La Nueva Epidemia Del Culto Al Cuerpo
La Nueva Epidemia Del Culto Al Cuerpo
La Nueva Epidemia Del Culto Al Cuerpo
¿Qué nueva enfermedad es esta? ¿Cuáles son sus síntomas y cómo puede
prevenirse?.
Todos estos trastornos comparten varios síntomas en común, desear una imagen
corporal perfecta y distorsionar la realidad frente al espejo. Esto ocurre porqué en
las últimas décadas, ser físicamente perfecto se ha convertido en uno de los
objetivos principales de las sociedades desarrolladas. Es una meta impuesta por
nuevos modelos de vida en los que el aspecto parece ser el único sinónimo válido
de éxito, felicidad e incluso salud.
Es más preocupante el impacto que los trastornos alimentarios ejercen sobre las
mujeres, aunque cada vez hay más hombres con estos. Respecto a la vigorexia es
predominante en los varones, pero ya se están detectando casos de mujeres
obsesionadas por el músculo. Y los trastornos dismórficos afectan por igual a
ambos sexos.
miedo intenso a ganar peso, manteniéndolo por debajo del valor mínimo
normal.
escasa ingesta de alimentos o dietas severas
imagen corporal distorsionada
sensación de estar gorda cuando se está delgada
gran pérdida de peso (frecuentemente en un período breve de tiempo)
sentimiento de culpa o desprecio por haber comido
hiperactividad y ejercicio físico excesivo
pérdida de la menstruación
excesiva sensibilidad al frío
cambios en el carácter (irritabilidad, tristeza, insomnio, etc.).
BULIMIA NERVIOSA
La Bulimia nerviosa es un trastorno mental que se caracteriza por episodios
repetidos de ingesta excesiva de alimentos en un corto espacio de tiempo en
forma de "atracones" y una preocupación exagerada por el control del peso
corporal que lleva a la persona afectada a adoptar conductas inadecuadas y
peligrosas para su salud.
Desde hace tiempo, el hipotálamo se reconoce como el lugar donde radican los
centros del hambre y la saciedad, pero es a través de la corteza cerebral donde se
establecen mecanismos mucho más complejos relacionados con la alimentación,
que están vinculados a experiencias previas.
Este proceso puede parecer automático y elemental, sin embargo no sólo son
aspectos biológicos los que condicionan la conducta alimentaria sino otros mucho
más complejos relacionados con experiencias psicológicas (los sentimientos de
seguridad, bienestar y afecto que se experimentan a través del pecho materno en
la lactancia), sociales ya que desde siempre el acto de comer ha sido
eminentemente social y culturales, ya que la forma de comer y las características
de los alimentos definen a los diferentes grupos culturales. Así se habla de dieta
mediterránea, comida americana, italiana, india..., platos típicos, menús
tradicionales, incluso comida basura.
Así existen otros trastornos importantes como pueden ser la obesidad o falta de
apetito derivada de enfermedades que las podemos considerar físicas y otras
enfermedades que son mentales y desencadenadas por una serie de factores
psicológicos, socio-culturales y educativos.
Pica: (de pica, "urraca", en latín). Las personas que padecen este trastorno se
sienten impulsadas a ingerir sustancias no comestibles: tiza, arcilla, yeso, trocitos
de pintura, almidón, óxido, ceniza...
Para situarnos en el tema señalaré que es a partir de 1925 cuando los cánones de
belleza femenina dan un giro importante, ya que con la desaparición total del
corsé (se usó casi 4 siglos), la mujer comienza a mostrar su cuerpo de otra
manera. En este año aparecen por primera vez los figurines de moda en los que
se apunta una estilización progresiva, se acortan los vestidos, se enseñan las
piernas y hay una supresión de curvas. Coincide con la incorporación de la mujer
al deporte en la alta burguesía y comienza la moda de mujeres delgadas que
incluso se vendaban el pecho para iniciar el sutil camino a la androginia.
Esta progresiva exhibición del cuerpo femenino es imparable y hace que la mujer
se preocupe ya que comienza a ser observado y criticado. Sin embargo las
modelos de belleza de los años cincuenta como Marilin Monroe o Ava Gadner
siguen mostrando una mujer más llena de curvas, aunque no gorda.
Sin embargo en todas las definiciones de estos trastornos aparece que afecta
mayoritariamente a mujeres, en el caso de la anorexia nerviosa se habla de
prepúberes y adolescentes y en menor medida a adultas y a varones jóvenes.
Todas las estadísticas señalan que el 90% son mujeres entre 14 y 18 años,
aunque la edad va descendiendo peligrosamente hacia niñas menores de doce
años.
Los mensajes educativos dirigidos a las jóvenes sobre todo estimulan a que hay
que ser doblemente responsable que los chicos para conseguir éxito en la vida
profesional y compatibilizarla armoniosamente con la familia.
Uno de los índices para lograr el éxito y la aceptación social va a ser tener un
físico apropiado, estar delgada, y dado que la pérdida de peso puede realizarse
con voluntad y esfuerzo he aquí el reto por el cual se va a empezar a ser
responsable "también" en este terreno.
A los 15 años una de cada cuatro chicas hacen régimen en España, sin que en casi
ningún caso tengan problemas de sobrepeso. A la pregunta de ¿"te ves gordo/a
aunque los demás te vean delgado/a?" el 58 % de estas chicas de 15 años
contestó afirmativamente frente a un 19% de chicos.
En Suecia y EEUU ya hay un 16% de chicas menores de 16 años que hacen dieta,
algunas reconocieron que la comenzaron a los 9 años.
Si precisan perder peso por razones de salud, hacerlo siempre con un estricto
control médico. Si manifiestan sus deseo de perder peso innecesariamente o
comienzan a reducir su alimentación y ante la más mínima sospecha de pérdida
excesiva o reducción anómala de su alimentación, consultar con especialistas de
atención primaria.
Ocurre que cuando empiezan con sus dietas restrictivas emplean estos
conocimientos suprimiendo precisamente los alimentos que necesitan para su
correcto desarrollo y recurriendo a productos "lights". A veces estas informaciones
les llegan desde las propias dietas que suelen utilizar sus madres o profesoras,
recurren a laxantes y diuréticos y comienzan en el caso de la bulímicas a
provocarse vómitos cada vez más frecuentes.
También los mensajes publicitarios van a ayudar a que esta conducta errónea se
considere como una obligación, la adolescente recibe el mensaje: "Debes estar
delgada"; la delgadez tiene prestigio, lo propio, lo natural, lo redondo molesta,
perjudica. El grado de insatisfacción con el esquema corporal se empieza a
producir en la infancia, hay una condena y rechazo de los niños y niñas con algo
de gordura, es el insulto más frecuente en la escuela: "Te estás poniendo como
un cerdo, pareces una vaca, gorda, ballena etc....".
Así muchas familias comienzan también a influir en sus hijos/as obligándoles casi
con crispación a visitar a pediatras y a restringir su alimentación por temor a la
obesidad.
Es preciso por lo tanto reorientar desde la escuela las ideas erróneas sobre la
percepción de un cuerpo saludable, que no tiene porque ser excesivamente
delgado.
A través del denominado "curriculo oculto" es decir los valores y actitudes que se
encuentran de forma implícita en el que hacer cotidiano de las clases, conducta
del profesorado repartición de papeles etc.. se puede influir también positiva o
negativamente en los trastornos de alimentación.
Es preciso que los programas que se desarrollen para esta prevención contengan
mensajes positivos y no excesivamente dramáticos.
También los chicos fueron alertados de los peligros que supone el excesivo culto al
cuerpo y fueron conscientes del daño que se produce y se sufre al ridiculizar a las
personas por su aspecto físico.
En nuestro país no existen por el momento estudios sobre personas que podrían
estar afectadas por este trastorno.
Sus síntomas son evidentes, los que la padecen tienen tal obsesión por verse
musculosos que se miran constantemente en el espejo y se ven enclenques.
Sentirse de este modo les hace invertir todas las horas posibles en hacer gimnasia
para aumentar su musculatura.
Por ello los tratamientos de las personas afectadas por vigorexia tendrían que ser
multidisciplinares y combinar la farmacología con terapias cognitivo-conductuales.
Hay otro tipo de trastorno que afecta a una gran mayoría de la población y que
comienza en la adolescencia. ¿Quién no se ha sentido alguna vez acomplejado por
el tamaño de su nariz? ¡Qué sufrimiento se tiene con el acné en la pubertad!
Existe un amplio número de personas que están más o menos preocupadas por su
apariencia, pero para ser diagnosticado de dismofia, el afectado tiene que sufrir
reiteradamente una obsesión con una parte de su cuerpo que le impida llevar una
vida normal.
Hay otros trastornos de tipo obsesivo-compulsivo que sin estar relacionados con el
esquema corporal aparecen también en la infancia y la adolescencia. A veces el
perfeccionismo, el miedo al fracaso, el temor al ridículo, al que dirán, la limpieza y
las enfermedades conducen a gente muy joven e inteligente al inicio de estos
procesos.
Hasta hace poco se consideraban estos trastornos, tanto los alimentarios como los
de vigorexia y dismorfia corporal como manías propias de la edad del crecimiento
y que se corregirían con la edad.
Hoy día, sin caer en el alarmismo hay que estar preparados desde la familia y la
escuela para la detección precoz de los mismos y sobre todo para la prevención.