Iura Novit Curia (Hunter)
Iura Novit Curia (Hunter)
Iura Novit Curia (Hunter)
El postulado de los jueces y tribunales conocen la existencia de las normas que deben
resolver ante la controversia así como el contenido de estas. Con ello se expone a las partes
de la labor de alegar y probar los elementos jurídicos de una prestación , y también se libera al
juegos de las alegaciones jurídicas que las partes expresan para fundamentarlas, ya si ser
reafirma que el derecho es un sistema normativo que se pione que existen órganos estatales
que dominan íntegramente la malla normativa y se brindaría una solución adecuada a la
controversia de los derechos.
● La idea de que los tribunales saben como funciona la legalidad es una garantía
para que el cuidado logre el pleno disfrute de los derechos sin la expresión de la
alegación de los datos jurídicos, y por ello, es esencial ya que la garantía última
de racionalidad y justicia debería ser el ordinario que descansan en los jueces
cuando aplican la ley.
● Los jueces son los encargados de dar operatividad a la racionalidad que se
predica del ordenamiento cuando resuelven sus dispuestas sobre sus derechos.
Aun si es que se analizan las garantías orgánicas y procesales que el estado reconoce
al cuidado se puede comprender que si están encaminadas a asegurar la imparcialidad e
independencia de los jueces como forma de permitir su estricta sujeción a la ley. La
presentación entrega el derecho a los jueces que condicionan y determinan la distribución de
los roles, ya que los jueces deben tener la tarea de aportar los materiales normativos para tener
una accidentada proximidad al funcionamiento jurídico, y en consecuencia de ello, las partes
sólo deberán aportar los materiales fácticos y la prueba, porque ellas son los que están en una
situación de proximidad, siendo más eficientes en estas tareas.
Ante que las normas se han vuelto cada vez más complejas, es imposible no solo todo
el conocimiento del sistema normativo sino que también las normas jurídicas han alcanzado un
nuevo nivel de complejidad que no es accesible para el común de los operados del derecho,
llegando al punto de ignorar su significado (como la Ordenanza de Urbanismo y Construcción).
Con la utilización de los criterios tecnicos o cientificos, se pueden asumir dos modalidades:
● La misma ley utilice términos técnicos, en donde el juez podrá recurrir a los
métodos de interpretación convencionales. Esto es una solución jurídica, pero
complicada ante lo puesto en el art. 21 CC, y por ello, no se soluciona el
problema, por lo que solo se disminuye de grado, la mejor opción por lo anterior
es recurrir a un experto o un técnico, cuya función en traducir a términos
comprensibles para el hombre de conocimiento medio, el contenido del
presupuesto fáctico de la norma–como sería con la figura del perito–.
● La misma ley o norma se remita a o que se dolina a la cláusula tecina, pero la
decisión es adoptada por la Administración a instancia de lo que pueda decir la
comunidad científica, pero sea necesario que esta se apegue lo más posible a lo
que la ciencia o técnica es capaz de justificar. Por ello no son frecuentes.
2
El problema más grave lo tiene el juez, ya que si se paga a una modalidad u otra, el
conocimiento pleno del derecho se apaga a un más. Las expectativas están en que tanto los
jueces como los ciudadanos (a pesar de que sea mucho menor) deberían conocer las normas,
por lo que son frustradas cuando los quejes ignoran el significado de los textos normativos.
Ante lo mencionado anteriormente, el papel del juez se realza, dado que le es exigible al
ciudadano una precisión en la alegación del Derecho cuando no ha existido previsibilidad de las
desviaciones de los tribunales, o cuando el ordenamiento está lejos de ser un todo orgánico,
coherente y sistemático que facilite y garantice al ciudadano la protección de sus derechos.
El legislador debe ser consciente de estas falencias y crear las herramientas adecuadas
para corregir las imperfecciones jurídicas relacionadas con esa incerteza e inseguridad.
Considerando el art. 254 N°4, donde se exigen que el actor narra cada uno de los
hechos que configuran la pretensión y el derecho en que funda, podría surgir el problemas de
que ver si es que se estima el cumplimiento exacto de esta exigencia podría resultará en una
obtención de tutela favorable, por lo que podría surgir que si el actor yerra en la
fundamentación su pretensión podría destinarse al fracaso.
3
El autor no cree que este sentido este correcto, ya que la norma tendría una
consagración implícita de dos exigencias:
● La necesidad de individualizar o particularizar una determinada petición.
● La fundamentación jurídica.
La particularización de la demanda supone relatar unos hechos que le dan vida, que la
identifican y la distinguen de otras pretensiones; el actor debe alegar los datos necesarios e
indispensables para identificar la pretensión para adquirir autonomía; la tarea de dar vida a la
pretensión es esencialmente de los litigantes.
Es un elemento esencial la imparcialidad del juzgador, los jueces deben ser imparciales,
no solo porque sus decisiones se legitiman así, sino porque los ciudadanos tienen un derecho
fundamental a ser juzgados conforme al debido proceso, pero en Chile esto no está
consagrado de modo expreso como garantía constitucional, es extraído de la interpretación. Se
entiende implícitamente la garantía del justo y racional procedimiento, por lo que es una
garantía implícita es en debido proceso (art. 19 N°3 inc. 5 CPR). Además, se puede sostener la
imparcialidad dentro del art. 5 inc. 2 CPR, cual excepción se incorpora al ordenamiento de los
tratados internacionales en materia de derechos fundamentales (por ejemplo, Pacto San José
de Costa Rica).
Picó i Junoy menciona que de las reglas en que existe plena libertad de los litigantes
para formular las alegaciones jurídicas que estimen convenientes, le siguen una serie de
consecuencias en relación de las alegaciones jurídicas:
4
Picó i Junoy plantea que esta situación se debe plantear el marco de la responsabilidad
civil del abogado, si el letrado desea plantear una tesis jurídica novedosa o genuina en algún
aspecto jurídico que diga la doctrina consolidada es necesario que comunique tal circunstancia
a su cliente para que tome la decisión.
Pero no está definido este panorama cuando se dan estas situaciones ante el
demandado, cuando es el sujeto que la genera el demandado, y considerando que la defensa
se sustenta en alegaciones jurídicas a todas luces impertinentes, es difícil entender que esta
actuación no es contraria a la buena fe. En el plano de la ética procesal se espera que las
partes formulen alegaciones que tiendan a colaborar con el juez a una solución justa de la
controversia.
En el juicio del autor solo en casos en que la defensa jurídica sea grotescamente
absurda y lógica es posible hablar de una actuación contraria a la buena fe procesal, ya que no
existe en realidad el ejercicio legítimo del derecho de defensa, por el contrario si esta defensa
no lo es en términos de notoriedad, no es posible concluir que es de mala fe. ante lo dicho
anteriormente se trataría de exigir al demandado un mínimo de seriedad jurídica Al momento
de plantear su defensa. el derecho de defensa otorga una libertad para plantear los argumentos
jurídicos pero en la medida que se opere dentro de las prácticas interpretativas aceptadas por
la comunidad jurídica; la argumentación jurídica grotesca notoriamente Absurda podría ser
considerada contrario a la buena fe procesal y los litigantes ser sancionado por tal motivo.
Esto es evidente, ya que nadie puede estar obligada a exponer aquellas tesis jurídicas
que le sean contrarias sus intereses, por lo que en el aspecto jurídico ilícito no incorporar a la
discusión de aquellos aspectos que no favorecen a la tesis que fundamenta la parte, sin
embargo, desde el punto de vista estratégico residente que la existencia de doctrina contraria a
la tesis sostenida exija la parte un esfuerzo argumentativa adicional para hacerse cargo de
ellas.
5
Es válida para el autor la sentencia que decide los términos de debate jurídico, aún
cuando pueda modificar la calificación efectuada.