ENSAYO
ENSAYO
ENSAYO
Como seres humanos, resulta inevitable cuestionarnos sobre nuestro ser y qué es lo que nos
distingue como seres humanos. Al cuestionarnos sobre si hay algo que nos es propio como
seres humanos lo que tratamos de hallar es si tenemos una esencia, es decir, una naturaleza
invariable, permanente y necesaria, que no pueda ser de otro modo, para todos los humanos.
Esta cuestión se remonta a la filosofía antigua, pues ya Aristóteles consideró todos los objetos
y seres tenían una esencia que nos distinguía y trata de conocerla en su obra “De anima”. A
mi parecer, los seres humanos somos muy distintos a otras especies, pero entre nosotros
encontramos muchas similitudes, a pesar de vivir en regiones alejadas o distintas épocas.
Somos muy diferentes, pero a la vez tenemos muchas semejanzas, por lo que sí que
podríamos pensar que hay algo que nos es propio como seres humanos. Y la primera
propiedad que me parece intrínseca de los seres humanos y enteramente distintiva de
cualquier otro ser es la capacidad de pensar, el raciocinio. Y al igual que yo he llegado a esta
conclusión, a lo largo de la historia de la filosofía un amplio surtido de autores han discurrido
lo mismo, y estos autores son los considerados de corte Racionalista
El racionalismo es una corriente filosófica entiende al ser humano como un ser racional y que
considera que la razón es el instrumento que posee el ser humano para enfrentarse al mundo,
resolver problemas y entender la realidad. Fue iniciada con Descartes, pero podemos
encontrar autores de corte racionalista en la antiguedad. Como ya he mencionado, Aristóteles
trató de buscar la esencia de los seres humanos, y al igual que yo observó que la cualidad
distintiva de los humanos con otros seres vivos es la razón. Según él, los humanos son
animales racionales, es decir, que piensan, razonan y deliberan. La razón nos distingue de
cualquier otra forma de vida y es por tanto nuestra esencia.
Parece bastante coherente aceptar que la razón es la esencia del ser humano, pues es algo que
todos compartimos, se desarrolle o no. Un individuo humano que fuera criado sin ningún tipo
de contacto humano, en la naturaleza, poseería la capacidad de raciocinio, por lo que esta no
es algo que vaya ligado a las sociedades humanas, sino que sí es algo intrínseco del ser
humano. Sin embargo, el asegurar que los seres humanos compartimos la razón y pensamos
no quiere implicar que esta sea nuestra esencia, más allá del ser humanos y lo que nos es
propio como tales. Pues hay estudios científicos que demuestran la inteligencia de animales
como los delfines. Por tanto parece que realmente lo que consideramos distintivo no es tanto
la capacidad de raciocinio como el control sobre nuestros instintos, que es lo que nos parece
más animal. Y sin embargo, observamos a lo largo de la historia que nuestros instintos
humanos son exacerbados y se controlan únicamente porque somos educados para vivir en
sociedad. Si retomamos el ejemplo del niño criado sin contacto humano es cierto que tendría
capacidad de raciocinio, pero no mayor que un delfín, y sucumbiría a sus instintos como
cualquier otro animal. Lo cual me conduce a valorar la opción de que el ser humano no tenga
algo que le sea propio como ser humano, una esencia.
Siguiendo esto, me encuentro con las teorías existencialistas, dentro de las cuales voy a poner
foco en el existencialismo Sartreano. Esta es una corriente filosófica que propone que, como
bien hemos deducido previamente, el ser humano es un individuo que piensa, y además de
pensar vive. Pero lo principal, es que el ser humano existe, al contrario de el resto de cosas
que son, pero no existen. Y según Sartre, “La existencia precede a la esencia”, lo cual quiere
decir que no hay una esencia previa que condicione la existencia del ser. Al existir, los seres
humanos introducimos la nada en el mundo, siendo esta entendida como un componente de la
realidad posterior al ser, puesto que no se podría no ser si previamente no se ha dado el ser.
Esto es, los seres humanos son como un lienzo vacío recien fabricado. Cuando se acaba de
fabricar no hay “nada” pintado, su creación o existencia es lo que permite decir que no tiene
nada, y no es hasta después cuando ya es pintado, una vez ya existe. No viene con algo pre-
pintado que te obligue a dibujar algo en específico, eso sería una esencia.
Por ello los seres humanos somos nada, una conciencia que se temporaliza a sí misma
existiendo y que nunca va a tener una naturaleza o esencia previa.
En base a esta teoría, diríamos que no hay nada que nos sea propios como seres humanos,
ninguna esencia porque no hay nada previo a la propia existencia. Sí, los seres humanos
tenemos la capacidad de pensar, pero no porque sea una naturaleza previa que nos vaya a
condicionar, pues todo tiene lugar después de la propia existencia. Sin embargo, el hecho de
afirmar que somos nada resulta demasiado nihilista, pues si somos nada y finalmente todo se
reduce a nada, nada tiene sentido.
Para escapar de este nihilismo extremo entonces vamos a valorar una tercera perspectiva en
base a esta cuestión. Para ello voy a introducir a Ortega y Gasset, filósofo Español que
propuso una teoría raciovitalista, según la cuál la realidad radical del ser humano es que vive,
pero necesita de razón. No puede entenderse al ser humano sin vida pero tampoco sin razón.
Sin embargo, no considera que ninguna de estas dos cualidades sean la esencia que vaya más
allá del ser humano. Según Ortega no tenemos esencia, pero no cae en el nihilismo que
hemos criticado de Sartre, puesto que para Ortega, el ser humano es Historia. No tenemos una
naturaleza, pues la naturaleza no es cambiante, es estática y se mantiene en el tiempo, y el ser
humano no es algo fijo. Observamos que la especie humana ha cambiado mucho a lo largo de
la historia, si una persona del siglo XXI conociera a un Homo Sapiens de la era de los
metales observaría que no tienen nada en realidad en común que podamos establecer que les
es propio como seres humanos. Y lo mismo sucedería con una persona de la Edad Media, o
sin ir mas lejos, una persona de otra cultura, como si un Europeo conoce a una persona de una
tribu canibal. No hay nada que les sea propio como seres humanos tal como una esencia que
vaya más allá, pero sí hay algo que tienen en común todos estos humanos que he
mencionado, y es la historia. Somos lo que hemos sido.
De este modo, la teoría de Ortega y Gasset confirma nuestra certeza de que la razón es algo
necesario para los seres humanos, pero no es su esencia, no es algo que vaya a condicionarlo
a la hora de desarrollarse antes incluso de ser, no es una naturaleza invariable. Pero a su vez
escapa del nihilismo con el que nos topábamos en el existencialismo Sartreano, puesto que no
tenemos una esencia como tal, pero tampoco se reduce todo a la nada, pues tenemos historia.
En respuesta a nuestra pregunta, sí que hay algo que nos es propio como seres humanos. Pero
no una esencia invariable, permanente y necesaria. Este algo que nos es propio no es la razón,
aunque esta es necesaria para los seres humanos. Hemos establecido también que no podemo
considerar que no haya nada que nos sea propio como seres humanos y que en general todo
se reduzca a la nada, pues sería demasiado extremo. Por tanto, no tenemos esencia pero
tampoco somo enteramente nada, sino que tenemos historia. Una historia que nos es propia
como seres humanos, que sí es cambiante y que forma parte de lo que somos.