La Revolución Mexicana comenzó en 1910 como un levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz y eventualmente llevó al fin del régimen porfirista. Francisco I. Madero jugó un papel clave al encabezar el levantamiento inicial y más tarde servir brevemente como presidente hasta ser asesinado, lo que condujo a una guerra civil prolongada entre facciones revolucionarias rivales.
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La Revolución Mexicana comenzó en 1910 como un levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz y eventualmente llevó al fin del régimen porfirista. Francisco I. Madero jugó un papel clave al encabezar el levantamiento inicial y más tarde servir brevemente como presidente hasta ser asesinado, lo que condujo a una guerra civil prolongada entre facciones revolucionarias rivales.
La Revolución Mexicana comenzó en 1910 como un levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz y eventualmente llevó al fin del régimen porfirista. Francisco I. Madero jugó un papel clave al encabezar el levantamiento inicial y más tarde servir brevemente como presidente hasta ser asesinado, lo que condujo a una guerra civil prolongada entre facciones revolucionarias rivales.
La Revolución Mexicana comenzó en 1910 como un levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz y eventualmente llevó al fin del régimen porfirista. Francisco I. Madero jugó un papel clave al encabezar el levantamiento inicial y más tarde servir brevemente como presidente hasta ser asesinado, lo que condujo a una guerra civil prolongada entre facciones revolucionarias rivales.
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Revolución Mexicana
Antecedentes
A pesar de que se considera que la Revolución inició con el levantamiento
de Francisco I. Madero, durante el mandato de Porfirio Díaz, hubo diversas sublevaciones de personas que pertenecían al antiguo régimen del porfiriato; sin embargo estas sublevaciones eran levantamientos de tipo militar para tomar el poder, sin que hubiera realmente una ideología de cambio político, social o económico.
Algunas de las más importantes fueron:
1876: Mariano Escobedo
1877: Pedro Valdés 1878: Lorenzo Hernández, Javier Espino 1879: Miguel Negrete, Manuel Carreón, Francisco A. Nava, José del Río
Desde el principio del siglo, hubo un cambio en la conciencia política de
México; muchos mexicanos consideraban que era necesaria una participación del pueblo en la vida política de México, y estimaban urgente que se emprendieran reformas sociales en el país. Fue hasta 1901 cuando surgieron los llamados "Clubes Liberales", en los que se agrupaban jóvenes y políticos de tradición liberal jacobina. En ese mismo año se celebró el Congreso Liberal en San Luís Potosí promovido por Camilo Arriaga
Durante 1902 y 1903 se llevaron a cabo múltiples protestas contra la
reelección de Díaz, que fueron violentamente reprimidas. Una de las acciones más destacadas fue la pancarta con la leyenda "La Constitución ha muerto..." en las oficinas del periódico El hijo de El Ahuizote. La libertad de prensa y asamblea, garantizadas en la Constitución de 1857 fueron suprimidas, además de que las condiciones de miseria y explotación de obreros y campesinos eran perpetuadas por las concesiones a empresas extranjeras, latifundios y tiendas de raya fomentadas durante el Porfiriato.
Un grupo de liberales, entre los que se encontraban los hermanos Flores
Magón, comprendieron que Díaz no dejaría la presidencia a través de una derrota electoral. Este grupo consideraba que la dictadura se sostenía por la fuerza de las armas y sólo por la fuerza de las armas podría caer. Por esta razón, cuando los liberales salen de la cárcel en 1904, y se exilian en los Estados Unidos, se crearon dos tendencias: una que proponían reformar sólo las estructuras políticas y otros buscaban estallar la revolución social; estos últimos comenzaron a organizar en 1905 el Partido Liberal Mexicano (PLM) que hizo público su programa al siguiente año en San Luís, Missouri.
En 1906 comienzan a organizarse las primeras insurrecciones promovidas
por el PLM contra la dictadura de Porfirio Díaz. El PLM programó un levantamiento armado para el 16 de septiembre de ese año, en el aniversario de la Independencia de México, sin embargo la sublevación fue descubierta por la policía porfirista y detectives norteamericanos. A pesar de que el levantamiento armado general fue postergado, en ese año acontecieron sucesos que después fueron considerados precursores del levantamiento de 1910:
1 de junio: Huelga de Cananea en Sonora contra la "Cananea
Consolidated Copper Company", reprimida con un saldo de 23 muertos y 22 heridos, más de 50 personas detenidas y cientos de desplazados. 1 de julio: Programa del Partido Liberal Mexicano difundido en el periódico Regeneración. 30 de septiembre: Rebelión de Acayucan, Minatitlán y Puerto México, Veracruz, reprimida por el ejército.
Cuando en 1910, estalló la revolución armada encabezada por Madero, los
componentes del Partido Liberal Mexicano actuaron en forma independiente, sobre todo en los Estados del Norte ya que la Junta Organizadora del PLM operaba en el exilio al sur de los Estados Unidos. En este lapso la acción más significativa del PLM fue la Rebelión de Baja California, territorio que los liberales tomaron con el apoyo de extranjeros socialistas y anarquistas afiliados al grupo Trabajadores Industriales del Mundo en 1911 pero fueron combatidos por los soldados federales -y luego por los maderistas- , quienes los derrotaron finalmente con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos.
El plan de San Luis
En su calidad de candidato a la Presidencia de la República, Francisco I.
Madero realizó una nueva gira política por la República, despertando un gran entusiasmo a favor de sus planteamientos de oposición al régimen de Porfirio Díaz, enfocadas a lograrlo no por la violencia, sino por la participación de los ciudadanos en las elecciones. El gobierno se alarmó a la vista de tal situación y aprehendió a Madero, acusándolo de delitos de ultrajes a la autoridad y de intento de rebeldía en Monterrey, conduciéndolo después a San Luis Potosí para que se siguiera el proceso correspondiente; su defensa logró que saliera libre bajo caución, con la condición de que no abandonara la ciudad. En este ambiente tenso tuvieron lugar las elecciones a mediados de 1910, en las que se presentaron diversas irregularidades y resultaron electos Porfirio Díaz y Ramón Corral, que ocuparían los cargos de presidente y vicepresidente respectivamente para el periodo 1910-1914.
Al darse cuenta de que una solución pacífica era imposible, Francisco I.
Madero, dispuesto a iniciar un levantamiento armado, se fugó de San Luis Potosí hacia San Antonio, Texas, donde proclamó el Plan de San Luis, de 5 de Octubre de 1910, en el que declaró:
“Haciéndome eco de la voluntad nacional, declaro ilegales las
pasadas elecciones y quedando por tal motivo la República sin gobernantes legítimos, asumo provisionalmente la Presidencia de la República, mientras el pueblo designa conforme a la ley a sus gobernantes”.
Acto seguido, señaló en el artículo 7 de dicho plan, “El 20 de Noviembre,
desde las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente nos gobiernan”. Ese día, sin embargo, prácticamente no sucedió nada, a excepción del levantamiento por parte de Toribio Ortega y un grupo de 60 caudillos en Cuchillo Parado, Chihuahua el día 14 y en Puebla el día 18. El resto de los brotes rebeldes estallaron en los días subsiguientes.
La lucha armada
El gobierno porfirista se apresuró a acabar con los centros
Antireeleccionistas que más peligro implicaban, tomando disposiciones en contra de dichos centros en México y Puebla. En esta última ciudad, se recibieron informes de que en la casa de Aquiles Serdán, quien encabezaba a los antireeleccionistas, se encontraban individuos con armas, por lo que policía se aprestó a hacer un cateo. Sin embargo, cuando los gendarmes llegaron se les hizo fuego, muriendo en el acto Miguel Cabrera, Jefe de la Policía en Puebla, y prolongándose el tiroteo por mucho tiempo lo que hizo necesaria la intervención del ejército para sitiar la casa y ocuparla finalmente.
El 20 de noviembre, según lo planeado, Madero cruzó la frontera entre
Estados Unidos y México para iniciar el movimiento revolucionario en Ciudad Porfirio Díaz (hoy Piedras Negras), pero no tuvo éxito y le fue preciso regresar a territorio norteamericano. A pesar del aparente fracaso, durante las semanas siguientes cambió el panorama y la revuelta comenzó a extenderse a lo largo de la República, mientras que se hacía notar la influencia de los Estados Unidos, que favorecieron al maderismo al movilizar veinte mil soldados hacia la frontera mexicana para “mantener la neutralidad”, y al enviar barcos de guerra a distintos puertos mexicanos del Golfo, creando una presión para el gobierno porfirista.
Entre los Jefes rebeldes que se lanzaron a la rebelión en ese entonces,
pueden mencionarse los siguientes; Emiliano Zapata, Ambrosio y Rómulo Figueroa, y Manuel Asúnsulo en Morelos; Salvador Escalante y Ramón Romero en Michoacán y Jalisco; Gabriel Hernández en Hidalgo y Pascual Orozco en Chihuahua, entre otros. En Chihuahua las acciones de Abraham González fueron determinantes durante los primeros días del movimiento.
Fin del Porfiriato y el Gobierno de Madero
El ministro de Hacienda, José Yves Limantour, que se encontraba en
Europa, regresó a México, vía Nueva York donde los revolucionarios se entrevistaron con él y le entregaron proposiciones para que las pusiera en manos del General Díaz, a fin de llegar a un acuerdo. Limantour, al mismo tiempo, quedó muy impresionado por la actitud hostil del gobierno de Estados Unidos hacia Porfirio Díaz pues le reprochaban al gobierno mexicano la entrada de capital europeo en el país. Varios emisarios de Díaz se entrevistaron con los rebeldes y se convino un armisticio, pero como no se pudo llegar a ningún acuerdo. Los rebeldes, comandados por Pascual Orozco en el Norte atacaron Ciudad Juárez, que cayó en mayo en 1911, desde allí Madero envió un telegrama exigiendo nuevamente la renuncia de los dos líderes del país. El día 21 de ese mes se celebraron los Tratados de Ciudad Juárez, entre delegados porfiristas y revolucionarios, en donde se aceptaba la renuncia de Porfirio Díaz y de Ramón Corral después de 30 años de haber gobernado el país. El día 25 renunciaron a sus cargos, marcando el fin del porfiriato. Porfirio Díaz salió de la capital y se embarcó en Veracruz rumbo a Europa, en donde murió el 2 de Julio de 1915, en la ciudad de París.
El 25 de mayo de 1911 Francisco León de la Barra, fue nombrado
Presidente Interino y gobernó hasta el 6 de Noviembre del mismo año. El régimen de De la Barra tuvo dos misiones principales que consistieron en buscar la vuelta de la paz a la nación y convocar a elecciones para la designación de los nuevos Presidente y Vicepresidente de la República.
Poco después de haber tomado la presidencia Madero y su vicepresidente,
José Maria Pino Suárez, fueron asesinados por ordenes de Victoriano Huerta, lo que dio paso a una Guerra en contra del usurpador Huerta, quien se hizo del poder. Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Pablo González, Plutarco Elías Calles y Francisco Villa fueron los jefes de las distintas fuerzas del Ejercito Constitucionalista; éste derroto al Ejército Federal y Victoriano Huerta huyo del país. Emiliano Zapata con su Ejercito Libertador del sur también lucho en contra de Huerta.
El Constitucionalismo y la Constitución de 1917
Desaparecido el régimen Huertista, quedaron triunfantes los elementos
revolucionarios, pero no hubo entre ellos paz ni armonía pues entre Venustiano Carranza y Emiliano Zapata no hubo entendimiento, como tampoco lo hubo con Francisco Villa, puesto que Carranza le pedía a Zapata que lo reconociera como presidente y cesara la lucha, Zapata aceptaba siempre y cuando Carranza aceptara el Plan de Ayala, y Villa se encontraba en la misma situación pues estaba dispuesto a reconocer su autoridad siempre y cuando se acepte como objetivo principal del nuevo gobierno la repartición de tierras, pero nada se resuelve puesto que Carranza creía que los hacendados tenían derechos por las leyes y que a estos no era posible quitarles sus propiedades a quienes no tenían derecho, a pesar de no hacer nada ante los robos que los carrancistas hacían para hacerse hacendados revolucionarios. Venustiano Carranza entonces decide enviar a Álvaro Obregón a convencer a Francisco Villa, pero tratando Obregón de atacar a las tropas Villistas por un lado y lograr una alianza por el otro, es descubierto por Villa y este manda fusilarlo, pero Serrano y Raúl Madero evitan que Obregón sea fusilado aceptando las condiciones de Villa y firman un acuerdo, logrando escapar a Chihuahua y a medio camino Villa recibe un telegrama de Venustiano Carranza en donde éste rechaza el acuerdo, Villa persigue a Obregón pero ya no lo alcanza y rompe definitivamente con Carranza.
En esta situación algunos revolucionarios convocaron a una convención, en
octubre de 1914, para hallar una fórmula que conciliara los distintos intereses y evitara una ruptura peligrosa entre los triunfadores. Sus primeras secciones tuvieron lugar en la Capital y las posteriores y más importantes, pues englobaron a los 4 combatientes, fueron las que tuvieron lugar en Aguascalientes por lo que se conoce como Convención de Aguascalientes. En la convención se decide invitar a los Zapatistas, con voz pero sin voto, ahí se encuentran por fin zapatistas y villistas que descubrieron ahí sus similitudes. Los primeros 15 días transcurrieron con discursos en donde se exponían los diversos puntos de vista hasta que llegan los Zapatistas a la convención, se estudian los diversos postulados y se aprueba el Plan de Ayala. Pero los convencionistas no sólo obtuvieron el visto bueno de todos los demás pues la unión Villa-Zapata logra mayoría, sino que además convencen a algunos obregoncistas y carrancistas con lo que la división se ahondó al nombrarse por ellos Presidente a Eulalio Gutiérrez Ortiz, un Villista, quién tomó el cargo el 3 de noviembre de 1914 y lo abandonó el 28 de mayo de 1915, en franca oposición a Carranza. Las tropas convencionistas obligaron a Venustiano Carranza a salir de la Capital y tomar el rumbo de Veracruz, en donde logró establecerse y aún disponer de tiempo para expedir unas leyes de particular importancia, como fueron, entre otras, la Ley de Relaciones Familiares, la Reforma del Municipio; la Ley de 6 de enero de 1915, que promovía la reforma agraria; algunas de protección a los obreros y otras. Gutiérrez dejó la Presidencia en pugna con Villa pues le negó toda ayuda a Emiliano Zapata y se pasó al bando obregoncista. Entre tanto, se hizo cargo de ella el General Roque González Garza del 18 de enero de 1915 al 10 de junio del mismo año, quién tuvo el apoyo de villistas y de zapatistas, pero se vio envuelto en multitud de problemas políticos, militares y de abastecimiento de alimento a la Ciudad de México, que sufrió una temporada de hambre por la carencia de bastimentos. Fue sucedido por el licenciado Francisco Lagos Cházaro del 10 de junio de 1915 a enero de 1916, y quién tuvo una autoridad más aparente que real, pues Zapata y Villa, aunque decían reconocerlo, de hecho actuaban por su propia cuenta. Las diferencias entre Villa y los carrancistas se agravaron cada vez más. La lucha tomó caracteres muy vivos cuando Carranza envió a la guerra contra Francisco Villa a Álvaro Obregón, y dentro de ella destacaron los combates en la región de Celaya (Batalla de Celaya) y León, en donde los villistas fueron deshechos por Álvaro Obregón que implementó nuevas técnicas inventadas en Europa, la “Guerra de Trincheras”. Vencidos los hombres de Villa y capturados muchos de ellos, 200 oficiales villistas fueron asesinados con ametralladoras por los carrancistas además de las derrotas en Aguascalientes, Durango y Naco, Sonora que obligaron a Villa a refugiarse en Chihuahua.
Reducido a Jefe de grupos poco numerosos, en Chihuahua, Villa se
reorganizó y siguió dando guerra en ese estado como guerra de guerrillas. En Octubre de 1915, los Estados Unidos reconocieron como único gobierno al de Venustiano Carranza, pese a que, de acuerdo con las leyes mexicanas el legítimo era el de la Convención de Aguascalientes. Indignado por el reconocimiento, Villa, con 400 hombres atacó la población de Columbus, Nuevo México (Batalla de Columbus) tomándola por unas horas y dio muerte a americanos en Santa Isabel, Chihuahua. Las tropelías villistas dieron lugar a que Woodrow Wilson con el permiso de Venustiano Carranza enviase al suelo Mexicano a una Expedición Punitiva comandada por el General John J. Pershing al mando de 12 regimientos, caballería y fuerzas aéreas que resultó infructuosa porque nunca dio con Francisco Villa, Tropas carrancistas y estadounidenses buscaron al guerrillero por todas partes pero nunca lo encontraron y las dos batallas que enfrentaron contra los villistas durante los seis meses de búsqueda fueron derrotados en el Parral por villistas y en el Carrizal por tropas carrancistas que no dejaron pasar a las tropas estadounidenses al lugar por mandato. Las Tropas Villistas al mando de Francisco Villa en ese tiempo recuperaron mucha parte de su ejército y volvieron a tomar Chihuahua exitosamente, aunque sólo por momentos.
Por ese entonces se convocó a un Congreso Constituyente en la Ciudad de
Querétaro, al que concurrieron sólo Diputados carrancistas, por haberse excluido a todos sus enemigos o desafectos. Los integrantes del Congreso se aplicaron a elaborar una nueva Constitución Federal, que en cierto modo siguió muchos principios de la anterior, la de 1857, pero en no pocos artículos introdujo reformas, o estableció principios completamente nuevos, sobre todo en lo referente a la reforma agraria, que impulsó la distribución de la tierra, y en lo que ve a la protección de la clase obrera. Además en todos los artículos que tocaban el problema educativo o religioso, se percibió un espíritu faccional muy dividido y llamativo, medularmente anticatólico por una parte y por otra en protección de las ideas de los últimos que al final fueron a repercutir en la Guerra Cristera con Plutarco Elías Calles con el cumplimiento riguroso de la Ley y la condena de lo antirreligioso de la constitución del Papa Pío XI en su encíclica Iniquis afflictisque el 18 de noviembre de 1926. El Proyecto original de la Constitución estuvo redactado por los Diputados José Natividad Macías, Félix F. Palavicini, Luis Manuel Rojas, Alfonso Cravioto, Manuel Andrade y Juan N. Frías; pero en el curso de las secciones, el proyecto fue modificado hasta alcanzar su forma final, que al conseguirse, permitió que se promulgase la Constitución el 5 de Febrero de 1917.