El Amor de Dios
El Amor de Dios
El Amor de Dios
Introducción.
Cuando la gente nos oye decir que Dios ama a todos por igual, sin acepción de personas,
reaccionan de diferentes maneras. Están los que sinceramente lo aceptan y los que en el
lado extremo y peligroso, dudan de que verdaderamente Dios ame a todos por igual.
Y yo me preguntaba ¿por qué hay tanta gente en el mundo, que duda de que Dios les
ame? ¿Por qué ese categórico rechazo a oír que Dios se interesa por ellos?
Dios me llevó a una conclusión interesante. Es que los patrones que mucha gente usa
para juzgar y valorar el amor de Dios, están influenciados por su experiencia con su
pareja, sus hijos, sus padres, familiares o sus amigos. Y lo peor es cuando el amor está
influenciado por el interés personal.
Esta lista se torna infinita y al mismo tiempo interesante, porque son medias verdades que
describen una realidad innegable. Lo que resulta totalmente cuestionable e inaceptable,
es pretender responsabilizar a Dios de todos los resultados negativos que se
experimentan en la vida, cuando deberíamos aceptar que la mayoría de los fracasos en la
vida, son el resultado de nuestras malas decisiones.
Porqué juzgar que Dios te ama o no, si pierdes tu trabajo por ser impuntual y negligente
en tus obligaciones laborales.
Porqué juzgar que Dios te ama o no, si tu hijo se fue a la droga y es esclavo de la
pornografía, porque como padre no dedicaste tiempo para establecer patrones de vidas
correctos.
Porqué juzgar que Dios te ama o no, si tu crisis financiera es consecuencia de un mala
administración de tus finanzas.
Dios no te pone ninguna condición para amarte, Él te ama así como tú eres. No importa lo
que hayas sido o seas en el presente: pecados, vicios o defectos, debilidades, Dios te
ama incondicionalmente, sin limitaciones ni condiciones. Su amor no cambia, es eterno,
inalterable e inmutable. La medida del amor de Dios al hombre es “de tal manera”.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16.)
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores Cristo murió
por nosotros (Romanos 5:8)
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo
unigénito al mundo, para que vivamos por él.” (1 Juan 4:9).
Para que Dios te amé, tú no necesitas aparentar otra cosa distinta a lo que eres. No
necesitas aparentar piedad para que Dios te amé. No necesitas fingirte cristiano para que
Dios te amé. La biblia dice que Dios descubre las intenciones del corazón “Así que, no
juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarara también lo
oculto de las tinieblas, y manifestara las intenciones de los corazones; y entonces cada
uno recibirá su alabanza de Dios” (1 Corintios 4:5). Nada hay oculto a su presencia.
Dios no te ama por tus cualidades, o por tus virtudes, o por lo que aparentas ser. Él te
ama a ti. Su amor por ti no depende de cuantos aplausos recibas, ni cuan popular seas en
el mundo o en la iglesia, ni de la cantidad que consagres de diezmos y ofrendas.
Dios te ama con tus cualidades y defectos, con tus virtudes e incompetencia. Dios no
siempre aprueba lo que tú piensas ni lo que haces, pero en cambio Él te ama a ti.
En la veleta que señala la dirección de los vientos, una persona quitó el gallito y en su
lugar puso el siguiente letrero «Dios es amor», queriendo decir que no importaba de
donde soplaran los vientos, si había tempestad o calma, Él siempre nos ama.
No importan las dificultades y los cambios Dios siempre nos amará. Dios declara en su
palabra: “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te
he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” (Jeremías 31:3).
La Biblia revela que Dios ama a todos los hombres de manera personal, como cada uno
necesita ser amado. Su amor se manifiesta en su divina gracia para salvar. “Porque la
gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,” (Tito 2:11).
Él conoce la medida de amor que necesitamos, porque todos no somos iguales. Nada
escapa a su mirada omnisciente. Me anima y conforta saber que no soy uno más del
montón, porque Dios me conoce personalmente. Él conoce mi nombre.
Dios no nos ama ni por lo que somos, ni por lo que hacemos, sino porque Él es amor. Él
es nuestro Padre y conoce cuáles son nuestras necesidades más urgentes.
B. Su amor es paternal.
La paternidad divina no es física, porque no es posible. Pero la Biblia nos enseña que
Dios nos adoptó como sus hijos. El apóstol Pablo revela que recibimos el espíritu de
adopción, por el cual podemos llamar a Dios “PADRE”. “Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de
adopción, por el cual clamamos: ¡ABBA PADRE!. El Espíritu mismo da testimonio a
nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:15, 16).
Jesucristo amplía el concepto que deben tener todos los que se acercan en oración a
Dios, cuando enseñó que se debe orar al “Padre nuestro…” (Lucas 11:1 en adelante).
El que ora a Dios, debe saber que es a un Padre a quien se acerca y esto implica que
debe hacerlo con confianza, quietud y sin temor; en intimidad, con anhelo, afecto y
emoción sincera.
C. Su amor es más que religión.
La Biblia nos enseña que “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos
5:5). Esta experiencia personal con el Espíritu Santo nos lleva a establecer una relación
personal con Dios, que va más allá de actos religiosos y la observancia de ritos y
sacramentos. Genera un cambio de adentro hacia fuera…
La intención del amor de Dios por ti, es conformarte a la imagen de su Hijo Unigénito. Ese
es su mayor deseo, propósito y voluntad. Dios es un Dios de propósito.
A. En su amor te salvó.
B. En su amor te transforma.
Dios, te ama como eres, pero te ama tanto que no te quiere dejar así como estas. Él
quiere algo mucho mejor para ti. Él tiene planes y propósitos contigo, porque eres su hijo.
El Señor tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que tú
puedes pedir o pensar.
La obra genuina y constante del Espíritu Santo en la vida del creyente produce frutos que
son cualidades que adornan el carácter y las actitudes del cristiano (Gálatas 5:22-26.)
Los dones y ministerios que Dios le entrega a la iglesia, es precisamente para edificar la
iglesia, para que los hijos de Dios maduren y se comprometan cada vez más con Cristo
(Efesios 4:11-13.)
C. En su amor te socorre.
No los deja tirado en una esquina de la vida. Jesucristo nos enseñó que si nosotros
siendo unos pecadores, somos capaces de dar a nuestros hijos lo que ellos necesitan,
cuanto más nuestro Padre celestial está dispuesto a darnos el Espíritu Santo, cuando
como hijos se lo pedimos” pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dadivas a
vuestros hijos ¿Cuánto más vuestro padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan (Lucas 11:13).
La mejor manera que tuvo Cristo para ilustrar la fidelidad del amor incondicional de Dios
fue a través de la parábola del padre y el hijo pródigo (Lucas 15:11-32).
CONCLUSIÓN
Mira hermano si tienes la experiencia del nuevo nacimiento, entonces recordemos que
debemos amar a Dios con toda nuestra mente, corazón y fuerzas. Jesús dijo: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.” (Mateo
22:37).
Si tú aún no has tenido un encuentro personal con Cristo, te invitamos a que conozcas el
verdadero amor de Dios por medio de Jesucristo, el Salvador del mundo. “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16).