Ecologia, Virus de Varicela

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ECOLOGÍA HUMANA LABORATORIO

VIRUS
Varicela

Dra. Ana Luisa Villalobos

Integrantes:

● Germania Nicole Romero Jarquín ID: 00508980


● Rodrigo Isaac Morales Barrera ID:

Fecha: 16 de Abril, 2024


Objetivo
Proporcionar una comprensión integral de la varicela, abordando aspectos clave
como su agente etiológico, patogenia, período de incubación, transmisibilidad,
diagnóstico y manejo de muestras, así como las estrategias de prevención y
tratamiento asociadas. Además, se busca resaltar la importancia de la
vacunación en la prevención de la varicela y sus complicaciones, así como
promover la conciencia pública sobre la enfermedad y las medidas necesarias
para su control eficaz.

Introducción
La varicela, una enfermedad altamente contagiosa, es provocada por el virus de
la varicela-zóster. Caracterizada por un sarpullido pruriginoso y la formación de
pequeñas ampollas llenas de líquido, la varicela puede propagarse fácilmente
entre individuos que no han sido expuestos previamente al virus o que no han
sido vacunados. Anteriormente, la varicela representaba un desafío extendido,
pero gracias a la implementación generalizada de la vacuna, los niños están
protegidos en gran medida contra esta enfermedad. Sin embargo, entender sus
mecanismos de transmisión, sus consecuencias y las estrategias de prevención
sigue siendo crucial para abordar eficazmente esta condición de salud pública.

Agente Etiologico
La varicela-zóster es una enfermedad viral originada por el virus de la
varicela-zóster (VVZ), un integrante de la familia de los herpesvirus. Este agente
patógeno altamente infeccioso se propaga principalmente mediante el contacto
directo con las secreciones respiratorias de individuos infectados o mediante el
contacto con las lesiones cutáneas provocadas por la varicela o el herpes zóster.
Tras la infección inicial, el VVZ permanece inactivo en el sistema nervioso por
periodos prolongados, pudiendo activarse en determinadas circunstancias y
provocar el desarrollo del herpes zóster, caracterizado por la aparición de
erupciones cutáneas dolorosas en forma de bandas o franjas a lo largo de un lado
del cuerpo. Este virus es peligroso para cierto grupo poblacional que son los
bebés, personas en edad de 50 años o más, pacientes inmunodeficientes o algún
paciente que está bajo algún tipo de quimioterapia u tomando algún
medicamento como la prednisona que hacen al paciente propenso a tener este
tipo de virus.
Patogenia
La patogenia de la varicela-zóster implica una serie de eventos complejos que
ocurren desde la infección inicial hasta la manifestación de la enfermedad
clínica. Cuando una persona susceptible entra en contacto con el virus de la
varicela-zóster (VVZ), este ingresa al organismo a través del tracto respiratorio
superior o mediante el contacto directo con lesiones cutáneas activas de un
individuo infectado. Una vez en el cuerpo, el virus se replica en las células
epiteliales y luego invade el tejido linfático local.
La diseminación hematógena y linfática del virus lleva a su propagación por
todo el cuerpo, lo que resulta en la aparición de lesiones cutáneas características
de la varicela. Estas lesiones consisten en vesículas llenas de líquido que se
forman en la piel y las membranas mucosas. A medida que las vesículas se
rompen y se secan, se forman costras, lo que conduce al proceso de curación.
Después de la fase aguda de la varicela, el virus puede permanecer latente en los
ganglios nerviosos sensoriales durante años. En algunas circunstancias, como el
debilitamiento del sistema inmunológico debido a la edad avanzada, el estrés, la
enfermedad o la inmunosupresión, el virus puede reactivarse y viajar a lo largo
de las fibras nerviosas hacia la piel, lo que resulta en el desarrollo del herpes
zóster.
Durante la reactivación, el virus se replica localmente en las células del ganglio
nervioso y luego migra hacia la piel a lo largo de las ramificaciones nerviosas.
Esto provoca la inflamación de los nervios afectados y la aparición de
erupciones cutáneas dolorosas características del herpes zóster, que suelen estar
limitadas a un lado del cuerpo siguiendo un patrón dermatomio.

Reservorio

El reservorio del virus de la varicela-zóster (VVZ) es exclusivamente humano.


Después de la infección inicial, ya sea mediante la exposición a alguien con
varicela o herpes zóster, el virus puede permanecer latente en los ganglios
nerviosos sensoriales durante décadas. En este estado latente, el virus permanece
inactivo y no causa síntomas. Sin embargo, en ciertas circunstancias, como el
debilitamiento del sistema inmunológico, el estrés o la edad avanzada, el virus
puede reactivarse y causar herpes zóster.
Periodo de incubación y transmisibilidad
El período de incubación de la varicela, es decir, el tiempo que transcurre desde
la exposición al virus hasta la aparición de los primeros síntomas, generalmente
oscila entre 10 y 21 días, con un promedio de alrededor de 14 días. Durante este
período, la persona infectada puede no mostrar signos de enfermedad, pero sigue
siendo contagiosa para otros.

En cuanto a la transmisibilidad, una persona con varicela es altamente contagiosa


desde uno o dos días antes de que aparezcan las ampollas hasta que todas las
lesiones hayan formado costras. Esto significa que incluso antes de que los
síntomas clínicos sean evidentes, la persona infectada puede transmitir el virus a
otros a través del contacto directo con las secreciones respiratorias (como tos o
estornudos) o el contacto con las lesiones cutáneas activas.

Cuadro clínico del virus

El cuadro clínico de la varicela típicamente comienza con síntomas similares a


los de un resfriado, como fiebre, malestar general, dolor de cabeza y pérdida de
apetito. Estos síntomas pueden preceder a la erupción cutánea en uno o dos días.
La erupción cutánea es el signo característico de la varicela y se manifiesta
como una serie de pequeñas ampollas llenas de líquido que aparecen en la piel.

Además de la erupción cutánea, otros síntomas comunes de la varicela incluyen:

● Fiebre moderada a alta.


● Malestar general.
● Dolor de cabeza.
● Pérdida de apetito.
● Cansancio.

En la mayoría de los casos, los síntomas de la varicela desaparecen en unas dos


semanas. Sin embargo, en ciertos casos, especialmente en adultos, personas con
sistemas inmunológicos debilitados o personas con complicaciones, la
enfermedad puede ser más grave y requerir atención médica.
Muestras y Cultivos
El diagnóstico de la varicela generalmente se realiza sobre la base de los signos
clínicos y síntomas característicos de la enfermedad. Sin embargo, en ciertas
circunstancias, como en casos atípicos o complicados, el médico puede ordenar
pruebas de laboratorio para confirmar la infección por el virus de la
varicela-zóster (VVZ). A continuación, se describen las pruebas de laboratorio
comúnmente utilizadas, así como los requisitos de manejo de muestras:

● Cultivo viral: Se puede realizar un cultivo viral utilizando muestras


obtenidas de las lesiones cutáneas activas. El cultivo viral implica tomar
un hisopo estéril y recolectar células o líquido de las lesiones cutáneas
para su análisis en el laboratorio. Estas muestras se colocan en medios de
cultivo específicos y se incuban para permitir el crecimiento y la
detección del virus. Sin embargo, el cultivo viral no es comúnmente
utilizado debido a su menor sensibilidad en comparación con otras
pruebas moleculares.

● Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): La PCR es una técnica


altamente sensible que amplifica el material genético del virus presente
en la muestra. Se puede utilizar para detectar y confirmar la presencia del
ADN del VVZ en muestras de lesiones cutáneas, líquido vesicular o
hisopos nasofaríngeos. La PCR es una herramienta valiosa para el
diagnóstico preciso de la varicela, especialmente en casos atípicos o en
pacientes inmunocomprometidos.
El manejo de muestras, es importante tener en cuenta lo siguiente:
● Cadena de frío: Las muestras para cultivo viral y PCR
generalmente no requieren cadena de frío durante el transporte si
se procesan dentro de un período de tiempo razonable
generalmente dentro de 24-48 horas. Sin embargo, para la
preservación óptima del virus, especialmente en muestras de
lesiones cutáneas, el almacenamiento a temperaturas de
refrigeración entre 2°C y 8°C puede ser beneficioso.
● Procesamiento: Las muestras para cultivo viral y PCR deben ser
recolectadas de manera estéril utilizando técnicas adecuadas para
evitar la contaminación. Una vez recolectadas, las muestras se
envían al laboratorio lo antes posible para su procesamiento. El
procesamiento de las muestras implica la extracción del material
genético (en el caso de la PCR) o la inoculación en medios de
cultivo específicos (en el caso del cultivo viral), seguido de la
incubación y el análisis adecuados.

Conclusion
La varicela es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por el
virus de la varicela-zóster (VVZ). Aunque suele ser una enfermedad leve
y autolimitada en la mayoría de los casos, puede provocar complicaciones
graves, especialmente en adultos, personas inmunocomprometidas y
mujeres embarazadas. La prevención de la varicela se logra
principalmente a través de la vacunación, que ha demostrado ser
altamente efectiva en la reducción de la incidencia de la enfermedad y sus
complicaciones asociadas.

El diagnóstico de la varicela se basa principalmente en la presentación


clínica característica de la enfermedad, pero en ciertos casos, pueden ser
necesarias pruebas de laboratorio, como cultivos virales o reacción en
cadena de la polimerasa (PCR), para confirmar la infección por VVZ.

Es fundamental seguir prácticas de higiene adecuadas y tomar medidas


para prevenir la propagación del virus, especialmente en entornos donde
hay individuos susceptibles o de alto riesgo. La educación pública sobre
la importancia de la vacunación y el reconocimiento temprano de los
síntomas de la varicela son componentes clave de la estrategia de control
de la enfermedad.

En última instancia, la gestión efectiva de la varicela requiere un enfoque


integral que incluya la vacunación, la vigilancia epidemiológica, el
diagnóstico temprano y el manejo adecuado de casos y brotes, con el
objetivo de reducir la carga de la enfermedad y mejorar la salud pública
en general.
Referencias:
1. Cohen, J. I. (2013). Clinical practice: Herpes zoster. New England
Journal of Medicine, 369(3), 255–263. doi:10.1056/nejmcp1302674
2. Gershon, A. A., Gershon, M. D., & Breuer, J. (2015). Advances in the
Understanding of the Pathogenesis and Epidemiology of Herpes Zoster.
The Journal of Clinical Virology, 61(1), 2–8.
doi:10.1016/j.jcv.2014.10.013
3. Arvin, A. M. (2001). Varicella-Zoster Virus. Clinical Microbiology Reviews,
14(2), 428–438. doi:10.1128/cmr.14.2.428-438.2001
4. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2021). Chickenpox
(Varicella) - Transmission. Recuperado de:
https://www.cdc.gov/chickenpox/about/transmission.html
5. Zóster. (2022, octubre 25). Mayo Clinic.
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/shingles/symptoms-c
auses/syc-20353054

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