Flor de Lis C. Guarneri

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Citar Lexis Nº 20000516

Tribunal:

C. Nac. Com., sala A

Fecha:

24/09/1998

Partes:

Flor de Lis S.A. v. Guarneri, Juan y otro

Publicado:

JA 2000-I-584.

SOCIEDADES (En particular) - Sociedad anónima - Directorio - Acción social de


responsabilidad - Requisitos

Con nota de FEDERICO R. HIGHTON

2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, setiembre 24 de 1998.- ¿Es arreglada a derecho la


sentencia apelada?

El Dr. Peirano dijo:

1. En las presentes actuaciones, el juez de grado ha hecho lugar parcialmente a la demanda


incoada por Flor de Lis S.A. contra Juan J. Guarneri y Gualterio O. R. Würst, por mal
desempeño de su función de directores de Flor de Lis S.A. en cuanto al libramiento de dos
pagarés suscriptos a favor de Cafefil S.A., debiendo devolver su saldo conforme al
anteúltimo párrafo de los considerandos del decisorio de la anterior instancia.
p.2

2. Contra dicho pronunciamiento se alzó el accionado Guarneri a f. 856, recurso que fue
sustentado con la expresión de agravios de fs. 931/949, la que se encuentra incontestada por
la parte contraria. Asimismo, se alzó el restante codemandado Würst a f. 855, recurso que
fue sustentado con la presentación de f. 955/965, que tampoco contestara la actora.

3. La síntesis del proceso considero que se halla adecuadamente expuesta en la sentencia


recurrida; consecuentemente, a los fines de este decisorio y a los efectos de evitar
innecesarias repeticiones, me remito, en cuanto a los antecedentes del caso, al contenido del
pronunciamiento sometido a revisión, donde cuentan con un claro y apropiado resumen.

4. En primer lugar, estimo que se hace necesario analizar la defensa de falta de legitimación
opuesta, ya que de su resultado puede depender la suerte de la presente litis. El fundamento
de la excepción en análisis se basa en el art. 276 Ley 19550 (1), que condiciona la
promoción de la acción de responsabilidad contra los directores a la previa resolución de la
asamblea de accionistas.

Resulta innecesario, a los efectos de expedirme sobre los agravios proferidos, profundizar
sobre ciertos aspectos de la regulación contenida en la Ley de Sociedades sobre la
responsabilidad de los administradores en las sociedades de capital por la gestión operativa
y empresaria, ya que las partes no han traído a consideración de esta alzada debate alguno
referente a la naturaleza jurídica de la pretensión incoada -fundada en la acción social
mayoritaria de responsabilidad- ni que deba ser entablada, en principio, por el representante
legal de la sociedad, previa decisión de la asamblea ordinaria (arts. 58 , 50 , 234 inc. 3,
274 , 277 y concs. Ley 19550). Dicho cuerpo legal establece que "la acción social de
responsabilidad contra los directores corresponde a la sociedad, previa resolución de la
asamblea de accionistas. Puede ser adoptada aunque no conste en el orden del día si es
consecuencia directa de la resolución de asuntos incluidos en ésta...". De ello se puede
inferir claramente, por un lado, que la acción para exigir la responsabilidad de los directores
por actos que dañen a la sociedad en su conjunto, como ente, es privativa de la sociedad
misma, y por otro, que la sociedad no puede en ningún caso promover la acción social de
responsabilidad contra los directores sin previa resolución de la asamblea.

5. La acción social, reitero, tiende a hacer efectiva la responsabilidad que pesa sobre sus
administradores, o sea, en cuanto integrantes del órgano que tiene a su cargo el ejercicio de
la gestión social de no ajustar su conducta a las pautas generales establecidas por los arts.
59 y 274 , sin perjuicio de dejar aclarado desde ya que es un capítulo más de la teoría
general del derecho resarcitorio, deben encontrarse reunidos los restantes presupuestos
requeridos que la misma contempla para la procedencia de la reparación del daño ya que no
p.3

basta que se exteriorice un obrar antinormativo de los administradores en la conducta


desplegada en su gestión. El acto ilícito, además de ser relevante, debe irrogar un perjuicio
concreto para que dé lugar a la acción social -si lo sufre el patrimonio de la sociedad- o bien
a la individual (action individuelle), que tiende a resarcir el daño sufrido directamente por
el patrimonio del accionista con motivo de un acto de administración.

En la línea argumental desarrollada hasta aquí en el presente voto, cabe señalar que es una
obligación común de los administradores cumplir los deberes que le impone la Ley, los
estatutos o el reglamento de la sociedad, respetando el interés social y obrando con la
lealtad y la diligencia de un buen hombre de negocios. La inobservancia de este deber
genera la responsabilidad por los daños y perjuicios que ocasione al patrimonio social por
la comisión de actos u omisiones de los integrantes del Directorio que se les pueda atribuir
a raíz de una conducta reprochable que desplegaran con culpa o dolo, como en violación de
los deberes propios de la gestión que le impone el ordenamiento legal orgánicamente y en
cabeza de todos y cada uno de los integrantes del Directorio -valorada la conducta en forma
personal, pero impuesta en forma ilimitada y solidaria- en caso de apreciarse, además, la
necesaria relación de causalidad entre el obrar antijurídico y el daño, ya que la naturaleza
de tal responsabilidad es esencialmente patrimonial.

Consecuentemente, afectando el patrimonio social que se trata de resarcir por esa vía, el art.
276 LS. establece que: a) la decisión debe ser adoptada por la asamblea de los accionistas
de la sociedad. Y dentro de ellas la ordinaria (Brunetti, Antonio, "Tratado de derecho de las
sociedades", Ed. Uteha, 1960, t. II, p. 494; Verón, Alberto, "Sociedades comerciales", t. 4,
p. 326) ya que es la que en cuyo seno también se delibera y se resuelven las cuestiones
sobre intereses eventualmente contrapuestos del órgano de administración y de los mismos
accionistas ya que el daño que se ocasione al patrimonio de la sociedad, en forma indirecta
o mediata termina repercutiendo en perjuicio del patrimonio de los socios y, b) puede
legítimamente adoptarse, aunque no conste expresamente en el orden del día, siempre y
cuando sea, como en el caso de autos, consecuencia directa de un punto expresamente
incluido en el mismo.

6. Teniendo en consideración lo expuesto precedentemente, no dejo de observar que de la


lectura del acta de asamblea de fecha 19/4/85, se puede inferir que ninguno de los
accionistas realizó tratamiento alguno respecto de los puntos tercero y cuarto del orden del
día. Por otro lado, cabe señalar que los accionistas presentes se limitaron a aceptar las
renuncias de los directores Gualterio Würst y Julio Aguilar, solicitando la palabra la
contadora Susana Prisant, quien requirió que "sea el nuevo Directorio quien tome las
medidas investigativas y eventuales acciones judiciales para deslindar la responsabilidad
que pudiera emerger en orden a los hechos vinculados al contrato de Cafefil".
p.4

De la citada acta, también se desprende claramente que en la asamblea al tratarse los puntos
3 y 4 del orden del día referidos a la comercialización de nuevos productos y al análisis de
las actuaciones y efectos provocados por la operatoria de la referida comercialización -que
habría dado lugar a la suscripción de los títulos que dan lugar a la presente demanda- no
hubo una consideración concreta de temas que configurarían la presencia de conductas
antinormativas como así tampoco se realizó un análisis de las causales de atribución de
responsabilidad en que podían estar incursos los directores involucrados y lo que resulta
dirimente es que no hubo una votación por parte de los accionistas presentes tendiente al
ejercicio de la acción social de responsabilidad. Estimo, por otro lado, que al momento de
la celebración de la citada asamblea no se contaba con elementos suficientes como para
poder analizar, deliberar y resolver sobre la conducta de los directores cuestionados, ya que
la moción de la contadora Prisant en representación del accionista Luis A. Oddone y Cía.
Asesores Financieros S.A. propicia que sea el nuevo Directorio quien tome las medidas
investigativas y eventuales acciones judiciales para deslindar la responsabilidad que pueda
emerger en orden a hechos vinculados al contrato con Cafefil" no obstante la evidencia
surge de las constancias del acta de la existencia de un informe resultante de una "Comisión
sumariante" sobre dichas negociaciones, a la luz de los términos de las expresiones del
codemandado Sr. Guarneri al oponerse a que se impulse la promoción de la acción de
responsabilidad, no se efectuó votación alguna que permita afirmar que se adoptara tal
decisión, máxime la restante accionista que tomara la palabra a continuación adhiriéndose a
la primera moción, expresa que su decisión "sin hacer mérito en las conclusiones de los
diversos informes que se le hicieron llegar".

Otra circunstancia que corrobora lo expuesto precedentemente sobre la interpretación dada


a la moción de la contadora Prisant, en el sentido de que no estaba propiciando la
promoción de la acción de responsabilidad social, la constituye su propio pedido de
reemplazar al contador Juan R. Guarneri en el Directorio, cuando la citada profesional no
puede ignorar que dar curso a la acción de responsabilidad contra el mismo conlleva
automáticamente su remoción.

7. Por otro lado, conforme se destacara precedentemente, del acta asamblearia se puede
inferir la falta de votación, acto a través del cual los accionistas reunidos manifiestan la
voluntad de ente colectivo. La asamblea como cuerpo colegiado, una vez agotada la
deliberación de cada una de las cuestiones sometidas a su consideración, debe expedirse
respecto de su aprobación, modificación o rechazo. Es decir, exteriorizar inequívocamente
cuál es la voluntad del órgano asambleario respecto de cada uno de los asuntos sobre los
cuales se ha deliberado (Sasot Betes-Sasot, "Las asambleas", p. 245). Una de las cuestiones
que ha sido objeto de encontrados criterios, es la de establecer si la votación es suficiente
para dejar aprobada o rechazada la cuestión puesta a consideración y decisión de la
asamblea o es imprescindible que vaya seguida de una proclamación del resultado por el
presidente de la misma, pero sobre lo que no hay discusión alguna es que para que exista
voluntad social haber una previa votación de los accionistas, votación que, como se
p.5

expresara anteriormente, no fue realizada a los efectos de conocer la voluntad social en el


punto en tratamiento.

8. Por último, estimo pertinente analizar la probabilidad de que llegara a importar la moción
tratada una delegación al Directorio para investigar y promover las acciones, comprensiva
de la decisión de así resolverlo.

Al respecto, es sabido que el Directorio es un órgano al que la Ley no le fija muy


precisamente sus atribuciones, pero podemos afirmar sin hesitación que carece de los
poderes que hayan sido atribuidos a la asamblea general por la Ley, los estatutos o el
reglamento (Sasot Betes, "El órgano de administración", p. 450; Verón, ob. cit., t. 4, p. 87).

La circunstancia de que la Ley de Sociedades haya previsto la delegación de funciones del


Directorio en "comité ejecutivo o gerentes" no me permite por si sólo afirmar que también
puede delegar los suyos la asamblea y no con el único sustento de que si el legislador así lo
entendiera lo habría establecido expresamente ya que aun partiendo de la opinión contraria
a la mía, sería imprescindible que la delegación sea expresa y no dejara margen alguno de
duda, ya que constituye un voluntario desplazamiento de competencia atribuida por la Ley
a la asamblea de accionistas hacia el Directorio, lo que tampoco se desprende en el caso de
autos del acta respectiva que tengo a la vista.

Obiter dicta, cabe recordar la competencia exclusiva establecida a las asambleas de


accionistas por los arts. 234 y 235. Que los accionistas son los titulares del interés legítimo
lesionado -aunque en forma indirecta o mediata- que se trata de reparar y que dicha
resolución, en principio, es el resultado de una censura de la gestión social, encontrándose
en órbita de las facultades de dicho órgano extinguirla, eximirla, renunciar o transar al
respecto, decisiones en que rige la prohibición del art. 241 LS., tratándose por otra parte
de miembros que pueden estar involucrados orgánicamente, a punto tal que la citada Ley
les impone una responsabilidad ilimitada y solidariamente a todos los integrantes -aunque
se valore su conducta en forma procesal-, cuestiones en que, por otro lado, impera el orden
público por tratarse de funciones esenciales y privativas de la estructura social: lo contrario
atentaría su tipicidad (Sasot Betes-Sasot, "Las asambleas", p. 46).

9. En conclusión, estimo que la sociedad accionante, al no haberse aprobado resolución


asamblearia alguna que autoriza el ejercicio de la presente acción de responsabilidad social
(art. 276 LS.) carece de legitimación activa para obrar.
p.6

10. Las antedichas conclusiones me eximen de considerar los restantes argumentos


esbozados por la recurrente (Corte Sup., 13/11/86, "Altamirano, Ramón v. Comisión
Nacional de Energía Atómica"; C. Nac. Civ. y Com. Fed., sala 1ª, 29/10/85, ED 121-672;
Corte Sup., 12/2/87, "Soñes, Raúl E. v. Administración Nacional de Aduanas" ; ídem,
11/9/86, "Minera Aguilar S.A." -disidencia del Dr. Fayt-; ídem, 23/9/86, "Fernández,
Plácido v. F.A.M.A.C. S.A.", ED 21-150; Corte Sup., 6/10/87, "Pons, María y otro"; ídem,
15/9/89, "Stancato, Carmelo"; Corte Sup., 24/3/88, "Schocklender, Sergio").

11. Por todo lo expuesto, propongo al acuerdo que estamos celebrando la revocación de la
sentencia de fs. 832/844, haciendo lugar a la excepción de falta de legitimación opuesta y
consecuentemente rechazar la demanda incoada por Flor de Lis S.A . v. Juan J. Guarneri y
Gualterio O. R. Würst, por mal desempeño de su función de directores de Flor de Lis S.A.
en todas sus partes.

12. Las costas correspondientes a ambas instancias, serán impuestas a la vencida (art. 68
CPr.).

13. Encomiéndanse al juez de grado las diligencias necesarias a los fines de la tributación
de la tasa de justicia que correspondiere.

Así voto.

Los Dres. Miguez de Cantore y Jarazo Veiras por análogas razones adhirieron al voto
precedente.

Por los fundamentos del acuerdo precedente, se resuelve: revocar la sentencia de fs.
832/844 y, haciendo lugar a la excepción de falta de legitimación opuesta, rechazar la
demanda incoada por Flor de Lis S.A. contra Juan J. Guarneri y Gualterio O. R. Würst, por
mal desempeño de su función de directores de Flor de Lis S.A. en todas sus partes. Las
costas correspondientes a ambas instancias, serán impuestas a la vencida (art. 68 CPr.).
(Omissis...).- Julio J. Peirano.- Isabel Miguez de Cantore.- Manuel Jarazo Veiras.

NOTAS:
p.7

(1) t.o. 84 LA 1984-A-46.

TRES TEMAS SOBRE ACCIONES DE RESPONSABILIDAD CONTRA DIRECTORES


SOCIETARIOS

Por FEDERICO R. HIGHTON

SUMARIO: I. La acción de responsabilidad societaria como capítulo de la teoría general


del derecho resarcitorio.- II. La responsabilidad de los directores y administradores
societarios como materia interdisciplinaria.- III. Recaudos de la expresión de voluntad
asamblearia que dispone ejercer la acción social de responsabilidad. Indelegabilidad de la
decisión en el Directorio. Indelegabilidad en general de las funciones de la asamblea

I. LA ACCIÓN DE RESPONSABILIDAD SOCIETARIA COMO CAPÍTULO DE LA


TEORÍA GENERAL DEL DERECHO RESARCITORIO

El art. 274 de la Ley de Sociedades, que a su vez remite al art. 59 de la misma, regula la
responsabilidad solidaria de los directores, en forma conjunta, sea ésta hacia la sociedad,
los accionistas o terceros.

Según el fallo arriba transcripto, estos artículos de la Ley de Sociedades integran "un
capítulo más de la teoría general del derecho resarcitorio".

Esta óptica nos conduce al derecho civil. En este recorrido registramos otro fallo (1) que
puso en práctica expresamente la aplicación de normas civiles resarcitorias al reclamo
contra los administradores societarios. Se refiere a los integrantes de la gerencia colegiada
de una sociedad de responsabilidad limitada, asimilados en este punto a los directores de la
sociedad anónima por el art. 157 de la Ley, y se trata asimismo de la acción promovida
por un tercero (trabajador accidentado), en lugar de la acción promovida por la sociedad,
como en el decisorio anotado. Sin embargo, la situación encuadra en los mismos arts. 274
y 59 Ley 19559, y estas variantes fácticas no alteran lo que queremos destacar, o sea la
remisión de estas normas al ordenamiento común, citándose en la sentencia civil
expresamente los arts. 43 , 512 , 902 , 1109 y 1113 CC. También dice allí el
juzgador: "En suma, el administrador societario tiene una responsabilidad genérica como
p.8

persona individual (art. 1109 CC.) y una responsabilidad específica como profesional
(arts. 59 y 274 LS.), por el daño causado en el ejercicio de sus funciones (art. 43 CC.)".

II. LA RESPONSABILIDAD DE LOS DIRECTORES Y ADMINISTRADORES


SOCIETARIOS COMO MATERIA INTERDISCIPLINARIA

La consideración de las normas societarias sobre responsabilidad como "un capítulo más de
la teoría general del derecho resarcitorio", en los términos del fallo anotado, sugiere una
insuficiencia por sí sola, o necesidad de complementación, de la Ley de Sociedades en
este tema.

Con anterioridad nos hemos referido a la responsabilidad de directores y administradores


societarios como una materia interdisciplinaria (2). En realidad, los contenidos concretos de
esta responsabilidad no se nutren exclusivamente del derecho civil.

En un caso (3), los arts. 59 y 274 Ley 19550 se integraron con los arts. 7 , 12 , 13, 14 y
68 de la Ley de contrato de trabajo. Los fundamentos normativos de la imputación de
solidaridad a los directores en materia laboral han tenido algunas variantes (4).

La responsabilidad solidaria de los directores en materia fiscal (5), tiene por único
fundamento legal el art. 8 Ley 11683 de procedimiento fiscal. Sin embargo, un autor (6)
nos reenvía a la Ley de Sociedades , al considerar aplicable en la materia lo previsto en el
párr. 2 art. 274 Ley 19550, incorporado por la Ley 22903<HD+> <HD->. Localizamos
aquí un sistema de vasos comunicantes entre normas de distintas disciplinas.

Estos ejemplos, ciertamente, no agotan la nómina de hipótesis de imputación de


responsabilidad personal a directores y administradores societarios. Podemos establecer en
general que -a los fines de configurarse esta responsabilidad solidaria- la Ley de Sociedades
se integra con aquel sector del orden jurídico cuyas normas hayan sido violadas. Esto es, en
definitiva, lo que enuncia genéricamente el art. 274 Ley 19550, en cuanto se refiere a
"violación de la Ley, el estatuto o el reglamento y por cualquier daño producido por dolo,
abuso de facultades o culpa grave". El dolo, el abuso de facultades o la culpa grave,
requieren también la violación de alguna norma para generar responsabilidad.
p.9

Con esta guía, se entienden mejor los alcances de las normas societarias sobre
responsabilidad solidaria, que son escuetas en relación con sus importantes efectos. Las
alternativas son ilimitadas en cuanto exista violación normativa, pero a su vez esta
exigencia es limitante al excluir las imputaciones abstractas. A estos fines, el estatuto y/o el
reglamento son normas asumidas contractualmente por las partes. En todos los casos,
deberá existir relación de causalidad entre la violación de la norma y el perjuicio sufrido
por el reclamante.

III. RECAUDOS DE LA EXPRESIÓN DE VOLUNTAD ASAMBLEARIA QUE


DISPONE EJERCER LA ACCIÓN SOCIAL DE RESPONSABILIDAD.
INDELEGABILIDAD DE LA DECISIÓN EN EL DIRECTORIO. INDELEGABILIDAD
EN GENERAL DE LAS FUNCIONES DE LA ASAMBLEA

Dentro de las alternativas previstas en el art. 274 mencionado, la acción "social" de


responsabilidad es aquella que ejerce la sociedad. Al respecto, el art. 276 de la misma Ley
societaria impone la previa resolución de la asamblea de accionistas para ejercer esta
acción.

En el caso anotado, se pone en crisis la suficiencia de lo actuado en una asamblea, para


configurar las exigencias de dicho art. 276 , como decisión válida para iniciar acción de
responsabilidad a los directores. La sentencia de Cámara es revocatoria de la de la primera
instancia, que había rechazado una excepción de falta de acción, dando curso a la demanda.

Surgía del acta respectiva, que ninguno de los accionistas realizó tratamiento alguno
respecto de los puntos pertinentes del orden del día, que los accionistas presentes se
limitaron a aceptar las renuncias de dos directores, y que la apoderada de un accionista
requirió que fuera el nuevo Directorio quien tomara las medidas investigativas y eventuales
acciones judiciales para deslindar la responsabilidad que pudiera emerger en orden a los
hechos vinculados al contrato cuestionado.

También se desprendía claramente del acta, que al tratarse en la misma los puntos del orden
del día referidos a la comercialización de nuevos productos y al análisis de las actuaciones
y efectos provocados por la operatoria de la referida comercialización -que habría dado
lugar a la suscripción de los títulos que fundan la demanda- no hubo una consideración
concreta de temas que configurarían la presencia de conductas antinormativas, como así
tampoco se realizó un análisis de las causales de atribución de responsabilidad en que
podrían estar incursos los directores involucrados, considerándose dirimente que no hubo
una votación por parte de los accionistas presentes tendiente al ejercicio de la acción social
de responsabilidad.
p.10

Las conclusiones jurídicas salientes del fallo son: a) Que el voto de los accionistas
presentes es esencial para considerar tomada una decisión por la asamblea. b) Que la
asamblea no puede delegar en el Directorio la decisión de iniciar la acción social de
responsabilidad. c) En general, que la asamblea no puede delegar sus funciones en el
Directorio.

Se ha dicho: "La analogía entre el Estado y la sociedad anónima ha sido vista de igual
modo por los hombres de Leyes norteamericanos, tanto legisladores como juristas. Los
accionistas constituían el electorado, los directores la legislatura encargada de dictar las
resoluciones de carácter general y encomendar a los ejecutivos de la sociedad su aplicación
en la práctica. Era innecesaria una judicatura, ya que el Estado había graciosamente
permitido el uso de la suya. Los accionistas y los directores llenaban separadamente
funciones que la otra parte no podía ejercer. Los directores administraban. Los accionistas
no podían adoptar la mayor parte de las decisiones que guardasen relación con los
negocios. La manera prescripta de rever decisiones directivas era el voto. Sólo cuando las
modificaciones sugeridas alcanzasen dimensiones constitucionales -reforma de los
estatutos, fusión, disolución- se daba directamente voz al accionista a los efectos de la
decisión. Sólo cuando la conducta de un director justificase una acusación de orden
público, podía el cuerpo de accionistas exonerar a sus representantes antes del término
fijado" (7).

La razón por la cual lo anterior -publicado hace más de treinta años- está ya entonces
expresado en pretérito, es porque el mismo autor continúa explicando la pérdida de poder
del voto del accionista con motivo de la desinformación a que lo condujo el desarrollo de la
empresa en gran escala.

Continúa en estos términos: "El sufragio, en la realidad, había sido anulado, desde el
momento en que no estaba ni informado ni organizado. No obstante las formas de control
electoral, la gerencia de la empresa se transformó en todos los casos, salvo raras
excepciones, en una oligarquía que se autoperpetuaba automáticamente, según Adolph
Berle. La realidad de la sociedad anónima democrática, había pasado a ser burocrática" (8).

Aunque, paradojicamente, tiene como consecuencia poner a salvo de la demanda de


responsabilidad a dos ex directores, el fallo anotado reivindica la función esencial del voto
del accionista. La aceptación de la delegación en un nuevo directorio de la tarea de censurar
a dos ex directores consolidaría la tendencia a desvalorizar la participación del accionista.
Tan arraigada está esta tendencia, que el fallo de primera instancia había desestimado la
excepción de falta de acción, dando curso a la demanda.
p.11

En coincidencia con la doctrina general del fallo, leemos también: "La asamblea general de
accionistas es un órgano esencial, no permanente, colegiado, con facultades exclusivas e
indelegables, salvo los casos específicos previstos en el cuerpo legal (arts. 135 y 235 inc.
1) ...El Directorio es el órgano ejecutor de las decisiones de aquélla" (9).

En el mismo sentido: "Las funciones de la asamblea son indelegables. El estatuto no puede


atribuir a otro órgano aquéllas que la Ley le asigna, so pena de violar la tipicidad de la
sociedad y determinar, por consiguiente, su nulidad absoluta conforme el art. 17 de la Ley.
Tampoco puede la asamblea misma delegar en el Directorio -ni muchos menos en el
síndico- resoluciones que son de su competencia -excepto cuando la propia Ley lo autoriza,
como en el supuesto del art. 188 párr. 2º-. Al respecto es terminante el art. 233 al
establecer que las asambleas tienen competencia exclusiva para tratar los asuntos incluidos
en los arts. 234 y 235" (10).

"Realizada la votación, la propuesta que obtuvo en su apoyo la mayoría necesaria se


convierte en resolución de la asamblea que, como ya lo señalamos al principio de este
capítulo, es obligatoria para todos los accionistas y debe ser cumplida por el Directorio
(Ley art. 233 ). La resolución así tomada, es la confluencia o combinación de actos
jurídicos declarativos que resultan del voto de cada accionista y constituye, a su vez, un
nuevo acto jurídico orgánico de la sociedad" (11).

"La remoción de los administradores por desaprobación de su gestión, que antes se


consideraba implícita en el orden del día por la doctrina, ahora debe ser incluida
expresamente. Sólo podrá adoptarse, si no está incluida en la temática a tratar, cuando la
remoción sea la consecuencia de la determinación por la asamblea, del ejercicio de la
acción de responsabilidad contra éstos (art. 276 ), cuando ésta sea la consecuencia, a su
vez, del tratamiento de algún tema de la convocatoria" (12).

Las transcripciones anteriores confirman la doctrina correcta en el decisorio anotado.

NOTAS:

(1) "Camacho Acosta, M. v. Grafi Graf S.R.L. y otros s/daños y perjuicios (accidente de
trabajo)". Juzg. Nac. Civil n. 6; 28/2/97 Firme.
p.12

(2) Conferencia dictada en el "Primer Congreso de Noveles Abogados del Litoral",


Concordia, Entre Ríos, 11/9/99.

(3) "Duquelsky, Silvia v. Fuar S.A. y otro", C. Nac. Trab., sala 3ª, 19/2/98.

(4) Highton, Federico R., "Responsabilidad patrimonial solidaria de directores,


administradores y socios por demandas laborales contra sociedades comerciales", Ed.
Ad-Hoc, Bs. As., 1999.

(5) Highton, Federico R., "Responsabilidad patrimonial solidaria de directores y


administradores por deudas impositivas de las sociedades comerciales", Ed. Ad-Hoc, Bs.
As., 1999.

(6) Gagliardo, Mariano, "Responsabilidad de los directores de sociedades anónimas", 2ª


ed., Ed. Abeledo-Perrot, 1994, p. 700.

(7) Chayes, Abram, "La sociedad anónima moderna y el imperio de la Ley", capítulo II a su
cargo, dentro de la obra colectiva coordinada por Edward S. Mason, "La sociedad anónima
en la sociedad moderna", Ed. Depalma, Bs. As., 1967, ps. 58/59.

(8) Chayes, Abram, ob. cit., p. 59.

(9) Arecha, Martín-García Cuerva, Héctor, "Sociedades comerciales", Ed. Depalma, Bs.
As., 1976, ps. 352/353.

(10) Zaldívar, Enrique, "Cuadernos de Derecho Societario", Ed. Abeledo-Perrot, Bs. As.,
1976, t. II, 2ª parte, ps. 318/319.

(11) Zaldívar, Enrique, "Cuadernos de Derecho Societario", Ed. Abeledo-Perrot, Bs. As.,
1976, t. II, 2ª parte, ps. 374/375.
p.13

(12) Arecha, Martín-García Cuerva, ob. cit., ps. 366/367.

SOCIEDADES (En particular) AR_JA004 JJTextoCompleto JUSTICIA NACIONAL EN


LO COMERCIAL JUSTICIA NACIONAL DE LA CAPITAL FEDERAL

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