Este documento describe la importancia de estudiar a los Padres de la Iglesia, destacando que establecieron las doctrinas y estructuras fundamentales, fijaron el canon bíblico y las primeras liturgias. También recomienda métodos para enseñar sobre los Padres, como presentar la materia de forma analítica y panorámica y enfocarse en Padres representativos.
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Este documento describe la importancia de estudiar a los Padres de la Iglesia, destacando que establecieron las doctrinas y estructuras fundamentales, fijaron el canon bíblico y las primeras liturgias. También recomienda métodos para enseñar sobre los Padres, como presentar la materia de forma analítica y panorámica y enfocarse en Padres representativos.
Este documento describe la importancia de estudiar a los Padres de la Iglesia, destacando que establecieron las doctrinas y estructuras fundamentales, fijaron el canon bíblico y las primeras liturgias. También recomienda métodos para enseñar sobre los Padres, como presentar la materia de forma analítica y panorámica y enfocarse en Padres representativos.
Este documento describe la importancia de estudiar a los Padres de la Iglesia, destacando que establecieron las doctrinas y estructuras fundamentales, fijaron el canon bíblico y las primeras liturgias. También recomienda métodos para enseñar sobre los Padres, como presentar la materia de forma analítica y panorámica y enfocarse en Padres representativos.
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El objetivo de la instrucción es promover el estudio y fomentar el amor a los
Padres, destacando a su aportación a la Teología, la liturgia, la moral, etc. Y a realizar
aportaciones a la resolución de problemas del mundo actual. Se comienza haciendo una descripción de la situación actual de la disciplina. A nivel de la Iglesia universal se ven tanto aspectos positivos como ciertos problemas. El énfasis de la Teología contemporánea en el aspecto histórico ha favorecido el estudio de la patrística. También se han realizado muchas publicaciones de colecciones patrísticas y monografías científicas al respecto. Pero muchos desprecian los estudios Patrísticos restándoles toda importancia cayendo en un puro “biblicismo”, “historicismo”, “sociologismo” o ponderando la exégesis moderna y despreciando el aporte de los Padres. También se nota que algunos tienen una visión integrista de la patrística negando el desarrollo y el progreso en la teología. También se carece del conocimiento de las lenguas clásicas y de tiempo suficiente en el currículo. Continúa con los Padres en las orientaciones de la Iglesia. Son preciosas las orientaciones del Concilio Vaticano II, sobre todo las marcadas en la Optatam Totium y más bellamente expresadas en la Dei Verbum, la cual establece la relación entre la Escritura y la Tradición. Así como en la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis. Además, de las varias exhortaciones de los pontífices para el estudio de los Padres. A lo anterior se pueden agregar otras razones para estudiar a los Padres: Ellos son testigos privilegiados de la Tradición, establecieron las estructuras y las doctrinas fundamentales de la Iglesia, bebiendo de la fuente pura y cercana de los apóstoles. Fijaron el canon de los Libros Sagrados y las primeras liturgias. Esta Tradición es viva, no es un bloque monolítico, tiene unidad y diversidad, además de moverse entre la permanencia y el progreso. Con respecto al método teológico hicieron la traducción del Evangelio de la cultura judía a la grecorromana. Utilizando el pensamiento filosófico para expresar en sus categorías las verdades salvíficas. Crean la disciplina teológica con el uso de la razón en la meditación de la fe y de la revelación. Sus procedimientos aun hoy son relevantes. Estos son grosso modo: el recurso continuo a la Sagrada Escritura y al criterio de la Tradición; a pesar de la originalidad cristiana reconoce las verdades contenidas en las culturas no cristianas. La defensa de la fe como bien supremo, y la profundización constante del contenido de la Revelación; así como el sentido del misterio y la experiencia de lo divino. Los escritos patrísticos se distinguen no sólo por la profundidad teológica, sino también por los grandes valores culturales, espirituales y pastorales que contienen. Los padres tenían una óptima formación en las disciplinas de la antigua cultura griega y romana, de la que aprovecharon las grandes conquistas humanas y espirituales, enriqueciendo con ellas sus tratados, sus catequesis y predicaciones. Al mismo tiempo sus escritos iluminaban la mente, y edificaban y enfervorizaban el corazón. Además, eran escritos pastorales con fines apostólicos muy apropiados para el estudio de los sacerdotes. Para estudiar a los Padres debe distinguirse entre Patrística y Patrología. La Patrística, se ocupa del pensamiento teológico de los Padres, y la Patrología, tiene por objeto la vida y sus escritos. Se trata de describir, con absoluto respeto a lo específico del método histórico-crítico, el ámbito de la teología y de la vida cristiana de la época patrística en su realidad histórica. El método para estudiar a los Padres es en principio acercarse a manuales generales y otras ayudas bibliográficas, pero para profundizar se debe ir a la fuente, los propios libros en sus ediciones críticas bilingües. El estudio científico de los textos debe afrontarse con el método histórico-crítico. Se debe evitar encerrarse anacrónicamente en los escritos de los Padres, despreciando la tradición viva de la Iglesia. La enseñanza de los Padres requiere que el profesor trasmita a los alumnos el amor a los Padres y no sólo su conocimiento, ponerlos en contacto con las fuentes. Debe presentar la materia de la siguiente manera: 1. En forma analítica; 2. panorámica; 3. enfatizando los Padres más representativos; 4. examinar algún tema fundamental y seguir su desarrollo a través de las obras patrísticas. Orientándose estos estudios directamente al objetivo de la enseñanza teológica, se les debe considerar como disciplina principal y enseñarse aparte con su método y materia que les es propia. Se debe presentar atención a la " Ratio institutionis sacerdotalis ", y en los correspondientes programas de estudio, delimitando cuidadosamente los contenidos y los métodos, y asignándole un número suficiente de horas a la semana. Deben realizarse seminarios con oportunos ejercicios, y trabajos escritos sobre temas patrísticos. Para la enseñanza de la Patrología-Patrística en los Institutos de formación sacerdotal deberá ser contratado quien haya conseguido la especialización en esta materia. La Congregación haciéndose portavoz del Concilio ha querido llamar la atención de los Excmos. Obispos y de los Superiores Religiosos sobre un tema de gran importancia para una sólida formación de los sacerdotes, la seriedad de los estudios teológicos y la eficacia de la acción pastoral en el mundo contemporáneo.