Procesal Penal - Accion Civil Resarcitoria
Procesal Penal - Accion Civil Resarcitoria
Procesal Penal - Accion Civil Resarcitoria
Con la vigencia del Código Penal es ejercitable dentro del proceso penal, la acción civil que pretenda la reparación del daño
causado por el delito, ya por vía de resarcimiento, ya por restitución o indemnización, tanto material como moral. Dado ese
derecho acordado a la víctima, ella tiene la facultad de optar si ejercita o no esta acción en sede penal, o guarda silencio y la
lleva directamente a la civil.
Porque hoy la acción es un mero modo de poner en marcha a la justicia. Es pedirle que actúe. Es el derecho de peticionar ante
la autoridad del Juez.
Qué es lo que pide es el contenido de la acción lo que ella lleva, es la pretensión, referida a que se aplique el Derecho de fondo
que se llama actuación del Derecho material civil, se caracteriza por ser portadora de una pretensión civil, que, a través del
proceso y aceptada En La sentencia, se transformará en derecho subjetivo del actor a percibir lo reclamado y ejecutar la
sentencia en ese sentido.
*De carácter privado en cuanto con ella se aspira a realizar el Derecho Civil por la persona ofendida o lesionada, en su propio
interés. Es decir, el derecho que pretende es privado y actúa privadamente, ante un órgano público.
*Es accesoria en cuanto no tiene autonomía dentro del proceso penal en el que se subordina a la promoción de la acción
punitiva, su continuación y reconocimiento en la sentencia condenatoria penal. Si en cualquiera de esas etapas el juicio cesara,
ella no puede continuar. Es decir, la acción civil no se sustenta sola, sigue la suerte de su principal que es la penal. Por ello es
que se dijo que si el juicio penal cesara en cualquiera de sus etapas, la tramitación de la acción civil no puede continuar.
*Es de disponibilidad relativa en cuanto ella es atribuida como sujeto de ejercicio a un particular, respecto del cual se impone,
a su vez, que sea el único que pueda ejercitar la acción penal con relación al hecho de que se trata. Seguidamente, esa
atribución de titularidad exclusiva cierra al órgano público (Ministerio Fiscal) toda posibilidad de ejercicio,
*Es revocable dada la naturaleza de su atribución y el carácter de su titular, como también el interés que gusta su promoción.
Esta acción puede ser desistida en cualquier
*Es intransferible dado que sigue el mismo carácter de su principal, que es la penal. En lo que hace a su extinción, esta acción
ejercitada, dentro del proceso penal sigue por su accesoriedad la suerte de la penal, por lo que las mismas causales que
operan a su respecto le son aplicables a ella, dentro de los límites mismos de ese proceso. En cuanto la acción penal no sea
promovible o continuable, tampoco la civil lo será en el proceso penal. Todo sin perjuicio de que la civil pueda ser ejercitable
en los tribunales civiles.
CONSTITUCION
Cuando el mismo querellante ejerce la acción civil, las cuestiones a resolver se simplifican como ya hemos tenido oportunidad
de anotarlo. En ese caso un solo sujeto es acusador y actor civil al mismo tiempo; actúa haciendo valer simultáneamente la
pretensión penal y la privada. En ese doble carácter se incorpora al proceso al entablar la querella, y las atribuciones que la ley
le asigna comprenden ambos aspectos. Es el caso del querellante exclusivo y, cuando las leyes lo admiten, también del
conjunto. El desistimiento expreso o tácito de la querella por lo general implica renuncia de la acción civil, siempre que no se la
haya ejercita- do y expresamente se la deje a salvo y, en todo caso, se hace imposible continuar su ejercicio en sede penal; lo
prohiben normas específicas de los códigos modernos.
Con respecto al querellante exclusivo (en procesos por delitos que dan lugar al ejercicio de la acción penal solamente por el
damnificado ofendido), los códigos modernos autorizan expresamente al querellante a “ejercer conjuntamente la acción civil”.
En los demás códigos esto está sobreentendido. De aquí se deduce que el querellante exclusivo tiene la facultad de instituirse
al mismo tiempo en actor civil, lo que debe decidir al entablar la querella, por
Cuanto la pretensión de reintegración patrimonial debe ser un capítulo de la misma. Si así no se hace, habrá de entenderse
que no actuará como actor civil. Interpretando el Código Nacional, se ha concluido que el querellante conjunto debe concretar
su demanda civil al producir la acusación particular.
Autorizada la intervención autónoma del damnificado como actor civil en el penal, es decir sin exigirsele su condición de
querellante, estamos propiamente frente al proceso verdadero sujeto eventual activo de la cuestión civil sometida a la
decisión del Juez penal como aspecto secundario del objeto procesal. Este sujeto ha de hacer valer exclusivamente su
pretensión de reintegro patrimonial, con independencia de la pretensión penal que hace valer el órgano del Ministerio Fiscal,
sin perjuicio, por cierto, de que actúe en forma accesoria con respecto a éste.
Su introducción en el proceso ha de producirse mediante un acto de instancia de constitución, sometido a examen antes de
aceptarse el ingreso definitivo. Puede actuar personalmente o por mandatario especial si tiene capacidad para estar enjuicio
fue debida mente autorizado.
Con respecto a éste. Su introducción en el proceso ha de producirse mediante un acto de instancia de constitución, sometido a
examen antes de aceptarse el ingreso definitivo. Puede actuar personalmente o por mandatario especial si tiene capacidad
para estar enjuicio o fue debida mente autorizado. Caso contrario, deberá actuar por medio de la representación y asistencia
previstas por las leyes civiles. Esa capacidad se rige también por las mismas leyes civiles, y no se diferencia de la exigida para
intervenir en el proceso en sede civil; generalmente es la prevista para contratar. La postulación técnica o asesoramiento
letrado, por lo general es impuesto para el cumplimiento eficaz de todos los actos de alguna importancia, con el fin de
asegurar mejor el ejercicio de la defensa.
La capacidad que se requiere es la común para estar en juicio ante los tribunales civiles, lo que se explica perfectamente ante
la naturaleza de la pretensión hecha valer, no se justificaría una diferencia, y si se estableciera se incurriría en un error.
DESISTIMIENTO
Desistimiento expreso
La propia conducta del actor civil puede determinar también su apartamiento del proceso, quedando separado del mismo por
su expresa voluntad, o por presumírsela en intención a no cumplir exigencias legales impuestas con ese apercibimiento. El
primero es el desistimiento expreso; el segundo es el conocido por desistimiento tácito
Todos los códigos procesales otorgan el actor civil la posibilidad de desistir “de su demanda” en cualquier estado del proceso.
Si así lo hace, su acto tendrá el valor de renuncia de la acción civil y quedará obligado por los gastos y costas que haya
ocasionado. Es una manifestación oral o escrita, conforme al momento procesal en que se produzca, por la cual el actor civil
expresa su voluntad de no continuar ejercitando la acción civil, y no puede reservarse el derecho de entablar nueva demanda
en sede civil.
El desistimiento tiene, pues, cuando no se trata de un recurso, un valor sustancial y no meramente formal; el actor civil queda
excluido del proceso y al mismo tiempo imposibilita do de ejercer nuevamente la acción civil para hacer valer ante el
órgano jurisdiccional su pretensión privada de reintegración patrimonial.
Desistimiento tácito
La omisión de determinadas actividades o de asistencia del actor civil a actos principales, hacen presumir, conforme a la ley,
su voluntad de no continuar en el ejercicio de la acción; esto se conoce por desistimiento tácito y en general produce los
mismos efectos que el expreso
Se debe tener por desistido al actor en los siguientes casos: 1) cuando no comparezca al debate si fue regularmente citado,
siempre que tampoco haya presentado conclusiones; 2) Cuando habiendo asistido al debate, se retira del mismo sin haber
formulado oportunamente conclusiones.
DEMANDADO CIVIL
No se impone al actor civil dirigir la acción contra persona determinada al constituirse en actor civil, como tampoco se le
ponen límites a la amplitud de su pretensión mientras se respeten las consecuencias derivadas de la unidad del hecho, con
respecto a la cuestión penal mostrada en la imputación; nada de esto se exige en las respectivas normas reguladoras del acto
de instancia de constitución; algunos códigos son aún más claros en este sentido, como se verá en el número siguiente. Esos
recaudos deben cumplirse al concretar la demanda en la discusión del debate.
La constitución puede instarse aun cuando no se haya individualizado al imputado o no se sepa quién pueda ser el tercero a
demandarse civilmente como responsable, razón por la cual los códigos sólo exigen la indicación del proceso en el cual el
interesado se presenta; en cuanto de manera expresa autorizan la constitución del actor civil “aun cuando no se haya
Individualizado al imputado”. Este es en realidad el principio que ha de regir frente a todos los códigos. En consecuencia, al
actor civil no se le impone indicar la persona de su demandado en el acto de la constitución, lo cual podría traer dificultades
cuando en el proceso existen varios imputados o pueden responder como terceros varias personas, permiten que la acción sea
dirigida contra uno o varios de ellos, o que no se mencione a ninguno; en este último caso ha de entenderse que se dirige
contra todos los que estén ya interviniendo en el proceso como imputados o terceros civilmente demandados y contra los
imputados que se incorporen después con motivo de la instrucción; pero si se quiere demandar a terceros aún no
intervinientes, será necesario indicarlo en forma expresa en el acto de la constitución o por otro acto posterior ampliatorio
cumplido dentro del término legal para constituirse en actor”. En esta forma se cumple la exigencia lógica de tener totalmente
identificados a todos los demanda- dos cuando se abra la etapa del juicio y se dé cumplimiento a la citación al mismo en forma
correcta. Esta garantía no se satisface en el procedimiento penal francés, en efecto, el Código de Instrucción Criminal prolonga
la oportunidad para constituirse en parte civil hasta la clausura de los debates, con ello, hasta ese momento podría
desconocerse quiénes han de ser los demandados.
De las mismas normas citadas ha de inferirse también que el titular del ejercicio de la acción civil puede demandar a un
tercero como civilmente responsable y no al imputado
Se da el nombre de tercero civilmente demandado a la persona que por llamamiento o espontáneamente se introduce en el
proceso penal como sujeto secundario del mismo, a mérito de atribuírsele responsabilidad indirecta conforme a las leyes
civiles, por causa del daño que habría producido el imputado al cometer el hecho objeto del proceso, cuya indemnización o
reparación se pretende”. Toma en el proceso la posición de parte civil pasiva para resistir la pretensión reintegradora
patrimonial hecha valer en él, sea por el damnificado constituido en actor civil, el querellante, sus mandatarios o el Ministerio
Fiscal. Se ubica, así, al lado del imputado y en cierto modo en consorcio con él, como demandados, si contra ambos se dirige la
pretensión privada.
La pretensión civil puede dirigirse, en primer término, sólo contra el imputado, y esto es lo común, pues no son muchos los
casos en los cuales se presenta la posibilidad de responsabilidad indirecta. Como conclusión, no siempre que se ejercite la
acción civil en el proceso penal debe necesariamente existir un tercero civilmente demandado. El principal demandado, y
responsable civil en su caso, es el imputado, y el tercero sólo ha de incorporarse en ese carácter en el proceso cuando entre él
y el imputado se pretenda la existencia de un vinculo legal que lo pueda responsabilizar por el hecho de éste y sea, además,
llamado a petición de quien ejerce el poder de acción civil o cuando voluntariamente se presente en el proceso. Pero puede
ocurrir también que la pretensión se haga valer solo contra el tercero como responsable indirecto, no demandándose al
imputado, ya sea por considerárselo insolvente o por otras razones reservadas a la voluntad del actor civil.
La responsabilidad indirecta se exige en la persona del tercero civilmente demandado, se funda en los principios regulados por
el CCyC para determinar la responsabilidad por el hecho ajeno, y allí se circunscribe el ámbito de quien puede ser introducido
al proceso penal en esta condición de demandado sin atribuírsele autoría o participación penal. Debe fundarse la pretensión
en el hecho incriminado y no en un hecho distinto ni en cualquier otra relación de Derecho civil. Entran en función, pues, los
arts., 1753 y sgtes del CCC, cuyo análisis es de incumbencia de la respectiva rama sustancial, por lo cual a ella nos remitimos.