Cómo Puede Jesús Ser Dios y Hombre
Cómo Puede Jesús Ser Dios y Hombre
Cómo Puede Jesús Ser Dios y Hombre
La iglesia primitiva consideraba la Encarnación como una de las verdades más importantes de
nuestra fe. Por eso, formularon lo que vendría a ser el Credo de Calcedonia, una declaración que
expresa qué es lo que debemos creer y lo que no debemos creer acerca de la Encarnación. Este
credo fue el fruto de un largo concilio que tomo lugar desde el 8 de octubre hasta el 1ro de
noviembre de 451, en la ciudad de Calcedonia y “ha sido tomado como la definición estándar y
ortodoxa de la enseñanza bíblica sobre la persona de Cristo desde esa fecha” por todas las ramas
principales del Cristianismo.2 Existen cinco verdades principales con las que el Credo de
Calcedonia resumió la enseñanza bíblica acerca de la Encarnación.
Las cosas que son verdad de solo una de las naturalezas son, no obstante, verdad de la Persona de
Cristo.
Un entendimiento apropiado de estas verdades aclara mucha confusión y numerosas dudas que
talvez tengamos en nuestras mentes. ¿Cómo puede Jesús ser Dios y hombre al mismo tiempo?
¿Por qué esto no lo hace dos personas? ¿Cómo se relaciona su Encarnación a la Trinidad? ¿Cómo
pudo Jesús haber tenido hambre (Mateo 4:2) y morir (Marcos 15:37) cuando estaba en la tierra, y
aún ser Dios? ¿Abandonó Jesús algunos de sus atributos divinos en la Encarnación? ¿Por qué es
impreciso decir que Jesús es una “parte” de Dios? ¿Sigue siendo Jesús humano ahora, y todavía Él
tiene su cuerpo humano?
JESÚS TIENE DOS NATURALEZAS—DIOS Y HOMBRE
La primera verdad que tenemos que entender es que Jesús es una Persona que tiene dos
naturalezas, una naturaleza divina y una naturaleza humana. En otras palabras, Jesús es ambos
Dios y hombre. Veremos cada una de las naturalezas respectivamente.
Jesús es Dios
La Biblia enseña que Jesús no es alguien que simplemente se parece mucho a Dios, o alguien que
tiene un caminar muy cercano con Dios. En cambio, Jesús es el mismo Dios Altísimo. Tito 2:13 dice
que como cristianos “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de
nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús” Después de ver al Cristo resucitado, Tomás exclamó:
¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20:28). De la misma forma, el libro de Hebreos nos da el testimonio
directo de Dios Padre acerca de Cristo: “Pero con respecto al Hijo dice: ‘Tu trono, oh Dios, es por
los siglos de los siglos”, y el evangelio según Juan llama a Jesús “el unigénito Dios” (Juan 1:18).
Otra forma que en la Biblia enseña que Jesús es Dios es al demostrar que Él tiene todos los
atributos de Dios. Él sabe todo (Mateo 18:20; 28:20; Hechos, 18:10), esta en todo lado (Mat 16:21;
Lucas 11:17; Juan 4:29), tiene todo el poder (Mat 8:26, 27; 28:18; Jn 11:38-44; Lc 7:14-15;
Apocalipsis 1:18), no depende de nada fuera de si mismo para vivir (Jn 1:4; 14:6; 8:58), gobierna
sobre todo (Mat 28:18; Ap 19:16; 1:5), nunca comenzó a existir y nunca cesará de existir (Juan 1:1;
8:58), y es nuestro Creador (Colosenses 1:16). En otras palabras, todo lo que Dios es, Jesús es.
Porque Jesús es Dios.
A fin de lograr una más completa comprensión de la encarnación de Cristo, es necesario tener
algún tipo de entendimiento del la Trinidad. La doctrina de la Trinidad afirma que Dios es un ser, y
que este único Dios existe como tres personas distintas. Esto significa que, en primer lugar,
debemos distinguir a cada Persona de la Trinidad de las otras dos. El Padre no es el Hijo ni el
Espíritu Santo, el Hijo no es el Espíritu Santo ni el Padre, y el Espíritu Santo no es el Padre ni el Hijo.
Cada uno ellos es un centro distinto de conciencia, una forma distinta de existencia personal. Sin
embargo, todos ellos comparten exactamente la misma naturaleza/esencia divina. Por
consiguiente, las tres personas son un único ser. El ser/esencia divino no es algo que esta dividido
entre las Personas, que cada persona recibe un tercio. Sino, en cambio el ser divino es completa e
igualmente poseído por cada una de las tres Personas de tal forma que las tres Personas son
completa e igualmente Dios.
¿Cómo el hecho de que Dios es tres personas en un único Ser se relaciona a la encarnación? Para
contestar a esto, consideremos otra pregunta. ¿Qué persona se encarnó en Jesucristo? ¿Las tres?
¿O sólo una? ¿Cuál? La respuesta Bíblica es que sólo Dios el Hijo se encarnó. El Padre no vino a
encarnarse en Jesús, ni tampoco el Espíritu Santo. Por tanto, Jesús es Dios, pero Él no es ni el
Padre ni el Espíritu Santo. Jesús es Dios el Hijo.
La verdad de que sólo Dios Hijo se encarnó es enseñada, por ejemplo, en Juan 1:14, que dice: “Y el
Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre, lleno de gracia y de verdad.” En contexto, el Verbo es Dios el Hijo (cf. v. 1, 18, y 3:16). Por
tanto, no fue el Padre ni el Espíritu Santo quien se hizo hombre, sino Dios el Hijo.
De igual manera, en el bautismo de Jesús vemos al Padre afirmando “Tú eres mi Hijo amado, en ti
me he complacido.” (Lucas 3:22). Él no dijo, “Tú eres yo; y conmigo estoy muy complacido.” Más
bien, el Padre afirmó que Jesús es el Hijo, Su Hijo, y que Jesús le complace mucho a Él. En este
mismo verso también vemos que el Espíritu Santo es distinto del Padre y del Hijo, porque el
Espíritu Santo está en “forma corporal como una paloma.”
¿Por qué es importante saber que Jesús es específicamente Dios el Hijo? Por algo, si no
entendemos nos estaríamos equivocando acerca de la misma identidad de nuestro salvador.
Además, esto afecta grandemente la forma en la que nos relacionamos con nuestro Dios triuno. Si
pensamos que Jesús es el Padre y/o el Espíritu Santo, estaremos enormemente equivocados y
confundidos en nuestras oraciones. Por último, es considerada una herejía creer que el Padre vino
a ser encarnado en Jesús.
Jesús es hombre
Debería ser obvio que si Jesús es Dios, entonces el siempre ha sido Dios. Nunca ha habido un
tiempo en el que se hizo Dios, ya que Dios es eterno. Pero Jesús no ha sido siempre hombre. El
milagro fantástico es que este Dios eterno se hizo hombre en la Encarnación aproximadamente
2,000 años atrás. Eso es lo que fue la Encarnación—Dios el Hijo haciéndose hombre. Y éste es el
gran evento que celebramos en la Navidad.
Pero ¿A qué nos referimos exactamente cuando decimos que Dios el Hijo se hizo hombre? Con
certeza no nos referimos a que Él se volvió en un hombre, en el sentido que Él cesó de ser Dios y
comenzó a ser hombre. Jesús no renunció nada de Su divinidad en la Encarnación, como es
evidente en los versos que vimos anteriormente. En cambio, como lo afirma uno de los primeros
teólogos, “Continuando lo que Él era, se convirtió en lo que no era.” Cristo “no era ahora
Dios menos algunos elementos de Su deidad, sino Dios más todo lo Él había hecho suyo al tomar
humanidad para Si mismo.” 3 Por tanto, Jesús no renunció de Sus atributos divinos en la
Encarnación. Él se mantuvo en total posesión de todos ellos. Porque si Él alguna vez fuera a
renunciar alguno de Sus atributos divinos, Él dejaría de ser Dios.