADA A DERECHO LA SENTENCIA


APELADA?
Practicado el sorteo, resultó que la votación debía efectuarse en
el siguiente orden: Sra. jueza de cámara y Sres. jueces de cámara MARISA
SANDRA SORINI- JOSÉ BENITO FAJRE- RICARDO LI ROSI.

La Sra. jueza de Cámara, Dra. Marisa Sandra Sorini, dijo:


I. La sentencia de fecha 13 de mayo de 2021 admitió la
excepción de prescripción adquisitiva breve incoada por la demandada Lorena
Claudio Asta y, en consecuencia, rechazó la demanda entablada por las herederas
de Francisco Ernesto Grasso.
Contra este pronunciamiento, con fecha 17 de mayo de 2021 se
alzó la actora, quien expresó agravios en forma electrónica con fecha 25 de junio
de 2021.
Corrido el traslado de ley, estas críticas fueron contestadas por
la demandada el día dos de agosto de 2021.

Fecha de firma: 23/05/2022


Firmado por: MARISA SORINI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: RICARDO LI ROSI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, JUEZ DE CAMARA

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II. Estimo oportuno efectuar en primer término, un breve relato


de los hechos que motivaron el presente proceso.
A fs. 36/43 se presentó mediante apoderado Sonia Norma
Grasso, en su carácter de administradora judicial del sucesorio de Francisco
Ernesto Grasso (autos “Grasso Francisco Ernesto s/ Sucesorio-reconstrucción”,
expte. n° 723/1995 en trámite ante el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en
lo Civil y Comercial Segunda Nominación de Santa Fe), y promovió demanda de
reivindicación contra Lorena Claudia Asta y/o quien resulte poseedor del inmueble
sito en la calle Tacuarí 704, piso 7, Unidad Funcional Nro. 15 (“N”), de esta
ciudad. Señaló que con fecha 27 de marzo de 1967 adquirió el inmueble objeto de
autos, el que, desde esa fecha, fue habitado por la madre del Sr. Grasso, Julieta
Paolini de Grasso, y la hermana de este último, Beatriz Esther Grasso. Continuó su
relato e indicó que en el año 1980 falleció la Sra. Paolini, por lo que en el
inmueble continuó viviendo la Sra. Grasso. Con fecha 24 de julio de 1995 falleció
el Sr. Francisco E. Grasso. Las herederas de este último no tenían relación con su
tía, se comunicaban con el administrador del consorcio a efectos de tomar
conocimiento si las expensas eran pagadas y respecto del estado de salud de la Sra.
Grasso. Manifestó que en el año 2004, Graciela Grasso viajó a Buenos Aires a fin
de visitar a su tía, momento en el que se anotició que había fallecido el 20 de junio
de 2001 y que la vivienda estaba ocupada por gente desconocida. Añadió que en
esa oportunidad su hermana requirió una consulta con su abogado, solicitó un
informe de dominio y descubrió que con fecha 25 de febrero de 2002 el inmueble
fue vendido por un supuesto Francisco Ernesto Grasso a José Carlos Carambia.
Resaltó que, en esa fecha, no solo su padre ya había fallecido, sino que el número
de CUIT de quien figuraba en la escritura traslativa de dominio era distinto al de
su progenitor, de lo que concluyó que era evidente que otra persona se hizo pasar
por el verdadero titular. A su vez, dijo que con fecha 27 de mayo de 2004 el Sr.
Carambia vendió el inmueble a Lorena Claudia Asta, quien hasta la fecha habita el
departamento. Agregó que, con motivo de estos hechos, realizó una denuncia
penal, caratulada “NN s/ Defraudación” (Expte. 10.155/2008), causa que tramitó
ante el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción nro. 6, Secretaría nro. 118,

Fecha de firma: 23/05/2022


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actuaciones que luego continuaron ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional


Federal nro. 5, Secretaría nro. 9, donde se dispuso el archivo de la causa por
considerar que, pese a la prueba producida, no pudo identificarse a la persona que
utilizó el DNI para llevar a cabo la maniobra que le permitió vender el inmueble y
percibir el dinero producto de la venta.
A fs. 84/100 se presentó Lorena Claudia Asta y contestó
demanda. En primer término, realizó una negativa general y pormenorizada de los
hechos y la documentación del escrito de demanda. Manifestó que el año 2004
tomó conocimiento a través de un aviso publicado en el diario Clarín de la venta
del departamento sito en la calle Tacuarí 704, de esta ciudad y decidió adquirir su
primera vivienda única y permanente. Destacó que previo al acto de escrituración,
el escribano Villar verificó las condiciones de dominio del bien, la inexistencia de
restricciones personales del vendedor, el estudio del título hasta veinte años atrás y
luego labró la escritura en la que consta que adquirió el bien de buena fe y a título
oneroso. Indicó que del escrito de demanda surge que el Sr. Carambia, vendedor
del departamento, también adquirió el bien de buena fe y a título oneroso y resaltó
que el estafador logró vender el inmueble cuya propiedad la detentaban los
herederos de Grasso en el año 2002, 7 años después del fallecimiento de este.
Solicitó que la petición de la actora sea desestimada, en la medida que solo
pretende reivindicar el inmueble de autos y no solicitó la nulidad de los actos
jurídicos. A continuación, opuso –en su carácter de tercera interesada–, excepción
de prescripción de la acción de nulidad del acto jurídico celebrado con fecha 25 de
febrero de 2002 en los términos del art. 4030 del Código Civil y asimismo, opuso
excepción de prescripción adquisitiva breve en los términos de los artículos 3999 y
4005 del Código Civil, para lo que indicó que corresponde sumar la posesión del
Sr. Carambia y la suya como poseedores de buena fe, la que debe computarse
desde la fecha del primer título (25 de febrero de 2002), hasta la fecha de
contestación de demanda. Solicitó la citación como tercero del Sr. Juan Carlos
Carambia y/o sus herederos.
A fs. 105/106 la actora contestó la excepción de prescripción
adquisitiva breve y solicitó su rechazo, toda vez que entendió que no resulta de

Fecha de firma: 23/05/2022


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ninguna resolución de la causa penal ofrecida como prueba instrumental la buena


fe indicada por el Sr. Carambia o por la Sra. Asta. Asimismo, sostuvo que en
virtud de lo dispuesto por el art. 3982 bis del Código Civil, la prescripción quedó
suspendida en la medida en que promovió la querella penal correspondiente, lo
que importó la suspensión de cualquier presunta prescripción y que, además, esta
no operó porque la mediación de estos obrados se realizó con fecha tres de octubre
de 2002.
A fs. 106 y 104 se dispuso la citación del Sr. Carambia como
tercero, sin embargo, a fs. 182 la demandada desistió de esta citación.
A fs. 109 se difirió el tratamiento de la excepción de
prescripción para el momento de dictar sentencia definitiva, resolución que fue
consentida por las partes.
El Sr. juez de la instancia liminar, por razones de orden lógico,
en primer término, se abocó al tratamiento de esta cuestión, toda vez que, en caso
de hacerse lugar a la misma, quedaría sellada la suerte adversa de la reivindicación
promovida y resultaría abstracto analizar los argumentos de la demandante en
torno a la procedencia de esta acción real. Así las cosas, entendió que la escritura
falsificada es el caso típico de justo título, y que toda vez que el sucesor particular
de buena puede fe, puede unir la posesión a la de su autor si ambas son legales,
consideró que la compraventa a compraventa celebrada entre José Carlos
Carambia y Lorena Claudia Asta con fecha 27 de mayo de 2004, instrumentada
mediante escritura traslativa de dominio llevada a cabo por ante el escribano Jorge
A.P. Villar es idónea a los efectos de la unión de esas posesiones, ya que ambas
posesiones cuentan con la presunción iuris tantum de buena fe que establece el art.
4008 del Código Civil y que esto, sumado al hecho que desde la adquisición del
departamento por parte del Sr. Carambia con fecha 25 de febrero de 2002 hasta la
fecha en la que se celebró la mediación previa extrajudicial con fecha tres de
octubre de 2012, da cuenta que transcurrió en exceso el plazo decenal previsto por
la normativa, y que además, estimó que no se configuró ningún supuesto
suspensivo de la prescripción conforme fuera señalado por la actora al oponerse a

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esta pretensión, finalmente admitió la defensa de prescripción adquisitiva breve


esgrimida por la Sra. Asta y rechazó la demanda por reivindicación.
En esta alzada, la demandante se agravia por el rechazo de
demanda y manifiesta que en la sentencia recurrida se omitió dar tratamiento al
argumento fundamental esgrimido por ella, que es la inexistencia del acto jurídico,
por lo que el análisis en torno a la prescripción adquisitiva opuesta por la
demandada no corresponde ya que la condición de tercera adquirente de buena fe y
a título oneroso no resulta relevante para la resolución del caso bajo examen.
Finalmente, señala que quien otorgó el acto no era el verdadero propietario del
inmueble, ha fallado la autoría y por lo tanto el acto no está viciado, no es nulo,
sino que sencillamente, no fue y no resulta inoponible a este acto la prescripción
adquisitiva, por lo que tampoco le corresponde acreditar la mala fe de quien
adquirió el inmueble. Solicita se haga lugar a la apelación deducida, se revoque la
sentencia por contrario imperio y se haga lugar a la demanda.
III. Expuesto lo anterior, daré tratamiento a los agravios de la
actora.
Al respecto debo recordar que el art. 265 del Código Procesal
exige que la expresión de agravios contenga la crítica concreta y razonada de las
partes del fallo que el apelante considera equivocadas. Y en este sentido, el
contenido de la impugnación debe consistir en una fundamentación de cada uno de
los agravios que se tengan contra las partes del fallo que se consideren
equivocadas. Es decir, se relaciona con la carga que le incumbe de motivar y
fundar su queja, señalando y demostrando, punto por punto, los errores en que se
hubiere incurrido en el pronunciamiento, o las causas por las cuales se lo considera
contrario a derecho (Gozaíni, Osvaldo A., Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación. Comentado y Anotado, La Ley, Buenos Aires, 2006, t. II, p. 101/102;
Kielmanovich, Jorge L., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
Comentado y Anotado, Lexis Nexis, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2003, t. I, p.
426).

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Firmado por: MARISA SORINI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: RICARDO LI ROSI, JUEZ DE CAMARA
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Desde esta perspectiva, considero que las quejas de la


demandante ante esta alzada lejos se encuentran de cumplir, aunque sea
mínimamente, con los requisitos antes referidos. Me explico.
En efecto, he de resaltar que el sentenciante de grado para
decidir como lo hizo tuvo en consideración: a) Que la escritura falsificada –como
se da en el caso de autos–, es el caso típico de justo título, ya que contiene todos
los recaudos formales, sin perjuicio de que emana de un no propietario; b) que en
estas actuaciones estamos frente a un caso de venta a non dominio, ya que una
persona de la cual no se pudo establecer su identidad, impostó la identidad del
fallecido padre de la actora y vendió el inmueble de marras al Sr. Juan Carlos
Carambia en fecha 25 de febrero de 2002, y este a su vez, vendió la propiedad con
fecha 27 de mayo de 2004 a la Sra. Lorena Claudia Asta, demandada en estas
actuaciones; c) que en los términos del art. 4003 del Código Civil, se presume que
el poseedor actual, que presente en apoyo de su posesión un título traslativo de
propiedad, ha poseído desde la fecha del título, si no se probare lo contrario; d)
que por su parte, el art. 4004 del Código Civil prevé que el sucesor particular de
buena fe puede prescribir, es decir, que puede unir su posesión a la de su autor, si
las dos posesiones son legales; e) que conforme lo dispuesto por el art. 4008 del
Código Civil, se presume siempre la buena fe, y basta que haya existido en el
momento de la adquisición, concordantemente, con lo que enuncia el artículo
2362, de dicho código, en la medida en que refiere que todo poseedor tiene para sí
la presunción de la buena fe en su posesión, hasta que se pruebe lo contrario, salvo
los casos en que la mala fe se presume; f) que así las cosas, la parte que quiera
destruir la referida presunción de buena fe debe rendir la prueba en contrario de
que el poseedor era de mala fe; g) que conforme las constancias de autos, la
compraventa celebrada entre José Carlos Carambia y Lorena Claudia Asta con
fecha 27 de mayo de 2004 es idónea a los efectos de la unión de esas posesiones,
toda vez que la actora no logró probar que José Carlos Carambia y Lorena Claudia
Asta hayan obrado de mala fe; h) que desde la fecha de la primera adquisición del
departamento el 25 de febrero de 2002, hasta el día de la celebración de la
audiencia de mediación previa extrajudicial el tres de octubre de 2012, transcurrió

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en exceso el plazo decenal previsto por el art. 3999 del Código Civil; i) que la
defensa de suspensión de la prescripción opuesta por la demandante por haber
realizado la querella criminal, no constituye un supuesto que encuadre dentro de lo
dispuesto por art. 3982 y 3986 del Código Civil, y que en consecuencia,
corresponde rechazar este planteo defensivo.
Luego del análisis realizado, el Sr. juez de la instancia de origen
concluyó que en la medida en que la demandada contó con justo título y buena fe,
que transcurrió el plazo decenal de la prescripción adquisitiva breve, y que la
demandante no logró probar ningún acto suspensivo o interruptivo de la
prescripción, corresponde admitir la defensa esgrimida por la Sra. Asta y rechazar
la demanda de reivindicación interpuesta por la Sra. Grasso en su carácter de
representante del sucesorio de su padre fallecido.
Ahora bien, la actora en su escrito de expresión de agravios no se hizo
cargo de ninguno de estos argumentos desarrollados en la sentencia en crisis; no
cuestionó el rechazo de la defensa de suspensión de la prescripción adquisitiva
opuesta por su parte, nada dijo en torno al transcurso del plazo previsto para la
prescripción adquisitiva y solo se limitó a señalar que no se trató el argumento que
le dio andamiaje a su escrito de inicio en torno a la inexistencia del acto jurídico
por el que se transmitió el dominio del inmueble sito en la calle Tacuarí 704, piso
7, Unidad Funcional Nro. 15 (“N”), de esta ciudad y que, a su parecer, el análisis
en torno a la prescripción adquisitiva no corresponde ya que la condición de
tercera adquirente de buena fe y a título oneroso no resulta relevante para la
resolución del caso bajo examen, mas nada indicó en torno a la procedencia de
esta defensa opuesta por la actora, lo que constituye una mera discrepancia que
nada rebate el holding de la sentencia del Sr. juez de grado.
En este orden de ideas, "criticar" es muy distinto a "disentir". La
crítica debe significar un ataque directo y pertinente a la fundamentación, tratando
de demostrar los errores fácticos y jurídicos que éste pudiere contener. En cambio,
disentir es meramente exponer que no se está de acuerdo con la sentencia (CNCiv.
Sala A, en expte. n° 74.386/17 de fecha 11/12/19).

Fecha de firma: 23/05/2022


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En suma, no hay dudas que cualquier pretensión recursiva que bajo la


apariencia de una expresión de agravios se acote a manifestar un mero desacuerdo
con lo resuelto por el magistrado de la instancia de origen, sin señalar cuáles son
los errores que contiene el fallo, o el motivo por el que considera que es injusto o
contrario a derecho aquello que fue resuelto, de modo alguno constituye una
crítica concreta y razonada en los términos dispuesto por la normativa.
Por estos fundamentos, propongo al acuerdo hacer lugar al pedido de
deserción de los agravios de la actora planteado por la demandada al momento de
contestar el traslado de estos, y en consecuencia rechazarlos por ausencia de crítica
concreta y razonada (arg. art. 265 del Código Procesal), debiendo confirmarse la
sentencia recurrida.
IV. Atento a la forma en que se resuelve, estimo que conforme el
principio objetivo de la derrota, las costas de alzada deben estar a cargo de la
actora que resulta vencida
(art. 68 del Código Procesal).
V. En síntesis, para el caso de que mi voto fuere compartido,
propongo al acuerdo rechazar los agravios de la actora y en consecuencia: 1)
confirmar la sentencia apelada en todo lo que ha sido objeto de apelación y
agravios; 2) imponer las costas de alzada a demandante que resulta vencida (art.
68 del Código Procesal). Así lo voto.

A LA CUESTIÓN PLANTEADA, EL DR. FAJRE DIJO:


El Dr. Fajre por análogas razones a las aducidas por la Dra.
Sorini, votó en el mismo sentido a la cuestión propuesta.

A LA CUESTIÓN PLANTEADA, EL DR. LI ROSI DIJO:


Razones de carácter análogo llevan al suscripto a adherir a la
justa solución del conflicto propuesta por la Sra. Juez preopinante.

Fecha de firma: 23/05/2022


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Buenos Aires, mayo 23 de 2022.


Y VISTOS: Por lo que resulta de la votación que instruye el Acuerdo
que antecede, se resuelve: 1) confirmar la sentencia apelada en todo lo que ha sido
objeto de apelación y agravios; 2) imponer las costas de alzada a la demandante
que resulta vencida (art. 68 del Código Procesal).
Diferir la adecuación de los honorarios de los profesionales
intervinientes y la fijación de los correspondientes a esta instancia, hasta tanto obre
liquidación definitiva aprobada (art. 279 del Código Procesal).
Regístrese, protocolícese y notifíquese. Oportunamente,
publíquese (conf. C.S.J.N. Acordada 24/2013). Fecho, devuélvase.

MARISA S. SORINI
JUEZA DE CÁMARA

JOSÉ BENITO FAJRE


JUEZ DE CÁMARA

RICARDO LI ROSI
JUEZ DE CÁMARA

Fecha de firma: 23/05/2022


Firmado por: MARISA SORINI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: RICARDO LI ROSI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, JUEZ DE CAMARA

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